A LA MANERA DE…
RICHARD AVEDON
Sus retratos, con una aparente sencillez, tenían un fuerte carácter psicológico, de personalidades famosas y desconocidas posando frente a un fondo blanco. Con una técnica muy sencilla pero efectiva conseguía, en muchos casos, que el retratado perdiera la tensión. Y es que cerca de cuatro horas hablando podían hacer que muchas personas bajaran la guardia. Y es que, con estos trabajos el gran fotógrafo contextualizó de una manera brillante uno de los puntos más importantes de la vida de un ser humano, el tiempo. La sencillez y transparencia de los mismos era el motivo principal para conseguir mostrar las vivencias, las señales, y un sin fin de matices que intentaban reflejar la psicología interna de los retratados dentro de ese pensamiento.