Dearq
$50.000 COP 9 77201 13
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Urbanismos bottom-up
E-ISSN 2215-969X Revista de Arquitectura de la Universidad de los Andes
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URBANISMOS BOTTOM-UP BOTTOM-UP URBANISMS Enero de 2024 Raquel Bernal Salazar
Rectora Universidad de los Andes
Rafael Hernando Barragán Romero Decano Facultad de Arquitectura y Diseño
Claudia Mejía Ortiz
Directora Departamento de Arquitectura
Camilo Salazar Ferro Director
Lucas Ariza Parrado Editor
Carlos García Vázquez Camilo Salazar Ferro Editores invitados
Manuela Tafur Victoria Gestora editorial
Adriana Páramo Urrea
Coordinadora de publicaciones
Manuela Tafur Victoria Arte y diagramación
Tiziana Laudato Traducción
Alberto Ramírez, Tiziana Laudato Corrección de estilo
Floating University, Spatial Experiments 2021-2024, Créditos: Floating e.V., Daniel Seiffert, 2021 Imagen de carátula
Sebastián Trujillo-Torres Arquitectura Expandida Imágenes de postales
La Imprenta Editores S.A. Impresión
Dearq
Universidad de los Andes Facultad de Arquitectura y Diseño Departamento de Arquitectura Carrera 1 Este # 18A-12, Bloque C, Piso 5 Tel. +(571) 339 4949, Ext. 2456 Bogotá, Colombia https://revistas.uniandes.edu.co/index.php/dearq dearq@uniandes.edu.co E-ISSN 2215-969X Precio por unidad: $50.000 pesos (Colombia) Ediciones Uniandes Carrera 1a # 18A-12, Bloque Tm Tel. +(571) 339 4949, Ext. 2274 Bogotá, Colombia http://ediciones.uniandes.edu.co ediciones@uniandes.edu.co Distribución, ventas y suscripciones
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La revista no realiza cobros a los autores por la sumisión de artículos, evaluación por pares, corrección de estilo o publicación. La versión impresa de la revista tiene un precio y puede adquirirse en los puntos autorizados para la venta y comercialización. Todos los contenidos de la revista Dearq, a menos de que se indique lo contrario, están bajo la licencia de Creative Commons Attribution License* *Atribución: Esta licencia es la más restrictiva de las seis licencias principales, sólo permite que otros puedan descargar las obras y compartirlas con otras personas, siempre que se reconozca su autoría, pero no se pueden cambiar de ninguna manera ni se pueden utilizar comercialmente. Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia. Acreditación institucional de alta calidad, 10 años: Resolución 582 del 9 de enero del 2015, Mineducación
Dearq es una revista cuatrimestral (enero-abril, mayo-agosto y septiembre-diciembre), que publica al inicio de cada período, creada en el 2007 por el Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes (Colombia). Su objetivo es contribuir a la difusión de análisis, investigaciones, reflexiones y opiniones críticas que la comunidad científica nacional e internacional elaboren sobre la arquitectura, la ciudad y sus áreas afines. La revista recibe contenidos inéditos y originales, sin postulación simultánea, en español y en inglés. Está dirigida a una comunidad científica que incluye investigadores, profesionales, estudiantes e interesados en contribuir con el diálogo y el intercambio de ideas basadas en las discusiones y problemáticas abordadas por la revista. La estructura editorial de la revista Dearq se divide en secciones: - La sección Investigación reúne un conjunto de documentos que abordan el tema específico del número mediante la exposición de avances o resultados de investigaciones con una perspectiva crítica y analítica. - La sección Proyectos presenta una selección de obras arquitectónicas y urbanas recientes y/o significativas, que complementan el tema específico de cada número. - La sección Creación expone trabajos creativos que desde disciplinas distintas a la arquitectura abordan el tema específico de cada número.
Dearq is a quarterly publication (January-April, May-August and September-December), that is published at the beginning of each of these periods, created in 2007 by the Department of Architecture of the Universidad de los Andes (Colombia). Its objective is to contribute to the dissemination of the research, analyses and opinions that the national and international academic community elaborates on architecture, urbanism and related areas. The journal receives previously unpublished and original contents in Spanish and English. It is aimed for a scientific community that includes researchers, professionals, students and other interested in contributing with the dialog and the exchange of ideas based on the discussions and issues proposed by the journal. The structure of the Dearq journal is divided in sections: - The Research section integrates a series of documents and content about a specific topic proposed by the journal. They must present advances in or results of research, or thematic reviews from a critical and analytical perspective, giving an account of new trends in a specific area of knowledge. - The Project section presents a current or meaningful selection of built architectural and urban projects that illustrate and complement the issue. - The Creation section exhibits creative works that address the issue's topic through disciplines different from architecture.
Carlos García Vázquez, Universidad de Sevilla, España
Indexación, bases de datos y repositorios - Indexation, databases and repositories
Camilo Salazar Ferro, Universidad de los Andes, Colombia
• Actualidad Iberoamericana, Centro de Información Tecnológica (Chile)
Editores Invitados - Guest Editors
Comité Editorial - Editorial Committee
• ANVUR, Agenzia Nazionale di Valutazione del Sistema Universitario e della Ricerca (Italia) • ARLA - Asociación de Revistas Latinoamericanas de Arquitectura (Latinoamérica)
Francesco Careri, Università di Roma Tre, Italia
• Art Abstracts (H.W. Wilson). EBSCO Research Databases (Estados Unidos)
René Davids, UC Berkeley, Estados Unidos
• Art & Architecture Complete. EBSCO Research Databases (Estados Unidos)
Francisco A. García Pérez, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España Daniel Huertas Nadal, Universidad de los Andes, Colombia Jorge Mejía, Delft University of Technology, Países Bajos Hugo Mondragón López, Universidad Católica de Chile, Chile Sandra Reina Mendoza, Universidad Nacional de Colombia, Colombia Carolina Rodríguez Bernal, Universidad Piloto de Colombia, Colombia Diego A. Rodríguez Lozano, Tecnológico de Monterrey, México
• Art & Architecture Source. EBSCO Research Databases (Estados Unidos) • Art Full Text (H.W. Wilson). EBSCO Research Databases (Estados Unidos) • Art Index (H.W. Wilson). EBSCO Research Databases (Estados Unidos) • Avery Index to Architectural Periodicals & Avery Architectural and Fine Arts Library. Columbia University Libraries (Estados Unidos) • CARHUS Plus+, Revistes Científiques de Ciènces Socials I Humanitats (España)
Denise Helena Silva Duarte, Universidade de São Paulo, Brasil
• CLASE, Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (México)
Belinda Tato Serrano, Harvard University, Estados Unidos
• CINECA, Consultor Informático en Italia. Ministerio de Educación (Italia) • DAAI, Design and Applied Arts Index. Proquest (Estados Unidos)
Comité Científico - Scientific Committee
• Dialnet - Difusión de Alertas en la Red. Universidad de La Rioja (España)
Rodolfo Manuel Barragán Delgado, Tecnológico de Monterrey, México Ricardo Castro, McGill University, Canadá
• DOAJ - Dictionary of Open Access Journals. Infrastructure Services for Open Access (Reino Unido)
Pilar Chías Navarro, Universidad de Alcalá de Henares, España
• EBSCO HOST (Estados Unidos)
Fernando Lara, University of Texas at Austin, Estados Unidos
• Electronic Journals Library. Uneserität Regensburg (Alemania)
Juan José Lahuerta, Universitat Politècnica de Catalunya, España Jorge Francisco Liernur, Universidad Torcuato di Tella, Argentina
• ERIHPLUS - European Reference Index for the Humanities and the Social Sciences (Noruega)
Ángel Martín Ramos, Universidad Politécnica de Cataluña, España
• ESCI - Emerging Source Citation Index. Thomson Reuters (Estados Unidos)
Catalina Mejia Moreno, Central Saint Martins, Reino Unido Ton Salvadó Cabré, Universitat Politècnica de Catalunya, España Marta Sequeira, Instituto Universitário de Lisboa, Portugal Tatiana Urrea Uyabán, Universidad Nacional de Colombia, Colombia
• Gale Cengage, Database Title List (Estados Unidos) • Google Académico • HAPI - Hispanic American Periodicals Index. University of Califonia (Estados Unidos)
Sheila Walbe Ornstein, Universidade de São Paulo, Brasil
• LATINDEX - Sistema Regional de Información en Línea Para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (México)
Evaluadores - Peer Reviewers
• LatinREV - Red Latinoamericana de Revistas Académicas en Ciencias Sociales y Humanidades. FLASCO (Argentina)
Jose Carrasco Hortal, Universidad de Alicante, España
• MIAR - Information Matrix for the Analysis of Journals. Universitat de Barcelona (España)
José Antonio Ramírez Orozco, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) Hernan Alberto Ortiz Ramirez, Universidad de los Andes, Colombia Gloria Rivero Lamela, Universidad de Sevilla, España Estefanía Figueredo Guerrón, Universidad Santo Tomás, Colombia Myriam Susana Barrera Lobatón, Universidad Nacional de Colombia Walter López Borbón, Universidad Piloto de Colombia
• Ocenet - Editorial OCEANO (España) • Periódicos CAPES/MEC (Brasil) • Publindex. Colciencias (Colombia) • Redalyc - Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. UAEM (México)
María Toro Martínez, Escuela de Arte Casa de las Torres, España
• REDIB - Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico (España)
Jorge Enrique Uricoechea Florez, Universidad Nacional de Colombia Daniel Edgardo Viu Grunfeld, Universidad Nacional del Rosario, Argentina
• ROAD - Directory of Open Access Scholarly Resources. ISSN International Centre (Francia)
José Ignacio Stang, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
• SCOPUS - Elsevier (Paises Bajos)
Rafael de Lacour, Universidad de Granada, España
• Socolar - CEPIEC - China Educational Publications Import and Export Corporation (China)
William Andrés Sepúlveda Molina, Universidad El Bosque
• Ulrich's Periodicals Directory. Proquest (Estados Unidos)
Alissa Diesch, Universidad Leibniz Hannover, Alemania Ronal Orlando Serrano Romero, Universidad Piloto de Colombia
• Urban Studies Abstract. EBSCO Research Databases (Estados Unidos)
Jhosef Eduardo Meza Cuesta, Universidad Nacional de Colombia Carlos Eduardo Hernández Rodríguez, Universidad de La Salle, Colombia Carlos Orlando Arias Romero, ODALC, Universidad Nacional de Colombia Pablo Sendra, University College London, Reino Unido Juana Leal, Universidad de los Andes, Colombia Carolina Polo Garzón, Universidad del Cauca, Colombia
Note:
Nota:
Due to their research expertise, Guest Editors propose a themed issue for the journal. In doing so, they
Los Editores Invitados, debido a su experiencia en investigación, postulan un número temático para la revista. Con esto
commit to suggesting the call for papers, actively participating alongside the Editorial Team in the prelimi-
se comprometen a: proponer la convocatoria para recibir artículos, participar activamente junto con el Equipo Editorial
nary evaluation of the submitted content, and overseeing the peer review process. The Editorial Committee
en la evaluación preliminar del contenido recibido y supervisar el proceso de evaluación por pares de los artículos. El
formulates the editorial policy and ensures its adherence. They guide the editorial process to maintain the
Comité Editorial formula la política editorial y garantiza su cumplimiento. Guía el proceso editorial para mantener los
highest quality standards in line with criteria established both nationally and internationally, validate the
más altos estándares de calidad de acuerdo con los criterios establecidos nacional e internacionalmente, valida las
strategic directions of the publication agenda, and ensure compliance with ethical publishing standards ac-
líneas estratégicas de la agenda de publicación y se asegura del cumplimiento de los estándares éticos de publicación
cording to international norms. The Scientific Committee contributes to the journal's dissemination within
de acuerdo con las normas internacionales. El Comité Científico contribuye a la difusión de la revista en el medio
the academic community. They promote published issues, announce new calls for papers and events, while
académico. Divulga los números publicados, las nuevas convocatorias y los eventos, también establece conexiones con
establishing connections with renowned researchers and academic institutions to identify potential collab-
reconocidos investigadores y con instituciones académicas para identificar posibles colaboradores. La revista Dearq
orators. The Dearq journal wishes to express gratitude to those who served as Peer Reviewers for this issue.
desea expresar su agradecimiento a las personas que desempeñaron el papel de Pares Evaluadores para este número.
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Urbanismos bottom-up Bottom-Up Urbanisms
RESEARCH
INVESTIGACIÓN
Learning from Bottom-Up Urbanisms: New Tactics, New Times, New Places, New Processes, and a New Aesthetic Carlos García Vázquez
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Aprendiendo de los urbanismos bottom-up: nuevas tácticas, nuevos tiempos, nuevos lugares, nuevos procesos y una nueva estética Carlos García Vázquez
*Urban Negotiations in Experimental Governance Exercises for the Right to the City: Notes on the Experience of the Arquitectura Expandida Collective Ana María Lopez-Ortego, Harold Guyaux, Viviana Parada Camargo
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Negociaciones urbanas en ejercicios de gobernanza experimental por el derecho a la ciudad: notas sobre la experiencia del colectivo Arquitectura Expandida Ana María Lopez-Ortego, Harold Guyaux, Viviana Parada Camargo
*Learning from (In)Constant Infrastructures Sebastián Trujillo-Torres
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Aprendiendo de infraestructuras (in)constantes Sebastián Trujillo-Torres
*Affective Urbanism: A Trans Approach to the City Mauro Gil-Fournier Esquerra
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Urbanismo Afectivo: una aproximación trans a la ciudad Mauro Gil-Fournier Esquerra
*Transgress: Alternative Practices in the Production of Cultural Facilities in Self-managed Territories. Casa Guadua, Altos del Pino. Soacha José Andrés Sánchez Arias, Andrés Felipe Martínez Motta
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Transgredir: Prácticas alternativas en la producción de equipamientos culturales en territorios autogestionados. Casa Guadua, Altos del Pino, Soacha José Andrés Sánchez Arias, Andrés Felipe Martínez Motta
*Rebel Gardens. From the Right to the City, to the Green Revolution Javier Orlando Mora Pedraza
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Jardines rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución verde Javier Orlando Mora Pedraza
Everyday Life in the Design of Our Neighborhoods. Interview with Margaret Crawford Carlos García Vázquez, Camilo Salazar Ferro, Juanita Fonseca
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Lo cotidiano en el diseño de nuestros barrios. Entrevista con Margaret Crawford Carlos García Vázquez, Camilo Salazar Ferro, Juanita Fonseca
PROJECTS Another variant of bottom-up urban planning Juana Leal
PROYECTOS 85
Floating University Berlin raumlabor berlin (2018), Floating e.V. (2019)
Floating University Berlin raumlabor berlin (2018), Floating e.V. (2019)
Parque Educativo La Carcova Trabajo colectivo
Parque Educativo La Carcova Equipo de trabajo colectivo
Now Hunters Point Liz Ogbu, ENVELOPE, RHAA
Now Hunters Point Liz Ogbu, ENVELOPE, RHAA
Vivo Mi Calle Despacio
Vivo Mi Calle Despacio
CREATION Mega Prison La 40: arte y justicia
* Traducción realizada por autores
Otra vertiente de los urbanismos bottom-up Juana Leal
CREACIÓN 106
Megacárcel La 40: arte y justicia
Aprendiendo de los urbanismos bottom-up: nuevas tácticas, nuevos tiempos, nuevos lugares, nuevos procesos y una nueva estética Learning from Bottom-Up Urbanisms: New Tactics, New Times, New Places, New Processes, and a New Aesthetic
Cómo citar: García Vázquez, Carlos. "Aprendiendo de los urbanismos bottom-up: nuevas tácticas, nuevos tiempos, nuevos lugares, nuevos procesos y una nueva estética". Dearq no. 38 (2024): 4-13. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.01
Editor Invitado
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Carlos García Vázquez ccggvv@us.es Universidad de Sevilla, España
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.01
En mayo de 2009, el Departamento de Transporte de Nueva York se atrevió a cerrar Times Square al tráfico, dotando al espacio público así peatonalizado de una serie de modestas jardineras. Inesperadamente, la nueva plaza se llenó de gente, tanto que la alcaldía hubo de comprar cientos de tumbonas de jardín para que pudiera sentarse. Un año después, Mike Lydon y Anthony García, directores del estudio The Street Plans Collaborative, fundaban el movimiento "Urbanismo Táctico". En el segundo volumen del libro Tactical Urbanism (2012), The Street Plans Collaborative recopiló 24 tácticas de intervención en el espacio público que el movimiento amparaba bajo su paraguas (Lydon et al., 2012). Se trataba de intervenciones llevadas a cabo en Estados Unidos durante la década anterior por grupos tales como City Repair, Rebar o Depave. Lo que compartían estas acciones era el activismo social, la informalidad, la temporalidad, el uso de materiales low cost y, muy especialmente, su carácter bottom-up: la mayoría de ellas habían sido propuestas, implementadas y gestionadas por comunidades vecinales. La revista Dearq dedica el presente número a los denominados "urbanismos bottom-up". En realidad, su origen es muy anterior a los casos que Lydon y García recogieron en su libro. Hay quien lo sitúa en los años 1970, estrechamente vinculado a los movimientos contraculturales de esa década. En cualquier caso, lo que está claro es que los urbanismos bottom-up comenzaron a expandirse tras la crisis económica de 2008, y fueron sancionados por las administraciones públicas tras otra crisis, esta vez de carácter sanitario, ocasionada por la epidemia de COVID-19 de 2020.
investigación Tras más de cuatro décadas de rodaje, los urbanismos bottom-up han consolidado una manera de hacer ciudad cuya principal seña de identidad es la inclusión de los vecinos en el diseño, ejecución y gestión de sus intervenciones, algo que los diferencia radicalmente del urbanismo institucional, muy dependiente de procesos top-down. En este artículo vamos a poner el foco en esta dualidad para analizar qué aportaciones pueden actualmente ofrecer los urbanismos bottom-up al urbanismo institucional. Este lleva décadas sumido en una crisis operacional debido a su falta de resiliencia, a su incapacidad para adaptarse a las múltiples crisis que las ciudades han sufrido en las últimas décadas, las crisis que, precisamente, han encumbrado a los urbanismos bottom-up (García Vázquez 2022, 141-183).
introducción A finales de los años 1960, coincidiendo con la emergencia de la crisis ecológica y el estallido de las protestas sociales que desembocaron en el Mayo francés de 1968, aparecieron movimientos ciudadanos que decían no considerarse interpretados por sus representantes políticos, democráticamente elegidos. Exigían que se les consultase de forma directa sobre decisiones que afectaban sus vidas, pero que eran tomadas muy lejos de los lugares donde residían, por políticos que desconocían sus circunstancias y gracias a ejercer una lógica de trasmisión top-down que los dejaba fuera de juego. Estos manifestantes cuestionaban la democracia representativa y demandaban democracia directa. Cuarenta años después, tras la crisis de 2008, la ortodoxia neoliberal supo utilizar esta misma pulsión para promover sus políticas de austeridad. Aquélla comenzó desacreditando el intervencionismo del Estado y alabando el individualismo para acabar celebrando las virtudes de la democracia directa, la participación ciudadana en la toma de decisiones. En esta línea, el gobierno conservador del Reino Unido reglamentó en 2009 un "Duty to Involve" que obligaba a las autoridades locales a promover y desarrollar en la población la cultura del compromiso, así como a empoderarla en la toma de decisiones. Todo ello formaba parte del proyecto de la Big Society, cuya intención era trasladar a la sociedad buena parte de las responsabilidades que hasta entonces había asumido el Estado. Casi todo el espectro político, de izquierda a derecha, acabó convergiendo en la idea de que esta lógica de trasmisión, conocida como bottom-up, era más legítima y democrática que la top-down. También la ciudadanía británica acabó convenciéndose de que no podía ser un pasivo terminal de las decisiones tomadas por sus representantes políticos, a menudo incapaces de ofrecer soluciones a sus problemas, y de que debía poner en marcha sus propias iniciativas, interactuando con el Estado solo cuando fuera estrictamente necesario. En el ámbito del urbanismo, el cuestionamiento de la democracia representativa ha puesto en la mesa de debate el tema de los agentes encargados de la definición y transformación de las ciudades, en concreto, el rol que cada uno de ellos desempeña. De manera resumida, los tres agentes tradicionales han sido el Estado, los promotores y los ciudadanos. La aproximación top-down, propia del urbanismo institucional, colocaba al primero en la cúspide de la pirámide de la toma de decisiones. Este incorporaba a la misma a los promotores y los profesionales del urbanismo, relegando a los ciudadanos a la base. Hoy, dicho reparto de funciones entre los distintos agentes urbanos sufre de un profundo descrédito. Desde finales de los años 1990, numerosos académicos y urbanistas han puesto sus ojos en los denominados "urbanismos bottom-up", que intentan dar la vuelta a la pirámide con propuestas definidas e implementadas por las comunidades vecinales, a veces de manera absolutamente ajena al urbanismo institucional. Su objetivo es revolucionar las estructuras de poder tradicionales y sus formas de proceder top-down, facultando a los ciudadanos el hacer frente a cuestiones y problemas que el urbanismo institucional no es capaz de abordar en tiempo y forma. Para empoderarlos, los urbanismos bottom-up promueven la interactuación entre vecinos, los animan a catalizar y priorizar sus intereses, les facilitan el acceso a recursos y ponen en valor sus habilidades.
Los urbanismos bottom-up han consolidado una manera de hacer ciudad cuya principal seña de identidad es la inclusión de los vecinos en el diseño, ejecución y gestión de sus intervenciones, algo que los diferencia radicalmente del urbanismo institucional, muy dependiente de procesos top-down. 4–5
Dearq 38 Esta aproximación ha enriquecido el habitual cuadrilátero de agentes del urbanismo tradicional (ayuntamiento-urbanista-promotor-ciudadano), invitando a entrar en el mismo a infinidad de nuevas figuras. La mayoría de ellas representan al sector de la ciudadanía: comunidades locales, asociaciones de intereses compartidos, activistas políticos, grupos contraculturales, artistas, colectivos desfavorecidos, etc. Otras provienen del mundo de la economía colaborativa (empresas sin ánimo de lucro, emprendedores locales, etc.) o son coaliciones empresariales (comunidades de propietarios, Business Improvement Districts, etc.). Por último, la representación del agente Estado tiende a desplegarse en una miríada de agencias urbanas con diferentes objetivos e intereses. Los tipos de relación que se establecen entre estos agentes oscilan entre la autoorganización autónoma y la coordinación estatal. También los gobiernos neoliberales se han interesado por los urbanismos bottom-up. En ellos han encontrado una manera de llenar algunos de los vacíos originados por sus políticas de austeridad o, por decirlo de otro modo, una oportunidad para desembarazarse de parte de sus obligaciones con los ciudadanos. Los ayuntamientos, cuyos presupuestos habían sido devastados por los recortes tras la crisis de 2008, encontraron un bálsamo en las microintervenciones llevadas a cabo por el urbanismo bottom-up en espacios públicos y espacios infrautilizados, las cuales proveyeron a los ciudadanos de equipamientos que los ayuntamientos no podían facilitarles. Además, en un entorno marcado por la incertidumbre económica, social y ambiental, la flexibilidad de sus acciones informales destellaba sobre el oscuro fondo del ortodoxo, burocrático e inflexible urbanismo institucional. Ello explica que, para los urbanismos bottom-up, la crisis de 2008 supusiera una plataforma de lanzamiento de sus propuestas, hasta entonces básicamente circunscritas al mundo de la contracultura y el activismo político. Fran Tonkiss (2013) denominó "urbanismo de austeridad" al planeamiento neoliberal lastrado por los recortes y la desregulación, defendiendo que los urbanismos bottom-up se habían aprovechado de sus grietas para intervenir intersticialmente: Obligar a abrir las grietas en estos contextos implica identificar las debilidades, las juntas, los puntos ciegos y las inconsistencias de una determinada estrategia o lugar, y trabajar tanto en contra como con ellos. La metáfora de la grieta se materializa en un urbanismo marginal que trabaja en los bordes y en los espacios densos de las ciudades laceradas por las economías de austeridad.1 (Tonkiss 2013, 317)
1. Traducción de: Forcing open the cracks in these contexts involves identifying the weaknesses, the joins, the blind spots and inconsistencies in a given strategy or settlement, and working both against and within them. The metaphor of the crack takes on material form in a marginal urbanism that goes to work on edges and in tight spaces in the lacerated cities of austerity economies. 2. Tonkiss citaba los casos de la política de incubadoras o broedplaatsenbeleid de Ámsterdam, o la estrategia Raumpioniere de Berlín. 3. Por ejemplo, tolerando algunas ocupaciones ilegales o estructuras temporales. 4. Esto ocurría en ciudades donde los recortes presupuestarios habían dejado a los ayuntamientos sin recursos.
Tonkiss detectó cuatro aproximaciones en la relación que las ciudades habían mantenido con los urbanismos bottom-up. Algunas habían aprobado medidas legales, políticas y de propiedad que encajaban en el marco institucional a las organizaciones que promovían los urbanismos bottom-up, autorizando así sus acciones2. Otras, no las facilitaban, pero tampoco las excluían, permitiendo ciertos espacios de tolerancia3. Un tercer grupo de ciudades, las más ortodoxas, excluían todo diálogo, dejando poco o ningún espacio a la negociación con los urbanismos bottom-up, una coerción que ejercían con políticas punitivas e incluso policiales. Por último, Tonkiss cita al grupo de ciudades que había abandonado la intervención urbana a la autoregeneración por parte de los ciudadanos4 (2013, 314). Lo que deja claro esta diversidad de actitudes es que la conciliación de las aproximaciones top-down y bottom-up es una asignatura pendiente del urbanismo institucional. Se trata, por otro lado, de un tema ineludible, no solo porque las políticas neoliberales están muy lejos de remitir, sino también porque la flexibilización del urbanismo institucional es condición sine qua non para la ciudad contemporánea, que necesita de herramientas capaces de adaptarse a las cambiantes circunstancias espoleadas por un contexto de crisis cíclicas. Llegados a este punto la cuestión es: ¿qué puede aprender el urbanismo institucional de los urbanismos bottom-up? Vamos a intentar responder esta pregunta,
investigación destacando las cinco grandes aportaciones de estos últimos al debate urbanístico de la última década, el descubrimiento de nuevas tácticas, nuevos tiempos, nuevos lugares, nuevos procesos y una nueva estética.
nuevas tácticas: de la ciudad como un hecho científico a la ciudad como un hecho social Por lo que respecta a las nuevas tácticas, estas han sido puestas en valor en el marco de una crítica genérica y conceptual al cientifismo y tecnicismo que guía al urbanismo institucional. Sobre ambos se soporta la aproximación top-down, ya que esta coloca a técnicos y expertos en el vértice superior de la pirámide de la toma de decisiones. La crítica a reducir la ciudad a un problema de racionalidad técnica está en la base de los urbanismos bottom-up, que entienden que aquélla es ante todo un hecho social. Unido al tecnicismo está el reglamentismo, el uso de leyes y normativas estrictas y precisas para implementar decisiones técnicas. De ello deriva una ciudad sobreplanificada e hipercontroladora que deja poco espacio a la improvisación, la creatividad, la experimentación, la diversidad, así como a la participación de los ciudadanos. También es una ciudad muy poco resiliente, ya que el reglamentismo encorseta las posibles reacciones ante un cambio de escenario social, económico, tecnológico o medioambiental, cambios que se han multiplicado en las últimas décadas. El urbanismo institucional debería crear las condiciones para encajar las transformaciones derivadas de transiciones climática, financiera, social, etc. Para ello, requeriría una visión menos cientificista, menos estructurada, más fragmentada y, sobre todo, más laxa. Como reconocía Joi Ito, exdirector del MIT Media Lab, ello supondría guiarse por una especie de brújula y no por masterplans, documentos predeterminados incapaces de reaccionar a cambios inducidos por fenómenos ajenos a ellos mismos (citado en Mitchell & Tang 2018, 474-2). En este sentido, la gran lección de los urbanismos bottom-up es la opción por lo táctico, lo empírico, lo local y lo pragmático, en vez de por lo técnico, lo estratégico, lo normativo, lo universal y lo teórico. La gran escala propia de los masterplans, además, entra en contradicción con la estrategia de la intervención mínima, que es la manera que tienen los urbanismos bottom-up de responder rápida y flexiblemente a lo imprevisto. Siguiendo este ejemplo, el urbanismo institucional debería limitarse a polinizar la ciudad con microintervenciones de escala comunitaria, circunscribiendo los macroproyectos y las macroinfraestructuras al mínimo imprescindible5.
nuevos tiempos: del largo al corto plazo La segunda gran aportación de los urbanismos bottom-up al debate urbanístico contemporáneo ha sido el descubrimiento del valor de lo efímero en el proceso de construcción de ciudad, tanto como estrategia de espera en periodos de crisis económica o de tramitación burocrática (los denominados "meanwhile uses"), o para dinamizar la ciudad con eventos temporales (los usos "pop-up"). Estos usos temporales aportan la flexibilidad que requiere una ciudad resiliente, ya que le permite adaptarse a los cambios que se van sucediendo en un proceso de transición (fig. 1). El urbanismo institucional debería adoptar esta nueva temporalidad de varias maneras. En primer lugar, renunciando a definir proyectos a largo plazo, ya que la incertidumbre contemporánea amenaza con que nunca puedan llegar a puerto. Por el contrario, debería limitarse a definir intenciones de futuro, siempre flexibles, y a concretar proyectos a corto y medio plazo. Como dicen Maurice Mitchell y Bo Tang: "Se debe entender la predicción como algo similar a una previsión meteorológica, que se basa en las temperaturas actuales y en la velocidad y dirección del viento, pero que tiene una posibilidad de certeza limitada en un determinado lugar y momento"6 (2018, 494). Una estrategia para implementar esta visión es fasear las intervenciones urbanísticas en periodos temporales limitados y asociarles paquetes de acciones pequeñas, de bajo coste y flexibles, conscientes de que los resultados de la ejecución de una fase condicionarán las siguientes.
5. Numerosas comunidades han comenzado a rechazar este tipo de megaproyectos. En Italia destaca la oposición al tren de alta velocidad Lion-Turín, al macropuente sobre el estrecho de Mesina, al proyecto Mose para la laguna de Venecia, etc. 6. Traducción de: "Prediction should be considered to be akin to a weather forecast, which is based on current temperatures, wind speed and direction, but with a limited certainty of a precise outcome at a particular place and time".
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Figura 1_ Mercato Metropolitano (Londres). Meanwhile use en un solar a la espera de ser edificado. Fuente: fotografía del autor.
En este sentido, y para minimizar riesgos, sería necesario que las acciones propuestas tuvieran un carácter experimental y fueran reversibles, de manera que se pudiera volver atrás en caso de fallar. Peter Bishop y Lesley Williams denominan a este planeamiento de "cuatro dimensiones", ya que se trata de planificar la dimensión temporal de la ciudad, además de las tres dimensiones físicas (2012, 182). Por otro lado, el urbanismo institucional debería dar encaje legal y facilitar espacialmente el despliegue de usos temporales del suelo, tanto en el espacio público como en solares vacantes. Su implementación en el primero permite alternar actividades formales e informales, lo que supone una intensificación espacial que sintoniza con la visión resiliente de la ciudad. Por lo que respecta a los solares vacantes, los usos temporales pueden desbloquear el potencial de lugares no apreciados por la iniciativa privada. Igualmente, pueden servir para dar respuesta a demandas sociales que no producen beneficios comerciales, como iniciativas solidarias, espacios deportivos para la comunidad, etc. Por último, ofrecen resultados inmediatos a la ciudadanía, un hecho especialmente valorable cuando se trata de usos de primera necesidad. Hacer hueco a los usos temporales pone en cuestión otra de las principales herramientas del urbanismo institucional: la zonificación de usos. Aquí la idea sería sustituir el estricto funcionalismo que lo guía por una "zonificación flexible", con usos del suelo que pudieran ser modificados sin necesidad de emprender largos procesos legales. Los planes generales de ordenación urbana (PGOU) podrían incluso incluir la definición de "zonas de tolerancia" donde se permitieran usos informales y espontáneos no planificados, y que las cosas, simplemente, ocurrieran.
nuevos lugares: de generar ciudad a reparar ciudad El descubrimiento de nuevos lugares ha sido otra de las aportaciones de los urbanismos bottom-up. Especialmente interesante ha sido la puesta en valor de las zonas vacantes o infrautilizadas de la ciudad, las "grietas" donde por lo general actúa el urbanismo de austeridad: aparcamientos, infraestructuras obsoletas, solares vacantes por abandono, edificios en ruina, vertederos, etc. (fig. 2). El suelo urbano es un recurso no renovable, por lo que es necesario apostar por la puesta en carga de ese tipo de lugares, así como por la intensificación del uso del espacio urbano en general. Siguiendo el espíritu de intervención mínima, se trataría de optar por "reparar la ciudad" en vez de por "generar más ciudad". Ello exigiría al urbanismo institucional realizar una justificada selección de los suelos donde permite intervenir, animando a descubrir oportunidades en áreas
investigación
insospechadas pero aptas para acoger actividades difícilmente emplazables en el especulativo mercado inmobiliario contemporáneo. El urbanismo institucional debería articular mecanismos que posibilitaran que las zonas vacantes o infrautilizadas acogieran actividades cotidianas planificadas o espontáneas, permanentes o efímeras. Las áreas situadas bajo grandes infraestructuras urbanas, como las autopistas o los ferrocarriles elevados, podrían alojar mercadillos, talleres educativos o zonas slow. También alentaría a intensificar la funcionalidad del espacio urbano disponible complementando sus usos propios con otros compatibles. Las aceras podrían servir como zona de expansión de los comercios con los que colindan (fig. 3); los parkings como mercados de comida servidos por food trucks en días u horas de baja ocupación; y los solares vacantes y espacios residuales como huertos o jardines.
Figura 2_ Brick Lane (Londres). Utilización de un aparcamiento como patio de comidas durante los fines de semana. Fuente: fotografía del autor. Figura 3_ Peckham (Londres). Aceras utilizadas como zona de expansión de los comercios. Fuente: fotografía del autor.
nuevos procesos: de poner el foco en el resultado a optar por el place-shaping continuum La cuarta aportación de los urbanismos bottom-up, nuevos procesos, es central para la cuestión de los agentes, ya que son aquéllos los que implementan la aproximación top-down o bottom-up. En este sentido, su contribución ha consistido en incidir en el proceso más que en el resultado. Las acciones de los urbanismos bottom-up son actos colectivos que proceden gradualmente siguiendo un protocolo diseñado con antelación. Con frecuencia, el carácter innovador de las mismas reside más en ese protocolo que en el resultado final, que a menudo son formas mediocres o funcionalidades precarias. También la trascendencia de dichas acciones se encuentra en el proceso, ya que este sirve para crear comunidad o para educarla en resiliencia. Esta estrategia, que pone el foco en los procesos de diseño y creación más que en los espacios resultantes, plantea un auténtico cambio de paradigma al urbanismo tradicional. En el artículo "The Place-shaping Continuum: A Theory of Urban Design Process", Matthew Carmona aplica este cambio de paradigma al campo del diseño urbano, que él define como un "place-shaping continuum": "Un viaje constante a través del cual los lugares están continuamente modelándose y remodelándose (física, social y económicamente) mediante intervenciones periódicas planificadas, la ocupación cotidiana y la custodia del lugar a largo plazo"7 (2014, 34). Según Carmona, el place-shaping es informado por la tradición local en la manera de hacer ciudad, es determinado por el contexto político-económico contemporáneo y es moldeado por las relaciones de poder que se establecen entre los agentes involucrados en el proceso (diseñadores urbanos, promotores, inversores, administraciones públicas, gestores, comunidad de vecinos, etc.). Estas tres variables condicionan cuatro subprocesos: diseño, desarrollo, uso y gestión.
7. Traducción de: "An on-going journey through which places are continuously shaped and re-shaped—physically, socially and economically— through periodic planned intervention, day-to-day occupation and the long-term guardianship of place".
8–9
Dearq 38 8. Traducción de: "In general, however, design innovation of itself seemed to be of little consequence to public space users, with some of the simplest design solutions delivering the greatest positive impact, whilst innovation was most successful when focusing on the use of space rather than its style". 9. Traducción de: The diversity of London's communities (such as its spaces) is a feature of development processes across the city. These vary from largely apathetic communities (for varied and complex reasons) who have to be coaxed through formal consultation processes into making any contribution at all, to highly active (generally well-off) communities that are highly capable of de-railing projects if proposals are not in their narrow interests. In the main, therefore, the role of communities is largely reactive or negative; reacting to proposals already made for spaces, sometimes voting on a beauty parade of options, or actively campaigning against projects.
En el primero, "shaping through Design", Carmona identifica a la innovación como un agente activo, en referencia a la obsesión de los diseñadores urbanos educados en la tradición moderna por el arte de vanguardia. Carmona advierte de la futilidad de este agente: "Sin embargo, en general, la innovación del diseño en sí parecía tener poca importancia para los usuarios del espacio público, siendo algunas de las soluciones de diseño más sencillas las que tuvieron un mayor impacto positivo, mientras que la innovación tuvo más éxito cuando se centró en el uso del espacio más que en el estilo del mismo"8 (2014, 17). En este sentido, el diseño urbano bottom-up debería enfocar su trabajo en la resolución de problemas técnico-funcionales, y no tanto en intentar innovar trasladando al espacio urbano claves artístico-intelectuales que a menudo son incomprensibles para la población, lo que provoca falta de sintonía con los usuarios. El segundo subproceso del diseño urbano entendido como place-shaping continuum es "shaping through Development". Tal como enuncia Carmona, este periodo viene determinado por el agente que lo lidere y coordine, ya que deberá ser él quien ponga en marcha la iniciativa, consiga el apoyo de la comunidad, busque los recursos, resuelva los trámites administrativos y coordine la fase de construcción. Entran aquí en juego tres sectores: el público, el privado y el comunitario/voluntario, también denominado "tercer sector". En principio, todo induce a pensar que el desarrollo de un diseño urbano bottom-up debería ser liderado por este último, por voluntarios sin ánimo de lucro elegidos por la comunidad. Carmona, sin embargo, es muy escéptico con esta opción, que tiende a ser idealizada: La diversidad de las comunidades londinenses (como sus espacios) es una característica de los procesos de desarrollo urbano en toda la ciudad. Hay comunidades muy apáticas (por razones diversas y complejas), a las que hay que convencer mediante procesos de consulta formales para que hagan alguna contribución, y comunidades muy activas (generalmente acomodadas), que tienen una gran capacidad para frustrar proyectos si las propuestas no responden a sus intereses. Generalmente, por lo tanto, el papel de las comunidades es ampliamente reactivo o negativo: reaccionan contra propuestas realizadas para un lugar, a veces votando un bonito elenco de alternativas, o hacen campaña activamente contra los proyectos 9 (2014, 21).
Figura 4_ Skip Garden (Londres). Huerto nomádico instalado durante la fase de construcción del complejo urbanístico de King's Cross. Fuente: fotografía del autor.
Los dos siguientes subprocesos identificados por Carmona, "shaping through Use" y "shaping through Management", prolongan el diseño urbano más allá de donde el profesional suele darlo por concluido, con la inauguración de la obra. Sin embargo, lo que comienza entonces, el uso y la gestión del espacio público, es esencial para la resiliencia del espacio construido, que deberá adaptarse a
investigación cambiantes circunstancias. Carmona concluye el apartado dedicado al subproceso "uso" con dos parámetros que insisten en su condición de proceso abierto: la adaptación del espacio urbano al cambio y a su apropiación por diferentes colectivos y para distintos propósitos. Ambos apuntan a la esencia de la resiliencia, al cambio, que no debe ser obstaculizado sino facilitado. Con este fin, el diseño urbano bottom-up debería abanderar la cuestión de la temporalidad, fomentar instalaciones efímeras, como negocios pop-up, mercadillos, o huertos nómadas, utilizando estructuras desmontables, pavimentos enrollables o contenedores de mobiliario urbano (fig. 4). Lo efímero como facilitador del cambio en un proceso de transición. Además, tal como apuntan Bishop y Williams: "la intención de ser efímero también podría sugerir un deseo de dejar huellas mínimas en el planeta"10 (2012, 214).
10. Traducción de: "an intention to be short-lived could also suggest a desire to leave minimal traces on earth".
El cuarto y último subproceso del place-shaping continuum es "shaping through Management". Es la tarea de más largo recorrido y debería confiarse a la autogestión comunitaria. Los vecinos serían los encargados de definir un programa de actividades (conciertos, ferias, exposiciones, celebraciones religiosas, eventos artísticos, mercadillos, etc.) que garantice que el espacio urbano definido según las claves del diseño urbano bottom-up se convierta en un nodo vecinal, donde la comunidad se encuentre e interactúe.
nueva estética: del activismo a la gentrificación La quinta aportación realizada por los urbanismos bottom-up ha sido una nueva estética. A ella se debe gran parte de su éxito entre estudiantes y jóvenes arquitectos. Sus diseños son informales, divertidos, frescos, abiertos, provocadores, irreverentes y nada dogmáticos. La extrema creatividad de las intervenciones bottom-up ha hecho que algunos autores las vinculen con el discurso de la ciudad creativa, iniciado por Charles Landry en los años 1990 (2000) y posteriormente popularizado por Richard Florida con el concepto de "clase creativa" (2003). Tras décadas de cuestionamiento por parte de la teoría crítica, el paradigma de la ciudad creativa es actualmente interpretado como una expresión cultural del modelo socioeconómico neoliberal. La estética de los urbanismos bottom-up encajaría en esta expresión cultural. Entre los materiales que suelen utilizar destacan la madera laminada, las lonas sintéticas, el césped artificial, los tubos de andamio, la arena, el serrín… y todo tipo de pinturas (acrílica, reflectante, en aerosol, etc.). Normalmente estos materiales son aplicados o ensamblados con técnicas artesanales y por los propios vecinos en un ejercicio de bricolaje. También es habitual el uso de objetos reciclados o donados, tales como sombrillas, mesas y sillas plegables, depósitos
Figura 5_ Containerville (Londres). Edificio de oficinas realizado con contenedores. Fuente: fotografía del autor.
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Dearq 38 11. Traducción de: "propose alternative lifestyles, reinvent our daily lives, and reoccupy urban space with new uses". 12. Traducción de: "Those communities tend to be a little more educated, higher income possibly. One of the challenges with this idea is that volunteers need free time to make these projects happen. So there's an unspoken prerequisite that you need to have the capacity of an engaged community". 13. Traducción de: "This has occurred while more and more people— especially the young and well educated— have continued to move into once forlorn walkable neighborhoods".
de agua, cajas de embalaje, neumáticos, pacas de paja, bloques de hormigón, bidones, bolardos, conos de tráfico… y, los reyes de la estética bottom-up: palés y contenedores (fig. 5). Todos estos elementos cotidianos y familiares, ligeros y transportables, modestos y económicos, son los que se encuentran normalmente en los "third places" donde se reúne la clase creativa. Zardini defiende que la estética de los urbanismos bottom-up tiene como objetivo: "proponer estilos de vida alternativos, reinventar nuestra vida cotidiana y reocupar el espacio urbano con nuevos usos"11 (citado en Stevens & Dovey 2019, 331), es decir, desplegar espacialmente un determinado modo de vida. El propio Anthony García reconocía que una de las tendencias contemporáneas que alentaban el boom del urbanismo táctico era el cambio demográfico del que forma parte la clase creativa: "Esas comunidades tienden a ser un poco más educadas y posiblemente tengan mayores ingresos. Uno de los desafíos que plantea esta idea es que los voluntarios necesitan disponer de tiempo libre para llevar a cabo los proyectos. Así que existe el prerrequisito tácito de que es necesario contar con las capacidades propias de una comunidad comprometida"12 (Steuteville 2017). Paradójicamente, la celebración estética ha acabado imponiéndose a la retórica insurgente y combativa con la que iniciaron su andadura los urbanismos bottom-up, allá por los años 1970. Su componente revolucionaria se quedó en el camino en pro de la convergencia con los intereses del neoliberalismo y la nueva economía. Actualmente, la clase creativa encuentra muy cool ese pasado de trasgresión de las normas, reducido hoy en día al ejercicio de leves infracciones (pintar sobre el asfalto, instalar mobiliario en el espacio público, etc.) normalmente toleradas o que, como mucho, comportan una multa fácilmente asumible por aquélla.
Figura 6_ King's Cross (Londres). Librería flotante con estética bottom-up en una zona altamente gentrificada. Fuente: fotografía del autor.
Todo lo anterior explica que el escenario preferente de los urbanismos bottom-up sean los barrios gentrificados de los centros urbanos, los denominados "barrios cool", que se postulan como alternativa a la ciudad burguesa tradicional. En un estudio de sus acciones en Estados Unidos, Gordon C. C. Douglas descubrió que las acciones bottom-up eran mucho más habituales en este tipo de barrios, y que la mayoría de los vecinos que se implicaban en sus procesos de diseño, ejecución y gestión pertenecían a la clase creativa (2014, 18). En palabras de Mike Lydon: "Esto ocurre mientras cada vez más personas —especialmente jóvenes y con un buen nivel educativo— continúan mudándose a barrios fácilmente transitables y anteriormente abandonados"13 (2012, 3). Algunos autores, normalmente del ámbito de la teoría crítica, incluso consideran a los urbanismos bottom-up como una herramienta de gentrificación que
investigación sintoniza con las estrategias neoliberales para regenerar la ciudad. La identificación de su componente estética con la clase creativa atrae hacia ellos a las clases media y media alta, fascinadas por el ambiente cosmopolita, progresista y vanguardista que se respira en los lugares donde se despliegan los urbanismos bottom-up (fig. 6).
epílogo Nuevas tácticas, nuevos tiempos, nuevos lugares, nuevos procesos y una nueva estética. Estas serían las cinco principales aperturas que los urbanismos bottom-up han aportado al debate urbanístico contemporáneo durante los últimos cuarenta años. En esas cuatro décadas el urbanismo institucional, consagrado por los gobiernos socialdemócratas europeos tras la Segunda Guerra Mundial, ha entrado en una crisis sistémica. Si bien los urbanismos bottom-up podrían ayudar a solventarla, es evidente que nunca llegarían a suplantar al urbanismo institucional. Los procesos de transformación de las ciudades contemporáneas son sumamente complejos. Convergen en ellos infinidad de factores e intereses que los urbanismos bottom-up no pueden abordar. Sin embargo, en el contexto de incertidumbre económica y social vivido en la pasada década, las ágiles prácticas intersticiales de estos últimos han iluminado las carencias del ortodoxo, burocrático y rígido urbanismo institucional. La más importante de ellas es su falta de resiliencia, su incapacidad de adaptarse a los cambios, algo especialmente grave en una dinámica como la que estamos padeciendo desde los años 1970, marcada por una secuencia de crisis de todo tipo (ecológicas, económicas, sanitarias). En este contexto, la necesidad de reinventarse es imperiosa y un buen punto de partida serían las cinco grandes aportaciones de los urbanismos bottom-up que han sido reseñadas en este artículo.
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García Vázquez, Carlos. 2022. Cities After Crisis. Reinventing Neighborhood Design from the GroundUp. New York: Routledge. Landry, Charles. 2000. The Creative City: A Toolkit for Urban Innovators. Nueva York: Earthscan. Lydon, Mike, Dan Bartman, Tony García, Russ Preston y Ronald Woudstra, R. 2012. Tactical Urbanism 2. ShortTerm Action Long-Term Change. Miami-New York: Street Plans. Mitchell, Maurice y Bo Tang. 2018. Loose Fit City. The Contribution of Bottom-Up Architecture to Urban Design and Planning. New York: Routledge.
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Steuteville, Robert. 2017. "Great idea: Tactical urbanism". Public Square, 16 de febrero [en línea]: https://www.cnu.org/ publicsquare/2017/02/16/ great-idea-tacticalurbanism (consultada el 4 de junio de 2020). 10. Stevens, Quentin y Kim Dovey. 2019. "Pop-ups and Public Interests: Agile Public Space in the Neoliberal City". En The Palgrave Handbook of Bottom-Up Urbanism. Editado por Mahyar Arefi y Conrad Kickert, 323-338. Cham (Suiza): Palgrave Macmillan. 11. Tonkiss, Fran. 2013. "Austerity Urbanism and the Makeshift City". City 17 (3): 312-324. DOI: 10.1080/13604813. 2013.795332.
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Negociaciones urbanas en ejercicios de gobernanza experimental por el derecho a la ciudad: notas sobre la experiencia del colectivo Arquitectura Expandida* Urban Negotiations in Experimental Governance Exercises for the Right to the City: Notes on the Experience of the Arquitectura Expandida Collective Este artículo expone tres tipos de proyectos de gobernanza urbana experimental (Cano Blandón 2021) liderados por el colectivo Arquitectura Expandida, en articulación con distintos movimientos urbanos de base y caracterizados por los principios del derecho a la ciudad (Lefebvre 1969) y de la planificación radical e insurgente del territorio (Miraftab 2009): (1) Autoconstrucción colaborativa, que explora formas de organización para la autoconstrucción y autogestión de espacios culturales; (2) Provocación táctica, que busca dinamizar, a través de mobiliarios, negociaciones urbanas con distintos agentes urbanos en situaciones de alto conflicto en el espacio público; y (3) Cartografías colectivas, en las que se analizan, a través de lenguajes urbanos diversos —que incluyen hip hop, agricultura, deportes urbanos o cine comunitario, entre muchos otros— las contradicciones entre la cultura urbana y la cultura urbanística. Palabras clave: movimientos urbanos de base, derecho a la ciudad, gobernanza experimental, urbanismo bottom-up. This article presents three types of experimental urban governance projects (Cano Blandón, 2021) led by the Arquitectura Expandida Collective in collaboration with various grassroots urban movements. These projects are characterized by the principles of the right to the city (Lefebvre, 1969) and radical and insurgent territorial planning (Miraftab, 2009). (1) Collaborative self-construction projects explore organizational forms for the self-construction and self-management of cultural spaces. (2) They engage in tactical provocation seeking to dynamize urban negotiations with different urban agents in situations of high conflict in public space through the use of furniture. (3) Collective cartographies play a significant role, as diverse urban languages—including hip-hop, agriculture, urban sports, or community cinema, among many others—are used to analyze the contradictions between urban culture and urban planning culture. Keywords: Grassroots urban movements, right to the city, experimental governance, bottom-up urbanism.
Recibido: 10 de abril de 2023 Aceptado: 12 de octubre de 2023 Cómo citar: Lopez-Ortego, Ana María, Harold Guyaux y Viviana Parada Camargo. "Negociaciones urbanas en ejercicios de gobernanza experimental por el derecho a la ciudad: notas sobre la experiencia del colectivo Arquitectura Expandida". Dearq no. 38 (2024): 14-23. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.02
Dearq 38
Ana María Lopez-Ortego ana@arquitecturaexpandida.org Corporación Arquitectura Expandida
Harold Guyaux harold@arquitecturaexpandida.org Corporación Arquitectura Expandida
Viviana Parada Camargo viviana@arquitecturaexpandida.org Corporación Arquitectura Expandida
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.02
* Este artículo es resultado de la beca-estímulo: "Investigar: gestión del conocimiento sobre cultura ciudadana" de la Subsecretaría de Cultura Ciudadana de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de la ciudad de Bogotá, correspondiente al año 2022.
investigación
introducción y marco teórico La participación ciudadana en política pública es un imperativo legal en Colombia, que en el ámbito urbanístico y territorial se ha priorizado desde la aportación institucional (Schneider y Welp 2013) de carácter generalmente informativa o, en el mejor de los casos, de consulta no vinculante, es decir, los niveles más bajos de la célebre escala de participación de Arnstein (1969). Son muchos los autores que han remarcado que "el diseño de los espacios no ha estado orientado a la cogestión, ni al veto o la disputa real en torno a las políticas públicas" (Hernández 2010, 91). Al margen de estas participaciones institucionalizadas hay múltiples movimientos de base que despliegan complejos y diversos repertorios de acción colectiva en torno al derecho a la ciudad, equilibrando relaciones de poder en la calle y en la política urbana. Algunos autores los denominan "colectivos urbanos experimentales" (Montero et al. 2023) frente a otros tipos de laboratorios de iniciativa institucional o de organismos multilaterales. Esta investigación ha sistematizado la información de trece proyectos que se corresponden con una de tres categorías, según los alcances definidos entre agentes comunitarios en función de sus relaciones contextuales: (1) Autoconstrucciones de espacios de autogestión cultural promovidos por movimientos de base consolidados en contextos territoriales con profunda cultura de la participación, herederos de la urbanización informal y de los procesos de construcción social del hábitat; (2) Provocaciones tácticas en contextos con alto nivel de conflicto social, control y vulneración de derechos básicos en el espacio público, en los que, a través de mobiliarios de carácter móvil, se subraya el conflicto y se provoca el diálogo de acuerdos básicos de convivencia entre agentes; y (3) Cartografías colectivas que permiten analizar y articular lenguajes diversos, particularmente los propios de la cultura urbana y los de la cultura urbanística (Delgado 2011). Estas categorías no son excluyentes, pero para cada proyecto se ha definido la que se presenta en mayor intensidad. Todos los proyectos se articulan con movimientos urbanos de base o instituciones artísticas con enfoque en la gobernanza territorial (tabla 1).
Figura 1_ La Potocine. Proyecto de autoconstrucción en colaboración con el colectivo Ojo al Sancocho y el apoyo del Museum Design de Londres, en el marco de la exposición "Fear and Love: reactions to a complex world", 2016. Fuente: elaboración propia.
En todos los casos, estos procesos se apoyan en las bases teóricas del derecho a la ciudad de Lefebvre (1969), que: (1) se produce de forma antagonista frente a prácticas de desposesión por intereses fácticos; (2) solo puede ejercerse a través de la organización y reivindicación colectiva, trascendiendo la dualidad del derecho público y privado y no pudiendo ser exigido de forma individual;
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Dearq 38 y (3) se construye a través de prototipos, siendo una estrategia de apropiación directa de la ciudad mediante ejercicios de gobernanza experimental, noción que se relaciona como: […] una forma de cooperación adaptativa, flexible, abierta, participativa e informada que genera acuerdos provisionales y revisables en escenarios volátiles. […] La gobernanza experimental es útil, por tanto, en contextos de alta incertidumbre e interdependencia compleja. Tiende a aparecer en asuntos en los que el gobierno no puede regular un tema completamente y en los cuales está involucrada la sociedad civil, además de una pluralidad de entes públicos y privados (Cano Blandón 2021, 137).
Este concepto se conecta con el del experimentalismo democrático que trata de "re-imaginar la democracia y gobernar sociedades complejas en las que no ha funcionado el modelo de regulación jerárquico o hay problemas de coordinación y acudir, más bien, a acuerdos flexibles y contingentes, […] cambios incrementales que tienen en cuenta la diversidad local y la volatilidad de los problemas, propias de las democracias actuales" (Cano Blandón 2021, 136). Miraftab (2009) reinterpreta el derecho a la ciudad en las prácticas de gobernanza urbana experimental en el sur global, encontrando unos claros paralelismos con las tres características expuestas, y definiendo así la planificación radical o insurgente del territorio como una práctica: [1] Contrahegemónica. Desestabiliza las relaciones normalizadas de dominio e insiste en el derecho de los ciudadanos a disentir, rebelarse y determinar sus propios términos de compromiso y participación. [2] Transgresora en tiempo, lugar y acción. Transgrede falsas dicotomías mediante acciones públicas que abarcan lo formal e informal […]. Transgrede los límites de tiempo al buscar una conciencia y
Categoría del proyecto Autoconstrucciones
Provocaciones tácticas
Cartografías colectivas
Proyecto
Lugar
Tabla 1_ Proyectos seleccionados para estudios de caso, agrupados en categorías de autoconstrucción, provocaciones tácticas y cartografías críticas, 2022. Fuente: elaboración propia.
Principales colectivos o instituciones en la gobernanza
Fechas - Periodo
Casa del Viento
San Cristóbal, Bogotá, Colombia
Corporación Promotora Zuroriente
2011 - 2017
Casa de la Lluvia [de ideas]
San Cristóbal, Bogotá, Colombia
JAC barrio La Cecilia, Comisión en Defensa del Alto Fucha, Colectiva Huertopía
2012 - actualidad
El Trébol de Todos y Todas
Kennedy, Bogotá, Colombia
JAC barrio Ciudad de Cali, El Trebol Crew, La Francia Skateboarding
2014 - actualidad
La Potocine
Ciudad Bolívar, Bogotá, Colombia
Colectivo Ojo al Sancocho, Colegio Cerros del Sur
2016 - actualidad
COMMUNaute vol. 1
Clichy-sous-Bois, Francia
Centro Pompidou, Ateliers Medicis, Consejo Ciudadano de Clichy-sous-Bois
2017 - actualidad
COMMUNaute vol. 2
Clichy-sous-Bois, Francia
Ateliers Medicis
2018 - actualidad
COMMUNaute vol. 3
Clichy-sous-Bois, Francia
Ateliers Medicis
2019 - actualidad
Manifestation
Sichuan, China
Centro Pompidou, Consejo Comunitario en Shiyan Village
2018 - actualidad
Toque Madera
Bosa, Bogotá, Colombia
Colectivos Golpe de Barrio, Herederas y Herederos del Saber, Dead Point Crew
2019 - actualidad
El Bicho
Bosa, Bogotá, Colombia
Colectivos Golpe de Barrio y Distreestyle
2022 - actualidad
En Riesgo
Alto Fucha, San Cristóbal, Bogotá, Colombia
Colectivo Huertopía
2019
Colectivo Golpe de Barrio
2020
Campo Alegre BMX Dirt Jump
2021
Mapeo al Pedazo
Bosa y Kennedy, Bogotá, Colombia Mosquera, Colombia
Salto Sucio
Nómada, Bogotá, Colombia
investigación
Figura 2_ El Bicho. Proyecto de provocación táctica en colaboración con los colectivos de hip hop "Golpe de Barrio" y "Distreestyle". Con el apoyo de la beca estímulo Escultura Local, Bosa, 2022. Fuente: elaboración propia. Figura 3_ En Riesgo: los comunes urbanos del Alto Fucha. En colaboración con el colectivo Huertopía y el apoyo de la beca estímulo "Bogotá vive natural" de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, 2019. Fuente: elaboración propia.
promoción de la memoria histórica de las experiencias presentes […]. Trasgrede límites territoriales al articularse con organizaciones de otros territorios que buscan objetivos de justicia social similares. [3] Creativa e imaginativa. Reconoce el valor simbólico de las actividades de la ciudadanía insurgente que ofrecen esperanza desde donde trabajar hacia alternativas (Miraftab 2009, 46-47).1
Esta definición profundiza la dimensión contrahegemónica y por lo tanto interescalar de estas prácticas, pues además de buscar la mejora de las condiciones de vida inmediatas, también aspira a cambios estructurales en escenarios de crisis territoriales contemporáneas, entre las que se encuentran la segregación, la estigmatización (Wacquant 2007), la injusticia espacial y medioambiental (Soja 2000), la vulnerabilidad corporal derivada de visiones autoritarias e higienistas del espacio público (Butler 2017), o de los mecanismos de desposesión de los que dispone el urbanismo contemporáneo (Marulanda Hernández 2016). El enfoque en los movimientos urbanos de base (grassroot approach) reconoce la capacidad organizativa en los territorios, trascendiendo la ambigua idea de comunidad, cuya identidad se define por las relaciones de vecindad, hacia la de la colectividad, cuya identidad se formula en función de objetivos comunes. Según Delgado: la Gemeinschaft o "comunidad" se asocia en [Ferdinand] Tönnies a un tipo de organización social inspirada en el modelo de los lazos familiares, fundamentada en posiciones sociales heredadas y objetivables y en relaciones personales de intimidad y confianza, vínculos corporativos, relaciones de intercambio, etc. […] Lo colectivo, por contra, se asocia con la idea de reunión de individuos que toman consciencia de lo conveniente de su copresencia y la asumen como medio para obtener un fin (Delgado 2008, 1, 6).
1. N. del E. Las citas de textos en otros idiomas fueron traducidas por el autor de este artículo.
De los grassroots se destaca su trabajo en red. "Son una red de activistas y organizaciones que generan nuevas soluciones de abajo a arriba para el desarrollo y el consumo sostenible: soluciones que responden a la situación local y a los intereses y valores de las comunidades interesadas" (Hossain 2018, 63), así como el carácter controvertido de su relación con las instituciones públicas, ya que surgen como reacción al fracaso del Estado en ciertos aspectos: "se definen como grassroot aquellas prácticas circunscritas en ámbitos locales [...] que ayudan a los excluidos sociales y a las personas y grupos sociales empobrecidos a satisfacer necesidades sociales básicas para las cuales no encuentran soluciones adecuadas ni en el mercado privado ni en las macropolíticas de bienestar" (Oosterlynck et al. 2013, 2). En cualquier caso, los movimientos de base tienen sus propias agendas, intereses, lenguajes, vínculos territoriales y sistemas organizativos, lo que plantea una alternativa a la participación ciudadana inducida verticalmente.
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Dearq 38 El tercer elemento que caracteriza la planificación radical e insurgente del territorio hace referencia a la capacidad creativa, imaginativa y simbólica de las experiencias urbanas enmarcadas en este tipo de gobernanza experimental, siendo remarcable no solo la diversidad de lenguajes que entran en juego, propios de los colectivos urbanos, como el hip hop, la educación popular, los ejercicios de memoria territorial, los deportes o la agricultura urbana, entre muchos otros; también de la capacidad de hibridarse con lenguajes denominados técnicos, entre los que encontramos los sistemas de información geográfica, el derecho urbanístico, la geografía jurídica o la planificación territorial. Esta articulación se deriva de las redes de apoyo y solidaridad que los caracterizan y apunta al problema de la asimetría de poder que otorga el lenguaje especializado para la posible incidencia en las instancias de participación institucional, así como a la dificultad para que diagnósticos ciudadanos, que no se hacen en base a los lenguajes especializados, permeen la política pública. Así, las intervenciones, además de centrarse en la justicia social, tienen un fuerte enfoque performático, generando nuevas escenografías y narrativas urbanas.
2. Para saber más, véase: https://arquitecturaexpandida.org/ negociaciones-urbanas-becainvestigar/.
metodología Cada proyecto ha sido analizado como estudio de caso. Se ha sistematizado toda la información fotográfica, audiovisual y de archivos asociados al proyecto, incluyendo documentos administrativos y urbanísticos, fotos históricas, etc., pero también materiales producidos por terceros como documentales, entrevistas o publicaciones en prensa o portales especializados, trabajos académicos, exposiciones en museos o premios2. Para articular esta sistematización con el marco teórico expuesto y darles una estructura comparativa a todos los proyectos se ha elaborado una matriz que se replica en cada ficha de estudio de caso. Esta matriz conecta las tres principales categorías del derecho a la ciudad y de la planificación radical e insurgente
Tabla 2_ Modelo conceptual para el desarrollo de categorías investigativas entre el derecho a la ciudad (Lefebvre 1968) y la planificación radical e insurgente del territorio (Miraftab 2009), 2022. Fuente: elaboración propia.
Derecho a la ciudad (Lefebvre)
Planificación radical o insurgente del territorio (Miraftab)
Categorías de análisis de proyecto
Subcategorías para fichas de proyecto
Antagonista a desposesión por intereses fácticos
Contrahegemónica, desestabilizando relaciones de poder
Objetivos y contranarrativas
El lugar (y sus condiciones) Actores locales principales ¿Qué se buscaba? (cómo se dinamizó el proyecto?) ¿Qué se busca? Evolución y maduración de la reivindicación ¿A qué se opone? Condición del suelo en la pequeña escala (permisos) Condición del suelo en la gran escala (controversia territorial urbanística)
Utopía experimental
Lenguajes y repertorios de acción creativos, imaginativos y simbólicos
Dimensión plástica y simbólica. Articulación de lenguajes territoriales
Temporalidad del proyecto Temporalidad de las acciones vinculadas a cada proyecto Financiación Tipo de participación Materialidad Cualidades plásticas, simbólicas o metafóricas Culturas del espacio Otros lenguajes creativos e imaginativos que se han articulado en el espacio
Derecho colectivo que trasciende la dicotomía público-privado
Transgresora en tiempo, lugar y acción, a través de redes colaborativas
Redes y relaciones de gobernanza entre los actores que intervienen
Relación del espacio con instituciones públicas Relación del espacio con otras instituciones Relación del espacio con otros colectivos y redes locales Relación del espacio con la comunidad vecinal
investigación
Figura 4_ Fichas de material sistematizado, 2022. Fuente: elaboración propia. Figura 5_ Afiche compilado de renders para sistematización, 2022. Fuente: elaboración propia.
del territorio. De estas correlaciones se obtienen tres categorías y varias subcategorías de análisis de proyecto, que se definen como: (1) Objetivos y contranarrativas; (2) Redes y relaciones de gobernanza entre los agentes urbanos que intervienen; y (3) Relación plástica, artística y simbólica del proyecto, integrando diversos lenguajes (tabla 2). Adicionalmente se han hecho nuevas visitas de campo en las que se ha documentado el espacio, el contexto, y se han desarrollado entrevistas sin determinar cuotas de participación ya que se ha estimado que los movimientos de base tienen una estructura interna suficientemente sólida para ser representados por el portavoz del movimiento.
desarrollo y discusiones Para analizar las principales discusiones emergidas del proceso de sistematización se ha diseñado una matriz que combina el modelo conceptual que estructura la investigación (tabla 2) y los tipos de proyectos agrupados en autoconstrucciones, provocaciones tácticas y cartografías críticas (tabla 1), analizando de forma comparativa su dimensión contrahegemónica, las redes colectivas de gobernanza experimental y el simbolismo plástico, simbólico y performático. La elaboración de este material ha sido la base de un análisis comparativo para las conclusiones que se muestran a continuación, pero también ha sido expuesto en espacios colectivos y ofrecido a cada uno de los movimientos urbanos de base, acompañado de los principales archivos de la sistematización.
convergencias y divergencias entre las autoconstrucciones y las provocaciones tácticas como ejercicios de gobernanza experimental por el derecho a la ciudad Todas las autoconstrucciones se han desarrollado en barrios de origen informal en los que las relaciones vecinales son herencia de fuertes relaciones de gobernanza vinculadas a procesos de construcción social del hábitat. Todas las provocaciones tácticas se han desarrollado en barrios altamente segregados y "guetificados" de origen formal, tipo conjuntos cerrados de vivienda de interés social en los que los sistemas organizativos vecinales son débiles y el nivel de conflicto social es alto y regulado verticalmente, ya sea por la policía, por los instrumentos de gestión del espacio público en la calle, o por reglamentos de copropiedad en lo privado, evidenciándose un problema de gobernanza derivado del modelo urbanístico de conjuntos cerrados (Secchi 2015). En las autoconstrucciones no hay una posición inicial frontal contrahegemónica, se necesita un espacio y se exploran alianzas y formas organizativas para lograrlo, de forma directa y ágil, pues ya existe un diagnóstico previo. La fricción suele
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llegar cuando las instituciones públicas, generalmente ausentes, hacen presencia para pedir explicaciones (la Casa de la Lluvia), sellar el espacio (la Casa del Viento) o demolerlo (de forma frustrada en El Trébol).
Figura 6_ Casa del Viento quemada, 2017. Fuente: elaboración propia. Figura 7_ Autoconstrucción de la Casa de la Lluvia [de ideas], 2012. Fuente: elaboración propia.
Las provocaciones tácticas, sin embargo, parten del reconocimiento de un alto nivel de conflicto social que limita el derecho a la ciudad para ciertos sectores de la población, generalmente los más excluidos y estigmatizados. Estos mobiliarios de carácter móvil no son el resultado final de un proceso participativo, sino el inicio, una provocación inicial a debatir y llegar a acuerdos básicos de convivencia territorial que no excluyan a los más vulnerables. Las "negociaciones urbanas" que dinamizan estos dispositivos incluyen no solo la ocupación directa del espacio público, también la participación de mesas socio-institucionales para abordar cuestiones como el rol de la policía y funcionarios locales en la estigmatización de los jóvenes, el lobby con prensa o el rol de sistemas de gestión urbanística en la rentabilidad económica del espacio público, y por lo tanto en su potencial privatización, como es el caso de los manuales de aprovechamiento económico que aplican como sistema de gestión de uso de parques metropolitanos en Bogotá (IDRD 2022). Con frecuencia se evidencian conflictos comunitarios generacionales en torno al entendimiento policivo o pedagógico de la convivencia territorial, evidenciando desconfianza hacia la juventud y su capacidad de establecer vínculos de corresponsabilidad a través de la autogestión. AnadeLina Amado lo explica así: El objetivo era ampliar el espacio de la biblioteca y protegerla del agua y humedad. También se buscaba la autonomía. No nos prestan los salones comunales porque estamos trabajando con jóvenes en artes urbanas y eso no encaja con el pensamiento conservador de la Junta de Acción Comunal […] La intervención no fue contrahegemónica. Pero termina siéndolo porque lo que se hace ahí va en contra del pensamiento conservador de muchas familias por las personas que llegan: muchachos con problemas que no son aceptados dentro de otros espacios. 3
El nivel de conflicto en proyectos como la Casa del Viento desembocó en un atentado que dejó la estructura calcinada, en 2017, tras seis años de intenso uso4. Las autoconstrucciones tienen un componente de monumentalidad, de faro referencial en el territorio, favorecido por el uso de materiales naturales y locales como la guadua, y transparentes como el policarbonato alveolar. En cuanto a su escenografía territorial, subraya un lugar, lo pone en el mapa de la ciudad y plantea cuestiones como el derecho a ser visto y reconocido como condición de ciudadanía, el derecho a la ciudad bella y representativa o a sentirse orgullosos del lugar de donde se viene (Borja y Muxí 2003). Iván Murcia lo expone así:
3. Entrevista a AnadeLina Amado (55 años), líder comunitaria en la Casa del Viento. 5 de noviembre de 2022. 4. Para saber más, consultar: https://colombiaplural.com/ la-casa-del-viento-la-paz-ausente-los-barrios-bogota/.
investigación
Figura 8_ Autoconstrucción de El Bicho, 2022. Fuente: elaboración propia. Figura 9_ El Bicho moviéndose, 2022. Fuente: elaboración propia.
La Casa de la Lluvia es el repertorio simbólico más importante que tiene el Alto Fucha. Tiene un mensaje a la comunidad y es: "Somos capaces de hacerlo por nosotros mismos". En torno a la Casa de la Lluvia es que se despliegan otras formas de "somos capaces de hacerlo nosotros mismos" de diferentes talantes. Somos capaces de hacerlo nosotros mismos bien, bonito, duradero y ese es un ejercicio simbólico muy fuerte […]. Es más, la comisión [en defensa del Alto Fucha] se crea y se reúne en la Casa de la Lluvia. Varias personas lo verbalizan, incluso de otros barrios distintos que la Cecilia: "La Casa de la Lluvia es el símbolo de la resistencia del Alto Fucha"5 .
La dimensión simbólica asociada al hacer juntos y al hacerlo bien conecta con la idea del valor artesanal que tiene la obra y que "denota una implicación en el trabajo y una calidad del resultado que van más allá de la mera supervivencia y tienen que ver con lo que la cultura aporta a la obra, confiriéndole un valor. […] el capitalismo moderno ha deteriorado cada vez más esta adición de valor" (Sennett 2013, 9). En las provocaciones tácticas el diseño singular llama la atención, pero la apropiación se produce con el paso del tiempo, cuando de forma evidente empieza a adquirir una significación relativa al derecho a la ciudad. La movilidad de los elementos permite relacionarlos con un bien mueble (no inmueble) y por lo tanto escapar de ciertas regulaciones. También permite, cuando un vecino se queja, por ejemplo, por el olor a marihuana, establecer un diálogo ad-hoc para llegar a un acuerdo que habilite una convivencia territorial. Así mismo, por el peso de los dispositivos, la movilidad debe tener un carácter colectivo, lo cual supone un ejercicio performático y escenográfico en el espacio público. En ambos casos la dimensión performática está vinculada a la vida cotidiana y a la significación del espacio. En las autoconstrucciones, la dimensión performática de carácter cotidiano se da en la propia autoconstrucción, y en su significación escenográfica destaca su singularidad en el paisaje, significando un legado cultural material para el territorio. En las provocaciones tácticas la dimensión cotidiana está en su apropiación corporal, remarcando el poder performático de la agrupación de cuerpos en el espacio público (Butler 2017) y en su significación destaca la articulación con otros lenguajes propios de los movimientos sociales que intervienen, como el hip hop.
5. Entrevista a Iván Murcia (31 años), líder comunitario en la Casa de la Lluvia [de ideas]. 11 marzo de 2020.
En ambos casos los conflictos urbanos que se cuestionan están relacionados en la pequeña escala con la autonomía y autogestión espacial, pero también se establecen relaciones con la escala metropolitana o regional, cuestionando crisis urbanas relacionadas con la segregación, la justicia ambiental, los mecanismos de expulsión de comunidades de los que dispone el urbanismo, la vulnerabilidad corporal por abuso de poder o el reduccionismo y falta de incidencia de los espacios de participación en política territorial. En algunos proyectos, como "El Bicho", la poesía y el arte audiovisual han sido esenciales
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para explicar dinámicas de estigmatización a través del hip hop en videoclips producidos por el mismo proyecto6. Estos lenguajes también han facilitado la repercusión de los proyectos y de las reivindicaciones que plantean en prensa7.
Figura 10_ Apropiaciones cotidianas de El Bicho, 2022. Fuente: elaboración propia. Figura 11_ Eventos de hip hop autogestionados en El Bicho, 2022. Fuente. Elaboración propia.
las cartografías críticas y el derecho a la ciudad La cartografía es un trabajo poco visible pero profundo y demandante en cada uno de los proyectos de autoconstrucción y de provocaciones tácticas. Investigar normativa, decretos, antecedentes, formas de ocupación espacial, percepciones o narraciones comunitarias, entre otros, es fundamental para entender las controversias y fricciones entre la cultura urbana y la cultura urbanística. Cada proyecto tiene un archivo de respaldo en investigación, pero en algunos momentos la cartografía se vuelve protagonista de un proyecto colectivo. El detonante suele ser una situación de preocupación intensa por cuestiones territoriales: en "Salto Sucio" se partió de la demolición por parte de la alcaldía local de Bosa de la pista de Dirt Jump BMX autoconstruida y autogestionada por jóvenes desde hace más de diez años; en el proyecto "En Riesgo"8, de la necesidad de la comunidad del Alto Fucha de entender mejor los impactos de las políticas de gestión del riesgo en sus barrios, así como encontrar marcos normativos que permitieran recuperar, de forma comunitaria y medioambiental, suelos degradados y abandonados. "Mapeo al pedazo: Perro Barrio"9, surge en plena pandemia por las preocupaciones de acceso al espacio público, especialmente para una población que vive del rebusque, y el creciente control y abuso policial al respecto. Las cartografías son, por tanto, contrahegemónicas, y tienen un fuerte enfoque en superar la brecha del lenguaje especializado que excluye a la población más vulnerable de participar de espacios en los que se debate sobre las transformaciones territoriales que se desarrollan en sus áreas urbanas.
la gobernanza experimental como refugio Por último, merece la pena señalar que, en todas las entrevistas realizadas, cuando se pregunta a los protagonistas de estos procesos cuál es el principal objetivo del espacio, tras responder con la necesidad de un uso, todos coinciden con reflexiones relativas a la necesidad de un refugio, de un hogar, de un espacio donde puedan ser ellos mismos. [Casa del Viento] Al interior de las familias hay problemas intergeneracionales y estos espacios son un respiro, donde puedo hablar y sentirme yo mismo. Las familias son muy conservadoras y las nuevas generaciones vienen con una visión más abierta, tienen internet, redes sociales, celulares… Hay choques internos y ellos van a ver por dónde explotan, y a veces es en las drogas, y ahí sí, difícil.10
6. Para saber más, véase: https://www.youtube.com/ watch?v=yRvjTFS6kV8. 7. Para saber más, véase: https://www.youtube.com/ watch?v=w6ni6f0jfaE. 8. Para saber más, véase: https://enriesgoaltofucha. wordpress.com/. 9. Para saber más, véase: https://mapeoalpedazo. wordpress.com/. 10. Entrevista a Mauricio Guerrero (25 años), líder de la biblioteca comunitaria Simón el Bolívar (Casa del Viento). 5 de noviembre de 2022.
investigación
11. Entrevista a David y Joel (16 y 19 años), líderes comunitarios en La Potocine. 19 de noviembre de 2022. 12. Entrevista desarrollada por un grupo de investigación de la Universidad Gran Colombia a doña Inés, habitante del barrio La Cecilia (63 años). s/f. (Documento disponible en línea, consultado el 27 de noviembre de 2022) https:// ciudadparatodos.poligran.edu.co/cpt---entrevistasdonaines.html. 13. Entrevista a Tatiana Hernández y Fredy Bustos (26 y 38 años), líderes en el espacio El Trébol. 7 de noviembre de 2022. 14. Entrevista con Nhyko (20 años), líder del colectivo Distreestyle (El Bicho). 13 de noviembre de 2022. 15. Alain Dzukam (58 años), actor y habitante de Clichysous-Bois (COMMUNauté), en entrevista con Ateliers Medicis. 8 de julio de 2020. https://www.facebook.com/ AteliersMedicis/photos/1204497776558059.
[Potocine] El objetivo es ofrecer un recurso comunitario, que es llevar el cine donde no lo hay. Pero también es para parchar, relajarse, echar el rato, reírse, divertirse y escuchar […]. Es fomentar esa manera de tejer comunidad, de hacer, de consensuar….11 [Casa de la Lluvia [de ideas] La palabra que definiría este proyecto sería tranquilidad.12 [El Trébol de todos y todas] El objetivo de El Trébol es ofertar espacios para el borde occidental. Con el tiempo se convirtió en otra cosa. Ya es una casa, un hogar. La idea de casa y de refugio es muy importante. La idea de refugio afectivo….13 [El Bicho] Es un hogar, una guarida para la manada que habita este espacio, para las personas que utilizamos la calle. Incluso una guarida para la lluvia. También es la sala de estar de [el colectivo] Distreestyle. […] se ha convertido en un motivo, una razón para disfrutar juntos.14 [Communauté] El entorno es esencial para el hombre, nos hace felices o infelices. Cuando el colectivo AXP hizo un proyecto aquí, la atmósfera se transformó.15
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15. Schneider, Cecilia y Yanina Welp. 2011. "¿Transformación democrática o control político? Análisis comparado de la participación ciudadana institucional en América del Sur". Iconos. Revista de Ciencias Sociales (40): 21-39. 16. Secchi, Bernardo. 2015. La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres. Madrid: Los libros de la Catarata. 17. Sennett, Richard. 2013. Artesanía, tecnología y nuevas formas de trabajo + "Hemos perdido el arte de hacer ciudades" (entrevista de Magda Anglès). Barcelona: Katz Editores. 18. Soja, Edward W. 2014 [1996]. En busca de la justicia espacial. Valencia (España): Tirant Humanidades. 19. Wacquant, Loïc. 2007. Los condenados de la ciudad: Gueto, periferias y Estado. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
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Aprendiendo de infraestructuras (in)constantes* Learning from (In)Constant Infrastructures Como parte de un esfuerzo de investigación más amplio, este artículo tiene como contexto las condiciones actuales y potenciales de la venta ambulante en India, como constante en la construcción de ciudad. Comienza por examinar ciertos prejuicios utilizados para justificar su exclusión de las narrativas de planificación y diseño urbano, luego de mapear y analizar metódicamente el diseño y las características infraestructurales de casos de estudio seleccionados. De esta manera, la venta ambulante se investiga como un tipo de sistema infraestructural en sí mismo, que es una constante urbana que manifiesta conjuntos inconstantes de procedimientos y procesos, cuyas características temporales y espaciales son en apariencia incompatibles con las comprensiones convencionales de planificación y diseño. Por lo tanto, este artículo no solo pretende legitimar las prácticas espacial-sistémicas de estas infraestructuras como recurso, sino también esbozar pistas que re-imaginen futuros más equitativos para estas. Palabras clave: infraestructura, India, urbanismo, diseño, venta ambulante, futuros, (in)constante. As part of a larger research endeavour, this article operates in the context of current conditions and potentialities of street vending in India, as a city-making constant. It begins by examining frequent, yet, questionable tropes utilised to justify their exclusion from urban planning and design narratives as a main issue to debate: tropes that are then debunked and disproven, after methodically mapping and unpacking the design and infrastructural features of selected case studies. Street vending is therefore explored as a distinct type of infrastructural system in itself, one which is simultaneously a constant factor, and an inconstant array of procedures and processes. It possesses distinct temporal and spatial features seemingly incompatible with conventional planning and design understandings. This article is therefore intended to attempt not only to legitimize the spatial-systemic practices of these infrastructures as a developmental asset, but to outline clues for designers to reimagine urban futures that can lead to more equitable city-making practices. Keywords: Infrastructure, India, urbanism, design, street vending, futures, (in)constant.
Sebastián Trujillo-Torres sebastian.trujillo.torres@gmail.com Universidad Nacional de Colombia CEPT University, India
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.03
* Este ensayo, elaborado en colaboración con Kruti Shah, deriva del proyecto de investigación "Atlas of (in)constant Infrastructures" que se desarrolló como parte de la beca de investigación otorgada por DXD-Sanskriti en el año 2022. La beca financió y apoyó durante un año diversos procesos de documentación, mapeo, investigación y análisis de setenta y ocho casos de estudio —un análisis integral de las condiciones actuales y futuras de estos sistemas infraestructurales— en doce ciudades indias, los cuales revelaron una gran diversidad de dispositivos en el espacio público con un alto índice de movimiento y temporalidad.
Recibido: 15 de abril de 2023 Aceptado: 12 de octubre de 2023 Cómo citar: Trujillo-Torres, Sebastián. "Aprendiendo de infraestructuras (in)constantes". Dearq no. 38 (2024): 24-41. DOI: https://doi.org/ 10.18389/dearq38.2024.03
investigación
sobre prejuicios cuestionables Figura 1_ Bhadra Plaza en Ahmedabad, Gujarat (India), 2015. La revitalización de este significativo espacio público, llevada a cabo por la firma Vastu Shilpa Consultants en 2014 (entonces dirigida por Balkrishna Doshi, premio Pritzker de arquitectura) fue fuertemente criticada por no incorporar adecuadamente a los vendedores ambulantes en la planificación del recinto, lo cual acentuó las fricciones entre las entidades locales y los representantes de los informales. Problemas preexistentes como la congestión y la densidad fueron simultáneamente acentuados por factores económicos y sociales externos, sintomáticos de ciertos urbanismos del sur, procesos que apuntan a la necesidad de incorporar sistemas infraestructurales más maleables, que puedan absorber y adaptarse a estos cambios. La imagen muestra el marcado contraste entre la compleja organización de los vendedores en el mercado abierto de Bhadra y el Premabhai Hall, a la derecha, una de las piezas más representativas del modernismo indio, diseñada por Balkrishna Doshi en 1976. Fuente: fotografía del autor.
1. Según el portal de datos poblacionales de la ONU (https:// www.unfpa.org/es/data/world-population/PT), la población de Portugal en 2022 era de aproximadamente diez millones de personas. 2. Según el portal de datos poblacionales de la ONU, la población de Nigeria en 2022 era de aproximadamente doscientas veintidós millones de personas. 3. Jayanta Bourah y Sarthak Aryan han explorado cómo durante la pandemia, se intensificaron los retos que presentan los vendedores ambulantes, destacando el conflictivo reconocimiento del "Right to Livelihood" como derecho fundamental y su difícil implementación (Boruah y Aryan 2020). Su investigación examina el complejo marco legal de la India para los vendedores ambulantes y lo compara con enfoques más efectivos en otros países, enfatizando la necesidad apremiante de reformas precisas para regular este sector en crecimiento. De manera similar, Vikas Kumar (2019) ha documentado la polarización de posiciones frente a los vendedores ambulantes en la India, donde promesas de cambio se incumplen a menudo a pesar del importante papel que estos cumplen en la economía. Así, desalojos persisten y leyes como el 'Street Vendors Act' de 2014 enfrentan complejos desafíos de implementación, mientras que iniciativas gubernamentales como la "Smart City Mission" exacerba las problemáticas, revelando actitudes institucionales frente a grupos de escasos recursos.
Es en verdad difícil cuantificar a plenitud la escala de la venta ambulante en la India. Si bien las estimaciones oficiales fijan las cifras en alrededor de diez millones de personas que actualmente participan en la venta ambulante en el país (Sanzgiri 2020), se podría argumentar que esto es más que inexacto. India posee en 2023 una sexta parte de la población mundial: con mil cuatrocientos millones de ciudadanos (UNFPA), se ha convertido en el país más poblado del mundo —superando hace poco a China— debido a sus crecientes tasas de fertilidad. Una cifra aún más sorprendente, si consideramos que el 1 % de esta población posee alrededor del 40 % de la riqueza total del país, mientras que el 50 % (alrededor de setecientos millones de personas) posee el 3 % (Oxfam 2023). Puede que parezca desmedido equiparar pobreza con venta ambulante, o incluso afirmar que su causa sea la desigualdad extrema. Correlación no es causalidad. Sin embargo, sabemos que la venta ambulante tiende a ser un recurso económico de fácil acceso (a veces como último recurso) para grupos de bajos ingresos (el 50 % más pobre), vinculado de forma simultánea con el desempleo formal, procesos de urbanización intensa, marginalización y falta de presencia estatal. También sabemos que dada su naturaleza volátil y que las estadísticas se basan sobre todo en los vendedores autorizados (de ahí la absoluta imposibilidad de contabilizarlos a todos), podemos especular con que el número de vendedores ambulantes en la India es mucho mayor, por decir algo comparativo, que la población actual de Portugal1. De hecho, según estimaciones de organizaciones de defensa de los derechos de los vendedores ambulantes, el número real de vendedores ambulantes podría ser de aproximadamente ciento treinta millones (NASVI), cifra que si tiene en cuenta círculos familiares podría llegar a unos doscientos treinta millones de personas. Esto significa que los vendedores ambulantes componen no solo alrededor del 17 % de la población del país más poblado del mundo, sino también que son una población equivalente a la de Nigeria2, país que ocupa la sexta posición en el mundo. Es justo decir entonces, siguiendo esta línea de razonamiento, que los vendedores ambulantes en la India no son un tema menor: su número es inmenso y existirán por un tiempo considerable. Y por cierto que es este el caso si tomamos en cuenta lo polarizado y, en algunas instancias, controvertido del tema, como lo han documentado académicos indios3. Un punto común de disputa que es en esencia un problema espacial,
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un problema del espacio público, que amerita cuestionar expectativas, capacidades y recursos. En el centro de la cuestión tenemos una serie de prejuicios que no permiten una comprensión profunda y exhaustiva que pueda producir mucho más que los principios de planificación draconianos que caracterizan la institucionalidad india (Schindler 2014). Estos prejuicios comienzan con el supuesto de que la venta ambulante es una actividad informal que no pertenece a los procesos de planificación formal. Por lo regular, estas actividades se ignoran o se consideran un obstáculo en lugar de una actividad económica valiosa o un activo potencial para la ciudad. Los vendedores ambulantes tienden a ser tildados de invasores del espacio público4 (que congestionan y obstaculizan el movimiento de los peatones), una percepción que conduce al desplazamiento y desalojo de sus lugares tradicionales de trabajo, siendo que sus prácticas se entienden como "caóticas". Se cree que carecen de orden, regulaciones y control visibles y, por lo tanto, generan ansiedades en cuanto seguridad, higiene o degradación ambiental; habría que sumar el argumento estético, el cual establece que la venta ambulante implica una "fealdad" alejada de la estética popularmente deseada para el entorno urbano y, por tanto, se justifica su eliminación. Esta supuesta falta de calidad formal también está relacionada con la idea de que los vendedores ambulantes se resisten al cambio y la innovación, presunción que en apariencia dificulta su incorporación a los procesos de diseño urbano. En otras palabras, como se los asume incompatibles con la noción de "progreso" deben ser eliminados del paisaje público de la ciudad.
Figura 2_ Tienda de doble nivel en las calles del norte de Calcuta (India), 2022. Esta tipología de tiendas mínimas, común en ciudades tan altamente densificadas como esta, ilustra procesos frecuentes de partición propietaria progresiva que se encuentran entre lo formal y lo informal. Este ejemplo, aunque arquitectónico, refleja la disputada naturaleza del espacio público en la India y los recursos utilizados para enfrentar estas situaciones. Asimismo, es importante destacar que, casos como este, funcionan en colaboración y con dependencia de formas de intercambio más móviles y transitorias. Fuente: fotografía del autor. 4. Según el Center for Civil Society —una organización con sede en Delhi enfocada en el cambio social a través de políticas públicas—, muchos vendedores ambulantes son continuamente estigmatizados por las autoridades, dada la resistencia a registrarlos y, en algunos casos, la repetición de procesos de acoso, extorsión y desalojos arbitrarios por parte de la policía y funcionarios gubernamentales. La investigación de Narang y Sabharwal (2019) revela la significativamente lenta e inconsistente implementación del "Street Vendors Act" de 2014, debido a prejuicios generalizados en su contra. Esta documentación también difunde el consistente sesgo de procesos judiciales que con frecuencia favorecen acciones gubernamentales (incluidos desalojos improvisados) a pesar de protecciones legales. La CCS también ha estudiado cómo en Delhi —ciudad pionera en la implementación de la Ley—, los desafíos persisten, considerando la insuficiente representación de los vendedores en los Vendor Committees y las prácticas de desalojo arbitrarias, algo que se ha acentuado aún más con el "Smart Cities Mission".
investigación 5. Arvind Rajagopal (2002) analiza esto a través de la evolución de dinámicas de ciudadanía, inclusión y política en el contexto de los vendedores ambulantes de Mumbai, desafiando el supuesto de que la venta ambulante está destinada a ceder ante procesos económicos más estructurados. Rajagopal explora cómo nuevas tendencias empresariales y políticas (tal como el enfoque en individuos más que las masas), desdibujan las distinciones tradicionales entre las esferas pública y privada; en este contexto, el artículo examina las implicaciones para los derechos de los vendedores ambulantes, destacando el potencial para generar agencia política por medio de nuevos circuitos de comunicación —e intercambio de propiedad intelectual— entre clases sociales.
Más aún, el prejuicio más equívoco de todos es que los vendedores ambulantes son ilegales: tanto así que resulta bastante común presumir que operan por fuera de los márgenes de la ley y del Estado y, por ello, son un obstáculo para la conformación adecuada de una "nación legal". Esta es, quizás, la argumentación más dañina y, sin embargo, la más fácil y viable de refutar. Ahora bien, aunque podría parecer fácil contraargumentar estos prejuicios desde el punto de vista de una investigación disciplinaria orientada al conocimiento (lejos de las atribuladas decisiones del mundo real), es importante desafiar estos conceptos erróneos como una forma de fabricar urbanismos bottom-up renovados (Arefi y Kickert 2019) como reingeniería de sistemas existentes, mientras se vislumbra la relevancia de éstos en los futuros próximos de los urbanismos del Sur Global, urbanismos que India caracteriza de manera radical.
prejuicio 1: informalidad absoluta La venta ambulante a menudo se considera una actividad informal que no parece encajar en los procesos de planificación formales. Esta percepción se basa en la creencia de que la venta ambulante es una ocupación temporal o transitoria que eventualmente será reemplazada en un futuro por actividades económicas más formales, una visión que ignora cómo a menudo se trata de una ocupación a largo plazo o incluso permanente para muchas personas, en particular aquellas provenientes de comunidades marginalizadas5. Sin embargo, lo más importante es que este supuesto se basa en una comprensión errónea de la informalidad como una categoría que denota actividades y condiciones que se desenvuelven por fuera del ámbito del Estado. Nada más lejano de la realidad. No solo lo "informal" suele estar en constante intercambio con lo "formal" (mantiene estrechas relaciones con agencias oficiales, utilizando infraestructura, etc.), sino que lo "formal" también retribuye esta dependencia utilizando continua y sistemáticamente métodos "informales" (pasa por alto procedimientos oficiales, prioriza ciertos procesos o proyectos de forma arbitraria, etc.) (Schindler 2014). Figura 3_ Carro callejero empotrado, en Lucknow (India), 2022. Este dispositivo, en principio móvil, ha sido incrustado como parte de un borde arquitectónico en el que simultáneamente lleva a cabo actividades económicas "informales" y proporciona un límite de propiedad "formal". Fuente: fotografía del autor.
Es fácil presentar la venta ambulante como una actividad insurrecta que no merece ser incluida en un plano de formalidad; es fácil porque así lo aparenta. Sin embargo, al observarla con detenimiento se pueden comprender sus complejas relaciones con el Estado, que por momentos son antagónicas, cooperativas o,
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Dearq 38 incluso, ajenas unas de otras. Por lo tanto, reconocer la venta ambulante como una actividad económica legítima (desde el ámbito de esta innegable relatividad), es más, como un sistema infraestructural en sí mismo, no resulta para nada descabellado: solo se requiere comprender su complejidad más allá de una visión reduccionista de la ciudad.
prejuicio 2: el mito del hawker Los vendedores ambulantes también pueden ser vistos como invasores del espacio público. De hecho, el término hawker es una expresión colonial despectiva, elaborada en su momento como una clasificación vertical por parte de funcionarios británicos que percibían a los vendedores ambulantes como perturbadores del orden civil, aprovechándose de los transeúntes desprevenidos. De ahí el mito del hawker, el nocivo vendedor ambulante. Una narrativa que, si bien persiste hoy en gran medida en muchos de los contextos y grupos sociales de la India, también ha sido muy cuestionada. El mejor
Figura 4_ Ram Kumar, vendedor de té chai en College Street, Calcuta (India), 2022. Ram ha trabajado como vendedor ambulante en esta emblemática área de la ciudad durante más de una década, donde ha construido relaciones significativas con los propietarios de las librerías circundantes (las cuales son características de Calcuta). Ram demuestra de manera concisa la forma como los vendedores ambulantes tienden a activar la calle con intervenciones materiales mínimas. Fuente: fotografía del autor.
investigación ejemplo es aportado por la National Hawkers Federation, una de las organizaciones de vendedores ambulantes más grandes de la India, la cual lucha por los derechos de los vendedores y aboga por un cambio estructural, reapropiando así el término hawker con el fin de otorgarle un nuevo significado.
Figuras 5 y 6_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Ram Kumar, 2022. Estos dibujos reflejan procesos subyacentes de toma de decisiones, donde patrones de movimiento e intercambio reflejan órdenes complejos a pesar de aparentes desordenes. Fuente: dibujos del autor y Kruti Shah.
Ahora bien, la percepción del vendedor ambulante como "invasor" del espacio público también se basa en el supuesto de que el espacio público es (o debería ser) neutral y vacío por naturaleza, y que como tal debería estar libre de cualquier obstrucción. O, al menos, de cualquier obstrucción "antiestética". Sin embargo, sabemos que el espacio público en realidad está ocupado y moldeado por una multiplicidad de relaciones de poder en constante disputa (Roy y AlSayyad 2004) —procesos sociales, políticos y económicos— en las que la venta ambulante contribuye con un alto grado de vitalidad y diversidad, al permitir a cualquier ciudadano participar en la construcción integral de la calle. Esto no significa que la venta ambulante sea en sí misma virtuosa, pero sí que no es axiomáticamente objetable. Esto se debe a que la venta ambulante hace que la calle sea productiva, no solo en términos económicos, sino también en términos culturales, relacionales, de
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Dearq 38 orientación e, incluso, de seguridad ("los ojos de la calle"6). En comparación, la venta ambulante cuenta con un potencial productivo de lejos mayor que, por ejemplo, los vehículos estacionados en la calle, los cuales no son recibidos con la misma hostilidad por parte de las autoridades o por el propio ciudadano (Butani 2021). Por supuesto, una persona que posee un tenderete móvil y otra que posee un automóvil no parecen paradójicamente contar con los mismos derechos. Esto no quiere decir que se deba dar absoluta libertad a la venta ambulante en la ciudad, ni que se deban prohibir los vehículos privados, sino que es preciso reconocer la naturaleza dinámica del espacio público como un constante territorio de negociación, en lugar de constituirse en un espacio para el ejercicio judicial arbitrario.
6. La idea de "ojos en la calle", defendida por Jane Jacobs, enfatiza la importancia de interacciones sociales y comunitarias en la planificación urbana y la vida ciudadana (Kanigel 2017). Según Jacobs, los vecindarios son seguros y vitales en la medida en que haya un activo intercambio entre ciudadanos en espacios públicos, donde los mismos se observen e interactúen entre sí; estos "ojos en la calle" sirven como una forma de vigilancia informal. Las teorías de Jacobs desafiaron las prácticas conocidas de planificación urbana, enfatizando el valor de preservar comunidades existentes y de privilegiar dinámicas sociales orgánicas.
prejuicio 3: solo el caos prevalece Cuando se trata de venta ambulante, la retórica popular tiende a señalar que en su presencia lo único que prevalece es el caos. Este prejuicio del "caos" se enmarca en una retórica que denota actividades urbanas sin orden, regulación o control aparente, en concreto, un control emanado de una autoridad vertical y superior. Esta percepción, por lo tanto, se basa en dos supuestos que, además de dudosos, se hallan entrelazados. El primer supuesto consiste en que la única forma de garantizar la calidad y seguridad de bienes, servicios y espacios es mediante el diseño e imposición de protocolos y lineamientos formales. Sin embargo, es bien sabido que estas reglas, en ocasiones, comportan sesgos y exclusiones estructurales, y así estén bien diseñadas, son políticas que enfrentan grandes dificultades en su implementación y promoción. Sería injusto decir que este enfoque es redundante, pero considerar que es categóricamente exitoso y autosuficiente, es en verdad discutible (Brenman y Sanchez 2012). El segundo supuesto es el encasillar a la venta ambulante como carente en su esencia de orden y organización, lo cual también es discutible. Esto se debe a que se reconoce que los vendedores ambulantes desarrollan sus propios sistemas de regulación y autoorganización para garantizar la calidad y seguridad de sus productos, basándose en complejas redes sociales de suministro, intercambio y mantenimiento. Sus disposiciones infraestructurales dependen de una multiplicidad de factores en constante cambio, que suelen manejar de manera frugal pero diestra. Hay orden en la venta ambulante, planificado, recurrente, y, hasta cierto punto, predecible. Sin embargo, estas no son por necesidad
Figura 7_ Carro callejero en las calles de la localidad de Lalbagh, en Lucknow (India), 2022. Este caso de estudio demuestra no solo ciertas estrategias estéticas utilizadas en el diseño gráfico del dispositivo, sino también la naturaleza constructiva frugal de estos dispositivos móviles mínimos. Fuente: fotografía del autor.
investigación 7. La percepción de la venta ambulante como poco atractiva en los entornos urbanos contemporáneos es un estereotipo común, a menudo desconectado de las estéticas aspiracionales del siglo XXI; Jonathan Shapiro Anjaria (2006) documenta y disputa este fenómeno. El autor destaca la importancia de los vendedores ambulantes en el tejido urbano, ofreciendo una valiosa perspectiva sobre sus dinámicas en el espacio público mientras revela cómo estos luchan, no con un Estado regulador, sino con uno depredador, enfrentando sobornos y amenazas de demolición, y donde las licencias sirven como único recurso de seguridad.
formas de organización de arriba hacia abajo, sino quizás más descentralizadas y, en ocasiones, mucho más circunstanciales.
prejuicio 4: estética in absentia Antiestético, intrusivo, desordenado. La venta ambulante a menudo se percibe como poco atractiva o, más bien, alejada de la estética aspiracional que parecería caracterizar el entorno urbano del siglo XXI7, algo que lleva a demandar la eliminación de los vendedores ambulantes y sus arquitecturas, por no ajustarse a estos sistemas estéticos. Sin embargo, es evidente que este razonamiento no alcanza ningún tipo de objetividad: ¿los ideales estéticos de quién?, ¿de dónde vienen?, ¿qué aspiraciones y valores representan?, ¿garantizan el bienestar de quién?, y lo más importante, ¿cómo se produce esa presunta 'falta de estética'? Baste decir que los vendedores emplean ciertas estrategias estéticas para atraer clientes y diferenciarse entre sí (la estética, como tal, tiene un propósito muy práctico), pero si nos centramos en aquellas que reflejan de alguna manera una sensación de negligencia y descuido, debemos examinar los aspectos económicos y sociales, además de los contextos donde operan. Si abordamos la estética no como una cuestión de juicio individual o subjetivo, sino como una forma de medir el sentido de cuidado hacia los espacios que ocupamos, podríamos argumentar que esto implica una inversión de recursos y tiempo con los que no muchos vendedores cuentan, o bien no asumen el incentivo para invertirle. Esto se correlaciona con condiciones de escasez y desarrollo pedagógico, asuntos que seguramente están en la raíz del problema. La "estética in absentia" refleja medios específicos y dificultades estructurales.
prejuicio 5: "esos reaccionarios" Figura 8_ Conferencia y capacitación en liderazgo de la National Hawkers Federation, Ratnagiri (India), 2023. Esta conferencia, que reunió a diversas figuras de liderazgo de toda la India, se centró en los desafíos y estrategias de implementación del "Street Vendors Act" de 2014, el papel de los vendedores ambulantes en el contexto del calentamiento global y la degradación ambiental, además de diversos métodos inclusivos de diseño y planificación urbana. Fuente: fotografía del autor.
Existe la percepción de que los vendedores ambulantes se resisten al cambio y la innovación, lo cual hace que parezca imposible incorporarlos en los procesos de diseño urbano. Ahora bien, dejando de lado el hecho de que haya o no resistencia, lo cierto es que los planes de desarrollo y planificación urbana requieren, si no consenso, un esfuerzo concertado para incorporar la multiplicidad de partes interesadas
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que componen la urbanidad india, incluso si tal condición implica tediosos procesos de negociación, en especial con un grupo tan importante como es el de los vendedores ambulantes. Por otro lado, es sabido que las organizaciones de vendedores ambulantes sí suelen ser receptivas a la transformación de sus condiciones urbanas (por supuesto, salvadas excepciones). Sin embrago, dado que con frecuencia estos desarrollos parten de la exclusión, remoción y prohibición de los vendedores ambulantes, cualquier muestra de resistencia se percibe como una actitud regresiva. Cuando tal desarrollo es ejercido de arriba hacia abajo y encuentra oposición popular, generalmente se lo tacha de reaccionario y retrógrado, por lo tanto de ilegítimo.
Figura 9_ Mercado Ima en Imphal, Manipur (India), 2022. Como uno de los mercados más grandes de Asia dirigido por mujeres —y dentro de un entorno cultural en el que la gran mayoría de los vendedores ambulantes son mujeres—, el mercado Ima demuestra cómo infraestructuras fijas pueden responder positivamente a la legalización de la venta ambulante y las economías informales que sustentan grandes mayorías en el subcontinente indio. Fuente: fotografía del autor.
prejuicio 6: ilegal, por lo que parece Como ya se mencionó, el prejuicio más dañino es la idea de que la venta ambulante es un acto ilegal en India. Sin embargo, según la "Ley de vendedores ambulantes" (Street Vendors Act), promulgada en 2014, los vendedores ambulantes tienen derecho a llevar a cabo sus negocios siempre que cumplan con las condiciones de su licencia. Los vendedores ambulantes deben estar censados por un comité de ventas municipal y no pueden ser desalojados de ninguna zona a menos que se los aprovisione de nuevas licencias y un nuevo lugar para vender, proceso que requiere de plazos adecuados de adaptación y planificación, de acuerdo con las nuevas circunstancias. Puede parecer ilegal, pero la venta ambulante en la India es absolutamente legal. Ahora bien, aunque no sea necesario analizar aquí la propia ley, podría ser relevante revisar el principal desafío que esta enfrenta: su implementación. Lo anterior se debe a que, si bien la Street Vendors Act de 2014 fue formulada a nivel nacional, su ejecución depende de gobiernos estatales y es ahí donde radica el problema: las administraciones estatales suelen pasar por alto esta ley, bien sea por negligencia o por ignorancia, de modo que operan ex profeso por fuera de sus predisposiciones (casi de manera informal, podríamos decir). Los vendedores ambulantes en la India suelen tener condiciones variadas en términos de licencias y certificaciones; sin embargo, la problemática generalizada —y la fundamental— es la negación de sus derechos (por omisión o malicia) y la ocurrencia cotidiana de sobornos, amenazas y violencia8.
8. Sharit K. Bhowmik (2001) en su informe a la National Alliance of Street Vendors of India, demuestra a través de casos específicos cómo la corrupción gubernamental o la intimidación institucional constituyen procedimientos ilegales frecuentes, y destaca la urgencia de abordar sus causas estructurales. El reporte de Bhowmik también reconoce el papel esencial que desempeñan los vendedores ambulantes en las economías urbanas, constituyéndose como una labor frecuente para grupos sociales marginalizados por lo que aboga por su legalización y regulación adecuadas. De manera similar, otros estudios en Sonipat (Panwar y Garg 2015) y Visakhapatnam (Kiran y Babu 2019) han documentado el fenómeno de sobornos a los que están sujetos los vendedores ambulantes, enfatizando variables como frecuencia y costo sobre ingresos generales.
investigación
la venta ambulante como infraestructuras (in)constantes El propósito de refutar la anterior serie de prejuicios responde a una agenda doble.
Figuras 10 y 11_ Extracto del Atlas of (in)constant Infrastructures financiado por la Fundación DXDSanskriti y desarrollado junto a Kruti Shah. La primera imagen describe las ciudades seleccionadas para la investigación junto con la posición relativa de todos los casos de estudio, mientras que la segunda traza el marco metodológico utilizado en el proceso de investigación.
Por un lado, se deben exponer las propiedades operativas de un fenómeno tan significativo como este, no solo por su enorme escala e inevitable prevalencia, sino por el papel indiscutible que desempeña en los procesos subcontinentales de urbanización. Por lo tanto, es a través de la comprensión de sus dinámicas clave que podemos prever procesos de planificación adecuados, formas de desarrollo más democráticas y sensibles, más allá del paradigma del strongman (Rachman 2022). Por otro lado, desenredar estos prejuicios puede abrir un terreno de teorización capaz de construir un sentido común renovado, sobrepasando las alianzas ideológicas, en un potencial escenario de prosperidad horizontalizada: el propósito de esta argumentación es comprender qué posibilidades tenemos para repensar nuestras ciudades, teniendo en cuenta recursos y activos (en su definición amplia) actuales, como campos para atender.
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También es importante aclarar esta argumentación en el contexto de un proyecto de investigación más amplio9. Este proyecto se basa en un extenso proceso de documentación de las condiciones actuales de la venta ambulante en la India, teniendo en cuenta aspectos económicos, sociológicos y ambientales. Una investigación que comenzó a través de un proceso iterativo de recolección de datos en ciudades seleccionadas —involucrando una red amplia de colaboradores—, que dio paso a una serie de inferencias que no solo permitieron una comprensión holística del sistema, sino que también nos permitieron explorar posibles escenarios futuros. De esta manera, los conocimientos que reunimos en definitiva se consolidaron en la proposición de la venta ambulante como un sistema infraestructural, uno que hemos denominado "(in)constante". Dentro de este marco general de ideas, por 'infraestructuras' se entienden los procesos de intercambio y gestión de recursos o servicios que permiten (sin ser necesariamente visibles) el funcionamiento de los asentamientos humanos. Por lo tanto, no es inconcebible clasificar a los vendedores ambulantes como parte de un sistema infraestructural más amplio, en cuanto que proporcionan bienes y servicios a un gran número de personas en espacios públicos
Figuras 12 y 13_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Raju, vendedor de tabaco y 'gutka' en Lucknow (India), 2022. Estos dibujos buscan ilustrar que, si bien el dispositivo de Raju parece un objeto aislado y desconectado, está incrustado del todo en los circuitos de flujo urbano al demonstrar una clara cooperación e intercambio con los vendedores contiguos. Fuente: dibujos del autor y Kruti Shah.
9. Atlas of (in)constant Infrastructures, financiado por la Fundación DXD-Sanskriti y desarrollado junto con Kruti Shah entre principios de 2022 y mediados de 2023.
investigación
Figuras 14 y 15_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Praveen, un productor y vendedor de cebollas en las afueras de Delhi (India), 2022. Como estrategia para vender sus productos sin intermediarios, Praveen utiliza su tractor. Aunque tiende a seguir días, horas y rutas específicas en su labor, rara vez se detiene demasiado tiempo en un lugar para así minimizar el riesgo de atraer la atención y el posible acoso de la policía. Fuente: dibujos del autor y Kruti Shah.
y privados, mediante un conjunto complejo de arquitecturas variables. Además, la venta ambulante abarca distintas infraestructuras sociales y económicas, entre ellas, redes comunitarias, sistemas de crédito y mercadeo, que implican un papel fundamental a la hora de garantizar el acceso a recursos e información de una porción poblacional enorme. Estas infraestructuras a menudo se desarrollan a través de la acción colectiva y la autoorganización, lo cual da forma a los contextos sociales y políticos en los que operan. Sin embargo, estos sistemas infraestructurales tienen una particularidad que los distingue. Si bien en muchos casos los vendedores ambulantes pueden parecer estacionarios, está en su naturaleza ocupar físicamente la ciudad de manera intermitente e, incluso, de forma móvil. De hecho, se podría argumentar que, más allá de ocupar el espacio físico, utilizan tiempos determinados, ya que esta dimensión es el parámetro definitorio en sus actividades de corto y largo plazo. Por lo tanto, son inconstantes desde una perspectiva espacial. Al mismo tiempo, dada su presencia integral e inevitable en las dinámicas de la urbanidad india, son en verdad una constante: un patrón de urbanización consistente y definitorio a través del subcontinente. Sistemas y subsistemas que surgen casi sin remedio. Así pues, son infraestructuras a la vez inconstantes y constantes: (in)constantes.
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Dearq 38 El reconocimiento de la venta ambulante como un sistema infraestructural (in)constante tiene implicaciones importantes sobre cómo entendemos y abordamos la venta ambulante en la India y en otras partes del Sur Global. Dicho reconocimiento desafía ideas preconcebidas que obstaculizan la incorporación de la venta ambulante y sus arquitecturas en las agendas de planificación y diseño urbano, destacando así la importancia de crear entornos urbanos más inclusivos y maleables.
urbanismo más allá del urbanismo Una de las ideas preconcebidas más evidentes en el diseño y la planificación urbana es el hecho de que los sistemas infraestructurales son fijos, determinados e inmutables. Sin embargo, algo que es fácilmente observable en las infraestructuras (in)constantes es cómo predomina su tendencia al movimiento y a la temporalidad. Al desafiar formalidades fijas, permanentes y formales —y al adoptar prácticas espaciales itinerantes, reversibles e incluso improvisadas—, las infraestructuras (in)constantes crean una relación dinámica y cambiante con su entorno. Una relación que debe pensarse no en términos de oposición
Figuras 16 y 17_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Indira, una vendedora de 'paan' y 'gutka' en el mercado Ima de Imphal, Manipur (India), 2022. Estos dibujos demuestran la compleja construcción de los dispositivos usados por muchas mujeres en Manipur, las cuales negocian complejas espacialidades dentro de infraestructuras estatales fijas. Las vendedoras de Manipur son conocidas no solo por sus notables capacidades organizacionales, sino también por su éxito al exigir condiciones infraestructurales a los gobiernos locales. Fuente: dibujos del autor y Kruti Shah.
investigación binaria, sino más bien dentro de un diagrama de continuidad: la ecología del entorno construido se compone de un gradiente de ritmos, materialidades y permanencias que se atenúa de lo más rígido a lo más laxo. Las infraestructuras (in)constantes ocupan un tramo pequeño dentro de este diagrama, que tiende hacia la temporalidad y el movimiento.
Figuras 18 y 19_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Shiv Mangal, un vendedor de 'paan' y 'gutka' en Lalbagh, Lucknow (India). Como se ve en los dibujos, el dispositivo de Shiv no es más que una bicicleta, una caja de madera y una variedad de objetos complementarios que crean una tienda ad-hoc entre dos contadores eléctricos. Lo que de otro modo sería una zona residual se convierte en un lugar de reunión. Fuente: dibujos del autor y Kruti Shah.
Ahora bien, nuestra investigación ha arrojado luz sobre el papel fundamental que desempeñan estas condiciones. Desde arquitecturas improvisadas sobre las aceras hasta artefactos desplegables, estos constituyen la vitalidad irredimible de la urbanidad india. En lugar de ser vistas como usurpadoras del paisaje urbano, estas estructuras pueden entenderse como una potencial respuesta a los desafíos únicos que enfrentan las ciudades indias: alta densidad, escasez de recursos públicos y baja presencia institucional. Por otro lado, como elementos urbanos estos dispositivos tienden a ser comparativamente pequeños, fáciles de mover o desmontar, fabricados con materiales asequibles y económicos. Su construcción se hace de manera incremental, en respuesta a necesidades cambiantes y capacidades variables que ofrecen
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Dearq 38 los contextos en los que se ubican, al mismo tiempo que construyen asociaciones y relaciones a largo plazo dentro de sus entornos culturales y sociales. Lo interesante de esto es que, no obstante parecer ad hoc y no planificadas, las infraestructuras (in)constantes se construyen de forma cuidadosa y tienden a ser bastante duraderas, lo que apunta a un proceso de diseño contraintuitivo cuyos materiales duraderos son ensamblados de manera contingente, capaces de evolucionar hacia características formales cuando el entorno lo dicta. Esto significa que, si bien la fase inicial de estos dispositivos puede asimilarse a los procesos de fabricación convencionales, su desarrollo es siempre circunstancial y sensible al contexto. Lo que nos dice es que, si bien la demanda de diseño es autogestionada y los vendedores ambulantes tienden a ser bastante autosuficientes en este sentido, todavía existe una brecha para que el diseño arquitectónico y espacial garantice estándares de diseño urbano más integrales y cohesivos. Sin embargo, hay una serie de patrones de creación de espacios que vale la pena considerar; uno de ellos es el uso recurrente de estrategias de "anclaje", que se entienden como un proceso de adhesión y negociación material con infraestructuras más fijas como principio fundamental de interdependencia, lo cual tiende a ser más productivo que destructivo (al contrario de lo que suele suponerse). En otras palabras, las infraestructuras (in)constantes tienden a adherirse y asociarse a elementos urbanos más estáticos como árboles, cajas eléctricas, farolas y similares, y esta adhesión tiende a asegurar el bienestar y mantenimiento de los elementos urbanos (dado que los mismos brindan seguridad). Estos procesos de responsabilidad adquirida llevan a cuestionar si se puede pensar el diseño infraestructural desde este presupuesto, proyectando elementos urbanos que tengan en cuenta sistemas de cuidado descentralizado. Es importante resaltar que, si bien las condiciones espaciales de la venta ambulante varían mucho (son reflejo de tendencias culturales y regionales, así como del intangible ingenio individual), numerosos vendedores operan en entornos precarios y con recursos en extremo limitados, donde protecciones legales o el acceso a servicios básicos son prácticamente inexistentes. Asimismo, organizaciones de vendedores tienden a expresar la creciente invisibilidad y falta de representación en las narrativas dominantes de desarrollo urbano (las cuales se asemejan a agendas de desarrollo ahora consideradas obsoletas). Procesos que no producen otra cosa que estigmatización y antagonismos innecesarios. Enfoques sensatos para transformar de manera positiva el espacio público en la India tienden a reconocer el papel fundamental de mayorías subrepresentadas10 —en este caso los vendedores ambulantes— como contribuyentes a la vitalidad social y económica de la ciudad. Esto implica reconocer las complejas relaciones espaciales entre los vendedores, su infraestructura y el entorno urbano más amplio en el que actúan, acatando estos sistemas como temporales por naturaleza, dinámicos y adaptables. Esto evidentemente implica la utilización de vocabularios de diseño urbano que asuman el movimiento, la flexibilidad e, incluso, la improvisación, como valores legítimos. Así, se pueden tomar estos aprendizajes como punto de partida para definir un urbanismo que asuma estos factores organizacionales (movimiento, temporalidad, etc.) como pautas de construcción de ciudad, en adición a las responsabilidades legales por atenderse. Un campo de exploración prometedor para el diseño, más allá de la hegemonía del urbanismo smart iliberal (Dürr 2023). Las infraestructuras (in)constantes, en este sentido, pueden servir como vía para reinventar capacidades futuras.
infraestructuras (in)constantes como futuro Es innegable la necesidad de un enfoque participativo en la planificación urbana que involucre vendedores, residentes y autoridades. Esto requiere abordar los desafíos espaciales e infraestructurales que enfrentan los vendedores ambulantes —como acceso a servicios básicos—, pero también hacer cumplir
10. En este sentido, India tiene una amplia trayectoria de prácticas involucradas en la planificación y el diseño urbano participativos. Desde un enfoque más sobrio como el de Prasana Desai en Pune, hasta la acción directa de Urban Design Collective en Chennai, o Sponge Collaborative entre el sur de la India y Boston, uno puede fácilmente mapear un esfuerzo creciente por abrir alternativas de diseño.
investigación los marcos legales que protegen sus derechos, mientras se regulan como se debe sus prácticas espaciales. Sin embargo, es importante entender esto como una manera de reinventar el futuro reconociendo potencialidades presentes en lugar de extender prácticas pasadas ostensiblemente obsoletas, como un método para integrar los sistemas urbanos actuales en nuevas metodologías de construcción de ciudades. Es aquí donde los diseñadores desempeñan un papel crucial, no solo al reconciliar las demandas globales con potencialidades locales, sino también al contribuir a la construcción de estándares de codiseño urbano. El desafío consiste entonces no en cómo imponer modelos genéricos de desarrollo, sino en cómo reimaginar, por ejemplo, la ciudad smart a través de sistemas que ya funcionan de manera descentralizada e interconectada. Esto es posible si se consideran las infraestructuras (in)constantes como un activo que no solo mantiene sino también enriquece el funcionamiento de una futura ciudad más equitativa. Por ejemplo, las organizaciones de vendedores ya están trabajando contra el cambio climático, formulando e implementando estrategias básicas para reducir los plásticos de un solo uso, utilizar fuentes alternativas de producción de energía y comercializar productos locales y de temporada, entre otras. Desarrollar y renovar vocabularios apropiados para convertir lógicas (in)constantes en lógicas de diseño implica también trabajar a nivel local en el desarrollo de enfoques inventivos para gestión del espacio público que se adapten a las necesidades de las estructuras de intercambio móviles y temporales, al tiempo que aborden desafíos más amplios de la urbanización (es decir, el cambio climático, la desigualdad social extrema, la degradación ambiental, las crisis políticas, etc.). Está claro que no podemos seguir planificando como lo hacíamos en el siglo XX, como si tuviéramos recursos y tiempo infinitos. Por lo tanto, se vuelve imperativo capitalizar las propiedades de un sistema más amplio, más allá de las connotaciones ideológicas. Esto implica reconocer propiedades como la frugalidad y la maleabilidad como posibles atributos críticos en el diseño contemporáneo de infraestructura. Un reconocimiento que quizá permita responder adecuadamente a patrones irregulares de inversión en el mercado, imprevisibilidad ambiental y lógicas de crecimiento urbano que sobrepasan la capacidad del Estado.
Figura 20_ Extracto del Atlas of (in)constant Infrastructures. Mapa taxonómico propuesto, realizado a partir de las condiciones infraestructurales de los casos de estudio.
Lo anterior supone un cambio radical en la forma como pensamos el diseño y la planificación urbanos. Significa reconocer el papel fundamental de las infraestructuras (in)constantes en su complejidad y su inherente diversidad. Requiere el desarrollo de nuevas herramientas y metodologías que nos permitan
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Dearq 38 comprender y diseñar en colaboración con estas infraestructuras, en lugar de hacerlo a pesar de su existencia. Un cambio que, empero depender parcialmente de desarrollos estructurales e institucionales, solo puede comenzar con la movilización de los ciudadanos junto con la urgente inclusión de infraestructuras (in)constantes en las agendas de planificación. Dado que es poco probable que las causas y circunstancias subyacentes de las formas actuales de urbanización en la India cambien por completo en la próxima década, este enfoque se vuelve aún más imperativo. Puede haber una infinidad de enfoques para abordar los múltiples desafíos y oportunidades inherentes a esta realidad. Una vía que vale la pena explorar es el establecimiento de una red organizacional más amplia, capaz de gestionar y coordinar eficientemente a los vendedores a gran escala; una aplicación que podría eludir las complicaciones habituales asociadas a las formas actuales de gobernanza y que podría diseñarse para la mejora progresiva del paisaje urbano. Por lo tanto, aprovechando esta tecnología, sería posible ofrecer un medio para asignar con precisión espacios y horarios específicos a los vendedores, con garantías para su seguridad y el cumplimiento de las regulaciones legales. Al mismo tiempo, liberaría a las instituciones y a los gobiernos locales de la titánica tarea de implementar la regulación de vendedores ambulantes (lo cual a menudo arroja resultados contraproducentes). Estas herramientas podrían ser diseñadas y supervisadas por terceros, que actúen como intermediarios entre el Estado y las organizaciones de base, reconciliando así lógicas de gobernanza dispares y al mismo tiempo emitiendo las debidas previsiones para aquellos que no pueden acceder a esta tecnología.
Al desafiar formalidades fijas, permanentes y formales —y al adoptar prácticas espaciales itinerantes, reversibles e incluso improvisadas—, las infraestructuras (in) constantes crean una relación dinámica y cambiante con su entorno.
La integración de estos servicios tecnológicos podría presentar una oportunidad para salvaguardar los derechos y responsabilidades de los proveedores, la integración de los ciudadanos en formas participativas de zonificación, así como las demandas de las instituciones y autoridades existentes. De hecho, esto ya está sucediendo en la India en el ámbito de la seguridad de las mujeres11 y podría transferirse fácilmente a este contexto. Este desarrollo implicaría, al mismo tiempo, la inclusión de infraestructuras (in)constantes en los lineamientos de la ciudad, con el propósito de optimizar la adecuada distribución entre las diferentes formas de movimiento y ocupación que consolidan la urbanidad india, incorporando infraestructuras (in)constantes como un conjunto más complejo de mobiliario urbano en el espacio público. Esto comportaría ir más allá de la disyuntiva entre zonas de venta y no venta, hacia una forma más matizada de regular la calle en consideración a la naturaleza de las circulaciones, densidades y demandas fluctuantes, como un paso importante y necesario para superar los obstáculos de la informalidad. La citada Street Vendors Act de 2014 requiere una revisión urgente para dar cabida a las diversidades legales, de diseño, urbanas, arquitectónicas y espaciales de estos sistemas desde una perspectiva integral. Las regulaciones reduccionistas deben ser reemplazadas por enfoques matizados que aborden adecuadamente las multiplicidades existentes. Un paso adelante en esta dirección supone el desarrollo de una taxonomía integral de infraestructuras (in)constantes, que describa distintas tipologías espaciales en correlación con las ocupaciones temporales. La creación de una matriz de este tipo puede fomentar una mayor adaptabilidad y resiliencia, que puede integrarse como una herramienta de empoderamiento para los vendedores y un puente entre ellos y las agencias institucionales.
11. Esto se refiere específicamente a Safetypin, una organización de impacto social que trabaja para construir sistemas urbanos más receptivos, inclusivos, seguros y equitativos, con un enfoque particular en mujeres y otros grupos marginalizados. Esta organización colabora con instituciones gubernamentales y no gubernamentales mediante el uso de big data para mejorar elementos y servicios urbanos a través de aplicaciones que proporcionan información sobre factores de seguridad en relación con infraestructuras físicas y sociales.
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Urbanismo Afectivo: una aproximación trans a la ciudad Affective Urbanism: A Trans Approach to the City Este artículo describe cómo lo afectivo atraviesa y compone los procesos urbanos más allá de la organización jerárquica de sus agentes (bottom-up y top down). Pero ninguna de ellas, ni sus mezclas, son suficientes para favorecer una tendencia que, debido a los wicked problems, inevitablemente sea afectiva con las personas, otros seres y el planeta. A partir del texto de Rittel y Webber (1973) sobre la dificultad del urbanismo para resolver los problemas sociales y su lectura por parte de Law (2015), de convertir los wicked problems en bening problems, podemos observar cómo la naturaleza de los problemas sociales urbanos es afectiva. El artículo propone una vía en donde el urbanismo es capaz de romper las dualidades bottom-up y top-down a partir de los atributos que lo moldean. Porque son los afectos los que atraviesan todos los cuerpos humanos y más que humanos. Si las ciudades son máquinas de urbanizar, y prolongan sus redes heterogéneas más allá de sus territorios, necesitamos confrontar el movimiento de los afectos para que el urbanismo sea una herramienta de coexistencia en un planeta ya herido. Palabras clave: urbanismo afectivo, teoría afectiva, bottom-up, top-down, wicked problems, bening affects. In this article, we explore how the affects influence and shape urban processes, transcending the hierarchical organization of its agents (bottom-up & top-down). However, neither of these approaches, nor their combinations, proves adequate to promote a trend that, due to wicked problems, inherently involves an affective connection with individuals, other entities, and the planet. Building on Rittel and Webber's text (1973) addressing the challenges of urban planning in solving social problems, and Law's interpretation (2015) that turns wicked problems into benign problems, we can observe how the nature of urban social problems is inherently affective. We propose a path where urbanism can disrupt the bottom-up and top-down dualities based on the attributes that shape it, as it is the affects that permeate all human and more-than-human bodies. If cities are machines of urbanization, extending their heterogeneous networks beyond their territories, we need to address the movement of affects so that urbanism becomes a tool for coexistence on an already wounded planet. Keywords: Affective urbanism, affect theory, bottom-up, topdown, wicked problems, benign affects.
Mauro Gil-Fournier Esquerra mauro@arquitecturasafectivas.com Universidad Politécnica de Madrid, España
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.04
Recibido: 14 de abril de 2023 Aceptado: 12 de octubre de 2023 Cómo citar: Gil-Fournier Esquerra, Mauro. "Urbanismo Afectivo: una aproximación trans a la ciudad". Dearq no. 38 (2024): 42-52. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.04
investigación Este artículo busca describir cómo lo afectivo atraviesa y compone los procesos urbanos más allá de la organización jerárquica de sus agentes. Es decir, cómo observamos las dinámicas afectivas que trans-forman los modos de distribución de poder y lo in-forman. Los modos de elaborar el urbanismo provienen, en la mayoría de ocasiones, de jerarquías institucionales top-down, y en otras, desde distribuciones colectivas más horizontales, bottom-up. También existen procesos intermedios que habilitan prácticas híbridas middle-out o redes activistas más "extitucionalizadas" (Gil-Fournier 2018). En las últimas décadas se ha dedicado mucho tiempo a estudiar las diversas formas de ejercer poder en el urbanismo1. Pero si ha habido un aspecto que poco o nada se ha trabajado en la literatura urbana y académica, ha sido la cuestión afectiva (Thrift 2004, 57). De esta manera, se propone un urbanismo afectivo que, independientemente de estar organizado con base en la jerarquía o en una distribución de agentes más horizontal en el ejercicio del poder, pueda estar sostenido en una declaración afectiva y de respeto a la diversidad, cuyo centro esté constituido, además de por las personas, por las dinámicas afectivas que nos informan. Es decir, que sea el movimiento de los afectos (Massumi 2002) el que se observe, investigue y se transparente en las redes heterogéneas de personas, objetos, tecnologías o instrumentos de gobernanza para coproducir el urbanismo que necesitamos. Para ello, este artículo se ubica en un camino de ida y vuelta en las aportaciones que los estudios sociales de la ciencia y la tecnología y la teoría crítica afectiva pueden hacer para el urbanismo y en lo que el urbanismo desde este prisma puede hacer avanzar en dichas teorías contemporáneas.
teoría critica afectiva Con la publicación, en 1995, de los dos textos fundacionales de lo que en la teoría cultural se viene llamando el "giro afectivo", "The Autonomy of Affect" de Massumi (1995) y "Shame in the Cybernetic Fold: Reading Silvan Tomkins" de Sedgwick y Frank (1995), se han ido desplazando algunas de las certezas que esgrimíamos a la hora de sustentar nuestras teorías sociales y culturales posmodernas. Los afectos no solo tienen mucho que decirnos, sino que los encontramos en la base de nuestra toma de decisiones, individual y colectivamente. En el origen spinoziano de la teoría crítica afectiva, el afecto es el resultado de una interacción, de un encuentro, affectus (Spinoza 2000), el resultado activo de afectar y ser afectado. Pero si, como dice Deleuze, desvelando el grito de Spinoza, "nadie sabe lo que puede un cuerpo"2, de esta manera propongo que hagamos consciente en este artículo la potencia de lo que un urbanismo afectivo puede producir para confrontar los retos contemporáneos. La teoría crítica afectiva tiene una cierta línea de continuidad trazada desde Spinoza, Bergson, Deleuze o Massumi, que es desde donde se enuncia este artículo3. En ella se establecen relaciones estratigráficas entre los afectos, los sentimientos, las emociones y la constelación de eventos donde están intrincados permanentemente. Pero se trata aquí de valorar el movimiento de lo que se siente, de lo que nos construye, lo que nos estructura. Y ese es un movimiento afectivo, porque es un movimiento que transforma, no solo desplaza (Massumi 2002). 1. Desde los escritos sobre Robert Moses, pasando por Saskia Sassen, o el libro editado por Self y Bose (2014) sobre el urbanismo financiero e institucional. 2. En el caso de Spinoza, según Deleuze, el grito se expresa en la Proposición II de la Parte III de la Ética. 3. Para conocer más véase Lara y Enciso (2013).
Lo que aquí se enuncia es que el "giro afectivo" no solo sea el título del magnífico libro editado por Patricia Ticineto Clough y Jean Halley (2007), que ayuda a sistematizar toda esta aproximación, ni tampoco una corriente que puede estar emergiendo con fuerza en estos tiempos. Pues como dicen Lara y Enciso, "Esto no es simplemente una directriz de moda, es un indicador simultáneo de las modificaciones en la vida pública y de la experiencia subjetiva; a partir del cual se está transformando la producción de conocimiento" (2013, 101).
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Dearq 38 Lo que quiero manifestar es que giremos afectivamente. Es decir, que movamos nuestra mirada, nuestra cabeza, nuestros cuerpos; que giremos en el lugar donde hacemos las cosas, para descubrir nuevos lugares desde donde practicar un urbanismo que no le importe si es top-down o bottom-up o middle out, sino que pueda preguntarse si los entornos están atravesados por afectos movilizantes y biodiversos. Donde no importe si el proceso es más institucional o más informal. Propongo que pongamos los afectos en el centro, y no solo a las personas, y de esta manera podamos regenerar suelos en ciudades y bosques simultáneamente, descontaminar aguas en industrias y acuíferos a la vez, limpiar el aire mientras aumentamos la movilidad de las personas que lo necesitan y también su tranquilidad. Donde podamos ofrecer nuevas formas de enfrentarnos a los grandes retos urbanos que parecen inabarcables y que denominamos wicked problems.
la naturaleza de los problemas sociales urbanos es afectiva Uno de los textos más relevantes y poco conocidos lanzados desde el urbanismo y que ha traspasado disciplinas es "Dilemmas in a General Theory of Planning", de Rittel y Webber (1973). Explican estos autores que las bases científicas para confrontar los problemas sociales del urbanismo están abocadas al fracaso. Esto es así, precisamente, por la naturaleza "malvada" y compleja de esos problemas (wicked problems)4, y los tratamos como si ya los hubiéramos domesticado (tamed problems) (Rittel y Webber 1973). La naturaleza de estos wicked problems es múltiple y conforma el cuerpo de los retos contemporáneos que enfrentamos cada día: la violencia machista, el cambio climático, la contaminación del agua, la obesidad, la desigualdad o la pobreza estructural, entre otras. También, de manera más específica con los que se manifiestan en el urbanismo, como son las cuestiones de género, el efecto isla de calor, la pérdida de los suelos vivos, la gentrificación o turistificación, o la expulsión de las rentas bajas de las ciudades, por citar algunos. Pero, por su naturaleza compleja, "las políticas que responden a problemas sociales no pueden ser significativamente correctas o falsas, y no tiene sentido hablar de soluciones óptimas […] no hay soluciones en el sentido de respuestas definitivas y objetivas"5 (Rittel y Webber 1973, 155).
Lo que quiero manifestar es que giremos afectivamente [...] para descubrir nuevos lugares desde donde practicar un urbanismo que no le importe si es topdown o bottom-up o middle out, sino que pueda preguntarse si los entornos están atravesados por afectos movilizantes y biodiversos.
La teoría crítica afectiva y los estudios de la ciencia y la tecnología (STS) ya nos han precavido de hacia dónde mirar para detectar la naturaleza heterogénea de los problemas. Actores humanos y no humanos coproducen una espacialidad expandida donde las agencias se componen de manera compartida e híbrida. Esto complejiza cada detalle, cada cuestión, problematiza los supuestos generados en cada situación, las redes forman cadenas interdependientes infinitas (Law 2015). También nos enredamos en ellas, nos confundimos, porque el problema no tiene una solución única y objetiva. Entonces, ¿cómo abordarlo? John Law (2015) nos ofrece en su revisión del texto de Rittel y Webber (1973) ciertas claves para trabajar con los wicked problems: (1) Observar los procesos. (2) Entender que los materiales de trabajo son heterogéneos: personas, documentos, protocolos, seres vivos, tecnologías, instituciones, entornos medioambientales o urbanos. (3) Conocer que las preocupaciones son diversas y simultaneas: sociales, técnicas, políticas, legales, y (4) Que lo "bueno" y lo "malo" del proceso son también composiciones heterogéneas (Law 2015). En dicha revisión el sociólogo John Law (2015) nos propone que, para trabajar bien con los wicked problems, debemos convertirlos en bening problems, y para ello atender a las condiciones que tradicionalmente el urbanismo bottom-up ha puesto sobre la mesa. Plantea reflexionar sobre estas preguntas: ¿Hasta qué punto puede o debe reducirse el mundo a un único modo de representación o razonamiento? (homogeneidad o heterogeneidad). […] ¿Hasta qué punto podemos controlar los wicked problems reuniendo todo lo relevante? (centrado y descentrado). […] ¿Cómo de abierto es lo inesperado? O, dicho de
4. "Problemas perversos" sería una traducción literal de la expresión en inglés wicked problems, denominación extendida hoy para definir a los problemas complejos contemporáneos que provienen de situar la naturaleza de los problemas de urbanismo: "Planning Problems are wicked problems" (Rittel y Webber 1973). 5. […] policies that respond to social problems cannot be meaningfully correct or false; and it makes no sense to talk about optimal solutions […] there are no solutions in the sense of definitive and objective answers. [N. del E. Todas las citas que provienen del inglés fueron traducidas por el autor].
investigación otro modo, ¿hasta qué punto debemos ser dogmáticos al afirmar que disponemos de las herramientas necesarias para solucionar lo complejo? (abierto o cerrado), […] o ¿en qué medida los problemas benignos y las herramientas, historias y ordenamientos que los acompañan tienen, o deberían tener, ambiciones imperialistas, hasta dónde intentan o deberían intentar ampliar su alcance? (hegemonía y modestia) 6 (Law 2015).
Por ejemplo, en esta última pregunta, puede darse un doble juego sobre las ambiciones hegemónicas del propio término, bottom-up, y sus dinámicas en el urbanismo del contexto latinoamericano, pues lo que denominamos procesos bottom-up7 (ya en su propio nombre anglosajón) "nos ofrece herramientas imperialistas que, a veces, son insensibles a las especificidades del detalle o las tratan mal o las dañan"8 (Law 2015), y que tantas frustraciones ha generado en las personas que se dedican a la arquitectura y el urbanismo guiando y mediando en procesos bottom-up. De esta manera, Law nos propone tres corolarios para tratar de convertir los problemas complejos en benignos: (1) Hay que contener el deseo de perfección. (2) Ser suficientemente enfocado y detallado en el problema. (3) Trabajar con flexibilidad y maleabilidad para interferir y retocar desde "los modos de cuidado"9. Estos tres corolarios son definitivamente afectivos para poder ser desarrollados como un urbanismo "trans" que consiga superar las direccionalidades jerárquicas de lo top-down, bottom-up o middle-out para acceder a un Urbanismo Afectivo capaz de atravesar todos los cuerpos y entidades heterogéneas de las redes que conforman cada proyecto o situación.
urbanismo afectivo
6. How far can or should the world be reduced to a single mode of representation or reasoning? (Homogeneity and heterogeneity) […] How far we take wicked problems by drawing everything that is relevant together? (Centering and decentering) […] How open are we to the unexpected? or (the same question posed differently) How dogmatic should we be in claiming that we have the tools we need to tame the wicked? […] (Closing and opening) […] or in what measure begin problems and the tools, stories, and orderings that go with them have, or should have, imperialist ambitions. How far do or should they seek to extend their scope? (Hegemony and modesty) [N. del E. Todas las citas que provienen del inglés fueron traducidas por el autor]. 7. Incluimos todos los nombres que se le dan al urbanismo blando, eventual o performático, como los Project for Public Spaces (PPS), Placemaking, Tactical Urbanism, Pop up Retails, urbanismo de guerrilla o DIY Urbanism y la idea de "performar lugares", que en su institucionalización es un motor para los devenires del mercado financiero inmobiliario o que, en sus procesos más informales, muestran la fragilidad y breve durabilidad que se lleva con ellos los esfuerzos, afectos y esperanzas de los colectivos implicados en su precariedad. 8. "Imperialist ambitions are insensitive to the wickedness of specificities, handling theses poorly or damaging them." [N. del E. Todas las citas que provienen del inglés fueron traducidas por el autor]. 9. Los trabajos citados por Law pueden encontrarse en Mol (2008). 10. "All points seem to revolve around the individual's subjective feelings – whether of frustration, anxiety, stress, fulfilment. The citizen recedes; the therapeutic self prevails" [N. del E. Todas las citas que provienen del inglés fueron traducidas por el autor].
En el intento de ofrecer una definición clara y sencilla, pero siempre incompleta, en mi opinión, los afectos son la potencia de la acción que tenemos para el cuidado de la vida de todas las cosas y en todas sus manifestaciones. También son todo aquello que nos impide conseguirlo. Dicho de otro modo, los afectos son la potencia de las realidades inmateriales que dan forma a nuestras acciones materiales. Son el sustrato de nuestras decisiones. Y lo primero es que nuestras acciones y decisiones, como conjunto heterogéneo de personas, instrumentos urbanísticos, políticos, diseños y modos de hacer en toda su potencia, van más allá de la distribución de las jerarquías que los procesos bottom-up prometen y de su fragilidad temporal. Y de esta manera debemos ser muy conscientes de que "los afectos actúan sobre los sistemas nerviosos de los mundos, no de las personas" (Deleuze citado en Berlant 2020, 41; Deleuze y Guattari 1993). Así que un Urbanismo Afectivo es un urbanismo que produce una observación en el movimiento de los afectos dentro de un proceso urbano, sea una investigación, un proyecto o una actuación. Nos importa desvelar el movimiento de los afectos tanto los que ponemos sobre la mesa, como los que escondemos debajo de ella. Pero el afecto es hoy un territorio en disputa. Por un lado, el Urbanismo Afectivo es, precisamente, un entorno de resistencia a la emocionalidad urbana del yo imperante, donde los individuos participan y se comunican en la vida social. Como observa Jean Bethke Elshtain, "todos los puntos parecen girar en torno a los sentimientos subjetivos del individuo, ya sean de frustración, ansiedad, estrés o satisfacción. El ciudadano retrocede; prevalece el yo terapéutico"10 (Elshtain, Jean Bethke. 1992, 92), y es ahí donde se produce la primera disputa de lo afectivo. Por otro lado, también el afecto es hoy "objeto de una ingeniería activa que se está convirtiendo en algo más parecido a las redes de tuberías y cables que tanta importancia tienen a la hora de proporcionar la mecánica básica y las texturas de base de la vida urbana" (Armstrong citado en Thrift 2004, 58). Es Nigel Thrift quien se ha encargado de argumentar en el urbanismo que el paso a los afectos muestra nuevos registros e intensidades políticas, y nos permite trabajar sobre ellos para elaborar nuevas formas colectivas (2004, 58). Y desde ahí se puede enfatizar la noción de afecto como una inteligencia para poder conformar aproximaciones diferentes al urbanismo contemporáneo, donde "el
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Dearq 38 afecto es un tipo diferente de inteligencia sobre el mundo, pero no deja de ser inteligencia, y los intentos anteriores de relegar el afecto a lo irracional o de elevarlo al nivel de lo sublime son igualmente erróneos" (Thrift 2004, 60). Entonces, bajo esta situación, ¿por qué promover una teoría y práctica de un Urbanismo Afectivo en nuestros ámbitos académicos, investigadores y profesionales? Precisamente porque los afectos son una batalla que sí debemos dar para el desarrollo de nuestros entornos urbanos más cercanos. Necesitamos empezar a forjar una política del afecto (Thrift 2004). Porque está claro que existen enormes costes y beneficios emocionales para los individuos o los grupos que se dejan moldear por determinadas instituciones de formas particulares. Sin embargo, a menudo es bastante difícil mostrar lo que está en juego para el individuo o los grupos al someterse a dichas instituciones y adoptar ciertos estilos afectivos que los hacen deferentes, obedientes o humildes, o independientes, agresivos y arrogantes11 (Thrift 2004, 69).
Estos afectos que se ponen en juego suceden, tanto en los procesos jerárquicos top-down como en los procesos urbanos que llamamos bottom-up, en los cuales la buena voluntad, el activismo, la defensa de derechos, o la visibilización de minorías tienen enormes costos personales. Debemos entonces desgranar los afectos para localizarlos en el territorio de los cuerpos individuales, colectivos y geográficos. Porque lo que está en juego no es la forma de establecer los procesos y de desarrollar los retos que nos plantean los wicked problems de los que el urbanismo forma parte. Lo que está realmente en juego es ¿qué afectos estamos distribuyendo en nuestros procesos urbanos? ¿Qué afectos se movilizan y cuáles se paralizan? y ¿cómo luchan unos afectos contra otros? Por ejemplo, el propio concepto de ciudad como máquina urbanizadora es una lucha entre un afecto que podemos llamar soilsealing, muy ligado a otro que es la "expectativa urbanística", generada en la misma redacción de los planes urbanos y que en el territorio pugna con el soilhealing vinculado a los afectos de cuidado, reparación y restauración social, ecológica y urbana de muchos procesos bottom-up. Un Urbanismo Afectivo también es un urbanismo en el que se produce un desplazamiento de las esferas de lo personal y lo colectivo y nos jugamos la propia experiencia vital y personal en los procesos urbanos. Y en estos lugares y procesos es donde se encarnan los afectos. "Los afectos pueden estar, y están, ligados a cosas, personas, ideas, sensaciones, relaciones, actividades, ambiciones, instituciones y cualquier otro número de cosas, incluidos otros afectos" (Sedgwick 1993,19). Por eso el urbanismo es uno de los mejores territorios para desvelar afectos, porque el problema siempre se encuentra a la puerta de nuestra casa, o de nuestros familiares, de nuestra calle, de nuestro barrio. El Urbanismo Afectivo surge también desde el inaguantable extractivismo urbano al que sometemos nuestras ciudades y territorios, creando nuevos problemas complejos con la misma intensidad (turistificación, isla de calor urbana, etcétera). Si los procesos bottom-up surgen como reacción a los despropósitos de una construcción urbana petroquímica y basada en la exterminación, debemos reconfigurar los afectos que nos mueven para definir acciones y políticas para humanos y más que humanos. Y solo podemos hacerlo pasando de afectos malvados y paralizantes (wicked affects) a unos afectos más benignos y movilizadores (benign affects) en todos los modos organizacionales y de poder del desarrollo urbano. Y aquí se desmontan algunos de los principios de las dualidades bottom-up y top-down, porque ¿cuántas personas que trabajan en las instituciones lo hacen desde los benign affects, y cuántas que desarrollan procesos bottom-up lo hacen desde los wicked affects? ¿Cuántas personas se entregan por completo a procesos urbanos desde la institución, y ¿cuántos procesos egocéntricos, que solo buscan reconocimiento, se esconden dentro de lo colectivo? El Urbanismo Afectivo no sitúa el foco en el modelo de organización jerárquica de los procesos urbanos sino en los propios afectos que se ponen en juego. Y ahí el Urbanismo Afectivo se pregunta, ¿desde dónde defendemos, desarrollamos, construimos, el proceso particular que estamos poniendo en marcha? ¿Desde qué motivación hacemos lo que hacemos en
11. "For it is quite clear that there are enormous emotional costs and benefits for individuals or groups in being shaped by particular institutions in particular ways. However, it is often quite difficult to show what is at stake for the individual or groups in submitting to such institutions and embracing certain affective styles that render them deferential, obedient or humble – or independent, aggressive and arrogant" [N. del E. Todas las citas que provienen del inglés fueron traducidas por el autor].
investigación procesos, cualesquiera que ellos sean, que van más allá del trabajo, más allá de lo profesional? ¿Cuáles son los afectos que movilizamos en un proceso urbano determinado? ¿Qué capitales afectivos ponemos en circulación?
dos movimientos para la centralidad de los afectos en el urbanismo Propongo dos movimientos, en una tentativa de transformación para el urbanismo. El primero es el que nos sugiere el texto de Patricia Ticineto Clough donde se gesta el desplazamiento de la "idea del cuerpo-como-organismo por la del cuerpo-como-proceso de mediación biológica que participa de la co-emergencia del afecto; pero que no es su locación principal." Es decir, "moviendo el cuerpo a otra posición, el cuerpo gana relevancia al perder su centralidad" (Lara y Enciso 2013). Y es ahí donde la primera de las proposiciones de este artículo también puede suceder. Desplazando a las personas y sus jerarquías de poder a otra posición en el debate urbano podremos situar los afectos en el centro. Y, de esta manera, establecer la relevancia que tiene una mirada afectiva al urbanismo para que sean también otras entidades, más que humanas, las que ganen relevancia al posicionar el movimiento de los afectos en el punto de mira. El segundo movimiento, una vez puestos los afectos como protagonistas, consiste en situarlos geográficamente, localizarlos en su lugar concreto. Si el Urbanismo Afectivo tiene una dificultad específica es la de territorializar los afectos en el sentido de aterrizarlos o hacerlos emerger en un lugar geográfico y urbano concreto, de ponerlos on-site. La teoría crítica afectiva no facilita la tarea y es aquí también donde reside el interés de este artículo.
afectos en el territorio (on-site). tres casos de estudio
Figura 1_ Cartografías Urbanismo Afectivo. Madrid. 2015. Fuente: Vivero de Iniciativas Ciudadanas.
Las primeras experiencias denominadas como Urbanismo Afectivo surgieron en Madrid, como una forma de observar los procesos bottom-up y middle out que se estaban dando en la ciudad entre los años 2006 y 2016; fueron las conversaciones de preparación de un seminario en Intermediae-Matadero
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Dearq 38 Madrid entre la profesora Elke Krasny, la mediadora cultural Susana Jorgina y el autor de este artículo12, en el entorno de trabajo del Vivero de Iniciativas Ciudadanas13. Esta preparación detonó el encuentro de estas dos palabras mágicas. Su propia interacción creó un nuevo espacio de pensamiento y práctica para los impulsores y participantes que se sigue desarrollando hasta el día de hoy14.
primer caso: cartografías afectivas. madrid, 2015 En este primer encuentro observamos las prácticas de las iniciativas ciudadanas informales desde los afectos que se redistribuyen a partir de ellas, en una conjunción entre lo individual y lo colectivo, mediada siempre por los conversadores. La observación se convirtió en una suerte de etnografía afectiva cartografiada. Los proyectos bottom-up que investigamos en aquel momento no eran simplemente espacios de resistencia o propuestas de acción colectiva en el espacio público. Todo estaba dirigido por una fuerza de menos visibilidad pero que operaba como un infrapoder (Castoriadis 2007) y que era diferente en cada práctica analizada. Detrás de la apertura de los procesos de urbanismo bottom-up que se daban en la ciudad de Madrid, aparecían una serie de afectos que conformaban dichas prácticas: la memoria del barrio de Tetuán, el acompañamiento del Instituto DIY en la construcción y los procesos materiales, el refuerzo de la autoestima de los jóvenes de Villaverde, por citar algunos. Tras lo abierto, lo colectivo y lo colaborativo se observaba el movimiento de los afectos que se ensamblaban alineados o en conflicto en cada práctica o proyecto urbano15. De la observación y escucha afectiva de estos proyectos surgieron nuevos conocimientos y la posibilidad de hacer teoría urbana basada en la práctica. Para mí, todas estas experiencias abren un impasse en el conocimiento urbano y sus dimensiones; un entorno (off-site) donde distribuir los aprendizajes que han sucedido en cada lugar (on-site) que pueden ir forjando una nueva teoría afectiva del urbanismo desde sus prácticas localizadas. En palabras de Berlant, "es necesario seguir el curso que va de lo singular (lo situado, lo propio) la irreductible especificidad del sujeto a los medios a través de los cuales la materialidad de los sentidos vuelve general una situación vivida de manera colectiva" (2020). De esta manera podemos permitirnos observar nuestra propia práctica como un entorno de conocimiento afectivo, algo que también le interesa a Berlant en cuanto a cómo un proceso se extirpa de lo singular, de su ubicación en la historia de una persona, un colectivo o algo muy local, y se pone a circular como evidencia de algo compartido. Es decir, rastrear el hacerse general de las cosas singulares, dilucidar su materialidad por medio de la indagación sobre su resonancia en distintas escenas, sean estas verbales, corporales o gestuales (2020). Este primer caso se desvela en "no saber lo que un urbanismo afectivo puede hacer" pero comienza a producir una mirada más atenta a los afectos que movilizamos en los procesos urbanos.
segundo caso: patrimonio afectivo. montevideo, 2018 Lo que sucedió en el Seminario Patrimonio Afectivo, llevado a cabo en Montevideo16, es un segundo ejemplo. Solange, la propietaria de la Casa de Bernarda Castilla en Ciudad Vieja, describía cómo una edificación abandonada y contigua afectaba a su casa restaurada. Las tuberías atascadas de esa construcción se rebosaban con la lluvia y humedecían su propio inmueble, construido en 1811, patrimonio y memoria material por los que ella velaba. Y ahí, en esa observación, nos dimos cuenta de que no podíamos definir el abandono como una simple falta de cuidado, sino como una práctica en sí misma, con sus protocolos, procedimientos, etc., una práctica urbana afectiva y, en este caso, destructora del patrimonio. En el sencillo ejemplo de la casa de Solange y en la tubería atascada del vecino se explicita algo que se estaba practicando en muchas escalas y en otros territorios diferentes, que terminaba en procesos de expulsión, abaratamiento del suelo, violencia urbana, para luego ser procesos de gentrificación y rediseño de la ciudad. Comprender que el abandono era
12. Los hallazgos del Seminario Urbanismo Afectivo en Madrid se compilaron en un booklet titulado Concepts and critique of the production of space: Urbanismo Afectivo (Knierbein, Krasny y Viderman 2015). 13. La entidad fundada y desarrollada por el autor de este artículo junto a Esaú Acosta y Miguel Jaenicke del 2009 al 2019. 14. Al día de hoy se siguen extendiendo los talleres y seminarios de Urbanismo Afectivo y las formaciones académicas independientes como las Ecologías Afectivas. 15. Véase este desarrollo en Estudio [SIC] / Vivero de Iniciativas Ciudadanas (VIC) (2015). 16. El seminario "Patrimonio Afectivo" (Montevideo, febrero de 2018), fue dictado junto a Adriana Goñi, directora del seminario, antropóloga y profesora de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UDELAR. Especial reconocimiento a Marcelo Danza por su acogida en la Facultad de Arquitectura; a Silvana Pisano de la Intendencia de Montevideo, por su impulso; a Valerio, Leandro, Cecilia, Lucía, por la alegría, el conocimiento y la sensibilidad de trabajo durante los días del seminario; a los estudiantes y a todas las personas vinculadas con los proyectos que hemos visitado y reconocido en conjunto, buscando nuevas formas de emparentarnos. Sobre el seminario puede consultarse el texto "¿Quieres tomarte un café con la ciudad vieja? Urbanismo afectivo" (GilFournier 2023).
investigación
Figura 2_ Encuentro Patrimonio Afectivo en la Casa de Bernarda Castilla en Ciudad Vieja. Montevideo. 2018. Fuente: Lucía Segalerba.
una práctica afectiva añadía un conocimiento que debía ser investigado como práctica urbana, tal y como lo hemos observamos en el pequeño caso de estudio de la casa de Solange en Montevideo. De estos procesos de conocimiento basados en la observación del movimiento de los afectos urbanos en diferentes ciudades del contexto iberoamericano como Madrid, Ciudad de México, Montevideo o Santo Domingo también surgen prácticas en agencias compartidas institucionales e informales para la materialización de proyectos urbanos y de arquitectura que nos desvelan que todos tenemos una agenda afectiva y urbana. Y desde esa agenda generamos alianzas y vinculaciones.
tercer caso: mares de madrid. madrid, 2016-2019
17. Mares de Madrid es un proyecto con financiación europea del programa Urban Innovative Actions (UIA) desarrollado en Madrid durante los años 2016 a 2019 y coproducido por el Ayuntamiento de Madrid junto a las entidades socias Tangente, Dinamia, estudio SIC, Vivero de Iniciativas Ciudadanas, Todos por la Praxis, Acción contra el Hambre, y la Agencia de Empleo del Ayuntamiento de Madrid.
Mares de Madrid17 es un proyecto que moviliza cinco ámbitos para la innovación urbana que son el acrónimo de su nombre: movilidad, alimentación, reciclaje, energía y cuidados de lo social. Se trata de un proyecto de innovación y emprendimiento urbano que fomenta la transición hacia una ciudadanía ecológica basada en el cuidado, en un programa que ayuda al sostenimiento de las prácticas más activistas y bottom-up hacia lugares donde pueda ponerse en juego también una economía afectiva (Gil-Fournier 2019). Es decir, que pueda sostener también los cuerpos que se movilizan en los procesos para la innovación urbana en términos políticos, urbanos y ecológicos. Porque, como dice Judith Butler, "no podemos hablar de un cuerpo sin saber qué lo sostiene y qué relación mantiene con ese sostén (o falta de sostén). De este modo, el cuerpo no es tanto una entidad como un conjunto de relaciones vivas; el cuerpo no puede ser separado de las condiciones infraestructurales y ambientales de su vida y su actuación" (2017). Y es ahí, donde un proyecto como Mares de Madrid, que no entra en las clasificaciones bottom-up ni top-down, es capaz de abrir un nuevo espacio para una práctica de un Urbanismo Afectivo de una manera más completa. Un programa urbano donde las condiciones infraestructurales de la vida (movilidad, alimentación, etc.) no solo se investigan y se observan, sino que se ensamblan afectivamente entre entidades activistas, formales e informales, empresariales, cooperativas y de economía social, tecnológicas, digitales en entornos arquitectónicos materiales y espaciales que dan nuevos nombres a las prácticas innovadoras que allí se desarrollaban. En este proceso, que incluye lo corporal, lo infraestructural y un abanico de posibilidades de gestión empresarial de distintos ámbitos, pudimos descubrir cómo cada comunidad tiene una agenda urbana propia. Todos tenemos una agenda urbana y es importante desvelar los afectos —no solo institucionales
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e informales— que se mueven en torno a ellas. En este espacio es donde la visibilización de los afectos que movilizan las agendas son la clave para superar los procesos que analizamos en este artículo como bottom-up y top-down y también para transparentar lo que está detrás de la economía urbana que hoy, nos ofrece soluciones más allá de la propiedad en los ámbitos de movilidad, alimentación, reciclaje, energía, sin un cuidado de la vida y de lo social. Así como cada persona tiene una agenda urbana, cada colectivo, cada libro, cada obra manifiesta siempre una intención. La agenda consiste, en realidad, en los afectos que sostienen una decisión urbana. Por lo tanto, el Urbanismo Afectivo se hace las siguientes preguntas: ¿Desde dónde hacemos lo que hacemos? ¿Cuál es el propósito afectivo del proyecto que se pone en marcha, sea institucional, colectivo, o en cualquier otra variante? ¿Qué es lo que yo deseo de él? Y por otro lado preguntarnos, ¿a cuántas entidades afecta?, ¿qué tan biodiverso es?, ¿cuántas disciplinas transversaliza?, ¿a cuántas escalas diferentes en el tiempo y en el espacio afecta?, ¿cuántas especies moviliza?, ¿es un proyecto extractivo o servidor de un propósito aún mayor? Y con las respuestas a estas preguntas podremos saber si nuestro proyecto genera alianzas y vinculaciones duraderas con la vida, o solo favorece a una idea de ciudad como máquina urbanizadora y depredadora de cuerpos, territorios y eliminadora de la diversidad. Podemos verlo también en lo que ofrecen muchas empresas de infraestructuras ligadas a procesos top-down. O en un ideal emancipador que no es capaz de sostenerse, precarizante y poco duradero de un proceso bottom-up.
el giro afectivo en el urbanismo: bening affects A modo de conclusiones, vale precisar algunas cuestiones ya abordadas en el artículo para confiar en el camino propuesto. Lo primero sería que, para paliar los efectos de los wicked problems —y siguiendo a John Law—, es necesario tener la posibilidad de modificar la tendencia del urbanismo actual. Hemos visto aquí los cuestionamientos en cuanto a lo que nos mueve que podríamos ofrecer en nuestros proyectos. Al movimiento humano impulsado por el deseo, pero también sobre la responsabilidad de lo que sí podemos cambiar. "Nos hallamos en una situación biopolítica en la que diversos sectores de la población son cada vez más propensos a lo que se ha dado en llamar precarización. Provocado y reproducido generalmente por las instituciones gubernamentales y económicas, este proceso hace que la población se acostumbre a la inseguridad y a la desesperanza" (Butler 2017). Y desde este lugar, ¿cómo podemos ofrecer seguridad y esperanza en un planeta urbano y herido?
Figura 3_ Mar de Alimentación en el distrito de Villaverde. Madrid. Fuente: Arquitectos SIC / TXP / VIC.
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Figura 4_ Exposición Bosque Metropolitano. Madrid 2020. Diseño: Marta Badiola y Mauro Gil-Fournier. Fuente: Luis Díaz Díaz.
Ser conscientes de los atributos para trabajar con Bening problems, por ejemplo, contener el deseo de perfección, ser detallado en el problema, e interferir y retocar desde los modos de cuidado promovidos por Law, es el primer paso hacia los Bening Affects como lugar donde poder vivir la esperanza en un entorno de creciente incertidumbre. En esta línea, el segundo paso sería ver cómo producir un Urbanismo Afectivo donde se ponga todo sobre el tablero de juego, con base en tres atributos básicos que continúan a los ofrecidos por John Law: (1) Honestidad con nosotros mismos y con nuestro entorno, porque no hay mayor innovación que decir lo que realmente pensamos y sentimos. (2) Eliminar el juicio de los procesos donde intervenimos para permitir que el respeto pueda ser el lubricante de cada programa urbano. (3) Y permitir que el amor, y me refiero al amor urbano biodiverso18, pueda ser el motor de desarrollo para una vida que merezca la pena ser vivida. El tercer paso consiste en que, desde estos tres atributos para coproducir Bening Affects, seamos capaces de modificar los términos de valor en los que hemos edificado nuestra vida en común. Giremos afectivamente, con esperanza y con seguridad, es decir, sin miedo a girar y a expresar nuestro giro, para que sean estos, los afectos movilizantes, los que puedan hacer emerger, aún con más fuerza, un Urbanismo Afectivo Trans que lo atraviese todo y dar así aproximaciones a los retos contemporáneos que tienen nuestras ciudades y nuestras sociedades para poder alcanzar una vida diferente. Que el urbanismo pueda ser siempre un motor de vida y no un lugar de destrucción.
18. Sobre esta clase de amor véase Gil-Fournier (2021), y sobre biofilia véase Wilson (2021).
Por lo tanto, las vías para el desarrollo de un Urbanismo Afectivo están abiertas. Se están dando cada vez con más frecuencia en las demandas de los estudiantes, en las prácticas comunitarias, en las aspiraciones de las organizaciones y necesitamos construir espacios nuevos para su desarrollo. Un modelo obsoleto se está derrumbando: lo vemos en los cuerpos, en los estados de salud mental, en el cansancio generalizado y en los esfuerzos que no logran disponer una vida más equilibrada y biodiversa. Los escenarios presentan un cuadro pesimista, pero tenemos la esperanza de mantener la creación de lugares con afectos movilizadores para desarrollar una vida que merezca la pena ser vivida.
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Recibido: 14 de abril de 2023 Aceptado: 12 de octubre de 2023 Cómo citar: Sánchez Arias, José Andrés, Andrés Felipe Martínez Motta. "Transgredir: Prácticas alternativas en la producción de equipamientos culturales en territorios autogestionados. Casa Guadua, Altos del Pino, Soacha". Dearq no. 38 (2024): 53-63. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.05
José Andrés Sánchez Arias andres@urbz.net Colectivo Urbz Colombia
Andrés Felipe Martínez Motta af.martinezmotta@gmail.com
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.05
Agradecimientos: A la familia Zambrano Guerrero, por abrirnos las puertas de su hogar, motivar cambios a través de procesos colectivos y sembrar la esperanza en la transformación del territorio.
Transgredir: Prácticas alternativas en la producción de equipamientos culturales en territorios autogestionados. Casa Guadua, Altos del Pino, Soacha Transgress: Alternative Practices in the Production of Cultural Facilities in Self-managed Territories. Casa Guadua, Altos del Pino. Soacha
El artículo expone, a través de un sujeto de estudio, la producción de un espacio comunitario que busca fortalecer la memoria y la cohesión comunitaria en el contexto del hábitat popular. Con un enfoque transgresivo, ubicado en la producción periférica del conocimiento, el proceso de diseño se contrapone a la producción arquitectónica hegemónica globalizada, explorando de manera horizontal procesos alternativos y colectivos basados en la subjetividad. Durante el proceso de construcción, el vínculo de una organización internacional nos permitió evaluar los efectos, herramientas y dinámicas entre la producción vertical y jerárquica, y la producción horizontal basada en procesos de diálogo-creación. Palabras clave: diálogo-creación, arquitectura emergente, arquitectura comunitaria, cine comunitario, memoria, bioconstrucción, hábitat popular. This article delves into a study subject, the creation of a community space, aimed at enhancing memory and fostering community cohesion in the context of self-built habitat. With a transgressive approach, rooted in the peripheral production of knowledge, the design process diverges from the globally hegemonic architectural production. Instead, it horizontally explores alternative and collective processes based on subjectivity. During the construction process, the involvement of an international organization allowed us to evaluate the effects, tools, and dynamics between vertical and hierarchical production and horizontal production based on a dialogue-creation processes. Keywords: Dialogue-creation, emerging architecture, community architecture, community cinema, memory, bioconstruction, self-built habitat. 52 – 53
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introducción El acceso al suelo urbano para la población de bajos recursos económicos en América Latina y en gran parte de los países del sur global se ha dado mediante los asentamientos populares autoconstruidos. Podemos definir estos territorios populares como el espacio dentro de la ciudad donde migrantes y población económicamente vulnerable consolidan sus viviendas, espacios e infraestructuras de manera progresiva. Estos procesos de larga data encuentran en el apoyo mutuo y la autogestión, las herramientas necesarias para componer su entorno, adaptándolo a las necesidades individuales y colectivas en la medida que los recursos lo posibilitan. Estas formas de producción del espacio permiten, con el tiempo, afianzar redes sociales entre sus habitantes, generar un vínculo comunitario y consolidar un fuerte arraigo en su territorio. Cada barrio popular cuenta con una identidad propia y un ambiente particular, que cambia, se transforma, evoluciona y se resignifica con el tiempo. La memoria en estos territorios populares es una práctica espacial en el presente, afincada en el lugar y el paisaje, relacionada con el pasado y el futuro (Courtheyn 2022). En conjunto, esta combinación de prácticas que resultaron efectivas para la consolidación de los territorios populares configuró identidades sociales con sus propios rasgos, narrativas, símbolos y rituales. Es en este contexto de la producción del hábitat popular, la identidad y la memoria colectiva, desde donde reflexionamos nuestro accionar y práctica profesional en la producción del espacio. Esta reflexión se ha vinculado principalmente a la evaluación de herramientas, enfoques y procedimientos dispuestos en la academia y en el ámbito profesional de la producción formal de la arquitectura, y su validez en estos contextos que difieren en sus dinámicas de producción. Las experiencias de colectivos como Arquitectura Expandida y Ruta 4 en Colombia en la consolidación de proyectos comunitarios con técnicas de construcción en guadua, y Comunal Taller en México en procesos con enfoque de género y la producción de herramientas de participación en el ámbito rural, son ejemplos de alternativas en arquitectura que fortalecieron nuestra reflexión. En esta flânerie profesional, a inicios del año 2016 tuvimos la oportunidad de acercarnos y dialogar con la comunidad de Altos del Pino. Este espacio, ubicado en la Comuna 4 del municipio de Soacha, conurbada con la localidad de Ciudad Bolívar, en el costado suroriental de Bogotá, representa uno de los territorios populares más grandes de Colombia, por lo que insertarnos en este contexto nos permitió comprender sus dinámicas de consolidación, afianzar nuestras aproximaciones teórico prácticas sobre la producción del espacio popular, e iniciar un proceso de deconstrucción de la práctica de la arquitectura, para finalmente explorar formas alternativas con la comunidad que allí habita.
Figura 1_ Foto aérea barrio Altos del Pino, Soacha. Figura 2_ Barrio Altos del Pino, Soacha.
investigación Altos del Pino empezó su conformación a finales de los años 1980, a través de la compra ilegal de lotes y algunos pocos procesos de invasión. Durante más de treinta años de trabajo comunitario, los habitantes del barrio han logrado la consolidación de sus viviendas e infraestructuras. Pero lo más importante fue constatar que sus procesos comunitarios generaron no solo una fuerte identidad y vínculo entre sus habitantes, sino un territorio rico en actividades culturales como la producción audiovisual, la danza folclórica, la música, el rap y el grafiti. A partir del año 2014, diversas organizaciones y colectivos comenzaron a vincularse a los procesos artísticos, audiovisuales y pedagógicos del barrio Altos del Pino, y desde el 2016, con nuestra llegada, articulamos y complementamos estos procesos con el campo de la arquitectura y el urbanismo comunitario, deconstruyendo nuestras prácticas profesionales, herramientas y aproximaciones aprendidas en la academia; decidimos accionar desde lo que experimentamos en nuestro acercamiento a Altos del Pino y construimos de manera progresiva un diálogo constante, valorando el respeto a la diversidad de pensamientos e ideas. Basados en esta aproximación, nos planteamos: ¿Cómo generar y articular procesos alternativos y horizontales en la producción de arquitectura, fundamentados en las dinámicas de desarrollo de hábitat popular (espacios) en Altos del Pino? Nos inspiramos en el hábitat popular, y re-interpretamos, junto con la fundación Proyecto Escape, organización creada por una familia del barrio, procesos cimentados en el apoyo mutuo, que nos han permitido valorar las capacidades, habilidades, saberes y recursos, tanto del territorio como de los individuos que acompañan las metas y propuestas de la organización. Al mismo tiempo, entendimos que los objetivos promovidos por el sistema - mundo capitalista - moderno - colonial - patriarcal - cristianocéntrico, citando el término de Grosfoguel (2022), vinculados al modelo de capital económico desde la explotación del ser, no eran válidos en un contexto donde queríamos construir un pensamiento contrahegemónico desde la subjetividad y la solidaridad (Grosfoguel 2022).
Figura 3_ Construcción colectiva en Altos del Pino. Figura 4_ Casa Guadua, Altos del Pino, Soacha.
El proceso de estos años junto a la fundación Proyecto Escape nos ha permitido comprender que los diversos grupos sociales en el territorio comparten una misma visión del mundo vinculada a sus aspiraciones de tener un espacio en la ciudad, el mejoramiento de sus condiciones de vida, sus esperanzas y su respuesta ante las dificultades de lo cotidiano, elementos que actúan como un cimiento social que encuentra en los espacios construidos el locus de experimentación, de lo vivido, y de lo social, para consolidarse. Estos valores estéticos y éticos compartidos se convierten en arquitectura y son nutridos de sentimientos de vínculo con el lugar, que se percibe como soporte espacial de una verdadera comunidad dentro de su significado social (de Villanova y Rose Duarte 2012). En este contexto queremos presentar la consolidación de estas experiencias y saberes colectivos vinculados a la memoria, la identidad y la resistencia ante las dinámicas del sistema - mundo, teniendo como excusa el proyecto Casa Guadua, que en su proceso permitió fortalecer formas alternativas para una arquitectura social colaborativa.
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metodología Hacer arquitectura es un instinto humano (Rudofsky 1976), una cualidad natural del ser que, en razón de la especialización del trabajo y los intereses económicos, le ha sido arrebatada en su totalidad, dejando de lado su participación en la toma de decisiones con respecto a la creación de su ciudad, de su territorio y de su hogar, y convirtiéndolo en un agente inactivo. En este contexto, la arquitectura se ha convertido en una actividad al orden del mercado inmobiliario, donde generar procesos solidarios y colectivos es la excepción y no la regla. A diferencia de la producción formal, el proceso que hemos llevado no ha sido lineal y es importante subrayar que las formas de producción, cooperación y experimentación practicadas son un despliegue continuo de realidades complejas, resultado de necesidades espaciales en torno a actividades específicas, acciones cotidianas y vínculos emocionales basados en valores colectivos. No nos enmarcamos en un único concepto teórico o un enfoque preestablecido y estructurado por una vanguardia, y los procesos que hemos desarrollado no han sido "inventados" o bautizados con el nombre de un individuo. Nuestras formas de producción forman parte de una amplia familia de perspectivas que responden a diferentes contextos y particularidades en el ámbito del hábitat popular (Ramnath 2012). Así, la dinámica de la producción del espacio en nuestro ejercicio ha dependido de múltiples factores relacionados con las experiencias de sus habitantes, cuya homogeneidad de objetivos y heterogeneidad de características sociales han sido vitales para su estimulación y crecimiento cultural. La metodología se ha adaptado dependiendo de: a) las dinámicas del territorio, b) las necesidades de los habitantes, c) los actores involucrados (colectivos, organizaciones nacionales e internacionales, universidades, profesionales de diversas áreas, estudiantes y personas motivadas por ayudar) que en diversas temporalidades aportan desde ámbitos diferentes, d) la disponibilidad de recursos tanto sociales como económicos, y f) las variables externas como la pandemia. Podemos establecer que las herramientas a nivel profesional son tomadas de áreas del conocimiento tan diversas como la antropología, la sociología, la etnografía y la arquitectura, pero se articulan con el saber popular a través de redes informales y conocimientos vinculados a experiencias de vida. Dentro de las herramientas colaborativas, refiriéndonos a procesos y procedimientos construidos de manera conjunta con la comunidad, hemos realizado levantamientos de información de las estructuras socio espaciales del barrio, talleres de bioconstrucción que articulan la utilización de materiales naturales con técnicas constructivas artesanales, encuentros de colectivos, procesos dialógicos-creativos, convocatorias abiertas, actividades con universidades nacionales y extranjeras, ollas comunitarias, jornadas de construcción colectiva y producción de tesis de pregrado y posgrado.
Figuras 5 y 6_ Talleres de bioconstrucción, Altos del Pino.
investigación Todos los actores que han participado lo han hecho de manera voluntaria, con un enfoque solidario y colaborativo, y ningún proyecto ha tenido como finalidad una ganancia económica. Este proceso nos permite contradecir y cuestionar el medio hegemónico imperante de la producción capitalista en arquitectura, donde toda labor realizada debe ser monetizada. Las ganancias se han valorado a través de conocimientos diversos, redes de solidaridad, aprendizajes individuales y colectivos, producciones académicas y valoraciones de la experiencia profesional. Estas herramientas diversas y sus reflexiones son presentadas a través de un sujeto de estudio llevado desde 2019 hasta 2023 para la consolidación del proyecto Casa Guadua, proyecto promovido por la Fundación Proyecto Escape, para construir y robustecer un espacio cultural que cumpla diversas funciones para la comunidad.
resultados El cine, y en general la realización audiovisual, han sido herramientas de producción creativa para preservar la memoria. Con los avances contemporáneos, la producción audiovisual se ha hecho más accesible e inclusiva, permitiendo a una población más amplia su uso, potenciando la manera en la que se generan las memorias y añadiendo al espectro la auto documentación audiovisual como herramienta utilizada en contextos populares, donde las expresiones culturales florecen, para capturar imágenes y preservar sus historias de vida, retratos y acontecimientos. Los habitantes de Altos del Pino han encontrado en estos procesos de producción audiovisual una herramienta para reconocer, resignificar y transmitir sus historias de vida, con lo cual han entablado un diálogo colectivo entre generaciones y preservado una retrospectiva nutritiva y necesaria de sus vidas.
Figura 7_ Reunión cierre anual (2019), Altos del Pino.
La participación y el proceso comunitario en torno a la producción audiovisual han impulsado esta forma de expresión e introspección de manera importante en Altos del Pino, especialmente con los jóvenes y niños. Este proceso de más de quince años en el barrio consolidó el proyecto para la construcción de un cine comunitario a través de un proceso de diálogo en donde colectivos como El Dorado Films promueven herramientas pedagógicas para la documentación y producción en torno al arte, la memoria y la historia barrial. A este proceso se sumaron las experiencias de bioconstrucción y talleres colectivos de construcción desarrollados desde 2016, que permitieron a la comunidad potenciar sus conocimientos en técnicas sostenibles y enfocar sus expectativas y motivaciones para valorizar estos aprendizajes en este gran proyecto. A finales del año 2019, en la reunión de cierre anual de la Fundación Proyecto Escape, se tomó la decisión de iniciar el diseño del cine comunitario con el fin de generar un espacio seguro y apropiado para la creación, producción, apreciación y discusión de todo tipo en torno al cine.
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Dearq 38 La decisión de avanzar con este proyecto coincide con la producción de una tesis de pregrado en arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia (Martínez 2020), que nos permitió reflexionar y nutrir desde la academia el proceso, la metodología y las consideraciones en torno a la producción en arquitectura en contextos populares. Esta producción académica reflexionaba sobre la concepción y producción de la arquitectura desde la periferia del conocimiento, apartándose de la verticalidad y rigidez de la academia. En nuestra preocupación por el rol del arquitecto en estos contextos buscamos generar de manera dinámica conocimiento desde una visión más subjetiva y humana que pudiera complementar y nutrir la profesión de arquitecto. Esta determinación nos llevó a conectar con los procesos en Altos del Pino a este ejercicio académico. Lo que en un principio se leía —desde la pretensión y el desconocimiento— como una investigación unidireccional que proporcionara las herramientas necesarias para entender las formas de producción del espacio en los barrios populares, resultaría en un proceso de diálogo-creación, mejora y consolidación del entorno, como parte de un trabajo multidireccional y horizontal en lo que a aprendizajes respecta. De esta manera, iniciar este proyecto permitió vincular el saber académico, el saber popular, la reflexión crítica teórica y el savoir-faire propio de la arquitectura desde un ámbito periférico y alternativo de producción del espacio.
diseño horizontal y articulación de saberes Con la comunidad se decidió que, en el ámbito arquitectónico, el cine sería un salón cultural, una caja de 72 m2 construida con guadua y dispuesta sobre un espacio preexistente y autoconstruido por la comunidad en 2008, el "salón de botellas". A través del proceso de diálogo-creación, en diversas sesiones, el espacio fue transformando su programa para suplir las necesidades emergentes. Para su proyección arquitectónica y estructural, las herramientas transitaron entre los procesos de diálogo-creación y las sesiones de consultas técnicas con expertos, con regresos constantes a la retroalimentación con la comunidad. En este proceso se recolectó información acerca de los deseos y sueños con respecto al futuro espacio y se construyeron imaginarios gráficos e inclusivos. En cuanto al material de construcción, en diversos talleres de aprendizaje se buscó, de manera manual y sensorial, consolidar la técnica en guadua como principal material para el cine comunitario, basados en la experiencia con esta técnica implementada en otros proyectos. Como para nosotros era importante consolidar un proyecto responsable y eficiente a nivel técnico, consultamos y contamos con el apoyo de profesionales de la arquitectura y la ingeniería que fortalecieron el diseño técnico en torno al confort térmico, el sistema estructural e ingeniería eléctrica. El proceso de diseño, que se desarrolló durante el año 2020 en el marco de la pandemia, nos exigió explorar nuevas herramientas y acercarnos a través de plataformas tecnológicas, lo cual supuso todo un reto ya que nuestro diálogo con la comunidad se realizaba alrededor de un café, un desayuno, recorriendo el barrio o conversando en las entradas de las viviendas. Nos adaptamos a las circunstancias, y el cine o Casa Guadua se consolidó como un espacio polivalente que se empezaría a construir a inicios del 2021. Al comienzo pensamos en una estrategia de autogestión, dada la experiencia de los espacios previamente autoconstruidos. Para el desarrollo progresivo de este proyecto propusimos de manera metodológica involucrar personas motivadas en la construcción de la Casa Guadua, que quisieran aprender y desarrollar técnicas de bioconstrucción, y financieramente propusimos conseguir los aportes para el material a través de las inscripciones a estos talleres de construcción. Desde el lado de los voluntarios involucrados, la ganancia correspondería al aprendizaje y la experiencia de construir un proyecto comunitario.
Figuras 8 y 9_ Diseño final Casa Guadua. Figura 10_ Proceso de diálogo-creación. Figura 11_ Imaginarios, Casa Guadua. Figura 12_ Encuentros en el barrio Altos del Pino.
investigación
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Dearq 38 Al tiempo que avanzamos en los temas técnicos, de gestión y organización, se dispuso de manera horizontal la creación de estrategias de difusión autogestionadas para promover el proyecto. En este proceso se diseñó una cartilla de presentación, una página web para gestionar las inscripciones en los talleres de construcción y se produjo material audiovisual enfocado a presentar los componentes del proyecto. Estas formas alternativas y autogestionadas de producir arquitectura se mezclaron durante toda la fase de diseño, y lograron generar, de la mano de todas las partes involucradas, una propuesta definitiva, alimentada con cada pensamiento, que trascendió los límites de un cine comunitario.
construcción, entre la visión vertical y la visión horizontal A inicios del año 2021 y después de un año de trabajo, el proyecto, en una fase avanzada de diseño, fue seleccionado para su construcción por una organización no gubernamental internacional. La ONG buscaba apoyar proyectos emergentes en territorios con alto impacto migratorio, proporcionando apoyo en la reestructuración y construcción de proyectos que destacaran por un bajo impacto económico y ambiental, y un alto impacto social y cultural. Entre los meses de febrero y abril de 2021 trabajamos en conjunto con la ONG para consolidar de manera colaborativa la viabilidad técnica del proyecto, los diseños, los reforzamientos estructurales y los ajustes arquitectónicos. En esta etapa, el diseño espacial se ajustó sin perder su esencia, hasta encontrar el resultado óptimo que facilitó el proceso constructivo. Durante este proceso la ONG decidió que la construcción se realizaría por licitación a un externo que se encargaría del cien por ciento de la ejecución, lo que descartaba la posibilidad de autoconstrucción y la metodología propuesta por nosotros. Este proceso, eficiente en disminución de tiempo y basado en un modelo capitalista de producción, inició la desarticulación del proceso colectivo, la participación de los habitantes en su consolidación y la alta desvinculación en la toma de decisiones. A pesar de que la ONG desarrolló algunos
Figura 13_ Discusión modelo del proyecto. Figura 14_ Construcción Casa Guadua.
investigación talleres con la comunidad para su fortalecimiento en diversos temas, en el proceso de construcción se generó una ruptura en los sistemas de participación en torno al proyecto arquitectónico, agudizada por los inexistentes canales de diálogo y recepción de la ONG hacia las personas del barrio y nosotros como profesionales. Estas lógicas de producción, propias de la práctica institucional capitalista, han sido un común denominador del territorio colombiano en torno a la producción del espacio popular. El supuesto de que las comunidades no tienen la capacidad de autogestionar los proyectos y que es mejor trabajar bajo un modelo jerárquico para financiar iniciativas comunitarias, es asistencialista y no dignifica ni reconoce los procesos y los saberes de las comunidades. Esta lógica, desde el proyecto Casa Guadua, se volcó en la pérdida de autonomía comunitaria sobre el proceso de construcción y fue un punto crítico de reflexión en torno a las formas de producción llevadas hasta el momento en la toma de decisiones. Sin embargo, es importante reconocer que, gracias al apoyo de la ONG y los recursos aportados, se lograron sortear procesos de reforzamiento estructural complejos con el espacio preexistente, la adaptación de la guadua como material natural a los materiales que componen la fachada y soluciones arquitectónicas en torno a la seguridad infantil. Finalmente, después de un largo proceso, el proyecto se inauguró en noviembre de 2021 con un gran sancocho comunitario, muestras musicales, pintura urbana, proyecciones de cine y conversatorios alrededor del trabajo comunitario.
evolución: de vuelta al caminar comunitario
Figura 15_ Taller de cerramiento en guadua.
La inauguración no marcó el fin del proceso constructivo, y entregado el proyecto por parte de la ONG, retomamos la autonomía y los procesos basados en el apoyo mutuo. Aunque sabemos que el camino será lento, no es el tiempo lineal que nos trajo Occidente, donde la velocidad representa eficiencia y ganancia económica el que nos guía, si no el tiempo orgánico el que nos permite consolidar memorias colectivas y seguir fortaleciendo nuestra identidad, algo que nos ha enseñado el hábitat popular.
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Dearq 38 Aunque el espacio empezó a ser utilizado por los niños y jóvenes de la comuna, faltan algunos acabados interiores. La comunidad logró gestionar la donación del piso, y avanza en la gestión de recursos para los elementos faltantes. A través de pequeños talleres durante 2023 hemos avanzado en la construcción de cerramientos experimentando con diversas técnicas. Como proyectos complementarios, avanzamos en la consolidación del espacio público, el proyecto de baños comunitarios y la adecuación de la biblioteca comunitaria. A pesar de ser un espacio sencillo a los ojos de la arquitectura hegemónica, para nosotros implica reflexiones profundas, lazos de amistad, replanteos constantes hacia nuestro caminar como individuos y como colectivo, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿No debería la arquitectura ser un oficio que ayude a reproducir estos valores?
Figuras 16, 17 y 18_ Inauguración Casa Guadua.
investigación
reflexiones El universalismo abstracto, mercantilista y elitista de la producción en arquitectura ha establecido relaciones verticales y jerarquías en sus procesos de diseño y producción. Podemos ubicar al hábitat popular en sus dinámicas de producción en el lugar del no-ser ante las relaciones de dominación y explotación del capitalismo (Grosfoguel 2022). El conocimiento que allí podemos producir es el del sentido común que no resulta de una práctica o especialización determinadas, sino que se reproduce espontáneamente en el saber cotidiano y que parte de la necesidad de transformar sus estrategias de supervivencia a través de la innovación, creatividad y transgresión (De Sousa Santos 2009). Producir de manera colectiva un espacio como la Casa Guadua nos ha llevado a un proceso transgresivo, que parte de la subjetividad mediante la articulación de saberes, los procesos dialógicos constantes y la perseverancia que implica construir procesos de arquitectura contrahegemónicos desde la periferia del conocimiento. No definimos este proceso como bottom-up, lo consideramos un proceso horizontal que, con sus aciertos, errores y retos, ha sido un constante aprendizaje en el sentido que todos aportamos nuestros saberes y experiencias de vida a partir del lugar donde nos paramos a mirar el territorio. Esto nos ha llevado a reflexionar sobre el rol político del arquitecto, un profesional que no solo busca conocer la realidad de los sectores populares, sino que es actor activo en su transformación, que busca ser un profesional anfibio, término utilizado por Fals Borda para describir la destreza de moverse entre el conocimiento popular y la investigación académica y entre el activismo y el rigor científico (Briceño Ayala et al. 2020). Ante los modelos de producción globalizados, la arquitectura de lo popular y las experiencias colaborativas se contraponen para producir desde lo local. La producción de la Casa Guadua y las experiencias aprendidas en las dinámicas de producción de los habitantes en Altos del Pino nos han llevado, desde el ámbito profesional, a compartir y valorizar estas experiencias promoviendo encuentros de colectivos, talleres y charlas con universidades, articularnos con otras organizaciones sociales y acompañar la producción de tesis de académicas con el fin de realizar un trabajo político y social que trasciende los objetivos de la arquitectura hegemónica, volviéndose también un proceso emocional, tanto individual por la heterogeneidad de motivaciones, como colectivo por la homogeneidad de metas en el mejoramiento del barrio, que se manifiesta en el compromiso de cambiar los límites impuestos, redistribuir el conocimiento popular y diversificar las experiencias de vida tanto individuales como colectivas a diversas escalas.
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Dearq 38 Recibido: 14 de abril de 2023 Aceptado: 12 de octubre de 2023 Cómo citar: Mora Pedraza, Javier Orlando. "Jardines rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución verde". Dearq no. 38 (2024): 64-74. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.06
Jardines rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución verde Rebel Gardens. From the Right to the City, to the Green Revolution
Las estructuras sociales podrían construirse de abajo hacia arriba, contrario al modelo tradicional, y una de las maneras de hacerlo es a través de iniciativas colectivas de diversos tipos. Es así como a finales del siglo XX surgió el denominado bottom-up urbanism, un enfoque alternativo de planificación liderado por los ciudadanos para transformar los espacios urbanos. En este sentido, este artículo tiene como objetivo exponer el proceso de planificación, ejecución, y funcionamiento de una serie de iniciativas originadas en unos barrios populares del sur occidente de Bogotá, que produjeron jardines y huertos en lugares sin uso específico o abandonados. Palabras clave: huertas urbanas, organización popular, urbanismo participativo, inteligencia colectiva, jardines urbanos, informalidad, autogestión Contrary to traditional belief, social structures can be built from the bottom up, and one way of doing this is through collective initiatives of various kinds. The end of the 20th century saw the emergence of the so-called "Bottom-up Urbanism" emerged, an alternative approach to citizen-led planning intended to transform urban spaces. This article is intended to present the planning process, execution, and operation of a series of initiatives in some poor neighborhoods in the southwest of Bogotá that created gardens and orchards in places that previously had no specific use or had been abandoned. Keywords: Urban gardens, popular organization, participatory urbanism, collective intelligence, urban orchards, informality, selfmanagement.
Javier Orlando Mora Pedraza jomorap228@gmail.com
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.06
investigación Podría decirse que es el momento del verde. En los medios de comunicación, la academia e incluso en conversaciones cotidianas, se menciona la importancia de buscar un futuro sostenible y respetar y cuidar el medio ambiente. En los últimos años, los gobiernos y las municipalidades han dedicado esfuerzos importantes para revitalizar y llenar de verde las urbes, con el desarrollo de parques y espacios recreativos. Un ejemplo podemos encontrarlo en un artículo publicado por la BBC1: "Así, en Barcelona, París y Suecia se apuesta actualmente por ciudades de proximidad, propuestas que coinciden en varios aspectos: restringir el espacio destinado al automóvil, creación de nuevos ejes verdes y favorecer la vida urbana de proximidad" (Mayorga y Fontana 2021). Sin embargo, no solo ha habido una proliferación de proyectos de gran escala, también se ha experimentado un creciente interés por los jardines y huertos urbanos, los cuales pueden desempeñar un papel importante en el retorno de la naturaleza a nuestras ciudades, convirtiéndose en espacios de reserva de biodiversidad o corredores biológicos. Los jardines y huertas no se pueden reducir a simples espacios verdes, ya que además hacen parte de una búsqueda de algo más profundo, son una especie de retorno a lo primordial. Estos espacios, asociado a prácticas de consumo por cuenta de la producción de ciertos alimentos, son a su vez un lugar de encuentro y construcción social. Es así como los jardines realizados por las comunidades de los barrios populares del suroccidente de Bogotá han convertido lugares degradados o descuidados en escenarios de transformación del tejido urbano. Constituyen un acto revolucionario, con intervenciones urbanas encaminadas a la revalorización de sus espacios, el fortalecimiento de la comunidad y a la transformación en pequeña escala de las ciudades. El fenómeno que hoy se puede evidenciar en Bogotá, la ruptura de las relaciones sociales en las comunidades de los conjuntos cerrados, ha acentuado la división entre lo privado y lo público, con el progresivo deterioro no solo de los espacios colectivos, sino también de las interacciones entre las personas. En su artículo "Rejalópolis: Ciudad de fronteras", el arquitecto Fernando de la Carrera explica en profundidad este fenómeno experimentado en los últimos años: La trama urbana tradicional, que obedecía a los requerimientos de infraestructura de predios individuales, ha sido reemplazada por súper manzanas que originan discontinuidad con las vías de los barrios preexistentes. Esta característica resulta en ambientes monótonos y en entornos menos permeables que impiden recorridos alternativos y redundantes que vitalizarían la vida y las relaciones urbanas (paráfrasis de Jacobs en De la Carrera 2015, 19-20).
Los habitantes de los barrios bogotanos han visto cómo gradualmente han perdido participación en la toma de decisiones sobre sus barrios, que en otros tiempos se construían mediante la autogestión espacial y la colaboración; el geógrafo británico David Harvey denomina a ese fenómeno como "alienación de la sociedad", en una entrevista del 2015 en Bogotá:
1. La British Broadcasting Corporation es el servicio público de radio y televisión del Reino Unido. Tiene su sede en la Broadcasting House en Londres. 2. El catedrático de Antropología y Geografía de la City University of New York, David Harvey, fue entrevistado en febrero de 2015 por el colectivo Arquitectura Expandida (AXP) durante una visita al proyecto "El Trébol", en la localidad de Kennedy (Bogotá), una intervención de recuperación de un espacio comunitario liderado por los vecinos del barrio.
El neoliberalismo nos ha entrenado para ser cínicos, de manera que no creemos que algo significativo pueda pasar, y que no podemos hacer algo significativo con nuestras vidas. Creo que el neoliberalismo ha sido profundamente alienante, la gente vive de manera alienada y esto es en cierto sentido un estado de desesperanza (Harvey 2015). 2
Sin embargo, en ciertos conjuntos de vivienda de interés social sus habitantes han desarrollado una forma diferente de organización colectiva —táctica, empírica y local—, con un nivel de planificación justo para aprovechar el caos y permitir la flexibilidad y adaptabilidad. Es así como en la citada entrevista, Harvey indica que, "se necesita un poco de caos para poder hacer algo, el caos total es malo, pero una cierta cantidad de este puede ser un suelo fértil para hacer cosas diferentes e innovadoras" (2015).
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Dearq 38 En este contexto se propicia un ambiente de encuentro e intercambio entre distintos tipos de personas que, en circunstancias diferentes a las que ofrece su lugar de residencia, no lo hubiesen hecho, provocando interacciones espontáneas y accidentales, haciendo la vida urbana mucho más activa y vivaz que la de los distritos de estratos socio económicos más altos. De la Carrera expresa las razones que explican esta apreciación: Los barrios que han evolucionado de esta forma, aunque puedan presentar paisajes urbanos inconclusos y aparentemente desordenados, ostentan una vida urbana rica, que produce comunidades heterogéneas. Son también entornos más controlados por los propios vecinos gracias a las frecuentes oportunidades de acceso y también menos dependientes de los desplazamientos al contar con comercios y servicios en sus inmediaciones (2015, 21).
Las heterogéneas comunidades que conviven en estos barrios están constituidas por familias de diferentes orígenes y tradiciones, que deben compartir un espacio de uso común bajo las estrictas reglas de la propiedad horizontal3, lo que restringe muchas iniciativas de participación comunitaria. Como consecuencia de esta "hiperreglamentación"4, muchas intervenciones barriales se realizan en los espacios públicos adyacentes en lugar del interior de los conjuntos, ya que son espacios públicos percibidos con poco valor y que más parecen residuos desechables de la urbanización que lugares de encuentro, esparcimiento y construcción social. Es en este limbo donde se evidencian una serie de prácticas que a menudo han sido estigmatizadas por las instituciones públicas, que son responsables de la gestión, adecuación y mantenimiento de los espacios públicos, pero que se han mantenido al margen y han dejado estos lugares a merced de su deterioro. Estas intervenciones son una muestra de la vitalidad y el trabajo colectivo llevado a cabo en estos barrios, encontrando en los jardines y huertas un medio para la consolidación de sus comunidades. Este elemento no solo tiene un carácter funcional que brinda una alternativa en la búsqueda de sociedades resilientes a través de la soberanía alimentaria, sino que también tiene un carácter trascendental al proveer un sentido en una época con enormes desafíos en términos ambientales y sociales. Según el informe, "Situación actual del espacio público verde en Bogotá", publicado por la ONG Greenpeace (2020), el 80 % de la población de Bogotá vive con déficit de áreas verdes. Entre los hallazgos se determinó que, como sugiere la Organización Mundial de la Salud, cada ciudadano debería contar mínimo con 10 m2 de espacios públicos verdes, y que localidades en déficit como Kennedy cuentan con solo 4,4 m2 por habitante. Por tal motivo, este estudio exploratorio de los jardines y huertos urbanos presenta algunos casos de esta zona de la ciudad, representativa en el contexto bogotano como se evidencia en la Encuesta multipropósito del 2017 (EM 2017) realizada por la Alcaldía Mayor de Bogotá y el DANE, en la cual valores como el índice de condición de vida (ICV)5 corresponden a la media de la ciudad y en donde el predominio del uso del suelo es residencial. Esta investigación es un primer acercamiento, encaminado a analizar los procesos de planificación, ejecución y funcionamiento llevados a cabo por las personas, organizaciones populares y comunidades involucradas en proyectos autogestionados de huertas y jardines urbanos en la zona suroccidental de la localidad de Kennedy. Por tal motivo se llevaron a cabo entrevistas y conversaciones con los actores involucrados en tales procesos, así como un par de visitas a lo largo del tiempo para identificar los cambios experimentados entre las fases de inicio, desarrollo y consolidación de estos espacios. Finalmente, a modo de conclusión, se hará una revisión del impacto producido en las comunidades, junto con el material recopilado previamente para comprender la forma en que las personas se aproximan y gestionan estas prácticas, en general al margen de las entidades públicas.
3. Ley 182 de 1948, conocida como Ley de propiedad horizontal, sanciona la posibilidad de existencia de varias matrículas inmobiliarias en un mismo predio. 4. Concepto mencionado por primera vez por el colectivo Arquitectura Expandida (AXP) con motivo de la implementación del proyecto de arquitectura participativa Toque Madera en Bosa en el 2019. Se refiere a la excesiva reglamentación del uso de las zonas comunes en el interior de los conjuntos de vivienda por parte de sus habitantes. 5. El ICV contempla cuatro valores que son: acceso y calidad de servicios, educación y capital humano, calidad de la vivienda, y tamaño y composición del hogar. El estudio encontró que el ICV promedio de Bogotá es de 90,9 mientras que el de la localidad de Kennedy es de 90,02.
investigación 6. Institución encargada, entre otras cosas, de promover y capacitar a los bogotanos sobre la agricultura urbana. Uno de los requisitos para acceder a este servicio es pagar una inscripción por un curso, el cual se realiza una vez al mes. Si se desea capacitación y asistencia técnica particular es necesario reunir un grupo de mínimo 25 personas, que cuenten con un espacio adecuado y las herramientas necesarias para desarrollar la capacitación.
Cabe mencionar que en Bogotá la práctica de la huerta urbana está debidamente reglamentada por el acuerdo 605 del 2015, en donde se estipulan los lineamientos orientados al acompañamiento, promoción, divulgación y registro de estos espacios. El sociólogo Farid Garzón en su tesis de pregrado "La huerta urbana en Bogotá: Interpretaciones y modos de hacer", resume la política pública que regula esta práctica en la ciudad: En cuanto al primer lineamiento se menciona que la Secretaría Distrital de Ambiente en coordinación con el Jardín Botánico de Bogotá [José Celestino Mutis]6 y las secretarías de Acción Social, Desarrollo Económico, Gobierno y Salud son los encargados de asumir la responsabilidad de proponer y ejecutar programas de acción para facilitar la actividad y solventar así las necesidades insatisfechas con relación a la soberanía alimentaria (Garzón 2020, 48).
El tema ha sido objeto de estudio en los últimos años, particularmente en torno a la agricultura urbana. Ejemplo de ello son investigaciones tales como "Agricultura urbana agroecológica en la perspectiva de la promoción de la salud", publicado por Silvana Ribeiro, Claudia Bogus y Helena Wada de la Universidad de Sao Paulo en 2015; "Urban agriculture in the making or gardening as epistemology", publicado por Michael Granzow y Kevin Jones de la Universidad de Alberta en Canadá, en 2020; y "Home gardening and urban agriculture for advancing food and nutritional security in response to the COVID-19 pandemic", realizado por Rattan Lal de la universidad estatal de Ohio a finales de 2021. Estos estudios toman como eje central el concepto de seguridad alimentaria, entendida como la disponibilidad estable de alimentos, que además incentiva hábitos saludables y respeto por el medio ambiente. Analizan a su vez aquellos espacios en sus ámbitos físico, espacial y económico, sin prestar mucha atención a los procesos sociales, valores culturales y prácticas asociadas a las huertas o jardines. Por consiguiente, el presente artículo se aproxima a esta experiencia de un modo diverso, mediante la presentación de estos espacios no solo como simples jardines comunitarios, o proyectos de agricultura urbana, sino también como una visión de la jardinería como acción que propicia nuevos modos de vivir, crear, pensar y hacer la ciudad.
Figura 1_ Setos de la especie Eugenia Myrtifolia, ubicados sobre la entrada a uno de los conjuntos residenciales de la Ciudadela Primavera (febrero, 2022). Fuente: foto de Javier Mora.
Bogotá, y en particular sus zonas periféricas, han experimentado en los últimos años la aparición de movimientos sociales encaminados a potenciar la práctica de la agricultura urbana, es así como en la tesis de Garzón se identifican colectivos como "Mujer, tierra y memoria" o la "Red agroecológica del sur", los cuales han venido desarrollando proyectos en zonas vulnerables del suroriente de la capital:
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Dearq 38 El colectivo Mujer, tierra y memoria junto con la Red Agroecológica del Sur, realizó diversos recorridos por diferentes huertas de la localidad de Ciudad Bolívar a finales del 2020 […] no solo con el ánimo de compartir saberes y mostrar los frutos del trabajo en la huerta […] sino también como vehículo para generar y sumar procesos, actividades y diálogo en torno a la protección del Parque Santa Viviana el cual se ha sido poco a poco afectando por la invasión de viviendas ilegales […]. (Garzón 2020, 56).
De ese modo podemos notar cómo estos espacios verdes, además de responder a una lógica de consumo y producción de alimentos, se constituyen en una alternativa para la protección y apropiación del espacio público, y es así como las huertas y jardines podrían ser considerados como elementos con un enorme potencial de cohesión y fortalecimiento de los individuos con su entorno y su comunidad. ¿Qué motiva a esas personas a salir y trabajar en un jardín? De modo similar a como ocurre en los ejemplos expuestos, durante las conversaciones con los habitantes de los barrios de la zona suroccidental de Kennedy se mencionó cómo muchos de ellos, habiendo crecido en entornos rurales, debido a la falta de oportunidades en sus lugares de origen tuvieron que trasladarse a las ciudades, en específico a sus suburbios, lugares que para la época (décadas de 1980 y 1990) carecían de oferta de servicios públicos y enfrentaban profundas problemáticas sociales y de planeación urbana. Quizá, aquello que los mueve es esa necesidad de poner las manos en la tierra, de volver a estar en contacto con ésta, como el gigante Anteo de la mitología griega, que recuperaba cualquier fuerza perdida cuando caía y tocaba el suelo, y por ello mismo se volvía vulnerable cuando estaba lejos de la tierra. En su libro Jardines en tiempos de guerra, Teodor Cerić explica cómo en esta búsqueda además está implícita la nostalgia: Los jardines (todos los jardines desde el parque de Versalles hasta el huerto más pequeño de cualquier suburbio) nacen del amor más desesperado que existe, el amor por una vida que ya no hemos conocido pero que nos es familiar, querida como una madre, y que nunca cesa de llamarnos. Nacen de un deseo que, allí, entre las plantas, se alivia, ya no quema y se convierte en una promesa (2018, 106).
Como característica de este tipo de intervenciones, se destaca su temporalidad y flexibilidad, dos aspectos que las diferencian de los procesos de planeación urbana convencionales. Es por esta razón que resultan ampliamente aceptadas por los ciudadanos, ya que se ajustan a su día a día y a las necesidades del momento. Sin embargo, como muchas de estas prácticas urbanas parten de espacios abandonados, terrenos baldíos o infraestructuras deterioradas, se encuentran con innumerables obstáculos a lo largo de su ejecución. Por este motivo,
Figura 2_ Árboles frutales como el durazno o el ciruelo, plantados en una esquina del parque, en un jardín delimitado con llantas recicladas (febrero, 2022). Fuente: foto de Javier Mora. Figura 3_ Franja verde del andén aprovechada para la siembra de hierbas aromáticas y árboles frutales, con vallado en madera reciclada. (febrero, 2022). Fuente: foto de Javier Mora.
investigación muchas de estas iniciativas tipo bottom-up son transitorias y culminan mucho antes de que puedan ser aprovechadas en todo su potencial. A pesar de ello, a continuación presento tres aproximaciones que hoy no solo siguen vigentes sino que se han fortalecido con el paso del tiempo:
jardines en tiempos de pandemia Las piedras, las plantas y los animales ya no le hablan al hombre y el hombre ya no habla con ellos creyendo que no lo pueden escuchar. Su vínculo con la naturaleza se ha roto, y con él ha desaparecido la profunda energía afectiva que engendraban sus relaciones simbólicas. Carl Jung, El hombre y sus símbolos
El primer ejemplo de este urbanismo bottom-up se ubica en el parque de la urbanización Ciudadela Primavera, ubicada en el suroccidente de Bogotá. Esta zona se caracteriza por el desarrollo, a principios del nuevo milenio, de viviendas de interés social. Durante el proceso de recopilación de información fue mencionado cómo los habitantes de la agrupación de vivienda Tabatinga Etapa 1, eran, en su mayoría, personas provenientes de Boyacá, una región agrícola por excelencia, muchos de ellos descendientes de familias campesinas. Al principio, algunos intentaron crear huertas comunitarias dentro de los conjuntos cerrados, pero debido a la excesiva reglamentación sobre los espacios comunes fue imposible llevar a cabo este proyecto. El punto de inflexión correspondió a la cuarentena obligatoria decretada por la alcaldía a principios de 2021 para contener los brotes del virus SARS COVID-19. Las zonas verdes y los arbustos presentes en los senderos peatonales fueron abandonados por las instituciones, provocando su progresivo deterioro. Esto produjo que un grupo de vecinos se organizaran en un principio para la manutención de los setos de la especie Eugenia Myrtifolia, que debido a su porte y rápido crecimiento requiere poda frecuente. Sin embargo, este escenario les brindó la oportunidad de recuperar la idea de los huertos y jardines comunitarios, utilizando los espacios libres del parque.
Figuras 4 y 5_ María, proveniente del departamento de Boyacá y de familia campesina, es una de las vecinas del sector encargada de la manutención del jardín (marzo, 2023). Fuente: fotos de Orlando Antonio Mora.
Este proceso inició como una iniciativa autónoma de María, una ama de casa habitante del conjunto que, durante el periodo de confinamiento, pudo delegar muchas de sus tareas a su esposo e hijos, dado que se encontraban todo el día en casa. Con un poco más de tiempo a su disposición, María comenzó a realizar el cuidado de los setos ubicados frente al ingreso de su residencia, motivada por la molestia que le producía ver el estado de abandono de los setos, y su pasión por la jardinería. Su entusiasmo fue compartido por otras amas de casa que se unieron progresivamente, y de esa manera surgió la propuesta de intervenir uno de los costados del parque contiguo, una franja verde en mal estado.
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Dearq 38 Fue así como se produjeron las primeras formas de apropiación del parque, gracias a lo cual se transformó un barrial en un pequeño jardín, cambiando así el imaginario espacial del lugar. Las materias primas utilizadas para estas transformaciones, aparte de la organización y colaboración entre vecinos, fueron madera, llantas, pintura y tierra, obtenidos en su mayoría por medio del reciclaje o compradas directamente por cada uno de los vecinos. Este trabajo mancomunado, hecho durante el periodo más duro de la pandemia, fortaleció los lazos entre los miembros de la comunidad, que se dedicó a la siembra de plantas ornamentales como el platanillo o el holly liso, hierbas aromáticas como la limonaria y la caléndula, y árboles frutales como la papayuela, el brevo, la ciruela y el durazno, frutos utilizados por la tradición popular para preparar postres y mermeladas. El fin de la emergencia sanitaria decretado por la alcaldía de Bogotá a mediados del 2022 no significó el fin de los jardines. Por el contrario, la red ciudadana se fortaleció con la creación de espacios de encuentro para enseñar sobre la siembra de huertos y jardines en entornos urbanos, gestionados por los propios vecinos. Asimismo, se aprovechó la oportunidad de entrar en contacto con funcionarios del Jardín Botánico de Bogotá que tenían un proyecto de reforestación en el parque, y no solo se consiguió la preservación de estas intervenciones en el espacio público sino también un taller de capacitación en prácticas de jardinería y agricultura urbana. Hoy en día los espacios son gestionados por esta pequeña comunidad, la cual mantiene su autonomía como una simple agrupación de vecinos entusiastas por la jardinería. Muchos de los cultivos de estas huertas corresponden en su mayoría a plantas ornamentales o hierbas aromáticas, con pocos árboles frutales, de manera que este lugar, más que ser pensado para un aprovisionamiento de comida, es en realidad un espacio pedagógico que muestra a propios y visitantes las bondades de tener un huerto, enseña la gran variedad de plantas aromáticas y remedios caseros, formas de combatir plagas y la creación de abonos orgánicos con los residuos de cocina.
re-naturizando el borde de la calle Plantar un jardín es algo que siempre vale la pena. Si disponemos de poco tiempo, si alrededor de nosotros el mundo vacila y la muerte, en todas sus formas, avanza, lo único que podemos hacer es transformar una parcela de tierra, no importa cual, en un lugar acogedor, un lugar que acoja más vida. Teodor Cerić, Jardines en tiempos de guerra
Figura 6_ Estado actual de un tramo de la calle 26 sur, a la altura del barrio Unir, a la izquierda, y los conjuntos de vivienda de la Urbanización Ciudadela Primavera, a la derecha (marzo, 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora.
investigación
Figura 7_ Pequeño jardín localizado en uno de los tramos aún por desarrollar, invadido por autos. Es uno de los remanentes de las primeras intervenciones realizadas por los vecinos y sirve como barrera para evitar la expansión del área de parqueo (marzo, 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora. Figura 8_ Uno de los tramos recuperados por los vecinos, que se constituye hoy en día como una de las áreas verdes más importantes de la zona gracias a su variedad en especies florares, que además ofrece refugio a diversas especies de aves (marzo, 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora. Figura 9_ Pequeño sendero realizado con guadua y tierra apisonada que conecta los barrios Unir y Ciudadela Primavera (marzo, 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora. Figura 10_ Bolardos y bloques de hormigón reutilizados por la comunidad después de las labores de pavimentación de uno de los tramos de la calle (marzo, 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora.
7. La historia del barrio Unir 1 fue recopilada gracias a la conversación con María Antonia Tavera, residente del sector y presidenta de la Junta de Acción Comunal durante el 2014.
Otro ejemplo de este tipo de intervenciones lo podemos encontrar a solo medio kilómetro del parque de la Ciudadela Primavera. En esta zona se localizan, por un lado, los enclaves de conjuntos cerrados, y en el otro, el barrio Unir 1, urbanización propuesta por Mariano Porras y la cooperativa multiactiva Orión Ltda., en el año de 19927. El proyecto, que estaba planeado para terminarse en 18 meses, por cuenta de una mala administración solo entregó los lotes, sin casas, sin calles y sin servicios públicos, razón por la cual los residentes tuvieron que construir ellos mismos sus viviendas. Fue solo hasta 1996 cuando el barrio fue reconocido y desde ese momento empezó un lento proceso de dotación de infraestructura pública. Uno de sus límites es la calle 26 sur, la única avenida que conecta este barrio con el resto de la ciudad. Aunque la administración municipal adquirió unos terrenos para ampliar la vía, hasta el momento es un proyecto incompleto que ha dejado algunos espacios sin un uso específico, con lo cual se ha conformado una franja que separa esta zona de las urbanizaciones aledañas. Aquel lugar no era propicio para crear un jardín por estar sus terrenos constituidos por escombros y gravas, donde, a priori, solo existían unos cuantos prados. La zona estaba ocupada por camiones que la utilizaban como una gran área de parqueo. Los vecinos eran conscientes del largo proceso que les esperaba. Fue así como en el año 2016 en primer lugar un grupo de miembros de la comunidad se organizó para liberar la zona de los camiones. Una vez recuperado el espacio, reverdecieron el lugar con césped y plantaron especies capaces de sobrevivir a las extremas condiciones del contexto. Al cabo de unos meses, los jardines se habían llenado sorprendentemente de una variedad de arbustos y hierbas, como cartuchos, platanillos, yerbabuena, menta, ruda y cilantro, plantas capaces de
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soportar la contaminación y la polución de la zona. Allí donde antes no había más que tierra seca, poco a poco se fue llenando de vida. Cabe mencionar que hasta este punto fue un proceso llevado autónomamente con recursos propios de los vecinos involucrados en el proyecto. Han pasado ya un par de años desde que los primeros jardines comenzaron a brotar, y a pesar de que todavía existen zonas ocupadas por vehículos, el sector se mantiene como una de las pocas áreas verdes del barrio Unir. El vigor y la apropiación de esas primeras intervenciones se mantiene gracias a los vecinos. Fue así como después de una serie de trabajos de pavimentación y reparación de los andenes por parte de la alcaldía, la comunidad embelleció los espacios con plantas sembradas dentro de llantas reutilizadas. Además, se abrieron senderos con materiales como la guadua, para crear conexiones entre el barrio informal y las viviendas de los conjuntos cerrados. Asimismo, a pesar de los años, el trabajo que se ha venido realizando en estos jardines sigue en continua evolución, y los lideres y vecinos reconocen que están dando los primeros pasos para consolidar los diferentes procesos involucrados en el proyecto, a pesar de las adversidades de todo tipo. En el año 2019 se estableció una alianza con la Junta de Acción Comunal para desarrollar mecanismos de participación, divulgación y preservación de estos espacios, involucrando el mayor número posible de miembros de la comunidad, además de la obtención de recursos encaminados a la manutención de estos jardines.
revalorización del canal de la calle 38 sur La jardinería, al poner el centro de gravedad del hombre fuera de él mismo, en el espacio a la vez familiar y misterioso de lo vivo, le permite reencontrar, al menos durante el tiempo que consagra a esa actividad, un bienestar perdido. Marco Martella, Un pequeño mundo, un mundo perfecto
El último ejemplo corresponde a una serie de intervenciones llevadas a cabo por los habitantes de los barrios Patio Bonito y Riveras de Occidente, ubicados en el suroccidente de Bogotá y separados por un canal de aguas lluvias. El barrio Patio Bonito tuvo su origen en uno de los procesos de urbanización informal más grandes experimentados en Bogotá a finales del siglo XX, y llegó a constituir una de las zonas más densamente pobladas de la ciudad. Por supuesto, sus habitantes tuvieron tuvo que afrontar desde el principio toda suerte de problemas debido a la carencia de servicios e infraestructura pública. Por otro lado, el barrio Riveras de Occidente —surgido como respuesta de la Caja de la Vivienda Popular a los procesos de ocupación ilegal de lotes— cumplió para su desarrollo, en primer lugar, con la parcelación de lotes, luego con la
Figura 11_ Don Carlos, uno de los representantes de la Junta de Acción Comunal, en un día de riego de las plantas sembradas en el borde del canal (marzo 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora. Figura 12_ Plantas florares sembradas en materas de llantas reutilizadas, pintadas y embellecidas, para dar una nueva cara al borde del canal (marzo, 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora.
investigación
Figuras 13 y 14_ Bordillos pintados con los colores de la bandera de Bogotá (rojo y amarillo); algunos de los carteles escritos incentivan el reciclaje (marzo 2023). Fuente: foto de Orlando Antonio Mora.
dotación de servicios públicos y finalmente con la construcción de unidades de crecimiento progresivo encaminadas a proveer una solución a los problemas de vivienda en la zona. Este contexto produjo dos comunidades completamente separadas que, a su vez, por la presencia de un elemento divisorio como el canal, provocó el progresivo deterioro de la zona, la cual se transformó en un centro de recepción de basuras, así como en un lugar inseguro, frecuentado por expendedores de drogas y delincuentes. Como respuesta a esta problemática, a principios de 2020 la Junta de Acción Comunal y los vecinos del barrio se unieron para apropiarse de ese espacio y ganárselo a la delincuencia. Iniciaron por limpiar el borde del canal y luego dieron paso a la siembra de diversos tipos de plantas, no solo para embellecer los espacios, sino también para educar a los residentes más jóvenes. Fue así como lo que en un principio fue un proyecto puntual, se diseminó a lo largo del canal e incentivó a más personas a involucrarse en el proyecto. Hoy en día, la zona se ha revalorizado con una red de pequeños huertos y jardines que han propiciado la interacción de los habitantes del sector y su acercamiento con los vecinos del otro lado del canal. Regularmente, la Junta de Acción Comunal, junto con ciertos colectivos de jóvenes, convocan a la comunidad por medio de una especie de minga (reunión de miembros de una comunidad que con sus saberes y herramientas trabajan en busca de algún objetivo común) con el objetivo no solo de llevar a cabo un trabajo comunitario, sino además como un medio que sensibiliza y educa a las personas del sector y los visitantes de otros barrios. Cabe mencionar que ningún miembro recibe remuneración económica por su participación, y que no todos los vecinos colaboran o apoyan el evento, sea por desinterés o por falta de tiempo. La financiación de estos proyectos deriva, en su mayoría, de recursos propios, ya que no existe ningún acuerdo con las entidades distritales. Durante las conversaciones con los promotores del proyecto se hizo evidente cómo las diferentes intervenciones a lo largo del canal estaban encaminadas al embellecimiento de la zona, así como a fortalecer el tejido social por medio de la práctica de la jardinería y la recuperación y apropiación de los espacios públicos. Es por ese motivo que la presencia de plantas de tipo ornamental y aromáticas es predominante, su objetivo no era la producción de alimentos sino la recuperación de valores, saberes y prácticas tradicionales de las zonas rurales, por ejemplo, con el empleo de ciertas yerbas como remedios caseros.
conclusión Gran parte del pensamiento progresivo actual no solo proviene de los gestores culturales y de personas involucradas en proyectos artísticos, sino también de la ciudadanía en general. Con este tipo de intervenciones se evidencian diversas formas de apropiación de los espacios de uso común por parte de una
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Dearq 38 comunidad, en los cuales la naturaleza, adoptando la forma de jardines, juega un rol importante. Así lo cree Marco Martella (2020), quien cita una carta que el jardinero Jorn de Prècy8 le escribe en 1913 a su amigo, el escritor Hermann Hesse: Esta idea le parecerá ingenua, querido Hermann. No olvide nunca que la naturaleza, desde siempre, ha venido en nuestra ayuda. Aunque no pueda curar nuestro "mal de vivre", ella calma, suaviza, intenta restablecer un equilibrio en nosotros recordándonos su lugar. Y continuamente, como una madre, renueva sus cuidados (Martella 2020, 69).
La actividad de la huerta y el jardín urbano no solo implica tener un lugar físico para desarrollarla, sino también el tiempo, la capacitación, las herramientas y la organización necesarias según el tipo de cultivo, sea de plantas ornamentales, aromáticas, árboles frutales, etc. A pesar de que el Estado por medio de campañas y políticas públicas aliente este tipo de actividades, no la tiene como una práctica que propicia la vinculación de diferentes sectores de la sociedad, que propone modelos basados en la autogestión y cooperación que conforman modelos de vida y organización social alternativos, sino como una actividad de ocio la cual, en los casos presentados, requiere de la inversión de recursos propios de sus participantes. Los jardines se pueden constituir en un elemento identitario del lugar, del que se han apropiado sus habitantes, y con un mayor valor estético que de consumo. Es en este escenario donde las huertas y jardines llegan a favorecer espacios de construcción de tejido social, que incentivan la solidaridad, la autonomía, la seguridad y la dignidad. Si bien esta actividad en un principio está influenciada por los procesos de la sociedad de consumo en respuesta a necesidades específicas del momento, como el aprovisionamiento de cierto tipo de alimentos, a su vez se constituye en acciones de carácter popular que materializan la forma como los miembros de aquellas comunidades conocen y perciben su mundo, en un medio que concientiza, sensibiliza y transmite los valores a los demás miembros de la sociedad.
8. Jorn de Précy, filósofo y jardinero nacido en 1837 en Reikiavik (Islandia), autor del libro E il giardino creò l'uomo. Un manifesto ribelle e sentimentale per filosofi giardinieri, publicado en 1912.
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Entrevista
Cómo citar: García Vázquez, Camilo Salazar Ferro y Juanita Fonseca. "Lo cotidiano en el diseño de nuestros barrios. Entrevista con Margaret Crawford". Dearq no. 38 (2024): 75-82. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.07
investigación
Lo cotidiano en el diseño de nuestros barrios. Entrevista con Margaret Crawford Everyday Life in the Design of Our Neighborhoods. Interview with Margaret Crawford
Carlos García Vázquez ccggvv@us.es Universidad de Sevilla, España
Camilo Salazar Ferro csalazar@uniandes.edu.co Universidad de los Andes, Colombia
Juanita Fonseca j.fonseca33@uniandes.edu.co Universidad de los Andes, Colombia
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.07
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Everyday urbanism toma su inspiración en las personas comunes y corrientes en las calles, y en lo que hacen; este es el fundamento del urbanismo de lo cotidiano.
Margaret Crawford es profesora de arquitectura y diseño urbano, y dirige el programa de Diseño Urbano de la Facultad de Diseño Ambiental de la Universidad de California, Berkeley. Desde otoño del 2022, adelanta un proyecto con un plazo de cinco años, enfocado hacia el diseño de la región agrícola del Valle de Salinas, una de las más ricas e importantes en la economía, cultura e historia para el estado de California y a la vez un paisaje relegado; el proyecto se adelanta con actores y promotores de las dinámicas rurales como aliados del estudio. Y si bien algo tarde en el desarrollo y la preparación de nuestros cursos de arquitectura, nos encontramos con el artículo "Blurring the Boundaries: Public Space and Private Life" de Crawford, el cual hace parte del libro Everyday Urbanism que la profesora coeditó con John Kaliski y John Chase. La discusión que plantea el libro a partir de experimentaciones propias en cuanto a la relación entre la vida cotidiana y nuestro espacio urbano nos motivó, junto con los estudiantes, a explorar más a fondo en el tema. Asimismo, esta edición, dedicada a los urbanismos bottom-up, nos pareció el espacio perfecto para presentar las ideas de Margaret Crawford, en cuyas explicaciones y ejemplos del día a día pone de manifiesto la simplicidad y vigencia de lo que planteó en su libro Everyday Urbanism, que cala cada vez más hondo en nuestros contextos latinoamericanos. Everyday Urbanism se editó por primera vez en 1999. ¿Cuál era el contexto y qué la animó a publicarlo? Margaret Crawford: Esta es una muy buena pregunta. En la década de los noventa, John Kaliski, John Chase y yo estábamos muy interesados en el diseño urbano por su relación con el espacio público. Sin embargo, en Los Ángeles, y en general en los Estados Unidos, solo existían dos enfoques al respecto. Uno de ellos era el nuevo urbanismo, el cual sostenía, en pocas palabras, que todo en la ciudad de Los Ángeles estaba mal y debía reconfigurarse por completo a partir de los principios que el paradigma proponía. La otra propuesta se basaba en el enfoque del posvanguardista Peter Eisenman, quien proponía la superposición de elementos para crear nuevas formas. Se trataba simplemente de arquitectura de papel, de esa que rara vez se puede construir. Entonces, lo que vimos al conducir por las calles de L.A. nos asombró. Por ejemplo, nos encontramos con un taller de cambio de aceite y reparación de carrocería que a las seis de la tarde se convertía en un puesto de tacos y se veían familias reunidas alrededor de la cena. Descubrimos tantos usos maravillosos del espacio que nos costaba creer que realmente estos diseñadores urbanos vivieran en la misma ciudad. A fin de cuentas, ninguno de ellos se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. ¿De qué manera presentó la idea de observar y valorar la vida cotidiana, teniendo en cuenta que su enseñanza no es común en la escuela de arquitectura? MC: Acudimos a un pequeño truco. En ese entonces nuestros estudiantes de SCI-Arc tendían a ser un tanto pretenciosos, así que, para hacerlo aceptable, definimos el concepto de cotidianidad a partir del pensamiento de filósofos franceses. Elegimos la palabra cotidiano y el lente de la cotidianidad porque otros conceptos sugerían una condición binaria, como en el caso de informal-formal. Dicha condición implicaba que los dos polos no interactuaban, no queríamos quedar atrapados en el tipo de discusión como el de la informalidad. La vida cotidiana es un tema de gran riqueza y que se presta para analizar las vidas de las personas. Uno de nuestros objetivos era el de reincorporar a los seres humanos en el debate sobre lo arquitectónico y lo urbano. En efecto, el componente humano había sido suprimido del discurso del diseño en los Estados Unidos desde la década de los sesenta, mientras los conceptos de esa época que se centraban en lo humano tenían su origen en la generalización de enfoques de las ciencias sociales. De esta manera, la idea de la cotidianidad se presentaba como el lente perfecto, que además se hacía aceptable gracias a su importante trasfondo filosófico ligado a las obras de Henri Lefebvre
investigación y Michel de Certeau. Así fue como les pedimos a los estudiantes que leyeran complejos textos teóricos y con reacciones como "qué difícil, ¡pero ajá!", conseguíamos que la mirada sobre las cosas comunes y corrientes fuera legítima para ellos. ¿Dónde se posiciona el Everyday Urbanism en el debate contemporáneo sobre los urbanismos bottom-up? Más concretamente, ¿cuáles son las diferencias y semejanzas con el urbanismo táctico? MC: ¡Esta es una pregunta muy interesante! El urbanismo táctico es realmente el peldaño más bajo del urbanismo de arriba hacia abajo. Es una manera muy útil de aproximarse a las intervenciones urbanas, y, por lo general, quienes lo utilizan son urbanistas o personas con un interés profesional en el urbanismo a pequeña escala. Esas personas suelen ser los agentes activos de la planeación táctica, la cual es una idea muy útil para probar algo y constatar si funciona antes de construirlo de manera permanente. Everyday urbanism toma su inspiración en las personas comunes y corrientes en las calles, y en lo que hacen; este es el fundamento del urbanismo de lo cotidiano. Es un enfoque que tiene cabida dentro del urbanismo de la clase media y en áreas de condición marginal. Sin duda, en los Estados Unidos la vida cotidiana de la clase media no ha recibido la suficiente atención. Entonces, los estudiantes siempre me preguntan por qué me preocupo tanto por los vendedores ambulantes, los inmigrantes y la gente en condición de pobreza. Vivir en un estado como California, con una gran cantidad de inmigrantes y con los indicadores más extremos de desigualdad social en los Estados Unidos, me lleva a preocuparme tanto personal como políticamente por estas personas. Pero, cuando observo las zonas suburbanas se hace evidente que allí también se puede mejorar la vida cotidiana de muchas maneras. Por lo tanto, el concepto de urbanismo de lo cotidiano es amplio. No obstante, en nuestro libro utilizamos el concepto de manera más limitada, lo cual está bien, pues la legitimización de las prácticas cotidianas de las personas en condición de pobreza y de los inmigrantes era, y sigue siendo, un asunto apremiante. En California, muchas de las prácticas cotidianas que visibilizamos son ahora legales. Por ejemplo, en 2018 se legalizó la venta ambulante en Los Ángeles, y, en 2020, los restaurantes en los patios traseros se hicieron legales en toda California. Ahora bien, el problema radica en que, de los veinte mil vendedores en Los Ángeles, solo doscientos son realmente legales y esto se debe a lo difícil y costoso que es tramitar el respectivo permiso. Resulta entonces que la legalización no es la solución, sino apenas el primer paso. Un estudiante comentó que a veces el urbanismo táctico parece otra forma de gentrificación. ¿Usted qué piensa? MC: Estoy de acuerdo con el comentario. No creo que sea una casualidad que el libro Tactical Urbanism, escrito por Anthony García y Mike Lydon, haya sido financiado y publicado por el Congreso para el Nuevo Urbanismo. El enfoque del libro encaja muy bien con el marco de trabajo que esta organización propone para el nuevo urbanismo. Adicionalmente, para los urbanistas municipales este enfoque puede ser útil a manera de herramienta o técnica de planeación para demostrar y comprender si un determinado cambio va a funcionar. El Everyday Urbanism reivindica lo cotidiano: las actividades rutinarias, los artefactos que las hacen posible y los espacios donde se desenvuelven. ¿Qué sentido tiene esta reivindicación en la ciudad contemporánea? MC: Yo vivo en un hermoso barrio residencial en Berkeley, pero si quiero comprar un pan o cualquier otra cosa me veo en la necesidad de subirme al auto y conducir cuesta abajo. No obstante, en el Berkeley de comienzos del siglo XX existían en los barrios residenciales pequeñas tiendas de la esquina. Si este tipo de tiendas fueran reincorporadas en nuestro barrio de clase media nuestra
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Dearq 38 vida cotidiana sería indiscutiblemente mejor. En esos espacios las personas podrían tomarse un café e incluso conocer a sus vecinos. Por tanto, pienso que este es un marco de trabajo que se puede aplicar a una gran variedad de personas y de espacios. Hace poco cené con algunos exalumnos de Ciudad de México. Me contaron sobre su vida cotidiana, la cual está profundamente determinada por asuntos de seguridad. Al describir su lujoso edificio de apartamentos, comentaron que el arquitecto que lo diseñó nunca se imaginó que un residente pudiera entrar caminando, por lo que la puerta principal da al estacionamiento. En el momento en el que comienzas a fijarte en las vidas cotidianas de las personas se evidencian problemáticas de fondo. ¿Por qué no hay tiendas de la esquina en mi barrio? Porque se trata de un área residencial zonificada. De hecho, Berkeley fue la primera ciudad de los Estados Unidos en la que se impuso un esquema de zonificación. Entonces, al pensar en un asunto tan simple como el de poder ir caminando a comprar un pan, empiezas a comprender la historia de la zonificación y las cuestiones negativas asociadas a ello. La vida cotidiana nos ofrece una oportunidad para comprender cuestiones más importantes sobre la ciudad, como la manera en la que es gobernada, su historia, entre otras. En la introducción al libro se habla del diálogo a varias voces como herramienta para el urbanismo de lo cotidiano. ¿Insiste en este concepto o cómo ha evolucionado y qué tan relevante es en la planeación urbana? MC: He estado reflexionando sobre este tema. Durante el verano di una charla en el Bartlett School of Architecture, en Londres. Allí presenté unos ejemplos maravillosos sobre el urbanismo de lo cotidiano en distintos lugares, y, por supuesto, los asistentes estaban cautivados. Pero Bartlett es una escuela de planeación, así que los estudiantes plantearon muchas preguntas al respecto: "De acuerdo, pero si una persona tiene un restaurante de comida a la parrilla en su patio trasero, ¿no se quejaría el vecino de al lado?". En Everyday Urbanism incorporamos a la discusión la idea de dialogismo, la cual es muy importante pues reconoce la existencia en simultáneo de diferentes voces y diferentes conclusiones. Y si bien una de esas voces va a prevalecer, el reconocimiento de que otras siguen existiendo, y de que tienen todo el derecho de existir, es sumamente importante. La idea de dialogismo proviene del crítico literario Mijaíl Bajtín y de sus observaciones a la novela decimonónica, en la cual todos los personajes tienen maneras muy distintas de entender el mundo. El novelista no intenta resolver estas diferencias, sino que las deja coexistir, con lo que crea riqueza. Por el contrario, muchas de las personas que se ven involucradas en disputas en los procesos de planeación lo suelen ver como un juego de suma cero, en el que una de las partes debe prevalecer. Cualquier propuesta de planeación se tendrá que enfrentar a oposiciones y a conflictos, por lo que muchos urbanistas terminan entendiendo su papel como el de mediadores. En su lugar, es posible lograr un enfoque mucho más matizado y flexible, de tal manera que una solución prevalezca en determinado caso, pero no en otro, teniendo en cuenta las diferencias en las situaciones. En este sentido, la planeación debería tratarse de la multiplicidad y no de la singularidad, que es sobre lo que actualmente se basa. Creo que el problema con la planeación es que busca las generalizaciones y las "mejores" prácticas. Quiere encontrar conceptos que sean aplicables a todas las situaciones, pero yo creo que la multiplicidad y la especificidad son lo más importante. Por ejemplo, un grupo de activistas estudiantiles quiere que la avenida Telegraph, que atraviesa la universidad, se convierta en una calle para ciclistas y peatones. A un poco más de dos kilómetros se encuentra otra calle que también quieren convertir en ciclovía, pero el barrio que comprende dicha calle es un espacio completamente diferente y con una población muy distinta.
investigación Sin embargo, las ideas de estos estudiantes son inflexibles. Yo creo en una regulación y en una planeación que sean flexibles y adecuadas para situaciones específicas. Infortunadamente, los programas de formación en planeación no enseñan esto, únicamente a generalizar soluciones. En mi opinión, es en este punto en el que se equivocan los urbanistas, e incluso los activistas. El problema es su marco conceptual. ¿De qué manera cree que podría aplicarse el urbanismo de lo cotidiano para contribuir a mejorar la calidad de vida en las ciudades latinoamericanas, las cuales atraviesan constantes cambios y son escenario de procesos migratorios trascendentales? MC: En contextos de cambios es necesaria una regulación y una planeación flexibles que permitan responder de manera constante y creativa a estos nuevos retos. Actualmente, la migración es la nueva situación permanente en la mayoría de las ciudades del mundo. Este verano estuve en Europa y me impactó darme cuenta de que, aparentemente, todas las ciudades están siguiendo el mismo modelo de planeación. En todas hay ciclovías, peatonalización, muchos menos carros y encantadoras mejoras en el paisaje urbano. Son ciudades bellísimas. Sin embargo, en ellas están ocurriendo otras cosas que creo que son más importantes. ¿Quiénes estuvieron allí para apreciar estas hermosas mejoras? Principalmente los turistas y las personas que tienen el dinero suficiente para vivir en los desmesuradamente costosos centros urbanos. ¿Y dónde están los inmigrantes? En la periferia, junto con las otras personas que tampoco pueden darse el lujo de vivir en el centro. Hoy en día, en muchos lugares diferentes, el fenómeno más importante es el de la migración. Las personas se están desplazando por todas partes y el urbanismo no ha respondido adecuadamente a esta nueva condición.
Creo que el problema con la planeación es que busca las generalizaciones y las “mejores” prácticas. Quiere encontrar conceptos que sean aplicables a todas las situaciones, pero yo creo que la multiplicidad y la especificidad son lo más importante.
Cada año, en nuestro de programa de Diseño Urbano, tenemos estudiantes que quieren trabajar la migración como su tema de tesis. Pero, honestamente, como diseñadores urbanos no sabemos cómo lidiar con ese tema, que es tanto una cuestión compleja como apremiante. En todas partes la migración es un asunto urbano importante, pero ¿de qué manera la estamos pensando? Para mí, ese es el lugar en el que la creatividad, la flexibilidad y la innovación realmente pueden llegar a manifestarse. No estoy tan familiarizada con América Latina, solo por medio de referentes, artículos y trabajos de estudiantes conozco los casos de Colombia, Guatemala y he visitado México y Brasil, pero estoy segura de que cada país tiene sus propias circunstancias altamente específicas que responden a la condición general de la migración. ¡Ese tipo de especificidad es importante! Ya que menciona el caso de las ciudades europeas, creemos que es relevante hablar de la ciudad de los quince minutos. De hecho, la oficina de planeación actualmente lo está aplicando en Bogotá, al igual que en otras ciudades de Colombia. MC: No quiero descartar por completo el concepto de la ciudad de quince minutos, pues, de cierta forma, coincide con el urbanismo de lo cotidiano en el sentido en que ambos se basan en las vidas de las personas. Pero el problema, que no tiene por qué serlo, es que la ciudad de quince minutos está estrechamente relacionada con un tipo muy particular de forma urbana europea, que ejemplifican bien los barrios céntricos en París y Barcelona. Solía vivir en una calle residencial en Berkeley que era una ciudad de quince minutos en un tejido urbano que consistía en un largo corredor comercial con viviendas unifamiliares en ambos costados. No se ajusta en absoluto al urbanismo ideal de la ciudad de quince minutos, que implica construcciones densas de uso mixto. De esta manera, si la idea de la ciudad de quince minutos pudiera apartarse de una forma urbana normativa, entonces sería un concepto sensato
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Dearq 38 que redireccionaría la atención a las rutinas diarias de las personas y a la mejora de la calidad de sus vidas. Pero, en cambio, el concepto parece enfocarse en tener una fórmula para obtener una vida grandiosa como derivada de lugares como París, Barcelona, y tipos de urbanismo que no existen en todos lados. Aún más, conozco un estudiante de doctorado de Barcelona cuyos padres viven en los suburbios y casi nunca van al centro de la ciudad. Estas experiencias de vida suscitan preguntas importantes sobre qué tan ampliamente aplicables son estos modelos, incluso para las ciudades europeas. En un punto habló sobre la flexibilidad en las ciudades. Existen algunos movimientos para los que las intervenciones en las calles se producen, en parte, como una manera para que la comunidad se apropie del espacio público, lo cual se sale de los lineamientos del diseño urbano de Barcelona. ¿Esto encaja en el concepto de flexibilidad o se trata de algo distinto? MC: Creo que ese tipo de flexibilidad para la apropiación es muy diferente, y con ello no estoy diciendo que no podría funcionar; no es a lo que me estoy refiriendo. Lo que quiero decir es que hay que darle un giro al enfoque. En vez de comenzar por el diseño de un espacio flexible, lo primero que se debería hacer es plantear la pregunta, ¿las personas cómo están usando el espacio? Luego, con esa información, se propondrían unos diseños y unos planes específicos para respaldar dichas actividades. La apropiación de los espacios públicos puede conferirles agencia a las personas, pero también podría imponerle al usuario la carga de la responsabilidad de lo público. El enfoque del urbanismo de lo cotidiano estudia y valora el aprovechamiento económico en el espacio público. En América Latina, estas prácticas son habituales y generan algunos problemas de convivencia por la ocupación informal y, a veces, excesiva del espacio público desde el punto de vista de la planeación. ¿Cómo se podría tratar este tema de manera que beneficie a todos los habitantes? Tiene que ver con el dialogismo; en mis trabajos enfatizo en que uno de los derechos fundamentales del espacio público es el derecho a la subsistencia y en que las calles y las aceras son espacios económicos. Lo anterior replantea la discusión en términos de derechos. La subsistencia es un derecho, incluso Jan Gehl defiende los cafés en las aceras y los artistas callejeros como actividades que hacen de la calle un espacio económico. Sin embargo, su concepto no contempla dentro de las actividades económicas al vendedor ambulante que llega a la calle a instalar su puesto.
En mis trabajos enfatizo en que uno de los derechos fundamentales del espacio público es el derecho a la subsistencia y en que las calles y las aceras son espacios económicos.
Esta es la lucha que ha ocurrido en California por el uso de las calles y los andenes como espacios económicos durante más de veinte años con ciertos triunfos. Pero estas luchas no solo han involucrado a los vendedores; el apoyo de la clase media ha sido esencial. Por ejemplo, hace más de veinticinco años la gran cantidad de jornaleros en las calles de Los Ángeles era considerado como un gran problema. Entonces, por más de diez años, el Centro de Investigación de Estudios Chicanos y el Departamento de Sociología de UCLA trabajaron en conjunto con la ciudad, los vecinos, las tiendas Home Depot y los trabajadores para generar un diálogo en el que una entidad externa —la universidad— sumaba su voz. Y esta participación fue transformadora: como resultado se crearon lugares oficiales, auspiciados por la ciudad, para la contratación de jornaleros. Con esto se reconocía que los jornaleros eran trabajadores legítimos y se creaba un espacio organizado para su contratación. Desde las universidades, algo positivo que podemos hacer es sumar nuestra voz a los debates actuales sobre asuntos críticos, con el fin de hacerlos más dialógicos. Yo veo a la universidad y a los aliados de clase media como agentes muy importantes para legitimar las actividades cotidianas. Una de las razones por las que la venta ambulante se legalizó en L.A. fue que muchos hipsters de clase media se convirtieron en amantes de la comida callejera. Incluso, hubo
investigación una importante competencia de comida callejera llamada "The Vendys". Allí participaron muchos food trucks de comida gourmet, pero la ganadora fue una mujer que vendía quesadillas al estilo de la Ciudad de México, desde una mesa de juego ubicada en un estacionamiento. Los urbanismos bottom-up fomentan la creatividad en la resolución de problemas. No obstante, rara vez se estudian en las escuelas de arquitectura y urbanismo. ¿Por qué cree que sucede esto? ¿Considera que deberían incluirse en los procesos de formación? De ser así, ¿qué propondría para que, en efecto, estos urbanismos hicieran parte de los planes de estudio en arquitectura y diseño urbano? MC: Diseño urbano es el mejor lugar para incluir los urbanismos bottom-up; muchos estudiantes de diseño urbano, al menos en Berkeley, ya se sienten comprometidos con el tema. También tenemos muchos estudiantes internacionales, incluidos latinoamericanos, que lo consideran como tema de interés para sus proyectos de tesis. Los estudiantes norteamericanos están menos conscientes de esto, pero a medida que empiezan a mirar a su alrededor y a reconocer su existencia, incluso en una zona pudiente como Bay Area, comienzan a verlo en todas partes. Es importante incluir en los programas de arquitectura la comprensión sobre el urbanismo desde el botom-up. Si se les ofrece esta opción, muchos estudiantes terminan tremendamente interesados e involucrados con la idea. Incluso si terminan teniendo una carrera profesional estándar en arquitectura, estos estudiantes siempre tendrán un interés por este tema y seguirán siendo defensores de este tipo de actividades. Considero que esta es una parte fundamental de una formación en diseño. En muchos programas de arquitectura, los profesores de diseño tienden a buscar la pureza, y las actividades cotidianas no podrían ser más impuras. Sin embargo, a lo largo de mi carrera —que ya es bastante larga—, siempre me he encontrado con estudiantes y arquitectos que quieren colaborar y brindar su apoyo. Hasta el día de hoy he enseñado en tres escuelas. En SCI-Arc inicié la colaboración con John Kaliski y John Chase. Chase infortunadamente falleció, pero Kaliski tiene una firma de diseño urbano cotidiano, lo cual es factible en Los Ángeles. Incluso en Harvard Graduate School of Design, que uno pensaría que se dedica más al purismo, me encontré con unos colaboradores muy interesantes que respaldaban y participaban en el urbanismo de lo cotidiano. Creo que cada uno de los estudiantes que tomó un curso o un taller de urbanismo de lo cotidiano vivió algún tipo de transformación. También en Berkeley los estudiantes tienen un interés profundo por comprender cómo funciona este enfoque, pues se trata de la vida y de las personas, y esas dos cosas son generalmente ignoradas por los programas de formación en arquitectura. Así que los felicito por enseñar estos temas. ¡Es realmente maravilloso! El profesor Camilo Salazar dirige un curso llamado "Acciones urbanas" en el cual los estudiantes tienen la oportunidad de trabajar con prácticas cotidianas. ¿Cuál es el papel que desempeñan los estudiantes, los activistas, los movimientos de base y las comunidades en el urbanismo de lo cotidiano? MC: En Los Ángeles y en Massachusetts es posible encontrar muchos ejemplos de movimientos de base. En L.A., por ejemplo, los vendedores ambulantes han consolidado una organización sólida. No obstante, involucrarse con estos diferentes grupos y comunidades puede ser complicado. Por citar un caso, nosotros diseñamos unos carros para la venta ambulante que los vendedores decidieron no usar por los costos que implicaban. Aun así, nuestros diseños pusieron en el centro de atención el asunto de la venta ambulante, y quedó demostrado que apoyamos y estamos conectados con los vendedores. En efecto, dado que es sencillo para las escuelas de arquitectura divulgar lo que hacen, este suceso puso en evidencia que somos aliados de los vendedores y de sus intereses. Por tanto, creo que esta es una oportunidad de colaboración importante.
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Dearq 38 En el caso de Massachusetts, no trabajamos con urbanistas sino con servicios sociales y departamentos de desarrollo económico del gobierno de la ciudad, los cuales estaban muy interesados en nuestro enfoque. En mis talleres siempre procuro fomentar la comprensión de las economías locales y la inclusión de estrategias que permitan su expansión y la creación de trabajos. Por lo general, en la mayoría de lugares es posible encontrar el apoyo de personas pertenecientes a las diferentes organizaciones comunitarias. Es casi seguro que siempre te encontrarás con alguien que esté interesado en el tema y que quiera trabajar contigo. El cronograma universitario es un problema en la medida en la que todo se basa en jornadas semestrales de trabajo. Entonces, aunque quieras establecer una relación de largo aliento, te la pasas yendo y viniendo. Actualmente, mi taller de diseño urbano está trabajando en el Valle del Salinas, en California, la cual es una zona rural en la que predomina la industria agraria y en la que hay una gran población latina. Con el fin de involucrarnos a fondo, nos hemos comprometido por cinco años con este trabajo. En cuanto a las acciones urbanas, lo que llamo urbanismo de guerrilla resulta bastante interesante. En esta ciudad tenemos una cifra enorme de población sin hogar, por lo que me resulta sorprendente que los arquitectos no estén construyendo pequeñas casas para entregarles a estas personas. En la década de los noventa, un grupo de arquitectos llamado Mad Housers comenzó a hacer precisamente esto en Atlanta, y a la fecha siguen activos. Su proyecto es extraordinario e importante: no solo tiene una función práctica, sino que también demuestra solidaridad con y entre los profesionales, o los estudiantes en formación, y las personas sin hogar. Es un proyecto que tiene un gran impacto y que sensibiliza a las personas sobre el problema, y que incluso puede contribuir a solucionarlo en una escala pequeña. Realmente creo que es una muy buena iniciativa. Quizá sea ilegal, pero eso pasa a segundo plano. Margaret, muchas gracias. ¿Cuándo vendrá a Colombia a visitarnos? MC: Me encantaría ir. Muchas gracias a ustedes. Ha sido encantadora esta conversación.
Urbanismos bottom-up Bottom-Up Urbanisms
Proyectos
Floating University Spatial Experiments de 2018. Fuente: raumlabor berlin. Fotografía: VictoriaTomaschko.
Otra vertiente de los urbanismos bottom-up Another Variant of Bottom-Up Urban Planning
Juana Leal jm.leal@uniandes.edu.co Universidad de los Andes, Colombia
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.08
Cómo citar: Leal, Juana. "Otra vertiente de los urbanismos bottom-up". Dearq no. 38 (2024): 84-104. DOI: https://doi. org/10.18389/dearq38.2024.08
proyectos
El complejo universo de los urbanismos bottom-up se ha transformado a través de los años, a tal punto que resulta difícil establecer que, en la actualidad, la amplia variedad cumpla con todas las características que solían atribuírseles en la década de 1990, y que Carlos García Vásquez1 resume claramente como: (1) locales, en la medida que debían surgir de una contexto específico y asociados a una comunidad; (2) creativos, por la capacidad de generar soluciones alternativas y experimentales; (3) efímeros, dada su flexibilidad para adaptarse al cambio y en dado caso, desaparecer sin generar detrimento; (4) low cost, por la recursividad en soluciones; (5) informales, en tanto no se guían por convenciones normativas; y (6) regeneradores, por el tipo de impacto que son capaces de desencadenar. La vertiente de proyectos que se resaltan en esta selección se caracteriza por su alcance, que puede trascender hacia objetivos más ambiciosos en comparación con otro tipo de urbanismos bottom-up: no se reducen a atender un problema específico desde la perspectiva —quizá un poco reactiva y limitada— de la remediación a corto plazo, que a su vez depende de los recursos y la capacidad local para atender el problema. Los ejemplos que traemos a cuento se pueden entender como procesos incrementales que van expandiéndose en el tiempo y que buscan poner a prueba estrategias y generar aprendizajes para dar respuesta a situaciones estructurales de la ciudad.
1 Esas nociones pueden encontrarse en el artículo que dicho autor escribió para el presente número de la revista Dearq y que lleva por título: "Aprendiendo de los urbanismos bottom-up: nuevas tácticas, nuevos tiempos, nuevos lugares, nuevos procesos y una nueva estética".
En estos casos, conceptos y estrategias están orientados a la adaptación de los proyectos a un contexto específico. Por lo tanto, dentro de la lógica de estos proyectos, la colaboración y las redes son bienvenidas, con lo cual se reúnen diferentes recursos y actores que no repelen a los entes gubernamentales,
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Dearq 38 estrategias que podrían sonar contradictorias frente a la idea de informalidad que caracteriza una gran vertiente de urbanismos bottom-up. El primer recurso al que este tipo de intervenciones apela de forma distintiva es al componente formativo que las acompaña, y, quizá, las origina. El espacio público se convierte en un medio para establecer procesos de aprendizaje, es un aula viva y abierta en la que se confrontan múltiples perspectivas y expectativas frente a la forma de experimentar la ciudad, transformar los espacios, así como quiénes y en qué medida están capacitados y autorizados para hacerlo. El foco en estas intervenciones se encuentra en escuchar otras voces que resuenan en distinta frecuencia y que por lo general no son tenidas en cuenta: las voces de las niñas, niños, jóvenes y adolescentes, las voces de la naturaleza urbana, las voces de comunidades racializadas y, en general, las excluidas en la toma de decisiones frente a la ciudad. Escuchar estas voces no se reduce a una forma de integrarlas en procesos de participación, sino también al interés de capturar información relevante en una comprensión más amplia de ciudadanía. Estas intervenciones no se ocupan únicamente de las voces que se escuchan, sino también de quienes las escuchan y de la relevancia del mensaje para influenciar la toma de decisiones en otros niveles. De ahí la importancia del segundo recurso —el enfoque colaborativo del trabajo en una red diversa—, que garantiza sostenibilidad y resiliencia. Es aquí donde la definición de bottom (fondo/base) se ensancha, pues si bien existe una base comunitaria desde la que parten las intervenciones, estas se enmarcan y retroalimentan de programas que existen o se crean desde la formalidad, ya sea desde organismos gubernamentales, no gubernamentales, académicos o, inclusive, de colectivos profesionales de arte y arquitectura, entre otros. El resultado de esta interacción va, nuevamente, más allá de la mejora y resignificación de un espacio público. Si bien todos los actores en la red tienen sus propios intereses, mientras estos sean transparentes y concertados, se debería reducir el riesgo de instrumentalizar a las comunidades mediante prácticas extractivistas y, sobre todo, lograr ganancias para todos, que van desde el conocimiento generado y replicable en otras experiencias, hasta la documentación de procesos y metodologías, el monitoreo y la evaluación para la revisión de hipótesis, entre otras. De la misma forma, estas interacciones que involucran procesos de transferencia de conocimiento dejan capacidad instalada en las comunidades, con lo cual se aumenta la posibilidad de adaptación para mantener los proyectos en marcha cuando alguno de los actores de la red se retira, en particular los que aportan recursos financieros. Esta experiencia y empoderamiento es fundamental para lograr mayor impacto, pues este tipo de intervenciones no necesariamente se enmarca en lo low cost y tampoco en lo efímero. Muchas de ellas constituyen grandes apuestas en términos de escala e inversión, que requieren plantearse y desarrollarse en varias etapas, así como recurrir a diferentes alternativas de financiación que permitan su sostenimiento a lo largo del tiempo. A continuación, se presentan cuatro proyectos que ejemplifican estas variaciones:
proyecto: floating university berlin / floating e.v. Este proyecto, tan ricamente ejemplificador de la variable del urbanismo bottom-up descrita, tiene un acento particular que se puede ubicar inclusive antes de que el grupo de arquitectos de raumlabor berlin "descubrieran" la piscina de retención de agua lluvia en el año 2012, luego de que estuviera cerrada al público por más de ochenta años. Ahí, en el año 2018, abrió sus puertas por un semestre la Floating University. El origen contundente es el No que obtuvo la mayoría en el referendo de Tempelhof de 2014, y que constituye la acción colectiva de base que llena de significado este proyecto. Al decidir que no se urbanizarían los 22 500 m2 de esta pieza de ciudad se abrió la oportunidad para mantener una infraestructura urbana reclamada por la naturaleza, el "tercer paisaje" de Gilles Clément. Pero no solo esto, el espacio nuevamente se redefine en su componente natural y artificial —como escenario para indagar, aprender y crear narrativas alternativas frente a la urbanización, el desarrollo, el cambio climático y la diversidad—, no cae en la trampa de lo estático, por el contrario, es dinámico y juega mediante intervenciones físicas con el agua, con la arquitectura y con la naturaleza. El cambio, que parece ser el leitmotiv de este proyecto y la clave de su continuidad, se materializa en la estructura organizativa y la gestión del proyecto, que pasa de ser la Floating University Berlin en 2018, dirigida por raumlabor berlin, para mutar a la Floating e.V. (Asociación Registrada), que es un grupo y espacio autogestionado por personas de diferentes contextos y formación, que mantienen programas alternativos a la visión tradicional de disciplinas mediante procesos colaborativos e inclusivos que exploran diferentes formas de habitar un mundo complejo. Muestra de ello es su organigrama de campos del conocimiento, grupos de acción o trabajo, y sus agentes.
proyecto: parque educativo la carcova En el Parque Educativo La Carcova en Buenos Aires, Argentina, confluye una red de comunidad académica orientada por unos principios muy claros de formación de arquitectos en función a las necesidades de comunidades en situación de vulnerabilidad. En este caso, se establece una relación de cooperación y de beneficio mutuo. Los estudiantes de arquitectura participantes en los workshops de carácter internacional tienen la oportunidad de fortalecer sus capacidades y recursividad para dar respuestas óptimas, adaptadas al contexto, enmarcadas en la vocación social de la profesión. Por otra parte, el equipo de la Biblioteca popular La Carcova, que surge de una iniciativa popular y es la contraparte del proyecto desde el territorio, cuenta con la oportunidad de participar en procesos de innovación metodológica en los cuales no solo sus necesidades sino también sus ideas y conocimiento son tenidos en cuenta para redefinir la calidad espacial de su contexto. Al igual que los demás proyectos de esta variante, la apuesta consiste en dar continuidad. Por un lado, la intervención se extiende en el tiempo desde 2019, cuando se da inicio a la primera etapa en el parque educativo en primera fase, pasando por 2022, con la segunda etapa enfocada en la Biblioteca popular. Por el otro lado, se ha mantenido el programa cultural y artístico
proyectos que ya venía liderando la Biblioteca popular como el eje estructurante del proyecto; en este caso, la arquitectura se ha supeditado a dicha inercia, al cumplir con la función organizadora del espacio, proveedora de sombra y abrigo, que habilita las posibilidades más esenciales sin necesidad de recurrir a excesos formales ni gestos protagónicos.
proyecto: now hunters point En esta ocasión, la clausura de una antigua planta de energía en el barrio Hunters Point en San Francisco (CA, EE. UU.), desencadenó un proyecto de gran envergadura en el que se logró integrar la orilla de la bahía como espacio público a través de intervenciones de remediación del agua y del suelo, diseño urbano y paisajismo. Sin embargo, la gran diferencia de este proyecto, y uno de sus principales aportes, es la estrategia de justicia espacial dirigida por Liz Ogbu. Para ello se diseñaron workshops enfocados en diferentes grupos poblacionales, así como numerosos eventos de participación ciudadana que sirvieron como insumo en el proceso de diseño. Otro de los aspectos relevantes del proyecto fue la constancia de las activaciones del espacio público a partir de una programación enfocada en la inclusión de los residentes del barrio y, con temas, se consiguió generar un uso itinerante del espacio, dotándolo de significado. Quizá lo más significativo del proyecto fue el proceso de documentación obtenido a partir de la retroalimentación entregada por los participantes en las activaciones, que dejó importantes aprendizajes los cuales, a la par de los demás proyectos ya mencionados, serán útiles para generar cambio sistémico y buscar mejoras en el planteamiento de futuros proyectos, como, por ejemplo: •
La existencia de barreras como el costo del transporte y la distancia dificultaban el acceso de algunas personas a las actividades y servicios ofrecidos en la zona de intervención.
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A pesar de que varios actores comunitarios manifestaron su interés en participar en el proyecto, dependían en gran medida del liderazgo formal del personal de NOW Hunters Point.
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Se generaron reacciones positivas frente a los eventos que retaban la percepción negativa del espacio, por ejemplo, las funciones de cine nocturnas en espacios considerados inseguros. Esto debido, en gran parte, al carácter excepcional de dichos eventos y al cuidado en su planificación y convocatoria.
•
Los hitos físicos en el espacio, entendidos como estructuras o masas de personas, fueron fundamentales para que un sitio pasara de ser invisible a visible.
En este caso, la evolución del programa se puede ver a través de sus intervenciones, en la primera etapa enfocadas en movilidad segura, como el caso del puente de colores en el barrio El Poblado en el oriente de Cali y la ciclovía de Palmira realizada en el marco de los Juegos Panamericanos que albergó la ciudad. Tras la pandemia, la segunda fase se movió hacia la habilitación de espacios públicos de permanencia en los cuales se garantizara que los y las adolescentes pudieran usar saludablemente el espacio público, de forma inclusiva y segura. Sin embargo, en ambas fases la constante ha sido el proceso de formación de las juventudes en liderazgo, pues a pesar de que las intervenciones en el espacio público logran generar impactos inmediatos y positivos en los entornos y las comunidades en las que se implementa el programa, la apuesta es que estas personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad o exclusión logren trascender estas limitaciones impuestas por el contexto para impulsar diálogos e iniciativas necesarias dentro de su misma comunidad, así como en otros niveles de influencia, como los recién creados consejos de juventud. En este caso también existen otros recursos que divergen un poco de la definición original del bottom-up, pues el énfasis en aprendizaje es transversal a partir de mecanismos de monitoreo, evaluación y aprendizaje, que buscan informar no solo del proyecto, sino del programa global que financia la iniciativa. Esto para poder generar discusiones en escenarios de toma de decisiones a nivel de ciudad, nacional y global. En resumen, estos cuatro casos presentan variaciones frente a la visión más tradicional de los urbanismos bottom up, de forma que la solución de problemas urbanos complejos no puede quedarse en una retórica aislada de la autogestión, con una visión limitada de comunidad. Para garantizar sostenibilidad y trascendencia en el tiempo se necesita que el sector público haga su trabajo, que el sector privado invierta en el bienestar social y que la academia apoye la captura de evidencia y genere conocimiento pertinente para informar la toma de decisiones.
proyecto: vivo mi calle Cuando se habla de ciudades saludables pocas veces se relaciona con las niñas, los niños y los adolescentes y su rol con el espacio público. Ese es el enfoque de Vivo Mi Calle y las intervenciones que se han desarrollado en el marco de este programa, que consiste en establecer la necesidad de garantizar que esta población pueda acceder a espacios públicos seguros, sin discriminación y en donde puedan ejercer sus derechos en términos de movilidad, actividad física y recreación.
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Proyecto: FLOATING UNIVERSITY BERLIN SPATIAL EXPERIMENTS Asociación: raumlabor berlin (2018), Floating e.V. (2019 - presente) Spatial Experiments 2021 Planeación y diseño: Lorenz Kuschnig Lefort, Florian Stirnemann, Felix Wierschbitzki Gestión de obra: Felix Wierschbitzki, Lorenz Kuschnig Lefort Planificación y construcción de la membrana inflable con Maxie Schneider Programa Build+Care+Repair: Lorenz Kuschnig Lefort Equipo espacial: Jeanne Astrup-Chauvaux, Kathrine Ball, Stefan Klopfer, Benjamin Foerster-Baldenius Construido por Ariel Curtelin, Benjamin Frick, Esther Bonneau, Felix Wieschbitzki, Maddalena Pornaro, Geselle Jonas, Jan Schlake, Jeanne Astrup-Chauvaux, Johan Kirsimäe, Jonas Johnke, Lorenz Kuschnig, Moritz Welmeskirch, Samuel Boche Voluntarios: Alice Queva, Caroline Mercier, Garance Maurer, Helene Bader, Jade Dreyfuss, Leonard Strübin, Jennifer Joy Melcher, Jonas Luis Ullrich, Louise Raguet, Matea Brkic, Mathilde Dewavrin, Patricia Pervan, Paula Schinkel, Rose Schuller y muchos más Spatial Experiments 2019 Diseño arquitectónico: Florian Stirnemann Director de obra: Malin Mohr Construido por Agathe Beierholm, Alexander Rafter, Alizée Serazin, Ashmi Mridul, Ayaka Ishikawa, Benjamin Frick, Bozkurt Ceugiz Yasiu, Candice Brun, Celestine Peuchet, Ceola Tunstall-Behrens, Charlotte Peter, Chong Jin Chen, Corinna Esau, Eleanor Peres, Julien Fargetton, Felix Wierschbitzki, Flora Lechner, Helen Milne, Jan Schlake, Jan Theiler, Juliette Kaminski, Kristina Reed, Lorenz Kuschnig, Monica van Wingerde, Miguel Guevara, Marina Kuck, Mai Ta, Leslie Ranzoni, Lena Frank, Livia Walicer, Lydia Hwang, Maria Mellado, Masayoshy Waku, Meghan Clarke, Natalia De León Hernández, Niall Iceville, Noelle van den Dunegn, Pete Fung Ho Ching, Richard Thomas Fairley, Robert Fobbe, Sabine Rosemann, Samuel Boche, Sjoerd Krijnen, Theresa Lohse Liderazgo equipo espacial: Stefan Klopfer & Monica van Wingerde Equipo espacial: Anna Wentritt, Florian Kurzenberger, Elena Lochore-Ward, Yoni Carnice, Sabine Rosemann, Raphael Huber Dimitris Mitso Equipo de jardinería: Laureen Hünig, Lorène Goesele, Sarah Yaparsidi, Nina Peters Spatial Experiments 2018 Director of the Faculty Aesthetics and Construction: Florian Stirnemann Planificación y construcción: Lorenz Kuschnig Artista residente para filtración e infiltración de agua: Kathrine Ball Construido por Jan Schlake, Samuel Boche, Winnie Olbrich, Jan Theiler, Esther Bonneau, Eduardo Conceição, Lorenz Kuschnig, Benjamin Frick, Michael Meier, Naïm Benyahya, Alexandro Brazzale, Jeanne Astrup-Chauvaux, Anton Bo Maske, Sarah Bovelett Transformación constante y desarrollo de la arquitectura con estudiantes y sus profesores de Berlín y Europa: TU Berlin, Science Po Paris, UdK Berlin, Universität Witten Herdecke, Khm Köln, TU München, Universidad La Gran Colombia Bogotá, Bergen School of Architecture, HfG Karlsruhe, ENSA Nantes, Design Academy Eindhoven, Kunsthochschule Weissensee, Royal Academy the Hague, TH Nürnberg, Ecal Lausanne, HNE Eberswalde, HfbK Hamburg, Kunstuniversität Linz
Año: 2018 — 2023 Lugar: Antiguo Aeropuerto de Tempelhof, Berlín, Alemania Fotografía: Victoria Tomaschko, Daniel Seiffert, Lena Giovanazzi, Constanze Flamme
Figuras 1 a 3_ Construcción, 2018. Créditos: raumlabor berlin, Victoria Tomaschko.
Fuente: Biotope City Journal
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Figura 4_ Spatial Experiments 2021. Créditos: Floating e.V., Daniel Seiffert.
Figura 5_ Spatial Experiments 2019. Créditos: Floating e.V., Lena Giovanazzi.
Figura 6_ Spatial Experiments 2018. Créditos: raumlabor berlin, Daniel Seiffert.
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Figura 7_ Dibujo de Spatial Experiments 2021. Créditos: Floating e.V., Lorenz Kuschnig Lefort.
Figura 8_ Spatial Experiments 2021. Créditos: Floating e.V., Climate Care Festival, Constanze Flamme.
Figura 9_ Spatial Experiments 2021. Créditos: Floating e.V., Climate Care Festival, Constanze Flamme.
proyectos
Küche
Section south-east
Figura 10_ Sección sur-este. Créditos: Floating e.V., Lorenz Kuschnig Lefort.
section north-wes
Figura 11_ Sección nor-oeste. Créditos: Floating e.V., Lorenz Kuschnig Lefort.
View south-west
Figura 12_ Sección sur-oeste. Créditos: Floating e.V., Lorenz Kuschnig Lefort.
Figura 13_ Spatial Experiments 2021. Créditos: Floating e.V., Climate Care Festival, Constanze Flamme.
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Figura 14_ Dibujo de Spatial Experiments 2019. Créditos: Floating e.V., Jeanne Astrup-Chauvaux.
Figura 15_ Spatial Experiments 2019. Créditos: Floating e.V., Climate Care Festival, Lena Giovanazzi.
Figura 16_ Spatial Experiments 2019. Créditos: Floating e.V., Climate Care Festival, Lena Giovanazzi.
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Figura 17_ Dibujo de Spatial Experiments 2018. Créditos: raumlaborberlin, Jeanne Astrup-Chauvaux.
Figura 18_ Spatial Experiments 2018. Créditos: raumlaborberlin, Victoria Tomaschko.
Figura 19_ Spatial Experiments 2018. Créditos: raumlaborberlin, Victoria Tomaschko.
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Proyecto: PARQUE EDUCATIVO LA CARCOVA Equipo de trabajo colectivo: Instituto de Arquitectura, Universidad Nacional de San Martín (IA-UNSAM, Argentina), Cátedra Taller a77, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU-UBA, Argentina), Cátedra Walter Gropius (FADU, UBA- DAAD, Argentina, Alemania), Cátedras SuE y IRGE (Universidad de Stuttgart, Alemania), Matéricos Periféricos-Taller Valderrama (FAPyD-Universidad Nacional de Rosario, Argentina), Biblioteca Popular La Carcova Año: 2019 — presente Lugar: Buenos Aires, Argentina
Figura 20_ Se realizó el montaje de la estructura de madera a través de un taller de construcción colectiva que reunió a estudiantes, sus docentes y la comunidad de La Carcova.
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Figura 21_ Workshop internacional. Figuras 22 y 23_ Construcción de elementos. Figuras 24 a 26_ Bases en hormigón armado. Figuras 27 a 29_ Montaje estructura. Figuras 30 a 32_ Cubierta terminada.
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Proyecto: NOW HUNTERS POINT Arquitectos: Liz Ogbu, ENVELOPE, RHAA Año: 2013 — presente Lugar: San Francisco, CA, Estados Unidos Fotografía: Tom Fitzgerald, AnneHamersky
Figura 33_ Sección del Hunters Point Shoreline. Créditos: Envelope
Figura 34_ Hunterspoint Shoreline. Créditos: Tom Fitzgerald.
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Figura 35_ Axonometría del Hunters Point Shoreline. Créditos: Envelope
Figura 36_ Hunterspoint Shoreline. Créditos: Tom Fitzgerald.
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Figura 37_ Axonometría del Hunters Point Shoreline. Créditos: Envelope
Figura 38_ Axonometría del Hunters Point Shoreline. Créditos: Envelope
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Figura 39_ Workshops y eventos de participación ciudadana durante el proceso de diseño. Créditos: Anne Hamersky.
Figuras 40 a 43_ Eventos de activación (2014-2016): Storycorps sessions + Listening Parties, Play Saturday Series, Job Training Series, Fall Harvest Festival. Créditos: Anne Hamersky
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Proyecto: VIVO MI CALLE Centro de Investigación: Despacio Año: 2019 — 2022 Lugar: Cali y Palmira, Colombia Fotografía: Despacio
Figura 44_ La juventud del barrio El Poblado II pudo apropiarse del espacio público, en este caso el Aula Vivo Mi Calle, y darle usos saludables, 2021.
Figura 45_ Desde Vivo Mi Calle se impulsaron estrategias como Domingo En Mi Calle, donde la juventud se apropió del espacio público durante la pandemia, 2021.
Figuras 46 y 47_ Puente de colores, 2019.
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Figuras 48 y 49_ Aula Vivo Mi Calle, 2020.
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Figuras 50 y 51_ Ruta Saludable, 2021.
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Figura 52_ Jóvenes del barrio El Poblado II (oriente de Cali) participan en actividades de conservación y embellecimiento del Puente de colores, 2022.
Urbanismos bottom-up Bottom-Up Urbanisms
Creación
Megacárcel Mega Prison
La 40: arte y justicia https://la40.co/ Universidad de los Andes
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.09
Un espectro arquitectónico recorre América Latina: la megacárcel. Hace unos meses, el presidente de la república de El Salvador se autopostuló como mandatario-arquitecto y, junto a su séquito de amigos contratistas, erigió un monumento a su poder absoluto y supremo. En un tiempo récord construyeron un complejo gigantesco, alejado de cualquier centro urbano, rodeado por varios perímetros de paredes altas, torres, alumbrados y alambrados electrificados que circundan ocho galpones. Dos de estos silos están destinados a albergar a individuos que un sistema policial y judicial opaco determina como vinculados a pandillas criminales. Aunque la megacárcel tiene capacidad para cuarenta mil personas, solo ocupa un tercio de su capacidad. El extenso espacio disponible y la soledad de sus metros cuadrados representan una amenaza velada pero directa para todos los ciudadanos del país. En pocos meses, la visibilidad de extorsiones, feminicidios y robos, perpetrados durante décadas por diversas franquicias de una brutal dictadura criminal de pandillas, ha disminuido. Sin embargo, la posibilidad de caer en manos del sistema judicial, sea por acción u omisión, ahora se extiende a los 6.3 millones de habitantes del país, generando temor ante la perspectiva de quedar atrapados en este amenazante diseño arquitectónico. Dentro de la megacárcel el tiempo se detiene y la privación de la libertad se amplifica a la privación sensorial (sin sol), estética (sin goce intelectual) y afectiva (sin visitas). Mientras que una parte de la población de El Salvador disfruta de un cambio perceptible y una mejora en la sensación de seguridad, algunos que también respaldaron al gobierno de la megacárcel observan cómo a sus seres queridos se les cruza una pandilla policial y, sin que nadie dé razón, terminan envueltos en un sistema judicial que los refunde en el paisaje punitivo de este centro comercial a puertas cerradas donde la humanidad es mercancía para el comercio de la estadística carcelaria. Para las víctimas de las atrocidades de las pandillas el Gobierno no ofrece verdad ni investigaciones sobre lo sucedido. La única respuesta es el amargo trago inmediato de la venganza. Este populismo punitivo embriagador que ofrece el Gobierno salvadoreño enturbia el alma nacional, pero sirve para ocultar décadas de acuerdos entre el poder criminal, empresarial y político. Para estas élites, la guerra es un negocio que les permite promocionar el miedo y luego vender seguridad.
Cómo citar: La 40: arte y justicia. "Megacarcel". Dearq no. 38 (2024): 106-136. DOI: https://doi.org/10.18389/ dearq38.2024.09
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creación 1
La teatral puesta en escena carcelaria por parte del Gobierno salvadoreño persigue un objetivo político claro: viralizar la imagen de un aparente control absoluto del Estado sobre el territorio, con la intención de asegurar la reelección perpetua del mandatario y su círculo cercano en la presidencia y en los órganos de poder. La ominosa imagen difundida ofrece una vista en contrapicado en el centro de uno de los galpones: una pintura realizada con piel humana que forma un mar de carne tatuada, representando a hombres casi desnudos sentados con las manos en la nuca y el trasero a ras de suelo. Decenas y decenas de cráneos rapados se alinean en sucesión, como una plana de escritura judicial repetida. Este acto astuto y humillante busca la despersonalización de individuos para despojarlos de su humanidad, todo con el propósito de demostrar la supuesta victoria de los valores de una seguridad simple, cómoda y aparente sobre el arduo trabajo de construir en conjunto una vida en democracia. En su próximo periodo electoral, el Gobierno salvadoreño promete la construcción de una nueva megacárcel destinada a albergar a personas acusadas de corrupción, con la excepción, claro está, de judicializar a aquellos que operan bajo las reglas propias de los negociados del Gobierno actual. En toda América Latina surge el clamor de políticos y de amplios sectores de la población al grito electoral de "¡Megacárcel!" y ven en esta controvertida promesa arquitectónica la solución a todos los problemas de seguridad. En la Cárcel Distrital de Bogotá, concretamente en la biblioteca pública de BibloRed de la Alcaldía de Bogotá, un grupo numeroso de personas privadas de la libertad se reúne semanalmente para participar en sesiones de dibujo. Para este número de la revista Dearq les planteamos la tarea de imaginar la construcción de una nueva cárcel, aprovechando el potencial que brinda la página en blanco y la posibilidad de reducir, en comparación con el potencial ilimitado de la libertad de expresión, la megacárcel a su dimensión más mundana. Lo que usted ve es el resultado de este ejercicio: un proceso creativo y político altamente personalizado por parte de estas personas que, debido a su detención, encuentran la oportunidad de ser artistas inadvertidos, no viviendo del arte, pero sí sobreviviendo gracias a él. Esta perspectiva ofrece una mirada distinta a la pobreza humana del brutalismo arquitectónico impulsado por políticos ambiciosos, enriquecidos y victoriosos, elegidos por una sociedad cómplice que utiliza un derecho democrático para socavar los valores propios de una democracia.
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AUTORES 02_ Fabián Ibáñez
14_ Brandon Prieto
26_ Jonathan Osorio
38_ Julián Giraldo
03_ Cristian Camilo Ayala
15_ Julian Giraldo
27_ Jonathan Medina
39_ Brayan Duran
04_ Estefanía Riaño
16_ Juan Carlos Rodríguez
28_ Freedom
40_ Juan Carlos Rodríguez
05_ Santiago García
17_ Sin nombre
29_ Ni Parra
41_ Jonathan Osorio
06_ Ivan Lemus
18_ Zabala
30_ Carlos Parra
42_ Salinas
07_ Mayerlli
19_ Antonio Galvis
31_ La caleña
43_ Hans Santamaria
08_ Brayan Duran
20_ Julio Cubillos
32_ Making Magic
44_ Jonathan Medina
09_ Juan Carlos Rodríguez
21_ David Hernández
33_ Conny
45_ Carlos Parra
10_ Carlos Parra
22_ Carlos Parra
34_ Brayan Rojas
46_ Alberto Vargas
11_ Aberlardo López
23_ Daniel Salazar
35_ Dropi
12_ Aberlardo López
24_ Joaquín Rojas / Patula
36_ Dropi
13_ Julio Vargas
25_ Anderson Moreno
37_ Daniel Salazar
Convocatoria: Urbanismos bottom-up* Call for Papers: Bottom-Up Urbanisms
Carlos García Vásquez ccggvv@us.es Universidad de Sevilla, España
Camilo Salazar Ferro csalazar@uniandes.edu.co Universidad de los Andes, Colombia
“A finales de los años 1990, académicos y urbanistas pusieron los ojos en los denominados ‘urbanismos bottom-up’, una miríada de teorías y movimientos que coincidían en definirse como locales (por su interés en lo comunitario), creativos (por su tendencia a la innovación y la experimentación), efímeros (por su incidencia en lo temporal), low cost (por su compromiso con lo social), informales (por su carácter espontáneo y no reglado) y regeneradores (por especializarse en la renovación de áreas en decadencia). También coincidían en el objetivo de dar la vuelta a la pirámide top-down. Su intención era empoderar a los ciudadanos facilitando la interconexión entre ellos, animándolos a catalizar y priorizar sus intereses, gestionando el acceso a recursos y poniendo en valor sus habilidades. Tomaban como referencia intervenciones urbanas que habían sido definidas e implementadas por comunidades vecinales para hacer frente a cuestiones y problemas que el urbanismo institucional no había sido capaz de abordar en tiempo y forma. En ellas descubrieron que el tradicional cuadrilátero de agentes urbanos (estado-urbanista-promotor-ciudadano) se podía desplegar hacia infinidad de nuevas figuras que conformaban la base de la pirámide top-down: comunidades de vecinos, asociaciones de intereses compartidos, activistas políticos, grupos contraculturales, artistas, colectivos de minorías desfavorecidas, empresas de economía colaborativa, emprendedores locales, etc.
* Texto de la convocatoria (enero 15, 2022 a abril 15, 2023) que dio origen al presente número 38 de la revista Dearq, titulado "Urbanismos bottom-up", publicado en enero de 2024. 1 Texto tomado del capítulo de Carlos García Vázquez, "Teorías y prácticas de los urbanismos bottom-up", en Las escalas de lo humano (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2022).
Esta redefinición de agentes y roles no solo ha obligado a repensar los mecanismos de toma de decisiones, también de gobernanza, financiación, gestión y producción de las ciudades. En los últimos años, los urbanismos bottom-up han asumido nuevos objetivos (oferta de servicios, promoción económica, equidad social, etc.) e intereses (política, ecología, estética, etc.)”.1 En este número, la revista Dearq quiere publicar investigaciones y proyectos que reflejen este debate, dado el creciente protagonismo que los urbanismos bottom-up están asumiendo en la problemática construcción de la ciudad contemporánea.
Políticas Política Editorial Dearq es una es una publicación indexada que se acoge a criterios internacionales de calidad, posicionamiento, periodicidad y disponibilidad en línea. Su objetivo es contribuir a la difusión de análisis, investigaciones, reflexiones y opiniones críticas que la comunidad científica nacional e internacional elaboren sobre la arquitectura, la ciudad y sus áreas afines. La revista es una publicación cuatrimestral (enero-abril, mayo-agosto y septiembre-diciembre) que publica al inicio de cada período. La revista publica artículos en español y en inglés (en casos excepcionales se incluyen traducciones de artículos que ya han sido publicados en otros idiomas, por la pertinencia del mismo dentro de las discusiones abordadas en el número). Todos los artículos publicados cuentan con un número de identificación DOI que facilita la elaboración de referencias bibliográficas, la búsqueda de artículos en la web y el cruce de citaciones entre diferentes repositorios. Este debe ser citado por los autores que utilizan los contenidos. La revista Dearq se encuentra adscrita al Departamento de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes, la cual se encarga del soporte financiero de la publicación. La estructura de la revista es la siguiente: un Equipo Editorial compuesto por un Director, un Editor, Gestor(es) Editorial(es) y Monitor(es); un Comité Editorial y un Comité Científico cuyos miembros son evaluados cada dos años en función de su aporte a la publicación, de su reconocimiento en el área y de su producción académica visible en otras revistas nacionales e internacionales indexadas; y un Equipo de Apoyo que se encarga de brindar soporte, corrección de estilo y traducción. El Equipo Editorial puede invitar a Editores expertos en su campo para organizar números específicos. Estos Editores proporcionan los términos de la convocatoria de artículos de acuerdo con el tema del número; participan, junto con el Equipo Editorial, en la revisión preliminar del contenido recibido y en la supervisión del proceso de evaluación de los artículos. El Equipo Editorial tiene la última palabra sobre la aceptación o el rechazo de los artículos presentados. Los Editores Invitados deben permanecer disponibles durante todo el proceso editorial y de publicación. La revista no realiza cobros a los autores por la sumisión de artículos, evaluación por pares, corrección de estilo o publicación; tampoco cobra cargos monetarios por la impresión y distribución de la revista física. I. Envío del Artículo La revista sólo recibe artículos en español y en inglés durante los periodos de convocatoria. Las fechas de estas convocatorias pueden ser consultadas en la página web de la revista. Los autores deben declarar el artículo como original e inédito, sin previas publicaciones en otras revistas y en conformidad con los derechos de propiedad intelectual. No debe estar simultáneamente en proceso de evaluación ni tener compromisos editoriales con otras publicaciónes. Los autores interesados en enviar un artículo a la revista Dearq deben hacerlo a través de la plataforma de gestión de contenidos. Este debe cumplir con las indicaciones y pautas específicas de las Normas de Publicación. El autor también debe diligenciar los siguientes anexos: 1. El formato de información personal y académica. 2. El "Certificado de Originalidad", el cual manifiesta que: el artículo es de su autoría y no ha sido publicado previamente; el artículo no se encuentra en un proceso de evaluación paralelo ni en un compromiso editorial con otra revista de investigación; es responsable de las ideas allí expresadas, así como la idoneidad ética del artículo; respeta los derechos de propiedad intelectual de terceros. 3. La "Autorización para el Uso, Reproducción, Impresión y Publicación" del material que no sea de su propiedad o autoría (planos, cuadros, gráficas, mapas, diagramas, fotografías, etc). 4. La autorización de la utilización de los derechos patrimoniales del autor (reproducción, comunicación pública, transformación y distribución), mediante la firma del "Documento de Autorización de Uso de Derechos de Propiedad Intelectual" dirigido al Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes para incluir su artículo en la revista Dearq. Luego de recibir el artículo, se notificará al autor y el equipo editorial procederá con los siguientes pasos: • Revisar el cumplimiento de los requisitos básicos descritos en las Normas de Publicación. • Someter el artículo a una herramienta de detección de plagio. Cuando se detecta plagio o auto plagio se rechaza el texto y se notifica a los autores. • Evaluar el artículo, pudiendo aceptar o rechazar el manuscrito con base a los siguientes criterios: - Cumplimiento de las normas de publicación. - Pertinencia y calidad del documento en relación con las convocatorias. - Coherencia y claridad de la argumentación. - Relevancia bibliográfica y soporte investigativo. - Claridad en la redacción. - Generación de nuevo conocimiento. Todo documento que supera esta primera etapa, es sometido a un proceso de evaluación bajo la modalidad doble ciego.
II. Evaluación por Pares A cada artículo se asignan dos pares evaluadores para una evaluación bajo la modalidad doble ciego; tanto los nombres de los autores como los de los evaluadores se mantienen en el anonimato. Los evaluadores se seleccionan conforme a su trayectoria académica, conocimiento y producción en la temática del documento a evaluar. Un mayor porcentaje de evaluadores corresponde a personas externas a la Universidad de los Andes. Los resultados de la evaluación se informan al autor en un plazo máximo de seis meses. Estos son notificados por el Editor a través de la plataforma de gestión de contenidos, quien emite uno de los siguientes conceptos: • Aceptar la publicación del documento sin modificaciones. • Aceptar la publicación del documento siempre que se realicen correcciones según los comentarios y observaciones realizadas. • Rechazar la publicación del documento. Cuando el artículo requiere modificaciones, el autor debe realizar los ajustes solicitados y enviar el artículo en el plazo establecido por el Editor. Si en una segunda revisión se observa que los cambios no han sido incorporados en la fecha acordada, el Equipo Editorial puede tomar la decisión de no publicar el artículo. Una vez que la revista Dearq reciba el artículo modificado se le informará al autor acerca de la decisión tomada. Si el texto es aprobado, es deber del autor gestionar la traducción al inglés o al español -en función del idioma original del texto sometido- y enviar el documento traducido dentro del plazo establecido por el Editor para su debida inclusión en la publicación. Nota: Se sugiere al autor verificar el "Formato de Evaluación" (disponible en la página web) antes de someter su artículo. III. Proceso Editorial Durante el proceso de edición, los autores pueden ser contactados por el Editor para resolver inquietudes. La plataforma de gestión de contenidos es el medio de comunicación principal entre la revista y los autores durante el proceso de envío, evaluación y edición. Para casos particulares pueden dirigirse al correo electrónico: dearq@uniandes.edu.co. Dearq se reserva la última palabra sobre la publicación de los artículos, el número en el que se incluyen y el derecho de hacer correcciones menores de estilo, asimismo de ajustar el resumen o las palabras claves. Dearq se encarga de verificar la traducción enviada por los autores. Cuando se considere que las traducciones no son las adecuadas se solicitará una segunda versión. El artículo se diagramará de acuerdo con los parámetros de diseño y maquetación de la revista. Cuando el artículo esté listo para publicación, se enviará a los autores para una revisión final. Solo se realizarán correcciones esenciales en esta etapa. Normas de Publicación La revista Dearq acepta las siguientes tipologías de documentos: • Artículo de investigación: Documento que presenta de manera detallada los resultados originales de investigaciones concluidas. Su estructura consta por lo general de cuatro apartes: Introducción, metodología, resultados y conclusiones. Extensión máxima: 4000 palabras. • Artículo de reflexión: Documento que presenta los resultados de una investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica, recurriendo a fuentes originales. Extensión máxima: 4000 palabras. El documento que no cumpla con estas condiciones será devuelto al autor y no podrá participar en el proceso de evaluación. Los artículos se deben presentar en documento Word, fuente Times New Roman, 12 puntos e interlineado doble, con márgenes de 2,5 x 2,5 x 2,5 x 2,5 cm, y sin datos de autoría o nombre(s) de autor(es) en el cuerpo del documento. Esta información se debe diligenciar en el formato de información personal y académica como documento adjunto. La estructura del documento debe constar de: • Título: Si el título requiere alguna aclaración deberá consignarse en la primera página, en nota al pie, mediante el uso de un asterisco al final del título. • Información adicional: En caso de que el artículo sea resultado de una investigación, se debe incluir la información del proyecto del que hace parte y el nombre de la institución financiadora. • Resumen: Debe indicar el propósito de la investigación, los principales resultados y las principales conclusiones. Extensión máxima: 100 palabras. • Palabras claves: Siete palabras clave, deben reflejar el contenido del documento, las temáticas precisas del artículo, las áreas de conocimiento en las que se inscribe y los principales conceptos. • Texto del artículo: Se debe indicar el lugar de inserción del material gráfico y sus respectivos pies de figura y créditos. • Bibliografía: Las referencias bibliográficas deben seguir el Manual de Estilo Chicago (autor-año). La bibliografía debe estar organizada alfabéticamente según el apellido del primer autor, seguida por el año de publicación. Las publicaciones de un mismo autor deben estar ordenadas cronológicamente según la fecha de publicación. Cuando los contenidos utilizados tengan un número
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Políticas de identificación DOI, debe incluirse en este listado. Para más información sobre el modelo de citación, puede consultar la "Guía de Citación" (disponible en la página web). Nota: La extensión total del documento no debe exceder las 4.000 palabras.
• Cumple con los acuerdos de canje que la revista ha establecido con otras publicaciones e instituciones. • Solicita la autorización correspondiente a los autores y a las publicaciones cuando la revista quiera republicar o traducir un artículo previamente publicado.
Tablas y Figuras
Autores:
La información gráfica debe estar referenciada en el texto con su pie de figura correspondiente. Estas deberán presentarse precedidas de la palabra “Figura” y el número consecutivo que le corresponda. Se debe indicar el nombre de la imagen y la fuente de dónde se obtuvo o declarar si es creación propia. Para el caso de figuras múltiples, cada una debe estar referenciada. En el caso de las tablas, deberán presentarse precedidas por la palabra “Tabla” y el número consecutivo que le corresponda. Debajo de la tabla se debe indicar la fuente de la información presentada. Las tablas y figuras se publican en blanco y negro. La resolución mínima de las figuras debe ser de 300 dpi en formato de 12x16 cm. El número máximo de figuras es 20. Para compatibilidad con el sistema de evaluación de pares, las piezas gráficas (tablas y figuras) deberán enviarse en una carpeta adicional e independiente del texto, en formato JPEG , PNG o TIFF. Los nombres de los archivos deben ser correspondientes al tipo y número: FIG1, FIG2, FIG3 o TAB1, TAB2, TAB3.
• Presentan contenidos originales e inéditos que no están simultáneamente en proceso de evaluación ni tienen compromisos editoriales en otra publicación. • Se responsabilizan de las ideas expresadas en los contenidos que envían a Dearq. • Garantizan que el contenido es de su autoría y que salvaguardan los derechos de propiedad intelectual de terceros. • Solicitan las autorizaciones para usar, reproducir e imprimir el material que no sea de su propiedad o autoría (cuadros, gráficas, mapas, diagramas, fotografías, etcétera). • Se responsabilizan por el uso de imágenes, fotografías y otros materiales que acompañan el artículo o cualquier otro contenido que se publique en la revista. • Pueden mejorar técnicamente las imágenes para que sean legibles y cumplan con los requerimientos de las "Normas de Publicación". Sin embargo, cuando los resultados de la investigación se presentan como imágenes, los autores deben evitar modificarlas cuando esto conduzca a la falsificación, fabricación o alteración de sus resultados. • Autorizan el uso de los derechos patrimoniales de autor (reproducción, comunicación pública, transformación y distribución) para incluir su artículo en un número determinado de la Dearq. • Deben dar los respectivos créditos cuando empleen obras de terceros. En caso contrario, se incurre en plagio. • Elaboran sus contenidos con base en fuentes reales y datos verificables, y se comprometen a no suprimir o alterar la información empleada. • Incurren en una falta ética cuando utilizan fragmentos de un contenido propio sin citar la publicación original y/o sin ofrecer avances sobre lo ya publicado. • Reconocen como autores a todos los participantes en la elaboración del artículo y se comprometen a no incluir a quienes no hayan participado. • En caso de que el artículo sea resultado de una investigación, el autor debe declarar las instituciones en las que la investigación fue realizada, apoyada o aprobada. En caso de que el artículo no esté asociado con una institución, el autor debe indicar la institución a la que está afiliado actualmente. Si no está afiliado a una institución, este debe indicar su condición de independiente. • Declaran todas las fuentes de financiación de su investigación y el grupo o institución del que se deriva. • Se comprometen a no emitir críticas personales. En caso de disensos, estos deben ser estrictamente académicos. • Los autores aceptan someter sus textos a las evaluaciones anónimas de dos pares evaluadores y se comprometen a tener en cuenta las observaciones de los evaluadores, así como los ajustes solicitados por el Equipo Editorial. Estas deberán ser realizadas por el autor en el plazo que le sea indicado por el Equipo Editorial. • En el caso de que un artículo publicado presente errores de fondo detectados por el autor y que atente contra la calidad científica, podrá solicitar el retiro o corrección. • Cumplen con los protocolos éticos en las investigaciones que involucren seres vivos y que, según el caso, cuentan con los respectivos consentimientos informados. • Solicitan autorización cuando deseen republicar o traducir un contenido publicado en la revista. La publicación tiene que señalar con claridad y visibilidad los datos de la publicación original en la revista Dearq. • Presentan la versión final del artículo en dos idiomas: inglés y español.
Política Ética Dearq cuenta con una serie de lineamientos éticos que señalan las responsabilidades y conductas del equipo editorial, autores y pares evaluadores. El Equipo Editorial vigila y cumple en su totalidad las normas establecidas por el Committee on Publication Ethics (COPE). Durante todo el proceso editorial, la revista garantiza igualdad y confidencialidad; aplica normas y declaraciones de autoría, mecanismos de control de plagio y de evaluación, también gestiona cualquier conflicto de intereses. Por otra parte, sigue las pautas de COPE para identificar, prevenir y abordar las faltas en la investigación científica. El Equipo Editorial: • Acusa recibo cuando un artículo ingresa a través de la plataforma. • Informa de manera oportuna a los autores sobre el proceso en el que se encuentra su artículo. • Garantiza una evaluación. • Selecciona a los evaluadores conforme a su trayectoria académica, conocimiento y producción en la temática del documento a evaluar. • Identifica y actúa ante cualquier conflicto de interés que pueda surgir. • Garantiza el anonimato de autores y evaluadores durante el proceso de evaluación. • Toma la decisión final sobre la aceptación o el rechazo de contenido, teniendo en cuenta las recomendaciones derivadas del proceso de evaluación. La selección y escogencia de los artículos está siempre basada en la calidad y relevancia de los mismos, en su originalidad y contribución al conocimiento de los campos de la arquitectura y la ciudad. En este sentido, cuando un artículo es rechazado la justificación brindada al autor se orienta hacia estos aspectos. • Cuando un miembro de la revista somete un contenido a revisión, este se retira de los procesos de recepción, evaluación y selección. • Respeta la posición intelectual y las ideas expuestas por el autor en su artículo. • No utiliza la información de los artículos recibidos para su propio beneficio o el de terceros hasta tanto ese contenido haya sido publicado. • Responde ante cualquier petición de retractación, corrección, reclamación o aclaración que se solicite a la revista. En caso de que el reclamo lo amerite, debe asegurarse de que se lleve a cabo la adecuada investigación tendiente a la resolución del problema. • Realiza las correcciones y/o aclaraciones en la versión digital de la revista, cuando se reconozca una inexactitud, omisión o errata en un contenido publicado. • Si un tercero detecta plagio, publicación previa, conducta no ética o error, puede declararlo poniéndose en contacto con el Editor a través del correo dearq@ uniandes.edu.co. Si esto se confirma, es obligación y responsabilidad del autor retractarse públicamente, con lo cual se procederá de inmediato al retiro o corrección pública. La corrección o retractación pública se realizará en el siguiente número impreso de la revista, así como en su versión digital. • Revisa y define periódicamente las políticas editoriales y éticas para garantizar que se ajusten a los criterios de calidad académica y editorial. • Garantiza la publicación oportuna de los números de la revista y su difusión entre los autores, evaluadores y colaboradores, así como la actualización de contenidos en los repositorios, bases de datos y sistemas de indexación nacionales e internacionales. • De igual manera, cumple las exigencias de divulgación y publicación digital y física de la revista mediante la actualización de plataformas de gestión editorial y canales activos para la divulgación de contenidos. • La difusión en redes sociales, correo electrónico o plataformas de publicación no debe ir en detrimento de la integridad del contenido del artículo.
Pares Evaluadores: • Aceptan evaluar un artículo cuando consideran tener las fortalezas académicas para emitir un concepto integral sobre los aportes del texto y los aspectos que se deben mejorar. • Informan al Equipo Editorial en caso de identificar conflicto de interés personal o profesional que pueda afectar la evaluación del artículo. • La revista Dearq cuenta con un formato de evaluación descargable en el sitio web que contiene preguntas con criterios definidos que el evaluador debe responder sobre el artículo objeto de evaluación. • Se comprometen a evaluar el artículo de manera imparcial y respetuosa. • Comunican al Equipo Editorial si detectan similitudes entre el artículo evaluado y otro que esté en proceso de publicación o que ya haya sido publicado. • Notifican si sospechan que el artículo en evaluación incurre en plagio o contiene datos falsos, para que el Equipo Editorial haga la debida verificación. • Se comprometen a no utilizar los contenidos del artículo sometido a evaluación en beneficio propio o de terceros hasta tanto el texto sea publicado. • Ofrecen, a partir de su experticia, lineamientos suficientes para que el autor pueda reforzar el texto. • Al aceptar evaluar un contenido, se comprometen a entregar un concepto (aceptar, rechazar o aprobar con modificaciones) del documento arbitrado en los plazos acordados con el Equipo Editorial.
Policies Editorial Policy Dearq is an indexed publication that adheres to international quality, positioning, periodicity, and availability online. It aims to disseminate the national and international academic community's research, analyses, and opinions on architecture, urbanism, and related areas. The journal is a quarterly publication (January-April, May-August and September-December) published at the beginning of each period. The journal publishes unpublished content in Spanish and English (in exceptional cases, it includes translations of articles previously published in other languages when the content is relevant to the issue to be published). All published articles have a DOI identification number that facilitates the drafting of a bibliography, the search of articles on the web and the cross-referencing of citations among different repositories. The authors who use the journal's contents should cite it. Dearq is a journal ascribed to the Department of Architecture, School of Architecture and Design at Universidad de los Andes, which is responsible for the financial support of the publication. The journal's structure is as follows: An Editorial Team constituted by a Director, Editor, Editorial Manager(s) and Assistant(s); an Editorial Committee and a Scientific Committee whose members are evaluated every two years based on their contribution to the publication, their recognition in the area of study and their visible academic production in other national and international indexed journals; and a Support Team in charge of giving assistance, style correction and translation. The Editorial Team may invite Editors who are recognized experts in their field to organize specific issues. These Editors provide the call for papers terms in line with the topic of the issue, participate in a preliminary evaluation and follow the review process of submitted content along with the Editorial Team. The latter has the final say in accepting or rejecting submitted articles. The Guest editors remain available to the Editorial Team throughout the editorial and publication process. The journal does not charge authors for the editorial process, including article processing charges (APCs), article submission, peer evaluation process, style correction and publication. Nor does it charge for pages, colour or any instance where money is required to complete the publication process. I. Article Submission Dearq will only receive articles in Spanish and English on the dates established in the call for papers. The dates can be consulted on the journal's website. Authors should manifest that the text they present is of their authorship, unpublished, and respect the intellectual property rights of third parties. They must not be in an evaluation process or have any editorial commitment with another publication. Authors interested in submitting an article for publication should do it through the content management platform. The article must comply with the specific guidelines and editing rules established in the Publication Guidelines. The author should also deliver the following documents: 1. The personal and academic information form. 2. The 'Certificate of Originality', which manifests that: The article is of their authorship and unpublished; the article is not in a parallel evaluation process or editorial commitment to any other research journal; the author is solely responsible for the ideas expressed therein and their ethical suitability; the author respects the intellectual property rights of third parties. 3. The 'Authorization for the Use, Reproduction, Printing and Publication' of the additional material not of their property or authorship (plans, tables, graphs, maps, diagrams, photographs, etc.). 4. Authorize the use of the author's patrimonial rights (reproduction, public communication, transformation and distribution) by signing the 'Authorization Document for the Use of Intellectual Property Rights' addressed to the Universidad de los Andes' Department of Architecture to include the article in Dearq. When the article is received, the author will be notified, and the editorial team will undertake the following steps: • Verify strict compliance with the requirements described in the Publication Guidelines. • Submit the article through plagiarism control. If plagiarism or auto-plagiarism is detected, the article will be immediately rejected, and the author will be notified. • Following this, accept or reject the article based on the following criteria: - Relevance and quality of the article regarding the calls for papers. - Coherence and quality of argumentation. - Bibliographic relevance and investigative support. - The clarity in writing. - Generation of new knowledge. Every article that passes this preliminary phase will be submitted to a double-blind review process.
II. Peer Review Process Two peer reviewers will be assigned to each article for a double-blind review process, during which the authors and the reviewers will remain anonymous. The peer reviewers are selected based on their academic trajectory, knowledge and scientific production within the article's theme. A higher percentage of peer reviewers are external to Universidad de los Andes. The results will be communicated to the author within a maximum period of six months. The Editor notifies the authors through the content management platform and issues one of the following concepts: • Accept article publication with no modifications required. • Accept article publication after corrections have been made based on the comments and observations. • Reject article publication. If modifications are required, authors must make the requested adjustments and re-submit the article within the period established by the Editor. If in a second review, it is observed that the changes have not been incorporated, the Editorial Team can decide not to publish the article. If the article has passed the evaluation process, the author will be notified of the decision taken by the Editorial Team. If it is approved for publication, the author must translate it into English or Spanish - depending on the text's original language - and send the translated article as per the deadline established by the Editor. Note: We suggest authors check the 'Peer Review Format' (available on the journal's website) before submitting the article. III. Editorial Process The content management platform will be the primary communication channel between the journal and the authors during submission, evaluation, and editing. For particular cases, authors may direct their queries to the email address: dearq@uniandes.edu.co. Dearq has the final say on the publication of the articles, the issue in which they will be featured, and the right to make minor style corrections and adjust the abstract or keywords. Dearq verifies the translation sent by the authors. When it is considered inadequate, a second version will be requested. The article will be drafted according to the journal's design and layout parameters. When the article is ready for publication, it will be sent to the authors for a final revision. Only essential corrections will be made at this stage. Publication Guidelines Dearq accepts the following types of articles: • Research article: An article that presents the results from completed research detailedly. The structure comprises four sections: introduction, methodology, results, and conclusions. Maximum length: 4000 words • Reflection paper: This article presents the results from completed research in an analytical, interpretative, or critical manner and draws on authentic sources. Maximum length: 4000 words If the article does not meet these conditions, it will be returned to the author and excluded from the review process. Articles should be sent in Word format using Times New Roman size 12, double-spaced with the following margins: 2.5 x 2.5 x 2.5 x 2.5 cm. They should not include the author's name. The authors should fill out the personal and academic information form and deliver it as an attached document. The structure of the document should include the following: • Title: If the title needs any clarification, this should be placed on the first page in a footnote using an asterisk. • Additional information: If the article is part of a research project, the project information should be included along with the financing institution. • Abstract: This should include the purpose of the research with the main results and conclusions. Maximum length: 100 words • Keywords: Seven keywords should reflect the content of the document, indicate the precise topics of the article and highlight the area of knowledge in which the main concepts are located. • Text: This should indicate where visual material should be placed, including figure captions and titles. • Bibliography: The Chicago Manual of Style (author-date) referencing system should be used. References should be listed alphabetically following the author's surname. When there are several works by the same author, single-authored works should be cited first in chronological order by publication date. Where applicable, the DOI identification number of a reference must be included in the list. For more information, please refer to the 'Citation Guide' (available on the journal's website). Note: The total length of the document should not exceed 4.000 words.
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Policies Tables and Figures Any visual information should be referenced within the text with a corresponding image caption. The word 'Figures' (diagrams, photographs, and images) should come before all the figures with the corresponding consecutive number. The author must indicate the name of the image and the source from where it was obtained or declare if it is their creation. In the case of multiple figures, each one must be referenced. In the case of tables, they must be preceded by the word 'Table' with the corresponding consecutive number. The source of information should be presented under the table. Tables and figures are published in black and white. The minimum resolution of the figures must be at least 300 dpi in 12x16 cm format. The maximum number of figures is 20. The graphic material (tables and figures) should be sent in a folder separate from the text in either JPEG, PNG or TIFF format. The file's names should correspond to the type and number: FIG1, FIG2, FIG3 or TAB1, TAB2, TAB3. Ethical Policy Dearq has a series of ethical guidelines that outline the responsibilities and proper conduct of editors, authors, and peer reviewers. The Editorial Team oversees and fully complies with the standards established by the Committee on Publication Ethics (COPE). Throughout the editorial process, it implements equality, confidentiality, plagiarism control, review mechanisms, authorship rules and disclosures, and manages conflicts of interest. Furthermore, it follows COPE's guidelines for identifying, preventing and dealing with research misconduct. The Editorial Team: • Confirms receipt of content sent through the content management platform. • Promptly informs authors of the process the article is undergoing. • Ensures an efficient evaluation process. • Selects reviewers considering their academic trajectory, knowledge, and scientific production within the article's subject matter. • Identifies and acts on any conflicts of interest that may arise. • Guarantees the anonymity of authors and reviewers during the evaluation process. • Makes the final decision on whether to accept or reject an article considering the recommendations derived from the evaluation process. The selection will be based on the article's quality, importance, relevance, originality, and contribution to architecture and urbanism. In this sense, when an article is rejected, the justification given to the author is oriented through these aspects. • When Dearq members submit content, they are excluded from the reception, evaluation and selection processes. • Respects the academic positions and ideas presented by the author in their article. • Does not use information from the article for their benefit or the benefit of third parties before it is published. • Responds to any request for retractions, corrections, objections and clarifications. If the claim warrants it, the editorial team ensures that the appropriate investigation is carried out to solve the problem promptly. • Makes corrections and includes clarifications on the digital version of the journal when inaccuracy, omission or erratum of published content is acknowledged. • When a third party detects plagiarism, previous publication, unethical conduct or error, they should declare it by contacting the Editor via email at dearq@ uniandes.edu.co. If confirmed, it is the obligation and responsibility of the author to retract publicly, which will proceed immediately to the removal of the article or public correction. The correction will be made in its digital version and the next printed issue of the journal. • Periodically defines and reviews the journal's editorial and ethical policies to guarantee compliance with academic and editorial quality criteria. • Guarantees timely publication of each issue and dissemination of published contents among authors, reviewers, and contributors. Ensures the journal's contents are updated in the national and international repositories, databases and indexing systems. • Likewise, it covers digital and physical publications diffusion by updating editorial management platforms and active channels to disseminate content. • The dissemination of published material through social media, email and publication platforms should not be detrimental to the integrity of the article's content. • Complies with the exchange agreements established between Dearq and other publications and institutions.
• When the Editorial Team is interested in publishing an article that has been published, it commits to request the corresponding authorization and indicate the original publication's data. Authors: • Must present an original and unpublished article, not in a parallel evaluation process or editorial commitment to another publication. • Responsible for the ideas expressed in the contents they send to Dearq. • Guarantee that the content is of their authorship and that they safeguard the intellectual property rights of third parties. • Request permission to use, reproduce and print material that is not of their property or authorship (charts, graphs, maps, diagrams, photographs, etc.) • They can technically improve images for readability and to comply with the requirements described in the 'Publication Guidelines'. However, where research data is presented as images, authors should avoid modifying images when this leads to the falsification, fabrication or alteration of their results. • Accept responsibility for using material accompanying the article or any other content published in the journal. • Authorize the use of the authors' property rights (reproduction, public communication, transformation and distribution) to include their article in a specific issue of Dearq. • When using third parties' ideas, they must acknowledge and credit the author by making the correct citation and reference. Otherwise, the author will be considered to have committed plagiarism. • Prepare their contents based on authentic sources and verifiable data, and undertake not to delete or alter the information used. • They become guilty of ethical misconduct when they use fragments of their published content without citing the original publication or offering advances on what has already been published. • Give credit to all those who participated in the study. Those who made significant contributions to the investigation should be regarded as co-authors. Nevertheless, authors who have not directly contributed to the drafting of the manuscript should not be included. • If the article is part of a research project, the authors should declare the institution at which the research was conducted, supported or approved. If the article is not affiliated with an institution, the authors must list their current institutional affiliation. If the authors don't have a relevant institutional affiliation, they should state their independent status. • Declare all funding sources for their research and the group or institution from which it is derived. • Pledge not to make any personal criticism. In case of disagreement, these must be strictly academic. • Agree to submit their texts to anonymous evaluations of two peer reviewers and take their observations and the adjustments requested by the Editorial Team. The author must make these modifications and corrections to the article within the period established by the Editorial Team. • If the author detects substantive errors in a published article that threaten its scientific quality, he may request the removal or correction. • Comply with ethical protocols in research involving living beings and have the corresponding informed consent, as the case may be. • If another journal or publication wishes to incorporate an article already published in Dearq, the author or publisher must request authorization from the Editorial Team. The publication must clearly and visibly indicate the data of the original publication in Dearq. Peer Reviewers: • Accept to review an article when they consider they have the academic strengths to issue a comprehensive concept about the contributions of the content and the aspects that need to be improved. • Inform the Editorial Team in case of identifying a personal or professional conflict of interest that could affect the evaluation of the article. • Dearq has a downloadable Peer Review Format available on the website's homepage through the Peer Reviewers section. It contains questions with defined criteria, which the reviewer must answer regarding the article under evaluation. • Review the article in an objective, neutral and impartial manner. • Inform the Editorial Team if they detect similarities between the reviewed article and another article in the process of publication or already published. • Notify any suspicion that the article under review contains plagiarism or false data so that the Editorial Team can carry out the appropriate investigation. • Agree not to use the article under evaluation for their benefit or the benefit of third parties before it is published. • They should support and clearly explain their doubts about the investigation under evaluation so that the author will have sufficient guidelines to strengthen the article. • Suggest that the article be accepted, rejected, or approved with modifications within the agreed deadlines with the Editorial Team.
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