Elaboró: Adrián Permiñán Guerra
Ana María Arroyave Correa
Ana María Vélez Gómez
Laura Stefani Marín Fernández
Anderson Mesa Correa
Luisa Fernanda Martínez S.
Augusto Alejandro González Ramírez
María Cristina Ramírez Tascón
Camilo Andrés Solano Camargo
María Leidy Ramírez Cuartas
Carlos Andrés Garzón Acosta
Maribel García Restrepo
Carlos Andrés Heredia
Marisol Suárez Roldan
Claudia María Zapata Toro
Marlon Macías
Cruz Yaneth Mira
Melissa Arango Muñoz
Daniel Alejandro García Giraldo
Miguel Ángel Rodríguez M.
Dennis Alejandro Rendón Molina
Richard Alexander Pineda
Diana Díaz V.
Sandra Mabel Torres Ospina.
Edison Parra Guerra
Sandra Quiñones Jiménez
Edwin Alberto González Agudelo
Santiago Castaño Estrada
Edwin Andrei Hortua Cortés
Sarita Cardona Franco
Isaac Ibarguen Klinger
Susana Vega Betancur
Jaime Villa
Vanessa Mayo Gómez
Janis Patiño Higuita
Vanessa Sierra Giraldo
Jenifer Rincón Saldarriaga
Verónica Bermúdez Serna
Jhon Alexander Castro
Verónica Uribe serna
Jhonatan Agudelo Hincapié
Yudi Cristina Betancur Ríos
Juan Camilo Monsalve
Juliana Ossa Valencia
Juan David Rojas Ramírez
Julio César Cadavid M
Juan Guillermo Ospina
Laura Marcela Gil Montoya
En las mesas de trabajo realizada por jóvenes el 3 y 17 de septiembre y primero de octubre de 2011, en las instalaciones de Corantioquia.
Es injusto que una generación sea comprometida por la precedente. Hay que encontrar un modo de preservar a las venideras de la avaricia o inhabilidad de las presentes. Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.
En el marco del Séptimo Diálogo Interamericano sobre la Gestión del Agua D7, la Mesa de trabajo de Jóvenes reconoce el agua como un bien esencial para la vida en todas sus formas, por lo tanto, todo compromiso que derive en acciones que tiendan al cuidado de ésta permiten la preservación de la vida misma. En este orden de ideas, concordamos con lo expresado en el “Documento Base”: “Todos los hombres del planeta estamos obligados a ajustar nuestras actividades a los límites y capacidad auto-reguladora de la naturaleza. Cada generación tiene una obligación y debe asumir un compromiso en relación con el agua que habrán de beber, usar y disfrutar las generaciones venideras.” Adicional a lo anterior, los jóvenes resaltamos la necesidad de considerar el agua no sólo para el aprovechamiento de la humanidad, sino para el desarrollo actual y futuro de todos los seres vivos. Teniendo en cuenta que los jóvenes de la generación actual influimos e influiremos en las decisiones que direccionen la gestión del agua, y buscando que cada individuo se apropie de lo expresado en los compromisos y los incorpore en su vida cotidiana para generar una transformación sociocultural; establecimos los siguientes compromisos de forma personal:
1. Yo me comprometo a trabajar por la transformación de la Cultura actual del Agua, en búsqueda del desarrollo de una concepción no mercantilista, ni antropocéntrica de esta, que reconozca su importancia como dador y derecho fundamental para la vida en todas sus manifestaciones. 2. Yo me comprometo a fomentar la cultura sobre el cuidado del agua, promoviendo su uso eficiente, realizando todas las acciones que estén a mi alcance como: ser un(a) consumidor(a) responsable; reducir los niveles de contaminación que pudiera generar, y participar de acciones que propendan por el cuidado, sostenimiento y mejoramiento del agua y sus ecosistemas asociados. 3. Yo me comprometo a fomentar la cultura del agua, desde una perspectiva educativa lúdica y participativa para todas las personas; a través de actividades que den a conocer la realidad actual del agua, develando una información puntual, asertiva y funcional; con el fin de que cada ser humano puede ayudar a la conservación de su calidad. 4. Yo me comprometo a ser veedor y actor crucial del cambio, conociendo, cuestionando, y haciendo cumplir la normatividad y política vigentes en lo concerniente al agua; propiciando el
establecimiento de normas que permitan el manejo sostenible y sean actualizadas conforme al avance del conocimiento científico, teniendo en cuenta que si la vida es agua, las políticas que rijan su uso así deben proclamarlo, en el marco del respeto de la misma. 5. Yo me comprometo a generar un tejido social, cuya fuerza auto organizativa que permita a las comunidades solucionar sus problemas y gestionar sus recursos hídricos, a través de diversos proyectos apoyados por las organizaciones inmersas e interesadas en este ámbito.