JÓVENES AL EXTREMO Ministerio de Jóvenes Pastor Fernando López Martha Liliana Rosas
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El dia que el sol no sonrio A veces despertamos y nos encontramos con un cielo nublado, no se asoma ni el más pequeño rayo de sol, sin embargo, la rutina dice que debemos levantarnos y llevar a cabo nuestras labores diarias, estudiar, trabajar, comer, ir a pagar los recibos, etc. Salimos de nuestras casas, y definitivamente el día no pinta nada mejor que cuando despertamos, las montañas indican que se avecina un aguacero y, las nubes oscuras sobre nuestras cabezas, lo confirman. Sin muchas ganas ni actitud emprendemos el viaje a nuestros destinos, seguramente no vamos a tener un metro cuadrado de espacio en transmilenio, lo que sí es cierto es que llegaremos a nuestro lugar de trabajo, estudio, etc. con menos actitud de la que teníamos al salir de casa. No es un secreto para nadie que hay días en los que nuestros ánimos están por el piso… el clima no ayuda, y definitivamente no tenemos ganas de nada… lo que hacemos, se podría decir, que lo hacemos por inercia… simplemente, nos acostumbramos a hacerlo, y pareciera que no es más que una rutina. La verdad es que nada es lo que parece, el día que no podía pintar más oscuro es el que termina siendo el más claro, no precisamente porque el rayo de luz haya salido durante más tiempo, ni porque pudiste escoger en qué silla sentarte en transmilenio, sino porque es ese día en el que pudiste acompañar a tu amiga en un momento de dolor, pero no ese dolor de mi novio me dejó… ni
el niño que me gusta no me habló… es ell dolor que tú también sentiste cuando te contó que su papá había fallecido, y a pesar de lo profundo que fue, pudiste decirle que la entendías, que comprendías lo que era estar molesta con Dios por no responder en el momento esperado, pero que por más difíciles que fueran las circunstancias, y por más de que el mundo insista que todo va a salir mal, Dios está ahí, en algún lado… de hecho, en todos!. Finalmente, el rayo de sol de tu día, no fue sólo escuchar a tu amiga, sino darte cuenta lo que es estar sin Dios, y lo que es estar con Él; mi amiga (yo no sé la tuya) creía en Dios, sí, creía, o por lo menos eso fue lo que dijo, mejor dicho, dijo que ya no creía en nada… es entendible, sería injusto no comprenderla, sin embargo, Dios no dejó de existir cuando su papá falleció, mas bien ese día se abrió la posibilidad para que Dios empezara a existir en el corazón de ella y su familia. Al final del día, mientras ese sol que había tardado tanto en salir, y cuando parecía estar de descanso, ya se ocultaba, el día tenía más sentido, y la vida también. Dios siempre está con nosotros en los días claros así como en los grises, en los días fríos como también en los cálidos, pero sobre todo en lo días en los Él le pone una sonrisa al sol y en los que prefiere que el sol no sonría para que caiga suavemente el rocío de Su rostro.
LA GENERACION IN Interesante es ver como los muchachos se comportan de acuerdo al lugar donde están, con quien comparten o lo que buscan. Inquietante siempre va a ser saber qué están pensando y por qué hacen cada cosa, algo que puede parecer inexplicable. Incluso inestable era yo, cuando tenía 15 años, por la inexperiencia me sentía insatisfecho con la vida, la ignorancia sobre Dios no me permitía verlo en su real dimensión. Por esa razón las sensaciones de vacío y soledad eran muy fuertes. De eso hace ya un buen tiempo. Ahora comparo y creo que los adolescentes siguen adoleciendo de esas mismas cosas, y muchas otras que yo no experimenté. Incrédulos algunos jóvenes dejan que otros vivan por ellos. Las tendencias, las modas logran permear la personalidad en formación, dictan lo que se debe y no se debe hacer. No importa qué está bien o mal sino qué está “IN” o no. Hasta querer no ser “IN” hace parte de una moda. La rebeldía propia de una etapa de la vida propicia que algunos entren en aquellos movimientos antisistema, antinatura, antifé, anti todo. La esencia de su ser se convierte en no ser. Inspirados por las teorías del mundo niegan a Dios o por lo menos se alejan de él con una actitud indiferente. Se les está pasando la vida y no se están dando cuenta. Es diferente vivir la vida que dejarla pasar.
Invitados están a que entren en una nueva dimensión, aquella que mediante el cambio de chip, simcard o como la quieran llamar les transformará la existencia. Estar IN no es mostrar una imagen o hacer parte de alguna, estar In es estar Incondicionalmente con Dios
Infinito es Dios, así como su amor hacia nosotros. Las modas pasarán, los experimentos con la edad empezarán a cansar y lo más complicado es que pueden tener consecuencias permanentes. No conozco el primer piercing con sellante automático para cuando alguien decida quitárselo, es una marca para el resto de su vida. Algunos tatuajes pueden ser borrables, pero sus huellas pueden ser indelebles en la historia de cada cual. Tal vez un tatuaje representó un momento de frustración, de rebeldía, de una búsqueda equivocada de libertad o una supuesta prueba de amor, pero el verdadero tatuaje que vale la pena y que brota desde nuestro interior es el que nos marca como hijos de Dios. Indiferentemente de la época que estemos viviendo, siempre buscaremos encontrarnos, pero nuestra identidad no parte de nosotros mismos, sino del ADN de Dios. Si buscamos a Dios él nos mostrará lo que realmente nos identifica, que es el amor de Jesús. Innecesario es buscar identidades ajenas, pues ya venimos con una. Cambiemos la insensibilidad por el interés por los demás, la insatisfacción por la insistencia en la lucha por lograr los sueños, la sensación de incapacidad por la certeza de la inteligencia que nos da Dios para conquistar, la insensatez por la integridad. Llegó el momento de confrontarnos y determinar si queremos estar IN o estar con Dios. Para Dios jamás pasaremos de moda, entonces para qué buscamos ser aceptados en determinados espacios si no es necesario, pues con Jesús tenemos entrada donde verdaderamente importa. Aún quieres ser IN, estar IN? Si la respuesta es positiva, están en el lugar correcto, pues estar con Dios siempre será estar IN.
Ano nuevo
vida nueva Por: Nohelia Foronda
¡Qué bien, ha llegado Diciembre, luces, árboles, comida, regalos, vacaciones, sueños, más comida! Y de fondo la canción que nunca falta: “Año nuevo la la lá, vida nueva la la lá, más alegres los días serán la la lá, año nuevo la la lá, vida nueva la la lá, con salud y con prosperidaaaaaaad. Entre pitos y matracas entre música y sonrisa, el reloj ya nos avisa que ha llegado un año más. Las mujeres y los hombres un besito nos daremos, entre todos cantaremos llenos de felicidad, vamos todos a cantaaaaar” que vemos en las calles, porque en nuestro interior solo hay canto de oscuridad que sigue sonando más o menos así: Entre llanto y abandono, entre drogas y otros vicios, el reloj ya nos avisa que ha llegado un año más, de las mujeres no me hablen y de los hombres mucho menos, vamos todos Muchas veces la inalcanzable sociedad, a lloraaaaaaaaaaaaar. la familia ausente, los enemigos disfrazados de amigos, el príncipe que finalmente se Tal vez no existan las palabras que expresen transformó en algo más feo que un sapo con exactitud qué es tener una vida nueva ó la princesa que en lugar de dar un en Cristo, tal vez ni sabemos para qué es la “gracias” por la serenata que le diste, te vida y mucho menos quién es Cristo, tal vez sacó del balcón de su vida a punta del siguen sonando infinidad de canciones que agua caliente de la traición, tal vez el reloj retumban nuestros oídos y rasgan nuestro que indicó la partida de un ser querido, corazón pues el declive de un año es el tal vez las maracas del desprecio, los pitos amanecer del otro y pareciera que mientras del rechazo, la música de la soledad, han para el resto del mundo amanece, sentimos hecho que nuestro corazón esté duro y como en nuestro interior anochece. Quizá que las únicas luces que alumbren sean las hemos dicho cosas como: “Pero qué tiene Muy bien dicho “de fondo”, porque tal vez en nuestro corazón suena algo como: Año nuevo la la lá, angustia nueva la la lá, más tristes los días serán la la lá, año nuevo la la lá, deuda nueva la la lá y mis sueños más lejos estáaaaaaaan.
que ver un año nuevo con una vida nueva y ¿qué tiene que ver Cristo en todo esto? ¿Cristo? Ay no ¡por favor! ¡Cansados estamos de ver lo mismo cada año! Nos obligan a sacar, desempolvar y armar el árbol de navidad y ¡lo peor! Volver a recoger todo para volverlo a armar el año siguiente! Y con todo esto yo sigo igual ¿de qué me sirve cantar soñando si mi realidad me aturde con sus alaridos de dolor? Siempre creo estar feliz pero me doy cuenta que no es cierto cuando veo a mí alrededor una multitud de solitarios distrayendo su soledad al igual que yo, es inexplicable como me aturden las maracas de la impotencia al ver que todas las familias son felices menos la mía, nada tiene que ver Cristo, a veces ni siquiera sé si existe o por lo menos para mí ¡que canción tan falsa! un año nuevo no indica vida nueva”.
Un año nuevo no indica vida nueva, pero Cristo en tu corazón SÍ lo indica. Tomar la decisión de decirle a Cristo que entre en tu corazón y que gobierne tu vida, indica que todo será nuevo, y ¡todo es todo! Hasta el cerebro, ¿qué? Sí, Él fue capaz de poner un cerebro nuevo en alguien que lo tenía atrofiado a causa de la epilepsia, pues gracias a su amor y a la sangre que derramó en la cruz ahora todos podemos ser sanos de cualquier enfermedad en cualquier momento. También fue capaz de sanar a alguien de la tormentosa anorexia y hacer de su estómago algo nuevo, pues hizo que éste quisiera recibir alimentos y finalmente logró aceptarse y amarse a sí misma tal y como era ¡y eso no es todo! Pudo librar a alguien de depresión crónica, Cristo es y será el mejor médico, logró que esa persona durmiera en paz, pues llevaba un año sin poder dormir; la angustia, la tristeza, el miedo, la soledad, el dolor atormentaban a esta persona que luchaba en contra
del insomnio causado por una decepción sentimental y cuando creía vencerlo, éste la golpeaba con horripilantes pesadillas, pero Cristo también fue su cardiólogo, pues su corazón ahora está más sano que nunca y duerme plácidamente todas sus noches y a cambio de pesadillas, Él puso sueños nuevos. Además, cambió las ganas de morir de alguien, evitando que esta persona se suicidara al intentar lanzarse desde el edificio donde vivía; salvó a esta persona de morir cuando se abrió en dos partes su brazo izquierdo, vertió su sangre en reposición de toda aquella que esta persona perdió. Y eso no terminó ahí, pues resultó que Cristo también es toxicólogo porque también desintoxicó a una persona que consumía alcohol y algunas drogas, beber veneno para esta persona resultó algo inofensivo, pues Cristo de una manera inexplicable limpió su cuerpo e impidió su muerte.
Esa persona y ese alguien, soy yo y puedo asegurar que en Cristo siempre hay vida nueva a pesar de lo que digan las circunstancias y que Él pone en tus labios una canción nueva que dice así: “Año nuevo la la lá, vida nueva la la lá, más alegres mis días serán, año nuevo la la lá, pues mi Cristo me dio libertaaaaaaaad. Entre pitos, bendiciones, entre música y sonrisa, el reloj ya nos avisa que ha llegado un año más. Mi familia y tu familia a mi Cristo adoraremos, entre todos cantaremos llenos de felicidad, vamos todos a cantaaaaar” Yo dejé entrar a Cristo en mi corazón y ahora sé que no sólo voy a tener un año nuevo, sino que tengo una vida plena con salud y con prosperidaaaaaad lala lá, y tú ¿También lo harás?
Encuentro con Dios
Nueva vida para siempre
Nacer es tal vez el hecho más importante de cada ser humano, pues es el instante en que nos damos cuenta que existimos, a pesar de que para Dios ya seamos una creación desde mucho antes de nuestro contacto con el mundo. La alegría de unos padres al ver nacer a su hijo es incomparable con cualquier otro acto de la naturaleza. Pasar de nada a todo es un regalo de Dios, pues solo Él puede hacer algo tan maravilloso como eso. Hasta ese momento todo va bien, un nuevo ser en una familia, la confirmación de que habrá descendencia y el proceso de crecimiento inicia para esa nueva persona. El asunto se complica cuando el niño va pasando etapas, llega a la adolescencia, luego sigue a la adultez y los problemas a veces no
se van, sino que al contrario, aumentan. ¿La solución? Buena pregunta, ¿dónde está? Cómo es posible que algo que empezó como una gran alegría, ahora sea un gran problema y por si fuera poco no se vislumbra solución alguna. La constante reflexión de una persona sobre su propia existencia, las infaltables preguntas de ¿quién soy?, ¿qué hago? y ¿para qué estoy acá? son más comunes de lo que podemos imaginar. Parece que el asunto es bastante preocupante, pero hay noticias al respecto: Sí hay solución, aunque no es cualquier tipo de solución, es la única: morir. Algunos, al leer esto
podrían decir que si lo que se plantea en estas líneas realmente es una solución o una vía de escape, o a lo mejor simple cobardía. Si la solución es morir, ¿cuál es el temor? Al final todos moriremos. Es un proceso: nacer, crecer y morir. La cuestión es que nacemos muertos. No crean que se trata de aquellas historias de las películas en las que alguien cree estar viviendo algo pero al final se daba cuenta de que solo era un sueño, no, esto no es una película, esta es la vida real, aunque puede ser similar. Realmente, sí nacemos muertos, espiritualmente venimos a este mundo sin vida, por esa razón necesitamos nacer. ¿Qué se requiere para poder nacer en el espíritu? Pues morir a la vieja vida, aquella a la que nos aferramos porque creemos de manera equivocada que es la única, pues tenemos el prejuicio que lo físico es lo único. Cuando conocemos a Dios empezamos a entender muchas cosas, sobre todo las realmente importantes, tanto así que se nos hace necesario nacer de nuevo. Renunciar al pasado, a la amargura, abrir la posibilidad de que Dios lleve nuestras cargas y los problemas se solucionen a su manera, es lo que significa nacer en Cristo. La Biblia en muchos pasajes habla al respecto, y de lo importante que es tener una nueva vida, porque si realmente queremos estar con el Señor el único camino es ese. Una de las citas bíblicas más contundentes está en Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. ¿Qué ventaja tiene nacer de nuevo? Sencillo: ser hijos amados de Dios, como lo dice Lucas 3:22 “y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Suena sencillo pero es un privilegio ser hijos de Dios, pues con él lo tenemos todo y todo es todo. La invitación que nos hace Dios es recibir su Santo Espíritu y ser nuevos en Él, gozar de bendiciones, el cumplimiento de sus promesas, conocer el propósito de Nuestro Padre para nuestra vida. Ser nuevos es ser libres porque Dios perdona nuestros pecados y ya no nos perseguirá el dolor del pasado. 2ª Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Ser bautizados es un regalo de Dios pues es la vida misma, la verdadera vida. Un encuentro con Dios permite eso y mucho más.
Hace unos pocos días, recibí la invitación para escribir un artículo que tuviese que ver con el tema de lo que significa una vida nueva en Cristo. La verdad tardé un tiempo pensando en alguna idea que dejara en el lector un mensaje práctico para su vida, y fue así que cuando menos lo pensé, la idea llegó. En una oportunidad compartí un pequeño devocional en un grupo de oración que tenemos en el Concejo de Bogotá, que es el lugar donde trabajo, recuerdo que en aquella ocasión tenía preparada una palabra para compartir, y para ser honesto el más ministrado en ella fui yo mismo, y justamente de allí nació este artículo, que de corazón espero te bendiga. En aquel entonces compartí un poco sobre el significado real de la navidad, y utilicé un texto que está en el libro de Mateo 1:23, y que hace referencia al nacimiento de Jesús y lo que era su propósito de vida. El versículo que cité dice así:
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” De allí hubo algo que llamó particularmente mi atención y que corresponde a la palabra “Emanuel” y su significado “Dios Con Nosotros”. Y llamó mi atención por la razón que el hecho de leer este texto me hizo pensar en qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando escuchamos el nombre “Jesús”, y que corresponde por lo general a una ideología de un ser todo poderoso que está sentado en su trono, situación que es cierta, pero no menos cierto lo es el hecho que la expresión “Emanuel o Dios con nosotros”, cambia esta percepción inicial de aparente lejanía, ya que la expresión bíblica de Emanuel, lo trae a mi vida cotidiana, y me lleva si lo analizo bien, a fundirme en un profundo sentimiento de dulce cercanía con mi Dios, que conjuga mi vida en un continuo segundo a segundo de constante y enigmática cercanía de su presencia junto a mi. De este corto versículo, a partir de aquel día aprendí algo que he venido poniendo en práctica, y es el disfrutar de su cercanía en medio de mi día a día, y luego de estas cortas líneas espero de corazón que sea tu experiencia hoy y siempre. Saboréala y decántala porque es una realidad que te tienes que atrever a vivir: El Dios Cercano.
Jorge Lammy
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