Dossier mirallesnack

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MIRALLESNACK

Un plato alrededor de Enric Miralles

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DESCRIPCIÓN DE LA PROPUESTA Mirallesnack nace con la vocación de experimentar la ‘vida’ de Enric Miralles, a través de uno de los sentidos que no se suele potenciar en arquitectura: el gusto. Se compone, como cualquier vida, de distintas e-tapas leídas en continuidad. Estas son: la e-tapa de la formación, la del estudio con Carme Pinos, la de su posterior trabajo en solitario y la del estudio con Benedetta Tagliabue. Finalmente, la muerte. La formación abre la degustación con un pan seco de semillas, untado con crema de queso, y cubierto con láminas de salmón ahumado. Estas láminas crudas esconden dos sorpresas, un pistacho pelado como pequeño y un grano de pimienta, que alteran el paladar y advierten de que la emoción está servida. La tostada se presenta rota, con violencia, la misma que supuso el paso de Enric por la escuela de arquitectura de Barcelona. Carme Pinos aparece de la mano de los frutos secos, pelados y sin pelar, que representan la arquitectura en estado puro. El trabajo intenso y sobrio de una época de plenitud. La crudeza de los materiales de trabajo, y la brutalidad y contundencia de los mismos. Con esta línea de sobriedad llegamos a una barca de endivia, untada con crema de queso finas hierbas. Sobre ella se mece un rollito de brotes de ensalada que esconde un corazón de tomate seco conservado en aceite con especias. Enric, la barca, se come en dos bocados, el primero con la intensidad del rollito, y el segundo con un final salado que nos abruma e intranquiliza. Esto hace pensar que detrás de esta intensa e-tapa, puede haber sorpresas. El siguiente paso es una parada, hay que contemplarlo. Imposible no sorprenderse por los colores, la mezcla de texturas y procesos que supone Benedetta. La familia, la felicidad y la experimentación entran en la vida, con la madurez de los frutos rojos y la frescura de la mermelada y la naranja. Frutos que maduran, conserva del proceso, tiempo, llega a nuestro encuentro. Esta explosión de color termina en una onza de chocolate puro. Dulce y apaciguador, pero intenso y amargo a la vez. Como la muerte que se ha de afrontar con las manos vacías, un hueco en el paladar y los ojos cerrados, pensando que es el dulce final. Sin por ello olvidar, el fuerte sabor de boca que deja, inquietante e inacabado. Cadencia imperfecta para un relato arrítmico.

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MEMORIA EXPLICATIVA La Mirallesnack es el resultado que nuestro grupo ofreció como respuesta al enunciado de una de las actividades de la cuarta sesión-taller homenaje a Enric Miralles, enmarcada en el ciclo Cosas Vistas celebrado en la escuela de arquitectura de Valencia. Este taller fue impartido por el arquitecto Javier Jiménez Iniesta. Se programó como una jornada en la cual los alumnos a través de varias pruebas y juegos, redescubrirían la figura de Enric Miralles, sus aproximaciones a la profesión y sus metodologías y procesos. La prueba central consistió en la preparación de un snack frío que representara de algún modo la vida, obra o alguna de las características principales de la arquitectura de Miralles.

Realizando la compra y mesa de elaboración.

Cada uno de los grupos tenía media hora para decidir, pensar y proyectar, cuál sería su propuesta sabiendo las siguientes condiciones: - Se tenían que preparar veinte tapas/raciones (una por comensal). - El presupuesto máximo por grupo era de treinta euros. - En el supermercado sólo tendrían cinco minutos para realizar la compra, dentro del tiempo y el precio. - La preparación y emplatado se realizaría en otros treinta minutos. En este caso la elaboración y emplatado estaban pensadas de manera simultánea, sobre un mismo soporte dónde se configuraban las distintas partes de la propuesta. Las distintas e-tapas se presentaban de manera sucesiva en una inestable lámina de madera. A continuación, se explica la preparación del plato en el orden inverso cronológicamente con respecto a la vida de Enric. E-tapa Benedetta y muerte India. Colores. Huesca se desploma. El hogar como experimento autobiográfico secreto, y donde está permitido equivocarse. Ultrech, Santa Caterina, Hamburg, Diagonal-Mar, Venecia, Edimburgo como representación. Vigo. Gas Natural. Un arquitecto con sólo un proyecto en la vida. Tumor cerebral y muerte. Fin, pero hay vida después de la muerte.

Se rompe la tabla de chocolate en onzas, y con una de ellas se realizan unos gestos sobre la madera, impregnándola con el aroma y dibujando los trazos sobre los que asentará la elaboración. Se deja la onza en un

Benedetta y muerte. Frutas y chocolate.

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extremo de la tabla, este será el final. Tras esto, se deposita una cucharada de la mermelada de ciruelas y se realiza un trazo en sentido opuesto, como marcando un camino difuminado hacia el extremo vacío del soporte. El extremo de la vida. A continuación se deposita un gajo de naranja sobre la mermelada, un trozo de piel de confitura de limón, unos trocitos de ciruela y un par de ciruelas pasas. E-tapa Enric Igualada, Alacant, Huesca. Dibujos sin escala. Madrid, Takaoka-Isozaki, València, Copenhague, Zaragoza, Berlín, Bremerhaven, Helsinki, Harvard, Princeton, Buenos Aires, Camy-Nestlé. Cosas vistas a izquierda y derecha (sin gafas). Todo me distrae como regla del juego. Éric Satie. Arquitectura desde la cocina, el Croissant, y vuelta atrás. Mesa Ines-table.

Enric. Barca de endivia.

Se deshace la endivia dejando cada una de sus hojas como barquillos independientes. Se coje una y sobre ella se deposita una fina capa de crema de queso finas hierbas. Al tiempo, se enrolla un tomate seco en conserva en las hojas verdes fijándolas con unos hilos de cebollino. El rollito está pensado para comerse de un solo bocado, junto a la parte verde de la hoja de endivia mientras se agarra por el extremo más rígido. El segundo bocado, la parte blanca y dura de la raíz ha de sazonarse con un poco de sal, haciendo de este último bocado de su e-tapa en solitario, un punto en blanco, un tiempo muerto. Un recuerdo borroso iónico, molecular que nos hace recordar que todo puede ser de otra manera. E-tapa Carme Concursos con Helio y Albert. Sota, Steinberg, Duchamp, Klee. Encontrar una manera de dibujar, anónima. Steven Holl. Quetglas. Arquitectura de la ilusión frente a la arquitectura de la imaginación. Colomina. El error y el fracaso. Smithson. Hockney. Parets del Vallés. Igualada. Le Corbusier, Alvar Aalto. New York. Buchanan. Kahn. Preocupación por el tiempo.

Carme. Frutos secos.

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Se seleccionan los frutos secos que forman esta parte de la elaboración. Se pelan algunos de ellos y se esparcen a continuación de la endivia. Incluso algunos de ellos pueden quedar ocultos por la propia endivia, haciendo que la serenidad del fruto seco sea eclipsada por el volumen aparente del bocado principal. Se distribuyen aleatoriamente hasta dejar el espacio suficiente para la siguiente degustación. Se pretende de esta manera que el comensal decida cuál de ellos comer, y cuál despreciar. Que interactúe con ellos quitándoles la


corteza, que descubra su interior. Los frutos secos, comunes y cotidianos, pretenden suponer un descenso a la realidad, a tocar el suelo para apreciar su serenidad y su pureza. Disfrutar de los alimentos que no necesitan manipulación, que son materia prima por sí mismos, expuestos al paso del tiempo. Una búsqueda de la raíz constante. E-tapa Formación y juego Empieza el partido. Será un encuentro a cuatro tiempos. Enric el jugador de baloncesto. Moneo, Codinachs, Solà Morales, Manuel Ribas el freno. Torres, la gran casa, Shklavski, Roussel, Scholfield, Mandelbrot, Durero, Hejduk, Wright, Sostres y la construcción de conceptos. Piñon. La repetición como proceso.

Se distribuye uniformemente sobre la tostada de pan integral de semillas de sésamo, la crema de queso. Y se rompe con violencia, sin querer guardar una proporción perfecta de las partes que quedan, como si fuera un arrebato. Se sitúan sobre dos de los trozos un pistacho pelado y una bola de pimienta, respectivamente. A continuación se ocultan con las láminas de salmón dispuestas sobre los trozos de tostada. El salmón ahumado, en una estadio intermedio entre lo crudo y lo cocinado, nos transporta a la como a una fase de maduración de la etapa de formación de individuo cualquiera. La base, seca, tosca, nos soporta como los juicios externos que nos intentan conducir o como los nuestros propios que intentamos domesticar, prejuicios que deben quedar superados en esta fase. El pistacho y la pimienta, dejan paso al asombro, a la frescura e inquietud que reviste cualquier proceso de formación, dónde el aprendizaje y la incertidumbre, caracterizan los caminos.

Formación. Tostada de queso y salmón ahumado.

Por lo tanto, puede decirse que en todas las e-tapas de este plato los alimentos tienen una labor representativa, ya que cada uno de ellos viene a significar un aspecto concreto de la vida y obra de Enric. El sentido del gusto se convierte así en uno más a la hora de analizar estas arquitecturas, lengua y paladar han de discernir y distinguir los significados, y los distintos matices que esta comida ofrece. Es sabido que muchos artistas a lo largo de la historia han coqueteado en la cocina. Leonardo da Vinci, Gordon Matta-Clark, Joseph Beuys e incluso el propio Enric Miralles la utilizaron como método para la representación de sus ideas. Es muy conocido el ejemplo del ejercicio que Enric Miralles realizó con Eva Prats de como acotar un croissant, en el que a través de la huella dejada por un croissant en una fotocopiadora, se describe un método eficaz para poder abarcar el dibujo de todas las secciones posibles. Y si fuese necesario construirlo. Porque Enric Miralles era arquitecto, vivía siendo arquitecto. Cuenta Josep Quetglas que cada 5


vez que en casa de Enric se cocinaba pasta, la cocina se transformaba en un nuevo lugar. Enric sacaba ‘la Imperia’, pasaba por sus rodillos una y otra vez la pasta fresca, y para evitar que se pegara inventó un sistema de tensores de lado a lado de la cocina, en el cuál tender los hilos de pasta. De repente aquella red definía nuevos lugares, encerraba ámbitos, conducía a una división nueva del espacio mediante cruces y diagonales. Esa imagen festiva bien podía representar las primeras líneas de muchos proyectos que vinieron después. Podían ser techo como las cubiertas de Alicante, paredes como en Hostalets de Balenyà, o límites como en el cementerio de Igualada. Con todo esto el mensaje es que la cocina es cocina, pero con Enric puede ser arquitectura en sí misma. La emoción estética puede producirse de improvisto en cualquier instante, con cualquier objeto/producto/ingrediente y en cualquier lugar. No hace falta ni que esté muy elaborada ni que sea muy compleja. La comida diaria se convierte por tanto, a través del cocinero, en el entorno vital, en vida real. Esto se confirmó con la participación de Ferran Adrià en la documenta de Kassel donde se estableció un hacer en sentido general. Se confirmó que la inteligencia artística había dejado de depender del soporte, y que este ya no existe. Ya no hay arquitectura, pintura o escultura, ni fotografía y cine, ni cocina. Sino una serie de ingredientes, que como en este caso conforman unos nuevos lugares, comestibles y de representación.

Un plato pensado para realizarse bajo unos condicionantes.

Enric Miralles fue intenso, directo, absorbente e impactante. Se equivocó y fracaso. Siempre pensó que otro mundo era posible, y nunca se detuvo. Supo que los lugares tenían un tiempo, podían pertenecer a otro y por tanto, no eran hojas en blanco. El papel en blanco, como dice Oteiza, no existe. Tendió puentes y se reinventó, habitando varias vidas en un mismo cuerpo. Asumió que la construcción no era el final, y nos dejó muchos caminos abiertos. Este plato es un solo un gesto simbólico, las trazas de una vida.

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INGREDIENTES (PARA 20 PERSONAS) (precio máximo 30 €) - 2 onzas de chocolate puro extra - mermelada de ciruela - confitura de limón - ciruelas pasas con hueso - 4 ciruelas negras - 3 Naranjas - 3 Endivias - crema de queso finas hierbas - 1 bolsa de brotes de ensalada: canónigos, espinacas, batavia verde y tatsoi - cebollino - tomate seco en conserva - sal - pipas de girasol y de calabaza - cacahuetes tostados con cáscara, almendras - pistachos - pimienta - pan seco de semillas - crema de queso - salmón ahumado - aceite de oliva

Un plato con distintos finales.

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NECESIDADES TÉCNICAS Este plato por sus características no necesita un importante desarrollo logístico ya que puede llevarse a cabo en cualquier lugar que tenga unas condiciones de higiene y salubridad mínimas. El desarrollo de la obra se produce sin la necesidad de la utilización de medios auxiliares ya que esto forma parte de del proceso de creación de este plato. Se puede realizar sin medios auxiliares, ya que todos los ingredientes van directos del mercado al plato. Podemos decir, que se trata de una elaboración directa, un plato frío. Todas las elaboraciones necesarias vienen realizadas previamente a la compra. Las confituras y mermeladas, el horneado, frito, o precocinado de algunos elementos como los frutos secos o el pan, el tomate seco conservado en aceite y el salmón ahumado. Por lo que a priori cualquier espacio apto para realizar una elaboración culinaria tradicional serviría para ejecutar esta obra. Para convertir la cocina en una fiesta dándole vida.

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VALENCIACREA ALGUNOS CAMBIOS Y MEJORAS NECESARIOS Elaborados para la fase final del concurso. E-tapa Benedetta y muerte - Gotas de jugo astringente de granada agria y grano de granada dulce. - Almíbar de cáscara de naranja. - Cono de kiwi. - Gelatina de carajillo. - Bombón de chocolate puro con pimiento rojo picante. E-tapa Enric - crema de queso y garrofón, con coñac y finas hierbas (cebollino, hierbabuena, perejil). E-tapa Carme - frutos secos adobados con polvo de cardamomo. E-tapa Formación y juego - galleta crujiente de harina integral y mantequilla - salmón crudo con aceite de oliva. La chapa de soporte fué sustituida por un tablero de 1cm de contrachapado, con un rebaje central para sostener la endivia. Se hicieron tres unidades, una por cada miembro del tribunal.

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CRÉDITOS CREADORES DEL PLATO: Júlia Gomar, Silvia Miralles, Sean Robert y Jaume Puchalt. AUTORES DE LA PROPUESTA: Júlia Pineda, Adrià Solbes, Pepe Lerma, Anna Devís, Manuel Causanilles, Lidia

Escuder, María Silvestre y Rafa Rivera. AGRADECIMIENTOS: Javier Jiménez Iniesta. Creador de los Juegos Arquitectónicos Mirallísticos.

Mariví Martín Espinós. Cocinera de referencia y apoyo moral y logístico. 11


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