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FOTOS ICÓNICAS

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Color block queen! La reina del estilo

Su look era completamente reconocible a kilómetros de distancia, ella convirtió su estilo en su marca personal

imperturbable POR ALEJANDRO GUTIÉRREZ TREMOLA / FOTOS: AFP

Durante toda su vida llevó el mismo estilo, un vestuario sobrio, siempre apegado al decoro, y con una paleta interesante de colores que la hacían destacar. Además, accesorizaba su look con distintos ornamentos que siempre tenían una simbología más allá de lo evidente.

Su colección de sombreros, joyas, tiaras, prendedores y broches, además de sus bolsos y vestidos, la hicieron un ícono de elegancia.

La reina Isabel nunca llamó la atención con sus diseños. Su estilo siempre fue clásico y sofisticado; sin embargo, hubo algo con lo que sí se destacaba. Y era con los colores que lucía, ya que la monarca usó casi todos los colores del arcoíris.

Verde, amarillo, rosa, azul, rojo, turquesa, lavanda, naranja; realmente, no hubo tono que Isabel no implementara en alguno de sus eventos. Eso sí, casi siempre apostaba por looks monocromáticos, lo que la hizo destacarse como una pionera del colorblock.

Al inicio de su reinado, hace más de 70 años, los diseñadores reales Hardy Amies y Norman Hartnell, confeccionaron los atuendos de la reina Isabel II, y crearon sus vestidos de boda y coronación. Sin embargo, durante sus últimos años, la asistente personal, asesora y curadora, Angela Kelly, fue quien planeó su guardarropa.

Buena parte de los característicos abrigos, de corte impecable y llamativos colores, tienen el sello del diseñador británico Stewart Parvin, quien también ha creado varios de sus trajes de chaqueta.

En su libro del año 2012 (Dressing The Queen), Angela Kelly publicó: “La reina tiene una comprensión fantástica de la ropa y la moda, y es muy consciente de lo que le queda bien, lo que sería apropiado para cualquier ocasión”.

Elizabeth Holmes, autora de “HRH: So Many Thoughts on Royal Style”, también señala que: “Hay una gran cantidad de pensamiento puesto en el guardarropa de la reina; y es muy importante, porque cuando sale del auto, todos miran lo que lleva puesto. Todos quieren ver a la reina”.

LIPSTICK PARA TODA OCASIÓN

La casa real británica tiene muchos protocolos que seguir, entre ellos, no usar esmalte de uñas oscuro o muy brillante, así como maquillaje supercargado. Sin embargo, la reina Isabel II siempre optó, al igual que su ropa, por llevar un color de labios relativamente llamativo. En diferentes ocasiones vimos a la reina Isabel II sacar su barra de labios y aplicarla en eventos públicos, utilizaba Beautiful Color Moisturizing Lipstick, de Elizabeth Arden, en concreto, el tono Pink Vibrations.

EXQUISITAS JOYAS

El ajuar de la monarca, además, incluye una colección invaluable de tiaras, coronas, collares, pulseras, anillos y otros accesorios, que o bien son parte del acervo hereditario de la corona, o han sido agregados con regalos que le otorgaban a la monarca. Las joyas más famosas son de las firmas Tiffany, Cartier, Garrard, y tienen diamantes, rubíes, opalinas, jades, esmeraldas, zafiros y turmalinas, entre otras piedras preciosas. Se dice que juntas llegan a tener un monto de más de 500 millones de euros.

SIEMPRE EL MISMO BOLSO

Los expertos aseguran que la monarca encargaba cinco nuevos modelos de este bolso cada año, y que en su vestidor había un total de 250 piezas de este complemento, que ha sobrevivido a las modas y tendencias. Los bolsos de la firma Launer London, han acompañado a la reina durante gran parte de su reinado. La historia de la familia real con Launer se remonta a la década de 1950, cuando la reina madre compró su primer bolso de la marca. Desde entonces, ha llevado sus diseños religiosamente. Todos se preguntan: ¿qué lleva dentro? Su Majestad llevaba consigo una mezcla de un compacto, un lápiz labial, algunos pañuelos de papel, mentas, golosinas para sus corgis, lentes de lectura, un diario y una pluma estilográfica, todas cosas útiles, sin importar dónde se encuentre.

MÁS DE 5.000 SOMBREROS

Los sombreros y tocados de la monarca tuvieron todos los colores habidos y por haber, además de las terminaciones y detalles como flores, plumas, mallas, cintas o pedrería. La reina era la encargada de decidir cómo quería los modelos para su colección, buscando que el diseñador replicara sus ideas al pie de la letra. Este accesorio se ubicó como una huella en la imagen de la reina, quien llegó a tener una amplia colección de más de 5.000 sombreros. Gran parte de estas piezas fueron diseñadas por Philip Somerville. Los sombreros, además, estaban adaptados a su particular corte de cabello, que era simétrico y tenía dos rizos grandes al frente y que fueron su sello en sus 96 años de vida.

¡BROCHES MENSAJEROS!

Cada una de estas impresionantes piezas que “adornan” el pecho de la soberana, tiene su historia y un significado especial para ella. Destacan el crisantemo de zafiro, la cesta de flores, el lirio de la ciudad de Londres, la hoja de palma de la reina madre, cullinan III y IV, el nudo de los amantes, el lazo de la reina victoria, la rosa del centenario, el girasol escarchado. Cada uno tenía una simbología que iba bien con el evento en el que ella se estaba presentando, o incluso con el invitado y una historia ligada al país de origen de ese invitado. Era una forma de hacer homenaje y diplomacia a través de una joya.

CON PASO FIRME

Isabel siempre lucía atuendos diferentes en todos los colores, pero había algo que no cambió durante años: el modelo de sus zapatos. Usaba sus clásicos mocasines Gucci, o los similares de la marca británica Anello&Davide, que tienen un costo de 1.200 euros el par, y en los que trabajan cuatro personas que utilizan las mejores pieles para fabricarlos. Todos ellos teñidos a mano y repelentes al agua. Además, su estilista, Angela Kelly, se los probaba y los preparaba antes que la reina los usara, para que no le hicieran ampollas. Norman Hartnell, también uno de los favoritos de la reina madre, fue el encargado de diseñar varios vestidos de la monarca. En 2020, la princesa Beatriz de York en su boda con Edoardo Mapelli Mozzi, celebrada en el castillo de Windsor, recicló uno de estos vestidos y, además, utilizó la tiara fringe de diamantes de la reina Mary, que Isabel II llevó en su boda con el duque de Edimburgo, en 1947, haciendo homenaje a su querida abuela.

Las “criaturas fantásticas” de Elizabeth

Muchos conocen la historia de los consentidos perros corgis de la monarca, pero su amor por los animales iba más allá de eso, bajo su protección tenía desde caballos, ballenas y hasta animales exóticos

POR CLARIBEL MIRANDA / FOTOS: AFP

UN AMOR DE GENERACIONES

Todo comenzó con una corgis llamada Susan, un regalo de sus padres a los 18 años. A partir de ahí, la británica se convirtió en una fiel amante de esta raza; y durante 14 generaciones, estos peludos estuvieron presentes en su vida. Se comenta que no continuó con el criadero de su pequeña “manada”, porque sus problemas de salud no le permitían darles la atención que necesitaban y, a su partida, no quería dejar perros jóvenes.

Sin embargo, los afortunados de cuatro patas pertenecientes a la familia real gozaron de muchos privilegios, que un humano envidiaría, incluso tienen una sala en el palacio llamada la “habitación de los corgis”. Duermen en cestas de mimbre, sus comidas son preparadas por un chef, y tienen dos sirvientes que se dedican solo al cuidado y atención de ellos.

Con el fallecimiento de la matriarca, muchos se preguntan qué pasará con sus perros, se sabe que la reina tenía cuatro caninos. Con respecto a Muick y Sandy, los corgis, serán adoptados por el príncipe Andrés. Mientras que Lissy, una cocker spaniel; y Candy, una dorgi (híbrido de corgi y perro salchicha), estarán bajo el cuidado del staff, por ahora.

Los privilegios de ser Isabel II no se limitan a la tierra, pues hay una regla que data del siglo XIII y dictamina que todas las ballenas, esturiones (especie de pez que vive en agua dulce), marsopas y delfines en las aguas alrededor de Reino Unido, pertenecen a la corona británica. Estas criaturas son reconocidas como “especies reales”, cuando están dentro de las tres millas de las costas del territorio.

REGALOS EXÓTICOS

A lo largo de los años y durante muchos de sus viajes, la monarca recibió varios animales exóticos como regalos de parte de líderes mundiales. Canarios de Alemania, jaguares y perezosos de Brasil, dos castores negros de Canadá, dos jóvenes tortugas gigantes de Seychelles (África) y un elefante toro de Camerún llamado Jumbo, aunque se dice que este último nunca llegó al Reino Unido. Ninguna de las adorables criaturas llegaron al Palacio, todas fueron donadas y puestas al cuidado de expertos en el zoológico de Londres.

LA PASIÓN DE MONTAR CABALLOS

Lilibeth, como le decían cariñosamente en su niñez, fue instruida en el ambiente equino desde muy joven, ya a las cuatro años había recibido su primer caballo, un Shetland llamado Peggy, regalo de su abuelo, el Rey George V. Se le escuchó decir en sus círculos más cercanos que, de haber podido elegir, hubiera sido criadora de caballos. Llegó a tener 30 –o quizás un poco más– caballos en entrenamiento para diferentes eventos. No solo le gustaba montar, también asistía a carreras y se frustraba si sus equipos no resultaban ganadores. La reina dejó este legado a sus nietos y bisnietos, quienes comparten el amor por estos animales, y también disfrutan en sus tiempos libres haciendo actividades con ellos como el polo, equitación, o solo cabalgando en los jardines del palacio. Los cisnes mudos del río Támesis también pertenecen a la corona Británica

Los consentidos perros reales, así como el pony favorito de la reina, rindieron homenaje al ataúd de la difunta cuando fue llevado al castillo de Windsor

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