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Créditos para una industria exportadora

Sin crédito no hay capitalismo, exportar valor agregado, control de cambios para apoyar el salto tencológico, y mucho de revisionismo histórico en encuentro organizado por el BICE

Con apoyo cualquiera puede ser emprendedor

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Interesantes conceptos del presidente del BICE; Banco de Inversión y Comercio Exterior, José Ignacio de Mendiguren - en la foto- y de la industrial autopartista Carolina Castro, única mujer dirigente de la mesa directiva de la UIA en el marco de primer encuentro virtual “Repensar Argentina: financiamiento y desarrollo”, que organizó el banco y que contó con más de 800 asistentes. De cara a la cercanía con el Día de la Industria, el debate giró en torno a la historia del país y las posibilidades reales de impulsar de forma definitiva la transformación de la matriz productiva nacional. Los panelistas – también estuvo el historiador revisionista, Felipe Pignareflexionaron sobre la discontinuidad de políticas públicas de largo plazo y la necesidad de replantear esquemas para la elaboración de una estrategia de desarrollo productivo integral y allí la necesidad de políticas sistémicas para incentivar una mayor industrialización y de acuerdos políticos para generar un salto al desarrollo económico. Castro es directora de Industrias Guidi, una empresa especializada en estampado y soldadura de acero fundada por su abuelo y dirigida por su madre, que emplea a 550 personas en sus plantas en Zárate y Almirante Brown y entre otros le vende a Toyota y General Motors. Desde hace unas semanas aparece en la escena pública al ser convocada por el presidente de la Nación en el acto virtual de la Independencia. Pero es interesante además que mientras hoy aparece como ejemplo en los ámbitos oficiales, fue por un par de años secretaria Pyme durante la gestión de Mauricio Macri y no reniega de una cosa ni de la otra. Recordamos que resulta la primera mujer en 132 años de historia de la UIA que integra la mesa chica de 25 directivos. Insólito. Es una empresaria de familia de autopartistas; representante en la UIA de la Asociación de Fábricas Argentinas de Autocomponentes (AFAC) y pertenece también al semillero de UIA Joven, con industriales de menos de 50 años. “Tenemos que aprovechar la situación actual para repensar si vamos a volver

para atrás o nos vamos a transformar. El verdadero problema de la argentina no es financiero sino económico: es la primarización de la economía. Hay que aprovechar para cambiar la estructura productiva. De la situación actual no se sale con un impuesto nuevo o sacando uno viejo, hay que repensar a la Argentina desde fondo”, compartió Mendiguren. Agregó que aquí la alternativa es desarrollo o subdesarrollo y que los industriales le deben demostrar a la gente que son parte de la solución y no del problema. “Hay que volver a la épica, a la grandeza de objetivos”, dijo y entre otras cosas destacó la relevancia del proyecto

que presentó el Consejo Agroindustrial Argentina para llevar las exportaciones a U$100 mil millones. En un encuentro no alejado de los recuerdos de las glorias del pasado – fueron tan así?- se mencionó lo importante que fue el BANADE para que el crédito llegar a la producción, - aunque no hay que obviar algunos desmanejos-. Lo que es claro, como dijo de Mendiguren, es que no puede haber una economía capitalista sin crédito. En la Argentina la banca privada presta 13% al sector privado, - la mayoría a las grandes empresas- y de eso 85% va al consumo. En Chile es el 60%, Alemania banca de inversión el 13% y en Brasil sólo el BNDES presta 9%. “Esto afuera no lo entienden. Argentina exporta ahorro e importa deuda. Esto exige una transformación”, dice el directivo y recuerda una frase de Aldo Ferrer – una figura que apareció recurrentemente, (falta que vuelva “La Gelbard” y estamos hechos): “la Argentina cambiará cuando sea el lugar donde prefieran invertir los propios argentinos”. Hoy los argentinos tienen afuera un PBI entero y hay que tratar de atraerlos, más a ellos que a otros, dijo de Mendiguren…Sueño?

Por su parte, Carolina Castro - en la foto arriba- destacó que Argentina necesita un banco de desarrollo. "No podemos pensar en el desarrollo sin financiamiento. Los empresarios no somos ni héroes ni villanos, ni genios de garage, nos desarrollamos en un contexto y con condiciones económicas e institucionales determinadas”, dijo. En detalle, desestimó el mito del emprendurismo como los “genios de garaje”. “Pueden existir, pero esa genialidad se da en un contexto”, dijo. Un autor señala que el propio nacimiento de Google tuvo apoyo de un fondo oficial americano que le interesaba el desarrollo de datos. Se necesita un acompañamiento y hay que crear ese contexto positivo que promueva el desarrollo. El propio Ferrer – otra vez Ferrer- decía que si se pone a empresarios coreanos en el contexto de reglas argentinos harían lo mismo que los empresarios argentinos y viceversa. En ese sentido, se podría decir que el abuelo de Castro era “un genio de garaje”: un inmigrante francés que quiso aprender y armó una empresa metalúrgica en 1960, una década con un contexto propicio y de la nada consiguió desarrollar una empresa con 600 empleados fabricando tanques de combustible para los autos producidos en el país y más tarde incorporando bienes de capital que le permitió innovar y exportar a la región. Se podrá repetir ese contexto? Advirtió que la Argentina no está muy bien posicionada en el nuevo eje de disputa tecnológica mundial. “Estamos a medio camino, con sectores muy a la vanguardia, pero muchas empresas que no iniciaron el camino a la tecnificación y a la industria 4.0 que es “ser vanguardia” y un salto de productividad. Hacia allí hay que apuntar”, dice. Precisamente una encuesta de la UIA/BID le preguntó a cientos de empresas que estaban haciendo para llegar a la industria 4.0 y la mitad respondió que “nada”, pero depende de cómo se quiera ver el vaso, la otra mitad sí lo hace. Además de que la Argentina necesita recuperar el crédito, señaló la necesidad de estabilidad cambiaria y dado el contexto, definir un sistema de control de cambios. Aquí Castro se metió en un tema con el que el sector privado en general no comulga, pero con el que simpatiza el pseudo progresismo nacional y popular. “Es necesaria la regulación de la cuenta capital en la medida en que no tengamos divisas. Hay que definir a quien se le da los pocos dólares que tenés y que sirvan para dar los saltos tecnológicos”, advirtió. Agregó que Argentina tiene que poner todos los cañones del Estado para dar el salto de exportación apoyando con una red científico-tecnológica de innovación

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para que las empresas puedan transitar ese camino y que hay que salir del falso dilema de privilegiar algunos sectores supuestamente “más competitivos que otros” porque hay muchos que son muy importantes en cuanto a generación de mano de obra en la cadena de valor. “La Argentina tiene que salir a exportar con todo lo que tiene. Tenemos el tercer entramado industrial de Latinoamérica, sólo 40 países en el mundo producen autos. Hay una base que ya existe desde donde crecer. Lógicamente necesitamos una macroeconomía estable, pero tiene que haber política industrial”, dijo. Puso el ejemplo de Alemania – claro que estamos a años luz- que invirtió en su protocolo sanitario con medidas y recomendaciones para aplicar en aquellos casos de tripulantes extranjeros que sean sospechosos o confirmados de COVID - 19. Según esta disposición, ante la presencia de estas situaciones, el buque deberá cesar inmediatamente con todas las operaciones, se desembarcará o se impedirá el embarque de todo personal que no sea tripulante del buque y se dará intervención inmediata a la Prefectura promover el salto tecnológico de las Pymes casi 3000 millones de dólares y después 25 países imitaron su proyecto. “Pusieron dinero para el salto tecnológico, no en subsidios espurios”, dijo. Esto también exige contar con un Estado muy eficiente, y en ese sentido nos falta “Hay que calificar a la gente que está en la administración del Estado. No puede haber tanta rotación, sino una continuidad para que ese aprendizaje sea sustentable”, dice Castro. Señaló que si bien comparado con la región el nivel de las pymes argentinas es competitiva; está muy lejos de países como Alemania. El esquema de trabajar en cadenas de valor con empresas grandes puede ayudar. Naval Argentina (PNA), y a Sanidad de Fronteras con el fin de evaluar el cuadro. Este documento reúne toda la normativa dictada por la AGPSE en relación a la pandemia, y asimismo, diferencia la contingencia en las fases de “prevención”, “respuesta” y “vuelta a la normalidad operativa”. Establece las medidas de diferente índole que deben llevarse a cabo en cada una de ellas para brindar una mejor organización del trabajo que se viene realizando tanto para eliminar y reducir la posibilidad de contagio Otra de las falencias que observa es la falta de diálogo social que se declama mucho pero no se practica, “hay que escuchar al otro activamente y consensuar y allí cada uno tiene que ceder. No puede haber un diálogo donde nadie cede nada”, afirma. Finalmente entiende que la industria hoy no es la vieja fábrica, “es mucho más; es agregado de valor en el país y es como lo vemos en la UIA donde esta desde la industria naval hasta el cine, las industrias culturales o el software. En ese sentido no puede haber dicotomía entre industria y campo, lo importante es

Puerto Buenos Aires, nuevo protocolo sanitario

Puerto Buenos Aires actualizó agregar valor en el territorio”, cerró. y propagación del virus. Además, el documento hace especial hincapié en la utilización de equipos de protección biológica y en la utilización de medidas sanitarias, desinfección y espacios de aislamiento para la evaluación y tratamiento de las distintas situaciones que puedan surgir y destaca que si Sanidad de Fronteras estableciese que es necesario evacuar a algún tripulante, el traslado será realizado con personal propio de ese organismo con la colaboración de la Prefectura Naval.

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