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DemoSindicalVE Ciudad Guayana, 5 Mayo 2022 - Edición No. 006
LEY DEL ODIO REPRIME TRABAJADORES Los trabajadores Venezolanos son un ejemplo de compromiso, orden y progreso. Sus esfuerzos se reflejaron en el crecimiento de nuestra nación, aun en periodos gubernamentales caracterizados por el atraso y la represión hacia el pueblo Venezolano, los trabajadores conquistaron beneficios socioeconómicos y laborales con esfuerzo y compromiso. En las últimas décadas del periodo democrático, las luchas fueron más contundentes contra los empleadores del sector privado y públicos, siempre dentro de un sistema democrático que se fue desvirtuado y alejando del marco constitucional, como un proceso hacia el desmembramiento del mismo, donde el derecho a huelga, la autonomía sindical y las luchas por mejores contrataciones colectivas era algo que con regularidad se resolvían en los espacios laborales o a través de diversas formas legales y jurídicas amparándose en los derechos que le daban soporte y sustento. Este esquema de relaciones obrero-patronales está hoy siendo cuestionado y sometido al escarnio público. El que se hace llamar "gobierno obrero" es hoy responsable de tener el mayor récord -en la historia del país y
EDITORIAL
quizás de Latinoamérica- de índice represión, acoso laboral hacia los trabajadores y prisión como mecanismo para mutilar las luchas laborales. Ante este escenario y la parcialidad absoluta, dependiente y subjetiva del sistema judicial venezolano para con los que ostentan el poder a expensas del pueblo, los trabajadores buscan apoyo en entes internacionales como la OIT, quienes ante las pruebas aportadas, plantean posibles sanciones que han llevado al gobierno a sentar-
se con los trabajadores para buscar la resoluciones a la crisis autogenerada por el gobierno. La masa obrera está hoy bajo la tutoría de este organismo dentro de un proceso largo lleno de esfuerzos continuos, buscando conducir esta situación hacia la rectificación. El gobierno debe poner por encima de sus visiones ideológicas parcializadas -rechazadas por más del 80% del pueblo- los intereses nacionales democráticos y constitucionales que regulan entre otras cosas, los derechos de la clase trabajadora.