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ROMANCE Y BODA
Isabel II y Felipe Una historia de amor anunciada
Como un cuento de hadas, se podría describir el romance que vivieron durante 74 años
POR GLADYS GARCÍA CHANGIR / FOTOS: AFP
“Es mi roca. Ha sido mi fuerza y mi sostén”
Fue en la boda de la princesa Marina de Grecia y Dinamarca con el duque de Kent, en la Abadía de Westminster, el evento en el que se conocieron. Isabel tenía siete años y era la dama de honor de la ceremonia –en ese momento no tenía oportunidad alguna de convertirse en reina– mientras que Felipe, de 12 años, asistió al enlace por ser primo hermano de la novia. Aunque los niños solamente intercambiaron palabras, la prensa ya destacaba que en un futuro ambos podrían llegar al altar, y no se equivocaron. UN ENCUENTRO MÁGICO En 1939, los jóvenes volvieron a coincidir, habían pasado cinco años desde el momento en que se conocieron, ahora había otro panorama, Isabel se perfilaba como la heredera a la corona, después que su tío, Eduardo VIII, abdicó al trono. Por su parte, Felipe era un cadete naval en un momento de tensión en Europa, por la Segunda Guerra Mundial. La conexión entre ambos fue instantánea; Isabel, que había vivido una vida muy protegida, quedó deslumbrada por la agilidad deportiva de Felipe, al punto de tener la determinación de casarse con él, después de ese afortunado encuentro.
Durante la guerra se distanciaron, pero él se mantuvo escribiéndole. En 1943, Felipe viajó a Gran Bretaña y, al finalizar la guerra, el romance se tornó más formal. Aunque el Palacio tenía sus reservas sobre la relación, porque las hermanas de Felipe estuvieron casadas con nazis, Isabel se negó a dejar el romance. El rey cedió, y el compromiso se anunció el 8 de julio de 1947.
PASADO OSCURO El príncipe caído en desgracia, tras el exilio de su familia en Francia, vivió momentos díficiles en su infancia, pero gracias a su tío el lord Mountbatten, primo del rey Jorge VI, logró tener un futuro mejor, al lado de Isabel II. Lejos de representar un buen partido, por su nexos con Alemania, Felipe logró cautivar a Isabel y aprovechó las vacaciones en Balmoral para pedir su mano. Desde el comienzo intentó imponer algunas aspiraciones personales, sin embargo su labor fue estar destrás de la reina de una de las monarquías más importante. Tras cuatro años de compromiso, la pareja, logró casarse y permanecer a flote pese a las adversidades, que incluyeron presuntas infidelidades por parte de Felipe.
Su matrimonio no fue arreglado como los de otros miembros de la realeza, sino que realmente estaban enamorados
Ambos disfrutaban de tener mascotas
UN DESTELLO DE FELICIDAD
En medio de la recesión por la postguerra, la unión de Isabel y Felipe fue un aliento de alegría para el pueblo británico. Winston Churchill decidió catalogar la ceremonia como “un destello de color en el duro camino que tenían por recorrer”. Desde todas partes del mundo asistieron los 2.000 invitados reales, la princesa utilizó un vestido de seda. bordado con 10.000 perlas, que además fue costeado por cupones de racionamiento.
La radio BBC llevó el evento a otro nivel, al ser la primera boda real retransmitida en todo el mundo. Felipe sorprendió a la novia, al regalarle un brazalete de diamantes diseñado por él. La pareja recibió alrededor de 2.500 regalos y más de 10.000 felicitaciones por telegrama. Por su parte, aunque la madre de Felipe se dio cita en la boda, los grandes ausentes de la ceremonia fueron sus tres hermanas y sus esposos alemanes; al finalizar el evento, los novios decidieron pasar su luna de miel en suelo patrio, debido a la austeridad de la postguerra.