8 minute read
Amigos de sian a'an
Por Gonzalo Merediz Alonso
Un destino turístico y una guerra
Cuando hablamos de turismo y vacaciones, nuestra mente suele llevarnos a imaginar a un hotel en una playa paradisiaca en la que tomamos margaritas bajo el sol. Y, la verdad sea dicha, todos ansiamos el poder disfrutar de una situaciónasí. Sin embrago, en el Caribe Mexicano gozamos, afortunadamente, de muchasotras alternativas turísticas en los diversos destinos que ofrece. Maya Ka’an,en el centro de Quintana Roo, es uno de ellos. Como hemos comentado en otrosnúmeros de la revista D’Casa, Maya Ka’an es un destino que permite el desarrollosustentable de las comunidades mayas, al tiempo que se ofrece al turista la imponentebelleza de su naturaleza, su cultura y su historia. Por ello, Maya Ka’an conducea sus visitantes a descubrir un pasaje poco conocido pero fundamental en lahistoria nacional que inició hace 175 años: la Guerra de Castas. En julio de 1847,en Tihosuco, uno de los sitios más emblemáticos de lo que hoy es Maya Ka’an,Tepich y Chichimilá, el pueblo maya lidereado por Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi,y Jacinto Pat tomaron las armas para luchar en contra de la opresión a que se veíasometido desde los tiempos coloniales.
La guerra se extendió a lo largo de décadas, y ocasionó la muerte a cientos de miles de personas, pero también dio origen a lo que hoy es estado de Quintana Roo. En medio de las batallas, los mayas rebeldes migraron a las selvas impenetrables del extremo oriental de la península y fundaron la ciudad que en la actualidad se conoce como Felipe Carrillo Puerto. Ahí, desde la profundidad de un cenote, la Santa Cruz dictaba a los dirigentes mayas cómo conducir la vida y la guerra, dando origen a una estructura social, política, militar y religiosa que sigue rigiendo a las comunidades mayas del centro de Quintana Roo. Aunque las autoridades consideraron terminada la guerra en 1901, cuando las tropas federales tomaron Carrillo Puerto, en realidad nunca hubo un armisticio y nadie se consideró ni vencedor ni vencido, y las hostilidades continuaron en la región con menor intensidad hasta que, en los años 30, Lázaro Cárdenas promovió la reconciliación con los mayas. En la actualidad, quien visita Maya Ka’an, puede conocer de primera mano los detalles de esta gesta tan importante en el Museo de las Guerra de Castas de Tihosuco. Ahí, mediante obras de arte, maquetas, documentos, fotografías y objetos antiguos, se pueden comprender los orígenes y consecuencias del cruel episodio que marcó para siempre a la península de Yucatán. Caminando hacia la plaza del pueblo, se llega a la iglesia del Niño Jesús, cuya fachada fue destruida en alguna de las batallas y que, al no haber sido nunca reconstruida, nos hace reflexionar sobre el dramatismo que ahí se vivió. Cada rincón de Tihosuco y cada conversación con sus habitantes están marcados por el orgullo de esos 175 años.
Las huellas de la guerra de castas y sus antecedentes se pueden seguir también en varias comunidades de Maya Ka’an como Chumpón o Tixcacal Guardia, dos de los cinco centros ceremoniales mayas que resguardan la tradición del culto a la Santa Cruz en templos a los que solo se puede ingresar con autorización de sus dignatarios y en los que está estrictamente prohibido el tomar fotografías. La ciudad de Carrillo Puerto tiene otro de los centros ceremoniales, justamente en la entrada del cenote de esa cruz parlante que dirigía las batallas. En el camino entre estos sitios de profundo valor histórico, el visitante a Maya Ka’an puede disfrutar de visitas a las selvas, cenotes, lagunas, humedales, y cuevas que ofrece la región. Tiene la opción de hospedarse en pequeñas cabañas en medio de la naturaleza y de disfrutar las maravillas de la gastronomía local. En pocas palabras, el Caribe Mexicano, destino de sol y playa por excelencia, ofrece también al turismo mundial una opción llena de riqueza natural, cultural e histórica sin igual. Visitar Maya Ka’an, en el corazón de la Zona Maya de Quintana Roo, es adentrarse en, ni más ni menos, que nuestras raíces como cultura, como pueblo y como nación. ¡Te esperamos en Maya Ka’an, donde la tierra late!
www.amigosdesiankaan.org
Amigos de sian ka’an
Por Gonzalo Merediz Alonso
A tourist destination and a war
When we talk about tourism and vacations, our mind usually leads us to imagine a hotel on a paradisiacal beach where we drink margaritas under the sun. And, truth be told, we all yearn to be able to enjoy such a situation. However,in the Mexican Caribbean, fortunately, we enjoy many other tourist alternativesin the various destinations it offers. Maya Ka’an, in the center of Quintana Roo, isone of them. As we have commented in other issues of D’Casa magazine, MayaKa’an is a destination that allows the sustainable development of Mayan communities,while offering tourists the impressive beauty of its nature, its culture andits history. For this reason, Maya Ka’an leads its visitors to discover a little-knownbut fundamental passage in national history that began 175 years ago: the CasteWar. In July 1847, in Tihosuco, one of the most emblematic sites of what is nowMaya Ka’an, Tepich and Chichimilá, the Mayan people led by Manuel Antonio Ay,Cecilio Chi, and Jacinto Pat took up arms to fight against of the oppression towhich it had been subjected since colonial times.
The war spanned decades, killing hundreds of thousands of people, but it also gave rise to what is now the state of Quintana Roo. In the midst of the battles, the rebellious Mayans migrated to the impenetrable jungles of the eastern end of the peninsula and founded the city that is now known as Felipe Carrillo Puerto. There, from the depths of a cenote, the Holy Cross dictated to the Mayan leaders how to conduct life and war, giving rise to a social, political, military and religious structure that continues to govern the Mayan communities of central Quintana Roo. Although the authorities considered the war to be over in 1901, when federal troops took Carrillo Puerto, in reality there was never an armistice and no one considered himself the winner or the loser, and hostilities continued in the region with less intensity until, in the 1930s Lázaro Cárdenas promoted reconciliation with the Mayans. Currently, those who visit Maya Ka’an can learn first-hand the details of this important feat at the Tihosuco Caste War Museum. There, through works of art, models, documents, photographs and old objects, you can understand the origins and consequences of the cruel episode that marked the Yucatan peninsula forever. Walking towards the town square, you come to the church of Niño Jesús, whose façade was destroyed in some of the battles and which, having never been rebuilt, makes us reflect on the drama that took place there. Every corner of Tihosuco and every conversation with its inhabitants are marked by the pride of those 175 years. The traces of the caste war and its antecedents can also be followed in several Maya Ka’an communities such as Chumpón
or Tixcacal Guardia, two of the five Mayan ceremonial centers that safeguard the tradition of the cult of the Holy Cross in temples to which It can only be entered with the authorization of its dignitaries and in which taking photographs is strictly prohibited. The city of Carrillo Puerto has another of the ceremonial centers, right at the entrance to the cenote of that talking cross that directed the battles. On the way between these sites of deep historical value, the visitor to Maya Ka’an can enjoy visits to the jungles, cenotes, lagoons, wetlands, and caves that the region offers. You have the option of staying in small cabins in the middle of nature and enjoying the wonders of local cuisine. In a few words, the Mexican Caribbean, a sun and beach destination par excellence, also offers world tourism an option full of unparalleled natural, cultural and historical wealth. To visit Maya Ka’an, in the heart of the Maya Zone of Quintana Roo, is to delve into, neither more nor less, than our roots as a culture, as a people and as a nation. We are waiting for you at Maya Ka’an, where the earth beats!
www.amigosdesiankaan.org