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El Poder del Patrimonio en Tiempo de Crisis. La Experiencia del Museo del río Magdalena

Germán Ferro Medina*

Ubicación geográfica de la experiencia …y a los olvidados, los orilleros, los ignorados, los escondidos, los que no cuentan los que no ganan, los ningunos, los cualquieras, los anónimos, los callejeros, a todos los que ni les va ni les viene ninguna crisis… por que viven en ella! Sonora 8

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El patrimonio en tiempo de crisis no es novedad para América Latina. Siempre estamos en crisis. De modo que esta condición de emergencia de Covid 19 como crisis mayor, crisis planetaria, no es una sorpresa. Pero lo más pertinente es señalar que hemos construido una cultura de supervivencia y particularmente en el campo de los museos, en lo que atañe a esta reflexión.

Hablo desde el museo del río Magdalena, ubicado en el Centro Histórico de Honda, a orillas del río en su parte media. Un museo del Magdalena que, cuando habla del río, piensa a Colombia y deriva en no solo hablar de una cuenca hidrográfica sino reflexionar, mirar a futuro, enfrentar la crisis de una gran problemática ambiental, la crisis

de nuestras sempiternas y severas dificultades socio económicas y de desigualdad, la crisis de la violencia de la confrontación de los grupos armados y de una paz esquiva. Pero, sobre todo, el museo invitar a pensar otra crisis más, la del desconocimiento que tenemos muchos de los colombianos, su indiferencia sobre su país, sobre lo que somos, lo que ha sido nuestra historia, nuestra rica cultura, diversa y rica en saberes y expresiones, como resultado de un largo proceso de ocupación, mestizaje, luchas y reivindicaciones en sus orillas.

El museo tiene como tarea, entonces, el restablecimiento de un vínculo que se ha ido perdiendo con el río, con Colombia. Es un vínculo mediado por los afectos, un vínculo histórico, un vínculo para construir el asombro y reconocernos en ese espejo en movimiento. La crisis del COVID ha sido un momento más, otro desafío, un tiempo de aprendizaje, otra estrategia más de supervivencia y ahí tenemos al patrimonio como herramienta útil, al patrimonio como acumulación de

Interior del Museo del Río

Magdalena. Fuente Germán Ferro

Director y curador del Museo del río Magdalena en Honda, Tolima. ferromedina@gmail.com

Actividad con niños en el marco de la exposición temporal Probando el Vuelo.

Fuente Germán Ferro

El Museo del Río Magdalena.

Fuente Germán Ferro

experiencia, de memoria de habitar un lugar, como respuesta eficaz para la supervivencia a pesar de la adversidad. Eso es el río, un patrimonio en movimiento, tema que el museo se ocupa en hacer visible, en explorar, en escuchar para trasmitirlo y no permitir que se pierda y que se olvide.

¡De modo que debo afirmar sin duda que los museos son necesarios! Eso lo comprendimos con certeza en tiempos del COVID. Los museos se han convertido, en este nuevo momento del encerramiento obligatorio, en la ventana posible de enriquecimiento espiritual, en la ampliación de nuestro paisaje mental, en el lugar de aprendizaje, en el reservorio (léase patrimonio) para revisitar e indagar lo que ha sido nuestra experiencia, el lugar de inspiración y de esperanza de nuestro futuro posible que en el lenguaje de río está siempre cambiando, siempre adecuándose, siempre naciendo y muriendo para volver a nacer

El reto del museo del río Magdalena es de orden pedagógico, ético y político con el país en la construcción de cultura ciudadana, que recoge, recaba ese río-patrimonio y lo vuelve a entregar a los ciudadanos en su representación museográfica, de forma sintética, lúdica, ordenada y a escala. Una misión del museo que busca reparar los vínculos a partir del conocimiento recogido de los habitantes de las riberas, de los pescadores, de las fuentes documentales, de la tradición oral y mostrarles, tramitar a los ciudadanos lo que ha sido, es y sigue siendo nuestro río- país, río para el futuro.

Lo que ha ocurrido como una de las consecuencias del COVID es una enorme y creciente nostalgia de país, aquello que dábamos por hecho o natural, ahora lo extrañamos. Extrañamos nuestro paisaje, nuestro rostro diverso, nuestros sabores y saberes, los olores, el otro, los abrazos, los lugares, la montaña, el valle, la vegetación o el simple hecho de viajar como experiencia de libertad, de placer, de conocimiento y de sensaciones. La crisis, entonces, ha sido propicia para detenernos,

una pausa obligatoria y reflexiva para hacer valer el patrimonio, reconocerlo y acompañar este nuevo estado, esta nueva oportunidad para los colombianos con un museo que piensa el río, generoso en sus atributos.

Se trata de perseverar, volver a invitar a los conciudadanos en nuevos formatos o plataformas virtuales, a pensar ese río diversidad, ese rio andino y caribeño, el río civilizador, el río agrícola, el río memoria de lo prehispánico, el de las tierras frías y cálidas, el río de la música y la palabra bailada y cantada, el río de los mitos, la tradición oral, los pueblos y sus fiestas patronales, el carnaval, los sanjuaneros, la cumbia, el pez alimento de muchas familias, el río patrimonio. Volvemos ahora a la tarea recurrente del museo de recordar el río a partir de viajes ficcionales en el formato de la radio, podcast, a través del internet, acompañados de habitantes del río mediante apuestas digitales, integrando audios, videos, relatos y voces y escuchar. Sí, escuchar, la pandemia nos ha invitado a escuchar y desde estas experiencias mostrar, bajos estos formatos versátiles, la experiencia de viaje como si fuera en la realidad.

voLvemos ahora a La tarea reCurrente deL museo de reCordar eL río a Partir de viajes fiCCionaLes en eL formato de La radio, PodCast, a través deL internet, aComPañados de habitantes deL río mediante aPuestas digitaLes, integrando audios, videos, reLatos y voCes

De igual manera resalto lo que resulta imperativo, en tiempo de crisis (de pandemia), es tener clara la misión, el objetivo, proveerse de un argumento sólido para la gestión cultural o de los museos que trabajan en la divulgación y pedagogía del patrimonio y darle continuidad en otros formatos. Nosotros mantenemos una misma metodología a

través de su enfoque curatorial donde el viaje es el método, la tarea de repasar, volver a pasar, de recorrer y reconocer y una vez más volver a leer ese acumulado de memoria, ese río-relato río geografía, rio trópico, río economía y de navegación, rio pueblo y vida cotidiana de un patrimonio que se mueve como un río.

Y finalmente, el tiempo de crisis es de nuevo un llamado a pensar que la sostenibilidad que ahora nos preocupa tanto no debe ser la de los museos sino la del río en este caso. No nos equivoquemos, la salvaguarda es por el río y no por el museo que es un mediador, no un fin. Las nuevas plataformas son un buen complemento, ya están con nosotros, pero el río sigue pasando y hay que volver a él, el patrimonio está vivo.

Reunión con la comunidad en el Museo del Río Magdalena.

Fuente Germán Ferro

Enlaces últiles - Página web del Museo del Río Magdalena

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