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EN EL CORAZÓN DEL LABERINTO
Me siento en esta plaza cada día. Es un rincón del mundo y es el centro Del mundo, el corazón del laberinto: Yace en mí ya vencido el minotauro.
Las nubes pasan lentas, pasan lentas. Las risas de los niños y las hojas Irisan el silencio como un río Que lento, lento pasa y nunca acaba.
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Pues hay en esta plaza lo que espera el hombre que desea amar la vida, los árboles que se alzan al buen cielo densos y bellos y en la sombra alientan los juegos de los niños y los besos de los amantes y las copas llenas de palabras de aquellos que encontraron un hilo de Ariadna en la amistad.
Antonio Cano
Plaza Del Coraz N
A Ismael Yebra
Vieja plaza querida, niñez pura en tránsito diario de alegría. Horno, estanco pequeño, espartería, domingos de animales y apretura.
Gran Tino, Bar Manolo, embocadura de la estrecha y alegre Alcaicería. Plaza del corazón, la plaza mía exacta en su medida y su hermosura.
Secreto itinerario de mi gozo. Rey Don Pedro severo en su hornacina. Estrechez de Boteros hasta el sueño.
En tu espacio cercano y anchuroso cabe mi corazón, de esquina a esquina y se hace el mundo para mí pequeño.
Enrique Barrero Rodríguez
Recuerdo
Contigo con tu voz con estas palabras que también son tuyas con tu nombre de aurora deslizado en un rótulo de años infinitos
Fue tan larga y tan larga la infancia
Reconozco la suerte la mía no quiero otra palabra no hay otra Porque sigo aquí simplemente
Fotografías en blanco y negro con sueños de horizonte el mundo a nuestros pies la dicha que nos unía
Apuntes de poetas con tu letra azul menuda inquieta de perfiles precisos como tú
Y después el sueño deformado el hachazo fatal el rizo de tu pelo dorado en mi memoria Y tu risa