Dearq 32. Investigación en Urbanismo / Research in Urban Planning

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De arq 32

Investigación en Urbanismo

Research in Urban Planning

9772011318009
$40.000 COP

E-ISSN 2215-969X Revista de Arquitectura de la Universidad de los Andes

Dearq 32 INVESTIGACIÓN EN URBANISMO RESEARCH IN URBAN PLANNING

Enero de 2022

Raquel Bernal Salazar

Rectora (e) Universidad de los Andes

Rafael Hernando Barragán Romero

Decano Facultad de Arquitectura y Diseño

Claudia Mejía Ortiz

Directora Departamento de Arquitectura

Camilo Salazar Ferro

Director

Lucas Ariza Parrado

Editor

Manuela Tafur Victoria

María Carolina Pinedo Cobos

Gestoras editoriales

Adriana Páramo Urrea

Coordinadora de publicaciones

Manuela Tafur Victoria

Arte y Diagramación

Ella Suárez

Correción de estilo

Carolina Rodríguez

Correción de estilo (ingles)

Santiago Orjuela Garzón

Juliana Sepulveda Osorio

Monitores

María Victoria Habil

Imagen de carátula

Marcelo Londoño

Rafael Gamo

Imágenes de postales

Editorial Nomos S.A.

Impresión

Dearq

Universidad de los Andes Facultad de Arquitectura y Diseño

Departamento de Arquitectura

Carrera 1 Este núm. 18A-70, bloque C, piso 4 Tel. +(571)332 4511 - 339 4949, ext. 5981 Bogotá, Colombia https://revistas.uniandes.edu.co/journal/dearq dearq@uniandes.edu.co

E-ISSN 2215-969X

Precio por unidad: $40.000 pesos (Colombia)

Ediciones Uniandes

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La revista no realiza cobros a los autores por la sumisión de artículos, evaluación por pares, corrección de estilo o publicación. La versión impresa de la revista tiene un precio y puede adquirirse en los puntos autorizados para la venta y comercialización.Todos los contenidos de la revista Dearq, a menos de que se indique lo contrario, están bajo la licencia de Creative Commons Attribution License*

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Reconocimiento como

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Dearq es una revista cuatrimestral a partir del 2020 (enero-abril, mayo-agosto y septiembrediciembre), que publica al inicio de cada período, creada en el 2007 por el Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes (Colombia). Su objetivo es contribuir a la difusión de análisis, investigaciones, reflexiones y opiniones críticas que la comunidad científica nacional e internacional elaboren sobre la arquitectura, la ciudad y sus áreas afines. La revista recibe contenidos inéditos y originales, sin postulación simultánea, en español y en inglés. Está dirigida a una comunidad científica que incluye investigadores, profesionales, estudiantes e interesados en contribuir con el diálogo y el intercambio de ideas basadas en las discusiones y problemáticas abordadas por la revista.

La estructura editorial de la revista Dearq se divide en secciones:

- La Editorial está a cargo del Equipo Editorial que introduce la temática del número.

- La sección Investigación reúne un conjunto de documentos que abordan el tema específico del número mediante la exposición de avances o resultados de investigaciones con una perspectiva crítica y analítica.

- La sección Proyectos presenta una selección de obras arquitectónicas y urbanas recientes y/o significativas, que complementan el tema específico de cada número.

- La sección Creación expone trabajos creativos que desde disciplinas distintas a la arquitectura abordan temas de naturaleza espacial o urbana.

Dearq is a quarterly publication upon 2020 (January-April, May-August and SeptemberDecember), that is published at the beginning of each of these periods, created in 2007 by the Department of Architecture of the Universidad de los Andes (Colombia). Its objective is to contribute to the dissemination of the research, analyses and opinions that the national and international academic community elaborates on architecture, urbanism and related areas. The journal receives previously unpublished and original contents in Spanish and English.

It is aimed for a scientific community that includes researchers, professionals, students and other interested in contributing with the dialog and the exchange of ideas based on the discussions and issues proposed by the journal.

The structure of the Dearq journal is divided in sections:

- The Editorial section is in charge of the editorial team, who introduces the issue's thematic.

- The Research section integrates a series of documents and content about a specific topic proposed by the journal. They must present advances in or results of research, or thematic reviews from a critical and analytical perspective.

- The Project section presents a recent and/or meaningful selection of architectural and urban built projects that illustrate and complement the issue’s theme.

- The Creation section exhibits creative works that address spatial or urban topics through disciplines different from architecture.

Comité Editorial - Editorial Committee

Andrés Burbano Valdes, Universidad de los Andes, Colombia

Daniel Cardoso Llach, Carnegie Mellon University, Estados Unidos

Francisco A. García Pérez, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, España

Daniel Huertas Nadal, Universidad de los Andes, Colombia

Hugo Mondragón López, Universidad Católica de Chile, Chile

Sandra Reina Mendoza, Universidad Nacional de Colombia, Colombia

Carolina Rodríguez Bernal, Universidad Piloto de Colombia, Colombia

Diego A. Rodríguez Lozano, Tecnológico de Monterrey, México

Denise Helena Silva Duarte, Universidade de São Paulo, Brasil

Comité Científico - Scientific Committee

Rodolfo Manuel Barragán Delgado, Tecnológico de Monterrey, México

Ricardo Castro, McGill University, Canada

Pilar Chías Navarro, Universidad de Alcalá de Henares, España

Fernando Lara, University of Texas at Austin, Estados Unidos

Juan José Lahuerta, Universitat Politècnica de Catalunya, España

Jorge Francisco Liernur, Universidad Torcuato di Tella, Argentina

Ángel Martín Ramos, Universidad Politécnica de Cataluña, España

Catalina Mejia Moreno, SSoA University of Sheffield, Reino Unido

Ton Salvadó Cabré, Universitat Politècnica de Catalunya, España

Marta Sequeira, Universidade de Évora, Portugal

Tatiana Urrea Uyabán, Universidad Nacional de Colombia, Colombia

Sheila Walbe Ornstein, Universidade de São Paulo, Brasil

Evaluadores - Peer Reviewers

La revista Dearq agradece la colaboración de las siguientes personas que cumplieron el rol de pares evaluadores de este número:

Dearq journal acknowledges the collaboration of the following people who fulfilled the role of peer evaluators of this issue:

Myriam Susana Barrera Lobatón, Universidad Nacional de Colombia

Romina Canna, IE School of Architecture and Design

Isabel Castiñeira Palou, Universitat Politècnica de Catalunya

Carla Miranda Chiguindo, Universidad Autónoma del Estado de México

Stefano Cortellaro, DUOT, ETSAB, UPC

Juanita Fonseca Ulloa, Universidad de los Andes

María Mercedes Medina Acosta, Universidad de la República

Joan Moreno Sanz, Universitat Politècnica de Catalunya

Sandra Reina Mendoza, Universidad Nacional de Colombia

Marta Somoza Medina, CESUGA

Sebastián Trujillo-Torres, CEPT University

María Luisa Vela Garavito, Universidad de los Andes

Diego Alejandro Velandia Rayo, Universidad de los Andes

Victor Hugo Velásquez Hernández, Universidad Nacional de Colombia

Catalina Alexandra Villabona Triana, Universidad de los Andes

Indexación - Indexation

La revista Dearq está incluida en los siguientes directorios, servicios de indexación y base de datos:

Dearq journal is currently available in the following directories and index services:

• Actualidad Iberoamericana, Centro de Información Tecnológica (Chile), desde 2011

• ARLA - Asociación de Revistas Latinoamericanas de Arquitectura (Latinoamérica), desde 2012

• Art & Architecture Complete. EBSCO Research Databases (Estados Unidos), desde 2007

• Art & Architecture Source. EBSCO Research Databases (Estados Unidos), desde 2007

• Art Abstracts (H.W. Wilson). EBSCO Research Databases (Estados Unidos), desde 2010

• Art Full Text (H.W. Wilson). EBSCO Research Databases (Estados Unidos), desde 2008

• Art Index (H.W. Wilson). EBSCO Research Databases (Estados Unidos), desde 2008

• Avery Index to Architectural Periodicals & Avery Architectural and Fine Arts Library. Columbia University Libraries (Estados Unidos), desde 2010

• ANVUR, Agenzia Nazionale di Valutazione del Sistema Universitario e della Ricerca (Italy), desde 2018

• CLASE, Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (México), desde 2018

• CINECA, Consultor Informático en Italia. Ministerio de Educación (Italia), desde 2017

• DAAI, Design and Applied Arts Index. Proquest (Estados Unidos), desde 2011

• DOAJ - Dictionary of Open Access Journals. Infrastructure Services for Open Access (Reino Unido), desde 2017

• Dialnet - Difusión de Alertas en la Red. Universidad de La Rioja (España), desde 2007

• EBSCO HOST (Estados Unidos), desde 2011

• Electronic Journals Library. Uneserität Regensburg (Alemania), desde 2010

• ESCI - Emerging Source Citation Index. Thomson Reuters (Estados Unidos), desde 2016

• ERIHPLUS - European Reference Index for the Humanities and the Social Sciences (Noruega), desde 2017

• Gale Cengage, Database Title List (Estados Unidos), desde 2010

• Google Académico, desde 2010

• HAPI - Hispanic American Periodicals Index. University of Califonia (Estados Unidos), desde 2012

• LATINDEX - Sistema Regional de Información en Línea Para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (México), desde 2010

• LatinREV - Red Latinoamericana de Revistas Académicas en Ciencias Sociales y Humanidades. FLASCO (Argentina), desde 2018

• MIAR - Information Matrix for the Analysis of Journals. Universitat de Barcelona (España), desde 2012

• Ocenet - Editorial OCEANO (España), desde 2011

• Periódicos CAPES/MEC (Brasil), desde 2014

• Publindex. Colciencias (Colombia), desde 2021

• Redalyc - Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. UAEM (México), desde 2011

• REDIB - Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico (España), desde 2010

• ROAD - Directory of Open Access Scholarly Resources. ISSN International Centre (Francia), desde 2018

• Socolar - CEPIEC - China Educational Publications Import and Export Corporation (China), desde 2010

• Ulrich’s Periodicals Directory. Proquest (Estados Unidos), desde 2011

• Urban Studies Abstract. EBSCO Research Databases (Estados Unidos), desde 2007

Note:

The Editorial Committee establishes the editorial policy and safeguards its compliance; guides the editorial process in order to guarantee maximum quality, based on criteria established by the databases and evaluation systems of national and international journals; it ensures compliance with the ethical standards of publication in accordance with international standards and validates strategic lines of interest for the launching of new issues, as well as its publication schedule.

The Scientific Committee contributes in the national and international academic media to the dissemination of the journal, its numbers, international calls and events and also establishes links with recognized researchers and other academic and investigative bodies to identify possible collaborators , as peer reviewers, guest editors and columnists, among others.

Nota:

El Comité Editorial de la revista establece la política editorial de esta y salvaguarda su cumplimiento; orienta el proceso editorial con la finalidad de garantizar la máxima calidad, en función de criterios establecidos por las bases de datos y sistemas de evaluación de revistas nacionales e internacionales; vela por el cumplimiento de las normas éticas de publicación conforme estándares internacionales y valida líneas estratégicas de interés para el lanzamiento de nuevos números, así como su agenda de publicación.

El Comité Científico de la revista contribuye en el medio académico nacional e internacional a la divulgación de la revista, sus números, convocatorias y eventos internacionales y además, establece vínculos con reconocidos investigadores y con otras instancias académicas e investigativas para la identificación de posibles colaboradores, como pares evaluadores, editores invitados y articulistas, entre otros.

Investigación en Urbanismo Research

in Urban Planning

EDITORIAL

Urbanism: the city as an archive of the possible Camilo Salazar, Lucas Ariza

RESEARCH

How to learn from favelas: Research and learning methodologies for urbanisms

Valentín Arechaga

Psychogeography of the city with no time and no conventional timetable. Chronos and the night-time territory

Juan Camilo Restrepo

San Luis and El Campín neigborhood memories. Beyond the formal proposal

Daniela Aguilar, Jorge Enrique Uricoechea, Eduardo Meza, Omar Daniel Cantor

Landscape Traces. Historical cartographies in the Iberá Wetlands (Argentina)

Virginia Romero Dapozo

The metro network. Transformation patterns near the Santiago Metro stations (Chile)

Rocío Hidalgo

Balancing shapes in a residential fragment. The Achupallas neighborhood in Viña del Mar (Chile)

Francisca Vilches Valenzuela

Designing in cultural landscapes: Analysis of the Urban and Territorial Plan for the Quebrada de Humahuaca (Argentina)

Sofía Mollinedo

PROJECTS

City, territory and landscape: concrete intersections

María Luisa Vela

Represo Colosio En Nogales

Taller Capital

Revitalización Albarrada De Mompox OPUS

Reabilitação Urbana De Alto De Bomba Outros Bairros

CREATION

Melting Traces

Roberto Uribe Castro

EDITORIAL

Urbanismo: la ciudad como archivo de lo posible Camilo Salazar, Lucas Ariza

INVESTIGACIÓN

Cómo podemos aprender con las favelas: metodologías de investigación y aprendizaje para urbanismos

Valentín Arechaga

Psicogeografía de la ciudad sin tiempo y sin horario convencional. Cronos y el territorio de la noche

Juan Camilo Restrepo

San Luis y El Campín, memorias de barrio. Una apuesta más allá de lo formal

Daniela Aguilar, Jorge Enrique Uricoechea, Eduardo Meza, Omar Daniel Cantor

Registros del paisaje. Lectura de cartografías históricas en los Esteros del Iberá (Argentina)

Virginia Romero Dapozo

La trama del metro. Patrones de transformación en torno a las estaciones del Metro de Santiago (Chile)

Rocío Hidalgo

Sopesando las formas en el fragmento residencial. El barrio de Achupallas en Viña del Mar (Chile)

Francisca Vilches Valenzuela

Proyectar en paisajes culturales: análisis del Programa de Ordenamiento Territorial para la Quebrada de Humahuaca (Argentina)

Sofía Mollinedo

PROYECTOS

Ciudad, territorio y paisaje: intersecciones concretas

María Luisa Vela

Represo Colosio En Nogales

Taller Capital

Revitalización Albarrada De Mompox

OPUS

Reabilitação Urbana De Alto De Bomba

Outros Bairros

CREACIÓN

Melting Traces

Roberto Uribe

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114 2 – 3
De arq

Urbanismo: la ciudad como archivo de lo posible

Urbanism: the city as an archive of the possible

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.01

Como sugiere Bernardo Secchi (2014), con la acostumbrada lucidez que tenía, el urbanismo no puede catalogarse fácilmente. Más que una ciencia con principios establecidos, es un saber que se nutre en igual proporción de pasado y futuro, de memorias y sueños. En su consolidación como disciplina, las miradas diversas, desde las artes a las ciencias, conforman su corpus teórico y práctico como una compleja amalgama de conocimientos que, a lo largo del tiempo, ha buscado el mejoramiento del hábitat en las ciudades.

En los estudios sobre la ciudad no es posible imaginar especializaciones o secciones particulares con investigadores expertos en el tema; los urbanistas contemporáneos permanentemente construyen alianzas con otras disciplinas: geógrafos, arquitectos, ingenieros, botánicos, sociólogos… El estudio de la ciudad es eminentemente interdisciplinar. El urbanismo no es un conjunto de teorías y proyectos que responden a un solo discurso o a una enseñanza con principios establecidos, como lo pretendía el Movimiento Moderno en su momento, sino una suma de experiencias teóricas y prácticas que se han desarrollado a lo largo del tiempo.

Por esta razón, la ciudad es para el urbanista un objeto de conocimiento, un registro en el que conviven innumerables documentos y testimonios del esfuerzo que sucesivas generaciones han hecho. Pero también, como lo afirma Secchi, es “el inventario de lo posible. El urbanismo no es solo el estudio de lo que ha pasado y de lo que es probable que suceda, sino sobre todo el proyectar lo que es posible hacer que suceda” (2014, 141).

En este marco, el Seminario Internacional de Investigación en Urbanismo (SIIU), que empezó en el 2007 y sucede cada año en Barcelona y en otra ciudad europea o americana, reúne a un número importante de investigadores y profesionales de distintas disciplinas y diferentes centros académicos para que,

Editorial
Dearq 32

Bernardo Secchi a través de ponencias y artículos de investigaciones en curso o recientemente terminadas, pongan en discusión diversas temáticas. Estos temas han conformado las siguientes líneas de investigación: la morfología urbana, la metrópolis contemporánea, el análisis y proyecto territorial, la teoría e historia de la ciudad, el análisis y la ordenación del paisaje, la regeneración urbano-habitacional, la ciudad poscrisis, el urbanismo bottom up, la ciudad y la salud: pandemia, la ciudad sostenible, los asentamientos urbanos precarios y la justicia espacial y el ordenamiento territorial.

La edición del 2021 se llevó a cabo de forma compartida entre Barcelona y Bogotá. Para esta, se constituyó un comité científico, compuesto por profesores de la Universidad Politécnica de Cataluña, de la Universidad Nacional de Colombia, de la Universidad de los Andes, de la Pontificia Universidad Javeriana y de la Universidad Piloto de Colombia, que precisó y complementó las líneas de investigación, organizó las ponencias y artículos y seleccionó los pares académicos que velaron por su calidad.

Las investigaciones y trabajos del XIII SIIU, seleccionados en este número de Dearq, al igual que los proyectos y la obra expuesta en la sección investigación-creación, muestran cómo aquellas personas que se dedican al urbanismo desde sus distintos ámbitos disciplinares han salido de sus academias y centros y han recorrido las ciudades, han tenido un contacto directo con la realidad del territorio y sus comunidades, han hablado con los habitantes y, lo más importante, los han escuchado para entender sus necesidades.

Esto da cuenta de que el urbanismo sigue avanzando, al ser más consciente de las distintas realidades del mundo contemporáneo y al estar siempre abierto a nuevas demandas que permiten construir, más que proyectos, nuevas visiones de un futuro deseable y posible del hábitat en las ciudades.

bibliografía

1. Secchi, Bernardo. 2014. Primera lección de urbanismo. Lima: Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú.

Cómo citar: Salazar Ferro, Camilo y Lucas Ariza Parrado. "Urbanismo: la ciudad como archivo de lo posible". Dearq no. 32 (2022): 4-5. DOI: https://doi.org/10.18389/ dearq32.2022.01
La idea de urbanismo que propongo es la de un saber, más que de una ciencia; un conocimiento que se refiere a las formas de construcción, continua modificación y mejora del espacio habitable y de la ciudad en particular. Ubicado entre el estudio del pasado y la imaginación del futuro, entre verdad y ética, este saber se ha construido lentamente, por acumulaciones sucesivas, al abrigo de prácticas artísticas, constructivas y científicas de las cuales no puede ser separado.
investigación 4 – 5

Cómo podemos aprender con las favelas: metodologías de investigación y aprendizaje para urbanismos*

How to learn from favelas: Research and learning methodologies for urbanisms

Este artículo busca colaborar en la conformación de un mosaico de saberes, pensamientos y metodologías producidos en universidades de Latinoamérica que toman como punto de partida fragmentos en la ciudad y proponen proyectos que atienden demandas sociales. Aquí, en este caso en particular, se empieza a pensar desde Río de Janeiro. De esta forma, se establece un panorama regional sobre proyectos y conformaciones espaciales y teóricas que pueden ayudar a docentes y a estudiantes a profundizar en la discusión sobre los temas urbanos, percibiendo tanto sus límites como sus posibilidades.

Palabras clave: favela, universidad, urbanismo, proyecto, representación, estudiantes, Rio de Janeiro.

This article aims to collaborate in the making of a mosaic of knowledge, thoughts, and methodologies produced in Latin American universities that take fragments of the city as starting points and propose projects that meet social demands. Here, our point of departure is Rio de Janeiro. We establish a regional overview on projects and spatial and theoretical concepts that can help teachers and students expand the discussion on urban themes, identifying both their limits and possibilities.

Keywords: favela, university, project, students, representation, Rio de Janeiro.

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.02

Recibido: 5 de julio de 2021 Aceptado: 16 de septiembre de 2021 Cómo citar: Arechaga, Valentín. "Cómo podemos aprender con las favelas: metodologías de investigación y aprendizaje para urbanismos". Dearq no. 32 (2022): 6-14. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.02
Valentín Arechaga valentinarechaga@gmail.com Universidade Federal do Rio de Janeiro
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* Este trabajo forma parte de la investigación “Paisajes al límite. La centralidad de las favelas para el estudio urbano”, desarrollada en el Doctorado en Urbanismo en el Programa de Posgraduação em Urbanismo de la Faculdade de Arquitetura e Urbanismo de la Universidade Federal de Rio de Janeiro (Brasil). La investigación cuenta con una beca de doctorado de la Coordenação de Aperfeicoamento de Pessoal de Nível Superior.

introducción

La vida de la ciudad está dada por la articulación entre sus partes en diferentes escalas y velocidades y por su crecimiento dinámico, lo que conforma un complejo sistema que compromete al paisaje permanentemente y, a veces, de forma irreversible. Nuestro hábitat social y urbano, conformado por lazos de comunidad y afecto, está en peligro debido a la construcción de un estilo de vida destructivo, alimentado por un comportamiento individualista y competitivo impulsado por el mercado.

En la ciudad existen lugares de diferentes características socioespaciales definidos, entre otras cosas, por la forma como se accede a los beneficios y a los servicios públicos y la calidad de estos. Diferentes autores y autoras discuten y critican las consecuencias y la materialización de esta diferencia existencial llamada ciudad dividida (Ferreira dos Santos 1981) o ciudad partida (Silva 2012) y de ciudad segregada (Castells 2014; Ziccardi 2020), sobre todo cuando hablamos de favelas. Concordamos con los autores mencionados, y estos entendimientos nos parecen puntos de vista sesgados e incompletos, ya que: 1) no conciben las distintas realidades sociales como parte de un mismo proyecto y segregan a las personas que las componen, y 2) dejan de lado el proceso histórico de políticas, generalmente de tendencias neoliberales, comunes a la gran mayoría de la ciudades latinoamericanas, y se centran solo en esta visión específica que es en realidad una consecuencia de las formas de gobernar. Ciudades latinoamericanas, por ejemplo Río de Janeiro, están conformadas por pedazos de ciudad que forman un mosaico donde cada pedazo lleva consigo sus identidades, sus incertezas, sus luchas y sus conquistas en el tiempo, y por más que puedan ser parecidos estos pedazos (Di Virgilio 2013), nunca son iguales. A veces podemos pensar que la configuración de este mosaico representa una visión fragmentada; pero, en verdad, cada uno de estos pedazos forma parte del paisaje urbano, y si no somos capaces de comprenderlos como elementos fundamentales de este gran tejido que es la ciudad, la propia ciudad será inviable, aunque nos cueste creerlo.

Las favelas pueden ser llamadas comunidades (Alvito 2006), como si fuesen estructuras cerradas en sí mismas, y en los últimos años se ha implementado la denominación de comunidades urbanizadas (Soares Gonçalves 2015). Existe también la denominación de las favelas como márgenes de la ciudad, sin ningún tipo de integración con esta (Pereira Leite 2015). Ocurre algo llamativo en nuestros países que tal vez merezca mención, que es cuando hablamos de villas, barriadas, barrios y colonias. Cada uno de estos términos tiene diferentes interpretaciones y significados según la cultura y la región; pero cuando utilizamos la palabra favela, el término se refiere, inequívocamente, a los procesos urbanos de ocupación en la ciudad en territorios populares.

investigación 6 – 7

Cuando pensamos específicamente en una favela de la ciudad, debemos traer con cuidado todo lo que nos remite a su paisaje propio que, nuevamente, puede tener características en común con otros lugares, pero son sus propios saberes y culturas los que definen sus demandas intrínsecas y existenciales. Son estos los que pueden darnos una forma de entender y, sobre todo, reconocer el paisaje de forma más cercana a las vivencias humanas del lugar y sus propias historias. A lo largo del texto, presentaremos algunas referencias y reflexiones provenientes de experiencias académicas con diferentes metodologías de aproximación e integración social para, finalmente, concluir con los ejercicios que se están desarrollando en pleno siglo XXI. Las ilustraciones son fruto, principalmente, de los procesos constructivos de la disciplina Análise da Forma Urbana e da Paisagem I, del tercer periodo del curso de Arquitectura y Urbanismo de la Faculdade de Arquitetura e Urbanismo de la Universidade Federal do Rio de Janeiro (FAU-UFRJ) y completan este cuadro otras disciplinas, como Ateliê Integrado II, del octavo periodo y Trabalho Final de Graduação, de la misma facultad, todas dictadas de forma remota entre 2020 y 2021.

las formas de pensar

Existen diversos nombres e infinidad de cualidades y denominaciones para hablar de favelas. Lo cierto es que en Río de Janeiro existen ejemplos que son casi todo a la vez. Estos pueden interpretarse como favelas que incorporan comunidades, crecen conformando un conjunto y se delimitan como barrios. Se encuentran en este grupo: Jacarezinho, Rocinha, Maré y Alemão. Todas con diferentes cualidades y características definidas como barrios, es decir, regiones administrativas, con diferentes formas de crecimiento y diversas realidades. No pretendemos generalizar a partir de un ejemplo, sino introducir el tema de forma que podamos visualizar y entender algunas de estas configuraciones urbanas.

Por ejemplo, hablando de Maré, uno de los mayores conjuntos de la ciudad, Jailson de Sousa Silva dice que los vecinos de las dieciséis favelas que la componen no acostumbran ver su espacio de residencia como un barrio, ya que consideran urgentes las obras de mejora urbana y la paridad de derechos para sus habitantes dentro del barrio y fuera de este (Silva 2012, 49). Como denominador común, Jorge Luiz Barbosa (2012) plantea una cuestión clave: todos estos territorios sufren la falta de inversión en equipamientos culturales, y estos son de extrema urgencia, no solo para el barrio, sino para los barrios que los rodean.

El ejercicio de pensamiento en proyectos y teorías sobre favelas en la ciudad que se propone desde la universidad queda a veces lejos de la realidad urbana y no llega a ser una posibilidad de actuación, porque, muchas veces, se restringe a una discusión introductoria. Podemos pensar que hay un límite que separa el ejercicio de proyecto universitario de la ciudad o del recorte o de la sociedad, y este límite, nos parece, tiene que ver con la metodología, con el tiempo de actuación y con la finalidad de nuestros proyectos. Esta forma de actuación y de debate, lejos de la gente, nos juega en contra como profesionales, estudiantes y pensadores de la ciudad, y puede llegar a ser muy dañino para las personas, ya que nunca tendríamos la oportunidad de proponer una arquitectura como alternativa a una forma de ciudad que tanto criticamos.

En la figura 1, por ejemplo, como resultado del enunciado de creación de un mapa síntesis del lugar, estudiantes de la materia Análise da Forma Urbana e da Paisagem I interpretaron la favela Jacarezinho, incluyendo en sus extensiones, la antigua fábrica de General Electric, hoy abandonada y lugar de uno de los mayores pasivos ambientales de Río de Janeiro. La idea de incluir este espacio en el análisis, formalmente localizado en otro barrio aledaño, permite un entendimiento del área y una posterior propuesta de recuperación paisajística junto con la propia favela. También se representan los centros y articulaciones dentro del propio tejido, es decir, se escapa en esta interpretación de la mirada tradicional de la favela como un objeto aislado en la ciudad y propone una integración urbana a partir de demandas ambientales y paisajísticas y de la lectura de los elementos urbanos intrínsecos.

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Figura 1_ Síntesis de Jacarezinho. Marcos y permanencias y en los croquis alrededor, las vivencias cotidianas y la violencia. Construcción en conjunto con personas del barrio. Fuente: Beatriz Sousa, Hugo Silva, Pedro Robles, Luiza Draeger y Lucas Fernandes (AUP I-2020.2).

La desconexión entre favela y resto de la ciudad se profundiza por la forma como se llama usualmente a la periferia. Se resalta que siempre estará lejos del centro, pero la verdad es que el concepto de centro único está perdiendo su fuerza y, por lo tanto, nos preguntamos si así lo será también esta distinción centro-periferia: “Portanto, entendemos que há nesses espaços um potencial de transformação e de experimentação espacial, mas é preciso considerar os contextos, as forças, e interesses que agem sobre esses espaços e, especialmente, repensar nossas ferramentas e tácticas” (Canedo y Andrade 2018, 212). De esta forma podemos repensar el concepto de centralidad y fortalecer la idea de centralidades.

las formas del proyecto

Generalmente, asociamos la formación académica con un aprendizaje demasiado estricto y técnico, íntimamente ligado con el dibujo y teorías abstractas, sobre todo en las carreras de arquitectura y urbanismo. Esto representa un problema que será cada vez más difícil de resolver después de años de entrenamiento y aprendizaje bajo estas metodologías herméticas y poco conectadas con el mundo exterior, ya que ante las complejidades del mundo, nos colocamos como simples intérpretes y dibujantes. A través de un aprendizaje ligado a las necesidades de la sociedad, escuchando las voces del territorio y aprendiendo de sus saberes, podemos convertir nuestros proyectos en ejercicios más sensibles y enseñarnos a sentir la arquitectura y el urbanismo, y no solo proyectar, ocupar espacios vacíos y pensar en programas: sentir (“nosso único caminho direto para o conhecimento [Leeds 2015, 48]) e imaginar. En palabras de Juhani Pallassmaa, construir una mediación entre nosotros y el mundo con nuestra arquitectura y transmitir algo esencial sobre nuestra relación con el mundo y el acto existencial de ser y de habitar (Pallasmaa y Arechaga 2021). En colaboración con lo que estamos presentando, traemos desde el campo de la arquitectura, caminos y posibilidades en un pensamiento expuesto por el arquitecto Solano Benítez cuando habla sobre las crisis que atravesamos:

Barrio Vias Limites Permanencias Hitos
Principales
Secundarias
Tren
Rio GE
investigación 8 – 9
Célula Urbana Fábrica GE Campo Fútbol Buraco Lacerda

No estamos viviendo una crisis de falta de recursos o conocimientos, sabiendo lo que sabemos y teniendo lo que tenemos no hemos sido capaces de imaginar condiciones distintas a las que sentencian la pobreza y la miseria sobre la mayoría de nuestra población. La crisis que estamos viviendo es una crisis de falta de imaginación. (Benítez 2019, 120)

Una forma de trabajo académico como conexión comunitaria se da, por ejemplo, en los Talleres de ciencia, de Boaventura de Sousa Santos, donde trabajan en conjunto disciplinas de grado, posgrado y extensión para que la sociedad deje de ser un objeto de interpretación y sea sujeto de interpelación (Santos 2006). Si bien el autor se refiere a cursos en universidades públicas, existen en Brasil numerosos ejemplos de trabajos urbanos sociales que se realizan en universidades privadas también.1 Por lo tanto, la articulación en red que se propone puede expandirse e incluir a universidades privadas que se conectan con otros países para fortalecer, de este modo, el proyecto social urbano y académico regional.

Defendemos la iniciativa de llevar manifestaciones para el debate en las universidades con su versión final y que sirva como referencia bibliográfica para estudiantes. El hecho de trabajar de esta forma implica que la universidad está en un lugar de transición entre diversos universos: 1) el del aparato estatal, con sus políticas públicas y programas de urbanización y del territorio y la sociedad; 2) el de estudiantes, que comienzan a interesarse y debatir temas relacionados con vulnerabilidades urbanas, y 3) el de profesionales, que luego actuarán de forma más crítica en las ciudades entre la lógica formal, teórica y académica, la práctica y el empirismo de los saberes populares y locales.

Pensamos que esta actuación puede colaborar en la formación de profesionales mejor preparados para el debate y la ejecución de dichos asuntos y para enfrentar problemas típicos de la ciudad latinoamericana. Muchas veces, en la construcción del proyecto conseguimos atravesar fronteras rígidas entre el dibujo y el debate, pero ¿podemos convertir nuestra experiencia de aprendizaje en una plataforma para continuar con el urbanismo en una construcción colectiva con la sociedad?

Pensamos conexiones con otras formas de pensar y de trabajar, con otras realidades, ciudades y movimientos sociales. El objetivo de esta metodología es generar un ciclo en el cual el proyecto final de un semestre, por ejemplo, se convierta en referente, sea abierto y objeto de críticas y que, a la vez, funcione como punto de partida para el próximo periodo, donde el proyecto se perfeccionará antes de llegar a la ciudad. La profesora Vera Santana Luz nos dice: “Los resultados son constantes y continuos en los mismos procesos, que involucran a personas: maestros, estudiantes, comunidades, pero no están limitados por los tiempos y modos del período académico” (2019, 149). Tenemos casos en que la o el estudiante elige continuar con el trabajo desarrollado en grupo para otras instancias más avanzadas, ya sea dentro del mismo recorte geográfico o en otros lugares de la ciudad, pero con dinámicas parecidas (fig. 2). De esta forma, el trabajo más importante como estudiante casi profesional tendría que ver con urbanismos y paisajismos en favelas.

En este sentido, nos parece importante proponer estas metodologías de estudio y acompañamiento por parte de universidades que no se agote en la finalización del proyecto, promoviendo un estudio sistemático que intente: 1) desarrollar la comprensión que estas ideas de proyectos sociales proponen una nueva epistemología, en la medida en que se reconocen los movimientos sociales como sujetos y generadores de conocimiento, y 2) continuar trabajando junto a la sociedad, incluso después de la finalización de los proyectos, involucrando y superando la dicotomía entre teoría y práctica, proyecto e implementación.

Ejemplos de esto son los trabajos finales de graduación llevados a cabo por la profesora Vera Santana Luz, en la Universidad PUC Campinas, desarrollado como fuertes aportes teóricos, y lo que sucede en la Universidad Mackenzie, con la profesora Viviane Rubio en la materia Estudo Urbano.

1.
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Figura 2_ Proyecto de intervención en el paisaje de las calles de Nova Holanda en Maré. La imagen también acompañó a uno de los integrantes del grupo a su investigación de trabajo final de grado el periodo siguiente. Fuente: Caio Dencke, Daniel Tavares, Gizele Corner, Wesley Assis y Yuri Alves (AI II-PLE 2020-1/TFG I).

algunas consideraciones o play what isn't there 2

En su texto Ciudades latinoamericanas. Las ciudades y la cuestión social, Alicia Ziccardi (2020) explica que en Río, las favelas en los morros son más visibles e inocultables que, por ejemplo, en Buenos Aires, donde las villas se intentan “esconder” o invisibilizar y no las podemos ver a simple vista. Podemos decir que no se trata de una presencia que se evita no solo geográficamente y políticamente, sino que desde nuestra formación como arquitectos y urbanistas, generalmente, nos enfocamos en un producto influenciado por el mercado y que dejamos de lado las realidades de nuestras ciudades con sus propias particularidades.

Estamos acostumbrados a pensar que toda obra realizada en una favela necesita un nombre, un programa o un eslogan, como diría Milton Santos (2013, 78); pero los programas suelen tener un inicio y un fin, y este es uno de los problemas más difíciles de solucionar. Solemos pensar también que el éxito de un programa depende directamente de la cantidad de obras realizadas o de metros cuadrados construidos, y no pensamos en la calidad de vida y los beneficios permanentes que tendrán los habitantes. Si bien la duración está íntimamente ligada con la concreción, digamos, de la obra arquitectónica, este es un punto clave y por ser tan importante el tiempo para la efectiva participación y consolidación, planteamos que los proyectos respondan 1) a principios paisajísticos que se desarrollan en tiempos más lentos y generosos y 2) a nuestras próximas generaciones, fuera de un tiempo cada vez más corto.

A lo largo de la elaboración de un proyecto de características urbanas, durante el proceso, consideramos constantemente los elementos próximos del entorno y metropolitanos, pero una vez que el proyecto se consolida, sin ser necesariamente construido, los elementos que constituyeron y orientaron las ideas no se tienen en cuenta y deja de responder a su entorno; en cambio, mira hacia adentro y, de esta forma, intenta explicarse y representarse por sí mismo, sostenido por su propia existencia.

2. Traemos una analogía del mundo de la composición musical que, de alguna forma, se parece al aprendizaje del proyecto urbano y arquitectónico: en una de las tantas incursiones musicales de Miles Davis (2011) que luego acabó representando un cambio paradigmático en la música. Él se encuentra con músicos de estudios clásicos, entrenados de forma clásica, y les entrega una partitura para que toquen con sus instrumentos. Solo que les pide que toquen aquello que no está en la partitura, que sientan la música y toquen de otra forma. No hubo caso, no se pudo, no hubo forma de que los intérpretes no siguieran nota por nota lo que estaba escrito, sin perderse un detalle.

En mi corta carrera docente, tuve el placer de conocer experiencias de diversas universidades que van conjuntamente con un pensamiento social y real, constructivo y crítico. He participado y todavía participo en intervenciones pedagógicas que extienden un pensamiento hacia la ciudad, y muchas veces responden a demandas que provienen de la sociedad. De esta forma, se abren panoramas sobre los territorios que estudiamos, sobre nuestras posibilidades de actuación y, sobre todo, del futuro urbano y del acceso a derechos al territorio y al paisaje donde más se necesita, buscando contribuir para que las ciudades sean más democráticas desde los puntos de vista urbanístico y arquitectónico.

investigación 10 – 11

Por ejemplo, representaciones de alumnos y alumnas de la materia Análise da Forma Urbana e da Paisagem I pretenden construir relatos gráficos capaces de otorgar aproximaciones a los diferentes territorios y, al mismo tiempo, una visión metropolitana sobre cuestiones comunes a los ejemplos analizados, a efectos de promover, de esta manera, una metodología de análisis socioespacial colectiva para la construcción de un mapa, primero, y una propuesta paisajística, después (figs. 3 y 4).

En este ejercicio, como punto de partida, tomamos referencias bibliográficas tradicionales de la forma urbana, como Kevin Lynch (1999), José Lamas (1992) y Gordon Cullen (1990), y a partir de la lectura de elementos destacados por estos autores, comenzamos con el levantamiento en campo (de forma remota). Los grupos de estudiantes eligieron las favelas analizadas, por sus diferentes grados de conexión y contacto que tienen con los territorios y por las centralidades que estas consolidan en el tejido urbano. Pretendemos, a partir de la libertad de cada grupo para escoger el campo de trabajo y las aproximaciones metodológicas, estructurar un pensamiento metropolitano de realidades e historias urbanas y evitar una mirada generalizada sobre demandas y vulnerabilidades que son diferentes entre sí y propias de cada lugar.3

Los croquis y las perspectivas son elementos de representación de puntos de vista peatonales que otorgan una mirada cálida y cercana y tratan particularidades de las regiones empleando técnicas de dibujo como acuarela y lápiz. Kevin Lynch (1999) sugiere en una de sus imágenes de la ciudad que la delimitación del barrio es diferente a la propia vivencia y existencia del barrio; los límites difieren y pueden existir superposiciones en los tejidos, donde un barrio es parte de otro y los límites se hacen difusos. La propia existencia de los moradores y su conocimiento de las áreas de estudio colaboran con esta concepción de los territorios.

Una de las dificultades que cabe mencionar es la imposibilidad de disponer de herramientas como Google Street View, que no llega a gran número de estos lugares. A ello se sumó el aislamiento y la imposibilidad de visitar los locales, porque el trabajo se basó en una búsqueda a partir de documentos históricos, redes sociales y cartografía.

Como forma de contacto con la sociedad, todos los grupos presentaron su mapa síntesis a los vecinos y vecinas de los respectivos lugares y obtuvieron como respuestas diferentes esclarecimientos, críticas y dudas que ayudaron a construir esa primera cartografía de la región. Los grupos tuvieron libertad y autonomía para elegir a sus interlocutores y el resultado fue potenciador y diverso. Incluyó, por ejemplo, formularios, relatos, frases, palabras, fotos y dibujos.

Como conclusión de los diversos cursos en los cuales estudiamos favelas de Río de Janeiro de diferentes periodos, en la facultad se les pidió a los estudiantes encontrar una palabra que resumiera su trabajo y estas fueron algunas de las respuestas: colaborativo, mudança, restauração, adaptável, importante, necessário, potencializador, reconexão, aprendizado, diversidade, empatia, inserção, saneamento, tempo, compreensão, realizável, show de bola, total, necessário, agregador, enriquecedor, renovação, possível, perfeito, premissas. Entre las preguntas que se les hicieron a los estudiantes para analizar y evaluar su experiencia con las favelas, de todas ellas solo una tuvo respuesta unánime: ¿piensan que es importante trabajar con favelas en la facultad?

Figura 3_ Proyecto La ciudad es nuestra. Morro da Providência. Fuente: Andreza Carvalho, Maira Pereira, Rebecca Bitencourt, Victória Campos y Vitor Max (AUP I-2020.2).

Figura 4_ Proyecto La ciudad es nuestra. Mapa de síntesis del Morro da Providência. Los estudiantes dibujaron sus propias ideas por separado y luego reunieron las representaciones para darles forma y cuerpo a sus pensamientos. Fuente: Andreza Carvalho, Maira Pereira, Rebecca Bitencourt, Victória Campos y Vitor Max (AUP I-2020.2).

3.

El siguiente video en el canal FAU-UFRJ muestra este camino de aprendizaje: https://www.youtube.com/ watch?v=pQkRNz2HpDA

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investigación 12 – 13

bibliografía

1. Alvito, Mario. 2006. “Um bicho-de-sete-cabeças”. En Un século de favela, compilado por Alva Zaluar y Mario Alvito, 181-208. Rio de Janeiro: FGV

2. Benítez, Solano. 2019 “Bien decido”. En Urbanismo ecológico en América Latina, compilado por Mohsen Mostafavi, Gareth Doherty, Gareth Doherty, Marina Correia, Ana María Durán Calisto y Luiz Valenzuela, 120-123. Barcelona: Gustavo Gili.

3. Barbosa, Jorge Luiz. 2012. “Paisagens da natureza, lugares da sociedade”. En O novo carioca, compilado por Jorge Luiz Barbosa, Jailson de Souza Silva y Marcus Vinicius Faustini, 23-41. Río de Janeiro: Mórula.

4. Canedo, Juliana Soares Gomes y Andrade, Luciana da Silva. 2018. “Espaços de experimentação: a favela indiana como reflexão para práticas de transformação do espaço urbano”. En Culturas e resistências na cidade, compilado por Lilian Fessler Vaz y Claudia Seldin, 193-215. Río de Janeiro: Riobooks.

5. Castells, Manuel. 2014. La cuestión urbana. Ciudad de México: Siglo Veintiuno.

6. Cullen, Gordon. 1990. Paisagem urbana. Lisboa: Ed. 70.

7. Davis, Miles. 2011. Miles: The autobiography. New York: Simon & Shuster Paperbacks.

8. Di Virgilio, María Mercedes. 2013. Prólogo. En Producción social del hábitat, compilado por María Mercedes di Virgilio y María Carla Rodríguez, 9-20. Buenos Aires: Café de las Ciudades.

9. Ferreira dos Santos, Carlos Nelson. 1981. Movimentos urbanos no Rio de Janeiro Río de Janeiro: Zahar.

10. Lamas, José Manuel. 1992. Morfologia urbana e desenho da cidade Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian.

11. Leeds, Anthony. 2015. A sociologia do Brasil urbano. Río de Janeiro: Editora Fiocruz.

12. Luz, Vera Santana. 2019. “Una búsqueda hacia el compromiso socioambiental: Reflexiones en torno de una metodología pedagógica en arquitectura y urbanismo”. Arquitecturas del sur Universidad del Bío-Bío 37, n.º 20: 120-133.

13. Lynch, Kevin. 1999. A imagem da cidade. São Paulo: Martins Fontes.

14. Pallasmaa, Juhani y Valentín Arechaga. 2021. “Conversação on-line: Tempos pandêmicoshabitar e arquitetura”. Geograficidade 11, n.º especial: 161-167.

15. Pereira Leite, Marcia. 2015. “De territórios da pobreza a territórios de negócios: dispositivos de gestão das favelas cariocas em contexto de ‘pacificação’”. En Dispositivos urbanos e trama dos viventes: Ordens e resistências, compilado por Patrícia Birman, Márcia Pereira, Carly Machado y Sandra de Sá Carneiro, 377402. Río de Janeiro: FGV

16. Santos, Boaventura de Souza. 2006 La universidad popular del siglo XXI. Lima: Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales UNMSM

17. Santos, Milton. 2013. Pobreza urbana. São Paulo: EDUSP

18. Santos, Milton. 2014. Metamorfoses do espaço habitado. São Paulo: EDUSP.

19. Silva, Jailson de Souza. 2012. “Carta para Zuenir Ventura”. En O novo carioca, compilado por Jorge Luiz Barbosa, Jailson de Souza Silva y Marcus Vinicius Faustini, 15-17. Río de Janeiro: Mórula.

20. Silva, Jailson de Souza. 2014. “As periferias roubam a cena cultural carioca”. En De baixo para cima, compilado por Eliane Costa y Gabriela Agustini, 55-78. Río de Janeiro: Aeroplano.

21. Soares Gonçalves, Rafael. 2015. “Favelas cariocas, acesso a direitos e políticas urbanas: Práticas e discursos”. En Dispositivos urbanos e trama dos viventes: Ordens e resistências, compilado por Patrícia Birman, Márcia Pereira, Carly Machado y Sandra de Sá Carneiro, 141162. Río de Janeiro: FGV

22. Ziccardi, Alicia. 2020. Ciudades latinoamericanas: La cuestión social y la gobernanza local. Antología esencial. Buenos Aires: Clacso.

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Aprobado: 2 de noviembre de 2021

Recibido: 5 de julio de 2021

DOI: https://doi.org/10.18389dearq32.2022.03

Psicogeografía de la ciudad sin tiempo y sin horario convencional.

Cronos y el territorio de la noche

Psychogeography of the city with no time and no conventional timetable. Chronos and the nighttime territory

Pocas veces la pregunta por el tiempo como dimensión esencial del ser humano y sus efectos en la interacción de las formas y los espacios en la vida urbana se tienen en cuenta en la propuesta integral para la ciudad de la noche. El artículo explora el fenómeno del tiempo nocturno a la luz de tres ejes transversales: tiempo-espacio, territorio en la ciudad nocturna y simbólica e imaginada, en el sector de Américas Central, localidad de Kennedy (Bogotá, Colombia). Aporta a la interpretación de ciudad desde el paradigma psicogeográfico como herramienta de análisis urbano y visibiliza las transformaciones del espacio día-noche materializado en un mapa psicogeográfico.

Palabras clave: análisis urbano, investigación acción participativa, deriva, espacio, noche urbana, mapa psicogeográfico.

jucare92@gmail.com

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.03

The question of time, as an essential human dimension and its effects on the interaction of forms and spaces in urban life, are seldom considered in a comprehensive proposal for the city at night-time. This research explored the nocturnal phenomenon in the light of three transversal axes: time-space, territory in the nocturnal, symbolic and imagined city, in Kennedy, Bogotá. It contributes to interpret the city from the psychogeographic paradigm as a tool for urban analysis and highlights the transformations of the day-night space materialised on a psychogeographic map.

Keywords: urban analysis, participatory research, drift, space, urban night-time, psychogeographic map.

Cómo citar: Restrepo, Juan Camilo. "Psicogeografía de la ciudad sin tiempo y sin horario convencional. Cronos y el territorio de la noche ". Dearq no. 32 (2022): 15-24. Juan Camilo Restrepo Universidad Nacional del Colombia
14 – 15

introducción

Para comprender cómo se ha construido el concepto de ciudad nocturna sin tiempo y sin horario convencional, retomo a dos de los teóricos de lo urbano. En 1974, Henry Lefebvre apeló a la configuración de la sociedad moderna para justificar cómo el espacio social se sometió al ámbito económico y constituyó la base fundamental de organización de la ciudad, cómo el énfasis económico sometió la temporalidad a su jerarquía y cómo los actores urbanos se vieron avocados a visualizar el tiempo en función del trabajo. Gilles Ivain (1958), miembro de la Internacional Situacionista (movimiento de vanguardia en la segunda mitad del siglo XX), en la primera edición de la revista Situacionista, propuso de manera incipiente la preocupación por la temporalidad en el ámbito urbano. Allí planteó la construcción de un modelo influencial de ciudad que tuviera en cuenta la distribución y organización armónica del espacio, pero además que diera relevancia a la temporalidad como característica fundamental para renovar la ciudad.

Lefebvre (2013), al abordar la teoría social del tiempo como parte esencial de la experiencia urbana, sustentó que era inviable asumir la representación del espacio sin la implicación temporal de las acciones que tenían lugar en este y señaló que la relación de los individuos con el espacio-tiempo del entorno urbano era heterogénea, integral y total. Para Lefebvre y varios de sus coetáneos, la renovación urbana no se concretaría hasta cuando se circunscribieran acciones que analizaran en la ciudad la incidencia de la dimensión espacio-tiempo. De allí que varias de las propuestas de ciudad para esa época incluyeran la noche como espacio para desarrollar la nueva vida cotidiana.

En las ciudades postindustriales, el tiempo y, en especial, el tiempo nocturno es una temática que ha logrado consolidarse en el campo de conocimiento de la geografía humana, cuyo propósito es analizar los determinantes sociales del espacio y los territorios, aplicando la transdisciplinariedad y tratando categorías con escenarios de complejidad como el que nos ocupa: espacio, tiempo y territorio. Ello requiere el concurso de diversas disciplinas y saberes para sumar esfuerzos teóricos y metodológicos, ya que una sola disciplina la desbordaría y, finalmente, lo que se conseguiría es una visión fragmentada.

La ciudad sin tiempo y sin horario convencional no contempla traslapar el día a la noche, ni alargar el tiempo diurno en la noche, ni atiborrarla de luces, ni siquiera iluminarla sin matarla, como proponen algunos. La propuesta va más allá de estas miradas funcionales, economicistas, incluso ambientales o laborales, la intención es visibilizar la noche como un ser vivo único; preservar su identidad y autonomía a través del tiempo; acompañar sus silencios, oscuridad y enigmas; desentrañar sus misterios cotidianos y cosmovisiones, hasta llegar a la noche urbana actual, en la que los ciudadanos ejerzan sus derechos en todos los espacios y temporalidades que van tejiendo el entramado urbano (fig. 1).

Es necesario entender la dimensión del tiempo de la noche como una noción cultural y socialmente construida; esto quiere decir que no solo debe entenderse desde sus especificidades físicas, como ausencia de luz, sino desde análisis psicogeográficos y otros enfoques cualitativos que recurren a los imaginarios sociales que giran en torno a la noche. La temporalidad influye sobre los sistemas de elaboración social de cada individuo; de esta manera, el tiempo de la noche funciona como un filtro con el cual los actores sociales van a interrelacionarse.

En la construcción social del tiempo se evidencian transformaciones de los espacios en determinados horarios, y la noche urbana sustenta imaginarios que, instalados en la estructura mental del individuo y la sociedad, determinan sus actuaciones. Trae consigo una diversidad de ideas preconcebidas que van a afectar las relaciones con el entorno, con la movilidad e, incluso, con la forma en que algunos actores se apropian de la ciudad.

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La noche es la mitad de la vida y la mejor mitad. Goethe

La ciudad sin tiempo es un continuum temporal que afecta las dinámicas transformadoras de las ciudades actuales (dinámica en el sentido de la física, que describe la evolución del tiempo de un sistema físico, en relación con los motivos o causas que provocan los cambios). Así, la geografía urbana muta, transformando la naturaleza y composición de la nocturnidad para impregnarla de otros ritmos temporales, espacios, funciones y horarios. De esta manera, los territorios urbanos cobran de noche un significado y paisajes diferentes con entramados complejos cuyos componentes están escondidos, confusos y se mimetizan.

En este sentido, articular territorio, espacio, temporalidad y ciudad incluyente va más allá de superar estas dinámicas y replantear la forma en que se entiende e imagina la ciudad nocturna. La idea es proveerla de otros actores de diferentes edades, géneros y culturas, que apenas si la conocen, “una ciudadanía nocturna que promueve los derechos de todos en el tiempo y en el espacio se articula con un derecho a la ciudad que no se limita al día, sino que existe para la totalidad del espacio público y en cualquier horario” (Gwiazdzinski 2014). Al igual que dotarla de múltiples escenarios y tipos de servicios, en horarios continuos y discontinuos que permitan satisfacer necesidades sociales como fuentes de empleos para sus habitantes; disminuir las aglomeraciones; mejorar la movilidad y la percepción de seguridad; revitalizar los espacios públicos; reutilizar espacios y equipamientos; ofertar servicios culturales, y, finalmente, construir un mayor sentido de pertenencia y calidad de vida.

problema de investigación

Teniendo en cuenta los viejos o nuevos problemas urbanos, pero definitivamente con nuevas aristas en una sociedad postindustrial, en constante transformación tecnológica y digital, en un mundo conectado en la inmediatez del tiempo, es necesario plantear nuevas formas de resolver las problemáticas

Figura 1_ Vista de la ciudad nocturna. Fuente: elaboración propia.
Deja a la gente que mire a su alrededor, ¿qué ven? ¿Ven el ‘tiempo’? Lo sienten después de todo; ellos están en el tiempo. Pero nadie ve los movimientos.
Henri Lefebvre
investigación 16 – 17

estructurales de cualquier metrópolis del siglo XXI. Es prioritario deconstruir la concepción de ciudad tradicional, con cronologías secuenciales y lineales, heredera del fordismo industrial y de la oposición ciudad-día (que trabaja) y ciudad-noche (que descansa o se divierte), para transformar la complejidad de las problemáticas actuales. Es preciso construir respuestas transdisciplinarias que den cuenta de ciudades policéntricas, que se disuelven y dan paso a realidades y tiempos líquidos, y de ciudades multirrítmicas, que cumplan con las nuevas características de habitar una ciudad contemporánea: conectividad, simultaneidad, proximidad, nuevos actores, diversidad, inclusión, fluidez, movilidad sostenible, ecología urbana, entre otros.

En la propuesta actual de ciudad se desconocen y excluyen sujetos, paisajes, escenarios y metodologías, todos ellos fundamentos teóricos necesarios e imprescindibles en una propuesta integral para una ciudad sin tiempo ni horario convencional. Categorías clave como espacio-tiempo-noche o territorio no se tienen en cuenta, y de esta necesidad surge la pregunta de investigación: ¿cómo la dimensión del tiempo, esencia del ser humano, afecta la interacción de las formas y los espacios en la vida urbana? A la que les siguen las preguntas: ¿cómo armonizar las categorías espacio-tiempo-noche y territorio y su interacción simbólica en la ciudad sin tiempo ni horario convencional? ¿Cómo intervenir la ciudad para que satisfaga las problemáticas de exclusión, nuevos sujetos, movilidad sostenible, partiendo de la transformación de la temporalidad en la ciudad sin tiempo ni horario convencional?

¿por qué interesarse en el tiempo y, sobre todo, en el tiempo de la noche urbana?

Empecé a interesarme en la nocturnidad trabajando en mi tesis de maestría en la Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá). La investigación trataba sobre cómo las formas y los efectos del ambiente urbano influyen en las emociones y el comportamiento de las personas en el tránsito del día a la noche en la UPZ 12 sector de Américas Central, localidad de Kennedy, en Bogotá (Colombia). El tiempo de la noche estuvo presente en muchos de los hallazgos, y a partir de esa investigación he venido reflexionando sobre la cuestión de la percepción de los espacios en la noche, de las territorializaciones, de la densidad poblacional, de los ambientes y de las emociones. La esfera nocturna representa uno de los ámbitos más conflictivos y complejos para los fenómenos relacionados con la vida de la ciudad.

Desde entonces, pensé en dedicar un estudio al tiempo de la noche, con la idea de investigar ¿cómo es el cotidiano de las ciudades en la noche? ¿Qué ha pasado con el tiempo nocturno en la ciudad occidental y en otras cosmovisiones? ¿La temporalidad y, en especial, el tiempo de la noche pueden cambiar la manera de interactuar con un lugar y con las personas que lo habitan? Las respuestas a estos interrogantes podrían fortalecer la articulación del tejido urbano mediante la implementación de políticas sobre la noche en la ciudad; fomentarían las formas de apropiación del territorio por parte de personas que no han podido habitarla, que la desconocen y rechazan; generarían un mayor sentido de apropiación con el entorno, de manera que se logren beneficios sociales, culturales, económicos y laborales, y contribuirían, de paso, a la solución del problema de densidad urbana.

Finalmente, la investigación sobre la temporalidad nocturna urbana tiene como alcance la estructuración de una propuesta metodológica de la nocturnidad que conecte y articule los componentes temporales, territoriales, culturales, ambientales y de densidad poblacional, como soportes y elementos de integración del hecho urbano en la ciudad, además de ayudar a mejorar la calidad de vida de sus habitantes (fig. 2).

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La ciudad sin tiempo convencional se convierte en una alternativa de solución profunda, compleja e integral a la problemática estructural pospandémica.

metodología. andando ando

El investigador urbano participa en la vida de las ciudades, las conoce, las callejea, se adhiere y apropia de ellas, tiene un conocimiento real de la extensión urbana, percibe los lugares y no lugares que son significativos para las colectividades, vive las problemáticas, descubre cuáles son los espacios y tiempos que son más usados, indaga por su trajinar y sabe que la ciudad no se puede abordar sin considerar la interacción existente entre la complejidad de las personas y los espacios tiempos que la habitan. En este sentido, les da relevancia a explorar, conocer y manejar métodos y técnicas de investigación que le permitan comprender los procesos sociales urbanos desde su interior, con una mirada abierta a lo inesperado, insólito, fugaz o transitorio, características inherentes a la cotidianidad urbana actual.

El surgimiento de la transdisciplinariedad y, con ella, el acumulado de métodos de investigación que estudian integral y sistemáticamente el hecho urbano trajeron consigo el desarrollo de métodos cualitativos que ponen en el centro del análisis al actor urbano o a la masa social que habita y hace la ciudad, buscando obtener una característica particular de calidad y cualidad en los datos hallados. Estos buscan, en las formas y representaciones, signos de los hechos y de las interacciones que surgen mediante un estudio en filigrana, aprovechada hoy por los urbanistas para realizar análisis urbanos y acercarse integralmente a sus cimientos.

En las últimas décadas, los urbanistas han venido buscando otras metodologías que no siempre dan cuenta de las relaciones, de las interacciones y de los entramados de cuanto sucede en la ciudad. En este sentido, es necesario transitar otros caminos de investigación que incluyan a las sociedades actuales, caracterizadas por vivir en espacios de tránsito, de flujo, inestables, de actores sociales con múltiples y complejos pensamientos, percepciones, modos y formas de apropiación física o simbólica de la ciudad, que permitan conocer y comprender de qué forma construyen lo urbano y mediante qué prácticas, espacios y temporalidades.

La investigación sobre la ciudad sin tiempo convencional propone una estrategia metodológica analítica, de diagnosis del ambiente urbano, desde un punto de vista transdisciplinar que aborda la articulación necesaria de las tres categorías: espacio-tiempo, nocturnidad y territorio en interacción simbólica. Estas constituyen las fuentes de las que se nutre la investigación que, además de utilizar los instrumentos de análisis y de interpretación de los datos que la cartografía social aporta, permiten repensar los espacios para la afirmación de la identidad individual-colectiva y visibilizar aquello que permanece oculto y construir una representación colectiva acerca del territorio.

La psicogeografía y la deriva, como propuestas conceptuales y metodológicas, se aproximan al conocimiento urbano de manera interdisciplinar, desde áreas diversas del conocimiento. Son herramientas para construir lógicas de pensamiento que le permiten al investigador representar la realidad y aprehender a través de la percepción de su cuerpo en el territorio. La ciudad actual, por ser un escenario heterogéneo, dinámico, fugaz, imprevisible y enfrentada a constantes mutaciones, habilita la práctica de la deriva para reconocer el entramado de relaciones ocultas que se desarrollan simultáneamente en el tiempo y cuya forma es difícil definir con exactitud (fig. 3).

La cartografía social incorpora los movimientos de los sujetos en el territorio, la representación de los actos, la mutación en el tiempo y la construcción de paisaje contemporáneo. Con esta metodología se redescubre la ciudad actual, compuesta de escenarios heterogéneos, dinámicos e imprevisibles, y

investigación 18 – 19

enfrentada a constantes mutaciones, entramados múltiples y relaciones ocultas-azarosas que se desarrollan simultáneamente en el tiempo y cuya forma es difícil definir con exactitud. Un investigador acucioso que participa en ese espacio tiempo se sumerge en nuevas puertas hacia la reflexión y ello le permite visibilizar elementos no acotados previamente.

La psicogeografía, las derivas y la cartografía social, como propuestas conceptuales de investigación-acción participativa y metodológicas, se aproximan al análisis urbano de manera integral y se constituyen en herramientas de elaboración de lógicas de pensamientos que le permiten al investigador urbano representar las realidades territoriales construidas por las comunidades y aprehender a través de su interacción en el territorio. Todo ello, coadyuva en los procesos endógenos de solución de conflictos y problemas y que, a su vez, permiten identificar recursos y potencialidades de los espacios socialmente determinados.

algunos resultados y avances de la investigación respecto a la nocturnidad

El siguiente análisis es resultado de la tesis de maestría, titulado “Psicogeografía de la ciudad, metamorfosis del espacio urbano en el sector de Américas Central localidad Kennedy en Bogotá”, así como de la investigación actual y en desarrollo sobre el tiempo de la noche urbana. A partir de las observaciones y derivas estructuradas y sistematizadas, en el paso del día a la noche se consideran algunos espacios que sufren metamorfosis en el sector objeto de estudio que permiten discutir y reflexionar sobre el tiempo de la noche:

• En el sector existe una sobreoferta de transporte en el horario diurno; sin embargo, en la noche disminuye considerablemente, lo que desestimula la ocupación y el uso de servicios de todo tipo que allí se generan.

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Figura 2_ Nocturnidad. Fuente: elaboración propia.

• Algunas calles del sector las cierran y presentan acceso restringido para los peatones en general. Este lugar tiene movilidad exclusiva para residentes y propietarios.

• Los transeúntes tienen la percepción de que es un lugar peligroso, y en la noche se incrementa el imaginario. La cantidad de mujeres que caminan es menor en proporción a los hombres.

• En la noche, la contaminación por ruido se triplica con la apertura de bares y cantinas, y los equipos de sonido a altos volúmenes superan los decibeles permitidos. También hay contaminación visual, por el exceso de avisos publicitarios con luces de neón y por residuos sólidos, malos olores y roedores, ya que no hay una disciplina rigurosa con el manejo de desechos y basuras.

• La presencia de recicladores y habitantes de calle se incrementa en la noche, así como aparecen en escenas personas de diverso género.

• La construcción social del tiempo evidencia las transformaciones del espacio en los horarios nocturnos a partir de la 7:00 de la noche y hasta la madrugada. La noche urbana sustenta imaginarios, creencias y pensamientos que se instalan en la estructura mental de las personas que habitan el lugar y determinan sus actuaciones.

La noche trae consigo diversidad de ideas preconcebidas, como:

• Labores de bares y cantinas se deben hacer en horarios nocturnos, porque en la noche es natural desarrollar este tipo de actividades de ocio.

• La inseguridad aumenta en el tiempo nocturno. Las personas que transitan caminan rápido apretando sus pertenencias con miedo a ser robadas.

investigación 20 – 21
Figura 3_ Psicogeografía aplicada a la ciudad. Fuente: elaboración propia.

• Las mujeres y personas LGBT pueden ejercer su ciudadanía con mayor libertad, se apropian del espacio con menores restricciones y la noche se hace cómplice para actuar con mayor autonomía.

• En la noche, las mujeres se sienten más seguras de sí mismas, empoderadas, respetadas, además en igualdad de condiciones con los otr@s en sus encuentros nocturnos.

• Aparecen expendedores de todo tipo de drogas.

• Se puede orinar en cualquier espacio, además de depositar deshechos en las calles.

• Las calles, los espacios y los equipamientos públicos se cierran, apagan luces y la oscuridad se hace cómplice de la clandestinidad.

qué hicimos con estos resultados en relación con la noche

• Evidenciar in situ cada uno de estos resultados y sugerir propuestas de reapropiación de los espacios y equipamientos públicos en la noche: parques que pueden ser cines o teatros al aire libre, centro comercial que reutiliza sus espacios de encuentro o colegios que pueden utilizarse para actividades deportivas o culturales. Priorizar los recorridos de caminata o de uso de ciclas o bicitaxis, ya que la zona cuenta con senderos peatonales amplios. Incentivar en este sector mayor apropiación del espacio nocturno, no solo con atractivos de ocio como bares y tabernas.

• Apuntar a convertir la noche urbana en la principal oferta cultural: obras de teatro, cines, recorridos nocturnos, conciertos, entre otras actividades artísticas, deportivas, educativas y turísticas, que ayudarían a transformar la visión negativa que adquiere el lugar en el tiempo nocturno. Así mismo, a largo plazo, se pretende configurar la noche como el principal escenario de oferta cultural, que los habitantes, transeúntes y vecinos la habiten, reconozcan y frecuenten. Se trata de acercar la demanda de los ciudadanos a la oferta cerca de su casa para asegurar una mezcla funcional que desarrolle interacciones sociales.

• Promover la convivencia y dinámicas comunitarias, arraigo vecinal y amor no solo por la casa que se habita, sino por las calles, espacios públicos, espacios verdes, equipamientos, tanto en el día como en la noche; diversificar y optimizar la paleta de servicios, gracias a lo digital, a los modelos colaborativos y al compartir; convertir las calles en espacios de movilidad, libres de carbono y monóxidos, fomentando el consumo de proximidad para descubrirlos caminando o en bicicleta.

más allá del caso específico

Cuando se piensa la ciudad en el tránsito del día a la noche, se generan representaciones opuestas, excluyentes y complejas. Asociar la luz con el día condiciona un orden que se debe seguir, al punto que se quiere hacer de día a la noche, con el objetivo de controlar el orden para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

En este sentido, una de las estrategias para descifrar el significado del espacio urbano es a través de las oposiciones entre el día-noche, el contraste entre luz y oscuridad o el tiempo procesado socialmente para regular los horarios de trabajo y de descanso. Las reglamentaciones de la vida urbana se establecen de acuerdo con si es día o de noche, con las acciones de los habitantes o con los equipamientos que están orientados por convenciones sociales que instituyen las rutinas viables de los lugares en distintas horas o lo que se ha denominado institucionalización temporal de las prácticas sociales.

Lo oscuro se convierte en metáfora de actividades prohibidas, aun durante el día; no obstante, alrededor de la noche se evidencia la relación con lo clandestino y lo prohibido, sin perder de vista que, además, es tiempo de descanso,

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recogimiento, romance, placer, así como de concentración y trabajo. La nocturnidad urbana es el escenario en el que se encuentran los contrastes y opuestos, el goce y el sacrificio, la perfección y la decadencia, el placer y el peligro.

En la noche citadina se reelabora la ciudad, se separa el poder, las actividades realizadas no son solo económicas, para la industria o la producción; surgen en los escenarios nocturnos la ilusión de autonomía que invoca al juego del tiempo, se hace presente la magia de la creatividad, arte, literatura, prácticas ancestrales, astronómicas; plantas y animales desarrollan sus ciclos vitales; tiempo no colonizado en el que se considera aplazar el control.

Las regulaciones y los controles que se dan sobre las actividades nocturnas, por estar consideradas en el imaginario social como el tiempo-espacio en el que la violencia, la inseguridad y las actitudes transgresoras se exacerban, no han permitido pensarla como un organismo vivo que requiere espacios-tiempos únicos, respetuosos, gratuitos, abiertos, accesibles para vivir, trabajar y disfrutar con infinitas posibilidades.

a modo de conclusiones generales

Durante el proceso de investigación, como resultado de la psicogeografía, las derivas, la investigación-acción participativa y la cartografía social, se construyó participativamente con algunos habitantes, comerciantes y artistas los mapas psicogeográficos del sector objeto de estudio. Estos describen las emociones cotidianas del día-noche y la influencia del medio social (edificios, calles, aceras, equipamientos y zonas verdes) sobre las personas que frecuentaban determinadas áreas, prácticas y rutinas. Se cartografió la influencia emocional sobre los habitantes, y así las relaciones y las descripciones se revelan de forma azarosa, no por su funcionalidad, sino por su carácter emocional.

investigación 22 – 23
Figura 4_ Avances de la investigación. Fuente: elaboración propia.

En el desarrollo de esa investigación y en la actual se han encontrado vacíos en cuanto al estudio de la fragmentación del tiempo, que redunda en la falta de comprensión espaciotemporal del fenómeno de la noche. Esta se ha abordado más con enfoques filosóficos, economicistas, funcionales, y la noche urbana se presenta como un hecho atemporal, tal vez porque los planteamientos fluctúan entre lo simple y lo sorprendente. Su particularidad cotidiana es desconocida constantemente, aunque es preciso reconocer que los estudios sobre la noche con características propias que difieren de las diurnas son recientes, iniciales y faltan aspectos por investigar que fortalecerían un marco y corpus sólido para el conocimiento del tiempo nocturno urbano.

Es tal la diversidad de la ciudadanía contemporánea y la necesidad de inclusión respetuosa y equitativa de todas, que se requiere deconstruir la noción del tiempo convencional del día, la noche y todas sus intervalos: amanecer, mañana, mediodía, tarde, atardecer, crepúsculo, noche, medianoche y, nuevamente, amanecer por nuevas aperturas, continuas y discontinuas que configuren la espiral virtuosa de los tiempos urbanos. Surge la necesidad de investigar las cosmovisiones que tienen las diversas culturas sobre la noche y aportar a esta discusión una postura decolonial que analice comparativamente el cotidiano de la noche que han vivido y construido.

La propuesta psicogeográfica de la ciudad sin tiempo y sin horario convencional va más allá de la perspectiva de alargar el día a la noche de las ciudades, de la necesidad de ofrecer servicios que se desarrollan en el día, de oficios que necesariamente son veinticuatro horas, como la salud o determinados empleos y actividades, incluso el ocio; y, por supuesto, de la mirada economicista, todas ellas importantes y con un común denominador: el tiempo de la noche, y es aquí donde reside la importancia de abordar esta investigación.

La ciudad sin tiempos convencionales requiere una estrategia sostenible que aborde procesos de cambio, de usos, prácticas y fenómenos en un mismo espacio y diferente temporalidad que no ha sido suficientemente estructurada y carece de categorías prioritarias en los análisis urbanos. La ciudad sin tiempo convencional se convierte en una alternativa de solución profunda, compleja e integral a la problemática estructural pospandémica.

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Aprobado: 14 de octubre de 2021

Recibido:

"San Luis y El Campín, memorias de barrio. Una apuesta más allá de lo formal". Dearq no. 32 (2022): 25-33.

DOI: https://doi.org/10.18389/ dearq32.2022.04

Daniela Aguilar Torres mdaguilart@unal.edu.co Universidad Nacional de Colombia

Jorge Enrique Uricoechea Florez jeuricoecheaf@unal.edu.co Universidad Nacional de Colombia

Eduardo Meza Cuesta jemezac@unal.edu.co Universidad Nacional de Colombia

Omar Daniel Cantor Carpintero odcantorc@unal.edu.co Universidad Nacional de Colombia

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.04

San Luis y El Campín, memorias de barrio. Una apuesta más allá de lo formal*

San Luis and El Campín neigborhood memories. Beyond the formal proposal

Este artículo se propone relatar la propuesta metodológica que se aplicó en la construcción de la historia de los barrios San Luis y El Campín de forma conjunta con sus vecinos, explicando por qué en este proceso investigativo fue importante el trabajo con la comunidad y hacer hincapié en los productos finales y su carácter creativo y novedoso que involucra distintos saberes y experiencias. Al final, se muestran las razones por las que esta metodología se debería replicar en otras investigaciones sobre historia urbana, así como los aprendizajes y los retos que esto conlleva para posteriores ejercicios.

Palabras clave: historia urbana, historia de Bogotá, comunidad, habitar, participación, metodología abierta.

This text describes a methodological proposal applied for a research, which aim was to construct the history of these neighbourhoods together with their neighbours. It explains why the investigative process with the communities is important, focusing on the outcomes and their new and creative character that involves different knowledge and experiences. It concludes with the reasons why this methodology should be applied in other work on urban history and explains the lessons and challenges for future projects.

Keywords: urban history, history of Bogota, communities, dwelling, participation, open methodology.

* Este artículo se basa en el proyecto de investigación: “San Luis y El Campín, memorias de barrio. Una historia desde el habitar”, financiado por la Convocatoria para la Financiación de Proyectos de Investigación de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, en 2019.

5 de julio de 2021
Cómo citar: Aguilar, Daniela, Jorge Enrique Uricoechea, Eduardo Meza y Omar Daniel Cantor.
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la historia urbana desde las comunidades. ¿por qué es importante incluirlas?

Lo que ocurre con la historia urbana es, en cierta forma, una síntesis de los debates que giran en torno a la naturaleza misma del urbanismo. Inicialmente, se concibió como una disciplina en la que tendrían cabida la arquitectura y la ingeniería; pero luego fueron agregándose otras profesiones más asociadas con las ciencias sociales y las humanidades, pues se fue comprendiendo que la ciudad, más que un espacio simplemente “construido”, era un vivo reflejo de las sociedades donde surgía y se desarrollaba. Por esta razón, la concepción de ciudad ha sufrido transformaciones en los últimos siglos, de la mano de cambios trascendentales en la economía, sociedad, medio ambiente, demografía y política.

Algo similar ocurre con la historia urbana, pues su estudio ha dependido del periodo histórico en el que este se ha abordado, así como de la disciplina que la trata. Carlos García Vásquez (2016) proponía ver la historia de las teorías sobre la ciudad desde tres profesiones: historia, arquitectura y sociología, pues consideraba que estas podrían resumir de forma relativamente completa el acervo teórico existente. Otros autores se remiten no tanto a las historias sobre las ideas de ciudad, sino sobre las ciudades mismas, las causas de su desarrollo y su rol en la formación de las sociedades contemporáneas (Landa, 2020). Pero sigue apareciendo la duda sobre la que no existe consenso ¿qué estudia o debería estudiar la historia urbana?

En el campo del urbanismo, en general, y de la historia urbana, en particular, quizá estas cuestiones no lleguen nunca a tener respuesta. Así mismo, se han considerado metodologías para estudiar las ciudades desde una perspectiva histórica, que también han sido una contribución particular de muchas disciplinas, como la historia, la sociología, la arquitectura, el urbanismo, el derecho, la literatura, entre otras (Landa, 2020). No obstante, independientemente de las alternativas que se han propuesto en el ámbito académico, existe un vacío que no se ha podido llenar por completo: si la ciudad es un territorio donde las personas viven, trabajan, disfrutan y se movilizan —a la manera un poco de la Carta de Atenas— la academia no las ha tenido en cuenta lo suficiente, y esto está cambiando.

El análisis de los procesos urbanos ocurridos desde una perspectiva histórica sigue siendo fundamentalmente academicista, y si se han incluido conocimientos y memorias de las personas que los han vivido, simplemente se han asumido como un instrumento más de investigación. Además, la historia urbana, al menos es la tendencia en las últimas décadas, se ha estado concentrado ya no tanto en ciudades enteras y en grandes fenómenos urbanos, sino en los barrios, pues la ventaja que estos representan —en términos metodológicos— es que permiten reunir mejor las diferentes memorias que sus habitantes han experimentado a lo largo de su vida, y darles mayor valor en el sentido de reconocerlos como sujetos principales en la historia de su sector. Según Tamayo y Wildner:

[…] la identidad colectiva se erige en la vida cotidiana a partir de coordenadas espacio temporales, lo cual no significa que el papel del espacio se circunscriba a ser el mero espacio de las prácticas identitarias, sino supone reconocerlo como uno de sus componentes, de modo tal que es posible sostener que un cambio en la identidad puede desembocar en una transformación espacial y viceversa.

(Citados en Kuri 2015, 169)

¿Por qué es importante reconocer la voz, la memoria, las vivencias y experiencias de los habitantes para adquirir mayor conocimiento sobre la historia de las ciudades? Existen dos razones: la primera es, simplemente, porque estuvieron ahí. Los documentos históricos, las fotografías, los archivos fonográficos y la cartografía de la época son elementos muy útiles para construir un relato histórico, pero aun así son incompletos, pues no dicen todo lo que se necesita saber. En ese sentido:

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[…] la memoria es un terreno de disputa en donde participa la versión oficial de la historia, ya que los “recuerdos son constantemente elaborados por una memoria inscrita en el espacio público, sometidos a los modos de pensar colectivos”, pero también influidos por los paradigmas científicos de la representación del pasado. (Pinilla 2013 citado en Saldarriaga 2021, 86)

La segunda razón por la que es importante reconocer a los habitantes de las ciudades es porque la academia y las comunidades han estado separadas desde hace mucho tiempo, y es una deuda reconocer a estas personas como voces válidas para construir conocimiento sobre la ciudad y el urbanismo. Conocer la historia urbana de la mano de las personas que experimentaron este devenir histórico hace que aquella sea mucho más cercana a la gente, pues la empodera e, incluso, puede ayudar a crear un sentido de pertenencia hacia los territorios, en este caso, hacia sus barrios.

Por estas razones, este artículo se propone relatar la propuesta metodológica que se aplicó en esta investigación, cuyo objetivo fue construir la historia de los barrios San Luis y El Campín de forma conjunta con sus vecinos, explicando por qué en este proceso investigativo fue importante el trabajo con la comunidad y haciendo hincapié en los productos finales y su carácter creativo y novedoso, que involucra distintos saberes y experiencias. Al final, se exponen las razones por las que esta metodología se debería replicar en otras investigaciones sobre historia urbana, así como los aprendizajes y los retos que esto conlleva para posteriores ejercicios.

historia urbana y comunidad: un diálogo y reconocimiento conjunto para la construcción de la historia

El propósito fundamental de este trabajo conjunto es reconocer la necesidad de transitar hacia metodologías de carácter abierto en los proyectos de investigación sobre historia urbana, entendiendo que en la apertura se superan viejas consignas, como el trabajo unidisciplinario y los sistemas lineales de investigación, donde su comprobación surge generalmente a partir de esquemas teóricos o caracterizaciones estructuradas de ciertas formas o fenómenos ya estudiados. Si bien, no se quiere señalar que estos esquemas no arrojan resultados meritorios, solo se busca destacar que, al abrir los campos de estudio y compartirlos con otras disciplinas, también permite abrir la academia a sectores para generar un espacio de construcción de conocimiento de primera mano y de manera dialéctica.

De estos acercamientos, también reconocimientos a la historia de estos dos barrios, más que completarse, se llenó de sentido, pues el documento bibliográfico o de archivo, aunque confiable en términos académicos, no incluye sentires, saberes, ideales y vivencias que, de alguna manera, hicieron posible la construcción histórica de estos barrios. Estos procesos de transformación del territorio son dialécticos, por cuanto transforman a las comunidades y ellas mismas transforman los territorios. Las prácticas sociales van configurando y reconfigurando la relación entre las comunidades y los espacios urbanos, creando de esta manera una identidad colectiva que, con el paso del tiempo, se va transformando en una memoria colectiva. Por esta razón: “La memoria intersubjetiva es producto de la acción social, política y cultural y, simultáneamente, es una esfera instituyente de prácticas sociales, es decir, la memoria es justamente praxis social. Bajo este ángulo, no hay memoria intersubjetiva sin identidad colectiva y viceversa” (Kuri 2015, 170). Por esto, es importante señalar su valor metodológico desde tres aristas principalmente:

• El enfoque interdisciplinar que, más allá de ser un intento por dialogar con otras disciplinas, es también un intento aún en construcción de conciliar las diferentes disciplinas en torno a un lenguaje común, entendible desde cualquier profesión y las personas interesadas en el tema.

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Es una invitación a cuestionar las formas y formatos tradicionales para llevar el conocimiento sobre los territorios a quienes realmente les interesa: los habitantes.

• La metodología de carácter abierto, como eje principal en el acercamiento empírico a los lugares u objetos de estudio, es decir, sumergirse asertivamente en la complejidad del fenómeno más que en su comprobación teórica y, con ello, visibilizar el fenómeno estudiado de forma holística.

• La emergencia de replicar este enfoque y metodología en otros casos de estudio o investigaciones pero, esencialmente, romper las barreras (invisibles) entre academia y sociedad, reconociendo a las comunidades urbanas como sujetos válidos y pertinentes en la construcción colectiva de conocimiento.

Se puede decir que esta propuesta metodológica adquiere un carácter “abierto”, es decir, conlleva un “sistema de encaje recíproco de lo extraño, lo curioso y lo posible” (Sennett 2019, 14), lo que significa que esta metodología no está cerrada a un trabajo exclusivamente disciplinar y académico, sino que su proceso y sus resultados serán productos también de fuentes alternativas de información, de las cuales surgen las experiencias, las memorias y los sentires que están en el interior de otros sujetos de conocimiento, como las comunidades urbanas.

La matemática Melanie Mitchell describe un sistema abierto como “aquel en el que grandes redes de componentes sin control central y sencillas reglas operativas dan origen a un comportamiento colectivo complejo, un sofisticado procesamiento complejo de la información y una adaptación mediante aprendizaje o evolución” (citada por Sennett 2019, 14). De hecho, el autor considera que esta complejidad es evolutiva, pues no es producto de una condición preestablecida, sino que es fruto de la retroalimentación y la selección de información (Sennett 2019).

Precisamente, este es uno de los fundamentos de que la investigación en historia urbana no les ha dado el suficiente reconocimiento: al no incluir y reconocer a las comunidades urbanas como sujetos de saber, se deja de presentar un proceso de retroalimentación entre sus experiencias y conocimientos que contribuyen a enriquecer la evolución del campo de estudio. Así que esta forma de abordar la historia urbana puede ser una manera de ampliar el espectro, que no se reduzca a la búsqueda de archivos históricos, sino que incluya las voces de las personas que vivieron y participaron en los fenómenos que se están estudiando.

¿Por qué los barrios? La cercanía y la intersubjetividad que implica la existencia de un barrio, así como sus orígenes comunes, las reivindicaciones y luchas que sus vecinos pudieron tener en algún momento, sus lugares comunes y prácticas sociales y culturales, son elementos que permiten la construcción de una historia que, en gran medida, también puede explicar e, incluso, contener parte de la historia de una ciudad (Kuri 2015). Sin embargo, la inclusión de los habitantes no solamente se hace como un ejercicio de reconocimiento de su subjetividad y validez en la construcción del conocimiento, sino porque, en términos metodológicos, sus experiencias y memorias son valiosas para entender los fenómenos, sus posibles causas y efectos, así como su rol o vivencia en estos. Este es el principal propósito de esta propuesta metodológica.

La inclusión de las comunidades barriales en el relato histórico y la investigación sobre la historia urbana no es algo nuevo. Por ejemplo, un estudio realizado por Edith Kuri (2015) sobre el barrio La Fama, en Ciudad de México, analizó sus orígenes en torno a una fábrica de textiles surgida en siglo XIX y relató cómo su formación en torno a este edificio fue configurando varias relaciones y reivindicaciones vecinales —especialmente alrededor de las luchas sindicales— y tradiciones —como la celebración de la Virgen de la Concepción el 8 de diciembre—, lo que permitió la cohesión vecinal a lo largo del siglo XX.

En Colombia, si bien la tendencia en las historias de los barrios se está consolidando en la historia urbana, también están surgiendo propuestas dirigidas a este propósito, incluso desde los ámbitos institucional y académico. Un ejemplo de ello es el proyecto “Voces… Patrimonio de una nacionalidad”, realizado por la

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Los habitantes experimentan, practican, construyen y transforman los territorios, al tiempo que son transformados por estos.

Las cédulas catastrales son documentos que resumen los cambios en la propiedad de un predio y en sus características edilicias, de uso de suelo, de precio, entre otros. Estos documentos fueron utilizados por la Oficina de Catastro de Bogotá hace pocas décadas.

Escuela de Medios para el Desarrollo de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, en Bogotá (Gutiérrez 2011). En este proyecto, los participantes buscaron “construir” la historia del barrio Minuto de Dios a través de la recuperación y el reconocimiento de las vivencias de los vecinos que habitaron este sector desde sus orígenes. Los resultados de este proyecto fueron recopilados y presentados en un portal multimedia en el que aparecen tanto las voces de los vecinos como otros documentos de la época, que permiten visualizar y conocer la historia de este barrio.

Estos ejemplos incluyen a los vecinos en la recopilación de información y en el conocimiento de estos barrios. Sin embargo, como en el texto sobre La Fama, a estos vecinos no se les da el suficiente reconocimiento como una parte vivencial y fundamental en el desarrollo de este barrio. En su lugar, la participación de los habitantes solamente se tomó en cuenta en la recopilación de información, sin llegar a incorporarlos en la investigación y en la misma construcción de la historia del barrio. Ambos casos comparten un elemento en común: parten de una perspectiva disciplinar (sociología y medios de comunicación, respectivamente), lo que implicaría que el alcance de los trabajos sea limitado.

Nuestra propuesta metodológica, si bien reconoce la importancia de los documentos históricos y los textos científicos, también tiene como propósito la difusión del conocimiento más allá de los espacios académicos. De esta forma, a pesar de que se presentan ponencias y artículos, también pretende que los resultados del proceso sean conocidos tanto por los vecinos y, de ser posible, por las personas que tienen cierto interés por la historia urbana y las historias barriales.

san luis y el campín, aplicación de una apuesta metodológica

El proyecto San Luis y El Campín reúne estos propósitos: primero, una apuesta por la interdisciplinariedad, en la que el conocimiento de diversas disciplinas contribuye al entendimiento integral de la historia urbana; segundo, el reconocimiento de la visión de las personas y las comunidades en la formación y transformación de las ciudades y sus espacios, y tercero, la priorización de formatos gráficos e interactivos que posibilitan no solo a la comunidad académica acceder a estos, sino con la motivación de que las personas que quisieran conocer un poco más sobre la historia del sector accedan a esta información sin necesidad de tener un alto conocimiento sobre urbanismo.

Con este propósito, durante el desarrollo del proyecto se buscó construir la historia de los barrios, de la mano de los vecinos, a través de la realización de talleres y entrevistas. Inicialmente, por medio de un taller de cartografía social, se indagó sobre los lugares más importantes del barrio y las problemáticas que se experimentaban en ese momento. Con ello, se conocieron a aquellas personas que probablemente tenían un mayor conocimiento sobre la historia de los barrios y sus problemáticas. Después se realizaron varias entrevistas con estas personas, en las que se indagó sobre la misma historia del sector, las razones por las que decidieron vivir ahí, algunas experiencias comunitarias vividas y otras indagaciones. Esto posibilitó conocer un poco el perfil social, económico y cultural de las personas que habitaban este sector.

El objetivo del taller “Un chocolate con sabor a historia” fue la construcción colectiva de una línea del tiempo que reuniera las memorias y las vivencias de los vecinos. En paralelo, se había construido otra línea más “académica”, que fue el resultado de una investigación en la que se indagaron recursos bibliográficos y documentos de archivo, como planos de los proyectos de los barrios y sus propuestas de loteamiento, escrituras de predios (con las que se conocieron un poco los perfiles de los primeros dueños) y cédulas catastrales,1 donde se encontró información acerca de las características prediales y arquitectónicas del barrio en sus inicios.

1.
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Con otros documentos oficiales —como los Anales del Concejo de Bogotá, que reúnen las actas de las sesiones del órgano deliberativo de la ciudad—, junto con la prensa de los años treinta y cuarenta del siglo anterior, se logró indagar sobre los orígenes del barrio. Además, también se hicieron recorridos con los vecinos, reuniones y otras actividades que posibilitaron conocer los sitios más importantes del sector, las reivindicaciones de la comunidad y otros hallazgos que enriquecieron el relato.

Buscando ir más allá de la presentación de unos resultados de investigación a través de documentos académicos, en el proyecto se planteó, por un lado, la edición de un libro-álbum en el que se relata la historia de San Luis y El Campín de una forma más creativa y cercana hacia las comunidades. Por otro lado, la realización de una exposición, en la que se mostrarían testimonios, experiencias, relatos y también objetos cotidianos de la época que contará la historia de los barrios desde los vecinos y por ellos mismos. Sin embargo, por la situación de pandemia por covid-19, que aún se está experimentando, esta exposición se convirtió en un portal multimedia cuyo propósito no se modificó.

El libro-álbum resume los resultados de la investigación en una narración gráfica que presenta a dos personajes principales (Ignacio y Cecilia), quienes cuentan la historia de los barrios como propia (figs. 1, 2 y 3). La idea era que en su historia de vida se reflejarán los resultados de toda la investigación, haciendo partícipes a sus habitantes, encontrando esos puntos comunes entre historias y buscando que se sintieran representados con la narrativa del libro como reflejo de su propia historia de vida, además de llegar a un público más amplio en términos de edad, nivel educativo, condición socioeconómica, etc., lo que difícilmente se podría lograr con los formatos tradicionales.

La exposición virtual fue una decisión que se tomó debido al contexto de la pandemia generada por el covid-19 y las implicaciones que tuvo para desarrollar espacios de encuentro. En principio, se pensaba como la posibilidad de mostrar los resultados en el mismo territorio, teniendo a los dos barrios como escenario de las piezas gráficas. Debido a la pandemia, se optó por montarla virtualmente, pero de manera interactiva. El espacio seguiría siendo protagonista y, para esto, se desarrolla una exposición virtual por medio de un video en 360 grados que ubica en el espacio físico-virtual de los barrios los relatos, los planos, los documentos, etc., para contar la historia del barrio en él mismo (fig. 4).

Figura 1_ Fragmentos del libro-álbum San Luis y El Campín. Una historia desde el habitar (en edición).

Fuente: elaborado por Gabriela Otálora.

Figura 2_ Fragmentos del libro-álbum San Luis y El Campín. Una historia desde el habitar (en edición).

Fuente: elaborado por Gabriela Otálora.

Figura 3_ Fragmentos del libro-álbum San Luis y El Campín. Una historia desde el habitar (en edición).

Fuente: elaborado por Gabriela Otálora.

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Ambos productos buscaron hacer accesible el conocimiento construido de los barrios hacia la mayor cantidad de personas posible. Estos formatos que privilegian la imagen sobre el texto permiten una mayor cercanía con las personas que tienen algún interés en estos temas, sin importar su edad y su contexto, por lo que la historia urbana y, en este caso, la historia de un sector de la ciudad de Bogotá es una representación de las voces y memorias de sus habitantes.

reflexión y conclusiones

Esta metodología puede ser un importante ejemplo en la replicación en otros espacios y otras latitudes, ya que una de sus principales ventajas es que no pretende ser una propuesta universalista que deba aplicarse tabula rasa sin tener en cuenta las particularidades sociales, económicas, nacionales y urbanísticas de las ciudades. Nuestra propuesta metodológica, retomando brevemente a Richard Sennett, es flexible y de carácter abierto, por lo que no debe tomarse con rigidez, sino que dependerá del contexto y las comunidades donde se aplicará. En este sentido, una de sus ventajas es que permite la constante retroalimentación y transformación para su fortalecimiento.

Además, esta propuesta no pretende reproducir el paradigma de la epistemología científica, la cual considera que el saber de las personas no es válido, al no ser “expertas”. Desde una perspectiva decolonial y un contexto latinoamericano, buscamos hacer que este tipo de metodología propicie el diálogo de saberes con las comunidades, ya que estas han sido actores fundamentales en la configuración y reconfiguración de los territorios. Por todo ello, son imprescindibles en la construcción no solo de la historia urbana y el urbanismo, sino del conocimiento general. Tampoco se pretende deslegitimar las metodologías tradicionales, sino que ambas se complementen para entender un fenómeno multidimensional, como lo es la ciudad.

Para finalizar, entendemos que es posible recoger estas experiencias tal y cual ocurrieron. Más que esto, buscamos incitar a nuevos investigadores y planificadores a priorizar la creatividad en el momento de llevar a cabo sus investigaciones y en la toma de decisiones sobre los territorios urbanos. Es una invitación a cuestionar las formas y formatos tradicionales para llevar el conocimiento sobre los territorios a quienes realmente les interesa: los habitantes.

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Pese a que los resultados de este proyecto fueron óptimos, al contar con la participación de profesionales de diferentes disciplinas y con las experiencias de varios de sus habitantes, existen elementos que deben mejorarse para posteriores investigaciones: por ejemplo, no se tuvo la posibilidad de discutir los productos mismos que se presentan aquí con los vecinos, sino que, por causa de la pandemia, terminó siendo una decisión del grupo. Es importante entender que estos procesos no son lineales sino diferentes, por lo que el ritmo de una investigación puede sufrir diferentes transformaciones a lo largo de esta. En posteriores ejercicios, es importante fortalecer esta parte para conocer más las expectativas de los vecinos.

Los procesos participativos y de construcción colectiva de conocimiento no solamente se deben reducir a la historia urbana, sino ampliarse en el ejercicio del urbanismo, ya que los habitantes experimentan, practican, construyen y transforman los territorios, al tiempo que son transformados por estos. Hay una relación entre las comunidades y los espacios urbanos. Es necesario replicar dichos procesos, especialmente en la planeación urbana, ya que muchas decisiones sobre el territorio afectan sus dinámicas sociales. El urbanista debe cambiar su rol de “planificador” a ser “intérprete” de la realidad de los territorios, y la academia debe apostar por acercarse más a las comunidades para dar ideas que solucionen sus necesidades más concretas.

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Figura 4_ Exposición virtual. Memorias de Barrio. Fuente: elaboración propia a partir de https://experience. memoriasdelbarrio.com/index.html.

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investigación 32 – 33

Registros del paisaje. Lectura de cartografías históricas en los Esteros del Iberá (Argentina)

Landscape Traces. Historical cartographies in the Iberá Wetlands (Argentina)

Construir un hilo argumental para poner en valor un paisaje cultural implica documentar una historia de su territorio, así como reconocer las huellas que las sociedades fueron imprimiendo según sus saberes y creencias. En Latinoamérica, muchos de estos paisajes culturales se caracterizan por sus grandes dimensiones y por la escasa información que dé cuenta de su evolución. Este artículo reflexiona sobre el uso de las cartografías históricas como base para dicha construcción, recopilando y reelaborando documentos de la historia de los Esteros del Iberá, según un hilo cronológico que relaciona esos mapas y relatos de viajeros con momentos históricos relevantes.

Palabras clave: paisajes culturales, cartografía histórica, Esteros del Iberá.

Building a story line to value a cultural landscape implies documenting a history of its territory, recognising the traces that societies printed overtime according to their knowledge and beliefs. In Latin America, many of these cultural landscapes are characterised by their large dimensions and scarce initial information. This article reflects on the use of historical maps as the basis for this construction, collecting and reworking documents on the history of the Iberá wetlands, according to a chronological thread that relates traveller’s tales to relevant historical moments.

Keywords: Cultural landscape, historical cartography, Iberá Wetlands.

Virginia Romero Dapozo

vire_romerodapozo@hotmail.com Universidad Politécnica de Cataluña

Aprobado: 28 de octubre de 2021 Cómo citar: Romero Dapozo, Virginia. "Registros del paisaje. Lectura de cartografías históricas en los Esteros del Iberá (Argentina)". Dearq no.

Recibido: 5 de julio de 2021

(2022): 34-45. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.05

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.05

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Dearq 32

introducción

Construir el hilo argumental para poner en valor un paisaje cultural implica documentar la historia de la construcción de su territorio. Y para reconocer las huellas que las sociedades fueron imprimiendo según sus saberes y creencias, al igual que ponerlas en valor como un rico legado histórico, resulta imprescindible una lectura intencionada.

En Latinoamérica, muchos de los paisajes culturales se caracterizan por sus grandes dimensiones y por la escasa información de partida. Este es el caso de los Esteros del Iberá en la provincia de Corrientes (Argentina), un extenso humedal de más de 12.000 km2, uno de los más grandes de Sudamérica y reconocido por su biodiversidad. Escondido en el centro de la provincia y alejado de los núcleos urbanos, el Iberá atesora una cultura marcada por el agua, en la cual los escasos habitantes aprenden a sobrevivir en una geografía singular. La dinámica del territorio, la gran extensión territorial, la reducida densidad y los escasos elementos antropizados dificultan el reconocimiento del legado histórico. Entonces, ¿cómo descifrar las huellas que modificaron el paisaje?

Un recurso básico en la construcción e interpretación de este territorio se encuentra en el registro que ilustres viajeros dejaron en su paso por la región. Por diferentes razones, recopilaron datos, relatos y elaboraron ricas cartografías que significan un inmenso aporte al conocimiento territorial.

Estos registros ponen de manifiesto la relación entre el hombre y el paisaje, que denominamos paisaje cultural, entendido desde la visión de Carl Sauer (1925) como el resultado de la acción de un grupo social sobre un paisaje natural. En esta obra, el autor profundiza en el análisis de las transformaciones del paisaje debido a la acción del ser humano y propone una metodología que se basa en la recopilación de datos, revisión de mapas antiguos o interpretación de relatos de viajeros para comprender y poner en valor el territorio.

Algunas veces, los registros del territorio se encuentran a simple vista y, en otros casos se requiere un estudio profundo para descifrarlos. Dentro de estos registros, los mapas históricos se destacan como un dispositivo visual entre los geógrafos y fuera de su comunidad (Lois 2009). Actualmente, constituyen una valiosa herramienta para interpretar el paisaje, pero es importante destacar que la construcción de los mapas determina una representación de la realidad y para utilizarlos como herramienta de interpretación es imprescindible entender el contexto en el que se realizaron, debido a que la representación varía según el origen y la intención del autor (Harley 2005). Al analizar los mapas, se busca una aproximación a los hechos históricos que se imponen en el territorio, cuyos resultados conforman el paisaje actual.

investigación 34 – 35
Figura 1_ Planisferio de Castiglione de Diego Ribero, 1525. Fuente: Gallica.

El mapa como registro gráfico puede parecer simplemente la representación de la realidad en un momento dado; pero una segunda lectura, más atenta, nos puede llevar a una novedosa y rica interpretación. Es decir, es posible construir un relato que destaque el valor de la construcción histórica mediante documentos gráficos elaborados durante un largo periodo e identificar momentos históricos que representan las transformaciones territoriales más relevantes.

El objetivo de la investigación fue recopilar sucesos de la historia de los Esteros del Iberá, para identificar momentos que representen la identidad del territorio y pongan en valor el legado histórico. Para ello se seleccionaron antiguos mapas y relatos de viajeros, centrando el interés en su percepción y descripción, y no tanto en el propósito para el cual fueron trazados.

La información obtenida se presenta ordenada cronológicamente y se destacan tres momentos: el primero, “Revelar lo invisible”, abarca el descubrimiento, exploración, conquista y primeras ocupaciones del territorio; el segundo, “Miradas ajenas”, describe distintas miradas e intereses de personajes que exploraron el lugar, y el tercero, “Desde el interior del Iberá”, brinda una mirada singular que contrasta con las anteriores. Finalmente, se presenta una reflexión basada principalmente en una parte suficientemente documentada de la historia de la región.

revelar lo invisible

En 1494, la inmensidad del nuevo territorio genera un conflicto de intereses entre los reinos de España y Portugal que lleva a firmar el Tratado de Tordesillas. El acuerdo establece un reparto de las zonas de navegación y de conquista. A partir de ese momento se dibuja el nuevo mundo a través de relatos, cartas, apuntes de los navegantes o, algunas veces, la imaginación. Las formas de representación son muchas y diversas, pero con un objetivo común: hacer visible lo invisible.

A medida que comienzan las primeras expediciones e incluso antes de que los conquistadores navegaran los ríos, se levantan diversos mapas que representan de forma mítica el nuevo mundo. Se advierte un gran uso de la imaginación que los colonizadores comprueban al afrontar las dificultades de recorrer el lugar.

Figura 2_ Padrón Real de Diego Ribero, 1529. Fuente: Biblioteca Nacional de Francia, disponible en Gallica (https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b53023022k). Figura 3_ Exagerada representación de los ríos afluentes de la cuenca del Plata. Fuente: elaboración propia.
de Tordesilla Dearq 32
Cuenca del Plata
Linea

(https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/ btv1b8596657h.r=paragvay?rk=858373;2).

Se destacan los aportes de las órdenes religiosas, en particular de los jesuitas. Su organización basada en una idea muy clara de la perdurabilidad requiere un profundo conocimiento del lugar. Trazaron mapas para mostrar al mundo el trabajo de descubrimiento, expedición y particularmente de evangelización del continente. Aprenden a valorar la abundancia de los recursos naturales, las grandes extensiones territoriales y atienden a determinados accidentes geográficos, como el Iberá que, de a poco, evoluciona de lo invisible a un reconocido elemento natural.

Uno de los primeros registros son los portulanos de la Corona española, documentos secretos que detallan minuciosamente la línea de costa del continente americano (figs. 1 y 2). Por la exagerada representación de los ríos afluentes de la desembocadura del río de la Plata (fig. 3), se denota un particular interés por esa región. El dominio portugués condiciona el acceso al territorio por lo cual esa región representa el portal de acceso al sur del continente.

El mismo lugar, años más tarde, se convierte en el eje central de las expediciones. El conocimiento del territorio, de a poco, empieza a revelarse, así como los habitantes del lugar. En el mapa de la figura 4 se destaca una gran diversidad de pueblos originarios, como los charrúas, quiloacas, mepreses y carios. Llama la atención la identificación de los guaraníes en letras mayúsculas como pretendiendo abarcar en una denominación una vasta cantidad de comunidades originarias (fig. 5).

El mapa “Provincia de Paraguay”, de 1732 (fig. 6), contiene una gran cantidad de información y precisión con respecto a los mapas previos. Ello refleja el avance en la colonización del territorio. Por primera vez se representa el Iberá ubicado en el centro de la provincia de Corrientes. El enorme sistema hídrico compuesto por islas flotantes, esteros, bañados y lagunas interconectadas por riachos se simplifica con líneas firmes que delimitan un espacio determinado.

El río Paraná se consolida como eje de conquista y sobre su margen se fundan las primeras ciudades. En la figura 7 se presenta un esquema interpretativo del Iberá en el centro de dos situaciones territoriales en relación con el límite actual de la provincia de Corrientes. El Iberá separa dos estructuras de pueblos: por un lado, sobre la ruta de descubrimiento se encuentran las ciudades de los españoles; por otro, se desarrollan las reducciones jesuíticas.

Figura 4_ Paraguay, o la provincia del río de La Plata, con las regiones adyacentes de Tucumán y Santa Cruz de la Sierra. Fuente: Biblioteca Nacional de Francias, disponible en Gallica
Carios Quiloacas Chaurruaes Quirandies Tenbues Aigais Mepenes Mequaretas Asunción Santa Fé Buenos aires investigación 36 – 37
Figura 5_ Eje de los ríos Paraná y Paraguay y reconocimiento de las comunidades originarias. Fuente: elaboración propia.

miradas ajenas

A partir del siglo XVIII, una serie de hechos históricos inciden en las transformaciones territoriales. En 1767, la expulsión de los jesuitas por parte de la Corona española instaura un nuevo régimen en las misiones guaraníes. En 1777, con el Tratado de Ildefonso, firmado entre España y Portugal, se da el reconocimiento y exploración de sus límites territoriales. Al mismo tiempo comienza un periodo científico que se caracteriza por la intervención en el territorio de botánicos, naturalistas, cartógrafos e ingenieros. Desde diversas perspectivas efectúan mapas, crónicas y memorias a través de la observación, con el fin de registrar toda la información para dar a conocer al mundo.

En 1781, con el objetivo de delimitar las posesiones españolas, son enviados al territorio los demarcadores reales, como el ingeniero aragonés Félix de Azara, que arriba en el momento en que la geografía y la cartografía comienzan a ser consideradas disciplinas científicas.

Durante su estancia en el último rincón en la tierra, como él mismo denomina al lugar, realiza un gran número de viajes y registros. En 1792, publica el “Mapa Esférico de la Provincia de Paraguay, que comprende la jurisdicción de Corrientes y las Misiones Guaraníes” (fig. 8). En su trabajo se destaca la ambición de querer cartografiar estos territorios tan extensos y el mérito de ser uno de los más exactos.

El dibujo de esta porción del territorio evidencia la estrecha relación entre la ciudad de Asunción y la provincia de Corrientes. Ambas son ciudades de españoles fundadas relativamente al mismo tiempo, a orillas del Paraná. Sin embargo, hay un incremento demográfico en los pueblos alrededor de Asunción y un notable estancamiento en la región de Corrientes (fig. 9). La representación de los Esteros del Iberá también conforma una continuidad con los Esteros de Ñeembucú en Paraguay; se representan los cursos menores de los ríos y se diferencian esteros y lagunas.

Figura 6_ Provincia de Paraguay, 1732, n.º 23 del catálogo en Cartografía jesuítica del Río de la Plata (1936). Fuente: Guillermo Fúrlong Cárdiff, tomado de https://archive.org/ details/cartografiajesui00furl/page/n25/mode/2up.

Figura 7_ Esquema interpretativo del Iberá en el centro de dos estructuras territoriales en relación con el límite actual de la provincia de Corrientes. Fuente: elaboración propia.

Iberá Corrientes Asunción Rio Paraguay Río Paraná Río Paraná Dearq 32
Ciudad de españoles Pueblos de indios Reducciones jesuíticas guaraní

Posiblemente, esta mirada un poco más atenta surge de haber viajado allí en noviembre de 1787. Azara expresa su deseo de conocer el lugar y las aves que allí habitan, entendiendo esta región como un lugar conocido e interesante por sus características naturales (Mitre 1873).

La revolución de mayo de 1810 significó el desmembramiento del antiguo virreinato y la formación de las provincias de la incipiente nación argentina. En la región este periodo se caracteriza por un clima inestable de guerras civiles e invasiones, como la expedición militar al Paraguay que comanda heroicamente el general Manuel Belgrano.

Belgrano, reconocido por ser el creador de la bandera argentina, relata la formación y marcha del ejército en sus Memorias sobre la expedición al Paraguay (1811). La ruta, estratégicamente elegida para cruzar el río Paraná y sorprender a Paraguay, comprende un vasto sector del Iberá. Describe la región como despoblada, de caminos áridos e identifica el sufrimiento de la marcha al atravesar las artillerías y municiones sobre la peculiar topografía del Iberá.

Con la definición de la frontera interior se produce un incremento de la población, acompañado de un creciente proceso de urbanización. Al mismo tiempo, la ganadería se consolida como principal actividad productiva (Maeder y Gutiérrez 2003).

En este contexto, entre 1826 y 1854 arriban a la región dos viajeros franceses. Alcide D’Orbigny, auspiciado por el Museo de Historia Natural de París, es uno de los primeros naturalistas europeos en recorrer Sudamérica. Luego, Martín de Moussy es contratado para explorar la Confederación Argentina durante la presidencia de Urquiza (1854 y 1860). Ambos realizan un importante trabajo de descripción y sus publicaciones constituyen fuentes de conocimiento relevantes de la región en

dicha época. Figura 8_ Carta esférica de la provincia de Paraguay de Félix de Azara, 1792. Fuente: Donald A. Heald. Rare Books, Print & Map. Figura 9_ Esquema interpretativo de los poblados en Corrientes y Paraguay. Fuente: elaboración propia.
Iberá Corrientes Asunción Rio
Río
Río
Ñembecú investigación 38 – 39
Ciudad de españoles y pueblos de indios Reducciones jesuíticas guaraní
Paraguay
Paraná
Paraná

En sus expediciones, D’Orbigny se atreve a indagar sobre la diversidad del paisaje correntino, incluso a adentrarse a la recóndita laguna Iberá, que se encuentra fuera de los límites del territorio conocido. La mayoría de las descripciones se refieren a las particularidades paisajísticas. En su relato se muestra intrigado por conocer el Iberá, pero al mismo tiempo cuenta los pesares del viaje y el cansancio que provoca atravesar los esteros y bañados. Uno de sus mapas de 1935 (fig. 10) comprende las provincias de Corrientes y Misiones. D’Orbigny representa minuciosamente la naturaleza como los ríos, riachos, esteros, lagunas, bañados y palmares de Yatay; también evidencia la consolidación urbana, al identificar pueblos, capillas, postas y estancias, así como los caminos de conexión. La laguna Iberá se encuentra en el centro, donde tierras aparentemente poco aptas para el asentamiento conforman un límite a la expansión de las provincias de Corrientes y Misiones.

Desde la ciudad de Corrientes, la población se expande en forma de abanico hasta el Iberá, y sobre el margen del río Paraná se asientan la mayoría de los pueblos, mientras que en el interior se concentran las estancias. En la provincia de las misiones, en cambio, la expansión se consolida de forma longitudinal a ambos lados del río Uruguay. La representación de las conexiones evidencia una estrecha relación de la colonización con la topografía. Los cursos del agua afluentes del Iberá modelan el territorio y conforman lomadas longitudinales entre valles aluviales donde se disponen los caminos (fig. 11).

A la gran cantidad de información aportada por sus antecesores, De Moussy incorpora singularidades del ámbito natural e incorpora comentarios que contribuyen a una mejor comprensión del territorio. En su mapa (fig. 12) sobre el sector del Iberá se puede leer: “Enorme tierra inundada, sembrada de islas, estanques pantanosos, bosques anegados e islas flotantes en la parte oriental” (De Moussy 1865). Resalta nuevamente la dificultad que caracteriza este territorio.

El gran crecimiento demográfico de la provincia contrasta con el despoblamiento que se observa esa región. Con respecto a los pueblos, se reconoce un entramado más consolidado. La provincia de Corrientes avanza sobre el territorio de las misiones y se expande hacia el sur. Esta nueva estructura busca conectar ambos lados del Iberá y fortalecer la relación con Buenos Aires, la capital de la incipiente nación. Incluso se advierte la llegada del ferrocarril que acentúa esa relación (fig. 13).

r=D%27Orbigny?rk=85837;2)

Figura 10_ Carta de la provincia de Corrientes y el territorio de las misiones de Alcide D’Orbigny, 1835. Fuente: Biblioteca Nacional de Francita, tomado de Gallica (https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b53100282f. Figura 11_ Esquema interpretativo de ocupación, conexión y producción en relación con la topografía. Fuente: elaboración propia. Provincia de Corrientes Provincia de las misiones Pueblos Estancias Iberá
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Corrientes Río Paraná Río Paraná

Figura 12_ Carta de la provincia de Corrientes y el territorio de la Misiones de Víctor Martín de Moussy en 1865. Fuente: David Rumsey Map Collection, disponible en https://bit.ly/3jJuPZF

Figura 13_ Esquema interpretativo de ocupación, conexión y producción en Corrientes. Fuente: elaboración propia.

Figuras 14, 15, 16 y 17_ Plano catastral de la nación argentina, hojas 26, 27, 33 y 34 del Atlas del plano catastral de la República Argentina, de Carlos de Chapeaurouge, 1901. Fuente: Library of Congress, disponible en https://bit.ly/3w0KbxO.

En la conformación de los Estados nacionales, las mediciones de tierras y la confección de mapas conforman herramientas que contribuyen al conocimiento y control del territorio. Lo que interesa principalmente es su función fiscal.

En Argentina, se destaca el Atlas del plano catastral de la República Argentina de Carlos de Chapeaurouge, publicado en 1901, que representa todas las parcelas urbanas y rurales conocidas y proyectadas en el territorio nacional; además, contiene información acerca de las particularidades geográficas. “Este atlas es un producto único en el país, y tiene pocos equivalentes a nivel internacional, por su envergadura, por su cobertura y porque se realizó fuera de las instituciones oficiales” (Favelukes 2015, 190). En la región de Iberá el atlas significa un impulso a la modernización frente a las miradas de carácter marginal y marca un punto de inflexión en su representación y en el relato territorial (figs. 14-17).

En la figura 18 se identifican tres estructuras diferentes de acuerdo con la forma de las parcelas. En la ciudad de Corrientes y su entorno son parcelas alargadas y perpendiculares a los cursos de los ríos y riachos, los cuales conforman también el límite de la propiedad. Hacia el este, tienen una estructura más ramificada propia de los amplios terrenos llanos. Por último, hacia el sur tienen una relación de lados más uniforme, las dimensiones son más pequeñas y aparentan encontrarse en el territorio de manera más ordenadas, probablemente por ser las más recientes. En algunos casos, estos trazos perduran hasta la actualidad.

Las cuadrículas uniformes que conforman los poblados que no diferencian llanuras, cerros, riachos y lagunas son el resultado del orden urbano que, al mismo tiempo, remarca la diferencia del suelo rural y urbano.

La búsqueda de progreso llega incluso al interior del Iberá donde se pueden apreciar las parcelas irregulares de las pocas islas de tierra firme que contiene el humedal, es decir, los espejos de agua no representan la totalidad del territorio.

En este segundo recorte temporal, la región del Iberá es percibida como tierras pantanosas, anegadas e improductivas, difíciles de recorrer y que incrementan las dificultades en las comunicaciones, pero al mismo tiempo, por su ubicación en el centro de las trasformaciones, es testigo de la conformación de límites, la expansión territorial, las conexiones y las diferentes formas de producir a lo largo del tiempo. Sus infinitos espejos de agua que se esconden entre vegetaciones palustres reflejan, también, la identidad del lugar.

Provincia de las misiones Pueblos Estancias Ferrocarril
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Corrientes Río Paraná Río Paraná
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desde el interior del iberá

En el interior del Iberá la comercialización de pieles producto de la caza cobra gran importancia como actividad productiva. Es realizada por aquellos personajes que no son asimilados por las estancias o las colonias. Estos cazadores, conocidos como mariscadores, son el emblema de los Esteros del Iberá. Su actividad no se reduce a la caza, sino que conforman una cultura con conocimientos ancestrales, una cultura transmitida de padres a hijos.

Don Pedro Pablo Cabrera, un cazador, baqueano y conocedor de los secretos más profundos del Iberá, nace en 1923 en la zona de Capivarí (en guaraní Kapi y vary, arroyo de los carpinchos). En su recorrido por el Iberá, confecciona un mapa testimonio de sus andanzas en cada rincón del ámbito. Su representación, a manera de boceto, carece de precisión geográfica; sin embargo, a diferencia de todas las imágenes presentadas anteriormente, es la única cartografía del Iberá que contiene en detalle más de setenta referencias de diferentes lugares (fig. 19). Distingue con colores las lagunas y canales de los esteros y montes. Identifica en el interior las casas y los campos existentes. También recoge, mediante una línea de trazo, sus principales recorridos, probablemente aproximados, ya que estos varían de acuerdo con el movimiento de la vegetación flotante. Este mapa representa una mirada única, que interpreta profundamente la forma del territorio, representa una mezcla de fascinación y misterio y logra poner en valor un lugar que constantemente se referencia como impenetrable.

Alrededor de 1983, con la creación de la Reserva Natural en el Iberá (fig. 20), inicia un nuevo capítulo que se destaca por la conservación de los recursos naturales, la belleza escénica y los ecosistemas, momento que parece apropiado para finalizar este recorrido.

reflexiones finales

A lo largo del recorrido histórico sobre el territorio donde se encuentran los Esteros del Iberá, analizando las cartografías relevadas y las crónicas que ilustres personajes dejaron a su paso, es posible obtener una aproximación a su construcción histórica.

Como tantos paisajes latinoamericanos que aparentan desarrollarse al margen de los grandes hechos de la historia, cargados de estigmas marginales y cuyo desconocimiento es su característica principal, tienen una historia por contar.

Figura 18_ Esquema interpretativo de plano catastral de la nación argentina. Fuente: elaboración propia. Figura 20_ Mapa del mariscador superpuesto a la provincia de Corrientes con el límite de la Reserva Natural. Fuente: elaboración propia en base en el Instituto Geográfico Nacional de Argentina. Pueblos Colonias agrícolas Ferrocarril Iberá Corrientes Río Paraná Río Paraná
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Corrientes Río Paraná Río Paraná

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Es interesante cómo un mismo lugar es percibido de diferentes maneras y ofrece diversas perspectivas de acuerdo con el autor y el contexto histórico. Sin duda alguna, los locales, cuyo sentido de pertenencia y experiencia de recorrido entre juncales y vegetaciones flotantes, son los que mejor representan y expresan el Iberá. Su característica infranqueable convirtió al lugar en una caja de resguardo de los patrones esenciales que conforman una cultura propia.

Estos registros históricos pueden utilizarse como herramientas de interpretación que motivan el trazo de nuevos mapas y conforman valiosos recursos de información que ofrecen un marco contextual único para entender, predecir y diseñar el futuro. Sin embargo, cabe destacar que la complejidad del humedal, conformado por bañados, esteros, lagunas y cursos fluviales, y su dinamismo, que genera cambios en su configuración brindando una inmensa variedad de lugares, implican una dificultad en su representación. Por estas características, este paisaje requiere un esfuerzo adicional que logre poner en valor la forma del territorio.

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Figura 19_ Mapa de los Esteros del Iberá dibujado por el mariscador don Pedro Pablo Cabrera. Confeccionada aproximadamente en 1950. Fuente: Posada Aguapé Lodge.
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La trama del metro. Patrones de transformación en torno a las estaciones del Metro de Santiago (Chile)

The metro network. Transformation patterns near the Santiago Metro stations (Chile)

El metro es una infraestructura urbana que tiene el potencial de integrar la trama de espacios públicos y tejido edificado en la ciudad. Esto se explora en el Metro de Santiago, tomando como caso de estudio la línea 3. A través del análisis morfológico del entorno de sus estaciones, se contrasta la vocación urbana inicial del sistema con sus actuales lineamientos de diseño. Así se conforma, en suma, un relato de las formas de crecimiento de Santiago y de las estrategias de inserción del metro en ellas, que revela la preferencia actual por el hermetismo y la autonomía de la red.

Palabras clave: desarrollo urbano sostenible, morfología urbana, espacio público, proyecto urbano, transecto metropolitano, línea 1, línea 3.

The metro is a type of urban infrastructure that has the potential to integrate a network of public spaces and built-up fabric in the city. This is explored in the Santiago Metro, taking line 3 as a case study. With the morphological analysis of the stations’ surroundings, the initial urban proposal for this system is contrasted with its current design guidelines. This describes ways in which Santiago has grown and the strategies used for the metro’s insertion, which reveals the current preference for the confinement and autonomy of the network.

Keywords: sustainable urban development, urban morphology, public space, urban design, metropolitan transect, line 1, line 3.

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.06

Recibido: 5 de julio de 2021 Aceptado: 1 de septiembre de 2021 Cómo citar: Hidalgo, Rocío. "La trama del metro. Patrones de transformación en torno a las estaciones del Metro de Santiago (Chile)". Dearq no. 32 (2022): 46-58. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.06
Dearq 32

introducción

El metro o “ferrocarril subterráneo” surgió en la segunda mitad del siglo XIX como una adaptación del ferrocarril suburbano que se introdujo hasta el corazón de las ciudades. En su inicio buscaba resolver las necesidades de los masivos desplazamientos de la ciudad industrial, pero con el tiempo se convirtió en un elemento que trasformó de manera radical los hábitos, las formas de vida y la experiencia colectiva, hecho que se plasma con diferentes ritmos en la propia estructura y forma construida de la ciudad.

En Santiago (Chile), el metro llegó en la década de 1970, como pieza clave de un ambicioso proyecto de modernización. Se construyeron nuevos ejes de accesibilidad, que consolidaron las áreas centrales e impulsaron el desarrollo de la periferia, lo que sumó interés y complejidad al sistema de espacios públicos de la ciudad. En las décadas sucesivas, el metro continuó su expansión, respetando los trazados del plan original, pero abandonando progresivamente su compromiso con el espacio público a escala local. Sus líneas y estaciones cubren hoy los más diversos entornos de la capital, pero se integran de manera dispar a la experiencia colectiva de cada lugar.

Este artículo analiza las transformaciones morfológicas detonadas por la llegada del metro en este contexto. A partir de la observación del entorno de diferentes estaciones, se busca comprender las lógicas de transformación de la ciudad, como base para proyectar una adecuada inserción de futuras infraestructuras de metro. Nos preguntamos:

¿De qué forma la llegada del metro modifica los patrones urbanos de los lugares que atraviesa?

¿Qué patrones morfológicos se observan a lo largo de sus trazados?

¿Qué transformaciones detona en la permeabilidad, granulometría y compacidad de un lugar?

¿De qué modo puede contribuir el metro al desarrollo sustentable de una determinada área en la ciudad?

Es comúnmente aceptado que el metro actúa como un catalizador de transformación urbana, un inductor de urbanidad, capaz de intensificar las relaciones de la vida y del entorno construido de un determinado lugar (Gómez Ordóñez 2002; Clua 2017). Esto se expresa, no obstante, con diferentes matices, dependiendo del área urbana en que nos encontremos y de la capacidad y voluntad del metro para interactuar con los demás agentes de construcción de la ciudad.

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En Santiago, el metro ha transitado desde una vocación explícita de integración urbana, que alineaba el diseño de sus trazados y estaciones con un proyecto mayor de ciudad, hacia un modo de intervención más autónomo, que privilegia la construcción segura y eficiente de su sistema por sobre una contribución urbana. ¿Dónde se observan estos diferentes modos de actuación en Santiago?

¿Qué factores los condicionan y qué consecuencias ha tenido cada uno para la conformación del tejido urbano?

Estos desafíos se abordaron en el marco de un Taller de Investigación de la carrera de Arquitectura, tomando como caso de estudio la línea 3 del Metro de Santiago (L3) y cuyos resultados constituyen la base de este artículo. El taller se desarrolló en el 2020, en plena época de pandemia, a partir de la interpretación de fotografías aéreas, complementada con revisión bibliográfica y visitas a terreno. Esta exploración se plasmó en un “atlas morfológico” que compara los entornos de las 18 estaciones de la línea y que analiza cualitativa y cuantitativamente sus condiciones de urbanización, parcelación, edificación y espacio público.

El estudio revela gráficamente los modelos de ciudad que componen la trama de Santiago, acusando el grado de adaptabilidad o resistencia tanto del tejido urbano como del sistema de metro para entablar un diálogo conjunto. La exploración de la “trama del metro” se propone, de este modo, como una revisión de la capacidad y disposición de cruce entre metro y ciudad en diferentes contextos, pero también como relato de la evolución del sistema de metro y de su contribución a la conformación del Santiago metropolitano.

metro y tejido urbano

El metro, subterráneo, a nivel o elevado, tal como otras infraestructuras urbanas, ha acompañado desde mediados del siglo XIX el desarrollo de las ciudades y ha contribuido a definir su forma, carácter y líneas de crecimiento. La inserción de sus trazados y particularmente de sus estaciones ha introducido nuevas variables en las lógicas de transformación del tejido urbano, produciendo cambios en la trama vial y el espacio público, pero también en la configuración de la propiedad, las densidades y los tipos edificatorios (Hidalgo 2012).

El tejido urbano es lo que dota a la ciudad de su coherencia física y social, especialmente a escala de barrio. La palabra tejido sugiere el entrelazamiento de hilos para crear una entidad mayor que la suma de sus partes, pero sugiere también la capacidad de transformarse y modificarse, para tejer un patrón diferente. Los distintos tipos de tejido en la ciudad pueden describirse en términos de densidad urbana, en complemento con la consideración de las proporciones de ocupación de suelo y espacios abiertos. La red de calles establece el orden y estructura del tejido; mientras que la subdivisión predial organiza el “negativo” de la malla de calles y da lugar a la división entre espacios construidos y espacios abiertos, espacios públicos y espacios privados y a terrenos de distintos tamaños (Salat 2011).

De manera concordante, los trabajos de Makri (2014) y Martín y Vinyes (2017) muestran cómo en la evolución y crecimiento de una ciudad se conjuga la acción de dos fuerzas: la acción sobre el espacio privado y la que tiene lugar sobre el espacio público. Makri da cuenta, a través del relato de los proyectos y la construcción del Metro de Atenas, del predominio en la evolución de esta ciudad “de lo particular sobre lo común”, de la transformación preferente del espacio privado con una sobreexplotación del tejido edificado y una expansión radial de las líneas de metro, con mínimos cruces.

Martín y Vinyes, en su examen del subsuelo de Barcelona, reiteran esta polaridad de fuerzas, distinguiendo en primer término entre intervenciones “bajo los lotes” o “bajo espacio público”. Definen distintos tipos de entornos según las formas de ocupación del subsuelo con diferentes “usos” y diferentes “redes

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de infraestructura”, incluida la red de metro; además, observan su relación con los patrones de ocupación sobre rasante. Destacan los lugares donde redes y usos, espacio público y espacio privado se interconectan y dan lugar a “nudos de redes mayores con aglomeración de usos”, que se observan en Barcelona, pero también en enclaves singulares de otras ciudades como la “ciudad subterránea” de Pekín o la ville intérieure de Montreal.

En este contexto, interesa revisar las estaciones de metro como potenciales piezas de enlace entre lo público y lo privado, entre redes y usos, entre lo subterráneo y los niveles superiores y entre el vacío y lo edificado en las ciudades: piezas estratégicas que desde emplazamientos acotados son capaces de conectar realidades diversas y distantes, conciliar distintos intereses y desencadenar efectos de más amplio alcance. Infraestructuras susceptibles de trascender su función primordial de transporte y alinearse con los preceptos del desarrollo urbano sostenible, que promueve la integración de las infraestructuras como parte activa de la construcción del entorno y los hábitos de vida. Las estaciones debieran ser, en este sentido, entidades urbanas multifuncionales, públicas, visibles, interconectadas, socialmente productivas, localmente específicas, flexibles, adaptables y fruto del trabajo conjunto de diversos actores y disciplinas (Bettencourt 2019).

Las estaciones constituirían así momentos de intensificación de la vivencia del tejido urbano, piezas estratégicas dentro de la trama metropolitana, para el incremento de la permeabilidad, densidad y diversidad de determinados entornos. Enclaves de interconexión entre lo público y lo privado, lo abierto y lo cerrado, la superficie y el subsuelo, y diferentes ritmos e intereses ciudadanos, como factores clave para la construcción de un futuro urbano más sustentable.

la trama metropolitana

A partir de 1950, Santiago se consolidó como el área urbana más poblada del país: superó el millón de habitantes y concentró más del 40 % de la población nacional. Este crecimiento se debió a las migraciones del campo a la ciudad, que se vieron acentuadas por la crisis del salitre de los años veinte y que determinaron, a partir de entonces, la duplicación de la población y de la superficie de Santiago cada veinte años (Galetovic y Jordán 2006).

La ciudad fue creciendo en esos años mediante la agregación desarticulada de nuevas áreas pobladas en torno al centro, como resultado de tomas de terrenos y políticas de vivienda que promovieron la anexión de territorios en la periferia, distantes y carentes de servicios urbanos. Frente a esta situación, se formularon el Plan Regulador Intercomunal de Santiago de 1960 (PRIS) y en complemento el Plan de Transporte de 1970. El primero establecía los límites, el destino y la articulación de las diferentes zonas urbanas y proponía la formación de quince subcentros que abastecerían de servicios y equipamientos a la periferia. El segundo proponía la construcción de una contundente red de obras de vialidad y metro que daría acceso y conexión a los nuevos y desmembrados entornos capitalinos y que establecería, en definitiva, una nueva estructura y forma urbana para Santiago. Como afirma Poduje (2006), prácticamente todas las vías intercomunales y buena parte de las avenidas de la capital se planificaron en esa época y se construyeron en las cuatro décadas posteriores. Ello permitió, a través de sus calzadas, la expansión del transporte público y, de este modo, la consolidación de los sectores residenciales de la periferia y la urbanización de los territorios rurales intermedios (fig. 1).

El Metro de Santiago fue pieza clave de este esfuerzo de articulación metropolitana y emblema de un proyecto de modernización de la ciudad. Su diseño, por encargo del Ministerio de Obras Públicas de Chile y bajo la dirección del arquitecto y urbanista Juan Parrochia, estuvo en manos del consorcio chileno-francés BCEOM-SOFRETU-CADE (Parrochia 1979). Tras el desarrollo de exhaustivos estudios de ingeniería, se propuso, en 1968, el primer proyecto de metro para

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La mirada comparada de la primera época de construcción del metro, en contraste con sus actuaciones más recientes, nos permite afirmar que la trama del metro ha perdido complejidad

Santiago, con una red inicial de cinco líneas, tres urbanas y dos suburbanas o expresas, que se extendían radialmente hacia los sectores de crecimiento de la ciudad y se concentraban en el centro, para desde sus estaciones acceder peatonalmente al corazón de la ciudad. Este proyecto se fue concretando en las décadas siguientes hasta completar en la actualidad una red operativa de siete líneas, 140 kilómetros y 136 estaciones, que se diferencian del plan original fundamentalmente en su expansión hacia el sureste, área entonces no prevista de crecimiento de la ciudad (fig. 2).

Las obras del metro se iniciaron en la década de los setenta, con la construcción de las líneas 1 y 2 (L1 y L2), que grababan los ejes cardinales de centralidad y crecimiento obrero de la capital. Mientras la L1 se definió en sentido este-oeste y consagró el eje de máxima representatividad de la ciudad: el eje Alameda-Providencia, la L2 se dispuso en sentido norte-sur e inyectó una nueva urbanidad en la periferia residencial.

La vocación urbana de estas dos líneas se plasmó de manera excepcional en la articulación de sus trazados con el diseño tipológico de sus estaciones. El pensamiento del paso del metro bajo la Alameda se tradujo en el diseño de las estaciones tipo A: amplias naves de doble altura que se disponían a mediana distancia bajo el eje de la avenida, atravesadas por una o dos mesaninas suspendidas, que resolvían a la vez el acceso al metro y el libre paso peatonal bajo la calzada vehicular (fig. 3). El metro circula aquí dos niveles bajo tierra, liberando un nivel intermedio para la conexión trasversal de las infraestructuras y del tejido urbano de uno y otro lado de la avenida. La ubicación de la mesanina a lo largo de cada estación se define en función de su calce con el tejido peatonal del entorno, consagrándose esta pieza como nudo de enlace del entramado de metro y superficie en la ciudad.

Figura 1_ Plan Regulador Intercomunal de Santiago de 1960 (Parrochia 1996, 47); Plan de Transporte de 1970 (Parrochia 1996, 11), y fotografía de avenida Grecia en la periferia sur de Santiago, c. 1975 (Parrochia 1979, 188).

Figura 2_ Esquema de cinco líneas del Plan de Metro de 1968 (Hidalgo 2012, 54); líneas ejecutadas de metro en 1980 (Hidalgo 2012, 66), y red del metro actual, más la proyección de las líneas 7, 8 y 9. Fuente: elaboración propia según Hidalgo (2012).

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La incursión del metro en la periferia residencial, que representó el trazado sur de la L2 pero también el tramo inicial de la L1 en el sector oeste de la capital, se tradujo, por su parte, en el diseño de las estaciones tipo D, donde el espacio de la mesanina se sitúa a nivel con la rasante de la calle. Ello da lugar a la construcción de un “pabellón de metro” que emerge en la superficie y que instaura la significación de lo público, como monumento pero también como ámbito de encuentro en el lugar (D’Hooghe 2016). El metro discurre en estos casos un nivel bajo tierra, combinando tramos cubiertos y en trinchera en el eje de las nuevas autopistas y avenidas parque del Plan de Transporte. La estación se vislumbraba en ese contexto como nueva infraestructura orientada a comandar el desarrollo de la naciente periferia metropolitana (fig. 4).

El acierto urbano y arquitectónico de estas tipologías, particularmente de la del tipo A, se confirmó en su aplicación en las nuevas líneas y extensiones del metro ejecutadas hasta 1997, fecha de inauguración de la línea 5, a partir de la cual la tipología de las estaciones se modificó debido a la introducción de nuevas técnicas de construcción. Las obras a tajo abierto de las décadas de 1970 y 1980 dieron paso en la década de 1990 a la construcción elevada del tramo sur de la línea 5 y, posteriormente, a la construcción cerrada o por túnel de la extensión de la línea 2 y la nueva línea 4, técnica que se adopta para la construcción de las líneas sucesivas. El metro discurre en esta modalidad a mayor profundidad y el diseño de sus estaciones se adecua a la forma y ubicación de sus piques de construcción: excavaciones cilíndricas de acceso a los túneles, que enfatizan la condición subterránea y aislada del sistema. Si bien esta técnica mejora los tiempos y costos de construcción y minimiza la alteración de la superficie durante su ejecución, su aplicación en Santiago se ha traducido en una disminución de la preocupación por las relaciones del espacio del metro con el tejido urbano y el espacio público del entorno de sus estaciones.

Figura 3_ Axonométrica de estación tipo A (Hidalgo 2012, 83) y croquis de entorno de la estación La Moneda, bajo la Alameda (Parrochia 1979).
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Figura 4_ Axonométrica de la estación tipo D (Hidalgo 2012, 89) y croquis de entorno de la estación San Pablo, en la periferia residencial del extremo oeste de la línea 1 (Parrochia 1979).

el transecto de la línea 3: “atlas morfológico” en torno al metro

Cada una de las líneas del Metro de Santiago atraviesa, como herencia del Plan de 1968, un segmento significativo de la ciudad. Cada una de ellas establece, a modo de “transecto metropolitano” (Bosselmann 2011), un recorrido que enseña y enlaza diversos entornos. ¿Cómo asumen este potencial las nuevas líneas del Metro de Santiago? ¿Cómo se relacionan sus estaciones con los diversos entornos atravesados? ¿De qué forma las nuevas técnicas constructivas y su tipología de estaciones contribuyen a esta tarea?

El transecto es un método de muestreo longitudinal con dimensión reducida proveniente del campo de las ciencias naturales, que se ha adoptado para analizar la extensión del paisaje metropolitano (fig. 5). Consiste en la selección de cortes transversales que permiten luego la descripción, análisis y comparación de la distribución y las condiciones de la forma urbana en diferentes contextos. Si bien se utiliza preferentemente como método descriptivo, puede también orientarse a la acción, en la medida en que el contraste de las características de la forma urbana de las diferentes áreas representadas inyecte ideas de diseño que sirvan como base para la discusión sobre el futuro del territorio metropolitano (Bosselmann 2011).

En Santiago, el recorrido de la L3, inaugurada en enero de 2019, ofrece una lectura singular del paisaje capitalino. Su trazado en L, de 22 kilómetros de largo, responde al trazado definido en 1968, con excepción de su tramo norte, que se intercambia con el trazado de la entonces L2. Con sus 18 estaciones y su trazado construido por túnel, la L3 circula 20 a 30 metros bajo el eje de importantes avenidas, que van desde la “ciudad jardín” de la comuna de La Reina hasta los barrios industriales y de residencia obrera de las comunas de Independencia y Conchalí, pasando por el corazón del centro histórico de la capital.

La observación y análisis comparado de los fragmentos urbanos en torno a las estaciones de la L3, a partir del trabajo con la fotografía aérea de cuadrantes de 800 × 800 metros alrededor de cada una de ellas, dio lugar a la construcción de un transecto metropolitano, un atlas de morfología urbana en torno al metro, que contrasta la diversidad de los lugares atravesados con la uniformidad de las estrategias de inserción del metro en cada tejido.

La medida de 800 × 800 metros corresponde, según Salat (2011, 120), a la “escala de barrio”, aquella donde comparecen junto al tejido edificado la proporción y carácter de calles, espacios verdes y cursos de agua, entre otros elementos

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Figura 5_ Transecto metropolitano de la L3. Fuente: Yerka Jensen y Yazmín Sabat, Taller de Investigación, 2020.

Figura

Cal y Canto. Trama vial y parcelaria, edificación y volumetría; espacio público, espacio peatonal y espacio vehicular; diagramas de conectividad y profundidad y plano de emplazamiento de la estación.

Fuente: Katherine Delgado, Taller de Investigación, 2020.

Figura 7_ Espacio público, trama parcelaria y localización de accesos de estaciones. Fuente: Taller de Investigación, 2020.

Figura 8_ Tejido edificado en torno a las estaciones.

Fuente: Taller de Investigación, 2020.

6_ Estación
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significativos, y que coincide, además, con el radio de entre 400 y 500 metros de acceso peatonal, comúnmente considerado en torno a las estaciones de metro. El cuadrante de cada estación fue caracterizado a partir del análisis de la densidad de su tejido edificado o densidad urbana y de las conexiones de su trama de espacios públicos.

Para el análisis de la densidad, previamente, se levantó y cuantificó la urbanización, parcelación y edificación, a partir de lo cual se observaron las proporciones de ocupación de suelo y grano de la volumetría edificada. Las conexiones de la trama de espacios públicos, por su parte, se observaron a partir del dibujo de las redes de espacio público vehicular y peatonal y del análisis de las condiciones de accesibilidad y conectividad. La figura 6 muestra, a modo de ejemplo, los análisis del cuadrante de la estación Cal y Canto.

La visión conjunta de los registros de los 18 cuadrantes arrojó una serie de reflexiones que se presentan, a modo de síntesis, a partir de la observación de los planos de accesibilidad y edificación. Los planos de accesibilidad reflejan, en primera instancia, la hegemonía y adaptación de la cuadrícula como patrón predominante de urbanización en Santiago (fig. 7). Desde la regularidad de las manzanas del centro histórico, entre las estaciones Matta y Cal y Canto, la cuadrícula se expande hacia el norte y el oriente, introduciendo variaciones en el ancho de manzanas y calles, adecuándose a accidentes geográficos y acompañando la apertura radial de las avenidas hacia los barrios residenciales la periferia.

Los planos de edificación (fig. 8) refuerzan la identificación de estos segmentos: enfatizan la densidad de las manzanas del centro y su transición al primer anillo de crecimiento, más compacto y heterogéneo hacia el norte y más dilatado y uniforme hacia el oriente. En los extremos de la línea se observan modelos de residencia que comparten la homogeneidad de la vivienda preferentemente aislada, pero que contrastan en la dimensión de sus unidades prediales y habitacionales, que dan cuenta del carácter obrero o más acomodado de cada barrio. La modelación de la volumetría complementa estos registros y resalta el gradiente de densidad urbana desde el centro hacia ambas periferias (fig. 9).

Vivaceta Conchalí Plaza de Armas Irarrázaval Villa Frei Cal y Canto Matta Chile España Los Libertadores Plaza Chacabuco Universidad de Chile Monseñor Eyzaguirre Plaza Egaña Cardenal Caro Hospitales Parque Almagro Ñuñoa Fernando Castillo Velasco
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Figura 9_ Volumetría en torno a las estaciones. Fuente: Taller de Investigación, 2020.

La comparación de las diversas situaciones antes de la construcción de la L3 y después de esta arroja ciertas constataciones. Mientras en el centro histórico y zonas de ensanche se comprueba un proceso de densificación que remplaza las tipologías existentes por nuevos edificios en altura, el tejido residencial de la periferia se mantiene sin variaciones, contenido por las restricciones del grano de su trama parcelaria. En cambio, la trama vial y de espacios públicos se observa inalterada en el centro y en el ensanche; en tanto que en la periferia la llegada del metro es acompañada por la ejecución de grandes obras viales, ensanches de avenidas y autopistas urbanas, que dificultan el acceso peatonal a las estaciones y afectan la permeabilidad y compacidad del lugar. Si bien se observan modificaciones en los patrones de edificación de ciertos entornos favorables para la acción inmobiliaria privada, la transformación de la trama vial y de espacios públicos en torno a las estaciones de la L3 resulta inexistente o incluso desfavorable, acusando un distanciamiento entre las obras del metro y el pensamiento del espacio público en la ciudad (fig. 10).

los lugares del metro

La consideración del entorno, como vimos, estuvo no obstante en el germen del diseño de las primeras estaciones del Metro de Santiago. Este establecía directrices flexibles que se adecuaban a las condiciones del emplazamiento de cada estación, con un modelo para el centro y otro para la periferia, que buscaban, junto con satisfacer la funcionalidad del sistema, enlazar el espacio del metro con la trama urbana y social del lugar.

A continuación de la Alameda, la estación tipo A se aplicó también en la extensión de la L1 hacia el oriente. Aquí, la llegada del metro, en la segunda mitad de los años setenta, fue vista como una oportunidad para consolidar el subcentro lineal de la avenida Providencia: aumentar la densidad urbana, la diversidad de usos y el espacio público. Para ello, la L1 se proyectó de manera conjunta con la apertura de una nueva avenida, Nueva Providencia, que serpentea a corta distancia como par de avenida Providencia. La L1 se construyó de manera

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Figura 10_ Los Libertadores, Plaza de Armas y Ñuñoa. Izquierda: situación previa al anuncio de construcción de la L3 (2009). Centro y derecha: situación actual, 800 × 800 y 400 × 400 metros. Fuente: Taller de Investigación, 2020.

alternada bajo una y otra avenida, situando sus estaciones a mitad de cuadra, en la conjunción de nuevos espacios peatonales y en conexión con nuevos complejos de edificios multifuncionales, estableciendo el enlace subterráneo de la trama peatonal y el tejido edificado (fig. 11).

Las estaciones de la L3 dan cuenta de un cambio de paradigma en este sentido. Construidas a gran profundidad, como un engrosamiento del túnel del metro y conectadas a la superficie a través de los piques de acceso, su emplazamiento y arquitectura responden en primera instancia a requerimientos constructivos y funcionales, relegando sus prerrogativas urbanas. Mientras que el túnel del metro y andenes de estaciones se construyen bajo el eje de importantes avenidas, los piques se instalan preferentemente en terrenos privados, demoliendo esquinas que acogen primero la instalación de faenas y acceso a las obras, y que se convierten luego en plazoletas de acceso y cubierta de los espacios de escaleras y boleterías de cada estación (fig. 12).

De las 18 estaciones, 12 presentan sus accesos en terrenos de esquina, 10 de ellos de propiedad privada, ahora de la empresa estatal Metro. Seis lo hacen a través de parques y plazas y dos omiten la construcción de accesos, conectándose a la superficie a través de sus estaciones de intercambio (tabla 1).

Las nuevas plazoletas de acceso son preferentemente públicas y abiertas en el tramo oriente de la línea, pero mayoritariamente privadas y enrejadas en los tramos vulnerables del norte y centro-sur. Son recuadros de esquina que recortan la trama parcelaria y el tejido edificado de los barrios y que se reconocen por la homogeneidad de sus suelos, mobiliario y cerramientos: elementos que controlan y limitan el espacio y los tiempos de intercambio entre el metro y la ciudad. Ni la conversión de esquinas privadas ni el uso de plazas y parques preexistentes añade nuevo espacio público efectivo. La conexión del metro con la superficie se lleva a cabo de manera cerrada, desvinculada del desarrollo de la trama peatonal y amurallada de cara al tejido urbano circundante (figs. 13 y 14).

Proyecto urbano sobre la estación

Boca de estación

Mesanina

Pique eje de circulación vertical

Puente conexión a andenes

Andenes

Proyecto urbano sobre la estación

Boca de estación

Mesanina

Pique eje de circulación vertical

Puente conexión a andenes

Andenes

Figura 11_ Trazado conjunto de la L1 y Nueva Providencia; emplazamiento de las estaciones Los Leones y Tobalaba, y corte del espacio urbano del metro y las dos avenidas en estación Los Leones (Hidalgo 2012).

Figura 12_ Tipología de estaciones de la L3. Fuente: Felipe Zach, Taller de Investigación, 2020.

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conclusiones

La acción del metro, y de la L3 en particular, como detonante de transformación urbana, se ha podido comprobar en la regeneración de los tejidos centrales y peri centrales de la ciudad, donde la construcción de nuevos edificios en el entorno de las estaciones se ha visto favorecida por la prexistencia de grandes lotes de terreno y por la atracción para la población que suponen la cercanía, la intensidad y la diversidad de usos de estos barrios.

Si bien constatamos en el ámbito privado una reacción positiva, no observamos iniciativas públicas orientadas a crear valor con un sentido de sinergia metro-tejido urbano. Las exitosas iniciativas que en los años setenta resolvieron entornos como la Alameda o Providencia no se han visto replicadas en la construcción de la L3, que desaprovechó una oportunidad de generación de proyectos público-privados de cualificación e interconexión del espacio urbano. La acción del metro en la década de 1970 se vio acompañada por la integración de sus obras con planes y proyectos urbanos intersectoriales de escala comunal e intercomunal, como el PRIS , el Proyecto de Remodelación de la Alameda o el Plan de Pasajes de la Comuna de Providencia (Hidalgo 2012), que orientaron negociaciones con actores privados para la concreción de nuevas conexiones peatonales y usos compartidos entre lo público y lo privado: plazas, pasajes y galerías, que enlazan subsuelo, calles y edificios, amplificando la permeabilidad y compacidad de la trama.

En la L3, más allá de las restricciones de la técnica de construcción cerrada, el diseño de la estación se desentiende de la configuración del entorno y refuerza su condición como artefacto aislado. Se construye un único acceso, mayoritariamente a través de plazas cerradas de esquina, que restringen la libertad de paso de los peatones y la integración de la estación con la vida cotidiana del barrio. Se evaden las negociaciones intersectoriales, en pro de diseños autónomos y menores tiempos y costos de ejecución (fig. 15).

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Tabla 1_ Resumen de los indicadores urbanos de los cuadrantes en torno a las estaciones de la L3 y de las características de su emplazamiento. Fuente: elaboración propia con base en información recopilada en el Taller de Investigación, 2020.

La mirada comparada de la primera época de construcción del metro, en contraste con sus actuaciones más recientes, nos permite afirmar que la trama del metro ha perdido complejidad: ha retrocedido a un rol de infraestructura mono funcional que responde a objetivos primarios de conexión y seguridad, pero que elude su capacidad de contribuir en un sentido amplio a la construcción sustentable de la ciudad. La transformación del espacio público se comprueba hoy mínima o inexistente. Es más, la acción del metro se traduce incluso en factor de deterioro, que suma espacios residuales, superficies inaccesibles y abandonadas. Nuevas esquinas muertas para la trama, por reanimar.

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Figura 13_ Estación Ñuñoa, ensanche oriente: emplazamiento y volumen subterráneo. Fuente: Ignacio Mujica, Taller de Investigación, 2020. Figura 14_ Plaza de acceso de la estación Vivaceta, tramo norte. Fuente: Yasmín Sabat, Taller de Investigación, 2020.
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Figura 15_ Pique de la L3 en la esquina de Irarrázaval con Antonio Varas. Fuente: fotografía de la autora, 2019.

Sopesando las formas en el fragmento residencial. El barrio de Achupallas en Viña del Mar (Chile)

Balancing shapes in a residential fragment. The Achupallas neighborhood in Viña del Mar (Chile)

Este artículo pone de manifiesto las características formales de los parcelarios como elemento de origen y orden en la forma urbana. Los parcelarios en Viña del Mar establecen medidas y dimensiones para los diversos fragmentos en las mesetas de la ciudad, cuya morfología urbana garantiza la permanencia en la evolución del espacio residencial. El soporte de las morfologías en la renovación continuada se convierte en un valor de la forma urbana. Así, es esta una visión de los procesos de división del suelo, como génesis del espacio residencial.

Palabras clave: morfologías urbanas, división del suelo, forma urbana, fragmentos residenciales.

Francisca

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.07

This article highlights the formal characteristics of sites as an element of origin and order in the urban form. The sites in Viña del Mar establish measurements and dimensions for the various fragments on the city's plateaus, which urban morphology guarantees permanence in the residential space evolution. The permanence of the morphologies in the continuous renovation becomes a value of the urban form. Thus, this views the processes of land division as the genesis of residential space.

Keywords: urban morphologies, land division, urban form, residential fragments.

Recibido:
julio de 2021
de 2021
Vilches Valenzuela, Francisca. "Sopesando
el fragmento residencial. El barrio de Achupallas en Viña
Mar (Chile)". Dearq no. 32 (2022): 59-67. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.07
5 de
Aceptado: 28 de octubre
Cómo citar:
las formas en
del
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introducción

Viña del Mar está ubicada a los pies de la cordillera de la costa en el océano Pacífico y se ha desarrollado tomando cierta preponderancia dentro de las ciudades modernas y planificadas de Chile. Sin embargo, llegado un determinado punto de inflexión, la ciudad deberá definir cuál es el modo de crecimiento que adoptará para su expansión urbana.

La vacilación o la toma de determinadas decisiones provoca que la ciudad pierda ese carácter moderno y planificado y pase al otro extremo de la informalidad y la periferia, un patrón muy conocido de muchas ciudades latinoamericanas. La periferia se refiere a un territorio compuesto por grandes extensiones de suelo de uso residencial en proximidad a un centro urbano consolidado y que presenta un tipo de crecimiento fragmentado.

A modo de hipótesis, el estudio de estos fragmentos, que derivan en partes de una periferia, llevará a interpretar una arquitectura del suelo que origina unas entidades individualizadas. La singularidad de las piezas permiten construir un repertorio que conducen a reflexionar y sopesar la forma de una ciudad integrada por trozos que son producto de una sucesiva fragmentación.

Se busca descubrir las razones de la forma urbana, en el proceso de configuración, construcción y desarrollo del fragmento residencial. El artículo no pretende una mirada prospectiva, sino que más bien genera una lectura de la ciudad desde los procesos de división del suelo, que explican el origen de los tejidos residenciales.

La investigación se desarrolló en dos bloques. La primera sección estudia las sucesivas fases de subdivisión del suelo hasta la definición de los fragmentos. Y la segunda parte analiza los elementos formales y las morfologías que componen una pieza del espacio urbano residencial.

primera parte: procesos de división del suelo

Los procesos de división del suelo en Viña del Mar se condicen con los distintos periodos históricos que han caracterizado su forma urbana. El desarrollo rural, la evolución del balneario y el auge industrial fueron tres momentos clave para su crecimiento, cuando el suelo se convirtió en un recurso muy valioso. Cada una de estas fases contienen una unidad de medida propia y se clasifican en tres niveles.

El primer nivel lo componen las haciendas como primeras unidades del suelo. Las haciendas eran grandes fincas dedicadas a la explotación agrícola. Esta fue la primera demarcación del suelo que estableció los límites actuales de la ciudad en torno a las 12.000 hectáreas, los cuales se desprenden del reconocimiento de la geografía y los recursos hídricos. Se formaron dos unidades en respuesta a este periodo: la Hacienda Siete Hermanas y la Hacienda Viñas de la Mar.

En un segundo nivel se encuentran las quintas de recreo como unidades intermedias del sistema de división. Las quintas estaban dedicadas a la segunda vivienda o casas de verano. Estas piezas determinaron la formación del centro fundacional en el llano costero junto al estero Marga-Marga.

Finalmente, en un tercer nivel se encuentran los fundos y las chacras. Estos son las unidades pequeñas del sistema de división. Las chacras estaban destinadas exclusivamente a la explotación agrícola, a diferencia de los fundos que, además, podían albergar una casa patronal. La Chacra de la Mar es la que le otorga el nombre a la ciudad.

En cuanto a todos los fundos que se agregaron a la ciudad, se destaca uno que es de importancia fundamental: el Fundo Achupallas. La posterior evolución de esta pieza marca un hecho significativo en la formación de la periferia de la ciudad (fig. 1).

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Conforme a los niveles de división observados, se generaron unas lógicas de localización y emplazamiento que respondieron al reconocimiento de los elementos geográficos más característicos del lugar. Estos elementos cumplieron un papel fundamental en torno a dos ámbitos:

• Son elementos de referencia que determinan los límites en las grandes haciendas.

• Son elementos que condicionan las lógicas de ocupación, uso del suelo y su construcción, donde influye en mayor medida el acceso al agua y las pendientes.

En el crecimiento de la ciudad se reconocen unos patrones muy específicos que caracterizaron un “crecimiento por paquetes” (Solà-Morales 1997, 54), que consiste en la agregación de piezas para posteriormente someterlas a procesos de parcelación. Esta forma de crecimiento originó la periferia y determinó un tipo de crecimiento fragmentado.

Las mesetas y la conquista de las cumbreras

En el momento en el que Viña del Mar había ocupado todo el llano litoral, se planificó la próxima expansión de la ciudad. Los terrenos llanos adquirieron valor en un ámbito geográfico accidentado que puso la atención en las mesetas ubicadas en la parte alta del territorio. En este contexto, el Fundo Achupallas, situado en la meseta del Gallo, adquirió especial interés y, como resultado, esta pieza se incorporó al suelo urbano, con la finalidad de construir barrios obreros.

Esto señala un hecho diferencial que configuró una cultura de habitar específica. Se ocuparon los terrenos llanos en diferentes estratos, del litoral y de las mesetas, y se dejaron vacíos los lugares intermedios. Así, la ciudad se planteó en un escenario que compondría tres fajas: 1) desde un borde costero, de industrias y de turismo, donde se ubicaron grandes inversiones para consolidar

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Figura 1_ Los procesos de división del suelo en Viña de Mar (Chile). A) Hacienda Viñas de la Mar. B) Hacienda Las Siete Hermanas. C) Fundo Achupalla. Fuente: elaboración propia.

la ciudad; 2) desde un espacio intermedio, donde se encontrarían parques, áreas verdes y quebradas, y 3) desde las zonas más altas en las mesetas, donde se planteaba el nuevo crecimiento urbano residencial.

El llano costero fue ocupado con los primeros asentamientos y la traza fundacional de la ciudad. La presencia del estero Marga-Marga fue fundamental en el posicionamiento de los cultivos y las industrias, lo que generó su completa ocupación.

Las planicies en lo alto de los cerros que conformaban las mesetas albergaron los nuevos crecimientos de la ciudad. Estos espacios disponían de buen asoleamiento y de terrenos llanos que facilitaron su construcción. Además, se contaba con una infraestructura existente como es el antiguo camino a Quillota, que ofrecía la articulación de los nuevos crecimientos y las relaciones territoriales con el resto de la ciudad.

Finalmente, las pendientes y las quebradas se mantuvieron como elementos de enlace entre ambas situaciones, llano costero y mesetas. Las quebradas que dibujan la geografía de Viña del Mar terminaron conformando los límites de las unidades del suelo, entre haciendas, fundos y chacras que, finalmente, se convirtieron en barrios en condición de periferia.

El Fundo Achupallas

La meseta del Gallo es una extensa planicie en altura que corona la parte alta de los cerros de Viña del Mar a modo de altiplano. En esta área se encontraba delimitado el Fundo Achupallas, con una extensión de 917 hectáreas. De su conformación histórica se desprenden tres barrios: Achupallas, Miraflores y Villa Dulce.

Los primeros trazados para la urbanización de esta pieza se iniciaron en 1953, con el Plan Achupallas, elaborado por la oficina de arquitectos Larraín-Duhart. En este momento se generaron acciones concertadas entre los principales actores de la época: las industrias y los entes privados, que buscaban una financiación conjunta; los sindicatos de trabajadores, que buscaban mejores condiciones de vida, y, finalmente, la acción del Estado y el municipio, como entes reguladores públicos (Contreras Gonzales, 2016, 58). De este modo, los acuerdos presentados no solo pretendían la creación de nuevas viviendas, sino también proporcionar las obras de dotación necesarias para dichos barrios. Sin embargo, este plan nunca llegó a materializarse y, posteriormente, el Fundo Achupallas se dividió en tres fragmentos, tres barrios que se asignaron a un gremio distinto y que generaron diferentes trazados y formas interiores para consolidar cada fragmento (fig. 2).

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Figura 2_ Fundo Achupallas, Viña del Mar (Chile). Fuente: elaboración propia.

La articulación de los fragmentos

Los tres barrios se articularon mediante una gran infraestructura: el antiguo camino a Quillota, hoy Camino Internacional (ruta 60-CH). Sus límites quedaron definidos mediante las antiguas unidades de división del suelo y la delimitación del fundo. Los elementos geográficos, como las quebradas y los afluentes, se convirtieron en espacios intersticiales entre un barrio y otro. Cada barrio conformó su estructura interna, de acuerdo con su posición dentro de la pieza del fundo y las condicionantes con la geografía. En la búsqueda por optimizar y racionalizar el suelo disponible para cada barrio, se llegó a definir una unidad mínima de medida, conformada por los tamaños de parcelas. El barrio Miraflores, con tamaños 9 × 18 metros; el barrio Villa Dulce, con parcelas cuadradas de 15 × 15 metros, y el barrio Achupallas, con parcelas rectangulares de 15 × 30 metros. A partir de estos tamaños surgieron las demás condicionantes, como la estructura de las vías, la conformación de la manzana, los accesos a las viviendas, la ordenación de las áreas verdes y la disposición de los equipamientos.

segunda parte: una mirada al interior del fragmento. el barrio achupallas

Las operaciones en el barrio Achupallas ocupan un área de 64 hectáreas que conforman un total de 793 parcelas para la autoconstrucción de viviendas. Los procesos de crecimiento de la ciudad se ven reflejadas en la historia del barrio Achupallas y la definición del tamaño parcelario como respuesta a las siguientes operaciones:

• La Corporación Habitacional de la Vivienda (CORVI), que genera una primera administración y entrega los terrenos a los propietarios.

• La Ley de Sismos (Ley 16.282), mediante planos de autoconstrucción, en 1967.

• La intervención del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), en 1983, mediante el Decreto Supremo 2833, que genera modificaciones en las áreas verdes y en los equipamientos proyectados.

Estos marcos legales generaron muchas de las agregaciones residenciales en la periferia de Viña del Mar. Y generó como consecuencia piezas individualizadas, crecimientos en baja densidad y urbanizaciones deficientes con respecto al

Las lógicas urbanizadoras se realizan en tres órdenes: la parcelación como primera acción sobre el territorio, seguido por la construcción de las viviendas y, finalmente, la materialización de las calles. Estos comprenden los elementos formales que construyen la ciudad.

resto de la ciudad.
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Figura 3_ Estructura del viario del barrio Achupallas en Viña del Mar (Chile). A la izquierda, la situación actual, y a la derecha, los primeros trazados de 1967. Fuente: elaboración propia.

El término autoconstrucción se refiere a una tipología de materialización autónoma de la vivienda, en la que los pobladores son quienes construyen sus casas, en su mayoría como iniciativas individuales. Las viviendas se insertaron dentro del contexto de la estructura planificada que se trazó en los planos aprobados previamente.

El orden y la disposición de los elementos formales, como las parcelas, las casas y las calles, configuran una morfología urbana característica. Según Manuel de Solà-Morales, “Morfología-tipología forman un eje de dualidades al cual se pueden referir las formas de las diferentes partes de la ciudad” (1997, 13). Las formas del parcelar en Viña del Mar derivan de las antiguas unidades en el proceso de división del suelo. Son estas formas resultantes las que entregan elementos de identidad y soporte para la evolución del espacio residencial.

De este estudio se observa que pese a todos los procesos de constantes cambios en la conformación del barrio Achupallas, la estructura general del trazado ha permanecido en el tiempo. Las calles, las parcelas y las casas que encontramos en Achupallas son elementos claves en la unidad mínima y compositiva de los fragmentos. Constituyen un repertorio de piezas que conducen a unas medidas y proporciones geométricas que ofrecen respuestas sobre morfologías urbanas actuales.

Evolución del trazado

De la estructura viaria de Achupallas extraemos que estos trazados nacen de los límites y los márgenes del fundo y de la necesidad de resolver la articulación de sus bordes. El eje de la carretera desempeña un papel importante en la agregación de los fragmentos, puesto que facilita la incorporación de estas piezas de manera sistemática. La carretera genera un encuentro de magnitudes distintas (fig. 3). Desde su ancho de 60 metros se desprenden las vías transversales de acceso al barrio, en torno a los 20 metros de ancho que conforman un trazado en forma de malla. Se encuentran, por ejemplo, las calles Vicente Salinas y Arturo Godoy. La jerarquía de las vías son una de las formas heredadas del plan para Achupallas, con anchos pensados para conectar con el resto de la ciudad. Por ello, generan un 30 % de o cupación del suelo; sin embargo, el funcionamiento actual responde más a lógicas internas y aisladas.

La presencia de quebradas genera trazados en forma de ramificaciones. Estas vías siguen la misma lógica entre los 20 metros, pero no logran construir una malla, ya que se encuentran rodeadas de quebradas. Más bien adquieren una forma de espina con ejes menores que la cruzan. Sin embargo, la amplitud que presentan los anchos de las vías, que fueron previstos para conectar con el resto de la ciudad, permiten que se transformen en un elemento útil y de identidad para el barrio (fig. 4).

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Figura 4_ Calle Arturo Godoy en el barrio Achupallas. Conformación del trazado en el encuentro con las quebradas. Fuente: elaboración propia.

Frente al problema de las relaciones internas entre fragmentos, se genera una jerarquización longitudinal paralela a la carretera, en esta lógica de ejes viales en torno a los 800 metros de largo. Finalmente, están los trazados menores en torno a los 10 metros de ancho. Buscan articular todo el sistema y van escalando entre las pendientes, generando en algunos casos pasajes ciegos de escaleras en el encuentro con quebradas o con los límites del fragmento. Su configuración genera una forma de peine, donde los pasajes o dientes generan el acceso a las viviendas.

Ordenación de las áreas verdes

La disposición de las áreas verdes surge como un residuo de la optimización del suelo en las parcelas de 15 × 30 metros. La superficie destinada a las parcelas corresponde al 56,3 %, seguido por las áreas verdes, con un 8,7%, y por los equipamientos, con un 4,5%.

El patrón de ocupación que considera un borde perimetral de áreas verdes que contiene las quebradas se repite en varios de los barrios de la periferia. Esto genera grandes extensiones de tejidos monofuncionales en los cuales los principales equipamientos están ubicados en los bordes. La mayoría no llegaron a materializarse y fueron ocupados con otras funciones.

Una parcelación que permanece

Los tamaños de los lotes generan 450 metros cuadrados, una dimensión relativamente grande en comparación con otras operaciones realizadas en la periferia. Este tamaño ha generado un crecimiento en el interior de la parcela, al agregarse una o dos viviendas nuevas por lote. En esta modalidad, el patio desaparece y lo ocupan las nuevas construcciones. Por otra parte, existe un segundo tipo de crecimiento relacionado con la ampliación de la vivienda original, la agregación de un segundo piso o la incorporación de nuevos espacios. Estas posibilidades vienen dadas por la posición de la vivienda en la parcela y los espacios disponibles generados dentro del lote.

Del encaje de las parcelas en la geografía se generan distintos tamaños de manzana. El tamaño de las manzanas depende de la cantidad de lotes, los cuales conservan sus anchos y varían las longitudes de acuerdo con las cantidades de unidades que contienen.

Las manzanas rectangulares más grandes presentan medidas de 60 metros de ancho y agrupan el frente de 4 lotes que construyen las esquinas en forma de testeros o cabeceras de manzana, y así se conforman en ambos extremos. De esta manera, en el largo se agrupan las 6 parcelas restantes que conforman una manzana de 60 × 150 metros y que contienen 30 unidades de propiedad. Las manzanas de tamaño medio son de 60 × 160 metros con 20 unidades de propiedad. Finalmente, se observa que las tipologías más pequeñas desprenden estas cabeceras para dar lugar a una manzana de 60 × 80 metros con 12 unidades de propiedad (fig. 5).

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Figura 5_ Morfología de la manzana del barrio Achupallas en torno a la manzana en testeros. Fuente: elaboración propia.

La evolución del espacio residencial

Existe una relación muy estrecha entre las medidas de la parcela y el posicionamiento de la vivienda. Precisamente, estas medidas y formas geométricas permiten este crecimiento de la casa y su evolución en el tiempo. Estas formas derivan de la racionalización del suelo, en cómo se posiciona y optimiza la casa dentro del lote. Se observa, por ejemplo, que las primeras viviendas que se posicionaron en el barrio generaron una ubicación al fondo del lote o enfrentando la calle. De esta manera, se optimizó el espacio del patio para posibles crecimientos. En algunos casos, esto ha permitido subdividir el lote, tanto en la modalidad horizontal, con dos lotes cuadrados de 15 × 15 metros, como en la modalidad transversal, en dos lotes rectangulares de 7,5 × 15 metros. La primera modalidad es la más utilizada, pues conserva los frentes de calle y varía los tamaños en la profundidad de la parcela. Muchas de las ampliaciones que se han generado se relacionan con la microempresa familiar y con los pequeños comercios que se han implementado (fig. 6).

conclusiones

Mirar la ciudad desde la caracterización de los fragmentos, permitirá abordar problemáticas latentes en el entorno urbano ya construido, sus lógicas internas de ordenación y crecimiento. Este enfoque se posiciona desde una mirada positiva, en torno a los valores que presentan cada uno de los fragmentos y las virtudes de la pieza trabajada. Precisamente, esta fragmentación proporciona un reflejo de la identidad del territorio y su diversidad de piezas, y ello arroja luces sobre sus capacidades de renovación.

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Figura 6_ Abajo están las tipologías de vivienda y sus ampliaciones. Arriba se muestra el repertorio de piezas de manzanas del barrio Achupallas, Viña del Mar (Chile). Fuente: elaboración propia.

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De la subdivisión predial de las unidades territoriales más antiguas y la primera estructura de la propiedad que impartían las haciendas, los fundos y las chacras se desprenden los fragmentos y los barrios en condición de periferia. Esto determina las dimensiones, el tamaño, las magnitudes y las características del fragmento.

Los diferentes niveles de división del suelo establecieron un tipo de trazado, unas medidas del parcelario y unas tipologías edificatorias en función de la optimización de cada fragmento. El territorio, por tanto, se ha estructurado y evolucionado a lo largo del tiempo en un mosaico de piezas diversas.

Las capacidades de crecimiento para cada pieza están determinadas por las medidas del parcelario como unidad mínima de división del suelo. Las medidas encontradas en el barrio Achupallas son de un tamaño específico que conforma una unidad mínima que ha sido capaz de contener las transformaciones interiores del espacio residencial. Estas medidas han permanecido en el tiempo y han acogido los cambios en la tipología edificatoria, sus agregaciones y mutaciones, en el corazón de la manzana.

El espacio residencial es el principal elemento conformador de ciudad, y desde este punto se observa su evolución en un territorio complejo que aún no termina por encontrar el peso de sus valores urbanos en la arquitectura del suelo. Al sopesar la velocidad de los cambios, resulta fundamental desvelar las morfologías urbanas que soportan las transformaciones en el tiempo y construyen la forma urbana de la ciudad.

4. Contreras Gonzales, Javier. 2016. “Ciudad pactada: Un modelo de urbanización consorciado para la periferia de Viña del Mar (1950-1965)”. Tesis de maestría, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile.

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Proyectar en paisajes culturales: análisis del Programa de Ordenamiento Territorial para la Quebrada

de Humahuaca (Argentina)

Designing in cultural landscapes: Analysis of the Urban and Territorial Plan for the Quebrada de Humahuaca (Argentina)

La declaratoria de la Unesco de la Quebrada de Humahuaca (Argentina) como Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural (2003) hizo visible la necesidad de que esta contara con instrumentos de planificación. A partir de la hipótesis de que mejorar la descripción de un territorio es proponer, se exponen brevemente los planes y los proyectos elaborados a partir de la declaratoria de la Unesco, para posteriormente profundizar en el análisis del “Programa de Ordenamiento Territorial”, identificando lógicas de actuación y, desde la mirada del proyecto territorial, aportando cartografías que interpreten mejor el territorio y algunas lógicas proyectuales.

Palabras clave: paisaje cultural, proyecto territorial, Quebrada de Humahuaca.

The UNESCO declaration of the Quebrada de Humahuaca, as a World Heritage Site in the category of Cultural Landscape (2003), had a powerful effect on the territory highlighting the need for planning instruments. From the hypothesis that improving the description of a territory is proposing, the plans and projects elaborated from the UNESCO declaration are briefly exposed. The Urban and Territorial Plan is then analysed in depth, identifying action strategies and contributing with cartographies that allow a better interpretation of the territory and some project logics.

Keywords: cultural landscape, territorial planning, Quebrada de Humahuaca.

Aprobado: 14 de octubre de 2021

Recibido: 5 de julio de 2021

Cómo citar: Mollinedo, Sofía. "Proyectar en paisajes culturales: análisis del Programa de Ordenamiento Territorial para la Quebrada de Humahuaca (Argentina)". Dearq no. 32 (2022): 68-79. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.08

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.08

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introducción

El territorio argentino se caracteriza por sus diversas culturas inmersas en un entorno natural extremadamente rico. Si bien existen instrumentos de planificación, en la mayoría de los casos la falta de información y de análisis interpretativo hace que el accionar sobre estos territorios se dé de manera desarticulada, aun cuando se intente responder a necesidades puntuales.

Este artículo aborda el caso de la Quebrada de Humahuaca (Argentina) y sus planes de intervención, que buscan interpretar con mayor profundidad el Programa de Ordenamiento Territorial (POT), ya que es considerado uno de los instrumentos de diagnóstico y propuesta más completos.

La Quebrada de Humahuaca es un paso estrecho entre montañas de 155 kilómetros de largo, en sentido norte-sur, limitado por el altiplano de la Puna, las sierras subandinas y los valles templados. Se estructura a lo largo del río Grande, la ruta número 9 y la traza del antiguo ferrocarril, que agrupa una sucesión de pueblos y parajes en un territorio vulnerable social y económicamente. La agricultura y el pastoreo constituyen actividades tradicionales, junto con otras fuentes de trabajo que cesaron o se modernizaron hacia fines del siglo XX.

La declaratoria de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural (2003) tuvo una fuerte repercusión en el territorio, con transformaciones aceleradas y un importante incremento del turismo. Las consecuencias de dicha declaratoria visibilizaron la necesidad contar con instrumentos de planificación y gestión. Si bien existen algunas iniciativas, el accionar en este ámbito se ha visto condicionado por una fuerte tensión entre el compromiso asumido ante la Unesco de preservar el patrimonio y la oportunidad que significa el crecimiento del turismo para alcanzar un cierto desarrollo económico, en un contexto vulnerable. Por este mismo motivo, ante la escasez de estudios de base, algunas iniciativas pueden verse como una amenaza, ante la poca claridad en sus líneas de actuación y el insuficiente apoyo de las administraciones locales (Novick, Nuñez, y Sabaté Bel 2011).

En relación con estos territorios, el concepto de paisaje cultural fue acuñado por primera vez por el geógrafo Carl Sauer (1925), en “La morfología del paisaje”, quien lo define como el resultado de la acción de un grupo social sobre un paisaje natural, es decir, el registro humano en el paisaje. Actualmente, una definición muy clara y sencilla es la de Joaquín Sabaté Bel, quien define paisaje cultural como “la huella del trabajo sobre el territorio, algo así como un memorial al trabajador desconocido” (Galindo González y Sabaté Bel 2009, 26). Existen numerosas reflexiones que abordan el tema del proyecto territorial en los paisajes culturales. En esta misma línea, Joaquín Sabaté Bel afirma que reconocer en un

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territorio sus componentes esenciales, es decir, su identidad, permite crear una cartografía intencionada, que en sí misma es una hipótesis metodológica para su ordenación (Sabaté Bel y Benito del Pozo 2010). En este sentido es importante destacar también la extensa labor de la investigadora Constanza Tommei, quien aporta diversas reflexiones para el paisaje cultural de la Quebrada de Humahuaca. En uno de sus artículos, junto con Lorena Vecslir, “Hacia un proyecto territorial para un paisaje cultural”, exponen los debates generados en torno a los proyectos para el territorio de la quebrada (Vecslir y Tommei 2013).

Basándonos en la hipótesis planteada, de que mejorar la descripción de un territorio es al mismo tiempo proponer (Solà-Morales 1981), en este artículo analizamos la interpretación del territorio de la Quebrada de Humahuaca desde algunos instrumentos de planificación territorial elaborados a partir de la declaratoria Unesco.

En segundo lugar, pretendemos profundizar en el análisis del POT, buscando identificar sus lógicas de actuación y centrándonos en la interpretación y representación del paisaje, con el aporte de cartografías de elaboración propia.

proyectar en la quebrada de humahuaca

A partir de la declaratoria Unesco, cambiaron las dinámicas territoriales y en respuesta se plantearon soluciones, muchas veces, desarticuladas que han intentado mitigar problemas relacionados con la falta de vivienda, infraestructura y servicios, además de responder a la realidad económica y social de la población local (Cañellas 2013).

Existen diversos instrumentos de planificación, aunque, a veces, la noción que se tiene de proyecto territorial resulta un poco difusa o, hasta a veces, dispar. Al repasar los distintos planes y proyectos propuestos a partir del 2003, podemos destacar algunos aspectos esenciales y enfoques de cada uno.

Planes y proyectos

En el ámbito nacional, encontramos el Plan Estratégico Territorial de Argentina 2008 y el avance del 2016, que presenta el modelo nacional actual y deseado y, luego, específicamente, el de cada provincia, según sus características particulares. En la provincia de Jujuy se cataloga a los poblados de la Quebrada de Humahuaca como localidades con déficit de infraestructura y áreas de criticidad social. Se presentan cuatro objetivos particulares, de los cuales destaca la intención de preservar y valorar el patrimonio histórico, antropológico y cultural. Otros objetivos buscan mejorar la calidad de vida de la población, promover el desarrollo económico y facilitar la integración de la provincia con el resto del país y con el mundo (Poder Ejecutivo Nacional 2008).

Luego, el Plan Estratégico Territorial de Jujuy propone mejorar la calidad de vida de las personas y fortalecer la infraestructura de transporte. En el ámbito de la Quebrada de Humahuaca se plantea su definición como “área natural protegida” y como zona turística que está por desarrollar (Consejo de Planificación Estratégica de la provincia de Jujuy 2006).

Posteriormente, se desarrolla el Plan de Desarrollo Turístico Sustentable para la provincia de Jujuy, donde destaca un diagnóstico de los riesgos que sufre la Quebrada por la falta de planificación turística. Se plantean unas “ideas fuerza”, de las cuales se destaca la idea de sustentabilidad a partir de la participación ciudadana, el desarrollo regional y la preservación del patrimonio natural y cultural. Además, se hace hincapié en el fortalecimiento de la identidad cultural jujeña, aspecto clave para el adecuado desarrollo turístico, que muchos de los planes anteriores no tienen en cuenta. Se crean también algunos “proyectos motores”: “Portales de la Quebrada” y los programas de relevamiento de recursos arqueológicos, históricos y culturales (Secretaría de Turismo y Cultura de Jujuy 2004).

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Se crea también una Unidad de Gestión y con ella el Plan de Gestión para la Quebrada de Humahuaca, exigido por el Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, cuyo objetivo es proveer los medios para establecer un balance apropiado entre la conservación y el desarrollo económico sustentable y los intereses de la comunidad local. En este plan se toma el área delimitada por la Unesco y se establecen criterios de gestión de carácter participativo. A partir de aquí surgen cuatro requerimientos básicos: el Plan de Ordenamiento Territorial, el Plan de Manejo Integral de la cuenca del Río Grande, el marco normativo con aspectos legales de protección del patrimonio y el inventario de bienes patrimoniales y paisajes culturales (Secretaría de Turismo de Jujuy 2006).

El Programa de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente incluye una gran cantidad de información analítica de base que abarca, principalmente, aspectos socioeconómicos y ambientales. Dentro del apartado de “Ordenamiento territorial” se pone el relieve en la redefinición del ámbito de la Quebrada y sus áreas de influencia, en relación con las variaciones del suelo y las unidades del paisaje para la producción. Se propone, además, una regulación del uso del suelo, así como alternativas para mejorar la contaminación visual (Secretaría de Integración Regional del Gobierno de la Provincia de Jujuy 2006).

el programa de ordenamiento territorial

Analizamos de forma más profunda el POT, por ser considerado el documento más completo de la Quebrada de Humahuaca, así como en cuanto a las propuestas planteadas. En este caso, nos centramos en la interpretación y representación del paisaje.

¿De qué hablamos cuando hablamos de paisaje?

Habiendo establecido qué es un paisaje cultural, vale la pena referirnos a la definición que el POT tiene de este mismo concepto. En uno de sus apartados, se entiende como:

[…] el resultado de la interacción dinámica de factores naturales (relieve, hidrología, flora, fauna) y humanos (actividades económicas, patrimonio histórico). El paisaje es, a la vez, una realidad física y la representación que hacemos de ella. El paisaje es un producto social, la proyección cultural de una sociedad sobre un espacio determinado desde una dimensión material, espiritual, ideológica y simbólica. (Secretaría de Integración Regional del Gobierno de la Provincia de Jujuy 2006, s. p., 635)

Si bien el POT hace referencia a las formas y estructuras heredadas —por ejemplo, los patrones urbanos, la estructura parcelaria y de la propiedad, las tipologías de asentamiento en el territorio, la distribución histórica de determinadas actividades productivas, la red de acequias o la red de caminos antiguos u otras infraestructuras de comunicación y transporte, la puesta en valor que en la teoría se hace de los atributos particulares del territorio y de la cultura que le da su identidad—, no se ve reflejada por completo en el análisis y la interpretación que se hace de la Quebrada de Humahuaca y, en consecuencia, tampoco se ve reflejada en los lineamientos de propuesta.

Metodológicamente, si bien hay estudios detallados y con muchos tecnicismos, podemos dar cuenta de la falta de interrelación entre los elementos y los aspectos estudiados. Podemos destacar la falta de cartografías interpretativas del territorio que permitan relacionar la particular geografía del lugar, su relieve e hidrografía con los aspectos de la cultura que modifican el soporte natural. Esto permitiría resaltar, por ejemplo, la forma en que las infraestructuras de comunicación han debido sortear los obstáculos naturales o la manera en que se asientan los núcleos con relación a los cursos de agua, e incluso interpretar cómo se han aprovechado al máximo los recursos para lograr una producción agrícola particular en un clima seco.

investigación 70 – 71
Si bien el POT como instrumento teórico hace un estudio de muchas variables, es incapaz de generar un hilo conector que tenga en cuenta todas las áreas y proponga una estrategia precisa y ordenada de intervención del territorio

El soporte natural

Contrariamente a la definición de paisaje mencionada, en algunos apartados del POT se describe el paisaje de la Quebrada como un mero soporte natural. El plan hace una caracterización general de la provincia, donde se analizan los ecosistemas que la componen y sus cuatro regiones mencionadas en otros planes: valles, quebrada, puna y yungas (fig. 1).

Se reconoce la situación geográfica de la provincia de Jujuy, que limita al norte con Bolivia; mientras que en el resto lo hace con la provincia de Salta, y en el sector oeste-sudoeste, con Chile. Al tratarse de un territorio de fronteras, es necesario tener en cuenta estas conexiones y relevar y categorizar el sistema viario completo (fig. 2).

Se hizo necesario, para una mejor comprensión de estar características, elaborar unas cartografías interpretativas (fig. 3).

Hacemos referencia a la geología de la región, que es muy compleja y muy rica. Su historia comenzó aproximadamente hace 600 millones de años y perdura hasta nuestros días. En la provincia de Jujuy se encuentran las provincias geológicas puna, cordillera oriental (que abarca la Quebrada de Humahuaca y valles) y el sistema subandino, que coincide con la zona de las yungas (fig. 4).

El POT caracteriza a la región de la Quebrada de Humahuaca. Su altimetría varía entre los 1000 y los 3700 metros sobre el nivel del mar, que alcanza en Tres Cruces. Describe su relieve abrupto del valle longitudinal, sus fuertes elevaciones, con pendientes y depresiones estructurales originadas por fallas, denominadas quebradas (fig. 5). En el plan se hace referencia a los diferentes tipos de suelo que dan origen a tal variedad de colores y formas (Secretaría de Integración Regional del Gobierno de la Provincia de Jujuy 2006).

El mapa de relieve resalta los límites geográficos de la Quebrada. Se puede ver cómo el río Grande labró el profundo valle longitudinal y configuró también un sistema de valles transversales conocidos como angostos. Se observa al oeste, luego de un alto cordón montañoso, el altiplano de la Puna, con alturas de hasta 3700

metros sobre el nivel del mar.

El río Grande discurre a lo largo del valle, con marcada longitudinalidad. Si bien en el plan también se describe y se analiza el río Grande con todos sus afluentes, zonas de inundación o aluviones, es necesaria la cartografía del sistema hídrico completo, para una correcta interpretación de su funcionamiento.

Figura 1_ Regiones geográficas y geológicas de la provincia de Jujuy. Fuente: elaboración propia. Figura 2_ Situación geográfica de la provincia de Jujuy. Fuente: elaboración propia.
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Figura 3_ Relieve e hidrografía de la provincia de Jujuy. Fuente: elaboración propia.

Aunque en el POT se describe de forma muy exhaustiva la zona, en los apartados de toda la geografía, relieve e hidrografía no resulta sencilla su lectura, porque no encontramos la información plasmada en cartografías. En consecuencia, es difícil comprender de qué manera se dan las diferentes relaciones que constituyen un paisaje tan rico como el de la Quebrada. Al mismo tiempo, no podemos hacernos una idea de cómo la cultura que habita el territorio desde tiempos muy remotos actuó a lo largo de la historia como el principal agente modificador del paisaje.

Para una correcta lectura, sería imprescindible permitirnos poner en relación los elementos que componen un paisaje tan complejo (fig. 6). Es decir, establecer de qué manera el territorio mismo constituye un límite y una oportunidad para el accionar humanos, que de la misma manera, modifica e interviene el paisaje, confiriéndole identidad (Sabate, Pesoa y Novick 2016).

Al elaborar las cartografías de relieve e hidrografía y paralelamente la de los poblados e infraestructura, podemos comprender a simple vista que las características naturales principales del territorio condicionan fuertemente cualquier tipo de intervención humana y, al mismo tiempo, podríamos distinguir las particularidades de cada asentamiento (figs. 7 y 8).

De la misma manera, podemos ver cómo históricamente el sistema de valles fue configurando las conexiones. En este punto, el POT podría volver sobre algunos periodos históricos para dar a entender cómo los primeros asentamientos, desde la época prehispánica, se ubicaron en posiciones estratégicas con respecto a los cerros y los ríos. Para comienzos de la tercera década del siglo XXI, los poblados de la Quebrada de Humahuaca se asientan, la mayoría, en el fondo del valle principal, siempre cercanos al agua, aprovechando la leve pendiente de los márgenes del río Grande. De la misma manera se configuraron históricamente los caminos, siendo siempre la ruta principal la que acompaña el recorrido del río en dirección norte-sur, con algunos caminos de conexión transversal a través de los angostos.

En este punto, podemos entender que el soporte natural, necesariamente, debe analizarse junto con los asentamientos e intervenciones humanas, para poder descifrar con mayor claridad las relaciones que se producen entre los distintos elementos que configuran el paisaje cultural de la Quebrada de Humahuaca.

Figura 4_ Geología de la Quebrada de Humahuaca. Fuente: elaboración propia.
investigación 72 – 73
Figura 5_ Imagen satelital de la Quebrada de Humahuaca. Fuente: extraída de Google Earth.

componentes de ordenamiento territorial del plan de ordenamiento territorial

A partir del extenso análisis, en el plan se exponen los principales componentes del ordenamiento territorial, así como las principales líneas de actuación, que se ven en la figura 9.

El manejo del paisaje

En cuanto al manejo del paisaje, se incluyen cinco mapas de la región de la Quebrada de Humahuaca, que logran definir unidades de paisaje, considerando variables que se manifiestan a escala territorial y que resultan estables a lo largo del tiempo.

La definición de las unidades de paisaje constituye un aspecto fundamental y destacable en el POT. Se logran identificar especialmente sitios aptos para las urbanizaciones y las amenazas a los que están expuestos.

Para diferenciar unidades más complejas, se consideran los componentes o variables más independientes que se manifiestan a mayor escala dimensional y resultan más estables en el tiempo. Por ello, en el territorio de la Quebrada las geoformas y la vegetación son los componentes dominantes y los que marcan las diferencias fundamentales.

A partir de la integración de los mapas de paisaje, geomorfológicos y de vegetación, se obtienen subunidades que indican básicamente una repetición de formas distribuidas en el territorio. Para lograr una diferenciación en áreas homogéneas, estas se seleccionaron en función del carácter sintético que puedan representar y se entiende que las obtenidas son unidades ambientalmente homogéneas.

En la figura 10 se obtienen unidades según su geoforma y las amenazas naturales. En este caso las características paisajísticas de estas unidades no son exactamente iguales. El rojo significa mayor amenaza natural, y el verde, menor amenaza natural. En la figura 11 se agregan a estas categorías definidas anteriormente las rutas y los caminos, lo que permite localizar cuáles con las infraestructuras con mayor riesgo.

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Figura 6_ Fotografía aérea de la Quebrada de Humahuaca. Fuente: tomada del diario El Tribuno, Provincia de Jujuy.

En la figura 12, podemos distinguir las unidades que surgen de la reinterpretación del mapa geomorfológico y su combinación con el mapa de vegetación. Se tienen en cuenta las geoformas dominantes y se distinguen así depósitos eólicos, geoformas aluviales, superficies de erosión, pedimentos antiguos, relieves degradados y relieves poligeneticos. La figura 13 es una síntesis de las unidades de paisajes según su ubicación y espacio visual, que se denominan según la localidad más representativa que abarca cada unidad.

En la figura 14 se obtiene la síntesis de unidades homogéneas de paisajes, que resulta de la combinación de las unidades de paisaje mencionadas, junto con la vegetación y la geomorfología.

Resulta interesante la definición de unidades de paisajes, ya que nos permite tener una idea clara de las características de cada sector, para la futura intervención en ellos. A partir de esta diferenciación, conocemos aspectos relevantes que condicionan la definición de usos y ocupación del suelo de cada unidad, así como las amenazas naturales de cada sector y el posible impacto sobre la infraestructura. Una futura definición de unidades de paisaje podría integrar la dinámica de los asentamientos, que definitivamente condiciona las características paisajísticas del lugar (fig. 15).

consideraciones finales

Abordamos el análisis de los planes para la Quebrada de Humahuaca elaborados tras la declaratoria del sitio como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2003, revisando los instrumentos de planificación y haciendo hincapié en el análisis del POT de la provincia de Jujuy.

En primer lugar, identificamos que todos los planes presentan múltiples propuestas destinadas a atender los problemas críticos detectados en el territorio, especialmente en cuanto a asegurar las infraestructuras de servicios y la puesta en valor de los recursos patrimoniales. Pero estos planes y proyectos no siempre recogen la mirada de los distintos actores que van construyendo el territorio, ni registran todas sus particularidades. Estas ausencias constituyen un tema pendiente a la hora de encarar proyectos que integren y promuevan un proceso colectivo.

Figura 7_ Relieve e hidrografía de la Quebrada de Humahuaca. Fuente: elaboración propia.
investigación 74 – 75
Figura 8_ Poblados e infraestructura viaria de la Quebrada de Humahuaca. Fuente: elaboración propia.

POT

Componentes del ordenamiento territorial

Definición del Área de Influencia Perfiles de Desarrollo Regulación del Uso del Suelo Contaminación Visual

- Área de influencia directa

- El área de influencia directa y el sitio de patrimonio de la Humanidad.

- Análisis y sintesis preliminar de interfases para el área de influencia indirecta.

1. Principios Generales

2. Evaluación de Aptitud en Relación al Manejo del Paisaje

2.1. Unidades de Paisaje

2.2. Unidades Homogéneas de Paisaje

2.3. Categorías

3. Protección del Espacio Productivo del Fondo del Valle

3.1. Criterios generales

3.2. El Potencial Productivo del Paisaje Rural Actual

3.3. Descripción de la situación actual

3.4. Suelos

3.5. Sistemas productivos

3.6. Análisis y descripción de los sistemas productivos actuales

3.7. Amenazas naturales del sistema productivo

3.8. Implicancias económicas por cambios en el uso de la tierra

3.9. Consideraciones Técnicas para el Mejoramiento de la Producción y Preservación de Superficies

3.10. Preservación de Espacios AgrícolaGanaderos

3.11. Manejo de Vegetación

- Enfoque de Integración para el Ordenamiento Territorial - Esquema de Ley de Ordenamiento Territorial para la Quebrada de Humahuaca

El POT estudió exhaustivamente el área de estudio, abarcó diversos temas y perspectivas y desarrolló un profundo estudio del soporte natural, describiendo los aspectos físicos, analizando la base geográfica, generando nuevas fuentes de información y utilizando recursos existentes. En general, permite evaluar la incidencia de las condiciones ambientales y edáficas del territorio, sistematizando datos clave como base para la realización de planes futuros. Y aun cuando cuenta con un extenso análisis del manejo de las cuencas hídricas, se centra solo en aspectos de manejo de ingeniería, sin prestar atención a otros del manejo de recursos naturales.

También analiza la actividad económica que sustenta la Quebrada, pero solo llega a aspectos teóricos que no se ven reflejados en acciones concretas en el territorio. El POT menciona estrategias que, en teoría, parecen ser bastante interesantes, pero no logra hacer un acercamiento al territorio ni reflejar estas medidas en acciones concretas. No existen planos capaces de interpretar en profundidad la realidad territorial de la Quebrada, lo que dificulta generar planes concretamente enfocados en un desarrollo sustentable y mejor manejo del paisaje.

La representación cartográfica de los aspectos mencionados en el POT es de suma importancia para generar instrumentos de planificación, que sean capaces de complementar el estudio teórico, con acciones concretas que articulen los aspectos territoriales analizados.

Si bien el POT como instrumento teórico hace un estudio de muchas variables, es incapaz de generar un hilo conector que tenga en cuenta todas las áreas y proponga una estrategia precisa y ordenada de intervención del territorio, aplicando una mirada interdisciplinar, pero a su vez consciente de las necesidades que el lugar requiere.

Figura 9_ Líneas de acción del Programa de Ordenamiento Territorial. Fuente: elaboración propia.
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Figura 10_ Amenazas naturales e infraestructura. Fuente: Plan de Ordenamiento Territorial. Figura 11_ Amenazas naturales. Fuente: Plan de Ordenamiento Territorial. Figura 12_ Paisaje según el espacio visual. Fuente: Plan de Ordenamiento Territorial. Figura 13_ Unidades de paisaje geoforma y vegetación. Fuente: Plan de Ordenamiento Territorial. Figura 14_ Síntesis de las unidades de paisaje. Fuente: Plan de Ordenamiento Territorial.
investigación 76 – 77
Figura 15_ Fotografía del poblado de Purmamarca. Autora: María Victoria Habil.

bibliografía

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2. Consejo de Planificación Estratégica de la provincia de Jujuy. 2006. «Plan Estratégico Provincial : Jujuy , Prospectiva 2035», 1-13. http://jujuy.gob.ar/ wp-content/uploads/ sites/58/2017/01/Reunioncon-Intendentes-yComisiones-Municipales.. pdf.

3. Galindo González, Julián, y Joaquim Sabaté Bel. 2009. «EL valor estructurante del patrimonio en la transformación del territorio». Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural - Journal of Cultural Heritage Studies 22 (1): 20-33. http://www.scielo. org.co/pdf/apun/v22n1/ v22n1a03.pdf.

4. Novick, Alicia, Teresita Nuñez, y Joaquin Sabaté Bel. 2011. Miradas Desde La Quebrada De Humahuaca. Territorios, Proyectos Y Patrimonio.

5. Poder Ejecutivo Nacional. 2008. Plan estratégico territorial, Argentina. 1.a ed. Vol. 1. Buenos Aires . https://www.argentina. gob.ar/sites/default/ files/plan_estrategico_ territorial_2018_baja.pdf.

6. Sabaté Bel, Joaquín, y Paz Benito del Pozo. 2010. «Paisajes culturales y proyecto territorial: un balance de treinta años de experiencia». Identidades: territorio, cultura, patrimonio, n.o 2. https://doi.org/10.5821/ identidades.8786.

7. Sabate, Joaquín, Melisa Pesoa, y Alicia Novick. 2016. «Algunos retos en la representación del territorio : el dibujo como instrumento interpretativo , narrativo y de proyecto.» Estudios del hábitat 14 (2): 1-18. https:// upcommons.upc.edu/ handle/2117/99603.

8. Secretaría de integración regional del Gobierno de la Provincia de Jujuy. 2006. «Programa de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente -POT-». Vol. 2.

9. Secretaría de Turismo de Jujuy. 2006. «PLAN ESTRATÉGICO TURÍSTICO PROVINCIAL». Plan estratégico. https://www. argentina.gob.ar/sites/ default/files/anexo_xiii_ parte_2.pdf.

10. Secretaría de Turismo y Cultura de Jujuy. 2004. «Plan de Desarrollo Turístico Sustentable». Plan de Desarrollo Turístico Sustentable. Vol. 1.

11. Solà-Morales, Manuel. 1981. «La identitat del territori català: Les comarques». Quaderns d’arquitectura i urbanisme EXTRA (1): 3. https://www. lub.upc.edu/web/Arxiu/ Recerques/comarques/ articles_catala/identitat_ terrritori_catala.pdf.

12. Vecslir, Lorena, y Constanza Tommei. 2013. «Hacia un proyecto territorial para un paisaje cultural. La quebrada de humahuaca, Jujuy, Argentina». Bitacora Urbano Territorial 22 (1): 61-74.

Dearq 32

Investigación en Urbanismo

Research in Urban Planning

Proyectos

78 – 79
Fotografía © Angelo Lopes

Ciudad, territorio y paisaje: intersecciones concretas

Un año de pandemia e incertidumbre global sobre nuestros territorios naturales y construidos, quizás, reclama otras formas de buscar y etiquetar proyectos urbanos, más allá del uso, del área y de las categorías usuales que utilizamos para entender la ciudad, el territorio y el paisaje, muchas veces fragmentada, como lo están muchas de nuestras metrópolis. A partir de tres recientes proyectos construidos en diferentes latitudes, el artículo reflexiona sobre las intersecciones entre escalas, temas y campos disciplinares alrededor del estudio de las ciudades, a propósito del XIII Seminario Internacional de Investigación en Urbanismo, celebrado en línea entre Bogotá y Barcelona.

Palabras clave: ciudad, territorio, paisaje, investigación, proyecto urbano, arquitectura.

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.09

introducción: de doce a tres

Esta sección parte de la búsqueda de ejemplos concretos que, al igual que el objetivo del seminario, bordeen límites disciplinares y propongan un diálogo abierto y vigente entre escalas, ámbitos y actores, dando cuenta de los retos y de las reflexiones que reclama la ciudad contemporánea. De esta manera, para llegar a una selección de proyectos construidos, consistente con la agenda del seminario, se agruparon en tres los doce temas de las líneas temáticas. El ejercicio de selección consistió en indagar sobre si existían o no proyectos urbanos, arquitectónicos, de la arquitectura del paisaje o, incluso, de la geografía, de la sociología urbana o del ordenamiento territorial que tuvieran lógicas relacionales destacadas o que plantearan una integración visible entre los ahora resumidos tres grandes temas: la ciudad, el territorio y el paisaje (fig. 1).

Así, con estos tres bloques temáticos, se eligieron tres proyectos que plantearan intersecciones entre los temas, ubicados en diferentes latitudes, al margen de las ciudades anfitrionas: uno en México, uno en Cabo Verde y otro en Colombia. Desde esta perspectiva, estas son las tres intersecciones propuestas para el ejercicio de búsqueda de los proyectos: 1) ciudad y paisaje, 2) paisaje y territorio y 3) territorio y ciudad, para continuar con la conversación sobre la investigación en urbanismo, también, desde las relaciones entre sus prácticas.

Cómo citar: Vela, María Luisa. "Ciudad, territorio y paisaje: intersecciones concretas". Dearq no. 32 (2022): 80-112. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.09 proyectos 80 – 81

d)

intersección 1: ciudad y paisaje. la infraestructura como paisaje y mejoramiento en la periferia

b)

SIIU

e)

Ciudad Territorio

1. Teoría e historia de la ciudad

2. Morfología urbana

3. Regeneración urbano-habitacional

4.

Luego de pocos meses de la declaración de la emergencia sanitaria, a finales de 2020, la revista Architectural Review anunció los dieciséis proyectos preseleccionados para el premio de Arquitectura Emergente del año, entre los cuales estuvo el proyecto del Represo Colosio en Nogales, junto con otros proyectos de prácticas innovadoras, en un año de gran incertidumbre. Esta misma publicación destacó también, en el marco de los conocidos discursos antiinmigración de la administración de Donald Trump de su momento, que quizás los efectos menos conocidos de las infraestructuras fronterizas sean los ecológicos (Mollard 2020). Por ello, este proyecto es representativo del criterio de la intersección 1: ciudad y paisaje, al ser en una ciudad latinoamericana contemporánea en transformación, que integra diferentes dimensiones: temas de infraestructura, agua, paisaje, espacio público y usos colectivos, en contextos deficitarios como este sector periférico al norte de México.

Nogales es una ciudad de 265.000 habitantes en el estado de Sonora, que limita al norte con su homónima: Nogales, Arizona, en Estados Unidos.1 En 2020, la oficina mexicana Taller Capital, de arquitectura, diseño urbano y paisaje, realizó, junto con la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y como encargo para la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), un proyecto de restauración de un cuerpo de agua y espacio público en una zona de asentamientos informales.

De acuerdo con el análisis del lugar, se presentaba un fenómeno de doble amenaza, tanto para la represa construida en los años sesenta, aparentemente amenazada por la expansión urbana de los asentamientos circundantes, como para las personas, en riesgo por los desbordamientos. La zona se inundaba por la capacidad reducida de almacenamiento de la represa, lo cual no solo representaba una condición de riesgo para el abastecimiento hídrico, sino también para la movilidad y seguridad de los cerca de 32.000 habitantes afectados por la proximidad al cuerpo de agua. Con base en estas condiciones, se establecen una serie de estrategias concretas que constituyen una sola intervención integral: contener el agua y diseñar el espacio circundante previendo diferentes usos en tiempo seco o de lluvias, la integración de circuitos de movilidad peatonal mediante puentes y senderos seguros y la provisión de un espacio colectivo cubierto, versátil para la utilización de los diferentes grupos etarios del barrio. Los materiales para la intervención fueron sencillos, de bajo costo, disponibles en el lugar: gaviones con piedras del lugar, pisos igualmente de piedra, cubierta en teja y bloques de cemento, al igual que jardines de cactáceas, característicos de la zona.2

1.

De acuerdo con datos del Censo 2020 (DataMéxico 2020).

2.

“El Represo Colosio es el resultado de un análisis detallado de las condiciones ambientales, urbanas y socioeconómicas de la zona y tiene la ambición de ser un espacio de que mejore la calidad de vida de los 32,000 habitantes directamente impactados y que no tienen acceso a espacios públicos”. Tomado del texto suministrado por Taller Capital (2021).

Este proyecto supone una intersección valiosa de ciudad y paisaje, incluso desde la pertinencia del encargo. Por un lado, por la búsqueda de la equidad y mejoramiento de las condiciones urbanas en asentamientos precarios de las periferias de ciudades en desarrollo; por otro, por lo acertado de la búsqueda de mecanismos posiblemente más armónicos para relacionarnos con los cuerpos de agua, en tiempos en los cuales el aumento del nivel del mar y las medidas de adaptación al

Figura 1_ Agrupación por temas de las doce líneas temáticas del XIII Seminario Internacional de Investigación en Urbanismo a) Ciudad poscrisis c) Ciudad y salud: pandemia Urbanismo Bottom-up Asentamientos urbanos precarios Ciudad sostenible f) Justicia espacial y ordenamiento territorial Paisaje Análisis y proyecto territorial
Dearq 32
5. Análisis y ordenación del paisaje

cambio climático no solamente aplicarían en áreas de reserva o rurales, sino que son igualmente urgentes en zonas urbanas deficitarias. La relación entre ciudad y paisaje reclama aproximaciones sensibles, pero también integraciones técnicamente robustas, de manera que las infraestructuras de servicios públicos esenciales contribuyan a que los territorios en transición puedan dialogar con la naturaleza, más allá de la visión del agua como recurso natural para la ciudad, y más con la ciudad, y cercana sus ciudadanos. La ciudad es capaz de dialogar con el paisaje y el paisaje, inevitablemente, es parte del territorio, lo cual lleva a la siguiente intersección.

intersección 2: paisaje y territorio. caminar con el agua y el patrimonio exterior

Un “paisaje anfibio de alta biodiversidad”, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, hacen de Mompox, Bolívar, al norte de Colombia, un lugar con la complejidad necesaria para que sea urgente la integración de lo ambiental, lo patrimonial, lo social y lo cultural. Este proyecto de la oficina colombiana OPUS (antes sigla para la Oficina de Proyectos Urbanos), dedicada al paisaje, la arquitectura y el territorio, supone la segunda intersección de interés para este artículo: el paisaje y el territorio. El proyecto, desarrollado entre 2009 y 2015, obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 2016, en la categoría de paisaje y urbanismo de la Bienal Colombiana de Arquitectura.

En Mompox viven cerca de 45.000 personas, menos del tres por ciento de los casi dos millones que viven en el departamento de Bolívar, con la gran mayoría en la capital del departamento, Cartagena (DANE 2018). Con casi tres kilómetros de recuperación del frente fluvial al río Magdalena y 180.000 m² construidos de espacio público que incluyen tres plazas y el paseo lineal del costado occidental del río, el proyecto se articuló con el Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) del Centro Histórico de Mompox, formulado en 2007. Igualmente, contó con los mecanismos de participación ciudadana pertinentes para buscar un mayor involucramiento de la comunidad en la construcción del proyecto. Como resultado de lo anterior, por ejemplo, se lograron incorporar principios de los oficios momposinos, como la filigrana al diseño y ejecución del mobiliario en el espacio público. Lo anterior indicaría la relevancia que tiene para los proyectos de paisaje y espacio público la integración con la ciudadanía y con los instrumentos de ordenamiento territorial. Esto resulta igualmente esencial para proyectos en contextos patrimoniales, en los cuales no solamente se trata de propender hacia la preservación de lo construido, sino que, más allá de los bienes de interés cultural, se busca una perspectiva integral de los patrimonios, incluyendo en lo posible lo inmaterial, manifestado en las formas de vida locales.

En términos espaciales, el proyecto logra trasladar al espacio público algunos de los elementos propios de la arquitectura patrimonial del lugar, al procurar asignar un carácter a las tres plazas: la primera, la Plaza de Santa Bárbara, busca ser la plaza abierta al río; la segunda, la Plaza de San Francisco, busca ser el atrio del templo, y, la tercera, la Plaza de la Concepción, busca llegar y salir a través de un patio. Por su parte, el Paseo de la Albarrada se constituye como un balcón sobre el río, y

es la pieza longitudinal que integra las piezas de espacio público, la actividad de caminar junto al agua y la relación con el río Magdalena, en su momento el corredor comercial más importante del país. Así, la plaza, el atrio, el patio y el balcón se reinterpretan y se plantean como una especie de repertorio de elementos del patrimonio construido interior convertidos al exterior. Se consolida así un conjunto de estrategias en la intersección de la arquitectura, el paisaje y la infraestructura para la urbanidad caribeña, en un territorio patrimonial y anfibio.

El agua, la ciudad antigua y su entorno dialogan en este proyecto que respetuosamente busca mejorar el espacio vacío de una ciudad existente, al ser una intervención que potencia el carácter del lugar. Es lo que Milton Santos (2000) llamaría un espacio geográfico constituido a partir de fijos y flujos, en el cual tienen tanta importancia tanto lo físico como lo social. Quizás en este ejemplo se logre lo que suele ser difícil en proyectos de esta escala y es buscar el beneficio tanto para las personas como para el medio ambiente natural: dar cabida a las dos cosas mediante una estrategia integral armónica. En síntesis, estas son las razones por las cuales esta intervención urbana es una buena muestra de la segunda intersección: paisaje y territorio. Ahora, indagamos sobre la última superposición y es la de territorio y ciudad, en la cual es impensable un proyecto urbano sin contar con lo más importante: sus ciudadanos, en especial cuando han sido ellos quienes la han trabajado desde sus orígenes.

intersección 3: territorio y ciudad. rehabilitar para la conversación y la construcción conjunta

En la ciudad de Mindelo, en las islas de Cabo Verde, en África, se encuentra el sector del Alto de Bomba. Este proyecto de rehabilitación urbana de la oficina de Nuno Flores, Outros Bairros, se gestiona conjuntamente con la comunidad en un contexto de asentamientos de origen informal de este país insular. Se completa una fase entre 2020 y 2021, tiene un área de 6.965 m², y espera ser el inicio de una serie de intervenciones similares en barrios vecinos. Cabo Verde es un país de 525.000 habitantes, en la isla de San Vicente viven 81.000 y en Mindelo residen 75.000, casi el doble que en Mompox pero casi una tercera parte que en Nogales (INE 2015).

De acuerdo con el texto suministrado por la oficina de Outros Bairros (2021), el proyecto requirió una inmersión diaria en el barrio, para conocer a fondo la vida cotidiana de sus residentes. Para ello, con el apoyo de dos grupos de diez estudiantes practicantes de dos universidades, se pudo realizar este proceso de observación en campo. Con estos insumos, se estableció una estrategia o plan de intervención que pudiera atender temas tanto físico-espaciales como sociales. En palabras de sus autores, no solo se trató de incorporar la voz de los residentes, sino el silencio del lugar. Igualmente, se garantizó que por lo menos la mitad del personal de obra fueran habitantes del barrio del proyecto.

Instalar la oficina en una casa existente en el sitio de intervención fue un hecho clave para detonar la participación permanente de la comunidad en el proyecto. De esta manera, los autores dicen que las reuniones para la concertación del proyecto fueron acompañadas de hiphop, agroecología,

82 – 83 proyectos

arquitectura y otras manifestaciones que dieron pie para el encuentro cercano y constante entre los ciudadanos y el equipo de diseño del proyecto. Justamente, con esto se buscaba fortalecer el tejido social y honrar la resistencia de quienes han construido el barrio de manera autogestionada, haciendo parte de la vida de barrio desde el inicio de la intervención, quizás como lo haría cualquier nuevo vecino del sector.

Se identificaron con la comunidad dos lugares de encuentro para rescatar y readecuar: la plaza para juegos de mesa, principalmente utilizado por los mayores, y la cancha de baloncesto, sobre todo para la actividad física de los más jóvenes. Por su parte, para tejer estos espacios, se llevaron a cabo obras de contención de taludes, sistemas de drenajes de acueducto y alcantarillado, pavimentación de vías, al igual que construcción de muros y escaleras de piedra para conectar sitios antes inaccesibles. De acuerdo con el testimonio de los autores, durante este proceso constructivo, diez mujeres se involucraron espontáneamente a la obra y al aprender pudieron contribuir a finalizar la totalidad del tramo. De esta manera, el objetivo inicial de contar con la mitad del personal de obra residente en el sector, superó las expectativas y se alcanzó llegar a un ochenta por ciento de participación de los residentes del barrio en el proyecto (Outros Bairros 2021).

Quizás una de las fortalezas metodológicas de este proyecto sea, además del reconocimiento de las oportunidades de mejoramiento de un sector deficitario, la posibilidad de trabajar más allá de las carencias físico-espaciales, tomando como punto de partida lo robusto de sus relaciones sociales y establecer un diálogo horizontal, de la arquitectura no solo como resultado, sino también como proceso, como inmersión, como una residencia de largo plazo para la construcción conjunta.

reflexiones finales: el diálogo abierto, de la intersección a la interacción

El Seminario Internacional de Investigación en Urbanismo (SIIU) es un espacio pensado para la reflexión compartida de investigaciones de las líneas temáticas planteadas. En esa medida, quizás sea posible que para los proyectos de diseño urbano, de arquitectura del paisaje, de ordenamiento territorial y demás ramas afines también haya espacios de reflexión conjunta sobre los procedimientos de la práctica alrededor del urbanismo, complementarios a los espacios usuales, para socializar proyectos como los concursos y las bienales, que fragmentan las prácticas por las categorías usuales, consistentes con la hiperespecialización de la profesión y los campos distantes que pueden surgir, aun dentro de un interés común por las ciudades.

La idea de una reflexión compartida en el Represo Colosio en Nogales (México) es evidente desde la gestión del proyecto: una colaboración ente el sector público nacional (Sedatu), la academia (UNAM) y la oficina de Taller Capital; igualmente, el proyecto integra estrategias pertinentes de diferentes campos y logra una intervención eficiente en un sector de origen informal. Por su parte, en Mompox (Colombia), la idea del intercambio se da desde los lineamientos de los instrumentos de ordenamiento y la integración del patrimonio urbano-arquitectónico al paisaje, la vivencia del espacio público y los aportes de sus habitantes. Por último, en Mindelo (Cabo Verde) se

Dearq 32
Una represa-equipamiento, unas plazas-malecón y unas calles lúdicas, pensadas para permanecer, son tres ejemplos, lejos de las capitales y de las categorías usuales, que tal vez pueden aportar visiones híbridas e integradoras, necesarias para nuestros territorios en transformación

evidencia una aproximación radical desde su concepción, en la cual el diálogo cercano entre escalas y actores se establece como mandato, no solo para los diseños en su fase inicial, sino para la ejecución de las obras y como proceso conjunto permanente. Diseñar, construir y gestionar proyectos para las ciudades y territorios en transformación es un oficio complejo que supone la necesidad de compartir perspectivas, similar a lo que ocurre para la investigación en espacios de encuentro como el SIIU

El seminario buscó el intercambio entre investigaciones que plantearan nuevas perspectivas de análisis de la ciudad y el territorio. En esa medida, puede ser igualmente provechoso buscar espacios de encuentro entre ámbitos divergentes que detonen el sano debate que con urgencia necesitamos aquellos quienes nos interesamos en las ciudades, el paisaje y el territorio. Quizás sea posible pensar en una búsqueda de aproximaciones de intersección que resulten de alguna manera en una mayor interacción entre escalas, ámbitos y actores. El objetivo general del SIIU fue el estudio de temáticas diversas dentro del campo del urbanismo, y como propone Renee Chow (2015), en Changing Chinese Cities, se puede considerar una transición del campo del urbanismo a un urbanismo de campos, 3 en el cual las lógicas relacionales primen sobre las objetuales y puedan haber, cada vez más, intersecciones que resulten en interacciones concretas entre disciplinas, lugares y personas. De esta manera, una represa-equipamiento, unas plazas-malecón y unas calles lúdicas, pensadas para permanecer, son tres ejemplos, lejos de las capitales y de las categorías usuales, que tal vez pueden aportar visiones híbridas e integradoras, necesarias para nuestros territorios en transformación.

bibliografía

1. Chow, Renee Y. 2015. Changing Chinese Cities: The Potentials of Field Urbanism. Singapore: National University of Singapore.

2. DANE. Departamento Administrativo Nacional de Estadística. 2018. “Censo Nacional de Población y Vivienda”. https://www.dane.gov.co/ index.php/en/proceduresand-services/311demograficas/censo-2018

3. DataMéxico. 2020. “Nogales: Municipio de Sonora”. https:// datamexico.org/es/profile/ geo/nogales

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Urbanismo de campos, traducción del inglés field urbanism

5. Mollard, Manon. 2020. “Border Ecological, Taller Capital, Mexico”. Architectural Review, 9 de noviembre. https:// www.architectural-review. com/awards/ar-emergingarchitecture/borderecological-taller-capitalmexico

6. Opus Estudio. 2021. Texto sobre La Albarrada de Mompox

7. Outros Bairros. 2021. Texto sobre la Renovación en Alto da Bomba

8. Santos, Milton. 2000. La naturaleza del espacio Ariel: Barcelona.

9. Taller Capital. 2021. Texto sobre el Represo Colosio

84 – 85 proyectos

Proyecto: REPRESO COLOSIO EN NOGALES

Oficina: Taller Capital

Año: 2019

Lugar: Nogales, Sonora, México

Fotografía: Rafael Gamo, Gabriel Félix

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Figura 2_ El proyecto considera la reestructuración de la parte baja del cauce y del represo mismo. Figura 3_ El Represo Colosio recibe el caudal del arroyo Chimeneas que escurre de la Sierra Madre Occidental. Se plantean una serie de plataformas programáticas inundables para mitigar los efectos de las crecidas de agua.
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Figura 4_ Está ubicado al sur oeste de la ciudad de Nogales, rodeado por una urbanización irregular de reciente formación que lleva el nombre de Represo
88 – 89 proyectos
Fig. 5 Fig. 8 Fig. 7 1. Centro comunitario 2. Entrada principal y auditorio al aire libre 3. Jardín de lluvia 4. Canchas deportivas 5. Juegos infantiles 6. Recepción de agua pluviales 7. Circuito peatonal Figura 5_ Plano de conjunto. Figura 6_ Corte de conjunto. Figura 7_ Visita al sitio antes de la intervención (2018). Figura 8_ Durante una tormenta atípica, el represo funcionando según el diseño hidráulico planteado. Figura 9_ Patrones de inundación previos. Figura 10_ Manejo de inundaciones actual.
1 2 3 4 5 6 7 Dearq 32
Fig. 6
Invierno Invierno
Primavera Primavera Verano Verano
Fig. 9
0 5 10 20m 90 – 91 proyectos
Fig. 10 Figura 11_ El espacio cubierto de usos múltiples funge como un hito de identidad para la zona.
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Figura 12_ Espacios para deporte y representaciones. Figura 13_ En la noche, el salón multiusos es referente.
92 – 93 proyectos
Figura 14_ La iluminación crea espacios seguos de noche.
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Figura 15_ Los bordes del represo se refuerzan con gabión, conectando plataformas con rampas. Figura 16_ Diseño de juegos infantiles específicos. Figura 17_ Se plantea un andador perimetral acompañado de arboles y vegetación de baja estatura. Figura 19_ Diseño del vertedor de agua.
94 – 95 proyectos
Figura 18_ Se conserva y reforesta con vegetación endémica.

Proyecto: REVITALIZACIÓN ALBARRADA DE

Oficina: OPUS

Año: 2009 — 2015

Lugar: Mompox, Bolívar, Colombia

Fotografía: Sergio Gómez

MOMPOX

1. Plaza de Santa Bárbara 2. Albarrada San Rafael 3. Albarrada de Las Tres Cruces Figura 20_ Localización. Figura 21_ Parque de Santa Bárbara. 4. Albarrada de La Chopenera 5. Albarrada de Los Ángeles 6. Plaza de La Concepción 7. Albarrada del Sanísimo Sacramento
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8. Plaza de San Francisco Figura 22_ Albarrada. Fig. 25 Fig. 23 Figura 23_ Planta Plaza de Santa Barbara. Figura 24_ Planta Albarrada de San Rafael (izquierda), Planta Portales de la Marquesa (derecha). Figura 25_ Planta Plaza de la Concepción. Figura 26_ Planta Terraza del Moral y Albarrada del Santísimo Sacramento. Figura 27_ Planta Plaza de San Francisco. 1. Iglesia de Santa Bárbara 2. Plaza de Santa Bárbara, en adoquín 3. Portales de Santa Bárbara, en adoquín tipo fato 4. Atrio, en adoquín tipo fato 1. Rio Magdalena 2. Iglesia de La Concepción 3. Edificio del Mercado 4. Atrio, en adoquín tipo fato 5. Plaza de La Concepción, en adoquín 6. Zona verde 7. Monumento 8. Alcorque 9. Andén, en adoquín tipo fato 10. Calle de San Juan 11. Albarrada del Santísimo Sacramento, en adoquín 12. Albarrada de Los Ängeles, en adoquín 13. Pérgola 1. Rio Magdalena 2. Albarrada del Santísimo Sacramento, en adoquín 3. Sendero peatonsl elevado, en concreto 4. Andén, en adoquín tipo fato 5. Plaza de eventos, en adoquín 6. Alcorque 5. Parque de Santa Bárbara, en adoquín 6. Zona verde 7. Albarrada de San Rafael, en adoquín 8. Alcorque Fig. 26 9. Andén, en adoquín tipo fato 10. Franja vehicular, en adoquín 11. Cañón
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12. Sendero jarillón, en concreto

7.

5.

6.

8.

13.

14.

15.

Fig. 24 1. Rio Magdalena 2. Albarrada de San Rafael, en adoquín 3. Albarrada de Las Tres Cruces, en adoquín 4. Terraza de San Rafael, en adoquín tipo fato 1. Rio Magdalena 2. Iglesia de San Francisco 3. Colegio Sagrado Corazón 4. Atrio, en adoquín tipo fato 5. Plazoleta, en doquín 6. Zona verde 7. Monumento 8. Alcorque 9. Andén, en adoquín tipo fato 10. Plaza de eventos, en adoquín 11. Plataforma de puerto 12. Acceso sendero elevado Albarrada del Santisimo Sacramento, en adoquín Sendero peatonal elevado, en concreto Franja vehicular, en adoquín Portales de la Marquesa, en adoquín tipo fato Zona verde Alcorque Andén, en adoquín tipo fato
22
23 Fig. 24 Fig. 25
26 98 – 99 proyectos
Fig. 27
Fig.
Fig.
Fig.
SECCIÓN DD' SECCIÓN AA' SECCIÓN CC' SECCIÓN BB'
Figura 29_ Plaza de la Concepción.
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Figura 28_ Secciones. Figura 30_ Acceso sendero elevado.
100 – 101 proyectos
Figura 31_ Albarrada. Figura 31_ Dibujo de sección de la albarrada.
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Figura 32_ Dibujo de plataforma de puerto. Figura 33_ Sendero peatonal elevado.
102 – 103 proyectos
Figura 34_ Sendero peatonal elevado y zona verde.

Proyecto: REABILITAÇÃO URBANA DE ALTO DE BOMBA

Oficina: OUTROS BAIRROS

Año: 2021

Lugar: Mindelo, Cabo Verde

Fotografía: Outros Bairros, Angelo Lopes, Erickson Fortes, Marcelo Londoño

Figura 36_ Fotografía © Marcelo Londoño
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Figura 35_ Localización. Figura 37_ Fotografía © Angelo Lopes Fig.
41
Fig. 38
A A B B Dearq 32
Fig. 42

LIMITE DE LA INTERVENCIÓN CAMINO PEATONAL PAVIMENTADO CALLE PAVIMENTADA EXISTENTE CALLE PAVIMENTADA PROPUESTA DRENAJE MURO DE PIEDRA ACABADO MURO DE PIEDRA SECA MADERA SUELO COMPACTO

Figura 38_ Plan maestro

Figura 39_ Planta general 01

Figura 40_ Planta general 02

Figura 41_ Planta y sección AA

Figura 42_ Planta y sección BB

Figura 43_ Planta y sección CC

Fig. 40 Fig. 39
C C 106 – 107 proyectos
Fig. 43
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Figura 44_ Fotografía © Angelo Lopes Figura 46_ Fotografía © Marcelo Londoño
108 – 109 proyectos
Figura 45_ Fotografía © Angelo Lopes Figura 48_ Fotografía © Marcelo Londoño
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Figura 47_ Fotografía © Marcelo Londoño
110 – 111 proyectos
Figura 49_ Fotografía © Erickson Fortes Figura 51_ Fotografía © Angelo Lopes
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Figura 50_ Fotografía © Marcelo Londoño

Investigación en Urbanismo

Research in Urban Planning

Creación

Melting Traces

DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.10

En 2012 se lanzó el concurso REcall. European Conflict Archaeological Landscape Reappropriation,1 cuyo objetivo era plantear nuevas formas de tratar lugares e historias dolorosos en Europa, más allá de un enfoque tradicional. Se buscaba pasar de una actitud de “simple” conmemoración, a una de participación activa de las personas en los lugares y con respecto a las historias a través de estrategias de reapropiación.

El equipo2 decidió trabajar en Roma, y como evento tomamos la llamada Operación ballena, también conocida como il Ratrellamento, ocurrida en el barrio Quadraro. Durante la Segunda Guerra Mundial, Roma fue ocupada por los nazis en septiembre de 1943. Los únicos lugares seguros en la ciudad eran el Vaticano y el Quadraro, un barrio humilde de clase obrera. La operación fue planeada por el teniente coronel Herbert Kappler (fig. 1). La acción militar comenzó al amanecer del 17 de abril de 1944. Los alemanes rodearon el perímetro del barrio y, poco a poco, fueron reuniendo prisioneros en el Cinema Quadraro (fig. 2). Aproximadamente, mil hombres de entre los dieciséis y los sesenta años fueron llevados del Cinema Quadraro a Cinecittà, en los alrededores del barrio, y posteriormente fueron deportados para trabajar

en fábricas de diferentes partes de Alemania (como Zwangsarbeiter [trabajo forzado]) de los cuales muy pocos regresaron vivos a sus casas después de la guerra.

Durante la semana del 8 al 15 de septiembre de 2013, y habiendo realizado ya algunas investigaciones (bibliografía disponible, internet, mapas, etc.), visitamos la zona de Quadraro Vecchio. Entrevistamos a vecinos del barrio, entre los que se encontraban algunos familiares de las víctimas del Rastrellamento. Hoy es un barrio muy heterogéneo. Urbanísticamente, ha crecido debido a los proyectos de vivienda social ejecutados en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y los edificios históricos y las ruinas (como el Aquedotto Felice) conviven con pequeñas casas de campesinos, casas agrícolas, campos y las omnipresentes fuentes romanas. La heterogeneidad, su cualidad de barrio obrero y la lejanía del “centro” hacen que hoy día ser “del Quadraro” siga significando algo específico y particular, diferente de ser romano.

La historia del Rastrellamento es la confluencia de las vidas de muchos hombres en un punto determinado de un lugar determinado. Es una historia contada por el propio Quadraro. La red social que mantuvo a raya a los nazis

1. Consorcio REcall: Politecnico di Milano, Italia (Polimi) Dipartimento di Architettura e Studi Urbani (DAStU), coordinador Aalborg University, Dinamarca (AAU) Norwegian University of Science and Technology, Noruega (NTNU) Newcastle University, Reino Unido (UNEW)

Falstad Memorial and Human Rights Centre, Noruega Museo Diffuso della Resistenza, Italia

2.

Equipo: Caballo de Troya Íñigo Giner Miranda (compositor)

Juan Carlos Mejía del Valle (arquitecto)

Roberto Uribe Castro (artista) Henar Rivière Ríos (historiadora del Arte-asesora externa)

Horacio González Cesteros (arqueólogo-asesor externo)

Figura 1_ Herbert Kepler, foto de detención. Fuente: festivaldistoria. files.wordpress.com (https://bit. ly/31GK93j)

Figura 2_ Cinema Quadrado, alrededor de la decada de 1940. Fuente: Foto de un póster tomada por los autores.

Figura 3_ Resistencia Partisana en el Quadraro. Fuente: www.articolotre.com

Figura 4_ Giuseppe Chiampo, pase de deportación. Fuente: zwangsarbeitin-niedersachsen.eu (https://bit. ly/31JbbHk)

Cómo citar: Uribe Castro, Roberto. "Melting Traces". Dearq no. 32 (2022): 114-124. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq32.2022.10
Fig. 1 Fig. 2
Todo lo que vemos es una especie de Troya, una constelación arqueológica; de rápido a lento y de antiguo a nuevo.
Norman Bryson
Fig. 3
creación 114 – 115
Fig. 4

tenía que formar parte de la obra, lo que nos llevó a pensar en una instalación al aire libre repartida por todo el barrio como posible forma de presentación.

Nuestra propuesta consistía en una instalación con un claro carácter temporal (una duración aproximada de un día) que hiciera tangible el proceso de desaparición y, así, recrear metafóricamente el Rastrellamento

En la noche del 16 de abril y hasta el amanecer del 17 (aludiendo a la acción militar de 1943) se colocarían mil bloques de hielo (50 cm × 50 cm × 24 cm) a lo largo de las calles y lugares del barrio, para abarcar todo el Quadraro Vecchio.3

En el interior de los bloques se ubican pequeños objetos relacionados con la vida cotidiana del barrio. Tales objetos sirvieron para subrayar la individualidad de cada bloque (también catalogados y numerados, del uno al mil) y también acentuarían la alteración de la rutina diaria infligida por la acción militar de Kappler.

Así cada pieza de hielo actuaría a manera de conmemoración para cada uno de los hombres anónimos que, en su momento, se

llevaron y una representación visual de la construcción laberíntica de las relaciones sociales del barrio. Tras ello, los bloques no dejarían más que charcos de agua que se reintegraron al barrio.

Los ciudadanos se enfrentaron a un acontecimiento relativamente repentino (una aparición, podría decirse) que se extendió por todo el barrio. El hecho de que la instalación nunca pudiera ser vista completamente desde un único punto de vista subrayó la idea de diversidad y las múltiples perspectivas sobre el acontecimiento. Ello remarca la idea de que tal acontecimiento estuvo compuesto por muchos individuos y no puede expresarse correctamente reduciéndolos a una única entidad simbólica.

3.

Via dell Acquea Felice; Vicolo dell'Acquedotto Felice; Vía Lucio Mario Perpetuo; Via Decio Mure; Vía dei Levii; Vía Tuscolana; Vía dei Lentuli; Vía del Monte del Grano; Vía dei Pisoni; Vía dei Corneli; Vía dei Juvenci; Vía dei Quintili; Piazza dei Tribuni.

Figura 5_ Medidas del cuerpo. Una manera de entender a traves de una cualidad fisica la magnitud de 1000 personas sacadas de sus casas.

Fuente: Bauenberufslehre, Ernst Neufert. Foto Roberto Uribe.

Figura 6_ Extracto de entrevistas con residentes del barrio Quadraro.

Figura 7_ Esquema de posible estrategia durante el taller de Roma en septiembre. Fuente: Elaboración propia.

Figura 8_ Esquema para la Plaza dei Tribuni ubicando varios bloques de hielo. Fuente: Elaboración propia.

Figura 9_ La gran instalación en Quadraro. Modelo a escala 1:200. Fotos Roberto Uribe.

FIgura 10_ Casco antiguo, barrio Quadraro. Fuente: Elaboración propia.

Figura 11_ Quadraro Vecchio. Fotocollage aéreo con las calles donde se desarrollaría el proyecto. Fuente: Elaboración propia.

Figuras 12 a 19_ Fotos de la instalación. Roberto Uribe.

Fig. 5 Fig. 6
Dearq 32
Fig. 7 Fig. 8 Fig. 8
116 – 117 creación
Fig. 9
Fig. 10 y 11 Dearq 32
118 – 119 creación
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122 – 123 creación

Proceso Editorial

Dearq es una revista cuatrimestral (enero-abril, mayo-agosto y septiembre-diciembre), que publica al inicio de cada período. Su objetivo es contribuir a la difusión de análisis, investigaciones, reflexiones y opiniones críticas que la comunidad científica nacional e internacional elaboren sobre la arquitectura, la ciudad y sus áreas afines. La revista no realiza cobros a los autores por la sumisión de artículos, evaluación por pares, corrección de estilo o publicación; no cobra cargos monetarios ni de ninguna especie por páginas o cobros de color. La versión impresa de la revista tiene un precio y puede adquirirse en los puntos autorizados para la venta y comercialización. Los autores interesados en someter un artículo a la revista Dearq, acceden a la plataforma de gestión de contenidos a través de la sección Enviar un Artículo, se registran como usuarios de la misma y finalizan el proceso de envío de su manuscrito. A la recepción de un artículo, se notifica al autor y el Equipo Editorial revisa el cumplimiento de los requisitos básicos descritos en las Normas de Publicación y se somete a control de plagio. En caso de detectar plagio o auto-plagio, se rechaza el texto y se notifica a los autores el motivo. En esta primera etapa, el Equipo Editorial evalúa los artículos, pudiendo rechazar manuscritos en base a los siguientes criterios:

• Cumplimiento de las normas de publicación.

Pertinencia y calidad del documento en relación con las convocatorias.

Coherencia y claridad de la argumentación.

• Relevancia bibliográfica y soporte investigativo.

Claridad en la redacción.

Generación de nuevo conocimiento.

Todo documento que supera esta primera etapa, es sometido a un proceso de evaluación bajo la modalidad doble ciego.

Evaluación de Pares

Durante la evaluación, tanto los nombres de los autores como los de los evaluadores se mantienen en el anonimato. Los resultados de la evaluación se informan al autor en un plazo máximo de seis meses. Estos son notificados a través del correo electrónico, por el Editor, quien emite uno de los siguientes conceptos: Aceptar la publicación del documento sin modificaciones.

• Aceptar la publicación del documento siempre que se realicen correcciones según los comentarios y observaciones realizadas. Rechazar la publicación del documento.

Los autores deberán realizar los ajustes solicitados. Si en una segunda revisión se observa que los cambios no han sido incorporados en la fecha acordada, el Equipo Editorial puede tomar la decisión de no publicar el artículo. La revista se reserva la última palabra sobre la publicación de los artículos, el número en el que se incluyen y el derecho de hacer correcciones menores de estilo, asimismo de ajustar el resumen o las palabras claves. Se sugiere al autor verificar el Formato de Evaluación antes de someter su artículo.

Una vez el texto ha superado el proceso de evaluación y es aprobado para publicación, es deber del autor gestionar la traducción al inglés o al español - en función del idioma original del texto sometido - y enviar el documento acorde al plazo establecido por el Editor. Durante el proceso de edición, los autores podrán ser contactados por el Editor para resolver inquietudes. La plataforma de gestión de contenidos será el medio de comunicación principal entre la revista y los autores durante el proceso de evaluación, edición y publicación. Nota: Los pares evaluadores se seleccionan conforme a su trayectoria académica, conocimiento y producción en la temática del documento a evaluar. Un porcentaje mayor de los pares evaluadores serán externos a la Universidad de los Andes.

Tipologías

La revista Dearq acepta las siguientes tipologías de documentos:

Artículo de investigación: Documento que presenta de manera detallada los resultados originales de investigaciones concluidas. Su estructura consta por lo general de cuatro apartes: Introducción, metodología, resultados y conclusiones. Extensión máxima: 4000 palabras.

Artículo de reflexión: Documento que presenta los resultados de una investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica, recurriendo a fuentes originales. Extensión máxima: 4000 palabras.

• Entrevista: Transcripción editada que presenta la postura de los/ las entrevistado/a(s) acerca de un tema relevante. El registro debe contemplar referencias y bibliografía pertinente. Extensión máxima: 4000 palabras.

Normas de Publicación

La redacción de documentos debe atender a las siguientes indicaciones. El documento que no cumpla con estas condiciones será devuelto al autor y no podrá participar en el proceso de evaluación. Los artículos se deben presentar en documento Word, fuente Times New Roman, 12 puntos e interlineado doble, con márgenes de 2,5 x 2,5 x 2,5 x 2,5 cm, y sin datos de autoría o nombre(s) de autor(es) en el cuerpo del documento.

La estructura del documento deberá constar de:

Título: Si el título requiere alguna aclaración adicional deberá consignarse en la primera página, en nota al pie, mediante el uso de un asterisco al final del título.

Información adicional: En caso de que el artículo sea resultado de una investigación, se debe incluir la información del proyecto del que hace parte y el nombre de la institución financiadora.

• Resumen: Debe indicar el propósito de la investigación, los principales resultados y las principales conclusiones. Texto de máximo 100 palabras.

Palabras claves: Siete palabras clave. Las palabras clave deben refljar el contenido del documento. Es necesario que señalen las temáticas precisas del artículo, las áreas de conocimiento en las que se inscribe y los principales conceptos.

• Texto del artículo: Se debe indicar el lugar de inserción del material gráfico y sus respectivos pies de figura y créditos.

Bibliografía: Estilo Chicago. Consiste en la información bibliográfica completa del texto. Cuando los contenidos utilizados tengan un número de identificación DOI, debe incluirse en el listado de referencias.

Nota: La extensión total del documento no debe exceder las 4.000 palabras.

Tablas y Figuras

La información gráfica que acompaña al manuscrito debe estar referenciada en el texto con su pie de figura correspondiente.

En el caso de las tablas, deberán presentarse precedidas por la palabra “Tabla” y el número consecutivo que le corresponda. Debajo de la tabla se debe indicar la fuente de la información presentada.

Para el caso de las figuras (diagramas, fotografías o imágenes), deberán presentarse precedidas de la palabra “Figura” y el número consecutivo que le corresponda. Se debe indicar el nombre de la imagen y la fuente de dónde se obtuvo o declarar si es creación propia. Para el caso de figuras múltiples, cada una debe estar referenciada.

Las tablas y figuras se publican en blanco y negro. La resolución mínima de las figuras varía según la tipología del manuscrito. Para los artículos de investigación, reflexión y entrevista las figuras deben estar como mínimo en resolución de 300 dpi en formato de 9x13 cm. El número máximo de figuras será 20.

Para compatibilidad con el sistema de evaluación de pares, las piezas gráficas (tablas y figuras) deberán enviarse en una carpeta adicional e independiente del texto, en formato JPEG o TIFF. Los nombres de los archivos deben ser correspondientes al tipo y número: FIG1, FIG2, FIG3, etc. o TAB1, TAB2, TAB3, etc.

Referencias bibliográficas

Las referencias bibliográficas deben seguir el manual de estilo Chicago. En el texto se deben usar referencias en nota al pie usando la forma corta de citación y al final del texto se debe incluir una bibliografía que reúna la información bibliográfica completa de las fuentes referenciadas. La bibliografía debe estar organizada alfabéticamente según el apellido del primer autor. Publicaciones del mismo autor deben estar ordenadas cronológicamente.

Para mayor información sobre el modelo de citación, puede consultar la Guía de Citación.

Envío de material y correspondencia

Durante el proceso de evaluación y de edición, el medio de comunicación con los autores y evaluadores es la plataforma de gestión de contenidos a través del vínculo: Enviar un Artículo

Para casos particulares pueden dirigirse al correo electrónico: dearq@uniandes.edu.co

Política editorial 124 – 125

Publicación y auditoría

La revista Dearq se encuentra adscrita al Departamento de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes, la cual se encarga del soporte financiero de la publicación.

Cuenta con la siguiente estructura: un Equipo Editorial compuesto por un Director, un Editor, Gestor(es) Editorial(es) y Monitor(es); un Comité Editorial y un Comité Científico cuyos miembros son evaluados cada dos años en función de su aporte a la publicación, de su reconocimiento en el área y de su producción académica visible en otras revistas nacionales e internacionales indexadas; y un Equipo de Apoyo que se encarga de la diagramación, soporte, corrección de estilo y traducción.

Los artículos presentados a la revista Dearq deben ser originales e inéditos y no deben estar simultáneamente en proceso de evaluación ni tener compromisos editoriales con ninguna otra publicación. En caso de que un artículo incluido en el contenido de la revista quiera utilizarse en otra revista o publicación, el autor y/o la revista deben solicitar la autorización del Equipo Editorial y la publicación tiene que señalar con claridad y visibilidad los datos de la publicación original en la revista Dearq. Asimismo, cuando el Equipo Editorial tenga interés en traducir y/o publicar un artículo que ha sido previamente publicado se compromete a pedir la autorización y realizar la declaración correspondiente a la revista que realizó la primera publicación.

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Si bien el Equipo Editorial aprueba los artículos con base en los requisitos básicos de calidad, rigurosidad investigativa y criterios de evaluación, los autores serán los únicos responsables de las ideas allí expresadas, así como de la idoneidad ética del artículo. Los autores deben hacer explícito que el texto es de su autoría y que en el mismo se respetan los derechos de propiedad intelectual de terceros.

Igualmente, es deber de los autores disponer a la revista la "Autorización para el Uso, Reproducción, Impresión y Publicación"del material que no sea de su propiedad o autoría (planos, cuadros, gráficas, mapas, diagramas, fotografías, etc). A su vez, deberán autorizar la utilización de los derechos patrimoniales del autor (reproducción, comunicación pública, transformación y distribución), mediante la firma del “Documento de Autorización de Uso de Derechos de Propiedad Intelectual” a la Universidad de los Andes - Departamento de Arquitectura para incluir su escrito o artículo en la revista Dearq.

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Tan pronto un número de la revista Dearq salga publicado, el Equipo Editorial tiene la responsabilidad de su difusión entre los colaboradores, evaluadores y las entidades con las que se hayan establecido acuerdos de intercambio, así como la actualización de contenidos en los repositorios y sistemas de indexación nacionales e internacionales.

Política ética

Editorial Process

Dearq is a quarterly publication (January-April, May-August and September-December), that is published at the beginning of each of these periods. Its objective is to contribute to the dissemination of the research, analyses and opinions that the national and international academic community elaborates on architecture, urbanism and related areas.

The journal does not charge authors for the editorial process including article processing charges (APCs), article submission, peer evaluation process, style correction and publication; either, page charges, colour charges or any instance where money is required to complete the publication process. The printed version has a cost and can be purchased at authorized stores.

Authors who are interested in submitting an article for publication in Dearq should access the content management platform through the Submit an Article section. They should register as users and then send their manuscript. When the article is received, the author will be notified and the editorial team will review compliance with the basic requirements described in the Publication Guidelines and submit it through plagiarism control. In case of detecting plagiarism or auto-plagiarism, the text will be rejected and the author will be notified.

In this preliminary phase, the editorial team will evaluate the articles. They may reject manuscripts based on the following criteria:

Not fulfilling the publication guidelines.

• Relevance and quality of the article regarding the calls for papers.

Coherence and quality of argumentation.

• Bibliographic relevance and investigative support.

Clarity in the writing.

• Generation of new knowledge.

Every article that passes this first phase will be submitted to a double-blind evaluation process.

Peer Evaluation

During the evaluation, both the names of the authors and the evaluators will be kept anonymous. The results from the evaluation will be communicated to the author within a maximum period of six months. The authors are notified via email, by the Editor, who issues one of the following concepts:

Publish the document with no modifications required.

• Publish the document after corrections have been made based on the comments and observations.

• Do not publish the document.

The authors must make the requested adjustments. If in a second review it is observed that the changes have not been incorporated on the agreed date, the Editorial Team can make the decision not to publish the article. Dearq reserves the last word on the publication of the articles, the issue in which they will appear and the right to make minor style correctios, as well as to adjust the abstract or keywords. We suggest that the author checks the Evaluation Form before submitting the article.

Once the text has passed the evaluation process and is approved for publication, it is the author's duty to translate it into English or Spanish - depending on the text’s original language - and send the document according to the deadline established by the editor.

During the evaluation process, the authors may be contacted by the editor to resolve any inquiries. The content management platform will be the main communication channel between the journal and the authors during the evaluation, editing, and, publication process.

Note: The peer evaluators are selected based on their academic trajectory, knowledge and cientific production within the evaluated document's thematic. A higher percentage of the peer evaluators will be external researchers from Universidad de los Andes.

Types of Articles

Dearq accepts the following types of articles:

Research article: An article that presents, in a detailed manner, the original results from completed research. The structure, in general, consist of four sections: introduction, methodology, results, and conclusions. Maximum length: 4000 words

Reflection paper: This article presents the results from completed research in an analytical, interpretative, or critical manner and draws on original sources. Maximum length: 4000 words

Interview: An edited transcript that presents the position of the interviewees on a relevant topic. It should include references and a relevant bibliography. Maximum length: 4000 words

Publication Guidelines

The documents must meet the following indications. If it does not meet these conditions, it will be returned to the author and may not participate in the evaluation process. Articles should be sent in Word format using Times New Roman size 12, should be double spaced with the following margins: 2.5 x 2.5 x 2.5 x 2.5 cm, and should not include the author's name and or authorship data.

The structure of the document should include:

Title: If the title needs to include any additional clarification, this should be placed on the first page in a footnote using an asterisk at the end of the title.

Additional information: If the article is part of a research project, the project information should be included as well as the financing institution.

• Abstract: This should include the purpose of the research as well as the principal results and conclusions. Maximum length: 100 words

• Key words: Seven key words. The key words should reflect the content of the document. It is necessary to indicate the precise topics of the article and highlight the area of knowledge in which the main concepts are located.

• Text: This should indicate where visual material should be placed as well as figure captions and titles.

Bibliography: Chicago Style. This should include all the bibliographic information included in the text. When the contents used have a DOI identification number, it must be included in the list of references.

Note: The total length of the document should not exceed 4.000 words.

Tables and Figures

Any visual information that compliments a manuscript should be referenced in the text with a corresponding image caption. The word “Table” should come before all the tables as well as its corresponding consecutive number. The source of the information should be presented under the table.

The word “Figures” (diagrams, photographs, and images) should come before all the figures as well as the corresponding consecutive number. The author must indicate the name of the image and the source from where it was obtained or declare if it is his own creation. In the case of multiple figures, each one must be referenced.

Tables and figures are published in black and white. The minimum resolution of the figures varies according to the typology of the manuscript. For research, reflection and interview articles, the figures must be at least 300 dpi resolution in 9x13 cm format. The maximum number of figures will be 20.

In order to be compatible with the peer evaluation system, the graphic material (tables and figures) should be sent in an individual folder that is separate from the text in either JPEG or TIFF format. The file´s names should correspond to the type and number: FIG1- FIG2FIG3, etc. or TAB1-TAB2-TAB3, etc.

Bibliographic references

The Chicago Manual of Style should be used. In the body of the text, citation should be made using footnotes, and a bibliography should be included at the end of the text that includes complete bibliographic information from the sources cited. The bibliography should be organized alphabetically according to the first author´s surname. Publications from the same author should be ordered chronologically. For more information on how to reference, please follow the link to the Citaton Guide.

Sending material and correspondence

The content management platform will be used for communication with authors and evaluators during the evaluation and editorial process. It can be accessed via the following link: Submit an Article In specific cases, inqueries can be answered via the following email: dearq@uniandes.edu.co

Editorial Policy 126 – 127

Publication and authorship

Dearq is a journal ascribed to the Department of Architecture, School of Architecture and Design at Universidad de los Andes, which finances its publication.

The structure of its organization is as follows: An Editorial Team conformed by Director, Editor, Editorial Manager(s) and Assistant(s); an Editorial Committee and a Scientific Committee whose members are evaluated every two years based on their contribution to the publication, their recognition in the area and their visible academic production in other national and international indexed journals; and a Support Team that is in charge of layout, support, style correction and translation.

The articles submitted to Dearq journal must be original, previously unpublished and must not be in an evaluation process or have an editorial commitment with any other publication.

In the event that an article included in the content of the Dearq wants to be published in another journal or publication, the author and / or magazine must request authorization from the Editorial Team, and the publication must clearly and visibly indicate the data of the original publication in Dearq. Likewise, when the Editorial Team is interested in translating and/or publishing an article that has been previously published, it commits to request the corresponding authorization and to indicate the data of the original publication.

Author responsibilities

Authors should submit their articles through the section For Authors at the home page of Dearq's website on the dates established by the call for papers.

Dearq offers specific guidelines for the submission of the texts, as well as editing rules. This information can be consulted in Spanish and English in the Editorial Policies section, in the segment 'Publication Norms' in the digital and printed version of the journal.

When submitting an article, the author must complete a form of personal and academic information, manifest that the text they present is of their own authorship, unpublished and that they are not in a parallel evaluation process or have an editorial commitment to any other research journal. The "Certificate of Originality" is mandatory to send it.

Even though the Editorial Team approves articles based on the basic requirements of quality, research rigor and evaluation criteria, the authors will be solely responsible for the ideas expressed therein, as well as for its ethical suitability. Authors should manifest that the text they present is of their own authorship and that they respect the intellectual property rights of third parties.

Likewise, it is the author’s responsibility to obtain and provide to the journal the "Authorization for the Use, Reproduction, Printing and Publication" of all of the additional material which is not of their property or authorship (plans, tables, graphs, maps, diagrams, photographs, etc). Also, they must authorize the use of the author’s patrimonial rights (reproduction, public communication, transformation and distribution), by signing the “Authorization Document for the Use of Intellectual Property Rights” to the Universidad de los Andes- School of Architecture, in order to include the text in Dearq.

Authors agree to submit their texts to anonymous evaluations of two peer reviewers and to take into account their observations, as well as the adjustments requested by the Editorial Team. These modifications and corrections to the manuscript must be made by the author within the period stablished by the Editorial Team.

Once Dearq receives the modified article, the author will be informed of the final decision. If the text is approved, the author must translate it into English or Spanish - depending on the text’s original language - and send it according to the deadline established by the Editor.

Reviewers responsibilities

Dearq has a downloadable evaluation format on its website, that contains questions with defined criteria, which the evaluator must answer regarding the article under evaluation. Likewise, they have the responsibility to accept, reject or approve with modifications and/or suggestions the arbitrated document and declare that there are no conflicts of interest. During the evaluation, both the names of the author(s) and the evaluators will be kept in complete anonymity.

Editorial Team responsibilities

The Editorial Team is responsible for defining the editorial and ethical policies so that the journal complies with the standards of a renowned academic publication. Likewise, it covers the requirements of dissemination of digital and physical publications through the updating of editorial management platforms and active channels for the dissemination of content.

The selection of the articles is founded on the quality and relevance of the article, as well as its originality and contributions to the field of Architecture and urbanism. In this sense, when an article is rejected, the justification given to the author is oriented through these aspects.

The Editorial Team oversees and fully complies with the standards established by the Committee on Publication Ethics (COPE). Throughout the editorial process, it applies confidentiality, plagiarism control and evaluation mechanisms that make it possible to decide whether to publish or reject a manuscript.

When the Dearq journal receives complaints of any kind, the Editorial Team must respond, and in case the claim warrants it, it must ensure that the appropriate investigation is carried out to resolve the problem. It must also publish corrections, clarifications, rectifications or give justifications.

In the event that a published article presents substantive errors detected by the author and that threatens the scientific quality, he may request the removal or correction. If a third party detects plagiarism, previous publication, unethical conduct or error, it is the obligation and responsibility of the author to retract publicly, which will proceed immediately to the removal or public correction. The correction or public retraction will be made in the next printed issue of the journal as well as in its digital version.

As soon as a volume of the journal is published the Editorial Team has the responsibility of its diffusion among the contributors, reviewers and institutions with whom exchange agreements have been established, as well as the content actualization in national and international repositories and indexation systems.

Ethical Policy

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INVESTIGACIÓN

__ Cómo podemos aprender con las favelas

__ Psicogeografía de la ciudad sin tiempo y sin horario convencional. Cronos y el territorio de la noche

__ San Luis y El Campín, memorias de barrio. Una apuesta más allá de lo formal

__ Registros del paisaje. Lectura de cartografías históricas en los Esteros del Iberá

__ La trama del metro. Patrones de transformación en torno a las estaciones del Metro de Santiago

__ Sopesando las formas en el fragmento residencial. El barrio de Achupallas en Viña del Mar

__ Proyectar en paisajes culturales: análisis del Programa de Ordenamiento Territorial para la Quebrada de Humahuaca

PROYECTOS

__ Ciudad, territorio y paisaje: intersecciones concretas

Represo Colosio en Nogales

Revitalización Albarrada de Mompox

Reabilitação Urbana de Alto De Bomba

INVESTIGACIÓN - CREACIÓN

__ Melting Traces

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Melting Traces

1min
pages 116-126

Ciudad, territorio y paisaje: intersecciones concretas

1min
pages 83-114

Urbanismo: la ciudad como archivo de lo posible/ Urbanism: the city as an archive of the possible

1min
pages 6-7

Proyectar en paisajes culturales: análisis del Programa de Ordenamiento Territorial para la Quebrada de Humahuaca (Argentina) / Designing in cultural landscapes: Analysis of the Urban and Territorial Plan for the Quebrada de Humahuaca (Argentina)

2min
pages 70-80

Sopesando las formas en el fragmento residencial. El barrio de Achupallas en Viña del Mar (Chile) / Balancing shapes in a residential fragment. The Achupallas neighborhood in Viña del Mar (Chile)

1min
pages 61-69

La trama del metro. Patrones de transformación en torno a las estaciones del Metro de Santiago (Chile) / The metro network. Transformation patterns near the Santiago Metro stations (Chile)

2min
pages 48-60

Registros del paisaje. Lectura de cartografías históricas en los Esteros del Iberá (Argentina) / Landscape Traces. Historical cartographies in the Iberá Wetlands (Argentina)

2min
pages 36-47

San Luis y El Campín, memorias de barrio. Una apuesta más allá de lo formal* / San Luis and El Campín neigborhood memories. Beyond the formal proposal

2min
pages 27-35

Psicogeografía de la ciudad sin tiempo y sin horario convencional. Cronos y el territorio de la noche / Psychogeography of the city with no time and no conventional timetable. Chronos and the nighttime territory

2min
pages 17-26

Cómo podemos aprender con las favelas: metodologías de investigación y aprendizaje para urbanismos* / How to learn from favelas: Research and learning methodologies for urbanisms

1min
pages 8-16
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