Gabino Cué Monteagudo Gobernador del Estado de Oaxaca Alonso Alberto Aguilar Orihuela Secretario de las Culturas y Artes de Oaxaca Subsecretario de Planeación Estratégica de SECULTA Ethel Concepción Arellanes Ochoa Jefe de Departamento de Fomento a la Lectura Calzada Francisco I. Madero, No. 1336, Col. Lindavista, CP. 68030, Oaxaca, Oax. www.culturasyartes.oaxaca.gob.mx
Autor, guión talleristas, viajeros los Comelibros Haydee Ramos Cadena Charlie A. Secas Edición Albeliz Cordova, Comelibros A.C. Diseño editorial Daniel Vivas Complicidad total Nathanael Lorenzo , Flor garcía , Federico Villanueva, Georgina Saldaña, Tzutzumatzin padrón, Freddy Aguilar, Saúl López Velarde, Bonifacio Luis, Rafael Altamirano, Paola Fortunata Resendiz, Jesús González, Sadot Osorio, Romina Sabina Ramírez , Ángel mmmmm © 2015. Ojo de Piedra. Memoria del Taller de acercamiento a la poesía en comunidades del estado de Oaxaca. ISBN:
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida parcial o totalmente, ni registrada o transmitida en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético o por cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.
De sde que nac emos cr eemos que los ojos son bien por ta dos y nos hac en caso a todo, si d ecimos: ยกVean para allรก!, los d os ojos al mismo tiempo lo hac e n; si decimos: ยกAgรกchate!, nos obe dec en.
Hasta q por la ue un día ca pl a un aya nos en minando t u er t c o nt r o amos q y nos ue e s c u e nt pirata perdid a , q u e su o, un día de ojo por sí c idió v solo. nos d Y e s así ia jar amos que c u e nt ojos q a ue no que h la cla p ay e r tene sifica c en a ción d e los “b por ta dos”. ien
E l se ñ o r pirata nos ojo se c u e fue a v n ia jar e ta como su mare s, nt re lo así que s siete para su que pon stituir l e r se u n o t u vo parche, que su aún e sp ojo reg r era e se, mie su c e d e n n o le q ue da m t ras e so ás que pacienc la ia.
El otro claro ejemplo de ojos rebeldes son los de Camila, ella los llama estrรกbicos diribรกticos, es decir, ven para donde quieren, hacen lo quieren y no obedecen para nada a Camila,
si ella quiere ver la flor, ellos prefieren las paredes, si ella quiere ver el paisaje, los ojos desean dormirse.
Pa encon ra raz贸n t rar la de e s c omp tos o r t t o do a mien inve s raros el m tos t , igar decid undo, c omp e imos n las las p or tam b o i e jem iento, as sible s cau bliotecas de 铆 enc plos a sas d o e nt lo lar go d ramos m e ste u e la histo chos ria.
Nos e n c o nt r amos ojos d c o n lo e ag u s a, que los ojo son s mรกs a ellos t le s gu ravie sos, sta sa avent lir de ura y c ua n d pierde o se n, se p o t riste s que nen tan n o de de llor jan ar, po encue r que n nt ran su par o e ja.
Tamb iĂŠ los oj n tenemo s os ira c undos e stos ha c e n , b er ri n increĂ che s b ponen le s, se gritos a dar de termi y siempre na n l lorand Este o. t i p o de ojos s on los q c o n st r uy e n u e las tor m e impor ntas sin tar e l del lu clima gar.
Ot r o camin tipo de o jo an que n te s, , que s son los o enc son a u quello e cuenc nt ran s a s de p a z e que d l ecide os párpado n las n irse s, así algun que da os de e sta a caminar ; nav e s p e iv cie se v u e lv en oj ir en los p os de ie s y parec se pe sca ido a d lo qu o, alg e o el ojo ocu r r ió con del pi rata.
De todos los ojos que encontramos, el que más nos maravilló fue un ojo aventurero que decidió ser submarino. Se puede leer todo su periplo en Las aventuras de Max y su ojo submarino de Luigi Amara editado por el Fondo de Cultura Económica. Fue así como nos dimos cuenta que este extraño comportamiento que le sucedía a los ojos de Max, podría tenerlo los de cualquier niño, porque hay ojos que están hechos de piedra y son tan curiosos que pueden ir a cualquier terreno para encontrar poesía en la vida.
Hay ojos viajeros, caminantes, de chango, marciano o perro; los ojos tambiĂŠn pueden ver desde arriba o desde abajo.
Según el ángulo encontrarán grandes diferencias sobre lo que observan, la perspectiva es importante: podemos ver el paisaje más chico o más grande de lo que es en realidad o simplemente observar de forma distorsionada a las personas y a las calles.
as r u t n e av s a l e d e lo u s q ĂŠ v s a o im r A tr b u os c r s t e s d e u x de Ma te e s que n ndo; an t mu r o l p e n im e que or l y p a x h e ida v ojos n a g jo n a e b t s r a a r r mient os vivir, mi l cielo, ye a r de jar l r e ti e s, r a o l l o , c r ar r t el m a n o ca. i c s n Ăş e m s o de jar l l ritmo y la s, e a m r o f
que s o 単 i sn o l e as d r u s t o n h e c av Mu s a l n o n er r e a t h c e u d e sc ron a j e d de x , s a o d M a de or t p n e i ny o r a t ojos b n pi a m r ue o q f o l a s o e to d n o so r e i e i v b a i r r t e sc ra d e i p de o j o er. u s v o s i qu
a que r o f á t e m a l s A ot r o l ojo e d a l e u f ó t m á s le s g u s avé s r t a e u q r o p corazón, y niños s a ñ i n s a h c u de él m e sólo u q s e j a s i a p encont raron lma, a u s n e n a r t se e n c u e n con la n a r i m e s e u paisa je s q ab er s e d d a d i s o i r calma y la cu ot ros. s o n e d o r t n e que suc e de d
El ojo de piedra, como es tan inquieto, viajó, rodó, voló y observó. Algunos lugares que conoció fueron los que verás en el mapa; la verdad es que el ojo de piedra, inspirado en las aventuras de Max, no tuvo límites, quería conocer a muchas niñas y niños.
de m Villa zulápa eso a r Tam l Prog de
Colonia Volc a n es
San Pe Pablo A dro y San yutla, M i xe
o, rer u er e G i la en t ach Vic Za
ngeles Á s lo a L il ia Colon infant Biblioteca eposcolula Cacica, T Central de Abasto Villa de Z a a c hi la Es infant tancia i l d el DIF
Talleres Comun it de Zegache A arios . C.
del Río, n a u J n Sa Tlacolula g an A o S e d u lc B a h í a H ua t
, u st í n
a í h Ba ustí n g A n a S de Huatulco
e lu g a r s e s e a y a l p La u le s y z a s e r o l o c e d nte s e i c e d n a l p s e r un e d verde s s a g e l l o d ra cuan b m u l s e d e t s de e n que e i v o r p i s e t o do r b o s , e j a i v o isa je larg a p n u y a h o n de n o d d a d u i c a n u anto. t a d n e r p r o s te parecido que de n e u p s a l o s a l Sin embargo, om o c s e o d i n o s que su r o p e t r a t s u s a vienen e u q s o l l a b a a de c d i p m a t s e a n u jano. e l r a g u l n u de cor riendo de s
ie dra p e d o j o l e , Cuando llegó e a hí u q r o p n ó i c o saltó de la em o veía d a l n u e d ; r e staba el ma y del s a m i s í v a r b s unas ola nquila a r t a u g a n u ot r o sy llena de pec e corale s.
El ojo vio tantas cosas en esa comunidad, que se hizo algunas preguntas; ¡a que tú tampoco sabes todo lo que tienen que hacer los habitantes de esta pequeña comunidad! Aunque es un lugar hermoso, está ubicado a casi una hora de la carretera principal que lleva a Huatulco y tiene un tramo muy largo de terracería.
Como la comunidad es muy pequeña, muchos de los niños salen a estudiar fuera de la bahía. Imagínate cuánto les cuesta en tiempo y dinero poder ir a la escuela.
El agua es como el oro, las personas tienen que cuidarla mucho porque no tienen agua potable, así que cuando la necesitan contratan a una pipa que los surte con agua potable. Los niños y los adultos viven de la pesca y tienen que adentrarse en el mar para sacar su alimento; además, la mayoría de los habitantes tiene un restaurante a la orilla del mar o vive del turismo.
Los niĂąos y los adultos viven de la pesca y tienen que adentrarse en el mar para sacar su alimento; ademĂĄs, la mayorĂa de los habitantes tiene un restaurante a la orilla del mar o vive del turismo.
nos Los pe scadore s de las a c r e c a n o r a t n o c one s son r u ib t s lo e u q n orcas, ellos dic e s tienen le s a c r o s la a o que r e p , s o iv s n ha, e c f n o la in a n u n e v o e c ua n d u q r o p o d ie m o e so r m uch o p , n a e lt o v que la a t s a h n a e lp o g la en que n ie t s e r b m o h an los c r e c a e s o d que n r a o u p c , a h c n la la sobre a r r ie t o h c e p e e c ha rs comen. s lo e s s a c r o s si no la mira y ( o d ie m e d tembl贸 a r d ie p e d o j o tiene El e u q r o p s e , a d e s t o su c e e u q a r a p e u q r de la li a s 铆a r e u q o n ya e sa 贸 mucho mie do) y h c u c s e o d n a u uentos c c s lo e d a t le a m historia,
pero cuando itos de n e r o m , s o iñ n s lo sot ros o n n o c n o r a g e sol ll o de t n e u c l e r ia ic para in su ojo y x a M e d s a r Las aventu e los d a is r n o s la r e v submarino, t ras s c o nt ó le y o il u q n a r t niños salió más pue de a r d ie p a n u o m a los niños có a do r v r e s b o o j o n u se r e int répido.
Sa n J ua n d el R í o a l u l o c a l T
El ojo de piedra encabezaba la expedición sentado en el parabrisas del auto, guiándonos rumbo a la comunidad. Tomamos la carretera hacia el Tule y seguimos hasta adentrarnos en una desviación con un camino de terracería, que a la orilla tenía unos magueyes espadines, de los que proviene el mezcal.
Romina ya quería ir a casa, estaba cansada porque parece que los largos caminos no le gustan, pero el ojo le contó lo bonito de la comunidad a la que iba. Seguimos adelante con la guía del ojo de piedra, con buen ánimo y pensando en la cena deliciosa que comeríamos en ese sitio.
La comunidad está fincada en las montañas y junto a ella pasa un hermoso río. Lo primero que vimos al llegar fue un arco de piedra que nos dio una agradable bienvenida, tras lo cual seguimos rumbo a la iglesia. Uno de los maestros de la escuela Calmécac fue por nosotros al Palacio Municipal y nos llevó costa arriba, adonde se encontraban todos los niños.
Cuando llegamos los niños jugaban beisbol, uno de ellos se acercó y nos dijo: “Dice el maestro Nata que vayan con él”. El niño nos guio a la casa, donde subimos a una cocina muy particular con ajos y chiles colgados en la pared.
De forma muy amable el maestro Nata nos ofreci贸 el desayuno, caf茅 y un rico caldo de jitomate con queso, y nos cont贸 los aspectos generales de la comunidad, como que son pac铆ficos y que no les gustan los problemas;
también no dijo que en otras comunidades algunos acceden a participar en trabajos peligrosos que los ponen en riesgo a ellos, a los niños y a toda la comunidad. Nuestro ojo volvió a sentir miedo, pues aunque está hecho de piedra, la verdad es que sí, es miedoso y sensible a todas las historias que le cuentan.
era e u q a y , a s s pr i o m i d s o n e amos c a s A sí qu ; s o ñ i n n los o c r i e d a r leta, a m la ho a l o a r via je a c e t o i l b i b jo y la o o r t s e u n a como la llam ueños s peq o l a ó v e l l Haydee ojo, u s n o c r a j a via tura a r e t i l a l e por qu o la n i s , a í r o e t no e s vida. a l e d n ó i c a e xplor
Estos son los retratos y versos de los paisajes que vieron los ojos de los niños de San Juan del Río Tlacolula y de la escuela de música Calmécac, quienes además tocan dedicadamente sus instrumentos.
El ojo de piedra observó que a las niñas y niños les gustó mucho más mirar a través del ojo-corazón. Ahora verán lo que observaron estos niños músicos.
e d a l l i V
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a l i h ac
ni a r d e i p El ojo de e sta単eaba p siquiera ino m a c l e en r umbo a Zaachila; platicaba con las nube s.
etera r r a c a L a: “ b a t i c e r o n e l l o n i Esto le s o c am g r a l n u o de p es m a c n syu e l a s. g a o s n o r de s e r flo s u s n n o e c s n a a g e i n p s a l e os p s e u h a t n ra Los queb mida o c e d a busc te s o l i p o z s y lo ás m o l n e flotan e so n E ” . . . o t al vio e s a í s e s u po pida m u r r e t n i che a b n u r po o, n i m a c l en e ta! n a l l a l ¡era
El sol caĂa pleno sobre el asfalto, era nece sario usar sombreros de pa ja. Nos apre suramos a cambiar la llanta,
mientras el ojo de piedra echaba aguas para que nadie que viniera se fuera a estrellar con nuestro auto parado a mitad de la carretera. ¡Sudábamos tanto! El ojo de piedra de tanto nerviosismo perdió su barba por el sudor y las pestañas se le pegaron una por una en el párpado superior.
Por fin logramos arrancar el auto; llegamos hasta donde estaba la Biblioteca MĂłvil que ya estaba esperĂĄndonos, los niĂąos nos recibieron en un pasillo fresco y amplio frente al mercado,
estaban preparados con los oídos atentos y el corazón tan dispuesto para conocernos, que ya no fue necesaria el agua para refrescarnos. El ojo de piedra estaba tan contento que enseguida empezó a contarles la historia, hasta los árboles se quedaron quietos escuchando el periplo del ojo de piedra y sus escapadas submarinas con Max, así como sus vuelos gatunos.
ién b m a t n o uy er r t s n o c s ojos o ñ s i u n s y e u s q a ron a s n Las niñ e p alta y f , s a í a i c r a o h t le s e u sus his q s o d or ta ron p e u n f e i e b u n q así , n eran ta ó i s r e v i ad d d i n e d u o m c o o c un p e su d a z a l p que a l s a r s a o r c o l s p anta a ex t n o r a r t aro n p e r t e y encon s ojos s u s as e z u e q b , a r c a t s n u co sobre s ron e i v l o v e ys changos.
ron a z n e m o oc m o c e u f A sí s ojos u s e u q s lo o n r a t n o ac ver n e d e u p uí su s e d s o veían; aq n algu e d s o l p e je m paisa je s. ero n u f e s o Cua n d y los niños os m i d u p s niña osa r b a s a l pr obar chía a g ua de ón. i g e r a l de mosa r e h é u ¡Q Su ! a l i h c a a es Z á en t s e e r b n om fica i n g i s y z apoteco de a j o h a g “Lar ”. verdolaga
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se a r d pie e la d a o j r o i a El r a r贸 p a p a e b r a p alist lcane s: as t o b o a V m 贸 su s i n o l co to as, d , r s e a t u a le sc u m s n s , o a c t su s i e n fu pi de al igo y se de la r su ab al nor te . El o a c b a m x u a r O e n铆a d e t d a a ciud de pie dr a una er铆 s ojo e u e, l q b o a l r cla g ua i y n i u s. a m a i r c u n t e n ri e xpe a de ave llen
de a í u lg e e n n o e c i t a ch ue e q h ( a n zi os ab t t n s a l e é m s u n ta e z i o n c t c a u , c a L ol a) Tz v ñ o a s t o m n l s o i e d a alpin re de m c ía o b b a b a h l va us n om en a s l s o e a r l nt si íam e te r s n a o a e r í t s m m n e a po pl e irí a de r o m b i d s u a c s i o s es rm m d o o a f í as ar y f or m e n c o nt r as s e n o e n s jo a o m o e r o p st e u N ba as. a r t s u t e l a dra e i to p s i l de , do a el m s y a i s o u rn e e nt d a s. u e c j l a e s ai n p o c s o n s e ié tamb se ent re ar r i p s in a r a p lápiz
Entonc e s Haydee le e xplicó que ahí no había volcane s, que sólo era el nombre de la colonia. Poco a poco el ojo d e pie dra de sató sus botas de alpinis ta, se puso unos z apatos cómod os, guardó en su maleta los lib ros y se alistó para visitar a su s nuevos amigos, que lo e speraban con ansias.
cita Cabizba jos llegamos a la en la colonia Volcane s. LlovĂa ligero.
Cuando entramos a la casa de una señora nos inundó un calorcito que hizo que se nos sas olvidara el f río. Las me e staban dispue stas y los a llegar n ro a z e p m e s a iñ n y os niñ poco a poco.
Entonces el ojo de piedra empez贸 a saltar de un lado para otro; el calor aumentaba con cada ni帽o que llegaba, con cada sonrisa aumentaba la temperatura del lugar.
El ojo de piedra saltó y saltó con todos los niños y terminaron platicando juntos todas las aventuras. La historia de Max corría como un gran río de lava.
El ojo de piedra estaba maravillado, y aunque primero pensó que escalaría volcanes, para su sorpresa después de nuestro taller con los niños le creció un volcán entre las pestañas que era de tal tamaño que quería llorar pero no podía, así que mejor se puso a contar para aminorar el tamaño de su lagrimal.
e d l a r t n e C o t s a Ab
a c a Oax
—¡Lleve su gallina! —¿Gallina?, ¿pues dónde estamos?—dijo el ojo de piedra. —¡Lleve sus calabacitas! —¡Barato, incienso para la limpia! —¿Para la limpia? —se preguntó el ojo—.
os m a l eg L al — dijo s a rn e jó — i a p b an y us a s b r e a e i s r l j a t Char teca via ndió t r encon as blio se e sco niños se mient r i b la a s, s n o e i l L a m o o. tr R d su n i e . c a c o o b r n s ara ne s mb tio sco p o a e e h p d r s p u o o de s e mund no de lo danz a on cart u es de sado c n r a e í e ñ v vi do pa o n r a m p . g o ju la c ario im na lona n yu la e sce ó t i o. n gr o f — gá ! e n o m r ga el e d l l s é a —¡Y a a t rav ad g r a enc
Todos los niños corrieron a El Balcón, que es como se llama el proyecto dedicado al público infantil en la Central de Abasto de Oaxaca.
El ojo de Max se emocionó tanto con los gritos de los niños que se salió de las páginas del libro y mientras ellos
escuchaban las aventuras, el ojo fue dejando una fotografía en cada una de sus manos para que lo recordaran, como una huella de su presencia y sus travesuras.
Los ni単os y ni単as, que captaron muy bien el mensaje, no dudaron ni un poco y comenzaron a explorar por todas partes: miraron las frutas, verduras, dulces y a sus compa単eros, algunos hasta se vieron los calzones. Saciaron tanto su curiosidad que sus pobres ojos quedaron agotados con tanto movimiento.
Cuando quisieron contar lo que vieron, había sido tanto que no sabían ni por dónde empezar, y una vez que comenzaron a dibujar sus historias algunos no podían parar, porque eran tantas estampas que no sabían qué hacer con todas esas imágenes.
Después nos enteramos que esos niños son unos especialistas en álbumes y sus ojos están bastante adiestrados en el campo de la observación traviesa, así que se pusieron a mirar todo desde su balcón.
s o l a i n o l o C s e l e g テ] Oaxaca
No sabíamos cómo llegar, nuestro ojo viajaba en la parte superior del auto. La idea era que nos guiara por el camino pero la realidad es que él también estaba perdido y no alcanzaba a ver nada. Entonces, en medio de la terracería, apareció una niña de la mano de su mamá y le señaló al ojo dónde estaban esperándonos los niños, y hacia allá nos dirigimos, sobre un camino elevado y en medio de árboles, parecía como si hubiésemos entrado al bosque,
pero en realidad estĂĄbamos en las afueras de la ciudad. La Biblioteca MĂłvil estaba estacionada en las canchas de futbol de la colonia, sus lectores llamaron a otros lectores y finalmente todos unimos esfuerzos para convocar a otros pequeĂąos lectores.
Esta vez el ojo de piedra estaba tan cansado por el trayecto que se qued贸 dormido. As铆 que Charlie comenz贸 a contar la historia sobre las aventuras de Max y su ojo.
y
te n a t r po m i s E da a c e qu ro b r i i l c e e d e st a t n cue an l r é t n e e u u vez q ellos enc que ir r , s s b e o u n ñ c i o de s os n ilust raci l o a m co s s e ña a l s E n . n e e sto lo s i a v er. v l l s e o a u t n m de s r cosas s no había o en cada e v as r o ñ b r i a l t t o l n s ra e o a no p m e t s e n e la qu m n í a s a v su a b e a , n t r e s nu e e c s de as r lo r h a a i c niñ t u n a g y a l c s y e d s ña las o i z j n u o a l s s e a a a l Frent das con l ando a su riosidad, dieron a l c a u n cu i e ue d s f e a m l l y i u a s il e e o nt e sm od m e d o n r i c u f r i , m q a e a l c n e d e l n s eg u ay ie s re oe H v o j u o p n t o r n u oc ay eta t n d lu g a n i o n a c r u l o a j p l on uj r, e c b a s d i n e d i o d d se la ra c am r o e e r i d t t o tarea s en una icado al n e cíclop un comu r envia
c
s e r e l l Ta arios t i n u m o
de Zegache A. C.
El ojo de e pie dra se pue d de scribir como alguien lleno e de u p e u q lo r o p , de e xperiencia asta h y s o n a j le s e andar en lugar grosos. li e p o t n a t n u te geogrรกficamen
o la d a t n o c abía h a y s, o é t v n e e r m l o a em oy t h s c e e r a e r d a P la l a r e x v a a M b de usta g e l a historia í v ltos a u d o d t a o y g s r o a sin emb pre sa de los niñ chaban la sor que e scu ia. cara de histor
che a g e Z a os m a g e l l o los e d s Cua n d o n u alg e staban que r e l l a t del s e t n a r su s a integ o d a c os vo m n a o c c a s n a í ente ha b m a d i , p s á a R ñ i . n s a s j a i l hijos e h oteca via jera y los n o r i a l r b r i a ga la b , d a d i c o ros. el b v i l a s h o c r u e prim con m
En esta comunidad los niños y niñas disfrutaron tanto la biblioteca viajera que fue un placer observar cómo leían y compartían los libros. Después de 40 minutos de lectura, tuvimos que suspenderla para poder comenzar con la historia. La historia del ojo de Max los atrapó, pero la duda que surgió fue: “¿cómo un ojo puede salirse de su cuerpo?”
Así que entre la dinámica, la historia y el movimiento descubrieron la forma en que su ojo de piedra podía ser una extensión de ellos para ir y descubrir el lugar. El ojo de piedra conoció aquí a un amigo con capacidades diferentes a los otros: el ojo zombie.
y o r d e P Sa n o l b a P Sa n
A y u tl a M ixe
es b u n Las as d a s n ca n a b e sta gar, y e se er ar c a c o t r n a de ta ieron de j sobre cid Ăan e a r d t o ra sĂĄbad agua que ca. Eso e a l x e a el a O d n e e to ba dd a a sĂ r d a e u p i , s c a e la s er r o i n s e a l os, t n lo qu umbo a e t con r y o la n s i e o r m d b a a o c r op ss r a a v ia i c t a a e h t u c q bo pe x m e u r s a con l tomamos ra mixe. , a ier d s e r a l ve la: t u y A
El ojo de piedra parecía que lloraba, pero no era así, era por el camino húmedo, la llovizna, los baches con agua y la emoción acumulada.
El trayecto fue lindo gracias a la charla de Flor, nuestra querida guía, y al agua que nutría la sierra durante el camino. La niebla nos abrazaba como premonición del cariño que esta tierra guarda, dijo el ojo en su conversación poética. Ya era de noche cuando llegamos a la casa del maestro Nico. “El frío no se siente cuando las personas de corazón grande te acogen con la humildad del anfitrión” , continuó el ojo.
de a h c e h sa a c a s o río n rm u e h y a , n ulló tó U r n r e a l a s c o os rn os n a a do b e n a c o n se r m a l b e la ni b , a r ñ e o c s e en an que o m í a r f l A e d h e. te e u q i os p n e sa noc n r u o j n e o óc em t u r q e p r í s s e e a n d e , t o d a r r pa quie , r z i a n e u i p y se sa el e e d u q a s o ra l amo a n i p m a í a g c en en er e t n e i aba. m i la sufic x o r ap
os m a c r ce Nos a l Cent ro a s, y o r t s a ae de m os que er u z ar se r r a uk i m c y i g t a l a r a t l e n E co . a dv a do a o c t r n n o e e d e v a l m c b y r i e s e ra po p m n m su s día d i m u o s c n E e a l hí. o, e i a d ara b p r o m o i s a p c e i c l er e as v d bul í ñ v a l a t e d s n o lo on e m o con d s m n a l a a l os e pr m d i m s o era a u c lin isp os b d r e a s n j o á de p . Ent re la l ayu k, n llegada de nidos rente y e s para la hachos. f c o u m s de en preparar n lo a
En el salĂłn del Centro de maestros, las niĂąas y niĂąos entraron un poco nerviosos, observando con curiosidad a los visitantes. La biblioteca viajera fue un aliciente para que se acercaran poco a poco.
La magia de los libros en las manos de los niĂąos fue apareciendo y los rostros serios se fueron transformando en ojos de sorpresa; de pronto el concierto empezĂł... Entonces comenzaron a intercambiar libros y a reĂr, la biblioteca viajera sonreĂa mostrando sus mejores textos, y aunque hicieron falta otros libros, tomamos nota para comprarlos e integrarlos en el acervo.
Llegó la hora de que el ojo submari no hiciera su aparición, así que el ojo de pie dra rodó por la imagi nación de cada uno niños y niña de los s d e e s e lu g ar, que emp a de scubrir e z aro n el via je y la mirada aten Max, con su ta de ojo saltarín. Luego Hayde puso a baila e los r con su ojo en la f rente corazón y en , e n el su e spíritu.
odía p o n a r d e i o de p j o o r t s e u ciosas N e r p s a l r a bser v que o de jar de o e r c ( r a g s e lu e e d s a ñ a t en s a mo n d a c r a m tiene s a l a í v a d ver to n e d e u p í u ; aq r, a g sus pupilas) u l e s e e pas d m a t s e s a n an d n algu e r p m o c os para que n s que o m i c e d o d c ua n s la sier ra e a. una bellez
Bi b l i o t e c a infa ntil La
Ca c i c a
a l u l o c s o p e T
El ojo de piedra tomó su bufanda, sus gafas de sol y nos dispusimos a tomar el camino que nos llevaría a la mixteca. Mientras recorríamos el trayecto recitaba sus versos:
“El camino es ligero cuando el corazón está contento”. El calor se fue de vacaciones ese mediodía. El frío es un pretexto para buscar la calidez de la sonrisa de la mixteca.
Los montes fueron cambiando de color según nos acercábamos, como un collage de papel picado que promete una fiesta. La subida fue amable, y conforme subíamos se sentía más de frío. La Calera nos señaló el camino a Teposcolula. El ojo de piedra sentía el llamado de sus raíces. Llegamos a la Biblioteca BS la Cacica y el ojo de piedra saltó de gusto, acarició las paredes de esa biblioteca de piedra y se quedó quieto, conversando con ellas. La conversación entre piedras es silenciosa y profunda.
Los niños esperaban pacientemente el final de su charla. Cuando por fin terminó, el ojo de piedra saltó de silla en silla y les platicó a los niños sobre sus aventuras submarinas y de su encuentro arácnido en el libro. Los niños, acostumbrados al parloteo del ojo de piedra lo escucharon atentos y emocionados porque escucharon cómo una piedra puede caerse y no romperse y supieron que las piedras también tienen sus visiones o sueños, por eso son tan duras y aguantan tanto la intemperie.
El frío ya se sentía a esa hora de la tarde, sin embargo no impidió que sudáramos durante la búsqueda de nuevas aventuras. Las niñas y los niños estaban ansiosos de seguir su camino, así que fueron a buscar su propio ojo para empezar un recorrido pétreo por la biblioteca. Por fin el ojo, cansado de tantas emociones, se despidió de cada uno de los niños deseándoles una navegación tranquila de regreso a casa, después de que habían visitado algunos lugares como los que mostramos a continuación.
a i n o l o C o r e r r e u G e t n e c i V
a l i h c Zaa
Vicente Guerrero es una de las colonias favoritas del ojo de piedra, porque se encuentra en los límites de la ciudad y cerca del basurero. ¿Por qué le gusta? No lo sabemos, quizás porque a veces entre la basura habitan muchas piedras.
Se puso el impermeable, porque era tarde y ya estaba lloviendo. Los niĂąos nos esperaban en las canchas, donde al mismo tiempo ensayaban el grupo de baile folklĂłrico, la banda de mĂşsica y el equipo de basquetbol.
En un cachito de esa cancha techada con láminas, para nuestra suerte, estaban dos mesas con niños esperando a que llegáramos. Así que sacamos la biblioteca viajera llena de libros de poesía infantil y comenzamos el taller.
Los niños recrearon sus oídos con la banda de música, y sus ojos tuvieron muchas cosas que curiosear en medio de todos esos colores; a veces cuando todo confluye en el mismo espacio, lejos de ser una desventaja, es una ventaja.
Aprendemos mรกs de los otros si nos acercamos, como sucede con los hermanos: el hermano mayor le ayuda al chico y el chico le ayuda al grande.
Al ver esto el ojo pensó para sí: “Moby Dick defendía a las ballenas más pequeñas y las más pequeñas lo querían. Es parte de una ley natural, hasta la literatura habla sobre eso”.
Este tam del la e muc conv los n
e d a l l i V m a p รก l u z a m Ta
d e l P ro g re s o
Hacia frío cuando dejamos la Cacica, ya teníamos los suéteres puestos pero aún así seguíamos teniendo frío, así que sacamos la cobija y tomamos la carretera rumbo a Tamazulapan.
El ojo de piedra estaba tan cansado que cuando llegamos al hotel en Tamazulapan apenas tocó la cama y cayó como piedra. (sonrisas) ¡Literalmente roncó inmediatamente después de caer sobre la cama! Lo tapamos pero antes le quitamos su bufanda para que no se asfixiara mientras dormía.
Al día siguiente estábamos descansados y frescos en la casa de cultura de Tamazulapan, una construcción hecha de piedra con tonalidades rojas y verdes, donde ya estaban listas las mesas, con la biblioteca viajera sobre ellas y los libros listos para recibir a los ojos que llegarían a verlos.
El ojo de piedra subió a las escaleras en su papel de superhéroe, tal como hace cuando espera a los niños que van llegando al taller. Estaba parado, esperando..., esperando, pero al voltear a ver la piedra, las escaleras, los arcos... Tamazulapan es tan poético que hizo algunos versos.
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a i c n a t s E F I D l e d l i t fan
O a xa c a d e Juรกrez
El ojo de piedra no pudo dormir ese día porque teníamos una cita con los niños de la estancia del DIF. El sol nos despertó amablemente a los Comelibros, pero el ojo de piedra ya estaba en la puerta con todo listo para ir, por lo que el desayuno fue frugal.
Al llegar a la estancia, el sol parecía que brillaba aún más. Los niños ya estaban en su biblioteca, esperándonos, y nos dimos cuenta de por qué el ojo de piedra estaba tan entusiasmado. Nos encontramos con cuarenta ojos enormes, que nos veían con curiosidad y escucharon con atención las aventuras del ojo de Max.
El ojo de piedra solo tuvo que pesta単ear dos veces para que todos los ojos empezaran a quererse y a platicar como amigos que no se han visto desde hace tiempo, y como es de esperar en estas situaciones los abrazos no se hicieron esperar.
en n o r s a l nta e e s nt se e s m o a il iñ ría u n e q u s n q o t ra ie dra sl o s n d a o o l r p T e r oy po de s y o o j o d o l a n círcu ras que tusiasm ar nos e n tu ev a, E l i n l c . e s n v n a le ta ro r s i e e i t r d i la c os pa com uras, de or toda n en oj a p t aven e dición sf ormab lgunas a n xp a y e on r s t o a r n e e a u qu s s os pá j a s r a t d mien posa, oj carca ja do. i mar simple s r van to se n b e o s niña las que
Terminamos la reuni贸n. El ojo de piedra no quiso irse y les regal贸 a los ni帽os el libro, y desde entonces Max se qued贸 a vivir en la estancia con sus nuevos amigos.
Ojo de Piedra Memoria del Taller de acercamiento a la poesĂa en comunidades del estado de Oaxaca, se terminĂł de imprimir en Enero de 2016 en los talleres de... en Oaxaca de JuĂĄrez. Se imprimieron 100 ejemplares.