MUNDO
FOTO : A . P.
X Nuevas rutas marítimas han surgido a
causa del deshielo. Ahora, un barco puede hacer el trayecto entre Europa y América en tan solo siete dias.
MEDIO AMBIENTE
La última frontera Mientras el deshielo del océano Ártico es un drama ecológico sin precedentes y con desastrosas consecuencias, muchos solo ven una oportunidad para enriquecer sus arcas.
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STAMOS EN LA MITAD de abril! Visiones de primavera surgen en el alma solo de mencionarlo, un tiempo en que puertas y ventanas se abren al sol y el aire primaveral y el polvo del invierno desaparece. Pero aquí, aquí eso no se encontrará. Cierto, el sol brilla fuertemente pero sus rayos solo caen sobre el deslumbrante blanco de la última nevada. Miro a la distancia, por encima del baldío claro de nieve, una masa de hielo sin límite, silenciosa, sin vida, pero en constante e imperceptible movimiento”. El Ártico que describió así el explorador noruego Fridtjof Nansen en 1893 es un recuerdo. Hoy, las planicies se derriten a velocidades alarmantes y la vista ya no es infinita. De hecho, este agosto presentó los mayores niveles de deshielo registrados desde 1979. Según algunos científicos, para el verano de 2030 no habrá nieve en el Ártico. El océano Ártico, al estar congelado, refleja los rayos solares y mantiene la baja temperatura. Cuando se descongela, en vez de reflejarlo, absorbe el calor del sol, lo que acelera el deshielo. Es el llamado efecto albedo. El hollín y otros contaminantes producidos por el hombre, que cubren parte de la superficie congelada, aceleran
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este proceso porque también absorben el calor solar. Y a medida que se descongela, más se caliente el planeta. Desde 1951 el Ártico se ha calentado alrededor del doble del promedio global. Según los pronósticos, la temperatura del planeta subirá 2 grados centígrados en los próximos años, y en el Ártico 3,6 grados centígrados. Este cambio ha hecho que partes de Alaska se reduzcan 14 metros al año y podría causar la extinción de algunas especies del Ártico, que desaparecerán al ver su hábitat reducido o sus ecosistemas violentamente cambiados. “Así como se derritió la cobertura de hielo en 5 días, se teme que comiencen a aparecer fenómenos tan abruptos en otras partes del mundo” , dijo a SEMANA Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt. Baptiste explicó la gravedad del cambio: “Como no lo entendemos bien, puede resultar ser mucho más crítico de lo que hemos pensado. Es algo para lo que no podemos prepararnos, porque no nos va a dar tiempo”. Este, el más significativo cambio climático de la historia moderna, debería movilizar a la humanidad en defensa de su planeta. Pero las grandes potencias mun-
diales solo encuentran posibilidades económicas. La Unión Europea, Rusia y las grandes compañías petroleras del mundo, obviando las preocupaciones medioambientales, se han dedicado a sacar provecho de una zona del mundo cuyas extremas condiciones climáticas la hacían hasta ahora inutilizable. Los primeros en lanzarse a la carrera fueron los rusos, quienes ya instalaron una base para explotar petróleo en el Ártico. Considerada el futuro de la riqueza energética de Rusia, la nueva base reemplazaría los pozos de Siberia. A partir del año que viene la empresa rusa Gazprom, la más grande extractora de gas natural del mundo, comenzaría a producir hasta siete millones de toneladas de petróleo al año. El lunes, activistas de Greenpeace amarraron su bote al ancla de un barco ruso para evitar que llevara nuevos trabajadores a la base. Desde la semana anterior estuvieron protestando contra la incursión petrolera, pues sostienen que las condiciones extremas del Ártico hacen muy posible un derrame de consecuencias incalculables. Los daños que esto causaría al medio ambiente serían tan enormes que no existen pla-