
4 minute read
José Ignacio de Mendiguren : “No hay desarrollo sin banca de desarrollo
En un marco en el que el aporte financiero del Estado es fundamental para reactivar la economía, BANK MAGAZINE entrevistó a José Ignacio de Mendiguren, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), entidad que otorga créditos de distinto tipo a las pymes para impulsar su producción. El empresario textil y ex diputado de la Nación cuenta sus objetivos y desafíos en este nuevo proyecto.
Advertisement
¿Cuáles son los planes del Banco para su mandato?
J.I.M.: Nuestro mandato es que BICE funcione como lo que es: una banca de desarrollo con fuerte foco en las pymes que innovan y crecen tanto para exportar como para proveer mejor a nuestro mercado interno. No hay desarrollo posible sin una banca de desarrollo que impulse la inversión. El banco se está alineando con la política económica general del Gobierno, que tiene como pilar pasar de una lógica de la especulación financiera a una de fomento de la actividad productiva y el trabajo.
¿Cómo se lleva a cabo eso en términos de la acción concreta que realiza la entidad?
J.I.M.: Estamos trabajando para que el banco vuelva a contar con una oferta de productos y líneas competitivas, que sean atractivas para las empresas, particularmente para el segmento PyME. Encontramos un banco prácticamente paralizado, con un nivel de tasa impagable para el sector privado, sobre todo para la pequeña y mediana empresa. Además, se había redireccionado la estrategia hacia una cartera más concentrada, lo cual alejaba a la entidad de su espíritu y su razón de ser.
Tenemos un camino importante por recorrer. Hace unos días nos reunimos con mi par brasileño, el presidente del BNDES. Ellos prestan el 8% del PBI brasileño y se financian con aportes de los trabajadores. Impulsar la inversión para el desarrollo es una decisión estratégica de primer orden.
¿Cómo lee la situación actual para hacer inversiones?
J.I.M.: Sin duda, en el corto plazo, el contexto macroeconómico es difícil, tanto por el proceso de renegociación de la deuda como por lo que vemos que está pasando en el mundo. Pero es importante señalar que los pasos de políticas públicas elegidos marcan un claro sendero que apunta a una recuperación de la actividad, que sea sostenible en el mediano y largo plazo. Lo importante para la inversión es la definición política clara del gobierno: vamos a apostar por la producción y el empleo. Creo que esa definición es la mejor garantía.
¿Cómo viene la evolución de los créditos para empresas e individuos?
J.I.M.: Estamos volviendo a arrancar, con líneas específicas focalizadas en el segmento Pyme. El año pasado, en un contexto muy difícil tanto para el sector real como para el
financiero que, como nosotros, somos socios de la economía real, los desembolsos de BICE tuvieron una caída aguda. Pasamos de desembolsar cerca de $ 43.000 millones en 2018 a $ 34.412 millones el año pasado, un 25% menos. En un momento el banco había puesto una tasa excesivamente alta, pensada para no prestar o para generar una alta morosidad. Nosotros cambiamos eso inmediatamente y esperamos servir a cada vez más pymes a medida que se siga tranquilizando la macroeconomía.
¿En qué se invierten los préstamos solicitados?
J.I.M.: En el último año, el grueso de las líneas estuvo dirigido a empresas de cadenas productivas intensivas en empleo como comercio, alimentos y bebidas; y a proyectos de desarrollo de nuevas fuentes de energías amigables con el medio ambiente, como suministros de electricidad y gas. Estos dos grandes ejes concentraron un 48,2% de nuestros créditos. En segundo lugar, el 27,7% de nuestros desembolsos fueron dados a empresas vinculadas a la agricultura, silvicultura, pesca, metalurgia y transporte. En general, además de nuestra misión como banco de desarrollo, tenemos una política de diversificación de riesgo para tener un perfil lo más multisectorial posible en nuestra cartera de préstamos. De acá en adelante, vamos a poner un fuerte foco en nuestras pymes exportadoras: hay cientos de empresas que exportaron y dejaron de hacerlo porque el modelo económico las expulsó del mundo. Las estamos yendo a buscar para lograr que vuelvan a competir.
¿Qué estimaciones tienen respecto de las tasas de interés?
J.I.M.: El Gobierno ha sido claro sobre este punto. Las tasas de interés son un instrumento que tiene que estar al servicio de una política económica que impulse a la economía real: la inversión y el consumo. Desde que asumió esta gestión estamos viendo una clara tendencia a la baja en las tasas, y esperamos que esa curva siga. El nivel exacto depende de variables exógenas, como el derrotero de una economía mundial que está convulsionada y nuestra propia agenda de renegociación de la deuda.
¿Qué expectativas pretenden lograr financieramente para el Gobierno?
J.I.M.: Nosotros somos parte del Gobierno y cumplimos un rol específico en la política económica general. Desde nuestro lugar, compartimos y trabajamos para hacer realidad las expectativas que impulsaron el voto de la mayoría de la sociedad: que la actividad se recupere lo más pronto posible, que haya alivio y crecimiento para el segmento Pyme, que es el principal generador de trabajo. A más largo plazo, mi deseo es que la dirigencia argentina en su conjunto y la sociedad, entiendan que necesitamos definir un proyecto de desarrollo nacional y actuar en consecuencia, dejando de lado grietas y divisiones estériles que han históricamente frenado nuestro crecimiento. Creo que el Presidente Fernández tiene claro ese rumbo, y nuestro gran desafío es empezar a hacerlo realidad desde la gestión.