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EFEMÉRIDES

EFEMÉRIDES DE LA CIUDAD

J.J. LAFORET

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Cronista ofi cial de Las Palmas de Gran Canaria 29 DE MARZO DE 1953

La Semana Santa del Puerto de La Luz no sólo ha sido y es una realidad vivida y manifestada con esplendor, que ya tiene un devenir histórico y hasta una historia escrita, sea en libro, como es la significativa obra “Semana Santa del Puerto de La Luz (1953-1978), del historiador D. Héctor Ramos del Pino, o sea a través de muchísimos artículos de prensa de muy diversas épocas, o de referencias en otras obras, sino que la Semana Santa del Puerto de La Luz ha sido y es un sentimiento propio, que surge y se manifiesta en miles de personas de muy diversas generaciones, desde tiempos muy tempranos del devenir de este distrito de la capital grancanaria, una realidad parroquial y vecinal que señala aspiraciones que, desde la fe, les lleva a moldear su propia vida comunitaria, su identidad social en el conjunto de la capital grancanaria, de la que es orbe histórico desde el primer día de la fundación de la ciudad.

Pero también, con el devenir de los siglos la ciudad crece y con ella su expresiones y cultos de Semana Santa y cuando la primigenia ermita de Ntra. Sra. de La Luz se convierte en Parroquia el año de 1900 por impulso y dictamen del prelado José Cueto de la Maza y su templo actual queda inaugurado en 1913 por el Obispo Pérez Muñoz, en una Isleta que crece pujante, inquieta, ilusionada, las manifestaciones de la semana mayor tampoco quedarán atrás en este nuevo distrito de la ciudad que pronto incorporará, junto a los cultos habituales, un conjunto de procesiones y viacrucis que alcanzarán merecida fama y seguimiento en

SEMANA SANTA DEL PUERTO DE LA LUZ

enorme ímpetu.

Este año, como en un espléndido y continuado Domingo de Ramos, todo parece florecer de nuevo triunfalmente. Se abren las puertas de par en par para que entren dos imágenes, cargadas de tanta historia, que regresan jubilosas a su Barrio tras casi cincuenta años de ausencias. Es la “Dolorosa” del Viernes Santo, hermanada en talla, expresión y donó el templo parroquial de Ntra. Sra. de La Luz.

También, ahora, cuando el Consejo de Cofradías, Patronazgos y Hermandades de Las Palmas de Gran Canaria ha anunciado como una de las grandes novedades para esta próxima Semana Santa, que saldrá de nuevo la procesión del “Resucitado”, y recordar como ya D. José Miguel Alzola señalaba como “No terminaban con la solemne procesión del Santo Entierro, en el Viernes Santo, -y aquí en el Puerto de La Luz con el recogido, devoto y seguidísimo procesionar de “La Soledad”- los cultos externos de la Semana Mayor de antaño. Su culminación tenía lugar el Domingo de Pascua con la del Señor Resucitado, organizada por la comunidad del convento de San Francisco…”, no puedo dejar de evocar y exaltar aquella tan popular procesión del Resucitado que salía a las calles de este Puerto de La Luz en las primerísimas horas de la madrugada del Domingo de Resurrección, a la que acudía no sólo el vecindario de esta colación de Ntra. Sra. de La Luz, sino vecinos de toda La Isleta y de muchos otros barrios de

La procesión del Viernes Santo en el Puerto de La Luz en la década de los años sesenta del pasado siglo.

Antigua ermita de Ntra. Sra. de La Luz a comienzos del siglo XX, en el mismo lugar donde se levanta la iglesia actual. Vieja estampa del Cristo de La Luz, La Dolorosa y el San Juan en la década de los años cincuenta del siglo XX.

toda la ciudad. Y es a mitad de siglo XX, cuando la Semana Santa capitalina afronta un nuevo resurgimiento, consolidar manifestaciones pasadas y crear otras nuevas, como la procesión de la madrugada del Viernes Santo con el “Cristo del Buen Fin”, cuando surge y se consolida ese quinto pilar histórico de la Semana Santa laspalmeña, el de la Semana Santa del Puerto de La Luz, que también ha tenido su devenir propio, sus momentos álgidos y sus momentos de decaimiento, pero que ahora mira al futuro con sentimientos con la de Luján Pérez de la Catedral, y la del discípulo por antonomasia, “San Juan Evangelista”, inspirada en la de la iglesia de La Concepción de La Orotava, Tenerife, instituidas en un valioso y sentido patrimonio que nunca deberá abandonar este Templo y a su feligresía. Unas imágenes que se aúnan al histórico “Santísimo Cristo de La Luz”, que recuperó su procesionar por las calles del Puerto en 2019, tras estar también ausente de ellas durante más de cincuenta años, aunque, en su caso, nunca aban-

toda la ciudad, instituida durante muchos años, hasta su desaparición, en un popular y llamativo colofón de esos cultos externos de la Semana Santa “laspalmeña” De nuevo, un Domingo de Ramos, el de 2022, nos reencontramos con los usos y costumbres, con las tradiciones de la Semana Santa El Cristo de La Luz, acompañado de La Dolorosa del Viernes santo y de San Juan Evagelista, en el templo en Canarias y su aceptación en el cuerpo de las tradiciones isleñas, y en el caso que nos Parroquial de Ntra, Sra. de La Luz en la actualidad. ocupa, el de la Semana Santa de El Puerto de La Luz, aún mucho más, pues como se percibe al recabar datos sobre lo que fue, sobre cómo se aprecia hoy por propios y foráneos, así como en la magna muestra que se ofrece en el propio Templo parroquial este año, se trata de unas manifestaciones de pasión que han marcado la vida y el devenir de una Parroquia, que han señalado la identidad, el ser y sentir de un Barrio, que son elocuentes de una forma de entender la vida y el camino de futuro y de progreso de toda una sociedad entorno a este Puerto, enclavado en las enhiestas Isletas. 

Caricat as de Gran Canaria

RAFAEL MONZÓN GRAU-BASSAS (FELO MONZÓN)

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 1910 – 1989

Fue un artista plástico y pintor español, referente del movimiento indigenista en Canarias así como una de las fi guras más relevantes del arte canario de vanguardia. Recibió el Premio de Canarias de Bellas Artes e Interpretación en 1984. 1929, Monzón fue encarcelado en 1936. Estuvo sometido a un consejo de guerra, siendo liberado en 1940 del campo de concentración de Gando.

Su vida y su obra están íntimamente relacionadas con la Escuela Luján Pérez, de la que fue alumno desde que tenía 15 años y en la que ejerció como profesor y posteriormente como director. Su programa de renovación plástica estaba vinculado al Surrealismo.

La actividad expositiva a lo largo de su vida fue muy intensa, obteniendo un gran eco en las islas mayores, pero también fuera de las Islas, en Barcelona, Sao Paulo, La Habana o Múnich.

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