Literatura-ActividadIntegradora-Etapa1(3er semestre)

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN PREPARATORIA NO. 9

LITERATURA – Etapa 1: Actividad Integradora

GRUPO 330: NATALIA DAENNA GONZÁLEZ VIERA (CAPITÁN) JORGE ALBERTO CANTÚ REYES MIRANDA INAARA FLORES ABREGO DAVID EDUARDO MARTÍNEZ FALCÓN RICARDO DANIEL ESPINOZA MARTÍNEZ


H

ubo una curiosa vez, un gatito llamado Arthur, quien, por muchas ocasiones, a lo largo de su vida, trató de ser amado por un empleado del zoológico de la ciudad, lo cual nunca logró. Un día, al quedar decidido por seguir su camino solitario, accidentalmente cayó en una de las cajas ecológicas con alimento para animales de la sabana, de lo cual no se arrepintió y decidió mudarse hacia donde aquellas cajas tenían como destino. Después de unas horas el gatito sintió un fuerte movimiento mientras se encontraba dentro de la caja, y al salir para ver qué era lo que provocó el golpe, logró percibir rápidamente otro ambiente muy distinto a la ciudad. --¡Esto si es libertad! ¡aire fresco, mi mejor nuevo amigo! –dijo muy emocionadoy corrió libremente sin darse cuenta que se encontraba en un lugar completamente distinto a la ciudad. Al comenzar a quedarse sin energías vio a lo lejos una gacela comiendo tranquilamente por la media tarde y se detuvo a admirarla respirando profundamente, luego de repente suspiró y emocionado y alborotado dijo: - ¡Dios mío! ¡Me encuentro en la sabana! -y comenzó a dar pequeños brinquitos. Luego al detenerse, observó cómo rápidamente un gigantesco león se abalanzó sobre la pobre gacela, a la cual en pocos instantes dejó sin vida. Arthur, luego de ver tal espontánea y sorprendente escena, llena de energía y fuerza por parte del león, siguió a tal sin que se éste diera cuenta. Hasta que logró llegar a donde habitaba el león, donde también se encontraba una gran manada de leones, leonas y pequeños leoncitos que, inclusive, eran mucho más fuertes y grandes que Arthur, a pesar de que él era mucho más viejo que alguno de aquellos cachorritos. Arthur, escondido detrás de pequeños árboles, observó cómo el león proporcionaba el alimento a sus cachorros y demostraba cariño a su esposa, una gigantesca leona, dando por hecho que aquel gigantesco monstruo era simplemente un responsable y cariñoso padre, a pesar de todo. Arthur decidió salir de los arbolitos y saludar. al instante, los leones se pusieron alerta y rápidamente el padre de los cachorros se abalanzó sobre el pobre Arthur casi aplastándolo con solo una de sus cuatro toscas garras, cuando de pronto la leona detuvo sus próximas acciones diciéndole que era una tontería pensar que el pequeño podría ser una amenaza, a lo que el león se detuvo y preguntó cuáles eran sus propósitos, a lo que Arthur, aún emocionado respondió: -vengo de la ciudad, no tengo ningún mal propósito aquí, ni siquiera tenía amigos de aquel lado, sólo que, ¡Wow, señor! ¡Usted es increíble! Me conmovió tanto lo que hizo hace rato con la gacela, su forma de atacar, de observar, de correr, quise ver quién… ¿qué tácticas usó? -a lo que la manada quedó unos segundos paralizada y luego reaccionó soltando carcajadas. El pequeñín se puso triste, aunque conmovió a una vieja leona que se encontraba a lo lejos, la cual se acercó directamente a él sin decir ninguna palabra, y lo subió en su lomo para llevarlo hasta su zona privada.


Al llegar al área de la leona, aquella bajó a Arthur y comenzó a platicar con él y tratar de comprender el porqué de aquel entusiasmo por los leones de parte del pequeñín. Arthur le tomó la confianza para decirle que quisiera ser un león al igual que ellos, algo que era imposible aun él sabiéndolo perfectamente, pero que al menos quería pertenecer a su manada y hacer lo mismo que hacen todos los leones a lo largo de su vida: cazar y ser feroces. La vieja leona se sorprendió y le pidió a Arthur que se quedara a vivir con ellos por un tiempo, a lo cual Arthur aceptó y comenzó a brincar emocionado como si de un toro alterado se tratara. Aún con el paso del tiempo los demás leones adultos no lo aceptaban en la manada, ya que era un poco fastidioso y demasiado curioso hacia todas las cosas que hacían ellos; acciones cotidianas para ellos, eran para Arthur, completas obras de arte. Aun así, la vieja leona le tomó un gran cariño al pequeño, convirtiéndose en su madre adoptiva. Todas las tardes lo llevaba a observar como las leonas cazaban para alimentar a toda la manada. Volviendo a casa, la leona lo alimentaba con pequeños trozos de carne de gacela o cebra que escondía para Arthur, mientras toda la manada comía por las tardes. El gatito se convirtió en un Arthur más ágil, incluso más veloz que una chita, más feroz incluso que el más gigantesco y fuerte león de la manada: Ritchie, con quien siempre, por diversión, hacia retos para ver quién era mejor y más fuerte, siendo así que Arthur siempre destacaba por su excelente visión de noche, cosa que ningún león hacia tan bien. Día con día Arthur trataba de ganarse el apreció de los demás leones, aunque siempre terminara despreciado él continuaba siendo huésped del lugar. Hasta que llegó un día, en que unos cazadores llegaron al lugar y sin nadie saber nada, éstos dejaron una trampa que, hasta caer la noche, fue descubierta. Esa noche Arthur no se encontraba durmiendo al igual que todos, éste se encontraba lejos del lugar observando las estrellas, único lugar donde podía verse dibujado como un león al igual que todos, formado en el cielo si trazaba las estrellas con líneas imaginarias. Del otro lado de la sabana, la primera víctima fue la vieja leona, quien tenía menos fuerzas de toda la manada y no logró soltarse de la cuerda tan gruesa y tan áspera como la piel de una serpiente venenosa, siendo así capturada. Todos los leones se despertaron al escuchar los rugidos temerosos de la leona, rugidos que hasta Arthur alcanzó a oír, identificando rápidamente que eran los rugidos de su querida madre. Luego de eso, Arthur comenzó a correr con todas sus fuerzas hasta el lugar de donde provenían los rugidos. Cuando Arthur llegó, era demasiado tarde para los leones, inclusive para Ritchie, ya que al no tener una buena visión nocturna no podían seguir correctamente el pequeño camión donde se encontraba atrapada la vieja leona. Pero Arthur tenía una excelente visión nocturna, y lo que hizo fue seguir el camión sin importar nada. Al alcanzar el pequeño camión, Arthur se metió entre las delgadas rejas del camión para entrar con su madre y comenzar a rasgar las cuerdas hasta liberar a su madre. Luego de unos minutos Arthur logró romper un lado de la soga, rotura la cual continuó rápido su madre, usando sus grandes colmillos. Después de haber liberado a su madre, Arthur presionado, rápidamente metió una de sus pequeñas garras dentro del gran candado que se encontraba entre las rejas de la puerta del camión. Moviéndolas circularmente y tratando de llegar a lo profundo del candado, logró abrir la reja con ayuda de su pesada madre. Salieron del camión sin que los cazadores se dieran cuenta y antes de eso Arthur pidió a su madre que rasgara una de las llantas del camión por lo que más adelante se quedaron los cazadores sin camión y abandonados, aunque no tanto, ya que de aquel lado de encontraban las hienas, las cuales se encargaron de ellos. Finalmente, casi al amanecer, Arthur y su madre llegaron a donde se encontraba la manada. Todos los leones, felices y sorprendidos, felicitaron a Arthur por su valentía y decidieron invitarlo a ser el pequeño jefe de la manada, a lo cual Arthur, como el chiflado que era, aceptó casi volviéndose loco de la felicidad, convirtiéndose así en un león más de la manada.


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