6 minute read
El emblema de Mataderos podría recuperar su sitial de privilegio el 14 de abril
Cuando el lunes 6 de marzo próximo se lleve a cabo la audiencia pública, el proyecto de ley que impulsa el reemplazamiento del escudo de Mataderos, y que fuera aprobado en primera lectura a fines de noviembre último, habrá llegado a su etapa final. Para entonces, sólo será necesario concluir el proceso administrativo y fijar una fecha para que el emblema creado por el artista plástico mataderense Norberto Ricco, vuelva a lucirse en la populosa esquina de Juan B. Alberdi y Murguiondo.
“Esta convocatoria a audiencia pública forma parte de un proceso que se inició a mediados de julio pasado, cuando la juntista Lorena Crespo y el legislador Juan Modarelli y su equipo, nos convocaron a mi madre -Zulema, la esposa de Norberto- y a mí para conocer los motivos por los cuales el escudo de Mataderos había desapareció de la esquina donde fue emplazado el 14 de abril de 1993”, explica Sebastián Ricco, el hijo mayor del artista malogrado el 29 de junio de 2018, apenas unos meses antes de que el escudo se esfumara como por arte de magia.
Advertisement
Esta historia se inició en 1992, cuando la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires convocó a un concurso para dotar de emblemas a los diferentes barrios porteños. “A ese concurso se presentó mi padre junto a otros artistas locales que también presentaron sus proyectos. Finalmente, la obra de mi padre resultó la más votada y un año después fue emplazada en el centro neurálgico del barrio de Mataderos”, recuerda Sebastián. El emblema se inauguró el 14 de abril de 1993, cuando en el marco de una pomposa ceremonia se lo descubrió en la esquina sudeste de Juan B. Alberdi y Murguiondo. Desde entonces se convirtió en un faro de pertenencia, en un símbolo de la esencia barrial. Sin embargo, 25 años más tarde, a fines de noviembre de 2018, tanto el emblema como el poste que lo sostenía desaparecieron imprevistamente, como si se los hubiese tragado la tierra.
Un barrio con chapa. El emblema de Mataderos se mantuvo en la esquina de Alberdi y Murguiondo desde el 14 de abril de 1993 hasta fines de noviembre de 2018, cuando desapareció como por arte de magia. Muy pronto volverá a lucirse nuevamente.
Cuando Sebastián y su familia notaron la ausencia del emblema, creyeron que se trataba de una posible restauración, que de hecho estaba planificada. Pero al pasar el tiempo y no tener novedades, consultaron a la entonces presidenta de Junta Comunal 9, Analía Palacios, quien les informó que el Gobierno porteño no había tenido ninguna injerencia en el tema y que desconocía quién había retirado el emblema. “Es todo muy raro, no puede ser que nadie sepa nada…”, viene repitiendo Sebastián desde que el escudo y el mástil que lo sostenía desaparecieran en una de las esquinas más transitadas de Mataderos. “Nuestra sensación es que fue retirado por una cuadrilla del Gobierno de la Ciudad. Creemos que desconocían lo que estaban sacando y lo que significaba para el barrio. Respecto a las cámaras no encontramos explicación, ya que misteriosamente ninguna pudo captar nada. Insisto, es muy raro todo…”.
Desde entonces, nadie sabe dónde está y su paradero constituye un verdadero enigma para propios y extraños.
Cincuenta meses después de aquel insólito episodio la incertidumbre sigue siendo absoluta. “La única que se preocupó en su momento fue la entonces comunera María De la Cruz Báez, quien radicó una denuncia en la Comisaría 9A”, cuenta Sebastián, el mayor de los tres hijos del destacado artista plástico local. Tras la denuncia policial, la investigación recayó en la Fiscalía N° 2, a cargo del Dr. Santiago Vismara, cuyos funcionarios aún no lograron determinar las causas de la misteriosa desaparición. “Si se llevaron un emblema de la esquina más transitada de Mataderos y no se sabe nada, un día se van a llevar el monumento al Resero y nos vamos a preguntar lo mismo”, especula Sebastián con una sonrisa. Pero todo comenzó a encarrilarse en julio pasado cuando el legislador Juan Pablo Modarelli, con el apoyo de la juntista local Lorena Crespo, presentaron el Proyecto de Ley para lograr la restitución del emblema. “Quienes nos orgullecemos de nuestra identidad barrial queremos que el emblema se recupere en forma inmediata. Por eso este Proyecto de Ley viene a reparar este atropello al arte, la cultura y la identidad de Mataderos”, enfatizó el diputado del Frente de Todos. Claro que, para lograr terminar de concretar el sueño, hace falta el trabajo artístico. Y de eso ya se hizo cargo la familia de Norberto Ricco. “Nosotros, como familiares directos del autor, nos ofrecimos a hacer una réplica exacta del escudo, con los mismos colores y las mismas dimensiones, y esto se logró con la colaboración de la Comuna 9”, explica Sebastián y anticipa que “el escudo ya está terminado y listo para ser emplazado”. La tarea para confeccionar el emblema a imagen y semejanza del original fue un verdadero trabajo en equipo. “Se involucró toda la familia, mi madre y mis dos hermanos, Patricio y Facundo, pero fundamentalmente Facundo fue quien plasmó el toque artístico en el escudo de Mataderos”, cuenta Sebastián y destaca los trabajos de “herrería, diseño y colores, para lograr una réplica exacta del original que pergeñó mi Viejo”. Sebastián define a su padre como “un tipo que tenía en sus manos la capacidad de crear, de darle vida a emociones y sensaciones que luego se plasmaban en un papel o en un lienzo. Era una persona con un talento enorme para el dibujo”. Asegura que aún hoy lo recuerda “hablando por teléfono con alguien y con la otra mano bocetando una figura”. Dice que “amaba a Mataderos y amaba vestirlo desde el arte. Mi Viejo era un tipo de una humildad enorme que lamentablemente no pudo vivir de su verdadera pasión. Solía repetir una frase que lo pintaba de cuerpo entero: ‘vendo leche para comer, pinto y dibujo para vivir’”.
Norberto Ricco había nacido en Villa Luro y a los 4 años se mudó con su familia a Mataderos. Desde ese momento su sentimiento de pertenencia con el barrio fue tan fuerte, que creció, vivió y murió en su patria chica. Pero sus vínculos con Mataderos también pasaron por el arte. En los 80’, junto a otros artistas plásticos locales, fundó ADAM (Amigos Del Arte de Mataderos) y poco después se transformó en miembro fundador de la Feria Artesanal de Mataderos. Además, pintó murales, como los del paredón que rodea al anfiteatro del Parque Alberdi, los del centro de salud que funciona en la Plaza Salaberry, o en la vieja Comisaría 42ª. Pero su obra distintiva fue la creación del emblema oficial del barrio de Mataderos.
La pasión de Norberto por el arte comenzó en la escuela primaria, donde se destacaba por su habilidad para el dibujo. Pasada la adolescencia empezó a estudiar en los talleres de los maestros Geno Diaz y Demetrio Urruchúa, y más tarde completó su formación con el maestro Bernardo Di Vruno. En 1968 realizó su primera muestra en el XXIV salón de Arte Luján. De allí en más participó de cuánto salón nacional, convocatoria o muestra colectiva e individual se le presentara, en diversos lugares del país, obteniendo importantes premios y menciones. Norberto fue también socio-fundador del primer mercado de artes plásticas de San Telmo, y con el grupo ADAM, expuso en múltiples salones de Mataderos, Liniers y Lugano. Entre las muestras más recordadas está el homenaje a los maestros Alberto Breccia y Ricardo Carpani, organizado junto a la Multisectorial Liniers-Mataderos en el Ateneo San Vicente de Paul.
Pero, sin dudas, su obra distintiva fue la elaboración del emblema de Mataderos.
“En 1989, año del centenario de Mataderos -recuerda Sebastián- mi papá diseñó un emblema que nunca hizo oficial ni dio a conocer, pero para él, ese escudo y sus cuatro celdas simbolizaban lo que es Mataderos. Algunos años después, en 1992, cuando la Municipalidad de Buenos Aires lanzó el concurso para que cada barrio tuviera su emblema, mi Viejo reflotó ese diseño haciéndole algunas modificaciones para darle vida al definitivo escudo de Mataderos”.
El historiador de Mataderos, Ofelio Vecchio, recuerda en su libro “Recorriendo Mataderos”, que el estilo del emblema utilizado por Ricco es un “suater”, al disponer de cuatro carteles paralelos. En el módulo superior izquierdo se observa el edificio central del Mercado Nacional de Hacienda, en el superior derecho está la síntesis de la industria que caracterizó al barrio, en el inferior izquierdo se representa la vida artística y cultural, mientras que en el inferior derecho se ubica el perfil del resero sobre el caballo pasuco.
La convocatoria para la audiencia pública, que es la segunda instancia para lograr que el proyecto de aceptar la donación del emblema y concretar su posterior emplazamiento se transforme en ley, está fijada para el lunes 6 de marzo a las 15, en el Salón San Martín de la Legislatura porteña (Perú 160). Quienes deseen participar deberán inscribirse previamente, durante el mes de febrero, en: https://participacion.legislatura.gob.ar/ registrar
“La idea es que el emblema vuelva a estar en su sitio el 14 de abril, cuando el barrio de Mataderos celebre su 134° aniversario y, paralelamente, cuando se estén cumpliendo treinta años del emplazamiento original”, se ilusiona Sebastián.
Por de pronto, sólo resta esperar que se cumplan los plazos y los procesos estipulados por la ley, para que el emblema oficial del barrio de Mataderos vuelva a lucirse en la esquina de Alberdi y Murguiondo, el lugar de donde nunca debió hacer sido retirado.