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Leo Elduayen: “La industria financiera está en un momento de gran cambio
KOIBANX
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El futuro es incierto, pero este momento de aislamiento también incide en un cambio en el mundo de los negocios, donde las transacciones digitales cobran impulso. BANK MAGAZINE dialogó con Leo Elduayen, COO y cofounder de Koibanx, plataforma que procesa transacciones financieras sobre tecnología Blockchain, para conocer su opinión sobre los nuevos formatos digitales del sector y también para analizar el desarrollo que pueden tener las monedas virtuales y los emprendimientos que trabajan con ellas, tanto en Argentina como en el mundo.
¿De qué manera se diferencia para competir en el mercado en este segmento?
L.E.: La industria financiera está en un momento de cambio muy activo. Las instituciones financieras más tradicionales se están transformando, digitalizando, modificando el paradigma de cómo ofrecen sus servicios. En paralelo, dado que en algún punto el sistema financiero mayormente no enfocó su desarrollo en lo que respecta a infraestructura tecnológica, comenzaron a aparecer emprendimientos de base tecnológica.
“EN KOIBANX CREEMOS QUE LA MEJOR MANERA DE TRANSFORMAR EL PARADIGMA FINANCIERO EN LATAM ES COMBINANDO LO MEJOR DE LOS DOS MUNDOS: LA ESCALABILIDAD DE LA TECNOLOGÍA Y LA PROFUNDIDAD Y LA EXPERIENCIA DE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS.
¿Cómo cambiaron al negocio estas iniciativas?
L.E.: Estos emprendimientos están hoy atendiendo un segmento de usuarios que sólo es posible atender gracias a la escalabilidad de sus plataformas tecnológicas (BruBank, Ualá, fintechs en general y proyectos crypto). Al mismo tiempo, grandes jugadores multinacionales, las “Big Techs” (Facebook, MercadoLibre/MercadoPago, Rappi, Amazon, Google, Apple, Uber, etcétera) están también empezando a poner un pie en el segmento financiero, puesto que cuentan no sólo con la plataforma tecnológica sino también con la base de usuarios.
Todo esto está provocando que la oferta de servicios financieros se desconcentre, mejoren sus comisiones ante mayor competencia, y que más cantidad de gente acceda a esta oferta, lo cual es muy bueno obviamente.
¿Cómo pueden desarrollarse estos conceptos a futuro?
L.E.: Aún queda mucho recorrido por probar por parte de estos “neo bancos”, “challenger banks” y fintechs para hacer ver que puedan brindar servicios financieros de manera efectiva. Este recorrido, básicamente, consiste en demostrar que tienen la capacidad de realmente ofrecer, de manera rentable (es decir, sin depender de constantes y de voluptuosas rondas de financiamiento), la variedad de servicios financieros que hasta hoy ofrecen la instituciones financieras. Con esto me refiero a que se puedan otorgar créditos, medios de pago, instrumentos financieros, análisis de riesgo, intercambio de monedas, medios de atesoramiento, inversión, entre otros, pero de manera tan ineficiente desde un punto de vista de escala.
¿Y ustedes cómo se ubican en ese escenario?
L.E.: Hemos desarrollado una plataforma de digital banking para instituciones financieras, que procesa sus transacciones sobre tecnología blockchain, con lo cual adquieren escalabilidad tecnológica en términos de costos y de operación sin bajar estándares de seguridad. Hasta hoy, estamos trabajando con medios de pagos, títulos valores (como facturas) e instrumentos financieros básicos como créditos al consumo y plazos fijos. Tras haberse cumplido 3 años desde la primera versión de la plataforma, hoy 15 instituciones financieras a nivel regional trabajan conectándose a nuestra plataforma, entre ellas, el Banco Davivienda en Colombia, la aseguradora Río Uruguay en Argentina, el procesador de pagos Qiwi con presencia en todo Latam e incluso gobiernos como el Municipio de Marcos Paz, Provincia de Buenos Aires, entre otros.
¿Cómo afectan el momento actual del mundo y a nivel local el cepo cambiario y las medidas económicas del Gobierno al segmento de blockchain?
L.E.: Blockchain es una tecnología que puede ser aplicada a distintas industrias (financiera, trazabilidad, notarial, etcétera), el tema es “cómo” optimizar muchas industrias. De cualquier manera, las medidas económicas del Gobierno generan que los usuarios y los consumidores financieros busquen alternativas. Y ya sea a través de las criptomonedas (una de las aplicaciones de la tecnología blockchain), o de la oferta de servicios financieros mediante esta tecnología a través de instituciones tradicionales, los usuarios hoy saben que cuentan con una opción más para atesorar y transferir valor.
Más allá de los problemas coyunturales y de la pandemia actual, ¿cómo se presenta el mercado argentino para la industria blockchain?
L.E.: Siguiendo con la línea de interpretar blockchain como una tecnología y no como una industria, podemos mencionar que muchos proyectos, compañías y soluciones que implementen blockchain para distintas industrias han salido desde la Argentina. Y a pesar de la situación coyuntural.
Esto se debe, principalmente y en primer lugar, al gran talento tecnológico que hay en la Argentina, recursos muy capacitados y reconocidos en todo el mundo. En segundo lugar, a una cualidad intrínseca de nuestro ADN, que por haber tenido siempre que ingeniárnosla para muchas cosas, nos ha dotado de una creatividad y de una capacidad emprendedora distintivas.
Por último, mencionaría la falta de desarrollo que tiene la industria en términos generales en la Argentina. Es como si nos hubiéramos saltado una etapa en la evolución industrial y
“A NIVEL MUNDIAL, SI BIEN SOMOS RECONOCIDOS PORQUE ALGUNOS DE LOS PROYECTOS MÁS INTERESANTES DEL ESPACIO HAN SIDO CREADOS O HAN TENIDO PARTICIPACIÓN MUY ACTIVA DE ARGENTINOS (COMO RSK, XAPO, BITEX, CARNES VALIDADAS Y DECENTRALAND, ENTRE OTROS), AÚN TENEMOS MUCHO PARA HACER DE CATCH UP.
ahora saltamos directo a la industrialización tecnológica por necesidad, cuando, en otros países, las opciones disponibles aún resuelven el problema en cuestión para mucha gente.
¿Cómo ven los inversores al país desde lo económico y político en este momento?
L.E.: Obviamente mal. Al menos desde un punto de vista de Venture Capital, hay poca disponibilidad de capital de riesgo en la Argentina, ciertamente mucha menos que hace unos años. Sin embargo, al ser el emprendedor argentino tan valorado, todavía aparecen oportunidades con inversores extranjeros, quienes piden sofisticadas estructuras corporativas que aíslen el negocio de la coyuntura local como requisito para su inversión.
¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento del sector y las de Koibanx en particular?
L.E.: La industria financiera tiene la ventaja y el atractivo de ser una de las pocas industrias que siempre “crecen”, amén de la condición del país. Nosotros somos optimistas, desde el momento en que nos aventuremos en este gran proyecto allá por el año 2015, hemos venido siempre dando pasos hacia adelante. Hoy en día, estamos dando nuestros primeros pasos para abrir operaciones en México, completando así las operaciones que ya tenemos en Argentina, Uruguay y Colombia. Nos motiva mucho la oportunidad de poder contribuir en la transformación financiera de América Latina.
Comparativamente, ¿cómo está la Argentina en cuanto a innovación y a adopción de tecnología blockchain respecto de Latinoamérica y el resto del mundo?
L.E.: Países como China, EE. UU., Estonia o Corea del Sur, en donde no sólo hay mucho desarrollo tecnológico, sino también un claro apoyo de políticas estatales hacia la evolución tecnológica y el emprendedorismo en general, nos llevan varias cabezas de ventaja.
En Latinoamérica me animo a decir que la Argentina es, sin duda, uno de los ecosistemas más interesantes, sino el más. Plazas como Brasil, México y Colombia tienen mucho construido también con proyectos (como Stratum, Bitso, Panda Group) que son muy destacables, y hasta en términos absolutos (cantidad de usuarios, volúmenes, y demás), tal vez, superen a la Argentina.
¿Qué hace falta para impulsar este segmento tecnológico en el país?
L.E.: Educación. No sólo fomentar que nuestros jóvenes se formen en tecnología porque es la alfabetización del mañana, pero del mañana cercano, sino porque tienen el potencial de cubrir una necesidad económica regional y convertir a la Argentina en un polo económico, de información y de conocimiento al respecto.
Además, se le deben sumar políticas públicas. Esto vuelve a llevarnos a hablar de educación. El regulador (interpretado en sentido amplio) debe entender, interiorizarse y capacitarse constantemente. Es la única manera de que se mantengan a la vanguardia y alertas para detectar oportunidades que nos beneficien.
Finalmente, se debe atraer capital e inversión. Estos dos elementos suelen asociarse con el mundo de venture capital cuando hablamos en un contexto de tecnología. A lo que me refiero es que debe haber una decisión consciente y sostenida de invertir en que esto suceda, y eso se desglosa en distintos aspectos: por un lado, invertir en que haya una estructura para formar jóvenes en esta materia; por otro, invertir en becas y promoción para concientizar sobre la importancia y las oportunidades que la tecnología puede brindar al futuro de los jóvenes y así atraer talento; por último, flexibilizar las políticas fiscales y laborales para aquellos que se dediquen al desarrollo de una industria que tiene el potencial de reconvertir un país. Ejemplos de esto son la ley Pyme, con algunas salvedades, y la ley de promoción de software o la industria del conocimiento.
¿Cómo ve al país tiempo después del coronavirus y sin tomar en cuenta este factor actual?
L.E.: Soy un enamorado de la Argentina, con todo lo bueno y lo mucho de malo que poseemos. He tenido la suerte de poder viajar mucho por trabajo, lo cual permite contrastar diversas cuestiones. Es inevitable notar la diferencia que existe con otros países, tanto en las falencias estructurales que tenemos como en el potencial de nuestra gente. En lo personal, al notar estos detalles, no puedo evitar ver la oportunidad que eso representa para nosotros, argentinos.
Hoy en día, la realidad es que el escenario para emprender no es el más beneficioso, por el contrario, es bastante hostil. Sin embargo, desde el lugar que cada uno pueda y le toque, generando empleo, involucrándose social o políticamente, lanzando sus propios emprendimientos. Soy un convencido de que hay que seguir apostando y que, eventualmente, llegaremos a vivir en un país donde no sintamos que trabajamos sólo para pagar impuestos, en donde la inflación no sea tapa del diario todos los días y en donde la inseguridad vuelva a ser la excepción y no la moneda corriente.