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Rosa
Por Gonzalo Merèdiz Alonso
Amigos de Sian Ka’an A.C.
El cielo se cubrió súbitamente de rosa y una extensa sombra cubrió a la laguna.
Era un rosa intenso que se mezclaba con las tonalidades del atardecer del cielo yucateco. Se trataba de una enrome parvada de flamencos que desplegaron elvuelo tras pasar varias horas alimentándose en las aguas salobres de Celestún. Losflamencos, como se les llama en buen español, son aves esbeltas de largas y finaspatas y cuellos que les permiten caminar dentro del agua sin mojar su cuerpo yalcanzar el alimento que buscan, con su extraño pico, en el fango del fondo delagua. Y es justamente ese alimento, pequeños crustáceos con pigmentos rosadosy rojos semejantes a los de las zanahorias, los que les confieren esa espectacularcoloración al su plumaje.En el mundo existen seis especies de flamencos vivientes que habitan en grandesextensiones de África, Asia, Europa, Sudamérica y el Caribe. De hecho, la agrupaciónmás grande del flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber) se encuentraprecisamente en nuestra amada península de Yucatán. Recorrer su costa nortees un agasajo pues en cada manglar es posible ver grupos de flamencos descansando,comiendo o volando. En Ría Lagartos y Celestún se concentran en grandescolonias que anidan cada año manteniendo así a sus poblaciones sanas. Esa saludes posible gracias a que esos sitios tan característicos de Yucatán son áreas protegidasy debido al trabajo de varias organizaciones y de miles de voluntarios quehan dedicado su vida y labor a preservar el hábitat ocupado por los flamencos. Dehecho, esas áreas protegidas son tan importantes pues, en México, los flamencosno anidan en ningún otro sitio, aunque también se les puede encontrar deambulandoen las costas de Campeche y Quintana Roo. Incluso, en Yucatán, se hanencontrado ejemplares que volaron desde Cuba y Florida.
En verdad es un privilegio para los mexicanos el contar con un ave tan peculiar que, además, atrae a miles de turistas que los admiran y, al mismo tiempo, generan derramas económicas que favorecen a la vida de los habitantes locales. Sin embargo, se ha tenido que trabajar mucho para que los guías turísticos desarrollen prácticas adecuadas de observación de flamencos. En el pasado, las embarcaciones se acercaban mucho a los grupos de flamencos con el propósito de hacerlos volar y que el visitante pudiera tomar una foto. Lamentablemente, esa conducta interrumpía la alimentación de las aves, o los espantaba del nido, dañando la salud y reduciendo la sobrevivencia de crías y adultos. Venturosamente, cada vez hay más conciencia entre los prestadores de servicios turísticos que cuidan a las aves y, así, al medio ambiente y a la economía de sus comunidades. Ahora, si el lector me lo permite, compartiré una anécdota personal. Después de una larga noche buscando cocodrilos para su estudio en una de las Bahías de la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, decidí dormir unas pocas horas en la embarcación, aguas adentro, lejos de los mosquitos. Al amanecer, el sol apenas pintaba el cielo, el agua de la bahía era un espejo perfecto, sin una sola ondulación, formando un continuo con el cielo sin que el horizonte lo interrumpiera.
Y ahí, a escasos metros frente a mí, había tres flamencos posados dentro del agua, con sus siluetas inmóviles frente a la aurora. Fue una de las escenas más hermosas y perfectas que me ha tocado observar en mi vida y que estará grabada en mi mente por siempre. Momentos así sólo nos los puede dar la naturaleza. Por eso, cuidar a los flamencos color rosa, a los pantanos en los que habitan, y a todos los demás seres que pueblan nuestro plantea único debería ser una de las prioridades más importantes del ser humano.
Fotografía: ILCP/ASK
www.amigosdesiankaan.org
Pink
By Gonzalo Merèdiz Alonso
Amigos de Sian Ka’an A.C.
The sky was suddenly covered in pink and a long shadow covered the lagoon.
It was an intense pink that blended with the sunset hues of the Yucatecan sky. It was a huge flock of flamingos that took flight after spending several hoursfeeding in the brackish waters of Celestún. Flamingos, as they are called in goodSpanish, are slender birds with long, thin legs and necks that allow them to walkin the water without wetting their body and reach the food they seek, with theirstrange beak, in the mud at the bottom of the Water. And it is precisely that food,small crustaceans with pink and red pigments similar to those of carrots, whichgive them that spectacular coloration to their plumage.There are six species of living flamingos in the world that inhabit large areas ofAfrica, Asia, Europe, South America and the Caribbean. In fact, the largest groupof Caribbean flamingos (Phoenicopterus ruber) is found precisely in our belovedYucatan Peninsula. Touring its north coast is a treat because in each mangroveit is possible to see groups of flamingos resting, eating or flying. In Ría Lagartosand Celestún they are concentrated in large colonies that nest every year thuskeeping their populations healthy. This health is possible thanks to the fact thatthese sites so characteristic of Yucatan are protected areas and due to the workof various organizations and thousands of volunteers who have dedicated theirlives and work to preserve the habitat occupied by flamingos. In fact, these protectedareas are so important because, in Mexico, flamingos do not nest anywhereelse, although they can also be found wandering the coasts of Campeche andQuintana Roo. Even in Yucatan, specimens have been found that flew from Cubaand Florida.
It is truly a privilege for Mexicans to have such a peculiar bird that, in addition, attracts thousands of tourists who admire them and, at the same time, generates economic benefits that favor the lives of local inhabitants. However, much work has had to be done for tour guides to develop proper flamingo viewing practices. In the past, the boats came very close to the groups of flamingos in order to make them fly so that the visitor could take a photo. , this behavior interrupted the feeding of the birds, or scared them away from the nest, damaging their health and reducing the survival of young and adults. Fortunately, there is more and more awareness among tourism service providers who care for birds and, thus, the environment and the economy of their communities. Now, if the reader will allow me, I will share a personal anecdote. After a long night looking for crocodiles for study in one of the bays of the Sian Ka’an Biosphere Reserve, I decided to sleep a few hours on the boat, out in the water, away from the mosquitoes. At dawn, the sun barely painted the sky, the water of the bay was a perfect mirror, without a single ripple, forming a continuum with the sky without being interrupted by the horizon.
And there, a few meters in front of me, were three flamingos perched in the water, their motionless silhouettes facing the dawn. It was one of the most beautiful and perfect scenes that I have seen in my life and that will be etched in my mind forever. Moments like this can only give us nature. Therefore, caring for pink flamingos, the swamps they inhabit, and all the other beings that populate our unique planet should be one of the most important priorities for human beings.
Photography: ILCP/ASK
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