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ATARDECERES DEL PINO
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Septiembre es un mes mágico para las Islas
Canarias.
El Océano
Atlántico nos regala uno de los Llamadas así por su coincidenmás grandes cia con la celebración del día de la Patrona de la Diócesis de Caespectáculos narias, Nuestra Madre y Señora la Virgen del Pino, el 8 de sepque se tiembre. Éstas se caracterizan por unas bajamares y pleamares nos puede muy exageradas en sus vaciados y llenados de la salada agua del presentar ante nuestros océano, que vistos desde la Playa de Las Canteras, aparecen suelos de cantería que no son visibles ojos de en otros meses del año y se puede ir caminando a la Barra desde isleños: las esos senderos marinos que se aprendieron de los abuelos en mareas del las bajamares o contemplar el embate de las olas en el muro
Pino de la Avenida salpicando profusamente el Paseo y contemplar maravillados el baile de ida y venida del Atlántico en su máxima altura en las pleamares. Y lo tenemos aquí, en las Islas Canarias.
Mas hoy dejo a un lado las mareas y voy a proponer que cambiemos el punto de atención de nuestra mirada y fijemos la vista en el cielo. Ese cielo de septiembre que nos regala el astro rey, el Sol, y que llega a ser tan expectacular, o más, que el fenómeno marino. La profusión de colores que van apareciendo a la par que se va retirando Helios es magnífica y espectacular. Cuando no hay nubes, los naranjas, amarillos, oros y azules se mezclan en sus diferentes toanlidades para pintar un lienzo de Monet en el horizonte canario. Y si se acumulan cirrocúmulos, nimboestratos o estratocúmulos éstos son coloreados con pinceladas caprichosas que los convierten en algodones de azúcar que flotan en el escenario celeste que se abre a nuestros ojos.
Valga este pequeño escrito para que no nos olvidemos de mirar al cielo canario todos los días, pues nos dará una paz y un relajo que nos ayudará a olvidarnos, momentáneamente, de los problemillas del día a día. Esperando al próximo septiembre para que se vuelvan a juntar mareas y atardeceres que Nuestra Madre y Señora del Pino nos hace disfrutar a todos sus hijos, canarios y foráneos, de éste regalo para los sentidos.
Juanga Bastante