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TESTIMONIOS
cómo es vivir en...
La Antártida Por Vcdro. Enrique Videla
Estoy en un lugar que no es apto para la
vida humana. Llegué el 24 de octubre del año pasado en mi segun-
Hay gente que vive en lugares lejanos, difíciles, o cercanos pero incómodos, no convencionales. Cómo es la vida de los que no viven como el común de la gente.
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da misión: en la temporada 2008/9 ya estuve aquí como jefe de la base Marambio, la principal estación argentina en la Antártida. Ahora comenzó el solsticio de verano, el día es eterno, con el sol siempre en el horizonte. En esta época las temperaturas oscilan entre 1 y 2 °C bajo cero; en invierno el promedio es 20 °C bajo cero, con sensaciones térmicas que pueden llegar hasta los -60 °C si hay viento. Es muy difícil acostumbrarse a esas condiciones climáticas. Pero lo más duro es que a Marambio venimos solos: nuestras familias (estoy casado y tengo una hija de 15 años) están en el continente. Si bien tenemos la oportunidad de hablar por teléfono con ellas, comunicarnos por Internet y que cada tanto puedan viajar en los aviones Hércules que llegan a nuestra pista, estamos en soledad. Por eso acá se aprende a valorar a los afectos, los valores, la amistad. Lo más importante que me llevé de mi anterior experiencia fueron las relaciones humanas. Somos casi setenta personas viviendo bajo el mismo techo, por lo que hay que adaptarse. Cuando estás en el continente, vas a trabajar y volvés a tu casa. Acá están más confundidos los tiempos libres y los de trabajo, porque es todo en
el mismo lugar, más flexible. Cada uno tiene que ceder sus costumbres por el bien del conjunto. Los sentimientos están a flor de piel, dependemos uno del otro para todas las tareas. Nos tenemos que acompañar y apoyar en lo que hacemos. Por suerte en Marambio tenemos todas las comodidades: si bien la base es dispersa, en el centro principal está el comedor, y tenemos las habitaciones, biblioteca, gimnasio equipado, sala de comunicaciones, capilla, oficinas, usinas científicas. En la campaña de verano la actividad es mucha, la pista y la torre de abastecimiento requieren de nuestra atención constante y los horarios están corridos por la luz solar. Pero cuando tengo un rato hago una rutina en el gimnasio, escucho música, veo la televisión (tenemos cable satelital y podemos ver todos los canales argentinos). Organizamos torneos de truco, hacemos karaoke. Como toda dotación, siempre se arma una gran familia en la que uno toca la guitarra, otro canta, otros bailan. Se forman perfiles diferentes que ayudan a que la pasemos bien. La Argentina tiene presencia en la Antártida desde 1904, la base Marambio fue una pionera en el lugar. Desde aquí hacemos un aporte a la ciencia nacional e internacional, y lo más importante es que hacemos presencia soberana. Vivir en la Antártida para mí es una responsabilidad y un orgullo.
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