entrevista • Por Daniela Rossi . Fotos: Gustavo Pascaner.
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Darío Grandinetti
Un muchacho como yo A los 55 años, hace cine y teatro pero se identifica con su personaje de “En Terapia”: “También soy del interior y no me gusta vivir en Capital, me quiero volver”. Su capacidad de reflexión y la influencia sobre sus hijos.
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iene el gesto adusto, como el de quien piensa hacia adentro cada cosa que pasa a su alrededor. Está concentrado, también cuando habla: cada palabra sale pausada, sin apuros. Darío Grandinetti, 55 años, una altura que lo hace destacarse entre el gentío, corona la carpeta de proyectos 2014 con una miniserie en la TV Pública, “En terapia”. Durante este año estrenó dos películas -una de ellas “Relatos Salvajes”, nominada argentina a los Oscar-, hizo dos obras de teatro (una en el circuito off y dos en la calle Corrientes: “Una relación pornográfica”, donde comparte también elenco con Cecilia Roth, y “Novecento”, un unipersonal) y trabajó en algunos proyectos que se verán recién en 2015.
Cuando piensa en la emisora de la calle Figueroa Alcorta, tira el rostro hacia atrás y cambia el tono de voz: fueron varios los trabajos que hizo en Canal 7. “Es un privilegio trabajar con libros bien escritos, con un director con el que ya tenés experiencia y que es mi amigo, al que quiero. Y es un proyecto en el que antes de grabar podés conocer el recorrido del personaje, algo que a veces no pasa en la televisión. Fue un trabajo intenso pero no difícil”, asegura. Trabajó su personaje en la previa con los autores y el director, y asegura que se conectó con su personaje. Aunque Grandinetti sólo haya pasado por terapia hace muchos años y crea que no es algo para él, dice que tienen algunos puntos en común. -¿Sucede seguido que te llamen de un proyecto que seguías como espectador, en donde te
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daban ganas de trabajar? -¡Pasa muy pocas veces! Por suerte, porque hay un problema con eso. “Ojo con lo que deseás que se te puede cumplir”. A uno no le pasa muy seguido esto de ver un programa y decir: “me gustaría estar ahí”. No son muchas las veces en que lo pensás y menos las que se cumplen. También es cierto que si se da, ya venís bien predispuesto. Yo no veía la versión original de “En Terapia”, porque no soy consumidor de series extranjeras, pero sí la de acá. -¿Ninguna serie extranjera te gusta? - Vi “Breaking bad” porque mi hijo me sentó, le dio play y hasta que no terminé, no paré, es extraordinaria. Tampoco las veo cuando voy a interpretar una obra o película que tiene alguna versión previa, no me llama la atención. No lo hice con “Baraka”, “Una relación pornográfica”, “Novecento”, ni esta vez. No me interesa, prefiero arrancar desde cero. En todo caso después. Pero después ya no pasa nada. -¿Qué te llama la atención de un proyecto al que decidís sumarte? -La historia. Sí, primero eso, de qué vamos a hablar, qué vamos a contar, de qué lado nos paramos al hacerlo. Obviamente, me interesa tener un personaje con el que sienta que puedo hacer algo distinto. En principio eso. Después viene el ver con quién, quién es el director. Porque las cosas se hacen entre todos, entonces siempre es más fácil trabajar con alguien a quien admirás, con quien te llevás bien. De todos modos, en la televisión o en el cine te puede pasar que no te lleves del todo bien con algún compañero. Es más difícil en teatro, ahí soy bastante más cuidadoso. -Solés trabajar varios proyectos en paralelo. ¿Cómo es ese trabajo a la par? -Es ponerle mucha energía, compromiso con el cuento que vamos a contar, entender qué le pasa al personaje. En este caso no me era lejano. Mi personaje era misionero y al final lo hicimos santafesino. Yo también soy del interior, nací en Rosario. Y no me gusta vivir en Capital, también me quiero volver. -Hacer terapia en la ficción, ¿te hizo ponerte a reflexionar sobre tu vida también? -Hago eso, soy bastante reflexivo. Soy muy intuitivo también, pero después me quedo pensando en las cosas que hago. No le doy vueltas para romperme el coco, pero las pienso. El ser padre te pone también en un lugar que te obliga a tener que pensar en más cosas y personas. -Durante este año actuaste junto a Laura,
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Grandinetti seguía “en terapia” como espectador.“Aunono le pasa muy seguido esto de ver un programaydecir:‘me gustaría estar ahí’”.
“no consumo series extranjeras. Vi ‘Breaking bad’” porque mi hijo me sentó, y hasta que no terminé, no paré, es extraordinaria.” tu hija menor, en la obra “Personitas”. ¿Cómo fue esa experiencia? -Muy bien. Ya está, ya trabajé con mis tres hijos. Estoy grabando una miniserie con Juan Pablo Laplace, en donde trabajo con mi hija mayor. Con Juan ya lo había hecho y ahora con Laura en teatro. Está buenísimo, es muy divertido. -¿Vos le propusiste hacer la obra? - ¡Nooo, no no! Fue una idea de Javier Daulte, el director, que estuvo un año para convencerme. Ella todavía está en el colegio, es menor y yo no quiero que trabaje. Yo he visto y he trabajado con menores en la televisión y no me gusta. Esta vez acepté porque
es teatro, con Javier y una sola vez por semana. Ella toma clases y ésta era una manera de hacer taller también. Hago este proyecto desde un lugar de no promoción, no estamos expuestos ni nada. Por eso está Laura, si no, no. Si tuviera que hacer notas, exponernos, ni yo lo hubiera hecho. -¿Cómo creés que transmitís vos tu trabajo para que en tu familia tengan esa curiosidad? -Supongo que ellos ven que disfruto con mi oficio, creo que tiene que ver con eso. Nunca se habló ni de que yo quería que fueran actores ni de que no. Cada uno solo fue diciendo qué quería ser. Supongo que me vieron disfrutar. Si es por mí, es por eso.
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