Agustín arriola

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AGUSTÍN ARRIOLA MARTÍNEZ,

VISIONARIO Y MAGNÁNIMO Sinopsis biográfica


Al Lic. Ángel César Mendoza Arámburo quien abanderó este propósito.

.


AGUSTÍN ARRIOLA MARTÍNEZ Maestro, contador, político, agricultor, comerciante, ganadero y primer gobernador nativo y civil de BCS

El

apellido

Arriola

según

algunos

genealogistas

se

transforma en Arreola o a la inversa, quizás. Es de descendencia vasco, de Guipúzcoa. En la provincia de Álava hay un lugar denominado Arriola y no se sabe si ahí se originó o se apropiaron de él. Agustín

Arriola

es

uno

de

tantos

gobernadores,

que

fueron 14, con apellido vasco en el tramo de 1900 a 2013 en Baja California Sur. I

I

“Fue apoyado por sus antiguos amigos y colaboradores, dice E. Moisés Coronado, historiador sudcalforniano, entre ellos Filemón C. Piñeda, Antonio F. Delgado, Cuauhtémoc Hidalgo, Alejandro de la Toba, quienes formaron parte de su gobierno tiempo después. En su forma de Territorio la dependencia económica de la


entidad

era

absoluta

y

total.

Por

eso,

en

1923,

las

participaciones federales disminuyeron drásticamente por la insubordinación

de

Adolfo

de

la

Huerta,

que

obligó

al

gobierno a desviar recursos económicos para someter ese choque. Desde luego, esa insurrección no contó con el apoyo de la administración local, recalca E. Moisés Coronado. En ese año de 1923 las corrientes políticas estaban en en su total apogeo, pues se tenía que elegir al candidato a la presidencia para la sucesión federal. Desde un principio se

dio

a

conocer

el

nombre

del

general

Plutarco

Elías

Calles, como el preferido del presidente Álvaro Obregón. Cuando se verificaron las elecciones, sólo se presentaron dos aspirantes a ello: los generales Plutarco Elías Calles y Ángel Flores, éste último ex-gobernador del estado de Sinaloa, sigue diciendo E. Moisés. En el Distrito de BCS los partidos políticos de uno y otro bando realizaron intensas campañas de proselitismo y acción y alguno de ellos señaló al gobierno de Arriola como patrocinador del general Flores. Cuando se supo el final del proceso no causó sorpresa alguna que en los lugares donde había ganado el opositor de Calles fueran Sinaloa y Baja California Sur. Aquí, la votación fue de 2,443 votos para Flores y 1,035 para Calles, ratifica EMC. Como resultado de esa votación, opuesta a los intereses


del

grupo

Obregón

en

el

decidió

poder

nacional,

destituir

de

el

su

todavía

cargo

al

presidente gobernador

Arriola, en el mes de septiembre de 1924. En su lugar fue nombrado el general Miguel Piña, hijo.

En

un

libro

de

mi

autoría

dice

Coronado:

“La

administración de Arriola duró cuatro años, de septiembre de 1920 a septiembre de 1924. Posiblemente hubiera durado hasta

la

toma

de

posesión

del

general

Calles

—1º

de

diciembre de 1924— o a lo mejor éste lo hubiera ratificado en su puesto si el comportamiento de las elecciones hubiera sido

de

otra

manera.

Lamentablemente

la

ciudadanía

del

Distrito se inclinó por la candidatura del general Flores y eso

motivó,

creemos,

el

descrédito

de

Arriola

y

la

inmediata remoción de su cargo…”.

En esta lamentable equivocación don Agustín adoleció de sensibilidad política. Por más que halla sido amigo del general Flores —dicen que éste le regaló un fino caballo en el que se paseaba por el centro de la ciudad— lo cierto es que por su mala decisión dio pie para que durante los 50 años

siguientes

el

pueblo

sudcaliforniano

derecho a elegir a su gobernador.

no

tuviera


A pesar de ello, la buena administración de Agustín Arriola compensa su actitud política. A lo mejor, dentro de su

fuero

interno,

estaba

convencido

de

que

en

la

vida

democrática de un país no valen las imposiciones, como fue el

caso

de

la

sucesión

presidencial

de

1924.

Y

fue

congruente con ello, dado que su puesto de gobernador se lo debió a la ciudadanía que votó sin coacciones de ninguna naturaleza, concluye el historiador.

Para nuestro caso, fue un singular mandatario de rayos y luces, de truenos y chispas. Fue profesor de escuelas particulares. Escribir lo que fuere sin reveses ni óbices sobre él o sobre otros, es soñar sin hurgar, y a 100 años de ello, es otear sin quevedos. En el siglo pasado en el que este hombre descolló, se ha llegado a concluir que su gobierno brilló con luces propias y únicas. Las cosas que ayer sucedieron con gran nota y distingo de este titán visionario que avasalló en los comicios y supo,

además,

encararlos,

no

son

los

mismos

ahora,

por

supuesto, son diferentes. Un viaje a México se hace hoy sólo en dos horas, y antes, mal que bien, una semana. Una carretera

con

pala,

pico

y

carreta

se

hacía

en

mucho


tiempo, y hoy, al contrario, con grandes bulldozer, palas mecánicas honestidad

y se

pavimentadoras, extendía,

todo

sólo

unos

días.

imantaba,

y

hoy

Antes, es

la

perla

rarísima que se da en el océano diario. Todo ha cambiado en la escena de hoy, todo ha cambiado, hasta la P de política.

Los cinco municipios de hoy que ayer fueron Delegaciones de

Gobierno

(1928-1970)

dependientes

del

Ejecutivo,

el

mayor, Mulegé, es el primero en extensión territorial en BCS y el segundo en el país, y La Paz y los Cabos, los más florecientes. Veamos ahora los 5 en el mapa:


MAPA ACTUAL CON LOS MUNICIPIOS

Incrustemos

ahora

al

personaje

que

ayer

deslumbró

y

descolló, fue nativo de aquí, y por la gente nombrado sin error y tropiezo: Agustín Arriola Martínez. Fue presidente municipal de La Paz de 1917 a 1920 y el décimo quinto gobernador del Distrito de Baja California Sur de 1920 a 1924. No manoseó la fortuna porque era ajena e impropia y él reunió, en su mismo habitáculo, no sólo la educación que lo izaba, sino de cultura una pipa que no lo dejó cabriolar. Nació en La Paz, Baja California Sur, el 11 de octubre de 1887, y desde su juventud se dedicó a los negocios. Sus padres

fueron

Agustín

Arriola

Erquiaga

y

Talpa

Martínez

Talamantes, y sus abuelos paternos, Modesto Arriola Andaya y Teresa Erquiaga, todos de La Paz. Casó con la señorita Leonor Sepúlveda y sólo tuvieron un hijo: Carlos. Y de él procrearon 4 nietos: Agustín, Carlos. Leticia y Leonor.

A

los

33

años

de

vida

se

convirtió

en

el

primer

gobernador nativo del Distrito de BCS, electo en comicios el 15 de agosto de 1920 y autorizados por el Presidente de


la República, Adolfo de la Huerta, en donde arrolló como río. Después de 1924 abandonó la política por simpatizar con

el

general

sinaloense

Ángel

Flores,

candidato

a

la

máxima magistratura que ni ganó.

Murió el 10 de junio de 1971 en La Paz. Vivió 84 años y descansa aquí.

Cripta familiar Los Arriola locales son de esta forma, con “i” intermedia, y el de Juan José, el escritor de Jalisco, es con “e”, así: Arreola. Es de otro linaje, pero tan docto como él.


II

En la Historia General de la Baja California Sur de la UABCS escrita por varias autores (Ignacio Rivas Rosa

Elba

Rodríguez

Tomp,

Francisco

Altable,

Hernández, Dení

Trejo

Barajas, José Urciaga G., Ma. Eugenia Altable, José Antonio Martínez de la Torre y Edith González Cruz), dice: “... la significación histórica de Agustín Arriola va

mucho más allá de su actividad política en la vida cultural de la media península. El hijo de Agustín Arriola Erquiaga y de Talpa Martínez de Arriola es uno de los personajes regionales

que

límites

de

colapso

que

Revolución

mejor

una

revelan

sociedad

había brindó

local,

sufrido un

las

el

espacio

potencialidades en

una

poder

y

los

época

donde

el

central

por

la

excepcional

para

su

manifestación. Nacido

en

La

Paz,

en

1887,

Agustín

Arriola,

hijo,

hereda, junto con las propiedades ganaderas de Tijuana y


San Luis Gonzaga y el comercio al menudeo de la capital sudcaliforniana,

las

inquietudes

políticas

de

su

abuelo

Modesto Arriola –“un hombre de acción” del siglo XIX, como lo calificó Adrián Valadez- y las aptitudes mercantiles de su

padre,

negociante

importador

que

incursionó

en

la

ganadería y aún en el negocio de las perlas y las conchas. Metido desde pequeño en las empresas de la familia, Agustín Arriola Martínez muestra en sus libros de contabilidad el orden y la meticulosidad que tanto le ayudarían a sortear dificultades financieras con las que se topó, primero como regidor

y

presidente

municipal

de

La

Paz

y

luego

como

gobernador del Distrito Sur de la Baja California. Arriola dejó al cuidado de su padre los ranchos y los negocios política

para

ocupar

un

sudcaliforniana

espacio en

importante

la

época

en

la

vida

inmediatamente

posterior a la Revolución mexicana. El período 1917-1920, precisamente la etapa pública de su personaje, está montado en

un

interesante

y

contradictorio

proceso

de

lucha

y

negociación entre las autoridades centrales y los grupos regionales en todo el país. Lo

valioso

de

la

experiencia

política

de

Arriola

Martínez está en su originalidad frente a ciertos fenómenos nacionales que entonces intentaban prevalecer, pero también en

la

coincidencia

de

algunas

decisiones

suyas

con


directrices que a nivel nacional iban a la vanguardia y que marcaban rumbos. Don Agustín es un gobernante civil en la era

del

militarismo,

y

su

interés

porque

los

jóvenes

calisureños prosigan sus estudios en la capital del país, cuya convocatoria examinó el ayuntamiento paceño el 15 de octubre

de

1920,

es

contemporánea

de

los

esfuerzos

de

Vasconcelos desde la rectoría de la Universidad Nacional por crear la Secretaría de Educación Pública. Arriola

es

el

administrador

público

empeñado

en

concienzudos reajustes y considerables economías, en los tiempos de los cañonazos de 50 mil pesos y los vales de 11 mil pesos que Hacienda tenía que cubrir para pagar las cenas de cierto general en el “Café Colón” de la ciudad de México y también es el que solicita al Presidente de la República máquinas perforadoras de pozos para el fomento agrícola de la región.


En su sesión reglamentaria del 22 de agosto de 1920, el ayuntamiento paceño, que no se reunía formalmente desde el 13 de mayo de ese año, conoció entre otros muchos asuntos, un “escrito presentado por el C. Agustín Arriola, hijo, primer regidor propietario, solicitando un permiso de dos meses,

para

breve:

separarse

Concédesele

sustituirlo.” ocuparse

No

de

y

dicho

cítese

volvería

directamente

de

el los

cargo”.

El

al

Concejal

señor

Arriola

asuntos

del

acuerdo

fue

que

deba

Martínez

municipio

a con

cabecera en la capital del Distrito de la Baja California, en los que tanto había intervenido, porque el 15 de agosto de ese crucial año de 1920 había resultado triunfador en la consulta

convocada

para

elegir

gobernador

en

la

media

península. Su victoria se debió, según Pablo L. Martínez, a

que

disfrutaba

de

grandes

simpatías

entre

todas

las

clases políticas y sociales. El plebiscito que colocó al comerciante y ganadero al frente de los destinos de los calisureños fue autorizado por el presidente constitucional sustituto Adolfo de la Huerta, uno de los cabecillas de la rebelión de Agua Prieta que depuso a Venustiano Carranza, dentro de los esfuerzos de

pacificación

que

el

político

sonorense

realizó

a

lo

largo y a lo ancho de la República en pro de la concordia necesaria

para

consolidar

el

estado

mexicano

post-


revolucionario. Profesor de una escuela comercial de su ciudad natal, Agustín Arriola sabía bien, al llegar al poder ejecutivo local, que la inmensa mayoría de sus paisanos no tenían más horizonte educativo que el que brindaban esos planteles educativos.

Según

Castro

Agúndez,

“hasta

entonces,

sólo

cuatro profesionistas sudcalifornianos habían surgido: el doctor

Federico

licenciado

Cota,

Carlos

el

Meza

ingeniero

León

y

Manuel

el

Balarezo,

ingeniero

Modesto

el C.

Rolland. Arriola Martínez conocía también las penalidades de los rancheros sudcalifornianos... y las atendía de su propio estipendio. A muchos como a Manuel G. Romero, aquel luchador que a fines

del

Porfiriato

encabezara

el

Club

Democrático

de

Santa Rosalía “Manuel Márquez de León” les pareció que con Arriola

se

iniciaba

una

ruta

ascendente

para

los

sudcalifornianos. Para él había “llegado la hora en que se operará

en

la

Baja

California

una

verdadera

evolución

política y económica”. Con la derrota del candidato de Arriola, general Ángel Flores

que

no

pudo

participara

en

la

convencer

lucha,

se

a

de

lanzó

la él

Huerta mismo

de

contra

que el


aspirante Elías Calles, y al salir derrotado se retiró para siempre la figura de Arreola, discriminado y excluido. “La hora del progreso no sonó”, dice el libro. Tres hombres lo conocieron y fueron coetáneos de él, y egregios,

también,

y

dos

conocieron su amor y mesura

nietos

no

por todo.

III

menos

radiantes

que

Son los siguientes:


Don Pablo L. Martínez escribe en su “Historia de Baja California” lo siguiente:

“En

el

resistencia

mes de

de

parte

mayo del

de

1920,

gobierno

de

desaparecida Carranza

y

toda muerto

éste, fue enviado a hacerse cargo del gobierno del Distrito Sur el Gral.

Francisco D. Santiago, que en el recién caído

régimen figuraba como gobernador de Nayarit. Este militar estuvo allá hasta el mes de septiembre, en que entregó el mando

al

ungido

por

el

voto

popular

en

un

plebiscito

concedido a los habitantes de la entidad por el Presidente de la República, Sr. Adolfo de la Huerta. El acto electoral se efectuó el 15 de agosto de 1920 y resultó electo el Sr.


Agustín Arriola hijo, quien se llevó la mayoría de los sufragios, ya que disfrutaba de grandes simpatías entre todas las clases sociales. Un gran regocijo despertó en la ciudadanía Federal

y

sudcaliforniana durante

el

la

concesión

período

del

Sr.

del

Ejecutivo

Arriola

las

comunidades fueron atendidas con acuciosidad , lo mismo que a las personas. Pero al acercarse la elección Presidencial de 1924, este señor se inclinó por la candidatura del Gral. Ángel Flores, lo que motivó su retiro del cargo, con fecha 20 de septiembre de 1924. Al respecto, cabe mencionar que no fue retirado de su puesto, porque, según afirma su nieto Carlos. “No fue destituido del cargo como se cree actualmente, él por su propia voluntad viajó a la ciudad de México acompañado de otras dos personas del gobierno para entregar su investidura, la cual ya había naturalmente terminado a los 4 años de ejercicio”.

La

administración

de

Arriola

puede

concretarse

como

sigue:

a).-

Reorganizó

las

oficinas

de

gobierno,

exigiendo

eficiencia y responsabilidad a cada empleado.

b).- Impuso moralidad y honradez en el manejo de los fondos públicos.


c).- Expidió la primera Ley de Hacienda, para regular las fuentes de ingresos oficiales.

d).- Mandó el primer grupo de estudiantes pensionados a la ciudad de México, del cual salieron después profesionistas capaces, hijos de la región, que antes no había.

e).- Prestó atención a los ramos de ganadería, minería y agricultura, dándoles protección.

f).- En su tiempo no hubo casos de personas que recurrieran a la justicia federal. El hombre respetaba las garantías constitucionales.

g).- Construyó llamativos edificios escolares en las zonas rurales y atendió las demás necesidades del ramo en las medida de las posibilidades económicas del gobierno local.

h).-

Durante

su

administración

se

inicio

la

Carretera

Transpeninsular con el tramo comprendido entre La Paz y Bahía Magdalena.


IV

El Lic. Braulio Maldonado Sández, primer gobernador de Baja California (norte) y oriundo de esta entidad (BCS) dice

en

su

dedicatoria,

libro lo

que

“Qué

Bonito

sigue:

era

“Dedico

mi

Pueblo”,

en

su

las

páginas

de

la

presente obra a paisanos, amigos y parientes del Estado Sur de la Baja California, particularmente a los que radican en San José del Cabo, mi pueblo natal. Dedico también esta modesta obra a todos mis compañeros con quienes compartí el


pan y la sal en la Casa del Estudiante de Baja California ubicada en la capital de México en donde encontré albergue generoso para estudiar y adquirir una humilde cultura que me ha permitido escribir este pequeño ensayo de carácter costumbrista. Este grupo de jóvenes fueron los pioneros de los estudiantes del Territorio Sur que lograron forjarse como profesionistas útiles a nuestro pueblo. Incluye mi dedicatoria la memoria a don Agustín Arriola Jr.,

Gobernador

del

extinto

Territorio

Sur

de

la

Baja

California, nativo de La Paz, y quien fue el impulsor de las primeras generaciones de jóvenes estudiantes quienes se prepararon

en

las

diversas

facultades

universitarias

y

tecnológicas de la Capital de la República. Don Agustín Arriola Jr. tuvo la idea noble y generosa de proteger a los jóvenes sud-californianos, en su mayoría de origen humilde, para

que

adquirieran

una

cultura

superior

en

bien

del

pueblo de la Baja California y de México. Los jóvenes estudiantes con quienes compartí el pan y la sal y las aulas universitarias, fueron los siguientes: Don

Alejandro

Pedrín,

don

Jesús

Castro

Agúndez,

don

Manuel Castro S., don Gustavo Uruchurtu Moreno, don Luis Paláez, don Pedro Peláez, don Francisco Cota, don Pablo Nolasco, don José María Aréchiga, don Benjamín Osuna, don Rafael

Osuna

Bareño,

don

Roberto

Piñeda,

don

Arturo


Delgado, don José Ma. Meza Olmos, don Basilio Flores, don Héctor Núñez, don Basilio Flores, don Domingo F. Carballo, don

Alfredo

Federico

Green

Romero

y

González, don

don

Ignacio

Salvador

Rochín,

Delgado.

Este

don grupo

constituyó, pues, la avanzada de otros jóvenes de la Baja California

Sur,

quienes

en

forma

entusiasta

e

interrumpidamente fueron llegando a la Capital de México, para seguir sus estudios superiores”. Todos los estudiantes, o casi todos, fueron notables y lúcidos cuando fueron profesionistas más tarde.


V

El

Profr.

Jesús

Castro

Agúndez

escribe

en

su

libro

“Patria Chica” un sentido recuerdo:

“La existencia

en la ciudad de México de una casa que

aloje a los jóvenes sudcalifornianos que deseen realizar estudios superiores, ha sido una necesidad de todos los tiempos que, por primera vez se hizo realidad en el año de 1920

por

electo

disposición

gobernador

del

del

Sr.

Agustín

entonces

Arriola

Distrito

Sur

Martínez, de

Baja

California. Desde que los sudcalifornianos tuvimos conciencia de que existíamos

como

pueblo,

aspiramos

a

ser

gobernados

por


alguien que estuviera compenetrado de nuestros problemas, de preferencia nativo de la entidad. Don Adolfo de la Huerta, sonorense que había tenido la oportunidad de palpar este anhelo durante sus visitas a la península, forma

al

asumir

interina

en

la

el

Presidencia

año

de

de

1920,

la

República

nos

sudcalifornianos la oportunidad de elegir

brindó

a

en los

gobernador por

medio de plebiscito. Dos

hombres

surgieron

a

la

palestra:

uno,

un

viejo

militar de brillante trayectoria, el Corl. Urbano Angulo; el

otro,

un

joven

comerciante,

don

Agustín

Arriola

Martínez. Ambos elaboraron su plataforma para gobernar y se lanzaron a la lucha. Don Agustín Arriola incluyó un punto muy importante en su programa de acción: integrar un grupo de sudcalifornianos escuelas

para

superiores

que de

continuaran

la

ciudad

constituía una verdadera novedad

sus

de

estudiantes estudios

México,

lo

en que

y le daba a su campaña

política un gran atractivo. Al después

de

elecciones, brillante

asumir haber al

la

gubernatura

obtenido

que

propósitos

no de

un

eran su

don

triunfo ajenos

Agustín

Arriola,

arrollador su

gobierno,

juventud para

en

las

y

los

cumplir

su

compromiso utilizó los servicios del Profr. Arturo Oropeza


Villegas,

distinguido

maestro

jalisciense

que

muy

joven

había llegado a la ciudad de La Paz y que a la sazón era Director de la escuela Ignacio Allende, hoy Miguel Hidalgo, encomendándole que integrara el primer grupo de estudiantes sudcalifornianos que debería marchar a la ciudad de México para incorporarse a las aulas capitalinas. El

encargo

del

gobernador

Arriola

Martínez

para

el

maestro Oropeza, no se concretó a la integración del grupo sino que incluyó la tarea de conducirlo a la ciudad de México

y

fundar

ahí

la

primera

Casa

del

Estudiante

Sudcaliforniano.

El 19 de noviembre de 1920, el grupo partió en el pailebot San Antonio... y cuatro días más tarde llegamos a


Manzanillo...

al

día

siguiente

tomamos

pasaje

hasta

Colima... después a Guadalajara... y a México, finalmente, a donde llegamos a las 8.00 de la mañana del día 26 de noviembre... 7 días de viaje de La Paz hasta México. días por mar y 3 por tierra.

(4


VI

El Dr. Carlos Arriola Isáis, director del Benemérito Hospital “Salvatierra” de La Paz en su tiempo y nieto de don Agustín, lo describe así:

“Viví con él durante los primeros 12 años de mi vida. Era un hombre de gran personalidad, muy imponente, de voz penetrante y baritonal y poco tolerante con las travesuras de sus pequeños nietos, lo que equivale a decir “de mecha corta”. Vivíamos en su casa de Ezquerro número 15 y no me tocó conocer a mi abuela Leonor quien había fallecido dos años antes de mi nacimiento.


Me gustaba mucho escucharlo hablar inglés, idioma que dominaba con gran fluidez, ya que en sus mocedades había vivido en Estados Unidos por casi 10 años. andaba de moda una canción llamada

Por esa época

¨Il´l Never Find

Another You¨ (The Seekers, 1968) y le gustaba escucharla en la vieja consola o ¨victrola¨ como él la llamaba. There's a new world somewhere they call the promised land and i'll be there some day if you will hold my hand...

Era un apasionado de la ópera. En una ocasión, en la sala de casa, me platicó que había visto cantar a Enrico Caruso en la ópera ¨Carmen¨ de Bizet en Nueva York. Recuerdo también que el ex-gobernador Hugo Cervantes del Rio lo visitaba con frecuencia en casa, platicaba largos ratos y

le pedía algunos consejos. En otra ocasión, en un

viaje a La Paz, el ex-presidente Echeverría, lo mandó llamas para conocerlo. En varias ocasiones me tocó ir con él y mi papá a los ranchos que tenía: Las Lagunillas y anexas, como les llamaba, y una ocasión me dejó disparar con su pistola Colt 38 Especial a un blanco que, por supuesto, no acerté. Él, magistralmente, al primer disparo, puso en el suelo el objeto, y debía haber tenido como 75 años. Es por esa cercanía que lo llamábamos “Tata” para


diferenciarlos de don Isidro Isáis al que nombrábamos “abuelo”. Don Agustín fue político, comerciante, agricultor, ganadero, maestro, bilingüe, melómano y muy culto, en pocas palabras. Con ese don que pocas personas tienen de ser justo, conservador, prudente y benévolo, si la situación lo ameritaba, razonablemente, hacía erupción hasta resolver el problema, para luego volver a la calma. Creo que fue un gran hombre que se adelantó a su tiempo en un país que no encuentra apenas en su madurez. Recuerdo también que el ex-gobernador Hugo Cervantes del Río lo visitaba con frecuencia en su casa, platicaba largos

ratos

occasion,

en

y

le un

pedía viaje

algunos a

Ls

consejos,

Paz

del

Echeverría, lo mandó llamar para conocerlo.

y

en

otra

ex-presidente


VII

¡Hola, soy Agustín, nieto mayor de don Ídem y les voy a platicar algo sobre él, ¡faltaba más!, aunque sea el último de la fila, contribuyo con esto:

Don Agustín, aunque tengo el honor de llevar su nombre de pila, mi abuelo paterno, se graduó en 1911 en Los

Ángeles,

Calif.,

en

la

escuela

The

Issac

Woodbury

Bussiness College (que aún existe en Burbank, LA) en la


carrera de Contador Público, vivió 2 ó 3 años allá con su hermana María, luego regresó a La Paz, en donde dio clases de

comercio

en

el

Instituto

Independencia,

anexo

a

la

Parroquia, inaugurado por el Gral. Félix Ortega, junto con otros maestros como Isidro Isáis, Filemón C. Piñeda y el profesor Esparza.

Después entró

al Municipio y empezó su

carrera política.

Diploma de Agustín Arriola Martínez como Contador Público.


Ratifica Agustín: Destacando su personalidad puedo decir

que poseía un talante majestuoso, enérgico, sanguíneo, de respuesta

ágil,

emprendedor,

con

arranques

de

dinamismo

alternados por la calma, mirada desafiante, intolerante a la insolencia, muy leal y desprendido, enemigo del boato y de

la

injusticia.

Era

de

carisma

patriarcal,

autosuficiente, de una dignidad infinita. A la gente le gustaba que fuese así.

DEL ÁLBUM FAMILIAR


Agustín Arriola Martínez de un año de edad en 1888.


Carlos,

su

hijo

único;

su

esposa,

Ma.Antonieta;

hermana Leonor; don Agustín y su esposa, Leonor también.

su


C AgustĂ­n Arriola MartĂ­nez en Chametla.


Creaci贸n de la Escuela de Tropa en La Paz.


A la izquerda: Gobernador Arriola y a la derecha, Gilberto Isรกis Marq, presidente municipal de La Paz.


El gobernador Arriola con un grupo de personas de la 茅poca.

Reuni贸n.


De gira por el campo del Distrito.


El archive del gobierno.


Obras hidrĂĄulicas de su gobierno en el sur.

Obras en San JosĂŠ del Cabo.


Primero y segundo grupo de estudiantes a MĂŠxico. 1920.

lo. de agosto de 1913 con su esposa.


Tata Agustín Arriola Martínez, nana Leonor y sus nietos Agustín y Lety Arriola Isáis en el ejido Chametla.


De der. a izq.: Agustín Arriola Martínez, Agustín Arriola Isáis,

Isidro

Isáis

Marcq

y

Francisco

Famanía

López

(hermano de la abuela) en un antiguo aeropuerto de La Paz y en una Semana Santa de 1966. Al fondo, Carlos Arriola Isáis en el cerco frontal.


En México en 1924 con algunas personas de donde salió a El Paso y de ahí a Nueva York. Al reverso envía saludos a la familia.


Agustín Arriola Martínez en 1969 a dos años de su muerte.


VIII

Su nombre ha sido recordado en diversos lugares de la geografía estatal: una colonia en La Paz, una calle, un kinder y una escuela primaria que llevan su nombre y en otros municipios lo mismo. Hay que considerar que sólo había desempeñado dos cargos de orden político, sólo dos, como Presidente Municipal de La Paz (1917-1920) y gobernador del Distrito, con lo cual se demuestra que no se requiere experiencia para realizar compromisos, crear

e

sino

buenas

instalarlos,

deseos

adivinar

y sus

pasión

desmedida

bonanzas

y

para

acciones

primarias que sirvan y plazcan a la masa votante y, de por si, requiriente. Otro aspecto primario que no requiere entresijos para realizar los propósitos, se puede lograr con la ayuda de la federación asistente o de la mano del pueblo para hacer lo que fuere, lo difícil o extremamente complejo, es enviar estudiantes a México, construir carreteras, expedir leyes propicias o apoyar prioridades del sector productivo como motor detonante. Un acierto notable fue llevar estudiantes de pueblos distintos para crear la cimiente de una planta robusta que con el tiempo dio frutos, si no lo estiman así busquen


nomás en el grupo. Otra carácter

gran

evidencia

político

y

es

que,

puntería

por

ciertos

equivocada

o,

afectos tal

de

vez,

desacierta, es el caso de apoyo a un candidato frustrado que

enterró

para

siempre

sus

obras

preclaras

sin

poder

levantarse aún siendo gigante. ¿O es, acaso, por su gran entereza en el manejo de fondos del erario porteño al no permitir la impudicia, la inmoralidad y el descoco? Además de los hechos de su historia exitosa en el siglo vigésimo,

tan

importante

como

él

y

de

gran

estatura,

podemos decir que DON AGUSTÍN EFECTUÓ Y CUMPLIÓ COMO NUNCA Y FUE MÁS QUE NOTABLE, un total visionario. Alguien que mucho sabía de su poliédrica vida y de su obra fructuosa de cuatro años de líder y tres de munícipe, interrogó esperanzado: ¿Crees que pueda hospedarse en la Casa de los Sudcalifornianos Ilustres a este ser adjetivo? Puede ser.


Honor al que lo merece donde debe estar.


Agustín Arriola Martínez, Visionario y Magnánimo de Armando Trasviña Taylor se termino de escribir en el año de 2014.


Agustín Arriola Martínez, contador público, profesor y político, comerciante, campero, bilingüé y melómano, fue el primer gobernador nativo y civil de Baja California Sur que impuso récord en todo lo que creó y fue divisa y señuelo, y lo que no hizo, encauzó, encañonó, encaminó. Fue, en verdad, delantero.


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