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Lorenzo Sigaut Gravina: Cambio de paradigma para el sistema financiero local
ECOLATINA
CAMBIO DE PARADIGMA PARA EL SISTEMA FINANCIERO LOCAL
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Lorenzo Sigaut Gravina, Socio y Director de Ecolatina
El endurecimiento del cepo cambiario tras el triunfo en primera vuelta de Alberto Fernández fue un momento bisagra para el sector financiero local. Tras reforzar las restricciones a la compra de divisas, la anterior gestión del Banco Central comenzó a adoptar una política monetaria menos contractiva aproximándose al pensamiento del presidente electo: baja de tasas, reducción del stock de Leliqs y aumento de la emisión producto de la compra de divisas y la asistencia al Tesoro vía adelantos transitorios.
A partir del 10 de diciembre de 2019, la nueva conducción del Central terminó de completar el viraje implementando una política monetaria expansiva: bajó en 13 p.p. la tasa de interés de referencia, ubicando su rendimiento mensual por debajo de la suba de precios esperada; promovió una mayor captación de depósitos por parte de las entidades bancarias (pese a las tasas de interés reales negativas), y estimuló la colocación de los fondos al sector privado y al Tesoro.
El significativo viraje del BCRA, la vuelta de las restricciones cambiarias y la modificación de la regulación del sector financiero modificaron sustancialmente el negocio de los bancos.
El primer cambio significativo fue el retiro del sistema financiero local del 40% de los depósitos en dólares, por la creciente incertidumbre ante el cambio de gobierno. Esto hizo que se cortaran las nuevas líneas de crédito en moneda dura, lo que llevó a que sólo se preste en pesos a las empresas exportadoras.
Asimismo, las restricciones cambiarias sólo permiten comprar hasta USD 100.000 con un crédito hipotecario para adquirir un inmueble.
El segundo cambio ocurrió durante la transición presidencial. A partir del primero de noviembre de 2019, se eliminó el negocio que les permitía a las entidades financieras integrar Leliqs (que les devengaba una tasa elevada) como encaje por depósitos a la vista (que los bancos no remuneraban). Esto se tradujo en una importante disminución del stock de Leliqs y una expansión “contable” de la base monetaria: subió fuerte el efectivo encajado en el Banco Central.
La tercera modificación provino de un cúmulo de medidas implementadas por el BCRA, para que el sistema financiero local pueda captar la elevada liquidez existente. Entre ellas se destacan la obligatoriedad de que las fintech coloquen en el sistema los fondos de sus clientes; la prohibición a los Fondos Comunes de Inversión (FCI) a invertir en pases pasivos del Central, lo que permite que
dicha liquidez sea captada por las entidades financieras y/o el Tesoro; y las modificaciones para hacer más atractivos los plazo fijos UVA (indexados a la inflación oficial), ya que se pueden pre-cancelar al mes con una penalidad en términos de tasa. Y si se mantienen hasta su vencimiento, se les garantiza una tasa de interés de por lo menos el 1% anual más la inflación.
Por último, recientemente el BCRA permitió destinar parte de los encajes no remunerados que tienen los bancos al programa Ahora 12 (que otorgan créditos al consumo a tasas bajas). Y se espera que en breve vuelvan los cupos mínimos de préstamos para PyMEs, con una tasa de interés subsidiada que no se sabe si la deberán afrontar los bancos o el Estado.
En síntesis, el paradigma del sector financiero local se modificó radicalmente. En los últimos dos años este sector se había convertido en el brazo operativo del Banco Central para contener la base monetaria, ya que los bancos captaban recursos para colocarlos en instrumentos del Central (a una tasa elevada con bajo riesgo), en vez de prestarlos al sector privado. Ahora, la administración Fernández quiere volver a un esquema más saludable de intermediación financiera, donde la ganancia de los bancos provenga de captar recursos para prestarlos a familias y empresas.