La Casa Azul

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La Casa Azul


La Casa Azul mรกs que un museo


Existe una profunda relación entre Frida Kahlo, su obra y su hogar, la Casa Azul, donde nació, creó y murió. Aunque viajó por Europa y EEUU junto a Diego, Frida siempre regresaba a su casa de Coyoacán. Se encuentra en la calle Londres 247, en una de las zonas más antiguas de la Ciudad de México y fue convertida en museo tras el fallecimiento de la artista, en 1958. La casona data de 1904 y fue construida a usanza de la época, con un patio central rodeado por las diferentes estancias y decoración afrancesada. Fueron Frida y Diego quienes le dieron el estilo y el carácter que conocemos hoy, con sus muros azules, sus piedras volcánicas -como las construcciones aztecas-, con sus mosaicos, caracolas y objetos del arte folklórico mexicano. Puede decirse que la Casa Azul es Frida, cada elemento la recuerda, pero también se advierte el gusto de Diego Rivera por la cultura prehispánica, como en la decoración de los jardines y en la variada colección de piezas escultóricas. Ambos tenían la idea de donar a México sus bienes y así lo hizo Diego antes de morir, nombrando a su mecenas y amiga Dolores Olmedo directora y presidenta vitalicia. La Casa Azul alberga, además, un interesante fondo documental y archivístico compuesto por ilustraciones y dibujos, fotografías, mobiliario, vestidos y corsés, escritos personales y un sinfín de materiales que alumbran sobre la vida y la obra de Frida Kahlo.


Una de las zonas de la Casa Azul más emblemática es el comedor, decorado con bodegones, manteles de costureras mexicanas, vajillas de estilo autóctono, objetos de alfarería popular y piezas de barro vidriado. El comedor era, pues, un pequeño museo ubicado en el interior de lo que sería el Museo Frida Kahlo. Dos relojes simbolizan la relación amorosa de Frida y Diego: uno, de cerámica, marca la hora de su boda, mientras que el otro, roto, indica la hora de su divorcio. Asimismo, la cocina se reviste del arte popular de México, con sus tazas, ollas, cucharones de madera, platos, cazuelas y fogones. Aquí Frida preparaba para sus comensales platillos típicos de la gastronomía del país, enseñada por Lupe Marín, anterior esposa de Diego. Uno de los muros de la cocina muestra dos palomas que, en su vuelo, portan un lacito con los nombres de la paja: Frida y Diego. Juguetes y objetos infantiles forman parte de la singular colección de Frida, quien nunca pudo ser madre. Y los exvotos, retablitos y milagritos, pinturas y piezas votivas de agradecimiento que mezclan magia y religión popular, parecen multiplicarse por el hogar azul de Frida, que coleccionó varias centenas. Testimonios nada silenciosos que sugieren el estado de ánimo de la artista, sus inquietudes, su humor, sus esperanzas, sus decepciones, sus dolencias y sus alegrías. Y, sobre todo, como creadora, su reconocimiento en la tradición y su búsqueda en la innovación.


"En la recámara que Frida usaba de día permanece su cama con el espejo en el techo {...} En la cabecera de su cama se pueden ver los retratos de Lenin, Stalin y Mao Tse Tung; en el estudio se encuentra el caballete que le regalara Nelson Rockefeller, sus pinceles y sus libros; y en su recámara de noche se guardan la colección de mariposas, obsequio del escultor japonés Isamu Noguchi, y el retrato que le hiciera a Frida su amigo y amante, el fotógrafo Nickolas Muray. Cada objeto de la Casa Azul dice algo de la pintora: las muletas, los corsés y las medicinas son testimonios del sufrimiento de las múltiples operaciones a las que fue sometida. Los exvotos, juguetes, vestidos y joyas hablan de una Frida coleccionista. La casa misma habla de la vida cotidiana de la artista. Por ejemplo, la cocina -que es típica de las construcciones antiguas mexicanas, con sus ollas de barro colgadas a las paredes, y las cazuelas sobre el fogón- son testimonios de la variedad de guisos que se preparaban en la Casa Azul. Tanto Diego como Frida gustaban agasajar a sus comensales con platillos de la cocina mexicana, prehispánica, colonial y popular. En el comedor convivieron grandes personalidades de la cultura y destacados artistas de la época: André Breton, Tina Modotti, Edward Weston, León Trotsky, Juan O'Gorman, Carlos Pellicer, José Clemente Orozco, Isamu Noguchi, Nickolas Muray, Sergei Eisenstein, el Dr. Atl, Carmen Mondragón, Arcady Boytler, Rosa y Miguel de Covarrubias, Aurora Reyes e Isabel Villaseñor, entre otros muchos."

La Casa Azul: el universo íntimo de Frida Kahlo Por HILDA TRUJILLO SOTO








El comedor peque単o gran museo


"Frida y Diego adornaron los muros con pinturas populares del siglo XIX. Esas imágenes representaban bodegones o naturalezas muertas con imágenes de verduras, frutos y objetos mexicanos colocados en cacharros autóctonos {...} Sobre la mesa del comedor, Frida Kahlo solía colocar manteles provenientes de diferentes zonas del país que mostraban gran variedad de puntadas de agujas, labores de gancho, aplicaciones y bordados de colores y deshilados. En el Museo Frida Kahlo se han conservado y restaurado diferentes tipos de manteles y carpetas. Constituyen un muestrario representativo de la habilidad y el buen gusto de las costureras mexicanas. En el centro de la mesa lucían coloridas bateas o guajes laqueados con arreglos de ramilletes de flores de papel o canastos con frutas de cera. En las vajillas de la Casa Azul quedaron algunos ejemplares de Puebla, Oaxaca, Michoacán y el Estado de México. No sobrevivieron completas esas vajillas a las manos de cocineras, a los viajes, empaques y desempaques de los artistas y al paso del tiempo. Según testimonios, la pareja utilizaba el comedor cotidianamente y ahí también se agasajaba a comensales importantes. Los muros de esta área tienen adosados varios trasteros de madera pintados en amarillo vivo. Rebosantes de objetos de arte popular, algunos contienen piezas notables de barro hechas por aquellos primeros artesanos que reproducían los tipos populares que habitaban en el México del siglo XIX." El arte popular en La Casa Azul Por GRACIELA ROMANDÍA DE CANTÚ


"Frida se dio siempre el tiempo para aprender a guisar a la antigua usanza mexicana. Su cocina es muestra del ambiente tradicional de las amas de casa: lugar de encuentros, confidencias y aprendizajes femeninos. Según testimonio de la propia Frida, Lupe Marín, la anterior esposa de Rivera, le enseñó a preparar los moles que tanto agradaban al pintor e incluso la acompañaba al mercado a comprar las cazuelas y las ollas para prepararlos. El amplio fogón de carbón de la cocina, forrado con azulejos de Talavera y con braseros de carbón, parrillas y un aventador, muestra varios ejemplares de ollas, cazuelas y recipientes de barro. Las piezas provienen de los alfares de varios estados del país. En ellas se preparaban las recetas tradicionales de los platillos mexicanos con los que se agasajaba a los comensales de la Casa Azul. Al estilo de las antiguas cocinas mexicanas, cucharones y cucharas de palo cuelgan de repisas de madera, así como vasijas y jarras para el pulque fabricadas en barro de vidrio y recipientes para las aguas frescas, completan los elementos necesarios en una cocina autóctona." La cocina de Frida Por GRACIELA ROMANDÍA DE CANTÚ







Las recetas de Frida Alimentando el coraz贸n


Guadalupe Rivera Marín, hija de Diego Rivera, y Marie-Pierre Colle Corcuera publicaron en 1994 el libro titulado Las fiestas de Frida y Diego. Recuerdos y recetas. La centena de recetas y anécdotas se distribuyen por cada mes del año y por festividades destacadas, acompañadas de hermosas ilustraciones con imágenes de la Casa Azul y bodegones y dibujos de Frida Kahlo. Unas memorias culinarias que revelan incluso cómo la cocina llegó a inspirar algunas de sus pinturas. Porque la vida de Frida fue también una mezcla de colores, sabores y aromas.


SALSA ROJA {para acompañar tacos, tortillas y totopos} FIESTAS DE BODA DE FRIDA Y DIEGO Frida Kahlo y Diego Rivera se casaron el 26 de agosto de 1929. Para la ocasión, cocinó su amiga la fotógrafa Tina Modotti, también madrina en la boda. 6 tomates grandes asados en una sartén y luego pelados. 2 dientes de ajo pelados y asados. 3/4 chiles pelados y asados. 1 cebolla picada. 2 cucharadas de aceite de maíz. Sal y pimienta al gusto. Se licúan los tomates con los ajos, los chiles y la cebolla. A continuación se cuelan. Se calienta el aceite y se le añade la salsa anterior. Se sazona con la sal y la pimienta. Se deja cocinar a fuego lento unos 15 minutos.


PAN DE MUERTO {30 piezas} DÍA DE TODOS LOS SANTOS Y FIELES DIFUNTOS 1 kilo de harina 350 gramos de azúcar 250 gramos de mantequilla 2 sobres de levadura seca disuelta en 5 cucharadas de agua tibia 13 huevos 2 cucharadas de canela molida 2 cucharadas de extracto de vainilla 1/2 taza de leche azúcar para espolvorear Se hace una fuente con la harina y en medio se pone el azúcar, la mantequilla, la levadura, los huevos, la canela, la vainilla y la leche. Se amasa todo junto hasta que la masa se despegue de la mesa y quede lisa. Se forma una bola, se enharina ligeramente y cubre con un limpión y se deja reposar durante 2 horas y media en un lugar templado, hasta que doble su volumen. Se refrigera y al día siguiente se hacen bolitas del tamaño de un durazno. Se decoran con tiritas de masa formando figuras como si fueran huesos. Se colocan en bandejas en un lugar templado hasta que dupliquen su tamaño. Se espolvorean con azúcar y se llevan al horno a 180 grados C durante 30 minutos.


TOSTADAS {para 8 comensales} LAS POSADAS Y FIN DE AÑO 24 tortillas de maíz Aceite 1 taza y media de frijol refrito Salsa roja 1 lechuga lavada y cortada en tiras finas 4 chorizos desmenuzados y fritos 1 pechuga de pollo cocida y deshilachada 4 tomates cortados en cubitos 24 tajadas de aguacate 24 cucharadas de crema agria 200 gramos de queso rallado Sal al gusto Se meten las tortillas en el horno a 180 grados hasta que queden tostadas. Se fríen en aceite y se dejan escurrir sobre papel absorbente. Se untan con los frijoles calientes, se les añade salsa roja al gusto y lechuga. En la mitad de la tostada se pone el pollo y el chorizo. Después se añade el tomate, el aguacate, la crema y el queso. Para terminar, condimentar con sal.


La Casa Azul PLAN DE PATRIMONIO CULTURAL EN EDUCACIÓN IES MIGUEL FERNÁNDEZ MELILLA, 2014


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