2 minute read
El Club Ercilla Juniors se dispone a reiniciar la reconstrucción de su sede
“Felizmente, después de estar dos años con la obra paralizada, podemos decir que hemos obtenido el permiso para retomarla y estamos a la espera de que nos otorguen el código QR y el cartel correspondiente, para poder así concluir de una vez por todas los trabajos pendientes para reinaugurar nuestra sede en los próximos meses”, expresó Natalia Marques, presidenta del Club Ercilla Juniors, de Liniers, en diálogo con el programa “Comunas, un desafío” (sábados a las 14 por AM 690) que conduce Alberto Espiño con la colaboración de Gregorio Martín y Giselle Méndez. Las obras se iniciaron a fines de 2019, poco después de la refundación del club nacido el 25 de mayo de 1938, cuando se tornó indispensable la recuperación del edificio. La histórica sede, ubicada en Lisandro de la Torre 1190, a pasos de Emilio Castro, pedía a gritos una pronta puesta en valor. Reparar el techo era el primer paso, porque las goteras y filtraciones eran constantes y la situación podía tornarse peligrosa: si las condiciones edilicias empeoraban, podía haber riesgo de derrumbe. Así, comenzaron las obras de recuperación integral de las instalaciones, con la realización de un techo nuevo que reemplazara al de chapa de fibrocemento y permitiera el normal desarrollo de las actividades. Los avatares económicos fueron modificando los presupuestos, pero un esfuerzo mayor logró poner en marcha las mejoras. Sin embargo, cuando la cuenta regresiva para la reapertura del club intentaba proyectarse en una fecha cierta, desembarcó la pandemia y a fines de marzo de 2020 la obra se detuvo. Recién cuando se flexibilizaron los protocolos pudieron reanudarse los trabajos, que al poco tiempo fueron clausurados por la Agencia Gubernamental de Control, y así se encuentran desde hace poco más de dos años. “Lamentablemente en este tiempo nos fuimos topando con muchísimos obstáculos por parte del Gobierno de la Ciudad respecto del permiso de obra, desde demoras en la Dirección General de Registro de Obras y Catastro, en cuanto a los plazos que tardan en ver el expediente, hasta devoluciones que nos hacen y se olvidan adjuntar parte de la información citada en el mensaje. El último fue el pedido de un estudio de impacto de ruido por una obra que todavía no había sucedido, disquisiciones técnicas que nos consta que el mercado inmobiliario no recibe, por eso nos parece injusta esa doble vara”, explicó Marques.
Advertisement
Ella, junto al resto de los vecinos que integran la Comisión Directiva, saben del esfuerzo que significó recuperar del olvido un club que había perdido su vida social. Todo ese esfuerzo les permitió festejar, en 2018, los 80 años del Ercilla Juniors en un club repleto de personas que lo consideran una parte esencial del patrimonio barrial. Desde que a fines de 2019 se iniciaron las obras, el Club Ercilla se mantiene vivo en su gente y en la solidaridad de otros clubes linderos como el Larrazábal y el San Martín, que le ceden sus espacios para sostener actividades como baby fútbol, ajedrez y taekwondo, mientras que otras se realizan al aire libre, hasta tanto se logre reiniciar la obra y anunciar la feliz noticia de la reinauguración. “Hoy estamos cerca de lograr ese objetivo, para que el Club Ercilla siga siendo ese lugar de referencia donde las infancias y juventudes aprendan ajedrez, taekwondo, tenis de mesa, yoga, donde se compartan lecturas y se tejan propuestas artísticas y culturales, a partir de un valor fundamental: la solidaridad”, concluyó la presidenta.