Un mágico mundo de la realidad (ebook)(ipad)

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H abía una vez una niña llamada Caperucita Roja. Su mama, que sabía coser muy bien, le había hecho una

caperuza roja para que estuviera calentita y protegida del viento y como a la niña le gustaba mucho, la llevaba todos los días, por lo que todo el mundo la llamaba así. Un día, la mamá de Caperucita la mandó a casa de su abuelita porque estaba enferma, para que le llevara en una cesta pan, chocolate, azúcar y dulces.



S u mamá le dijo: no te apartes del camino de siempre, ya que en el bosque hay lobos y es muy peligroso.

Caperucita iba cantando por el camino que su mamá le había dicho y, de repente, se encontró con el lobo y le dijo: -Caperucita, Caperucita, ¿dónde vas tú tan bonita? -A casa de mi abuelita a llevarle pan, chocolate, azúcar y dulces.



VamosLea dijo hacer una carrera!el lobo

-Te dejaré a ti el camino más corto y yo el más largo para darte ventaja. Caperucita aceptó pero ella no sabía que el lobo la había engañado. El lobo llegó antes a la casa de la abuelita y se comió a la pobre ancianita.



Cuando Caperucita llegó, llamó a la puerta: -¿Quién es?, dijo el lobo vestido con las ropas de la abuelita. -Soy yo, dijo Caperucita. Pasa, pasa nietecita. Cuando Caperucita vio a su abuelita se sorprendió con su aspecto.



A

- buelita, qué ojos más grandes tienes, dijo la niña extrañada. -Son para verte mejor. -Abuelita, abuelita, qué orejas tan grandes tienes. -Son para oírte mejor.



Y qué nariz tan grande tienes.

-

Es para olerte mejor. -Y qué boca tan grande tienes. ¡Es para comerte mejor! Caperucita empezó a correr por toda la habitación y el lobo tras ella.



P asaban por all铆 unos cazadores y al escuchar los gritos se acercaron con sus escopetas y sus cuchillos de caza. Uno de ellos le dio un golpe muy fuerte al lobo feroz en la cabeza y el lobo cay贸 al suelo desmayado.



l cazador cogió su cuchillo y le abrió la Epanza al lobo sacando a la abuelita de

Caperucita, que aún estaba viva y para darle un escarmiento al lobo le lleno la barriga de piedras y le volvió a coser la barriga. Después de esto se fueron apresuradamente de allí..



A l cabo de un rato el lobo despertó y sintió una terrible sed y se fue corriendo al rio a beber agua pensando que la pesadez de su barriga era por la abuela de Caperucita. Al acercarse a la orilla, la barriga le pesaba tanto tantísimo que se tambaleó y cayó al agua, ¡y se ahogó!. Caperucita después de este susto aprendió la lección y nunca jamás volvió a desobedecer a su mamá. Colorín colorado este cuento se ha acabado.

FIN





Había una vez una pareja que ansiaba tener un hijo. Finalmente, su deseo se hizo realidad. Durante el tiempo en que la esposa esperaba que naciera su bebé, algunas veces se quedaba mirando por la ventana del huerto de la vecina en el que crecían unas deliciosas lechugas. Pero el cultivo pertenecía a una bruja y nadie se atrevía a entrar en él..



Aellamedida que pasaba el tiempo, crecía en su deseo por comer esas lechugas. No podía dejar de pensar en ellas, perdió el apetito y cada día estaba más pálida. Finalmente, su esposo preocupado decidió ir al huerto cuando estuviera oscuro, y cortar unas lechugas para su mujer. Después de haberlas comido, su esposa sólo tenía un deseo: comer más lechugas. Así que el esposo regresó.



Pero esta vez, la bruja lo atrapó. -¡Cómo te atreves a robar mis lechugas! -Chilló-. Aterrorizado, el marido le contó del antojo de su mujer. -Entonces llévate todas las lechugas que quierasle dijo la bruja-pero a cambio me entregarás la criatura cuando nazca. No teniendo otro remedio el pobre hombre aceptó.



E n cuanto nació la niña, la bruja se la llevó para educarla como si fuera suya y le dio el nombre de Rapuncel.

Rapuncel crecía tan hermosa que la mujer decidió que nadie más debería contemplar su belleza.. Cuando la niña cumplió 12 años, la bruja la encerró en una torre en lo más profundo del bosque. La torre no tenía puerta. Cuando la bruja venía a visitarla, le gritaba: - Rapuncel, Rapuncel, deja caer tu cabello. Entonces la niña arrojaba por la ventana su larga trenza y la bruja trepaba hasta el cuarto que se encontraba arriba de la torre.



Unos añosbosque más tarde, un príncipe que pasaba por el escuchó a Rapuncel que cantaba para entretenerse

Atraído por su dulce voz, llegó hasta la torre pero no pudo encontrar como entrar. El príncipe embelesado por la hermosa voz de la joven, regresó a la torre todos los días Un día, desde su escondite pidió que la bruja llamaba:



REntonces, apuncel, Rapuncel, deja caer tu cabello. el príncipe vio caer la trenza y pensó:

“Y esta es la cuerda para subir, voy a probar”. Tan pronto como la bruja se fue, el príncipe llamó: - Rapuncel, Rapuncel, deja caer tu cabello. Trepó por la larguísima trenza. Al principio Rapuncel se asustó, ya que nunca antes había visto un hombre.



P ero Rapuncel no tenía manera de abandonar la torre. El príncipe le prometió traer una bola y seda cada vez viniera a visitarla, para que con ella hiciera una escalera y pudiera escaparse.

Todos los días, en secreto, el príncipe visitaba a Rapuncel. Pero un día la joven preguntó a la bruja: - ¿Por qué es usted más pesada que el príncipe? - ¡Cómo te atreves a engañarme!Gritó la bruja y en un arranque de furia, le cortó a Rapuncel larga trenza.



U tilizando un hechizo la bruja envió a Rapuncel a una tierra muy lejana. Luego ató la larga trenza al quicio de la ventana y espero la llegada del príncipe. Cuando este llegó, la bruja riéndose dijo: -tu pajarito cantor se ha ido.¡Jamás la verás de nuevo! Lleno de dolor, el príncipe saltó por la ventana de la torre cayendo sobre el espino. Desafortunadamente, algunas púas se clavaron en sus ojos y quedó ciego.



Un día,canción. escuchó que alguien cantaba una hermosa y triste ¡La voz era tan hermosa! La reconoció inmediatamente y corrió hacia la joven llamándola por su nombre.

Cuando la Rapuncel se lanzó en sus brazos, algo muy extraño sucedió. Sus lágrimas de gozo cayeron en los ojos del príncipe y éste recuperó la vista. Rapuncel y el príncipe se casaron y vivieron felices para siempre.

FIN





H ansel y Gretel vivían con su padre, un pobre leñador, y su cruel madrastra, muy cerca de un

espeso bosque. Vivían con muchísima escasez, y como ya no les alcanzaba para poder comer los cuatro, deberían plantearse el problema y tratar de darle una buena solución.. Una noche, creyendo que los niños estaban dormidos, la cruel madrastra dijo al leñador: -No hay bastante comida para todos: mañana llevaremos a los niños a la parte más espesa del bosque y los dejaremos allí.



no podrán encontrar el camino a casa y así Enosllosdesprenderemos de esa carga..al principio, el padre se opuso rotundamente a tener en cuenta la cruel idea de la malvada mujer.

-¿Cómo vamos a abandonar a mis hijos a la suerte de Dios, quizás sean atacados por los animales del bosque? -gritó enojado. -De cualquier manera, así moriremos todos de hambre -dijo la madrastra y no descansó hasta convencer al débil hombre de llevar adelante el malévolo plan que se había trazado..



M ientras tanto los niños, que en realidad no estaban dormidos, escucharon toda la conversación. Gretel lloraba

amargamente, pero Hansel la consolaba. -No llores, querida hermanita -decía él-, yo tengo una idea para encontrar el camino de regreso a casa. A la mañana siguiente, cuando salieron para el bosque, la madrastra les dio a cada uno de los niños un pedazo de pan. -No deben comer este pan antes del almuerzo -les dijo-. Eso es todo lo que tendrán para el día. El dominado y débil padre y la madrastra los acompañaron a adentrarse en el bosque.



uando penetraron en la espesura, los niños se Cquedaron atrás, y Hansel, haciendo migas de su

pan, las fue dejando caer con disimulo para tener señales que les permitieran luego regresar a casa. Los padres los llevaron muy adentro del bosque y les dijeron: -Quédense aquí hasta que vengamos a buscarlos. Hansel y Gretel hicieron lo que sus padres habían ordenado, pues creyeron que cambiarían de opinión y volverían por ellos. Pero cuando se acercaba la noche y los niños vieron que sus padres no aparecían, trataron de encontrar el camino de regreso.


Dqueesgraciadamente, los pájaros se habían comido las migas marcaban el camino. Toda la noche anduvieron por el bosque con mucho temor observando las miradas, observando el brillo de los ojos de las fieras, y a cada paso se perdían más en aquella espesura. Al amanecer, casi muertos de miedo y de hambre, los niños vieron un pájaro blanco que volaba frente a ellos y que para animarlos a seguir adelante les aleteaba en señal amistosa. Siguiendo el vuelo de aquel pájaro encontraron una casita construida toda de panes, dulces, bombones y otras confituras muy sabrosas.




con un apetito terrible, corrieron hasta la Losraraniños, casita, pero antes de que pudieran dar un

mordisco a los riquísimos dulces, una bruja los detuvo. La casa estaba hecha para atraer a los niños y cuando éstos se encontraban en su poder, la bruja los mataba y los cocinaba para comérselos. Como Hansel estaba muy delgadito, la bruja lo encerró en una jaula y allí lo alimentaba con ricos y sustanciosos manjares para engordarlo. Mientras tanto, Gretel tenía que hacer los trabajos más pesados y sólo tenía cáscaras de cangrejos para comer. Un día, la bruja decidió que Hansel estaba ya listo para ser comido y ordenó a Gretel que preparara una enorme cacerola de agua para cocinarlo.



P

- rimero -dijo la bruja-, vamos a ver el horno que yo prendí para hacer pan. Entra tú primero, Gretel, y fíjate si está bien caliente como para hornear. En realidad la bruja pensaba cerrar la puerta del horno una vez que Gretel estuviera dentro para cocinarla a ella también. Pero Gretel hizo como que no entendía lo que la bruja decía.: .-Yo no sé. ¿Cómo entro? -preguntó Gretel. -Tonta -dijo la bruja-, mira cómo se hace -y la bruja metió la cabeza dentro del horno.



Rápidamente Gretel la empujó dentro del horno y cerró la puerta. Gretel puso en libertad a Hansel. Antes de irse, los dos niños se llenaron los bolsillos de perlas y piedras preciosas del tesoro de la bruja. Los niños huyeron del bosque hasta llegar a orillas de un inmenso lago que parecía imposible de atravesar. Por fin, un hermoso cisne blanco compadeciéndose de ellos y les ofreció pasarlos a la otra orilla. Con gran alegría los niños encontraron a su padre allí. Éste había sufrido mucho durante la ausencia de los niños y los había buscado por todas partes, e incluso les contó acerca de la muerte de la cruel madrastra.


Dejandolos niĂąos caer los tesoros a los pies de su padre, se arrojaron en sus brazos. AsĂ­ juntos olvidaron todos los malos momentos que habĂ­an pasado y supieron que lo mĂĄs importante en la vida es estar junto a los seres a quienes se ama, y siguieron viviendo felices y ricos para siempre.

FIN





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