Revista Malvinas Ejemplar N°12

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Campamentos cerca de Puerto Argentino


MALVINAS

Impreso en Imprenta DE CESARE

Han pasado 29 años desde que Argentina, hizo flamear temporariamente la bandera nacional en las islas. Desde aquella gesta a hoy, la cuestión Malvinas ha sufrido diferentes miradas según los gobiernos de turno, desde la ignorancia desmalvinizadora de los primeros tiempos posteriores al advenimiento de la democracia, pasando por los acuerdos de Madrid de los 90 y la política exterior de seducción a la reacción tardía ante el avance del RU en la búsqueda de petróleo en las aguas del sur. Cada etapa no contó con UNA MIRADA CRÍTICA de lo realizado. No se ha tenido en cuenta el carácter imperialista de la fuerza ocupante a lo largo de la historia, en la que siempre ha privilegiado el azote a la negociación y que esta es factible de lograrse cuando el marco internacional acompaña y el país reclamante es capaz de realizar daño allí donde ellos no pueden hacerlo. Decididamente el nuestro es un país pacífico, pero que debe ser contundente a la hora de la defensa de sus intereses, apoyados en la verdad de nuestros reclamos y en la solidaridad de los países vecinos junto a todos aquellos pueblos que por alguna razón sufren el sojuzgamiento de los poderosos del planeta. Por ello la cuestión MALVINAS DEBE SER UNA CAUSA NACIONAL acompañada por un estudiado esfuerzo diplomático, que nada tiene que ver con el voluntarismo discursivo de barricada, que generalmente no va acompañado de acciones encaminadas a sortear los obstáculos diarios que el RU nos coloca. A la ocupación marítima de alrededor de las islas, como así también el reclamo de la extensión antártica y la concesión a empresas pesqueras que devastan nuestro mar, se ha incorporado la explotación petrolera, estudios que en la primera década de los años 70 daban cuenta de su posible extracción, su demora se debió al precio del barril del crudo que en la actualidad lo hacen redituable. Estos intereses expansionistas están debidamente custodiados, en Mount Pleasant la base militar inglesa más importante del continente con aviones de primera generación como los Typhon, buques destructores, últimamente con la presencia de submarinos... Conclusión a menos de 500 Km de Tierra del Fuego, se despliega una fuerza extracontinental, los históricos pretendientes de nuestra soberanía. Así lo hicieron en 1806, 1807con la invasión de la ciudad puerto de Buenos Aires, acción repelida por el incipiente ejército nacional y la vecindad avasallada. La misma impunidad los llevó a ocupar las Malvinas en 1833. De igual modo lo hicieron en 1845 cuando se internaron en el río Paraná junto a los Franceses, con el pretexto de la libre navegación de los ríos, mientras 100 buques mercantes cargados de insumos, querían comerciar sin respetar la soberanía. La decisión político-militar del Brigadier Juan Manuel de Rosas impidió esa intromisión. Otras formas menos groseras, pero con la misma matriz, que es el apoderamiento de nuestros recursos, caracterizan la relación histórica RU con nuestra patria. Por ello nos llama poderosamente la atención, el porque en un año eleccionario, en el que se ha de elegir la conducción del país, de las provincias, de los municipios, no se hable de la cuestión Malvinas, y no sea parte del discurso de los candidatos oficialistas y opositores. Quizás algún asesor de imagen o algún politólogo, aconseje a los candidatos a no hablar del tema porque no “mide”, o lo que es aún peor se tenga un desconocimiento por parte del mismo, de la historia, del presente y de la potencialidad de la causa Malvinas. Por las razones que sean, hoy no se habla de este tema en el nivel que pretendemos; tenemos la esperanza que quién vaya a ser elegido, se comprometa con la causa, haga de esta una causa de estado e invite al conjunto de los argentinos a ser parte de la recuperación de nuestra grandeza. Dr. Miguel Ángel Ríos


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Sobre fines del mes de agosto próximo pasado, se anunció y promovió en fuentes oficiales argentinas, la visita del Presidente del llamado Comité de Descolonización de las Naciones Unidas (1). Comité también conocido como C24, por el número de sus países integrantes, entre los cuales están los latinoamericanos Bolivia, Chile, Cuba (actualmente en la Vicepresidencia), Ecuador, Nicaragua, Venezuela, y otros. Esa Presidencia está ejercida desde el pasado 26 de febrero por el Representante de la Isla caribeña de Santa Lucía - uno de los 16 reinos británicos de la Mancomunidad Británica de Naciones - el Sr. Keit St. Aimes. En oportunidad de aquél anuncio se indicaba que dicho funcionario tenía “mucho interés en tomar contacto con la realidad argentina, para escuchar precisamente cuál es el reclamo de nuestro país”. En verdad, dicha particularidad en el anuncio, ponía una nota de sorpresa en una visita que siempre es bienvenida, por el carácter de las Naciones Unidas como organismo madre internacional, donde históricamente, desde su creación en 1945, la República Argentina ha señalado clara y reiteradamente cuál es su posición sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur (2) (3); es decir el reclamo que desde la misma usurpación inglesa de 1833, nuestro país ha efectuado bilateralmente ante el agresor, llevado luego al ámbito multilateral, a la consideración de todos los países, en el seno de esas Naciones Unidas, como se indica precedentemente. Así, en el transcurso de los años, el reclamo argentino se halla registrado en cientos de documentos de esa organización internacional, sea en su Asamblea General, el Comité de Seguridad, y el propio Comité de Descolonización, amén de otros agregados de diversos organismos regionales. Por ello, el Presidente del Comité de

Descolonización, DEBE y TIENE que conocer en profundidad “cuál es el reclamo de nuestro país” en un tema tan preciado de la Historia Argentina, y de importancia en la Historia Moderna, como es el tema de la estratégica usurpación británica en el Atlántico Sur. Obliga esto, y sin que ello signifique demérito alguno para la persona del visitante, hacer algunas consideraciones: Primero; Santa Lucía tiene como monarca a la Reina de Inglaterra (4). Es decir, sus funcionarios, - y el señor Representante lo es - deben de conocer plenamente los asuntos exteriores relacionados con el poder Real Británico, y la defensa de sus intereses, acorde a los principios del Commonwealth, con jefatura en Londres. Segundo; Santa Lucía es uno de los firmantes del Tratado de Cotonú, del año 2000, (5) donde 47 países del África, 15 del Caribe y 14 del Pacífico (los llamados ACP) reconocen ante la Unión Europea (UE), a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur, y el llamado Territorio Antártico Británico (superpuesto sobre la porción argentina y chilena) como Territorios de Ultramar Asociados a la Unión Europea, en contra de los legítimos intereses argentinos. En ese documento, la representación de la isla caribeña firmó “For Her Majesty the Queen of Saint Lucía” (6) La visita prometida se cumplió en el reciente mes de octubre.


En la presentación del visitante, el funcionario argentino a cargo de la misma, manifestó que “el Comité de Descolonización es en la zona el organismo que ARBITRA en estos temas”. (7) Remarcamos la palabra “arbitra” pues, a nuestro parecer, no es el término preciso, ya que la misma da la idea de autoridad decisoria a la que deberían acatar las partes involucradas. Lo cual daría un halo e investidura que realmente no tiene. Tal es así, que la creación del Comité, - no precisamente un ente de nivel decisorio en el organigrama - , fue establecido por la Asamblea General como órgano de

consulta, seguimiento y asesoramiento. En este orden de ideas, su nombre completo es “Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales”. En su informe, la Organización de las Naciones Unidas, dice que el Comité se reúne anualmente, escucha las declaraciones de representantes, peticionarios, envía misiones visitadoras, organiza seminarios, formula propuestas y lleva a cabo medidas aprobadas por la Asamblea General, formula recomendaciones en relación con la difusión de la información para movilizar a la opinión pública en apoyo del proceso de descolonización, examina la asistencia prestada por los organismos especializados y otras organizaciones. Cabe agregar que las Naciones Unidas para la aplicación del concepto arbitral dispone de organismos especiales, a la que las partes en litigio han de aceptar y someterse, si ellas así lo resuelven, como la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, cuyos miembros, según su

Estatuto, provienen de propuestas de la Corte Permanente de Arbitraje. (8) Volviendo a la presentación del Presidente del Comité, las noticias dicen que un periodista le preguntó textualmente: “Mi pregunta está vinculada con las conversaciones que ha tenido con el Reino Unido, ¿Cuál es la posición que le han transmitido sobre el tema de Malvinas?”. (9) A ello, éste le contestó: “Aún no he mantenido conversaciones formales con respecto a este tema con el Reino Unido, más allá de las conversaciones que se mantienen anualmente en el seno del Comité”. Para quien escribe estas lineas, - y estimo que para el lector también -esta contestación resulta bastante sorprendente, a tenor de aquello que hemos comentado sobre la relación de los funcionarios de un estado regido por la corona británica; además, siendo Santa Lucía, miembro del Comité, y por ende forzosamente al tanto de todas las posiciones mantenidas por los involucrados en el tema Malvinas. Y también, por una particularidad histórica del señor representante, que señalaremos al final. Otra pregunta periodística, se refirió a la reunión que había tenido el Presidente del Comité con la Presidenta de la Nación, sobre si ésta le había hecho algún pedido especial, o si se habló acerca de alguna definición, en el diálogo de las partes sobre Malvinas. Aquí también, según nos traen las noticias, algunos tramos de la contestación del visitante, son dignos de atención: “Uno de los puntos principales de la conversación que mantuvimos con la señora Presidenta tuvo que ver con el papel que puede desempeñar la Argentina teniendo en cuenta su nueva posición en el marco de su ejercicio de la presidencia del Grupo- 77, más China...” ¿Cómo?. ¿No era que la visita del funcionario estaba relacionada con el tema de las Islas Malvinas?. Parece que su interés enfocaba a otra cosa. Y el mismo se encargó de aclararlo:


“Por supuesto, el tema Malvinas, es un tema especialmente importante para la Argentina, pero no hablamos exclusivamente de eso...” Y continúa; “...Un tema importante que destacamos, fue la cuestión del cambio climático, por ejemplo, y su especial impacto para los países del Caribe y pequeños estados insulares. En ese sentido, consideramos que la Argentina puede tener un rol clave también considerando la posibilidad de que pueda plantear las cuestiones del cambio climático y el impacto que tienen para estos pequeños países insulares en el marco del Grupo de los 20 ya que la Argentina, justamente, es un miembro de ese foro también”. Y remarcando la escala de importancia temática, terminaba la contestación; “...Así que, nuevamente, la Argentina tiene un tema importante en lo que se refiere a las Malvinas, pero no es la única cuestión en el seno de las Naciones Unidas. También hay otros temas que hay que considerar en el seno de la Organización de las Naciones Unidas”. Sucede que esta subordinación de valores sobre el crucial problema de la invasión militar del Atlántico Sur, no es nueva en ese funcionario. Veamos: Finalizado el enfrentamiento armado de 1982, con el alto el fuego de Puerto Argentino del 14 de junio, volvió en el máximo foro internacional el esfuerzo para encausar al Reino Unido en el proceso de conversaciones, según las variadas resoluciones de ese organismo que se habían dado a través del tiempo. Este es un hecho de singular importancia; ya que a contrario de muchos sucesos bélicos de la historia, la nación derrotada en armas, no sufre la represalia internacional, sino que recibe el apoyo en la continuidad de la búsqueda de la reivindicación de su territorio quebrantado por la fuerza militar del vencedor beligerante, a quién, a pesar de su victoria armada, la comunidad internacional le requiere someta esa victoria a la realidad de su usurpación. Diversos analistas han buceado en ello, con diferentes y contradictorias miradas e interpretaciones. Al respecto, por su claridad y síntesis, remitimos al lector a un tramo específico de la obra “Malvinas,

conflicto vigente”, del Contralmirante Carlos Büsser. (10) Es en aquél proceso, que se da la búsqueda de consenso para conseguir en la Asamblea General la primera resolución post-bélica, obteniéndose la identificada como 37/9, del 4 de noviembre de 1982, que ninguna admonición hacia el derrotado militarmente, pedía a las dos partes reanudación de negociaciones y encuentro de una resolución pacífica, y que contó con una votación de 90 a favor (entre ellos los Estados Unidos), 12 en contra (entre ellos el Reino Unido) y 52 abstenciones. (11) En la documentación que trascribe el debate previo a la votación (11) aparece la intervención del Representante Permanente de Santa Lucía, que precisamente era el Sr. St. Aimes, quien entre otras cosas decía: (Traducción del inglés) “Mi delegación conoce las numerosas obligaciones de este augusto órgano, pero hubiéramos preferido dedicar la mayor parte del tiempo - si no todas sus energías y recursos - a corregir la deplorable situación de Namibia, un territorio que está en fideicomiso, en lugar de satisfacer a Estados recalcitrantes cuyos motivos parecen cuestionables. Son muchos los territorios en disputa en América Latina, cuyo origen se remonta al siglo XIX o a un pasado más remoto. Este territorio (se refiere a Malvinas, -nota del autor-) no es el primero ni será el último sobre el cual deberá pronunciarse la Asamblea General. Por lo tanto deberá tener mucho cuidado de que no sólo las palabras sino también las intenciones de los proyectos de resolución presentados ante este órgano, no nos lleven a hacer algo que más tarde tengamos que lamentar.


Hemos escuchado varias declaraciones ante la Asamblea que no siempre han sido propicias para la causa que proclama este proyecto, declaraciones que algunas veces han exacerbado las emociones y han polarizado la actitud de los pueblos con acusaciones y recriminaciones. Esta retórica puede ser útil para ciertas campañas políticas, pero no para crear un clima de negociación tan necesario en esta situación. En otras palabras, el momento en que se presenta este proyecto de resolución es prematuro y puede hacer más mal que bien.

Como vemos, ya en 1982 el por entonces Representante de Santa Lucía, y hoy Presidente del Comité de Descolonización, daba a entender que tenía otras prioridades en Naciones Unidas, y que no era el justo reclamo argentino sobre las Islas Malvinas. Por entonces puso a Namibia; hoy es la pretendida importancia de Argentina (su otrora “estado recalcitrante” de 1982) en el “G-77 más, o el “cambio climático” Por entonces negó su apoyo al proyecto de resolución sobre la reanudación de conversaciones tildándolo de prematuro y malicioso; hoy todavía ¡no conoce la posición británica! En síntesis, Hoy como Ayer: “For Her Majesty the Queen of Saint Lucía” ***********

No debemos permitir que este órgano sea utilizado como recurso conveniente para ha-cer caso omiso de los principios de la Carta “cuando éstos están reñidos con el concepto que tiene algún Estado sobre sus propios intereses”. Y haciendo defensa del argumento que enarbolan los británicos, como lo es el de la pretendida autodeterminación de los habitantes de las Islas Malvinas, terminaba diciendo: “El privilegio que nos permite hablar aquí fue logrado a través del ejercicio de la libre determinación y no estamos dispuestos a negar ese privilegio o derecho a nadie. No estamos convencidos de que los argumentos contra el derecho a la libre determinación tenga validez jurídica en la oportunidad que nos ocupa...”

Notas: (*) Veteranos de Guerra de Malvinas, Marina Mercante Argentina, Ex Presidente y Ex Vicepresidente, del Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”. (1) El Sureño, Tierra del Fuego, 28-08-2010 (2) Conferencia de San Francisco, 24-5-1945 (3) Delegado Argentino Dr. Ferrer Vieyra, Lake Success (N.Y.), 11-12-1946 (4) Ver “Monarquía de la Mancomunidad Británica de Naciones” (Wikipedia). (5) Acuerdo de Asociación -Diario Oficial de las Comunidades Europeas, L-317, 15-12-2000 (6) “Por su Majestad la Reina de Santa Lucía” (7) El Malvinense, 14-10-2010 (8) Derecho Internacional Público, Tomo II, Dr. César Díaz Cisneros. Edit. Tea (9) El Malvinense, art. Citado (10) Edit. Vortice, 1999, Cap. IX, pág. 168 (Secc. 3 “Las N.U. Luego de la Guerra de 1982, Resoluc. De 1982, 1983 y posteriores) pág. 169 (Secc. 4 “Situación general luego del enfrentamiento militar...”). (11) ONU, Doc. A/37/PV 55.


Entrevista C a p i t á n d e N a v í o J o s é César Arca El 21 de mayo de 1982 se realizó la mayor operación aérea de combate de nuestra historia. Ese día se llevaron a cabo más de 50 misiones de ataque realizadas por aviones de la Fuerza Aérea y de la Armada. El Capitán de Navío José César Arca fue uno de los aviadores que participó de esa histórica jornada. Desde chico soñó en su Corrientes natal con entrar en la marina y seguir la carrera de las armas. Siendo el único en su familia en tener esa vocación. Ésta es una síntesis de un extenso reportaje donde nos relató la experiencia de guerra que vivió el 21 de mayo de 1982 en las Islas Malvinas

José Arca: Me tomó por sorpresa la recuperación de las Islas el 2 de abril de 1982, porque no esperaba un acontecimiento de ese tipo. Me encontraba en ese momento en Francia, para realizar un curso de manejo de los Super Etendart y no me requirieron; pero decidí volver al país y participar del conflicto.

José Arca: En realidad, por el cúmulo de aviones que salían no daban abasto los reabastecedores que tenía la Fuerza Aérea y lógicamente las prioridades nuestras no estaban en el reabastecimiento. La misión mía el 21 de mayo fue sin reabastecimiento en vuelo, lo que limitaba esa operación.

Malvinas: ¿Esto que Malvinas: ¿Cuál fue su significaba? primera misión? José Arca: Que haciendo el José Arca: Yo pasé a bordo cálculo con perfiles de del portaaviones 25 de vuelos altos y bajos y sin mayo y realizamos varias comprometerse a un misiones de interenfrentamiento con otro ceptación, que era una de avión, podía regresar al José Arca (der.) las funciones que cumple punto de partida, después el avión que volé, el A4. de realizar la misión, con Luego, por amenazas de submarinos sólo 6 minutos de autonomía. Un mal nucleares el portaaviones tuvo que volver cálculo, una mala apreciación, una ruta al puerto porque no tenía suficientes con meteorología adversa, implicaba defensas. Debido a ello, nos trasladamos a quedarme sin combustible y desaparecer Río Grande para operar desde ahí. en el medio del océano. Hasta que vino la misión del 21 de mayo. Ese día, en las primeras horas de la Malvinas: ¿Cuáles eran los objetivos de mañana, se detecta el desembarco de la su escuadrilla? flota inglesa en la Bahía de San Carlos y a José Arca: El primer objetivo era un partir de ese momento se inicia la oleada buque que salía por el sur del Estrecho de de ataques del continente hacia las islas. San Carlos con averías y como segundo objetivo, los restantes buques que Malvinas: ¿Estaban combinados esos estaban desembarcando en el Puerto de ataques de la Fuerza Aérea y de la San Carlos. Armada?


Malvinas: ¿En algún momento se encontraron con ese buque averiado? José Arca: No, nunca. En la zona sur el cruce del estrecho tiene 50 kilómetros, por lo cual no se ve de una costa a la otra. Ese buque si existió, nosotros, nunca lo vimos, motivo por lo cual pasamos de inmediato al segundo objetivo. Malvinas: ¿Y apareció a la vista de ustedes la Fragata Ardent?. José Arca: Estábamos volando sobre la costa de la isla Soledad cuando detectamos al buque evolucionando al medio del Estrecho de San Carlos, muy próximo al lugar de desembarco. Malvinas: ¿Era la primera vez que Ud. entraba en combate? José Arca: Si. Minutos antes, camino a las islas, nos informaron que había una Patrulla Aérea de Combate esperándonos. Nos pidieron que abortemos la misión porque los Sea Harrier tienen un control positivo, es decir, sus radares están funcionando y detectan cualquier avión enemigo que se acerque para derribarlo, y nosotros no teníamos un dispositivo que nos diga cuando estábamos iluminados por un radar. Cuando se produce esta comunicación pidiéndonos que regresemos al continente, nos miramos (en una formación cerrada como la que volábamos nosotros estábamos a 4-5 metros de ala a ala) con el Capitán Philippi y el Teniente Márquez y decidimos continuar. Malvinas: ¿Cómo se desarrolla el ataque contra la Fragata? José Arca: Cuando veo los mástiles de la nave, le digo al Lider: “Ahí está el buque, vamos hacia él, creyendo que era nuestro primer objetivo y el Capitán Philippi me dice: “No; esperemos hasta estar a 90 grados del buque”. Decisión acertada del Líder porque la computadora de tiro de la nave no podía discernir blanco-costa por la altura que nosotros volábamos a 3-4 metros de la tierra, entre la costa y el agua. Al no discernirlo, no le resolvía la ecuación tiro; como son tiros automáticos, no disparaban. Cuando nosotros giramos hacia la izquierda para iniciar el ataque al buque comenzamos a recibir una andanada de proyectiles. Se forma una

cortina de fuego, como uno ve en las películas, con las bombas explotando en el aire y entrando los proyectiles en el agua. En ese instante, que parece un siglo y medio, cuando trato de disparar se trabaron los dos cañones. Malvinas: ¿En ese momento se razona, o se actúa por instinto? José Arca: Uno hace en el conflicto todo lo que aprendió, y todo lo que practicó; no innova. No tiene posibilidad de innovar porque es tan traumático, tan contundente y tan mortal que no se puede experimentar. En ese momento, se hace estrictamente lo que se practicó. Nosotros tuvimos la suerte que no nos impactaron en el momento de la aproximación, que duró 40 segundos aproximadamente. El destino quiso que ninguna esquirla, ningún proyectil haga impacto directo en nuestros aviones. Íbamos muy rasantes, pegados al agua, pero para que la bomba sea eficaz tuvimos que tomar 100 a 150 metros de altura, para lanzarlas. En ese momento yo que iba detrás del líder tenía que estar a 19 segundos, pero como venía acelerando con todo, iba a 7 segundos, motivo por lo cual, cuando el líder asciende para medir los parámetros de lanzamiento, veo la salida de sus 4 bombas y observo que una explota en la popa del buque, y no tengo más alternativa. mientras lanzo mis bombas, tuve que pasar por el medio de la bola de fuego que dejó la primera explosión. Mientras atravieso ese hierro flotando de fuego, escucho a Márquez que me dice: “Otro impacto y en la popa señor”, por lo cual los 3 aviones salimos de ese ataque dejando al buque herido de muerte.


Malvinas: Con ese avión desprotegido, con los cañones trabados y sin bombas, salen de la misión y se encuentran con los Sea Harrier? José Arca: Quedé sin cañones, con las bombas lanzadas y sin ningún tipo de armamento, y el líder de la misión el Cap. Philippi dice: “Volvamos por la misma”. Volveríamos por el lugar donde entramos. Márquez indica: “Ahí están los Sea Harrier”, yo giro mi cabeza hacia la izquierda y veo que lanzan el primer misil Side Winder que entra en el tubo chorro, desflorando el avión del Cap. Philippi que se eyecta en ese instante. Yo cometí el error de seguir la trayectoria del misil perdiendo de vista el avión que lo había lanzado. Cuando lo busco nuevamente, estaba detrás de mí tirándome con cañones de 30. En ese momento tenía dos alternativas: huir o quedarme a combatir con él. Malvinas: ¿Era una alternativa intentar escapar? José Arca: Si uno como en el caso mío, no tiene munición, no tiene armas, no tiene un móvil que duplica la velocidad del enemigo, si. Sino es un blanco fijo. Yo tenía claro que mi avión era tecnología de 1950, ante un Sea Harrier con tecnología de 1980. Era mucha desigualdad en el combate. Mi única alternativa era entrar en combate con él, de avión a avión y tirarle mi avión a chocar al de él, de impactarlo. Malvinas: ¿Cuánto duran esos cruces entre que él tiraba y usted trataba de chocarlo? José Arca: El combate duró aproximadamente otros 40 segundos y recibí 10 impactos de cañones de 30. Cada impacto en el avión hacía que descendiera 6 metros y tocaba el agua, porque iba pegado a ella. En uno de los impactos pierdo el circuito hidráulico, tiro lo que se llama controles manuales para levitar el avión. Este procedimiento se hace a muy baja velocidad. Para no impactar con el agua, habilité como venía ese giro de 90 grados que estaba haciendo. Yo creo que ahí el avión de un cimbronazo me quiebra la mano, cosa que nunca me di cuenta hasta que me sacaron la radiografía y ven Pág. 10

que tenía fracturada la muñeca derecha. Malvinas: En un momento el Sea Harrier desiste del ataque, ¿Por qué? José Arca: Su piloto, Clay Morel, en una carta en donde le pregunto: ¿Por qué él teniendo todas las de ganar abandona el combate?. Me comenta que el misil que lanzó para mí fue al agua, que falló; hace una chanza diciendo: “Cómo no iba a fallar si era americano”. Se le acabó la munición de los cañones y quedaba en el límite para volver al portaaviones. Entonces decide abandonar el combate. Otra vez juega a favor mío la suerte. Él tenía todas las de ganar en ese combate, él podía derribar el avión tranquilamente, 15 segundos más, 10 segundos más, era cuestión de tiempo. Malvinas: Sobrevivió a la cortina de fuego del Ardent. Sobrevivió al ataque del Sea Harrier pero ¿Podía volver al continente? José Arca: Como le dije al comienzo, yo no podía comprometerme en ninguna otra actividad como sea tirar y volver. Quiso el destino que me enfrentara a Clay Morel y estos impactos dañaron mi avión de una manera medular, porque me perforaron los tanques de combustibles, perdí el tren de aterrizaje izquierdo, cosa que yo no sabía, perdí el circuito hidráulico, el circuito eléctrico y el oxígeno.


A mi no me quedaba otra alternativa que ir a buscar Puerto Argentino y tener una posibilidad, de poder aterrizar. El temor que tenía era que me derribara uno de los nuestros. Era una cosa común, en un conflicto, se presta para eso, más un país como el nuestro sin experiencia bélica. La identificación era uno de los grandes problemas que teníamos nosotros. Pero otra vez la suerte estuvo de mi lado porque pasé por arriba de un infante de marina y veo que es un avión de los nuestros, un A4 de la Armada y anticipa la información para evitar que la artillería dispuesta en Puerto Argentino me derribara. Yo me aproximé al aeródromo por estima porque, por una cuestión de seguridad, no había ningún faro encendido. Malvinas: ¿Pudo divisar la pista sin problema? José Arca: El Brigadier Iannarelo, en ese momento era Comodoro, ve mi avión y me

Escuadrilla de pilotos A4

dice: “Ve la pista?” Yo le digo, “No, no veo”. “Está enfrente suyo”. El estrés del combate no me dejaba ver, yo veía en general y no en particular. Él me guía en el aterrizaje pero cuando bajo el tren veo en la indicación dos ruedas, la rueda media y la derecha y no veo la izquierda, entonces demoro otros diez segundos y cuando paso por encima de la torre de control, me dice: “Mirá, no solo veo el cielo a través de los agujeros

que tenés, sino que el tren izquierdo no está”, “Andá a la bahía y eyectate”. Llego a la bahía; oriento mi avión mar adentro y cuando me eyecto siento que estoy en el aire volando y de golpe me encuentro colgado del paracaídas. Es tan traumático que uno tiene visión negra. No tenés capacidad para moverte, ni para razonar, y el silencio es absoluto. Malvinas: Mientras usted va cayendo en paracaídas, ve que su avión en lugar de ir mar adentro empieza a virar?. José Arca: Se ve que con los impactos de los cañones de Morel, el avión quedo con una ligera inclinación hacia la izquierda. El avión voló, hizo un círculo descendente y me enfrentó para llevarme por delante como “reprochándome” el abandono. No podía creer lo que me estaba pasando; me enfrentó en dos oportunidades, hizo dos giros completos y mientras yo descendía se fue lentamente hacia la costa en un espiral suave descendente. Mientras yo caía al agua, el avión quedó entero y sin combustible en tierra. Algunos mal intencionados aseguran que el avión volaba mejor solo que cuando lo piloteaba yo. M a l v i n a s . ¿Usted cae al agua y van a su rescate? José Arca: Vienen con un helicóptero UH1H del ejército. Un aparato artillado que no disponía de medios para izarme porque no estaba preparado para salvamentos. En ese momento estaba peleando con el agua porque tenía el bote salvavidas debajo y me molestaba y había tomado 2-3 litros de agua salada; decido desprenderme del bote y lo pierdo.


Malvinas: ¿De que volumen de olas estamos hablando? José Arca: Estamos hablando de ondas de mar que oscilaban entre 1,50 y 3 metros y con una temperatura de 5 grados. El helicóptero se posa arriba mío, me tiran una cuerda para que me prenda, pero al pretender levantarme, esta se cortó. Al cabo de media hora y luego de varios intentos fallidos, tratando el helicóptero de acercarse para que me prendiera de los esquíes para poder subir, decido alivianarme y desprenderme del equipo de supervivencia. Tiré absolutamente todo, hasta el casco, la pistola y me quedé nadando con el traje anti-exposición y las bo-as de vuelo.

José Arca: No se que hacer. Desde el ´82 a esta parte es un motivo de reunión y recordar momentos que me dio mi vida, por supuesto. Malvinas: ¿Después de esa experiencia, usted vio las cosas de otra forma? José Arca: Si; siempre digo que toda situación traumática en la vida, cambia la pirámide de valores. Cuando pasa algo contundente lo que tenía como objetivo máximo pasa a ser una estupidez, pasa a ser algo sin valor. Uno valoriza más la reunión con la familia, con los amigos, la risa, que las cosas materiales, la pirámide se invierte.

Malvinas:¿Nadando ahí o apuntando hacia la costa? José Arca: Flotando, tratando de subir al helicóptero. Pero en un momento lo eché. Me estaba quedando sin fuerzas y pensé: “si me desespero me muero en 5 minutos y si me tranquilizo me muero en 15 minutos”. Y opté por morirme en 15...y empecé a nadar hacia la costa. Cuando estaba a unos 250 metros de la orilla, un compañero mío me grita que no continúe mi aproximación porque toda la zona estaba minada. Entonces, no me quedaba otra alternativa que volver a insistir con el helicóptero. En aquel momento el Capitán Svendsen, que tenía un dominio total sobre el helicóptero, realiza una maniobra increíble y logra meter los esquíes dentro del mar embravecido. Entonces, yo le pongo la pierna, como una suerte de caballito invertido al esquí, y el antebrazo. Ahí despega el helicóptero y yo salgo colgado hacia la costa, donde al llegar me suelto y caigo pesadamente, desde un metro y medio de altura, de espalda en las piedras. Allí, el helicóptero se posa a unos metros y me cargan para llevarme al hospital. El cansancio me vencía, y abrumado por la fatiga, los ojos se me cerraban, pero el artillero que me llevaba entre sus brazos, a puro cachetazos, impidió que me durmiera.

Malvinas: ¿Usted sintió que la vida le ha dado una segunda oportunidad? José Arca: Lógicamente; estuve muy cerca de estar del otro lado. El 21 de mayo a mí me tocó demostrar lo que sabía, lo que me enseñó la nación, la patria. Yo estoy orgulloso de haber participado en esta gesta porque lo que siempre me enseñaron en la escuela primaria y secundaria; es que las Malvinas son Argentinas, yo lo pude defender. No analizo el aspecto político, ni el religioso, ni el ético, simplemente el conflicto. Cuando la patria necesitó de nosotros ahí estuvimos y esto fue reconocido en el mundo entero, bajo ese punto de vista estoy muy orgulloso de haber defendido mi patria. Tengo tres hijos y muchas veces me preguntaron: ¿Por qué en el momento del conflicto una parte del país luchaba y la otra estaba bailando?, estaba de festejo. ¿Por qué, si la Argentina es de todos va un grupo al combate y el resto estaba pendiente de un mundial de fútbol? Yo a esas preguntas no se que contestar.

Malvinas: Usted el 21 de mayo volvió a nacer, ¿Lo festeja como un cumpleaños?


Historia La misión Shackletón y la respuesta Argentina El 3 de enero de 1976, Lord Shackleton arribó a las Malvinas a bordo del buque HMS Endurance. El Canciller Argentino sostuvo que el arribo del enviado británico en esa fecha coincidente con la ocupación de las Malvinas en 1833 era una “coincidencia hostil y desconsiderada” y que por ello, el Gobierno argentino consideraba que el Gobierno británico había roto unilateralmente con las negociaciones. Más aún, informó al embajador británico que “las dos partes se mueven rápidamente en un curso de colisión”. Ante esta escalada en la tensión de las relaciones, Callagham envió el 12 de enero un mensaje a la Cancillería Argentina en el que sostuvo que el tema de la soberanía era una “disputa estéril” y en un intento conciliatorio los invitó a mantener conversaciones confidenciales. La respuesta fue inmediata. El 13 de enero el Ministro de Relaciones Exteriores respondió lamentando “no encontrar ningún elemento positivo que justifique la reapertura de las negociaciones” El mismo día, la Cancillería Argentina informó que su embajador en Gran Bretaña, Manuel de Anchorena, no retornaría a Londres y que había comunicado al Gobierno del Reino Unido que sería aconsejable que retirara el suyo, Derek R. Ashe, de Buenos Aires. A partir de ese momento, las relaciones se mantuvieron congeladas, a pesar de que ambos gobiernos aseguraron que los hechos no implicaban una ruptura diplomática. El 14 de enero, Callagham declaró ante los Comunes que la tradicional amistad entre ambos gobiernos se encontraba entorpecida por razones de soberanía, pero que el gobierno del Reino Unido entendía que era imprescindible para el desarrollo económico de las Islas, contar con cooperación económica del territorio continental.

Agregó, también, que “con buena voluntad el Reino Unido y la Argentina podrían transformar el área de disputa por la soberanía sobre las Islas en un factor de cooperación entre ambos países, de acuerdo con los deseos e intereses de los malvinenses” En medio de la crisis, el 15 de enero el Canciller Aráuz Castex fue reemplazado por el embajador Raúl Quijano, quién del otro lado del Atlántico, destacó que las relaciones entre ambos países no estaban rotas. Al mismo tiempo las comunicaciones con las Malvinas se mantuvieron normales. Es claro que el gobierno argentino no deseaba cerrar todos los canales de comunicación. Los británicos tampoco quisieron agravar la situación. Pocos días más tarde, el 27 de enero, el Ministro de Estado del Foreign Office declaró ante la Cámara de los Lores que: “...No habrá cambios en la soberanía británica sobre las Islas Falkland en contra de los deseos de los isleños”. Pero el gobierno de Su Majestad estima...que se atenderá mejor a los intereses a largo plazo de los isleños, mediante vínculos estrechos y amistosos con la Argentina. Mientras ambos gobiernos trataban de mantener la situación de tensión bajo control, algunos sectores en la Argentina, solicitaban una acción más enérgica. En efecto, el mismo día, el líder de la bancada de la oposición Antonio Trocoli (UCR), Hizo un pedido de informes al Poder Ejecutivo. Por éste trámite, quiso saber que otras medidas se habían considerado además del retiro de los embajadores y si ello era todo lo que el país podía hacer para castigar a Gran Bretaña. En medio de la crisis, el 16 de enero, un buque de transporte de la Armada Argentina desembarcó en Puerto Stanley 750 toNeladas de equipo y cincuenta miembros del cuerpo de ingenieros del ejército.


En la capital de las Islas, muchos pensaron que se hallaban ante el preludio de la invasión. Sin embargo, un mensaje del Foreig Office desde Londres, enfrió los ánimos al informar que el desembarco del equipo era legítimo y que se trataba del material para extender la pista de aterrizaje según se había acordado en 1972 en concordancia a un acuerdo previo. Durante esos días, la prensa británica reprodujo artículos escritos por isleños donde se expresaron sus temores acerca de que el Foreig Office los hubiera “vendido” y que como “peones que eran, se transformarían en las victimas de una batalla diplomática perdida”. Los organismos regionales se expidieron en apoyo de la Argentina. La Organización de los Estados Americanos sostuvo que la exploración del potencial económico de las Islas constituía una amenaza a la seguridad hemisférica. También el 16 de enero, el Comité Jurídico Interamericano de la OEA declaró en Río de Janeiro que la Argentina tenía un inobjetable derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas. Calificó a la misión Shackleton como una “innovación unilateral” que violaba las Re-

soluciones de las Naciones Unidas 2.065 (tomo XX) y 3.160 (tomo XXVIII) y que amenazaban la paz internacional y la de toda América Latina; por último, y que todas esas acciones implicaban un esfuerzo hostil para silenciar los reclamos argentinos y obstaculizar el progreso de las negociaciones solicitadas por la Asamblea General. Con posterioridad, Gran Bretaña rechazó, en una nota presentada a la Comisión de Descolonización de las Naciones Unidas, la declaración de la Comisión Jurídica de la OEA. El pico de la crisis se alcanzó el 4 de febrero cuando el destructor de la Armada Argentina ARA Almirante Storni se dispuso a detener al buque de investigación oceanográfica británico RRS Shackleton que navegaba a 78 millas al sur de Puerto Stanley. Desde el destructor se ordenó: “Detenga las máquinas o abriré fuego”. El motivo esgrimido por la nave argentina fue que los británicos se hallaban dentro del límite de la jurisdicción argentina de las 200 millas alrededor de las Islas.


La Presidente de la Nación, dio venia al posible ataque. Según algunos informes, también se creía que Lord Shackleton se encontraba a bordo. El capitán del buque británico, actuando bajo órdenes radiales del gobernador de las Malvinas, Neville French, no detuvo la marcha, se rehusó a recibir un grupo de abordaje, o seguir al Storni al puerto de Ushuaia.

munes que harían “todo lo posible para enfriar la situación” pero fue ovacionado cuando sostuvo que la posición del Gobierno era clara; respetar los deseos de los isleños. Para Beck, la respuesta de su país estuvo relacionada, no sólo, con el deseo tradicional de Gran Bretaña de evitar los conflictos con la Argentina, sino para evitar otros problemas.

Con el fin de aumentar la presión, las acciones del destructor fueron apoyadas por un avión de reconocimiento marítimo Neptune de la Armada.

.. Dado que en ese mismo momento la “Guerra del Bacalao” con Islandia estaba en plena escalada.

El destructor entonces hizo varios disparos sobre la proa del Shackleton, que a pesar de ello prosiguió su ruta hacia Puerto Stanley.

Por otra parte, Kinney agrega que el debate parlamentario sobre el tema demostró que la posición británica era débil dado lo exiguo de sus fuerzas militares.

El buque argentino no persistió en su accionar, pero siguió a la nave inglesa hasta seis millas de ese puerto donde finalmente emprendió el retorno.

Sin embargo, las consecuencias de la acción argentina no tuvieron mayor impacto sobre la política británica hacia las Islas y prevaleció el status quo .

El hecho que la nave argentina se haya limitado a realizar algunos disparos y que no emprendió ninguna otra acción a pesar de su capacidad, parecería demostrar que sólo se buscó enviar un aviso.

Los isleños persistieron en su empeño de permanecer bajo la soberanía británica, el Foreig Office continuó tratando de alcanzar algún grado de cooperación económica de todas las partes involucradas, y muchos argentinos continuaron exigiendo soberanía plena sobre las Islas.

No se le reconocían derechos a Gran Bretaña para incrementar el desarrollo económico de las Islas. Ante los hechos, se sucedieron las protestas británicas ante el Gobierno argentino y ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La Argentina protestó y acusó al Gobierno británico de haber violado las normas relativas a la jurisdicción marítima, en tanto que el Reino Unido denunció la actuación del buque argentino como un “peligroso” hostigamiento contra un buque que navegaba pacíficamente para efectuar “un relevamiento científico de la zona”. Sin embargo, el enfrentamiento no escaló. Al día siguiente de los disparos, Edward Rowlands, Ministro de Estado del Foreig Office, afirmó ante la Cámara de los Co-

Al respecto, el Canciller Quijano afirmó: “el centro de nuestra discusión es...soberanía...no podemos avanzar y si el Reino Unido no desea discutir este tema, nosotros, no podemos tratar los otros temas”. “Por supuesto que estamos muy interesados en la cooperación económica y las comunicaciones, pero sin soberanía, estos son temas mucho más periféricos”. --Publicado por Agrupación Navegantes Islas Malvinas para: Una Patriada por Malvinas 25/01/2011 a las 6:45:00 PM

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Testimonio Sargento 1ro. de Infantería Rubén Oscar Marchetti 1982, la Guerra del Atlántico Sur llevó a este hombre del ejército a prestar servicio en el buque Monsumen. He aquí el relato del Sargento Marchetti contando su vivencia en el conflicto de Malvinas.. El día 6 de mayo de 1982 me encontraba con mi sección de apoyo de combate de la Compañía “C” del RI 4 de Monte Caseros, en Monte Wall, recibiendo la orden del Jefe de Compañía Capitán Marpegan que, dos soldados y yo, con una ametralladora MAG, dos cajones de munición, me presentara por orden del Gral. Parada en Puerto Argentino, en el sector de muelles. Al llegar allí, queda un sólo soldado, debiendo el otro regresar al regimiento. La misión que yo pensaba que era la de defender una posición por la adyacencia del puerto, no fue así. Me ordenaron embarcar en un pequeño buque, anclado en el muelle Nº 4, y que mi misión era la de dar defensa antiaérea en todos los viajes que realizara hasta su regreso a Puerto Argentino. EL MONSUMEN EN PRADERA DEL GANSO Al presentarme a bordo, me recibe el 2do.

Buque Monsumen Comandante, el Tte. de Navío Oscar Vázquez, dándome un lugar como integrante de la tripulación. Ese mismo día, zarpamos con una sección del RI 5, llevando a bordo, cañones 105 mm, munición y alimentos hacia Puerto Howard. Dos días pasaron, en calma; pero, con temor de una ataque naval o aéreo. Comencé a integrarme con la tripulación del Monsumen, recibiendo su afecto y cordialidad; como si fuera yo, un integrante

más de la Armada, llegando a tener con ellos, una amistad que va más allá de los años; amistad que se fue fortaleciendo con el correr del tiempo, tanto en las buenas, como en las malas. Amistad que se logra con personas que dieron todo, que donde el sufrimiento del otro era el de uno mismo. Valentía, el desinterés por el riesgo propio, puesto de manifiesto en cada una de las horas que transcurrieron hasta nuestro regreso al continente. Fue moneda corriente, con un sólo objetivo, el de cumplir con nuestra misión. Después de tres días de viaje, llegamos a Puerto Howard, donde desembarca la sección de RI 5. EN PUERTO HOWARD Comenzamos el regreso a Puerto Darwin, donde cargamos del buque Bahía Suceso, combustible para avión JP1 y munición con destino a Puerto Argentino, al cual nunca llegaríamos. Corriendo el día 23 de mayo, siendo aproximadamente las 02.30 hs. de la madrugada, teniendo un viaje en calma, el Comandante de la nave, el Teniente de Navío Jorge Gopcevich Canevari, da alerta amarilla (ataque de helicópteros), preguntando quién se encontraba en la ametralladora, acentuando a viva voz, que yo era el que allí se encontraba, me indica que se aproximaba al buque un helicóptero enemigo. La noche era clara, se veían las siluetas de los cerros en el horizonte; tomo la ametralladora de MAG y ordeno al soldado clase 62, Ramón Orlando Godoy, que era mi abastecedor de munición, que girara conmigo a mi derecha cuando apareciera el helicóptero. En la proa del buque sentía a lo lejos que el enemigo se aproximaba...hasta que lo vimos. Comenzamos a abrir fuego sobre el aparato y vimos como las balas trazantes se apagaban dentro del fuselaje, hasta que hizo un giro buscando la costa, y se vió un resplandor en el cielo que iluminaba la noche.


la noche, teniendo incertidumbre por lo que nos sucedería, no faltó la respuesta de las Fragatas que se encontraban dentro del Estrecho abriendo fuego de luces de bengala para poder ubicar la posición del buque. Continuando con fuego de cañones y misiles que no dieron en el blanco, gracias a la valentía y coraje de nuestro Comandante, que hacía al buque zigzaguear para evitar que nos dieran con la artillería de sus naves. Nos informaron por alta voz del buque, que decidió envicar (enviar) la nave contra la costa. Se encontraba en la proa del buque junto con el soldado clase 62 y yo, después de que abriera fuego al helicóptero, el Teniente de Corbeta Héctor Lehman. El fuego del enemigo era constante, nosotros en busca de la costa para poder desembarcar, hasta que en un momento dado, el buque se clava con su proa en la costa, la cual se encontraba llena de rocas al momento de iniciar el desembarco, tirando balsas salvavidas al mar. El soldado Godoy decide lanzarse desde lo alto del buque hacia las rocas pegando con su chaleco salvavidas en ellas e hiriéndose en una pierna. Yo me arrojo en una balsa que se encontraba en la popa, cayendo dentro de ella; mientras que el resto del personal trataba de salvar su vida bajo el fuego enemigo, teniendo en cuenta la carga; la situación era muy peligrosa. Escucho que del buque preguntan quién se encontraba en la balsa de popa, contestando yo, y siento caer arriba mío, una persona a la cual ayudo a entrar, siendo el Cabo Brunetti. Desde la costa a viva voz preguntan quién hay en la balsa de popa, contestando los dos; nos dicen que la corriente nos llevaba mar adentro, y con el peligro de ser atrapados por la rotación de la hélice del buque, la cual seguía girando. Comenzamos a remar con la manos que empezaron a morarse por el frío del agua. No teniendo resultados, decidimos tirarnos al mar y nadar hacia la costa en una distancia aproximada de 50 metros, que se hacían eternos por el frío que comenzábamos a tener; llegando a tomarme de una roca, siento que alguien me ayudaba a subir, porque me patinaba por el musgo, una vez reunidos, tomo al soldado Godoy, el

cual se encontraba herido, y comenzamos a abandonar el área, siempre bajo el fuego enemigo, realizando un alejamiento rápido hasta un lugar donde nos pusimos a salvo. Pasado los minutos, el fuego enemigo paró. Sintiendo a lo lejos como ametrallaban las balsas que se fueron a la deriva. El enemigo continuó con su ataque hacia la costa, teniendo en cuenta que no podrían dar con el buque, debido a que se encontraba varado frente a las rocas que hacían rebotar las ondas del radar, comenzamos a retirarnos tierra adentro, para evitar el fuego del cual éramos objeto. La madrugada del 23 de mayo, transcurrió teniendo mucho frío, llegando casi al límite de la hipotermia, debido a que todos nos encontrábamos mojados, llegando a juntarnos para poder mantener el calor unos con otros. Al amanecer, nos dirigimos en dirección del buque, para ver si se podía recuperar, si es que el mar no se lo había llevado, en tanto, otro grupo fue a realizar un reconocimiento por los alrededores.

Buque Monsumen en Pradera del Ganso


RECUPERACIÓN DEL BUQUE tuve que cumplir en toda Al llegar nos encontramos con el buque mi carrera como soldado; desencallándose debido a que la marea la de rendirse. comenzaba a crecer, y el Comandante Quisiera agradecer en esta decide junto con el Cabo Bruneti, el pequeña reseña que he escrito, a mis Suboficial Cabana y el conscripto clase 62 camaradas de la Marina, los cuales me Bazán, tratar de llegar y subir por una consideraron en todo momento como un cuerda que se encontraba atada al buque, marino más, sintiéndome hasta el día de para poder recuperarlo. hoy, un integrante de la Marina, un amigo En el intento queda enganchado en la soga de todos ellos. el Suboficial Cabana, quién cae al agua, y Amigo que va a seguir siéndolo por toda la es rescatado por el conscripto Bazán. vida. El Cabo Bruneti logra llegar, y tirando una balsa al agua comenzamos a hacer Gracias MONSUMEN... pasajes de tierra al buque, hasta que logramos recuperar la nave. DEFENSA ANTIAÉREA DEL A.R.A. MONSUMEN DEL Al ser revisada, se descubre que una EJÉRCITO ARGENTINO SARGENTO PRIMERO DE INFANTERÍA EA amarra se había enrrollado en la hélice y RUBÉN OSCAR MARCHETTI no podríamos seguir viaje, entonces, se comunica por radio el Comandante para SOLDADO CLASE 62 EA ver si podían venir a rescatarnos, esto se RAMÓN ORLANDO GODOY logra al caer la tarde con la llegada del TRIPULACIÓN DEL MOSUMEN buque Forest, para remolcarnos hasta Pradera del Ganso. TENIENTE DE NAVÍO JORGE GOPSEVICH CANEVARI En todo ese recorrido estábamos a merced TCCDNA VÁZQUEZ OSCAR GUILLERMO del enemigo, agradeciendo a Dios que no TCCDNA LEHMAN HÉCTOR RODOLFO SSMQ CABAN LUCAS ocurrió nada. SSMQ MAMANI ADOLFO BLAS El día 25 de mayo al mediodía, se da un CPEN GRAMAJO RAÚL alerta roja. Ataque de aviación, lo que nos CIEL PEDRAZA JOSÉ ANTONIO CIMA RIVERO CARLOS JAVIER hizo ir precipitadamente a nuestra CSMA BRUNETTI CARLOS ALBERTO posición en tierra, cuando los Harrier CSMA CALIZAYA ZERPA JESÚS CC62 BAZÁN ROMUALDO IGNACIO habrían fuego al buque. CC62 ÁVILA JOSÉ DULCILLO El día 27 de mayo, comienza el ataque SARG. INF, EA MARCHETTI RUBÉN OSCAR inglés a Pradera del Ganso, comenzando SOLD, C 62 GODOY ORLANDO RAMÓN ´ en la primera linea, la cual se encuentra desbordada; comienza el repliegue y se realizan enfrentamientos con el resto del grueso de las unidades destacadas, librándose combates cruentos de artillería y armas pesadas, hasta el día 29 de mayo, logrando que el enemigo retrocediera más de una vez, por encontrarse con defensas sólidas por el ímpetu, y el coraje de los que nos encontrábamos defendiendo nuestra tierra del invasor. En la madrugada del día 29 de mayo, hay un alto al fuego; se comenta por las lineas de tropa propia que había posibilidades Tripulación del buque Monsumen de una rendición; las cuales yo a la derecha (de bigotes( el Sargento no entendía. Rubén Marchetti Llega la orden más amarga que


Artillería del GADA 601

Curuzú Cuatiá Corrientes


Rosario - Santa Fe

Ushuaia - Tierra del Fuego


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