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UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DIRECCIÓN DE POSTGRADO PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN ODONTOPEDIATRÍA

EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD Y MIEDO EN NIÑOS ESCOLARES EN LA CONSULTA ODONTOPEDIÁTRICA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA UNIVERSIDAD DE CARABOBO

AUTOR: Od. Aurora de los Angeles Marcano Salazar. Trabajo de Grado para Optar al Título de Especialista en Odontopediatría.

Naguanagua, Febrero de 2012


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UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DIRECCIÓN DE POSTGRADO PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN ODONTOPEDIATRÍA

EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD Y MIEDO EN NIÑOS ESCOLARES EN LA CONSULTA ODONTOPEDIÁTRICA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA UNIVERSIDAD DE CARABOBO

AUTOR: Od. Aurora de los Angeles Marcano Salazar. Trabajo de Grado para Optar al Título de Especialista en Odontopediatría. TUTOR DE CONTENIDO: Od. Esp. Ana M. Figueredo. TUTOR METODOLÓGICO: Od. Dra. Gladys Orozco.

Naguanagua, Febrero de 2012


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UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DIRECCIÓN DE POSTGRADO PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN ODONTOPEDIATRÍA

CONSTANCIA DE APROBACIÓN DE TUTOR DE CONTENIDO Por medio de la presente hago constar que he leído el proyecto del Trabajo de Grado titulado: “EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD Y MIEDO EN NIÑOS ESCOLARES EN LA CONSULTA ODONTOPEDIÁTRICA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA UNIVERSIDAD DE CARABOBO”, presentado por la Odontólogo Aurora de los Angeles Marcano Salazar, portadora de la Cédula de Identidad N° 15.632.447, para optar al Título de Especialista en Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. En la Cuidad de Valencia a los 6 días del mes de Octubre del año 2011.

____________________ Prof. Ana M. Figueredo. C.I N°: 4.133.941.


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UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DIRECCIÓN DE POSTGRADO PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN ODONTOPEDIATRÍA

CONSTANCIA DE APROBACIÓN DE TUTOR METODOLÓGICO Por medio de la presente hago constar que he leído el proyecto del Trabajo de Grado titulado: “EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD Y MIEDO EN NIÑOS ESCOLARES EN LA CONSULTA ODONTOPEDIÁTRICA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA UNIVERSIDAD DE CARABOBO”, presentado por la Odontólogo Aurora de los Angeles Marcano Salazar, portadora de la Cédula de Identidad Nº 15.632.447, para optar al Título de Especialista en Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. En la Ciudad de Valencia a los 6 días del mes de Octubre del año 2011.

____________________ Prof. Gladys Orozco. C.I N°: 4.128.558.


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DEDICATORIA A Jesucristo Mi Señor y Fiel Amigo, a ti sea la Gloria y la Honra, tus revelaciones y enseñanzas me colmaron

de Fe y Sabiduría, para

esforzarme cada día más en la realización de este trabajo, además por las innumerables bendiciones que recibí y dan prueba de tu inmenso amor. A mis Queridos Padres, Candelario Marcano y Juana de Marcano, su amor, comprensión, apoyo y ayuda cotidiana, a pesar de la distancia que nos separa, me han acompañado durante éstos dos años de postgrado, les debo todo lo que soy, Dios los bendiga. A mi preciado Hermano Orlando Marcano, espero que el logro de esta meta te anime a seguir siendo una persona brillante y estoy segura de que

llegarás muy lejos, tus palabras de aliento e invalorable

asesoramiento en Computación, contribuyó significativamente a la elaboración de esta investigación. A mi novio Miguel Bustos, por su gran amor, sus valiosos consejos, apoyo constante y su ejemplo de abnegación. La vida entera no me alcanzaría para agradecerte lo que has hecho por mí. A todos mis Familiares, quienes con su cariño me alentaron en todo momento a seguir luchando por mis ideales.


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AGRADECIMIENTOS A Dios por otorgarme Salud y Vida. Al Postgrado de Odontopediatría, en especial a la Dra. Ingrid Hoffmann Iturriza, sus conocimientos e impulso al perfeccionamiento fueron de gran ayuda. Rindo respetuoso homenaje a mis dos especialísimas tutoras, las Doctoras Ana Milagros Figueredo y Gladys Orozco, figuras ejemplares en el desarrollo de esta obra, sus consejos, observaciones y respaldo permanente me impulsaron a escribir y amar esta investigación. A mis queridos profesores del postgrado, Mónica, Claudia, María Gabriela, Marielvys, Elena, Lucy, Patricia, Rodulfo, Diego, Ybelisse, Kary, por sus valiosos conocimientos impartidos y buena disposición al darnos la guía necesaria para instruirnos por el maravilloso mundo de la Odontopediatría. Al Licenciado Gustavo Pinto, por sus contribuciones científicas y certeras orientaciones en el desempeño del Cuarto Capítulo. Y no porque esté al final deja de ser importante, mis compañeras de postgrado que estuvieron a mi lado siempre, sin ustedes no hubiera sido fácil lograrlo, mil gracias por brindarme su mano amiga en los momentos más difíciles de nuestra especialización.


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ÍNDICE GENERAL

RESUMEN…..……………………………………………………………………..12 INTRODUCCIÓN…..……………………………………………………………...13 CAPÍTULO I - PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……..………...……….16 Formulación del Problema ……...….………………………………………….16 Objetivos de la Investigación………………………………………………......22 Justificación………………………………………………………………...........24 Delimitación del Problema……………………………………………………...29

CAPÍTULO II - MARCO TEÓRICO……………………………………………...30 Antecedentes……………………………………………………………………30 Fundamentos Teóricos.………………………………………………………..42 La ansiedad…………..….……………………………………………..........42 Modelos teóricos sobre la etiología de la ansiedad………….……….....44 Semiología de la ansiedad…………………………………………………47 Tipos de ansiedad…………………………………………………………..47 Consecuencias de la ansiedad……………………………………………48 Ansiedad dental…………………………………………………………….49 Prevalencia………………………………………………………………….52 Ansiedad dental infantil..………………………………………………......53


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Perfil psicológico del paciente niño…………………………………….56 El miedo……….…………………………………………….…..………...66 Tipos de miedo…………………………………………………………....69 Fisiología del miedo……………………………………………………...71 Miedo en las distintas edades………………………………………......74 Desarrollo y abuso del miedo en los seres humanos………………..76 Consecuencias del miedo……………………………………………….77 Miedo dental infantil……………………………………………………..78 Miedos subjetivos………………………………………………………..81 Miedos objetivos.………………………………………………………...82 Definición Operativa de Términos..…..…....………...……………………….....87 Formulación de hipótesis y variables….………………………………………...91 Tabla de Especificaciones..………………………….…………………………...92 Fundamentos Bioéticos..…………….……………………………………………93 Fundamentos Legales.…………………………………………………….........101

CAPÍTULO III – METODOLOGÍA……….……………………………..……...104 Diseño de la Investigación…………………………………………….........104 Tipo de Estudio…….........…………………………………………………..105 Modalidad de la Investigación……………………………………………...106 Población y Muestra, Criterios de Inclusión y Exclusión………...……...106


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Instrumento y Técnicas de Recolección…………….…………………….108 CAPÍTULO

IV

-

PRESENTACIÓN

Y

DISCUSIÓN

DE

LOS

RESULTADOS……………..…………………………………………………….110 Análisis de los resultados………………….………………………….……..110 Discusión de los resultados……………….………………………….……...131 Conclusiones……………………………………………………………….....137 Recomendaciones.…………………………………………………………..141 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………..…147 ANEXOS…………………………………………………………………………..158


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ÍNDICE DE CUADROS CUADRO 1: Distribución de frecuencias según la edad y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah………………….………...111 CUADRO 2: Distribución de frecuencias según la edad y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños……………………………………………………………………………114 CUADRO 3: Distribución de frecuencias según el sexo y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah……………………………117 CUADRO 4: Distribución de frecuencias según el sexo y el nivel de miedo

dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños……………………………………………………………………………120 CUADRO 5: Distribución de frecuencias en relación al nivel de ansiedad infantil dado por el Test de dibujos de Venham.………………………….123 CUADRO 6: Prueba de hipótesis correlacional entre las variables Nivel de ansiedad y Nivel de miedo dental infantil. ………………………………...129


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ÍNDICE DE GRÁFICOS GRÁFICO 1: Polígono de frecuencias correspondiente a la edad y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah ……………...………..112 GRÁFICO 2: Polígono de frecuencias correspondiente a la edad y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños……………………………………………………………………………115 GRÁFICO 3: Diagrama de barras múltiples correspondiente al sexo y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah………………….118 GRÁFICO 4: Diagrama de barras múltiples correspondiente al sexo y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños.……………………………………………..……………..121 GRÁFICO 5: Diagrama circular correspondiente al nivel de ansiedad infantil dado por el Test de dibujos de Venham.………………………….124


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UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DIRECCIÓN DE POSTGRADO PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN ODONTOPEDIATRÍA Línea de investigación: Campo Ciencias Odontológicas, área prioritaria Salud pública y bioética, sub-área disciplinar Rehabilitación del sistema estomatognático, línea rehabilitación anatomo-funcional, Calidad de vida. “EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD Y MIEDO EN NIÑOS ESCOLARES EN LA CONSULTA ODONTOPEDIÁTRICA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA UNIVERSIDAD DE CARABOBO”. AUTOR: Od. Aurora de los Angeles Marcano Salazar. RESUMEN El miedo y la ansiedad han sido reconocidos como los principales motivos que dificultan la atención del niño en odontología, por lo cual se ha propuesto el uso de instrumentos de evaluación, para conocer los valores de éstos en pacientes odontopediátricos. Son pocas las investigaciones realizadas sobre este tema en Latinoamérica, a pesar de su relevancia. El objetivo de la investigación fue determinar los niveles de ansiedad y miedo dental infantil en niños escolares que acuden a las áreas de odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. El diseño utilizado fue no experimental y transeccional de tipo descriptivo y correlacional. Se consideró una muestra de 120 escolares, a quienes se les aplicó la Escala de Corah, Escala de evaluación de miedos dentales y Test de dibujos de Venham. Los resultados encontrados fueron: El 89,17% de los niños, presentaron ansiedad según el Test de dibujos de Venham, mientras la Escala de Corah evidenció ansiedad en un 80,8%; siendo los varones más ansiosos con un 43,3%, destacando en la Escala de evaluación de miedos dentales un porcentaje de 70,9% para las edades estudiadas, donde las niñas indicaron una mayor distribución en un 52%, el grado de correlación entre la Escala de ansiedad de Corah y la Escala de evaluación de miedos dentales, arrojó una asociación estadísticamente significativa de 0,492. Las conclusiones establecen que los niveles de miedo y ansiedad dental infantil disminuyen conforme avanza la edad, siendo levemente las niñas más miedosas ante el tratamiento odontológico que los varones e igualmente ansiosas que éstos. Palabras claves: Miedo, Ansiedad, Consulta Odontopediátrica. ABSTRACT Fear and anxiety have been recognized as the main reasons that hinder the child's attention in dentistry, for which it has proposed the use of assessment tools, to know their values in patients dentist. Little research has been conducted on this issue in Latin America, despite its relevance. The objective of this study was to determine levels of child dental fear and anxiety in school children who come to the areas of pediatric dentistry at the School of Dentistry at the University of Carabobo. The design was not experimental and trans descriptive and correlational. It was considered a sample of 120 school children, who were applied Corah Scale, Rating Scale Test dental fears and Venham drawings. The results were: 89.17% of children, anxiety, according to the Test Venham drawings, while Corah Scale anxiety showed 80.8%, being more anxious men with 43.3% emphasis on the assessment scale dental fears a percentage of 70.9% for the ages studied, where the girls showed increased distribution by 52%, the degree of correlation between Corah Anxiety Scale and the Scale of assessment dental fears, showed a statistically significant 0.492. The conclusions state that the levels of child dental fear and anxiety decrease with advancing age, with girls slightly more fear of the dental treatment that men and equally anxious than these. Keywords: Fear, Anxiety, Consultation dentist.


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INTRODUCCIÓN A lo largo de la historia de las civilizaciones e inicios de la práctica clínica odontológica, el Hombre ha sido infundado de

ansiedades y miedos

relacionados al dolor e incomodidad que sugiere el tratamiento dental, muchas veces producto del desconocimiento acerca de ambos o simplemente por el descuido que tienen muchos en el cuidado e higiene de sus dientes, motivo por el cual evitan acudir al odontólogo. Con el transcurso de los años a nivel mundial, se han establecido diversos métodos para tratar de evaluar el temor y ansiedad que refieren muchos niños

y niñas

al momento

de

recibir

tratamiento

odontológico,

lamentablemente éstos no han sido formalmente aplicados como parte de la sesión clínica, por cuanto es muy común observar que los infantes manifiestan este estado de perturbación o angustia que puede desencadenar en no visitar al especialista o hacerlo sólo en situaciones de extrema urgencia. Hoy por hoy, es muy común en las consultas odontopediátricas, recibir de los pacientes un saludo como éste: “Yo le tengo miedo a todo esto”, “A mí no me gusta venir al odontólogo”, “No me vaya a regañar porque tengo mis dientes horribles”, y así muchas más expresiones, que provienen de una mala experiencia pasada, así como también surgen tras las vivencias de las personas de su entorno. Por todo esto, no

puede admitirse que en la actualidad exista una


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atención a este tipo de paciente angustiado y temeroso, basada en estrategias convencionales sin conocimiento de los niveles de miedo y ansiedad dental infantil que presenta, por el contrario se le debe brindar un trato especializado a su problema, que le proporcione bienestar, confort antes y durante el tratamiento. A pesar de los grandes avances de la tecnología e innovaciones en el tratamiento médico y odontológico, no se utilizan como rutina en la consulta formatos

diseñados para cuantificar los niveles de miedo y

ansiedad dental infantil, ante esto surgió la inquietud y se realizó esta investigación con la finalidad de determinar la prevalencia de ambos según la edad y el sexo en pacientes de edad escolar que acudieron a los servicios de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría que presta la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo durante el período Mayo-Julio 2011, para lo cual se realizó un estudio estadístico descriptivo y correlacional de las variables, a partir de la aplicación de instrumentos de evaluación como la Escala de ansiedad de Corah, Escala de evaluación de miedos dentales en niños y Test de dibujos de Venham, mediante los cuales se pretendió sensibilizar al paciente miedoso, angustiado previo al tratamiento que iba a recibir y durante su estadía en el consultorio. La investigación quedó estructurada en cuatro capítulos. En el primer capítulo se desarrolla el problema, su planteamiento y formulación,


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contemplando la importancia y ventajas que brinda la determinación de los niveles de ansiedad y miedo dental infantil, así como los objetivos y justificación del mismo. El segundo capítulo, comprende el marco teórico, destacando los antecedentes y fundamentos teóricos que explican desde diversas ópticas todo lo concerniente al miedo y ansiedad dental infantil, dando sustento al estudio y a las variables que implica éste. En el tercer capítulo, se establece la metodología utilizada en la investigación, destacando el tipo y diseño de la misma, la población y muestra objeto de estudio, el instrumento y técnicas para la recolección de la información. Por último el cuarto capítulo, considera la presentación estadística de los resultados y su análisis respectivo,

así como las conclusiones y

recomendaciones para el problema en cuestión.


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CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Formulación del Problema La visita al odontólogo es una de las situaciones que más ansiedad y miedo genera en las personas, llegando a veces a tal grado que dejan de acudir a la consulta con el profesional abandonando los tratamientos que necesitan,

esta conducta atenta contra la buena salud bucal de los

individuos, además del estado altamente ansioso y miedo infundado del paciente se evidencian notoriamente en la calidad del procedimiento clínico; así como también en el bienestar mental del especialista. La atención odontológica destinada al abordaje de los niños, ha sido estudiada durante muchos años por los numerosos factores negativos a los cuales se enfrenta el odontólogo al momento de la consulta; tales como el miedo, la ansiedad, falta de interés y motivación de los padres para que sus hijos reciban tratamiento odontológico. Vale la pena destacar, que dichos aspectos pueden originar que el acto clínico resulte un problema, en el cual se comprometa la calidad, el tiempo, el costo, la salud física y psicológica tanto para el paciente como para el dentista. La ansiedad y el miedo al odontólogo, desde la perspectiva conductual se

deben

considerar

como

aprendidos de comportamiento

que

patrones multidimensionales y resultan

desadaptativos

en


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relación

a

la práctica odontopediátrica. Por lo tanto, ambos se han

establecido como fuente de serios problemas de salud bucal en niños; debido a que se ha comprobado que los infantes con mayores niveles de ansiedad y temor dental, presentan significativamente un elevado número de caries dental en relación a los que poseen una menor escala. Al ser la ansiedad infantil una respuesta a situaciones en las cuales la fuente de amenaza para el individuo no está bien definida; es importante destacar que la manipulación de la boca por parte del odontólogo despierta en los pacientes diversos grados de la misma. Por tanto, la ansiedad dental y sobre todo infantil, es un tema relevante ya que

supone

un

problema

de

forma

frecuente

en

la

consulta

odontopediátrica; tanto es así, que la actitud de un niño ante el acto clínico odontológico, suele con demasiada frecuencia, dificultar dicho tratamiento, debido a que disminuye su cooperación y provoca la aparición de un comportamiento negativo, que sitúa al organismo en alerta ante la previsión de un peligro próximo que puede amenazar su integridad física o psíquica, por lo cual no es fácil atender a un infante con niveles de ansiedad significativos, acotando que es posible conseguir un mejor resultado profesional si se aceptan las reacciones de ansiedad infantiles como un comportamiento lógico, ahorrándonos, por todo ello, que estas conductas afecten también el estado anímico del especialista.


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Mientras que, el miedo a la consulta odontológica en la actualidad para muchos expertos es considerado desde una perspectiva amplia, como una reacción fóbica aprendida y condicionada por una experiencia previa o aprendizaje social; y por otro lado como una respuesta adicional a otros miedos, en personas propensas a padecer desórdenes psicológicos. Los niños, representan el segmento de la población que más acude al odontólogo y quienes precisamente manifiestan mayores porcentajes de temor y angustia; que varían ampliamente dependiendo de características

del

grupo

infantil,

de

los

las

procedimientos de

evaluación y criterios de definición de la ansiedad y miedo dental elevado o patológico. A nivel

internacional, la

mayor

parte de los estudios sobre la

ansiedad y miedo a la consulta odontológica en niños, se han llevado a cabo en países angloparlantes o del norte de Europa y escasamente en los de habla hispana; de

acuerdo a

lo referido por Salinas (1), en su

estudio sobre el impacto del miedo al odontólogo, refiere que entre 5 y 20 por ciento de la población mundial, tiene temor de asistir al dentista y que este en muchas personas es tan intenso que les impide llegar a la consulta. Lo más habitual no es un pánico incontrolado, que puede darse en quienes padecen estados de ansiedad o vulnerabilidad psicológica, sino un temor que lleva a retrasar o eludir las citas con el odontólogo. La percepción individual del dolor tiene un importante papel en la ansiedad y el miedo al tratamiento dental, pero también hay otros contextos que


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influyen en la respuesta a la experiencia desagradable. En el país, a pesar de su importancia no se han realizado estudios que evalúen la ansiedad y miedo dental infantil, sólo en las Facultades de Odontología del país, en algunas Cátedras se imparten tópicos relacionados al manejo del individuo temeroso a la consulta; capacitando en conocimientos básicos de psicología y pedagogía para que los futuros profesionales tengan herramientas adicionales que los ayuden a ganarse la confianza de su paciente, para realizar

un trabajo más efectivo y

menos traumático. El principal temor de los pacientes infantiles se centra en las actuaciones terapéuticas que generan dolor o posibilitan un daño físico, es decir; el uso de la turbina, extracciones, que incluyan el colocado de la anestesia a través de una jeringa, así como los tratamientos que provocan nauseas o sensaciones de ahogo. Según, Spielberger(2), los estudios indican que existen varios niveles de ansiedad y temor hacia el odontólogo y que los que mayor miedo generan, son los relacionados con el trato humano y la mala praxis profesional. El pánico no sólo se debe a estos instrumentos que alertan con producir dolor, sino también a tratamientos o una experiencia traumática

pasada,

originando

una

barrera que impide acudir al

servicio odontológico, incumplir con las citas, no colaborar o asistir únicamente en momentos de urgencia.


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Es interesante reflexionar, sobre las condiciones en que aparece el miedo y la ansiedad en la consulta como una conducta aprendida, ya que al menos dos tercios de los adultos que lo padecen afirman que tuvo su origen en una experiencia traumática durante la infancia o la adolescencia Rojas(3). El miedo no aparece únicamente por haber sufrido una experiencia negativa; también se asocia al trato con el odontólogo y a la percepción de errores en

el tratamiento. De esta forma, el profesional

tiene una enorme responsabilidad en la prevención de esas fobias y ansiedades. Es importante tener presente que, de no identificar los estímulos o situaciones que ocasionan elevados niveles de ansiedad y miedo al odontólogo en niños, serán en el futuro un gran número las personas que padecerán graves afecciones bucales, por el simple hecho de no existir herramientas idóneas que contribuyan a prevenir o disminuir la angustia y el temor en infantes, antes y durante la consulta, ya sea por dolor o por señales de peligro dentro de su imaginario representativo. Las últimas tecnologías y el avance en la odontología prevén determinado tipo de tratamiento para las personas con miedo y ansiedad al dentista, los especialistas advierten

que los odontólogos; en primera instancia,

deben ganarse la confianza del paciente; con el objetivo de contrarrestar ese sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario.


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Con estos antecedentes, ya grabados en la genética del individuo y siendo totalmente realistas, el hecho de que los procedimientos odontológicos en su mayoría son incómodos y dolorosos para los niños, no queda otra opción que aliviar esta carga para el paciente y hacer de su paso por el consultorio, una situación más agradable y llevadera de lo que ha sido hasta el momento. A pesar de lo expuesto, en el servicio odontológico que presta el Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, no existen métodos que ayuden al paciente infantil a identificar los factores que desencadenan en él niveles de ansiedad y miedos relevantes a la consulta odontológica. Por lo tanto, la intención fue evaluar los porcentajes de ansiedad y miedo en

los

pacientes

odontopediátricos;

mediante

la

aplicación

de

instrumentos de evaluación como la Escala de ansiedad de Corah, Escala de miedo dental infantil y el Test de dibujos de Venham, los cuales se encuentran entre los más utilizados por su validez y fiabilidad en las investigaciones previas dentro de este marco de estudio, actuando además como recursos auxiliares para que el especialista prevenga conductas de ansiedad y temor elevados, por cuanto diariamente se observa con preocupación, que a la Facultad llegan éstos tipos de pacientes en un estado de total nerviosismo, originado por el tratamiento que van a recibir, producto de la falta de conocimiento concerniente a la


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práctica clínica odontológica o peor aún como resultado de malas experiencias vividas en el pasado. Esto llevó a la necesidad de ahondar más allá de lo que se aprecia, por lo que se realizó la valoración de los niveles de ansiedad y miedo dental, manifestados por dichos individuos. Es por ello, que se determinaron los valores de ansiedad y miedo en los pacientes escolares que acudieron al área de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría durante el período Mayo-Julio 2011, vinculando para ello herramientas de medición de angustia y temor dental infantil. Cabría

ahora

preguntarse: ¿Fue necesario evaluar los niveles de

ansiedad y miedo dental infantil en la consulta odontopediátrica?. Objetivos de la Investigación Objetivo General - Evaluar los niveles de ansiedad

y

miedo dental infantil en niños

escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo durante el período Mayo-Julio 2011. Objetivos Específicos 1. Determinar la prevalencia de la ansiedad mediante la Escala de ansiedad de Corah y del miedo dental infantil a través de la Escala de evaluación de miedos dentales en niños en función a la edad en los pacientes escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y


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Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. 2. Conocer los valores de miedo mediante la Escala de evaluación de miedos dentales en niños y ansiedad dental infantil a través de la Escala de ansiedad de Corah relacionados al sexo en los pacientes escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. 3. Describir la ansiedad dental infantil por medio del Test de dibujos de Venham expresada en dibujos realizados por los pacientes escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. 4. Verificar el grado de correlación entre la Escala de ansiedad de Corah y

de evaluación de miedos dentales en niños utilizados como

instrumentos de valoración de los niveles de ansiedad y miedo dental infantil dirigidos a los pacientes escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo.


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Justificación Posiblemente entre las situaciones que generan mayor temor en la población infantil se encuentra la asistencia a la consulta odontológica. Por mucho que evolucionen los métodos para reducir la ansiedad y miedo que produce la odontología, la asociación que se crea entre el sonido de la turbina y dolor, es bastante alta. Sumado a lo anterior, se puede hablar de una connotación histórica cultural con la cual la odontología ha sido asimilada a episodios traumáticos, tales como la realización de procedimientos en plazas públicas ante la mirada de los demás. Todo enmarcado en un ambiente de circo, empirismo y adicionalmente una total falta de asepsia, que terminaba en complicaciones mutilantes y traumáticas para el paciente. Durante las últimas décadas, la práctica odontológica diaria se ha beneficiado de los grandes avances de la técnica, la tecnología y los materiales, así como de los procedimientos de control de infecciones. Al mismo tiempo, ha mejorado la conciencia pública con respecto a la salud bucal. A pesar de estos avances, muchos pacientes infantiles alrededor del mundo manifiestan ansiedad y miedo relacionado al ambiente odontológico y a tratamientos dentales específicos y sigue siendo una mayor meta la atención dental. Mientras que la ansiedad es un estado emocional que ayuda a los individuos normales a defenderse de una variedad de amenazas, los desórdenes psicológicos producto del miedo


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dental conllevan a un comportamiento perturbador u obstaculizante durante la consulta. Entre los grandes retos de la Odontopediatría, se puede considerar la evaluación de los factores desencadenantes de ansiedad y miedo a la consulta odontopediátrica, razón por la cual desde el primer estudio sobre este tópico llevado a cabo por Shoben y Borland(4) en 1954; el campo de la estimación de ambos en odontología ha crecido para incluir muchas escalas de medición tanto para niños y adultos. En gran medida autocomunicados, estos cuestionarios

habitualmente

piden

a

los

participantes que indiquen el nivel de temor y angustia ante un aspecto particular del tratamiento dental. La investigación exploró

la utilización de instrumentos que miden el

miedo y ansiedad a la consulta odontopediátrica, de amplia trayectoria internacional por su validez y confiablidad altamente pertinentes, sobre todo teniendo en cuenta; que ambas reacciones

generadas por el

tratamiento odontológico pueden conducir en los infantes a que se cree un obstáculo que termine en eludir la consulta, no colaborar durante el procedimiento clínico o peor aún acudir en momentos de extrema obligatoriedad inducidos por el dolor. Por lo tanto, la intención de la presente investigación, consistió en determinar

los

niveles

de

ansiedad

y

miedo

en

la

consulta

odontopediátrica, ya que en la mayoría de los casos, es común observar el temor que manifiestan los niños por el hecho de ser atendidos por el


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especialista, muchas veces producto de la ignorancia del tratamiento que van a recibir o a historias exageradas de su entorno. La realización de este estudio fue importante, debido a que en la práctica profesional los Odontopediatras enfrentan gran variedad de actitudes producto del miedo o ansiedad que el paciente infantil manifiesta al asistir a un tratamiento odontológico, por lo que los profesionales deben conocer los niveles de temor y angustia previamente, para así tratar cada caso en particular. Por medio de

la

aplicación de

estos instrumentos de evaluación de

ansiedad y miedo, en los pacientes infantiles que acudieron a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, se logró describir los factores desencadenantes de ambas reacciones y por ende evitar que éstas se produzcan, generando un aporte significativo. Lamentablemente en la Facultad, con el paso de los años no se ha creado un sistema que contribuya a disminuir el grado de temor con que llegan los niños a la consulta, muchas veces producto de situaciones de la vida cotidiana. Es por ello, se tuvo la inquietud de evaluar dichos estados de temor y angustia infundados a través de mecanismos psicoterapéuticos,

que

favorecen al establecimiento de situaciones de bienestar, calma y confort en el organismo, permitiendo de esta forma una buena ejecución del procedimiento clínico.


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No es igual, atender a un paciente que posee una gran carga de nerviosismo o temor previo, sin estimar su nivel de ansiedad y miedo a la consulta; que determinar dichos valores y recibirlo en un ambiente amistoso, que sienta que

es

bienvenido, valioso como ser humano,

que exprese con libertad sus temores e inquietudes con respecto al tratamiento, que acepta con mayor facilidad el tratamiento y aprende las técnicas sugeridas por el profesional. En resumen, se convierte en un individuo dispuesto y colaborador. Crear un ambiente de serenidad y paz favorece el acercamiento y genera un efecto de confianza. Esto hará que el paciente se sienta más tranquilo y relajado. Por consiguiente, a todo el gremio de estudiantes de odontología y profesionales, el presente estudio fue beneficioso por dar a conocer los porcentajes de ansiedad y temor en niños de edad escolar, mediante la estimación de la prevalencia de los mismos en función a la edad y sexo. Así se pudo proporcionar un mayor grado de conocimiento al especialista en todos aquellos casos que manifiesten altos valores de angustia y miedo. El estudio de la ansiedad y miedo en odontopediatría, resulta indispensable para poder aplicar las técnicas de abordaje conductual correspondientes, como sostiene Escobar(5), la interpretación exacta de las conductas evidenciadas por el paciente, aseguran el éxito en el manejo del niño; permiten adecuar las técnicas para cada paciente en particular durante su experiencia odontológica. Es por esto, que el manejo


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de ambas emociones en el niño en la consulta odontológica, consiste en una evaluación y adaptación constante del infante, mediante la aplicación de diversos métodos de manera aislada o simultánea, de acuerdo con cada situación. En el tratamiento de la ansiedad y miedos cuando ya están instaurados según Salinas(1), se utilizan técnicas psicológicas concretas en niños, como

la

relajación,

reforzamiento

positivo,

modelamiento

o

la

desensibilización sistemática; vale la pena destacar, que en los casos de fobias marcadas que interfieran gravemente en el adecuado tratamiento odontológico, el profesional deberá derivar a otro especialista psicólogo o psiquiatra,

que

pueda

realizar

un

tratamiento

más

específico,

complementario a la intervención odontológica Rojas(3). Es importante tener en cuenta, que

la utilización de instrumentos de

evaluación de miedo y ansiedad dental infantil no es formal en la práctica clínica en general y por lo tanto es bastante limitada a nivel mundial y en tal sentido, el Odontopediatra debe ser consciente de brindar al paciente herramientas que le permitan disminuir dichas respuestas Spielberger(2).


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Delimitación del Problema La presente investigación fue realizada en las áreas clínicas de Odontopediatría de Pregrado y Postgrado de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, la cual incluyó a pacientes entre 6 a 12 años de edad sanos respectivamente, que acudieron durante el período Mayo-Julio 2011 y posteriormente fueron sometidos a un tratamiento odontológico.


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CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO Antecedentes Cuando se entra a evaluar un paciente, en su grado de ansiedad y miedo frente a la consulta odontológica, es muy importante tener en cuenta cuáles son sus niveles de temor y angustia previamente, para de esta forma aplicar los procedimientos más adecuados al momento de realizar el tratamiento. Después de haber realizado una minuciosa revisión de trabajos de investigación a nivel internacional, se extrajeron algunos antecedentes relevantes, los cuales se citan a continuación: Brown y Cols(6) en Estados Unidos para el año 1995, mediante su estudio de tipo descriptivo cuyo fin consistió en establecer las razones que producen el no acudir al odontólogo, explicaron que lo que más influía para el rechazo al tratamiento odontológico era el nivel de ansiedad y miedo general que mostrara el paciente y que no existía un proceso de sensibilización al tratamiento con las visitas que se realizaran. Las conclusiones de la investigación dejan al descubierto la importancia de realizar una adecuada historia del paciente en el momento de iniciar el tratamiento y del apoyo profesional que se requeriría en caso de ser necesario. De esta manera, se tiene que el lograr la adaptación del paciente a la consulta es fundamentalmente importante, ya que de ella depende la


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futura salud bucal del individuo, valiéndose de los principales patrones conductuales que puede manifestar la persona ante la misma, es por ello se deben adoptar las distintas formas y técnicas de abordaje según las necesidades de cada quién en forma individual; conociendo previamente sus niveles de ansiedad y miedo frente al tratamiento clínico. Por otro lado, cuatro años después Delgado(7) en México, realizó un trabajo de investigación con el propósito de conocer las situaciones que provocan ansiedad, miedo en el consultorio dental y a su vez los signos que se presentan con mayor frecuencia en dicha consulta. La investigación se fundamentó en la aplicación de 30 encuestas a los pacientes que asistían a controles odontológicos; conformados por 21 preguntas relacionadas con las situaciones que generan temor y 30 encuestas dirigidas a estudiantes de odontología constituidas por 27 interrogantes referidas a los signos que se observan durante el acto clínico. Se obtuvieron las 5 principales situaciones que provocan temor y angustia, entre ellos: El ser atendido con la pieza de mano, la extracción de un diente y los 5 principales signos que se presentan; en especial el llanto y temblor en manos y piernas. Por lo tanto, se concluyó que puede haber cierta discrepancia entre signos y situaciones que se originan en el consultorio dental. En el mismo año, Abrahamsson y Cols(8) en Estados Unidos, realizaron un estudio con la finalidad de demostrar que los miedos hacia la odontología


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son frecuentes en pacientes que no han asistido por un largo período a consulta

y

con

una

carga

emocional elevada. En

su estudio

experimental, encontraron que los pacientes referían experiencias negativas al odontólogo; tanto en el grupo de alto como de bajo miedo al tratamiento, con gran influencia de los aspectos psicológicos

del

individuo. Concluyeron, que aquellos con bajo miedo reportaban un alto período de evasión, mientras que los de alto temor mostraron mayor ansiedad psicológica. Por lo tanto, el

odontólogo

tiene

que

reconocer

que está

vinculado emocionalmente a sus pacientes y para manejarlos con éxito debe estar consciente de los factores psicológicos y sociológicos que han formado sus actitudes, así como también sus modelos de comportamiento y conducta. Para continuar, Litt y Cols(9) para el año 2001 en Francia, en su investigación sobre métodos para reducir el temor y ansiedad previos a los tratamientos odontológicos, encontraron que la técnica de relajación y la misma con retroalimentación tuvieron mejores respuestas frente a la angustia, que las dadas por la premedicación y la preparación estándar consistente en la explicación detallada del procedimiento. En fin, determinaron

que los pensamientos relacionados con autoconfianza y

control pueden ser modificados e identifican qué tanto nivel de miedo y ansiedad presenta un paciente frente a situaciones dentales estresantes.


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Vale la pena mencionar, que el odontólogo en todo momento debe esperar que el paciente con altos niveles de miedo y ansiedad adopte una actitud pasiva, con el objeto de influir en su comportamiento por medio de la utilización de instrumentos que permitan indagar sobre el origen de tales reacciones de tipo psicológico, actuando con gran convencimiento y respeto que se merece el individuo, para de esa forma lograr un ambiente armónico y acorde a las necesidades que el caso amerite. En un estudio del año 2003, realizado por Vinard y Ravier-Rosemblaum(10) en Estados Unidos, analizaron las reacciones de los pacientes a estímulos sonoros en el consultorio, encontrando que por medio de registros

electrofisiológicos

se

podían

detectar

manifestaciones

neurovegetativas. De esta forma se demostró, que la pieza de alta velocidad o turbina y el teléfono son los elementos más estresantes en el consultorio, ante los cuales hay una intensa actividad electrodérmica y cambios respiratorios (un descenso en la magnitud e incremento en la frecuencia inspiratoria), característica del miedo, ansiedad, estrés y otros estados emocionales. Estas manifestaciones están asociadas con música disonante, ritmos irregulares y sonidos agresivos. Ambos llegaron a la conclusión, que

por el contrario, música lenta, con melodía regular y

armónica tal como el Aria de Bach induce un ambiente subjetivo de calma con la consecuente relajación fisiológica.


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En fin, en cualquier situación, el modelo de comportamiento del paciente está regido por su herencia física y mental, a medida que se desarrolla por el acondicionamiento que recibe al entrar en contacto con el medio. Por ende, la influencia del entorno que envuelve el consultorio dental puede generar situaciones desagradables para el estado de ánimo del individuo, es por ello que el odontólogo tiene la responsabilidad de hacer de la visita del paciente una experiencia cómoda, agradable y en especial relajada; sin factores de miedo o ansiedad asociados. También sobresale el trabajo de investigación realizado por Márquez y Cols(11) en el año 2004 en España, quienes a partir de la hipótesis de describir la actitud de los pacientes en relación a diferentes factores subyacentes a los miedos dentales; encontraron que la ansiedad y el miedo dental afectan negativamente a la promoción y la viabilidad del tratamiento odontológico y por ende repercuten de forma desfavorable en la salud bucal de la población, por lo tanto cualquier procedimiento puede ser útil si se consigue una disminución del temor dental antes y durante la atención odontológica, pero también es fundamental evitar las situaciones que conllevan daño al paciente durante la consulta y optimizar el trato humano dado por los profesionales. Es importante destacar, la importancia que tiene el ambiente físico del consultorio odontológico tomando en cuenta todo el conjunto de acciones que en él se generan, ya que el simple hecho de sonar la turbina puede


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generar situaciones angustiantes para el paciente, lo más conveniente es que este debe presentar diseños y colores llamativos, junto con un manejo adecuado del instrumental por parte del odontólogo, a que se logre incentivar al individuo a ir a consulta y no que deje de cumplir con las citas. Para el mismo año, Alves y Cols(12) en Brasil, realizaron una investigación de carácter descriptiva con el objetivo de identificar los miedos más comunes, incluido los dentales en una muestra de niños brasileños. Los resultados, les permitieron concluir que en comparación con los niños, las niñas mostraron mayor nivel de miedo total sobre toda la muestra estudiada, mientras que los miedos más frecuentes de todos los grupos fueron: "Quemarse

con fuego", "asfixiarse", "que un extraño lo toque",

"no poder respirar", "perderse", "escuchar a mis padres pelearse", “ir al odontólogo” y "que me pongan una inyección". Asimismo, al año siguiente Rivera y Parra(13) en Honduras, demostraron en su estudio basado en la determinación de los niveles de ansiedad y miedo al dentista en escolares, que procedimientos

odontológicos

más

éstos son más elevados en los invasivos

o

potencialmente

traumáticos, en los casos de niños con experiencia dental previa se observaron valores superiores de ansiedad, así como en los infantes de padres con miedo al tratamiento bucal.


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El miedo y el dolor infantil tienen mayor reflejo y relación con la ansiedad general del niño que con una respuesta propiamente dicha ante una situación particular. Los factores causales de dependencia psicoafectiva, más importantes en los primeros años, juegan un papel preponderante. Así mismo la evolución de la inteligencia, cuanto más desarrollada se encuentre ésta, menor será el temor, angustia y la percepción del dolor. Muza y Muza (14) en Chile en 2007, en su estudio experimental destinado a conocer el nivel de preocupación o ansiedad sobre procedimientos dentales en una sala de espera, obtuvieron como resultados que los mayores niveles de ansiedad se reflejaron en lo concerniente al dolor, temor a la inyección, tratamiento de endodoncia, el sonido del aparato empleado en la limpieza dental, mientras que el acto clínico que causó menos angustia fue la radiografía. Llegaron a la conclusión, que el uso de cuestionarios de evaluación de la ansiedad pretratamiento, puede ayudar a los dentistas a disminuir la misma en sus pacientes y afirman que es necesario tomar medidas concretas para manejarla, tales como, fármacos, técnicas de relajación, respiración abdominal, meditación, música, entre otras. La ansiedad dental es un fenómeno complejo multidimensional, influenciado por características de personalidad, temor

al dolor,

experiencias odontológicas traumáticas pasadas en la niñez y familiares dentalmente ansiosos. El manejo de pacientes dentales con angustia debería considerar tanto medios complementarios como farmacológicos.


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El ayudar a los pacientes altamente temerosos, a sobreponer sus miedos al tratamiento dental es un reto; sin embargo, si se logra, resultaría en la mejora de su salud bucal, calidad de vida y bienestar en general. Por otra parte, en al año 2008 Caycedo y Cols(15) en Bogotá, en su investigación de corte transeccional con niveles de análisis descriptivo, comparativo y correlacional, diseñada con la finalidad de reportar al odontólogo sobre la angustia de sus pacientes, por medio del uso de dos escalas de ansiedad ante el tratamiento odontológico;

les permitió

concluir que los valores de ansiedad son levemente mayores en mujeres que en hombres y que los contextos más ansiogenos son los que incluyen jeringas, agujas, la anticipación de la extracción de un diente y el uso de la fresa dental. La adquisición de la ansiedad ante el tratamiento odontológico, ha sido tradicionalmente definida por la presentación de experiencias de significación traumática

para

el

paciente, que permitirían acudir a

explicaciones centradas en el condicionamiento clásico. Se consideran, adicionalmente, como predisponentes para la manifestación de este tipo de desórdenes, los umbrales de dolor bajos que incrementan la sensibilidad a los procedimientos dolorosos

o de un desorden de

ansiedad generalizada. Por otra parte, desde modelos cognitivo-sociales, se reconoce como el factor principal de manifestación de esta fobia la transmisión de actitudes desfavorables ante el acto clínico por parte de los padres u otros significativos.


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De acuerdo con, Rodríguez y Cols(16) en España para el año 2009, en su estudio destinado a cuantificar el grado de ansiedad presente en pacientes infantiles y conocer los distintos factores que pueden producirla, utilizando la Encuesta de medida del miedo en niños, Subescala Dental (DS); Inventario de miedo para niños de Nakamura y Scherer (CFSS) y la Escala de miedo dental de Kleinkecht, obtuvieron como resultados que los estímulos que más fácilmente desencadenan ansiedad son ver la aguja y sentir la misma, seguidos por observar la fresa y oír la turbina. Por su parte, en estrecha relación con lo anterior, Gustafsson(17) en Suecia en 2010, en su investigación sobre el miedo al dentista, características personales y concomitantes psicosociales en niños de 8 a 12 años de edad; demostró que aspectos relacionados a la ansiedad, diferentes tipos de temperamento y emociones, se asocian en diferentes condiciones y niveles de miedo al odontólogo. Los niveles de miedo en el niño, por una parte, se vinculan con el estilo que el dentista desarrolla durante su actuación, siendo las características positivas de rapport y familiaridad las que mejoran la adherencia al tratamiento odontológico.

Así, el hablar al niño, con la asistente o

con los padres del pequeño; parar ante una señal evidente de dolor, informar de cada paso que se realiza, tranquilizarlo; repercute de gran manera en su comportamiento y aminora el miedo y la ansiedad existentes.


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Por consiguiente, Berge y Cols(18) en Países Bajos en 2011, analizaron en su investigación

la importancia relativa de las experiencias de

tratamiento invasivo en la adquisición de miedo al dentista en niños de 5 a 10 años de edad, mediante la escala de evaluación de miedos dentales en niños (CFSS-DS). Los resultados indicaron que dentro de la vía de acondicionamiento (directo), las experiencias dentales previas parecen jugar un papel importante en el desarrollo de fobias al odontólogo, mientras que el aspecto subjetivo desempeña un factor más decisivo. En otro orden de ideas, a nivel nacional son escasas las investigaciones realizadas al respecto, aunque se cuenta con información relacionada con el tema en cuestión, entre la que se encontró: Según, Souki y Salazar

(19)

en el Zulia, quienes realizaron un estudio en el

año 1999, explicaron el comportamiento del niño en el consultorio odontológico sobre la base de condicionantes innatas y las que derivan del entorno social. El propósito fue estudiar en una muestra de 90 niños entre 3 y 8 años de edad, las expresiones de colaboración, agresividad y miedo; correlacionándolas con características intrínsecas y otras que derivan del medio ambiente social. La prueba Chi Cuadrado fue aplicada a las hipótesis nula (Ho) formuladas y los valores obtenidos permitieron verificar la relación entre

las

ambientales

consultorios odontológicos, género, edad,

de

los

variables

características

físico

percepción de los padres y representantes de la primera experiencia


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odontológica del niño con el miedo observado en la sala clínica. Se concluyó que el miedo y la baja colaboración, son las

formas de

comportamiento a través de las cuales los sujetos observados expresaron su temor al acto odontológico. En cuanto al ámbito regional, no existen estudios afines con dicha investigación,

más sin embargo

hay

antecedentes similares, entre

ellos están: Dentro de este marco, Rada(20) en 1996 en Valencia, realizó un trabajo de tipo descriptivo usando una muestra de 150 niños con características normales, con la finalidad de explicar que el éxito más duradero en la relación odontólogo-paciente, dependerá del enfoque psicológico, el cual a su vez se relaciona con el biológico y social, implementando técnicas como la entrevista y la observación, determinó que la atención integral del paciente depende fundamentalmente del clima de confianza y confort que se genere en el consultorio dental. Asimismo, Díaz(21) en Valencia, realizó una investigación en el año 2000, en la cual explica el hecho de la aplicación de la sugestión positiva antes del uso de la anestesia para aumentar el éxito en la consulta dental, por medio de aprender a usar ambos hemisferios cerebrales, con el interés de disminuir las frecuencias

electromagnéticas

y

llegar a una calma

interior permite que el paciente alcance un mayor control de sí mismo y cree en él un estado positivo, agradable durante la consulta y futuras


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visitas al odontólogo. Finalmente, indicó que la posibilidad de crear un hecho placentero colabora al momento de ser sometido al tratamiento. También existe la investigación realizada por Giunta(22), al año siguiente en Valencia, quien se dedicó al estudio de los principales factores que intervienen para lograr la adaptación del niño a la consulta odontológica, la investigación fue de tipo documental y estructurada en cuatro capítulos, donde se estableció que la clasificación del comportamiento del paciente, así como la evaluación de su desarrollo emocional, su grado de comunicación, entorno familiar y social, son importantes para definir qué tipo

de

manejo

del

comportamiento

se

le

dará

al

paciente

odontopediátrico. De igual manera, para el año 2007 Marcano, Marín y Machado(23) en Valencia; efectuaron una investigación bajo la modalidad tecnicista, que tuvo como objetivo principal proponer la incorporación de técnicas para el manejo de las manifestaciones del miedo a la consulta odontológica, cuyos resultados permitieron concluir que los métodos que se han utilizado para el abordaje del paciente temeroso, han sido poco efectivos, por lo que es necesario incorporar estrategias de adaptación a la consulta odontológica, con la intención de disminuir los niveles de miedo al acto clínico. Lo anterior podría derivarse, del hecho de que en la mayoría de los casos éste tipo de individuos son abordados con estrategias que no ayudan a mejorar su estado sino que lo agravan aún más, así mismo la


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falta de recursos adecuados y el no usar técnicas novedosas contribuyen a generar dichas situaciones.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, se pudo observar que los estudios señalados justifican la investigación que se realizó, por cuanto los mismos demuestran el grado de correlación con la misma, al hacer notar que la ansiedad y miedo dental infantil a la consulta odontológica; son las situaciones que con más frecuencia se presentan en los pacientes que acuden a la misma, por lo que es el deber de todo profesional del amplio campo de la salud no sólo del odontólogo, estar en la disposición de ofrecer y garantizar que toda sesión clínica se desarrolle bajo un ambiente de serenidad y confort, conduciendo a estados de calma, permitiendo de esta forma una buena ejecución del procedimiento clínico, al lograr que el paciente, principal personaje de toda intervención se encuentre totalmente cómodo, relajado antes y durante el tratamiento. Fundamentos Teóricos Entre los factores que se deben controlar antes y durante la consulta odontológica para obtener mejores resultados durante la misma y mayor efectividad de los tratamientos odontológicos, se encuentran la ansiedad y el miedo. La ansiedad El término ansiedad proviene del latín “anxietas” que significa congoja o aflicción. Diversos autores la señalan como una emoción, respuesta o patrón, rasgo de personalidad, estado, síntoma, síndrome y experiencia


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frente a situaciones amenazantes, preocupantes, externas o internas, que con mayor frecuencia experimenta el ser humano, las cuales pueden ser reales o imaginarias.

Estas circunstancias de la vida cotidiana, que resultan estresantes para el individuo, suelen ser diversas y surgen de la interacción entre la persona y el medio, como el temor al rendir un examen; amenaza ante una operación quirúrgica, frente a un despido laboral, etc. Más aún esta reacción emocional ha sido siempre reconocida asociada al tratamiento odontológico. Para Eli y Cols(24), la ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que permite al Hombre, estar alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ella proporciona un componente adecuado de precaución en momentos especialmente peligrosos. En casos moderados, lo ayuda a mantenerse concentrado y afrontar los retos que tiene por delante. Woodmansey(25), señaló que en ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico.


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Se dice que cuando la ansiedad se presenta en instantes inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se le considera como un trastorno. Por su parte, Ríos(26) estableció que la ansiedad opera como señal para buscar

la adaptación,

suele

ser

transitoria y la persona percibe

sentimientos desagradables de tensión y aprehensión, pasado el período de exigencia o peligro vuelve a su condición basal. En estos términos, es necesario conocer los siguientes conceptos: La Ansiedad-Estado: Se considera un estado emocional transitorio que aparece ante una respuesta a un estímulo, se caracteriza por sentimientos subjetivos de tensión y por una hiperactividad del sistema nervioso autónomo, puede variar con el tiempo y fluctuar en intensidad. La Ansiedad-Rasgo o predisposición de la ansiedad: Es una condición del individuo que ejerce una influencia constante en su conducta. Ante una situación determinada este con mayor grado de este tipo de ansiedad, está más expuesto a experimentarla. Así la intensidad de sus respuestas emocionales se relaciona en función de las características de la situación y de su personalidad. Modelos teóricos sobre la etiología de la ansiedad De acuerdo con Moscoso(27), se definen en: Teoría psicodinámica: Su creador Freud dice que la ansiedad es un proceso biológico insatisfecho. Señala que procede de la lucha del


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individuo entre el rigor del súper yo y de los instintos prohibidos (ello) donde los estímulos instintivos inaceptables para el sujeto desencadenan un estado de angustia. Teoría conductista: Según esta teoría, la ansiedad es el resultado de un proceso

condicionado

erróneamente

asociar

de

modo

estímulos

que en

acontecimientos traumáticos vividos

los sujetos han aprendido un

o

principio

neutros,

en

aprendidos

de

la

observación de personas significativas de su entorno, de manera, que cada vez que se produce contacto con dichos estímulos se desencadena la ansiedad asociada a la amenaza. Teoría

cognitivista:

Considera

la

ansiedad

como

resultado

de

“cogniciones” patológicas. Se puede decir que el individuo capta mentalmente la situación como amenazante y adopta un estilo, conducta determinada desencadenando así la misma. Según, Barlow(28) la ansiedad afecta la manera de pensar de una persona, pero también puede conducir a síntomas físicos, entre ellos se pueden incluir: - Excesiva, preocupación y tensión constante. - Una visión irrealista de los problemas. - Inquietud o sensación de estar "nervioso". - Irritabilidad. - Tensión muscular. - Dolores de cabeza.


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- Sudoración. - Dificultad para concentrarse. - Náuseas. - La necesidad de ir al baño con frecuencia. - Cansancio. - Problemas para dormirse o permanecer dormido. - Mayor facilidad para sobresaltarse. Además, las personas con trastornos de ansiedad a menudo tienen otros (como pánico, trastorno obsesivo-compulsivo y las fobias), sufren de depresión, y/o abuso de drogas o alcohol. Estos cambios fisiológicos son consecuencia de la activación del sistema nervioso, del endocrino e inmunológico. Por lo general, se percibe alguno de

los

desórdenes

persistentes

que

provoca

esta

activación

desadaptativa. La persistencia de estos cambios puede acarrear una serie de desórdenes psicofisiológicos transitorios, como dolores de cabeza, insomnio,

disfunción

eréctil,

anorgasmia

femenina,

contracturas

musculares, disfunciones gástricas, etc. A nivel de nuestro sistema motor la

ansiedad

movimientos

se

manifiesta

repetitivos,

con

inquietud

dificultades

de

motora,

hiperactividad,

comunicación

(a

veces

tartamudez), consumo de sustancias (comida, bebida, tabaco u otras drogas), llanto, tensión en la expresión facial, etc. Es entonces cuando la ansiedad se convierte en un problema de salud.


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Semiología de la ansiedad Por otro lado, Samorodnitzky y Cols(29), afirmaron que en general una persona ansiosa se ve muscularmente tensa y sus movimientos se perciben como si estuvieran restringidos. La ansiedad al ser una emoción posee los atributos propios de ésta, con un componente

motor y un

aspecto cognitivo. A

nivel

cognitivo:

Se

manifiesta

en

sentimientos

de

malestar,

preocupación, hipervigilancia, tensión, miedo, inseguridad, sensación de pérdida de control, dificultad para decidir, pensamientos negativos sobre la situación, respuestas de imaginación de posibles condiciones aversivas (anticipatorias), percepción de fuertes cambios psicológicos, entre otros. A nivel motor: La ansiedad se manifiesta como inquietud motora, hiperactividad, escape de la situación aversiva, rechazo de los estímulos condicionados a ese hecho, que nos permite reconocer el miedo y la angustia, entre otras respuestas alteradas motoras y verbales. Tipos de ansiedad Ochoa(30), los categorizó como los siguientes: Trastorno obsesivo compulsivo: Pensamientos recurrentes, a menudo perturbadores, que pueden provocar conductas (compulsiones) que aparentemente no se pueden detener ni controlar. Trastorno de ansiedad social: Se caracteriza por una fuerte sensación de temor y nerviosismo en situaciones sociales o cuando la persona se cree


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el centro de atención. Tendencia a evadirse de grupos de personas. Trastorno de ansiedad generalizada: Sensaciones diarias de mucha preocupación, persistente estado de malestar. Este es un trastorno que suele comenzar en la niñez o en la adolescencia y puede ser difícil de diagnosticar

porque

sus

síntomas

físicos

lo

asemejan

a

otras

enfermedades características de estas etapas. Trastorno de pánico: Sensación súbita de miedo y temor intenso que sucede sin causa aparente. Es el conocido “ataque de pánico”. Trastorno por estrés postraumático: Recuerdos vividos y atemorizantes, pesadillas

de

un

evento

traumático. Estos

eventos dolorosos

suelen ser consecuencia de maltrato o abuso infantil, agresiones físicas, violencia de género, accidentes graves, pérdidas de seres queridos de forma violenta, etc. Consecuencias de la ansiedad La ansiedad no produce lesiones en el corazón ni arroja a las personas a la locura. Sin embargo,

si puede generar sentimientos de infelicidad,

depresión, alteraciones del sueño, deterioro de las relaciones familiares, consumo de sustancias tóxicas, entre otros desajustes psicológicos; por ello es muy importante aprender a controlarla. Lo primero de todo es impedir que dicho trastorno siga creciendo y ocupando más espacio en la vida de la persona y provocando cambios bruscos de humor. Los desórdenes de ansiedad, sin embargo, causan a la gente una


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sensación de miedo, de pena e inquietud sin ninguna razón evidente. Sin tratamiento, éstos pueden reducir dramáticamente la productividad y disminuir

perceptiblemente

la

calidad

de

la

vida

de

un

individuo. Afortunadamente, hay tratamientos eficaces que pueden ayudar. Ansiedad dental La ansiedad ante el tratamiento odontológico, llamada también fobia dental, ansiedad dental u odontofobia de acuerdo con Rowe(31),

está

considerada en la categoría de fobias específicas y por extensión, se determinaron los mismos criterios diagnósticos establecidos en el Diagnostic and Statistical Manual of mental Disorders (DSM-IV) para esta clasificación. Para Márquez y Cols(11), el concepto más universalmente aceptado de ansiedad en el campo de la odontología se refiere a un complejo patrón de conducta asociado a una activación fisiológica, que ocurre en respuesta a estímulos internos (cognitivos y somáticos) y externos (ambientales), que pueden aparecer antes y durante el proceder odontológico en los pacientes sin que lo identifiquemos. Existen tres elementos diferenciadores entre la ansiedad y los miedos dentales: El principal elemento reside en la dimensión temporal entre la conducta y el ambiente propio de la odontología. La ansiedad

sigue un patrón

conductual anticipatorio, evocado por una situación preaversiva; es decir,


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se presenta de manera anticipada al tratamiento. Los miedos dentales, por el contrario, revisten un carácter contemporáneo con la consulta, tienen una relación de inmediatez con el acto clínico. El segundo elemento de diferenciación es la generalización de la respuesta, la ansiedad se da como un patrón

global, evocado por el

contexto del tratamiento, mientras que los miedos al odontólogo; se caracterizan como modelos discriminativos, controlados por estímulos específicos durante la consulta. Finalmente, los elementos operantes-motores por parte del paciente en la ansiedad son de evitación de ir al dentista, mientras que los que conllevan los miedos dentales son de escape del tratamiento, que se traducen en un comportamiento perturbador u obstaculizante durante la intervención. Moscoso(27), explicó que en estrecha concordancia con el modelo cognitivo de la ansiedad, las cogniciones asumen la forma de pensamientos negativos respecto al tratamiento dental ellos pueden ser: Pérdida de control, posibilidad de desmayarse, tener un ataque de pánico, dolor intenso o deslizamiento de la “maquinita” para curar los dientes. Diversos estudios han demostrado que las cogniciones, antes descritas, son componentes significativos de la angustia frente a la consulta odontológica y que la frecuencia de éstas están relacionadas con los niveles de ansiedad que experimenta la persona, quiere decir que un individuo con altos porcentajes de la misma pone de manifiesto más


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pensamientos negativos, en tanto, un sujeto con una baja escala de esta evidencia menos situaciones dentales no favorecedoras. Diversos autores han señalado que la ansiedad en el tratamiento odontológico proviene de: - Una experiencia previa negativa y dolorosa que ha suscitado una respuesta condicionada de miedo. - Anécdotas de parientes y amigos cercanos de sus experiencias dentales desagradables. - Representaciones poco favorecedoras de la odontología en los medios de comunicación. - Una sensación de pérdida de control en el escenario del consultorio dental. - Vergüenza por el descuido dental y miedo al ridículo. - Una sensación de despersonalización en el proceso de atención dental, intensificada por el empleo generalizado de barreras e indumentarias de protección (mascarilla, guantes de látex y otros protectores). - Un medio general a lo desconocido. Estudios más recientes, permitieron concluir que aunque situaciones como inyecciones en las encías o sangrado de la boca generan ansiedad, los niveles más altos están relacionados con eventos; es el caso de la posibilidad de contagiarse de una infección por medio del instrumental odontológico, así también el riesgo de ser herido en alguna parte de la


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boca durante el procedimiento. Prevalencia La ansiedad a la consulta odontológica, ha sido clasificada en quinto lugar dentro de las situaciones más comúnmente temidas. Dado su alto nivel de aparición, es de esperarse que los pacientes

eviten las visitas

dentales; sólo una minoría de éstos afirmaron no tenerla en relación al ambiente dental. Un estudio llevado a cabo en Holanda reportó que el 14% de la población holandesa no experimentó aprensión o ansiedad al acudir al odontólogo, mientras que casi el 40% la manifestó por encima de lo normal y un 22% de los individuos mostraron estar altamente ansiosos. Varios estudios transversales han documentado que la incidencia de la ansiedad dental disminuye con la edad, lo que fue confirmado en una investigación longitudinal realizada por Hagglin(32), quién monitoreó individuos desde 1969 hasta 1996, encontró que con la edad aminoran de forma similar otras fobias generales y específicas. Es poca la literatura que

señaló una fuerte relación entre angustia en el acto clínico

odontológico y la edad. Con relación al género, la gran mayoría de los trabajos de estudio indicaron promedios más altos de existencia de ansiedad dental en mujeres que en hombres, sólo unos pocos percibieron una relación no significativa.


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Entre las consecuencias que fueron identificadas de la ansiedad ante el tratamiento odontológico está la interferencia con el acto clínico, que habitualmente genera la interrupción de éste y la evitación de posteriores contactos con odontólogos e higienistas dentales, lo que en ocasiones determina la inasistencia a este tipo de intervenciones. Por otra parte, las reacciones del paciente y los intentos de manejo de estas por parte del personal; afectan negativamente la relación odontólogo-paciente y son fuente de estrés para el profesional. Por último, la ansiedad inmersa en la odontología

promueve un incremento de los costos restaurativos,

derivados del no asistir a las consultas, que en muchos casos excede los recursos disponibles para el cuidado de la salud bucal. Ansiedad dental infantil Todas las personas, desde los niños hasta los adultos mayores, experimentan ansiedades y miedos de vez en cuando. Sentirse ansioso en una situación particularmente incómoda nunca es agradable. Sin embargo, cuando se trata de infantes, experimentar este tipo de sentimientos es normal y necesario. Sentir y lidiar con la ansiedad puede preparar a las personas más jóvenes a hacer frente a experiencias y situaciones retadoras en la vida. Los niños y jóvenes son más ansiosos y miedosos. Ellos son susceptibles a causales de ansiedad en sus vidas al igual que los adultos. Sus respuestas de angustia están integradas a reacciones defensivas innatas


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en su conducta, como en todas las personas. Este mecanismo de vigilancia sirve para alertarlo de posibles peligros y desempeñan un papel protector en él. Por otro lado, Sandín(33) consideró la ansiedad dental infantil como aquella relacionada íntimamente con todos y cada uno de los procedimientos en lo que a salud bucodental se refiere. Se estima que afecta al 16% de los niños en edad escolar, siendo la infancia el origen, en la mayoría de los casos, de estas actitudes negativas frente a la odontología, las cuales se deben de eliminar en vista a tratamientos futuros. El éxito de la Odontopediatría depende, no sólo de las habilidades del profesional, sino también de la capacidad de este de conseguir cooperación por parte de los pacientes. En el caso de infantes no colaboradores, es decisivo establecer desde el principio, una relación de confianza entre el clínico y este, así como también con los padres. Situaciones como el inicio del colegio, visita al dentista, entre otras; pueden propiciar reacciones de ansiedad o un desorden de la misma. En el caso de los niños ansiosos, ellos experimentan una sensación general de aprehensión afectiva de la que se desconoce el origen preciso. En

relación con la edad, investigaciones realizadas

con población

infantil, reportaron una prevalencia del 38% para la ocurrencia de este fenómeno. Igualmente, relacionan elementos causales similares a los mencionados para los adultos, entre los que se cuentan las atenciones


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irregulares, los procedimientos traumáticos de tratamiento y la ansiedad de los padres del niño. De forma adicional, se mencionó un incremento en la ansiedad infantil, cuando los pacientes consultan esporádicamente debido a la presencia de dolor y en consecuencia, el tratamiento involucra la extracción de una pieza dental Milsom y Cols(34). Hay muchos factores que influyen sobre las actividades y la conducta de un niño hacia la odontología, ya que éste presenta una variada gama de manifestaciones emocionales, que se desarrollan paralelamente con su estado físico y personalidad. La literatura reportó también que este tipo de ansiedad tiene estrecha relación con el miedo y el dolor infantil más que con una respuesta propiamente dicha ante una situación particular. Cuando un paciente infantil llega para ser atendido por el odontólogo, trae más que una molestia en sus tejidos bucales, una carga emocional, de experiencias propias o de su entorno cercano, ya que es un ser humano que tiene miedo, ansiedad y gran preocupación por las sensaciones dolorosas. Ellos tienden a ser ansiosos y miedosos en mayor proporción que los adultos, debido a que están siempre expuestos a situaciones nuevas y desconocidas. Por este motivo, el éxito de la práctica odontológica en niños no depende sólo de las habilidades técnicas del odontólogo, sino también de su


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capacidad para lograr y mantener la cooperación del infante. Es por ello que el especialista en odontología infantil debe estar capacitado para reconocer y diferenciar los tipos de emociones que pueden presentarse, por medio de un conocimiento y entrenamiento de la evolución psicológica, emocional del pequeño y realizar el manejo indicado para las mismas. Perfil psicológico del paciente niño La literatura odontológica sugiere sin ninguna duda que los pacientes muy pequeños constituyen uno de los problemas principales en el ejercicio de la odontología García y García(35). Es por eso que el conocimiento de la conducta infantil, tanto de sus aspectos personales como de su entorno social, es necesario, para aplicar la psicología al tratamiento odontológico. De acuerdo a diversos autores, la clasificación de los grupos cronológicos es de la siguiente manera: 0 a 3 años de edad: Llamada etapa de la primera infancia. Piaget la denominó como del desarrollo sensorio–motor, ya que se comienza a desarrollar sensaciones de dolor, tacto, cambios en la posición corporal, entre otros. El infante va descubriendo el mundo que lo rodea y sus padres contribuyen a formar su sentido de seguridad. A partir del año empieza a sugestionar autocontrol y confianza en sí mismo. En esta etapa, el niño experimenta miedo a la separación de sus padres y a los extraños. Estos temores son de interés, los clínicos deben


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entenderlos ya que les permitirá adoptar una estrategia para enfrentar de manera adecuada al niño. 3 a 6 años de edad: Llamada etapa pre-escolar, donde el niño comienza a adquirir habilidades (escritura, lectura y compresión) pero aún su capacidad intelectual está limitada. Sus temores son más específicos, la aplicación de la aguja o el ver sangre puede desencadenar reacciones desproporcionadas a la intensidad del estímulo. Su imaginación

es

grande y crea fantasías que irá eliminando con la experiencia, por lo que el profesional debe manejar este aspecto fantasioso del infante en sentido positivo para facilitar el grado de aceptación al tratamiento dental. 6 a 12 años de edad: Llamada etapa de la edad escolar. El niño está preparado física y mentalmente para desarrollar el sentido de la productividad. Según Piaget, en el desarrollo

cognoscitivo, esta

corresponde a operaciones concretas. En este período la representación de sus acciones pasan a formar parte de sus capacidades cognoscitivas, su mente, habilidad mental han madurado y pueden asimilar información acerca de la realidad, tanto la abstracta como la teórica. Además al tener un nivel suficiente de comprensión y comunicación oral puede responder por sí mismo a las preguntas que le formule el profesional médico. En esta etapa, los niños tienen miedo como resultado de experiencias negativas en edades más tempranas y se cuida de no fracasar en nuevas experiencias y de suceder, origina en él un temor futuro.


58

Por todo lo anterior, el Odontopediatra debe manejar las características de este período, para evitarle a sus pacientes posibles miedos en años posteriores hacia la odontología. Es importante conocer las diversas causas que pueden originar ansiedad en los pequeños pacientes dentro de la consulta. Según Schneller y Wolff (36), éstas son: - La experimentación del dolor al tratamiento y a la causa del mismo. - La intimidación y poder físico por parte del odontólogo. - Falta de tiempo para acostumbrarse a lo desconocido ante el tratamiento. - Ausencia de confianza con el odontólogo y auxiliares. - Historias exageradas contadas por el entorno. - Temor de los padres al tratamiento dental. - Amenazas de los padres con la inyección del médico si el niño se porta mal. - Existencia de problemas psicológicos de base. Según Ríos(26), existen otros factores contrarios a los anteriormente citados que también pueden influir en la génesis de la ansiedad en infantes como lo es el sexo, algunos estudios mencionan que las niñas son más ansiosas que los niños; pero existen varios estudios que no demuestran diferencias significativas entre ambos sexos, otro factor es la frecuencia y el número de visitas dentales, ya que la angustia es mayor en


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niños sin experiencias dentales previas. En cuanto a la posible relación entre niveles de ansiedad dental y clase socioeconómica

a

la

que

pertenece el niño no existen diferencias

significativas, aunque si las hay cuando se compara el grado de ansiedad con factores sociales (problemas familiares, drogadicción, etc.) y su origen étnico. Por tanto, Rodríguez(16) sugirió que para facilitar los tratamientos y el manejo de estos pacientes, existen una serie de posibilidades y consejos efectivos que ayudan a controlar y en muchos casos prevenir la ansiedad dental infantil: 1. Realizar una buena anamnesis con los padres sobre las experiencias previas del niño. 2. Tranquilizar primero a los padres cuanto más pequeño sea el niño. 3. Brindarle la oportunidad de ganar confianza y darle tiempo para investigar la situación inhabitual. 4. No realizar nada doloroso durante las primeras sesiones, como máximo explorar al niño. 5. Ser capaz de captar todos los mensajes, tanto verbales y viceversa, del paciente. 6. Alabarle en cada paso del tratamiento. 7. Ejemplificar el tratamiento que se le va a realizar en otra persona. Esto sería una técnica de aprendizaje por observación, con la que adquiere


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nuevos comportamientos más positivos. 8. Métodos de distracción, como por ejemplo: Video-juegos, música, televisión, entre otros. 9. Convertir al acompañante en co-terapeuta. Para que el niño no se quede sólo en la consulta y se sienta más tranquilo, aunque no existe acuerdo entre los distintos autores sobre la presencia de los padres en el consultorio dental. 10. Experimentar al niño de forma concreta el dolor que va a padecer, por ejemplo, hacer que se arranque un pelo, pero a ser posible en presencia de los padres. 11. Decir-Mostrar-Hacer. Explicándole claramente todo lo que se le va hacer, paso a paso para disminuir su miedo a lo desconocido. 12. Hacerle participar de forma activa como “ayudante”, para fomentar su autonomía. 13. Ocultarle el instrumental que pueda aumentar su ansiedad, siendo uno de los más importantes la jeringa de anestesia. 14. Visitas no excesivamente largas y preferiblemente por la mañana (cuando el niño no presenta cansancio). 15. Proceso dinámico de diálogo, estableciendo el lenguaje apropiado, por ejemplo, decirle fotografía en vez de radiografía y control del tono de voz, adoptando así una actitud menos autoritaria. 16. Ambiente agradable (relajado y cómodo).


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Cabe mencionar que el miedo y el dolor infantil tienen mayor reflejo y relación con la ansiedad del niño que con una respuesta propiamente dicha ante una situación particular, asimismo el desarrollo de la inteligencia juega un papel preponderante ya que cuando más desarrollado se encuentra, menor será el miedo y la percepción del dolor. Como se ha visto, es importante que el Odontopediatra reconozca la ansiedad y que

evite

producirla en

el

niño,

pero a pesar de su

importancia se han reportado pocos estudios en Latinoamérica sobre la ansiedad y el miedo infantil frente al tratamiento dental. De esta manera para reconocerlos es necesario evaluarlos y/o medirlos con instrumentos psicodiagnósticos válidos. Con el objeto de tratar de cuantificar el grado de ansiedad ante la consulta Odontopediátrica, se han desarrollado numerosas escalas y dentro de ellas distintos subtipos. Estas han permitido tener, al menos, un ligero conocimiento de la actitud del niño ante la sesión clínica, aunque no todas son igual de fiables, lo correcto es relacionar las variables obtenidas en distintas escalas, no se considera adecuado usar una de modo aislado. Las formuladas para determinar los componentes del tratamiento que más angustia despiertan y generalizar las respuestas son: 1. Escala de imagen facial para evaluar ansiedad dental en niños, en inglés facial image scale (FIS). 2. Escala de ansiedad de Corah.


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3. Inventario de ansiedad rasgo-estado para niños (IDAREN). 4. Cuestionario para trastornos emocionales infantiles relacionados con la ansiedad. 5. Inventario de ansiedad dental. 6. Escala de ansiedad infantil de Spence. Es importante señalar, que los Odontopediatras deben ser capaces de identificar la ansiedad en sus pacientes

tan temprano como sea

posible. Para este propósito, la evaluación de ésta es esencial, ya que los niños carecen de las

habilidades

cognitivas

y de conducta para

describirlas exactamente. Hay diferentes métodos para evaluar la ansiedad. Cuando se considere el uso de uno de ellos, hay que tener tres factores en cuenta: - La validez del instrumento usado: Esto puede ser un problema especialmente cuando la medida es indirecta. Por ejemplo, el uso de instrumentos de medidas de las funciones vitales se ha criticado, ya que la ansiedad puede ser provocada debido a la naturaleza del equipo usado y no porque el niño este ansioso. - Las escalas deben ser apropiadas para que se use en niños: Las medidas indirectas superan esto hasta cierto grado, ya que están basadas en observaciones y reacciones del niño por otras personas. Técnicas sobre un informe verbal-cognoscitivo (Ej.: cuestionarios) puede ser problemático, sin embargo, hechos a 38 niños directamente sobre su


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ansiedad dental, es justificable. Parámetros verbales empleados en infantes pueden tener limitaciones durante la comprensión y la habilidad intelectual. - Es importante considerar que las medidas de evaluación sean de uso práctico para

el

operador dental. Técnicas como tests proyectivos y

observación del comportamiento no son empleados todos los días por los clínicos, muchas de las cuales requieren de experiencia para realizar las entrevistas y administrar las pruebas. De manera similar, la pericia en el uso de equipos de medición de las respuestas fisiológicas y la interpretación

de

los

resultados

requieren

de

profesionales

especializados, por no ser de uso común en la práctica dental. Además estos métodos consumen tiempo e implica cierta interrupción en el funcionamiento normal de la clínica. Para este propósito, a continuación se delimitaron los instrumentos que fueron seleccionados para la evaluación de los niveles de ansiedad en escolares, que acuden a la consulta Odontopediátrica de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo: De acuerdo con su autor Venham(37), el test denominado por él como Test de dibujos de Venham (TDV), consta de una escala, donde se utilizan 8 pares de figuras, en las cuales cada uno

representa un estado de

ansiedad con una calificación numérica. Los niños pueden responder por escrito, oralmente o con gestos. El paciente escoge las figuras que le


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parecen las más cercanas a su estado de ansiedad. La calificación obtenida representa el número de veces que se siente ansioso de acuerdo al par escogido. Esta escala es fácil de aplicar, tomando entre uno y dos minutos su respuesta, siendo que su diseñador pregona la facilidad

de

la

misma

para

ser

aplicada

a

niños

pequeños. Discrimina de forma aceptable entre pacientes infantiles ansiosos o no. Vale la pena destacar, según Padrós(38) algunos aspectos de la expresión infantil son la representación de las emociones y el miedo a los extraños (una de las primeras emociones que se aprecian en niños), los códigos mímico gestuales (tipos de expresiones más apreciables cuando el lenguaje aún no se ha convertido en el principal modo de comunicación), el aprendizaje del habla y la escritura, el juego, los sueños y los dibujos. De hecho, bastantes autores consideraron que los sueños y los dibujos son las dos formas de expresión infantil más importantes a considerar en la evaluación psicológica a niños. Escala de ansiedad de Corah: En la actualidad existen dos versiones de esta escala: La escala de ansiedad de Corah (39) –EAC- y la escala de ansiedad de Corah modificada – EACM- descrita por Whright, Lucas & McMurray(40). La primera tiene cuatro ítems, mientras que la segunda es exactamente igual a la diseñada por Corah, pero a la que se incluye un quinto ítem que valora el miedo a las inyecciones de anestesia bucal.


65

En este estudio se usó la versión en español de la EAC realizada por Pal-Hegedüs(41), útil en pacientes adultos por su diseño original, siendo la modificada, que es también utilizada en niños, la más aplicada en este tipo de valoraciones. Esta escala compuesta por cuatro preguntas, con cinco alternativas para cada una, siendo atribuidos los siguientes puntajes: 0: Sin ansiedad (puntuación igual a 4); 1: Baja ansiedad (entre 5 y 9); 2: Ansiedad moderada (valores entre 10 y 14); 3: Alta ansiedad (para 15 y 20 puntos). En esta escala se utilizaron cuatro preguntas básicas, que bien pueden ser contestadas por los padres si su hijo es muy pequeño o por el mismo paciente si ya es capaz de entenderla, siempre algunos días antes de la cita con el dentista. La confiabilidad de la escala ha sido evaluada, siendo calificada como satisfactoria,

mientras

que

la

validez

se ha determinado como

aceptable, encontrando relación directamente proporcional con escalas de valoración de la conducta durante la actividad clínica odontológica. En

resumen,

existen

diversos

ansiedad. Muchos estudios

instrumentos

reportaron

para

medir

la

el empleo de éstos dos

instrumentos, pero hay que recalcar que cada uno de ellos mide un aspecto de la ansiedad y si éste no concuerda con el sistema de respuestas, no se relaciona con el resultado. Por

eso,

Aartman

y

Cols(42) mencionaron que hay poca correlación entre los parámetros para


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evaluar la ansiedad del niño frente al tratamiento odontológico. Es preferible el empleo de un instrumento para que la misma aumente. El miedo El miedo es definido Lengua

(43)

en el Diccionario de la Real Academia de la

del latín “metus”, como un sentimiento, estado afectivo o

sensación que provoca una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo, daño real o imaginario. Recelo o aprensión que uno tiene que le suceda una cosa contraria a lo que desea. Partiendo de esta definición, de la cual se pudo extraer que el miedo modifica la forma de ser del individuo, ya sea por algo interior o exterior, real o ficcional. El Diccionario Oxford de la Mente(44), argumenta que las causas principales del miedo serían la exposición a una estimulación traumática, el contacto repetido a una situación subtraumática (sensibilización), la observación directa o indirecta de personas que muestran temor y la recepción de información que lo provoca. Asimismo, Medinilla(45), describió que entre todas las emociones, el miedo es una de las básicas

y puede darse por incertidumbre ante lo

desconocido o porque hay novedad en la situación. La persona cuenta con un sistema de creencias y de recursos que le sirve como sistema de seguridad que ha sido construido

sobre

las

representaciones de

experiencias anteriores y tal vez, en algunos casos, puede serle operativo


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para afrontar algo nuevo, pero no le sirve para crecer. No crea recursos para vivir la experiencia, se agarra a la seguridad y a lo conocido. Cabe destacar, que el sustantivo miedo no tiene verbo, así que cuando se quiere formarlo, se recurre a la circunlocución "tener miedo", la forma culta del verbo es temer y el correspondiente sustantivo, temor. Por lo tanto, el miedo es una condición de la conducta humana que no se manifiesta de la misma manera y ante las mismas cosas, la mayor parte de lo que da temor se adquiere con el tiempo, en la interacción con personas, en situaciones que han producido algún daño, o se percibe en otros, simplemente se emplea como un elemento manipulador y así se tiene esta emoción presente en estado latente en las demás esencias. En el mismo orden de ideas, Gray(46) consideró al miedo, como un hipotético estado del cerebro o sistema neuroendocrino, que surge en determinadas condiciones y se manifiesta por ciertas formas de comportamiento. Los psicólogos aseguran que la tensión de alerta causada por el miedo es necesaria para vivir, sirve para superar los peligros reales y además nos ayuda a defendernos de la angustia. La noción de peligro forma parte de la vida y habla del grado de socialización. A partir de los quince meses, al niño se le empieza a imponer una serie de límites y tabúes en pro de su seguridad. A fuerza de un ¡no! aprende, por ejemplo, que no debe tocar las cosas calientes. El temor a lo que pueda ocurrir funciona entonces


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como previsor y sistema de alarma ante los peligros reales y justificados. Después de años de estudio, los especialistas han llegado a la conclusión de que no es tan sencillo asociar un determinado estímulo con una sensación de miedo concreta como proponía Watson, porque es la experiencia de cada persona la que determina si va a sentir temor o no. En el desarrollo de las teorías explicativas del miedo, hay contribuciones de la psicología conductista de Watson(47). En esta teoría, calificada de simplista posteriormente, se señaló que los estímulos atemorizantes innatos, es decir, aquellos que no hemos aprendido, sino que simplemente desarrollan temor, debido a su potencial carácter peligroso para el individuo, podrían ser: 1. El ruido. 2. La pérdida de soporte inesperada. 3. El dolor. La teoría de Seligman(48), sostiene que es más fácil aprender unos temores que otros. Él creyó que el Hombre está preparado por la evolución para desarrollar con facilidad miedo a ciertos estímulos, como serpientes y arañas. Aunque es más probable que otros objetos comunes causen dolor o daño (como un martillo,

un

ventilador eléctrico, un

enchufe, etc.), es menos posible que se desarrollen fobias por esos artefactos, que por dichos animales. El porqué de esto, según el autor son sensaciones que representaban peligros en los inicios de la historia


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humana. Por medio de la selección natural, se han vuelto expresiones condicionadas muy efectivas. Por consiguiente, el miedo es la manera de vivir el peligro que tiene el ser humano y tiene una vertiente física y otra psicológica: Física: El cuerpo se condiciona para una acción defensiva eficaz y rápida, preparando el tono muscular, aumentando el ritmo cardíaco y respiratorio. El miedo es todo lo contrario del relax, en el que las funciones del organismo trabajan en su misma expresión. Psicológica: El cerebro es el que decide que ideas son peligrosas. Esto lo hace a través de experiencias vividas. El miedo, como cualquier otra emoción, se manifiesta a tres niveles o tipos

de

respuestas:

Expresiones

de

conducta,

sentimientos

y

pensamientos subjetivos, cambios fisiológicos acompañantes (me puse pálida de miedo, temblando de miedo). Los sentimientos que aparecen con el miedo son sensaciones desagradables más o menos intensas (desde el malestar hasta el terror, urgencia de escapar y gritar, agresividad, etc.). Tipos de miedo De acuerdo, con Keane y Kaloupek(49) el miedo puede considerarse en los siguientes tipos: Miedo neurótico: Sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario donde el individuo es consciente de sus acciones.


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Miedo agudo: Provocado por estímulos y situaciones tangibles, que se disipan con facilidad cuando se retira o evita el estímulo que los ha suscitado. Miedo crónico: Es más complejo y puede estar o no ligado a un origen tangible que lo provoque. Miedo latente: Se fundamenta en organizar la experiencia de la persona, es difuso e inexplicable, que aunque manifiesta miedos concretos, tiene un estado de latencia de fondo. Miedo que se manifiesta: Caracterizado por una señal de alarma, de peligro, que dispone a la acción muscular, moviliza la energía y la atención, preparando al organismo para actuar, bien huyendo, evitando o atacando,

ya

que

si

hay

peligro

puede

haber

amenaza

de

agresión. Siempre que hay miedo, existe agresividad movilizada en el fondo. Fobia: Es un miedo intenso e infundado, la defensa habitual es la huida el no enfrentarse con el objeto o la situación fóbica (Mecanismo de evitación y aplazamiento). Las personas fóbicas se dividen en aquellos que responden con un temor extraordinariamente marcado por una situación específica, que a menudo es difícil de descifrar. Cuando un individuo está muy asustado por algo que no produce especial miedo a los demás, es porque el motivo en cuestión ha quedado asociado en su mente con algún temor infantil; también se da el caso de que la


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sensación aterradora se ha convertido en el símbolo de algo temido inconscientemente. Terror: Miedo específico a que ocurra algún acontecimiento o acción nefastos. Susto: Impresión repentina causada en el ánimo por sorpresa, miedo, espanto o pavor; una preocupación vehemente por alguna adversidad o daño que se teme. Sobresalto: Sensación que proviene de un acontecimiento repentino e imprevisto, un temor o susto repentino. Pánico: Representa el miedo grande o el temor muy intenso. Asimismo, se puede clasificar el miedo según Magge y Cols(50) como: 1. Miedo a los estímulos intensos y desconocidos. 2. Miedo a la ausencia de sensaciones (ej.: oscuridad). 3. Miedo a situaciones que han sido potencialmente peligrosas para la especie humana en el transcurso del tiempo (ej.: a la separación, altura, serpientes u otros animales salvajes). 4. Miedo a las interacciones sociales con desconocidos. Fisiología del miedo El miedo, es una emoción que se reconoce a través de una serie de cambios fisiológicos relacionados con el sistema nervioso autónomo y el endocrino, su sentido básico es el de protección ante estímulos peligrosos, pero el ser humano, por su forma de vida, saca de contexto el


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carácter innato del miedo y lo versiona en estados similares sin esa función protectora. La

respuesta

subsiguiente,

ante

un

estímulo

atemorizante,

desencadenada por estos sistemas, fue investigada por Cannon y Selye(51) quienes estudiaron la reacción inmediata del organismo y la adaptación del mismo ante una situación continuada de estrés, definiéndolas como situaciones de alarma y período de resistencia. Por su parte, Mintzer y Lydiard(52), establecieron que la movilización de los recursos corporales, adecuados para una respuesta de ataque-huida, frente al peligro, se ponen de manifiesto a través de la activación del sistema nervioso simpático y la médula suprarrenal que va a segregar hormonas como la epinefrina y norepinefrina, si se mantiene la situación, se pasa de la reacción de alarma, al período de resistencia, el control se dirige de la médula a la corteza suprarrenal y de allí hasta la adenohipófisis. Las hormonas implicadas son las denominadas antiflogísticas (rebajan los procesos inflamatorios) y están relacionadas con el metabolismo de los azúcares en el organismo (glucocorticoides: Hidrocortisona, corticosterona y cortisona), por consiguiente, se relacionan con el aporte de energía en la fase de resistencia. Dichos autores, sostuvieron que el estrés prolongado, produce un descenso en la actividad de la tiroides (disminución de la función tiroidea)


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y una menor secreción de la hormona del crecimiento. También hay una clara repercusión del estrés continuado en la alteración del comportamiento sexual y reproductivo, se produce, por tanto ante una situación continúa de emergencia en el organismo, una menor actividad del crecimiento, reproducción y defensas frente a procesos infecciosos, tanto sea la causa del estrés: Psicológica, por traumatismo quirúrgico o ambiental Gray(53). De esta manera, se estableció de forma simplificada, que el miedo es una reacción de protección por parte del organismo que depende del desarrollo filogenético y también de la situación concreta en la que se produzca. Las manifestaciones fisiológicas del miedo más comunes, de acuerdo a Barlow y Lehman(54) son: 1. Ritmo cardíaco acelerado. 2. Sudoración excesiva. 3. Tensión muscular. 4. Sequedad de garganta y boca. 5. Sensación de náuseas en el estómago. 6. Dificultad en respirar. 7. Respiración rápida y entrecortada. 8. Temblores. 9. Dilatación en las pupilas.


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10. Erizamiento del pelo. 11. Aumento en la presión arterial. Miedo en las distintas edades El miedo, al ser una de las reacciones básicas del organismo ante situaciones de tensión y peligro, de acuerdo a Rothbaun(55), se presenta en el individuo con diversas respuestas conforme a la edad que este tenga, así se pudo categorizar como: Recién nacidos: Ellos muestran una conducta alterada y trastornada cuando tienen hambre, están cansados o nerviosos, antes que miedo propiamente dicho. En los primeros meses de vida el niño no responde con cautela ante estímulos pero sí con gritos y lloros. A partir de las primeras semanas él bebe presta atención a las sensaciones novedosas mostrando interés y reacciones que pueden ser de temor. De los 8 a 12 meses: El niño es capaz de diferenciar los estímulos familiares de los extraños y comienza a mostrar miedo a personas desconocidas. Cuando empieza a caminar las respuestas se hacen más patentes demostrando el temor huyendo, dirigiéndose a los brazos de su madre. Durante los 2 primeros años de vida: Los temores van aumentando. El niño puede explorar su entorno teniendo probabilidades de encontrarse con situaciones más peligrosas (caídas sin importancia, sustos de personas extrañas, etc.).


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Edad preescolar (2 a 5 años): Muchos miedos que anteriormente tenían desaparecen.

Los

temores

a

peligros

previstos,

imaginarios

o

sobrenaturales aumentan, esto se explica por el desarrollo cognitivo del niño lo que influye en sus reacciones emocionales. Los infantes pueden adoptar los temores de sus padres, esto sucede por medio de la observación. Es en esta etapa, donde tienen miedo al ingreso escolar, debido a la separación de sus progenitores. Niñez intermedia (6 a 10 años): Muchos miedos son irrealistas y tienen por objeto motivos imaginarios (a la oscuridad y a quedarse solos). Las pesadillas poseen su punto culminante a esta edad y se explica en base a las teorías psicodinámicas. Aprenden a leer y presentan temor a las noticias que difunden los medios de comunicación (ladrones, terroristas, etc.). Preadolescencia (11 a 14 años aprox.):

Aparición

de

temores

comprometidos con el ámbito de relaciones interpersonales (obesidad, miedo al fracaso escolar, etc.), éstos se deben por el aprendizaje observacional y condicionamiento operante en el que al ejecutar una respuesta lo recibe un refuerzo (si fumo me aceptarán en el grupo) o un castigo que tiende a disminuir esas situaciones (si me visto como niñita nunca se fijarán en mi). Adolescencia y adultez: En esta etapa, se tienen profundos temores. Ante situaciones nuevas el ser humano experimenta miedos (cambio de


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empleo, de estado civil, primera experiencia sexual, etc.). La búsqueda por saber qué tipo de identidad adulta se va a construir es angustiante. La delincuencia en la adolescencia ocurre cuando ellos quieren tener su propio dinero y no pueden conseguirlo. El individuo, en muchos casos responsabiliza a su familia y al medio social de sus exigencias interiores por eso provocan algunas de estas reacciones: 1. Tendencia antisocial. 2. Fuga del hogar. 3. Delincuencia. 4. Violencia. 5. Sexualidad mal comprendida. 6. Drogadicción. Desarrollo y abuso del miedo en los seres humanos Según Breton(56), los seres humanos que abusan del miedo, desarrollan comportamientos cuyas reacciones fisiológicas son muy parecidas, las cuales están muy lejos de cumplir con la función de protección. Con

relación

al

miedo, Ramírez(57), afirmó que los problemas a lo

largo del desarrollo del ser humano, le generan los demás, son innumerables. Están relacionados con actuaciones sociales, que con frecuencia implican no sólo un dominio-sumisión, de uno o unos, por otro u otros y que provocan sensaciones, sentimientos, actitudes y estilos de comportamientos inadaptativos claramente patológicos, también faltas de


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apoyo

y

refuerzo

consistente

con

las

acciones,

que

causan

incompetencia, desánimo, inseguridad y temor. De una forma básica, se estableció que los seres humanos sienten miedo, cada vez que enfrentan una situación nueva, esto es, relativamente frecuente a lo largo de la vida, luego el temor no se supera nunca, eso sí, se puede aprender a manejarlo con el fin de evitar que el mismo logre paralizar o invalidar a la persona. Con relación, al miedo en un sentido general tiene su más probable causa, en la experiencia de interrelaciones sociales acumulando éxitos (control, refuerzo positivo, etc.) o fracasos (indefensión, castigo, etc.) de una forma habitual y consistente. Consecuencias del miedo Las consecuencias del miedo pueden ser muy diversas, pero una exposición repetida a los estímulos que lo causan

pueden provocar

cambios duraderos en la conducta, los sentimientos y el funcionamiento psicofisiológico de las personas, llevando en mucho casos a estados de neurosis, actitudes histéricas, hipocondríacas o depresivas, las cuales deben comprobarse mediante una cuidadosa evaluación psicológica. Por otro lado, en la obra de Beks(58), se indicó que el miedo que sufre el paciente puede ser modificado por factores generados por el entorno que lo rodea, conduciendo a la evasión de conflictos mayores. El comportamiento producido por estados de miedo va aunado con


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cambios fisiológicos, que acompañan básicamente las manifestaciones conductuales, que ocurren cuando se activa el eje hipotalámico–pituitarioadrenocorticoide, por las reacciones de tensión del organismo generando condiciones de excitación, incertidumbre, nerviosismo, preocupación en el individuo, que en muchos casos, dependiendo del grado de temor, pueden producir sensaciones indeseables, bien sea atacar o evadir el mal que activa el peligro potencial. Por lo tanto, dentro de límites muy estrechos, la cantidad de miedos debe ser la correcta ya que muy poco o demasiado,

generaría serias

consecuencias, teniendo en cuenta, que en tales circunstancias, puede apoderarse de la voluntad real del individuo. Por otra parte, Shoenmaker(59) señaló que la presunción equívoca del miedo puede traducirse en un factor anormal de personalidad, donde el individuo huye de la situación que lo amenaza pudiendo, ocasionar perjuicios a su salud. Es por ello, que todo profesional en el campo de la salud, debe estar capacitado para suponer la presencia de algún componente psicológico anormal en el paciente, con el objeto de prevenir la deserción de este de la consulta, logrando así una condición aceptable. Miedo dental infantil Los niños experimentan miedo y temor cuando visitan al odontólogo, impidiéndoles incluso dormir la noche anterior. Este sufrimiento se ve


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traducido no sólo por experiencias de maltrato recibido, sino por conflictos expresados en la boca. Por eso es tan importante conocer la historia biopatológica, ya que el síntoma no es casual ni arbitrario. En la boca están expresadas las emociones más primitivas del placer, dolor, agresión y pérdida, la situación resulta de por sí angustiante si se tiene en cuenta, la posición que adopta el pequeño en el sillón que lo deja en un estado de indefensión, sumado a que en muchos casos llega con dolor. Se completa así un cuadro en el que es necesario actuar acorde a lo que aqueja al paciente, brindándole un ambiente de confianza; Zola(60). Según, Garrett(61), el miedo dental en infantes puede manifestarse en formas diferentes: Brusca y episódica, en crisis (trastorno de pánico), persistente o

continua, grave (trastorno de ansiedad generalizada) y

tras un estrés identificable (trastorno por estrés postraumático). Los "miedos al odontólogo”, en infantes se pudieron explicar por motivos subjetivos, o bien por experiencias previas que le dan un fundamento objetivo al temor. En muchos casos, la aprehensión que siente el paciente, ante la consulta odontológica, no se relaciona con esta propiamente dicha, sino con el recuerdo de una situación anterior negativa. Por lo regular, es muy raro encontrar niños que no sólo sientan miedo de ir al odontólogo, sino que además, les agrade. La mayoría de los


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pequeños presentan un verdadero pavor cuando por determinadas circunstancias "TIENEN" que visitar al dentista, situación que no es nada grata. A veces, se conserva la memoria de una vivencia más o menos desagradable y en otros casos se trata sólo de un recuerdo subconsciente, que al enfrentarse con el sillón del consultorio dental, genera igualmente miedo o inseguridad. De acuerdo con Catalá(62) describió que el miedo dental infantil puede contemplarse desde una doble perspectiva: Exógena y endógena. Por un lado, como reacción fóbica aprendida y condicionada por una experiencia previa o aprendizaje social, a veces sin ni siquiera haber pasado nunca por la consulta del odontólogo y por otro debido a la respuesta adicional a otros miedos en estados tendentes a padecer desórdenes psicológicos. Asimismo, Kleinhauz y Eli(63) preoperatorio,

el

paciente

reportaron que para reducir el temor podía

ser ayudado con un método de

inducción y autocontrol que le permitiría estar consciente y mantener el control durante el procedimiento clínico, logrando con éxito el tratamiento. Para Beks(64), las situaciones más comunes que producen mayor miedo en los pacientes infantiles durante la consulta, por lo general son: 1. El ruido de la turbina. 2. Oír al paciente que está dentro del consultorio quejarse. 3. La vista de los instrumentos con que lo van a tratar, especialmente la aguja. 4. La extracción de un diente.


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5. El ruido del compresor. 6. El hecho de ver sangre. 7. Abrir la boca para ser inyectado. 8. Ver que inyectan a otro paciente. 9. Sentarse en el sillón dental. 10. El olor de los medicamentos. 11. Ver al odontólogo con la bata blanca. En este sentido, McGuigan(65) explicó que los momentos en que los pacientes se enfrentan a una cirugía, exámenes invasivos, técnicas dolorosas y aún el proceso de anestesia, los carga de un inmenso temor, estas constituyen

oportunidades excelentes para ocuparse de la

dimensión emocional del niño a través del diálogo para aliviar los miedos y abordar las molestias; utilizando desde una pequeña estrategia de relajación previa, hasta el simple hecho de responder a sus preguntas, pueden ser herramientas de gran utilidad para disminuir el alto grado de pavor de los pequeños. El miedo hacia el odontólogo, se origina a partir de dos tipos de miedo fundamentales, de acuerdo a Eisenberg(66): Miedos subjetivos: Son el resultado de situaciones imaginarias que se van creando en la mente, a partir de escuchar las malas experiencias que han tenido otras personas con el odontólogo y/o desde la infancia se inculque, que dependiendo de la conducta que se adopte, los padres


82

amenacen con llevar al niño al odontólogo y todo ese tipo de circunstancias similares. Se caracterizan como temores infundados ya que carecen de todo fundamento lógico. Miedos objetivos: Este tipo de miedos se desarrollan a partir de haber experimentado personalmente situaciones desfavorables con uno o varios odontólogos.

Desgraciadamente

aún

existen

dentistas

que están

pobremente capacitados y poco calificados para ejercer apropiadamente la profesión, factor que va repercutiendo progresivamente en que el infante quiera asistir con menor frecuencia a la consulta odontológica. Por consiguiente, Sánchez(67) destacó que es muy importante reflexionar sobre las condiciones en que aparece el miedo dental, ya que al menos dos de cada tres adultos que lo padecen afirman que tuvo su origen en la infancia y adolescencia como consecuencia de una experiencia traumática. Casi la gran mayoría de los niños, han sufrido estas desagradables experiencias, desde luego imperdonables e injustificables la mayor parte de las veces, pero lo peor que se puede hacer es adquirir la postura de alejarse del odontólogo,

ya

que

eso solamente

acarreará

más

problemas. Lo más congruente en este tipo de circunstancias es buscar un profesional altamente calificado y si es posible que venga recomendado de una fuente confiable.


83

Por su parte, Hibbeler(68) expuso que dentro de las manifestaciones de miedo infantil más frecuentes, ocurridas durante la realización del tratamiento odontológico están: 1. Movimientos incontrolados de la lengua. 2. Ojos cerrados. 3. Salivación excesiva. 4. Aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca. 5. Dientes cerrados. 6. Mandíbula apretada. 7. Gemido verbal y no verbal. 8. Risa nerviosa. 9. Temblor en las piernas y labio inferior. 10. Cierra los puños. 11. Cuerpo tenso. 12. Muerde. 13. Temblor de manos. 14. Micción involuntaria. 15. Quita violentamente la mano del odontólogo. 16. Miembros contraídos. 17. Sudoración excesiva no debida a calor. 18. Llanto. 19. Vómito.


84

20. Patea. 21. Es llevado forzadamente al interior del consultorio. 22. Se expresa dependiendo de la situación, de forma temerosa o con malas palabras. De acuerdo con Giladí(69), el trato al paciente infantil en la práctica clínica diaria, requiere el establecimiento de empatía, como una habilidad en relaciones interpersonales, entender al niño identificando sus temores, emociones y sentir como si fuésemos él, en otras palabras, el odontólogo debe ponerse en los zapatos del infante. De la misma manera,

Guerrero(70) recomendó que para

hacer del

espacio del consultorio, un lugar de encuentro para el bienestar del pequeño, el clínico debe ante todo disminuir el temor del mismo, generando una relación amistosa con éste, valiéndose del uso de un adecuado lenguaje corporal (similar al de la otra persona), teniendo contacto visual con el paciente, tono de voz al mismo ritmo, imitar su frecuencia respiratoria (con disimulo). Por lo tanto, tomando en cuenta lo antes citado, no existe razón alguna para que se acuda a la consulta con un estado de nervios y temor, ya que lo único que se logra es sugestionarse y como consecuencia experimentar sensaciones desagradables sin causa lógica. Por otra parte, Katz y Cols(71) señalaron que el odontólogo debe darle al paciente infantil el tiempo y la oportunidad para expresar sus ideas,


85

sentimientos y formular preguntas del estilo, ¿Qué piensas de tu tratamiento?, ¿Te gustó el método utilizado?, ¿Crees que va a funcionar?, con la única intención de lograr del tratamiento una situación placentera para el niño al controlar sus temores. Finalmente, cabe agregar que no hay que temer ir al odontólogo, sino que muy por el contrario lo que debe aterrar, son las consecuencias de no visitarlo regular y oportunamente. Es importante, que los padres nunca utilicen la visita al odontólogo, como un castigo para sus hijos, ya que lo único que se logrará será crearles la noción de que la atención dental es algo malo e indeseable. Por el contrario, lo ideal es que los progenitores transmitan a su prole seguridad, tranquilidad y les ayuden a superar sus miedos con mucho cariño y comprensión. De esta manera, los futuros adultos serán pacientes equilibrados y dispuestos a colaborar con el profesional. De acuerdo a lo expuesto por Jeffers(72), se describen cinco verdades sobre el miedo: 1. El miedo nunca desaparecerá mientras siga creciendo. 2. La única manera de liberarse del miedo a hacer algo es hacerlo. 3. La única forma de sentirme mejor es enfrentarlo. 4. No soy único sintiendo miedo en terreno poco familiar, les pasa igual a todos los demás. 5. Vencer el miedo asusta menos que convivir con un miedo subyacente


86

que proviene de la impotencia. Estos postulados, resumen que ante una situación de miedo o estímulo atemorizante

hay

que

asumir

una postura de autocrecimiento y

aprendizaje. El niño ante todo debe tomar una decisión sea cual sea, pudiendo afrontar el inconveniente en ese momento (valorar la situación) o darse tiempo para adquirir recursos nuevos para afrontarlo o ignorarlo, hasta que se vuelva a presentar (aplazamiento), o

aceptarlo y asumirlo como una

limitación elegida. Con el trascurso del tiempo, en algunos países en el consultorio dental se han implementado una serie de instrumentos de medición, dirigidos a evaluar los niveles de miedo que presentan los infantes ante la consulta, entre ellos se encuentran: 1. Encuesta de medida del miedo en niños, Subescala Dental (DS) (Inventario de miedo para niños de Nakamura y Scherer) (CFSS). 2. La escala de miedo dental (DFS). 3. Escala de miedo dental de Kleinkecht. 4. Cuestionario de miedos. 5. Inventario revisado de exploración de miedos para niños. 6. Inventario de miedo dental. 7. Cuestionario de exploración de miedos dentales para niños. Con la finalidad, de realizar la valoración de los niveles de miedo en


87

escolares, que acuden a la consulta de odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, se seleccionó como instrumento la: Escala de evaluación de miedos dentales en niños (Child Fear Survey Schedule- Dental Subscale) –CFSS- de Cuthbert y Melamed(73): Es un cuestionario con quince ítems relacionados con el tratamiento y la situación dental. Los niños responden en una escala tipo lickert de 5 puntos (de 1, no tener miedo, a 5 muchísimo miedo). Las puntuaciones obtenidas se encuentran en un rango entre 15 y 75 puntos. Se considera que los niños informan de altos niveles de temor cuando obtienen una puntuación igual o mayor de 45 puntos. A través de este estudio, se

aportó conocimientos sobre las

características del miedo y la ansiedad infantil al tratamiento odontológico, destacando que la mejor forma de no generar el temor al dentista es la prevención, para lo cual será necesario llevar a la consulta al pequeño desde que erupcionan los primeros dientes, de esta forma se familiariza con el ambiente del consultorio y el profesional. Definición Operativa de Términos Adaptación: Capacidad y acción de amoldarse y ajustarse a cualquier medio ambiente.(22) Ambiente odontológico: Espacio desarrollado para la atención de


88

pacientes con necesidades bucales. Para el niño, este contiene una serie de eventos aversivos tales como gente desconocida, procedimientos extraños y máquinas atemorizantes. Investigaciones han comprobado que los niños inmersos en ambientes odontológicos

agradables, exhiben

los más bajos niveles de ansiedad, es por ello que se deben atenuar los posibles elementos generadores de la misma y convertir el consultorio en un escenario formidable, donde el infante se sienta seguro.(9,19) Alerta: Estado que indica poner en guardia, avisa de algún peligro inminente.(11) Angustia: Malestar físico intenso que se traduce en una respiración fatigosa, sin que se deba a causa física determinada, ocasionada por la amenaza de peligro.(7,8) Calidad de la consulta odontopediátrica: Es clave para la adaptación, debe hacerse todo el esfuerzo posible por mantener al niño relajado, es por ello que la visita estructurada, permite que este sepa que esperar y cómo reaccionar.(19) Conducta: Modo de proceder o comportarse una persona.(4) Dolor: Sensación molesta de una parte del cuerpo.(65) Escala: Agrupación progresiva de números, cada uno de los cuáles constituye un valor estándar, que son utilizados para medir diversos tipos de datos.(87) Estrés: Estado de sobrecarga y tensión física o psíquica con la sensación


89

consiguiente de cansancio.(53) Estímulo:

Breve

excitación

de

un

órgano

que

produce

una

reacción. Incita a una persona a determinada actividad o a un mayor ritmo de ella.(51) Hipocondríaco: Persona que producto de su afección nerviosa, se encuentra en un estado de depresión constante y preocupación excesiva por su estado de salud.(45) Histeria:

Neurosis

caracterizada

por

ataques

convulsivos,

parálisis, sofocaciones. Calidad de histérico.(50) Miedo: Es una reacción del cuerpo humano ante un estímulo que implica una situación de peligro o riesgo para el individuo. Entre los tipos de miedo se encuentran: El neurótico, agudo, miedo crónico, miedo latente, miedo que se manifiesta, fobia, terror, susto, sobresalto, pánico.(72) Neurosis: Trastorno mental que se caracteriza por alteraciones nerviosas sin lesiones orgánicas y trastornos psíquicos, que no afectan la conciencia del individuo.(43,50) Odontopediatría: Es la rama de la odontología que trabaja con niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. Esta disciplina se centra en el crecimiento infantil/adolescente y el desarrollo, la causalidad y prevención de enfermedades, psicología infantil y de gestión de todos los aspectos de la

alta

especialización

modalidades.(36)

pediátrica,

técnicas

de

restauración

y


90

Perturbación: Alteración o trastorno del juicio, generalmente de corta duración.(45,50) Placebo: Sustancia inactiva, que tiene una acción psicológica, empleada en sustitución de un medicamento.(43) Psicofisiológico: Estudio científico de las relaciones entre los fenómenos psíquicos y fisiológicos.(30) Psicoterapia: Conjunto de medios psicológicos empleados por los médicos para tratar a los enfermos afectados de trastornos mentales. (50) Relajación: Pérdida de tensiones que se produce por la disminución de la tensión muscular.(58) Sugestión: Instigación del modo de enjuiciar o de percibir las cosas, ejerciendo sobre ellas cierto poder. Dejarse llevar por alguna idea, generalmente obsesiva, sin evaluación crítica adecuada.(49) Temor: Aprensión ante lo que se considera peligroso o molesto. Recelo de un daño futuro.(63) Terapia: Conjunto de acciones terapéuticas con un fin curativo.(50) Terror: Miedo grande, pavor de algo que se teme.(56) Trauma: Choque emocional que deja una impresión duradera en el subconsciente. (27,29) Tensión: Estado anímico de excitación, impaciencia, esfuerzo, o exaltación producido por determinadas circunstancias o actividades, como la angustia, intranquilidad, espera, miedo, temor o a causa de un fuerte estado emocional.(43)


91

Formulación de hipótesis y variables Se seleccionó un contraste de hipótesis para determinar si la asociación es estadísticamente significativa, entre el nivel de ansiedad medido a través de la Escala de Corah y el nivel de miedo dental infantil, para lo cual se aplicó el coeficiente de correlación de Spearman con el programa SPSS 15. Las hipótesis enunciadas fueron: Hipótesis de Nulidad 1 (H01): No existe relación entre los niveles de ansiedad medidos a través de la Escala de Corah y los niveles de miedo dental infantil presente en los niños escolares objeto de estudio. Hipótesis Alternativa 1 (H11): Existe relación entre los niveles de ansiedad medidos a través de la Escala de Corah y los niveles de miedo dental infantil presente en los niños objeto de estudio. Simbólicamente: H01 = r(NA,NM) = 0. H11 = r(NA,NM) ≠ 0. Donde: NA = Nivel de ansiedad. NM = Nivel de miedo dental infantil.


92

TABLA DE ESPECIFICACIONES

OBJETIVO

Evaluar los niveles de ansiedad y miedo dental infantil según la edad y el sexo en los pacientes escolares que acuden a la consulta odontopediátrica.

VARIABLES

Nivel de ansiedad dental infantil

DEFINICIÓN

DEFINICIÓN

CONCEPTUAL

OPERACIONAL

DIMENSIONES

INDICADORES

CRITERIOS

Sentimiento de inquietud o miedo ante un posible peligro que puede ser cierto o imaginario. Responde a situaciones inherentes a la consulta odontopediátrica que producen en el paciente una reacción personal a un peligro real e inmediato.

Consiste en la realización de una valoración del nivel de ansiedad en niños de edad escolar de acuerdo al sexo que manifiesten mediante los instrumentos de medición pertinentes.

-Nivel de ansiedad en niños de edad escolar de acuerdo al sexo.

-Escala de ansiedad de

0: Sin ansiedad (puntuación igual a 4); 1: Baja ansiedad

Corah.

(entre 5 y 9); 2: Ansiedad moderada (valores entre 10 y 14); 3: Alta ansiedad (para 15 y 20 puntos).

-Test de Venham.

dibujos

de

Puntuaciones desde 0 (Sin ansiedad) a 8 (Muy ansioso).

-Bajo miedo: Entre 1 a 30

Nivel de miedo dental infantil

Sentimiento, estado afectivo o sensación de perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo a un daño real o imaginario. Recelo o aprensión que tiene el paciente de que le suceda algo contrario a lo que él desea.

Conjunto de todos aquellos procedimientos necesarios para cuantificar los niveles de miedo dental en pacientes escolares en relación al sexo que presenten.

- Niveles de miedo dental en pacientes escolares en relación al sexo que presenten.

-Escala de evaluación de miedos dentales en niños (1-15).

puntos. -Miedo Moderado: Entre 31 a 44 puntos. -Alto miedo: Valores igual o por encima de 45 puntos.


93

Fundamentos Bioéticos Hoy

en

día

existe

un

cambio

fundamental en

la

relación

médico-paciente, sufriendo una evolución el contrato de asistencia en el área

de

la salud.

De

un

modelo

de

relación vertical, paternalista,

proteccionista, donde el especialista en su rol de deidad tomaba las decisiones que pensaba eran mejor para el Hombre, sin consultarle, advertirle, tomando para sí, toda la responsabilidad de su acción; se ha pasado modernamente, así nos lo enseña la bioética y el derecho médico, a una estructura horizontal, en la cual se consideran y respetan una

serie

de

derechos

y

deberes, tanto

del

galeno

e

individuo;

horizontalidad que exige, una amplia información que el médico otorgar

a

la persona, en términos

pertinentes y oportunos, para que

claros,

debe

entendibles, asimilables,

decida si finalmente acepta dicha

hermandad y las indicaciones diagnósticas y /o terapéuticas sugeridas. Valió la pena destacar

la Declaración de Helsinki(74),

destinada

principalmente a los médicos, donde en sus Artículos 2 y 6 la Asociación Médica Mundial instó a otros participantes en la investigación médica en seres humanos a la adopción de éstos mismos principios, resaltándose que el bienestar de la persona que participa en el estudio debe tener siempre primacía sobre todos los otros intereses. En esta Declaración sobre los “Principios éticos para las investigaciones


94

médicas en seres humanos”, se repasaron los principales aspectos que deben considerarse en este campo, tales como los protocolos a seguir, formación,

cualificación

comparación

de

científica

costos

y

de

las

riesgos,

personas

protección

que de

la

intervienen, intimidad,

confidencialidad, información adecuada y consentimiento informado así mismo la obtención de este en casos de individuos que no sean capaces física o mentalmente de conceder dicho permiso, uso de placebos y obligaciones éticas a la hora de la publicación de resultados. El

consentimiento

informado en

Venezuela

adquirió

un

rango

constitucional al quedar expresado en el Artículo 46, ordinal 3 de la Constitución Nacional de 1999(75), el cual estipula: Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral, en consecuencia: [….3. Ninguna persona será sometida sin su libre consentimiento a experimentos científicos o a exámenes médicos, de laboratorio, excepto cuando se encontrare en peligro su vida o por otras circunstancias que determine la ley. Según lo expresado en nuestra Constitución, si una persona no puede ser sometida a exámenes clínicos ni de laboratorio a los lograr un diagnóstico adecuado, tampoco debe sugerírsele

fines de tratamiento

médico sin su consentimiento, otorgándose así un rango constitucional al


95

<<principio de

autodeterminación y autonomía de voluntad>> en cuanto

a la salud se refiere. Por otro lado, la Declaración de Helsinki(74) sostuvo que al pedir el consentimiento informado para la participación en la investigación, el médico debe poner especial cuidado cuando el individuo potencial está vinculado con él por una relación de dependencia o si consiente bajo presión. En una situación así, dicho permiso debe ser solicitado por una persona calificada adecuadamente y que nada tenga que ver con ese vínculo. El Código de Deontología Odontológica

(76),

en relación al consentimiento

informado, establece en él: Artículo 2. El Profesional de la odontología está en la obligación de mantenerse informado y actualizado en los avances del conocimiento científico. La actitud contraria no es ética, ya que limita en alto grado su capacidad para suministrar la atención en salud integral requerida. En el mismo Código, el consentimiento se consideró

en el Artículo 99

del Capítulo Tercero; de las Investigaciones en Seres Humanos, como: El odontólogo responsable de la investigación clínica está en el deber de: […] c. Asumir, no obstante su libre consentimiento, la responsabilidad plena

del experimento, el cual debe ser interrumpido en el momento

en que él lo solicite. Mientras que el Artículo 100, estipula: La investigación en niños se limitará


96

preferiblemente a las enfermedades propias de la infancia y de aquellas condiciones a las cuales éstos son particularmente

susceptibles. Se

considera imprescindible el consentimiento de los padres o representantes legales, dado por escrito, luego de pormenorizada explicación de los objetivos de la investigación y de los riesgos o molestias. En el Capítulo Tercero, de la Investigación en Seres Humanos en el Código de Deontología Odontológica(76), se establecieron claros principios bioéticos que todo profesional de la odontología debe cumplir para salvaguardar la moral y ética profesional, al preservar la integridad física del paciente durante el

tratamiento,

tener

el

conocimiento

clínico

suficiente,

examinar

cuidadosamente al individuo sin obviar ningún detalle, entre otros; todo ello con la intención de generar la más eficiente atención a las personas a quienes se les debe informar claramente todo lo concerniente a su estado de salud bucal

y según el caso que lo amerite pedirle el consentimiento

necesario para realizar estudios de carácter epidemiológico. En el mismo orden de ideas, la Declaración de Helsinki(74) en su Artículo 31 estableció que el médico puede combinar la investigación médica con la atención en salud, sólo en la medida en que tal estudio acredite un justificado valor potencial preventivo, diagnóstico o terapéutico y si existen buenas razones para creer que la participación no afectará de manera adversa el bienestar de los pacientes, así como también en su Artículo 34 justifica que


97

el especialista debe informar cabalmente al individuo los aspectos del tratamiento que tienen concordancia con el análisis del caso. La negativa de no participar o su decisión de retirarse nunca debe perturbar la relación médico-paciente. La Ley Orgánica de Salud(77), sancionada y promulgada en septiembre de 1998, trajo disposiciones precisas en materia de información al individuo, no solamente para el acto médico ordinario sino también contempla casos especiales como los de experimentación. Los pacientes tienen los siguientes derechos: 2.- Aceptar o rehusar su participación, previa información, en proyecto de investigación experimental en seres humanos. 3.- Recibir explicación en términos comprensibles en lo que concierne a su salud y al tratamiento de su enfermedad, a fin de que pueda dar un consentimiento informado ante las opciones diagnósticas y terapéuticas, a menos de que se trate de una intervención que suponga riesgo epidémico, de contagio de enfermedad severa y en casos de extrema urgencia. Por su parte, el actual proyecto de Ley Orgánica de Salud(77), en estos momentos en etapa de discusión en la Asamblea Nacional, extiende el criterio del consentimiento e incluye en su personas, como los siguientes:

Artículo 166: Derechos de las


98

4. Recibir

y

obtener

comúnmente

información

comprensibles, sobre

oportuna, veraz y todo

su

proceso

en

términos

de salud y

enfermedad, las distintas modalidades diagnósticas y terapéuticas, los riesgos involucrados en las mismas, con el propósito de hacer efectiva la autodeterminación y autonomía de su voluntad. 5. No

ser

sometidas a

tratamiento

médico o

quirúrgico sin

su

consentimiento previo o el de la persona llamada a darlo legalmente si estuviera impedido a hacerlo. Se exceptúan los casos de atención de emergencia o de riesgo para la salud colectiva. 7. Emitir consentimiento expreso, informado y extendido en proyectos de investigación experimental en seres humanos o rehusar su participación en ellos. 8. Negarse

a

medidas extraordinarias de

prolongación de

su

vida,

incluyendo la orden avanzada de no resucitación, siempre y cuando se encuentre en condiciones de ejercer su derecho a la autodeterminación y autonomía de voluntad. Estos artículos son expresión del principio de autonomía de voluntad y el respeto obligado del médico hacia los deseos del paciente, quién puede aceptar o

rechazar las

indicaciones

terapéuticas sugeridas por

el

profesional de la medicina u odontología, e igualmente señalaron el derecho del individuo a la información necesaria a impartírsele.


99

Es importante señalar, que el Artículo 34 de la Ley de Ejercicio de la Medicina(78), contempló que el consentimiento es directamente aplicable a la anestesiología, no por ello obsta de ser incluida la norma a otras especialidades que hoy en día utilizan, en forma consultorios potentes y

no

debidamente

fuertes

sedativos e

equipados, inductores

imprudentemente,

en

sustancias analgésicas

del

sueño que producen

alteración de las facultades mentales y alteran el estado de conciencia. Por otro lado, la Ley Orgánica para la

Protección del Niño y el

Adolescente(79), a tenor de lo dispuesto en su Artículo 683, otorgó derechos propios,

a

los

niños, adolescentes

prácticamente constitucional, quizás

y

supranacional,

son al

de

carácter

obedecer

los

mandatos de la Convención Internacional de los Derechos del Niño. En materia de salud, guardó el principio de la información aunque en definitiva son

los

padres

o

representantes legales quienes

deben

obedecer los mandatos médicos. Así: Artículo 43: Todos

los

niños

y

adolescentes tienen derecho a

ser

informados y educados sobre los principios básicos de prevención en materia de salud. Asimismo, poseen

el

derecho de

ser

informados de

forma

veraz y

oportuna sobre su estado de salud, de acuerdo a su desarrollo. Por todo lo anterior, se sostuvo que el personal de la salud tiene la tendencia


100

de calificar al consentimiento informado como un deber, referido a la información; lo cual constituye un error porque lo principal de este es el derecho de los pacientes a autodeterminarse. Por tanto, el consentimiento informado no significa el beneficio del profesional, sino un deber de justicia que afecta el derecho que tiene el usuario de tener información pertinente que le permita tomar una decisión concerniente a su estado de salud en general. La real importancia del consentimiento informado está en el cumplimiento de la ley, en el sentido de hacer que se respeten los derechos fundamentales de la persona y traiga responsabilidad al profesional del área odontológica; al responder por sus actos y haga valer la voluntad del paciente. El reto en la labor del odontólogo consiste en convertir su quehacer clínico y profesional en ético, en tanto y en cuanto permita al paciente alcanzar su fin último en la vida: La felicidad; no sólo porque alivia el dolor y así se aproxima a ella, sino porque contribuye dándole un sentido

que

le

serena

y

tranquiliza; en la medida de lo posible el dentista virtuoso ha de tratar de ayudar al individuo a ser feliz, a través de un cambio cualitativo del dolor a algo más próximo con la benevolencia y demás principios de la bioética. El análisis de los principios de la bioética condujo a reconocer que el paciente es una persona y por ende un fin en sí mismo y no un instrumento para conseguir otras cosas y que el sentido último de las cosas para los


101

humanos está en los otros humanos. Fundamentos Legales Este trabajo especial de grado, se rigió bajo los siguientes artículos y reglamentos legales: La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela(75), establece en su Artículo 83, que: La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República. Mientras que en el Artículo 85, refiere: El financiamiento del sistema público nacional de salud es obligación del Estado, que integrará los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la política sanitaria. En coordinación con las universidades y los centros de investigación, se promoverá y desarrollará una política nacional de formación de profesionales, técnicos y una industria nacional de producción de insumos


102

para la salud. El Estado regulará las instituciones públicas y privadas de salud. Por otro lado, el Código de Deontología Odontológica(76); en su Artículo 1 indica: El respeto a la vida y a la integridad de la persona humana, el fomento y la preservación de la salud, como componentes del desarrollo y bienestar social y su proyección efectiva a la comunidad, constituyen en todas las circunstancias el deber primordial del odontólogo y en su Artículo 18, señala: El profesional de la odontología al prestar sus servicios se obliga: a. Tener como objeto primordial la conservación de la salud del paciente. b. Asegurarle al mismo todos los cuidados profesionales. c. Actuar con la serenidad y la delicadeza a que obliga la dignidad profesional. Valió la pena mencionar, que la Ley Orgánica para la Protección del Niño y el Adolescente(79), Título III: Sistema de Protección del Niño y del Adolescente, en su Capítulo VI: Entidades de Atención protección del Niño y Adolescente, establece: g) Garantía de atención médica, psicológica, psiquiátrica, odontológica y farmacéutica. Todo lo anteriormente expuesto, fundamentó la gran importancia que reviste la evaluación de los niveles de ansiedad y miedo dental infantil, desde el punto de vista legal y en la actualidad con las modificaciones constantes de las Leyes en la Nación, hay que adaptarlas a las exigencias de las mismas, para contribuir en la adecuada atención de los ciudadanos de nuestro país.


103

De acuerdo a lo anterior, este trabajo especial de grado se inserta en el Campo Ciencias Odontológicas, del área prioritaria Salud Pública y Bioética, sub-área disciplinar Rehabilitación del sistema estomatognático, línea Rehabilitación anatomo-funcional, Calidad de vida.


104

CAPÍTULO III METODOLOGÍA El marco metodológico incluye el lenguaje de la investigación, los métodos o instrumentos que se emplearon, abarcando el diseño y tipo de estudio, los instrumentos y técnicas de recolección de datos. Una vez realizada la revisión bibliográfica se procedió a definir la metodología que se empleó para el logro de los objetivos de esta investigación. La metodología que se utilizó para la investigación fue la siguiente: Diseño de la Investigación Según

Kerlinger

citado

por

Pardo

y

Cedeño(80), el diseño de la

investigación representa el plan, estructura y la estrategia concebida por el investigador para dar respuesta a la pregunta de la investigación, por lo tanto el tipo de diseño dentro de esta investigación fue No Experimental y Transeccional. Sierra(81), define el diseño No Experimental como aquel que se realiza sin manipular

deliberadamente

variables,

donde

no

se

hace

variar

intencionalmente las independientes. Este estudio sólo se limitó a la observación de los fenómenos, para luego analizarlos.


105

La investigación No Experimental o Expostfacto, es considerada como aquella donde resulta imposible manipular variables o asignar aleatoriamente a los sujetos o condiciones. Para Hernández, Fernández y Baptista(82), los diseños de investigación Transeccional o Transversal, recolectan datos una sola vez, es decir; suceden en un tiempo único. El tipo de diseño Transeccional o Transversal, presentó como propósito la descripción de las variables y el análisis de la incidencia e interrelación en un momento dado. Tipo de Estudio En todo proceso investigativo, es esencial definir el tipo de estudio a seguir, de acuerdo con Campos citado por Lerma(83), es el esquema general o marco estratégico que le da unidad, coherencia, secuencia y sentido práctico a todas las actividades que se emprenden para buscar respuesta al problema y objetivos planteados. El tipo de investigación de este estudio de acuerdo a su propósito

fue

descriptivo y correlacional, Hernández, Fernández y Baptista(82), señalan que los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis, miden o evalúan diversos aspectos,


106

dimensiones o componentes del fenómeno a estudiar; mientras

el

correlacional investiga el grado de correspondencia recíproca entre dos o más variables de estudio. Modalidad de la Investigación La investigación se consideró dentro de la modalidad de campo, de acuerdo con Sabino(84),

se basa en informaciones o datos primarios

obtenidos

directamente de la realidad. Su innegable valor reside en que a través de ellos el investigador puede cerciorarse de las verdaderas condiciones en que se han conseguido los hechos, haciendo posible su revisión o modificación en el caso de que surjan dudas respecto a su calidad. Por lo tanto, este estudio se caracterizó porque los conflictos que analizó se originan de la realidad y la información requerida se obtuvo directamente de ella. Población y Muestra, Criterios de Inclusión y Exclusión Según Salinas, Villarreal, Garza y Núñez, citados por Sierra(81) establecieron que la población de estudio, constituye el conjunto de sujetos o unidades de observación que reúnen las características que se deben estudiar, cumpliendo con los criterios de selección y a los cuales se desean extrapolar los resultados medidos y observados en la muestra.


107

En tal sentido, la población objeto de estudio de la presente Investigación estuvo conformada por 150 pacientes de edades comprendidas entre 6 a 12 años que asistieron a las áreas clínicas de Odontopediatría de Pregrado y Postgrado de la UC, en el campus de Bárbula, con la finalidad de cumplir los objetivos anteriormente planteados. Para Ander citado por Tamayo(85), señaló que la muestra es el conjunto de operaciones que se realizan para estudiar la distribución de determinados caracteres en la totalidad de una población, universo o colectivo, partiendo de la observación de una fracción del conglomerado considerado. La muestra de esta investigación fue de 120 niños y niñas que acudieron a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de la UC, de tipo probabilística intencional, por cuanto fueron seleccionados los sujetos representativos de acuerdo al fenómeno que se estudio, ya que sólo se escogieron pacientes que presentaban una condición física y emocional en rangos de normalidad, representando el 80% de la población, considerada adecuada para generalizar los resultados, tomando como base el criterio establecido por Ramírez(86) quien señaló que en los estudios sociales una muestra del 30% es valorada con alto nivel de representatividad. A las madres de éstos se les aplicó el consentimiento informado, siguiendo la normativa de la Comisión de Bioética y Bioseguridad. (Anexo Nº1).


108

Criterios de Inclusión: Pacientes con edades comprendidas entre 6 a 12 años de edad, física y emocionalmente sanos. Criterios de Exclusión: Pacientes portadores de enfermedades sistémicas, neurológicas y congénitas, así como también síndromes de relevancia médica. Instrumento y Técnicas de Recolección De acuerdo con Tamayo(85), esta sección es la expresión operativa del diseño de investigación, la especificación concreta de cómo se hizo el estudio. Para Sierra(81), los instrumentos de recolección de datos incluyen los recursos metodológicos que materializan la obtención de las informaciones y/o aspectos relevantes de la investigación. Tomando como base lo expuesto anteriormente, en esta investigación se utilizaron como instrumentos de recolección de datos la Escala de Lickert mediante la Escala de ansiedad de Corah (Anexo Nº2) y de evaluación de miedos dentales en niños (Anexo Nº3) y el Test Psicológico a través del Test de Dibujos de Venham (Anexo Nº4), aplicados a los niños previa aprobación del Consentimiento Informado. (AnexoNº1). En esta investigación las técnicas que se aplicaron para la recolección de datos fueron las Escalas de Actitud, porque se distinguió cuantitativamente a


109

los pacientes objetos de estudio según el atributo que se midió y el Test como herramienta que permitió evaluar las características psicológicas de los individuos; a través de la valoración que realizó una Psicólogo Clínico particular, mediante el análisis de los dibujos realizados por los pacientes escolares considerados en la muestra, para discriminar de forma aceptable entre niños ansiosos y viceversa, considerando los parámetros establecidos para tal fin, aplicados a los niños previa aprobación del Consentimiento Informado. (AnexoNº1). Puertas,

Urbina,

Blanck,

Granadillo,

Blanchard,

García,

Vargas

y

Chiquito(87), señalaron que las escalas no son más que los instrumentos utilizados para medir en forma cuantitativa, el grado en que un individuo posee la característica en estudio. Mientras el test, según Sierra(81) es aquel que permite determinar el potencial psicológico, aptitudinal o académico de los estudiantes, profesores y/o público en general.


110

CAPÍTULO IV PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Análisis de los resultados Una vez que fueron aplicados los instrumentos de recolección de datos, en esta investigación, se codificaron y tabularon los resultados obtenidos con el objeto de presentarlos a través de cuadros estadísticos porcentuales y gráficos, para facilitar la lectura y comprensión de los mismos, seguidamente se realizó un análisis cuantitativo de ellos. Esta tarea de diagnóstico, condujo al logro de los objetivos planteados con la finalidad de determinar los niveles de ansiedad y miedo dental infantil en niños escolares que acudieron a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo.


111

Cuadro Nro. 1 Distribuci贸n de frecuencias seg煤n la edad y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah.

Nivel de ansiedad por edad seg煤n la Escala de Corah Sin ansiedad Edad

Baja

Moderada

Alta

Total

f

%

% del total

f

%

% del total

f

%

% del total

f

%

% del total

f

% del total

6

4

17,40%

3,30%

3

15,80%

2,50%

9

18,80%

7,50%

6

20,00%

5,00%

22

18,30%

7

5

21,70%

4,20%

4

21,10%

3,30%

9

18,80%

7,50%

5

16,70%

4,20%

23

19,20%

8

2

8,70%

1,70%

0

0%

0%

9

18,80%

7,50%

4

13,30%

3,30%

15

12,50%

9

3

13,00%

2,50%

4

21,10%

3,30%

3

6,30%

2,50%

4

13,30%

3,30%

14

11,70%

10

3

13,00%

2,50%

2

10,50%

1,70%

8

16,70%

6,70%

4

13,30%

3,30%

17

14,20%

11

2

8,70%

1,70%

4

21,10%

3,30%

5

10,40%

4,20%

3

10,00%

2,50%

14

11,70%

12

4

17,40%

3,30%

2

10,50%

1,70%

5

10,40%

4,20%

4

13,30%

3,30%

15

12;5%

Total

23

100%

19,20%

19

100%

15,80%

48

100%

40,00%

30

100%

25,00%

120

100%

Fuente: Datos obtenidos por el autor mediante la aplicaci贸n de la EAC.


112

GrĂĄfico Nro. 1 PolĂ­gono de frecuencias correspondiente a la edad y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah.

Fuente: Cuadro Nro. 1.


113

Interpretación: De acuerdo a lo observado tanto en el cuadro como en el gráfico número uno hay oscilaciones en los porcentajes referentes a los niveles moderado y bajo así como en la ausencia de ansiedad según la Escala de Corah en el transcurso de las edades comprendidas desde los 6 hasta los 12 años que presentaron los niños objeto de estudio; no obstante si se mostró una tendencia a la baja en este mismo intervalo de edades en cuanto al nivel de ansiedad alto, es así como a los 6 años el 20% de los escolares señalaron un nivel de ansiedad alto y este porcentaje disminuyó según avanzan las edades hasta llegar a presentar un mínimo de 10% de nivel de ansiedad alto a los 11 años para luego subir un poco, 3,3%, lo que representó un 13,3% de este mismo a los 12 años. En cuanto a los porcentajes más altos para cada una de las edades de los niños estudiados se tuvo que a los 6 años destacó un nivel de ansiedad alto con un 20%, a los 7 años sobresalió un nivel de ansiedad bajo en un 21,1%, a los 8 años con el 18,8% destacó el nivel de ansiedad moderado, luego a los 9 años nuevamente el porcentaje más alto estuvo en el nivel de ansiedad bajo con un 21,1%; a los 10 años prevaleció el nivel de ansiedad moderado con un 16,7%, a los 11 años otra vez el nivel de ansiedad bajo con un 21,1% y finalmente a los 12 años los que no presentaron ansiedad con un 17,4%. Es de hacer notar que a los 8 años no se encontraron niños con nivel de ansiedad bajo.


114

Cuadro Nro. 2 Distribución de frecuencias según la edad y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños.

Nivel de miedo dental por edad según la CFSS Bajo Edad

Moderado

f

%

% del total

f

%

% del total

6

6

17,10%

5,00%

6

17,10%

5,00%

7

6

17,10%

5,00%

6

17,10%

8

5

14,30%

4,20%

2

9

4

11,40%

3,30%

10

6

17,10%

11

6

12 Total

Alto f

%

Total

% del total

f

% del total

10 20,00%

8,30%

22

18,30%

5,00%

11 22,00%

9,20%

23

19,20%

5,70%

1,70%

8

16,00%

6,70%

15

12,50%

5

14,30%

4,20%

5

10,00%

4,20%

14

11,70%

5,00%

5

14,30%

4,20%

6

12,00%

5,00%

17

14,20%

17,10%

5,00%

4

11,40%

3,30%

4

8,00%

3,30%

14

11,70%

2

5,70%

1,70%

7

20,00%

5,80%

6

12,00%

5,00%

15

12;5%

35

100%

29,20%

35

100%

29,20%

5O

100%

41,70%

120

100%

Fuente: Datos obtenidos por el autor mediante la aplicación de la CFSS.


115

Gráfico Nro. 2

Polígono de frecuencias correspondiente a la edad y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños.

Fuente: Cuadro Nro. 2.


116

Interpretación: En el cuadro y en el gráfico número dos, se evidenciaron oscilaciones en los porcentajes referentes a los niveles de miedo dental en niños, en el transcurso de las edades comprendidas desde los 6 hasta los 12 años presentado por los niños objeto de estudio. En cuanto a los porcentajes más altos para cada una de las edades de los niños estudiados se tuvo que a los 6, 7 y 8 años destacó un nivel de miedo dental alto del 20%, 22% y 16% para cada una de las edades respectivamente, luego a los 9 años sobresalió un nivel de miedo dental moderado con un 14,3% de los casos estudiados, seguidamente para las edades de 10 y 11 años prevaleció el nivel de miedo dental bajo con el 17,1% y finalmente a los doce años nuevamente surgió el nivel de miedo dental moderado con un 20% de los casos. Luego estas descripciones hicieron suponer que el nivel de miedo dental en niños va bajando de nivel conforme avanza la edad. Convino resaltar que el mínimo porcentaje encontrado lo evidenció el nivel de miedo dental moderado en los niños de 8 años de edad.


117

Cuadro Nro. 3 Distribuci贸n de frecuencias seg煤n el sexo y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah.

Nivel de ansiedad por sexo seg煤n la Escala de Corah Sin ansiedad Sexo

f

%

Baja

Moderada

% del total

f

%

% del total

Femenino 15 65,20%

12,50%

7

36,80%

5,80%

24 50,00%

20,00%

Masculino

8

34,80%

6,70%

12 63,20%

10,00%

24 50,00%

Total

23

100%

19,20%

19

15,80%

48

100%

f

%

100%

% del total

Alta f

%

Total

% del total

f

% del total

14 46,70%

11,70%

60

50,00%

20,00%

16 53,30%

13,30%

60

50,00%

40,00%

30

25,00%

120

100%

100%

Fuente: Datos obtenidos por el autor mediante la aplicaci贸n de la EAC.


118

GrĂĄfico Nro. 3 Diagrama de barras mĂşltiples correspondiente al sexo y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah.

Fuente: Cuadro Nro. 3.


119

Interpretación: Más de un tercio, específicamente el 40%, de los niños en edad escolar que formaron parte de esta investigación presentaron un nivel de ansiedad moderado según la Escala de Corah, estos se distribuyeron en porcentajes iguales tanto para los de sexo femenino como los de sexo masculino; luego se observó que una cuarta parte de la muestra objeto de estudio, el 25%, señaló un nivel de ansiedad alto, de los cuales el 53,3% de ellos son de sexo masculino y el 46,7% restante de sexo femenino; seguidamente se mostró un 19,2% del total de sujetos evaluados que no presentaron ansiedad, de los cuales el 65,2% es de sexo femenino y el 34,8% restante de sexo masculino; finalmente se tuvo un 15,8% del total de niños atendidos que indicaron un nivel de ansiedad bajo según la Escala de Corah, repartidos en un 63,2% de niños y un 36,8% de niñas.


120

Cuadro Nro. 4 Distribución de frecuencias según el sexo y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños. Nivel de miedo dental por sexo según la CFSS Bajo Sexo

f

%

% del total

Moderado f

%

% del total

Alto f

%

Total

% del total

f

% del total

Femenino

17 48,60%

14,20%

17 48,60%

14,20%

26 52,00%

21,70%

60

50,00%

Masculino

18 51,40%

15,00%

18 51,40%

15,00%

24 48,00%

20,00%

60

50,00%

35

29,20%

35

29,20%

50

41,70%

120

100%

Total

100%

100%

100%

Fuente: Datos obtenidos por el autor mediante la aplicación de la CFSS.


121

Gráfico Nro. 4 Diagrama de barras múltiples correspondiente al sexo y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños.

Fuente: Cuadro Nro. 4.


122

Interpretación: Más de un tercio, específicamente el 41,7%, de los niños en edad escolar que formaron parte de esta investigación presentaron un nivel de miedo dental alto, estos se distribuyeron en un 52% para los de sexo femenino y 48% a los de sexo masculino; por otra parte se observó igual porcentaje, 29,2%, para los niveles de miedo dental bajo y moderado respectivamente, además distribuidos por sexo de la misma forma en ambos niveles, en un 51,4% correspondiente al sexo masculino y el 48,6% restante para el sexo femenino.


123

Cuadro Nro. 5 Distribuci贸n de frecuencias en relaci贸n al nivel de ansiedad infantil dado por el Test de dibujos de Venham.

Nivel de ansiedad seg煤n el Test de dibujos de Venham f

%

Ausencia

13

10,83

Baja

16

13,33

Media

35

29,17

Alta

56

46,67

120

100,00

Total

Fuente: Datos obtenidos por el autor mediante la aplicaci贸n del Test de dibujos de Venham.


124

Grรกfico Nro. 5 Diagrama circular correspondiente al nivel de ansiedad infantil dado por el Test de dibujos de Venham.

Fuente: Cuadro Nro. 5.


125

Interpretación: Poco menos de la mitad, es decir el 46,67% de los niños en edad escolar que fueron atendidos en las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, durante el período Mayo-Julio 2011 y que conformaron la muestra objeto de estudio; presentaron un nivel de ansiedad alto según el Test de dibujos de Venham, tal y como se observó en el cuadro y gráfico número cinco; asimismo destacó un 29,17% de los sujetos investigados con un nivel de ansiedad medio seguido de un 13,33% que evidenciaron un bajo nivel de ansiedad. Es de hacer notar que sólo un 10,83% de los infantes en cuestión no mostraron ansiedad.


126

Características de los dibujos que revelan ausencia o baja ansiedad:

El dibujo abarca más de la mitad de la hoja de papel.

Si en individuo felicidad.

el u

dibujo aparece un objeto denotando

Si se dibuja un cuerpo humano de tamaño normal y aparece con los brazos abiertos.

Se observa un trazo único en las líneas que componen el dibujo.


127

Caracter铆sticas de los dibujos que revelan alta ansiedad:

Ocupa menos de la mitad de la hoja de papel, sobre todo si es muy peque帽o.

Si se visualiza en el dibujo: Una casa o habitaci贸n.

Dibujo de aspecto desordenado y trazo grueso, en especial de color rojo.

Si en el dibujo aparece un individuo que este llorando o mostrando confusi贸n, tristeza.


128

CaracterĂ­sticas de los dibujos que revelan alta ansiedad:

El dibujo se muestra denotando furia, enojo.

Si se dibuja un cuerpo humano con miembros exagerados o se omiten extremidades y rasgos faciales.


129

Cuadro Nro. 6 Prueba de hipótesis correlacional entre las variables Nivel de ansiedad y Nivel de miedo dental infantil.

Correlaciones

Coeficiente de Rho de Spearman

Nivel de miedos dentales en niños

en niños

según Corah

1,000

,492** ,ooo

Sig. (Bilateral)

Coeficiente de

la escala de Corah

Nivel de ansiedad

correlación

N

Nivel de ansiedad según

Nivel de miedos dentales

120

120

,492**

1,000

correlación Sig. (Bilateral)

,ooo

N

120

120

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (Bilateral).

Fuente: Datos obtenidos por el autor mediante la aplicación de la EAC y CFSS.


130

Interpretación: El resultado de la correlación de Spearman entre el nivel de ansiedad medido a través de la Escala de Corah y el nivel de miedo dental infantil presentado por los niños escolares que acudieron a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, durante el período Mayo-Julio 2011; los cuales conformaron la muestra objeto de estudio, es de 0,492, el cual cae en el nivel moderado y positivo; es decir, entre los valores 0,41 y 0,60; lo que indicó que los escolares que han obtenido los mayores niveles de ansiedad tienden en forma moderada a presentar valores superiores en los niveles de miedo dental infantil, o viceversa. Los niños tienden en forma moderada a mantener sus posiciones en ambas situaciones. Además

como

el

Sig. (bilateral) = 0,000;

p-valor

asociado

al

índice

de

contraste,

y este es menor que 0,01; se pudo rechazar la

hipótesis nula H01 al nivel de significación de 0,01: Por lo tanto esta asociación es estadísticamente significativa, desde luego existe relación entre los niveles de ansiedad medidos a través de la Escala de Corah y los niveles de miedo dental infantil presente en los niños objeto de estudio.


131

Discusión de los resultados Se cuestiona mucho si entre los métodos de evaluación de la ansiedad y miedo

dental

infantil

(auto-relato,

técnicas

de

observación

del

comportamiento, fisiológica y proyectiva), existe uno ideal para utilizarlo en odontopediatría. La baja correlación entre esos instrumentos parece justificable en virtud del carácter multidimensional del miedo y la ansiedad, cuyas reacciones fisiológicas, cognitivas y motoras se manifiestan de diferentes formas en cada individuo. Una vez obtenidos los resultados, luego de la aplicación de los instrumentos de recolección de datos, al confrontarlos con las Teorías relacionadas con el tema en cuestión, se llegó a la discusión siguiente: El cuadro número uno, que consideró la distribución de frecuencias según la edad y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah, evidenció en cuanto a los porcentajes más altos para cada una de las edades de los niños estudiados, que dependiendo de las mismas se observó un nivel de ansiedad diferente y conforme la edad aumenta esta disminuyó o no se presentó en la muestra objeto de estudio, que de acuerdo con la investigación de Muza y Muza(14), la ansiedad dental varía de un paciente otro, está ampliamente difundido que decrece con la edad; las razones sugeridas incluyen diferencias de cultura y experiencias en los grupos etarios; lo cual puede ser debido a que la ansiedad, en general, disminuye con la edad.


132

Por otro lado, Hagglin(32), en su investigación longitudinal realizada por 27 años, destacó que con la edad aminora la ansiedad significativamente y de forma similar otras fobias generales y específicas. Es poco numerosa la literatura que

reportó una fuerte relación entre

ansiedad en el acto clínico odontológico y la edad, pero si existen varios estudios transversales que han documentado que la incidencia de la ansiedad dental disminuye con la edad, lo cual guarda relación con los resultados obtenidos en este estudio realizado en una muestra de escolares venezolanos. Cabe destacar, que el cuadro número dos indicó las frecuencias según la edad y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales, para los porcentajes más altos en cada una de las edades de los niños que conformaron la muestra de estudio, se observó que a los 6, 7 y 8 años destacó un nivel de miedo dental alto con valores entre 20%, 22% y 16%

respectivamente

aminorándose

para

los

rangos

de

edad

siguientes. Según Rivera y Parra(13); la edad es otra variable que se encuentra relacionada con el miedo dental en poblaciones infantiles, aunque de forma compleja, sostuvieron que los niños más pequeños presentan niveles de temor más elevados que los mayores, concordando con los resultados de este estudio; sólo encontraron esta relación entre miedo y edad cuando los pequeños tenían una buena salud oral; mientras que los


133

infantes con mala salud oral mostraban niveles de temor similares con independencia de la edad. En el mismo orden de ideas, Márquez y Cols (11), señalaron que los pacientes tienden a reducir sus niveles de ansiedad y a experimentar menos miedo con la edad, a medida que visitan al dentista periódicamente, siempre que no existan experiencias negativas. A pesar de ello, existe una alta prevalencia de ansiedad y miedo en niños, ante una intervención dental y son los profesionales de la salud bucodental los que deben adquirir las habilidades necesarias para su manejo, porque estos pacientes y sus padres desean controlar el problema. En cualquier caso la infancia parece ser el momento en el que se inician un alto porcentaje de problemas de miedo y ansiedad dental, que podría llegar hasta el 72,9 % de los casos. La mayoría de las evaluaciones de la ansiedad y miedo frente al tratamiento dental son realizadas en pacientes adultos, aunque hay autores que señalan que los niños y jóvenes son más ansiosos y miedosos que éstos. La edad límite de los estudios realizados es de 3 a 14 años, aunque el límite superior se establece en 11 años. En esta investigación, se fijo en 6 y 12 años para así poder tener una muestra más amplia aunque sea un poco más heterogénea, además los niños de 3 a 5 años, son de muy corta edad para responder a las preguntas que formulan los cuestionarios, entre otras cosas


134

porque no las comprenderían y no saben leer bien, sobre todo los más pequeños, por lo que quedaron excluidos según los criterios de selección. Por todo esto, se sostiene que el odontólogo y su personal están en el deber de controlar todo tipo de acción que pudiera ocasionar miedo en el paciente, se trata pues como señaló McGuigan(65), de aliviar los miedos y abordar molestias, a través de técnicas de relajación previas, con la finalidad de controlar el aspecto emocional del paciente. En cuanto al cuadro número 3, que mostró la distribución de frecuencias según el sexo y el nivel de ansiedad infantil dado por la Escala de Corah, denotó que más de un tercio, específicamente el 40%, de los niños en edad escolar que formaron parte de esta investigación presentaron un nivel de ansiedad moderado, estos se distribuyeron en porcentajes iguales tanto para los de sexo femenino como masculino. En comparación con el anterior, el cuadro número 4 expresó la distribución de frecuencias según el sexo y el nivel de miedo dental dado por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños, donde específicamente el 41,7%, de los niños objeto de estudio, manifestaron un nivel de miedo dental alto, 52% para los de sexo femenino y 48% los masculinos. En la muestra estudiada, tanto los niños como las niñas evidenciaron ansiedad

frente

al

tratamiento

odontológico,

sin

existir

diferencias

destacables entre ellos, con esta afirmación, coincidimos con los resultados


135

obtenidos por Berge y Cols(18). Sin embargo, Muza y Muza(14), reportaron que varias investigaciones han demostrado que las mujeres tienen mayores niveles de ansiedad frente a los diferentes tratamientos o procedimientos dentales. La diferencia puede radicar en el volumen muestral y rango de edad seleccionado, porcentaje de hembras frente al de varones evaluados en el estudio en cuestión. Las investigaciones llevadas a cabo con anterioridad en otros países no han establecido claramente una relación entre el sexo de los niños y sus niveles de miedo y ansiedad dental, mientras algunos estudios señalan que las niñas muestran niveles de ambos más altos que los niños Cuthbert y Melamed(73). En este estudio tampoco se encontraron diferencias significativas en el nivel de miedo dental entre varones y hembras, aunque en general los niveles de miedo informados por las niñas eran algo más elevados, coincidiendo con la investigación de Rivera y Parra(13). Con respecto, al cuadro número 5 poco menos de la mitad, es decir, el 46,67% de los pacientes escolares considerados en la muestra; presentaron un nivel de ansiedad alto según el Test de dibujos de Venham. Según Padrós(38) el Test de Venham, denota que la ansiedad es mayor en niños que no han sido atendidos nunca en una clínica dental, además una variable importante que disminuye la ansiedad dental es la edad: Los niños de 7 y 8 años no tienen ansiedad ante el profesional de la odontología, en contraste


136

con los de 5 y 6 años. Esto puede deberse, probablemente, a que la mayoría han madurado o pasado por experiencias odontológicas agradables o a que están más informados que sus compañeros más pequeños. Finalmente, en el cuadro número 6 referido a la prueba de hipótesis correlacional entre las variables Nivel de ansiedad y Nivel de miedo dental infantil, el resultado de la correlación de Spearman determinó una asociación estadísticamente significativa entre ambas, lo cual coincide con el estudio de Caycedo y Cols(15). En todo caso se ha señalado con anterioridad que los resultados obtenidos son similares a los informados por autores que han utilizado muestras superiores. Es importante destacar, de acuerdo a la American Academy of Pediatric Dentistry (AAPD)(88) que el objeto del manejo de la conducta es establecer una comunicación para disminuir el miedo y la ansiedad, ejecutar un tratamiento odontológico con calidad, construir una relación de confianza entre el odontólogo y el niño, promoviendo una actitud positiva hacia la salud oral. Por todo lo antes expuesto, Giladí(69) fue puntual cuando estableció que el odontólogo debe ponerse en los zapatos del paciente y adoptar una empatía con él por medio de la identificación de sus temores y emociones.


137

Conclusiones Las conclusiones derivadas de este estudio, se originaron una vez realizado el análisis y discusión de los resultados obtenidos, después de aplicar los instrumentos de recolección de datos, a los pacientes que conformaron la muestra objeto de estudio. La intención con ellas, es dar un aporte valioso y significativo al servicio de odontopediatría que presta la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, al determinar los niveles de ansiedad y miedo dental infantil en niños escolares, con la finalidad de ayudar a vencer el temor y la angustia previa al tratamiento dental. A continuación se presentan las siguientes conclusiones: - Los niveles de ansiedad dental evaluados mediante la Escala de Ansiedad de Corah, en relación a la edad, señalaron que la misma disminuye conforme aumenta la edad, debido a que varía de un niño a otro. En cuanto a los porcentajes más altos para cada una de las edades de los niños estudiados se tiene que a los 6 años destacó un nivel de ansiedad alto con un 20%, a los 7 años sobresale un nivel de ansiedad bajo en un 21,1%, a los 8 años con el 18,8% se observó el nivel de ansiedad moderado, luego a los 9 años nuevamente el porcentaje más alto esta en el nivel de ansiedad bajo con un 21,1%; a los 10 años prevalece el nivel de ansiedad moderado con un 16,7%, a los 11 años resalta otra vez el nivel de ansiedad bajo con un 21,1%


138

y finalmente a los 12 años

los que no presentaron ansiedad con un

17,4%. Investigaciones anteriores, lo asocian a diferencias de cultura, costumbres, creencias y vivencias de los grupos etarios. -La prevalencia del miedo dental infantil, medida por la Escala de evaluación

de miedos dentales en niños en función a la edad, indicó que el grado de temor en los escolares va bajando a medida que avanza la edad; de acuerdo al instrumento aplicado, se tiene que a los 6, 7 y 8 años destaca un nivel de miedo dental alto del 20%, 22% y 16% para cada una de las edades respectivamente, luego a los 9 años sobresale un nivel de miedo dental moderado con un 14,3% de los casos estudiados, seguidamente para las edades de 10 y 11 años prevalece el nivel de miedo dental bajo con el 17,1% y finalmente a los 12 años se observó un nivel de miedo dental moderado con un 20%. -La valoración del miedo realizada por la Escala de evaluación de miedos dentales en niños y la ansiedad dental infantil por medio de la Escala de Corah relacionada al sexo, en síntesis evidenció que las niñas tienden a ser levemente más miedosas ante el tratamiento odontológico en comparación con los varones e igualmente ansiosas que éstos. El nivel de ansiedad infantil dado por la escala de Corah, indicó que

más de un tercio,

específicamente el 40%, de los niños en edad escolar que formaron parte de esta investigación presentaron un nivel de ansiedad moderado, estos se


139

distribuyen en porcentajes iguales tanto para los de sexo femenino como los masculino, por su parte la Escala de evaluación de miedos dentales señalo que específicamente el 41,7%, de los escolares arrojaron un nivel de miedo dental alto, con un 52% para los de sexo femenino y 48% los masculino. Estos datos aportan al conocimiento sobre las diferencias de género y edad, que como se reportó en la revisión teórica, es un tema en el cual sigue existiendo mucha controversia. -La ansiedad dental infantil expresada por el Test de dibujos de Venham, a través de los dibujos

realizados por

los pacientes escolares objeto de

estudio, describió un nivel de ansiedad alto en un 46,67%; asimismo se observó un 29,17% con un nivel de ansiedad medio seguido de un 13,33% que evidenciaron un bajo nivel de ansiedad; destacando una vez más que la edad es un factor relevante que incide en la desaparición de la misma. - El grado de correlación entre la Escala de ansiedad de Corah y la Escala de evaluación de miedos dentales en niños, utilizados como instrumentos de valoración de los niveles de ansiedad y miedo dental infantil, dirigidos a los pacientes escolares considerados en la muestra; arrojó una asociación estadísticamente significativa entre ambas con un valor de 0,492, el cual cae en el nivel moderado y positivo; es decir, entre los valores 0,41 y 0,60; lo que indica que los escolares que han obtenido los mayores niveles de ansiedad tienden en forma moderada a presentar valores mayores en los niveles de


140

miedo dental infantil, o viceversa; similar a otros estudios realizados con anterioridad.


141

Recomendaciones Luego de establecidas las conclusiones del presente estudio, se formularon las siguientes recomendaciones, a fin de lograr mejores resultados en el proceso de evaluación del paciente miedoso, angustiado

previo

al

tratamiento que va a recibir y durante su estadía en el consultorio. -Los resultados de este estudio llaman la atención acerca de la importancia del desarrollo de acciones a nivel de formación de los odontólogos en habilidades para identificar tempranamente la presencia de ansiedad y miedo, en el manejo de estrategias de apoyo al paciente así como de la pertinencia del trabajo interdisciplinario en este campo. Resulta relevante adicionalmente desarrollar nuevas investigaciones que permitan conocer el papel de la conducta del profesional de la salud en el desarrollo y mantenimiento de la angustia y temor al tratamiento odontológico, entre otros factores relacionados tales como: El trato al paciente, la mala praxis profesional y lo que los autores denominan aspectos no profesionales (demora en la atención, diseño ambiental del consultorio, etc.). -En la interacción dentista-paciente intervienen una serie de variables que determinan que esta relación represente simbólicamente el encuentro entre dos personas, una de las cuales dispone de un poder superior a la otra. Es así como se generan fenómenos de dependencia, ansiedad, miedo; lo que claramente dificulta la toma de conciencia del paciente de su responsabilidad en el cuidado de su salud bucal. Por lo tanto, la forma que adopte esta


142

relación tiene implicancias no sólo en la atención individual, sino repercusiones a nivel de salud pública. Es necesario seguir desarrollando investigaciones que aumenten el conocimiento en esta área para disponer de mejores herramientas, que reorienten la dinámica entre el especialista y el individuo, de modo de favorecer un mejor nivel de salud dental en la población. -Cada niño tiene pautas de conductas especificas si no es la adecuada, lo indicado es contribuir a modelar el mismo, de allí la importancia de que el profesional conozca adecuadamente los patrones de comportamiento típicos en las diferentes edades, por ello, el especialista debe manejar las técnicas de asistencia y conocer las diferentes pautas de comportarse de sus pacientes, teniendo en cuenta que los eventos de ansiedad y miedo dental se suscitan conforme a la edad y por diferentes etapas en su crecimiento y desarrollo. -La prevención tanto del miedo como de la ansiedad frente a la consulta odontológica, fundamentalmente debe realizarse en los niños. Para ello se utilizan diferentes técnicas como crear un medio ambiente controlado y seguro que no le resulte aversivo, muebles infantiles y juguetes en la sala de espera; es importante que todo el personal tenga un buen entrenamiento encaminado a controlar adecuadamente el comportamiento, usando además un vocabulario y reforzadores apropiados; en todo este manejo también es


143

bueno permitir que el niño se familiarice con los instrumentos dentales que se van a utilizar. -Hoy en día la odontología como cualquier otra ciencia se mueve en un campo multidisciplinar, es decir, actúa conjuntamente con múltiples disciplinas de otros ámbitos de forma que están preparados para derivar los problemas que no sean de su haber a otros especialistas. Entre estos profesionales se encuentran los de salud mental y concretamente los psicólogos, especialmente para el manejo de miedos, ansiedades, fobias, terror entre otros al tratamiento dental. El dentista siempre tendrá presente la evaluación de la conducta y dependiendo de la duración e intensidad del miedo por ejemplo, realizará intervenciones encaminadas a su manejo o derivará a un profesional de salud mental para que trate la patología. -El uso de cuestionarios de evaluación de la ansiedad y miedo pre-tratamiento, puede ayudar a los dentistas al manejo de los mismos en sus pacientes. Es necesario tomar medidas concretas para disminuir el temor y la angustia, tales

como: Fármacos, relajación, respiración

abdominal, meditación, música. Las pacientes siempre tienen niveles de preocupación altos, por situaciones que rodean a la atención misma, fundamentalmente por la impresión causada por el equipo e instrumental estomatológico, seguido por el ruido en el consultorio y las experiencias dolorosas anteriores, por lo tanto el odontólogo debe tomar conciencia y mejorar sus habilidades al momento del acto clínico.


144

-El llenado de Historia Clínica Dental es pertinente, es decir, le permite al dentista saber la existencia de alguna experiencia negativa en las consultas anteriores, miedos objetivos o subjetivos, propiciando así una disminución en los niveles de miedo y ansiedad; en los niños antes y durante el tratamiento dental. -El Profesional debe desde un primer instante, pedirle al niño que identifique de donde procede su miedo y/o ansiedad, para que de esta manera éste ponga en práctica todas las herramientas posibles y así logre abordar los mismos. -Usar instrumentos psicodiagnósticos válidos para medir las reacciones emocionales del niño en el consultorio dental y tratamiento estomatológico, de esta manera el odontólogo puede adoptar las medidas necesarias frente a ellas. -Dotar a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatra de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, de material de apoyo, instrumental apropiado y espacio físico necesario, para poder llevar a cabo lo más humanamente posible un adecuado régimen de determinación de los niveles de ansiedad y miedo dental, así como también el tratamiento del temor y angustia referido por el paciente. -Realizar futuras investigaciones clínicas en otros grupos de edades y con un número de pacientes considerable, para evaluar los niveles de ansiedad y


145

miedo de éstos, frente al uso de la Escala de ansiedad de Corah, Escala de evaluación de miedos dentales en niños y Test de dibujos de Venham. - Poner en práctica los preceptos de la odontología conductual, que aplica los principios teóricos, metodológicos y tecnológicos de la psicología de comportamiento al ámbito extenso de la salud dental, pero principalmente a la prevención y tratamiento de la ansiedad y de los miedos dentales; mediante la aplicación de múltiples técnicas orientadas al cambio de actitudes. -En caso, de que el paciente refiera que la ansiedad o el miedo provienen desde sus primeros años de vida, por malas experiencias previas, el odontólogo debe adoptar un sistema de atención más especializado y amistoso para con el individuo, de manera que éste no lo vea como su médico sino como un amigo, en el cual sienta que puede confiar, que es su aliado que lo ayudará a resolver sus problemas de salud bucal. -El especialista debe sugerirle al padre o representante del paciente, que al momento de fijar la fecha de la cita, escoja momentos en los cuales no esté estresado por otros motivos, lo cual puede hacer más idónea la consulta. -Emplear métodos de tratamiento atraumáticos y/o técnicas de manejo de conducta en el niño para disminuir, eliminar la ansiedad o el temor resultante de la atención odontológica, ya que traerá beneficios al paciente en atenciones odontológicas posteriores.


146

-Incentivar al profesional al aprendizaje y manejo de herramientas adecuadas que lo ayuden al abordaje de pacientes con altos niveles de ansiedad y miedo dental infantil. Considerando en todo momento, que para contrarrestar éstos porcentajes de miedo y ansiedad, es tan importante una correcta preparación del odontólogo en el trato con el individuo, como una adecuada educación dental en el entorno familiar. En fin, un ambiente en el que se den visitas regulares de los pacientes al Odontopediatra, con una actitud netamente positiva hacia los tratamientos dentales, con el único objetivo de evitar en todos los aspectos las experiencias traumáticas generadoras de temor y angustia. -Por último, otra de las recomendaciones es la creación de una historia de experiencias positivas asociadas a la situación dental, a través de las llamadas técnicas preparatorias.


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Helsinki.

Pautas

Éticas

Internacionales

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la

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158

ANEXOS


159

ANEXO Nº1

CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA LA EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD Y MIEDO EN LA CONSULTA ODONTOPEDIÁTRICA

La obtención de este documento representa un derecho del paciente y una obligación del personal de asistencia en salud, a fin de garantizar le sea suministrada la información completa, veraz, y oportuna de su condición de salud bucal, lo cual le permite decidir someterse o no a un tratamiento odontológico, a ejecutar por estudiantes de Pre o Post grado de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, bajo la supervisión de profesores universitarios. La ansiedad y miedo dental infantil a la consulta odontológica, constituyen unos de los principales motivos señalados por muchos niños para no acudir de forma regular al odontólogo, basado en esto, la presente investigación corresponde de acuerdo a su propósito al descriptivo en la modalidad de campo, tiene como objetivo principal Determinar los niveles de ansiedad y miedo dental infantil en niños escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo durante el período Mayo-Julio 2011, mediante la aplicación de instrumentos de evaluación de ansiedad y escala de miedo dental infantil, test de dibujos de Venham, los cuales se encuentran entre los más utilizados por su validez y fiabilidad en las investigaciones previas dentro de este marco de estudio, se pretende evaluar todos aquellos aspectos que propician altos porcentajes de ansiedad y miedo en los pacientes odontopediátricos; actuando además como recursos auxiliares para que el especialista prevenga conductas de ansiedad y temor elevados. A través de la presente, Yo______________________________________________________, titular de la cédula de identidad Nº______________, representante del paciente__________________________________, que acude al área de Odontopediatría de ____________________ de la UC. HC Nº______________, domiciliado(a) en _____________________________________________________________ _____________________________________________________________. DECLARO: Que la Doctora Aurora Marcano me ha explicado la importancia que tiene para el desarrollo general y orofacial la conservación de los dientes temporales y su control evolutivo hasta el desarrollo de los dientes permanentes. Y que en consecuencia es conveniente proceder, en la


160

situación de mi hijo/a, a la atención odontopediátrica. Al respecto entiendo que: 1) El propósito de esta investigación consiste en determinar los niveles de ansiedad y miedo en los pacientes escolares que acuden al área de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría, vinculando para ello herramientas de medición de estímulos y situaciones inherentes a la consulta Odontopediátrica que producen angustia y temor dental infantil. 2) El estudio consistirá por parte de mi representado, en su participación en la implementación de instrumentos y test de dibujos de Venham, los cuales indican el nivel de temor y angustia ante un aspecto particular del tratamiento dental. 3) Entiendo que si surgiere algún inconveniente durante la investigación, que pudiere ocasionar alguna molestia a mi representado el alumno (a) tratante y a su equipo de trabajo asumirán la responsabilidad. 4) He comprendido que el estudio ofrece varias alternativas para identificar las situaciones que producen ansiedad y temor, destinadas a lograr la adaptación y colaboración del niño (a) durante la consulta odontológica, al ayudarlo a vencer sus niveles de miedo y angustia. 5) He sido informado (a) que no formarán parte de este estudio aquellos pacientes portadores de enfermedades sistémicas, neurológicas y congénitas, así como también síndromes de relevancia médica. 6) Me han explicado y comprendo tanto los beneficios que se puedan esperar al conocer las situaciones que generan mayor temor en los niños y niñas, así como los riesgos y posibles complicaciones de los procedimientos a realizar en mi representado. 7) Informo que si el caso lo amerita mi representado recibirá algún tipo de remuneración y/o compensación por lesiones que pudieren surgir durante el estudio. 8) He comprendido que todo gasto que involucre el desarrollo de la investigación será asumido por cuenta del alumno (a) tratante y su equipo de trabajo. 9) Entiendo que toda la información suministrada en cuanto a mi hijo (a) se refiere, queda bajo estricta confidencialidad de la información. 10) Autorizó al alumno (a) tratante y a su equipo de trabajo en la notificación de nuevos hallazgos que pudieren surgir durante la participación de mi representado en dicha investigación. 11) He entendido que ante cualquier duda puedo comunicarme con la Dra. Aurora Marcano a través de los teléfonos 0414-8957325 y 0426-5447830. 12) Se me ha notificado que la participación de mi hijo (a) es del todo voluntaria y que aún después de iniciada puedo rehusarme a que el mismo participe en el estudio.


161

13) He sido informado (a) que el lapso de culminación de esta investigación corresponde al 31/12/2011 y por lo tanto mi hijo (a), debe estar a disposición del alumno (a) tratante y a su equipo de trabajo, en cualquier momento que se requiera su presencia. 14) Igualmente he sido informado, que la realización de este estudio está amparada por la Constitución Nacional, Ley Orgánica de Salud, Código de Deontología Odontológica, Ley Orgánica de Protección del Niño y el Adolescente, donde varios de sus artículos son expresión del principio de autonomía de voluntad y el respeto obligado del médico hacia la voluntad del paciente quien puede aceptar o rechazar las indicaciones terapéuticas sugeridas por el profesional de la medicina u odontología e igualmente indican el derecho del paciente a la información necesaria a impartírsele. 15) Me han informado que todos aquellos recursos técnicos humanos y materiales, necesarios para la realización del estudio serán proporcionados por el alumno (a) tratante y su equipo de trabajo. 16) Autorizo al alumno (a) tratante y a su equipo de trabajo, para obtener fotografías, videos y/o registros gráficos bajo los principios bioéticos durante las diferentes fases del estudio para difundir resultados o iconografía en revistas médicas/odontológicas y en ámbitos científicos. He comprendido las explicaciones que se me han facilitado en un lenguaje claro y sencillo, el facultativo que me ha atendido me ha permitido realizar todas las observaciones y me ha aclarado todas las dudas que le he planteado. También comprendo que, en cualquier momento y sin necesidad de dar ninguna explicación, puedo revocar el consentimiento que ahora presto, por ello, manifiesto que estoy satisfecho con la información recibida y que comprendo el alcance del estudio, en tales condiciones:

Nombre y firma del paciente C.I_____________________

Lugar y fecha:

Nombre y firma del tratante C.I._________________________ Nº M.P.P.S___________________

Sello:

Nombre del estudiante PG C.I.___________________________ Nº M.P.P.S_______________________ Cel___________________________


162

ANEXO Nº2

UNIVERSIDAD DE CARABOBO. FACULTAD DE ODONTOLOGÍA. POSTGRADO DE ODONTOPEDIATRÍA.

ESCALA DE ANSIEDAD DE CORAH

Estimado lector:

La siguiente contiene 4 preguntas con cinco alternativas de respuestas para cada una, la cual debe seleccionar con una X, relacionadas con la visita a la Consulta Odontopediátrica, le agradezco responda de la manera más sincera posible para así lograr el objetivo de este proyecto, el cual consiste en Determinar los niveles de ansiedad través de la escala de ansiedad Corah; en

los pacientes escolares que acuden a las áreas

de

clínicas de

Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo durante el período Mayo-Julio 2011.

AUTOR: Od. Aurora de los Angeles Marcano S.


163

ANEXO Nº2 ESCALA DE ANSIEDAD DE CORAH ÍTEM

PREGUNTA

RESPUESTA a) a) Estaría esperando experiencia agradable. b) No me desagrada la idea.

1

Si te dijeran que mañana asistirás c) Me preocuparía. a consulta con el Odontopediatra ¿Cómo te d) Estuviera con miedo pensando sentirías? si la consulta no me gusta y además sintiera dolor. e) Sentiría que el hacerme.

2

3

una

Cuando te encuentras esperando al Dr.(a) en la sala de espera ¿Cómo te sientes?

Estando en el sillón dental, esperando q el Dr.(a) comience a trabajar con la turbina en tu diente ¿Cómo te sientes en ese momento?

mucho miedo de lo Dr.(a) pudiera

a) Relajado. b) Preocupado. c) Tenso. d) Ansioso. e) Con mucho miedo, que comienzo a sudar o sentirme mal. a) Relajado. b) Preocupado. c) Tenso. d) Ansioso. e) Con mucho miedo, que comienzo a sudar o sentirme mal

a) Relajado. b) Preocupado.

4

Mientras esperas que el Dr.(a) c) Tenso. tome los instrumentos para limpiar tus dientes alrededor de la d) Ansioso. encía ¿Cómo te sientes? e) Con mucho miedo, que comienzo a sudar o sentirme mal.


164

ANEXO Nº3

UNIVERSIDAD DE CARABOBO. FACULTAD DE ODONTOLOGÍA. POSTGRADO DE ODONTOPEDIATRÍA.

ESCALA DE EVALUACIÓN DE MIEDOS DENTALES EN NIÑOS Estimado lector:

La siguiente contiene 15 ítems con cinco alternativas de respuestas para cada una, la cual debe seleccionar con una X,

relacionadas con el

tratamiento y la situación dental, le agradezco responda de la manera más sincera posible para así lograr el objetivo de este proyecto, el cual consiste en Determinar los niveles de miedo por medio de la escala de miedo dental infantil de Cuthbert y Melamed; en los pacientes escolares que acuden a las áreas clínicas de Pregrado y Postgrado de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo durante el período Mayo-Julio 2011.

AUTOR: Od. Aurora de los Angeles Marcano S.


165

ANEXO Nº3 ESCALA DE EVALUACIÓN DE MIEDOS DENTALES EN NIÑOS

1

2 3 4 5 6 7 8 9

10 11 12 13 14 15

En general, ¿Para ti asistir al Odontopediatra significa una experiencia que te ocasiona miedo? ¿Te produce temor ver a los doctores? Cuando estás enfermo y necesitas que te coloquen una inyección ¿Sientes miedo? ¿Te causa temor que alguien examine tu boca? ¿El abrir la boca para ser examinado implica una situación que te causa miedo? En la estadía durante la consulta, ¿Qué un extraño te toque te ocasiona temor? Estando en la consulta, ¿Qué alguien te mire te causa miedo? Para ti que el Dr.(a) use la turbina, ¿Te produce miedo? Ver al Dr.(a) usando la turbina, ¿Te causa temor? Estando en la sala de espera, ¿El ruido de la turbina desencadena en ti una respuesta de miedo?. Cuando el Dr.(a) coloca instrumentos dentro de tu boca ¿Sientes miedo? En el transcurso de la Consulta, ¿Sientes temor y dificultad para respirar?. ¿El hecho de ir al hospital te ocasiona miedo? Cuándo asistes a la Consulta, al ver al Dr.(a) con la bata blanca ¿Sientes miedo? Al estar sentado por unos minutos en el Sillón Dental y notas que la asistente dental hace la limpieza ¿Te produce temor?

2

MUCHO MIIEDO

1

MIEDO INTENSO

PUNTUACIÓN

MIEDO MODERADO

RESPUESTA POCO MIEDO

PREGUNTA AUSENCIA DE MIEDO

ÍTEM

3

4

5


166

ANEXO Nº4

UNIVERSIDAD DE CARABOBO. FACULTAD DE ODONTOLOGÍA. POSTGRADO DE ODONTOPEDIATRÍA. TEST DE DIBUJOS DE VENHAM Estimado lector: A continuación, se visualizan una serie de imágenes que evidencian diferentes estados de ánimo, escoge la figura que te parezca más cercana a cómo te sientes en este momento.

Estado de

Características

ansiedad

AUTOR: Larry Venham.

1

Feliz, llorón.

2

Miedoso, feliz.

3

Miedoso.

4

Llorón, feliz.

5

Triste, Miedoso.

6

Triste.

7

Llorón, feliz.

8

Triste.


167


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