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FUNERAL

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CARLOS III

CARLOS III

Último adiós Diez días de luto

El pueblo en distintas regiones, tuvo la oportunidad de rendir tributo a la monarca más significativa del este siglo

POR BEATRIZ PELLEGRIN B. / FOTOS: AFP

“Se murió la reina”, fue la frase que más se repitió en todos los grupos de redes sociales y de mensajería del mundo, el 8 de septiembre de 2022; sin decir que era Isabel II, la gente asumió de quién se trataba, porque ella era la reina, no solo del Reino Unido, su imagen se estableció en siete décadas de historia como ícono monárquico amado y odiado; pero sobre todo, recordado desde ahora por concentrar el reino en ella misma, moldeándolo con el pasar de los años.

Cerca del mediodía se conocía la noticia. El primer anuncio sobre la muerte de la reina destacaba en la cuenta de Twitter de la familia real británica, a la 1:30 p.m., sin dar mayores detalles de la causa de su fallecimiento. Su salud fue de preocupación durante meses.

Los restos de la reina fueron trasladados desde su castillo vacacional en Balmoral, Escocia, en un viaje por vehículo de 300 kilómetros, que duró cinco horas hasta Edimburgo, donde llegó a las tres de la tarde del domingo 11 de septiembre directamente al palacio de Holyroodhouse, residencia real ubicada frente al parlamento regional escocés. En su recorrido pasó por las localidades de Ballater, Aberdeen y Dundee, entre otras, donde los lugareños salieron a rendir honores en un cerrado silencio.

El lunes 11 de septiembre, el féretro permaneció 24 horas en la capilla de Saint-Gilles, en la capital escocesa, para que los ciudadanos le rindieran honores. El martes 12 de septiembre, fue trasladado en avión a Londres, donde continuó el proceso de velación, en el que el pueblo hizo largas horas de cola para poder dar sus condolencias en capilla ardiente, instalada en el Salón del Palacio de Westminster.

Sin duda alguna, el impacto de Isabell II en su pueblo se sintió en estos 10 días, en los que las personas se acercaron no solo a la capilla, sino en su forma de llevar el luto nacional en calles, restaurantes, juegos y conciertos.

Llegó el día fijado de su sepelio, el 19 de septiembre desde las 10:00 a.m., comenzó el traslado de Isabel II a su última morada en el Palacio de Windsor, en el memorial de George VI.

Arrastrada con cuerdas por 142 miembros de la Marina Real, una cureña (carro de cañón) transportó los restos mortales, seguida por miembros de la familia real, encabezados por Carlos III.

ESPERA DEL PUEBLO Mientras la reina hacía su recorrido desde Escocia hasta Londres, el Green Park, muy cerca del palacio de Buckingham, se llenaba de ramos de flores y personas que esperaban la llegada de los restos de la reina.

La espera fue atendida por el nuevo rey Carlos III y su esposa Camila, quienes mostraron agradecimiento a las personas. Lo mismo hicieron los hijos de Isabel II, así como sus nietos.

PROTOCOLO CASI PERFECTO Si algo quedó demostrado con el funeral, es que los británicos saben cumplir a cabalidad el guion bien estructurado creado por la reina para este momento. Demostraron cómo se realiza un réquiem con todo el lujo y la solemnidad, sobre todo por la magnitud de la fallecida, que impactó todos los niveles de la sociedad mundial.

Tras cuatro días en el palacio de Westminster, llegó el momento de llevar el cuerpo de la fallecida reina, en un recorrido por más de tres kilómetros, hasta la capilla St. George, para su posterior sepelio.

Luto cerrado y mujeres con sombrero, fue lo indicado por la reina para los 2.200 invitados que fueron ubicados, según su rango y cargo. El no llorar fue parte del código de la familia real, pero bastante complicado de cumplir para el nuevo rey Carlos III, quien derramó algunas lágrimas al llegar a St. George. Mientras que la princesa Charlotte, hija de William, también rompió en llanto cuando el féretro de su abuela abandonó la capilla para ir a la cripta donde reposan sus padres, su hermana Margarita; y su esposo Felipe, duque de Edimburgo.

Los restos de Isabel salen de Balmoral para un recorrido de 300 kilómetros hasta Edimburgo

Los hijos y nietos de Isabel II, excepto Carlos III, saludan a las personas en Balmoral

El ataúd de la reina Isabel II, transita las calles desde el Palacio de Holyroodhouse hasta la Catedral de St Giles

La princesa Ana se inclina ante los restos de su madre en Holyroodhouse

El nuevo rey rinde honores en la capilla St. Giles. El pueblo escoces también se despidió

El cuerpo de la reina fue transladado desde el aeropuerto de Edimburgo en un avión militar C-17 Globemaster

Liz Truss, primera ministra junto a su esposo Hugh O`leary rinde tributo a Isabel II

El féretro llegó directo al Palacio de Buckingham tras aterrizar en Northolt, una base aérea al oeste de Londres

Más de 20 horas la espera para entrar a Westminster

DÍA FINAL Sobrecogedora solemnidad reinó en la capilla St. George, misma en la que se casó con Felipe, donde los invitados dieron el último adiós. Entre estos invitados había 200, pertenecientes a la sociedad civil, previamente seleccionados por la reina por su papel en pro de la nación.

Al llegar los restos al templo, el coro entonó el canto, “Yo soy la resurrección y la vida”, que ha sonado en cada funeral de Estado desde el siglo XVIII.

Tras el recibimiento por el decano de Westminster, David Hoyle, y la lectura del Evangelio según San Juan por la primera ministra Liz Truss, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, pronunció un sermón en el que destacó la vocación de servicio de Isabel II.

“Su difunta majestad, como es bien sabido, declaró en el discurso de su 21 cumpleaños, que toda su vida estaría dedicada a servir a la nación y a la Commonwealth. Rara vez se ha cumplido tan bien una promesa”, dijo. La música entonada durante la ceremonia, fue del organista William Harris, seleccionada por Isabel II para este momento.

El cetro, el orbe y la corona imperial, símbolos de su reinado, fueron retirados del féretro al finalizar la misa, separando a la reina de la corona por primera vez en 70 años.

El rey Carlos III puso la bandera de su madre, la reina Isabel II, en su ataúd, al momento en el que el lord Chamberlain rompe la vara de oficio con lo que termina su reinado.

El acto solmene cerró con el himno nacional, “Dios salve al rey”, y con este cántico simbólicamente culminó para muchos toda una época que llevaba a cuestas Isabel II. Siguieron dos minutos de silencio que retumbaron en todo el país y en el casi inquebrantable mutismo del lugar.

Un gaitero escocés entonó un cántico de lamento, que fue otra de las peticiones de Isabel II, y con esta armonía sus restos bajaron a la cripta familiar.

CEREMONIA CERRADA Tras el acto formal, la iglesia fue desalojada para tener una ceremonia solo con los miembros de la familia real, momento en el que se realiza el sepelio como madre y abuela. Con la muerte de Isabel, cerró un pacto entre la monarquía y la nueva sociedad del Reino Unido, donde la corona sigue siendo parte fundamental de la cultura británica

Instalada en el Hall de Westminster los restos de Isabel recibieron durante cuatro días al pueblo. En la foto sus 8 nietos haciendo guardia de honor.

El largo recorrido estuvo le lleno de solemnidad absoluta

Meghan, Camila, George y Kate observan la salida de los restos de isabel hacía Windsor La aflicción reinó en los rostros de la familia real, Kate Middleton asume una nueva responsabilidad

La princesa Charlotte no ocultó su tristeza y en algún momento derramó algunas lágrimas

Isabel II recorre la abadía de Westminster por última vez para el acto final

El recorrido de Londres a Windsor llevó a la reina a su morada final

La capilla ST. George en Windsor, donde se casó con Felipe, recibió a Isabel II para su última ofrenda

Carlos extendió una pequeña bandera con el símbolo de la corona británica

La corona sobre el ataúd contenía flores y follaje cortados de los jardines del Palacio de Buckingham, Clarence House y Highgrove House

La duquesa no pudo contener sus lágrimas Williams y George protagonizan un momento de lo que pareció un regaño al pequeño príncipe

Certificado de defunción de la reina Isabel II, donde indica la causa de la muerte

El entierro de Isabel II fue realizado en privado y sus restos reposan junto a su padre George VI

Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, causaron revuelo al llegar

Invitados especiales Realeza y mandatarios

la despiden

Importantes personalidades se reunieron en el funeral de Estado de Isabel II, para una emotiva e histórica despedida a la reina de todas las reinas

POR KEMBERLYN REYES / FOTOS: AFP

La reina Margarita y el príncipe Federico de Dinamarca La Abadía de Westminster en Londres, se convirtió en el punto de encuentro de 2.200 invitados; entre esos, varios políticos, jefes de Estado y todos los líderes de la realeza europea, occidental y oriental, para despedir a lo grande a la reina Isabel II.

El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, y la reina Silvia, junto a los reyes de Países Bajos, Guillermo y Máxima El presidente francés, Emmanuel Macron; y su esposa, Brigitte Macron

Los emperadores Naruhito y Masako de Japón La actriz Sandra Oh acudió al funeral con el nadador Mark Tewksbury y el artista Gregory Charles

El príncipe Alberto y Charlène de Mónaco, sorprendieron con su llegada juntos

La primera ministra británica, Liz Truss, fue de las primeras en llegar al funeral de Estado

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau; y su esposa, Sophie Trudeau

El presidente israelí, Isaac Herzog, llegó a la Abadía de Westminster, de la mano de su esposa, Michal Herzog

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asistió junto a su esposa, la primera dama, Jill Biden Los reyes eméritos, Sofía y Juan Carlos I

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