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Editorial
from Revista AQUA 267
REVISTA AQUA L a forma de hacer empresa hoy es a través de datos, eso es innegable. A mayor cantidad de información a la que tengamos acceso, hay más posibilidades de tomar decisiones adecuadas que nos permitan conducir el negocio de la mejor manera en un entorno cada vez más cambiante, y en el que requerimos una mayor precisión para sacar los mejores resultados en las operaciones. Bien lo explica Bryton Shang, CEO de Aquabyte, cuando dice que los salmonicultores nacionales
“han aceptado que los datos son una parte importante de la gestión del negocio, y que con su correcta utilización, estarán cada vez más cerca de una visión más completa de los centros de cultivo”. En este aspecto, la salmonicultura en general lo ha hecho bien, tanto en proyectos liderados por centros de estudios, que están levantando datos de una multiplicidad de factores ambientales en las costas y mares, que van a servir a futuro para generar nuevos algoritmos que permitan anticiparse a cambios que puedan afectar, tanto al medio ambiente, como a las industrias que trabajan de sus recursos; como por la empresa privada, como es el caso del Proyecto Pincoy, iniciativa que ha estado recopilando una enorme cantidad de información de sus socios, que les permite abordar la problemática del uso de antibióticos de una manera global, considerando la mayor de cantidad de variables posible con el fin de la disminución progresiva en su utilización. La mitilicultura, por su parte, también se ha incorporado rápidamente a la digitalización, el trabajo con datos y llevar sus operaciones hacia un contexto más tecnológico, sin embargo los productores de menor tamaño y aquellos comprendidos dentro de la acuicultura a pequeña escala (APE), aún no
han podido integrarse del todo, más que nada debido a los costos asociados a una transformación de este tipo. La pesca industrial tampoco se queda atrás, y con la incorporación de tecnología de punta han podido ir avanzando de manera incesante con el objetivo de convertirse en una industria más sustentable. Además, el contar con internet a bordo le permite a los tripulantes estar conectados con sus familias, lo que antes no era posible, y que mejora considerablemente su calidad de vida. En resumen, la pesca y acuicultura nacional se encuentran en un excelente pie con respecto a sus pares latinoamericanos, e incluso comparándolo con la tecnología utilizada en Europa o EE.UU., pero no se puede quedar quieta. Los avances en materia de tecnología son rápidos e inexorables, y si bien Chile ha estado en la cresta de la ola en esta materia, debe mantenerse ahí para seguir siendo una industria competitiva a nivel mundial. Para lograrlo la industria debe seguir siendo una aliada de los proveedores, del Estado y de las instituciones educativas, generando alianzas que permitan empujar con fuerza la Innovación y Desarrollo en temas de generación de data, que permitan su estudio para llevar a la acuicultura y pesca hacia una actividad de precisión, generando el menor gasto posible para obtener la mayor producción de mejor calidad. Solo este camino nos llevará a seguir posicionados como líderes mundiales en la alimentación mundial de productos del mar.