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Reportaje
Robo de cables:
Estrategias para un delito al alza
Se han conformado de mesas de trabajo para enfrentar esta problemática.
Foto: Gentileza Empresas Eléctricas.
Las compañías están llevando a cabo una serie de acciones para enfrentar este ilícito, que perjudica la continuidad de suministro eléctrico y la calidad de vida de las familias.
DESDE HACE ALGUNOS AÑOS que el robo de conductores o cables de cobre se ha transformado en un tema que genera gran preocupación en la industria de la distribución eléctrica, principalmente, por sus efectos en términos de calidad y continuidad del suministro y de seguridad para los clientes, convirtiendo a este tipo de delitos en uno de los mayores del crimen organizado en el país. Se trata de un fenómeno en aumento que hoy afecta el suministro eléctrico de millones de clientes dentro de las redes de media y baja tensión, pero también a otros segmentos como la transmisión eléctrica y a la industria de las telecomunicaciones.
“El robo de conductores afecta a toda la comunidad, ya que provoca interrupciones en el suministro eléctrico y puede afectar la seguridad de las personas, causando accidentes incluso con resultado de muerte para las personas que manipulan las instalaciones sin autorización”, señalan desde Empresas Eléctricas, gremio que reúne a las principales compañías de distribución eléctrica del país.
Las bandas delictuales que se dedican a esta actividad utilizan motosierras, serruchos y hasta choques con vehículos para derribar postes del tendido eléctrico, generalmente de noche, y así
sustraer kilómetros de cable, dejando a miles de hogares sin energía. Otros grupos, más sofisticados, utilizan en su accionar las mismas herramientas que las cuadrillas de las compañías eléctricas, mientras que también hay quienes se arriesgan sin mucha preparación y han terminado electrocutados.
Incremento del ilícito
“El robo de cables eléctricos para extraer el cobre es una práctica delictual que ha aumentado en los últimos años y meses. Estas intervenciones de terceros perjudican a familias que se ven afectadas por variaciones de voltaje, que muchas veces además provocan daños a sus artefactos eléctricos. Al mismo tiempo, ponen en serio riesgo al personal técnico que realiza el mantenimiento de las redes de distribución y a quienes cometen esos ilícitos”, señala Víctor Balbontín, gerente de Operación y Mantenimiento de Enel Distribución.
De acuerdo con los registros de Enel, compañía que suministra energía a más de 2 millones de clientes en 33 comunas de la Región Metropolitana, el robo de cables se duplicó a junio pasado en comparación con el mismo mes del año anterior. Y en lo que va de 2022 se han detectado más de 270 casos de robo de cables en la zona de concesión, siendo las comunas más afectadas Recoleta, Independencia y Santiago.
Esta realidad se repite en las diversas regiones del país. Para Matías Hepp, gerente de Operaciones de CGE, “el robo de cables o conductores eléctricos es un delito, y como tal, puede ser perseguido penalmente ante la justicia. En el caso de CGE, en los últimos años este tipo de delitos ha mostrado un alza. Desde enero de 2020, hemos tenido más de 800 eventos de robo de cable en media y baja tensión, que sin duda han afectado la calidad y continuidad del suministro eléctrico”.
Respecto a CGE, compañía que abastece a más de 3 millones de clientes entre las regiones de Arica y Parinacota y la de la Araucanía, incluyendo una parte de la Región Metropolitana, entre marzo de 2021 y marzo de 2022 se han registrado 424 eventos de robo de cable en media y baja
Foto: Gentileza Enel .
Víctor Balbontín, gerente de Operación y Mantenimiento de Enel Distribución. tensión, los cuales han provocado interrupciones de suministro a más de 450 mil clientes. Las zonas donde se han registrado más hurtos son las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Copiapó, Coquimbo, O´Higgins y Ñuble.
“Cuando ocurre un robo de conductores, las brigadas especializadas de CGE deben recorrer las instalaciones para ubicar el sector afectado, lo cual puede retrasar las tareas necesarias para reponer el suministro eléctrico”, complementa Hepp.
La situación no es muy distinta en el caso de Frontel, distribuidora del Grupo Saesa que entrega suministro eléctrico a más de 354 mil clientes. En el último quinquenio se han sustraído cerca de 1,4 millones de metros de alambre de cobre de sus líneas, equivalentes a unas 183 toneladas, resultando afectadas familias entre las regiones de Ñuble, Biobío y Araucanía.
“Dentro de las mencionadas instalaciones se encuentran diversas líneas eléctricas de distribución,
El robo de cables eléctricos para extraer el cobre es una práctica delictual que ha aumentado en los últimos años y meses”, Víctor Balbontín, gerente de Operación y Mantenimiento de Enel Distribución.
Foto: Gentileza CGE .
Matías Hepp, gerente de Operaciones de CGE. las que, desde hace varios años, han sido objeto de los delitos de robo y receptación por parte de bandas organizadas, con conocimientos acabados para proceder en perjuicios de miles de familias”, apunta Fernando Caire, gerente zonal de Frontel.
En cuanto a Chilquinta, distribuidora que abastece a más de 780 mil clientes de la Región de Valparaíso, 5.350 de ellos vieron interrumpido su servicio por hurtos de cable durante 2021, registrados mayormente en los sectores rurales y más alejados de las comunas de San Antonio, Valparaíso, San Felipe y Los Andes.
En lo que va de 2022, en tanto, han registrado el robo de aproximadamente medio kilómetro de red,
en diversos puntos de su zona de concesión, lo que ha afectado el suministro de 1.841 clientes, de los cuales el 78% se concentra en la comuna de Valparaíso y en Zona Costa, principalmente, en los sectores de Viña del Mar y Concón.
“Como Chilquinta, estamos preocupados y ocupados en esta materia, pues nos interesa generar acciones efectivas que nos permitan bloquear este tipo de actividades ilegales, las cuales perjudican la calidad de suministro y ponen en riesgo la integridad de quienes realizan este tipo de actos”, indica Cristián Candia, gerente de Distribución de Chilquinta.
Qué se está haciendo al respecto
En la industria existe consenso en que la respuesta más eficiente es una alianza público-privada, pues las bandas se mueven de región cuando los controles se endurecen.
Al respecto, se han conformado mesas de trabajo en distintas regiones del país, instancias en las que empresas eléctricas, autoridades, policías, fiscalías, reguladores y comunidades han analizado medidas para enfrentar estos ataques.
“Participamos activamente en la coordinación de acciones que buscan frenar este delito que
Foto: Gentileza Enel.
De acuerdo con los registros de Enel el robo de cables se duplicó a junio de este año.
Foto: Gentileza Frontel .
Fernando Caire, gerente zonal de Frontel. lamentablemente afecta la calidad y continuidad del suministro a los clientes. Años anteriores hemos participado en seminarios organizados por la autoridad, en campañas comunicacionales y en la fiscalización de locales de compra y venta de metales, como parte de las pesquisas destinadas a comprobar el origen del material de cobre existente en esos lugares”, asegura Caire.
En efecto, tanto en la Región del Biobío como en la de Ñuble destaca la existencia de una mesa de trabajo intersectorial, integrada por actores del sector público (Seremi de Energía, SEC, Aduana, SII, Subsecretaría de Prevención del Delito y Ministerio Público) y privado (EFE, empresas eléctricas y de telecomunicaciones), con reuniones periódicas y acciones tanto preventivas como persecutorias.
Desde CGE también relevan la coordinación en este tipo de instancias. “Participamos activamente en las mesas de trabajo que las autoridades de distintas regiones han impulsado para combatir este ilícito. Asimismo, en los casos en que detectamos afectación a las redes de CGE, realizamos la denuncia ante Carabineros y Ministerio Público, para luego interponer acciones legales que permitan perseguir a los autores de estos delitos”, señala Hepp.
Mientras, en Chilquinta explican que trabajan este tema a través de un protocolo de seguridad, en el que se contactan directamente con Carabineros de Chile para informar el punto específico donde se está registrando el hurto, dejando una constancia, para evitar la ocurrencia de los hechos.
Otro aspecto que colabora en el combate de este fenómeno, indican entre las distribuidoras, es la incorporación de tecnología en las redes.
Desde enero de 2020, hemos tenido más de 800 eventos de robo de cable en media y baja tensión, que sin duda han afectado la calidad y continuidad del suministro eléctrico”, Matías Hepp, gerente de Operaciones de CGE.
“Ante el hurto de conductores, junto con las acciones legales, en las zonas donde es factible, reemplazamos los cables de cobre por aluminio preensamblado para evitar la reincidencia de casos. Es importante destacar que, gracias a la incorporación de tecnología de automatización en nuestras redes, identificamos rápidamente las interrupciones y logramos respaldar a nuestros clientes afectados en minutos, reduciendo el impacto que tienen estos ilícitos en nuestros usuarios”, dice Candia.
De igual modo, un tercer eslabón dice relación con la denuncia oportuna de parte de la población, tanto de hurto de cables como también de acciones de reducidores de chatarra.
“Además de realizar diversas acciones para disminuir este tipo de hechos, llamamos a la comunidad y autoridades a denunciar estos hechos para detener a los hurtadores y reducidores de esta chatarra, buscando evitar riesgos y mantener la calidad de servicio eléctrico”, apunta Víctor Balbontín de Enel Distribución.
“El llamado a la comunidad es a denunciar a los números de las policías uniformada o civil, al teléfono Denuncia Seguro 600 400 0101 o al número de atención a clientes de Frontel 800 600 802”, complementa Caire.
En la industria coinciden en que el constante aumento de casos requiere la preocupación de parte de los distintos agentes involucrados en el tema, ya que su proliferación tiene directa incidencia sobre la calidad de vida de las personas.
“Cada vez que se interrumpe el suministro eléctrico, las empresas grandes y pequeñas no pueden trabajar normalmente, los servicios públicos presentan problemas en el suministro, los colegios o la red de salud se ven obligados a suspender sus actividades o las personas pueden enfrentar problemas de seguridad pública. En suma, el delito afecta la calidad de vida de las personas”, concluye Hepp.
Distribución eléctrica: Entre marzo de 2021 y marzo de 2022, CGE registró 424 eventos de robo de cable en media y baja tensión.
Foto: Gentileza Chil quinta .
Cristián Candia, gerente de Distribución de Chilquinta.
Foto:: Gentileza B2B Media Group