Boletín "Amigos" marzo 2022 by Seminario Mayor de Hermosillo

Directorio Año 28, Marzo 2022 No. 236

“La alegría de la vocación” Boletín del SEMINARIO MAYOR DE HERMOSILLO Editado en el Seminario Mayor de Hermosillo A.P. 583, C.P. 83000 Hermosillo, Sonora, México. Teléfonos: (662) 216-42-42

Índice 3

Editorial

A ti catequista

Director de la obra

Pbro. Fidel A. Munguía Ruiz, Director de la Obra.

Ma. Luisa Valdéz Pereyda, Laica Comprometida

Amar y servir Paty Morimoto

Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz

Diseño

Lic. Daniela Gutiérrez Iglesias

Grupo Editorial Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz Sem. Jesús Valenzuela Ojeda Sem. Alán Gabriel De la Re Valenzuela Sem. Bryan Sanez Villa

Huellas... Sem. Joseph García Rentería

10 Quiubole con.. las

adoratrices Madre Lupita

alegría de 12 La la vocación Pbro. Gabriel Ruiz Medina

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Seminario de Hermosillo

Yo soy acólito 13 Sem. Jesús Valenzuela Ojeda

15 Actividades

Editorial Queridas y queridos AMIGOS de la Obra de las Vocaciones Sacerdotales les saludo agradecido y pidiendo al Dios de la vida y de la misericordia, que haga palpables en cada uno de ustedes sus abundantes bendiciones y su paz.

l A. . Fide Pbro ía Ruiz u Mung e la Obra rd Directo

Marzo para nuestra nuestra Iglesia Diocesana de Hermosillo es un mes muy especial, ya que celebramos como es tradición, EL DON DE LA VOCACIÓN SACERDOTAL, a través Fiestas del Seminario, evento sin lugar a dudas que es ocasión propicia para acercarnos de manera abierta a nuestra Casa de Formación y ser partícipes de la alegría que encierra el don de la vocación sacerdotal que Dios nos ha confiado y les confía a los jóvenes que la disciernen. El Seminario es la casa de la fraternidad, lugar del encuentro sincero, el Seminario somos familia que da cálido recibimiento a quien guste visitarnos, de eso ustedes amables lectores y queridas y queridos socios de la Obra de las Vocaciones son testigos inmediatos. Por ello a través de estas páginas queremos agradecerte tu labor hacia el Seminario, queremos ofrecerte este espacio que juntos hemos logrado y del que formas parte importante. En varias ocasiones hemos escuchado que el Seminario es el corazón de una diócesis, de ahí radica su importancia en la tarea que como Pastor desempeña nuestro Arzobispo Don Ruy Rendón, quien en reiteradas ocasiones nos ha visitado y con su presencia cercana anima nuestra delicada tarea de formar buenos, santos y sabios sacerdotes así como Jesús, el Buen Pastor. Quiero invitarte finalmente querida y querido integrante de la Obra de las Vocaciones a que sigas muy comprometido en la labor tan sutil y fértil que haces: pedirle al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Contigo y tu oración confiada empieza el milagro de las vocaciones que Dios a manos llenas ha sembrado en nuestros campos. Con afecto cercano Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz Director de la Obra de las Vocaciones Sacerdotales.

A ti catequista Por: María Luisa Valdéz Pereyda Laica comprometida

CONSTRUIR LA VOCACIÓN EN LOS NIÑOS. Hoy como siempre los saludo con mucho gusto esperando que se encuentren muy bien, gracias por seguir formando parte de nuestros Amigos. Este mes estamos de fiesta en el Seminario, recordamos la gran bendición de ser comunidad y de compartir con todos los laicos los frutos de la vocación no solo de los seminaristas y sacerdotes, sino de todos los que formamos parte de esta labor. Agradeciendo infinitamente a Dios por todas las experiencias, bendiciones y actos en lo que vivimos de cerca el amor que nos da, te invito a que lleves a tus niños la alegría de discernir, conocer y experimentar la vocación. La vocación es el llamado especial que Dios hace para cada uno de nosotros, los niños en sus actividades diarias van construyendo lo que en algún momento quieren llegar a ser, algunos desde muy pequeños ya muestran interés por actividades en concreto; sin embargo, es muy importante tener siempre en mente qué puedo hacer como catequista para aportar y edificar en la construcción de la identidad y acercamiento a la vocación de nuestros niños. Por otro lado, habrá quienes nos sorprendan, jóvenes que pareciera que han elegido un camino y de repente tomen otro, no sabemos qué puede pasar, pero acompañar y apoyar en el proceso hace una gran diferencia. Como lo hemos compartido anteriormente, cada niño es diferente, reconocer sus intereses, orientarlos apoyándonos en la palabra y sobre todo confiar en la labor de Dios significará un gran sustento para ellos. Una parte muy interesante en la labor catequista es la influencia que tenemos sobre nuestros niños, lejos de entender la labor como formativa en conocimiento, la parte vivencial y espiritual es determinante, decir a los chicos que hay que seguir a Dios porqué Él así lo quiere, no tendrá el mismo impacto en su vida que promover experiencias que les permitan vivir el amor de Dios en sus vidas, en su familia, como compañeros, amigos y hermanos.

Hermano catequista, tenemos una labor muy importante, la sociedad ofrece muchas oportunidades de esparcimiento, crecimiento, riqueza, superficialidades, entre otras cosas que no concuerdan con el plan que Dios tiene para que cada uno sea feliz. Favorecer la sabiduría e inteligencia en nuestros niños, les ayudará a tener claridad y saber identificar el llamado que Dios les hace para ser plenos, date un tiempo para conocer, convivir con ellos, crear un vínculo que te permita ser una imagen importante para ellos. Promueve actividades donde tengan que dar su opinión, dramaticen diversas situaciones de la vida diaria en donde compartan qué harían ellos, qué sería lo más adecuado, como se sentirían, etc. Desarrollemos en ellos el pensamiento crítico, el autoconocimiento, el valor que tienen como hijos de Dios y cómo compartir sus dones con los demás. El camino no es sencillo, sin embargo, conforme vamos avanzando podemos disfrutar de los frutos de cada experiencia. La vocación se forja desde pequeños, hagamos pues, las acciones pertinentes para orientar y desarrollar en nuestros niños su relación personal con Dios. Dios te quiere feliz, fuerte, seguro, eres importante, único y especial. Tienes una misión única, no dejes pasar la oportunidad de ser pleno y compartirlo con los demás. Un abrazo fuerte para todos. ¡Dios te bendice!

Amar y servir Por: Paty Morimoto Laica comprometida

¡Hola! Amigos/as lectores: Este próximo 20 de marzo se cumplirán 50 años del fallecimiento del Padre Cruz Acuña Gálvez. Esta es una semblanza de su carisma como catequeta, que se remonta a sus tiempos de formación en el seminario y a sus primeros años de ministerio. Compartió la percepción del Obispo Juan Navarrete de que la diócesis de Sonora era tierra de misión y se requería acompañar la instrucción religiosa de los fieles católicos. Después de regresar de estudiar teología en Roma (1938-1940), es ordenado sacerdote en 1941. Formador y maestro del seminario, también sirvió como capellán en La Candelaria, en Villa de Seris, en donde impartía cursos de instrucción religiosa y era catequista. En sus estancias para cubrir a sacerdotes en parroquias lejanas, su “principal preocupación en aquellos pueblos que pasan años sin sacerdote, fue predicar la catequesis a los niños”. Logró formar grupos de catequistas en algunas poblaciones y, con el objeto de que tuvieran material para la catequesis, empieza a publicar en el mensuario Sursum, “Lecciones de catecismo para que las catequistas las impartan a los niños/as”. Estuvo pendiente de la formación de catequistas, en 1950 dio un curso de pedagogía catequística en la catedral de Hermosillo. En la misión del yaqui (1951-1952), en donde fue capellán realizó su vocación misionera, estudió la lengua yaqui, “tradujo un catecismo de Doctrina Cristiana a la lengua yaqui” y junto con señoritas auxiliares parroquiales enseñó Catequesis sin importar edad (grandes y chicos). Del valle del Yaqui el Obispo Juan Navarrete lo destina a Roma a estudiar Sagrada Escritura. Al regresar en 1955, es enviado al seminario; en sus ratos libres da catequesis en la colonia Olivares y en 1957 es nombrado párroco de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.

A partir de 1959, con la colaboración de maestras normalistas, elaboró los libros de catequesis para niños, en los que integró pasajes de la Biblia y adaptó el contenido del catecismo del Padre Ripalda para la enseñanza graduada, logrando hacer tres cursos. Para las catequistas escribió Lecciones de catecismo, con el que se apoyaban para su enseñanza. Promovió curso de verano de catequesis, procuró la atención de los barrios y la zona rural del oriente; impartía cursos de pedagogía catequística. En 1961 asistió a la V Jornada Catequística Nacional celebrada en Torreón, Coahuila. En 1964 elaboró “Lecciones para catequistas”, un folleto con elementos de pedagogía. Deseaba que la catequesis mejorara integralmente en las parroquias y en las escuelas católicas. Fue integrante del oficio catequístico de la Arquidiócesis de Hermosillo, creado por el arzobispo Carlos Quintero Arce en 1968. Participó con un tema en la I Jornada catequística celebrada en 1970. Comentó el apartado de catequesis del documento de la Conferencia de obispos en Medellín, Colombia (1968). Este artículo fue proporcionado por el Padre Armando Armenta Montaño, y nos hace una atenta invitación para que este próximo 18 de marzo a las 7:00 pm, en las instalaciones del DIDEC (12 de octubre y Aguascalientes), podamos acompañarlo al homenaje al Padre Cruz Acuña Gálvez. Dios nos Bendiga ¡Hasta pronto!

Huellas... Por: Joseph A. García Rentería I de Filosofía

SAN JUAN DE CAPISTRANO

Hola queridos amigos, que gusto saludarles una vez más, espero que se encuentren muy bien. Queridos amigos, el día de hoy toca conocer a un santo muy valiente y con toda una gran historia por detrás, la cual estoy seguro que te gustará. San Juan nació en Capistrano, en la diócesis de Sulmona, Italia, en 1385. Su padre falleció cuando Juan apenas era un niño, entonces su educación vino por parte de su madre. Su madre con mucho esfuerzo, logró que Juan llegara a estudiar derecho y obtener éxito. En 1412 fue nombrado gobernador de Perugia por Ladislao, rey de Nápoles. Mientras fue gobernador, tuvo que enfrentarse contra la corrupción. En 1416 estalló una guerra entre Perugia y Malatesta y a Juan lo mandaron a proponer paz, ahí fue donde cayó prisionero y mientras estuvo encarcelado, tuvo tiempo para pensar seriamente sobre su alma. Fue ahí donde tuvo un sueño y vio a San Francisco y tomó la decisión de renunciar al mundo y hacerse franciscano. Después de hacer sus votos cayó en la influencia de San Bernardino de Siena, que le enseñó teología. San Juan acompañó en sus giras a San Bernardino para estudiar su predicación. Fue ordenado sacerdote en 1425 y desde entonces trabajó por la salvación de las almas. Atravesó todo Italia y mucha gente viajaba para escucharle, en una ocasión le llevaron más de dos mil enfermos para que les pusiera el signo de la cruz y se sanaran. Tanto a San Bernardino y a san Juan los acusaron de herejes por la devoción al Santo Nombre de Jesús. En 1429 Juan junto a otros frailes fueron llamados a Roma por la acusación de herejes, donde a Juan lo eligieron para defender el caso, el cual ganaron y fueron perdonados por los cardenales. En 1439 fue enviado a Milán para oponerse a las pretensiones del antipapa Félix V; en 1451 fue anunciado como nuncio de Austria, en donde viajó por todo el imperio y combatió contra herejías. Fue beatificado en 1694 y canonizado en 1724. Muy bien queridos amigos, esto es un poco sobre la vida de San Juan de Capistrano, recordemos ser valientes y no temer en confiar en Dios, así como este santo. Espero que les haya gustado queridos amigos de este boletín, un fuerte abrazo y nos vemos en la próxima. Saludos y Dios los bendiga.

Quiúbole con... LAS ADORATRICES Por: Madre Lupita

La Orden de las Adoratrices Perpetuas del santísimo Sacramento, toma la propia fisonomía y el propio espíritu característico de la Eucaristía... consagradas al Misterio Eucarístico, las Adoratrices tienen en éste donde vivir y de dónde vivir. Espiritualmente operantes en el corazón de la Iglesia, sacando de la fuente de la Eucaristía, ellas testimonian a todos la presencia entre los hombres del Dios Amor. El específico deber de las Adoratrices es el de adorar día y noche, ininterrumpidamente a Jesús Eucaristía: tal adoración no se limita al tiempo transcurrido de cada una en la adoración delante a Jesús expuesto en el altar, y menos aún es perpetua solo porque cada adoratriz ora en nombre de todas. Sino porque la adoración penetra cada instante de su vida: la Adoratriz, donde esté, en cada momento y cualquiera sea su ocupación puede responder, “estoy adorando a Jesús Eucaristía”. La Madre Fundadora insiste mucho sobre este aspecto de la vida de las Adoratrices: todo debe ser vivido por Jesús Eucaristía. A la totalidad del don de sí mismo de parte de Jesús en la Eucaristía “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el final, Juan 13,1” se responde con la totalidad del don de sí misma. El específico apostolado de las Adoratrices es doble: antes que nada el que se ejercita con la adoración y la inmolación, que se vive en la intimidad, escondidas en Dios, pero no por esto menos fecundo. Pero las Adoratrices ejercitan también una forma particular de apostolado: aquél constituido por su presencia a los pies del altar, una presencia que habla por sí misma y atrae a los fieles laicos, y les ofrece la posibilidad de estar delante la

custodia en íntimo coloquio con Jesús Eucaristía; para este fin la Madre fundadora María Magdalena de la encarnación ha querido que los monasterios surgieran en medio de la ciudad, para dar esta posibilidad. La Madre deseaba ardientemente que Jesús Eucaristía fuese adorado ininterrumpidamente no sólo por las monjas, sino también por los fieles laicos. Que existan ayer como hoy, hombres y mujeres de toda edad que encuentran en Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, el amigo más querido y fiel, la fuente de su paz y su esperanza, es para cada adoratriz motivo de alegría y de acción de gracias, pero sobretodo da gloria al Señor que pone sus delicias en habitar entre los hijos de los hombres.

La alegría de la vocación. Por: Pbro. Gabriel G. Ruiz medina Hola amiguitas y amiguitos del Seminario, es un gusto para mí volver a saludarlos, yo soy el padre Gabriel Ruiz, Formador del Seminario, y en esta ocasión quiero compartir con ustedes un tema que me llena de gusto, porque me hace recordar con alegría mis momentos como seminarista y lo que me llevo a responderle a Dios siendo Sacerdote: la Alegría de la Vocación. Yo tengo apenas un año siendo sacerdote, desde el 8 de diciembre del 2020 y ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, y uno de los mejores regalos que he recibido de Dios, porque me ayuda a servir a todos mis hermanos de una forma muy clara, compartiendo el amor que Dios mismo me ha tenido. Ese amor lo comparto con los demás llevando su palabra, sus sacramentos, pero sobre todo la experiencia de él en mi vida. Apuesto que también en tu vida hay algo que te da mucha alegría y quisieras compartirlo con los demás… pues así ha sido Dios en mi vida, y siendo Sacerdote puedo compartir esa felicidad con los demás. En este año que llevo de ser Sacerdote, he descubierto que llevar a Dios a los demás a través de enseñar su Palabra, de dar paz a las personas tristes o preocupadas, de compartirlo en la Eucaristía, de mostrarlo en el perdón de la Confesión, y muchas cosas mas, me da una alegría grandísima. Y para mi, eso es la vocación, compartir con las demás personas aquello que te hace muy feliz, eso que llena tu corazón de alegría y que no puedes quedártelo para ti mismo, si no que necesitas compartirlo con alguien más. Así como un regalo que le quieres hacer a alguien por que sabes que se pondrá contento. Y tu ¿ya descubriste qué es lo que te hace muy feliz? Puede ser cantar, bailar, dibujar o tocar algún instrumento, practicar algún deporte o lograr alguna meta, cualquier camino funciona. Y eso que te hace feliz es seguramente la manera en la que Dios quiere que hagas feliz también a los demás, y así encuentres tu vocación La vocación entonces significa descubrir cual es la manera en la que Dios te llama a compartir algo bueno con los demás y llevarlos a Él. Que gusto poder saludarlos de nuevo, muchas gracias por seguir leyendo este boletín que el Seminario de Hermosillo prepara con tanto gusto para ustedes. Que Dios los bendiga siempre.

Sección

Yo soy Acólito Por: Sem. Jesús Valenzuela Ojeda I de Teología

Que tal amiguito, que gusto volver a saber de ti; ¿Cómo te ha ido en la escuela eh? Yo aquí voy bien, aunque ya con esto de las fiestas del seminario, es más pesado hacer tareas y organizar los eventos al mismo tiempo. Pero, ¡que no panda el cúnico!, diría el chapulín colorado, saldremos de esta muy pronto. Que emoción en verdad que ya están aquí las FDS 2022, ojalá ya pronto pueda haber juegos mecánicos y comida como antes. Aprovechando este tiempo vocacional para platicarte un poco de como entré al seminario, hace aproximadamente 5 años ya. Yo era un niño como tú, por ahí en 2009, cuando empecé a acolitar en mi parroquia; le ayudaba al padre Luis Alonso en las misas del sábado a las 6 pm., y en las solemnidades donde nos juntábamos todos acólitos de los diferentes centros. Desde muy pequeño yo le decía a mis padres y amigos que yo quería ser padre cuando fuera grande, como los padres que ya conocía. El ayudar acolitando y ayudando tanto en la comunidad me hizo cada vez más enamorarme del servicio, de querer estar en misa y en la parroquia siempre que pudiera. Con los años, entré a los grupos juveniles, ayudé en varios retiros y eventos que teníamos; recuerdo muy bien también cuando nos invitaban a las convivencias de acólitos en el seminario, fueron las primeras veces que conocí a seminaristas, la capilla, los juegos que había en las fiestas del seminario, muy muy padre, la verdad. Todo esto se juntó para que poco a poco me acercara al seminario, y así poder llegar al día de hoy, platicarte como me siento, como Dios me ha llamado a este camino tan bonito. Tal vez, algún día, tu estés de este lado. Pide mucho por mi, amiguito, para que si Dios quiere pueda ser algún día el sacerdote que la Iglesia tanto necesita para seguir llenando el corazón de Amor.

Colorea y recorta el rompecabezas.

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MENSAJE

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el silencio de san jose habla masq ue nuestras

palabras

Madre Adela

Oremos por el

SEMINARIO Oh Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, necesitamos mayor número de sacerdotes, multiplica las vocaciones y santifica más y más a nuestros sacerdotes, te lo pedimos por la inmaculada virgen María de Guadalupe, tu Dulce y Santa madre. Oh Jesús, danos muchos y santos sacerdotes según tu corazón y todas las vocaciones que la iglesia necesita. Amén.