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sin fan sin EDITOR GENERAL DANIEL MUÑOZ
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CONTENIDO 4
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Les voy a contar qué es un fanzine de verdad El CÓMIC EN COLOMBIA, UN DIBUJO DE LA REALIDAD DR. FAUSTO Un ‘fanzine’ hecho por Manizalitas
cómics ENTREVISTAS
30 CONTÁCTALOS
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‘REPTIL’
Les voy a contar qué es un fanzine de verdad 6
U
O como la popularización de este formato supone su propia muerte
n fanzine es una idea concreta plasmada en un formato físico y, por supuesto, su contenido es rotundamente personal. El fanzine está hecho a mano, de hecho es lo más cercano a arrancarte el alma y coserla encima de tu propia piel. Es por eso que es muy importante que para generarlo haya el menor número intermediarios posibles. Para plasmar tus ideas no hace falta mucho más que varios Din A4 doblados y grapados. Un fanzine debe poder hacerse en las peores condiciones, con lo mínimo, con lo que cada uno disponga en ese momento, ya sea con papel higiénico o garabateado en una pared.
libros y no pasa nada, pero deben ser conscientes de lo que realmente son. La palabra “fanzine” no es una marca, no es una palabra que se pueda utilizar para enmarcar un producto dentro de los demás consumibles. Un fanzine es una necesidad, la necesidad de expresarse y por lo tanto no debe haber lugar para el negocio ni el marketing ni la publicidad. Uno no hace un fanzine por reconocimiento o dinero sino por la necesidad de sacar lo que se tiene dentro y esa necesidad, que funciona con un pulso frenético, tiene que ser liberada antes de que estalle. Un fanzine es inmediatez, es nervio. Pretender llamar “fanzine” a una publicación comercial por el simple hecho de creer que así puedes acceder a un target concreto es un error moral. Un fanzine no es y nunca deberá ser una etiqueta.
Hay algunas publicaciones que se autodenominan “fanzines” y que están impresas en offset a todo color, tienen lomo y utilizan papeles más caros que un trago en un bar de moda. Eso no creo que pueda La confección de uno de estos panfletos considerarse un fanzine, son revistas o es un acto moral. El fanzine, por naturaleza
“ ”
por encima de todas las cosas hacer un fanzine es un acto de rebeldía
supone alejarse de las manías capitalistas, no tiene la necesidad de pertenecer a un mercado, ser vendido, consumido y crecer para ser económicamente independiente y solvente.
Es por esto que la evolución del fanzine hacia estándares más cómodamente consumibles comporta el cambio de naturaleza del propio formato. Un fanzine nunca debería preocuparse por la clase de contenido que debe o no debe publicar. Las praderas que pueblan las páginas no deberían regirse por un estudio de mercado o ajustarse a las demandas de los lectores –teniendo en cuenta lo que éstos puedan considerar sobre qué es lo correcto publicar o qué no lo es.
Empezar a analizar estos factores hace que el fanzine se aleje de su estado inicial y se convierta en otra cosa, en una revista, en algo que ya forma parte del océano del mercado. También hace partícipe de este juego el flirtear con ciertas demandas estéticas excesivas.
Evidentemente no estoy diciendo que un fanzine no pueda ser bonito, pero sí creo que no debería ser ostentoso y, sobretodo, su belleza no debería ser el anzuelo principal con el que llamar la atención. Un fanzine tiene que sorprender, tiene que ser incómodo. Tiene que decir “no me compres”. Un fanzine tiene que alterar las ideas y valores del lector. Leerlos no debe ser como derramar miel sobre un mesa de mármol, tiene que ser como intentar untar con mantequilla las rocas porosas y puntiagudas de un acantilado. Es esa diferencia que señalaba Barthes sobre el placer y el gozo del texto. Tiene que ser atractivo y peligroso a la vez, como el mercurio. Lo ideal, la quimera, es conseguir el equilibrio entre forma y contenido, que el baile entre ambos tenga su lógica, que el mensaje sea coherente. Muchos fanzines pecan de ser puros ejercicios de belleza y cuando la balanza se decanta hacia una estética llamativa y un contenido pobre e irrelevante es cuando esta publicación puede tildarse de todo menos de fanzine.
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Pero por encima de todas las cosas hacer un fanzine es un acto de rebeldía. Es aceptar el hecho de que afuera no existen publicaciones que representen los valores de uno mismo y decidirse a reaccionar ante ello. Ese enfado contra lo que se publica y el cómo se publica en el mundo editorial existente es el motor del fanzine. Es por eso que la autopublicación debe estar al alcance de todos, por lo que su confección debe ser barata. Todo, desde la idea de que la producción y distribución deben alejarse de cualquier modelo empresarial editorial. La producción no debe comportar grandes filigranas y los canales de distribución deben funcionar al margen de las grandes distribuidoras, quienes forman parte de ese mismo sistema editorial basado en el beneficio económico. Hacer un fanzine es posicionarse en contra del sistema, es conseguir hacer algo personal de forma independiente. La necesidad de que un mensaje sea escuchado debería estar por encima de cualquier otra cosa. Por encima de la necesidad de ser visto, e incluso de ser comprado.
Aquí no estamos jugando con las normas que rigen el capitalismo, estamos jugando con nuestras almas y nuestra existencia. Esta idea “política” del fanzine corre peligro justamente cuando parece que este formato está extremadamente popularizado. Gracias a que los medios de fabricación son mucho más baratos y están al alcance de todo el mundo, cualquier persona puede ponerse a hacer un fanzine. La popularización es algo precioso, pero también causa cierta perversión del mensaje original. Con la competencia (concepto que no debería existir entre los fanzines) y un acceso más económico a los medios de producción, el resultado y la intención de estos “nuevos fanzines” se alejan de la política que creo que los define. Lo más ofensivo es el auge de esta nueva mentalidad comercial del creador y la subsiguiente extinción de aquellos fanzineros que necesitan expresar, sea como sea, sus inquietudes.
Cรณmo hacer un fanzine: www.vimeo.com/13016476
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El cómic un dibujo de
en Colombia la realidad El cómic se ha convertido en uno de los medios con que los colombianos reflexionan sobre el país y tratan temas como la memoria, la guerra y el sufrimiento.
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n los últimos años más y más colombianos, y uno que otro extranjero, han decidido contar capítulos de la historia del país por medio de novelas gráficas. Un ejemplo es Los once, una historieta que narra la toma del Palacio de Justicia mediante impactantes dibujos en blanco y negro con los protagonistas disfrazados de animales. Pues bien, el 18 de septiembre comienza Entreviñetas, el festival nacional de cómics, que desvela las diferentes maneras en que se está utilizando
este medio. Desde siempre hombres y mujeres han usado el dibujo para expresarse. En el siglo XVIII, con su serie Los caprichos, Goya criticaba los excesos de la sociedad española. Pero la creciente ola actual –dice el afamado caricaturista Joe Sacco- puede deberse a que el mundo cada vez es más visual. Por eso los medios de comunicación escrita comenzaron a diversificar su manera de informar y además de artículos crean especiales fotográficos y reportajes en video.
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Jis y Trino
El cambio también se está viendo en la literatura. “Cada vez hay más caricaturistas apostándole a temas ambiciosos y más editoriales jugándosela por ellos”, dice Daniel Jiménez, editor de Larva, la revista de cómics más importante del país. Y es que desde hace unos años el cómic dejó atrás la imagen de lectura ligera, de humor y aventuras, y con la ácida agudeza que desde el principio caracterizó a muchas de sus obras, eligió tratar temas como la memoria, la guerra, la pobreza y el olvido. “La novela gráfica se está uniendo a la literatura que incita al pensamiento y gracias al dibujo tiene un impacto mucho más directo”, dice Pablo Guerra, uno de los creadores de Los Perdidos. Por ser una magnífica combinación entre imagen y escritura el cómic tiene otras ventajas. En un país como Colombia, con un altísimo nivel de analfabetismo, un libro que narra a través de dibujos puede tener mayor impacto. Y, sin importar el tema, las imágenes hacen que sea más fácil y más rápido de leer. Pero el encanto de este medio no solo está en su accesibilidad. Según Joe Sacco, en entrevista para la revista digital Jot Down, cada viñeta aporta un contexto visual que ningún texto escrito aporta. Y eso hace que los caricaturistas pongan mucha más atención a los pequeños detalles para recrear el espacio tal cual es. Es como un documental en dibujos. En el cómic hay entonces otra manera de pensar y de concebir el texto. Y para acercarse a los personajes de sus libros los caricaturistas también tienen su estilo particular. “Tanto en Caquetá como en Ciudad Juárez nos dirigimos a los habitantes para ofrecerles un retrato a cambio de una pregunta. Como a las personas les encanta que las dibujen siempre aceptaban el trueque”, dice Edmond Baudoin, uno de los autores de Sabor de la tierra y ¡Viva la vida! Los sueños de Ciudad Juárez. Invitados por dos colombianos que leyeron su obra sobre la ciudad mexicana, Baudoin y Jean-Marc Troubs llegaron a Caquetá y se encontraron con un país hermoso pero con unos habitantes cargados de dolorosos recuerdos. A través de viñetas en las que de vez en cuando los artistas se dibujan tomando notas frente a su interlocutor, Sabor de la tierra cuenta la historia de violencia de este olvidado lugar de Colombia. El creciente interés del cómic colombiano por enfrentarse a la historia del país y convertirse en un medio que invita a la crítica y a la reflexión, es una muestra más de que los colombianos están dispuestos a hacer memoria y a buscar la verdad. Los clásicos Para muchos el cómic comienza en el siglo XVIII con el pintor satírico William Hogarth, quien se burlaba de las costumbres y la política inglesa de la época. Su serie de pinturas, llamadas costumbres morales modernas, tiene un aire de la historieta contemporánea. Desde entonces los comentaristas han usado el dibujo con notable agudeza para denunciar lo que debería ser de otra manera.
julio polar
s e r mb el o h do e r p usa arse m ie han res s sde eres a exp e D uj ar p m y ujo dib
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‘DR Fausto’ 12
un fanzine Hecho por manizalitas
Publicar sátiras sin censuras es la idea que los diseñadores visuales Edward Muñoz y Andrés Marulanda plasman en el Dr. Fausto, un fanzine creado hace dos años.
¿Cuáles son los temas que se abordan en ‘Dr. Fausto’?
¿Cómo es la situación del cómic en Manizales?
No tenemos temáticas específicas. Hay un personaje recurrente que es Diosdado García. Es humor negro tal vez. Dr. Fausto es sátira y parodia.
Hay una movida interesante, la complicado es empezar a sacar proyectos adelante conjugando las iniciativas. Sin embargo, todavía falta producir más material
¿Quién es Diosdado?
¿Considera usted que el fanzine y el cómic son estigmatizados?
Diosdado es un perrito que actúa como un reportero especial del fanzine. Se desenvuelve en diversas situaciones, en diversos lugares y siempre da su opinión personal. Casi siempre por lo general acaba la escena malhumorado.
¿Buscan dejar algún mensaje con las temáticas que abordan en ‘Dr. Fausto’? No somos pretenciosos en cuanto a los contenidos sino que nos limitamos a hacer lo que nos gusta. Ya que las personas se identifiquen con ello es cuestión externa a nosotros; lo que hacemos es de manera más informal, no pasa de ser un hobby en el que narramos nuestras vivencias.
Al día de hoy todavía se le ve mucha marginalidad al hecho de leer cómics. Siempre se tiene en cuenta más el cómic americano y el manga, pero los cómics de autor que narran vivencias personales o ciencia ficción no. Hay mucho por hacer por el cómic a nivel nacional.
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¿Cuáles son los proyectos que vienen? Pretendemos afianzar el proyecto editorial de publicaciones breves tipo fanzine para poder publicarnos a nosotros mismos. También queremos vincular a más personas.
¿Cuáles son las ventajas del fanzine y específicamente de ‘Dr. Fausto’? Que te publicas y nadie te puede decir si está bien o mal. No hay censura al respecto. No hay barrera con el público.
Cómprela y obsérvela En la Librería Libélula de Manizales. Conozca detalles de la publicación en Facebook con la guía Dr. Fausto Fanzine. KILLY GUTIÉRREZ GUZMÁN Para EL TIEMPO Manizales.
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FIN
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VISTAS 24
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Oriana Russo Breve Autobiografía Hola! Mi nombre es Oriana Russo Manjarrés, tengo 24 años, soy de Santa Marta, soy diseñadora gráfica de la Jorge Tadeo Lozano de Cartagena y vivo para escribir y dibujar. ¿En que basas al ilustrar tus viñetas?¿Por qué Rainaro? Por lo general me baso en todo lo que se me ocurre (chistes malos, por ejemplo), y/o las cosas de la vida diaria. Rainaro es el resultado de muchas pruebas de anagramas de mi nombre, “Oriana”; la idea era que surgiera un nombre sonoro, con tintes japoneses (mentira), y que fuese solo mío. ¿En el campo de los comic, quien seria tu “ídolo a seguir”? A mí me encanta Emily Carroll, y por ella y sus cómics fantásticos fue que me metí de cabeza en este rollo.
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Tu estética a la hora de ilustrar y crear tus historias es muy interesante, como hacer para generar esa familiaridad entre el espectador y tus historias? En verdad no es intencional. Solo trato de que mi personaje refleje lo que soy, que actúe con naturalidad y que diga la verdad. Además de ilustrar y hacer comics, ¿que otra cosa te gusta hacer? Me encanta escribir. Desde cuentos hasta novelas y fan fiction. Ahora mismo estoy trabajando en una novela infantil. Una frase que recuerdas cada momento, ¿por qué la recuerdas? “Encuentra lo que amas y deja que te mate”. La recuerdo porque me llegó en un momento bien crítico en mi vida, y apareció casi como una señal divina. Cada vez que la leo, siento que Bukowski me da una cachetada para que reaccione. ¿Existe algo que te moleste en cuanto a la sociedad que te rodea?¿Qué es?¿Por qué? Me molesta el machismo con el que se abordan muchas cosas de la sociedad en el ámbito de la escritura y la creación de cómics, más por la escritura que por cualquier otra cosa. Creen que uno por ser mujer tiene que escribir ciertas cosas o dejar de hacer otras porque “la detesto las injusticias, en todo, y el sociedad así lo impone”. No, señor, así no es. Además
hecho de que la creación y lectura de cómics y novelas gráficas en el país no tenga tanta acogida me da mucha tristeza. ¿Que expectativas tienes para en un futuro? Sobrevivir. Y si lo hago, vivir de escribir y dibujar. Tengo planes de hacer un máster en el exterior y además quiero sacar un libro de cuentos y una novela gráfica. ¿Como ha sido tu trayectoria en este mundo de la ilustración y el comic? Ha sido de lo más atravesada e indisciplinada. Empecé por casualidad y ahora estoy prácticamente enganchada en esto. Mi universidad me ayudó bastante. Asimismo, si uno sabe manejar bien las redes sociales, se da cuenta de que el mundo es suyo y que los cómics y las pequeñas historias de uno pueden llegar hasta la luna. ¿Qué beneficios te han traído tu trabajo? Me han traído muchísimos. Aparte de reconocimiento, me han llegado propuestas muy interesantes, desde dar conferencias y talleres hasta propuestas de trabajo. ¿Anime favorito?¿Por qué? Inuyasha. Porque ningún otro anime me ha acompañado tanto en mi vida y porque su trama está sencillamente fuera de este mundo. Un breve resumen de tu vida enfocada a lo que te gusta hacer, ilustrar. En el principio, todo era procrastinación. Como en el cuarto semestre de mi carrera me di cuenta de que eso no era lo mío, y que escribir era el llamado del alma. Pero, con todo y eso, decidí terminar la carrera y dedicarme a eso por un tiempo. Bueno, todavía lo hago. En un punto me di cuenta de que, además de escribir, siempre me gustó dibujar. Yo soy de las que cree en las señales, esos mensajes que manda Dios o la vida tratando de llamar tu atención, y vi que, después de haber pasado una de las pocas crisis existenciales que he tenido en la vida, los cómics eran la mejor manera de conjugar mi pasión por escribir con el dibujo. Y heme aquí. Haciendo matachos a cambio de comida.
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Si u n se d o sabe a cu man en e los c ómi ta de q jar bien cs y ue e las pue las peq l mund redes s den u o o llega eñas h es suy ciales, isto o r ha yq ri sta la lu as de u ue no na.
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marco a. Háblame sobre ti.
Me llamo m . a . noreña, hago cómics, fanzines e ilustro entre otras cosas, estoy en esto desde los 90’s, he hecho muchas cosas pero no tantas y espero hacer más.
¿En qué momento de tu vida decides dedicarte a los cómics? ¿Qué te impulsó?
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Ya dibujaba cosas cuando era niño y de adolescente, y seguí haciéndolo hasta entrados los veintitantos, unas épocas más que en otras pero siempre con una relativa constancia. Pero es entre 2003-2004 que realmente me detengo a revisar lo que había hecho hasta ese entonces en medio de cierta crisis y me doy cuenta de que esto es lo que quiero hacer y seguir haciendo ¿Qué me impulso? Terquedad y la recién ganada confianza en mi trabajo en aquel momento.
¿Cuál es tu proceso al hacer un nuevo cómic?
No suelo tener un proceso fijo siempre he probado diferentes acercamientos según mi necesidad e impulso, actualmente ando retomando procesos más tradicionales. A veces parto de una idea-argumento, en ciertas ocasiones trabajo desde el dibujo directo que es una forma de improvisación en el cómic, otras son la exploración y el juego los que guían.
¿Qué te inspira?
La cotidianidad, la gente que me encuentro, el comportamiento humano, las plantas y las piedras, los mitos y religiones primigenios, las vanguardias, la música y el ruido que oigo y la información que me llega, lecturas, cómics, fanzines, el dibujo en sí, algunas películas o series, observar.
¿Cómo definirías tu estilo al ilustrar? ¿Te tomó mucho tiempo encontrarlo?
En constate cambio, una vez me siento cómodo con algo decido moverme. Hay una línea reconocible y varios estilos que se han ido sumando a mi repertorio. Creo que me va a tomar toda la vida descubrir cuantos más agregar.
¿Cuál era el cómic favorito de tu infancia?
Peanuts (Carlitos y Snoopy) de Charles Schulz, también me gustaban mucho los seriales de cómics europeos como Mortadelo y Filemón, Los pitufos y Natacha que salían por entregas en revistas o en los suplementos dominicales de algunos periódicos.
¿Has realizado estudios formales de arte, o eres autodidacta?
Estudié en Bellas Artes en Medellín unos cuantos semestres de artes plásticas, luego me pase a diseño gráfico y publicidad, esa es parte de mi ‘’formación profesional formal’’. Por lo demás siempre me he considerado más un autodidacta. Para el cómic no existen estudio formales en Colombia, hay algunas escuelas con cursos y talleres y alguna universidad con alguna materia sobre cómic como electiva pero no más. Por tanto diría que no solo yo sino la mayoría de historietistas acá son autodidactas en lo que al medio se refiere.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades que has enfrentado como creador?
La inseguridad propia, esa tan común tendencia a medirse y dejarse medir por la vara de los demás. Es un alivio cuando se empiezan a dejar estos lastres atrás. Ya en el plano de la historieta sigue siendo la creación de espacios y públicos, cosa que se toma más como parte del oficio que como una dificultad.
a. noreña ¿Tienes metas específicas como ilustrador?
Poder dibujar lo que quiera, cuánto me plazca, por el tiempo que viva, cómics, dibujos, ilustrar proyectos propios y ajenos interesantes, pintar mucho. Eso sencillamente.
¿Cómo ves la escena actual de la ilustración y el cómic en Colombia?
Las escenas del cómic nacional (porque son varias en realidad), si bien pequeñas resultan interesantes y cuentan con autores y dibujantes bastante buenos, redes y eventos en varias ciudades, falta mucho pero el auge actual ayuda a mantener vivo cierto interés externo por parte de medios, instituciones y público potencial, la idea es que no pare. Sobre la escena de la ilustración colombiana no puedo decir mucho ya que a pesar de desempeñarme laboralmente en ello no soy muy cercano a ella, salvo de una forma tangencial, sea por redes de noticias o algunos amigos y conocidos más involucrados en ella, sé eso sí, que sin ser tampoco enorme, es mayor a la del cómic si le comparamos en cantidad de participantes e involucrados y en asuntos organizacionales en lo referente a oportunidades laborales, estímulos y visibilidad. Esta diferencia se debe en parte a que existe demanda laboral para la ilustración mientras que para el cómic esta es casi nula. Ahora, habemos participantes yendo de un lado al otro, historietistas que trabajan como ilustradores e ilustradores atraídos por el cómic y sus posibilidades narrativas (esta última es una de las tendencias ya notorias que veo venir)
¿Tienes algún proyecto en curso? ¿De qué se trata?
Ando recopilando material de los últimos quince años para un volumen a publicarse. Aparte, haciendo cómics de mayor extensión, veremos que pasa.
¿Algún consejo a personas que quieran incursionarse en el arte del cómic?
Constancia y dedicación, nutrirse de todo. No se trata simplemente de dibujar bien sino también de ser un buen narrador, tener cosas que contar, hacerlo sobre todo, por y con gusto, saber que en el mayor porcentaje de probabilidades no hay dinero en este oficio. Hay que ser muy, muy terco, si esto no es suficiente para animarles-desanimarles tomen en consideración la siguiente frase de Charles Schulz: “Cartooning will destroy you...It will break your heart’’.
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Agradecimientos
Oriana Russo Marco A. NoreĂąa Reptil Inu Waters