Maíz quebrado, antología de minificción queretana

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MAÍZ QUEBRADO antología de minificción queretana

Coleccion Obsesivos 4


Maíz quebrado, antología de minificción queretana Primera edición, diciembre de 2020 © Juan Núñez, Mireya Hernández Soto, Armando Gómez Rivas, Luna Rivera Granados, Christian Piedra Berchelt, Camelia García Robles, Julián Leal García, Dandara, Isaí Gaitán, Angie Ocampo, Daniel Zetina, autores edición no venal

Este libro fue desarrollado por infinita, para su promoción, no puede reproducirse sin autorización del editor


Presentación

Dice el investigador mexicano Lauro Zavala, en su libro Paseos por el cuento mexicano contemporáneo, que “La minificción es la narrativa literaria de extensión mínima, que generalmente no rebasa el espacio de una página impresa. Este género de la escritura, por su extrema brevedad, suele ser marcadamente experimental y lúdico”. La minificción también es un juego lingüístico, una prosa metafórica, un género sintético y una lista más extensa de cualidades. En las últimas décadas, se escribe y se lee minificción más que nunca, en diferentes países, pero sobre todo en Latinoamérica, en especial en México. Maíz quebrado, antología de minificción queretana es varias cosas a la vez. En primer lugar, es una compilación de diferentes autores, pero también es una apuesta por reflexionar acerca de la identidad queretana en la actualidad. Los autores fueron convocados en las redes sociales, de forma libre y abierta. Todos ellos participaron en el Taller de Minificción, donde practicaron sus dotes literarias, bajo la guía del escritor Daniel Zetina, pero sobre todo escribieron con base en sus propias ideas sobre Querétaro y sus particularidades como ciudad y como cultura.

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Este libro es resultado del proyecto homónimo, propuesto a la Secretaría de Cultura de Querétaro, mediante el Programa Apoyarte 2, a finales de 2020, en plena pandemia por el Covid. La convocatoria se publicó en septiembre y se promovió a distancia (por correo, por teléfono, por redes sociales) en los 18 municipios del estado, a través de sus áreas de cultura, juventud, educación u otras instancias. El Taller funcionó en noviembre. En total, participaron los 10 autores aquí incluidos, que representan a los municipios de Corregidora ( Julián), Landa de Matamoros (Camelia), El Marqués (Armando y Luna), Querétaro (Christian, Juan y Mireya), San Juan del Río (Isaí) y Tequisquiapan (Dandara y Angie). Se hubiera querido incluir a más participantes, pero es comprensible que, debido a las restricciones sanitarias y a las condiciones adversas que muchas personas atraviesan, no se haya logrado tener una mejor respuesta, a pesar de la difusión hecha. Queda, pues, esta antología Maíz quebrado, como una muestra de la literatura actual que se hace en el estado de Querétaro, por autores interesados en la brevedad, así como en la identidad local. El lector, como siempre, tiene la última palabra sobre la calidad y la relevancia de estas casi cien pequeñas historias, muchas gracias.

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“En breve: la minificción es un género nuevo que dice mucho en muy pocas palabras” Ricardo Stock

“Para mí, escribir no es una cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia” Paul Auster


aclaración gramatical En noviembre de 2010, en el marco de la fil de Guadalajara, la Asociación de Academias de la Lengua Española decidió algunos cambios en la gramática del español que usamos. Entre ellos, se eliminaron los acentos diacríticos de los pronombres demostrativos (esta, aquellas...) y se eliminó el diacrítico en el adverbio solo. Pese a la polémica que ha habido durante estos años, dichos cambios fueron respetados en este libro.


MAÍZ QUEBRADO antología de minificción queretana



Juan Núñez

Nací en las inmediaciones del norte de la ciudad de Querétaro. Desde pequeño he plasmado mis pensamientos usando la literatura. Actualmente cuento con diez novelas cortas autopublicadas y también persisten en mí las ganas de seguir obteniendo conocimiento. Que estas minificciones sirvan para constatarlo.

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Que lo llamen como su lengua se los permita Mi amigo ruso me pregunta que si vivo en la Ciudad de México. Mi amigo alemán me pregunta que si vivo en Guadalajara. Mi amiga estadounidense me pregunta que si vivo en Monterrey. Todos ellos me preguntan si vivo en las grandes ciudades: las importantes, adonde van los negocios y las estrellas. Cuando les digo que sí, que sí vivo en una gran ciudad e importante, se desconciertan. —¿Querretaro? ¿Queetaro? ¿Que´tarou? —dicen ellos. Y yo les digo que sí, que la llamen como su lengua les permita, porque cada quien habla de la grandeza como puede.

De poniente Nací en la tierra de las pitahayas. La de la lluvia en la mañana y el calor por la tarde. La de las noches difuminadas con ladridos de perros. Nací en la tierra de las gorditas que son más grandes que mi cabeza. Nací en una tierra a la que todos vienen, ya sea de paso, a quedarse o a quejarse. Pero sí, nací en una tierra semidesértica. No somos como el norte, tampoco como el sur. No tenemos estrellas sobre nuestro escudo, pero sí soy de la tierra donde se ve un poniente que pareciera reflejar el color de una rosa de bengala.

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Las luces de esta ciudad Soy de la idea de que los superhéroes nacen en lugares distantes; con grandes edificios, otra economía y otras lenguas, pero cuando al amanecer de un día de junio de 2008 vi en los cielos a Susana, resplandeciendo y defendiendo la ciudad, supe entonces que los superhéroes nacen donde uno escribe de ellos, aunque sean solo las luces de esta ciudad.

Soy todos contra las noches Soy mi padre cuando sale a diario a trabajar. Soy mi madre cuando lidia con sus dolores. Soy los artistas que no miran. Soy los abnegados, los que no respetan el estatus y las normas. Soy los que pelean día con día contra la noche.

En donde escribo estas historias Me gustaría contarte que mis lugares favoritos de Querétaro son Los Arcos. O la Plaza de Armas. O el jardín Zenea. O el Teatro de la República. O el Jardín Guerrero. Me gustaría contarte que son sus cafeterías, desde Tecnológico hasta el Templo de la Cruz. O me gustaría incluso decirte que son los bares cerca de la universidad. Pero no, mi lugares favoritos siempre serán la cocina en donde preparo la cena al lado de mamá; la cochera donde reparo el auto al lado de papá; la sala donde veo series al lado de mis sobrinos; y finalmente mi cuarto, donde escribo estas historias. 14


Amor queretano Hablar de Querétaro no solo es hablar de sus monumentos, de su Peña y de su Sierra. Hablar de Querétaro es hablar de su gente, de sus artistas y de su comida. Hablar de Querétaro es hablar de una tierra que se erige justo en el centro de una nación, y que se duerme amurallada por cerros de poca vegetación. Hablar de Querétaro es, en muchos sentidos, hablar de amor.

Aquí En Querétaro nunca se reza, pero se va a misa. Nunca se defiende, pero se grita. Nunca se van, pero se quejan.

Por siempre Mi comida favorita en Querétaro, está donde se encuentre mi madre.

Tú Suertudo, vives en Querétaro. Suertudo, no has muerto en Querétaro. Suertudo, no te enteras de la verdad de Querétaro. Suertudo, Querétaro. Suertudo.

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Mi tierra es de paso Que si vos, que si tú, que si ti. Que si mae, que si wey, que si chero. Que si chifrijo, que si tacos, que si pupusa. Que si el chibcha, que si el náhuatl, que si el pipil. Que sí, que se vengan todos los que quieran, con sus lenguas, comidas y costumbres. Al final de cuentas, mi tierra es de paso. Aquí llegan y se van: a veces vivos, otras veces muertos.

Semejanzas Los gallos son muy parecidos a la ciudad que representan. Siempre están presentes, pero no opinan. Les gusta la fiesta, pero no bailan. Aman lo extranjero, pero se voltean con el nativo.

Doña Josefa La señora representa todo. Tiene un auditorio, tiene una calle, tiene un teatro, tiene una colonia, tiene un municipio, pero, aun así, lo que más tiene es el olvido de su propia gente.

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Cerrado para comer Una vez entré a trabajar a una tienda de ropa. El que era mi gerente me contó que venía de todos los estados de la República. Que había vivido en todos y cada uno de ellos, pero que nunca, nunca, nunca había practicado el “cerrado para comer”. Yo le dije que eso era muy de acá y que estaba chido. Él me dijo que lo odiaba por completo, no podía concebir que alguien cerrara para comer. Ya entrados a la plática, le pregunté que por qué, entonces, en esa tienda sí lo practicábamos. Y él me dijo que le molestaba mucho cerrar, pero que amaba comer.

De a tacos y de a montones Algo que sí se puede reconocer de la ciudad, es que hay tacos por todos lados. Están los del señor del Boulevard de las Américas. Luego, los de la Avenida 5. Los de la Avenida 27. Están hacia abajo los de Pasteur, los de Corregidora. También están La Guelaguetza, El Pata, Los de la 57… Y luego están los del centro. Los buenos, lindos y baratos. A mí me gustan los Tucson, que están en Ezequiel Montes, pero muchas veces solo como de los que están atrás de la Comercial de Zaragoza, de los de a dos pesos. Y es que en la ciudad el problema no son los tacos, porque hay un chingo. Ni el antojo para ir por unos cada noche. El problema, amigos míos, tristemente, solo es el dinero, que no hay tanto para el antojo que siempre traigo. 17


Caro y barato —Y… ¿Querétaro es caro o barato? —Depende… —¿De qué depende? —Del color que te veas.

Visto desde el Aleph Borges quedó tan encantado con el cielo queretano que escribió sobre él en El Aleph. Todo bien ahí, pero, ¿y los queretanos?, ¿cuándo escribirán de su cielo en sus Alephs?

Sobre gobiernos Dicen que en Querétaro se hacen conspiraciones, se firman constituciones y se fusilan emperadores, pero yo nunca he visto que se junte la gente, que se cumpla la ley y que fusile a nadie.

Cambio de nombre Conín se cambió el nombre para salvar a su pueblo. Ahora su pueblo se cambia el nombre para salvar su estatus.

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Reciprocidad Los garambullos no necesitan de mucha agua ni de mucha tierra y yo creo que por eso mismo los queretanos ni los cuidan ni los conocen.

¿Decirle a Querétaro provincia es ofensivo? Bajo las estrictas reglas de la Real Academia Española, una provincia pertenece a la división de un estado. Entonces, eso es como decir que Querétaro es una división de la Ciudad de México. Eso último no ofende. Lo que sí ofende es que parece ser cierto.

En la Peña de Bernal Únicamente aquellos que logran subir la Peña de Bernal, con cinco micheladas encima y su gordita en mano, podrán ver los ovnis en la cima.

Cada año Al Cerro del Sangremal van todos los años los concheros, pero la gente va a verlos con su sangre mal y su conocimiento mal y su actitud mal.

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Una colonia popular Ya soy lo suficientemente grande como para comenzar a creer que sí existe la colonia Menchaca.

Libros per cápita Si no es en El Alquimista, entonces te vas al CCC, si no al Diván, si no al Laberinto, si no a La Pessoa, si no al Fondo, si no a las de usados, si no cada cafetería tiene libros en venta. Si no encuentras libros, es que tienes mucha mala suerte, porque el centro de Querétaro está lleno de librerías: ahora solo nos falta encontrar a alguien que quiera leerlos.

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Mireya Hernández Soto

Nací el 9 de febrero de 1991 en la ciudad de Querétaro, actualmente radico en la delegación Santa Rosa Jáuregui. Además de escribir, soy Licenciada en Psicología Organizacional.

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De vuelta Regresamos de vacaciones y Rodolfo por poco y nos mata por venir escuchando el partido de los Gallos. Soltó el volante mientras gritaba “goool”. Casi se me sale el corazón del pecho y también los dos tacos de carnitas que almorzamos. De pronto me volvió el alma al cuerpo cuando vi el imponente monumento de Conín dándonos la bienvenida a casa.

Alegría La garbanza con limón, chilito y sal siempre traerá a mi memoria aquellas tardes de noviembre cuando corría al encuentro de los señores que venían del campo a deleitarnos con ese exquisito manjar. Los años han pasado y aunque lejos me encuentre de mi tierra es algo que llevo muy dentro de mí y que no olvida mi paladar.

Encuentro Mi padre me susurra al oído que me extraña y mi piel se eriza, sus labios dibujan una pequeña sonrisa que llena mi pecho de emoción. Pasa de media noche y llega la hora de despedirnos. Mi madre impaciente me espera en el auto mientras me grita que no son horas visitar el Panteón Municipal. 23


Ensoñación A medio día es imposible ignorarlas, mis tripas rugen con tal intensidad que siento que mi estómago en cualquier momento va a estallar. Me están pidiendo una suculenta gordita de migajas con salsa de molcajete, puede ser que alcance nopales y cebollitas para acompañar y, claro, un juguito de mango no puede faltar. En eso estoy cuando mi jefa me despierta con un grito espantoso: “Javier, paraste la máquina otra vez, reinicia el proceso nuevamente”. Vaya suerte la mía, por lo visto es otro día sin salir a almorzar.

Recorrido Nos encontramos de nuevo aquella fresca mañana de otoño en ese pintoresco pueblo llamado Pinal de Amoles, donde nos dimos nuestro primer beso y al que tantas veces regresé cargada de nostalgia. Es mi lugar favorito de Querétaro, el pueblo que se ve envuelto en un mar de neblina y desaparece. Ese lugar mágico, rodeado de arboles y ríos que me acompaña en mis sueños. Me despido de él, de lo único queda de su cuerpo y de su alma, esa triste cruz sobre la carretera. Mi amor…

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Destino Me niego rotundamente a engordar, es más, mañana inicio una huelga de hambre. Sé bien a dónde voy a parar… en un mes será el tradicional Festival de las Carnitas en Santa Rosa Jáuregui. Los escucho todo el día murmurar sobre lo maravilloso que va a ser este año. Mi suculenta carne acompañada de pico de gallo y salsa roja… pensándolo bien, no suena nada mal. Javier está de acuerdo en ayudarme y meter al cazo las pocas o muchas carnitas que me quedan pegadas a los huesos entonces. Será la mejor fiesta de sabor en décadas.

Expansión Enrique regresó después de veinte años a la noble y leal ciudad de Querétaro, en sus manos cargaba una maleta vacía la misma con la que se marchó. En el autobús que lo llevaría a casa se percató de que al norte los campos despoblados se llenaron de enormes centros comerciales con letreros luminosos. Se maravilló porque donde antes de irse no veía nada ahora había prosperidad. Con las manos en los bolsillos vacíos bajó del autobús, dos lágrimas rodaron por sus mejillas.

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Paisaje En mi último viaje a la ciudad de Querétaro atravesé la Alameda para llegar al centro, quedé maravillado con sus hermosos arboles que movían sus hojas al ritmo del viento. Me senté en una de sus tantas bancas a observar el ir y venir de familias que disfrutaban de la tarde o a aquellas parejas que felices se comían a besos. Me levanté rápidamente y continúe mi camino presa de mi desdicha, sacudí mi saco y me apresuré para llegar a mi cita, en menos de una hora estaría firmando mi divorcio.

Incertidumbre Aquella tarde decidí ir al Cerro de las Campanas a comprobar si es cierto como dicen que al golpear las piedras que ahí se encuentran se escucha como si fueran una campana. Lancé tremenda patada a una piedra en la ladera del Cerro que lo único que logré escuchar fueron mis gritos de dolor. Eso me pasa por dudar de la historia de mi hermoso Querétaro.

Raíces Nací con dos enormes alas teñidas de un hermoso color naranja, que a lo largo de mi vida han impresionado a todo aquel que me conoce. No he querido volar y no es que ten26


ga miedo, pero también amo mis raíces que son queretanas, me aferro a esta tierra cálida y veo por encima de mí un cielo resplandeciente. Después de meditarlo un tiempo… quizás haga un viaje corto, abriré mis alas y luego, con el corazón lleno de dicha, regresaré a la tierra a la que pertenezco.

Asombro Estaba en un café del centro pasando la tarde, cuando escuché a joven mujer con lágrimas en los ojos decir a su acompañante lo siguiente: —El Marqués Juan Antonio de Urrutia y Arana por amor mandó construir el hermoso Acueducto de la ciudad de Querétaro… y Mario, que me juró amor eterno frente al altar, no es capaz de no salpicar la taza del baño.

Día de campo Nos levantamos muy temprano y tomamos la ruta 74, nos espera un día increíble en el Parque Bicentenario. Llevamos tortas y fruta picada. ¡Qué emoción sentimos al llegar! Corremos a la entrada y nos llevamos la mala noticia de que no abren los lunes, decidimos plantarnos en el estacionamiento a comer, nada podrá arruinar nuestro día especial.

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Cambios Cuando era niña y viajaba de Santa Rosa Jauregui al centro de Querétaro me parecía que hacía un viaje larguísimo. Paseo de la Republica no existía, solo había una larga carretera de dos carriles. Ahora las cosas son distintas. Al salir de pueblo, a solo diez minutos frente a mis ojos se alza una enorme plaza comercial. La modernidad nos alcanza, pero siempre extrañaré esa hermosa sensación de viajar hasta allá, a la lejana Ciudad.

Sobresalto Mi rostro pálido al ver sus labios teñidos de rojo, sus mejillas manchadas y sus ojos brillantes en la penumbra. Reconocí aquella silueta, era mi madre, que se abalanzaba sobre un canasto de garambullos. Poco a poco comprendí que aquellas manchas eran los rastros del dulce fruto. Desperté bañada en sudor, alterada y a mi mente vinieron las tardes cuando mi madre se sentaba en el patio a comer garambullos mientras reía con alegría. Después de aquel trágico accidente donde perdió la vida, esos dulces recuerdos se volvieron pesadillas.

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Armando Gómez Rivas

Nací en la Ciudad de México. Siempre me han gustado los animales y el arte: la fotografía, el cine, la literatura, la pintura y la danza de lejos, porque no soy bueno bailando. Al final, estudié música; de hecho, soy guitarrista y musicólogo (estudio sistemático de las músicas, por si te lo preguntabas). Trabajo en el Conservatorio Nacional de Música de la capital, aunque vivo entre Querétaro y Aguascalientes. Siempre disfruto viajar para narrar sobre las cosas nuevas que conozco o porque llamaron mi atención; otras veces me imagino cómo podría transformar el mundo. A pesar de que algunos colegas me reclaman, cada vez escribo menos sobre temas relacionados con la música.

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Conín Nada importó: cansancio, tráfico o el vértigo de la imprudencia vestida con camisa de cuadritos; la carretera me direccionaba hacia mi hogar dentro de una ciudad industrializada y confusa. Finalmente apareció tu silueta majestuosa entre parajes de hierbas aromáticas. En mi mente, el alumbrado de la modernidad se mezclaba con los rasgos otomíes de tu historia para dibujar un paisaje surrealista. Cada instante pensaba en la superstición de viajar el viernes 13 de marzo y esta idea me inquietaba hasta el punto de querer desgarrar mi piel. Pero al verte, me tranquilicé por el estoicismo con que te conduces. El autobús giró para tomar la rampa que nos dirigiría a la estación. Con el cambio de escenario esperaba que las construcciones se volvieran etéreas y así, todo habría sido un sueño yermo. Al llegar, un servicio de asistencia inmunológica se instalaba para retener nuestra unidad. El nerviosismo se apoderó de mi aliento; no pude reaccionar. El protocolo de sanidad me mantiene recluido junto a todos los demás viajeros. Las crónicas de la plaga resuenan tras los muros del enclaustramiento. Y yo, recuerdo que te vi: pétreo e impasible, proyectando un fuego fatuo mientras la vida se desintegraba.

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Invención núm. 1

A Ignacio Padilla Cuando atropellaron a Nacho las piedras dejaron de cantar; estoy seguro de que la noticia llegó una tarde lluviosa de otoño. Carolina y yo caminábamos por las calles estrechas del centro histórico y de súbito apareció el silencio. No se escuchó ni el ladrido lejano de los perros. Los caminos se transformaron en lodo espeso. De a poco, los pasos se volvieron torpes y descubrimos huellas de dos falanges. Al dar vuelta por la calle del templo de Santa Rosa sospechamos de las androides: muñecas autoparlantes con estabilizadores. De ahí, la anatomía de la pisada. Sin decir una palabra, nos concentramos en descifrar el acertijo. El rastro cambiaba con la ligereza de un trazo infantil. Las marcas, ahora, resultaban ser las pesuñas de un fósil milenario, una caracola marina o incluso un tablero de ajedrez que simulaba un ribazo. Resultó fantástico transitar por distintas eras geológicas. En el momento que la luz solar dio entrada al arrebol, las calles y las personas se tiñeron de sangre. La muerte del escritor se fusionó en una parvada que jugaba a formar imágenes poéticas.

El grito A las diez de la mañana doña Josefa Ortiz de Domínguez abordaría el tranvía turístico para huir, por última vez, de las calles de Corregidora. 32


Chucho “El roto” Mira, el asunto es bien simple, compras un artículo en Internet. Vamos a suponer… un miembro artificial. Para no sentirte mal, vas a la asistencia pública; no importa a cuál clínica, pero es importantísimo que sea una institución gubernamental. Ahí, le regalas el aparato a un necesitado y no le cobras nada; recuerda que es la manera de purificar tu alma. Sin perder el tiempo presumiendo tus andanzas, solicita el reembolso argumentando que el objeto no llegó. Si todo sale bien tendrás el dinero de vuelta en siete días y podrás hacer lo mismo de manera recurrente. El resultado final será que tendrás un ejército rehabilitado, incondicional y armado para resistir necesidades que además, no te habrá costado un quinto. El odio a las instituciones crecerá en ellos para fusionarse como una ideología devastadora. Esto es lo que te propongo para regenerar a la sociedad queretana a partir de Amazon.

Justicia Divina En mi pueblo echan cohetones pa’ celebrar a Santo Tomás; no importa que la festividad mayor sea El Carmen. La gente del pueblo dice que gracias al santito, que era tan bueno y tan generoso, don Sebastián volvió a caminar después que estuvo tullido meses. Una mula lo pateó el 21 de diciembre. Me acuerdo clarito porque era el día que le celebraban 33


a Santo Tomás. Lo tengo registrado aquí, en esta cabezota que puede escribir en español y pensar en otomí; era sábado y empezaban las vacaciones. Yo todavía era niño y le había preguntado a la maestra por qué no teníamos clases en diciembre antes de que se congelaran los caminos. Algo dijo de Diosito en las alturas y el niñito Jesús. La verdad no le puse nada de atención. Ya pasaron varios años y me sigo preguntando qué le festejan al santito. Si intelijo bien, el ruido del cohetón asustó al animalito y el santito causó el accidente que después quesque él mismo compuso. La verdad, a mí tampoco me gustaría que retumbara una explosión pa’ despertarme el día de mi santo. Creo que San Tomasito estaba más bien enojado y se desquitó. Entonces, le hemos estado celebramos a un santito rencoroso. Por eso, durante las fiestas del pueblo, evito salir, pa’ no juntarme con los animales.

El espectador No me gusta el futbol; lo digo con respeto para los fanáticos de cara pintada y rituales sabatinos. Creo además que el nombre “Gallos” es tan desafortunado como sus estadísticas deportivas. Sin embargo, mantengo la ilusión de que un equipo casi ganador que pueda consolidar nuevas tradiciones. En el Mundial del 86, el equipo de Alemania tuvo su cede en el estadio Corregidora de Querétaro. Un empate, un ganado y un perdido; omito nombres para no polemizar. 34


El hecho es que nuestro equipo huésped resultó subcampeón. El segundo lugar de Alemania se olvidó rápidamente, pero el auge de la cerveza artesanal permanece y presumo que se debe conceder a seguidores teutones. Treinta y cinco años después aquel tablero de césped facilita su zona de estacionamiento para un amplio y funcional parque para perros, acto que apoyo de forma incondicional. Con pequeños cambios de estrategia y belleza, el juego cánido se dirige a la misma finalidad: acaparar la pelotita para hacer renegar al contrincante. Pero ahora, ese lance audaz, mientras el oponente muerde el polvo, solo se equipara con el sonido embotellado en el cristal que grita al unísono: “¡Salud!”

El Bar “En una bella prosa modernista, el poeta queretano Alberto Leduc escribía: en qué clase social existe hoy la mujer que, después de celestiales horas de amor se da cuenta que un nuevo ser está próximo a la existencia. Después se pregunta, sin retórica: ¿Por qué la sociedad cree que el hijo ilegítimo es un obstáculo que se debe suprimir? ¿se inclinará la balanza hacia la felicidad o hacia la moral? ¿ganará la mojigatería social o el beso húmedo del amante?” —Te juro que esto que te estoy leyendo lo dijeron en la conferencia del exconvento de San José, el antro de las Capuchinas, pero eso no es lo cabrón. 35


—¿La conclusión? —No, espérate. Había una instalación de feminicidios: un hilo lleno de sangre que estaba amarrado a través de la capilla y eran pedazos de sutura de los cadáveres; muertes violentas. —¡No mames! ¿En serio? —Sí, güey. Luego el don dijo: “Una señal de la época deplorable en que vivimos, es que este delito es común entre adinerados e intelectuales, aunque también se da entre sencillos y miserables”. Clarito vi cómo el tipo de seguridad de presidencia cortó el hilo. De ahí en adelante solo reinó el caos.

Hércules enamorado Tus ojos negros brillan más que todas estas máquinas de centrifugado que fermentan lúpulo al vacío. La palidez de tus facciones contrasta con la sonrisa roja. Tu enagua colorida se nubla ante mis ojos. Si reflexiono sobre algo tan superficial como la ropa es porque en ti resulta un complemento inseparable. Estoy haciendo un esfuerzo mitológico para no cortar tus trenzas. Pero no estoy triste, amada Lele, sigo en la contemplación para tomar otra cerveza y así, aceptar que me encuentro solo y tú nada más eres mi muñequita artesanal.

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Correspondencia Estimado Daniel: Me pides que escriba sobre los ovnis en la Peña de Bernal pero tengo dos inconvenientes: nunca he visto un ovni y no imagino a quién podría interesarle una percepción incrédula. Pensé en huir del compromiso así nada más, sin ninguna explicación. Luego recordé a Felipe, un colega queretano que, como buen músico, toca con el mismo prodigo que consume alcohol. El caso es que Felipe me platicó de las estrellas perladas que florecen en las biznagas y de cómo se transforman en deliciosos garambullos. Aquí es donde se pone interesante el asunto pues, según él, “si comes esas canicas guindas te curas la diabetes y el cáncer”. Todo esto, querido amigo, fue solo el preámbulo para una descripción pormenorizada de las luces que circunnavegan la bóveda celeste en el desierto queretano. Y viene el desenlace: la ingesta de garambullos garantiza la abducción. No malinterpretes, de verdad soy desconfiado pero, si lo que contó es cierto, ¿quién garantiza que la cura se da por los frutos del cactus y no por regresar del ovni como un ser diferente? ¿De verdad crees que esto puede ser una historia interesante? De ahí mi reticencia a escribir sobre un tema que conlleva tanta controversia. Sinceramente, Gorand Zasvom ps Felipe murió hace varios años de complicaciones asociadas con la diabetes.

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Querétaro 3000 En el cuarto milenio, los androides consolidaron la última integración para equipararse con total exactitud a los humanos. La carrera aeroespacial había apuntalado a la ciudad de Querétaro como un núcleo del desarrollo tecnológico. Para enaltecer la gloria económica del momento, las autoridades cibernéticas inauguraron un complejo recreativo que se ubicó a lo largo de la avenida Bernardo Quintana. Un parque poblado de coníferas, suspendido con energía magnética, se desplegó en donde alguna vez fue un desierto. Como elementos de nostalgia, se reprodujeron acueductos virtuales que alimentaron la metrópoli; templos de adoración; y calles empedradas que simulaban armadillos y cactáceas. Por última vez en la historia de Querétaro, los androides se uniformaron para acompañar a la raza humana a su extinción.

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Luna Rivera Granados

Nací en Coyotillos, El Marqués, Querétaro. Soy Licenciada en Administración. Soy asesor voluntario del INEA y empleada en la iniciativa privada. He participado en el Taller de Narrativa y Poesía [En línea] del Centro de Experimentación Literaria y publicado dos poemas, “Inicio la data” e “Inicio el alba” (Revista electrónica Lustra, 2020), y los artículos “Girltalk about the privilege of beauty in México” y “Three questions” (Revista electrónica e impresa Love GIRLS, 2017).

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Nacer en Querétaro En El Marqués, cuando una mujer da a luz, las calles se quedan en total silencio y quietecitas, quietecitas, por el miedo de las parteras de que nazca una princesa y no un varón, como todos quisieran, como el padre anhela, como el mundo espera.

Un marquesino y un colonense en la Alameda Una vida en la ciudad carece de una interacción con la naturaleza. Es por eso que en la Alameda, más allá de ver las copas de los árboles y respirar su aire, se puede ver un camellón de jacarandas y alcanfores, bancas y comerciantes ofreciendo flores para los enamorados, juguetes para los niños y dulces típicos. Lo sorprendente es que… en la dirección noroeste se encuentra una roca enorme, donde en las noches los transitantes observan pasar una sombra que se oculta en dicha ónix. En el día sirve como monumento del amor donde las parejas se juran amor. Colocar un listón en el árbol próximo es contraer matrimonio. Algunos habitantes afirman que las sombras que se ven pasar en la noche son los enamorados en duelo que su promesa deshicieron. Este espacio es un oleaje de amores y un recinto familiar, donde las estaciones del año traen los colores y atuendos de los que se viste la Alameda, estigma del corazón queretano.

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Amor Querétaro Yo soy del verbo amar, y la Q con el ero y un aro son cuna del amor queretano.

Ciudad del libros En Querétaro es común escuchar “Nuestro amor es de novela”, debido a que en cada esquina barroca encuentras una librería. Año con año, el Jardín Zenea se llena de todos los géneros de libros, otras veces el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez da hospedaje a tan emblemáticos ejemplares. Al hacer clic con algún ejemplar, los visitantes aseguran sentir algo en su hombro y ver una aureola en la persona que les venderá el ejemplar. Muchos aseguran que es el personaje del libro, otros lo comentan con el comerciante, quien les responde que el libro los seleccionó a ellos, no ellos al libro. Desde que en Querétaro se realizan ferias del libro, todo queretano puede acudir y hacer clic con su hermano gemelo, incluso encontrar a su media naranja entre los grandes pasillos llenos de aroma a libro recién horneado.

¿Corrupción? Para nada… —Sí, lamento de todo corazón no ayudarte, la vida es de acciones y consecuencias, aquí no hay corrupción.

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Del campo a la ciudad La regla del marquesino en los años ochenta era pasar por el trabajo de campo, las jornadas eran de ocho horas, se comía en los surcos, y aunque el trabajo era pesado, sentir el lodo en los pies y mojarse con agua potable era sentirse libre. A finales de los noventa, los jóvenes conocieron el mundo de la industrialización y un nuevo marco laboral que dio pauta a que nuevas generaciones empezaran a tener un carro pequeño, es decir, el don del crecimiento social de la ciudad salía a flote. Escuchar la expresión “ahora me paseo en carro” y la foto enmarcada con el primer carro de la familia en la entrada de la casa es una tradición para los habitantes de las zonas rurales que laboran en la industria. Esta frase también es el detonante en las cantinas y pulquerías de la región. Cuando te inviten a pasar a una casa rural, recuerda siempre dirigir la mirada a la pared principal, donde verás un gran marco familiar con el coche. ¡Oh, Dios, este es mi caso!

Un jalisciense pregunta Es común escuchar en los parques del centro histórico cómo el Tequila pregunta al Maguey si es caro o barato el aguamiel. Pero aquí los queretanos construyen la calidad y es caro. El Tequila se marcha, el Maguey hace raíz para dar aguamiel, ese es mi Querétaro.

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Un piojito bañista “Estoy ubicado en el centro de La Cañada, el palacio municipal es mi vecino, me apodan el Piojito y albergo a cientos de bañistas marquesinos cada año. Mis aguas son fruto de los manantiales de los cerros que me rodean. La cultura y el deporte son la pasión de los que me visitan”. De día, una alberca al costado izquierdo recibe a los visitantes, al fondo se encuentran juegos para infantes y una alberca infantil, finalmente se cuenta con una cancha de usos múltiples. De noche se recibe a un extraño huésped, a una silueta caminando por la orilla de la alberca, que recorre la cancha y se esconde entre el cuarto de máquinas, espacio que fungía anteriormente como vivienda. “José Escandón es mi nombre y mi placa quitaron de la entrada de este balneario que yo construí. No me llamen Piojito, ese solo era mi apodo, ¡esta es mi casa!”, expresa la sombra al desaparecer. Payaso o garambullo En las tardes no hay luna, solo el holocausto del sol, espacio donde los montes son libres. Los niños juegan recorriendo los cuatro puntos cardinales en el baldío, pero cuando descansan, corren como hormigas hacia los garambullos, de donde vuelven con un rostro empapado de sudor, dibujando una media luna. Al regresar, ya no son niños, sino payasos; el néctar rojizo de la fruta ha maquillado sus mejillas y las semillas forman pequeñas pecas en su nariz. La brisa de la infancia en el campo queretano. 44


Saldarriaga, casa de Chucho “el Roto” Demostraba cada noche su habilidad equilibrando las herraduras que su caballo posaba en las patas y el sonido del pasto en el Camino Real, dando rienda suelta a su lujuria para adquirir lo ajeno. Entre los pobres caminaba y tardaba cinco minutos en deshacerse de la lujuria de lo robado. Cada noche se escucha cómo un Jinete cabalga su caballo en la madrugada, desde la casa de Jesús Arriaga hasta el hermoso mirador que se ubica entre Los Arcos y el Templo de la Cruz. Si alguien logra ver a este jinete, será despojado de sus joyas y dinero. Cuando fue descubierta su profesión, todos le gritaban “Salda, Arriaga”, de esa frase viene el gran nombre de Saldarriaga de Querétaro.

Nxu, bëhña La mujer otomí fuerte que construye un territorio discontinuo en diferentes estados de habla otomangueana, es fuerte en su lengua materna y la corona de flores bordadas son su matiz. Viajar a Amealco es convertirse en muñequita, porque aquí nacen las manos que dan vida a las muñecas artesanales, cada nxu, bëhña asigna su estado de ánimo a este monumento cultural. Si a Querétaro viajas, encontrarás en sus diferentes artesanías la muñeca otomí, que dará vida y color al hogar donde la traslades.

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El molino en mi Coyotillos Entre granos y mazorcas crecí, desgranarlas es colocar cada palabra en su lugar para llegar a la obra maestra: minificciones. Si quebrar el nixtamal es colocar agua y cal en el molino y agregar fuerza, así será la minificción: colocar confianza y esfuerzo a las palabras para que el lápiz logre plasmarlas bien en la hoja de mazorca, del mismo modo en que las piedras muelen el nixtamal. Ir al molino es moler nixtamal entre la madrugada de una mañana fría y cubierta de llanto de bebé por dejarlo solo en la cuna, eso es mi modus vivendi en Coyotillos, y también escribir.

“El día que alguien muera y renazca en un segundo con uno de mis poemas, ese día díganme poeta”.

LRG

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Christian Piedra Berchelt

Nací en Quintana Roo. De mis 21 años, he vivido 17 en el municipio de Querétaro, donde cursé la Licenciatura en Estudios Literarios. Me gusta caminar por la ciudad mientras imagino historias, por suerte no me han atropellado.

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Acequia Tomó la vertiente que le quedaba y llegó a la superficie. La luz le quemó los ojos y su grito se escuchó varios kilómetros a la redonda. Su hogar, el túnel que antaño llevaba agua a toda la ciudad, era cada vez más reducido debido a los estacionamientos subterráneos. A la mañana siguiente, los titulares mencionaron el cadáver de un monstruo que vivía en los túneles de Querétaro.

Fotos —Andaba allá, frente a la estatua del Conchero, nomás para ver si despertaba. Pues, ¿qué te cuento?, que el cabrón sí despertó y me dijo que estaba hasta la madre de los flashazos de la gente.

Sitio de Querétaro Cuando notó la merma de los alimentos y la desaparición de algunos de sus compañeros, el caballo supo que se lo comerían. Así que, escuchando la letanía de que ya-hacíahambre-en-el-Imperio y viendo que alguien se le acercaba, pidió un deseo. Su verdugo, con arma en mano, cayó fulminado. El caballo no supo si fue una bala republicana o si fue su deseo. 49


Recuerdos —Señor, yo soy de Querétaro y nunca había escuchado la leyenda de la monja esa que dice. Todos saben que Los Arcos están ahí como atractivo para los Juegos Olímpicos de 2084. Usted ya está mayor, recuerde que debe tomar sus pastillas para la memoria.

La zacatecana —Aguántate tantito, solo es un dolor en el pecho, sí alcanzas la salida. Ya tengo suficiente con estos dos buenos para nada. Si mueres en este lugar, no irás al cielo ni al infierno: aquí te quedas. Te lo digo por experiencia.

Juicio —Fui a casa de la Josefa con un único propósito: zapatear en el mismo lugar que ella. De ahí a que yo haya matado al guardia… hay mucho trecho, su señoría.

Monumento —Aquí se vive tranquilo, hombre. Ayer me robé la Santa Rosa de Viterbo de la maqueta esa de bronce y nadie me ha molestado. 50


Desde Bélgica Dicen los veladores haber visto a una dama de blanco. Joven, apuntan algunos; vieja, mencionan otros. Busca algo entre las tumbas, algo que nunca encuentra, y luego desaparece en el aire. Cuentan también, muy asustados, que la dama los mira hasta el fondo del alma, que se ríe de ellos y que la piel de gallina se les queda por horas. Sin embargo, se niegan a irse. Comentan que son gajes del oficio, y que mientras tengan la protección de su creador, nada los moverá de ahí, aunque se trate del mismísimo Lucifer. Lo que los veladores no saben es que ciertas noches, en el Castillo de Bouchout, doña Carlota despierta de su descanso. Con el aire llega al Cerro de las Campanas y un recuerdo la lleva al panteón, donde —vistiendo su bata nocturna— busca a su querido y desgraciado Maximiliano, pero su amado no está ahí, y ella, ya antaño muerta, siempre olvida lo que espera encontrar. En su lugar, asusta a los veladores para divertirse y se incorpora al aire de la ciudad para regresar a su palacio.

Pandemia Y el cielo de la tarde, como sabiendo que todos nos estábamos quedando ciegos, nos brindó un espectáculo inigualable, digno de la elección de un Aleph escondido en algún lugar remoto. Luego de eso, todo fue oscuridad.

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¡Hágase famoso! ¿Cansado de hacer el primer, segundo, tercer y hasta cuarto contacto terrestre en el trillado desierto de Nuevo México? ¿Ya nadie lo toma en serio? Conviértase en una leyenda y sobrevuele con nuestras naves, a medianoche, el tercer monolito más grande del planeta Tierra. Es igual de trillado, pero los terrestres cercanos a esta gran peña son más propensos a supersticiones, lo cual le garantizará, se lo aseguramos, que hablen de usted por generaciones. ¡Póngase en contacto con nuestra agencia de turismo ahora mismo!

Recuerdos de Zimapán La Mujer de la Presa —como le dirían si fuera conocida— ha vivido muchos años entre el fango y el cieno, mirando los colores ultraterrestres que se filtran desde la luna en las noches despejadas. El espectáculo de luces la mantiene quieta, en paz, en un tiempo que se distiende y en un espacio sin gravedad que abre sus recuerdos, los recuerdos de aquello que entendió hace mucho, del porqué, luego de tantos años, sigue en el fondo de la presa, sin elevarse y sin libertad. Y pensando en esa libertad negada, lucha, se libera de su letargo y sale a la superficie, camina entre arcillas y limos que, a su vez, son su límite. Regresa pasado unos minutos y cada luna llena vuelve a caminar. Una de esas noches que se aventuró a la superficie, la Mujer vio a un hombre, y el hombre la vio de vuelta. No 52


gritó como todos lo hacen, y en sus ojos ella pudo notar la incredulidad seguida por una sorpresa emocionante. La Mujer de la Presa supo, en ese intercambio de miradas, que ese hombre la había comprendido, que la recordaría, y recordándola escribiría, un párrafo o dos, sobre su encuentro ultraterrenal; y así daría fe de su existencia, de que no es peligrosa y que se siente sola, diría que si la ven en alguna ocasión, no huyan, que mejor la acompañen con una mirada, porque eso le quita un poco el vacío de estar muerta.

Último sermón —Muchos de nuestros hermanos ignoran, y no es para fomentarles culpa, que los fantasmas solo pueden recitar, a manera de letanía, aquello que dijeron por última vez. Esto explica las cantidades exorbitantes de blasfemias grabadas en distintas locaciones embrujadas, pues, ciertamente, las últimas palabras suelen ser fuertes execraciones. De igual manera, otro dato que suelen ignorar es el de las personas que pueden escuchar claramente a estas pobres almas en pena que no saben cómo detener sus voces. No podemos más que imaginarnos lo difícil que debe de ser esta condición cuando se escucha al alma equivocada. Desgraciadamente, este es el origen de una gran cantidad de tragedias. El ejemplo que más tenemos presente es el que detonó el 24 de abril de 1989, que comenzó con un hombre en 1984 que quiso ser valiente diciéndole a su asaltante “Hazlo”: el 53


desgraciado fue asesinado en el acto. Su fantasma se vio obligado a repetir esta palabra por la eternidad. Tiempo después encontró un lugar cómodo en el 408 de Hacienda del Vegil, en la conocida colonia Jardines de la Hacienda. Esto y otros desafortunados sucesos fueron el origen de La Hiena de Querétaro, ya la recordarán ustedes, mis hermanos. Es por esto que les pedimos, para no crear otra tragedia, que cuando tomen la pastilla que les hemos dado, no digan blasfemias ni palabras vacías. En cambio, digan en voz alta nuestro lema, así no habrá espacio para ambigüedades y, además, no dejaremos de estar presentes en esta tierra.

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Camelia García Robles

Me nombraron así en honor a la legendaria fémina, heroína de los corridos de Los Tigres del Norte. A diferencia de ella, no me gusta andar disparándole a la gente, bueno, a veces sí me dan ganas. Nací en Landa de Matamoros, en un nido de montañas llamado Pinalito de la Cruz. Estudié Comunicación y Periodismo para darle formalidad al empecinado hábito que tengo de andar preguntando lo que nadie quiere responder. La UAQ me lanzó al mundo laboral en 2018, después de haberme formado en las salas de redacción de Tribuna de Querétaro con el buen padrino Víctor López Jaramillo. Por tres años me dediqué a la producción de cine y a la creación de guiones, ahora, en una de esas vueltas que da la vida, trabajo en comunicación política. Todos quienes me conocen me llaman Cam.

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Un milagro de Dolores —¡Ya cálmese, don Ismael! La criatura nació rebien —gritó la partera, tratando de aplacar las lágrimas del pobre hombre que no dejaba de llorar. —Ay, doña Chila, es que es un milagro. Nomás que Juana se sienta mejor, vamos a llevar a la niña a ver a la Virgen de Soriano. —Ah, tú, ¿por qué un milagro? —Pus fíjese que yo llegué hace poquito del otro lado… y pues mi niña está regrandota para haber nacido de seis meses, como dice mi mujer, ¡un verdadero milagro! Ya casi llego a Peña Blanca En la Sierra Gorda de Querétaro hay un tipo especial de humanos, esta rama de la especie evolucionó, sus genes chichimecas se adaptaron a la modernidad del vehículo de cuatro ruedas. Tienen el extraño poder de no purgar los intestinos cuando viajan a la capital. ¡Bajan! —Querétaro ha crecido mucho, ¿verdad? Antes las rutas no llegaban hasta acá, yo por aquí me quedo, ahí adelantito, ándele, muchas gracias, joven… ¡Puta madre! Yo no más iba a Santa Rosa y me quedé dormida.

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En la Central —O sea, wey, yo soy de Querétaro. —¿Neta, wey? Yo pensé que Landa de Matamoros era de San Luis. —No mames, wey, somos holandenses, pero somos de Querétaro. —Dirás landenses, bro. —Es lo mismo, pero para ser humildes decimos landenses, wey. Te tengo que colgar porque me deja la Flecha, que diga, el Primera Plus.

Sueños con sabor a vodka Despertó envuelto en el tapete de su cuarto, se levantó todavía pedo para llegar a tiempo a clase. Entre el estómago revuelto y el temblor de las manos ahora sí que nunca volvería a tomar y menos Oso Negro. Creía recordar haber salido de casa de Jorge arañando muros y tirando macetas. Lo feo había sido pasar por la Plaza del Estudiante con toda esa gente, que lo vieron ebrio y quisieron aprovecharse, pero él se defendió como pudo, lanzó piedras, dio patadas y hasta una botella les rompió. Cuando llegó a la UAQ no se hablaba de otra cosa que sobre la destrucción de las estatuas de la Plaza del Estudiante, seguramente obra de algún loco durante la noche o algún vándalo irrespetuoso de su significado estudiantil.

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Mujer precavida Aquella tarde cuando caminaba por la avenida Ezequiel Montes lo decidí, iba pasando y las altas paredes cafesinas llamaron mi atención, es un bonito lugar, la iluminación cálida era perfecta para las fotos nocturnas. —En definitiva, quiero que sea aquí —le dije a Manuel. —¿Estás segura? No hay espacio para la gente y yo creo que sí van a venir muchos —comentó él mientras se asomaba al vestíbulo desde la puerta. —Pues no invites a tantos, con la pandemia no te van a dejar traer a más de veinte. Me acerqué y aspiré, olía dulcemente a flores y ceras. Es bonito poder elegir, siempre fui una persona que planea todo y aquella tarde hablé con los encargados, ellos harían que me viera bonita con outfit, maquillaje, peluca y todo. Incluso le dejé mi Instagram al dueño para que fuera familiarizándose con mi estilo. Mis miles de seguidores querrían ver las historias de ese día, hasta les dije que me fueran compartiendo avances de la decoración. Yo tenía un tablero en Pinterest con todas mis ideas. Ellos aceptaron encantados. Aquella tarde decidí que mi velorio sería en Funerales Hernández.

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Queretaneidad Y fue el mejor estado del país, incluso recibió propuestas para ser la capital. Y ya no hubo marchas porque desaparecieron a las feministas. Y ya no hubo tráfico porque expulsaron a todos los foráneos. Hubo absoluta seguridad para las familias de los capos. Y todos fueron felices porque no había periodistas, en su lugar se dedicaron a escribir epitafios.

Aquí anduvo Matamoros —¡Padre, no sea cuentero! —le dice doña Chona al viejo sacerdote de la Misión al tiempo que barre el altar principal. —¡En serio, hija! Aquí anduvo el cura Mariano Matamoros, hasta tengo una de sus sotanas. Por eso le pusieron Landa de Matamoros. —¡Ay, padre! Si le queda mal la tarea al Leonel voy a decirle al maestro que usted me dijo el chisme —doña Chona se lleva la escoba y se va al patio de la casa parroquial, el sacerdote se queda mirando la imagen de la Virgen. —Ya entiendo, dulce señora, de dónde le salieron las ganas al padre Matamoros de agarrarse a balazos después que se fue de aquí.

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Julián Leal García

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Los panteones Dentro hay cosas que no te puedes imaginar, algo que los humanos no creerían a pesar de haberlo construido ellos mismos, algo realmente terrorífico para las personas, sin embargo, para nosotros es lo mejor de este plano, la verdad nunca creí que fuera así, pero no me molesta, llevo muerto casi dos meses, no se nos permite ir a visitar a nuestra familia, si no te cerrarían las puertas y no podrías entrar nunca más a un panteón, sería horrible, no puedo imaginarme el hecho de andar ahí solo flotando por entre las calles sin compañía durante un día entero y pensando a dónde irás ahora, no puedes estar más de un día allá, es algo que todos sabemos; algunos tenían buenas razones, pero a otros no los entiendo. Desde que estoy aquí siento que las malas cosas se han ido a pesar de estar muerto. La preocupación de qué pasaría si alguien que quiero mucho muere, desapareció, sé que vendrá a los panteones. Supongo que el hecho de saber que hay algo más después de la muerte provocaría caos y por eso no nos permiten salir y estar con ellos, podríamos encontrar la manera de decírselos, sería un completo desorden.

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Grises Mis lugares favoritos siempre han sido un poco inusuales, es probable que la mayoría prefiera cualquier otra cosa, otra cosa que estar en ese lugar donde yo soy feliz y disfruto el tiempo estando ahí donde puedo ser yo mismo y sin palabras detrás de mí que me hieran. Suelen ser mayormente oscuros con tonos bajos, es entendible que a las personas no les gusten los lugares con colores fríos, se sienten en soledad y el frío les cala en los huesos aun sin haber una pizca de viento, les da miedo, como si su oscuro interior creciera en las sombras, es algo usual que se sientan inseguros en lugares oscuros, ¿qué pasaría si a alguien desde niño le dicen que la oscuridad es buena?, así lo entenderá y asociaría lo oscuro con algo tranquilo y bondadoso como nosotros hacemos con la luz.

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Dandara

Mi nombre es Dandara, vivo actualmente en Tequisquiapan, estudio programaciรณn, me gusta leer, dormir y escribir.

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La visita Todo iba tan bien que alguien tuvo que arruinarlo. Estaban congregados mis familiares en mi casa de Querétaro. Todos hablan de cosas personales que a mí no me interesaba. Yo estaba acostada bien calladita. De pronto, una mujer vestida como aquellas damas revolucionarias me tocó el hombro con su mano huesuda, me desmallé o eso creo y no sé cómo fue, pero ahora estoy bajo tierra.

Vive y déjame vivir “Vive y déjame vivir”, gritaba el cliente de las gorditas queretanas. Él estaba muy entusiasmado con la canción popular de los Cuisillos. La masera se le acerca y le pregunta: —¿Está bien, señor? De nuevo, el hombre entona: “Vive y déjame vivir”. La joven llena de ira le da una bofetada y lo deja llorando, no sin antes decirle: —Pues ya, lárguese de aquí, váyase a vivir a otro lado.

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El reinado Nacer en Querétaro es como si fuera el paraíso. En la Puerta del Cielo… quizás ahí está Dios, pero si acabo de nacer. ¡Diablos, no quiero morir!

Puertas abiertas Vivir en Querétaro es algo escalofriante, porque del Panteón de los Hombres Ilustres nadie sale… y muchos quieren entrar.

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Isaí Gaitán

Soy originario de San Juan del Río. Actualmente radico en la capital queretana. Soy psicólogo y géminis. Peso 61 kilos.

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De otros lares No nací en Querétaro, pero me siento queretano. Ahora que lo pienso, uno es del lugar a donde llega. Usted no es de por aquí, por eso no puede entender lo que le digo.

Extranjeros Llegaron juntos, se contaban por miles. Estuvieron buscando el lugar del gran juego de pelota, pero encontraron solo grandes peñascos.

Sangre pura —Que levanten la mano los que son queretanos, nacidos en Querétaro, de papás queretanos. —(Ya nadie, nunca).

Qué pequeño es el mundo En Querétaro existe una gran afición por las caminatas, largos trayectos que no llevan a ningún sitio. Eso vuelve habitual el hecho que me tope, de pronto, con mi exesposa, del brazo de su nuevo marido. No es la primera vez que me sucede: en mi casa, en mi cuarto y hasta en mi propia cama. 71


Mensaje divino Dibujé en un garambullo un corazón con nuestros nombres. Esperé todo el año, pasaron las lluvias, vino la temporada y no dio frutos. Ni uno solo. ¿Será esto una señal de los dioses?

Amor propio Se escribía cartas a sí mismo. Cartas de amor. Algún tiempo todo anduvo bien, se entendía consigo mismo. Luego comenzaron los mensajes entre líneas, las reclamaciones, los reproches. Un día leyó: “Sé dónde vives, dónde duermes, todo lo que habría que saber sobre ti. ¿Cómo podrías escapar de mí, doppelgänger?” Pensó: “No me llamo doppelgänger, jamás me he llamado así”. Dejó de escribir, pero las cartas seguían llegando. Y a cualquier lugar que se mudaba, las cartas volvían a llegar. Con el paso del tiempo comenzó a responderlas, por pura cortesía. La comunicación era buena, después de todo.

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Angie Ocampo

Tengo 19 aĂąos, me gusta cantar, dibujar y a veces no hacer nada. Recientemente voy a pasar a prepa.

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El rechazo En la mañana salí rumbo a Querétaro. Pensé en toparme con alguien famoso. En seguida, una ráfaga de luz deslumbró mis ojos. —¡Diablos! —grité—. ¡Es Maximiliano de Habsburgo, no lo puedo creer…! Mucho gusto, señor emperador —dije mirándolo como idiota. —¿Qué es esto? —preguntó indignado. Y eso que según yo me había arreglado bien.

La querechina Vivir en Querétaro es como tomarse una foto en la Gran Muralla.

La ventaja Dicen que nacer en Querétaro es algo especial, yo no sé qué de especial tiene, pero mi especialidad son la gorditas queretanas.

Una hoja en blanco Querétaro… 75


“Querétaro es uno de los 31 estados que junto con el Distrito Federal conforman las 32 entidades federativas de México. Se ubica en el centro de México, en una región conocida como El Bajío Querétaro limita al norte con el estado de San Luis Potosí, al oeste con Guanajuato, al este con Hidalgo, al sureste con el de México y al suroeste con Michoacán. Su nombre oficial es Querétaro de Arteaga y su capital es la ciudad de Santiago de Querétaro (ubicada a unos 200 km al noroeste de la Ciudad de México). Tiene una extensión territorial de 11684 km2, 0.6% del territorio nacional. Según el INEGI, en 2010 había en Querétaro 1,827,985 habitantes. Se divide en 18 municipios que son: Amealco de Bonfil, Arroyo Seco, Cadereyta de Montes, Colón, Corregidora, Ezequiel Montes, Huimilpan, Jalpan, Landa de Matamoros, El Marqués, Pedro Escobedo, Peñamiller, Pinal de Amoles, Querétaro, San Joaquín, San Juan del Río, Tequisquiapan y Tolimán”. Tomado de: www.monografias.com


“Ni sentimiento, ni gracias, ni flamenco, ni alegría. La palabra más bonita del español ni siquiera viene en el diccionario de la Real Academia. Querétaro, cuatro sílabas que juntas forman un vocablo desconocido para muchos que no es más que el nombre de una ciudad mexicana. Significa ‘isla de las salamandras azules’, fue propuesta por el actor Gael García Bernal y es la que más votos ha obtenido de entre las más de treinta propuestas que personalidades de habla hispana le hicieron al Instituto Cervantes”. Paula Escalada Medrano El País



Escribe tus propias minificciones Por Daniel Zetina

¿Te gustaron algunas de la minificciones contenidas en este libro? ¿Te interesa escribir las tuyas propias? Aquí te presento algunas formas en que puedes comenzar a hacerlo. 1. Piensa en algunas situaciones absurdas que hayas vivido y escríbelas en pocas palabras. 2. Escribe tus propias minificciones a partir de las historias y temas de este libro, incluso puedes practicar debajo de cada una de ellas, hay suficiente espacio en este libro, así que puedes usarlo como tu primer cuaderno literario. 3. Platica con tus compañeros-amigos-colegas-hermanos de cualquier tema y anota lo que te parezca interesante para escribir alguna minificción. Incluso pueden hacerlo juntos. 4. Escucha una canción (o música) de tu preferencia y escribe a partir de lo que sientes o piensas al escucharla. 5. Lee o escucha una noticia y escribe sobre ello. 6. Pídele a alguien cercano un detonador para escribir. 7. ¿Te has enamorado? Se vale escribir acerca de eso. 8. En la vida también hay problemas, escribe alguno que hayas o no resuelto, pero que sea importante para ti. Si no tienes problemas, pide prestado uno a otra persona. 79


9. Escribe acerca de algún sueño que recuerdes. 10. Escribe sobre el tema que se te dé la gana. Luego de un tiempo, junta tus minificciones en una libreta o archivo y revísalas, corrige lo que creas necesario y ponles punto final. Puedes seguir escribiendo hasta hacer tu propia publicación de minificciones, puede ser un tríptico, un libro engrapado, un libro cartonero, una revista con los textos de varios autores, un volante, un libro volador (como un avioncito), como gustes, la idea es compartirlo con otras personas. También puedes compartir tus minificciones en las redes sociales y ver las reacciones y comentarios que surjan. Lo que hay en siguiente página quizás pueda ayudarte a comenzar.

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Decálogo para escribir minificciones y cosas peores Por Daniel Zetina 1. Observa en todo momento a la gente, son una gran inspiración. 2. Lleva siempre una libreta, pues las epifanías son arbitrarias. 3. El absurdo es una de tus principales herramientas de trabajo. 4. Ojo, cuida bien los títulos, son parte sustancial de la historia. 5. La brevedad es el género mismo, no gastes palabras en vano. 6. Piensa en ti cuando escribas, no en el público que no conoces. 7. Revisa bien tus textos durante el mayor tiempo posible. 8. Sé intenso, pero también relajado, disfruta tu trabajo cada día. 9. Si las reglas de la academia no te sirven, inventa las tuyas. 10. La literatura sirve para dialogar, hazlo cuando puedas.

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ÍNDICE

Presentación, 5 Juan Núñez, 11 Mireya Hernández Soto, 21 Armando Gómez Rivas, 29 Luna Rivera Granados, 39 Christian Piedra Berchelt, 47 Camelia García Robles, 55 Julián Leal García, 61 Dandara, 65 Isaí Gaitán, 69 Angie Ocampo, 73

Escribe tus propias minificciones, 79 Decálogo, 81


Coleccion Obsesivos 4

Publica minificción, pero está abierta a recibir otros géneros de la narrativa breve, como la greguería, el periquete, el aforismo, la fábula u otros. Se trata de obras originales, auténticas, con unidad de sentido, de autores diversos, dirigidas a lectores generales y especializados (críticos, académicos). Puede tratarse de libros de un autor, compilaciones de su obra o antologías de varios colaboradores. Títulos publicados 1. Obsesivos, antología de minificción del taller de Daniel Zetina (octubre de 2019). 2. Cotidiano, antología de minificción mexicana (mayo-octubre de 2020). 3. Realidades, antología de minificción contemporánea (programado para diciembre de 2020). 4. Maíz quebrado, antología de minificción queretana (diciembre de 2020). Se reciben propuestas en: infinitaeditorial@gmail.com


Historia Sello fundado en enero 2019 en la Ciudad de México y que se mudó a Querétaro en 2020. Misión Ofrecer servicios editoriales integrales para escritores e instituciones, que se ajusten a sus perfiles y necesidades y materialicen sus potenciales. Visión Posicionarnos como una empresa líder en su ramo, ganando y dando prestigio a nuestros clientes en el mundo editorial. Estilo Lo que nos hace únicos es la personalización de los servicios enfocados en cada cliente, para que los lectores reciban un producto con calidad y belleza. ¿Quieres publicar tu libro? Contacto Correo: infinitaeditorial@gmail.com Facebook: www.facebook.com/Infinita-277143776291823/ Instagram: infinitaeditorial Twitter: @infinitaeditor


Maíz quebrado, antología de minificción queretana se editó en diciembre de 2020, aún en tiempos de la pandemia, en el taller de infinita en Querétaro. Se publicó esta versión de 50 ejemplares para su promoción. Se usó la fuente o familia o tipografía o letra Arno pro en diferentes tamaños. Esperamos que sea de su agrado, querido lector, y le decimos gracias por leer.


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