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Rodríguez, S., Pinto, F., Alcocer, J. (2009) Técnicas de atención y control de conducta en el paciente infantil.

Técnicas de atención y control de conducta en el paciente infantil Dr. Carlos Silvio Rodríguez Vázquez Pasante de Odontología, Universidad del Valle de México, Campus Querétaro, México Dr. Fernando Pinto Segura Profesor de Odontopediatría, Universidad del Valle de México, Campus Querétaro, México Dr. Jorge Alcocer Delgado Director de Licenciatura en Cirugía Dental Universidad del Valle de México, Campus Querétaro, México RESUMEN En los centros de salud comunitarios rurales de México, un porcentaje importante de los individuos que acuden a consulta dental está en edad pediátrica. Estos pacientes suelen presentar problemas complejos por diversas razones. Con frecuencia, los niños acuden estresados y con conductas poco favorables al tratamiento dental, en la mayoría de los casos por experiencias previas desagradables. En muchas ocasiones, estas fobias permanecerán en el adulto. En el presente trabajo se exponen diferentes técnicas de control de conducta en el paciente pediátrico, que son útiles para el odontólogo general. Se mencionan los diferentes tipos de comportamiento del niño y de acuerdo con ello, se describen técnicas no farmacológicas de adecuación y modelación de conducta, otra serie de técnicas con restricción de movimientos, uso de restrictores y, finalmente, técnicas farmacológicas. PALABRAS CLAVES Consulta odontológica, manejo de la conducta, estrés, ansiedad. ABSTRACT In Mexican rural areas, community health centres have to take care of a significant number of children attending dental services. This group of patients frequently presents complex dental problems for of several reasons. In many cases, these remain in the adult phobias. Often children tend to be stressed and show unfavorable behaviors toward the dental treatment, many times because of bad previous experiences. In many cases adults keep those phobias. In the present work we show several conduct-control techniques in paediatric patients, which might be useful for general dentistry practitioners. We review the different kind of behavior that children have and accordingly, we describe non-pharmacological conduct managementtechniques as adecuacy and conduct modeling, restrictive techniques, use of restricting devices and some pharmacological aspects.

KEYWORDS Dentistry practice, conduct management, stress, anxiety.

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Cuidando los dientes de nuestros hijos / MANEJO DE CONDUCTA EN EL PACIENTE ORTOPEDIÁTRICO http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/202955.cuidando-los-dientes-de-nuestros -hijos-manejo.html Revista Odontología Virtual http://www.ulatina.ac.cr/home/revistas.cfm Universidad Latina de Costa Rica http://www.ulatina.ac.cr

INTRODUCCIÓN En las comunidades rurales mexicanas, un porcentaje significativo de las personas que acude a los servicios de salud públicos (“Centros de salud”) son pacientes en edad pediátrica en el rango de los 3 a los 12 años de edad. En la consulta dental, los menores de 5 años suelen ser más difíciles de manejar, aunque algunos niños mayores, debido a experiencias previas desagradables, pueden tener crisis de pánico. Debido a que se trata de una parte importante de la población a la que se da servicio en los consultorios de odontología general, el odontólogo debe tener herramientas para poder brindar una atención adecuada.

Algunos estudios han sugerido que desde la lactancia temprana se presentan cambios en el desarrollo de la respuesta a los estímulos dolorosos. En niños de apenas un año de edad, se observa ya el temor anticipado a objetos puntiagudos (Barr 1989). (1-3) Muchos niños son eficientes en sus habilidades para enfrentar problemas y toleran molestias leves con poca expresión manifiesta, pero algunos carecen de habilidades de afrontamiento y tienen respuestas exageradas como pánico extremo, llanto y forcejeo. La teoría de Adler es útil para entender ciertos comportamientos que el niño puede tener en la experiencia dental. Walton a su vez,

define cuatro puntos de la mala conducta que debe entender el dentista. (Tabla 1) El comportamiento suele relacionarse con la actitud de los padres. Al tratar con niños con venganza o inadaptación, el dentista puede esperar que haya problemas en casa, los padres pueden culpar a otros adultos de que jueguen un papel de supervisión o autoridad, y se sienten inconformes cuando se usan técnicas como mano sobre boca o algún tipo de restrictor físico con sus hijos. Es por esto que el dentista de práctica general, debe reconocer el tipo de paciente al que va a atender y para esto es útil la clasificación de Frankl. (Tabla 2)

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El manejo de conducta durante el tratamiento odontológico consta de técnicas no farmacológicas, como la adecuación, la modelación, el decir-mostrar-hacer, la comunicación no verbal, la distracción y el control de voz. Otras medidas incluyen el uso de restrictores físicos, que son empleados en todos los niños y finalmente las técnicas farmacológicas, como la sedación consciente y la anestesia general, que se deben considerar como últimas opciones al tratamiento. TÉCNICAS NO FARMACOLÓGICAS PARA EL MANEJO DE CONDUCTA Preparar la consulta En algunos casos, el propio consultorio dental causa ansiedad e induce una conducta negativa. Por ello se sugiere adecuar el consultorio para que los niños se sientan cómodos, y pasen un rato agradable antes de su consulta. (Figura 1) Se puede capacitar a los asistentes para que sean capaces de reconocer el tipo de paciente que va a lle-

(Figura 1) Consutorio adaptado para atención odonlología pediatria.

(Figura 2) Modelado conductual.

gar al consultorio. Las preguntas principales que permiten tener una idea aproximada del tipo de paciente al momento de hacer la cita con la finalidad de adecuar la consulta a su caso, son:

Si no se tiene el cuidado de asignar así las citas, se corre el riesgo de que el niño de primera vez se altere por el mal comportamiento de otros pacientes. El objetivo de la modelación de conducta es alterar un comportamiento individual hacia un ideal deseado. Se basa en una introducción planeada a los procedimientos terapéuticos, para preparar gradualmente al niño a que acepte el tratamiento de un modo relajado y cooperador. 2. Conocer la edad del paciente, para saber si se va a necesitar algún tipo de restrictor físico, y programarlo para que pase solo o acompañado.

1. Si es la primera vez que visita al dentista o en caso de haber tenido tratamientos previos, averiguar cómo ha sido su conducta dentro del consultorio dental. En el caso de pacientes de primera vez, es necesario dar una cita junto con otros pacientes que sabemos se portan bien y pasan solos para que el niño copie esa conducta (Modelado). (Figura 2).

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3. Es necesario también informar a los padres de que el niño pasará sólo al operatorio y que después ellos hablarán con el dentista. Al empezar la primera cita se necesita establecer una buena comunicación con el niño y sus padres, conseguir la historia clínica del paciente, examinar al niño y obtener radiografías, realizar un procedimiento operatorio sencillo y finalmente, explicar a los padres los objetivos terapéuticos De manera ideal, el encuentro inicial se realiza fuera del cubículo, lo que permite valorar y aliviar la ansiedad del niño que ve por primera vez al dentista. Al estar con los padres y el niño, se obtiene la historia clínica, pero generalmente el niño pasa solo al tratamiento y únicamente en la primera cita podemos permitir a los padres que permanezcan con él. La comunicación verbal, como hacer preguntas sobre la escuela, las actividades favoritas como televisión, recreo, comida, juegos, etc. es sencilla. El aspecto físico (Comunicación no verbal) también es importante y es necesario aparecer relajado, amigable y contento. Se sugiere aprovechar las oportunidades para comunicarse físicamente, como estrechar la mano, dar unas palmadas en el hombro, o tocar su pelo, respetando su individualidad. Un aspecto muy importante es iniciar con una exploración digital de la boca (“Estímulo-respuesta”) para disminuir la ansiedad provocada por los instrumentos. En los niños pequeños se puede mencionar que “se van a contar los dientes”. Posteriormente, al paciente cooperador se le puede explicar qué y cómo se va a usar en él. Se le aclara que se le responderá a sus preguntas y que se le va a mostrar todo lo que se le va a introducir a la boca

explicando el motivo (“DecirMostrar-Hacer”). En la primera cita es importante no hacer procedimientos para ganar la confianza del paciente. En las citas subsecuentes se hará el tratamiento. También se puede utilizar “Decir-Mostrar-Hacer” (DMH) antes de cualquier procedimiento en pacientes que no son del todo cooperadores, para mejorar el comportamiento. Hay pacientes cooperadores que expresan su disgusto con algo en particular, como el sabor de la pasta profiláctica. La respuesta debe ser cambiar esas cosas que a nuestro paciente no le gustan y si no es posible, explicarle en un lenguaje apropiado que hay cosas que no se pueden cambiar y pedir su colaboración para poder trabajar o terminar el tratamiento en sus dientes lo antes posible. Otro punto es captar la atención del niño. Esta técnica es apropiada para pacientes que ya han tenido serios traumas con médicos o dentistas en el pasado y que, por lo general, no son cooperadores. Si estas técnicas fallan y el paciente llora o se mueve, es necesario levantar la voz y dar una orden corta y precisa como “¡cállate ya!”. Si esto no funciona, será necesario dar una señal física como presionar suavemente pero con firmeza el pecho del paciente con un dedo. El niño debe sentir una actitud de autoridad a la que debe obedecer. Es importante hacer notar al paciente que cada vez que pregunta, interrumpe el trabajo, con lo que se va a prolongar el tratamiento. Si el paciente es curioso pero cooperador, se le puede explicar, con un lenguaje que entienda, cuál es el comportamiento que debe seguir. Se ha observado que algunas técnicas fuertes impiden que el paciente

solicite atención dental más adelante, sobre todo si el niño era relativamente joven cuando se utilizaron. Estas técnicas fuertes o aplicadas deficientemente pueden originar las fobias en el adulto. El refuerzo positivo es favorable y previene los problemas mencionados. Otra opción es el “tiempo fuera”, es decir, (separar al niño de su medio social o del procedimiento que altera la conducta). Se reconoce que cada niño es único en la forma en que responde y que tiene un antecedente distintivo. Es necesario mencionar que la gran mayoría de los pacientes dentales pediátricos se pueden controlar mediante técnicas simples no fuertes. Sin embargo, ni siquiera la técnica de DMH, garantiza que el paciente no será un adulto con fobia dental o que el padre o madre no reaccionarán contra el uso de esta técnica en su hijo. Es por eso que existen otros elementos que controlan la ansiedad y que se mencionan en la tabla 3. En niños menores de 5 años, se puede pedir el apoyo de los padres para sentarlos en sus rodillas recargando y reclinando la cabeza en su brazo derecho. El examen radiográfico debe realizarse sólo si es necesario diagnosticar la caries en superficies dentales no accesibles al examen clínico, descubrir anomalías de la dentición en desarrollo, o investigar problemas específicos. Una vez terminado el examen radiográfico, se puede empezar con un tratamiento preliminar. Cuando no existe dolor ni molestia se realiza la profilaxis. El tratamiento debe ser el pulido usando cepillo o copa de hule en pieza de mano de baja velocidad. Esto sirve para relacionar al niño con la sensación de trabajo del dentista en su boca,

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Tabla 3: Elementos de control de ansiedad 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21.

Atención segura y eficaz Tiempo de espera reducido Trato personal adecuado Hablar en un lenguaje comprensible para el niño Dar indicaciones y órdenes simples “Decir-mostrar-hacer” (DMH) No engañar No amenazar Seguridad en la acción Rapidez en el trabajo Uso de estímulos positivos Control de la voz Reforzamiento positivo Distracciones (Objetos u otras cosas) Comunicación no verdal Audio analgesia Modelado en vivo o filmado Mostrar técnicas de relajación Hipnosis Interrumpir el tratamiento si es necesario para evitar imposiciones y ansiedad (Odontólogo y paciente) Mano sobre boca (Técnica anestésica para no mostrar la aguja)

mostrarle que es una experiencia agradable y familiarizarlo con la rotación del instrumento. En niños pequeños debe limitarse a los dientes anteriores y sólo un par de minutos. En los niños mayores se puede hacer una profilaxis de toda la boca con pasta y aplicación de fluoruro tópico.

sensibilizar al paciente ansioso. Por ejemplo: 1era visita hacer examen clínico y radiográfico, pero si el niño es muy aprehensivo, hacer sólo el examen clínico y dejar las radiografías para otra cita en no más de 2 semanas. Esto promueve la oportunidad de ganar la confianza del niño.

Antes de despedir al niño, el dentista debe explicar el plan de tratamiento a los padres, en especial si es un niño no cooperador, por lo que se contemplan varias citas preliminares. La planeación terapéutica es el fundamento de un buen tratamiento. Se prefiere trabajar por cuadrantes atendiendo primero un cuadrante superior donde es más fácil aplicar anestesia sin molestia. Como odontólogos, es importante saber que no se puede escoger al “niño ideal”; de ahí la importancia de planificar los períodos de intervención y sus variaciones, según avance el tratamiento.

Otras consideraciones son que los pacientes sedados no deben tener otra cita hasta que eliminen por completo el medicamento o cuando se han hecho varias citas restaurativas. La última debe ser breve y sencilla para que el paciente regrese con gusto a su revisión dental.

La técnica para la secuencia rápida de citas consiste en reducir el tiempo entre ellas y sirve para de-

El horario y duración de las citas funcionan como medidas de control no farmacológicas. Los niños que están acostumbrados a dormir por la tarde, tienen mayor actividad por la mañana. Esto implica que el niño requerirá más sedación. Una menor sedación en la hora que el niño duerme, frecuentemente trae mejores resultados. Si se instruye al niño a no comer nada desde la noche pasada, por

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temor a que vomite, es mejor dar la cita en la mañana. Los niños minusválidos es mejor atenderlos al final de la mañana o de la tarde para tener tiempo de hablar con los padres. Se sugiere citar a los pacientes en la mañana, ya que los niños y el dentista están menos cansados. Muchos dentistas creen que citar grupos de pacientes con la misma edad provoca un buen comportamiento por el tipo o modelo de unos con otros. Finalmente, es más fácil convencer a los padres de que sus hijos pierdan clases cuando son preescolares que cuando son mayores. Puede haber una relación inversa entre la cooperación del paciente y la duración de la cita, y aunque hay opiniones diversas, actualmente se prefiere terminar el objetivo de tratamiento para la cita en el tiempo que sea necesario antes que interrumpirlo y limitar el número de citas en las que se hace algún tipo de procedimiento operatorio con anestesia.(11-16) También se prefiere atender al paciente por cuadrantes o la mitad de la boca, ya que el objetivo es tratarlos rápida y eficazmente. Por ejemplo, en niños menores de 5 años no es conveniente trabajar tiempos superiores a 5 minutos seguidos, ni tener sesiones mayores a 30 minutos. Un estudio sugiere que la ansiedad en este grupo no varía significativamente de acuerdo con el número de visitas. De hecho, en las que hay inyecciones, el comportamiento del niño es peor, y algunos autores sugieren que el odontólogo sensibilice al niño sobre la necesidad de cooperar con las inyecciones de anestesia desde la primera cita. Muchas veces, las técnicas de control varían entre operadores. La presencia de los padres es otro aspecto por considerar y debe ser una decisión concensada entre el


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profesional, los padres y el niño, porque hay varios puntos de vista (19). La presencia de los padres puede dar seguridad al niño, especialmente en menores de 5 años, pero su actitud, especialmente la de la madre, es fundamental. Debe quedar claro en niños mayores que en principio, los padres esperarán fuera de la sala operatoria. Hay que aclarar a los padres que no deben interferir de ninguna manera en la comunicación entre odontólogo y paciente. Las únicas excepciones a la separación de los padres se dan cuando el niño ha tenido experiencias previas desagradables, cuando ha sido víctima de traumatismos dentales o cuando son muy jóvenes. Las características psicológicas de los niños de diferentes edades, permiten definir estrategias para el control de la conducta. Los niños pequeños pueden ser estimulados con el uso de la imaginación y fantasía mientras que a uno mayor es posible darle responsabilidades, porque ya posee un cierto grado de auto cuidado.

dentales y traumatismos Una opción inicial es mostrar cómo debe llevarse a cabo la profilaxis y mostrar el cepillo especial y cómo gira la pieza de mano. Es necesario agregar elogios para reforzar de inmediato el buen comportamiento durante cualquier tratamiento actual y subsecuente. Las explicaciones no deben prolongarse, ya que pueden confundir al paciente y causar ansiedad. Los tratamientos se deben hacer de manera sencilla y casual. CONTROL DE VOZ Con esta técnica, mejor aceptada que la restricción física, la atención del niño se gana con el cambio de voz, aumentando el tono durante la conversación para ganar el mando. Se debe modular el volumen, tono o ritmo de la voz para influir en la conducta del paciente y poder dirigirla. Está indicada en el niño que no coopera ni presta atención, pero que es comunicativo. Sus limitaciones son los niños que no sean capaces de comprender debido a la edad, incapacidad, medicamentos o inmadurez emocional.

DURANTE LA CONSULTA REFUERZO POSITIVO Decir – mostrar – hacer (DMH) En esta técnica el dentista le explica al niño de qué situación se trata y qué se va a hacer (mostrando instrumentos o un modelo y al dentista actuando la situación) para después hacerlo. Se deben dar explicaciones adecuadas para el nivel cognoscitivo del paciente. El principal objetivo de esta técnica es aliviar los temores, conformar las respuestas del paciente y señalar expectativas de conducta. Está indicada en todos los pacientes que puedan comunicarse y las únicas contraindicaciones son los pacientes muy pequeños que no comprenden lo que el dentista trata de explicar o las emergencias

Esta técnica es para dar confianza al niño después de que se portó bien. Es un proceso de conformación de la conducta, por medio de la retroalimentación en el momento adecuado, por ejemplo con elogios o con la expresión facial. El objetivo es reforzar la conducta deseada y está indicada en cualquier paciente. El refuerzo también fortalece un patrón de comportamiento y se basa en su aprobación, primero por los padres y después por sus maestros y amigos como una forma de recompensa. El dentista debe mostrar con frecuencia su aprobación verbalmente con fra-

ses como “muy bien” o “eres uno de mis mejores pacientes” y con sonrisas o movimientos de aprobación. DISTRACCIÓN Esta técnica es útil para desviar la atención del paciente de las incomodidades que pueda percibir en el procedimiento. El objetivo es disminuir la probabilidad de percepción de un suceso desagradable que pueda suceder. Está indicado para cualquier paciente y no tiene ninguna contraindicación. COMUNICACIÓN NO VERBAL Consiste en transmitir refuerzo y guiar la conducta mediante el contacto, la postura y las expresiones faciales. Hay autores que sugieren que sólo del 35% de la relación social se establece por componentes verbales mientras que más del 65% se transmite por comunicación implícita. Puede ser mediante gestos con manos, brazos y movimientos de cuerpo y piernas. El principal objetivo es favorecer la eficacia de otras técnicas de control comunicativas, obtener o mantener la atención y obediencia del paciente. Está indicada en cualquier paciente y no tiene contraindicaciones. RESTRICTORES FÍSICOS Existen otras opciones de control no farmacológico, que implican restricción física de grados variables y que pueden iniciar con la forma en la que el asistente lleva al niño con el odontólogo. El papel del asistente es muy relevante, desde su cercanía con el paciente (ponerse cerca del oído del niño para facilitar la comunicación), hasta colocar sus manos bajo los brazos y sostener al niño delante de él. Si el niño procura caer al suelo, debe levantarlo y llevarlo suavemente con el doctor, siem-

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pre por delante suyo. Si el niño está sentado en las rodillas del padre, el asistente debe mantener comunicación con ambos.

mediante el dedo, con algún espejo bucal, separador de lengua, abrebocas de tijera (Mc Kesson), dique de hule, abrebocas de goma, etc. (Figura 4).

Los instrumentos para restricción física se utilizan para la inmovilización parcial o completa del cuerpo o algunas de sus partes. Su objetivo es reducir o eliminar el movimiento indeseable, proteger de lesiones al paciente y al personal, y facilitar los procedimientos. Se indican en pacientes que no cooperan a causa de inmadurez (menores de 3 años), incapacidad mental o física (síndrome de Down), ineficiencia de otras técnicas de tratamiento, emergencias o cuando existe peligro para la seguridad del paciente o el dentista. Se deben evitar en pacientes con trastornos médicos o sistémicos que contraindiquen la inmovilización, como aquellos que sufren ataques de epilepsia.

(Figura 5) Mano sobre boca.

(Figura 4) Control de boca.

CONTROL DE BRAZO Y PIERNA Se controla el movimiento de brazos y piernas del paciente mediante algún tipo de cinturón, toalla o hasta una sábana. Aquí el asistente puede ayudar colocando sus manos cerca de las piernas y brazos del niño.

CONTROL DE CABEZA MANO SOBRE BOCA Consiste en sostener y fijar la cabeza del paciente con el brazo del dentista, de tal forma que quede inmovilizada entre el brazo y el abdomen. (Figura 3)

(Figura 3) Control de cabeza.

CONTROL DE BOCA Consiste en evitar que el paciente mueva la boca constantemente durante el procedimiento que se esté realizando. Este puede ser

Esta técnica es para niños que están muy inquietos o tienden a llorar. Consiste en colocar la mano del odontólogo sobre la boca del paciente y decirle en el oído que si deja de llorar y se calla, se le retira la mano. Se utiliza mientras se explican las expectativas en cuanto a conducta. Se debe retirar la mano para reforzar la conducta adecuada y se puede repetir el proceso si es necesario. (Figura 5) Se emplea con el fin de acallar el llanto incontrolable del niño y obtener su atención para establecer la comunicación, eliminar las respuestas de evitación inadecuadas, favorecer la autoconfianza del niño en su afrontamiento durante el tratamiento, y confirmar la seguridad del niño durante la administración de los cuidados. Está in-

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dicada en niños sanos que comprenden y cooperan pero deciden mostrar conductas provocadoras, ruidosas o histéricas. Las contraindicaciones son niños que no comprenden, debido a la edad, incapacidad, medicamentos o inmadurez emocional. Si la mala conducta continúa al quitar la mano y si varias aplicaciones de esta técnica no son útiles para establecer comunicación, se cierran las vías de aire, colocando las manos sobre la boca y con el pulgar e índice se cierran las fosas nasales (no más de 15 segundos); a esto se le llama técnica de mano sobre boca y nariz. Si ahora coopera el niño, se debe quitar la mano y premiarlo por su buena conducta. La técnica de mano sobre boca (HOM) está ampliamente aceptada como un método eficaz y positivo en las conductas difíciles de los niños. CONTROL DE MOVIMIENTO DEL CUERPO El movimiento total del cuerpo se restringe mediante la tabla de Papoose o con pedowrap. La tabla de Papoose es rígida y tiene cintas para sujetar al paciente. Hay varios tamaños y se puede utilizar en pacientes desde los 2 años de edad hasta el adulto. Está indicada para niños que no pueden controlar sus movimientos, que no son capaces de seguir una orden o en casos de


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urgencia. Las desventajas de la tabla de Papoose son su precio alto y que produce mucho calor al paciente. (Figura 6)

atención y control de conducta, así como su aplicación y el momento adecuado para hacerlo, dependiendo del tipo de paciente que se vaya a atender, facilita el trabajo del equipo odontológico (Figura 7).

Figura 7: Propuesta de algoritmo para medidas de control en el paciente pediátrico Preparación de la consulta

(Figura 6) Control de movimiento del cuerpo.

Pasar a consulta

•Ambiente agradable para el niño • Capacitación de asistentes • Preguntas clave • Planeación de citas • Información a los padres • Comunicación Odontólogo/Paciente/Padres • Evaluación del grado de ansiedad

Tipo de personalidad Definitivamente negativa

Positiva

Negativa

Definitivamente positiva

Comunicación verbal/ No verbal Exploración digital de la boca “Decir-Mostrar-Hacer” Modificación de elementos desagradables (Apoyo de los padres sólo si es necesario)

El pedowrap es una especie de tela o malla de mailon que envuelve al niño en forma circular con la unidad dental. Es más barato que el Papoose pero no tiene tanta rigidez y, por lo tanto, no es fijo y el paciente se puede mover.

Modulación de voz Señales físicas Distracción No

¿Se corrige?

Si

No Restrictores físicos

¿Se corrige?

Si

No

¿Se corrige?

Si

No ¿Se corrige? Inmovilización (Pedo-wrap®, Papoose)

Si

“Tiempo fuera”

MEDIDAS FARMACOLÓGICAS DE CONTROL Las técnicas farmacológicas tales como la sedación o la anestesia general se utilizan como último recurso, cuando el manejo convencional para controlar al paciente ha fallado. También se emplea en los casos de pacientes pediátricos con múltiples tratamientos o con algún trastorno sistémico que ponga en riesgo su salud. Dentro de estas técnicas podemos utilizar el óxido nitroso, ansiolíticos e incluso la anestesia general. Se recomienda sea manejado a nivel hospitalario por el odontopediatra.

Urgencias Traumatismos Discapacidad

Reforzamiento positivo

Mano sobre boca

No

¿Se corrige?

Si

Sedación

CONCLUSIONES El manejo de la conducta para el dentista de práctica general es de vital importancia para poder dar atención de calidad al paciente en edad temprana y evitar los posibles traumas psicológicos que se puedan presentar posteriormente. Conocer las diferentes técnicas de SETIEMBRE 2009 ODONTOLOGÍA VITAL 65


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