Nacido para morder

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Traductores Eli25, Hecate, Lobrizever, Mausi, Pakea , Rihano ,Roux Maro, Shiroku, Sonia Blake,Yocasuri

Correcci贸n Final Lobrizever

Dise帽o Madri


Capitulo 1

-Llegas tarde.- Gruñó Lucian saludando a Armand Argeneau mientras se sentada en el asiento de enfrente a él en la mesa. -A hola, ¿cómo estás?- Ha estado bien, pero tampoco era algo que esperara del inmortal más viejo. Lucian no era conocido por ser cálido y efusivo. -Tenía algunas cosas que hacer en la granja antes de salir,- dijo Armand con calma, mirando por encima de la cena al hombre que comía la carne asada, con desinterés, antes de mirar alrededor de la tranquila mesa. Pasaba ya de las nueve, casi era la hora de cierre y eran los únicos clientes. Ni siquiera vio a una camarera y supuso que estaba en la parte trasera ayudando con la limpieza. -Sí, por supuesto,- murmuró Lucian, cogiendo con su tenedor un rollo caliente y crujiente que goteaba mantequilla. -No podemos esperar que tu trigo crezca por sí mismo, ¿verdad?Armand frunció el ceño, irritado al verlo morder el rollo con gusto. -Un poco de respeto para un agricultor que cultiva el alimento que te estás comiendo no estaría mal... sobre todo porque parece que lo estás disfrutando mucho.-Así es,- reconoció Lucian sonriendo y luego arqueó una ceja. -¿Celoso?Armand se limitó a mover la cabeza y volvió a mirar por la ventana, si estaba celoso. Ver comer a Lucian significaba que había encontrado una compañera de vida. Se le había despertado el apetito, él lo había perdido hace mucho tiempo. No había una vida sin pareja inmortal que no envidiara, incluyéndolo a él. ¿Entonces?- Miró a Lucian, vio que a un lado tenía pan y ahora estaba persiguiendo a los guisantes alrededor de su plato y pinchando las suculentas bolas verdes con el tenedor. -¿Que es tan importante para que me hayas hecho venir a verte? ¿Y por qué demonios has insistido en quedar durante la cena? La granja no está a más de cinco minutos en coche. Podrías haber ido hasta allí.Lucian dejó de pinchar los guisantes y cogió un poco de puré de patatas. A continuación, lo llevó a la boca antes de decir -Tenía que pedirte algo y no quería que nadie de tu casa me escuchara.-


-No vivo con nadie,- murmuró Armand, mirando con fascinación como Lucian se llevaba el bocado de comida a la boca y comenzaba a masticar. A juzgar por su expresión y el murmullo de placer, realmente parecía estar disfrutando de la comida, era una especie de depresión ya que el olor no era ni siquiera tentador para Armand y realmente la comida parecía encantarle a él, la carne bien dorada, las patatas asadas con una salsa de color marrón y los feos guisantes verdes. No muy apetecibles en absoluto. Con una mueca, Armand le preguntó Lucian mientras comía. -Entonces, ¿cuál es el favor?Lucian dudó y luego levantó las cejas. -No me vas a preguntar ¿cómo le va a Thomas y a su compañera de vida?Armand sintió que su boca se apretaba con la sola mención de su hijo y su nueva esposa, pero no pudo resistirse a preguntar -¿Cómo están?-Muy bien. En este momento están de visita en Canadá- Contestó Lucian y luego volvió a mirar la comida y entonces preguntó -No la conoces todavía, ¿verdad?-No,- murmuró Armand, mirando como cogía ensalada y se la comía. Lucian masticó, tragó y luego le preguntó con cierta curiosidad, -¿Conociste a Annie la chica de Nicholas?Armand dudó, pero luego dijo simplemente -No. Dime, ¿cuál es ese favor?Lucian lo miró fijamente un momento, pero luego volvió su atención hacia su carne y dijo -Necesito una casa segura para uno de mis ejecutores, un par de semanas.-¿Y pensaste que yo podía proporcionarla?- Preguntó Armand con sorpresa. Lucian se encogió de hombros masticó, tragó y luego dijo -¿Te sorprende? No sé por qué. Vives en el maldito campo. Nadie más que yo y Thomas sabemos dónde está la granja y esto es un pueblo miserable donde nadie, probablemente, la vea.-¿Ella?- Preguntó Armand con curiosidad. -Es D’Aureus,- dijo, cortando otro trozo de carne. -La hija de Castor.- ¿Castor D’Aureus?,- preguntó Armand murmurando con respeto. Nunca había tenido la oportunidad de conocer al hombre, pero sin duda conocía el nombre.


Castor era un héroe para su pueblo. Allá por los primeros días cuando los inmortales se habían unido al resto del mundo, uno de ellos, un renegado llamado Leonius Livio, había causado problemas tanto a los mortales e inmortales por igual. Tantos problemas, de hecho, que se habían visto obligados a formar un consejo y darle caza a él y a su descendencia. Fue Lucian y Castor quienes habían matado al monstruo en que Leonius Livio se había convertido. En el centro del campo de batalla mientras el renegado luchaba contra los enviados del Consejo, Lucian le había clavado su lanza y Castor había separado la cabeza de su cuerpo. Ambos habían sido considerados héroes por eso, pero era el hermano de Lucian, alguien a quien conocía muy bien, mientras que Castor era un desconocido y más que un héroe mítico en su mente. -No fue un héroe, -dijo Lucian en voz baja. -Era un buen hombre y un buen soldado. Él también era mi amigo y antes de morir me pidió que cuidara de su familia si algo le pasaba. Bueno, como sabes, murió y yo he tratado de cuidar a Eshe y ahora estoy tratando de ponerla a salvo mientras se resuelve el problema que tiene. Estoy pensando que tardaré alrededor de dos semanas.-¿Cuál es el asunto que tienes que resolver?- Preguntó Armand. Lucian suspiró y puso su tenedor y un cuchillo a un lado, parecía que había perdido el apetito, aparentemente, afectado por los recuerdos. Su voz era triste cuando admitió:-Al parecer, no eliminamos a todos los hijos de Leonius. Al menos uno de ellos sobrevivió. Se llama Livio Leonius segundo.-¿Quieres decir que uno de sus engendros ha estado por ahí todos estos siglos?Preguntó Armand con asombro. Era difícil imaginar que se había aparecido sin previo aviso. Si se parecía a su padre, sus atrocidades no podían haber pasado desapercibidas durante todo este tiempo. -Él está vivo- Aseguró Lucian secamente. -Tiene por lo menos veinte hijos que sepamos. Hemos eliminados algunos. Al parecer, es más inteligente que su padre, sin embargo. Eso o tiene a alguien que ha logrado mantenerlo bajo un estricto control. No ha cometido ninguna masacre al por mayor del estilo de su padre o iniciado algún campo de reproducción. Ha mantenido los números, ataca a una o dos mujeres a la vez y la desafortunada familia ocasional. Lo descubrimos a principios de este verano. Secuestró a dos mujeres en el aparcamiento de un supermercado en el norte. Mis hombres salvaron a una de las chicas y mató a tres o cuatro de sus hijos, pero luego tuvo que perseguir a la otra mujer que él se había


llevado. Eshe estaba en la búsqueda y al parecer la vio y la reconoció. Ahora mis fuentes dicen que se quiere vengar por la muerte de su padre.Armand asintió solemnemente. -¿Ha atacado a Leigh o cualquier otra persona de la familia por tu participación en la muerte de su padre?-No creo que él sepa nada de Leigh. En cualquier caso, eso no importa, puedo mantenerla a salvo. Pero Eshe es otra cosa. Ella es una de mis ejecutores y tan terca y orgullosa como su padre fue alguna vez. Ella estaba dispuesta a caminar por la calle principal de Toronto desnuda para llamar su atención y tener su oportunidad cuando se entere.-Así que ella solo parece una mujer, ¿eh?- le preguntó Armand con diversión. -Ja, ja- Dijo Lucian secamente. Armand rió con expresión agria. -Si es así, ¿cómo vas a convencerla para que se oculte en mi granja hasta que atrapes a este tipo?-Sí... bueno... eso es un problema,- murmuró Lucian, tomando el cuchillo y el tenedor de nuevo. Su expresión era de enfado cuando él mismo admitió -A ella le complace burlarse de mis órdenes como una regla. La mejor manera de conseguir que haga algo es decirle que haga lo contrario. Si ella no fuera la hija de Castor...Lucian lo fulminó con la mirada brevemente, pero luego suspiró y sacudió la cabeza. -Afortunadamente, ella no se atrevería a desobedecer una orden directa del Consejo.-Ya veo.- Dijo Armand arrastrando las palabras lentamente, con sus ojos entrecerrados mirando sospechosamente a su hermano. -¿Y ella accedió a quedarse en mi granja de brazos cruzados durante varias semanas?-Dos semanas,- señaló, evitando su mirada. -Y cómo has dicho, ella no va desobedecer una orden directa del Consejo. Así que ella no va a estar muy contenta- Supuso secamente Armand. Lucian se encogió de hombros. -Ella es muy educada... probablemente,- añadió con una sonrisa, -Te sugiero que la mantengas ocupada. Llévala de picnics, de paseo o lo que hace un granjero.-¿Granjero?- Armand hizo un gesto de asco. Lucian puso los ojos en blanco.


-Has de conseguir distraerla y al minuto que se resuelva el problema ella volverá a Toronto y al trabajo.- Empezó a levantar un trozo de carne hacia la boca. El tenedor estaba casi en sus labios cuando de repente miró a Armand y se congeló. Sus ojos se abrieron, una maldición escapó de sus labios y luego casi en un susurro -Voy a matarle.-¿A quién? -preguntó Armand con confusión y luego se volvió hacia donde miraba Lucian. Él estaba mirando más allá, a la carretera oscura. Armand miró el largo tramo de carretera oscura durante un minuto, tardó en reconocer la luz que se acercaba era una moto de color rojo, amarillo y naranja, tenía luces LED en las ruedas que hacía que pareciera que la moto iba sobre un camino de llamas. Era una vista magnífica del infierno. -Eshe,- Dijo Lucian finalmente respondiendo a su pregunta. -Es ella.La moto rugió en el estacionamiento del restaurante, luego se bajó y pasó al lado del coche de Armand. Durante un minuto miró más de cerca la serie de luces de las ruedas antes de que el motor se apagara y se bajara el conductor. La mujer era alta, por lo menos de 1.80, parecía ser todo músculo dentro del cuero negro que llevaba. Se movía con la gracia de una pantera depredadora. -Parece que nació encima de una moto.- Murmuró Armand devorándola con los ojos. -Más bien nació para morder.- Murmuró Lucian. Armand miró con curiosidad a su hermano. ¿Por qué estaba tan molesto? Lucian tenía un gesto de irritación, cuando admitió -Le dije que fuera discreta.-Ah- Murmuró Armand, mordiéndose el labio para no reírse. Era rara la persona, inmortal o no, que desobedeciera las órdenes de Lucian y a él le parecía divertido que Eshe D'Aureus fuera, aparentemente, una de ellas. Esto estaba muy lejos de ser discreto. Probablemente habría alguien mirando por las ventanas de cada casa por las que había pasado y con los dedos marcando el número de teléfono para informar sobre la extraña moto. Sería el principal tema de conversación mañana en la cafetería. Como si los viera haciéndolo. No pasaba muchas cosas interesantes en este pequeño pueblo.


-Le dije que fuera discreta- Gruñó Lucian cuando pasó por el escaparate hacia la entrada de la cafetería. Armand no podía dejar de pensar que no le importaría prestarse voluntario para el trabajo, su mirada cayó de forma automática a su hermano que debía creer que era necesario esto. La mujer tenía un cuerpo perfecto, con un culo redondo, que sospechaba que sería un placer tocar, por alguna razón... él estaba pensando en las diversas razones para hacer precisamente eso, ninguno de los cuales incluía ser discreto cuando abrió la puerta del restaurante y entró, poniendo fin a su punto de vista de su trasero. Desvió su mirada hacia el frente cuando se detuvo en la puerta para quitarse la chaqueta y los guantes. Era una visión muy agradable también, tuvo que admitir. Todavía llevaba el casco, no podía ver su rostro, pero todo lo demás era una maravilla. Pantalones de cuero negro encima de las piernas largas y delgadas, debajo de la chaqueta de cuero negro llevaba una especie de corsé de cuero negro que revelaba la parte superior de sus pechos. La mujer tenía una piel sedosa caoba, que parecía brillar bajo las luces fluorescentes de la cafetería como si se hubiera echado polvos con brillantina. -Te dije que fueras discreta.- Lucian miró a la mujer cuando ella los vio y se acercó. -Me dijiste que no llamara la atención,- corrigió con voz calmada. Cuando se quitó el casco, agregó -Y lo hice. ¿Ves?Armand no sabía lo que se suponía que tenía que ver Lucian, pero él estaba viendo lo que él consideraba la mujer más atractiva que había encontrado en mucho tiempo. Eshe D’Aureus tenía los ojos negros enormes y hermosos, con reflejos dorados, una nariz recta egipcia y los labios más seductores que nunca había visto. Él se encontró con su corazón parado... ninguna parte de ella estaba cerca de ser discreta. -Eshe,- gruñó Lucian con poca paciencia. -Teñirse el pelo no te hace menos visible cuando vas en esa moto de carnaval.Armand miró su pelo por esas palabras. Lo llevaba corto en los lados y un poco más en la parte superior y se lo estaba peinando con sus largos dedos para reparar el aplastamiento del casco, pero se veía perfectamente natural de color marrón oscuro, casi negro. A pesar que parecía ser más claro en algunos lugares. No podía dejar de preguntar -¿De qué color lo lleva habitualmente?-


-Normalmente, una combinación de rojo y rubio mitad de un color y la otra mitad del otro- informó Lucian secamente y luego se volvió hacia Eshe y añadió -Has hecho un trabajo bastante pobre. Todavía queda un poco de color en los extremos.Eshe miró con desesperación y empezó a sentarse al lado de Armand, en la mesa, lo que le obligó a moverse un poco para que ella tuviera sitio. -Dios, nunca estás contento, Lucian. En serio. No tuve tiempo de coger cita en la peluquería para que me quedara bien. Tuve que hacerlo yo misma y no soy peluquera. Esto es lo mejor que pude hacer.- Ella puso el casco sobre la mesa delante de ella y apoyó el mentón en sus manos mientras le sonría a Lucian. -Así que es tu culpa si no estás contento con el resultado.-¿No podrías, por lo menos haber venido en coche en vez de venir en esa maldita moto?-Dijo Lucian irritado. -Oh, sí, ya un Ferrari rojo sería mucho menos llamativo aquí en Hicksville,- Dijo secamente Eshe y luego miró a Armand y murmuró -No te ofendas.-No tranquila,- le aseguró, luego se aclaró la garganta e intentó relajarse cuando se dio cuenta que estaba sonriéndole como un idiota. -¿Ferrari?- Preguntó Lucian con sorpresa. -¿Qué pasó con la furgoneta?-La vendí,- dijo encogiéndose de hombros. -El Ferrari era más bonito y yo sólo tengo un sitio para la moto y el coche, por lo que tenía que prescindir de la furgoneta. -¿Un Ferrari?- Lucian miró horrorizado. -Ya era bastante pésimo cuando tenías el Mustang descapotable, pero un Ferrari con todos esos caballos bajo el capó. Eres una loca de la velocidad. Te vas a matar con él. Es mejor que respetes los límites de velocidad.Armand miró a su hermano con la fascinación. Lucian nunca había sido muy hablador, la mayoría de la veces solo gruñía, pero Eshe parecía que lo provocaba para que hablara. Nunca había pensado que vería ese día. Estaba distraído pensándolo cuando Eshe dijo secamente -Por supuesto... papito.- Los ojos de Armand se abrieron, pero ella no se inmutó. Sonriendo porque Lucian parecía enfadado, ella comentó -Espero que Leigh te de algunos bebés pronto, Lucian. Tal vez así dejes de hacer de papá con nosotros.-


-¿Papito?- preguntó Armand dubitativo. Nunca habría pensado en ese adjetivo para describir a Lucian, mandón e intimidante, pero papá no estaba en esa lista. -Sí, papito,- Dijo Eshe sonriendo. -Él siempre nos está diciendo a todos qué hacer, dónde ir y así sucesivamente. Es como un gran padre viejo y gruñón.-Tu padre…- comenzó Lucian, pero ella lo interrumpió. -Mi padre te pidió que estuvieras pendiente de mí y de mis hermanos si algo le pasaba a él y estás tratando de cumplir con esa promesa, bla, bla- dijo con voz aburrida que sugería que había oído el argumento una y mil veces por lo menos.-Ese argumento tenía sentido cuando era niña, Lucian, pero un milenio más tarde no significa nada. Eres sólo un centenar de años mayor que yo por amor de Dios. Estoy segura de que mi padre no quería decir que actuaras de tutor para siempre.-¿Eres sólo un centenar de años más joven que Lucian? - preguntó Armand con sorpresa. -Pareces mucho más joven.-Muchas gracias- Ella se volvió y le sonrió de tal manera que Armand casi soltó un suspiro, levantó la mano. -Hola, soy Eshe D'Aureus y tú eres Armand Argeneau.-Sí.- Le cogió la mano y se la estrechó, sonriendo. -Entonces, ¿por qué no estás de mal humor, como Lucian? Yo siempre pensé que era por la edad.Eshe resopló ante la sugerencia. -No es poco. Padre todo el tiempo, le gusta llevar el peso del mundo, por no mencionar el paso del tiempo, sobre sus hombros como un Atlas vampírico. Yo disfruto de la vida en la medida de mis capacidades y dejo que Lucian y otros como él, sean los amos gruñones.-¿Hay otros como Lucian?- Preguntó Armand dudando. Eshe enarcó las cejas. -¿No has viajado mucho por Europa? Hay un montón de ellos allí. Especialmente en Gran Bretaña e incluso los hombres mortales cuando se hacen mayores son gruñones y mandones en Gran Bretaña. Creo que es ley de vida o algo así.Armand estaba riéndose por lo que ella estaba diciendo y tratando de pensar en algo para animar su falta de respeto continuó a Lucian, que era increíblemente fresca y emocionante en una especie de inflexión en él. El teléfono de Armand comenzó a sonar con su canto fúnebre. Haciendo una mueca, él lo sacó del bolsillo, lo abrió y se la llevó a la oreja, haciendo una mueca


cuando Paul, el gerente de la granja, comenzó a chillar en un tono de pánico sobre Bessy. Cuando el hombre hizo una pausa para tomar un respiro, aprovechó la oportunidad para decirle -Estoy en camino. Estoy en el restaurante. Estaré ahí en cinco minutos.-¿Un problema en casa?- Preguntó Lucian secamente, cuando Armand colgó el teléfono y se lo guardó en el bolsillo. Armand asintió con la cabeza y empezó a levantarse de la mesa. Eshe se levantó para que pudiera salir él. -Una de las vacas lecheras es el problema, está de parto.-Yo pensaba que en tu granja solo tenías trigo.- Dijo Eshe sorprendida. -Sí, pero tenemos un par de vacas lecheras y también algunos otros animales, gallinas, cabras...- Se encogió de hombros. -La mayoría de los agricultores intentamos ahorrar en comida.-Y ¿qué haces con ellos?- Le preguntó con curiosidad, suponiendo que, correctamente, no comía. -Mi encargado consume algunos de los productos, pero sobre todo abastecemos de carne, huevos y leche a este restaurante.-Voy hasta tu casa, -anunció Lucian, comiendo más rápidamente. -Tómate tu tiempo. Voy a estar en el establo, quédate en casa. La puerta de entrada está siempre abierta.- Cuando Lucian levantó una ceja ante eso, dijo con ironía -Es por el lugar. Aquí no te molestará nadie y el crimen es bastante raro.- Esperó el tiempo suficiente para oír a Lucian gruñir, luego sonrió, asintió con la cabeza y se levantó de la mesa. Podía sentir como ella lo estaba mirando cuando él se iba y deseaba que le pareciera bien lo que estaba viendo. Era una mujer hermosa e iba a ir a su granja. Su encargado manejaba las cosas durante el día y descansaba por la noche, Armand, por lo general solo hacía vida nocturna. Sería bueno tener alguien con quien hablar, especialmente a alguien que encontraba atractivo. Había pasado mucho tiempo desde que había encontrado a alguien atractivo durante un tiempo tuvo fantasías. Incluso su segunda y tercera esposa no habían sido tan atractivas para él. Su afecto por ellas se había basado más en la amistad y el compañerismo que en pura lujuria animal. Armand sospechaba que iba a ser difícil mantener las distancia con la encantadora Eshe D’Aureus... y ni siquiera estaba seguro de si realmente quería de todos modos.


Eshe vio a Armand salir del restaurante, con los ojos deslizándose desde sus anchos hombros a la cintura estrecha y luego hacia su trasero y piernas. Tenía un andar seguro, con un toque de arrogancia que era puramente inconsciente, estaba segura, un balance natural de pies y el desplazamiento de las caderas mientras se movía. Sus anchos hombros se mantenían erguidos, con la cabeza alta. Con sus características de robustez y los ojos azul plata, no había podido dejar de notar que él era un hombre bien parecido, no había conocido a un hombre Argeneau que no lo fuera. No todos eran el clásico guapo, pero tenían un algo especial. Armand parecía haber sido dotado con un poco más de ayuda de ese algo. -Estás intentando leerlo.Eshe miró a su alrededor con sorpresa por el comentario de Lucian. Estaba acabando rápidamente su comida. Ella se acomodó en la mesa para mirarlo, miró con curiosidad la comida. Olía bien. Preguntó con voz distraída -¿Por qué iba yo a querer hacer eso?-La verdadera pregunta es ¿por qué no lo has hecho ya?- Dijo secamente, juntando las patatas y los guisantes con el tenedor. -Te conozco desde hace mucho tiempo, Eshe y nunca has dejado de leer a toda persona que conoces... sean mortales o inmortales.Eshe frunció el ceño cuando apareció la comida en la boca, sobre todo porque era verdad. Ella no se lo admitiría a nadie, pero estaba ansiosa por conocer a un compañero de vida nuevo y disfrutar de la paz y la pasión que había disfrutado con su anterior compañero de vida durante varios siglos. La vida era terriblemente monótona y aburrida sin la vitalidad de un compañero. Así eran las cosas, la primera cosa que solía hacer cuando conocía a alguien en una reunión era tratar de leerlo. Tratar de leer no era el término correcto ya que aún no había conocido a nadie que no pudiera leer. La única razón que se le ocurrió porque no había leído a Armand era que ella había estado demasiado ocupada molestando a Lucian. Era un pasatiempo que había disfrutado durante siglos. Después de vivir tanto tiempo, la vida podía ser un poco aburrida, a veces. Una chica tenía que entretenerse de alguna manera. No obstante, era raro que ella no leyera a los recién llegados, Eshe se lo reconoció a sí misma y había que preguntarse por qué no lo había hecho. La pregunta, sin embargo, la hacía sentirse incómoda y con ganas de cambiar de tema.


-Así que ¿se tomó el tema de que necesito una casa segura?- Preguntó en voz baja mientras observaba a Armand Argeneau entrar en su coche y sacarlo del aparcamiento del restaurante. Lucian asintió con la cabeza sin ni siquiera mirarla. -¿Por qué no lo haría?Eshe hizo una mueca. -Supongo que porque no me conoce. Será porque piensa que no puedo esconderme en otro lugar.-Hmmm,- murmuró Lucian, terminando su comida. -Bueno, hazme un favor y trata de no llamar demasiado la atención mientras estés aquí.-Correcto- murmuró y cuando él apartó el plato y se levantó, se puso de pie y preguntó con curiosidad -¿De verdad crees que pudo haber matado a sus esposas?-No,- Dijo Lucian sacando de su cartera dinero para dejarlo sobre la mesa. -Pero entonces yo no pensaba que Jean Claude podía hacer lo que hizo.Eshe frunció el ceño al oír esas palabras cuando ella cogió su casco de la mesa. Ella lo siguió hasta la puerta del comedor, preguntando, -¿Por qué no lo lees y ves si lo hizo? ¿Por qué no leíste a Jean Claude?-Porque no podía.- Las palabras asustaron tanto a Eshe por lo que se detuvo. Ella tal vez podría entender que no pudiera leer a Jean Claude porque era su gemelo, pero a Armand... -Pero eres 400 años más viejo que Armand.Deteniéndose en la puerta, Lucian miró hacia atrás y con una mueca dijo -Por alguna razón... nunca he sido capaz con algunos de mis hermanos y con uno o dos sobrinos.-¿En serio?- Preguntó Eshe con interés cuando finalmente comenzó a moverse de nuevo y se unió a él en la puerta. -Yo no lo sabía.-No es algo que diga a todo el mundo,- dijo secamente, empujando a través de la puerta. -No, supongo que no,- murmuró, saliendo detrás de él. -Entonces, ¿por qué sospechas de Armand? No es sólo porque no lo puedes leer.-No, no lo es.- Dijo estando de acuerdo, caminando hacia una camioneta oscura estacionada a varios metros de su moto. -Y no es que yo sospeche mucho pero creo


que no puedo dejar de hacerlo. Por lo que puedo decir la única conexión entre las mujeres es que fueron sus tres esposas. Y Annie era la esposa de su hijo.-Nicholas no fue asesinado, solo hay que descubrir lo que Annie sabía.- Murmuró Eshe pensativa. Ella sabía toda la historia. Armand Argeneau había perdido tres esposas en accidentes. Con cien años de diferencia y cada una después de casarse con él y dar a luz a un niño. Su hija política también había muerto en un trágico accidente y se había vuelto poco loca después de casarse con su hijo. Ella había estado embarazada, pero aún no había dado a luz por lo que habría sido su primer hijo cuando ella murió. Ambos habían muerto en ese extraño accidente. Más importante era la situación en que Annie había estado haciendo preguntas sobre las muertes de las mujeres de Armand antes de su repentina muerte y mientras hablaba con Nicholas por teléfono la noche antes de su accidente, había estado bastante nerviosa y le dijo que había algo que tenía que decirle cuando llegara a casa. Sin embargo, ella había muerto antes de que pudiera decirle lo que era y cuando Nicholas, algunas semanas más tarde, le preguntó a una amiga de Annie, si sabía lo que Annie había querido decirle, él había terminado de alguna manera en su sótano con un muerto mortal en sus brazos, sangre en la boca y un lugar en blanco en la memoria. Nicholas, era un renegado al que Eshe había perseguido un par de veces antes, había estado prófugo desde aquella noche de hace cincuenta años, pero hacía poco se entregó para salvar a su compañera de vida nueva. Sin embargo, la llamada de Annie y el espacio en blanco sobre el asesinato de los mortales que había sido suficiente para hacer que Lucian fuera renuente a ejecutarlo como se esperaba. En su lugar, le había asignado a Eshe la tarea de ordenar el desorden y la búsqueda de lo que realmente sucedió a las esposas de Armand y con suerte lo que le había pasado a Annie y a Nicholas. Era una tarea muy exigente, casi imposible de hacer, ya que la primera esposa de Armand había muerto en 1449, pensó. -Sígueme a la casa,- dijo Lucian cuando se metió en su coche. Ella se limitó a asentir y fue hacia su moto, colocándose el casco mientras iba de camino. Sus acciones fueron automáticas mientras subía a la moto, su mente estaba en Armand Argeneau y la posibilidad de que él había tenido algo que ver con las muertes de sus esposas y la de Annie. Definitivamente no sería una idea buena para cualquiera que lo conociera. Cuidaba de todos los del clan Argeneau. Los Argeneaus, actualmente, estaban disfrutando de un período feliz después de siglos de miseria y opresión por el hermano de Lucian, Jean Claude y no era necesario ese tipo de cosas. Suspirando, se obligó a concentrarse en el trabajo que tenía entre


manos y siguió a Lucian fuera del aparcamiento hacia la granja Armand, la cual no estaba lejos del restaurante, eso estaba bien ya que estaba muy concentrada en sus pensamientos y poco en la conducción. Ella, automáticamente, cuando las luces de frenado de la camioneta se encendieron, giró para meterse en un largo camino pavimentado bordeado de árboles. Los árboles eran viejos y grandes, sus ramas se extendían como un dosel sobre la carretera y bloqueaban las estrellas sobre la cabeza. En realidad, era sorprendente, miró a un lado y a otro y vio en un claro una casa de campo victoriana. Eshe paró detrás de la furgoneta cuando se detuvo y luego dieron la vuelta al parque junto a la plaza que rodeaba el frente de la casa. Sus ojos recorrieron el edificio. Era una vieja casa de campo victoriana de dos aguas de ladrillo amarillo con adornos de pan de jengibre y un porche que cubría el frente de la casa. La baranda de la galería corría a lo largo de ambos lados con cuatro o cinco escalones, que conducían a las puertas dobles que estaban en el centro del edificio. Había luz derramada en las ventanas en la planta principal, sumándose a la iluminación de la luz del porche que brillaba sobre las puertas de una manera agradable. Eshe apagó su motocicleta y se bajó, su mirada se deslizó sobre la morada con interés cuando se quitó el casco. Aunque el edificio era viejo, estaba en buen estado, bien cuidado durante sus más o menos cien años, seguro que había sido reformado en algún momento para devolverla a su esplendor original. También podía haber sido bien cuidada y no reformada. El cristal de la ventana de pan de jengibre ondulado parecía auténtico. -Tu suposición es correcta,- dijo Lucian, apareciendo a su lado. Eshe frunció el ceño, leer su mente era un hábito grosero que el hombre tenía y nunca se disculpaba por ello. Luego miró la nevera que llevaba y exhaló un suspiro al pensar en la sangre que probablemente contenía. La llamada de Lucian la había despertado a media tarde y se había dado tanta prisa por seguir las órdenes y llegar aquí que no había pensado en alimentarse antes de salir. Estaba empezando a sentirlo. Lucian sonrió débilmente por sus pensamientos y la agitó hacia adelante. -Te daré una o dos bolsas para el camino y el resto las pondré en la nevera de Armand.Eshe asintió con la cabeza, cogió su bolsa de la parte trasera de su moto y se dirigió hacia la casa. -¿Eso es? ¿Esa es tu idea de hacer el equipaje? - Le preguntó Lucian, mirando a la bolsa con incredulidad, mientras la siguió hasta la escalera.


-¿Qué esperabas? ¿Un baúl?- Le preguntó secamente. -Además, yo no estaba segura de cómo vestir en el campo. Pensé que podría comprar un par de cosas aquí una vez que supiera lo que se lleva aquí.-Haces que suene como si los agricultores fueran de otra raza completamente diferente,- dijo Lucian, con disgusto y a la vez diversión. -Como si tú no pensaras lo mismo,- dijo secamente y luego agregó -Además, es todo lo que puedo decir.Eshe sacudió la cabeza admitiendo -Yo no entiendo por qué alguien se viene a vivir a una zona rural. Yo estaría harta de esas tonterías de la Edad Media. La zona no tiene ningún atractivo para mí. Prefiero vivir en la ciudad.-Creo que también tienen tuberías,- dijo Lucian con diversión. -No era así la última vez que estuve en una granja.-¿Cuándo fue eso?-Cuando estábamos cazando a ese renegado en Arkansas- Respondió a ella con un estremecimiento. Las condiciones de vida en el nido habían sido brutales para su mente. Ella realmente sentía que le había hecho un favor al renegado y a sus pequeños renegados al librarlos de la miseria. Fue una caza de brujas. Los renegados habían sido investigados y juzgados pero había que encontrar su escondite. -Por Dios, mujer, tenías setenta u ochenta años.-No hace el suficiente tiempo para que me olvide,- dijo ella con otro estremecimiento. -Si hubiera sabido que iba a quedarme secuelas no habría participado en esa caza.- Dijo secamente. -Sí, claro,- resopló. -Más bien hubiera hecho que quemaran todas las granjas. ¿Por qué crees que no permito que sepan lo mucho que me molestó en ese momento? Eres un bastardo sádico, Lucian. Mi deber es desensibilizar la situación.- La respuesta de Lucian fue un gruñido mientras sostenía la puerta para que entrara. Entonces, ¿cuánto tiempo te vas a quedar?- Preguntó mientras se movía junto a ella y entraban en el largo pasillo. Había varias puertas principales y unas escaleras a un lado que conducían al segundo piso. Lucian había estado aquí antes, obviamente, él se dirigió hacia la parte trasera de la casa.


-Lo suficiente para hablar con Armand y luego me voy.-Pensé eso cuando vi que Leigh no estaba contigo -Admitió Eshe con una sonrisa. Él y su compañera de vida rara vez se separaban por lo que ella pensó que la mujer estaría con Lucian y Armand en el restaurante. -Ella y Marguerite tienen una noche de chicas, irán a un spa, saldrán a cenar y verán una película.- Dijo Lucian mientras se dirigida a la parte trasera de la casa. Me gustaría llegar a casa antes que ella, si puede ser.- Eshe murmuró un comentario, pero su atención estaba en la habitación en la que habían entrado. Estaba a oscuras pero con la luz suave del pasillo se podían ver algunos detalles, parecía una cocina de estilo rústico con suelos de madera, una pared decorada con ladrillo visto, tres paredes interiores pintadas, por lo que parecía de un amarillo intenso. Había un mostrador a un lado de la cocina, la nevera y lo que parecía ser una antigua estufa de leña. Con el nombre de Elmira en el frente eso le dijo que probablemente era una estufa de gas, especialmente diseñada para parecerse a las auténticas de la casa victoriana. Miró a Lucian y vio que tenía la nevera abierta. Cuando Eshe se detuvo junto a él, abrió el recipiente, sacó una bolsa de sangre y se lo entregó a ella. Eshe murmuró un agradecimiento, se inclinó a un lado, contra el mostrador, abrió su boca, esperó a que sus colmillos salieran hacia afuera y entonces rápidamente llevó la bolsa de sangre a ellos. Lucian se volvió a abrir el refrigerador detrás de él. Cuando miró dentro y soltó un gruñido, Eshe miró por encima de su hombro. Sus cejas se levantaron cuando vio que no había una sola bolsa de sangre en el interior. O bien se habían acabado y estaba esperando una entrega o Armand tenía su suministro en otra parte. Sacudiendo la cabeza, Lucian se volvió para meter las bolsas de sangre en la nevera. Eshe se separó un poco para darle espacio. La bolsa de su boca estaba casi vacía y Lucian cogió un par de bolsas de la nevera pero de repente las dejó y se volvió hacia ella, su mano la agarró de la cabeza. Eshe sintió un golpe en su cuerpo y un sonido ahogado detrás de ella hizo que rápidamente mirara por encima del hombro. Sus ojos se abrieron con incredulidad cuando vio al hombre detrás de ella, Lucian puso su mano alrededor de su cuello y la tiró al suelo. Él sostenía un cuchillo en una mano agarrotada.


Capitulo 2

Una maldición en la puerta hizo que Eshe se diera la vuelta y viera a Armand en la entrada. La ira brilló por encima de su expresión, pero fue rápidamente reemplazado por la resignación. Su voz tenía un tono cansado cuando él preguntó -¿Qué pasó?-Tu casa no estaba vacía, como dijiste- Dijo Lucian sombríamente. Armand parecía molesto, pero se explicó -Es Paúl Williams. Es el encargado de día de la granja. Yo esperaba que estuviera atrás, en el establo después de llamarme, pero debió sentarse aquí a esperarme. Por desgracia, yo me fui directamente al granero cuando llegué. Cuando me di cuenta de que él no estaba allí, me apresuré a volver a buscarlo.- Hizo una pausa, frunció el ceño y preguntó -Pero ¿por qué atacó?-Ninguno de nosotros se fijó en él. Empecé a sacar la sangre, Eshe sacó sus colmillos para beber de una bolsa.- Dijo Lucian secamente y luego hizo una mueca y dijo -Aunque supongo que el cuchillo es de tu cajón de cubiertos.Eshe pasó entre los dos hombres, apartándose para obtener una mejor visión del que había estado a punto de atacarlos. Hizo una mueca y quitó la bolsa de sangre vacía de sus dientes, vio mejor el gran cuchillo en su mano derecha. No la habría matado, pero si se lo hubiera clavado, antes de que Lucian se hubiera dado cuenta, le hubiera dolido muchísimo. Haciendo una mueca, murmuró -Un tipo amistoso.Armand frunció el ceño al ver el cuchillo, luego miró a Lucian y le preguntó con incredulidad -¿No lo notaste? ¿Cómo diablos no lo vistes?-La luz estaba apagada- Señaló Lucian secamente. -Los mortales no suelen sentarse en la oscuridad, así que asumí que la habitación estaba vacía y no miré hacia la mesa donde estaba sentado. Además, estaba distraído hablando con Eshe.- Frunció el ceño, luego sacudió la cabeza y volvió a concentrarse en el mortal brevemente antes de mirar a Armand y levantando una ceja dijo -Él trabaja aquí desde principios del verano y ¿no le has contado nada sobre nosotros?-Por supuesto que no. Es un buen trabajador,- dijo Armand con disgusto, tocándose el pelo con gesto de cansancio. Cuando Lucian simplemente levantó la


otra ceja, Armand suspiró y dijo con cierta exasperación -¿Alguna vez has tratado de iniciar a un mortal en nuestro mundo?- Él no permitió que Lucian respondiera, sino simplemente chasqueó la lengua con disgusto y dijo -Por supuesto, sólo tienes inmortales a tu alrededor.-Hace la vida más fácil- dijo Lucian encogiéndose de hombros. -Sí, bueno, algunos de nosotros tenemos mortales que pueden salir a la luz del sol por lo que no es necesario duplicar el consumo de sangre... y déjame decirte, que no es fácil. Nueve de cada diez veces cuando se les dice, no se lo toman bien y hay que limpiar sus recuerdos y despedirlos.- Respiró profundamente y luego dijo con irritación -Es un enorme lió. Les dices que eres un vampiro y piensan que estás bromeando. Muestras tus colmillos para convencerlos y la mitad de las veces se mean en los pantalones o toman un arma. Les arrebatas el arma y les explicas que no es como ellos piensan. No somos muertos sin alma. Nuestro vampirismo es de carácter científico. Nuestros antepasados fueron los atlantes y eran más avanzados de lo que incluso los mitos sugieren. Ellos desarrollaron nanos que fueron implantados en el cuerpo para reparar las lesiones y combatir las enfermedades, el nano sólo usa la sangre para hacerlo y necesita más sangre del que cuerpo puede crear y tenemos que consumir sangre de una fuente externa.- Él soltó un bufido, y luego agregó -Ah, claro y el nano ve el envejecimiento como algo que necesita reparación, a fin de mantener a sus anfitriones en su máxima condición y jóvenes... para siempre.- Con la boca torcida sacudió la cabeza. -Como ya he dicho, nueve de cada diez veces no se lo toman bien y acabamos limpiando su memoria y despedirlos. Paul es un gran trabajador, un buen encargado, pero muy autoritario. Sospecho que va a ser uno de cada nueve en vez de uno de cada diez. No quería buscar a otro nuevo encargado por eso evité decírselo.-Tu instinto es bueno- Dijo Lucian mientras le quitaba el cuchillo al mortal y lo ponía en el suelo. -A juzgar por lo que estoy leyendo en sus pensamientos, en este momento, el Sr. Williams tiene que ser limpiado y despedido.-Números,- murmuró Armand con disgusto. -Y supongo que tiene que hacerse ahora.Lucian no hizo comentarios, Eshe suponía que no tenía que hacerlos. El miedo que sintió el hombre debió hacerlo actuar de esa manera ya que ellos no lo habían intentado agredir. Paul nunca sería capaz de verla a ella ni a Lucian o incluso la cocina de nuevo sin correr el riesgo de que recordara todo. Había incluso una


posibilidad de que si viera a Armand apoyado en el marco de la puerta también podía volver a recordar. Paul Williams tenía que irse para no correr el riesgo de que recuperara la memoria. -Voy a limpiar al Sr. Williams,- anunció Lucian. -Tienes que preocuparte por una vaca de parto con problemas.- Armand vaciló y luego asintió con la cabeza tristemente. -Paul se alojaba en la casa pequeña que hay detrás. Voy a hacer un cheque con una indemnización generosa y dejárselo en la casa cuando vaya hacia el establo.Lucian miró a Eshe. -Guarda la sangre y luego nos vemos en la casa del encargado.- Eshe asintió, pero luego simplemente se levantó y vio que Armand se volvía y se dirigía hacia el pasillo. Una vez que él se había ido, Lucian centró su atención en ella y le dijo:-Cuando vuelva, quiero que trates de leerlo.Eshe frunció el ceño. Lucian salió de la cocina de Armand para dirigirse a la casa del encargado. Ella se movió hacia la mesa para continuar con el trabajo que había empezado, recogió las bolsas de sangre y las metió en la nevera. Fue rápida en la tarea, estaba ansiosa por salir de la casa, poner al encargado en camino y comenzar este nuevo trabajo. Eshe era una guardia y lo había sido durante algún tiempo. Buscaba vampiros renegados, buscaba sus nidos, los capturaba y por lo general los llevaba ante el Consejo para el juicio. A pesar de que había sido un trabajo ocasional. Lucian decía que a veces no se podía traer a todos vivos. Los trabajos eran, por lo general, a un ritmo rápido y brutal. Sin embargo, este trabajo no iba a ser nada de eso. Esto iba a ser más capacidad intelectual que capacidad muscular y ella tenía que tomarse su tiempo, hacer las preguntas correctas y seguir las pistas. Ella sólo deseaba encontrar respuestas que causasen el menor dolor para todos los involucrados. No quería encontrar ninguna respuesta en absoluto, o encontrar algo que provocara que Nicholas Argeneau fuera ejecutado. Armand le dio a la vaca una reconfortante palmadita en la cara mientras lamía y limpiaba su nuevo ternero. Se sorprendió de que ella tuviera tanta energía. Había sido un parto difícil. El ternero estaba de nalgas y tenía enredado el cordón umbilical. Por un momento pensó que no sería capaz de corregir la situación a tiempo y salvar al ternero. Había habido un momento o dos, que se había preocupado por su madre, pero había conseguido que el becerro diera la vuelta y así todo había salido bien.


Enderezándose, se quitó los guantes de goma que se había puesto para atender a la vaca y miró su reloj, hizo una mueca al ver la hora. Era poco más de medianoche. Solo habían pasado un par de horas, desde que llegó a la granja. Se sentía como si hubiese sido al menos el doble. De hecho, estaba un poco sorprendida al salir del granero que hubiera una noche estrellada en lugar de la luz del amanecer. Miró hacia la casa del encargado. No le sorprendió ver la casa a oscuras. Había tardado poco en ir hasta la oficina. Encontrar la chequera le había llevado un par de minutos. Armand había cubierto el cheque y lo había llevado hasta la casa del encargado donde se lo había dado a Lucian y él lo había metido en las maletas de Paul. Lucian había limpiado la mente a Paul y lo había llevado hasta el pueblo. Armand sospechaba que Lucian, probablemente, lo había hecho mientras él estaba ayudando a la vaca. No tenía ninguna duda de que Lucian había estado sentado durante horas esperando a que terminara y volviera a... junto con Eshe. Había venido una vez para preguntarle si podía ayudarle, pero él le había dicho que se fuera ya que en vez ayudarle le distraería. Había algo en la mujer, una combinación de timidez y fuerza que le fascinaba. Era la forma en que le miraba. Ella sin duda habría sido más un obstáculo que una ayuda en el granero. Ahora que el ternero y su madre estaban bien, Armand se encontraba ansioso por llegar a la casa y verla otra vez. Había pasado mucho tiempo desde que una mujer le llamara tanto la atención. Desde su primera esposa, Susana, su única compañera de vida. El pensamiento hizo que Armand arrugara la frente mientras subía las escaleras de la entrada. No tenía ganas de pensar en ello más. La verdad era que lo único que tenía que hacer era convencerla de que no era buena idea de que se quedara con él. Pero él no podía hacer eso. Aparte del hecho de que simplemente no se le negaba nada a Lucian Argeneau, tenía que admitir que Eshe, probablemente, no estaría más segura en otro sitio que en su casa. Si ella fuera a otra parte y le pasara algo, nunca se lo perdonaría. Armand encontró a Lucian y a Eshe en la sala de estar. Ella estaba hojeando perezosamente una revista, mientras que Lucian tenía la televisión encendida y estaba mirando los pocos canales disponibles, con una expresión de aburrimiento que se convirtió en irritación cuando vio entrar a Armand. -Dios mío, Armand, sólo tienes el cable básico. ¿Qué pasa contigo? Los mejores programas están en el cable superior, y no sé cómo vives sin los canales de películas.-


Armand se encogió de hombros, con una media sonrisa en su rostro. -Yo no tendría ni siquiera el cable básico, si no fuera por Agnes. La hermana de mi primera esposa,- explicó para que Eshe lo supiera, antes de añadir -Le pedí que solicitara Internet. Todavía no estoy seguro de por qué se tomó la molestia de contratar el cable. No veo la televisión.- Él levantó una ceja. -Hasta donde yo sabía tú tampoco. ¿Cuándo empezaste?-Leigh me hizo ver un par de programas- murmuró Lucian y luego dijo -La mayor parte de lo que está en la televisión es una mierda, pero hay un par que son buenos.-¿Los encontraste?- Preguntó Armand secamente, pero le resultaba gracioso. Era una situación poco común encontrar gracioso a Lucian, pero encontrar a su compañera de vida le había dado un lado casi humano que se sentaba con dificultad sobre sus hombros y eso sin duda le resultaba gracioso a Armand. Era interesante verlo. Teniendo en cuenta que el cambio era producido por Leigh. Dudoso, supuso, pero aún así era muy divertido verlo. Dejando a un lado esa posibilidad por el momento, levantó las cejas. -Así que... Me sorprende que todavía estés aquí. ¿Hay algo más que necesites decirme?-Sí.- Lucian apagó la televisión y se levantó. -Tengo que irme, ya me he retrasado más de lo previsto. Vamos a hablar en la cocina. Quiero más sangre.Armand sonrió con ironía y se apartó para que Lucian pasara. Era su casa, pero eso no impedía que su hermano actuara como si fuera la suya. Era así en todas partes y todo el tiempo. No le sorprendía. Miró a Eshe, ella seguía mirando su revista, siguió a Lucian. -No tenías sangre en la nevera cuando metí la que traje. ¿Estás esperando al reparto?- Le preguntó Lucian mientras se dirigía a la nevera a recuperar la sangre. -Tengo la sangre en una nevera en mi dormitorio. Con dos mortales como empleados Paul y mi ama de llaves, no me pareció prudente correr el riesgo de que uno de ellos mirara dentro de la nevera y me preguntara por las bolsas de sangre.-¿Y el jugo y la otra comida?- Le preguntó Lucian mientras cogía dos bolsas de sangre y cerraba la puerta. -Camuflaje- murmuró Armand mientras aceptaba la bolsa que Lucian le daba y lo siguió a la mesa de la cocina en el otro extremo de la habitación. -Una nevera vacía


provocaría preguntas que no quiero contestar. Siempre tengo algo en la nevera. Cambio de vez en cuando, la fruta y la carne cuando se pasan se lo hecho a los cerdos y el zumo y la leche la cambio cuando falta poco para que caduque.- Lucian gruñó con la información mientras se acomodaba en la mesa. Un momento de silencio, ya que se concentró en la alimentación, pero una vez que las bolsas estaban vacías, después de que Armand las cogiera y se levantara para tirarlas a la basura, debajo del fregadero, cuando él le preguntó -Entonces, ¿qué tienes que decirme?-He arreglado que te entreguen sangre extra durante el tiempo que Eshe esté aquíLe informó Lucian. -Voy a pagar su estancia.-No es necesario.- murmuró Armand. Él tenía participación en empresas y granjas Argeneau y de todos obtenía ganancia. Podía suministrar de sangre a la mujer durante las dos semanas que estuviera aquí. Lucian no le hizo caso y sacó su cartera para sacar una tarjeta de crédito. -Ella necesitará más ropa de la que traía. ¿Hay algún lugar aquí donde se pueda comprar?-Por supuesto, Lucian,- dijo secamente y luego señaló,-Londres está a sólo veinte minutos al norte de aquí.-Hmm.- Lucian no parecía impresionado y dijo -Ella tiene gustos más exóticos.Armand sonrió ante la expresión de dolor de Lucian, pero se limitó a decir Londres cuenta con tiendas de diseño. Se trata de una ciudad grande, ya sabes.-Para Ontario, tal vez,- Dijo Lucian secamente y le pasó la tarjeta de crédito. -Carga la ropa en la tarjeta de la empresa.- Armand levantó una ceja ante la sugerencia, no estaba seguro de que fuera algo normal que se cargara ropa de mujer en una tarjeta de empresa, pero la aceptó en lugar de discutir. -Y carga cualquier otra cosa que pida en la tarjeta también. No espero que pagues de tu bolsillo sus gastos ya que nos estás haciendo un favor.- Antes de que pudiera contestar, Lucian le preguntó ¿Has intentado leerla?Armand sintió que sus cejas se levantaban, pero admitió -No.-¿Por qué no?- Le preguntó.


-Ella es mayor que yo, es probable que no sea capaz de hacerlo. -Entonces intentaste leerla. La mayoría de los inmortales cuando conocen a alguien por primera vez debido a la esperanza de encontrar a su compañero de vida lo hacen.Armand apretó, desvió la mirada y murmuró -No estoy buscando una nueva compañera de vida.-Hmmph.- Lucian frunció el ceño y luego agregó -Bueno, quiero que trates de leerla antes de que me vaya. Vamos hasta la sala de estar y lo intentas.- Cuando Armand pareció contrariado, Lucian añadió -Hazlo por mí. Necesito saber todo lo que sabe. No quiero leer algo en su mente y tener que salir corriendo de regreso a Toronto si otro ejecutor se lastima en su lugar o algo así.-De acuerdo, lo que sea,- murmuró Armand, comprendiendo la necesidad de hacerlo. -Vamos.- Lucian se levantó y se dirigió hacia la sala y Armand de mala gana le siguió. En el momento en que entraron, Eshe levantó la mirada y Lucian hizo un gesto a Armand para que empezara. Hizo una mueca y se concentró en la mujer, centrándose en la frente, mirándola, intentando disimular lo que estaba haciendo. Él no parecía muy sorprendido cuando no lo consiguió. -¿Y bien?- Preguntó Lucian con impaciencia. Cuando Armand se limitó a mover la cabeza, Lucian asintió con la cabeza como si lo hubiera estado esperando, probablemente era porque Eshe era mayor, a menudo era difícil para un vampiro joven leer a una más antiguo. Lucian miró a Eshe y ordenó -Acompáñame fueraElla se levantó al instante, pero se las arregló para mirarle como si ella lo hiciera porque quería no porque él le hubiera gritado como si fuera un perro que tiene que obedecer. Se tomó su tiempo para salir de la sala en lugar de salir rápidamente como Armand sospechaba que harían la mayoría de los inmortales y por ello admiró su coraje y su culo cuando salía por la puerta. Armand estaba a punto de seguir sus caderas balanceándose, cuando Lucian, de repente, se puso delante de él con una mano en el pecho para detenerlo. -No hace falta que nos acompañes. Estará de vuelta en un minuto. Espera aquí.-


Armand brevemente pensó en si hacer caso omiso a la orden como él sospechaba que Eshe habría hecho, pero se encogió de hombros y se sentó en el sofá del que se había levantado ella. Volvería pronto y estaría allí durante dos semanas. Podía esperar, decidió y luego volvió la cabeza hacia un lado y olio cuando se dio cuenta de que la silla estaba aún caliente y había un rastro de su perfume en el aire a su alrededor. Era un olor encantador, picante, que le sentaba bien. Inhaló profundamente, con placer. -No puedo leerlo.- Admitió Eshe en voz baja en el momento en que la puerta de la casa se cerraba detrás de ella y Lucian. El hecho de que no pudiera leer a Armand era casi aburrido. Eshe había tratado de leer Armand por primera vez cuando había aparecido en la puerta de la sala de estar, cuando regresó del granero y luego otra vez cuando había regresado de la cocina con Lucian. Ella no había podido penetrar en sus pensamientos en ambas ocasiones. Eshe se había dado cuenta que la segunda vez él también estaba tratando de leerla, probablemente, por orden de Lucian y había dejado sus barreras para permitírselo, pero lo había visto sacudiendo la cabeza en respuesta a la pregunta de Lucian. La principal preocupación de ella era que no podía leerlo. Debería haber sido capaz de hacerlo. Era más vieja que él y sólo había encontrado una persona que no había sido capaz de leer: Orion. Sólo era diez años más joven que ella y había sido su compañero de vida. Armand parecía que podría ser el segundo. En cualquier otro momento, encontrar un posible compañero de vida habría sido un motivo de alegría. Esta vez, sin embargo, con este hombre, sospechoso de varios asesinatos, era posible que no fuera un acontecimiento alegre y sentía casi pánico al pensarlo. -Yo no lo puedo leer,- repitió más sombría a medida que bajaba las escaleras en dirección al coche de Lucian. -Lo sé. Me di cuenta por tu expresión,- dijo Lucian serio mientras se tocaba la pierna camino al coche. -No vi nada. No lo puedo leer. Tal vez sea difícil de leer.-¿Y significa algo?- Preguntó en voz baja, cuando se detuvo al lado del coche. Hizo una mueca cuando se le quedó mirando, sabiendo que la estaba leyendo, lo había hecho en varias ocasiones durante toda la noche. Ella dijo -Sé que sabes que lo encuentro atractivo también.-No me preocupa, de momento, a no ser que me ponga de repente a comer -Dijo en voz baja y luego agregó -Y si...- apretó su boca.


-Eso no cambia las cosas, Eshe. Estas aquí para hacer un trabajo y espero que lo hagas si es tu compañero de vida o no.-Sí, por supuesto,- murmuró intentando, por lo menos, aparentar serenidad. Aclarándose la garganta, ella se aferró a la puerta del coche cuando él la abrió para entrar y le preguntó -¿Las mismas ordenes?- Lucian se instaló en el asiento del conductor antes de darse la vuelta para mirarla con seriedad. -Sólo recuerda lo que le paso.- Cuando ella le miró sin expresión, señaló -Con su anterior compañera de vida no le fue muy bien, ni tampoco con sus esposas. Sólo mantente alerta y obtén las respuestas que necesitamos lo antes posible.Eshe asintió con la cabeza tristemente y cuando acabó de transmitirle las órdenes se inclinó hacia adelante para arrancar el motor, cerró la puerta del coche. A continuación, lo observó en silencio mientras se dirigía hacia la carretera. Eshe se quedó en el camino de entrada hasta que desaparecieron sus luces traseras después se dio la vuelta para mirar la casa. Dentro había un hombre que podría ser su compañero de vida. Desafortunadamente, él también podría ser un asesino.


Capítulo 3

El fuerte rugido de una aspiradora afuera de la puerta del dormitorio despertó a Eshe cerca del mediodía. Encontró imposible ignorar el molesto sonido, y ella miró hacia la puerta de la habitación donde había pasado un día muy agitado y maldijo en silencio a Lucian por su asignación a este trabajo. Hasta el momento, no había hecho una impresión estelar en el trabajo. Después de despedir a Lucian Argeneau la noche anterior, había pasado varios minutos ciñendo su coraje para lo que le esperaba, y luego se marchó hacia la casa decidida a comenzar de inmediato. Sin embargo, antes de que pudiera hacer cualquier pregunta a quién podría ser su compañero de vida, asesino, o ambas cosas, la había recibido con un tranquilo, -mi habitación es el dormitorio principal en la parte posterior de la planta alta, pero hay cuatro habitaciones más arriba también. Tome la que quiera. Tengo que ir a ver a Bessy y su cría y atender a algunas tareas. Te veré cuando te levantes por la mañana. Buenas noches.Armand se deslizó por delante de ella y luego salió de la casa antes de que pudiera murmurar unas plácidas palabras de agradecimiento. Eshe se quedó mirando asombrada su salida, encontrando la situación más bien decepcionante luego de sus momentos de preocupación, pero entonces suspiró, recogió su bolso y se fue por las escaleras para ver las habitaciones de arriba. Cada una de ellas estaba muy bien, pero la elegida por Eshe fue una habitación de color rosa al lado del dormitorio principal. Ella dejó caer su bolso en la cama y luego fue a investigar el cuarto de Armand, mientras tenía la oportunidad. Su intervención resultó en nada. No había encontrado ni un sencillo diario con una práctica confesión escrita de los hechos terribles o las sangrientas armas que podrían haber sido utilizados para decapitar a las anteriores esposas. De hecho, no había incluso cuadros o retratos de sus esposas o del pasado. La habitación tenía solamente una cama, una silla junto al fuego, una estantería llena de libros tantos viejos como nuevos, y un armario lleno de ropa. El cuarto de baño de la suite tampoco había sido provechoso. Salió de la habitación principal sin conocer más sobre el hombre que la marca de loción de afeitar y pasta de dientes que utilizaba. Eshe vagó por la casa después de eso, fijándose en la ausencia de adornos y recuerdos. Parecía que Armand no era del tipo sentimental. No había nada de su


vida pasada o de sus esposas en la casa. Sólo en la oficina encontró algo que le dijo que él tenía familia. No había nada a vista. Al igual que con el resto de las habitaciones de la casa, esta no tenía ninguna foto visible o retratos que sugiriera que había alguien en el mundo que quería, pero después de forzar la cerradura del cajón grande de su escritorio, ella había encontrado una colección de álbumes de fotos y una caja que contenía retratos en miniatura. Los retratos eran antiguos, de antes de la invención de la fotografía. Pinturas de las tres mujeres que ella supuso eran sus compañeras de vida y esposas, y luego de sus hijos. Reconoció tanto a Nicholas como a Thomas, a quién había conocido a través de su puesto de cazador, e imaginó que la chica era Jeanne Louise, su hija con la última esposa, Rosamund. Los álbumes tenían imágenes mucho más reciente, uno con fotos de su hijo mayor, Nicholas y su esposa, Annie, ambos se veían muy felices en diferentes funciones como, el día de su boda, en un picnic en el campo, y así sucesivamente. Otro álbum dedicado a Thomas con fotos recientes de su boda con Inés en Portugal. El último era de Jeanne Louise, de su adolescencia con rodillas ásperas, de su graduación de la universidad, y luego en diversas funciones de la familia. Eshe había encontrado al descubrimiento algo tranquilizador. Le decían que Armand había cortado todos los lazos con sus hijos y el resto de la familia tras la muerte de su última esposa hace un siglo y nunca había visto a su hija, Jeanne Louise, desde que cayó en la puerta de Marguerite, su cuñada, después de la muerte de su madre, Rosamund. Los álbumes sugerían, sin embargo, que si bien no la había visto en persona, que había estado al tanto de su vida y lo que ella hacía, y él se preocupaba por ella. El hecho de que él había escondido los álbumes, sin embargo, era bastante curioso. El hombre vivía solo. No había razón para que se le ocurriera ocultarlos de todos modos. Considerando la situación, Eshe había guardado los álbumes bien atrás, seguros en el cajón, y luego se deslizó fuera de la oficina para esperar el regreso de Armand, con su mente llena de preguntas. Había esperado a que él regresara a la casa justo antes del amanecer, caminando por su sala de estar como un tigre enjaulado hasta que no pudo aguantar más y salió finalmente a buscarlo. Encontrado el granero donde quedaban sus vacas lecheras, un par de cerdos y cabras, pero él no había pasado por allí. Luego atravesó un establo de buen tamaño donde estaban los caballos, y un gallinero lleno de pollos durmiendo que se agitaron con su presencia antes de que decidiera que él tampoco estaba allí y cerró la puerta ante el asqueroso hedor que venía del interior y luego fue a comprobar el último granero


que encontró albergando un tractor, una segadora, y varios otros equipos de la granja, pero ni rastro de Armand. Eshe renunció después de eso y se dirigió a la casa cuando el sol comenzó a surgir en el horizonte. Cansada, había buscado su habitación y se preparó para ir a la cama, pensando que empezaría de nuevo por la noche. Sin embargo, cansada como estaba, no le fue fácil para reclamar o mantener el sueño. La finca era sangrientamente ruidosa. Se oía a menudo a la gente comentando del nivel de ruido en la ciudad y cómo era maravillosamente tranquila la vida en una granja en comparación, pero ella tendría un par de palabras muy bien escogidas sobre el tema para el futuro. Ellos estaban llenos de mierda. Su apartamento en la ciudad era insonorizado, ella nunca tuvo su sueño perturbado por los ruidos del tráfico o la vida de la ciudad. Lo mismo no era cierto aquí. Si bien no hubo mucho ruido de tráfico en el camino a la granja, se escuchaba tropecientos de otros sonidos, el repiqueteo profundo del paso de los trenes a lo lejos, las charlas y canto de los pájaros, los chirridos de los grillos... Ella había tenido el demonio de un tiempo para conciliar el sueño y poder dormir allí. Y ahora había una maldita aspiradora a enfrentarse con ella, pensó, y fulminó con la mirada a la puerta cuando el sonido se hizo más fuerte, lo que sugería que no había sido justo afuera de su habitación en un primer momento pero que ahora sí lo estaba. La granja definitivamente no era un lugar tranquilo, decidió Eshe sombría cuando algo golpeó contra la base de la puerta varias veces. Un gruñido profundo salió de su garganta, lanzó las mantas y sábanas a un lado y se deslizó fuera de la cama para patear la puerta. Cansada como estaba, Eshe era puro enojo, y todo terminó en explosión contra Armand por su desconsideración al despertarla, pero se detuvo en seco cuando abrió la puerta y se encontró con una redonda pequeña mortal a punto de golpear su puerta de nuevo con la base de una aspiradora. -¡Oh, querida!- exclamó la mujer, deteniéndose justo antes de pasar la aspiradora sobre los pies descalzos de Eshe cuando apareció en la puerta. -¡Lo siento! ¿Te he despertado?Eshe miró a la mujer sin comprender bien y que rápidamente apagó la aspiradora que había estado trabajando más de lo necesario, ya que parecía obvio a Eshe que la alfombra estaba perfectamente limpia. Era un desperdicio usar la aspiradora. La mujer había estado tratando de despertar a la invitada del Sr. Argeneau, leyó en


su mente. Parecía que su presencia era una rareza para la mujer que había estado esperando con impaciencia durante todo el día para que ella hiciera su aparición y, finalmente, cedió a la tentación de levantarla por sí misma... y con la aspiradora. La mujer estaba contenta por hacerlo, leyó Eshe en su mente cuando ella pensó que la invitada era una curiosa, y no podía esperar para decirle a las chicas en el salón de belleza cuando fuera hacerse su peinado semanal. Oh, las chicas se volverán locas al oír que el evasivo soltero Armand Argeneau tiene una belleza en su casa. Tal vez hasta habría campanas de boda en el futuro. Con un suspiro, Eshe dejó de centrarse en los pensamientos de la mujer y cambió su atención a su expresión ansiosa, sólo entonces para tomar conciencia de que mientras ella había estado leyendo su mente, la mujer había estado dando un vistazo. Eshe hizo una mueca y miró a la enorme camiseta que traía puesta para dormir. Mientras cubría todo lo que era importante, no era exactamente lo que ella hubiera elegido vestir para encontrarse con la ama de llaves. -Lo siento si te desperté-, dijo la mujer con una excelente actuación fingiendo arrepentimiento. -El señor Argeneau dijo que llegaste la noche pasada y era probable que durmiera todo el día. Supongo que no estaba pensando cuando me puse a aspirar.Eshe apenas logró no resoplar ante las palabras, pero puso una sonrisa forzada en los labios. -Está bien, yo… ¿Has dicho que Armand te habló? ¿Él ya se levantó entonces?-Oh, sí, fue cuando llegué aquí, lo cual es inusual en él. Pero supongo que con lo de Paul, marchando tan inesperadamente para atender asuntos familiares, tuvo que asistir él mismo a los animales hoy temprano. Pobre hombre. Espero que encuentre un sustituto pronto para Paul. Manejar la finca y escribir su artículo diario para el periódico lo desgastará a cabo de muy poco tiempo.-¿Escribir artículos diarios para el periódico?- preguntó Eshe con un sobresalto. Lucian no lo había mencionado. Él sólo había dicho que Armand era un granjero. -Sí, querida.- La mujer sonrió con tanto orgullo como si fuera su madre. -¿No lo sabías? Él es nuestra propia pequeña celebridad en la ciudad. Escribe un artículo de interés diario. A todo el mundo le encanta. Deduzco que escribir es de familia. Él tiene un sobrino que escribe novelas, ya sabes, pero Armand dice que ya


tiene suficientes problemas con la información de su pequeño artículo diario y no se puede imaginar algún día escribiendo un libro, pero escribe muy bien,- le aseguró, y luego dijo casi disculpándose, -pero es un poco excéntrico, escribe por la noche y duerme durante el día, y realmente, de lo que puedo decir, es que no come lo suficiente para mantener una ave alimentada, pero luego Doris me dijo que la mayoría de los escritores son un poco diferentes del resto de nosotros, y ella lo sabe. Ha leído ese libro sobre la vida de Hemingway... ¿o era Hemingway? Puede haber sido otra persona,- admitió con el ceño fruncido, y luego alejó con la mano lo que fuera y dijo: -no puedo acordarme ahora, pero sí recuerdo que leyó sobre un juerguista. Porque estaba en las drogas, sexo, y... Bueno, afortunadamente, nuestro joven Armand no hace nada de eso.- Ella frunció el ceño ante sus propias palabras y luego se apresuró a decir, -bueno, en las drogas por lo menos no. Estoy segura de que le gusta el sexo tanto como a cualquier otra persona. Aunque todos estábamos empezando a preguntar, puesto que nunca hay muchachas alrededor o invita a ninguna de las chicas a salir ni nada. Doris es positiva que es gay y tiene un “amigo” en la ciudad que se cuela a visitar, pero ahora puedo decirle sobre ti y ella tendrá que dejar de hablar eso de él,- anunció con satisfacción. -Sí,- murmuró Eshe débilmente, asombrada de que la mortal hubiera logrado decir todo lo que balbuceó sin tomar aliento. Querido Señor. -Bueno, ahora, sólo me voy,- anunció la mujer, inclinándose para desconectar el aparato de un toma corriente al lado de la puerta del dormitorio de Eshe. –A lo mejor, quieres vestirte, y me voy hacia abajo a ver sí hay algo para comer. Imagino que debes estar muerta de hambre. Te perdiste el desayuno y el almuerzo ya pasó. Te prepararé algo bueno y podemos charlar mientras come.Eshe miró con los ojos bien abiertos como la pequeña mujer se iba apresuradamente, sacudió la cabeza y cerró la puerta para comenzar a vestirse como le había sugerido. No parecía probable que volviera a dormir de todos modos, y si Armand ya estaba levantado probablemente hasta pudiera encontrarlo y conseguir hacerle algunas de las preguntas que tanto había querido hacer la noche anterior. Tenía la intención de hacerlo hablar hoy acerca de sus esposas y cómo habían muerto. Lucian se limitó a sus muertes decir que parecía ser accidente, pero no explicó qué tipo de accidente, y le pareció que sería pertinente. Ella sólo tenía que idear una manera de deslizar las preguntas en una conversación sin levantar las sospechas de Armand acerca de la verdadera razón


por la que estaba allí. No había problema, ¿verdad? pensó secamente mientras se ponía el pantalón de cuero de la noche anterior. Eshe tenía sus pantalones en media pierna cuando la realidad le hundió en que la ama de llaves de Armand había dicho que iba a hacer su desayuno. Ella no comía, pero eso no fue lo que la hizo congelar con sus pantalones todavía sólo la mitad del camino. Era el facto de que hacer el desayuno incluye, sin duda, que la mujer buscará en el refrigerador. Un refrigerador en que claramente recordaba haber apilado sus bolsas de sangre en la noche anterior. Maldiciendo, Eshe haló sus pantalones hasta arriba y se apresuró hacia la puerta sin ni siquiera molestarse en peinarse. Ansiosa por llegar a ella antes de que viera la sangre, Eshe prácticamente voló por el pasillo y luego por las escaleras y el camino a la cocina. Llegó a la puerta para encontrar al ama de llaves de Armand inclinada mirando en la nevera y hurgando en su interior. Eshe estaba a punto de tomar el control de la mente de la mujer cuando se enderezó y se apartó para colocar un cartón de huevos y un poco de tocino en la isla, dejando una visión clara de la nevera abierta y con comida almacenada en el interior. No había sangre. -Oh, tienes que tener mucha hambre, querida, para venir aquí así,- dijo la ama de llaves, Eshe aprovechó para desviar la mirada fuera de la nevera y encontró que la mujer le sonreía ampliamente desde el otro lado de la isla. -Dios mío, es que siquiera te cepillaste el pelo. Bueno, siéntate en la mesa y te voy a buscar un café y unas tostadas para sacarte de apuro hasta que pueda preparar estos huevos y tocino para ti. -¿Huevos y tocino?- murmuró Eshe, pasando los dedos por el pelo corto para ponerle algún tipo de orden, cuando ella se acercó a la nevera para darle un mejor vistazo a su interior. No. No había sangre allí. -Entiendo tu sorpresa,- dijo el ama de llaves con una sonrisa cuando ella golpeó la puerta del refrigerador para cerrarla con la cadera en su camino por recoger un pedazo de pan en el mostrador al lado de la tostadora. -Si hubiera mirado en el refrigerador anoche se quedaría horrorizada por lo poco que había allí. Como ya he dicho, el Sr. Argeneau no come lo suficiente para mantener alimentada un ave, pero cuando me dijo que había una invitada, me subí en el coche y corrí hacia el mercado para comprar comida.-


Y a chismear con todo el mundo acerca de una mujer en la casa, leyó Eshe en su mente con irónica diversión. -Oh, acabo de darme cuenta que no me presenté,- dijo la mujer con enfado mientras dejaba caer un par de rebanadas de pan en la tostadora. Apretó el botón hacía abajo para comenzar a tostar y luego se volvió para sostener su mano hacia Eshe. -Soy la señora Ramsey, querida. Enid Ramsey.-Eshe D´Aureus,- murmuró, apretando su mano brevemente y preguntándose donde se habría ido la sangre. -D´Aureus,- repitió la señora Ramsey con una sonrisa. -Qué nombre tan interesante. ¿Qué significa?-Oro,- respondió Eshe de forma automática. -Al igual que tus ojos, que son de oro. Incluso parece que brillan como el oro, cuando la luz les llega apenas a la derecha. Muy bonito, querida. Sorprendente.-Gracias,- murmuró Eshe, y se volvió hacía a la mesa como una excusa para evitar que mirara a sus ojos por demasiado tiempo o fiereza. Al igual que los de todos los inmortales, los ojos de Eshe capturaban y reflejaban la luz para una mejor visión nocturna. Hacía mucho más fácil la caza por la noche. Su padre, Castor D´Aureus, había tenido los ojos dorados y por eso había sido llamado Castor el Oro cuando había huido de la Atlántida con los demás. Había pasado los ojos a sus hijos, aunque la mayoría de ellos tenía manchas oscuras en ellos, herencia de su madre, ella supuso. Queriendo distraer a la señora Ramsey del tema de los ojos, Eshe buscó su mente mientras se instalaba a la mesa, y luego hizo la primera pregunta que le ocurrió. ¿Hace cuánto tiempo que trabaja para Armand?-Hace unos cinco años,- respondió la señora Ramsey, agarrando una taza de café en el armario y moviéndose a una cafetera que aún trabajaba al lado de la nevera. Mientras esperaba que pasara el último café que faltaba a través del filtro de goteo, continuó, -Eso fue cuando heredó la granja de su tío. Fue muy agradable cuando lo hizo. Su tío nunca estaba aquí. Había un administrador encargado mientras vivía en la ciudad y se llevaba los beneficios. Es mucho más agradable conocer el propietario y tenerlo en la comunidad-


Eshe asintió solemnemente, aunque sabía que todo lo que había dicho la mujer era simplemente una historia de portada de Armand. En realidad era propietario de varias fincas en el sur de Ontario y rotaba su tiempo entre ellas, llevando unos diez años en una y luego pasando a otra antes de que sus vecinos se dieran cuenta de que él no envejecía. Cada vez que se movía, el tema de portada era que él había heredado la finca y se hacía cargo, pero no había tío que heredar. No tenía idea de qué excusa le dio al personal de la granja anterior para explicar su salida. Tal vez ellos pensaban que se había muerto o, simplemente, que se mudaba a la ciudad y dejaba a un gerente encargado de todo. -Él es un joven agradable,- informó la señora Ramsey. -Siempre educado y muy bueno acerca de cambiarme los días, si tengo una cita, solo tengo que venir a la casa los lunes, miércoles y viernes, como ve.Eshe hizo un sonido alentador para que siguiera hablando. -Me preocupo por él, sin embargo. No estoy segura de que heredar la finca fuera tan bueno para él, de verdad. Trabaja muy duro, rara vez sale de la granja, y no tiene vida social digna de mención. Me preocupa que se quede sólo aquí y envejezca en la finca, sin haber tenido la experiencia de tener una mujer e hijos.- La señora Ramsey dejó escapar un suspiro mientras vertía el café ahora recién pasado en la taza. Ella se animó, sin embargo, cuando añadió, -él aún es joven, y ahora que estás aquí tal vez puedan llegar a llevar a cabo algo más. Tenemos bingo en la iglesia los miércoles por la noche, y en el restaurante sirven buena comida. Todos los lugareños van hasta allí. Y ahora que la cosecha ha terminado, hay un par de ferias de otoño que vienen llegando si todavía está aquí y puedas arrastrarlo contigo. Sé que los lugareños disfrutaran de poder interactuar más con él.-Veré lo que puedo hacer,- dijo Eshe cuando la mujer cruzó la habitación para depositar una taza de café frente a ella. -Bueno.- La señora Ramsey le sonrió y luego volvió para agarrar una sartén, así como el tocino y los huevos para empezar a cocinar. Eshe la miró por un momento, sin saber si debía decirle que no cocinara para ella o no. Ella no iba comer la comida. Por otro lado, la mujer parecía estar disfrutando de lo que estaba haciendo para ella. De hecho, a juzgar por sus pensamientos, Eshe sospechaba que la señora Ramsey quedaría decepcionada si no la dejaba hacerlo. Siempre podría tirar la comida cuando la mujer no estuviera mirando, decidió Eshe. Además, la señora Ramsey era muy habladora, y podría haber algo útil que averiguar con ella.


-Por lo tanto, ¿Armand no tiene ninguna compañía en la casa?- preguntó Eshe con curiosidad, inclinándose hacia adelante para oler el líquido negro humeante en la taza delante de ella. Tenía un olor bastante interesante, un poco amargo, quizá, pero aromático. -Sólo Agnés y John Maunsell. Tienen una granja no lejos de aquí, y tengo entendido que son sus cuñados,- confesó la señora Ramsey, y luego chasqueó la lengua. -Debe de haber estado casado muy joven. Él ya era viudo cuando se mudó aquí y no puede tener más de veinte y seis o veinte y siete. Por lo menos no se ve mayor que eso.Eshe murmuró un algo de acuerdo, mirando curiosa a la señora Ramsey freír los alimentos. El tocino tenía un olor sorprendentemente delicioso cuando estaba frito. -Oh, ahí está tu tostada.- La señora Ramsey se apresuró a la tostadora, cuando el pan tostado vino a la vista. Ella les pasó rápidamente mantequilla y puso las rebanadas en un plato pequeño, entonces agarró un par de frascos de lo que parecían ser conserva y los llevó a Eshe. -Aquí tienes, querida. Empiezas mientras termino tu tocino y huevos.-Gracias,- respondió Eshe, mirando hacia abajo a las ofrendas. -Eso es una mermelada de naranja, y esto es jalea de fresa,- anunció la señora Ramsey, empujando los frascos hacía ella. -Lo hago yo misma en casa y los traigo para el señor Argeneau. Aunque, a decir verdad, no creo que él incluso ha probado. Pensé al principio que él estaba comiendo, porque los tarros desaparecían, así que seguí trayendo más, pero entonces encontré una caja llena de ellos en el sótano.- Ella suspiró desilusionada, negó con la cabeza, y apresuradamente regresó a la estufa. -Deles una oportunidad, sin embargo, y vea lo que piensa. Todo el mundo alaba mucho mis jaleas.Eshe levantó la vista para verla observando expectante y de mala gana abrió el frasco de mermelada de naranja y comenzó a extenderse un poco en su tostada. Ella podría haber solamente controlado a la mujer y hacerle pensar que lo había probado, pero en realidad estaba un poco curiosa de saber a qué sabía. Eshe no había sentido curiosidad por alimentos en un par de siglos, pero decidió no pensar en eso y lo que su repentino interés podría significar. Ella tenía otros asuntos que tratar.


-Por lo tanto, ¿sólo tiene nuevos a Agnes y John?- preguntó ella al colocar la tapa de la mermelada. -Sí.- La señora Ramsey arrugó la nariz. -Agnés es una pequeña cosa dulce, pero yo no he encontrado calor en John. No estoy segura por qué.- Ella se encogió de hombros y luego hizo un gesto hacia Eshe que aún no había probado la tostada, con el tenedor que había estado utilizando a su vez en el tocino y dijo: -Haz la prueba, pues, y dime lo que piensas.Eshe recogió la rebanada de pan tostado en la que había extendido mermelada y le dio un mordisco, sorprendida por la explosión de sabor que golpeó a su lengua. -Es realmente muy buena,- le dijo a la mujer con honestidad. La señora Ramsey se puso roja con placer por el elogio y se rió entre dientes. Parece que estás sorprendida. ¿Pensabas que yo podría ser una mala cocinera?Bromeó, señalando a su robusta figura. Eshe esbozó una sonrisa, y dio otro mordisco a la tostada antes de preguntar. ¿Armand nunca habla de sus esposas?-¿Esposas?- preguntó asombrada. -Me refería a esposa,- corrigió Eshe rápidamente. -Oh.- Se relajó y sonrió con ironía cuando se volvió de nuevo a su forma de cocinera. -No. Creo que debe ser un tema doloroso. Sólo sé que estaba casado, porque Agnes se presentó como su cuñada la primera vez que nos conocimos.-Ya veo,- murmuró Eshe, tomando un bocado de pan tostado, cuando ella reconoció que no iba a enterarse de nada sobre el pasado con esta mujer. No es que ella realmente hubiera esperado. La mujer era una mortal, después de todo. Pero siempre había la posibilidad de que Armand hubiera dejado escapar algo. Luego, también, la señora Ramsey estaba trabajando para Armand hacía cinco años según su cálculo, y no era raro que a largo plazo los funcionarios o empleados descubran el secreto de su inmortalidad. Sin embargo, parece evidente que la señora Ramsey no estaba en ese rango. Eshe suponía que era porque la mujer solamente venía a la casa tres días a la semana y por lo general mientras este dormía, si realmente dormía durante el día y trabajaba de noche como la mujer había sugerido. Había


menos posibilidades de accidentalmente descubrir su secreto con tal contacto mínimo. -Ah, estás levantada.Eshe miró a su alrededor con ese comentario y vio a Armand entrar en la cocina. Parecía aún más agotada de lo que se sentía. Aunque, para ser honesta, la tostada y sólo el olor del café le habían animado un poco. Ahora lo veía caminar hacia la mesa donde estaba sentada e inhaló el olor de él cuando se acercó. Olía a tierra, a especias y a hombre. Él era una combinación embriagadora, y Eshe tragó y se obligó a apartar los ojos de él cuando trató de viajar por su cuerpo para examinarlo en el ajustado jeans y la camiseta que llevaba. -Oh, Armand.- Le sonrió la señora Ramsey alegremente y luego hizo una mueca triste antes de decir: -Sí, está despierta. Me temo que la desperté con mi aspiradora.Sabiendo que realmente no lo sentía en absoluto, pero estaba muy contenta de haber tenido la oportunidad de hablar con ella y reunir más chismes, Eshe rápidamente se metió un pedazo de pan a la boca para evitar resoplar. El choque en el rostro de Armand cuando ella cumplió su deseo aun cuando no debía, sin embargo. Rápidamente masticó, tragó y explicó, -su encantadora ama de llaves insistió en preparar el desayuno para mí, aunque sea al final del día.-Y he hecho suficiente tocino para ustedes dos en caso de que regresara, por lo tanto siéntese y voy a preparar un par de huevos más,- ordenó la señora Ramsey, que sonaba más bien como una madre mandona o una abuela. Armand lo tomó con calma y simplemente arqueó los labios con diversión mientras tomaba un asiento frente a Eshe. Su mirada, sin embargo, se deslizó de su tostada a la que ya había comido la mitad y de nuevo a ella con especulación. -Aquí está el café para usted, señor Armand.- La señora Ramsey colocó una taza delante de él y luego miró a taza intacta de Eshe y chasqueó la lengua con autorepugnancia. -Supongo que tomas café con crema y azúcar y yo siquiera pensaba ofrecerte cualquier de los dos.Sacudiendo la cabeza, se fue a recoger los artículos y luego volvió a echar primero un poco de leche en las dos tazas y luego dejó caer un par de cubos de azúcar en


cada taza antes de entregar una cuchara a cada uno de ellos y corrió de nuevo a la estufa. Eshe miró a Armand, se encogió de hombros, y revolvió el café mientras se suponía que estaba destinado a hacer. Armand de inmediato comenzó a revolver el suyo. Ambos a continuación, colocaron las cucharas sobre la mesa y dudaron, mirándose el uno al otro. Eshe no sabía lo que estaba pensando, pero ella se preguntaba si realmente estaba loco para beber eso. O ella, para el caso. Mientras que había sentido curiosidad por la bebida, y admitió que tenía curiosidad sobre el café, ella no comía o bebía. Lo que sonaba absurdo, incluso en su propia cabeza, reconoció Eshe con un suspiro. Podría haber sido capaz de decir que nunca comió o bebió antes de que ella hubiera llegado a la cocina esta mañana, pero ahora que había comido un pedazo de pan tostado con mantequilla y mermelada, disfrutó bastante la experiencia. Parecía obvio que era más para ella, por no ser capaz de leer a Armand, que era muy difícil de hacer. Había comido y disfrutado de la tostada, estaba ansiosa por probar el tocino que olía tan delicioso, e incluso estaba la curiosidad de probar el café. El problema era que no estaba segura de que sería una buena cosa que Armand supiera. En este momento ella podría ser capaz de salirse con la suya diciendo que había comido la tostada sólo para complacer a la señora Ramsey, pero... Se asomó a Armand en silencio. En su experiencia, la mejor forma de atrapar los pícaros era acercarse sigilosamente a ellos, o agitarlos. Infiltrándose en ellos, por supuesto, era el camino más fácil, pero cuando eso no era posible, agitándolos los podría poner a su paso y los hace vulnerables a los ataques. Tal vez agitar a Armand funcione para ella en este caso, pensó, le haría saber que ella estaba mostrando todos los signos de un inmortal que conoció a su compañero de vida. Sin duda debía hacer eso. Esto sacudía el infierno fuera de ella, después de todo, lo pensó Eshe sombríamente, y lo miró en silencio mientras tomaba el café y lo llevó a sus labios. Los ojos de Armand se ensancharon, sus cejas se elevaron hacia arriba en su frente, y su mano estaba apretada alrededor de la taza que él sostuvo cuando él miró su bebida. -Mmm,- murmuró Eshe en voz tan baja que la señora Ramsey no podía oír, pero Armand sí con su audición inmortal. -Ya sé que dicen que la cafeína no es buena


para nosotros, pero es que sabe tan delicioso como en el tiempo que compartía todo con mi primer compañero de vida, Orion.Armand tragó una bocanada de aire, su rostro se puso rápidamente pálido, y luego se echó hacia atrás con un sobresalto, cuando la señora Ramsey puso los platos entre ellos. -Aquí tienes. Ustedes coman eso y yo voy a limpiar el desastre que he hecho aquí.Eshe murmuró un agradecimiento, sin dejar de mirar a Armand, y luego recogió su tenedor y empezó a comer con él mirándola. Fue un extraño momento erótico. Sus ojos estaban fijos en sus labios, mirándola deslizar la comida en la boca, a su lengua que se escapaba para lamerse los labios mientras masticaba, y a su propia garganta que trabajaba cuando ella tragaba. -¿No tienes hambre?- preguntó con voz ronca después del tercer bocado cuando simplemente seguía su mirada. Recogió la mitad de una tira crujiente de tocino con los dedos, y lo depositó en el frente de sus labios tentadores. -Trata. Es posible que te guste.Armand le tomó la mano en la suya, la sostuvo brevemente, y luego abrió la boca y tiró de ella suavemente hacia adelante para deslizar el tocino en su boca. Sus labios rozaron las yemas de los dedos, cuando ellos se cerraron, en una acción deliberada, estaba segura. Cuando ella trató de retirar su mano, Armand no se lo permitió. Él la mantuvo en el lugar, simplemente sosteniéndola ante su rostro mientras masticaba y tragaba el tocino que le había ofrecido. A continuación, tiró de su mano hacia delante otra vez. Eshe se puso rígida, sin saber si iría a morder los dedos o a besarlos, pero él no hizo ninguno. En cambio, su lengua se deslizó hacia fuera y raspó sobre la almohadilla de su dedo pulgar e índice, lamiendo lejos la grasa dejada por el tocino y le envío un estremecimiento de placer inesperado por la espalda. -Delicioso,- concordó Armand con voz ronca. -Bueno,- dijo la señora Ramsey alegremente. Eshe recuperó rápidamente su mano y miró con aire de culpabilidad hacia el ama de llaves que volvió a sonreír con alegría hacía los dos.


-Coman todo antes de que se enfríe,- ordenó, obviamente, en su elemento que era la cocina. Eshe forzó sus ojos hacia el plato y cogió el tenedor otra vez para seguir comiendo, pero no podía dejar de escabullirse para mirar a Armand y ver comer como ella. Estaba comiendo ahora también, y con un gusto que decía que estaba realmente disfrutando de la comida que consumía. Sus ojos también brillaban de plata azul y él la estaba mirando ávidamente mientras lo hacía. Fue suficiente para hacer que sus dedos del pie se rizaran con anticipación. El hombre era sin duda su compañero de vida y tenía hambre de algo más que comida. Por lo que era. Eshe ya conocía los placeres que se encontraban en el vínculo sagrado entre los compañeros de la vida. Su vida con Orión había sido un momento feliz, y a menudo recuperaba los recuerdos y los revivía, deseando poder experimentar la felicidad tal vez. Lo que hacía difícil mentirse a sí misma, y ella sabía muy bien que estaba condenada haciendo exactamente esto; cuando ella misma dijo que revelaría a Armand que él era su compañero de vida era solo para agitarlo. Ella quería más que eso. Quería disfrutar de algunos de los beneficios de los compañeros de vida mientras pudiera. Que estupidez, Eshe sabía. No iba a dejar de hacer su trabajo aquí, pero estaría distraída y lenta al suelo y sólo lo haría más difícil si las cosas no salieran felices al final. Si Armand era un asesino detrás de la muerte de cuatro mujeres inmortales y de mortales Nicholas lo había acusado de matar, entonces tendría que entregarlo a Lucian. Sería difícil, pero su sentido de la justicia no permitiría nada menos. Sin embargo, cualquier relación que se desarrollara entre ellos, mientras tanto, iba a hacer más difícil el hacerlo, y sería doloroso como el infierno después. Por desgracia, era difícil preocuparse demasiado acerca de eso cuando su cuerpo estaba zumbido y dolorido por lo que Armand le podía dar. Y él le podía dar un infierno de un lote. Él podría volver a despertar los apetitos y las pasiones que caían en desuso para los inmortales cuando se quedaban sin un compañero. De hecho, ya los tenía, reconoció. Desde el momento en que había entrado en esa cafetería ayer por la noche, sus sentidos habían querido centrarse únicamente en Armand. Lo había encontrado atractivo e interesante, y debería haber sabido de inmediato que había algo diferente, pero había estado centrada en la tarea por delante y relegado al fondo de su mente la respuesta a su olor y el calor del cuerpo


cuando él se sentó junto a ella. Ya no estaba en el fondo de su mente. El gato estaba fuera de la caja, y ambos sabían lo que podían ser el uno al otro si decidían aceptarlo, y lo que podrían experimentar con los demás... y al parecer los dos lo querían. Ciertamente lo querían. Eshe era, básicamente, nada mejor que una perra en celo en ese momento, y a juzgar por la forma en que los ojos de Armand estaban empezando a quemar más plata que el azul, se sentía de la misma manera. Maldita sea, pensó Eshe en un suspiro. Se había olvidado de lo potente que podría ser. Sí ella hubiese recordado, le habría dicho a Lucian que encontrara a alguien más para esta tarea la última noche antes de que sus sentidos se revolvieran totalmente a la vida nuevamente. Demasiado tarde para esto ahora, sin embargo, reconoció. Ellos estaban despiertos y rugiendo por satisfacción, y nada iba hacerla rendirse independiente del tiempo que ella podría tener para satisfacer... terminando mal o no. -Bueno, ambos a limpiar sus platos.- La voz alegre de la señora Ramsey sonó justo antes de que ella apareciera en la mesa de al lado de ellos. Eshe se obligó a apartar la mirada de Armand y dirigirla hacia la mujer. Incluso esbozó una sonrisa, aunque hubo un ligero gruñido en su voz cuando dijo: Sí. Gracias. Estaba bueno.-Bien. Me alegro,- dijo la señora Ramsey, en tono satisfecho mientras recogía los platos vacíos. -Y es bueno, para variar, verte comer, Armand.-Sí,- murmuró, y se puso de pie bruscamente, casi derribando su silla en su prisa. Eshe y yo vamos a tener unas palabras en mi oficina, señora Ramsey.Fue todo lo que dijo, y todo lo que necesitaba. Eshe se puso en pie a la vez y alzó la cabeza, se movió tan rápido como pudo sin correr. Entró en la oficina, escuchó cerrarse la puerta detrás de ellos, y se volvió a la vez. Armand estaba allí para reunirse y ella casi se chocó contra su pecho antes de parar. En el momento siguiente la hizo golpearse con él mientras la tomaba en sus brazos y reclamaba su boca. No hubo “Hola, ¿cómo estás?” En el momento en que su boca cubrió la de ella, la suya estaba abierta y su lengua haciendo una buena impresión de tratar de hacer cosquillas a las amígdalas. Eshe no protestó ni se echó


para atrás. Ella lo quería. Se sentía tan condenadamente bien estar viva de nuevo, tener sus sentidos para sentir y responder de nuevo. Eshe se dio tan bien como ella pudo, con las manos alzadas como garras para llegar hasta su pelo, su cuerpo presionado al suyo aún cuando él la empujaba en su contra. Estaba tan consumida por la explosión de sensaciones dentro de ella, el único modo que ella sabía que él la había llevado a través de la habitación era, por la sensación de la mesa de repente presionando a su espalda. Eshe se sentó sobre ella inmediatamente y envolvió sus piernas alrededor de él también, abrazándole con todo su cuerpo y tirando de sus caderas hacia delante hasta que él la moliera contra ella. El hombre tenía un arma en sus pantalones. Él era tan duro como el acero, tan fuerte cuanto ella estaba caliente y húmeda, y entonces supo que la primera vez iba a ser rápido, furioso y alucinante. Iba a ser una batalla hacia al placer que ambos sabían que podían encontrar más que en una acumulación lenta del mismo. A Eshe no le importó. Se podría tratar de hacerlo más lento en la próxima vez. En ese momento lo único que quería era que su cuerpo entrara golpeando lo más rápido y más fuerte que podía. Llegó entre ellos para comenzar a soltar el cinturón y los pantalones vaqueros para lograr eso. En el momento en que ella se puso en la tarea, Armand rompió su beso para empezar a lamer y mordisquear un rastro abajo por su cuello. Cuando se encontró con el enorme cuello de la camiseta, se detuvo y se agachó para agarrar el borde de la misma y tirar hacia arriba. Fue entonces cuando se congeló. Eshe miró hacia abajo para ver lo que había descubierto, y vio que sus pantalones de cuero estaban deshechos aún de cuando ella se precipitó escaleras abajo tras la señora Ramsey. El conocimiento pareció traspasar a Armand brevemente, y luego él barrió al teléfono, los papeles y otros artículos que cubrían el escritorio para el piso y la impulsó arriba del mismo para poder coger la cintura de los pantalones y empezar a tirar hacia abajo. Afortunadamente, él apenas había comenzado cuando un suave golpe vino la puerta. -¿Sr. Argeneau? ¿Está todo bien?Ambos se congelaran con la gentil consulta de la señora Ramsey desde el pasillo y luego se volvieran para mirar a la puerta abierta. Los dos estaban jadeando, y Eshe sospechó sorprendidos a partes iguales por la constatación de que habían sido


atrapados en el momento en que no habían considerado las posibles consecuencias de satisfacer sus necesidades allí mismo con la mujer en la casa. En primer lugar, no habría sido un acoplamiento tranquilo. El ruido de los artículos del escritorio al caer al suelo habría sido sólo el comienzo de la misma. Eshe sospechaba de que si no los hubieran interrumpido ella ya estaría aullando como un lobo, e instando a Armand. En segundo lugar, cuando los inmortales llegan al orgasmo, en general las dos partes se desmayaban, abrumados por el placer que los golpeaba. Eso habría sido una posición muy vulnerable para ser encontrados, y dulce como parecía ser, la señora Ramsey era entrometida lo suficiente como para que Eshe no dudara que la mujer espiara para ver qué era lo que estaban haciendo. Ciertamente habría conseguido una buena imagen para ver. -¿Sr Argeneau?- llamó la señora Ramsey de nuevo. -Sí, Enid. Todo está bien,- contestó Armand esta vez, alejándose de Eshe y dejando que su camiseta cayera nuevamente en su lugar mientras se movía a acomodar el cinturón y los pantalones vaqueros que ella acababa de aflojar. -Yo sólo golpeé el teléfono del escritorio.-Oh. Bueno. Yo solamente venía para decirle que cuando usted me preguntó acerca de un buen lugar para comprar ropa para damas esta mañana cuando llegué aquí, me olvidé de mencionar la Bahía. Tiene algunas cosas muy buenas y está en White Oaks Mall en Londres, que tiene un montón de tiendas de ropa en ello. Este podría ser el mejor lugar para que usted lleve a Eshe. O hay en el centro comercial Masonville en el otro extremo de la ciudad. Tiene algunas tiendas bonitas, sí.Eshe levantó una ceja a Armand, pero estaba concentrado en la tarea de apretar su cinturón y no percibió la silenciosa pregunta. Él simplemente dijo: -Gracias, señora Ramsey. Vamos a ir realmente hacia allí, ahora.-Oh, eso es bueno. Usted debe llevar a Eshe a cenar mientras está en la ciudad. Moxie es bueno,- añadió alegremente, y luego dijo: -probablemente no estaré cuando vuelva y voy decir adiós ahora, pero estaré de regreso el viernes.-Sí. Nos vemos viernes, entonces. Y gracias por los consejos de compras,- añadió Armand, terminando con su cinturón y llegando a ofrecer una mano a Eshe para bajar de la mesa.


Eshe miró a sus ojos, esbozó una sonrisa irónica, pero negó con la cabeza y se bajó del escritorio sin tocarlo. Tenía miedo de que incluso ese toque inocente rompiera el control que estaba lentamente recuperando sobre su cuerpo. Parecía que iban de compras. Es probablemente una decisión inteligente, pensó con un suspiro, aunque inteligente, no siempre era satisfactorio. Aún así, le daría la oportunidad de reconsiderar este camino que había elegido y tal vez darle la oportunidad de ponerlos en uno nuevo si pudiera. Eshe estaba empezando a pensar que dejar que Armand supiera que ella no podía leerlo y que su apetito despertó podría haber sido una mala idea. Lucian le había advertido de mirar a su espalda la noche anterior antes de salir... que era difícil de hacer cuando se está acostada sobre él.


Capítulo 4

-Entonces, ¿qué vamos hacer?Armand miró hacia Eshe en el puesto de pasajeros en su camioneta, durante un momento pensando en que ella quiso decir sobre el hecho de que ellos parecían ser compañeros de vida. Por supuesto que era sólo porque esto era el elefante que había estado sentado en su mente desde que salieron de casa y se dirigían hacia la ciudad y a los centros comerciales que los esperaban allí. Eshe era su compañera de vida. Después de todos estos siglos, él había sido bastante afortunado de encontrar una segunda. Esto era un infierno de una sorpresa. El problema era que él no estaba seguro si esto fuera lo más agradable aún. Siendo ese el caso, él estaba tratando de decidir cómo responder a su pregunta cuando ella añadió, -Tengo entendido que vamos comprar ropas para mí, pero ¿por qué?-Oh.- Armand obligó a que sus ojos miraren de nuevo a la carretera y su mente a la pregunta. Le tomó un minuto hacerlo, sin embargo, y con el ceño fruncido sobre este hecho cuando respondió: -Lucian dijo que necesitabas ropa para tu estancia aquí. Dijo que te llevara de compras y me dio la tarjeta de la empresa para eso.Eshe hizo un sonido de disgusto y luego suspiró con tristeza-. -Supongo que mi ropa de cuero no exactamente se mezcla aquí.-No,- concordó Armand, sus ojos apartándose del camino a sus piernas vestidas de cuero. Ella realmente tenía piernas esculturales, pensó, y luego reconoció que todo en ella era escultural. La breve visión que había tenido de la parte superior de su cuerpo antes de ser distraído por la vista de sus pantalones rotos había sido más bien reveladora. Eshe no tenía pechos muy grandes, apenas más que un puñado cada uno, pero eran redondos y perfectos para todo eso. Además, ¿quién necesita más que un puñado? -Bueno, voy conseguir unos vaqueros y camisetas,- dijo Eshe de repente con una voz que era casi rebelde. -Pero yo no voy a comprar ningún vestido florido ni nada como lo que la señora Ramsey llevaba hoy.-No necesitas vestidos,- dijo Armand divertido. –Los vaqueros están perfectos.-


Eshe dio un pequeño, apaciguado, -hrrumph,- y luego se quedó callada otra vez, dejando Armand con sus pensamientos. Estaba sumido en un debate silencioso en cuanto si él debía llamar a Lucian y que él la llevara a otro lugar cuando de repente ella dijo, -Yo no soy tu primera compañera vida.El comentario lo dejó brevemente desconcertado y se tomó un momento para ordenar sus pensamientos antes de reconocer, -No. Yo tuve una compañera de vida antes.-Igual que yo,- dijo en voz baja, y luego agregó, -tuve la suerte de conocer a mi primer compañero de vida, mientras era muy joven, sólo tenía treinta años. Pasé ocho encantadores siglos con él antes de que lo perdiera.-¿Cómo lo has perdido?- le preguntó con curiosidad. -Murió en batalla,- dijo Eshe en voz baja. -Él era un guerrero feroz, pero la suerte estaba con el otro lado de ese día y se llevaron su cabeza.-¿Tuvieron niños?- preguntó Armand después de una vacilación. -Sí. Ocho. Seis todavía viven,- dijo simplemente, y luego acrecentó, -Sé que tienes tres. Todos ellos no eran hijos de tu compañera de vida, ¿verdad?-No,- dijo en un suspiro. -Susanna, mi primera esposa y compañera de vida, ella y yo sólo tuvimos un hijo, Nicholas. Thomas nació de mi segunda esposa y mi hija, Jeanne Louise, de la tercera.-Entonces, tú segunda y tercera esposas no fueron compañeras de vida.A pesar de que se trataba de una afirmación más que una pregunta, Armand dijo, No, no lo eran.-Entonces, ¿por qué te casaste con las otras dos mujeres?- preguntó simplemente. No era una pregunta inusual, pero era complicado explicar. Haciendo una mueca, finalmente sólo dijo la verdad. -Yo estaba solo, y mi segunda esposa, Althea, se parecía mucho a mi compañera de vida fallecida, Susanna. Aún así, yo no tenía intención de casarme con ella, pero ella quedó embarazada, y las mujeres solteras estarían arruinadas por tales cosas en aquellos días.-


-Así que ella te engañó para casarse.- dijo Eshe secamente. Mujeres inmortales no quedan embarazadas por accidente, como podría suceder con las mujeres mortales. Los nanos en sus cuerpos fueron programados para mantenerlos en óptimas condiciones, y teniendo bebés utilizan una gran cantidad de nutrientes y sangre de modo que el nano al parecer, viera al bebé como un parásito que se elimina del cuerpo. Una mujer inmortal tiene que consumir sangre extra para quedar embarazada y luego continuar consumiendo para los próximos nueve meses para que el niño llegue a término. -Básicamente, sí, ella lo hizo,- admitió Armand en voz baja. -Pero no me importó mucho. Como ya he dicho, me sentía solo y la idea de otro niño me gustó.-¿Y la idea de otra mujer?- preguntó ella. Armand frunció el ceño ante la pregunta. Había algo en su voz que lo hizo mirarla, pero su expresión sostenía mera curiosidad y decidió que debía haberse tornado un poco paranoico a lo largo de los siglos, y respondió, -Althea era la hija de un amigo. Tenía un gran afecto por ella. Y me culpé a mí mismo por no darme cuenta de lo que ella estaba haciendo.-¿Qué quieres decir con lo que estaba haciendo?- Esta vez era definitivamente curiosidad en su voz. –“¿La idea de otra esposa?”- preguntó. -Althea se había enamorado de mí desde que tenía doce años. El hecho de que ella no podía leerme la convenció de que debía ser su compañero de vida. Sus padres explicaron que simplemente no podía leerme porque yo era mayor y que yo sí podía leerla, pero ella no quería oír eso y decidió que estaban equivocados. Yo era el hombre para ella.- Él hizo una mueca al recordarlo. -Era adorable cuando joven, pero luego mis diez años en la granja cerca de su padre terminó y contraté un administrador y me trasladé a otra de mis propiedades. No la vi mucho después de eso. Mientras que sus padres me visitaban con frecuencia, ellos la dejaban en casa, con miedo de animar a su amor platónico. Ella era un poco obsesiva con eso, incluso cuando era adolescente,- admitió con tristeza. -De todos modos, varios años más tarde una joven inmortal llegó a mi finca en busca de un trabajo como empleada doméstica. Ella dijo que su nombre era Alice, y se parecía un infierno de mucho a mi Susanna.-Era Althea, por supuesto,- adivinó Eshe secamente.


Armand asintió con la cabeza. -En realidad no se veía tanto como Susanna. Ellas tenían el mismo pelo rubio y rasgos no completamente diferentes, pero eso era todo. Sin embargo, ella había visto retratos de Susana y traía su cabello con el mismo estilo, entonces, vestida con un traje más moderno de una manera similar a la que Susanna traía puesto para su retrato. Era suficiente con que la primera vez que abriera la puerta pensara que ella se había levantado de la tumba y regresado.Hizo una mueca y luego admitió en voz baja, -supongo que yo quería creer que era ella. O quizás sólo fingir un poco.Armand suspiró con los viejos recuerdos. -Resultó que ella llegó en un momento de debilidad y yo me acosté con ella esa misma noche. Ella estaba más que dispuesta. Por supuesto, no era lo mismo que con mi Susanna, pero era agradable y llenó un poco el dolor en mi corazón... hasta que finalmente reuní suficiente sentido común para leer sus pensamientos y me di cuenta de quién era.-Querido Dios,- murmuró con disgusto a la memoria de su conmoción y el horror a la vez. Todavía no podía creer que él no la hubiera reconocido inmediatamente. Aunque habían pasado años hasta ese momento desde que la había visto, y que era apenas una niña entonces, él todavía sentía que debería haber reconocido a la seductora como la niña de gruesas rodillas que había conocido. Por desgracia, no lo había hecho. -Yo no sabía si pegar un tiro a mí o ella. Era la hija de mi mejor amigo, por amor de Dios. Y a los dieciocho años todavía es una niña en los términos inmortales. Por supuesto la llevé a su casa y a sus padres inmediatamente. Ella me pidió todo el camino que no les dijera lo que había hecho y cómo me había engañado. No estaba del todo impaciente para confesar que la había llevado a la cama, por lo que le permití convencerme.-Pero entonces apareció embarazada,- dedujo Eshe, y Armand asintió con la cabeza. -Sí. Eso fue un infierno de una noche inolvidable, te puedo decir. Yo no estaba contento cuando llegó a mi puerta otra vez, pero luego me quedé simplemente atónito, cuando soltó la noticia. Sin embargo, mi molestia pasó rápidamente a la idea de otro niño, así que le ofrecí matrimonio con el entendimiento de que ninguno de nosotros tratara de leer o controlar al otro, y cuando conociera a su compañero de vida real el matrimonio sería disuelto para permitir que él la reclamara. Lo mismo sería para mí, sí me encontrara con una segunda compañera de vida, aunque yo no lo esperaba,- admitió con ironía. -Por supuesto, luego tuvimos que ir a explicar todo a sus padres. Fue entonces cuando la noche


realmente fue memorable. Estuve a punto de perder la amistad de su padre esa noche, pero él sabía lo que Althea era cuando quería algo y, finalmente, dio la vuelta.-El niño fue Thomas,- dijo Eshe dijo en voz baja. Armand sonrió. -Sí. Él era un bebé adorable. Siempre sonriendo o risitas ahogadas con algo. Inteligente como un látigo y caminó muy temprano, también habló pronto y siempre tarareando melodías. Debí haberme dado cuenta entonces que se convertiría en un compositor cuando fuese adulto.- Suspiró con los viejos recuerdos de Thomas muy joven que bailaba en su cabeza. -Tuve que llevarlo a Marguerite para que lo cuidara cuando Althea murió, y aunque me da vergüenza admitirlo, yo lo echaba de menos mucho más que a su madre.-¿Por qué lo llevaste a Marguerite?- preguntó Eshe. -¿Por qué no lo educaste?-¿Cómo?- preguntó Armand secamente. -No es como si hubiera una empresa inmortal de niñeras por ahí con listas de las mujeres inmortales en busca de trabajo como nanas. Y no se puede dejar a un niño tan joven con una mujer mortal no iniciada. Él la hubiera mordido. No por crueldad o maldad, sólo porque tenía hambre y la niñera olía a comida. -Podrías haber iniciado a una niñera mortal,- señaló Eshe. -No puede surgir con algo como eso sobre ellos. Se necesita tiempo para desarrollar la confianza suficiente en un mortal que puede aceptar lo que somos. Mientras tanto, Thomas nunca podría haber quedado a solas con ella y yo simplemente no podía estar mirándolo con una niñera veinticuatro horas al día. Yo tenía una granja para administrar.- Él negó con la cabeza. -Yo no veía ninguna otra opción que dejarlo con Marguerite educándolo por mí cuando ella se ofreció.Eshe se quedó en silencio por un momento y luego preguntó, -¿Cómo murió Althea?Armand lanzó un suspiro, con la mirada en la carretera cuando dijo, -Un hotel se prendió.-¿Te escapaste?- preguntó, y su paranoia se levantó en él otra vez, haciéndolo mirarla con incertidumbre. Podría haber jurado que hubo un punto de inflexión en


su tono de voz al... Armand lo dejó ir cuando vio que su expresión era simple curiosidad, y le explicó. -Yo no estaba allí. Fue un tiempo muy ajetreado en la granja y yo estaba más fuera que adentro. William y Mary, los padres de Althea, habían venido de visita por un tiempo. Cuando se fueron, se llevaron Althea y Thomas de cuatro años con ellos para una corta estancia. Comprendí que iban a su finca, pero al parecer se desviaron a la ciudad por lo que se suponía era por unos cuantos días, pero la primera noche que estaban allí se produjo un incendio en el hotel. Althea debe haber quedado atrapada o no se despertó con los gritos y el ruido a tiempo. Ella murió en el fuego.-Y sin embargo, ¿Thomas salió?- preguntó Eshe con el ceño fruncido. -Estaba en la habitación de los abuelos. Althea se había cansado después de las excursiones del día y a Mary le gustaba echar a perder al niño, por lo que lo llevó a la habitación con ellos para que Althea pudiera dormir tranquila. Salieron con Thomas. Althea no.Eshe permaneció en silencio durante un minuto. Cuando volvió a hablar, podía oír el ceño en su voz y lo entendió por completo cuando ella murmuró, -Nicholas mencionó una vez que su madre murió en un fuego también. -Sí,- dijo sombríamente. -El fuego ha sido una plaga en mi vida.-¿Cómo ella…?- comenzó Eshe, pero él la interrumpió, alegre de poder hacerlo como le dijo, -En otra oportunidad. Ya llegamos.Eshe se volvió a mirar por la ventana cuando entraban al estacionamiento del centro comercial, y Armand parecía relajarse. Comprendió su curiosidad, pero no le gustaba hablar sobre el pasado. Si lo hacía, lo revivía un poco. Él, un hombre que normalmente odiaba ir de compras, se alegró por el descanso de hablar del pasado que esto le ofrecería. -Probablemente debería ir a la plaza de alimentación ahora,- anunció Eshe cuando agarró las bolsas que llevaban de la última tienda de ropa, o al menos la última de la que estaba dispuesta a intentar. Eshe no era mucho de compras. Le gustaba lo que le gustaba, lo veía rápido, lo compraba, y salía, y esto había sido una tienda especialmente rápida para ella, ya que todo lo que había comprado era un par de pantalones vaqueros y una media docena de camisetas. Ella también había


comprado un pantalón de vestir negro y una camiseta más elegante en caso de que fuera a algún lugar más elegante que el restaurante de Moxie, como la señora Ramsey, había mencionado, pero esto había tomado sólo un par de minutos. -¿Plaza de alimentación?- dijo Armand con sorpresa, y luego preguntó. -¿Tienes hambre?-Solo un poco,- reconoció, sorprendida al ver que esto era cierto. Sólo debe haber trascurrido un par de horas desde que habían comido. El paseo en total no había llevado más de veinte minutos, y sus compras probablemente una hora, pero ellos también habían caminado por todo el centro comercial mirando las vitrinas afuera de las tiendas antes de iniciar realmente las compras de ropas. Había sido un ejercicio muy interesante. Eshe había estado bastante sorprendida de encontrar que muchas de las cosas que Armand había hallado interesante o atractivas en las tiendas de decoración y mueblería eran los artículos que a ella le había gustado también. Había pensado que tendrían muy poco en común, con eso de ser un chico del campo, mientras que ella era una chica de la ciudad. Se había equivocado, sin embargo. Ellos tenían un gusto similar. Colocando el pensamiento a un lado, agregó, -pero yo quería decir que debería ir allí a esperar mientras termino de la compra... en La Senza . -¿La Senza?- Armand frunció el ceño. -Recuerdo el nombre. ¿Cuál tienda es esa?-Piensa en el osito de peluche con encaje negro y rojo,- dijo con regocijo, recordando la forma en que había mirado el artículo sobre el maniquí en la vitrina, cuando pasaron por la tienda antes. -¡Oh! Tú necesitas...- Sus ojos cayeron hacía sus pechos y luego por debajo de su cintura y atrás, y el hombre se sonrojó un poco. O tal vez fue sólo un rubor de deseo. Seguramente, sus ojos comenzarán a brillar otra vez. -No me importa si me quieres acompañar allí, pero pensé que podrías sentirte más cómodo esperándome en la plaza de comidas,- admitió con una sonrisa, y no quedó terriblemente sorprendida cuando él parecía tomar esto como un reto y enderezó los hombros. -Voy contigo,- dijo con firmeza, y luego frunció el ceño y añadió, -probablemente no debería abandonarte sola por un día o dos hasta que estemos seguros de que no fuiste seguida hasta aquí desde Toronto de todos modos.-


La sonrisa de Eshe se convirtió en una risa hecha y derecha que ella sabía, sin duda, que era mala. -Bueno. Entonces puedes decirme en lo que me quieres ver. Yo solo iba comprar bragas y sujetadores; suelo dormir desnuda,- añadió con voz ronca, mirando a sus ojos y complacida por la explosión de llamas de plata en sus profundidades y agregó, -pero no me importa usar unos baby dolls sexys si te gusta verme en ellos... y quitármelos.Armand tragó grueso, pero su voz seguía siendo ronca cuando dijo: -Muéstrame el camino.Riendo, Eshe se apartó y lo llevó a lo largo de la extraña disposición de las salas hasta que vio el signo de La Senza por delante. -Por lo general me visto de negro,- murmuró Eshe, examinando detenidamente la selección. No siempre lo cargaba, pero ese era el color que le había favorecido desde la muerte de Orión. Ella eligió uno de encaje negro y lo alzó del estante para examinarlo con mayor facilidad. Sus cejas se elevaron cuando vio que en realidad era un catsuit de encaje negro transparente con manchas de encaje negro bordado estratégicamente en la ingle y en cada pecho que apenas ocultaban las partes importantes. -Me gusta eso,- gruñó Armand, y luego seleccionó otro del estante y lo sostuvo. Este era un vestido corto de satén de color blanco puro con tirantes delgados, y su correspondiente muy diminuta ropa interior de satén blanco nieve. Lo sostuvo delante de ella y asintió con la cabeza. -Y éste.Eshe levantó una ceja, pero aceptó el baby doll. Ella realmente llevaba sobre todo el negro normalmente, pero supuso que el blanco sería un buen contraste con su color. Echó un vistazo a Armand, levantó una ceja y preguntó maliciosamente, ¿Me los pruebo para ti en el vestidor antes de que los compremos?Armand levantó una ceja. -No, a menos que no te importe ser encontrada desnuda, inconsciente en un charco, en el piso del vestidor conmigo.Eshe rió con voz ronca por la amenaza y simplemente puso los artículos sobre su brazo mientras ella se movía para seleccionar bragas y sostenes. Pero sus palabras habían planteado imágenes en su mente que parecían no salir de su cabeza, y mientras sus manos automáticamente seleccionaban varios pares de ropa interior, su mente estaba jugando una película corta de ella experimentando la camisola


blanca, saliendo para mostrarle, y en seguida su espalda pegada en la pared del vestidor, él sosteniéndola y... -¿Hay algo en que pueda ayudar?Eshe parpadeó aquellos pensamientos traviesos de su mente y se volvió para encontrar una rubia delgada a su lado, con una amplia sonrisa de Armand a ella y regresando a Armand. -Puede comenzar a cobrar y empaquetar estos mientras tomo un par de sujetadores,- dijo con facilidad, ni sorprendida ni disgustada por los pensamientos que atravesaban la mente de la joven mientras miraba otra vez a Armand y le ofrecía una sonrisa acogedora. Era un hombre bien parecido. Eshe no podía culpar a la chica por tener buen gusto. Además, la pobre chica no tenía ninguna posibilidad con él ahora que él la había conocido, así que sonrió amablemente a la empleada cuando la chica tomó los artículos que ya había elegido. -No eres del tipo celosa, al que veo,- murmuró Armand mientras la dependiente llevaba la ropa la caja. -Leíste su mente también, ¿verdad?- preguntó Eshe con diversión, llevándolo a la sección de sostenes. -Hmm.- Él hizo una mueca y realmente se sonrojó un poco cuando dijo, -sus pensamientos eran desconcertantemente no aptos para menores de 18 años.-No tan NO aptos como los míos,- le aseguró con una sonrisa y luego se echó a reír cuando la plata ardió en sus ojos de nuevo. -Vas a tener que decírmelos en cuanto regresemos a la casa,- gruñó, apretando sus manos en sus costados como si quisiera tocarla directamente, pero no se atrevía a hacerlo. -Tal vez,- dijo encogiendo los hombros, mientras elegía dos sostenes de su talla. -O tal vez yo te enseñé.Con eso, Eshe dio la vuelta y se dirigió hacia el mostrador, dejando que él siguiera riendo cuando lo oyó gruñir en voz baja. Ella podría ser una perra en celo, pero Armand no era mejor, y había una cierta emoción de poder con el conocimiento de que él la quería tanto como ella lo quería. Eso le hizo decidir que retrasar lo inevitable podría ser divertido... una especie de juego previo. Que no haría daño,


decidió Eshe, sobre todo porque dudaba de que fuese a tener mucho más verdaderos juegos preliminares, una vez que estuvieran solos. Por lo menos no la primera vez, y probablemente no en la segunda o en tercera tampoco. -¿Quieres tomar una copa antes de irnos?- le preguntó Armand mientras salían de la tienda de lencería. -En más de un sentido,- admitió Eshe con una mueca. -Por acaso no tienes sangre en el refrigerador que vi en la parte trasera de la camioneta, ¿verdad?-Da la casualidad de que sí,- le aseguró en voz baja, y levantó una ceja. -¿Ya necesitas alimentarte de nuevo? -“¿Ya?”- preguntó, arqueando una ceja. -No he tenido ninguna bolsa desde que Lucian y yo llegamos a la casa anoche. La sangre no estaba en la nevera cuando bajé esta tarde,- señaló cuando él miró asustado ante la noticia de que ella no se había alimentado desde la noche anterior. -Oh, sí,- dijo con convicción. -La moví antes de que la señora Ramsey llegara esta mañana para que no las viera e hiciera preguntas. Está en un refrigerador especial que construí en mi walk-in closet. Te mostraré cómo abrirlo cuando volvamos.Eshe asintió con la cabeza. -Pensé que íbamos directamente a la camioneta,- dijo Armand, y en realidad parecía un poco decepcionado. Eshe negó con la cabeza. -Puedo esperar otra media hora más o menos sin atacar a nadie, y yo quería probar una de esas bebidas de frutas que vi cuando pasamos por la plaza de comidas antes. A mí me gustó la fruta y olía bien.-Yo también lo creí,- admitió, sonriendo. Se abrieron paso rápidamente a la plaza de comidas para comprar y probar a las bebidas cremosas de fruta. La boca de Eshe no soltó la bebida apenas ella puso las manos en el vaso. -¿No quieres sentarte aquí y beber o vamos hacerlo en el camino de regreso a la casa?- preguntó Armand mientras se alejaba del mostrador.


Eshe arqueó una ceja con la consulta. -¿Tienes la intención de dirigirte directamente a la casa?-Bueno, la señora Ramsey se ha ido por ahora y…- Se interrumpió bruscamente, y Eshe rió en silencio de su expresión. -¿Y pensaste que podrías comprar un trago a una chica y luego tener suerte?- Ella sugirió con diversión. -¿Sin siquiera alimentarme?-Bueno, yo…- Armand parecía realmente perplejo, pero ella no lo dejó descolgado. En cambio, negó con la cabeza. -No, no, amigo mío, esta chica no es tan fácil. Me vas a comprar la cena en Moxie como la señora Ramsey mencionó y luego, tal vez voy a dejarte llevarme a casa para que yo pueda entonces tener mi mal camino contigo.-Tu mal camino conmigo, ¿eh?- preguntó, molesto por tener que ceder al entretenimiento. -¿Qué pasa si no quiero permitirte tener tu mal camino?Eshe arqueó una ceja y se acercó y pasó un dedo perezosamente por el pecho hasta abajo a la parte superior de sus pantalones. Su dedo se detuvo allí, pero sus ojos siguieron bajando haciendo una pausa en el bulto cada vez mayor y halando su cremallera. -Ah, lo quieres- dijo con regocijo. -Y lo conseguirás. Pero tendrás que trabajar por eso... por lo menos un poco.-¡Maldición!- respiró Armand. Eshe se rió entre dientes y evadió su mano, cuando él de repente la alcanzó. Bailando por delante de él, ella encontró una mesa vacía, dejó su copa y vertió todas sus bolsas, excepto una, y luego se volvió hacia él para inspeccionarlo cuando él la seguía de una manera mucho más perezosa. El hombre se movía como un tigre acechando a una gacela. Sus movimientos eran lentos y ociosos, pero sus ojos estaban ardiendo a través de su piel con el deseo como si pacientemente esperando la oportunidad para atacar. -Tomé una bolsa,- sugirió, señalando a la mesa. -Tengo que ir al baño de mujeres. Regresaré en un minuto.Eshe no esperó su respuesta, pero dio vueltas con la bolsa que había elegido y se alejó a lo largo del borde de las mesas de la plaza de alimentación.


Capítulo 5

Armand miró Eshe ir con el ceño fruncido, sin saber si él debía seguirla y hacer guardia afuera del baño de las damas o no. Este era un centro comercial con un montón de gente alrededor, pero esto no pararía a Leonius Livio si él estuviera alrededor. Y aparte de haber prometido a Lucian mantenerla a salvo mientras estuviera aquí, Armand mismo no quiso arriesgarse a que cualquier cosa le sucediera a ella tampoco. Ya había perdido una compañera de vida y dos esposas y no estaba dispuesto a aumentar el número. Estaba a punto de recoger sus bebidas y las bolsas que había dejado atrás, y seguir a Eshe cuando de repente dobló en un pasillo y desapareció de la vista. Observando el cartel que colgaba en la entrada del pasillo con las figuras internacionales femenina y masculina que denotan a los baños, Armand decidió que podía mirar desde allí y se sentó a terminar su bebida. Estaba realmente muy buena, fría y sabrosa, alcanzando el lugar después de la compra. Armand normalmente no le gustaba ir de compras, pero había disfrutado de su tiempo con Eshe hoy. Ella era una mujer inteligente y traviesa como el infierno. La combinación perfecta y difícil de resistir, reconoció. Ese pensamiento le hizo suspirar y recostarse en su asiento. Ella era difícil de resistir, pero que no era insólito en una compañera de vida. Fue mala suerte para él, sin embargo, e hizo difícil incluso considerar regresarla a Lucian con el fin de enviarla a otra parte. Eso sería lo más inteligente que hacer, reconoció a sí mismo. Las mujeres que se involucraron con él tendían a terminar muertas. Armand había pensado que era trágicamente mala suerte cuando su primera esposa y su compañera de vida Susanna había muerto. El golpe había sido aplastante y le había tomado un tiempo para recuperarse de la pérdida, pero él ni siquiera había considerado que podría ser otra cosa que un terrible accidente trágico. Había sentido lo mismo cuando Althea había muerto, no el dolor, mientras que había llorado su muerte, no había sido tan malo como perder a Susanna. Pero había pensado que su muerte era un caso de terrible mala suerte. Sin embargo, cuando su tercera esposa, Rosamund, había muerto, el pensamiento de Armand había cambiado. No al principio. En un primer momento había estado demasiado enojado para pensar con claridad y había maldecido a Dios y el destino por tomar otra mujer que se preocupaba de


él. Durante un tiempo había estado amargado y enojado, preguntándose por qué estaba tan maldito, o lo que había hecho para merecerlo. Era tan poco probable que un hombre perdiera tres esposas como lo había hecho... sobre todo cuando se trataba de mujeres inmortales. Los inmortales no son tan frágiles como los mortales. Son increíblemente difíciles de matar, y ese hecho fue lo que finalmente lo llenó de ira y depresión. Armand había empezado a examinar las muertes de sus esposas entonces, en silencio y tan discretamente posible, pero habían pasado siglos desde la muerte de Susanna, y otro siglo había venido e ido entre Althea y Rosamund, y por lo que podía decir las tres muertes parecieron en la superficie ser simplemente mala suerte. Sin embargo, una parte de él tenía problemas para aceptar eso y sospechaba que había algo más en juego, alguien que estaba causando esta mala suerte. El problema es que hasta donde él sabía no había nadie que había estado presente durante las tres muertes que podría ser el responsable. No tenía a nadie para señalar con el dedo. A pesar de ello, Armand había hecho lo posible para proteger a las personas que aún quedaban en su vida y que le importaba. Básicamente, se había retirado de la vida y la sociedad en su conjunto, permaneciendo en sus fincas y rechazando a ver y demostrar que se preocupaba por sus hijos o cualquier otra persona en la familia por temor a que de repente podría convertirse en un objetivo. Aunque no podía evitar que Lucian viniera a verlo, y se había visitado con Nicholas en un principio, sus visitas con su hijo siempre habían sido pequeños períodos furtivos cuando se colaba lejos de la granja a reunirse con él y obtener información actualizada sobre Thomas, Jeanne Louise y el resto de la familia. Cuando Nicholas se había ido corriendo hace cincuenta años, Thomas había tomado su lugar, reuniéndose con él en los restaurantes de las ciudades para pasarle las últimas fotos de Jeanne Louise y él y decirle a Armand cómo iban las cosas. Armand sabía que Thomas no entendía por qué él estaba haciendo eso. Él también sabía que su hijo pensaba que era un bastardo insensible y medio loco por no ver a Jeanne Louise, pero no podía explicarle. ¡Qué tonto habría sonado! si hubiera dicho que él sólo tenía ese sentimiento de que los accidentes de sus esposas, no habían sido accidentes en absoluto, y que tenía miedo de la presencia de una compañera de vida o esposa, que alguien que le importara podría de repente empezar a sufrir


accidentes. Si hubiera dicho esto a Nicholas o Thomas, sospechaba que uno o ambos de ellos pasarían por alto sus deseos y aparecerían con Jeanne Louise como una sorpresa en una de sus visitas. Para ser honesto, a Armand le hubiera gustado eso. Su corazón estaba herido por el hecho de que él nunca había hablado con su hija, ya que las mujeres que le importaba en su vida parecían morir, estaría condenado si tomara siquiera un indicio de riesgo con la vida de la chica. Ahora tenía a Eshe con quién preocuparse. Le gustaría pensar que estaba lo suficientemente segura, que él era el único que aún sabía que ella estaba en la casa, pero estaría mintiendo a sí mismo. Armand no tenía ninguna duda de que la señora Ramsey había estado probablemente en el teléfono durante toda la mañana diciendo a todos que ella sabía que él tenía la compañía femenina en la granja, y que eso hubiera sido antes de ver a Eshe. Era igualmente positivo que antes de que hubieran dado la vuelta en el camino de la entrada a la calle cuando dejaran la casa, que la señora Ramsey ya había vuelto a ese mismo teléfono para describir a Eshe en detalle a todos sus compinches y repetir cada palabra suya. Por ahora, la presencia Eshe sería conocida por todos en la pequeña ciudad y la noticia todavía estaría viajando a la vida en chismes. Sólo esperaba que no se hubiera extendido lo suficiente como para ponerla en peligro. La pregunta era si estaba dispuesto a correr ese riesgo. Sus tres esposas habían muerto después de casarse con él y de dar a luz a un hijo, lo que podría significar que estaba bastante segura por ahora, siempre y cuando no se casara con ella y la dejara embarazada. Pero él no estaba dispuesto a correr el riesgo que el patrón siguiera cuando vino su hija, Jeanne Louise, y en última instancia decidió que no estaba dispuesto a correr ese riesgo con Eshe tampoco. Ella le gustó... mucho, y él la quería con la pasión que solo los compañeros de vida podían disfrutar. Sospechaba que cuanto más tiempo en su compañía lo empujaría sobre el borde del amor, entonces él no sería capaz de hacerse repudiarla, y si algo le ocurría a ella... Armand tragó su bebida y alcanzó su teléfono. Era mejor llamar a Lucian ahora y que la llevara antes de que él en realidad disfrutara de todo como su compañero de vida. No estaba seguro de que sería capaz de repudiarla, una vez que hubiera probado el paraíso que estaba seguro de poder disfrutar en sus brazos. -¿A quién llamas?-


Armand cerró su teléfono con un sobresalto y miró hacia arriba para ver que Eshe había regresado. Su boca se abrió para ofrecer a la mentira estándar. -Nadie, yo estaba revisando los mensajes.- Pero la mentira nunca pasó por sus labios. En cambio, su boca colgó abierta cuando él la miró. Ella se había cambiado para la cena en Moxie. Sin embargo, aún llevaba pantalones de cuero y no había cambiado su camiseta por una blusa más elegante que había comprado antes. En cambio, ahora estaba usando el increíblemente corto, baby doll blanco satén como un top con los pantalones de cuero. -Agarré la bolsa equivocada,- dijo Eshe encogiéndose de hombros cuando reclamó una silla frente a él. -Pero una vez que vi pensé, qué diablos. En realidad, eso se ve como un abrigo elegante de verano, y mientras esto cae, sigue siendo bastante caliente, así que...- Ella se encogió de hombros y levantó su copa para tomar un largo trago de la misma. Armand la miró fijamente, sus ojos viajan por las correas blancas como la nieve sobre su piel más oscura, antes de trasladarse hasta las copas satinadas que casi cubrían sus senos, y luego su mirada se deslizó a las demás personas en el área de comidas. Nadie la señalaba y gritaba, ¡Eek! Ella está usando un baby doll como una blusa. De hecho, nadie parecía darse cuenta de nada fuera de lugar, reconoció. Por otra parte, como había dicho, era un día inusualmente cálido y había un montón de mujeres que usan tops realmente muy similares, pero en algodón y poliéster en vez de blanco satén... y probablemente no comprados en La Senza. Una risa ronca atrajo su mirada a Eshe para ver esa sonrisa malvada de nuevo en sus labios mientras lo observaba, y luego se inclinó hacia delante y susurró en un gruñido malditamente sexy, -me puse la ropa interior a juego también. Todo lo que necesito hacer es liberarme de mis cueros y estaré lista para dormir cuando lleguemos a casa.El teléfono de Armand estaba de regreso en el bolsillo y él de pie recogiendo las bolsas antes de que la última palabra hubiera salido de sus labios. -Oh,- dijo con una sorpresa que sospechaba que era totalmente fingida. -¿Ya nos vamos?-Puedes terminar de beber en el camino a Moxie. Tengo hambre,- gruño Armand, instándola a salir de su asiento.


-Y apuesto a que no se trata sólo de alimentación tampoco,- ella se burló con una sonrisa mientras él la conducía hacia la salida del centro comercial. Dios definitivamente había estado burlándose cuando había creado a Eshe para él, decidió Armand cuando la empujó hacia su camioneta, porque ella iba a ser su muerte. Esto, sin duda iba a matarlo el tener que llamar a Lucian y quitarla... mañana por la mañana. Él se daría una noche con ella, pero mañana por la mañana antes de retirarse él llamaría a Lucian y le diría que la sacara de su casa y consiguiera un lugar más seguro en alguna parte, se prometió Armand. Haría hasta detectar un sospechoso personaje que podría ser una de las personas de Leonius, si hubiera, pero no quería arriesgarse a que esta mujer tan llena de vida y pasión terminara muerta porque era lo suficientemente desafortunada por ser su compañera de vida. Había decidido. Fue un viaje corto hasta el restaurante de Moxie. Aún así, Eshe logró acabar con su jugo de fruta, e incluso vaciar la bolsa de sangre que Armand había obtenido para ella antes de entrar en la camioneta. Había sido una experiencia incómoda. Ella había tenido que alimentarse de la bolsa mientras se inclinaba hacia delante con la cabeza se agachaba debajo del tablero de instrumentos para evitar que cualquier persona en los otros coches en la carretera la vieran chupando de una bolsa de sangre. Mientras había innumerables beneficios de ser un inmortal, esto podría ser un grave dolor en el culo, reconoció Eshe cuando metió la bolsa de sangre en una pequeña bolsa de basura entre los asientos y se sentó a mirar alrededor. Parecía que su momento había sido perfecto. Armand estaba entrando en una plaza de aparcamiento en frente del restaurante. En realidad era tarde para la cena, pero el restaurante estaba todavía bastante concurrido. Sin embargo, una media docena de chicas vestidas con unos trajes negros muy ceñidos o escasos se colocaran en la entrada del restaurante y nos mostraran a una mesa a lo largo de la pared del fondo. A Eshe le pareció ser uno de los mejores lugares para sentarse, un poco protegido del resto del lugar por una pared cortinada que ofrecía alguna insonorización, y se preguntó si Armand había puesto una pequeña sugerencia en el oído de la chica o "sólo había tenido suerte”. Eshe se deslizó en un lado de la cabina, mientras que Armand tomó el otro, y luego aceptaron el menú que la chica les ofrecía. Fueron sometidos a un listado rápido de las especialidades del restaurante antes que la mujer los dejara solos para leer detenidamente los menús.


Eshe ordenó vino con la carne en pimienta, raro, cuando un joven y guapo camarero también de negro llegó a tomar sus pedidos. Apenas notó la sonrisa amistosa en sus labios o la forma en que la miraba, revisándola, cuando le dio su orden. Ella, sin embargo, notó como Armand sonaba cuando le dijo su propia orden. -Yo soy un tipo celoso,- admitió tristemente cuando ella levantó las cejas después de que el muchacho se retiró. -Es obvio que no leíste su mente.-¿Por qué perder mi tiempo?- le preguntó a la ligera. -Ya he encontrado a mi compañero de vida.Armand se relajó un poco con sus palabras, pero se quejó aún, pues la mitad de la cosas que quería hacerle eran ilegales. -Y la otra mitad que tú planificas hacerme debe esperar para cuando lleguemos a casa,- sugirió con una sonrisa. Armand sonrió de mala gana, pero luego respiró, visiblemente soltando su irritación cuando lo hizo y relajándose por completo. Él le tomó la mano y la sostuvo entre ellos sobre la mesa cuando él admitió en tono de disculpa, -Ha pasado un largo tiempo desde que me he sentido así.-Para mí también,- reconoció Eshe silenciosamente, y luego, consciente del trabajo que tenía que hacer, le preguntó si estaba celoso alrededor de Althea y Rosamund también, o solamente de Susanna. Armand le soltó la mano con un pequeño suspiro que sugirió que preferiría que ella no hubiera traído la conversación en torno a este tema de nuevo, sino que dijo No. Sólo con Susanna. ¿Althea...?- Apartó la vista y luego de vuelta antes de admitir, -Estoy bastante seguro de que tenía asuntos después de que Thomas nació. Yo no la culpo,- añadió rápidamente. -Yo siempre estaba ocupado entonces, y para ese momento se había dado cuenta de que lo que todos le habían dicho era verdad y yo no era su compañero de vida. Era todavía joven. Pero era una buena madre para Thomas, y una buena esposa para mí, y yo no envidié su busca de su compañero de vida real, o que disfrutara de todo lo que podía hasta que lo encontrara.- Hizo una mueca, y añadió. -Ella sufrió mucha culpa sobre ello, sin embargo, y yo no sabía cómo ayudarla con eso sin hacerle saber que estaba enterado de todo, pienso que solamente la habría hecho sentirse peor.-


-¿Ella nunca llegó a ser capaz de leer tus pensamientos como tú sí podías con los de ella? - preguntó Eshe, dándose cuenta de cómo era que él había conocido acerca de los asuntos Althea. -No. Ella pudo haber sido capaz con el tiempo, pero al final no llegó el momento.Él suspiró y admitió entonces. -Yo estaba considerando sentarla y decirle que podía tener su libertad. La única cosa que echaría de menos sería a Thomas si ella lo llevara a vivir con ella, pero luego murió y tuve que echarlo de todos modos.Eshe lo consideró en silencio por un momento, pero no vio ningún subterfugio en su expresión. Lo que le decía parecía ser la verdad. Se recostó y le preguntó, -¿Y Rosamund? ¿No estabas celoso de ella tampoco?Armand sonrió débilmente. -Rosamund era harina de otro costal por completo. Al igual que Althea, era joven en edad para un ser inmortal, pero ahí es donde cualquier parecido entre las dos finaliza. Rosamund era mucho más madura, sabia para su edad.-¿Era ella…?- preguntó Eshe, y se sorprendió al oír el sonido áspero de su propia voz. Sugirió una envidia inesperada... y ella no fue la única en darse cuenta. Armand levantó una ceja sorprendido y la miró en cuestión, pero ella negó con la cabeza. -Lo siento, sigue adelante. Rosamund era sabia para su edad... ¿Cómo?Él dudó, pero luego al parecer decidió continuar y le dijo. -Rosamund tenía un plan.-Y ¿cuál era? ¿Embarazarse y conseguir casarse contigo como hizo Althea?-Oh, no. No me engañó para casarme con ella,- le aseguró. -En primer lugar debes entender que éramos amigos desde hace un tiempo antes de que nos casáramos y naciera Jeanne Louise. Ella era una muchacha inteligente, divertida con quien hablar, siempre con una opinión sobre tal o cual, y como digo, tenía un plan. Ella sabía que podría llevar siglos antes de que conociera a un compañero de vida adecuado y tenía toda la intención de salir a buscar uno, pero ella no quería esperar siglos para tener un bebé. Ella quería uno, mientras ella era joven.-Lo hizo, ¿verdad?- preguntó Eshe secamente. -Y tengo entendido que tú no te negaste a tener un hijo tampoco.-


Armand se encogió de hombros sin pedir disculpas. -Hacía más de un siglo que Althea había muerto. Thomas estaba crecido y siempre explorando en algún lugar, y me perdí de tener una familia.-Así que te casaste y tuviste a Jeanne Louise.Él asintió con la cabeza, una sonrisa curvando sus labios. -Jeanne Louise era un bebé hermoso.-¿Y Rosamund?- solicitó Eshe. La sonrisa de Armand se desvaneció. -Jeanne Louise nació en febrero. Cinco meses después, en julio, Rosamund murió.-¿Fuego?- le preguntó. Armand sacudió la cabeza. -Ella fue decapitada cuando el carro que conducía se salió de la carretera y se volcó en una zanja.Varias preguntas se produjeran en Eshe. La primera fue. -¿Había alguien con ella?-Jeanne Louise, pero fue arrojada afuera cuando el carro salió de la carretera y en la zanja. No estaba herida, incluso. Al parecer, las mantas en que estaba envuelta le amortiguaron la caída-¿A dónde se dirigía Rosamund?-A la ciudad, creo.- Armand frunció el ceño y luego admitió. -Ella pasaba mucho tiempo lejos de la granja después que Jeanne Louise nació. Ella recogía al bebé y salía cuando me marchaba para el granero. No pensé mucho sobre ello en el momento. Yo estaba ocupado con la granja y todavía tenía que cazar para alimentarnos, y asumí que era lo que estaba haciendo, pero después de su muerte...-¿Después de su muerte...?- incitó Eshe. Armand sacudió la cabeza. -Me enteré de que había un montón de veces cuando ella no regresaba hasta justo antes que yo en la madrugada. De hecho, la mayoría de las veces ella se había ido toda la noche.-


-No se toma tanto tiempo para buscar una comida,- murmuró Eshe pensativa. Ella consideró su expresión preocupada y le preguntó, entonces, -¿Crees que tenía asuntos como Althea?Pareció sorprendido por la pregunta. -¿Rosamund? No, yo no lo creo.-¿Tú nunca leíste su mente?- preguntó Eshe con sorpresa. Armand movió la cabeza con firmeza. -Traté de no. El matrimonio es suficientemente duro, sin inmiscuirse en los pensamientos privados del otro, así que teníamos un acuerdo para tratar de no hacerlo.Eshe asintió con la cabeza, pero señaló, -de modo que tú no puedes estar seguro de que ella tampoco tenía asuntos.Suspiró cansado. -No, no puedo, y supongo que eso explicaría lo que podría estar haciendo. Yo solamente no habría pensado que ella habría sentido que tenía que mantener eso oculto de mí. Teníamos un acuerdo sólido que estaría bien si ella lo quería.Eshe consideró su expresión. No parecía herido o enojado con la idea de que Rosamund podría haber estado teniendo esos asuntos, sólo un poco asustado ante la posibilidad. Tampoco había aparecido molesto por los asuntos de Althea, pero entonces no habían sido compañeros de vida. Se supone que eso significaba que podía descartar la posibilidad de haber matado a su esposa en un ataque de celos. Por lo menos dos esposas de tres. -¿Y Susanna?- preguntó ahora, y cuando él la miró confuso, preguntó -¿Cómo murió exactamente? Sé que fue un incendio, pero…-Oh,- dijo en un suspiro. -Fue en un fuego estable poco después de que Nicholas nació. La familia aún vivía en Inglaterra y luego, y como un barón tuve que hacer el viaje ocasional a la corte. Yo lo había pospuesto aquél año hasta después del nacimiento, pero el día siguiente Nicholas llegó chillando en el mundo, le di un beso a Susanna y al bebé y me dirigí hacia fuera. Volví lo más rápido que pude, aún así, fueron casi dos semanas antes de que yo montara el caballo y regresara a la casa. Ella había estado muerta por una semana entonces.La expresión de Armand estuvo marcada por un momento al recordar la dolorosa pérdida, y Eshe esperó pacientemente. Su expresión la convenció de que había


amado a Susanna. No le envidió eso. Ella había amado demasiado a Orion y estuvo triste con su muerte. Esto no quiere decir que ambos no tienen suficiente amor para dar la bienvenida y abrazar a un nuevo compañero de vida. Armand se aclaró la garganta, aliviando el dolor de su expresión, y se obligó a seguir clínicamente más. -Al parecer, se inició un incendio en el establo una semana después de mi partida. Susanna debió de correr para tratar de salvar a su yegua. Ella amaba a esa bestia. Fue un regalo mío cuando nos casamos. Sin embargo, el techo debe haberse hundido mientras ella se encontraba en el interior y un rayo debe haber atrapado o algo...- terminó cansado. -Otro accidente,- murmuró Eshe. -Sí,- dijo sombríamente. -Y luego está Annie,- señaló. Armand la miró con un sobresalto. -¿Annie?-La esposa de Nicholas. Ella fue decapitada y quemada en su coche,- señaló Eshe. -Sí, pero eso fue un accidente,- dijo Armand a la vez. Eshe levantó una ceja. -Así como las muertes de tus esposas... ¿no?-


Capítulo 6

Armand frunció el ceño brevemente y luego miró hacia un costado y se echó hacia atrás al ver que la comida había llegado. Ella retrocedió dejando espacio para que el mesero la depositara en la mesa, pero mantuvo su mirada fija en Armand mientras la comida era colocada delante de ellos. La mención de Annie obviamente lo había perturbado, como si hubiera asumido todo este tiempo que su muerte había sido un accidente, pero la pregunta que Eshe le había planteado había hecho surgir algunas dudas en él. Sin embargo, su sorprendido “Eso fue un accidente” fue interesante, podría decirse que él sabía o sospechaba que la muerte de sus esposas no fueron los accidentes que parecían ser, lo que explicaría la forma en que se había apartado de la sociedad y de su familia. Tal vez estaba tratando de protegerlos y mantenerlos a salvo, lejos del peligro que parecían correr los que lo amaban. Antes de que Armand le dijera cómo habían muerto las mujeres, Eshe podría haber sospechado que esas palabras habían sido un desliz y que él sabía que la muerte de sus esposas no habían sido accidentales, porque él las había ocasionado, pero él ni siquiera había estado cerca cuando dos de ellas habían muerto. Había estado cabalgando en el campo durante varios días, cuando Susanna murió en ese incendio, y Althea estaba con sus padres, a varias horas de distancia, en Toronto, cuando ella murió en el incendio del hotel. Eshe sacudió la cabeza con desconcierto al enterarse de ello. No tenía idea de la razón por la que Lucian pudo haber pensado siquiera por un instante, que Armand pudo haber estado detrás de la muerte de sus esposas. Ella sospechaba que tenía que ver con su hermano gemelo, Jean Claude. El hombre había tratado a su familia en forma abominable e incluso había quebrantado las leyes al tomar la vida de los mortales. Eshe sabía que Lucian sentía una gran culpa por no haberlo visto y por no haber puesto fin a la mala conducta de su hermano, y suponía que ahora estaba decidido a no repetir ese error con Armand. Ella estaría encantada de poder decirle que su hermano no pudo haber estado detrás de esas muertes. Sin embargo, esto significaba que ahora tenían que buscar en otra parte para hallar respuestas. Eshe trató de pensar en dónde debía buscar mientras cogía el tenedor y el cuchillo y cortaba el extraño bistec que había ordenado, pero se olvidó de la pregunta y casi gimió en voz alta ante la explosión de sabor en su boca, cuando tomó el primer


bocado. Maldita sea, se había olvidado cuán buena podía ser la comida. En realidad, reconoció Eshe, no era que se había olvidado, pero la comida había empezado a perder su sabor después de la muerte de Orión, como si su sentido del gusto hubiera muerto poco a poco y todo le supiera anodino y poco interesante. Ella definitivamente estaba contenta de tenerlo de vuelta y funcionando, pensó Eshe mientras daba el siguiente mordisco a la papa horneada rellena. En un primer momento comieron en silencio, Armand parecía estar un poco distraído, y Eshe trataba afanosamente de pensar hacia dónde debía dirigir su atención y las preguntas que debía hacer. Le parecía que quien estaba detrás de esas muertes había estado en la vida de Armand desde hacía mucho tiempo, y también tenía que ser alguien relativamente cercano. Estaban a mitad de la comida cuando ella finalmente le preguntó -¿Hay alguien más que venga a la granja además de la señora Ramsey?Armand permaneció en silencio durante mucho tiempo, ella pensó que no había oído su pregunta, pero luego él dijo -Paul Ramsey y su esposa fueron los únicos mortales que anduvieron por allí. Por supuesto, Paul no será un problema ahora.-¿Lo reemplazarás?-, preguntó ella con curiosidad, pensando que él había dormido incluso menos que ella ese día porque se había hecho cargo de las tareas que normalmente Paul desempeñaba, por lo que era evidente que él no se había ido a la cama en ningún momento. -No en forma inmediata,- dijo Armand, tomando un sorbo de vino. Tragó y luego agregó,-Voy a esperar un par de semanas.Hasta que ella se hubiera ido, sospechó Eshe. Lucian le había dicho que ella estaría allí por dos semanas, y supuso que quería esperar hasta que ella se fuera para traer de nuevo a un mortal. De esa manera, habría menos posibilidades de que descubriera lo que ellos eran. Pero también significaba que él no estaba pensando en que ella fuera a estar en su vida más que eso. El hecho no le molestaba. Eshe tomó un sorbo de su propio vino y obligó de nuevo a su mente a trabajar en la tarea que tenía entre manos, preguntándole, -¿Qué pasa con los inmortales? Debes tener visitantes ocasionalmente, viejos amigos que conoces desde Inglaterra, o alguno nuevo que has conocido aquí. La señora Ramsey mencionó a Agnes y John.-


Armand asintió con la cabeza mientras cortaba su propia carne. -Agnes y John vienen de vez en cuando, generalmente una vez a la semana para ver cómo estoy y registrarse.-¿Registrarse?,- le preguntó ella con curiosidad. Él sonrió con ironía. - Soy la única familia que tienen. Ellos eran los hermanos de Susanna, y eran mortales como ella hasta que se convirtieron. El resto de su familia falleció hace mucho tiempo y, por supuesto, Susanna también se ha ido. Así que soy todo lo que tienen.-¿Cómo fueron convertidos?,- preguntó Eshe sorprendida, y luego abrió los ojos alarmada. -Tú no lo hiciste, ¿no es cierto?-No, no, por supuesto,- dijo Armand sonriendo. -Hermano o no, Lucian habría tomado mi cabeza si yo hubiera quebrantado nuestras leyes.-Oh.- Eshe dejó escapar un suspiro de alivio, pero preguntó aún confundida, ¿entonces fueron convertidos para ser compañeros de vida de otros inmortales?-No.- Armand movió la cabeza lanzando un suspiro y puso su cuchillo y el tenedor para tomar su vino. Después de tomar un trago, explicó, -Susanna era muy apegada a su hermano y a su hermana. Ella, como es natural, no quería dejarlos atrás, y les presentó a todos los inmortales sin pareja que asistieron a la boda, esperando que llegaran a ser compañeros de vida de uno de ellos. Pero, por supuesto, estábamos mucho más diseminados en ese entonces, muy pocos estaban lo suficientemente cerca como para asistir.Eshe asintió con la cabeza en reconocimiento. Antes de la llegada de los bancos de sangre estaban obligados a alimentarse de los mortales. En esencia, habían tenido que morder a sus amigos y vecinos, o siervos y campesinos. Si había demasiados de su especie en una misma área significaba que debían alimentarse de mayor cantidad de mortales en esa zona y habría aumentado el riesgo de ser descubiertos. Para evitar esto, se habían extendido por todo el país, permitiendo que hubiera sólo uno o dos inmortales en un área de buen tamaño. Así fue como su padre, Castor, había terminado en Africa y se encontró con su madre, su compañera de vida.


-Yo no impedí que tratara de encontrarles una pareja,- continuó Armand. -Sabía que no era probable, pero estaba seguro de que con el tiempo se resignaría a perderlos con la muerte.-Pero no lo hizo,- adivinó Eshe. Armand sacudió la cabeza. -En realidad no tuvo la oportunidad de hacerlo. Poco después que nos casamos, su hermana Inés se enfermó. Sospecho ahora que era leucemia, pero no se la llamaba así en ese entonces. Susanna se enteró de su enfermedad y viajó al convento para visitarla.-¿Convento?- lo interrumpió Eshe sorprendida. -Sí. Ella era una monja,- le explicó él en voz baja. Ella sintió que sus cejas se levantaban al saber que Susanna había estado tratando de encontrar un compañero de vida inmortal a su hermana la monja, pero simplemente hizo un gesto para que él continuara. -El convento no estaba lejos de nuestra casa y esperaba su regreso a la madrugada, pero regresó recién a la noche siguiente, arrastrando consigo a una saludable y vibrante y Agnes.-¿Ella la convirtió?-, adivinó Eshe. Armand asintió con una mueca. -Yo le había contado de nuestras leyes acerca de permitir la conversión de una sola persona y tener sólo un hijo cada cien años y así sucesivamente, y en lugar de ver cómo moría su hermana sin poder hacer nada, ella utilizó su única oportunidad para salvar a Agnes.Eshe asintió en silencio. La mayoría de los inmortales se reservan la oportunidad de convertir a un mortal para su compañero de vida. Sin embargo, Susanna ya tenía un compañero de vida, y, obviamente, no había considerado que él podía morir y que ella quizás necesitara alguna vez convertir a otro compañero de vida en el futuro. Afortunadamente para ella, ese día no había llegado. O tal vez fue lamentable para ella, ya que la única razón por la que no había llegado a eso era porque ella había muerto primero. Eshe desechó a un lado ese pensamiento y preguntó -¿Y John?-Aproximadamente un mes después de que Susanna trajo a Agnes a casa, llegó John. Se había enterado que Agnes había dejado el convento y fue a ver de qué se


trataba. Al principio él estaba enojado y se necesitó un poco de persuasión adicional para calmarlo.Eshe podía decir por la expresión de Armand que persuasión adicional quería decir que había calmado al hombre con sus habilidades especiales. Ellos tenían varias de esas. Los inmortales podían leer las mentes de los mortales, así como las de los inmortales, si éstos no las guardaban para sí, pero también podían borrar los recuerdos de los mortales, o poner pensamientos o incluso nuevos recuerdos en sus mentes. -Se quedó cerca de una semana,- continuó Armand. -Y luego, el día antes de que se fuera, nos fuimos todos de caza, y él tuvo una caída terrible de su caballo. Se rompió el cuello. No creo que no hubiera sobrevivido a la noche si Agnes no hubiera utilizado su oportunidad con él.-Ya veo,- murmuró Eshe, pensando que la mujer probablemente no había considerado lo que hacía y al mismo tiempo había hecho un gran sacrificio. Pero también lo había hecho Susanna cuando transformó a Agnes, y de hecho, por como resultó todo, lo había hecho Armand, cuando convirtió a Susanna. Aunque él había ganado una compañera de vida al convertirla, no había llegado a disfrutar de ella por mucho tiempo antes de perderla. -John fue a su casa poco tiempo después de que le enseñé a cazar y a valerse por sí mismo, pero sólo pasaron unas pocas semanas antes de que regresara,- Armand continuó y le explicó -El padre de Susanna también era un barón, pero John era el segundo hijo y no existía probabilidad de que heredara el título o la propiedad. Él me preguntó si podía trabajar para mí. Sabía que era arriesgado tener a tantos de nuestros semejantes en un lugar, sobretodo porque Susanna estaba embarazada y pronto habría cinco de nosotros, pero Susanna me rogó que lo dejara quedarse y al final le dije que sí.-¿Y se quedó después de que Susanna murió?,- preguntó Eshe. -Sí. Agnes fue de gran ayuda criando a Nicholas y John fue mi segundo. Cuando llegó el momento de seguir adelante, los llevé conmigo, y luego la próxima vez y la siguiente. Para el momento en que seguí el resto de la familia aquí en Canadá, ni siquiera les pregunté si querían acompañarme, supuse que lo harían, y así lo hicieron.-


-Si Agnes y John estaban contigo, ¿por qué Agnes no crió a Thomas como lo había hecho con Nicholas?,- preguntó Eshe con curiosidad. -¿Por qué enviaste a Thomas con Marguerite?-No estaban más conmigo por ese entonces,- explicó. -Los dos se fueron cuando me casé con Althea. Agnes estaba preocupada porque Althea pudiera sentirse incómoda con la familia de mi primera esposa a su alrededor. También pensó que como recién casados debíamos tener tiempo para nosotros, y ella dijo que quería visitar el viejo país.-¿Inglaterra?,- preguntó Eshe. Armand asintió con la cabeza. -John la llevó de regreso a Inglaterra y visitaron las antiguas guaridas y luego recorrieron el resto de Europa. Volvieron a Canadá cuando se enteraron de la muerte de Althea, pero para entonces yo ya había enviado a Thomas para que estuviera con Marguerite.-¿Por qué no lo trajiste de vuelta?,- preguntó Eshe. - Agnes podría haberte ayudado a criarlo como lo hizo con Nicholas.-Lo pensé,- reconoció Armand. -Pero me pareció injusto confiarle mi hijo a Agnes, especialmente cuando ellos dejaron en claro que no tenía intención de regresar a mi casa, sino que iban a comprar su propia granja pequeña en el pueblo de al lado. Lo suficientemente cerca como para poder visitarme, pero sin ser una molestia, eso fue lo que dijo John. Entonces me di cuenta de que probablemente él había querido irse y tener su propio lugar desde hacía siglos, pero de alguna manera retorcida había sentido que estaba en deuda conmigo.Hizo una mueca y luego admitió, -Aún así hubiera podido pedírselo a Agnes si ella lo hubiera querido, pero luego fui a visitar a Thomas y parecía estar establecido y feliz y...- Se encogió de hombros impotente. -Me pareció cruel separarlo de Marguerite. Él la llamaba mamá y casi ni me reconoció.Eshe se quedó pensando en ello y luego comentó -Me sorprende que los padres de Althea no quisieran criarlo ellos mismos.-Ellos querían hacerlo,- admitió Armand. -Pero decidieron regresar a Europa por un tiempo después de la muerte de Althea. Creo que querían escapar de los malos recuerdos. Estando Thomas con Jean Claude y Marguerite, por lo menos podía


visitarlo de vez en cuando, pero no lo habría visto nunca si los padres de Althea se lo llevaban a Europa, así que les dije que no.-Así que... Agnes y John, los hermanos de Susanna, estaban en Europa cuando Althea murió, pero ¿regresaron y han vivido en las inmediaciones después de enterarse de su muerte?,- murmuró Eshe, tachándolos mentalmente de la lista de sospechosos. Difícilmente habrían matado a su propia hermana, que los había amado lo suficiente como para convertir a Agnes. Y habían estado en Europa cuando Althea murió en el incendio del hotel. Cuando Armand asintió con la cabeza, le preguntó -¿Pero ellos han vivido en la zona desde entonces? ¿Lo suficientemente cerca como para visitarse y cosas así?-Sí. John aprendió de mí mientras trabajaba conmigo. Él ha ido comprando fincas poco a poco, como yo lo hice. Creo que es propietario de cinco o seis, y ahora se muda de una a otra cada diez años, al igual que yo. Pero todas están al sur de Ontario, como las mías. Lo suficientemente lejos la una de la otra para que no sea probable encontrarse con gente de la zona una vez que las dejó. A pesar de que con el paso del tiempo, es cada vez es más riesgoso,- añadió serio. -La gente tendía a aferrarse a sus propios pueblos cuando usábamos caballos y carros, pero cuanto más se automatizan las cosas, mayor es el riesgo de encontrarse con personas del pasado que se preguntan por qué no has envejecido como ellos.-¿Tendrás que comenzar a comprar las fincas más lejos?,- preguntó Eshe con curiosidad, preguntándose cómo iba a lidiar con la amenaza de ser reconocido por los mortales del pasado. Armand guardó silencio durante un minuto, con los ojos fijos en su plato que ahora estaba vacío, y luego admitió -En realidad, he estado pensando dejar la agricultura.Eshe enarcó las cejas -¿En serio?Él asintió con la cabeza. -Tal vez sea hora de un cambio. He estado cultivando desde que me mudé a Canadá y encuentro que mi interés en ello está decreciendo.-¿Tienes interés en alguna otra cosa?,- le preguntó ella preguntó con curiosidad.


-No estoy seguro,- dijo él lentamente. -Estaba pensando en ir a la universidad, tal vez estudiar medicina o ciencia.-Ya veo que han terminado todo por aquí,- gorjeó alegremente el camarero, que apareció en el extremo de la mesa para comenzar a recoger los platos vacíos. ¿Puedo tentar a alguno con el postre?Eshe se recostó en su asiento para evitar que su brazo rozara su pecho mientras él agarraba su plato, pero negó con la cabeza. A pesar de lo tentador que sonaba el postre, habían pasado años desde que había comido. Incluso siglos. Ella había extendido al máximo la capacidad de su estómago. Si comía otra cosa, probablemente iba a estallar. Literalmente. -No, gracias. Sólo la cuenta,- dijo Armand frunciendo el ceño al camarero. Al parecer, no se había perdido el detalle de que aquél casi le había rozado la teta, y por su expresión, estaba pensando que no había sido accidental. Eshe no tenía dudas de que él había leído la mente del camarero y probablemente tenía razón, pero ella no se molestó en leer sus pensamientos. Había vivido mucho tiempo y estaba acostumbrada al comportamiento de los hombres, y realmente, después de un tiempo, se tornaba un poco descorazonador escuchar sus pensamientos más bajos. No sabía cómo ni por qué, pero un hombre mortal podía estar completa y totalmente enamorado de una mujer y todavía podía tener los más desagradables y asombrosos pensamientos lujuriosos sobre otras que entraban en su rango de visión. Estaba contenta por ser inmortal. Las parejas de inmortales, al menos cuando eran compañeros de vida, no sufrían el mismo problema. Podían pensar que otra mujer era atractiva, pero que no actuaría en consecuencia, porque simplemente nunca podría ser tan buena como lo era su compañera de vida. Puede que hubiera algunos inconvenientes en ello, y que un inmortal estuviera muy solitario entre los períodos en que estaba sin una compañera de vida, y que podrían pasar siglos, e incluso milenios, antes de que encontrara a otra, pero los beneficios del placer compartido y la confianza absoluta eran absolutamente mayores que las desventajas. -¿Vamos?Eshe miró a Armand y se dio cuenta de que mientras había estado absorta en sus pensamientos, la cuenta había llegado, y él había dejado caer varios billetes de veinte en la carpeta negra en la que estaba la cuenta, y ahora la miraba expectante.


Ella esbozó una sonrisa, asintió con la cabeza y se deslizó de su lado de la cabina, se puso de pie, y se sorprendió de encontrarse un poco inestable al pararse. -Necesitas más sangre,- murmuró Armand, su expresión era de preocupación mientras la tomaba del brazo para sostenerla. -Debería haber hecho que tomaras un par de bolsas antes de venir aquí, en vez de una sola.-Estoy bien,- le aseguró Eshe. - Es sólo que probablemente no debería haber tomado el vino.- El alcohol no la emborrachaba, pero obligaría a los nanos a trabajar el doble para eliminar el alcohol de su sistema, teniendo que utilizar la sangre que fluía por sus venas. Ella debía tomar un suplemento. Armand le condujo fuera del restaurante y la llevó hasta la camioneta. Cuando vio que ella estaba en el interior, dejó la puerta abierta mientras se dirigía a la parte trasera de la camioneta donde estaba el refrigerador especial. Un momento después, estaba de regreso con dos bolsas de sangre para ella. -¿Esto es suficiente o debo tomar otra?,- preguntó él mientras le pasaba las bolsas a ella. -Es probable que necesites tres o cuatro, pero sé que es incómodo tratar de consumirlas bajo el tablero para que nadie te vea.-Dos está bien, - le aseguró ella, tomando las bolsas. -Puedo tomar más cuando regresemos a la casa.Él asintió con la cabeza, dio un paso atrás y cerró la puerta, luego rodeó la camioneta y se introdujo del lado del conductor. Los dos estuvieron callados durante el viaje hacia la casa. Al principio fue porque Eshe tenía las bolsas a la boca y no podía hablar, y luego, una vez que estuvieron vacías, simplemente no sabía qué decir para romper el silencio. Era terriblemente consciente de que se dirigían de regreso a su casa, su casa vacía, donde estarían solos y podrían terminar lo que habían empezado antes. La idea era como una gran losa de piedra enorme en el centro de su cerebro, que la incapacitaba para pensar en otra cosa. Con cada milla que avanzaban, su cuerpo se ponía más y más tenso por la anticipación y su lengua parecía crecer en la boca, incapaz de formar palabras, incluso su mente no había sido capaz de pensar en ninguna. Estaba tan tensionada por la anticipación que cuando la camioneta se detuvo frente a la granja, Eshe se lanzó por la puerta y corrió hacia la casa. Estaba decidida a entrar antes de que él pudiera tocarla o decir o hacer algo que provocara que


terminaran rodando en el patio del frente, y luego se perdieran ante los ojos curiosos de los animales. Sin embargo, una vez en la casa, ella dejó de correr y dobló hacia la sala para esperar a Armand. Para su frustración, él la estaba siguiendo pero a un ritmo mucho más lento. Asimismo, no parecía estar en el mismo estado de anticipación que ella. Un ceño fruncido estaba tallado en su rostro, tenía arrugas de preocupación en sus ojos y sus labios formaban una línea firme y sombría cuando tiró de la puerta de tela metálica para abrirla y encontró su mirada. Armand la miró en silencio por un momento, sus ojos la recorrieron a lo largo, con un hambre que era visible en el fuego de plata en los ojos, y luego se obligó a apartar la mirada y dijo -Tengo que ver a los animales. Luego tengo que sacar el estiércol del establo.-¿Qué?- preguntó Eshe sin poder creerlo. -Probablemente estaré fuera toda la noche. Hay mucho que hacer ahora que Paul se ha ido.- Él continuó dándose vuelta en la puerta abierta preparándose para salir. -La señora Ramsey no viene los jueves, así que tu sueño no será perturbado. Te veré cuando te despiertes.Luego se marchó, dejándola tras él mientras lo miraba asombrada. ¿Eso era todo? Después de las promesas de pasión en la oficina, y sus bromas al ir de compras, ¿él sólo iba a dejarla excitada y seca y se iba a jugar con sus animales? Eshe resopló ante la idea. Si eso era lo que pensaba Armand Argeneau, cambiaría de idea, decidió ella firmemente. Después de bajar su mirada para recorrerse a sí misma, rápidamente se quitó sus pantalones de cuero, luchando un poco para pasarlos por sus botas. A continuación, cerró la puerta y salió al porche sólo con sus botas de cuero negro que le llegaban a la rodilla, su baby-doll de satén blanco y las bragas... sólo para detenerse en la parte superior de la escalera. Armand no estaba a la vista. -Supongo que es cierto que se puede sacar a la chica de la ciudad, pero no la ciudad de la chica, ¿eh Eshe? Porque eso seguramente no es una vestimenta de granja.Eshe dio un salto al oír el comentario desde la oscuridad y se volvió bruscamente para mirar hacia el final del porche de donde había provenido.


-Bricker,- dijo con disgusto, al reconocer al hombre que se levantaba de la mecedora en la que había estado sentado y se acercaba a ella. -¿Qué demonios estás haciendo aquí?-Lucian me envió para cubrirte la espalda,- dijo Justin Bricker, sus dientes blancos se veían intermitente en la oscuridad mientras sonreía. -Puedo ver que aprecias su consideración.-¡Consideración, un cuerno!- dijo Eshe secamente. -Lucian no tiene un hueso de consideración en su cuerpo. Lo más probable es que el saber que no puedo leer a Armand, le hizo decidir que debía enviar a alguien para asegurarse de que no dejaba que eso afectara mi trabajo.-¿No puedes leer a Armand?,- dijo Bricker sorprendido, y luego lanzó un silbido silencioso. -Bueno, eso complica las cosas muy bien, ¿no?Cuando Eshe sólo frunció el ceño, Bricker desvió su atención a lo que ella vestía y mientras la miraba, le preguntó -Entonces, ¿ésta es la última moda en ropa de granja ahora? ¿Eres una especie de lechera zorra o algo así?Eshe lo golpeó sin pensarlo siquiera. Fue el instinto. Cuando Lucian había accedido a tomarla como ejecutora hacía casi un siglo, una hembra cazadora de renegados era algo raro. No imposible, pero raro. Él le había dicho que si quería que los otros cazadores de renegados la tomaran en serio, no podía aceptar ninguna mierda de ellos. Eshe le había tomado la palabra y se pasó la mayor parte de su primer año en el trabajo pateando el culo de un cazador de renegados tras otro. Ella todavía lo hacía aproximadamente una vez al año. Al parecer, este año le tocaba a Bricker. Apoyando sus manos en las caderas, ella miró hacia abajo mientras él se sentaba en el suelo del porche, y gruñó -¿Te importaría reformular esa pregunta?Bricker no parecía tener prisa para levantarse. Se quedó sentado frotándose la mandíbula, y dejó que sus ojos vagaran brevemente por sobre sus botas de color negro. Luego la recorrió con la vista a lo largo, hasta llegar a la cara, y levantó una ceja. -¿Una Mike Tyson travestida de lechera cachonda?A pesar de sí misma, Eshe resopló divertida ante la ocurrencia. Con un suspiro, dejó caer las manos de sus caderas y después le tendió una mano en una ofrenda silenciosa para ayudarlo a ponerse de pie, que Bricker no dudó en tomar. -Me


olvidé de lo duro que podías pegar,- murmuró él, frotándose aún la barbilla mientras se ponía de pie a su lado. -Sí, bueno, no te olvides de nuevo,- sugirió ella secamente, comenzando a bajar las escaleras hacia el jardín del frente. Bricker fue inmediatamente a su lado. -¿A dónde vamos?,- preguntó él con interés, igualando su paso con el de ella. Eshe se detuvo y se volvió a fruncirle el ceño. -Nosotros no vamos a ninguna parte. Voy a buscar a Armand.-¿Te refieres a que vas a seducirlo?- preguntó Bricker a la ligera. Eshe entrecerró los ojos. -¿Estás leyéndome?-Bueno, vestida como estás, realmente no tengo que molestarme en leerte para averiguar lo que estás haciendo, ¿verdad?,- preguntó él con ironía, y luego agregó Pero sí, lo estoy haciendo. Tienes algunas ideas calientes vagando por esa mente tuya Eshe. Muy impresionante.Eshe maldijo duramente al saber que Bricker podía leerla. Nunca había sido capaz de leerla antes de esto, pero encontrar un compañero de vida a menudo obstaculizaba la capacidad de un inmortal para proteger sus pensamientos de los demás. No estaba contenta de saber que eso era lo que estaba pasando con ella. Se obligó a calmarse y dijo en forma tranquila -Seducir a Armand es parte de mi estrategia.-Oh, una estrategia, ¿no?,- preguntó él con interés. -Sí. Él va a sacudirle el paso, y estará vulnerable a mis preguntas,- explicó Eshe, preguntándose por qué había sonado mucho más creíble cuando ella se había convencido de eso a sí misma más temprano. -Sí, y este recreo caliente de granero que estás planeando no afectará tu paso. ¿No?preguntó él con suavidad. -¿Recreo de granero?,- preguntó Eshe con incredulidad. -¿Sexo de establo?- ofreció él.


Eshe se tomó un momento para aspirar una bocanada de aire para calmarse, luego se aclaró la garganta y dijo -Mira. No te preocupes. De todos modos, Armand no puede estar detrás de los asesinatos. Él estaba en el campo cuando Susanna, su compañera de vida, murió en el incendio del establo de su casa, y él estaba en casa, en la granja, cuando su segunda esposa, Althea, murió en un incendio en el hotel en el que ella y sus padres se estaban alojando en Toronto. Él no podría haber matado a las dos mujeres.-¿Y Rosamund y Annie?,- preguntó Bricker con interés. -Él también estaba en la granja cuando ellas murieron, pero si bien eso supone que significa que pudo haberlas matado, él no pudo haber matado a las dos primeras mujeres, así que si las muertes están conectadas, él está fuera de sospecha.-Claro, porque él estaba en el campo cuando murió Susanna y estaba aquí en la granja cuando Althea murió en un incendio de hotel en Toronto,- razonó Bricker. -Exactamente,- dijo Eshe con alivio, contenta porque él estaba de acuerdo. Bricker asintió con la cabeza varias veces y luego preguntó -Y nosotros sabemos que él estaba en el campo y luego en la granja y en ninguna parte cerca de Toronto, ¿por qué...?-Él me lo dijo,- respondió ella a la vez. -Bien,- dijo Bricker arrastrando las palabras. -Te lo dijo... y no tendría razón para mentir, ¿verdad?Eshe abrió su boca y volvió a cerrarla y se quedó mirándolo en silencio, mientras su corazón se hundía. -Supongo que no ofreció alguna prueba, ¿no?,- preguntó Bricker amablemente. ¿Tal vez estaba en el campo con alguien? ¿O tal vez tenía una visita en la granja que pudiera probar que él estaba allí y no en Toronto en el momento del incendio?Eshe cerró los ojos un momento al darse cuenta de lo que había hecho. Ella simplemente le había creído. Armand le había contado sobre la muerte de sus esposas y ella no había dudado ni de una sola de sus palabras, ni siquiera había considerado en comprobar los hechos. ¿Qué demonios había estado pensando?


-Sí,- dijo Bricker cuidadosamente. -Tal vez esta cosa de la seducción es una mala idea. Tal vez todo este asunto del compañero de vida te ha sacado un poco de tu paso, ¿eh?Eshe giró bruscamente sobre sus talones y se dirigió a las escaleras. -¿Adónde vamos ahora?,- preguntó Bricker volviendo de nuevo a su lado mientras subía los escalones. -Me voy a la cama,- anunció ella sombría. -No dormí más que un par de horas esta mañana. Obviamente eso me ha dejado un poco lenta hoy.-Sí, probablemente es eso,- estuvo de acuerdo Bricker, muy serio. -Si te ríes de mí, Bricker, te voy a patear tu culo de nuevo,- le advirtió ella con tono grave, dando fuertes pisadas mientras caminaba por el porche hacia la puerta. ¿Cuándo llegaste aquí?-Hace una media hora,- respondió él mirando su reloj mientras la seguía al interior de la casa. -La puerta estaba abierta, pero pensé que sería mejor esperar afuera, así que me ubiqué en la mecedora, y me quedé dormido. No los oí cuando volvieron, pero me desperté cuando Armand dejó oír el clack de la puerta de tela metálica al cerrarse detrás de él en su camino de regreso.-Bueno, es mejor que vayas al establo a buscar a Armand, y le digas que estás aquí,- dijo ella suspirando mientras iba hacia la cocina, sólo para detenerse a mitad de camino, cuando iba hacia la nevera, al recordar que la sangre no estaba allí, y que Armand no le había mostrado su refrigerador secreto como se lo había prometido. Chasqueó la lengua con impaciencia y anunció, -Voy a llamar a Lucian para decirle que debería enviar a otra persona, pero voy a esperar a que regreses antes de salir.-¿Llamar a Lucian?,- preguntó Bricker sorprendido. -Yo pensaba que lo único que necesitabas era dormir y que con un poco de descanso estarías como nueva.-El descanso no va a ayudarme,- admitió ella con tono infeliz y los hombros caídos en señal de derrota. -Él es mi compañero de vida, Bricker. Lo único en lo que estoy pensando cuando estoy cerca de él, es en cómo quitarle sus pantalones.-


Bricker frunció los labios, pero se las arregló para mantener una cara seria mientras decía,-Bueno, eso es perfectamente normal. Deberías haber visto a Mortimer cuando encontró a Sam, su compañera de vida, o a Decker cuando encontró a su Dani. Demonios, era la ciudad teta en la parte trasera de la camioneta, cuando íbamos por la autopista 401 con Decker.-Sí, pero la vida de Nicholas no dependía de Decker,- señaló ella, pasando por delante de él y dirigiéndose a la sala para levantar sus pantalones de cuero del suelo, donde los había dejado. -No,- acordó Bricker, tras sus talones. -La vida de una joven lo hacía.Cuando Eshe hizo una pausa y lo miró a los ojos, él añadió -Nunca he sabido que seas una desertora, Eshe. Lucian te envió aquí por una razón, y tú sabes que no es probable que cambie de opinión acerca de tenerte aquí ahora. Sólo confía en él y haz lo que puedas.- Cuando ella vaciló, pero al mismo tiempo no se rehusaba, él añadió, -Por lo menos duerme. Quién sabe, quizás un poco de descanso realmente te ayudará, si no lo hace, siempre puedes llamar a Lucian mañana.Eshe lo miró en silencio, estaba terriblemente tentada por la sugerencia. Tal vez si ella dormía, podría manejar mejor las cosas. Y podría quedarse aquí con Armand. Por otro lado, ella realmente no creía que el sueño fuera a ayudarle mucho. No podía pensar con claridad cuando estaba alrededor de Armand. Sin embargo, un día de descanso no iba a ralentizar mucho más las cosas por aquí, argumentó su mente en forma tentadora, y podría ver a Armand cuando se despertara. -Muy bien, voy a dormir, pero no creo que vaya a hacer una diferencia,- murmuró ella, volviéndose hacia las escaleras. Oyó que Bricker le murmuraba buenas noches, pero simplemente levantó la mano a modo de saludo mientras se iba. Su mente estaba demasiado ocupada revisando todo lo que había sucedido desde su llegada para hacer el esfuerzo necesario para decir algo. Ella realmente estaba agotada, pero sospechaba que no era sólo por la falta de sueño. También estaba el hecho de que realmente debería haber tomado un par más de bolsas de sangre, en vez de las tres o cuatro que había tomado. Generalmente sólo necesitaba tres o cuatro al día, pero entre el cortocircuito que se había causado a sí misma la noche anterior, y luego el vino de esta noche, había agotado la sangre que en realidad no le sobraba.


Por desgracia, no tenía idea de dónde estaba la sangre. Ya había ido al armario de Armand en su paseo de la noche anterior después de haber llegado y no había visto ninguna prueba de que allí estuviera la nevera. Obviamente que había sido construida allí, pero ella no tenía ganas de buscar en su armario de nuevo. En realidad, lo único que quería hacer en ese momento era dormir. Estaba exhausta después de lo que esencialmente fue una montaña rusa de un día. Había llegado sospechando que Armand era un asesino, luego se enteró de que era su compañero de vida, y pasó el tiempo entre la lujuria por ir tras él y tratar de hacer su trabajo. Su rechazo al volver a la casa, y así lo había sentido ella, había sido el golpe final. Su mente estaba corriendo en círculos tratando de entender lo que había ocurrido allí. En el centro comercial él había estado dispuesto a correr de regreso a la casa y saltar sobre sus huesos, pero después de la comida, al parecer había perdido el interés. ¿Cómo podía perder el interés un compañero de vida? La pregunta divagaba por su mente con una nota de incredulidad y fue seguida por el hecho de que un compañero de vida no pierde el interés. Lo cual significaba que por alguna razón, él estaba luchando contra lo que eran, o que podía resistirse a ella porque en realidad no era su compañero de vida. Tal vez ella realmente no podía leerlo porque él era difícil de leer y no porque fuera su compañero de vida. Después de todo, Lucian no podía leerlo, se recordó a sí misma. Tal vez eso es lo que pasó con ella también, pensó. Por supuesto que estaban el despertar de su apetito por los alimentos y el sexo, reconoció Eshe, pero esas ansias podían ser más psicológicas que otra cosa. Tal vez sólo estaba interesada nuevamente en la comida y el sexo porque pensó que él era su compañero de vida. Eshe lanzó un suspiro ante la confusión de sus pensamientos y decidió que lo que realmente necesitaba era dormir. Eso al menos aclararía un poco sus pensamientos. En la mañana trataría de considerar todo de nuevo y vería si llegaba a alguna conclusión diferente, se aseguró a sí misma mientras entraba en la habitación de huéspedes que había elegido. Cuando caminaba por la habitación oscura en dirección a la cama, alcanzó a ver un reflejo de su imagen en el espejo. Se detuvo y observó su imagen por un momento, notando cuán corto y sexy era su bay-doll. Había sido una buena elección por parte


de Armand. Verdaderamente perfecta. Ella dudaba de que en la tienda hubiera otra cosa que la exhibiera como esto lo hacía. -¿Cómo diablos es que él puede resistirse a mí?,- preguntó ella disgustada y confundida, y se dio vuelta para arrojarse sobre la cama. -¿Cómo diablos es que puedo resistirme a ella?,- murmuraba Armand mientras sacaba el estiércol de una de las caballerizas en el establo. Aún podía verla en su mente, con los ojos dorados brillantes en la penumbra del pasillo, el baby-doll blanco que abrazaba sus pechos y flotaba hasta pasar apenas sus caderas. Los ajustados pantalones de cuero, que hacían que se viera desnuda, con el baby-doll bajo la tenue luz sobre sus cabezas. Maldita sea, todo lo que había querido hacer era arrojarla al piso... tal como ella se había puesto... y sacar su lado sórdido con ella. En cambio, él le había dicho que tenía trabajo que hacer y salió de la casa corriendo para aquí como si el mismo diablo estuviera a la cola. Armand no sabía cómo se las había arreglado para resistir los impulsos que ella le causaba, pero estaba condenadamente seguro de una cosa, no había manera de que fuera a ser capaz de resistirse a ella de nuevo... lo que significaba que había que sacarla de allí tan pronto como fuera posible. Ni siquiera podía darse el lujo de pasar una noche con ella. Armand sabía que se había engañado a sí mismo al creer que podía tenerla una noche y después rechazarla. Ahora sospechaba que la verdad es que una noche no sería suficiente. Tendría necesidad de otra y otra y otra hasta que... hasta que enviudara por cuarta vez, reconoció con tristeza. Ese era su temor. Hablarle de la muerte de sus esposas le había hecho darse cuenta de lo tonto que estaba siendo. Eso había resucitado todas sus dudas acerca de que esas muertes fueran accidentales, y reavivó su preocupación de que alguien hubiera estado acechando a la gente que amaba, les quitaba la vida y luego lo encubría como accidentes. Había sido bastante malo cuando él pensaba que sólo sus esposas habían muerto, pero después de su charla durante la cena, Armand se preguntaba también sobre la muerte de su hijastra Annie. Tenía que llamar a Lucian ahora y conseguir que enviara a alguien para recoger a Eshe y la llevara a salvo a otra casa. Su casa no era segura para Eshe D'Aureus, pensó mientras se enderezaba para agarrar el teléfono en su bolsillo. -¡Wow!-


Armand miró rápidamente hacia la puerta abierta del establo mientras un hombre con pantalones de cuero, camiseta y chaqueta de cuero, entraba y se dirigía hacia las caballerizas en dirección a él. Su nariz se arrugó con disgusto y sus labios se torcieron con desagrado cuando encontró la mirada de Armand. -El olor de aquí es bastante rancio, amigo. No sé cómo puedes soportarlo. ¿Has pensado en algún aromatizador tal vez? ¿O un trabajo diferente?-¡Quién diablos...!-Justin Bricker. Puedes llamarme Bricker,- lo interrumpió él ofreciéndole su mano. -Yo trabajo con Eshe.Armand cambió automáticamente su teléfono a su otra mano y tomó la de Bricker. Su mirada se deslizó sobre el inmortal más joven mientras le estrechaba la mano y arqueó una ceja, -Entonces, ¿todos los ejecutores de Lucian tiene una cosa con el cuero, o sólo tú y Eshe?-Monté en mi motocicleta, y el cuero protege mejor tu piel si te raspas. Eso significa que después necesitas menos sangre para repararte,- explicó Bricker, y luego sonrió y añadió -Pero yo creo que Eshe tiene una cosa por el cuero. A decir verdad, nunca la he visto sin eso.-¡Y no la verás!,- aseguró Armand con tono grave y con la boca apretada ante la idea de que ese chico joven viera a Eshe desnuda. -Entendido. Ella está fuera de los límites,- concordó Bricker con una mueca de dolor. -En serio, hombre. Ella ni siquiera me daría una segunda mirada cuando ella es tu compañera de vida, ¿verdad? Entonces, ¿crees que ahora puedes soltar mi mano, antes de romperla? La curación puede ser muy jodida.Armand le soltó la mano de inmediato, sintiéndose estúpido al darse cuenta de que no había sido sólo su boca lo que había apretado. Al parecer, era una especie de idiota celoso. Suspirando, se pasó la mano por el pelo y entonces le preguntó, Entonces, ¿qué estás haciendo aquí?-Lucian me ha enviado,- murmuró Bricker, frotándose las manos maltratadas. Pensaba que ustedes dos podrían estar un poco preocupados el uno por el otro, con lo de ser compañeros de vida y todo eso, y él me envió como protección adicional.-


-Oh,- suspiró Armand y luego admitió -Yo iba a llamar a Lucian para sugerirle que la llevara a otra parte.-Ahora ya no tienes que hacerlo, ¿verdad?,- dijo Bricker en tono despreocupado. Ahora que estoy aquí, hay dos de nosotros para vigilarla. Ella estará a salvo como un bicho en una alfombra.-Por las alfombras se camina,- señaló Armand en voz baja. -Entonces que sea como un bicho fuera de la alfombra,- dijo Bricker a la ligera. Pero por lo menos la alfombra ofrece alguna amortiguación.-No lo sé,- dijo Armand con el ceño fruncido. -Duerme,- sugirió Bricker despreocupadamente, apoyándose los brazos en la parte superior de la caballeriza. -Si todavía estás preocupado por la mañana, llama a Lucian... pero dudo que cambie de opinión.Armand sospechaba que él tenía razón, pero no dijo nada más. Él simplemente miró al otro hombre que contemplaba la caballeriza y luego todo el granero. -Entonces, ¿tú vives aquí a propósito?,- preguntó Bricker con evidente incredulidad. Armand lo miró fijamente por un momento, y luego una breve y sorpresiva risa brotó de su boca. Parecía obvio que el tipo no estaba impresionado, y le preguntó ¿Chico de ciudad?-Toda mi vida,- admitió Bricker casi disculpándose. -Mi tío tenía una granja y yo solía ir allí, pero nunca descubrí la atracción por pisar a través del estiércol.-Por lo general, trato de no hacerlo,- le aseguró Armand divertido. -Es bueno saberlo,- dijo Bricker, y luego levantó una ceja. -¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?-Es amable de tu parte por ofrecerte, pero creo que tengo todo bajo control,- dijo Armand con ironía, pensando que el muchacho sería un obstáculo más que una ayuda. Si él nunca había estado en una granja de antes, no sabía qué demonios podía hacer. -Tal vez sólo deberías volver a la casa y mantener un ojo sobre Eshe.-


-Ella se fue a la cama,- dijo Bricker encogiéndose de hombros, y luego agregó con malicia,-Sola. Debo decir que no es el resultado más frecuente entre los compañeros de vida. Decker y Mortimer eran como un par de toros en la temporada de apareamiento cuando se encontraron con sus compañeras de vida, y Eshe estaba lista para marcharse de aquí en nada más que un baby doll blanco y brillante y unas botas altas de cuero cuando la detuve. Por cierto, de nada.Armand lo miró con una combinación de rabia ante la idea de que este chico punk había sido el primero en ver apropiadamente a Eshe vestida con sólo un baby doll, y de confusión porque él le había dicho De nada. -¿Qué es lo que debo agradecerte?-Bueno, por salvarte de que se te clavaran astillas en el culo por hacerlo aquí en el establo, con los caballos mirando,- señaló él, y luego frunció el ceño y dijo -O tal vez la salvé a ella de las astillas. De cualquier manera, alguien no recibió astillas en el culo gracias a mi intervención.-Caramba, gracias,- dijo Armand secamente, pero no estaba seguro de lo que eso significaba. Su mente estaba llena de imágenes de Eshe en ese maldito baby doll con las botas de cuero. Su espalda contra la pared de la caballeriza y... -¡Mierda!,- dejó a un lado el rastrillo que había estado usando y salió de la caballeriza con la intención de entrar, encontrar a Eshe, y vivirlo en lugar de imaginarlo. -Entonces, yo voy a terminar esto aquí, ¿puedo hacerlo?,- se ofreció Bricker, ante lo cual Armand se detuvo abruptamente. Giró y se encontró con que el joven había tomado su lugar en la caballeriza, cogió el rastrillo y ahora estaba mirando pensativo el heno en el suelo. Armand sintió que sus hombros se caían. Él tenía tareas que hacer. El doble de la cantidad que por lo general tenía que hacer, ahora que no tenía un encargado para hacerlas. Consideró brevemente el dejar que Bricker lo ayudara, pero sólo muy brevemente. Justin Bricker ni siquiera parecía seguro de qué hacer con el rastrillo que sostenía. Al parecer, Eshe iba a dormir bien esta noche. Pero mañana iba a poner un aviso solicitando un nuevo encargado, decidió Armand. Al diablo con esperar hasta que Eshe se fuera, él necesitaba a alguien ahora, para pasar tiempo con ella.


Capítulo 7

El sol de la dura tarde asomaba por los bordes de las cortinas en las ventanas del dormitorio cuando Eshe se despertó. Una mirada al reloj le indicó que eran las tres de la tarde. Era temprano cuando se había ido a la cama, pero no cuando se durmió. Permaneció en la cama durante horas, exhausta, pero su mente estaba inquieta por las preocupaciones. Eran las 3 a.m. cuando ella miró por última vez el reloj antes de quedarse dormida la noche anterior. Había dormido doce horas. Era mucho para ella, y eso debería haberla dejado bien descansada. Sin embargo, también había disfrutado de algunos de esos sueños eróticos que comparten los compañeros de vida, su mente se fusionó con la de Armand mientras dormían y ambos vivieron en sus sueños lo que realmente querían hacer en la realidad, lo que culminó en un montón de sexo muy caliente. Era un poco embarazoso pensar en eso ahora que estaba despierta, pero Eshe definitivamente se sentía mejor por el alivio de las tensiones sexuales. Incluso se había despertado con un plan sobre la manera de demostrar que Armand le había dicho la verdad sobre la muerte de sus esposas. Eshe se sentó en la cama, apartó las mantas a un costado y se puso de pie. Ella incluso estaba tarareando en voz baja mientras cruzaba la habitación en dirección a la bolsa que había traído consigo. Aunque tenía pantalones vaqueros y camisetas, que ahora podría ponerse, el cuero era mejor para conducir la motocicleta, así que sacó el segundo par de pantalones de cuero que había traído, así como la parte superior del conjunto que era como un corset de cuero negro, y los llevó al cuarto de baño. Quince minutos después, duchada y vestida, salió de su habitación. Eshe llegó hasta la parte superior de la escalera y se detuvo. El largo sueño le había hecho bien, pero ahora necesitaba sangre y no había en el refrigerador de la planta baja. Se dio la vuelta para mirar por el pasillo hacia la habitación de Armand, pero al mismo tiempo negó con la cabeza. Si ella fuera allí, y se acercara a la cabecera del durmiente tigre Argeneau, no lograría hacer ni ninguna maldita cosa ese día. Su ropa estaría en el suelo y ella estaría en su cama con él antes de que él terminara de abrir los ojos. Y a pesar de que la noche anterior, él le había dado la espalda, no


creía que fuera a sacarla de su cama esta tarde. Ella estaría viviendo fuera de sus sueños, lo que ellos habían compartido en colores vívidos. Suspirando, Eshe comenzó a girar de nuevo hacia las escaleras, pero se detuvo cuando su mirada recayó sobre la única puerta cerrada en el pasillo. Obviamente, esa era la habitación que Bricker había tomado por su cuenta. Era la que estaba pasando la de ella. Eshe entrecerró los ojos mirando la puerta y luego asintió con la cabeza y se dirigió hacia ella con determinación. Ella sospechaba que Bricker había estado dando vueltas hasta el amanecer. Era el patrón de sueño habitual para la mayoría de los inmortales, meterse en la cama al amanecer y levantarse al atardecer. Por supuesto, algunos inmortales se levantaban más temprano o tenían un horario regular. Ellos no tenían que dormir durante el día si no les gustaba. Ni siquiera necesitaban verdaderamente evitar la luz del sol. Eso sólo los salvaba de tener que consumir más sangre para luchar contra el daño que la luz solar les causaba en la piel, por eso, la mayoría permanecía en el interior durante el día. Por desgracia para Bricker, a Eshe no le importaba mucho si él solía dormir hasta más tarde. Él era joven y necesitaba su ayuda. Si ella conocía a Lucian Argeneau, éste había enviado un suministro extra de sangre con Bricker, y ella quería algo de esa sangre. Y luego, necesitaba su ayuda para hacer preguntas sobre los hermanos de Susanna, y los padres de Althea, si es que aún estaban en la zona. Una llamada rápida a Lucian le diría dónde vivían las dos parejas. La puerta de Bricker no estaba cerrada, pero que no esperaba que lo estuviera. Por lo que ella podía ver, ninguna de las habitaciones tenía cerraduras. Eshe abrió la puerta y se movió en silencio por el interior, mientras observaba a Bricker que dormía. El muchacho tenía el cuerpo formado como el de un luchador, un montón de músculos definidos y el vientre plano, pero por suerte sin el cuello grueso que era tan poco atractivo. Eshe admiró su pecho abultado por encima de la sábana que había sido empujada hasta por debajo de la cintura, mientras ella se sentaba en el costado de su cama, luego extendió la mano y tiró suavemente de un mechón de su pelo. Los ojos de Bricker ojos se abrieron al instante. -Eshe,- dijo él sorprendido. -Te necesito,- susurró ella, porque no sabía cuán gruesas eran las paredes y no quería despertar a Armand.


Una lenta sonrisa curvó sus labios inmediatamente. -Sabía que no podías resistirte. Soy un bombón.-Ja, ja,- dijo Eshe, sabiendo que le estaba tomando el pelo. -¿Lucian mandó sangre contigo?-Está en la nevera en la cocina. La puse allí después de que me fui a la cama. Armand dijo que tenemos que ponerla en la nevera de su habitación esta noche, aunque, por lo que sé, su ama de llaves no viene hasta mañana.-Bueno,- dijo ella, poniéndose de pie. -Levántate. Tú me vas a ayudar.-¿Qué... ayudarte con qué?,- le preguntó él susurrando, mientras se sentaba en la cama. -Para saber lo que realmente le sucedió a las esposas de Armand.-¿El sueño te ayudó a despejar tu mente, entonces?,- dijo él satisfecho. -Sí. Y siempre que pueda mantenerme alejada de Armand permanecerá clara. Levántate y vístete. Voy a estar en la cocina.- Ella estaba en la puerta antes de añadir: -Y ponte tus ropas de cuero, vamos a salir.Eshe no se quedó a esperar para ver si él seguía sus órdenes, pero el susurro de las sábanas detrás ella mientras abría la puerta de la habitación, le indicó que lo había hecho. Como la ejecutora de mayor rango, no hubiera esperado cualquier cosa menos que la obediencia inmediata, y lo consiguió. Eshe estaba tomando la tercera bolsa de sangre cuando Bricker entró a la cocina en camiseta, pantalones de cuero y una chaqueta, y con el pelo aún húmedo por una ducha muy rápida. -Entonces, ¿qué es lo que vamos a hacer hoy?, - le preguntó alegremente al tiempo que abría la puerta del refrigerador para tomar una bolsa de sangre. Eshe sacó la bolsa vacía de sus dientes y respondió: -Voy a llamar a Lucian para averiguar dónde viven los hermanos de Susanna y los padres de Althea, y luego vamos a ir a hacerles unas preguntas. Deberían ayudarnos a corroborar en dónde estaba Armand cuando Susana y Althea murieron.-Genial,- tarareó Bricker, incorporándose junto a la nevera con dos bolsas en la mano. Le dio una a ella y dijo: -Ves, yo te dije que con una noche de sueño sería diferente.-


Eshe simplemente gruñó mientras estampaba la bolsa en sus dientes. Odiaba los Te lo dije… Cuando terminaron de alimentarse, Eshe sacó su teléfono celular del bolsillo y marcó el número de la casa de Lucian. Era temprano todavía, pero Lucian era un hombre que parecía que no dormía. Además, ella no podía sentarse a esperar. Quería estar fuera de la casa y en movimiento antes de que Armand se despertara y su cerebro se fuera al sur. -Hable,- fue el saludo que ladró Lucian cuando contestó el teléfono. Eshe puso los ojos en blanco. No había realmente ninguna razón por la que el hombre no pudiera por lo menos intentar ser un poco cortés. -Soy Eshe,- anunció ella. -Y buenas tardes a ti también, Lucian.-No asignaré a otra persona a...- comenzó a decir él con voz firme, y ella lo interrumpió,- No te estoy pidiendo eso.-Oh.- De hecho, ella podía escuchar por la línea cómo él fruncía el ceño. Él no le preguntó lo que ella quería, sino que simplemente esperó a que ella hablara. -Necesito la dirección de Agnes y John Maunsell y la de los padres de Althea,anunció ella. -William y Mary Harcourt,-, murmuró él, dándole su apellido, y luego le preguntó sin rodeos, -¿Por qué?-Armand dice que él estaba en el campo cuando Susanna murió en el incendio del establo, y que estaba en la casa de la granja cuando Althea murió en el incendio del hotel en Toronto. Quiero hablar con ellos para ver si pueden verificarlo,- explicó, y añadió: -Eso lo exculpará de al menos dos de las muertes, lo que aclara bastante su situación, ¿no te parece?Lucian permaneció en silencio durante un minuto y luego oyó un crujido, como si estuviera cubriendo el teléfono. Fue seguido por una conversación apagada que no podía entender. Cuando terminó, hubo otro rumor el destaparse el teléfono y luego una voz femenina dijo, -Hola, Eshe. Soy Marguerite Argeneau.-Marguerite,- murmuró ella sonriendo a medias. A Eshe siempre le había gustado la cuñada de Lucian, esposa de su ahora difunto gemelo, Jean Claude. -Hola, ¿Cómo estás?-


-Muy bien. Escucha, Lucian te conseguirá las direcciones, pero creo que por lo menos puedo ayudarte con la muerte de Susanna. Vivíamos cerca de Armand en ese momento y Jean Claude y yo fuimos a visitarlo cuando nos enteramos de que nacería el bebé. Nos desencontramos con Armand, que al parecer se había ido el día después del nacimiento y nosotros llegamos cuatro días después. Nos alojamos allí durante un par de días y luego nos fuimos por la tarde del mismo día en que se produjo el incendio durante la noche. Por lo que escuché después, aparentemente ocurrió un par de horas después de nuestra partida. Armand no estaba en su casa cuando nos fuimos, así que a menos que llegara después de que nos fuimos... - No se molestó en terminar la frase, pero en vez de eso le dijo, -¿Te ayuda en algo?-Sí,- murmuró Eshe, tratando de ignorar el alivio que deslizaba a través de ella, por lo menos sabía que Armand probablemente no había estado allí cuando Susanna murió. -He leído la mente de Marguerite,- anunció Lucian, quien al parecer había tomado el teléfono. -Ella está diciendo la verdad.Eshe puso los ojos en blanco ante ese anuncio grosero y brusco, pero sonrió de mala gana cuando advirtió que Marguerite se reía con regocijo en el fondo. Al parecer, ella no estaba molesta por su lectura para comprobar que estaba diciendo la verdad. -Aquí están las direcciones,- exclamó Lucian abruptamente, y Eshe miró a su alrededor un poco desesperada buscando lápiz y papel para garabatear la información. -Aquí.- Bricker arrebató una libreta imantada de la nevera y la puso frente a ella, junto con un lápiz que encontró después de una búsqueda rápida en el cajón junto a la nevera. Eshe formó la palabra Gracias en su boca y escuchó mientras Lucian le dictaba cada dirección. -Las dos están en la zona,- murmuró ella aliviada mientras ella anotaba las direcciones. Armand le había dicho que los padres de Althea se habían mudado a Europa después de su muerte. Ella había estado preocupada por el hecho de que todavía pudieran estar allí. Pero parece que se habían mudado de nuevo a la zona desde entonces.


-¿Necesitas algo más?,- le preguntó Lucian en forma brusca. -No. Eso fue...- Eshe no se molestó en terminar la frase. Lucian había colgado en el momento en que ella le había dicho que no. Poniendo los ojos en blanco, murmuró: -Y adiós a ti también.-¿Entonces?- preguntó Bricker, dando un salto y sentándose en la isla de la cocina. ¿Adónde vamos?Eshe arrancó la hoja de papel con las direcciones y se la acercó. -Los hermanos de Susanna son los que viven más cerca,- comentó él, y luego la miró interrogante. -¿Qué hay para desayunar?Eshe examinó la cuestión. Ella casi quería picotear algo, pero realmente quería ponerse en camino. Este asunto de comer podía ser un poco inconveniente. ¿Puedes cocinar?,- le preguntó ella finalmente. Bricker frunció los labios, y luego dijo lentamente: -Sí... pero vi un restaurante cuando vine hacia aquí. Sería más rápido.-Bien pensado,- decidió ella volviéndose hacia la puerta. -Entonces iremos al restaurante.Bricker se bajó del mostrador y cuando pasó junto a ella le dijo,- Te juego una carrera.-Te voy a ganar,- le advirtió Eshe, saliendo de la cocina tras él. Les sirvieron un desayuno completo en el restaurante que resultó ser delicioso. También fue puesto en la mesa, frente a ellos, muy rápido. Eshe y Bricker fueron igualmente rápidos para consumirlo, pagaron la cuenta y salieron de allí. Aparte del hecho de que quería terminar rápido con las preguntas a las familias de las primeras esposas de Armand, ella también se sentía muy incómoda en el comedor. Estaba lleno de lugareños, y cada uno de ellos parecía estar mirándolos a Bricker y a ella, cuando no estaban ofreciéndoles una sonrisa amplia y amable, cuchicheaban entre sí frenéticamente. Parecía que la señora Ramsey había sido fidedigna al difundir la descripción de Eshe por los alrededores y todo el mundo sabía quién era ella, pero había un montón de especulación frenética entre las mesas y las camareras sobre quién


podría ser Bricker. Algunos lo habían catalogado como su amante y sospechaban que se había desarrollado un triángulo amoroso en la granja. Otros pensaban que tal vez era un pariente. Eshe sólo sacudió la cabeza ante eso. Sucedía que ella tenía dos hermanos blancos que tenían el color de la piel de su padre, pero Bricker no se parecía en nada a ninguno de su familia. Eshe se sentía incómoda siendo el centro de atención y se alegró cuando terminaron de comer y ella se apresuró a irse del lugar junto con Bricker. Agnes y John Maunsell vivían a dos ciudades más, a veinte minutos. Por lo menos veinte minutos es lo que les tomó a Eshe y a Bricker cuando condujeron velozmente hasta allí. La casa a la que arribaron era un rancho grande y moderno de ladrillos, situado a un buen trecho de la carretera, con varias dependencias de color rojo brillante a su alrededor y un cerco blanco por todas partes. En verdad, se veía que todo era flamante y obviamente era la última de las seis granjas que John había adquirido, según le contó Armand. -Lindo,- comentó Bricker comentó una vez que apagaron sus motocicletas y ella podía oírlo. -Sí,- estuvo de acuerdo Eshe mientras se bajaba de su motocicleta, y era atractivo. Pero ella prefería la granja de Armand. Allí, había una hilera de árboles a lo largo de la carretera y alrededor de la casa que ofrecían privacidad y hacían que la casa se sintiera acogedora y casi apartada. En este caso, no había árboles en absoluto, los edificios simplemente estaban situados en el medio del campo como si los hubieran dejado caer allí. -¿Me pregunto cuántas hectáreas tienen aquí?,- murmuró Bricker mientras iban juntos en dirección a la casa. Eshe simplemente se encogió de hombros, su mirada se deslizó sobre un pequeño coche deportivo amarillo y negro y una furgoneta grande aparcada al otro lado del camino de entrada. -Ellos están en casa.-Sí,- murmuró Bricker, extendiendo la mano para pulsar el timbre al llegar a la puerta. -Ahora la pregunta es si están despiertos o no.Eshe simplemente gruñó ante el comentario, pero frunció el ceño cuando se dio cuenta de que probablemente no lo estaban. Todavía había luz en el exterior y un


montón de inmortales viejos dormían todo el día, un viejo hábito difícil de romper, después de siglos de hacerlo por necesidad. Mientras esperaban en la puerta a que los atendieran, Eshe observó una vez más el entorno a su alrededor. La tarde caía sin una nube en el cielo. El sol caía a pique sobre ellos, y estaba caliente, ella se alegró de haberse puesto la ropa de cuero que evitaba que el sol quemara y dañara su piel. No habían pensado en traer alguna ración adicional de sangre con ellos, razón por la cual, Bricker y ella aún tenían puestos sus cascos con las viseras bajas. No se los quitarían hasta que estuvieran en el interior, a salvo del sol. Si es que lograban entrar, pensó Eshe mientras la espera se prolongaba. Tamborileó con sus dedos sobre su muslo, mientras esperaban, pero cuando Bricker extendió la mano para tocar el timbre de la puerta otra vez, ella lo tomó del brazo para detenerlo. -No te molestes. La mayoría de las habitaciones de los inmortales más antiguos están insonorizadas y no tienen teléfono, para evitar las llamadas molestas y a los vendedores ambulantes...- Ella hizo un gesto para que él la siguiera y regresaron a sus motocicletas. -Vamos a ir a lo de los Harcourt, pasaremos nuevamente por aquí, en el camino de regreso.Eshe lo llevó de vuelta a sus motocicletas y se subió a la suya, pero miró a Bricker en forma interrogante, cuando éste se detuvo y miró hacia la casa con la cabeza ladeada. -¿Qué es eso?- Bricker vaciló, y luego sacudió la cabeza. Fue a su motocicleta, murmuró -Nada.Eshe miró de nuevo hacia la casa, pero no vio nada. Encogiéndose de hombros, repitió,-Vamos a volver en el camino de regreso. Vamos.Bricker dudó un instante, pero luego asintió con la cabeza y se subió a su propia máquina, preguntando, -¿Conocemos el camino a la casa de los Harcourt?-Lo marqué en mi GPS,- respondió ella. -Según eso, la casa de los Harcourt está a unos quince minutos de aquí.Llegaron a lo de los Harcourt en catorce minutos, pero no habían corrido a toda velocidad como lo habían hecho cuando fueron a lo de John y Agnes. William y Mary Harcourt vivían en una casa no muy diferente de la granja Maunsell. Era un rancho más moderno, con edificios anexos, sólo que aquí había una hilera de árboles junto a la propiedad, así como a lo largo del camino que conducía a la casa.


Eshe dobló en el camino de entrada y desaceleró cuando vio el coche que venía hacia ella. El coche aminoró la velocidad, y entonces una mujer detrás del volante los miró con curiosidad mientras pasaba, aunque no se detuvo, sino que continuó yendo hacia la carretera. -Supongo que esa era Mary Harcourt,- comentó Bricker cuando detuvieron sus motocicletas en la zona pavimentada frente a la casa. -Aunque no he visto al señor Harcourt.-Te apuesto a que él se encuentra aquí,- murmuró Eshe, señalando con la cabeza hacia el hombre de cabello oscuro que los miraba desde la puerta del establo cercano. Él parecía tener unos veintiséis o veintisiete años, pero todos los inmortales adultos lucían así. Sin embargo, este hombre parecía sombrío y hostil mientras los miraba acercarse. Eshe dejó que Bricker hiciera las presentaciones, su mirada recorrió al padre de Althea y luego se movió por todo el interior del granero en el que estaban mientras se quitaba el casco. -Así que tú eres la nueva compañera de vida de Armand.Eshe volvió para mirar con los ojos abiertos a William Harcourt por ese comentario. Él sonrió divertido por su expresión. -Cariño, tus pensamientos son como gritos en mis oídos en este momento, es el riesgo de encontrarse por primera vez con un compañero de vida. Poco a poco vas a recuperar de nuevo el control.Eshe hizo una mueca y asintió con la cabeza, pero él no lo hizo. -Ahora, ¿qué diablos fue eso que tomé de ti, acerca de que estás comprobando sus coartadas para asegurarte de que Armand no pudo haber matado a Susanna o Althea?Eshe maldijo, pero Bricker sólo comenzó a reír y dijo: -Bueno, eso nos ahorra de tener que hacer preguntas.-Tal vez,- gruñó Harcourt. -Pero tú deberías darme una maldita explicación de las cosas. He conocido a Armand por 700 años. No tuvo nada que ver con la muerte de sus esposas. Maldición, todos fueron accidentes... ¿no?- Añadió, y frunció el ceño. Yo sé que lo de Althea lo fue.-


Eshe lo miró fijamente. -No parece muy seguro.William Harcourt evitó su mirada por un minuto y luego sacudió la cabeza. -No lo sé. Siempre me he preguntado...-¿Qué es lo que se ha preguntado?,- preguntó Eshe con su cuerpo en tensión. William le hizo una mueca. -Oh, no entres en pánico. Nunca me pregunté acerca de Armand. Él ni siquiera sabía dónde estábamos. Era la temporada de más trabajo para nosotros los agricultores, pero yo tenía un buen administrador, así que cuando Mary me rogó que la llevara a ver a Althea y al pequeño Thomas, estuve de acuerdo. Nos alojamos un par de días, pero las chicas querían pasar más tiempo juntas, y Mary le sugirió a Althea que volviera a casa con nosotros durante un par de semana y la traeríamos de vuelta después de la cosecha, cuando Armand no estuviera tan ocupado.-Y usted accedió,- adivinó Eshe, lo que provocó que Willian torciera los labios en un gesto irónico. -Siempre he sido un poco blando cuando se trata de las cosas que Mary quería, y no era mucho mejor con Althea, así que, sí, estuve de acuerdo.- Se pasó una mano por el cabello con gesto cansado. -Si no lo hubiera hecho, Althea todavía podría estar viva.Eshe desvió la mirada, dándole un momento para que la emoción pasara. Cuando él se aclaró la garganta, lo miró de nuevo y vio que su expresión era sombría y decidida. -De todos modos, Armand estuvo de acuerdo con la visita y nos fuimos a la noche siguiente. Pero te puedo garantizar que él no nos siguió. Cuando salimos, él tenía su brazo metido hasta el hombro en el vientre de una yegua y estaba tratando de desenredar a su potrillo que se había enredado en el cordón umbilical. No hay manera de que nos siguiera.Eshe asintió en silencio incitándolo a continuar. -Incluso si hubiera dejado todo, se hubiera cambiado y nos hubiera seguido, él nunca nos habría alcanzado.-¿Por qué?,- preguntó Bricker. -Debido a que apenas habíamos salido de la granja, las mujeres comenzaron a hablar de la posibilidad de viajar a Toronto, mientras Althea se estuviera


quedando con nosotros,- dijo, y a continuación explicó, -Armand estaba en otra granja en esa época, al igual que nosotros. Su granja estaba en ese momento al noreste de London, a medio camino entre nuestra granja y Toronto. Era un viaje en carruaje mucho más largo de lo que sería hoy en día. La idea de tener que hacer ese largo viaje desde nuestra casa en una fecha posterior, no me resultaba emocionante. Pensé que si nos dirigíamos hacia allí desde lo de Armand, acortaríamos de esa manera la mitad de la jornada.Eshe asintió con la cabeza ante su razonamiento. -Así que en vez de ir hacia el sur, fueron hacia el este, y Armand no lo habría esperado así que no pudo haberlos seguido, a menos que estuviera justo detrás de sus talones.-Exactamente, y confía en mí, no estaba directamente detrás nuestro. Incluso si hubiera dejado a la yegua tan pronto como salí del establo, tendría que haberse limpiado un poco y cambiado de ropa para seguirnos. No estaba en nuestros talones,- repitió él con firmeza. -Entonces, ¿qué es lo que se pregunta?,- preguntó Eshe en voz baja. -En su momento, fue el hecho de que Althea estuviera muerta,- dijo sombríamente. -Ella fue la única víctima en el incendio del hotel. Muchos de los mortales resultaron heridos. Maldición, incluso Mary y yo nos chamuscamos un poco, pero Althea fue la única persona que murió y ella era inmortal.-¿Cómo logró salir Thomas?,- preguntó Bricker de repente. -Él sólo tenía cuatro años, ¿verdad? Debe de haber estado con ella. ¿Cómo...?-Estaba con nosotros,- lo interrumpió William, diciéndole lo que Eshe ya sabía. Althea, dijo que él tendía a causar alboroto durante el día y Mary se ofreció a llevarlo a dormir en la habitación con nosotros, así ella podría dormir durante el día sin ser molestada.-¿La habitación de Althea estaba junto a la suya?,- preguntó Eshe. William negó con la cabeza, con una expresión tensa. -El hotel estaba lleno, las dos habitaciones que nos dieron estaban en los extremos opuestos del hotel, una en la parte delantera y la otra en la parte de atrás, lejos de la carretera y más tranquila. Althea pidió la que estaba en la parte trasera del hotel para poder dormir durante el día sin ser molestada por el tránsito de la calle. A Mary y a mí no nos importaba quedarnos con la habitación que teníamos, así que lo aceptamos. Lo único que


queríamos era ir a la cama. El viaje en aquel entonces era largo y polvoriento, nos había dejado extenuados, así que todos nos fuimos a la cama temprano.- William Harcourt hizo una pausa, y ella sospechó que estaba buscando en sus recuerdos cuando dijo, -Faltaban un buen par de horas antes del amanecer, cuando nos fuimos a nuestras habitaciones. No tardamos mucho tiempo en conseguir que Thomas se acostara y luego Mary y yo caímos de inmediato.Suspiró. -El fuego aparentemente comenzó cerca de tres horas más tarde, un poco después del amanecer. Nos despertamos por los gritos y un humo espeso en el aire. Salí al vestíbulo para ver qué era lo que estaba pasando, pero era todo era un caos. El humo era denso y los huéspedes del hotel parecían estar presos del pánico, luchando por encontrar a sus seres queridos y salir. Volví y fui a buscar a Mary y a Thomas para sacarlos del hotel y luego tuve que tomarme el tiempo para encontrar un lugar fuera de la luz del sol donde pudieran esperarme. Tan pronto como encontré un lugar protegido, fui a la parte trasera del hotel en busca de Althea. Pasé mucho tiempo buscando entre los huéspedes que andaban a los tumbos perturbados y confundidos. Cuando finalmente no pude encontrarla, pensé que ella debía haber salido y que había encontrado un refugio. Si ese era el caso, ella podía estar en cualquier lugar, así que me tomé el tiempo para regresar a buscar a Mary y Thomas y trasladarlos a otro hotel, y luego regresé para continuar la búsqueda.-No la encontró.- Bricker manifestó lo que era obvio. William sacudió la cabeza. -No, me quedé mirando hasta que escuché que algunos hombres decían que el fuego se había iniciado en la habitación de la esquina trasera y que estaban sacando unos restos.-¿La habitación de Althea?,- preguntó Eshe. William asintió con la cabeza. -Y los restos de Althea. Todo lo que quedaba de ella era la cabeza quemada, pero una de las orejas todavía estaba casi intacta y reconocí el pendiente. Era uno de un par que le había dado para su décimo octavo cumpleaños.- Él suspiró y nuevamente se pasó la mano por el pelo. -Levantamos a Thomas y nos dirigimos directamente a lo de Armand para decirle lo que había pasado.-


William la miró con seriedad mientras le decía, -Armand no la mató. No sé si es que el fuego fue accidental y quedó atrapada, o lo que ocurrió. Pero si fue intencional, no fue Armand quien lo causó.Eshe asintió con la cabeza y comenzó a alejarse, pero se detuvo cuando él agregó: Y él tampoco mató a Rosamund.Ella se detuvo y miró hacia atrás en forma brusca, -¿Ah, sí?-Nos mudamos a Inglaterra un tiempo después de la muerte de Althea. Mary no pudo manejar bien la pérdida y me pareció que una estadía en Europa le sentaría bien, aunque en realidad no hizo diferencia, y nos habíamos mudado de nuevo a esta zona sólo un par de semanas antes de que Rosamund muriera. Armand fue muy bueno al hospedarnos a Mary y a mí en su granja hasta que compráramos la nuestra. Estábamos allí cuando murió Rosamund. Mi Mary y Rosamund estaban en la casa hablando cuando Armand y yo nos dirigimos a los campos. Estaba ayudándolo mientras nos quedábamos con él. No quería ser una carga,- explicó, y luego continuó, -supongo que Rosamund salió una hora después de que nos fuéramos. Armand y yo trabajamos en el campo la mayor parte de la noche y nos dirigíamos a la casa en torno a 22:00 hs. cuando un vecino de Armand llegó a caballo con la noticia de que había encontrado la camioneta de Rosamund volcada en el camino y que ella estaba muerta.- Su boca se torció en una mueca de insatisfacción cuando añadió, -dijeron que la camioneta se cayó de mal modo sobre ella y que fue decapitada.Eshe permaneció en silencio, digiriendo eso. -No puedo hablar de dónde estaba él al momento de la muerte de Annie la de Nicholas,- dijo William de pronto. -Pero que me aspen si no estoy seguro de que él no la mató, y sé muy bien que no mató a Susanna. Nadie mata a su compañera de vida,- dijo William en forma contundente. -Gracias, - dijo Eshe con sinceridad, aliviada por sus revelaciones. William asintió con la cabeza y luego se dio vuelta, y se fue hacia la parte trasera del granero, dejando que ellos salieran del edifico por su cuenta -Supongo que Armand está libre de sospecha,- comentó Bricker mientras se dirigían a la puerta abierta del granero.


-Sí,- dijo Eshe, respirando libremente por primera vez desde que se había dado cuenta de que no podía leer a Armand Argeneau. Sentía como si hubiera tenido una banda apretada alrededor de su pecho con esa revelación. Encontrar un compañero de vida era una cosa impresionante... excepto cuando existía la posibilidad de que fuera un maldito asesino y pudieras perderlo casi tan rápido como lo habías encontrado. -Así que, ¿nunca te encontraste con Armand antes de esto?,- le preguntó Bricker, y luego señaló,-Quiero decir, ¿desde hace cuánto tiempo conoces a Lucian?-Toda mi vida, -murmuró ella. -Cierto. Entonces, ¿cómo es que nunca conociste a Armand?Eshe hizo una pausa para ponerse el casco cuando llegaron a la puerta del granero. -Lucian era amigo de mi padre y nos visitaba de vez en cuando. Siempre venía a África, una vez cada cincuenta años o algo así, mientras mi padre vivía, pero sus visitas fueron menos frecuentes después de eso, y él siempre estaba solo. Luego, cuando me mudé a Canadá hace aproximadamente un siglo...- Ella se encogió de hombros y empezó a cruzar el patio hacia sus motocicletas. -No he sido muy sociable desde que Orion, mi primer compañero de vida, murió. Yo mayormente era muy reservada. Me encontré de pasada con Marguerite una o dos veces y con un par de sus hijos. Thomas me entregaba sangre de vez en cuando, y conozco a todos los familiares que están involucrados en la caza de renegados, incluyendo a Nicholas antes de que se convirtiera en un renegado, pero aparte de eso...- Ella se encogió de hombros. -Hmm,- murmuró Bricker, y meneó la cabeza. -Así que si Lucian no te hubiera enviado en este caso es posible que nunca hubieras encontrada a Armand. Es extraña la vida, ¿eh?-Sí,- estuvo de acuerdo Eshe en voz baja, mientras pasaba una pierna por encima de su motocicleta. -Muy rara a veces.-La buena noticia es que ahora puedes seducir a Armand sin culpa y sin preocuparte por estar haciendo el Hoochie-coo con un asesino,- dijo Bricker alegremente. -¿El Hoochie-coo?,- preguntó ella asombrada. -¿Estás intentando de que te patee el culo de nuevo, Bricker?-


Él sonrió y simplemente encendió su motocicleta, el rugido del motor hizo que la conversación fuera imposible. Sacudiendo la cabeza, Eshe encendió su propia máquina, pero sus palabras resonaban en su cabeza. Ahora ella podía seducir a Armand sin culpa. Esa era la mejor noticia que había tenido en mucho tiempo. Pasaron por la casa John y Agnes Maunsell en el camino de regreso a la granja, pero además de que ahora estaba completamente oscuro, no había luces encendidas en la casa, y el coche y la camioneta, ya no estaban. -Parece que los perdimos,- dijo Bricker sobre el rugido de sus motores, cuando ellos se detuvieron en el camino de salida. -Vamos a intentarlo más tarde, o tal vez mañana,- decidió ella. Bricker asintió con la cabeza y estranguló su motor. -Te juego una carrera hasta la granja.-


Capitulo 8

Armand guardó los filetes que había comprado en el mercado de la ciudad, y luego se trasladó a la puerta de la cocina y se asomó por el pasillo a la puerta de tela metálica en el patio delantero. Todavía no había signos de Eshe y Bricker. Frunciendo el ceño, se trasladó de nuevo a las bolsas de comestibles que había establecido en la isla y sacó las papas y las cebollas. Una vez que estos también fueron guardados, regresó de nuevo a la puerta de la cocina para mirar el pasillo hacia el patio delantero. Nop. Todavía no había señales de Eshe y Bricker. Armand se movió de nuevo a los comestibles. Se había pasado la madrugada cuando por fin había terminado todas las tareas y se retiró a su cama por la mañana. Para entonces Armand se había agotado lo suficiente que había caído justo a dormir en vez de permanecer allí codiciando a Eshe... que era exactamente lo que esperaba. Sin embargo, su cansancio no le había parado de tener los sueños eróticos compartidos que los inmortales tienden a disfrutar. Armand suspiró al recordar algunos de esos sueños. Si Eshe era la mitad de caliente, en realidad, como lo había sido en los sueños, no creo que nunca sería capaz de rechazarla. Es más, entre éstos y su completa falta de sueño el día anterior, así como el día de trabajo y por la tarde que había tenido, Armand había dormido a través de este día y la noche. Había sido después de las cinco, cuando por fin había despertado. Él había venido abajo, preocupándose por cómo manejaría a Eshe hoy en día, sólo para descubrir que no era una preocupación. Ni ella ni Bricker estaban allí. Una revisión rápida alrededor había demostrado que mientras las motocicletas se habían ido, sus habitaciones todavía tenían sus posesiones, por lo que había aparecido con el tiempo que iban a volver. El conocimiento había dejado a Armand aliviado, lo que era extraño, ya que él había estado listo para enviar a Eshe lejos la noche anterior. Demasiado hambriento para preocuparse de sus propios sentimientos confusos entonces, Armand había empujado su cabeza en el refrigerador y luego había buscado los armarios en una caza por alimento. El problema con comer otra vez era que una vez que empiezas, el estómago tiende a demandar continuidad. Sin


embargo, él había estado mucho tiempo sin comer que no hubo mucho para elegir en su cocina. Pareció que la Sra. Ramsey había consumido el tocino como los alimento el día antes, y mientras había todavía huevos y tostada, él no tenía una pista como cocinarlos. Después de un breve debate, Armand se había quitado al comensal para una comida. Al final resultó que, había sido un evento más casual. Armand se había encontrado un sustituto para Paul, mientras estaba en el restaurante. Ya había sucedido casi sin su entrada. La gente en los pueblos eran un grupo muy apretado, al parecer, y corría la noticia de que al parecer rápidamente su director anterior había sido obligado a abandonar por asuntos de familia se supone, la excusa que había dado la señora Ramsey. Armand apenas se había sentado en una cabina cuando un par de hombres de otras mesas habían llegado a presentarse y decirle que había oído hablar de su problema y había una solución perfecta. Parecía que uno de sus vecinos tenía un hijo adulto que había estudiado agricultura en la universidad y los visitaba por un día en la granja familiar o para iniciar su propio negocio. Su padre todavía estaba en sus cuarenta años, sin embargo, y lo suficientemente joven para llevar la granja, sin la ayuda de su hijo, y-sin duda-seguía pensando en que el joven era un niño y lo trataron como tal. Se pensó en que todo sería mejor para el niño si era él quien ayudaba a Armand, en la gestión de su finca. Pondría algo más de experiencia bajo el cinturón del niño, y lo prepararía para cuando se dispusiese a tomar la granja familiar, o reclamar otra para sí mismo. Deseoso de tener un gestor para que pudiera pasar tiempo con Eshe, Armand había accedido a hablar con el joven. Apenas había dicho lo mismo cuando el hombre joven había venido caminando en el comedor. Parecía que alguien había llamado amablemente al compañero y le dijo que consiguiera su culo en la cafetería antes de que los hombres se hubieran unido incluso con Armand en su mesa. Después de diez minutos de hablar con él, y leerlo, el joven Jim Spencer, Armand lo había contratado. Su problema estaba resuelto, Jim Spencer estaba radiante de orgullo y con ganas de empezar, especialmente una vez que se enteró de que iba a llegar a quedarse en la casa del gerente, su primera casa fuera de casa, y Armand terminó de comer muy satisfecho de sí mismo. Había estado tan satisfecho de sí mismo que cuando había visto la señal del mercado, había decidido entrar y recoger algo de comida para su mujer y Bricker, y esto había sido un infierno de una experiencia. La comida no había sido nada como lo fue la última vez que había comido. Armand había vagado por los pasillos


lanzando uno de todo lo que le llamó la atención en el carro, y un infierno de un montón de cosas había llamado la atención. El embalaje en realidad hizo que todo pareciese absolutamente delicioso. Ni siquiera estaba seguro de lo que la mitad de lo que había recogido era. O la forma de cocinarlo, y se había marchado con la parte trasera de su camioneta con montones de comestibles y aún satisfecho de sí mismo fue directo hasta la casa para encontrar que Bricker y Eshe todavía no estaban allí. Fue entonces que había empezado a preocuparse. Armand supuso que él debería haberse preocupado cuando él había descubierto desde el inicio que ellos estaban lejos de la casa, pero quizás su hambre y sueño todavía habían afectado su pensamiento. Sin embargo, había comido y estaba despierto para el tiempo que había regresado a casa, y después se le había ocurrido que Eshe era una mujer buscada y su ausencia podría significar que estaban en problemas. Armand había empezado a preocuparse tanto entonces que en realidad había llamado a Lucian. Sin embargo, Lucian no se había preocupado en absoluto. Él le había dicho que desde que estaban en la zona, él les había enviado para hacer preguntas de alguien que vivió en las cercanías generales en cuanto a un caso en el que algunos de sus ejecutores estaban trabajando. Armand había dejado de preocuparse entonces, pero aún estaba molesto. Ellos podrían por lo menos haber dejado una maldita carta para que no se preocupara por ellos, pensó con irritación mientras sacaba una lata de crema batida de la bolsa y la miró con curiosidad. Él sabía lo que era la crema, tenía algunas vacas lecheras. Armand incluso había consumido crema en Inglaterra, cuando Susanna estaba viva, pero había sido nata en bollos calientes y suaves con las conservas. Nunca había oído hablar de batirla, a pesar de su enojo, se encontró curioso. Siempre había disfrutado de la crema de leche. Apoyado en el mostrador, hizo estallar la tapa y miró lo que quedaba, una especie de tubo blanco con la punta dentada como colmillos curvos hacia el centro. Muy extraño. Nunca había visto nada igual. Armand le tendió la mano, la palma hacia arriba, y la punta del recipiente sobre ella, pero no salió nada. Frunció el ceño y miró de nuevo el extraño tubo, se preguntaba si no iba a quitar demasiado para llegar a la crema. Encogiéndose de hombros, agarró el tubo de plástico, con la intención de tratar de doblarlo, pero dejó caer el frasco en un principio, ya que comenzó a silbar y algo húmedo golpeó su mano.


Armand miró la lata, ahora en silencio en el piso, luego a su lado, levantó las cejas cuando vio la sustancia blanca ahí. Levantó la mano a la nariz y lo olió. Teniendo en cuenta el delicado aroma, luego lamió la sustancia espumosa, sonriendo cuando el sabor familiar rellenó de crema sus sentidos. Fue un poco diferente a la crema de leche, recordó. Esto era dulce y ligero y no espeso, pero esto era bueno. Lamió el resto de su mano, tomó el frasco de nuevo y jugueteó con ella, presionando en la punta, hasta que descubrió cómo funcionaba. Armand luego roció un poco más en su mano y se lamía. Estaba a punto de repetir la acción, cuando decidió pasar por alto su mano, simplemente abrió los labios, echó la cabeza hacia atrás, y se pulverizó la nata montada directamente en la boca. Esto era bueno. Delicioso. Maldita sea, no se había dado cuenta que le había estado faltando algo tan delicioso. -Oh, hombre, yo pensaba que era el único que lo hacía.Armand se enderezó y se volvió con aire de culpabilidad a la puerta para ver a Bricker enmarcado allí. Un latido del corazón más tarde otro inmortal tropezó en el cuarto, empujado fuera del camino por Eshe, quién esperaba a entrar. El alivio traspasó a Armand en el momento en que él la vio sana y salva. Fue seguido bruscamente por la ira. Se tragó la crema batida en la boca y frunció el ceño a ellos. -¿Dónde diablos habéis estado? Yo estaba muy preocupado de que hubiese llegado Leonius o algo así. Incluso llamé a Lucian. Ustedes me podrían haber dejado una maldita carta, así no me preocuparía.Eshe y Bricker se miraron y luego Eshe se acercó a él. -Lo siento si te preocupé. Deberíamos haber dejado una nota.-Sí, ustedes tenían-, está de acuerdo con gravedad, mirándola cuando se detuvo ante él. -Y todavía no me han dicho dónde estaban.En lugar de contestar, se inclinó hacia él. Armand se congeló mientras lamía un poco de crema batida de su labio inferior. -Mmmm,- murmuró con placer y luego chupó el labio inferior en la boca, limpió a fondo la sustancia dulce antes de instar la lengua entre los labios para darle un beso correctamente.


Armand seguía allí atónito cuando ella rompió el beso y movía los labios a su oído para susurrarle,-Eso es hermoso. Dulce y cremoso, mezclado con tu sabor. Me dan ganas de extenderlo por todo tu cuerpo y lamerlo para quitarlo.Armand olvidó la cuestión de dónde habían estado, tragó, y luego gruñó, ¿Cuando?Eshe se rió entre dientes con voz ronca y cortada en la oreja. -Ahora,-. Dando un paso atrás después, ella le dio lo que solía llamar una mirada insinuante y se volvió para salir de la habitación. -Bien,- dijo Bricker a la ligera cuando Eshe desapareció de la vista. -Voy a hacer la cena, mientras los dos están ocupados, ¿de acuerdo?Armand miró al hombre con sorpresa cuando la crema batida se retiró repentinamente de su mano, y murmuró -Eshe quiere eso.Visiones en su mente de ella rociando con deleite la espuma por todo el cuerpo y lamiéndolo y mordisqueándolo, trató de arrebatarle la nata de nuevo. -Armand, amigo,- dijo Bricker, alejando la nata fuera de su alcance. -Eshe te quiere, la crema batida es sólo para vestirse. Y a juzgar por mi experiencia con Decker y Mortimer cuando encuentran a sus compañeros de vida, ustedes dos no tendrán la abstinencia para el spray hasta ese lugar, por no hablar de lamerlo por primera vez. Se acabará quedando en la mesilla de noche echándose a perder mientras los dos se ponen a trabajar. ¿Por qué desperdiciar una lata de crema batida?- Agregó secamente. -Ahora, date prisa ve tras ella. Si hay una cosa que sé sobre Eshe D'Aureus, es que ella no es una mujer muy paciente y ella te espera... probablemente desnuda por ahora.Armand miró a la crema batida por un momento, las palabras sensatas de Bricker lentamente perforaron su lujuria y empañaron su cerebro. Pero el par de sinapsis quedaron despedidas y dio media vuelta y salió de la cocina. Él encontró la chaqueta de cuero de Eshe en el suelo de la sala en la base de la escalera y lo agarró rápidamente en su camino por delante. Sus pantalones de cuero estaban en el paso superior y él agarró aquellos también antes de pasar a recoger su parte superior de cuero donde quedó en la puerta de su habitación.


Armand se enderezó de recoger y se detuvo en la puerta a la vista de Eshe apoyada en el puesto más cercano de su cama con dosel. No llevaba más nada que un par de medias de seda blanca y un sujetador blanco sin tirantes. Tanto de lo que recordó de su compra de la noche anterior en la ciudad. Su mirada se deslizó sobre su cuerpo, tomando nota de sus largas piernas hermosas, sus caderas sensuales, la curva de su cintura, y luego las curvas de sus pechos perfectos saliendo del sujetador, antes de llegar a su cara. Sus ojos estaban en llamas, llamas de oro más fuertes que las manchas de negro por lo general. -Pensé en que me termines de desnudar,- dijo con voz ronca. Armand pateó la puerta del dormitorio cerrándola, dejó que la ropa cayera al suelo, y había cruzado el espacio que los separaba en un santiamén. Eshe quedó sin aliento y se estremeció de emoción cuando Armand cayó en ella, entonces de repente allí, su cuerpo pegado al suyo, presionando la espalda contra el poste de la cama casi dolorosamente, como él mismo suelo en su contra. Ella esperaba haberlo distraído de sus preguntas acerca de dónde habían estado, y que al parecer lo había logrado muy bien. Obviamente se había olvidado de la pregunta, y se olvidó de preocuparse demasiado cuando su boca descendió sobre ella. Armand Argeneau era un infierno de besador. Eshe encontró sus dedos de los pies encrespándose en la alfombra en la que estaba parada cuando su boca estaba inclinada sobre la de ella, mordiendo y chupando en un primer momento el labio superior y luego más abajo de ella. Cuando su lengua finalmente se deslizó para unirse a la obra, la mujer gimió con placer y se abrió a él, con las manos agarrando brevemente la parte delantera de su camisa, se dio cuenta que sus brazos se deslizaban alrededor de sus hombros y profundizaba los dedos en el pelo. Tenía el pelo bonito, sedoso, y Eshe jugó con él y tiró de él mientras sus manos comenzaron a moverse sobre su cuerpo. Ellos siguieron la curva de su espalda, presionando más sobre su firmeza en su contra antes de deslizarse hacia abajo para desabrochar su parte inferior a través de la ropa interior de seda y la impulsó en contra de la erección creciente presionando contra sus pantalones vaqueros. Eshe se quejó a la dureza golpeando en su contra, y luego contuvo el aliento rápido cuando sus manos abandonaron su parte inferior y se deslizaron hasta el fondo de su sostén. Un momento después el trozo de tela se alejó, cayendo al suelo con un


paso atrás para poner el espacio entre ellos. Sus manos estaban inmediatamente sustituyendo la seda, ahuecando sus pechos desnudos y alternativamente amasando los globos redondos y pellizcando con entusiasmo sus pezones erectos. Eshe se estremeció al sentir el contacto cálido de su piel en la suya, su cuerpo instintivamente presionando en la caricia de sus manos, incluso se trasladó a empezar a quitar su camiseta, tirando de ella fuera de sus pantalones para que pudiera arrastrarla hacia arriba, dejando al descubierto su pecho . Armand detuvo el beso y acarició sus brazos para que pudiera sacarla, pero en lugar de besarla otra vez, bajó la cabeza para reclamar uno de sus pezones entre los labios ansiosos. Sus dientes raspando en la punta antes de que su lengua se prodigara con atención. -Sí,- respiraba Eshe, pasando sus manos sobre la extensión de la espalda a su disposición cuando él se inclinó hacia su pecho, y luego clavó sus garras y raspó a través de su piel perfecta mientras se deslizaba una mano ahuecando entre sus piernas. Inmediatamente cambió las piernas un poco más lejos, al pulsar en el contacto con entusiasmo cuando el placer comenzó a crecer en ondas montando dentro de ella. Ella sabía que los inmortales tenían placer compartido con experiencia, y gracias a Dios por ello cuando las olas rodaron sobre ella, más fuerte con cada paso. -Armand,- gritó Eshe, echando la cabeza atrás, cuando dio un codazo a sus bragas a un lado para meter un dedo en el centro de ella. Jadeó por aire ahora, se quedó sin aliento, -No puedo… Necesito.-Yo también,- gruñó Armand, levantándose para reclamar su boca y con el dedo continuó con su magia. Desesperado por sentirse dentro de ella, Eshe alcanzó a trabajar a ciegas en su cinturón y los botones de sus pantalones. Logró deshacerlo, empujó hacia abajo los pantalones con impaciencia hasta que su erección se escapó, y luego estrechó la mano y se quedó inmóvil como una ráfaga increíble de emoción que corría por ella, saltando salvajemente dentro de ella y casi la empujó al borde del orgasmo. -Cristo-, dijo Armand entre dientes mientras rompió el beso. La miró a la cara brevemente y sacudió la cabeza. -No puedo esperar.-No,- dijo Eshe simplemente, sabía exactamente cómo se sentía.


Era todo lo que tenía que decir. Armand inmediatamente la cambió alrededor de la pata de la cama e instó a su espalda en la cama, su cuerpo la siguió. Bajó en la parte superior de ella, la boca de ella afirmando una vez más, y luego cambió sus caderas y se encerró en su interior. Sus bragas estaban en pie, sólo el trozo de tela entre sus piernas empujado a un lado, y sus pantalones estaban alrededor de sus caderas, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a tomar el tiempo para eliminar los elementos. La próxima vez podría intentarlo completamente desnudo, la primera vez tenían que apagar el fuego ardiendo dentro los dos, y así lo hicieron a una velocidad casi impresionante. No le pareció a Eshe que él había presionado en ella, retirado, e introducido en ella de nuevo más de tres o cuatro veces antes de que ambos gritaran con la ardiente pasión en su interior y se desmayaran. Eshe despertó lentamente más tarde ese día para encontrarse a sí misma sola en la cama. Inmediatamente despertó y se molestó, se sentó a la vez y miró a su alrededor por su ropa. Ella tenía toda la intención de vestirse, cazar a Armand Argeneau, y dándole un pedazo de su mente. Un Wham-bam-gracias-señora no era aceptable para su mente. Si bien la urgencia y la velocidad de la primera vez habían sido inevitables, moviéndose a escondidas directamente después sólo era… -Te ves molesta.Eshe parpadeó y miró a su alrededor, su ira se desinfló cuando vio a Armand saliendo del cuarto de baño, el pelo aún mojado de la ducha y vestido sólo con una toalla ligeramente alrededor de su cintura. Una lenta sonrisa vino a los labios, Eshe deslizó sus pies en el suelo y se sentó en el lado de la cama mientras se acercaba. -Te duchaste,- dijo con voz ronca cuando se detuvo frente a ella. -Hmm.- sonrió Armand. -Traté de despertarte cuando me desperté, pero todavía estabas muerta para el mundo, así que tomé una ducha en vez de violarte.-La próxima vez, viólame,- susurró Eshe suavemente, sus manos se extendieron instintivamente hacia la toalla en la cintura. Ella deslizó sus dedos entre la toalla y su piel y la utilizó para abrazarle más cerca, con sus ojos atrapados por una gota de agua resbalando por el pecho cuando ella abrió las piernas y tiró de él entre ellos. -Yo…- Lo que él iba a decir terminó en un grito de asombro cuando Eshe se inclinó hacia delante y cogió la gota de agua resbalando con su lengua. Ella cerró los ojos cuando un rayo de placer pasó a través de ella se estremeció, el placer que había experimentado, y luego abrió los ojos para contemplar su pecho con avidez. Al


parecer no se había secado, pero simplemente había salido de la ducha y se envolvió la toalla alrededor de sus caderas. Quedó como un campo de gotas de agua para elegir. ¿Quién necesitaba crema batida? -Eshe-, respiraba cuando comenzó a lamer y mordisquear las gotas a distancia. Gimiendo, deslizó sus dedos en su cabello, ahuecando atrás de su cabeza mientras su boca viajó hasta el pecho. Cuando llegó y se detuvo en sus pezones para prestar una atención especial, con los dedos apretados en el pelo y la obligó subir a la cabeza hasta que pudiera darle un beso. Eshe lo permitió, pero luego se apartó un poco y corrió un dedo ligeramente sobre los labios hinchados cuando ella dijo,-Tú deberías haber intentado un poco más fuerte el despertarme. Yo podría haberte enjabonado.Armand gruñó y trató de besarla, pero ella lo mantuvo lejos, volviendo la cara para evitar sus labios y agregó, -Ahora supongo que tendré que enjabonarme sólo a mí.Riéndose de su expresión en blanco, que luego se deslizó de su control y se precipitó fuera de la habitación, consciente de que sus asombrados ojos se centraron detrás de ella. Podía sentir que quema a través de la ropa interior blanca y abrasadora hasta su carne mientras caminaba. Deteniéndose en la puerta del cuarto de baño, miró por encima del hombro y sonrió. -¿A menos que tú quieras enjabonarme?El momento en que empezó a avanzar, se rió y se metió en el baño. Eshe logró quitarse sus bragas y abrir la ducha antes de que él la alcanzara. Cuando ella se acercó rápidamente bajo el agua para evitar que él la detuviera, oyó la toalla caer al suelo y luego se le unió. Se las arregló para agarrar el jabón de la jabonera, pero entonces él cogió sus brazos y la giró en el agua para enfrentarse a él. Eshe le ofreció el jabón, esperando que él lo dejara de lado, pero en cambio, la soltó y se lo llevó para comenzar a trabajar hasta hacer espuma. Sólo entonces Armand la puso a un lado. Cuando se volvió a sus manos con jabón se fue directo a sus pechos y la otra mitad, Eshe rió y medio gimió cuando él comenzó a enjabonar sus brazos, amasando y tirando de los orbes le apretó la espalda contra las frías baldosas de la ducha. Eshe cerró los ojos y suspiró, disfrutando del contraste del frío en la espalda y el calor de su cuerpo a lo largo de su frente, y luego sus manos de repente dejaron sus pechos. Abrió los ojos con sorpresa al descubrir que había recogido el jabón de


nuevo para más espuma. Esta vez, cuando él la puso de espalda, sus manos fueron a sus costados, deslizándose hacia arriba y hacia abajo y luego todo se movió sobre su estómago antes de caer para encontrar las caderas. Cuando una mano se deslizó entre sus piernas para abrirlas más, se mordió el labio y cambió su postura para él, y se quedó boquiabierta, cuando la mano se levantó para encontrar el centro de ella. Eshe se aferró a sus hombros, sus uñas cavando en el agarre cuando la acariciaba. La emoción llegó casi tan rápido en esta ocasión como lo había hecho la primera, saltando entre ellos fuerte y duro, y Eshe estaba renunciando al hecho de que probablemente no llegaría a ir lento por un tiempo cuando Armand pronto retiró la mano. Ella parpadeó con los ojos abiertos, observando que estaba respirando tan fuerte como ella, y luego dio un chillido de sorpresa cuando de pronto la volvió al chorro, lo que le permitió lavar el jabón que acababa de difundir sobre ella. Ella había cerrado los ojos el momento en que la había girado en el agua, pero sintió que su brazo cepilló su hombro al llegar a su espalda. Cuando el chorro de repente se alejó de ella, ella abrió los ojos al mirar a su alrededor y vio que se había quitado el chorro y la atrajo hacia abajo en la larga manguera. -Tengo que aclarar todo el jabón,- gruñó en una explicación, pero el brillo de plata en los ojos le advirtió que estaba haciendo algo. Sin embargo, ella no estaba preparada cuando de repente sumergió la ducha entre sus piernas para enjuagar el jabón de allí. Tampoco se preparó para la respuesta de su cuerpo por el chorro fuerte golpeando en contra de su centro de excitación. Eshe gritó y se aferró a sus brazos para mantenerse en pie mientras su cuerpo respondió a esta nueva caricia. No era la única afectada. Armand había apretado los ojos cerrados y estaba rechinando los dientes al experimentar su placer inesperado. Se quedaron completamente inmóviles por un momento mientras el agua jugaba en su cuerpo, y justo cuando Eshe no creía que podía soportar otro momento, él maldijo y dejó caer la manguera, dejando el chorro salvaje en el interior de la ducha la atrapó en los brazos, pateó la puerta de la ducha abriéndola, y la levantó. Eshe agarró una toalla cuando él se volvió para cerrar el agua. Ella se maravilló de la manera en que sus manos temblaban al levantar la tela pesada, pero nunca tuvo la oportunidad de secarse. La toalla se deslizó cuando Armand se volvió y la llevó fuera a la habitación. Dejando una estela de agua a su paso mientras la llevaba a la cama.


Armand la puso en el colchón, pero cuando comenzó a caer sobre la parte superior de ella, ella se las arregló para tomarlo por sorpresa y ponerlo a él sobre su espalda. Eshe luego se sentó. Ella sonrió a su expresión de sorpresa, pero cuando él llegó a tirar de ella hacia abajo, ella llegó entre ellos y tomó la erección con firmeza en la mano. Él se quedó inmóvil a la vez, con los ojos cerrados apretados brevemente. Eshe apretó los dientes contra el placer de apretarlo cuando ella lo tocó y pasó rápidamente a sentarse a su lado para poner su atención completamente a su erección. Empezó simplemente a tocarlo, pasando la mano sobre la longitud de su eje, pero luego se inclinó para llevárselo a la boca, pequeños gemidos salieron de su garganta y vibraban alrededor de su eje cuando ella experimentó el placer que le estaba dando. Eshe se jadeó y casi lo muerde por la sorpresa cuando Armand de repente la agarró por una pierna y la atrajo a su cuerpo así podría darle placer como ella lo estaba haciendo. La combinación fue demasiado para que cualquiera de ellos soportara mucho tiempo y luego se fueron gritando y agarrándose el uno al otro como su entusiasmo mutuo nuevamente los abrumó, empujándolos hacia la oscuridad que suele afirmarse con los nuevos compañeros de vida cuando hacen el amor.


Capitulo 9

Eshe estaba estirada en la cama y alcanzó a Armand instintivamente. Era algo que había hecho varias veces en la noche, al menos en los momentos en los que él no se había despertado para alcanzarla a ella, acariciándose y besándose al despertar para unirse de nuevo. Esta vez, sin embargo, en lugar de su cuerpo caliente, su mano encontró sábanas frescas. Estaba sola en la cama. Eshe abrió sus ojos de par en par ante el vacío de la cama y dejó escapar un suspiro de decepción. Al parecer, el tiempo de juego había terminado, pero supuso que era lo mejor. No podían quedarse en la cama para siempre. Tenía una granja que cuidar y trabajo que hacer para salvar a su hijo de la ejecución por algo que él no podría haber hecho. Recordando lo que tenía que hacer. Eshe levantó las sabanas que la cubrían y se levantó para ir al baño. Se dio una ducha rápida, desterró los recuerdos de su última ducha, cuando intentaron levantarse y se cepilló los dientes, jugueteó con su pelo y fue a la habitación para vestirse. La casa estaba toralmente en silencio cuando salió al pasillo. Eshe inmediatamente se dirigió a la habitación de Armand. Estaba vacía, pero ella ya lo esperaba y apenas miró a su alrededor, cuando hizo su camino hacia el vestidor y el refrigerador que estaba escondido allí. Armand le había mostrado donde se encontraba en el momento de la noche en el que finalmente se había dado cuenta en que estaba en gran necesidad de sangre. También había hecho un viaje a la planta baja, en busca de alimentos una vez que se había despertado, para comer Cheerios sobre su cuerpo desnudo, colocando los anillos de manera estratégica en sus pezones y luego chupando y mordisqueando para retirarlos. A Eshe no la habían despertado de esa manera en mucho tiempo, pero a través de la noche, había deseado que los anillos fueran más grandes, para poder jugar el mismo juego con él, solo que no en sus pezones. Eshe tomó cuatro bolsas de sangre antes de sentirse satisfecha. Dejando la alcoba de Armand, se dirigió hacia las escaleras, mirando por la ventana, aún estaba oscuro afuera. Sabiendo eso, no se sorprendió al encontrar a Bricker todavía en la cocina, tomando un café en la mesa con un papel en la mano.


Eshe miraba de él a los contenedores de basura y le preguntó: -¿Te oí mencionar algo acerca de preparar la cena antes de subir a la habitación?Bricker miró a su alrededor sorprendido por su llegada, pero dijo, -Sip, Guiso cocinado, entonces lo comimos y de nuevo… el día de antes de ayer, antes de ir a la cama,- agregó secamente. -Es Sábado, Eshe. Ustedes dos durmieron bien hasta el viernes… ¿O puede que no hayan dormido? Según como se vea,- bromeó. -¿Sábado?- Preguntó con sorpresa y luego hizo una pausa para pensar en ello, se supone que no debían sorprenderse que hubiera pasado mucho tiempo. Ella y Armand habían estado algo así como… ocupados. Al darse cuenta que Bricker la miraba con una ceja levantada, se encogió de hombros. -Supongo que necesitábamos dormir.Bricker se rió entre dientes con diversión y después sonando envidioso dijo: Cierto. Era lo que necesitaban realmente… después se pusieron a trabajar. Durmieron, despertaron, trabajaron de nuevo, volvieron a dormir y despertaron para hacerlo otra vez. Probablemente perdiste la cuenta.-¿Supongo que tenía que contar?- Eshe preguntó, arqueando una ceja. Bricker volvió a sonreír, pero ella ya estaba en movimiento a la nevera para ver que había de comer. Sus ojos se abrieron ante el contenido del refrigerador. -Armand ha comprado mucho.-Sí.- Bricker rió entre dientes. -Y la mayoría es comida chatarra. Debió pasar hambre cuando compraste.Eshe asintió con la cabeza, mientras observaba los diferentes elementos con más detenimiento. -Entonces ¿Hay algo bueno aquí?-Oh, sí,- Bricker le aseguró, antes de trasladarse a su lado y mirar el contenido. -Un montón de buen sabor. Aunque no todos nutritivos para ti. Pero supongo que eso no es motivo de preocupación para nosotros. Obtenemos nuestros nutrientes de la sangre.- Él se inclinó junto a ella y abrió la puerta del congelador y recuperó una caja naranja. -Esto es strudel de manzana y es delicioso, solo toma un minuto en la tostadora.-


-Gracias,- murmuró Eshe, tomando la caja. Se trasladó al mostrador al aparato donde la Señora Ramsey había tostado el pan el día anterior. Cuando empezó a andar a tientas con la caja, Bricker fue allí y la cogió de ella. -Voy a hacer esto mientras tú sirves café,- sugirió. Eshe murmuró un gracias de nuevo y se trasladó para encontrar una taza y servir café ella misma. -Entonces, ¿Qué le dijiste a la señora Ramsey para explicar nuestra ausencia? Ella estuvo aquí ayer, ¿o no era ella?-Era ella,- estuvo de acuerdo Bricker con sequedad. -Y no tuve que decirle una maldita cosa, oyó que ustedes no estaban ausentes.-Oh,- dijo Eshe, desconcertada. Bricker resopló con diversión. -Mujer, tienes un conjunto de tubos contigo.- Él negó con la cabeza. -Armand no estaba mucho mejor. Era como escuchar ópera. No entendía ni una palabra, pero sabía exactamente que estaba sucediendo.-Oh,- dijo Eshe de nuevo, no del todo segura de cómo reaccionar. Se supone que debería estar avergonzada, pero realmente no se sentía avergonzada. Supuso que era demasiado vieja para experimentar esa sensación. En cambio, solo sentía una especie de calor difuso al recordar todo lo que había provocado la ópera. -La señora Ramsey estuvo preocupada un par de veces, sin embargo,- le dijo y luego añadió con una sonrisa, -Las dos veces que ustedes chicos se quedaron callados. Me hizo subir y comprobarlos antes de irse al final del día. Estaba tranquilo de nuevo y ella quería estar segura de que no habían muerto.-¿Nos comprobaste?- preguntó Eshe con sorpresa. -Bueno, no abrí la puerta,- dijo Bricker secamente, abriendo la caja y sacando dos pastelitos rectangulares de una especie de papel celofán. Cuando los puso en la tostadora añadió, -No fue necesario. En el momento en el que llegue al escalón más alto, pude escuchar los ronquidos. Me di vuelta y bajé para asegurarle que los dos estaban bien y que ella debía ir a casa.Eshe asintió con la cabeza.


-Debo advertirte, sus ojos brillaban y no podía espera a salir de aquí. Estoy bastante seguro de que fue rápidamente al mercado o a cenar para difundir la noticia. Sus travesuras son probablemente la comidilla de la ciudad ahora.Eshe se quejó por la sugerencia, pensando que comería en el restaurante mientras estuviera aquí. La última vez había sido bastante malo. Ahora… bueno, ella no estaba dada a sonrojarse a su edad, pero estaba segura que sería la comida más incómoda de su vida. Suspirando, tomó un sorbo de café e hizo una mueca ante el sabor amargo, se volvió para abrir el refrigerador y buscó la crema. El café de la mañana fue mucho más agradable, pero la señora Ramsey había puesto crema y dos terrones se azúcar en el. Eshe vertió un poco de nata y luego puso el recipiente en la nevera y empezó a buscar el pequeño cuenco de cubos de azúcar. -Hablando de la señora R,- dijo Bricker como si nada, -mencionó que Armand ha contratado a alguien para reemplazar al viejo encargado.Eshe lo miró con sorpresa -¿Lo hizo? ¿Cuándo?-Mientras estábamos cuestionando a Harcourt. Supongo que fue a la cafetería por la cena y allí contrató a un nuevo hombre. Ella dijo que él es hijo de uno de sus vecinos. Un buen chico. Trabajador. Armand nos lo presentará en cualquier momento.-Hmmm,- Eshe sonrió. -Eso significa que tendría más tiempo libre y que podría…-¿Qué demonios estas buscando?- Preguntó Bricker cuando ella comenzó a buscar a través de los armarios. -Azúcar,- murmuró. -Aquí.- Bricker tomó un plato de pequeños cubos blancos y se lo ofreció a ella, preguntando. -Entonces ¿Cuál es el plan de hoy?Eshe lo miró fijamente por un momento antes de darse cuenta de que no iba a estar arrastrando a Armand a la cama. Tenía un trabajo por hacer. Sacudiendo la cabeza para tratar de aclarar sus pensamientos, murmuró su agradecimiento por el azúcar la alcanzó y dejó caer dos cubos en la taza. Encontró una cuchara para revolver su bebida, mientras trataba de recordar lo que debía hacer hoy. Bueno, lo que debía


haber hecho ayer, según creía había perdido un día, mientras ella y Armand habían estado en la cama. -Todavía tenemos que preguntar a los hermanos de Susanna,- Eshe dijo finalmente, aliviada a pesar de todo. Este asunto del compañero de vida, realmente era un desastre para la cabeza de un inmortal, y no en su totalidad en el buen sentido, decidió. -No va a suceder,- anunció Bricker y cuando ella le dio una mirada dudosa, explicó, -Me pasé por la granja de los Maunsells ayer por la noche y luego otra vez esta noche. Solo con cinco minutos de diferencia. Las dos veces no hubo repuesta. Estoy empezando a pensar que han desaparecido o algo así.-¿Fuiste allí, tu solo?- Preguntó con sorpresa. Bricker hizo una mueca de disgusto. -Me mandaron a ayudarte Eshe. Te dedicabas a otra cosa, así que pensé en ir yo mismo. Sin embargo como ya he dicho, no estaban en casa.- El arqueó las cejas. -¿Hay alguien más a quien podamos preguntar?Eshe examinó la cuestión, pero negó con la cabeza. -Son las únicas personas que Armand mencionó para explicar la muerte de sus esposas.-¿Qué sobre la familia de Rosamund?- Preguntó Bricker. Eshe lo miró con sorpresa. Ella ni siquiera había considerado la familia de Rosamund, pero ahora lo hizo y negó con la cabeza. -Dudo que estuvieran alrededor cuando estaba con Susanna.-¿Por qué no? Los Harcourts se fueron,- señaló Bricker. -¿Cómo te dijo que había conocido a Rosamund?-Dijo que eran amigos antes de casarse,- Dijo Eshe lentamente, recordando sus palabras. -¿Amigos?- Bricker, preguntó, levantando una ceja. -¿Ella tenía que? ¿Veinte años cuando murió?-Veintiuno creo,- murmuró Eshe.


-Y se casaron un año antes, por lo que tenía veinte años.- Levantó la otra ceja. -¿Y eran amigos? ¿Cómo?- Bricker negó con la cabeza. -Apuesto a que era amigo de sus padres al igual que con Althea.Eshe suspiró, irritada consigo misma porque no había pensado en preguntar acerca de la familia de Rosamund. Que podría haber sido de la vida de Armad durante el tiempo antes de casarse con Rosamund. ¿Podría ser capaz de decirle algo importante? Era lago que sin duda valía la pena descubrir. Bricker le dio una palmada y luego hizo una pausa para preguntar, -Sé que eres quien manda aquí, pero ¿Puedo hacer una sugerencia?Eshe asintió con la cabeza. -¿Y esa es?-Ya que no podemos interrogar a los Maunsells hoy, creo que deberías ir a hablar con Armand para descubrir todo lo que puedas. No solo acerca de la familia de Rosamund, si hubo alguien más en su vida en los últimos quinientos setenta años.-Pero está mostrándole todo al nuevo gerente,- le recordó. -Es tarde, Eshe. No va a hacer que el niño trabaje en la noche, él solo le muestra lo que es urgente hacer en la mañana y luego lo dejará instalarse en la casa mientras él hace lo que debería haber hecho la noche anterior con los animales.- Hizo una mueca al pensar en todas esas cosas desconocidas, y luego agregó, -Si no lo ha hecho, es probable que lo haga pronto, ¿Por qué no te vas a cambiar y mientras les preparo una comida para picnic para que lo tomes con él como excusa para averiguar lo que necesitas saber.-¿Cambiarme?- preguntó Eshe sobresaltada, mirando hacia abajo, a ella misma. Se había puesto uno de los vaqueros nuevos una de las camisetas de las que había llevado para vestirse. Era todo lo que tenía además de cuero. -¿Qué está mal en lo que estoy usando?-Está bien,- dijo rápidamente. -Pensé que te gustaría verte… er…-¿Si?- Solicitó mirándolo. -No importa,- murmuró Bricker, volviéndose a abrir los armarios para sacar objetos. -¿Por qué no buscas algo para empacar el picnic si no vas a cambiarte?-


Eshe continuó frunciendo el ceño brevemente, pero su mente estaba en el hecho que él creía que no se veía bien. Ella miró hacia abajo, a si misma supuso que el conjunto no era tan excitante. Por otro lado, se suponía que debía estar haciendo preguntas a Armand. El uso de algo excitante, no iba a conseguir sus respuestas. Era difícil hablar con su boca sobre la de ella. No es que tuviera que llevar nada excitante para que esto sucediera. Este asunto de compañeros de vida, realmente era una molestia, a veces, ella admitió con un suspiro, cuando empezó a buscar un recipiente adecuado para guardar el picnic dentro. Bricker definitivamente conocía la cocina, Eshe reconoció mientras se dirigía hacia la puerta trasera de la casa unos quince minutos más tarde, con un refrigerio en la mano una manta doblada en el brazo. El hombre había sido rápido y eficiente empacó una deliciosa comida para dos. Lo había dejado sentado en la mesa, devorando desinteresadamente el strudel de manzana que había hecho para ella, todo para que ella no estropeara su apetito y no se desperdiciara la comida. Era un hombre generoso, pensó con regocijo mientras bajaba por el porche de atrás que cruzaba la cerca del patio por una pequeña puerta. Eshe tomó impulso se dirigió a los establos, deslizando su mirada a la casa del capataz a su paso. Había luz en el edificio vio a alguien moviéndose alrededor de la sala, por lo que suponía que Armand había terminado con el chico nuevo había solucionado lo que encontró. Lo que era bueno… más o menos. La presencia del otro hombre era lo que le había impedido salir y saltar sobre sus huesos, lo que había sido útil. Pero también era nuevo, un no iniciado, que había obstaculizado seriamente su capacidad para hacer las preguntas necesarias que Eshe debía hacer. Apenas podía preguntar acerca de los padres de Rosamund si aún estaban con vida como podría haber sido su vida hace más de quinientos años, con un mortal alrededor. Eshe supuso que significaba que tenía que ser fuerte, fuerte en serio, no permitir que su cuerpo pensara en lugar de su cabeza para variar cuando estaba cerca de Armand. Lo que era muy difícil, lo sabía. Pero si quería resolver el caso y salvar a Nicholas Argeneau, era realmente necesario. Y Eshe definitivamente quería resolver el caso. Comenzaba a entender por qué Nicholas era un guardián como ella, pero también estaba el hecho que era hijo de Armand, sospechaba que él nunca se perdonaría si su hijo era ejecutado, si se enteraba que había sido investigado para salvarlo y no había dicho la verdad. No importaba que Lucian lo hubiera ordenado. Él lo vería como una traición probablemente tenía razón pensó


con irritación. Ella era su compañera de vida, debía decirle la verdad no veía ninguna razón para no hacerlo ahora que había sido más o menos tachado de la lista de sospechosos. Haciendo una pausa a mitad del camino entre la casa el establo, dejó el refrigerio en el suelo, hacía frío, puso la manta sobre ella, recuperó rápidamente el teléfono de su bolsillo. Eshe marcó el número de la casa de Lucian. Sonó tres veces antes de que contestaran, su voz sonaba menos que encantada de recibir una llamada telefónica. Eshe podía adivinar que había interrumpido algo entre él y Leigth o algo así, tomó un momento para organizar sus pensamientos luego dijo. -Hemos comprobado en varias ocasiones a John y a Agnes Maunsell durante los últimos días, pero no estaban, Bricker sospecha que estén fuera de la ciudad. Hemos hablado con William Harcourt sin embargo él estaba con Armand cuando Rosamund murió, por lo que Armand no puede estar involucrado en su muerte. William nos aseguró que Armand no podría haber matado a Althea, porque no sabía donde estaba,- dijo Eshe luego rápidamente le contó la historia de la muerte de Althea. -Entonces, Armand probablemente no mató a Althea, y definitivamente, no mató a Rosamund,- Lucian murmuró. -Sí,- dijo Eshe rápidamente, luego añadió: -Lo que hace dudoso que él sea el culpable que estamos buscando.Lucian gruñó. -Por lo tanto,- continuó Eshe, -me pregunto si podríamos decirle a Armand la verdadera razón por la que estamos aquí ahora.-NoEshe puso los ojos en blanco. Ninguna explicación, nada de nada, simplemente no. -Pero él podría ser capaz de ayudarnos,- argumentó rápidamente. -Nos podría decir si hay alguien, además de los Maunsells y los Harcourts que hayan estado en su vida desde la muerte de Susanna.-No,- Lucian gruñó. Eshe gruñó con frustración. -¿Algo más que informar?-


-No,- gruñó Eshe, tomando nota, cerró el teléfono sin decir adiós. Murmurando cosas bastante desagradables acerca de Lucian Argeneau en voz baja. Deslizó su teléfono en el bolsillo, recogió el refrigerio y la manta, siguiendo hacia el establo, donde lo primero que podía ver era la puerta abierta y las luces del interior encendidas. Fue al establo de los caballos, encontró a Armand allí, limpiando los puestos. Su mirada se deslizó sobre el patio de butacas prácticamente vacío al final dos sillas ocupadas antes de detenerse en el lugar vacío en el que estaba trabajando. Parecía que había hecho parte de desescombro, él trabajaba ahora con una horquilla para esparcir el heno alrededor. Solo podía pensar en que era una buena cosa. Eshe amaba los caballos, pero siempre había tenido sirvientes para cuidar de ellos. De alguna manera dudaba que Armand tuviera mucho apetito después de eliminar la paja sucia del estiércol. Además en este punto, podría estar listo para un descanso. Hizo una pausa fuera de la cabina, asomó la parte posterior de la cabeza sonrió para sí misma bromeando. -¿Estas considerando seriamente poner todo eso para hacer algo más?Armand se enderezó con un sobresalto al oír su voz, se volvió para mirarla por encima del hombro. Sonriendo con ironía, dejó lo que estaba haciendo se volvió hacia ella, su mirada se movió sobre ella lentamente y luego hizo una pausa sobre el refrigerio y la manta que sostenía. La miró con curiosidad mientras murmuraba, -Difícil de creer ¿No?Eshe sonrió, luego hizo un gesto a la nevera que llevaba. -Bricker dijo que probablemente querrías algo de comer por ahora y nos hizo un picnic.-Eso habla bien de él.- Armand puso su tridente a un lado se quitó los guantes, mientras se cambiaba de cabina luego se detuvo, miró de ella a la nevera a las balas de heno en la parte trasera de la granja. -Tal vez deberíamos comer fuera,- sugirió, pensando en que quería obtener respuestas, era mejor no comer cerca de cualquier lugar que condujese al descanso. Eshe sabía por experiencia que una bala de heno podía ser divertida. Armand se volvió con una sonrisa. -Bien pensado batichica.-¿Batichica? ¿eh?- preguntó atraída, viendo como arrojaba sus guantes a un lado, tomaba la nevera de ella con una mano, con la otra le rodeaba el hombro y la


guiaba fuera del establo. -Veo que Lucian no es el único que ve televisión últimamente. A lo mejor no fue Agnes quien ordenó el cable para ti.-Ella lo hizo,- le aseguró, saliendo alrededor de la granja. -Pero yo he visto uno o dos episodios de Batman con Cedrick. Él es un gran fan.-¿Cedrick?- Le preguntó ella. Era un nombre que no había oído antes. De hecho, era un nombre que no había oído en un centenar de años más o menos. Estaba segura que en algún lugar había nombrado así a su pobre hijo, pero no había sido popular desde hace bastante tiempo. -Él es mi primero,- explicó Armand y luego sonrió. -Supongo que nunca lo he mencionado antes.-No,- ella estuvo de acuerdo, su interés despertó. En primer lugar era una vieja expresión medieval. Había sido usada por lo general para referirse al soldado de mayor rango, o el siguiente al mando bajo el título de un lord… Armand había sido un Barón. -¿Cuánto tiempo hace que está contigo?-Supongo que fue en el siglo XIV cuando llegó a trabajar para mí,- murmuró Armand pensativo. -¿Y sigue contigo?- Preguntó con sorpresa. Armand asintió. -Él tiene dinero suficiente como para establecerse por su cuenta veinte veces más, pero parece contento donde está.-¿Y dónde esta?- preguntó Eshe, su mente trabajando. Ahí había alguien a quien podía interrogar. -Él está administrando una de mis granjas. También hace los libros para todas ellas en su mayoría anda sobre los demás gerentes.- Armand respondió y paró. ¿Aquí?Eshe miró a su alrededor para ver que si bien había estado hablando, la había llevado a un lugar casi debajo de los arboles a una buena distancia detrás de los establos. Había una gran cubierta de piedra para que se sentaran. Era un lugar agradable, con una hermosa vista de las luces de la casa, así como las estrellas. -Perfecto,- le aseguró ella rápidamente puso la manta sobre la cubierta de piedra.


Ellos se sentaron sobre la manta abrieron el refrigerador. Armand sacó varios sándwich envueltos, así como dos bebidas, dos bolsas de sangre un pequeño recipiente plástico con un pedazo de cinta adhesiva que tenía escrita la palabra abrir con marcador. Eshe se encogió de hombros cuando Armand la miró preguntando. -Yo estaba ocupada tratando de encontrar algo para guardar el picnic al mismo tiempo que él lo estaba haciendo. Me tomó un tiempo. Finalmente encontré el refrigerador en el garaje, pero para entonces él ya lo había hecho y lo guardó todo,explicó. Asintiendo con la cabeza, Armand puso el recipiente a un lado recogió las bolsas de sangre. Le entregó una y tomo la otra para él mismo, y comenzaron con eso. En el momento en que lo terminaron, Armand abrió las bebidas le entregó una luego un bocadillo, así empezaron a comer. Guardaron silencio en un primer momento, concentrados en comer, pero Eshe también estaba tratando de encontrar la manera de traer a Rosamund en la conversación para que ella pudiera preguntar acerca de la familia de la mujer muerta. Todavía estaba pensando cuando a la mitad de la comida Armand dijo. -Cuéntame sobre tu primer compañero de vida.Cuando Eshe parpadeó con sorpresa y vaciló, señaló, -he hablado de mis mujeres, pero nunca hemos hablado de tu esposo o tu pasado.Eshe miró el sándwich que estaban comiendo luego preguntó. -¿Qué quieres saber?-Me contaste como murió,- Armand murmuró. -Pero ¿Cómo se conocieron?-Fui muy afortunada,- dijo Eshe en voz baja. -Yo solo tenía treinta años cuando lo conocí.-¿Y él cuantos años tenía?-Veinte,- dijo con una sonrisa y luego respondió a la pregunta original dijo -Fue uno de los soldaos de mi padre.-¿Inmortal?Eshe negó con la cabeza. -Él era mortal.-


-Así fue con Susanna,- Armand dijo en voz baja luego agregó casi con culpabilidad. -Es mucho más fácil entre nosotros, ambos nacimos inmortales.Eshe asintió con comprensión. -No hay difíciles explicaciones necesarias.-¿Cómo lo tomó Orion cuando se lo explicaste?- preguntó Armand con curiosidad. Eshe lanzó una carcajada. -¿Cómo crees?- Preguntó con sequedad e hizo una mueca. -Se sintió horrorizado al principio. Vivíamos es una época muy supersticiosa. Orion estaba convencido que era un demonio sin alma. No ayudaba que en esa época debíamos alimentarnos del casco.- Señaló secamente. Armand asintió con la cabeza. -Susana también tuvo problemas de ese tipo. Hoy en día, es un poco más sencillo, pero en días anteriores tenían que amarte profundamente y confiar en ti plenamente para superar esta parte.Eshe asintió con la cabeza. -Sin embargo tengo entendido que tienes pasadoEshe vaciló, entonces admitió, -Bueno, mi padre me ayudó con eso.-Tu padre, Castor, ¿Te ayudó con Orion?,- le preguntó con curiosidad. -¿Qué hizo? ¿Se sentó con él a hablar hasta que entró en razón?-No exactamente,- admitió Eshe a regañadientes, luego suspiró por encima de su propia reticencia. Ella le contaría de todos modos. Con una mueca ella admitió, Iba a limpiar la memoria de Orion y enviarlo lejos, pero la idea de que aplastara la mente de Orion y que aparte de ser mi compañero de vida, era posible que hubiera llegado a amarme antes de saber lo que era, mi padre cambió de opinión. En lugar de acabar con él y enviarlo fuera… dejándome para buscar un nuevo compañero de vida, por siglos probablemente…- señaló. Cuando él asintió con la cabeza, continuó, -Papá nos llevó a la selva, dejando a Orion encadenado dentro de una cabaña de caza que había construido hacía mucho tiempo, luego dijo que cambiara la mentalidad de Orion, usando todo lo que tenía.-¿Y?- Armand preguntó con curiosidad.


Eshe se encogió de hombros. -Use todo lo que había. Afortunadamente, su amor por mí superó su miedo y lo convertí. Aunque por un estrecho margen. En un momento estuve segura que mi padre tendría que limpiar su memoria y enviarlo lejos, pero todo salió bien al final.Armand se quedó en silencio, y ella sabía que él quería saber que quería decir todo-lo-que-tenía, pero luego se limitó a decir. -Y pasaste ocho siglos con él, ¿dijiste?No se sorprendió de que en su voz sonara envidia. Había perdido a su Susanna tan rápido. -Sí. Como ya he dicho fui muy afortunada,- murmuró casi sintiéndose culpable por la longevidad de su primer compañero de vida. Se quedó en silencio un momento y luego simplemente soltó, -¿Conocías a la familia de Rosamund como a los Harcounts?Armand se sorprendió por el cambio de tema pero respondió, -Sí, no por mucho tiempo sin embargo. Solamente llevábamos dos años de conocernos cuando me casé con Rosamund.-¿Eran felices en su matrimonio?- preguntó Eshe, más por curiosidad personal que por la investigación. -Sí, ellos sabían que era lo que Rosamund quería y confiaron en mí por su bienestar.- Su voz se hizo sombría en la última parte y Eshe cubrió su mano con la de ella. -Has tenido mala suerte, pero no es tu culpa,- dijo ella. Tratando de aliviar la culpa que podía ver en su expresión. -Bueno.- Él esbozó una sonrisa. -Tal vez algo de tu buena fortuna se pegue a mí.-Lo espero sinceramente, Armand,- dijo con voz ronca y luego se aclaró la garganta y miró hacia otro lado cuando se dio cuenta que sus ojos se centraron en su boca, y el resplandor plata fue creciendo en sus ojos. -¿Dónde están sus padres ahora? ¿Aún tienes contacto con ellos?-No.- Se aclaró la garganta y dijo. -Ellos se mudaron a los Estados Unidos antes de que Rosamund muriera. Ella era la cuarta hija. Los demás nacieron en Estados Unidos y vivieron al sur. Decidieron que no les gustaba el invierno aquí y


volvieron de regreso.- Él sonrió irónicamente. -Ellos enviaron varia cartas para que nos mudáramos allí.-¿Pero no lo hiciste?Armand se encogió de hombros. -Todas mis granjas están aquí… yo lo consideré sin embargo, así Rosamund podría estar cerca de su familia y Jeanne Louise podría tener a sus abuelos, pero luego Rosamund murió.Eshe asintió solemnemente y se metió el último bocado en su boca. Parecía que no había necesidad de encontrar a la familia de Rosamund. No habían estado cerca en ninguna de las muertes y no podrían saber nada útil. - Ah, bien, Bricker nos ha enviado postre también.Eshe miró a Armand para ver que había abierto el envase plástico. Contenía dos rebanadas de algo, en capas con un fondo de chocolate, un centro de crema y luego otra capa de chocolate cremoso. Le entregó una pieza y tomó la otra para él mismo. -Mmm,- dijo Eshe mientras tomaba el primer mordisco, - Delicioso.Armand asintió con la cabeza, comiendo el postre en dos grandes bocados. Eshe sacudió la cabeza con diversión, pero un momento después, quiso haber comido tan rápido, cuando sintió una gota de líquido que le golpeó la mano. Rápidamente seguida por una segunda y una tercera gran gota. -Mierda,- murmuró mirando hacia el cielo para ver que el claro y estrellado cielo sobre su cabeza ya no era claro. Nubes de tormenta se habían movido con rapidez, mientras habían estado distraídos comiendo y hablando y al parecer dispuestas a volcar su contenido sobre ellos. Eshe apenas tuvo tiempo para pensar, cuando los cielos se abrieron y comenzó a llover. -La nave,- dijo Armand, y se pusieron de pie y empezaron a recoger los restos de su comida campestre. Eshe no tenía idea de lo que estaba hablando, hasta que agarró el refrigerados, lo llenó de prisa, la agarró del brazo y la llevó rápidamente a través de la tormenta al edificio más cercano, mucho más pequeño que los otros. Eshe se apresuró a entrar, desplazando los ojos en la oscuridad cuando Armand siguió y cerró la puerta tras ellos. Él también se volvió para examinar el refugio.


-¿Que es este lugar?- preguntó Eshe con curiosidad, observando una pequeña mesa y sillas y un viejo sofá lleno de bultos contra la pared. Que apenas cabían en el pequeño edificio. -No estoy seguro,- Armand admitió. -Estaba aquí cuando compré el lugar hace cinco años. Creo que era una fortaleza o algo para los niños de la última familia, pero no se para que se usaba originalmente.-¿Así que nadie se ha sentado en el sofá en por lo menos en cinco años?- preguntó Eshe, imaginando todos los pequeños roedores que probablemente correteaban a través o incluso anidaban en él. -No deberíamos tener que esperar mucho tiempo,- murmuró Armand. -Las tormentas que viene tan rápido y duro, por lo general se van con la misma rapidez.Eshe asintió con la cabeza, y luego vio con los ojos abiertos como el dejaba el refrigerador y sacaba la manta que había metido en el interior. Ella miró hacia atrás y vio como el extendía la manta sobre el sofá lleno de grumos. Ella sabía que él esperaba que pudiera sentarse allí y esperar a que pasara la tormenta, pero Eshe no estaba interesada. Mientras en algún momento se habría considerado el gastado sofá como un lujo, sin duda ella era ahora una chica de ciudad y no tenía ninguna intención de sentarse en el sofá… incluso por él. Cuando Armand terminó de estirar y giró hacia ella, rápidamente giró sobre sus talones y empezó a pasearse por el pequeño interior. -Ven siéntate,- la instó en voz baja. -No deberíamos tener que esperar mucho tiempo.-Estoy bien,- le aseguró. -Eshe.- Murmuró Armand, de repente a su lado, teniéndola en su brazos, para que se enfrentara a él. Pudo ver por su expresión que estaba preocupado mientras la miraba y confundido mientras preguntaba, -¿Tienes miedo de las tormentas?Eshe estaba punto de sacudir la cabeza cuando de pronto dijo. -Si es así, tal vez te pueda distraer.Ella se congeló luego su boca descendió sobre ella. Tal vez fuera la lluvia o el hecho que él pensaba que necesitaba calma, pero ese beso fue diferente de cualquiera de


los otros de los que había disfrutado. Fue un beso suave, suave y dulce… por lo menos al principio, y ella se derritió contra él con un pequeño suspiro, su boca se abrió para él, y luego se quejó en señal de protesta cuando rompió el beso y susurró, -Estas empapada, debemos solucionarlo.-Sí,- Eshe susurró, alzando los brazos cuando comenzó a tirar la camiseta hacia arriba. Se estremeció cuando salió por su cabeza y luego, se estremeció un poco más cuando la puso sobre el sofá cubierto por la manta. A continuación, eliminó su propia y empapada camiseta, antes de volverle a dar calor con sus manos y con su cuerpo. Eshe gimió cuando sus brazos estuvieron a su alrededor, con la espalda arqueada y estirando sus pechos contra él con sus manos deslizándose sobre su espalda desnuda y entonces él la beso de nuevo y el momento pasó suave cuando la pasión se levantó a través de ellos salvaje y violenta a medida que la tormenta afuera estallaba. Eshe enredó las manos en su pelo, su boca cada vez más exigente incluso en su hecho. Su cuerpo se encontró con su empuje casi febrilmente, a continuación, Armand de repente alzó su espalda del sofá. Eshe no se dio cuenta y mucho menos prestó atención, su atención estaba en lo que Armand estaba haciendo cuando se inclinó para deshacerse de sus pantalones vaqueros. Eran ajustados para empezar, pero ahora que estaban mojados eran casi imposibles. Cuando finalmente salieron, su ropa interior de algodón salió con ellos. Armand los arrojó sobre el respaldo del sofá, junto a sus camisas y luego la cogió en brazos y se instaló, con ella en su regazo, en el sofá, su boca gruñía mientras sus manos empezaron a tocar su cuerpo. Eshe gemía y gemía hasta que se quedó sin aliento en su boca, su cuerpo se retorcía en su contra, como sus dedos se movían sobre su pecho, antes de caer entre sus piernas. Él le acarició con un propósito, conduciéndolos a enloquecer de deseo, hasta que no pudieran soportarlo más y alejó sus manos. -¿Qué?- Armand comenzó, pero se cortó cuando ella se deslizó de su regazo. En el momento en el que estaba de pie, Eshe le cogió la mano y lo levantó para que se pusiera de pie y pudiera deshacerse de sus pantalones vaqueros. Ella los liberó hasta empujarlos fuera de su cadera y liberar su erección y luego hizo una pausa para presionar un beso en ella antes de terminar de liberarlo de sus pantalones vaqueros. Armand no le dio oportunidad de dejarlos con la ropa en el sofá, de repente se sentó de nuevo y la llevó a su regazo de tal manera que sus rodillas estaban a ambos lados de sus caderas.


Eshe había caído para sentarse en él y llevarlo dentro de ella, pero Armand la detuvo, tomándola por las caderas, manteniéndola en posición vertical. -Estas piernas largas,- murmuró, su voz un gruñido hambriento, Eshe miró hacia abajo, dándose cuenta de que su rostro estaba una pulgada más arriba de su pelvis desnuda alienado con ella. Ella miró fijamente en la oscuridad y entonces se dio cuenta que había silencio. La lluvia ya no tronaba fuera. Había sido una lluvia corta y dura. Lamiéndose los labios murmuró. -La tormenta ha terminado.-No, no lo ha hecho,- le aseguró y se encorvó en el sofá e instó su avance con las manos en su trasero apretando su boca en el núcleo de ella. Eshe tragó una bocanada de aire y cerró los ojos, dejó caer su cabeza hacia atrás, sus manos se anudaron en su pelo cuando se encontró en el centro de su excitación. El placer estalló dentro de ella y luego retrocedió, solo para ser reemplazado por una oleada más fuerte junto con un eco de la primera ola, con su lengua raspando sobre ella. Sintió que sus manos apretaban detrás de ella, a él también lo estaba golpeando su placer y entonces ella no fue consciente de nada más que la pasión que fluía entre ellos, como él los volvió locos a ambos. Cuando sus piernas empezaron a temblar, Eshe gritó y apoyó las manos contra la pared de madera detrás del sofá y le suplicó que se detuviera para no dejarse ir. En el momento en el que no creía que pudiera tomar mucho más, sintió como él presionaba un dedo dentro de ella y gritó cuando su cuerpo comenzó a sacudirse, sin poder hacer nada. Ella oyó el rugido de Armand con su propio orgasmo, sintiéndolo vibrar contra su propio cuerpo. Comenzó a derrumbarse cuando la oscuridad la reclamó. Armand se despertó en la absoluta obscuridad y en un completo silencio, su rostro abrazaba un par de pechos calientes. Eshe. Sonriendo para sí mismo, la alivió un poco para ponerlos en una posición más cómoda, luego de una pausa sonó un crujido fuera. Miró hacia la puerta y escuchó brevemente, pero ningún sonido salió y decidió que había sido un animal de algún tipo, un mapache o una zarigüeya. Y, probablemente, uno que estaba molesto, si esta era en la actualidad su casa, pensó mientras una sonrisa se acomodaba a Eshe sobre su regazo. La acción le hizo morderse el labio con un gemido cuando sin querer la frotó sobre su regazo y su cuerpo saltó de emoción. Parecía que no podía conseguir lo


suficiente de la pobre mujer. Ambos estarían exhaustos por sus necesidades a este ritmo, pensó Armand, pero se encontró que no detenía la erección que venía constantemente a la vida. Dormida o no, Eshe parecía estar conectada a él, a sus pensamientos. Ella gimió dormida y se movía en su contra, enviado otra sensación a través de su eje, deslizando sus brazos alrededor de su espalda rodeándolo completamente, en un esfuerzo para ella. Pero acababa de presionar sus pechos contra su pecho y se agitó aún más la sensación de los dos. Eshe también comenzó a despertar de su sueño, emitió un pequeño suspiro y se movió hacia él. -Eshe,- se estremeció. Ella lo estaba matando. Su cabeza se levantó lentamente y luego más, se ayudó a abrir los ojos sonriéndole dormida. -HolaEso fue todo lo que hizo. Armand soltó un poco la tensión sobre ellos y entonces el gran Armand se encontró incapaz de resistir a besarla. En el momento en que su boca cubrió la de ella se había perdido y Eshe con él. Sus manos comenzaron a moverse, encontrando todos los puntos de placer y Eshe se movió en su regazo, frotándose contra él hasta que su pecho se deslizó sobre el pecho de Armand, fue bombardeado por un doble asalto, el de su propio placer, y el de su húmedo y caliente núcleo, deslizándose a través de su eje, y el de ella en él, además sentía el placer añadido, de cómo el vello del pecho le hizo cosquillas en los pezones, en múltiples pequeñas caricias. Armand gimió en su boca y tomó su cadera con una prensa más firmemente contra sí mismo, entonces cuando se hizo cargo de la acción, levantó las manos para que se deslizaran entre ellos y pudiera coger los pechos en una caricia más completa. Él jugó y tiró de sus pezones brevemente, su lengua luchando con la suya en un beso, pero ninguno de ellos tenía la fortaleza para posponer a lo que se dirigían. Se sintió aliviado cuando ella se levantó lentamente, dejando que el aire frío rozara su caliente erección, e incluso más aliviado cuando ella se sentó sobre él adecuadamente, teniéndolo dentro de ella misma. Con miedo a morderse la lengua por la excitación, Armand rompió el beso y rápidamente cambio su boca al cuello enterrándose en el. Gran error, se dio cuenta un momento más tarde cuando ella se levantó y se sentó de nuevo y sintió sus colmillos saliendo. Pero ya era demasiado tarde, sus colmillos estaban atravesando


su piel y ella tomó su cabeza, dándole permiso en silencio mientras ella seguía el viaje. -Sí,- se quedó sin aliento, ya que este nuevo placer se sumó a los otros y luego ambos gritaron y cayeron en la inconsciencia de nuevo.


Capitulo 10

Armand despertó con Eshe abrazaba a él, otra vez, su primer pensamiento fue que ella era la mujer más sexy que jamás había conocido. Y no sólo de una forma sexy. Sentía su calor, casi febril, pensó, quemándolo con su temperatura corporal. Eso despertó interés en él e hizo que se despertara completamente para encontrarse que no era Eshe lo que provocaba ese calor. Los dos estaban asándose. El cobertizo estaba en llamas. Maldiciendo, sacudió a Eshe, pero no se movió siquiera. Recordó que la había mordido y se maldijo a sí mismo cuando la sacudió de nuevo, más violentamente, pero se había quedado completamente inconsciente después de la pasión. Parecía que tendría que sacarla de allí. Maldijo otra vez, la levantó y la puso en el sofá cuando él se puso de pie, miró alrededor para estudiar la situación. No hacía falta más que un vistazo para darse cuenta que estaban en serios problemas. El cobertizo estaba totalmente en llamas, las paredes y el techo eran cascadas de fuego. Supuso que en unos minutos el edificio se derrumbaría encima de ellos. Volviendo de nuevo hacia el sofá, cogió a Eshe, echándola por encima de su hombro con poco esfuerzo. Corrió hacia la puerta con ella y la empujó, hizo una mueca de dolor cuando se quemó levemente el brazo. Se olvidó del dolor cuando la puerta no abrió. Estaban encerrados. Armand se quedó mirando fijamente la puerta. No la había cerrado. Ni siquiera tenía cerradura. Pero no se abría. Se distrajo al tratar de resolver eso y en su piel empezaron a salir las ampollas por el calor. No tenía mucho tiempo. El nano de los inmortales era muy inflamable. En cualquier momento él y Eshe iban a estallar en llamas, maldiciendo, retrocedió un paso y se lanzó hacia la puerta, dando un giro en el último momento para proteger a Eshe tanto como pudo. Para su gran alivio se estrelló contra la puerta endeble y cayó al suelo húmedo. Armand instintivamente rodó con Eshe varias veces para asegurarse de que ninguno de ellos se estaba quemando y luego simplemente se quedó inmóvil con la cabeza sobre su pecho, su corazón estaba loco. Miró al cielo sobre su cabeza por un momento y luego volvió la cabeza hacia un lado para mirar como el cobertizo se derrumbaba. El techo se había derrumbado, la nave se estaba hundiendo sobre sí misma. Con un suspiro, se volvió ligeramente para mirar a Eshe. Su piel estaba ennegrecida, como la suya. Estaba muy quemado y necesitaba sangre. Tenía que llegar a la casa. Ese fue el último pensamiento antes de que Armand se desmayara.


Armand se despertó al oír un silbido. Reconoció la melodía, la habían tocado en su boda con Rosamund. Era una de las canciones que había sonado en la celebración. Era muy popular en ese momento. -Sí. Mi madre solía tararearla mucho cuando yo era un niño. Por alguna razón ha estado en mi cabeza desde ayer.- Armand parpadeó y miró en la dirección de la voz. Vio a Bricker quitando una bolsa vacía de la vía y cambiándola por una nueva. Él lo miró con el ceño fruncido, su mente lenta intentó resolver por qué estaba en la cama y porque era necesaria la vía intravenosa. -Piensa en el fuego, dijo Bricker secamente, al parecer le estaba leyendo la mente. Las palabras tuvieron el efecto deseado. De repente Armand lo recordó y trató de sentarse inmediatamente. Por desgracia, no parecía tener la fuerza necesaria para ello. -No desperdicies tus energías- Riño Bricker. Terminó con la bolsa, se volvió hacia la cama y miró hacia él. -Tienes muchas quemaduras el nano está haciendo su trabajo.Armand se dejó caer sobre la almohada con un gruñido. La curación, obviamente, era un camino por recorrer, un poco de ejercicio lo había dejado agotado y jadeante. Sus pensamientos se estaban aclarando. -¿Eshe?- La palabra era poco más que un suspiro, pero Bricker lo entendió. -En tu habitación. Con una vía como tú.- Bricker hizo una mueca. -Ella estaba en peores condiciones. Su espalda era una ruina. Parecía como si hubiera sido asada a la parrilla.Armand cerró los ojos, sabiendo que su posición entre él y el sofá lo había salvado de estar como ella. El fuego por encima y alrededor de ellos había estado quemándolos, pero él había estado protegido por su cuerpo. -Eso probablemente los salvó a los dos- Comentó Bricker en voz baja, sin importarle lo que pensara sobre que estaba leyendo su mente. Se acomodó en la silla junto a la cama y le dijo -Si hubieras estado en la misma postura que ella, nunca habrías salido, por no hablar de ella.- Él hizo una mueca. -Siempre he pensado que después del sexo tienes un desmayo. Pero con una buena bofetada o un poco de agua en la cara se despertaría, debió quedar completamente inconsciente y eso fue lo que hizo que ella no sintiera el fuego.Armand lanzó un gruñido, sintió preocupación de nuevo, también remordimiento. Su inconsciencia, probablemente no habría sido tan profunda si no la hubiera


mordido y hubiera bebido, parte de su sangre. En realidad, esto había impedido que probablemente se despertara más rápido también. Los nanos extras de la sangre lo habían debilitado. -Ella estará bien,- aseguró Bricker. -Esta diez veces mejor de lo que estaba antes.-¿Cómo?- Armand no se molestó en terminar la pregunta en voz alta. Su garganta estaba completamente seca y sólo decir una palabra le producía un dolor muy agudo. Tal como esperaba, Bricker leyó el resto de la pregunta y respondió a la vez. -Cuando pasaron las horas sin que Eshe regresara, me imaginé que ustedes dos... er... estaban hablando,- dijo secamente, era obvio que él sabía lo que habían estado haciendo exactamente, en la nave antes de desmayarse. -Pero cuando no regresasteis de madrugada empecé a preocuparme y pensé en ir hasta el granero y asegurarme de que todo estaba bien. No lo vi, pero olía a humo me guíe por mi nariz. Lo siento, Armand. Miré varias veces por la ventana no vi fuego. Los establos bloquean la vista.- Armand hizo una ligera inclinación de cabeza. Aparte de los establos bloqueando la vista, la nave estaba al final de la propiedad. Los árboles de alrededor de la casa habían ayudado también. Bricker habría tenido que salir al exterior para ver el fuego iluminando el cielo. -Me sorprende que se quemara el cobertizo lloviendo la noche anterior, aunque no duró mucho. Supongo que no hizo más que frenar las cosas,- murmuró y luego dijo -De todos modos, me pareció verlos sobre el césped, el sol aumentó vuestros daños. Llamé a Lucian, traje a Eshe y luego a ti. No pasó mucho tiempo hasta que conseguí acomodarlos a los dos en sus habitaciones y Anders trajo sangre. Me sentí aliviado al verlo. Yo había estado tratando de meterte sangre por tu garganta cuando llegó con las vías. Estabas tan mal que no sacaste los colmillos ni cuando te puse la sangre debajo de la nariz.-El interior de la nariz se quemó, probablemente por la inhalación del aire caliente del fuego.- Armand miró hacia la puerta para ver quien hablaba, era un hombre de piel oscura. Sus ojos instintivamente se ampliaron y luego hizo una mueca por el dolor. No era sólo su garganta lo que estaba reseco. Sus párpados le dolían y los ojos, pero los mantuvo abiertos para examinar al hombre, se preguntó si sería uno de los hijos de Eshe. Le había dicho que había tenido ocho y seis estaban vivos, pero que nunca había tenido tiempo durante sus relaciones sexuales, ni tampoco le había dicho los nombres. La próxima vez hablaremos, se dijo. Justo antes de que la


mandara con Lucian a un lugar más seguro. Parecía obvio que Leonius había descubierto su paradero. Tenía que ir a un lugar más seguro. -No tengo relación con Eshe- Dijo Anders, al parecer era capaz de leer sus pensamientos. -Y no te preocupes por su seguridad. Ahora estamos aquí. Nos preocuparemos de eso por ti.- Miró a continuación a Bricker y le tendió un teléfono, Armand no se había dado cuenta que lo llevaba. -Es Lucian.- Bricker se levantó y se acercó para coger el teléfono inalámbrico que el hombre llevaba. Saludó, escuchó y luego lanzó un gruñido y salió de la habitación para seguir hablando. -Lucian se ha retrasado,- le explicó el hombre llamado Anders mientras se movía alrededor de la cama hacia el soporte de las bolsas. Estaba de espaldas a Armand mientras comprobaba la vía y añadió -Será de noche antes de que llegue. Él quiere que te mantengamos tranquilo y cómodo hasta que llegue.Armand no hizo comentarios, pero dudaba de que fuera posible mantenerlo tranquilo y cómodo. Su cuerpo estaba herido por todas partes, desde el cuero cabelludo hasta los pies y él estaba demasiado preocupado por Eshe y no conseguiría dormir. De hecho, estaba a punto de pedirle que le llevara hasta donde estaba ella para ver por sí mismo que estaba bien cuando Anders se apartó del soporte con una jeringa vacía. -Lucian, dijo que pedirías eso,- dijo con ironía, por supuesto leía su mente como lo hacía Bricker. -Es por eso que dijo que te mantuviéramos sedado.-Chupa sangre- Murmuró Armand con una combinación de enfado y consternación al darse cuenta de que el hombre no estaba revisando las bolsas sino que estaba inyectando un somnífero. Él ahora quería golpear a Lucian por la orden, pero al parecer, Anders pensó que el comentario era hacia él. Sonrió ligeramente y admitió -Me han llamado muchas cosas.Armand abrió la boca para explicarle que no lo había entendido, pero las palabras salieron ilegibles y sus ojos se cerraron, el somnífero estaba haciendo efecto. Eshe abrió los ojos y miró con legañas a Armand. Su rostro pálido estaba encima de ella, sus ojos azul-plata la miraban. Sonriendo, medio dormida, trató de levantar la mano para acariciar su rostro, pero se encontró demasiado cansada, así que murmuró; -Armand. Cariño. Dame un beso.-No soy Armand. Yo no soy tu cariño. Y no te voy a besar.-


Eshe parpadeó, seria por el sueño o es que tenía un problema con su visión y se encontró mirando fijamente a la cara sombría de Lucian Argeneau. Ella no se había molestado por el ceño fruncido. De inmediato se hubiera cubierto la cara si hubiera podido, ella no se molestó en tratar de detener el: -¡Ay Dios!- Que se le escapó de los labios. -Siempre has sido un encantado,- dijo Lucian, sonando divertido. Eshe gruñó y dijo: -¿Qué estás haciendo en mi habitación?-Tal vez deberías preguntar por qué estoy en tu habitación- Contestó Lucian, mirándola con atención. Eshe buscó en su mente, los recuerdos de lo que ella y Armand habían hecho en el cobertizo aparecieron. Es evidente que el hombre la había llevado a la casa mientras ella aún dormía y se la llevó a la cama. Ahora había sido pillada holgazaneando. Si Lucian estaba aquí, debía ser de noche y debería estar trabajando. -Ella no lo recuerda.Eshe abrió los ojos y levantó la mirada hacia la mujer morena que apenas podía ver detrás de Lucian. Leigh, su compañera de vida. Eshe la había visto sólo un par de veces, de paso, ya que la mujer había entrado en la vida de Lucian, pero no se imaginaba a nadie que pudiera soportar su mal humor, tenía que ser una santa, así que sonrió a la mujer y dijo -Hola, Leigh. ¿Qué estás haciendo aquí?-Es una santa- Aseguró Lucian, obviamente después de haber leído sus pensamientos y no tener absolutamente ningún reparo en hacerle saber que él lo había hecho. Él podría ser un tío grosero. -Te dije que todavía está bajo los efectos de los sedantes,- dijo Bricker, haciendo notar su presencia. Eshe miró al otro lado de la cama, subió las cejas cuando vio a Anders a su lado. -Por Dios. ¿Qué es esto, la Grand Central Station? ¿Por qué estáis todos en mi habitación? ¿Y por qué me duele la garganta? ¿Y qué es ese olor?- Preguntó con indignación cuando poco a poco se dio cuenta de las sensaciones que estaba experimentando. -¿Qué olor?- Preguntó Lucian con paciencia. -Igual que la carne de cerdo quemada -Murmuró frunciendo la nariz. -Serás tú- dijo secamente.


-Lucian- Reprendió Leigh empujándolo. La morena tomó su lugar sentándose en el borde de su cama, y le sonrió con los ojos confusos. -¿No te acuerdas de ti y Armand pasando un día en el campo y luego... er... la siesta en el cobertizo?Eshe miró en silencio, ella buscó en su mente, pero lo último que recordaba era lo que paso a la vuelta de Armand. -No,- dijo finalmente y después con creciente preocupación -¿ha ocurrido algo? ¿Dónde está Armand?-Él está bien. Está durmiendo- Le aseguró Leigh de forma rápida y luego vaciló antes de preguntar -¿No recuerdas el fuego?-¿Qué fuego?- Preguntó sin comprender. -Ella estaba inconsciente. Acababa de tener sexo,- señaló secamente. -Sí, pero no me di cuenta de nada. Yo siempre pensé que era sólo un desmayo o algo así.-Así es- dijo Bricker en voz baja y luego sacudió la cabeza y murmuró. -Dios, suerte que Armand despertó.Lucian gruñó y miró a Eshe. Se quedó en silencio, esperando. Su mente estaba llena de preguntas, pero ella no preguntó nada. Se había estado haciendo preguntas desde que abrió los ojos y no le habían respondido ninguna de ellas todavía. Se había dado cuenta de más cosas con sólo escucharlos hablar entre sí que de todo lo que le habían hecho. Ella era al parecer estaba bajo la influencia de algún calmante en el momento que se había producido un incendio, pensó, en el cobertizo donde ella y Armand se habían refugiado de la tormenta. Por lo que habían dicho, Armand había despertado y la había sacado, ella estaba de espaldas en la cama y al parecer en su propia cama, sin duda, ambos habían resultado heridos y se estaban recuperando. -Te sacó, pero al parecer se desmayó de nuevo. Bricker fue a buscarlos al amanecer y los encontró acostados al sol. Él me llamó, los metió dentro y yo vine lo antes que pude. Anders les dio suero, sangre y medicamentos para mantenerlos. Lo cual fue bueno ya que Armand se despertó justo después de que Anders llegara aquí.-


-Le tuvimos que poner una vía- murmuró Bricker. Eshe giró la cabeza en la almohada, mientras miraba el soporte de las bolsas. Observó el goteo constante pero lento de la sangre saliendo de la bolsa, hizo una mueca. La capacidad curativa del nano actuaría a la velocidad que recibiera la sangre. Hubiera sido más rápido si hubiera clavado sus colmillos en las bolsas y dejar que su cuerpo absorbiera lo que fuera necesario. Probablemente ahora estaría en pie y caminando. -Tus colmillos no bajarán- Le informó Lucian. -Creemos que las fosas nasales fueron dañadas por el aire caliente y el humo. Al no oler la sangre los colmillos no salen. Bricker hizo muy bien en ponerte una vía por lo menos hasta que despertaras.-Estoy despierta- Murmuró. Los calmantes no funcionan siempre con los inmortales y parecía que los efectos de los que le habían dado a ella empezaban a desaparecer. Sentía sus terminaciones nerviosas dañadas. -Trae más bolsas-. Ordenó Lucian. -Sus colmillos aparecerán en el momento que vea la sangre, ahora sus ojos están abiertos.Cuando Anders asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta, miró a Lucian y a Bricker. - Armand puede venir ahora así les doy el medicamento al mismo tiempo.-¿Qué le digo si está despierto?-Preguntó Bricker, dirigiéndose hacia la puerta también. Lucian apretó la boca. -Nada. Simplemente sédalo de nuevo. Quiero hablar contigo y Eshe antes de decidir qué hacer con él.-¿Qué quieres decir, con “qué hacer con él”?- Leigh le preguntó con el ceño fruncido y asintió con la cabeza hacia Eshe. Ella se preguntaba lo mismo y se sintió aliviada por no tener que hacer la pregunta, ahora que los efectos del sedante se estaban disipando. Lucian frunció el ceño brevemente. Él odiaba tener que explicarlo, Eshe lo sabía. Pero al parecer, tendría que hacerlo ya que Leigh había hecho la pregunta, después de una pausa, se pasó una mano por el pelo y dijo -He estado tratando de que Armand no se entere de lo que estaba pasando aquí. Acerca de la investigación, quiero decir.-


-¿Por qué?- Preguntó Leigh con sorpresa. Eshe podría haberla besado. Le salvó de que se hiciera más daño en la garganta, ahora podía sentir su mal estado. Además, era obvio que la mujer era en realidad a la única que se había molestado en responder. Eshe vio como Lucian se sentaba en una silla junto a la cama y comenzó a hablar, pensando las palabras para formar frases y oraciones en conjunto para hacer lo que era un largo discurso cuando él dijo -Armand era un miembro activo de la familia antes de la muerte de Rosamund. Iba a visitar a los niños, realizaba las funciones de la familia y así sucesivamente. Después de la muerte de Rosamund, se encerró en su propio mundo. Pensé que sólo necesitaba tiempo para sanar y lo dejé solo. Finalmente hubiera conseguido con una pelea hacerle volver a la familia pero después de que Nicholas se entregara, nos enteramos de que Annie había estado investigando las muertes de las mujeres de Armand cuando ella se murió, yo comencé a preguntarme: ¿Y si él la mató?- Eshe gruñó y de inmediato lamentó hablar. Maldita sea, ella debió tragar fuego para que su garganta estuviera tan sensible, pensó con un suspiro. -No- Dijo Lucian y luego se volvió a Leigh y le dijo -Realmente no creo que hubiera matado a su compañera de vida. Ni a Althea ni a Rosamund, pero era una posibilidad que había que investigar. Lo que realmente me hizo sospechar era que él mismo se había aislado de la familia en un esfuerzo por mantenernos a todos seguros. Que tal vez él mismo sospechaba que lo de Rosamund se trataba de un accidente y que algo más que la mala suerte estaba detrás de la muerte de sus esposas.-Pero sólo murieron sus esposas- Señaló Leigh. -¿Por qué iba a pensar que alguien más podría estar en peligro?-Si fueron asesinadas, podría haber sido debido a que eran sus mujeres, pero también eran mujeres en su vida que le importaban. Hay que recordar que Althea y Rosamund no eran compañeras de vida, sólo mujeres a las que les tenía afecto.-¿Crees que estaba preocupado por Jeanne Louise?- Leigh se dio cuenta con espanto. -Temía que el asesino de su esposa podría hacerles hecho daño.-Era una posibilidad,- murmuró Lucian. -Al parecer, es una buena posibilidad, ya que Annie también fue asesinada, otra mujer de su familia,- murmuró Leigh y luego frunció el ceño y señaló -pero él


nunca la conoció ¿verdad? Recuerdo que dijiste que se negó a venir a la boda o permitir que lo visitaran.-Sí- Dijo Lucian secamente. -Pero si Annie estaba preguntando a los miembros de la familia sobre los asesinatos, no creo que ella se detuviera allí. Nicholas estaba fuera mucho por trabajo. Ella podría haber conducido hasta aquí para hablar con él.-¿Se lo preguntaste?Lucian asintió con la cabeza. -Dijo que nunca la había conocido y no puedo leer su mente por lo que no se si era cierto o no.-¿Crees que te mentiría?- preguntó Leigh con sorpresa. -Bueno, hice la pregunta de pasada. Yo no podría muy bien decirle por qué le estaba preguntando o explicando que era importante.-¿Por qué no?- Preguntó Leigh y Eshe estaba agradecida por no tener que hablar debido a sus molestias de garganta. -Porque él no puede saber que Nicholas está encerrado en la casa ejecutor. Podría hacer algo estúpido. Y Eshe está aquí. Sólo la tenemos aquí, con el pretexto de que necesitaba una casa de seguridad para ella. Estoy bastante seguro de que está pensando que sólo estará un tiempo con ella y después de las dos semanas va a repudiarla por su propia seguridad. Si él sabe que está aquí para investigar quién estaba detrás de todas estas muertes, la enviaría lejos.-No enviaría a Eshe lejos- Leigh protestó rápidamente, Eshe estaba empezando a pensar que la mujer leía su mente y hacia las preguntas que ella misma quería hacer. Leigh añadió -Son compañeros de vida. No enviaría lejos a su compañera de vida.Lucian miró Eshe y arqueó una ceja. -¿Ha hablado de un futuro contigo, o de qué vais hacer después de estas dos semanas?Los ojos de Eshe se abrieron poco a poco al darse cuenta de que no lo había hecho. De hecho, recordó el momento en que había mencionado su viaje en dos semanas y su malestar al respecto en ese momento. Pero ella había pensado que era un


descuido o algo así. Lucian gruñó y asintió con la cabeza mientras leía la respuesta de ella. -Por eso decidí no contarle la verdadera razón por la que tú estabas aquí cuando me llamó la otra noche, él te habría metido en su coche y conducido directamente a mi casa en Toronto. No cabe duda de que entonces hubiera comprado una granja nueva y no me diría la dirección para que no lo encontráramos. O tal vez incluso se trasladaría a Europa o a otro sitio para tratar de mantenerte a salvo. Él ya ha perdido a una compañera de vida. Te garantizo que no va a poner en peligro a otra.- ¿Por qué, tendría que ser tan impresentable?, pensó Eshe con tristeza. Lucian estaba en lo cierto. Armand pensaba que podía despedirse de ella después de las dos semanas, como un romance de vacaciones. Bueno, pensó sombríamente, es solo uno más. La puerta del dormitorio se abrió y Eshe se sintió aliviada al ver a Anders con las bolsas de sangre. No puso las bolsas en el soporte, sabía que las bolsas eran para que ella, al verlas, sacaría sus colmillos y bebería. Ella apretó los dientes contra el dolor que estaba experimentando y se las ingenió para forzarlos algo, simplemente abrió la boca. Lucian se levantó cuando Anders se acercó, pero fue Leigh quien cogió una de las bolsas y se volvió hacia la boca Eshe. -Lo siento,- murmuró cuando Eshe se estremeció al tocar la bolsa contra su rostro dañado, pero Eshe no pudo decirle que estaba bien, así que esperó a que ella leyera su mente mientras que los dientes hacían su trabajo. -¿Estás bien?- Preguntó Leigh una vez que la bolsa estaba vacía y la sacó de sus dientes. Eshe simplemente gruñó y le indicó que le diera la siguiente bolsa. Fue Lucian quien cogió otra bolsa de las manos de Anders, se lo entregó y dijo: -No dejes de darle bolsas.Luego cogió las otras bolsas a Anders y dijo -Ve a buscar los medicamentos que te pedí. Tan pronto como ella termine con la última bolsa ayúdala.-¿Por qué?- Le pregunto Leigh con sorpresa, cuando le dio la segunda bolsa a Eshe. -Ella tiene mucho daño va a ser una recuperación dolorosa,- explicó tristemente. Mejor que no esté despierta.- Leigh parecía horrorizada ante la posibilidad, pero


Eshe no se sorprendió. Había vivido mucho tiempo. Esta no era la primera vez que había sido herida. Lo peor no era el daño, lo peor era la curación y ya podía sentir en su cuerpo al nano trabajar. En estos momentos se sentía como si su cuerpo estuviera siendo picado por un millón de abejas, pero con la última bolsa sospechaba que se iba a sentir como si estuviera siendo devorada desde adentro hacia afuera. Sin embargo, ella la necesitaba para sanar. Tenía que volver a ponerse de pie y encontrar al que había provocado el fuego. Ella no iba a ser expulsada de la vida de Armand por su propio bien y ella no se iba a arriesgar a ser asesinada, como había ocurrido casi con este fuego. Pero sospechaba que iba a tener una pelea cuando Armand se despertara. Eshe necesitaba sanar rápidamente y recuperar sus fuerzas para ganar esa batalla. Era compañera de vida de Armand y era mejor que se acostumbrara a ello, porque ella no se iba a ninguna parte.


Capitulo 11

El sonido de la puerta sacó a Armand de su sueño. Guiñando los ojos abiertos, miró hacia ella, una sonrisa de alivio se reflejó en sus labios cuando vio entrar a Eshe. Llevaba unos vaqueros y una de las nuevas camisetas que habían comprado en su día de compras. Ella se veía bien. Mejor que bien, parecía como si nada hubiera pasado. Su sonrisa se desvaneció en el momento en que la siguiente persona entró sin embargo, y Armand frunció el ceño a su hermano con disgusto. -Sal, Lucian. No quiero hablar contigo.Las cejas de Eshe se elevaron, giró la cabeza para mirar al hombre detrás de ella y luego de vuelta a Armand en interrogación, y él cambió de puesto sin descanso en la cama, y entonces explicó -Me ha drogado.-Así dormirías toda la curación- dijo Lucian encogiendo los hombros, moviéndose del camino cuando Leigh, Bricker y Anders le siguieron hasta la habitación. Su habitación se estaba llenando de gente, pensó Armand con disgusto, pero dijo No fue para la curación la última vez. La curación estaba mayormente hecha por entonces. Mayormente- agregó. -Pero Eshe no lo estaba y estabas tratando de levantarte e ir a por ella.-Ella estaba gritando a voz en grito- señaló con gravedad. -Estaba en el maldito derecho de ir a por ella. ¿No habrías ido por Leigh si la situación hubiera sido al revés?-Por supuesto- dijo Lucian con calma. -Eso es por lo que Anders tenía que drogarte de nuevo. Necesitabas descansar y no había nada que pudieras haber hecho por ella.Armand soltó un bufido de disgusto. -Dios, eres un culo arrogante.-Lo intento- dijo Lucian sin preocupación, dejando a Leigh la silla al lado de la cama cuando Eshe se acercó a la cama misma.


Armand frunció el ceño a su hermano para otro momento y luego miró al Eshe que se instaló en el lado de la cama. Él esbozó una sonrisa para ella, y le preguntó ¿Cómo estás?-Viva. Gracias a ti- murmuró, y se inclinó para besarlo, le susurró -Gracias.Armand suspiró tristemente, sabiendo que si no la hubiera mordido la última vez que habían hecho el amor, ambos probablemente se habrían dado cuenta antes. En efecto, él había estado malditamente cerca de matarles con ese truco. Forzando una sonrisa para su beneficio, le apretó la mano cuando se la deslizó en la suya, y luego miró a los demás en su habitación. -Entonces, ¿qué es todo esto?-Es hora de hablar,- anunció Lucian en voz baja. Armand hizo una mueca al oír las palabras. Tenía la esperanza de tener un momento a solas con Eshe antes de esta conversación, pero suponía que era mejor sólo lograr hacerlo de una vez. Algo así como rasgar un vendaje en una sola vez y sufrir un dolor agudo rápido, en vez de sufrir el largo y prolongado esfuerzo de sentir cada pequeño tirón de pelo, cuando se hacía él trabajó lentamente. -Bien- dijo al fin. -Obviamente Leonius ha descubierto dónde está Eshe y necesita ser trasladada a un lugar más seguro.La respuesta era decididamente extraña. Todos en la sala se volvieron hacia Lucian, aplazándolo... excepto Eshe. Ella estaba mirando hacia abajo a sus manos entrelazadas, pero ella estaba en sintonía, obviamente, con Lucian, al igual que los otros. En el momento en que empezó a hablar, ella lo interrumpió diciendo -No es de Leonius de quien me tengo que esconder.-¿Qué?- preguntó Armand con sorpresa. -Quiero decir que es él, pero él no está detrás de mí- dijo Eshe en voz baja. -Eso fue solo…-Envié a Eshe aquí para investigar la muerte de tu esposa,- interrumpió Lucian. -¿Qué?- Le preguntó bruscamente, con la mirada cambiando entre los dos. -¿Por qué?-Porque la vida de Nicholas depende de ello- respondió Eshe a la vez.


-¡Eshe!- gruño Lucian, mirando desde el otro lado de la cama. -Tiene derecho a saberlo. Es su hijo- le espetó, mirando de vuelta, y luego agregó Además, no va a hacer nada estúpido como tratar de escapar. Él quiere saber qué pasó con sus esposas como muchos, si no más, que nadie.-¿Que tiene que ver la muerte de mis esposas con Nicholas?- Preguntó Armand, mirando de uno a otro. -Y ¿qué quiere decir que la vida de Nicholas depende de ello? ¿Y sacarlo de dónde? ¿Nicholas ha sido encontrado?-Sí- murmuró Eshe. -Y no hay dudas de que él mató a ese mortal hace cincuenta años.-Yo sé que él no lo hizo- dijo Armand sombríamente, y era verdad, había sido positivo entonces, y aún así fue que Nicholas no había matado al mortal que había sido acusado de matar hacía cincuenta años. Armand había ido incluso a Toronto en el momento y trató de averiguar lo que realmente había sucedido, pero todo parecía apuntar hacia Nicholas. Sin embargo, no había sido capaz de creerlo. Pero tampoco había sido capaz de demostrar lo contrario. La historia de su vida, pensó con amargura. -Estoy seguro de que no lo hizo.- dijo Eshe en voz baja, y se relajó un poco al oír la sinceridad de su voz. Cuando él asintió con la cabeza, continuó, -Parece que Annie estaba haciendo un montón de preguntas sobre las muertes de tus esposas antes de morir, y, de hecho, llamó a Nicholas la noche antes de su muerte diciendo que tenía que decirle algo, pero murió antes de poder de hacerlo. Nicholas estaba comprensiblemente angustiado al principio, pero unas semanas después de la muerte de Annie, recordó la llamada telefónica, y trató de averiguar lo que había querido decirle. En su recuerdo de la noche del asesinato del mortal, fue acusado de asesinato, Nicholas comenzó a dirigirse al hospital, donde Annie solía trabajar con la intención de hablar con una amiga y compañera de trabajo de ella y preguntarle si ella sabía lo que Annie podía haber querido decirle. Sin embargo, su memoria saltó de estar cruzando el estacionamiento del hospital a abrir los ojos en el sótano de su casa con un mortal muerto en su regazo. Él ha estado huyendo desde entonces.Armand cerró los ojos brevemente, la culpa se deslizaba a través de él. Su hijo había perdido a su compañera de vida, el mismo que había matado a sus propias esposas. Él lo sabía. Todo fue culpa de él de alguna manera. Lo más frustrante era


que Armand no sabía cómo. No sabía por qué alguien querría matar a cualquiera de las mujeres que habían muerto. Ese había sido el problema desde el principio. -Nicholas está encerrado en la casa del ejecutor- murmuró en voz baja Eshe. -Él está esperando saber su futuro. Si nosotros encontramos al culpable de la muerte, será declarado inocente y liberado. Él recuperará su vida.-¿Y si no lo hacemos?- preguntó Armand con brusquedad. Eshe negó con la cabeza y sonrió en realidad. -Eso no sucederá. Obviamente alguien nos tiene miedo, de lo contrario ¿por qué nos encerraron en el cobertizo y le prendieron fuego? Los vamos a atrapar, Armand,- le prometió. -Y Nicholas quedará libre.Armand casi le preguntó cómo sabía que habían estado encerrados en el cobertizo, cuando ella había estado inconsciente, pero luego se dio cuenta de que Lucian probablemente se lo habría dicho. Su irritante hermano mayor acababa de terminar de interrogarlo acerca de qué es exactamente lo que había ocurrido en la nave cuando Eshe había empezado a gritar desde la habitación contigua. Armand había tratado de saltar para ir con ella de inmediato, y Lucian lo había empujado hacia abajo en la cama y ordenó a Anders darle una droga. Entonces las luces se habían apagado. Ahora que estaba despierto y sabía que Eshe no estaba siendo perseguida por el psicópata Leonius en segundo lugar, pero estaba allí para investigar la muerte de su esposa y tratar de salvar a su hijo. Obviamente, tenía que averiguar qué diablos había estado ocurriendo todos estos años. Había intentado buscar en la muerte antes, pero no se le había ocurrido nada, pero ahora era imperativo averiguar qué diablos había pasado y tendría qué por él. De lo contrario su hijo probablemente sería ejecutado y Armand se preocupaba por que todo el mundo estuviera en riesgo... como Eshe. Su mirada se deslizó hacia ella. Su compañera de vida. Después de la muerte de Rosamund había tenido sospechas, pero eso fue todo. No había sido capaz de encontrar ninguna prueba de que ninguna de sus esposas hubiera sido asesinada. En la superficie las muertes parecían ser accidentes, y eso fue todo. Sin embargo, él había sospechado, y que esa sospecha había sido lo suficientemente fuerte para en un esfuerzo por mantener el resto de las mujeres de su familia a salvo, Armand se había separado de ellos, pensando que si él estaba equivocado y las muertes


habían sido accidentes, entonces la única persona afectada por la acción sería él mismo. Sin embargo, si él tenía razón y no hacía todo lo posible para mantenerlos a salvo, él nunca sería capaz de perdonarse a sí mismo. Lo mismo seguía pasando. Si alguien estaba matando a las mujeres que le importaban, entonces Eshe como su compañera de vida estaba sin duda en riesgo, y lo mejor que podía hacer por ella era enviarla a un lugar seguro mientras resolvía este lío. Asintiendo con la cabeza a sí mismo, cambió su mirada a Lucian, y dijo sombríamente -Como mi compañera de vida, Eshe está en mayor riesgo. Es necesario sacarla de aquí.-Estar lejos no salvó a Althea- señaló Eshe que no parecía molesta o enojada por sus palabras. De hecho, estaba sospechosamente tranquila y agregó -de hecho, tú eres la mayor preocupación.-¿Yo?- preguntó con sorpresa. -Sí. Yo soy un matón profesional. Estoy capacitada para esto- señaló suavemente, como si hablara a un niño. -Tú, sin embargo, eres un civil. Y mientras yo era, probablemente, el objetivo del fuego en el cobertizo, casi mueres allí conmigo. Es probablemente mejor si te vas a vivir en un lugar seguro.- Se volvió para mirar a Lucian. -Tal vez deberías hacer que Anders lo llevará de regreso a la casa del ejecutor y encerrarlo con Nicholas. Nadie podría llegar a él ahí y puede visitarlo y ponerse al día-No voy a ninguna parte- dijo Armand con asombro, y luego miró a Lucian como si el hombre lo hubiera aceptado realmente cuando añadió -No me bloquees. Esta es mi vida. Eran mis esposas, y yo me quedo aquí para averiguar qué diablos está pasando. -No sé, Armand- dijo Eshe en voz baja. -Nunca me perdonaría si algo te sucediera por mi causa.-Bueno, no me voy- le informó con firmeza, con los brazos cruzados sobre el pecho obstinadamente.


Eshe suspiró, pero después de un momento hizo un gesto pequeño. -Muy bien. Entonces ¿por qué no te vistes y bajas las escaleras? Podemos hablar allí y Bricker puede hacer el desayuno y café para todos nosotros.-¿Puedo?- preguntó Bricker secamente. -Te ayudaré- se ofreció Leigh. -Estoy de acuerdo en que debes moverte a la planta baja entonces- dijo Lucian con arrogancia. Pensando que definitivamente se sentiría menos en una situación de desventaja si no estaba allí sentado, desnudo, Armand asintió sombríamente. -Bueno- murmuró Eshe, y se inclinó para darle un beso en la mejilla. -Entonces te veré cuando estés en la planta baja.Se levantó entonces y Armand se encontró con una leve sonrisa mientras conducía a Leigh y Bricker fuera de la habitación. La mujer estaba caminando en sexo, todos sus movimientos seductores para él. El… Sus pensamientos se llegaron a un abrupto fin, ya que de repente se le ocurrió que había empezado a tratar de hacer que Lucian enviara a Eshe a un lugar seguro y de alguna manera terminó cayendo a argumentar a la defensiva que él mismo no debe ser enviado fuera. No estaba seguro, pero tenía la impresión de que había sido engañado de alguna manera. -Sí, lo fuiste- dijo Lucian, y aunque su rostro era inexpresivo, no había perdido la diversión en su voz. -Ella se desempeñó como una profesional- estuvo de acuerdo Anders con sequedad, dejando claro que Lucian no era el único que lo leía. El hombre negó con la cabeza y dijo -Fue hermoso de ver. Casi pensé que ibas a darle las gracias porque te permitió quedarte antes de que saliera de la habitación.-¿Así que de alguna manera cambió las tornas y lo hizo a propósito? - Les preguntó con un deje de indignación. -Por supuesto- Anders se echó a reír.


-Hmm,- murmuró Lucian. -Es preocupante ver como Leigh y yo no estamos de acuerdo.-Déjame adivinar- dijo Anders con regocijo. -Comienzas molesto por algo, te enfrentaste a ella por ello, y de alguna manera al final de la discusión eres el que se disculpa.Lucian asintió con un gruñido de disgusto. -Las mujeres son elusivas- dijo Anders secamente. -No, no lo son- Armand estuvo en desacuerdo con un suspiro, tiró de las mantas a un lado y se levantó. Había aprendido algo en sus tres matrimonios, corto como fueron. Avanzando hacia el armario para encontrar ropa, explicó lo que había aprendido -Un hombre enojado puede ser intimidante, especialmente cuando es más fuerte, los hombres en general lo son aún más cuando se trata de inmortales. Creo que las mujeres han tenido que desarrollar la inteligencia para hacer frente a nuestra ira. Así que, mientras volamos rugiendo como leones heridos, utilizan sus cabezas como una especie de defensa.-Hmm,- murmuró Anders, apareciendo en la puerta del closet cuando Armand se prolongó un par de jeans. -¿Así que estas sugiriendo que han evolucionado para ser más inteligentes que nosotros?Armand sonrió débilmente ante la incredulidad arrogante en la voz del matón y le dijo: -Sólo en las habilidades de comunicación. Pueden bailar círculos alrededor de nosotros en ese frente. O por lo menos la mayoría de ellas pueden- se corrigió secamente. Había conocido a mujeres que eran un fracaso en esa área y hombres que tenían mejores habilidades de comunicación que la mayoría. -Pero tenemos la ventaja en otras áreas.Cuando Anders simplemente gruñó dubitativo en la demanda, Armand simplemente sonrió y negó con la cabeza mientras recuperaba una camisa y se la puso. El hombre aprende. -¿Entonces?- preguntó Lucian, Armand dio un paso atrás en la habitación del armario. -¿Vas a tratar de insistir en dejar a Eshe?Armand se detuvo para mirarle con consideración. -¿Tú la apartarías?-


Lucian se encogió de hombros. -Es tu casa. La haría retirarse si lo deseas... y la pondría en el motel al lado del comedor.-Bien, así que todavía estaría aquí, bajo amenaza, pero sin que nadie la vigile.- dijo secamente y luego suspiró. -Puede quedarse. Vamos a resolver esto juntos. Pero no voy a dejarla fuera de mi vista.-Lo veremos- murmuró Lucian y se dirigió a la puerta. Armand frunció el ceño a su espalda y le siguió. -Eso fue un buen golpe de hablar rápido allá arriba- felicitó Bricker mientras seguía a Eshe y Leigh por las escaleras. -Le volviste las tablas a Armand bellamente.-No sé de qué estás hablando- dijo Eshe inocentemente, y vio la sonrisa de Leigh por el rabillo del ojo, cuando bajó el último paso para entrar en la sala. En un esfuerzo por cambiar de tema, añadió -Siento lo del voluntariado para el servicio de cocina. Voy a ayudar también, por supuesto.Bricker resopló con la oferta. -Ni siquiera puedes abrir un bote de strudel. No vas a ser de mucha ayuda.-Es por eso que te ofrecí a ti- señaló, sin ofenderse. -Estoy segura de que voy a coger este negocio de cocinar lo suficientemente rápido, ahora que voy a comer otra vez. Simplemente no me he molestado con los alimentos durante mucho tiempo.-Todavía no lo entiendo- dijo Leigh, mientras entró en la cocina. -No me puedo imaginar que no quisieras comer. Me refiero a que la vida ya no vale la pena vivirla sin el chocolate y la tarta de queso.-¿Tarta de queso?- preguntó Eshe dubitativa. -No parece muy atractivo.- El queso es encantador, pero dejar caer queso azul o incluso el viejo cheddar en un recipiente con harina y otras cosas y luego cocinarlo y congelarlo sonaba extraño para ella. -¿No has probado todavía la tarta de queso?– le preguntó con asombro. Eshe negó con la cabeza, y Leigh le dio una mirada de lástima que parecía sugerir que se estaba perdiendo algo.


-Si nos quedamos, voy a traer alguno hoy. Tienes que probarlo. Es el maná- le aseguró la mujer. -Es cosa de chicas- dijo Bricker, con ironía cuando Eshe miró su camino en cuestión. -Nunca he conocido a una mujer que no le gustase el pastel de queso.-¿A ti no te gusta?- le preguntó Leigh con incredulidad. -Está bien- dijo Bricker, con un encogimiento de hombros. -A Lucian le gusta. No puedo tener suficientes- anunció Leigh. -Pero a la mayoría de los hombres parecen gustarles más las comidas grasosas como el bacón o las hamburguesas que las cosas dulces.-El bacón está bueno- dijo Eshe, suspirando al pensar en la comida. Sentía como si hubieran pasado días desde que había comido comida real, y su estómago se sentía vacío. -Han pasado días- señaló Bricker, leyendo sus pensamientos. -No has comido nada desde el domingo y es martes ahora.Eshe frunció el ceño ante este anuncio. Fue la noche del martes, cuando había llegado para comenzar este trabajo. Había pasado una semana, y lo único que había hecho era preguntar a Harcourt. A este ritmo, Nicholas se iba a freír. -No seas tan dura contigo misma- dijo Bricker en voz baja, al abrir la nevera y comenzó a coger los huevos, el bacón y la mantequilla. –Le preguntaste a Armand también, y hemos tratado de preguntar al hermano de Susanna y a su hermana. Ellos simplemente no han estado para ser interrogados.Eshe gruñó y le frunció el ceño por leer su mente, pero no se dio cuenta. Estaba de espaldas a ella mientras recuperaba una sartén de un armario al lado de la estufa. -¿Debería hacer café?- preguntó Leigh, mirando alrededor de la cocina. -Y entonces podría hacer tostadas.-Eso sería bueno. Gracias- dijo Bricker. -¿Qué quieres que haga?- preguntó Eshe a Leigh que se trasladó a agarrar la jarra de café vacía y la llevó hasta el lavabo para llenarlo.


Bricker frunció el ceño y miró a su alrededor y luego dijo: -Puedes poner la mesa.Eshe levantó una ceja. -¿Dónde quieres que la ponga?-Ja, ja,- dijo secamente, y luego su expresión se volvió incierta. -Estás bromeando, ¿verdad? Tú sabes sobre la mesa, poniendo platos y cubiertos para todos y la mantequilla y la sal y la pimienta y tal vez algunas mermeladas.-Por supuesto que sí- dijo secamente, pasando a la alacena para comenzar a buscar los artículos que había mencionado. Aunque la verdad es que, mientras había escuchado el término poner la mesa, no había estado segura de lo que implicaba. Ahora que lo hizo y encontró los platos para comenzar a contar cinco de ellos. Anders, lo sabía, no comía, por lo que no se molestó en poner para él. El café estaba terminando cuando los otros tres hombres llegaron. Anders de inmediato se instaló en la mesa, pero Lucian y Armand se dirigieron a la cafetera para conseguir cafés. -La crema y el azúcar están sobre la mesa- les dijo Eshe, mientras buscaba en el refrigerador una selección de conservas de la señora Ramsey. -Ven siéntate, Eshe- ordenó Lucian que se trasladó a la mesa con el café. Ella puso las mermeladas en la mesa, y luego dudó, pero Leigh estaba a cargo de la tostadora, y Bricker parecía tener el fuego bajo control, por lo que se sirvió un café y se trasladó a unirse a los tres hombres en la mesa, sentándose al lado Armand. -Cómo has señalado arriba, obviamente, has llamado la atención de alguien en tus investigaciones- dijo Lucian sombríamente, mientras dejaba caer dos cubos de azúcar en su taza y cogía la crema. -Tenemos que encontrar la manera.Eshe se quedó en silencio mientras echaba la crema en su café y luego agitó la bebida humeante. Dejando la cuchara a un lado, suspiró y admitió -No estoy segura de cómo. Realmente hemos logrado interrogar sólo a Armand y a Harcourt. A pesar de que nuestra presencia ha sido ampliamente señalada- añadió secamente -piensa en la reacción en el comedor.-¿William?- preguntó Armand con sorpresa. -No puedes sospechar de él. Él no habría matado a Althea. Ella era su hija.-


Eshe hizo una mueca. -Estoy de acuerdo contigo en eso. No creo que él esté detrás de las muertes, pero hablar con él fue muy útil. Aprendimos algunas cosas.-Sí, sí -dijo Lucian en voz baja. -Harcourt tenía coartada para la muerte de Rosamund y estoy seguro de que no podría haberlos seguido a Toronto cuando Althea murió. ¿Él dijo que estabas trabajando en el parto de una yegua?Armand hizo una mueca, un recuerdo desagradable, obviamente, deslizándose a través de su mente. -Perdimos al potro. Y a punto de perder la yegua también-dijo, y luego reforzó con realización. -¿Sospechas de mí?-Bueno, por lo que yo podría decir, eras la única conexión obvia entre las tres mujeres y Annie- dijo Lucian encogiéndose de hombros. -Te sacamos fuera de la lista, y hablamos con Harcourt - dijo Eshe en voz baja. -Así como a Marguerite. Ella y Jean Claude aparentemente hicieron una visita mientras estuviste ausente, llegaron después de que salieras de la corte, y salieron temprano en la noche del incendio. Comprobó que estabas ausente mientras ellos estaban allí.-

-De acuerdo- suspiró. -Pero William Harcourt estaba en la corte cuando Cedrick y yo llegamos allí. Se fue antes que yo, pero él estaba conmigo cuando Rosamund murió. Así que si mis tres esposas murieron, entonces no es el culpable de ambas.-Así que quita a los dos y a William Cedrick de la lista también si la muerte de Susanna no fue un accidente- dijo Eshe encogiéndose de hombros. -¿Qué pasa con el hermano y la hermana?- sugirió Bricker, pasando la cocina para echar un vistazo a su dirección. -Susanna estaba muy unida a su hermano y hermana- dijo Armand en voz baja. -Es por lo que volvió Agnes. Ellos no hicieron hecho daño a Susanna, y ni siquiera estaban en el país cuando Althea murió.-Suena como si nadie pudiera haberlo hecho- dijo Anders secamente. -Esa fue mi conclusión hace un siglo, cuando empecé a buscar en las mismas muertes.- admitió Armand en tono deprimido.


-Bueno, alguien hizo algo- anunció Lucian con gravedad. -Hay alguna razón por la que los dos fueron encerrados en un cobertizo en llamas.El silencio reinó en la mesa por un momento y luego Eshe miró a Armand. -¿Hay alguien más en todo lo que has sabido desde antes de la muerte de Susanna?Armand pensó por un momento, pero negó con la cabeza. -Estábamos mucho más hacia fuera entonces. Los Harcourts no estaban tan lejos, y tampoco Marguerite y Jean Claude, y por supuesto Cedrick trabajaba para mí en el castillo y el hermano de Susanna y su hermana estaban allí, pero...- Se encogió de hombros sin poder hacer nada. -Eso es.-Tal vez la muerte de Susanna fue un accidente y sólo tendrías que estar mirando a Althea, Rosamund, y la muerte de Annie- sugirió Anders. -Eso es posible- murmuró Eshe. -No sé- murmuró Bricker desde el fuego. -La muerte de Althea sonaba como que podría haber sido un accidente.Eshe lo miró con incredulidad. -¿Estás bromeando, no?Miró por encima del hombro con sorpresa. -No. Fue un incendio de hotel. Podría haber sido un accidente.Eshe frunció el ceño -¿No te diste cuenta de nada sospechoso de la muerte de Althea, cuando William Harcourt lo estaba describiendo?Bricker frunció el ceño ahora también mientras los otros vieron y escucharon con curiosidad. -No. En realidad no. Es decir, se trataba de un incendio de hotel. Pasa.Eshe sacudió la cabeza con asombro y maravillada -Era evidente que estaba contando un cuento que Harcourt no creía en él tampoco, pero él es un hombre.-Hey. Soy un hombre también- protestó Bricker. -Ah, claro- dijo, y se mordió el labio para no reírse de su expresión. Sonriendo, dijo -Yo sólo pienso en ti como un matón en lugar de un hombre.-¿No puedo ser ambas cosas?-Tal vez cuando seas mayor- permitió.


-Vaya, gracias- dijo secamente. -¿Que notaste, que Bricker no, que te hace pensar que fue asesinada?- Le preguntó Armand y parecía casi ansioso. Ella supuso que estaría encantado de conocer al menos una forma u otra en su propia mente, si sus sospechas tenían una buena razón. Eshe dudó, alineando sus pensamientos en su mente, y luego dijo -Bueno, fue un incendio en un hotel como Bricker dijo... pero al parecer comenzó en su habitación durante el día.Bricker se encogió de hombros con impaciencia. -Vosotros utilizabais candiles y velas en ese entonces. Uno o el otro probablemente se tiró o se cayó o algo.-Pero fue durante el día,- señaló Armand sus pensamientos, al parecer, siguiendo a lo largo de los de Eshe. -Althea dormía durante el día como regla. Pero incluso si no estaba, no habría necesitado un candil o una vela durante el día.-Exactamente.- le sonrió Eshe. -Sí, supongo que es una especie de algo extraño- aceptó Bricker con el ceño fruncido, cuando se dio la vuelta para empezar a hacer las tiras de tocino. Eshe asintió con la cabeza, y luego dijo -Sólo que ella no estaba durmiendo.Bricker giró alrededor a la vez, un trozo de tocino goteando colgaba del extremo de su tenedor. -¿Qué quieres decir con que no estaba durmiendo?- preguntó Bricker con sorpresa. -William dijo que estaba agotada, que le preguntó por la habitación en la parte trasera del hotel, que se quedara a descansar y Mary se llevó a Thomas para que no la moleste. Ella...-Ella llevaba los pendientes que sus padres le regalaron para su cumpleaños número dieciocho- interrumpió Eshe para recordarle. Bricker la miró sin comprender. -¿Entonces?-Althea nunca llevó joyas a la cama- dijo Armand en voz baja. -William dijo que estaba cansada- señaló Bricker, y sugirió, -Tal vez estaba tan agotada que apenas se tumbó y se olvidó de quitárselos.-


Eshe negó con la cabeza. -Son demasiado incómodos, no se habría olvidado.Bricker resopló. -He dormido con una gran cantidad de mujeres mortales que mantuvieron sus pendientes.-Estoy segura- dijo Eshe secamente. -Pero los mortales tienen las orejas perforadas y la mayoría de los inmortales no.-Sí- dijo Leigh en un suspiro. -Tengo que decir que es una especie de rollo. Tenía las orejas perforadas como un mortal, ¿pero después del cambio?- Ella sacudió la cabeza. -Mis oídos curaron en el momento en que saque los pendientes que llevaba cuando me convertí. He intentado conseguir hacerme agujeros de nuevo, pero sano otra vez cuando me quito el pendiente.Eshe hizo una mueca y asintió con la cabeza. -Tendrías que hacerte el agujero cada vez que quieras usar aretes, y tendría que ver con los pendientes que deseas usar.-No, gracias- dijo Leigh secamente. Eshe sonrió irónicamente. -La mayoría de los inmortales no son suficientemente sádicos como para querer hacer eso. Generalmente usamos clips que pellizcan el lóbulo.-Suena incómodo- murmuró Lucian, de pie para buscar otro café. -Lo son- dijo Leigh secamente, y frunció el ceño como si fuera la culpa de su necesidad de usarlos. -Lo siento, mi amor- murmuró Lucian, y se inclinó para presionar un beso en la frente. La mueca de Leigh se desvaneció. -No es tu culpa.Ellos compartieron una sonrisa, y luego Lucian la volvió a besar antes de volver a cruzar la habitación. Eshe miró al hombre con curiosidad mientras él reclamó su asiento. Fue la primera vez que era testigo de este lado más suave de él. Le hacía parecer casi humano. La pillo mirándolo, Lucian levantó una ceja. -¿Decías?-


-Bien- murmuró Eshe, y luego reordenó sus pensamientos. -Así que, de todos modos, aparte de los clips, la moda en aquel entonces era de pendientes grandes, torpes que eran incómodos de usar mientras se está acostado. Es imposible dormir y definitivamente no es algo que Althea habría llevado a la cama- murmuró, y luego agregó, -Por otra parte, William dijo que cuando sacaron sus restos, lo único que quedaba era la cabeza quemada y eso es un error. Los nanos nos hacen altamente inflamables. En todas partes. Tendría que haber ardido como una vela romana si se prendió fuego. No debería haber quedado cualquier cosa... a menos que la cabeza estuviera lejos del fuego en sí.-Y lejos de su cuerpo, cuando ardió- dijo Lucian pensativo. -¿Piensas que estaba despierta y viva, por alguna razón y fue decapitada como Annie y Rosamund, y luego incendiaron su cuerpo?Eshe se encogió de hombros. -Eso explicaría por qué la cabeza sobrevivió casi intacta, mientras que su cuerpo no lo hizo. Podría haber rodado bajo la cama o en algún otro lugar donde fuera quemada poco en lugar de arder en llamas.-Cierto.- suspiró Bricker derrotado. -Eso suena menos como un accidente.Estuvieron todos en silencio por un momento, y luego Bricker dijo con asombro,Pero, ¿quién podría haberlo hecho? William dijo que el viaje a Toronto era una cosa “estímulo-del-momento.” Alguien que les hubiera seguido para matar a Althea, tenía que haber estado directamente sobre sus talones.Todos se volvieron a Armand. -Oye, no me mires- dijo rápidamente. -Yo estaba ocupado con la yegua.-Sí, pero también estabas en la granja cuando se fueron- señaló Lucian. -¿Había alguien más ahí? ¿Un inmortal que dejaran detrás de ellos?Armand frunció el ceño, su expresión pensativa, pero finalmente dijo -No. John y Agnes estaban en Europa y había enviado a Cedrick cuando la yegua empezó a tener problemas. Él estaba allí con mi ayuda toda la noche y el amanecer y el pasado.-No tiene que ser alguien que estuviera cerca cuando Susanna murió si ella fue un accidente- señaló Eshe.


Armand se tomó un momento para pensar, pero finalmente suspiró y sacudió la cabeza. -Lo siento. No había nadie. Además- añadió sombríamente -Se esto mismo después de la muerte de Rosamund. Hice preguntas e incluso leí las mentes. Ninguna de las personas que he mencionado me mintió cuando contestó las preguntas que hice.Eshe asintió con la cabeza. -He leído la mente de William también, cuando hablamos con él. Sin duda dijo la verdad sobre las muertes que él conocía.-Entonces, estamos de regreso a ningún sospechoso- dijo Lucian secamente. Armand dudó, pero luego dijo -No creo que Jean Claude...- dejó el rastro de pena y luego hizo una mueca cuando Lucian comenzó a mirarlo como un trueno. -Lo siento, Lucian. Sé que la idea te molesta, y francamente, no puedo pensar en una razón por la que él hubiera querido hacerme un daño como este, pero no puedo pensar que alguien lo hiciera, e hizo algunas cosas locas.-Él las hizo- acordó Lucian con frialdad. -Pero no puso la nave en llamas. Está muerto.-El murió antes- murmuró Armand con disgusto. Lucian de repente parecía cansado. -Sí, bueno, confía en mí. Ahora está muerto.Armand suspiró. -Muy bien. Entonces estamos de vuelta al punto de partida. Cuatro mujeres muertas, sin ton ni son para ello, y sin sospechosos. Bienvenido a mi mundo- dijo amargamente. -Por lo menos puedes estar relativamente seguro ahora de que Althea fue asesinada-señaló Bricker. -Quiero decir, estamos de acuerdo en eso, ¿verdad?Cuando todo el mundo asintió en silencio, Bricker se encogió de hombros. -Y alguien cercano está nervioso por la investigación o no habrían tratado de matar a ambos en el cobertizo- señaló. -Supongo que simplemente tenemos que seguir haciendo preguntas. Alguien en algún lugar tiene que saber algo que nos puede llevar en la dirección correcta si Annie descubrió algo hace cincuenta años.Eshe notó la mirada penetrante de Lucian volviéndose a Armand. Vio sus ojos estrechos y luego dijo -Te lo pregunté en el comedor, pero te lo pregunto una vez más. Annie estaba al parecer haciendo un montón de preguntas sobre la muerte de


tu esposa. No sería inesperado que tratara de hablar contigo. ¿Alguna vez vino aquí?-Te dije que no- dijo Armand en voz baja. -Yo no estaba mintiendo. Nunca conocí a la Annie de Nicholas.-Tal vez ella te dio un nombre diferente o no te dio un nombre- sugirió Eshe en voz baja. -¿Alguien apareció en esa época haciendo preguntas?Armand sacudió la cabeza. -No. Lo siento.Eshe se sentó con un suspiro y se encogió de hombros. -Bueno, entonces Bricker y yo seguiremos haciendo preguntas.-Nosotros tres seguiremos haciendo preguntas- dijo Armand sombrío. Cuando Eshe miró a Lucian preguntado él dijo -Leigh y yo regresaremos a la ciudad después del desayuno, pero dejaré contigo a Anders. Quiero que se dividan en dos parejas. Eshe, con Bricker. Armand, Anders estará contigo. Yo quiero que una pareja hable con el hermano y la hermana de Susanna y los otros que hablen con este hombre Cedrick. Averigüen lo que recuerdan de la muerte y si alguno de ellos habló con Annie. Averigüen todo lo que podáis y luego llámenme a Toronto y hablaremos de nuevo.Antes de que nadie pudiera hacer comentarios, se volvió para echar un vistazo a Bricker. -¿Cuánto tiempo queda para comer?-Ahora –dijo Bricker a la vez, entregando un plato de bacón a Leigh cuando se detuvo junto a él con un plato de tostadas apiladas ya en la mano. Como Leigh llevaba dos platos más, Bricker sacó dos platos más del horno para llevarlos a la mesa también. Los ojos de Eshe se abrieron como platos cuando vio que al mismo tiempo había hecho una docena de huevos cocinados de manera que la camarera en el restaurante había referido como más fácil, el otro plato llevaba una pequeña montaña de papas hash browns. No se había fijado en él para cocinarlos, pero entonces había estado distraída por la conversación en la mesa. -Quiero hablar contigo antes de salir, Armand- dijo en voz baja Lucian, ya que comenzó a servirse a sí mismo.


Eshe miró con curiosidad, pero sospechaba que sabía lo que quería hablar con Lucian. Ella había notado la forma en que había reaccionado a la asignación de parejas. Sospechaba que iba a argumentar que ella podía combinar con él en lugar de con Bricker. Pero también sabía sin duda que Lucian le diría que no.


Capitulo 12

-Quiero ser emparejado con Eshe,- anunció Armand a Lucian en el momento en que había cerrado la puerta del despacho. -No.-Ella es mi compañera de vida, Lucian- dijo Armand sombrío. -Es precisamente por eso que dije que no- respondió Lucian sombrío. –Estás distraído. Te necesito con la cabeza bien puesta para que no se te escape nada y estar alerta en caso de que haya otro intento de matar a uno de vosotros.Armand parpadeó sorprendido. -¿Uno de nosotros? ¿Lo dices por Eshe o por las mujeres que han muerto?-En general, después de casarse contigo y dar a luz a un hijo o en caso de Annie, casarse con tu hijo y estar embarazada,- dijo Lucian y luego señaló con sequedad Eshe no se ha casado o, supongo, que no está embarazada y esta vez estabas presente y han intentado matar también, así que algo ha cambiado.-Supongo- murmuró Armand, preguntándose qué podría ser. Su vida había transcurrido siempre igual durante tanto tiempo que el día había comenzado a fundirse uno en el otro... hasta la llegada de Eshe. De hecho, su aparición en su vida fue el único cambio. Pero mientras que los asesinatos habían sido de sus esposas antes de esto y de la esposa de su hijo, Annie. Eshe habría muerto en el incendio si no hubiera despertado. Un cambio interesante. -¿Por qué no viniste a mí con tus sospechas después de que Rosamund muriera?Preguntó Lucian bruscamente, distrayéndole de sus pensamientos. Armand frunció el ceño brevemente, pero luego negó con la cabeza y suspiró. -Porque todo lo que tenía eran sospechas.-Tan fuertes eran las sospechas que te retiraste de la familia... Supongo que fue para protegerlos.-Sí,- admitió Armand con un suspiro. -Pero eran sólo sospechas y cuando se sospechaba de mí, eso hizo que me alejara mas .Yo ni siquiera recogí el informe de Althea. William nunca me lo mencionó.-


-Probablemente no quería molestarte con detalles horripilantes.- Dijo Lucian pensativo. -Probablemente,- concordó Armand, Y entonces dijo lo que le había estado molestando desde que él supo que la muerte de Annie probablemente estaba relacionada con todo esto también. -Pero si yo hubiera estado pendiente de Nicholas Annie quizás estaría viva.-Puede ser- Dijo Lucian y entonces agregó -Pero si hubieras venido a mí con lo que sospechabas hubiéramos investigado y a lo mejor ella todavía estaría viva a pesar de su silencio. Nicholas tiene una nueva compañera de vida y ahora no tiene que escoger entre su Annie muerta y su Jo muy viva.-Dios, a veces eres algo despiadado- Dijo Armand con indignación y asombro y entonces preguntó curioso -¿Su compañera de vida se llama Jo?Lucian asintió -Josephine Willan. Ella es la hermana de Sam, la compañera de vida de Mortimer.- Armand cabeceó; él se había encontrado con Mortimer un par de veces. Nicholas había parado a veces a dejarle fotos de Jeanne Louise en el pueblo para que investigara el caso. A veces había otros ejecutores con él. Mortimer había sido uno de ellos. -¿Dónde está Jo mientras Nicholas está encerrado en la casa del ejecutor?- preguntó pensando que si estaba sola y sin protección ella quizás podría pasarle como a las otras mujeres que habían muerto ya que pertenecía ahora a su familia. -Está encerrada con él.-¿Por qué?- Preguntó Armand con asombro. -Marguerite pensó que ayudaría a Nicholas a pasar el tiempo. Además, la mantiene fuera de problemas- agregó con diversión. Armand levantó una ceja. Armand pensó en que no quería que Lucian emparejara a Eshe con Bricker antes que con él, él comprendió la razón. Estaba distraído cuando estaban juntos. Además, casi la habían matado. Si ese era el caso, quizás quienquiera que estaba detrás del ataque vendría después por él otra vez. Eshe no correría peligro lejos con Bricker si eso sucedía.


-¿John y Agnes Maunsell?- murmuró Bricker.- Ellos no son realmente sospechosos, ¿qué esperamos saber de ellos?-De algo nos enteraremos- Dijo Eshe secamente. Miró por la ventanilla del pasajero del todo terreno cuando giraron en el camino de la granja de Maunsell. Era el vehículo que Anders conducía. Él y Armand habían ido a ver a Cedrick en la motocicleta de Armand y Anders había sugerido que utilizaran el todo terreno antes que sus motocicletas. Por supuesto, Bricker había insistido en conducir. Eshe no se había quejado solamente se había encogido de hombros y había subido en el lado de pasajero. -Espero que estén- Comentó Bricker secamente, y después cuando vio la granja oscura a la vista, agregó -Parece que no vamos a tener suerte.-Gira de todos modos. Podemos llamar por lo menos para estar seguros- Dijo Eshe con un suspiro, pero no pensó realmente que se encontraría con sorpresas en la casa. No veía ninguna luz en la casa y tampoco vio algún coche. Vio un hombre a la orilla del camino entre el granero y la casa. -¿Crees que es él?- Preguntó Bricker cuando paró el todo terreno delante de la casa. Eshe se encogió de hombros. Ella no lo sabía. Nunca había visto a la pareja antes. Podría ser. -Él por lo menos nos puede decir quiénes son John y Agnes y donde los podemos encontrar.-Así es- Murmuró Bricker cuando apagó el motor. Eshe abrió su puerta y se deslizó fuera, mirando a ver si veía al hombre. Él todavía estaba parado exactamente donde ella lo había visto, después de una vacilación breve, él camino hacia ellos, Observándolos especulativamente. Eshe lo miró mientras se acercaba. John Maunsell era igual que el de los retratos. Tenía características semejantes a una de las mujeres de los retratos en miniatura que tenía Armand en el escritorio. Debía ser Susanna. La hermana de John Maunsell. Era rubio y alto. Tenía aspecto de guerrero. Pero fue la cara lo que más le llamaba la atención. El hombre tenía los ojos verde plata y la cara de un ángel. Dios había estado de buen humor el día que ideó a este hombre, decidió ella. Tenía belleza de cuento y ella no se habría sorprendido si se lo hubiera encontrado en las páginas de una revista de moda o que lo hubieran utilizado como modelo para el príncipe de Blancanieves o de la Bella Durmiente. A las chicas locales las debía volver locas. Ellas probablemente se


dedicarían a conseguir llamar su atención. probablemente era un infierno para él.

Realmente, se dio cuenta de que

-Lo es.Eshe parpadeó por ese comentario del hombre cuando se detuvo ante ellos, él hizo una mueca de disculpas. -Perdón. No protegiste tus pensamientos.Eshe forzó una sonrisa cuando se dio cuenta de que había leído sus pensamientos. Mientras que era algo grosero hacer comentarios acerca de ello. Era un buen recordatorio para que ella tuviera en cuenta proteger sus pensamientos. Era algo difícil cuando se encontraba a un compañero de vida, aunque nadie sabía realmente por qué. -¿John Maunsell?- Preguntó Bricker, cuando llegó hasta donde estaba Eshe. -Sí.- Asintió y estrechó la mano de Bricker. John miró a Eshe. -¿Eres la nueva compañera de Armand, Eshe D’Aureus?Cuando respingó, sonrió ligeramente y dijo -No me sorprende tu presencia tu nombre ha estado en la lengua de todos los chismosos entre aquí y la granja de Armand- Inclinó la cabeza y la observó brevemente antes de decir -Aunque eres más encantadora de lo que me había contado Cedrick.Eshe sonrió ante el cumplido. Ella no solía recibir cumplidos habitualmente. Ella no era escultural, era fea y había aprendido como llevarlo hace ya siglos. Todavía, le parecían los cumplidos agradables, sonrió y dijo -Veo que eres muy elocuente.Fue Bricker quien preguntó -¿Cedrick te habló de Eshe?-Sí. Él estaba encantado de enterarse del chisme primero- Dijo John y entonces preguntó -¿No viene Armand con vosotros?Eshe miró a Bricker antes de decir -Vinimos solos. Tenemos algunas preguntas que esperamos que pudieras responder por nosotros acerca de Susanna tu hermana.Asintió. No parecía demasiado sorprendido y sospechó que asumía las preguntas por el hecho de que era la nueva compañera de Armand, con una curiosidad entendible acerca de su primer compañero.


-¿Entramos?- sugirió John, haciendo gestos hacia la casa. -Agnes ha ido a la ciudad por una película, pero yo puedo darles respuestas.-Gracias- Murmuró Eshe permitiendo que los dirigiera hasta la casa. -¿Queréis algo de beber?- preguntó John cuando entraron y empezó a encender las luces. -No para mí, gracias- Murmuró Eshe cuando le indicó la sala de estar. Estaba decorada con muebles modernos en sombras neutrales de café. Eshe miró alrededor y entonces se sentó en el sofá de cuero y se hundió en sus cojines suaves. -Para mí tampoco. Acabamos de comer no hace mucho tiempo. Un buen desayuno-Explicó Bricker cuando se dejó caer en el otro sofá. John cabeceó y se sentó en la silla más cercana y entonces levantó sus cejas cuando la miró a ella y después a Bricker. -¿Que es lo que queréis saber sobre Susanna?-Realmente queremos saber cómo murió- Murmuró Eshe. -Ah.- Suspiró John. En silencio miró a lo lejos durante un minuto y entonces la miró a ella y dijo -¿Puedo preguntar Por qué?Eshe miró a Bricker, su mente que trabajaba rápido y entonces dijo simplemente – Tiene algo que ver con el consejo.- John la miró fijamente como si esperaba más preguntas y entonces dándose cuenta que aparentemente eso era todo lo que estaban dispuestos a decir, cabeceó. -Bien… fue aproximadamente una semana después de que Nicky naciera.- Se detuvo y sonrió. -¿Adivino que ya no es un niño? ¿No?Eshe concordó en silencio. Nicky Argeneau ya no era ahora un niño tenía unos quinientos años de edad. El hijo de Armand ya era adulto. -¿Se sabe algo de él?- Preguntó John de repente, mirándola de manera ansiosa y luego a Bricker -Si lo han visto sabrán si está bien.-Él...- Empezó Bricker y luego se calló


-No. Me temo que no.- Dijo pensando en la mentirita Para este hombre no sería bueno saber que Nicholas actualmente estaba encerrado en la casa del ejecutor en espera del veredicto. -Ah. Esperaba que alguien por lo menos lo hubiera visto.- John apartó su mirada triste. -Lo siento- Dijo Eshe calladamente, y entonces incitó -Acerca de la muerte de Susanna…John cabeceó. -Como dije, fue aproximadamente una semana después de que Nicky naciera. Armand estaba de viaje por su trabajo en el tribunal; llegó el día después del nacimiento. Su hermano Jean Claude y su esposa, Marguerite, estaban de visita por unos días para ver al bebé, pero se habían marchado de regreso para el anochecer. Me fui a la aldea a cenar, yo todavía comía y el cocinero del castillo no era muy bueno- Arrepentido por el cambio de tema -¿Por dónde íbamos?-¿Armand estaba de viaje por el tribunal?-Sí. Como dije, se fue el día después de que Susanna diera a luz. Tenía que haber llegado más pronto. El rey envió por lo menos tres órdenes para que él se presentase, pero él no se fue hasta que Susanna dio a luz- John hizo una mueca. Afortunadamente, Nicholas nació antes de que el rey se enfadara y enviara soldados, me imagino que Armand tenía algo en mente para explicarle al rey y que no le quitara su favor.Eshe cabeceó, ya que Armand y Marguerite ya se lo habían contado. -¿Cuanto estuviste en la aldea?-Sí. Estuve allí, probablemente, un par de horas… quizá como mucho tres o cuatro. Quise beber como un mortal y vi que el alcohol no tenía efecto en mí ya- admitió con una mueca y entonces continuó, -de todos modos. Llegué tarde, probablemente después de medianoche. La mayor parte de los soldados y los sirvientes eran mortales y estaban acostados. Solo los hombres de la muralla estaban despiertos pero estaban atentos en la vigilancia de la muralla.-No vieron el comienzo del fuego.-Sí.- cabeceó John. -Cuando llegué ellos habían formado una cola para pasarse los cubos desde el pozo, pero cuando ellos advirtieron que los establos estaban


ardiendo, era demasiado tarde para que intentaran apagarlo con cubos. Por supuesto, ellos estaban concentrados en la vigilancia del muro y no se dieron cuenta de que estaba ardiendo el establo hasta que fue demasiado tarde.Bricker preguntó -¿Se supo cómo empezó el fuego?Pareció sorprendió por la pregunta, pero sacudió la cabeza. -Supongo que una antorcha se cayó en el heno.- Se encogió de hombros. -Nosotros no teníamos exactamente investigadores en aquellos días y como sabe, los fuegos eran comunes.Eshe asintió con la cabeza. Ella no se sorprendió era lo suficientemente vieja para recordarlo. Ella a menudo podría decir si un inmortal era joven o viejo. Parecía ser un instinto entre ellos. En cuanto a fuegos, habían sido muy comunes en aquellos tiempos. Las prisas y el heno seco eran una combinación muy mortal cuando se mezclaban con una llama. -¿Cómo supieron curiosamente.

ellos

que

Susanna

estaba

dentro?-

preguntó

Bricker

Y Eshe se encontró concentrándose en los pensamientos de John cuando contestó, escuchando con su mente y sus oídos cuando habló. John contestó -Ellos sólo supieron que alguien había quedado atrapado adentro. Dijeron que podían oír los chillidos cuando se acercaron. Cuando ellos me lo dijeron yo asumí... como muchos de ellos hicieron. Pero el fuego estaba demasiado extendido cuando me lo dijeron. Nadie habría sobrevivido si hubiera intentado entrar y sacarla. Fue lo que pensé en aquel momento- murmuró, con culpa en su cara. -Me doy cuenta ahora que podía haber entrado y aunque me hubiera quemado demasiado podría haberla sacado y habríamos sobrevivido con bastante sangre. Yo...- Su voz se rompió y giró la cabeza brevemente. Eshe tragó y se retiró de sus pensamientos. Ella podía leer su mente cuando él hablada, verificando ella misma que decía la verdad. Sentía culpa y dolor por la pérdida. Fue Bricker quien preguntó -¿Sabes si realmente era Susanna quien estaba dentro? ¿Nadie realmente la vio entrar en los establos o...?-No- Interrumpió John su voz dura era una combinación de pena e ira. -Nadie la vio, pero era ella. Nos dimos cuenta cuando Agnes salió corriendo del castillo gritando que no podía encontrar a Susanna. Ella no estaba con el bebé, o en su


habitación.- Suspiró y sacudió la cabeza. -Por supuesto, yo quería creer que podría haber estado dentro. Quise creer que era otra persona, pero a la siguiente noche todavía no había aparecido. El fuego estaba extinguido y las ascuas habían refrescado, así que junté a varios hombres y nosotros examinamos las cenizas.- Su expresión fue desolada cuando dijo -Encontré su anillo de matrimonio y el amuleto que Armand le había dado antes de salir para el tribunal así como un par de partes de tela quemada de su bata. La que tenía puesta cuando la visitaron Marguerite y Jean Claude. Es raro que debido a los nanos, existieran esos pedazos de tela.Permanecieron en silencio un momento. Y entonces John agregó -Fui yo quien tuvo que decírselo a Armand cuando volvió a casa una semana más tarde.- Sacudió la cabeza lamentablemente. -El hombre estaba muy feliz por estar en casa y estaba contento por ver a Susanna. Para él parecía que había pasado una década en vez de una semana. Saltó del caballo a toda velocidad y subió las escaleras riéndose y llamando a Susanna. Cuando traté de pararlo, él se rió y dijo “¿Dónde está tu hermana? Le traje un regalo.” Traté de explicárselo pero solo pude decirle: Ella está muerta- John sacudió la cabeza. -Adoraba a mi hermana y ha sido muy doloroso para mí, pero a veces pienso si hubiera tenido más tacto no parecería como si hubiera clavado una estaca a Armand en el corazón. Yo nunca antes vi a un hombre tan golpeado.Eshe tragó fuertemente. Ella dejó de concentrarse en sus pensamientos para pensar en Armand regresando a casa sonriendo y deseando ver a su compañera de vida y enterarse de que su compañera estaba muerta. Había sido difícil pensar en ello. Vaciando la garganta, ella dijo en voz baja -Gracias. Sentimos hacerte recordar cosas tristes. ¿Yo sólo tengo una pregunta más?Cabeceó, su expresión era expectante. -Dijiste que Marguerite y Jean Claude estaban allí, antes, por la tarde. Y sé que Armand y Cedrick estuvieron en el tribunal. ¿Estuvo allí cualquier otro inmortal durante el fuego?John pareció asustado por la pregunta, se tomó un momento antes de contestar. Sin embargo, entonces él sacudió la cabeza. -No. Sólo yo y Agnes.- Inclinó la cabeza curiosamente. -¿Por qué?Eshe dejó salir un suspiro. -Ella había estado esperando a alguien que pudiera investigar, alguien en quien Armand no había pensado o tal vez incluso sabía. Alguien que había caído inesperadamente o... bueno, cualquier cosa. Pero la vida nunca fue tan sencilla, ¿verdad?


Sacudiendo la cabeza, ella se cayó. -Gracias por dedicarnos algo de tu tiempo. Nos tenemos que ir.Se mantuvieron en silencio cuando se dirigían a la puerta. Bricker murmuró un agradecimiento cuando salieron fuera, no hablaron hasta que estuvieron en el todo terreno. Entonces la miró -¿Por qué no le preguntaste sobre Althea o Rosamund?Eshe se enderezó en su asiento, se estaba poniendo el cinturón de seguridad cuando se dio cuenta de que tenía razón. Ella lo había sentido tan trastornado por la historia de la muerte de Susanna y el dolor de Armand que ella no pensó en hacerle preguntas sobre otros temas. Mordiéndose el labio, ella miró hacia la casa y frunció el entrecejo. La puerta estaba cerrada ahora, John no estaba a la vista. -Bien, él no sabe algo útil acerca de Althea. Él y Agnes estuvieron en Europa. Armand y Harcourt nos lo han dicho, no estaba cerca cuando Rosamund murió.-Cierto- Concordó Bricker lentamente. -Pero deberíamos preguntar por lo menos.- Dijo Eshe vacilante y suspiró cuando terminó de quitarse el cinturón de seguridad. Los dos salieron del todo terreno se dirigieron a la parte de atrás de la casa. Eshe llamó al timbre. Ella entonces se paró, maldiciéndose en silencio por no hacer echo las preguntas acerca de las otras mujeres como habían hablado. Y esperó. -Él no contesta- Indicó Bricker. -No creo que le haya dado tiempo a ir hasta el granero mientras que estábamos en el todo terreno.-No. lo habríamos visto- Dijo Eshe con certeza y llamó el timbre otra vez. Estaba a punto de llamar por tercera vez cuando el sonido de un coche hizo que mirara hacia el camino de entrada. Un cuatro por cuatro blanco con ventanas teñidas aparcó al lado de su todo terreno. Eshe y Bricker miraron con curiosidad cuando se paró y el conductor salió. El hombre parecía un toro, tenía el pecho ancho, era musculoso y tenía el cuello grueso. Tenía el pelo castaño claro muy corto. Eshe se encogió de hombros cuando Bricker la miró y esperó simplemente a que el hombre se acercara a la puerta de entrada. Se detuvo en la acera delante de la escalera. Los miró a los dos y luego la observó a ella con más detenimiento. -¿Eshe D’Aureus?Los ojos de Eshe se ampliaron ligeramente, pero aceptó la mano que le tendió y cabeceó antes de preguntar: -¿Y tú eres?-


-Cedrick Hanford.-¿Cedrick?- Preguntó Bricker con sorpresa. -Armand y Anders estaban hablando de él cuando salimos de casa.-Supongo que no me vieron. Estaba haciendo unos recados- dijo y arqueó una ceja al preguntar. - ¿Y quién eres tú?- Justin Bricker- dijo, ofreciendo su mano en el saludo. -Yo soy amigo de Eshe y ahora de Armand- murmuró por último. Cedrick cabeceó y aceptó la mano en una sacudida, entonces miró hacia la puerta. -¿No contestan?-No- Admitió Eshe, frunciendo el entrecejo. -Nos reunimos con John. Hablábamos con él hace unos minutos y entonces nos íbamos a marchar, pero recordamos algo que nos olvidamos de preguntarle y regresamos, pero ahora él no responde.Cedrick gruñó, no pareciendo sorprendido. -Él probablemente bajó al sótano. Si ese es el caso, no nos oye. Lo tiene insonorizado. Es donde duermen no se oye el timbre ni el teléfono. Podrías volar el todo terreno y no se enteraría.-Parece que se acuesta temprano.-Dijo Bricker. -Probablemente- Dijo Cedrick -Pero él tiene una oficina allí también con una computadora yo a veces he estado jugando con el algún video juego. Suele estar jugando hasta el alba. Lo mejor es dejarle un recado en el contestador- Agregó con irritación. -Bien entonces no podremos hablar con él esta noche- Murmuró. Bricker. Eshe cabeceó y entonces retrocedió fuera. Cedrick murmuró -Permiso- y pasó entre ellos para llegar al buzón. Sacó un CD del bolsillo de atrás y lo dejó caer en el buzón. Volviéndose, él vio sus expresiones y explicó -Un programa de contabilidad para ayudarlo con los libros.-Pensé que John poseía este lugar, no Armand- Dijo Bricker sorprendido.


-Hago unas cosas aquí y allá. Este programa es para su propia contabilidad.Agregó secamente, moviéndose entre ellos otra vez para dar un paso en la escalera. Dio un paso en la escalinata para seguirlo cuando comenzó a caminar hacia el coche. Vio su encogimiento de hombros. -Dile a Armand que me llame.-Sí. El probablemente está en su casa- agregó. -Puedes ir con nosotros hasta la granja.Eshe miró la casa silenciosa detrás de ellos. Necesitaban realmente preguntar a John algunas cosas más, pero le pareció que ese no era el momento. Ellos tenían que regresar a casa, conseguir su número y llamarlo para dejarle un recado en su contestador. No se podía hacer otra cosa. Suspiró y se dirigió hacia Cedrick. -Sí. Nosotros vamos a ir hasta la granja puedes seguirnos y allí hablar con Armand.Cedrick se decidió, entró en su coche. -¿Trajiste el teléfono Bricker?- Preguntó Eshe cuando se dirigían hacia su coche. -Sí. ¿Dónde está el tuyo?- Preguntó con sorpresa. -Se fundió en el granero- dijo secamente. -Ah.- Se metió la mano en el bolsillo. -Dámelo en el coche.- Dijo cuando se acercó a la puerta del acompañante. Los dos entraron y se pusieron los cinturones de seguridad, entonces Bricker le dio su teléfono y encendió el motor. -¿A quién vas a llamar?-A Armand- contestó distraídamente cuando empezó a marcar el número en el teléfono. -Yo sólo quiero estar segura de que él y Anders estén en casa cuando llegue Cedrick-¿Su teléfono sobrevivió al fuego?- preguntó Bricker. Eshe maldijo y colgó. Marcó el número de Anders cuando Bricker salió a la carretera y Cedrick los siguió.


Capitulo 13

-Armand está de camino,- le dijo Eshe a Cedrick cuando ella salió del todo terreno para encontrarle ya fuera de su camioneta y allí para sujetarle la puerta. Habían estado rebotando tanto tiempo alrededor de las líneas de graba en el camino de vuelta que ella había golpeado el número de Ander mal dos veces antes de que finalmente lo hiciera bien y conseguir tener controlados a los hombres. Como había temido, estaban sentados en la camioneta de Armand esperando a que Cedrick volviera. Ella había explicado que se habían topado con él en la granja Maunsell y que le llevaron de vuelta a la granja de Armand para hablar con él. Armand había dicho que se dirigían justo hacia allí. Eshe apenas había terminado de hablar con él y terminó la llamada antes de que Bricker dejara la carretera hacia la granja de Armand. Por sus suposiciones, estarían a quince o veinte minutos de distancia. Ella murmuró un gracias cuando Cedrick cerró la puerta por ella, y luego miró hacia el porche. -¿Te gustaría algo de beber mientras esperamos? ¿Café, té... sangre?- Eshe añadió lo último como un giro irónico de sus labios. Decir los dos primero la había hecho sentir como la Pequeña Ama de Casa Susi, pero ofrecer la sangre la había hecho sentir mejor. Además, nadie había mencionado nunca que el hombre tuviera pareja o no. Si no, probablemente no bebería nada excepto sangre. -Sangre,- murmuró Cedrick cuando la siguió subiendo los escalones del porche. Entonces añadió. -Estoy sin emparejar aún... y empiezo a pensar que nunca encontraré a mi compañera de vida.Lo último fue dicho en una nota cansada que hizo que Eshe frunciera el ceño ligeramente. Era difícil estar solo, ella lo sabía. La vida empezaba a mezclarse en una perfecta madeja de noche sin fin. Y John Maunsell también estaba solo, reducido a un juego adictivo que se sentaba solo en una habitación insonorizada y sin ventanas noche tras noche jugando sin fin a los videojuegos. Después de que resolvieran todo esto, parecía que ella y Armand debían lanzar una gran fiesta e invitar a toneladas de mujeres, mortales e inmortales por igual, para presentarse a los hombres. Ambos parecían bastante guapos para ella y se merecían compañeras de vida. Por supuesto, ella solo había tenido una corta conversación con John, y


por las pocas breves frases que había intercambiado con Cedrick, parecía que él no pensaba mucho en John. -¿Qué quieres decir con John es John?- Preguntó ella curiosamente cuando entraron en la cocina y se movió hacia la nevera para recuperar tres bolsas de sangre. -Quizás debería llevar eso a la habitación de Armand antes de que lo olvidemos,murmuró Bricker cuando tomó la bolsa que ella le ofreció. –La Señora Ramsey estará aquí mañana.Eshe asintió ausentemente, su mirada interrogativa estaba en Cedrick cuando le ofreció una bolsa. -Gracias.- Él aceptó la sangre, pero no la explotó en sus dientes, en su lugar consideró su pregunta. Finalmente suspiró y dijo sin rodeos, -John fue un idiota borracho como mortal.Los ojos de Eshe se abrieron de par en par con esa noticia. Él había mencionado que le había gustado beber como mortal, pero ella no había tomado eso como si significara que él era un borracho. Por supuesto, él no iba probablemente a decirle eso. Ella miró a Bricker para ver que él pareció sorprendido. También dejó de sacar bolsas de sangre de la nevera, explotando dos que ya había removido de vuelta al interior, cerrando la puerta, y enderezándose para escuchar. Eshe miró de vuelta a Cedrick, y entonces llevó su bolsa de sangre con ella a la mesa y se sentó cuando preguntó, -¿Qué le condujo a la bebida?-Nada,- dijo Cedrick secamente cuando él y Bricker se unieron a ella en la mesa. -Él solo era el segundo hijo sin responsabilidades, sin posibilidades, y un gusto por la bebida.-Oh,- murmuró Eshe, girando su bolsa ausentemente en su mano. -También estuvo prometido a la hija de un barón vecino,- dijo Cedrick en un suspiro. -La chica podía haberlo hecho mejor, pero ella y John estaban locos el uno por el otro y su original compromiso se hizo tres meses antes cuando John llegó al castillo para averiguar por qué Agnes ya no estaba en el convento. Y entonces por supuesto salió una noche a cazar donde se rompió el cuello.-Y Agnes le convirtió,- murmuró Eshe.


-Sí. El pequeño idiota. Pensaba que era una pérdida de tiempo convertirse en ese momento.-¿Y ahora?- Preguntó Eshe curiosamente. Cedrick se encogió de hombros. -El convertirse hizo que John dejara la bebida. El alcohol no tiene ningún efecto en él ya y Armand ordenó a todos que no le dijeran sobre como beber la sangre de un borracho nos afectaba. Estoy seguro de que él lo ha aprendido desde entonces, pero tanto como puedo decir no era un borracho desde la muerte de Suanna.- Apretó sus labios y dijo, -Culpa, me imagino. Si él no hubiera caído en la taberna del pueblo, habría estado allí cuando el incendio comenzó y Susanna podría estar viva.Eshe asintió, y Bricker preguntó, -¿Qué le ocurrió a su prometida?-Oh.- Cedrick chasqueó la lengua con disgusto. -Armand le avisó de que esperase hasta que hubiera ganado la habilidad de leer mentes antes de casarse con ella, para asegurarse de que ella era su compañera de vida, pero él aún estaba enamorado de la chica y habría seguido y casado con ella si ella hubiera estado de acuerdo.-Ella no lo estaba, supongo,- dijo Eshe tranquilamente. -Demonios no. Él fue a ella al minuto en el que dejó el castillo y le contó lo que era ahora. La chica era muy religiosa, muchas familias retrocedían entonces, y por eso tuvo un ataque al corazón cuando se lo dijo. Tanto como estaba preocupada, él ahora era la semilla del diablo y no podía alejarse de él lo bastante rápido. Si no hubiera estado allí, ella habría huido y se lo habría contado a su padre y hubiéramos tenido a un ejército en la puerta del castillo con estacas y antorchas en la mano.-¿Tú estabas allí?- Preguntó Eshe con sorpresa. Cedrick asintió. -Armand no es idiota. John había prometido demorar la boda y no hablar hasta que pudiera leer la mente y controlar a los mortales tan bien como limpiar recuerdos en caso de que ella reaccionara exactamente como hizo. Pero Armand no confiaba en él y me envió para seguirle solo para estar seguros. Limpié su memoria, puse falsos recuerdos de una terrible lucha con John en su mente, y la envié en su camino pensando que nunca quería verle otra vez. Entonces llevé de vuelta a John al castillo.-


Cedrick se sentó en su asiento y sacudió su cabeza. -Fue un pequeño bastardo muy amargado y enfadado durante un tiempo después de eso, antipático con todo pero peor con Agnes. John la culpaba por convertirle en lo que su prometida veía como un monstruo, ya ves,- añadió secamente. -No importaba que ella no le hubiera dejado morir y aún así no la hubiera tenido, pero tampoco tendría una vida.-Fue duro como el infierno para la chica. Afortunadamente, la muerte de Susanna pareció llamar al menos algún sentido en el chico. La había tratado mejor desde entonces, muy protector de ella... lo cual es bueno desde que ella siempre le adoró,añadió tranquilamente, y luego preguntó. -¿Ya has conocido a Agnes?Eshe sacudió su cabeza. -Ella estaba en la ciudad por películas anoche cuando llegamos.Cedrick sonrió débilmente. -Agnes adora las películas. Es una pequeña cosa dulce. Creo que es casi diez años mayor que Susanna. Ella y un hermano mayor tuvieron una madre diferente que Susanna y John, quien nació de la segunda esposa de su padre. La madre de Agnes debió haber sido una cosa pequeña. La estatura de la chica y la delgadez y parece más joven que muchos inmortales a pesar de que tiene más de quinientos años. Ya había tomado el velo y se convirtió en monja cuando Susanna la convirtió, pero por supuesto mejoró después del cambio. Es bastante difícil morder a los amigos y vecinos, y no son novias vírgenes de Dios,- dijo con una sonrisa. -He conocido a un par de renegados que habrían pensado que es una delicadeza,dijo Bricker. -Sí, bueno, Agnes no lo haría,- le aseguró Cedrick, y entonces les dejó saber que él había tenido bastantes preguntas por ahora para golpear la bolsa de sangre que Eshe le había dado en sus dientes. Ella y Bricker hicieron lo mismo y se quedaron en silencio cuando las bolsas se vaciaron. Eshe solo había quitado la bolsa vacía de sus dientes cuando oyeron el oxidado crujido de la puerta al abrirse en la parte delantera de la casa y entonces el golpe cuando se cerró. Eshe no estuvo sorprendida cuando Armand guió a Anders a la cocina un momento después. Cedrick asintió saludando y removió su propia bolsa vacía para recibir a Armand. -He oído decir en la ciudad que tienes un nuevo director.-


-Lo tengo,- estuvo de acuerdo Armand, golpeando al otro hombre en el hombro al pasar de camino hacia la silla al lado de Eshe. -Te daré su nombre y particulares para los libros antes de te vayas.Cedrick asintió y luego miró curiosamente hacia Anders cuando se movió hacia la nevera para agarrar un par de bolsas de sangre. -Este es Anders,- respondió Armand a la pregunta sin hacer, y cuando Cedrick levantó una ceja, añadió, -Lo siento, no sé su primer nombre.-Pocas personas lo saben,- dijo Anders suavemente cuando se les unió en la mesa y entregó una de las bolsas que había recogido a Armand. Cuando se situó en la silla entre Armand y Bricker, añadió, -Hablando de tu joven director, creo que tú y Eshe estaréis lejos el próximo par de días. Eso le hace ama de llaves. El trabajo de Lucian,- añadió cuando Armand le miró con sorpresa. -No les quiere en ninguna parte cerca de la casa mientras vosotros dos estéis curando así que ponerlo en sus cabezas que estáis lejos y tu director debería quedarse en su casa con la TV alta excepto cuando tenía coros que hacer, y tu ama de llaves deberías ir a casa un día pagado. Ella volverá mañana, deduzco.Armand asintió y miró a Eshe. -¿Supongo que ya le has hecho preguntas?Ella sacudió su cabeza, una sonrisa divertida curvaba sus labios por su consternación a la posible pérdida de información ganada. -No. Cedrick estaba hablando sobre John y Agnes. No hemos preguntado nada más.-Oh.- Él sonrió débilmente, sus ojos cayeron a sus labios. Cuando Armand entonces se balanceó hacia ella, Eshe estaba segura de que era para besarla, pero paró cuando Cedrick habló. -Lamento interrumpir, ¿pero qué preguntas?Suspirando, él le sonrió irónicamente, y luego se giró hacia Cedrick. -Estamos intentando averiguar quién mató a mis esposas y mi nuera. Annie.Eshe se estremeció con las palabras. Mientras ella supiera que Armand no creía que Cedrick podía estar detrás de las tragedias de su vida, y mientras ella mayoritariamente estuviera de acuerdo, aún sería mejor dejar que el pequeño pedazo de información saliera por ahora, solo en el caso de que ellos estuvieran equivocados y él.


Ella miró fijamente a Cedrick, notando la expresión en su cara y que de alguna manera estaba sorprendido, no pareció aturdido por las noticias. Ella comprendió por qué cuando él dijo lentamente, -Pensaba que solo parecías tener un poco de mala suerte con las mujeres.-Deberías haber dicho algo,- dijo Armand con sorpresa. -Pensaba lo mismo.Cedrick se encogió de hombros. -Bueno, nunca lo dije, y pensaba que quizás solo estaba siendo paranoico.-Sí,- dijo Armand secamente. -Conozco el sentimiento.Cedrick le miró en silencio durante un momento, y luego se enderezó en su asiento y dijo, -Cierto. ¿Qué puedo hacer para ayudar?Mucho para su sorpresa, Armand se giró para mirarla y levantó una ceja, en silencio difiriendo hacia ella. Levantando su mano donde descansaba en su pierna, ella la apretó gentilmente y luego preguntó a Cedrick, -¿Comprendo que fuiste a la corte con Armand en el momento de la muerte de Susanna?Él asintió. -Fuimos la semana antes y volvimos aparentemente una semana después de que ella muriera.-¿Y cuando Althea murió estabas en la granja ayudando a Armand?Él asintió otra vez. -Creo que la yegua parió. Althea y sus padres se fueron mientras estábamos intentando girar a la pequeña bestia.- Él sonrió. -¿Perdimos al potro si recuerdo correctamente?- Miró a Armand, quien asintió. -¿Estabas alrededor cuando Rosamund murió?- Preguntó Eshe. Cedrick sonrió a eso. -Estaba en el área, pero estaba en la granja que estaba llevando en ese momento. Solo oí eso a la noche siguiente.-No sospechamos de ti,- le aseguró Armand solemnemente. -Solo estamos intentando ponerlo en orden. Tú eres mi coartada para las muertes de Susanna y Althea.-


-¿Sospechan de ti?- Preguntó Cedrick con sorpresa y luego miró a Eshe, Bricker, y Anders y les aseguró, -He conocido a este hombre mucho tiempo. Armand no haría daño a nadie, solo dejó matar a una compañera de vida y dos esposas.-¿Hay alguien que creas que podría hacerlo?- Preguntó Eshe a la vez. La pregunta pareció dejarle desconcertado, pero paró y lo consideró durante varios momentos antes de sacudir su cabeza. -Es un buen tipo. No puedo pensar en una razón para que alguien fuera detrás de sus mujeres.-Entonces aparte de ti, de los Harcourt, y de John y Agnes ¿quién estaría alrededor desde la muerte de Susanna?- Preguntó ella. -Quizás no estaba involucrado directamente con su esposa, pero ¿quizás en los alrededores? ¿Alguien que mantuvo las cosechas?Cedrick se encogió de hombros. -Solo su familia. Ella entraba y salía de su vida a veces. Lucian... y Jean Claude y su esposa, Marguerite.Eshe golpeó hacia atrás en su asiento con disgusto. Ella no era la única. Bricker y Armand lo hicieron también. Solo Anders pareció sin moverse por la falta de información, pero entonces era nuevo en la investigación y difícilmente conocía a Armand. No le molestaría. Cedrick ofreció una sonrisa de disculpa. -Lo siento. Creo que no soy de mucha ayuda.-Has verificado la historia de Armand,- dijo Eshe, forzando una sonrisa. -Eso fue de ayuda.Él dio una pequeña risa incrédula, y luego miró a Armand cuando de repente se puso de pie. -Vamos a la oficina. Te daré esa información sobre Jim, mi nuevo director aquí,dijo tranquilamente Armand. Cedrick asintió y se puso de pie, pero paró para asentir hacia Bricker y Anders, luego sonrió a Eshe. -Ha sido un placer conocerte. Espero que averigües esto y disfrutes una vida feliz con Armand. Se lo merece.-Gracias,- murmuró Eshe. -Encantada de conocerte también. Y nos encontraremos otra vez.-


Cedrick asintió y se giró para seguir a Armand de la sala. -Bueno,- dijo Anders cuando el sonido de sus pasos cayeron en el pasillo. -Espero que vosotros dos tuvierais más suerte con John y Agnes Maunsell-Sí,- respondió Bricker incluso cuando Eshe dijo, -No.Anders levantó una ceja. -¿Cuál es?Eshe miró fijamente a Bricker. -Todo lo que hizo es verificar la historia de Armand.-¡Ajá!- Dijo Bricker con triunfo. -Esta vez pillé detalles que tú no.Eshe sonrió. -Pues habla. ¿Qué notaste?Bricker sacudió su cabeza y se puso de pie. -Moveré la sangre. Lo explicaré cuando Armand vuelva. De esa manera tendré un testigo a mi favor y no pareceré un idiota como la última vez.Eshe consideró decirle que no había parecido un idiota, pero entonces meramente se encogió de hombros y se puso de pie para cruzar los armarios y comenzar a abrir y cerrarlos hasta que encontró los que tenían comida más que platos. -¿Qué estás buscando?- Preguntó Bricker con un frunce. -Algo para comer,- dijo ella ausentemente. -¿Ya?- Preguntó él con consternación. -Solo hemos desayunado hace un par de horas antes de que Lucian y Leigh se fueran.-Hace tres horas,- corrigió ella, y entonces añadió a la defensiva, -Y ese desayuno fue lo único que he comido desde el picnic del domingo. Tengo hambre otra vez.Soltando un suspiro, Bricker dejó la sangre que había recogido y cerró la puerta de la nevera. -Está bien. ¿Qué quieres? Lo haré.-Puedo hacerme algo yo misma,- dijo ella a la vez. -Cierto,- dijo él con incredulidad abierta. -¿Cuándo fue la última vez que cocinaste?-


Eshe frunció el ceño y dudó, pero finalmente admitió, -Nunca.-¿Nunca?- Él hizo eco con incredulidad. -¿Cómo realmente nunca?Eshe soltó un suspiro y se giró de vuelta a las cajas de los armarios y las latas con una sonrisa. -Mi familia era rica. Y Orion era un guerrero alucinante. También era rico. Teníamos sirvientes para hacer esas cosas. No parecía tan difícil. Estoy segura que puedo averiguarlo.Ella cogió un contenedor de apariencia atractivo de la estantería y miró fijamente la bonita imagen de trigo y fruta en la parte frontal. -Esto parece bueno.-Eso es Metamucil,- dijo Bricker con disgusto, arrebatándolo de su mano -¿Y?- Ella se giró para fruncirle el ceño. -¿Qué pasa con el Metamucil?-Esto es...- Miró al contenedor y lo leyó. -Un complemento alimenticio.-Eso suena saludable,- dijo ella, intentando agarrarlo otra vez. -Eshe,- dijo él, su disgusto daba una manera a la diversión. -Es lo que los viejos mortales toman para regular.-¿Para regular el qué?- Preguntó ella, y luego le golpeó en el estómago, fuerte. En el momento en que Bricker se inclinó con un “ooh,” ella le arrebató el contenedor y repitió, -¿Regula qué?-Mierda,- jadeó él, apretando su estómago. -No te he golpeado tan fuerte,- dijo ella con algo de disgusto propio. -No.- Suspiró él, enderezándose. -Quiero decir que es lo que regula. Mierda.Eshe tiró la lata con consternación. -¿Compran mierda?-No la... Eso es una... Oh. Por amor de Dios,- murmuró Bricker, inclinándose para recogerlo. Sacudiéndolo en su cara, entonces dijo, -Esto es fibra. Semillas de Psyllium o granos o algo. Regula el tracto intestinal para esos que no comen la suficiente fibra en sus dietas.-Oh.- Ella miró fijamente el contenedor. -Eso no suena muy bien. Eso es muy atractivo.-


-Sí, bueno, es más comida para gatos pero no sugeriría intentarlo tampoco,murmuró él, dejando el contenedor de vuelta en el armario. -De hecho, te sugiero que me dejes llevarte a la tienda de comestibles la primera vez solo para asegurarme de que no intentas hacer una comida fuera de los pasteles de servicio o productos de higienes femeninos.-Ja ja, sé lo que son los productos de higiene femeninos,- dijo ella secamente. -¿De verdad?- Preguntó él dudosamente, y Eshe giró sus ojos. -Soy una mujer, Bricker,- señaló ella. -Oh, cierto, lo olvidé,- dijo él secamente, inspeccionando los contenidos del armario ahora por sí mismo. -Solo pienso en ti como una matona. Realmente una vieja matona.Eshe estaba estrechando sus ojos y considerando plantarle uno cuando fue consciente de la suave risa de Anders desde la mesa. Girándose, le miró, pero él meramente se encogió de hombros. -Creo que solo te ha devuelto los anteriores comentarios por no pensar en él como un hombre,- dijo el hombre con diversión. Dándose cuenta de que él tenía razón, Eshe suspiró y decidió no golpear a Bricker. Moviéndose hacia la mesa, murmuró sin gracias, -Bueno. Puedes cocinar para mí.-Vaya, gracias,- dijo Bricker secamente, y Anders rió más alto. -¿Qué es tan divertido?- Preguntó Armand, entrando en la sala. Eshe miró su camino para ver que estaba solo y supuso que Cedrick había vuelto a la granja que estaba llevando. -Eshe iba a comerse el Metamucil,- anunció Bricker, sonriendo con una diversión que solo profundizó cuando vio la blanca expresión de Armand. Sacudiendo su cabeza, sacó el bote de Metamucil y lo sujetó. -¿Sabías que era esto cuando lo compraste?Armand miró el contenedor y se encogió de hombros. -No, pero parecía bueno.Eso solo hizo que Bricker riera otra vez. -Oh hombre. Voy a tener que darte dos lecciones de compras antes de irme.-


Sacudiendo su cabeza, se giró de vuelta al armario, diciendo, -Siéntate. Hablaré mientras os preparo algo de comer.-Bien,- murmuró Armand, moviéndose alrededor de la mesa para reunirse con Eshe. -Estoy hambriento.-¿Cedrick se fue?- Le preguntó Anders a Armand situado en la silla de enfrente de Eshe. -Sí. No creo que pueda ser de mucha más ayuda,- murmuró Armand, tirando su brazo alrededor de Eshe y la tiró contra su costado. Anders asintió y luego miró a Bricker. -Así que, Armand está aquí... Dinos los que recogiste de los Maunsell que Eshe no hizo.-Cierto,- murmuró él, agarrando carnes frías, queso, y varias verduras de la nevera. Las dejó en la encimera y volvió por la cebolla y el tomate cuando dijo, -Bueno, nos dijo mucho de lo que dijo Armand, pero con un pequeño detalle más.-Sí, pero realmente no era bastante para averiguar si su muerte fue asesinato o accidental,- dijo Eshe, mirándole sacar platos del armario y comenzando a cortar la cebolla y el tomate. -No estoy de acuerdo,- dijo Bricker, y luego señaló, -Él dijo que el hombre aparentemente no había notado el incendio del establo hasta que estaba bien abajo en el camino porque estaban mirando fuera de la pared cuando estaban trabajando. Y que no se dieron cuenta de que Susanna estaba allí hasta que Agnes salió alterada porque no podía encontrar a Susanna.-Sí,- murmuró Eshe, su boca comenzó hacerse agua cuando le observó construir varios sandwiches bien altos con lechuga, cebolla, tomate, pepino, carne y queso. Él paró lo que estaba haciendo y se giró para mirar donde estaban sentados. -Lo primero que hice cuando los encontré fuera a ti y a Armand además de los restos de la cabaña quemada fue llamar a Lucian. Sabía que necesitaría ayuda; drogas y sangre y...- Bricker se encogió de hombros. -Demonios, solo alguien para ayudar a vigilar vuestras espaldas mientras curabais.- Dejó que eso se hundiera y luego preguntó, -¿No creéis que si Susanna hubiera salido a la muralla exterior y hubiera visto que los establos estaban en llamas, habría gritado a los hombres en la pared


para conseguir ayuda?- Preguntó él deliberadamente. -Tendría que haber más de un caballo allí. Ella no podía haber pensado que los rescataría a todos sola.Él sacudió su cabeza y se giró de vuelta al sándwich. -Creo que si los establos estaban en llamas antes de que ella entrara, habría estado gritando a pleno pulmón por ayuda y los hombres hubieran sabido antes que estaba dentro.-Tienes razón, lo habría hecho,- dijo Armand tranquilamente. -Lo cual significa que ella no entró al establo en llamas y que una viga y algo más le cayó encima y la atrapó como todos asumieron,- dijo Eshe, siguiendo ese razonamiento. -Todos los otros habían estado decapitados,- señaló Anders. -Solo Althea y Annie se quemaron como ella. Rosamund no se quemó pero fue decapitada.-Sí.- Bricker frunció el ceño cuando puso la última rebanada de pan en cada sándwich y luego comenzó a cortarlos en dos. -Pensé en eso, pero aparentemente ella estaba gritando desde dentro de los establos cuando los hombres finalmente lo notaron y corrieron hacia allí. Ella no podía haber sido decapitada.-Podría,- murmuró Eshe, tirando tres pares de ojos dudosos en su camino. Se tomó un minuto pensándolo y luego dijo. -Ella fue la primera asesinada. El asesino podría no haber estado muy confiado aún. Podría no haberla decapitado completamente, sino que solo cortó su garganta o incluso la mitad. Una herida como esa la hubiera incapacitado, evitando su escape, probablemente incluso dejarla inconsciente durante varios minutos, lo suficiente para que los establos se incendiaran y se llenara todo de llamas antes de que ella recuperase la conciencia y pudiera gritar.-Pero si su garganta fue cortada, no habría sido capaz de gritar,- señaló Bricker. -No mucho,- estuvo de acuerdo Eshe. -Pero la primera reacción de los nanos sería reparar el daño de semejante herida.-¿Lo suficiente para que gritara?- Dijo Bricker dudosamente, pero luego murmuró, -Tendría sentido, creo. Quiero decir, tienes razón, los asesinos a menudo usan el mismo método, así que creería que había sido un intento de decapitación. Quiero decir encajaría. Todos los otros fueron decapitados y luego involucrados en incendios excepto Rosamund.


Eshe asintió, y luego miró a Armand para ver su problemática expresión. Creyendo que dudaba de su teoría, ella dijo, -O ella podría haber sostenido otra herida, algo que evitar que fuera capaz de escapar, pero no gritar.-De ninguna manera, parece que Susanna fuera asesinada también,- murmuró Armand. -Bricker levantó un buen punto,- dijo Anders tranquilamente. -El resto estaba involucrado en incendios excepto Rosamund.-No habría otra manera de explicar un incendio con la muerte de Rosamund,señaló Eshe. -William dijo que ella fue decapitada cuando el carro que estaba conduciendo volcó. Los carros no tenían motores para incendiarse.-No sé sobre los carros, pero nosotros teníamos un carruaje Brougham cuando era un niño y tenía un farol de carruaje,- dijo Bricker. -Si el carro tenía uno, podría haber iniciado fácilmente un incendio cuando el carro volcó. Al menos eso es lo que todos habrían pensado si el carro habría ardido.Eshe miró a Armand. -¿Tu carro tenía un farol?-Actualmente, sí,- dijo él tranquilamente. -Y había señales de que había sido un pequeño incendio, pero estaba lloviendo esa noche y aparentemente no podía prender y avanzar.-¿Incluso con el combustible del farol?- Preguntó Eshe con sorpresa. Había llovido la noche que el establo se quemó también, pero eso no lo había detenido mucho. Aunque Lucian le había dicho que él había salido para examinar el establo y pudo oler la gasolina en el pasto del incendio y sospecha que había sido usado como acelerante para comenzar el incendio y hacerlo crecer rápido y furioso. -Conociendo a Rosamund, probablemente no rellenó el farol antes de salir esa noche. Ella siempre se olvidaba,- añadió él con cariñosa exasperación. Armand se encogió de hombros. -Podría no haber suficiente combustible en él para ser de mucha ayuda.-Así que si no hubiera sido por la lluvia, Rosamund se habría quemado también,dijo Anders tranquilamente y levantó una ceja en la dirección de Armand. ¿Algunos de tus conocidos es lo que llamarías pirómano? ¿Les gusta el fuego, lo usan para deshacerse de la basura o algo?-


Armand frunció el ceño pero sacudió su cabeza. -No que yo sepa.-Valdría la pena intentarlo,- dijo Anders con un encogimiento. -¿Cómo exactamente fue decapitada Rosamund en el accidente?- Preguntó Eshe frunciendo el ceño. -Los raíles del carro eran de madera con tiras de metal por encima. Parecía como si ella hubiera sido lanzada del carro cuando volcó, y entonces la tira de metal cayó directamente en su cuello con el peso del carro detrás,- respondió él cansado. -Fue un corte limpio que una espada podría haber hecho, pero la tira de metal también podría haberlo hecho.Todos se quedaron en silencio durante un momento, y luego Anders murmuró, Así que básicamente todo lo que hemos aprendido es que las cuatro mujeres probablemente fueron asesinadas, lo cual sospechamos para comenzar... y hemos preguntado a todos.Eshe comenzó a asentir, pero luego paró y sacudió su cabeza en su lugar. -No hemos preguntado a la mujer.Armand la miró con sorpresa. -¿No estarás sugiriendo que Mary asesinó a su propia hija?-No, por supuesto que no,- dijo ella a la vez para aliviar su disgusto, pero luego frunció el ceño cuando se dio cuenta de lo que estaba diciendo y añadió, -Aunque no hay razón para que no lo hubiera hecho. Quiero decir si William es sospechoso, también lo es Mary. Y lo mismo es para John y Agnes. Una mujer puede matar tan bien como un hombre.-Mary era la única en la casa que habló con Rosamund antes de que ella supuestamente saliera y hubiera preparado su accidente.-Mary no habría tocado ni un pelo de la cabeza de Althea,- dijo Armand firmemente. -Dios querido, mal crió a la chica. De hecho, se culpa de la obstinación de Althea. William al menos hizo un esfuerzo por intentar refrenar a la chica, pero Mary siempre le obstaculizaba.- Él sacudió su cabeza. -Ella no está detrás de esas muertes.-


-Está bien, tomaré tu palabra en esto,- dijo Eshe dulcemente. -Pero aún no hemos preguntado a las mujeres, y una o ambas podrían saber algo que ninguno de los hombres saben. Tenemos que preguntarles.Armand frunció el ceño, pero luego suspiró y asintió reluctantemente. -Está bien. Pero quiero estar allí cuando sean interrogadas.-Sería más rápido si…-Quiero estar allí,- repitió él firmemente. Eshe le miró en silencio, el instinto le decía que probablemente sería mejor si ella hablaba con las mujeres a solas. Una mujer le diría cosas a otra mujer que nunca diría en la presencia de un hombre. Entonces también, si Althea había tenido una aventura amorosa como Armand creía, su madre podría no querer hablar de esas cosas delante de él. O alguien para esa cuestión. Suspirando, cogió su mirada con la suya. -¿No confías en mí?Armand parpadeó con sorpresa. -Por supuesto, pero...-Entonces déjame hablar con ellas,- le interrumpió firmemente Eshe, y cuando abrió su boca, probablemente para protestar, ella añadió rápidamente, -Puedes estar en la casa conmigo. Pero quiero que mantengas a William y a John ocupados y me dejes hablar con las mujeres a solas. Podrían decir más sin hombres allí.Armand soltó su respiración lentamente y asintió. -Está bien.-


Capitulo 14

Eshe se estiró somnolienta y se giró sobre su costado, congelándose cuando vio el mechón de pelo sobresaliendo de debajo del montón de mantas a su lado. Una lenta sonrisa curvó sus labios. Ya sabiendo que ninguna de las mujeres era fácil de conseguir la pasada noche, ellos solamente habían llamado a la casa Maunsell y luego a los Harcourts y les dejó un mensaje preguntando por cada mujer para llamar y hacer los arreglos para reunirse con ellas. Entonces se habían sentado a charlar y esperaron a las llamadas que no llegaron. Finalmente, alrededor de las tres A.M., Armand había simulado un bostezo y dijo que probablemente no serían capaces de reunirse con las mujeres hasta la siguiente noche en ese punto, pensaba que podría retirarse y descansar. Estaba seguro de que él aún se estaba recuperando de su aventura en el establo y que estaba rendido después de todo lo que había ocurrido. Estaba retraído y sintió que Eshe también debería estarlo. Ella había estado de acuerdo con semejante prontitud que había dejado a Bricker y a Anders riéndose cuando Armand la había dejado en su dormitorio. Eshe no se había preocupado mucho si estaban divertidos. Su mente había estado en estar a solas con Armand, a salvo en la casa donde tenían respaldo y sería poco probable ser atacados. La puerta se había cerrado a penas detrás de ellos antes de que estuvieran en los brazos del otro y bailaran a ciegas hacia la cama de una lado a otro escabulléndose que probablemente les había hecho parecer como un enorme, deforme, cangrejo multicolor. Habían dormido, aunque... eventualmente, y sin duda mucho antes de que los hombres se hubieran ido a la cama. Ella supuso que probablemente era porqué estaba despierta ahora mientras el sol aún estaba intentando mirar a hurtadillas alrededor de las cortinas echadas... Lo cual significaba que tenían tiempo antes de tener que levantarse y dejar su días para hablar con las mujeres, pensó Eshe, sonriendo cuando abarcó la posición de Armand. Se había arrebujado en las mantas con solo un montón de mechones de pelo asomando de la pequeña abertura de encima. Su cara y su cuerpo, todo el camino hacia sus pies, estaban escondidos y envueltos en la cómoda suavidad... sin dejarla


nada a ella. Era afortunado que a ella no le gustaran las mantas pesadas y prefiriera tirar una sábana sobre ella, supuso. Sacudiendo su cabeza ligeramente, Eshe levantó las mantas, intentando desenredar al maravilloso hombre que le había dado semejante placer esa noche, pero paró cuando abrió su boca para hablar y un graznido de sonido salió. Maldición, estaba tan seca como el desierto y en alguna necesidad de hidratación... y comida, Eshe conocía como su estómago hacía muchos sonidos atroces. Realmente, ahora que había disfrutado la experiencia de tener comida dentro otra vez, su barriga parecía haber empezado a demandar... y el resto de ella estaba demandando sangre, se dio cuenta con un suspiro que era consciente del calambre que tomó lugar en su cuerpo. Retrayendo la mano que había levantado hacia Armand, Eshe se deslizó de la cama. Ella miró al cuarto de baño, tropezando con la camisa que Armand había llevado antes, y paró para levantarla antes de continuar su camino. Cinco minutos después ella salía del cuarto de baño vestida solo con la camisa de Armand, su pelo cepillado con los dedos y su boca fresca mentolada, para deslizarse en silencio de la habitación y hacer su camino escaleras abajo. La casa estaba mortalmente tranquila; ni los claros vacíos rugían, ni los sonidos de los platos al ser lavados, y Eshe miró alrededor con curiosidad, preguntándose donde estaba la Señora Ramsey. Era miércoles, después de todo, y la mujer normalmente trabajaba los miércoles. Seguramente ¿Lucian no había puesto en su cabeza que no viniera en toda la semana? Eshe frunció el ceño ante la posibilidad. Ella prefería esperar que la mujer le hiciera algo de comer. Aunque supuso que le haría un sándwich o algo. Había visto a Bricker hacer eso el día anterior y estaba bastante segura de que podía replicar las acciones que había hecho para prepararlo. Eshe frunció el ceño para recordar todos los artículos que Bricker había puesto en los muy deliciosos sandwiches el día anterior cuando entró en la cocina y viendo la redonda figura de la Señora Ramsey en la encimera frente a la cafetera. Era definitivamente una vista feliz de ella. -Buenos días, Señora Ramsey,- dijo Eshe animadamente cuando cruzó la cocina hacia su lado. -¿Cómo está esta mañana?-


La última palabra a penas había dejado la boca de Eshe cuando la señora Ramsey de repente giró de la encimera, un cuchillo tallado se mostró hacia la garganta de Eshe. La vista fue muy inesperada, y francamente solo muy improbable, que ella casi no se apartó del camino a tiempo, pero en el último momento sus reflejos patearon y Eshe se agachó, sintiendo la brisa del cuchillo pasando cuando apenas perdió la piel sensible de su garganta. -Vale. No está de buen humor hoy,- murmuró Eshe, retrocediendo y notando que la cara de la señora Ramsey estaba tan blanca como una sábana de papel vacía. No controlada por ella misma, entonces, dedujo. Dándose cuenta de que la mujer estaba bajo control de alguien más, Eshe instintivamente comenzó a mirar alrededor, pero captó el movimiento por el rabillo del ojo y disparó su mirada de vuelta hacia la señora Ramsey solo a tiempo para evitar otra estocada por la anciana mujer. -Guau. Realmente no quieres hacer esto,- dijo Eshe, continuando alejándose de ella ahora. Ella entonces giró sus ojos a sus propias palabras. La señora Ramsey probablemente no quería hacerlo, pero no podía evitar a quien fuera la que le estaba controlando para que lo hiciera. Y que iba a tener que hacerle daño a la mujer para defenderse. Frunciendo el ceño a la idea de herir a esta querida mujer, Eshe intentó empujar su camino en los pensamientos de la ama de casa para detenerla cuando se movió hacia ella otra vez, pero quien la estuviera controlando tenía un firme agarre en la mente de la mujer. No podía liberarla, y en su lugar tuvo que retroceder varios pasos cuando el cuchillo fue a apuñalarla otra vez. Eshe se mordió el labio ante una maldición cuando chocó dolorosamente contra la encimera opuesta desde donde había encontrado al principio a la mujer, y luego se zambulló en el lateral fuera del camino cuando la señora Ramsey siguió avanzando. No le dio mucho respiro. La señora Ramsey simplemente siguió, pero Eshe se estaba cansando de este juego, y cuando la mujer balanceó el cuchillo otra vez, en lugar de retroceder o moverse, ella disparó su mano para coger su muñeca, estremeciéndose pero no dejándola ir cuando el cuchillo se deslizó en la piel de su brazo. -¿Qué demonios?- Armand de repente estaba allí a su lado, conteniendo a la mujer. Estaba sin camisa y su cara fue como un trueno cuando preguntó, -¿Qué demonios está pasando?-


-Está siendo controlada. Sujétala,- dijo bruscamente Eshe y cerró sus manos sobre su brazo cortado cuando corrió al pasarle. Había dos ventanas en la cocina, una sobre el fregadero mirando a la parte de atrás del jardín, la otra en la mesa mirando al patio lateral, pero la ventana del fregadero de la cocina estaba mejor posicionado para ver más de la cocina, y cuando Eshe salió por la puerta trasera al porche, realmente esperó encontrar al culpable que había estado controlando a la señora Ramsey allí. No lo encontró, de alguna manera, y maldijo cuando corrió bajando los escalones para correr alrededor de la casa, sabiendo que quien fuera quien había visto en su cabeza ya estaba lejos. Como Eshe esperaba, cuando giró la esquina no había nadie en el patio lateral, pero los arbustos en el borde de las maderas aún se estaban moviendo de su paso entre ellos. Eshe comenzó a avanzar a la vez, intentando perseguir al culpable, pero apenas dio dos pasos en las maderas antes de que se diera cuenta de cuan idiota sería. Deteniéndose, miró fijamente a su alrededor. Los árboles eran viejos aquí y altos, sus frondosas ramas bloqueaban la luz del sol así que estaba oscuro y no había suelo cubierto. Todo allí estaba antes que ella ensuciara y los troncos de los árboles y un expectante silencio que puso los pelos de punta de la parte de atrás de su cuello. Él estaba allí en alguna parte, Eshe lo sabía, esperando, o detrás de uno de los amplios troncos de los árboles o en las ramas sobre la cabeza. Probablemente esperando que siguiera avanzando, quizás incluso manteniendo la respiración por la expectativa, y definitivamente muy armado. Eshe no era lo bastante estúpida para caminar a donde él quería cuando ella estaba herida, desarmada, y apenas incluso vestida. -¿Eshe?Ese grito desde detrás la hizo mirar al camino por donde había venido. Era Armand, y sonaba como si estuviera fuera ahora. Ella dudó, mirando hacia delante otra vez, pero no veía nada, y cuando Armand gritó su nombre otra vez, sonando más cerca, ella comenzó a moverse rápidamente hacia atrás varios pasos antes de girarse para correr fuera de los árboles. Eshe estaba contenta de hacerlo cuando vio que él había corrido detrás de ella tan descalzo como ella solo en pantalones y sin pensar para agarrar un arma. -¿Estás bien?- Preguntó él preocupado, corriendo hacia ella. -Estás sangrando.-


Eshe abrió su boca para asegurarle que estaba bien y luego paró y giró su cabeza hacia un lado para escuchar cuando oyó el motor de un vehículo encenderse en alguna parte al otro lado de los árboles. Ella brevemente consideró correr hacia la carretera para intentar verlo, pero sabía que ella nunca llegaría a tiempo y giró de vuelta a Armand con un suspiro. -Estoy bien. Entremos y salgamos del sol.Armand asintió, su mirada se movió sobre los árboles detrás de ella y luego a la carretera, pero luego deslizó su brazo protectoramente a su alrededor y corrió con ella a través del patio, pero dirigiéndose a la parte delantera de la casa más que a la trasera. -¿Qué hiciste con la señora Ramsey?- Preguntó ella cuando él abrió la puerta para que ella le precediera en la casa. -Ella de repente se desmayó. La dejé en la cocina,- murmuró Armand, acomodándola en el pasillo y volviendo a la habitación. Él apenas se entretuvo a mirar a la mujer en el suelo cuando él urgió a Eshe hacia la mesa. -Siéntate. Traeré el kit de primeros auxilios y algo de sangre.Eshe sonrió y removió su mano de su herida para poder echarle un vistazo. Había mucha sangre corriendo en arroyos del profundo corte, pero ya estaba parando, los nanos la reparaban y la curaban ahora. -No te molestes con los primeros auxilios. Una toalla y sangre lo harán,- dijo ella en un suspiro. Sería una pérdida de sangre de buenas vendas. No la llevaría mucho tiempo sanar su brazo. Su mirada se deslizó hacia la señora Ramsey y suspiró otra vez cuando vio su cara floja. La mujer estaría confusa y angustiada cuando se despertara, muy disgustada si quien fuera que la había controlado la había dejado consciente mientras lo hacía. Eso significaría que ella tendría que limpiar e irse. Pero iba a tener que irse temporalmente de cualquier manera, como el nuevo director, si su culpable iba a comenzar a usarlos para hacer su trabajo. -¿Qué ocurrió?-¿Qué está pasando?Eshe miró alrededor para ver a Bricker y a Anders corriendo hacia la habitación, ambos solo en pantalones, el sueño aún evidente en sus ojos. De alguna manera, mientras Bricker estaba sufriendo un serio caso de cabecero, el pelo de Anders aparentemente no se atrevía a presentarse. Cada corto mechón estaba en su lugar.


Eso parecía, pensó ella, y luego miró a un Armand medio desnudo cuando corrió hacia su lado con una toalla y varias bolsas de sangre. Aquí estaba ella rodeada por un pastel de carne y simplemente no estaba de humor para apreciarlo. ¿Eso no figuraba? -¿Qué le ocurrió a la señora Ramsey?- Preguntó Bricker con consternación cuando señaló a la mujer en el suelo y se movió para comprobarla. Fue Anders quien notó primero el brazo de Eshe y preguntó, -¿Qué ocurrió? Oí a Armand gritar.-No estoy seguro,- admitió Armand cuando Eshe permaneció en silencio. Tiró las bolsas de sangre en la mesa y comenzó a enrollar la toalla alrededor de su brazo cuando dijo, -Me desperté para encontrar que Eshe no estaba, vine para encontrarla, y la señora Ramsey estaba...- Sacudió su cabeza, o no estaba seguro de lo que la mujer estaba haciendo, o era incapaz de decirlo. -Bajé para conseguir algo para comer y alguien controlaba a la señora Ramsey e intentó cortarme la garganta,- dijo Eshe secamente cuando Anders miró en su camino. -¿Qué?- Bricker la miró con recelo. Eshe asintió, pero cuando abrió su boca para hablar otra vez, Armand llevó una de las bolsas de sangre a la vista, sus colmillos se deslizaron, y él hincó la bolsa, silenciándola. -Aliméntate ahora. Las explicaciones después,- gruñó él cuando ella le miró. Ignorándola entonces, se giró para mirar a la señora Ramsey y les dijo, -La señora Ramsey tenía un cuchillo, Eshe fue cortada y sujetaba su muñeca para evitar que la apuñalara otra vez cuando entré en la habitación. Agarré a la señora Ramsey, y Eshe inmediatamente salió corriendo fuera, probablemente para perseguir al que fuera el que la estaba controlando. La señora Ramsey se desmayó y salí corriendo detrás de Eshe.Anders giró sobre sus talones, dirigiéndose fuera sin dudar, pero parando cuando Bricker dijo, -No te molestes. Se ha ido. Ella le oyó alejarse conduciendo.Eshe miró su camino en un principio y luego giró sus ojos cuando vio que él estaba concentrado en su cara. La estaba leyendo, por supuesto, y probablemente disfrutando al ser capaz de hacerlo, pensó con irritación, y mentalmente llamándole pequeño fastidio cuando sus pensamientos le hicieron sonreír. Eso le


hizo reír, de alguna manera, y Eshe suspiró y sacudió su cabeza, luego miró a la señora Ramsey cuando la mujer dio un pequeño gemido y comenzó a moverse. Bricker levantó la parte superior de su cuerpo para descansar contra su pecho más que en el suelo y la mujer tomó eso con sorpresa cuando recuperó la conciencia. -¿Qué ocurrió?- Preguntó ella débilmente. -No recuerda nada,- murmuró Anders tranquilamente. -Estaba pensando en hacer café y entonces se despertó en el suelo o, como ella pensó, en los brazos de un apuesto joven,- añadió con diversión. -Me ocuparé de ella,- dijo Bricker tranquilamente, ayudando a la mujer a levantarse. La guió fuera de la sala, su concentración en la señora Ramsey, sin duda calmándola y cambiando sus recuerdos cuando se fueron. Eshe les observó irse, luego sacó finalmente la bolsa vacía de sus dientes y murmuró, -No puede volver hasta que esto se resuelva. Él podría usarla otra vez.Cuando Anders levantó las cejas y miró en la dirección de Armand, suspiró cansadamente y asintió. -Es lo mejor. Tendremos que alejar a mi nuevo director, Jim, hasta que esto acabe también.-Lo arreglaremos,- le aseguró Anders, y salió de la habitación. Armand entregó a Eshe otra bolsa y se hundió en el asiento a su lado. Su cara era problemática cuando la observó explotar la bolsa en su boca y luego dijo, Controlaron a la señora Ramsey porque no querían ser reconocidos.Incapaz de hablar, Eshe asintió. También era lo que estaba pensando. -Así que es alguien que conozco,- continuó él, siguiendo su pensamiento. Eshe asintió otra vez. Ella no estaba terriblemente sorprendida por esa posibilidad. Después de todo, los extraños normalmente no se fijan en una persona durante tantos siglos sin conocerlas, pero parecía obvio que o Armand realmente no había pensado que podía ser posible, o no había querido pensarlo y se convenció de que no podía ser, porque parecía estar estupefacto por la posibilidad y luchando para aceptarlo. -¿Quién?- Preguntó él finalmente, y había una combinación de dolor y enfado en sus ojos cuando la miró.


Eshe sacó ahora la segunda bolsa vacía de sus dientes y dijo, -Les encontraremos.-¿Cuándo?- Preguntó él, el enfado y la frustración en sus ojos se arrastraban en su voz. -Tan pronto como los chicos vuelvan y nos vistamos y vayamos a la casa de John y Agnes,- dijo Eshe tranquilamente. -Romperemos la puerta si tenemos que hacerlo, pero entraremos y hablaremos con Agnes, luego iremos a los Harcourts y haremos lo mismo.-¿Y si al hablar con ellas no conseguimos más de lo que conseguimos con los hombres?- Preguntó él tranquilamente. -Entonces tenderemos una trampa,- dijo Eshe tranquilamente. Los ojos de Armand se estrecharon. -¿Cuál es el cebo?Cuando ella simplemente le miró en silencio, él sacudió su cabeza. -Tú no,- dijo él con gravedad. -Yo seré el cebo. Actualmente me gustaría serlo. Quiero enfrentar a ese bastardo.-Hablaremos de eso después de que hayamos hablado con Agnes y Mary,- dijo ella tranquilamente. -Aún creo que aprenderemos algo de ellas.-¿Por qué?- Preguntó Armand con el ceño fruncido. -Porque Annie aprendió algo de alguna manera así que sé que hay algo para aprender. Solo tenemos que averiguar donde lo aprendió y a donde fue también.-¿Crees que habló con Mary o Agnes?- Preguntó Armand con sorpresa. Eshe se encogió de hombros. -O William o John. No pensamos en preguntarles si ella había estado alrededor para verles hace cincuenta años. Pero alguien habló con ella, y ellos dijeron algo que la hizo pensar que tenía la respuesta. Encontraremos esas respuestas, también,- le aseguró ella firmemente. -Suenas muy segura,- dijo él casi con envidia. Eshe se encogió de hombros. -Te lo dije he sido muy afortunada en mi vida. No intento dejar que eso cambie ahora.-


Armand miró a Eshe en silencio, sus palabras sonaban en sus oídos. Ella le había dicho que había sido muy afortunada en su vida porque había encontrado a su primer compañero de vida, Orion, mientras era joven y disfrutaba ocho adorables siglos con él. Y si lo mirabas de esa manera ella había sido afortunada, pero ahora la miraba y recordaba otras cosas. Que había perdido a Orion, tanto como a dos de los ocho de sus hijos. Había perdido gente que amaba como él, pero Eshe no se enfocaba en eso. Armand sabía tan seguro como se conocía que ella había querido muchísimo a su compañero de vida y a los dos niños que había perdido, y sufrió esas perdidas profundamente, pero Eshe eligió no persistir en eso. Ella literalmente contaba sus bendiciones y se veía muy afortunada por tener a otra gente en su vida y las otras cosas que ella consideraba bendecidas. Era una cuestión de perspectiva, admitió Armand, y comprendió exactamente por qué los nanos los habían juntado. Podía aprender de esta mujer. Podía ser feliz con ella. Podía incluso amar a esta mujer. De hecho, sospechaba que ya lo hacía. Eshe era fuerte e inteligente y no se estremecía ante la adversidad, sino que enrollaba sus mangas y cargaba hacia delante para enfrentarlo... incluso sin nada excepto una de sus camisas, pensó él irónicamente, notando lo que llevaba ella. Inclinándose hacia delante, presionó su frente contra la suya y susurró, -Eshe, quiero pasar mi vida contigo.-Bien,- susurró ella de vuelta. -Ese era el plan.Sonriendo, la besó, un suave y gentil roce de labios, y luego se apartó intentando decirle que la amaba, pero paró y la liberó, sentándose en su asiento cuando Bricker entró en la sala. -Envié a la señora Ramsey fuera con el pensamiento de que vosotros dos estáis en una extendida luna de miel y ella está fuera en la misma extendida pagada y no debería volver hasta que la llames,- anunció Bricker, moviéndose hacia la nevera para agarrar una bolsa de sangre. Él entonces miró a Armand y dijo, -Espero que no te importe, pero ella depende de su paga de aquí y no pensé que debería sufrir solo porque alguien intentó matarte y a la gente que te importa.-No, está bien,- dijo Armand tranquilamente. Podía afrontarlo, y era mejor que tenerla allí para ser controlada otra vez. La próxima vez la mujer podría resultar herida en una lucha, o incluso asesinada. Tenía bastantes muertes en su conciencia como estaba. Y no estaba ni siquiera considerando lo que podría haber ocurrido a


Eshe si la ama de llaves, o la persona que la controlaba, hubieran tenido suerte en la puñalada. Armand no quería pensar en eso y se alegraba de no tener que hacerlo cuando Anders volvió a la habitación ahora también, llamando su atención. -Me encargué de tu director,- anunció el refuerzo, parando justo dentro de la puerta. -¿Vacaciones pagadas hasta que le llame?- Preguntó Armand, sabiendo que no era seguro tener al director allí tampoco. Parecía una pena enviarle a casa de su familia, incluso durante una semana o así. Había estado bastante nervioso por tener su propia casa. De cualquier manera, Anders sacudió su cabeza y se movió hacia la mesa para tomar una de las bolsas de sangre que Eshe no había consumido aún y dijo, -Una larga semana con todos los gastos pagados a San Francisco.-¿San Francisco?- Preguntó Armand sin comprender. -Es donde siempre quiso ir,- dijo Anders con un encogimiento, sentándose con la bolsa. -Está haciendo las maletas ahora. Llamé a Lucian y dijo que tendría la reserva del viaje arreglado y que te lo cargaría a ti. Dijo que enviaría un coche a por él en una hora.-Bien,- dijo Armand con una sacudida de su cabeza. -San Francisco.-Por el camino,- añadió Anders, tirando la gelatinosa bolsa ociosamente de una mano a otra y vuelta, -él es el que incendió el establo.-¿Qué?- Preguntó Armand con sorpresa. Anders asintió. -Estaba controlado como la señora Ramsey. Los recuerdos están velados y difíciles de conseguir, pero los encontré.Armand asintió. Los recuerdos no estarían fácilmente disponibles, aunque podrían ir a él en sueños. Pero desde que su mente había sido controlada, todo lo que él tendría serían recuerdos básicamente visuales, como una película que había visto una vez. Siempre era más difícil rescatar eso que eventos que la persona actualmente había participado atentamente.


-Bloqueó la puerta con un par de palas hundidas en el suelo,- anunció Anders. Luego dosificó el establo con una lata de gasolina y tiró una cerilla. Plas.- Anders sonrió. -Prendió como astillas a pesar de estar un poco mojado por la tormenta.-¿Vio quien le estaba controlando?- Preguntó Eshe. Anders sacudió su cabeza. -Como la señora Ramsey, no sabía qué ocurrió. Su memoria superficial está mirando la televisión y luego de repente se encontró de pie en su cocina con las botas con barro, no estaba seguro de cómo se llenaron de barro o por qué estaba allí.-Como Nicholas,- señaló Bricker, haciendo que los ojos de Armand se deslizaran afiladamente en su camino cuando explicó, -Los recuerdos de Nicholas acaban con él cruzando el aparcamiento, y luego, bang, estaba abriendo sus ojos en su sótano para encontrar al mortal muerto en su regazo y la sangre por todas partes.-Nicholas no podía haber sido controlado,- señaló Anders. -Tendría que deberse a que estaba drogado de alguna manera.-Hmm.- Asintió Bricker de acuerdo y luego miró a Armand y dijo, -Ya sabes, alejar a la señora Ramsey y a tu director no detiene a quien sea de pillar a alguien de la ciudad, tomar el control, y hacerles hacer algo.Armand frunció el ceño a la sugerencia, sin haber pensado en eso, pero Eshe no pareció sorprendida y dijo, -Lo cual significa que necesitamos acabar con eso rápidamente antes de que pueda ocurrir. Llamaré a Agnes y a Mary otra vez. Si no consigo una respuesta de los Maunsell, iremos de todas formas. Romperemos la condenada puerta si tenemos que hacerlo, pero definitivamente hablaremos con ellas esta noche.-Yo llamaré. Necesitas más sangre,- dijo Armand firmemente. La entregó otra bolsa y luego se puso de pie para moverse hacia el teléfono en la pared. -Ninguno necesita llamar, ambas llamaron la pasada noche,- anunció Bricker. -¿Lo hicieron?- Preguntó Armand con sorpresa, parando a medio camino del teléfono. No había oído el sonido del teléfono, y miró instintivamente a Eshe preguntando, pero ella sacudió su cabeza y admitió, -No oí el teléfono.-Bueno, probablemente estabais... ocupados,- dijo Bricker con diversión.


-O en un desmayo posterior a ocupados,- sugirió Anders secamente, y luego señaló, -Si el fuego te quemó como la parrilla en la cocina no te levanta, ¿qué te hace pensar que un teléfono lo hará?Armand notó que Eshe no se sonrojó o pareció completamente avergonzada. Ella simplemente se encogió de hombros y preguntó, -¿Así que cuando podemos verlas?-Yo tomé esa llamada,- anunció Anders. -Agnes estará disponible esta noche. Dijo que las nueve en punto es mejor para ella.-¿Y te dijo que de qué queríamos hablar con ella?- Preguntó Armand tranquilamente. -Solo dije que querías presentarla a tu nueva compañera de vida,- dijo Anders. -Me figuro era mejor no dar muchos detalles hasta que estuviéramos allí.Armand asintió y preguntó, -¿Y Mary Harcourt?Anders inmediatamente giró una seca mirada hacia Bricker. El inmortal más joven suspiró y dijo, -Yo tomé la llamada. Mary estaba al teléfono desde Montreal. Mañana es su aniversario y aparentemente planearon este viaje anticipado. Viajaron la pasada noche y no volverán hasta el sábado. Llamó a casa para comprobar los mensajes cuando llegaron al hotel, y llamó desde allí,- explicó Bricker, y luego reluctantemente admitió, -Pidió que la esperásemos hasta el sábado por la tarde. Quería un día para conseguir establecer la vuelta a casa. Hará la cena del sábado para todos nosotros.-¿Cena el sábado?- Eshe sonaba aturdida. -Bricker, solo tenemos hasta el próximo martes para terminar esto.-Eso nos da todo el tiempo entonces,- dijo él rápidamente, y luego añadió. Consideré decirle sobre qué era. Que probablemente les traeríamos de vuelta; quiero decir su hija fue una de las esposas muertas de Armand y probablemente querían saber que fue asesinada y conseguir justicia, también,- señaló él, y luego sonrió y añadió con disculpas, -Pero pareció cutre arruinar su especial viaje de aniversario. Ella sonaba realmente feliz y excitada por eso. Además, no estaba seguro de si vosotros lo aprobaríais. Así que le di las gracias y colgué,- admitió él, y luego cuando Eshe pareció irritada añadió rápidamente, -Me figuré que podía


llamar al hotel en Montreal e intentar convencerla para volver pronto por ti misma si querías. O incluso volar allí para hablar con ella en persona si sentías que no debías esperar.Eshe le miró interrogativamente, y Armand suspiró y frotó los cortos pelos en la parte de atrás de su cuello. La situación era crítica, pero realmente no pensaba que hubieran aprendido algo de Mary Harcourt. Armand era positivo de que ella habría mencionado si sabía algo sobre la muerte de Althea que sugiriera que no fue un accidente o pareciera incluso ligeramente fuera. De hecho, sospechaba que ella habría cazado al culpable por sí misma con un hacha en ese momento. La mujer tenía un miserable golpe cuando alguien quería hacerle daño a su hija. Él la había visto en acción cuando pensó que alguien había despreciado a su hija cuando él y Althea se habían casado. Armand era positivo en que ella no tendría nada de uso que decirles. -Hablemos con Agnes primero,- dijo él finalmente. -Siempre podemos llamar o ver a Mary y a William después si tenemos que hacerlo.Eshe asintió y tiró la bolsa de sangre que él le había dado antes hacia sus dientes. Cuando sus ojos se deslizaron al reloj en la pared, la suya le siguió, y Armand sonrió cuando vio la hora. Apenas eran las tres en punto. Tenían horas para esperar antes de que pudieran ver a Agnes.


Capitulo 15

-Estoy pensando que Agnes y John no esperan que Anders y Bricker estén con nosotros,- dijo Eshe en voz baja, mirando por el espejo del lado del pasajero del pickup al todo terreno que los seguía. Eran las ocho cuarenta y cinco y estaban en camino a su visita designada para hablar con Agnes. Eshe había sugerido que podría ser mejor si Anders y Bricker esperaban en la casa, pero Armand había insistido en que los acompañaran. Él se encogió de hombros y dijo: -No les importará. Sólo les diré que Anders y Bricker son invitados en casa, y que habría sido grosero dejarlos solos.Ella lo vio mirando por el espejo retrovisor al todo terreno, luego desvió la mirada de nuevo a la carretera, añadiendo: -Me siento mejor de que ellos estén cuidándote la espalda en el camino y en la casa. No tendrán la oportunidad de atacarte de nuevo… o a mí,- añadió en el último momento. Eshe sonrió divertida, sabiendo que solo se había añadido para no hacerla enojar, y se burlo de él, -Me alegra que añadieras la última parte. No me gustaría pensar que no confías que sea capaz de cuidar de mí misma.-Estoy seguro de que eres muy capaz,- dijo Armand un poco rígido, y ella se preguntó si él se ponía rígido y correcto cuando decía una mentira. -Yo soy muy capaz,- le aseguró solemnemente. -He recibido entrenamiento en batalla desde que tenía treinta. Eso es mucho tiempo. Puedo cuidar de mí misma.Armand no se molestó en ocultar su sorpresa por la noticia mientras la miraba. ¿Lo tuviste?-Sí.-¿Lo hizo Orion?- Armand preguntó con cuidado. -Sí.- Eshe sonrió débilmente cuando los recuerdos la inundaron. Él le había enseñado cómo luchar con la lanza, el cuchillo, la espada y con cada arma que había aparecido en la historia antes de su muerte. Sin embargo, las lecciones favoritas de Eshe habían sido las de mano a mano. Que siempre las terminaban con


sesiones de sexo caliente y sudoroso. Una buena manera de finalizar las lecciones para los compañeros de vida. Suspirando, Eshe empujó los recuerdos lejos, sintiéndose culpable por haber disfrutado de ellos cuando tenía un nuevo compañero de vida. Exhalando su aliento, dijo: -Orion era un guerrero. Y se ausentaba mucho. No quería preocuparse por mí estando en casa sola e indefensa cuando él estaba fuera ganando dinero… o preocuparse ante la posibilidad de volver a casa y encontrar a su compañera de vida muerta.-Hombre inteligente,- murmuró Armand irónicamente. -Ojalá yo hubiera sido la mitad de inteligente enseñándoles una cosa o dos a Susanna, y también a Althea, y a Rosamund.Eshe se encogió de hombros. -A veces es diferente, lugares diferentes, personas diferentes. Es inútil lamentarse por las cosas que no se pensaban en ese momento. Todo el mundo tiene un camino, que no siempre es el mismo.Armand le lanzó una mirada curiosa. -Tú, ¿De verdad lo crees?Eshe lo miró sorprendida. -¿Tú no?Armand volvió su atención a la carretera y sacudió la cabeza. -Para mí la vida me ha parecido por sobre todo, un caos muy doloroso por mucho tiempo.-Entonces, tal vez no estás buscando claramente,- dijo en voz baja. -Tú estás todavía mirando desde dentro de la pecera en lugar de estar de pie junto a ella mirando hacia adentro.-¿Qué quieres decir?- le preguntó con obvia confusión. Eshe se encogió de hombros. -Cuando mi primer hijo murió en batalla, pensé que era la peor cosa del mundo que me podría pasar y que nunca volvería a ser feliz. Y sentí lo mismo cuando mi segundo hijo murió.-¿También murió en batalla?- Le pregunto Armand. Eshe asintió con la cabeza, no se sorprendió de que hubiera adivinado. Había muy pocas formas en que un inmortal podía morir y más de un varón inmortal había muerto en batalla a través del tiempo, especialmente cuando las armas de su elección eran espadas.


-De todos modos,- murmuró, -con cada hijo pensé que lo peor había llegado... y luego murió mi compañero de vida, Orion. Ese día supe realmente que eso era lo peor del mundo que me podía pasar y que nunca sería feliz de nuevo. Que nunca lo volvería a ser.- Eshe suspiró al recordar esos abrumadores sentimientos. Durante un tiempo yo misma quise morir.-Lo siento,- murmuró Armand, apretando su mano, -Sentí lo mismo cuando Susanna murió.Ella le apretó la mano a su vez, luego él se soltó volviendo a recuperar el volante, Yo estaba en la pecera en ese momento. Pero luego de un tiempo, empecé a ver que si Orion tuvo que morir, ese era el mejor momento que podía pedir.-¿Ah, sí?- le preguntó en voz baja. -Sí,- le aseguró solemnemente. -Yo aún tenía una hija en casa para consolarme, y mi segundo hijo acababa de encontrar a su compañera de vida y la había llevado a su casa, por lo que fuimos allí también nosotras... Y Lucian trajo a casa a Orion.-¿Lucian?- exclamó Armand, apartando los ojos de la carretera. -¿Él estaba allí?dijo regresando su atención de nuevo a la carretera, con una expresión descontenta. -¿Cómo tomó Orion eso?-Estoy segura de que estaba bien con él,- dijo Eshe con regocijo. -Sobre todo porque él es quien insistió en que aprendiera a valerme por mí misma y de que me enseñara.Ella asintió con la cabeza. -Fue una de sus raras visitas. Se unió a Orion en la batalla, y cuando fue herido, lo hechó sobre su hombro y lo llevó a casa. Caminó tres noches para traerlo. Nadie más lo habría hecho. Otro habría quemado su cuerpo con el resto de los inmortales caídos y luego enviaría a alguien a decirme que se había ido. Pero Lucian lo trajo a casa, por mí para que pudiera decirle adiós y estar en su cremación.Armand estaba en silencio, Eshe tragó el nudo que tenía en su garganta y se obligó a tener un tono más alegre cuando dijo, -Lo hice sin embargo, y he disfrutado de muchos momentos de felicidad en todo este tiempo desde entonces. Y ahora te tengo a ti, mi otro compañero de vida para disfrutar de ella.-


Armand soltó el volante una vez más, para que su mano se encontrara con la suya y la apretó suavemente, pero con la misma rapidez la soltó para recuperar el volante mientras se volvía a ver la entrada de Maunsells. De inmediato Eshe dirigió su atención a la casa que se acercaba. Esta noche no era como las otras cuando Eshe había visitado la comunidad. Esta noche los esperaban ellos, y todas las luces de la casa parecían estar encendidas, así como varias de las luces exteriores que iluminaban todo por lo que casi parecía ser la luz del día. Eshe miró por encima de la casa y del patio, mientras se dirigían por el camino, luego miró por encima del auto y de la evidente van, y pensó con ironía que debía haber llamado antes para hacer los arreglos necesarios para reunirse con John y Agnes. Eso le habría ahorrado un montón de viajes perdidos hasta aquí. Armand estacionó la pickup cerca de la van, luego ambos salieron a esperar a Anders que tiró de la van al lado de ellos. Y todos se dirigieron a la casa en silencio, Eshe apretó la mano de Armand cuando iba a golpear la puerta, y él se la estrechó. Esta vez no hubo necesidad de tocar el timbre y esperar a tener suerte, porque al parecer John Maunsell había estado atento a ellos y abrió la puerta antes de que lo alcanzaran. -Hola,- los saludó con una sonrisa, deslizando su mirada sobre Eshe y Armand, luego pasándola a Bricker y Anders, un poco sorprendido. -Ya veo que has traído compañía.-Me pareció más amable traerlos que dejarlos solos en la granja valiéndose por sí mismos. Y esa no es manera de tratar a los invitados,- Armand se disculpó con ironía, luego agregó: -¿Espero que no te importe?-No, por supuesto que no. Todos son bienvenidos. Entren.- John sonrió de nuevo, pero a Eshe le pareció que estaba un poco inseguro en esta ocasión, lo que despertó su curiosidad. Sin embargo, cuando se encaminó hacia la casa y les hizo un gesto para que pudieran entrar; Armand la insto a avanzar, ella entró y se puso a su lado haciéndoles espacio a los demás. -Vamos a la sala de estar, Eshe,- John murmuró al grupo que estaba en la puerta, y Anders y Bricker entraron. -Agnes está ahí tejiendo.-


Eshe asintió con la cabeza y entró en la habitación donde fue llevada la última vez que había estado allí con Bricker, y sus ojos buscaron con curiosidad a la esquiva Agnes. Ella la vio, era una morena delgada enfundada en una blusa blanca y pantalón negro, sentada en una mecedora, meciéndose suavemente mientras tejía. La mujer debió escucharlos entrar, pero fue lenta al echar un vistazo, lo que le dio a Eshe la oportunidad de checar su aspecto una vez más. Cedrick había descrito a Agnes como una pequeña cosa que parecía más joven que la mayoría de los inmortales, y Eshe pensó que su descripción era bastante justa. Ella era delgada, de huesos finos y sus rasgos eran casi de una chiquilla, haciéndola parecer de dieciocho o de diecinueve años en lugar de los veintiséis o veintisiete que la mayoría de los inmortales parecían tener. Y el hecho de que llevara el pelo oscuro recogido en una cola de caballo solo le agregó a su apariencia un aspecto más juvenil. -Oh, hola.- Agnes levantó la mirada y les dedicó una sonrisa, mientras los hombres seguían a Eshe por la habitación. Ella dejó a un lado su labor de punto en la mesa junto a la mecedora y se puso de pie, ofreciendo una disculpa, -Lo siento, estaba tratando de hacer una fila. De lo contrario perdería mi cuenta.Eshe nunca había tejido, por lo que no tenía ni idea de lo que le estaba hablando, pero le pareció una excusa plausible, por lo que le sonrió con facilidad. -Eso está bien. Además me dio la oportunidad de darte un vistazo una vez más sin que te dieras cuenta.Agnes se echó a reír cuando ella cruzó la sala hacia ellos. -Tú debes ser Eshe. Eres hermosa. Y honestamente. Ya me gustas.La sonrisa de Eshe se amplió cuando estrechó la mano que la mujer le ofreció. -Es un placer conocerte, Agnes.-Para mí también,- dijo con gusto, luego se volvió hacia los hombres. De repente Armand, se trasladó primero hasta ella y le ofreció un cálido abrazo en señal de saludo. Eshe lo miraba con curiosidad, tomando en cuenta el cariño que se veía en su rostro mientras abrazaba de nuevo a la mujer, a continuación, Agnes se apartó para volver su atención a los otros recién llegados, preguntando, - ¿Y quiénes son ellos?-


-Son Justin Bricker y Anders,- dijo Armand. -En este momento son mis invitados y no sentí que fuera lo correcto dejarlos en casa, por eso vinieron con nosotros.-Por supuesto,- dijo Agnes con firmeza. -Era lo que debías hacer. Bienvenidos, señores.Ella le ofreció su mano primero a uno, luego al otro, y en seguida volvió a mirar por encima del grupo. -Bueno, supongo que unos refrescos estarán bien.-Oh, estoy seguro de que no estarán mucho tiempo,- dijo John, afilando los ojos. Eshe dirigió su atención sobre él. El hombre parecía tenso, nervioso, y tenía una expresión de dolor. Él se aclaró la garganta, luego se explicó disculpándose, -No tenemos ningún alimento para mortales aquí, Armand. Nosotros…-Está bien,- Armand lo interrumpió con dulzura. -Comimos antes de salir de la casa de todos modos.Eshe se deslizó más cerca de él, tomó su mano entre las suyas y la apretó con fuerza para recordarle lo que debía hacer. Le oyó lanzar un suspiro, pero luego forzó una sonrisa y dijo: -En realidad, estoy más interesado en ver el nuevo sistema de John Deere que compró para sus refrigerios. Cedrick mencionó que fue entregado la semana pasada y estoy pensando en comprar uno nuevo para mí, así que no me importaría echarle un vistazo.-Oh,- John lo miró desconcertado, y su mirada preocupada se dirigió a Agnes. -Tal vez en otro momento. Las chicas se aburren sin nosotros.-No seas tonto,- trinó Agnes con una sonrisa. -Ve con ellos y muéstrales el sistema, John. Eshe y yo nos podemos divertir por nuestra cuenta.- ella se rió y agregó: Nosotras solo nos sentaremos aquí y hablaremos de los hombres. Eso es lo que hacen las mujeres, ¿no es así, Eshe?-La mayor parte del tiempo, sí,- ella estaba de acuerdo con la diversión, aunque no estaba segura de que fuera verdad. Ella y su compañera habitual, Mirabeau, a menudo tenían mejores cosas que discutir cuando trabajaban juntas, pero como agentes y mujeres no actuaban como tales, incluso entre los inmortales. - ¿Ves?- Agnes se volvió hacia John. -Adelante. Que los chicos vayan a jugar con su juguete nuevo, y Eshe y yo esperaremos aquí charlando.-


John vaciló, pero como todo el mundo lo miraba expectante, no había mucho de donde elegir. Y apretando la boca, asintió con la cabeza, se volvió para dirigir a los hombres por la casa, dejando un vacío silencioso por un momento después que la puerta de la sala se cerró. -Bueno,- dijo Agnes después que el momento pasó. Con una sonrisa a medias, se volvió a mirar el arco de la sala para encontrar la mirada curiosa de Eshe y admitió: -Casi esperaba que él viniera corriendo a insistir en que los acompañáramos. John puede ser terriblemente protector. Nos protegemos el uno al otro.-También tienes a Armand,- Eshe dijo en voz baja. -Parece que los dos se preocupan mucho por ti.Eso hizo que Agnes fuera al grano: -Si, si,- admitió, luego la preocupación llenó su rostro y añadió, -¿Espero que eso no te moleste? Sé que puede ser un poco incómodo ya que somos los hermanos de Susanna.-No, en lo absoluto,- le aseguró Eshe. -Ustedes son su familia, y ahora que lo pienso, espero que me vean como parte de su familia a mí también algún día.Agnes se quedó sin aliento por un suspiro de felicidad y avanzó hasta Eshe para abrazarla. -Oh, solo sé que eso me gustaría,- dijo alegremente, luego se movió para tomarla del brazo mientras la conducía por la habitación hacia otra puerta y le confesó: -Tú eres mucho mejor que Althea. Ella no quería tener nada que ver con nosotros.-¿Es por eso que tú y John se fueron a Europa cuando ellos se casaron?- Preguntó Eshe con curiosidad, mirando por encima de Agnes la habitación por donde la conducía. Era una cocina que parecía tan nueva como la casa. A pesar de que no comían ni bebían alimento para mortales, la habitación había sido equipada con las más modernas comodidades. Eshe la admiró brevemente, luego miró con curiosidad a Agnes que contestó su pregunta. -Sí, me temo que sí. Ella quería que nos fuéramos. Eso estaba bien, sin embargo, no podía soportar estar cerca de ella,- admitió con abierto disgusto, luego dijo: ¿Sabías que ella engañó a Armand con un embarazo y casi lo obligó a casarse con ella?-


-Él me explicó cómo se produjo el matrimonio,- dijo Eshe cuidadosamente, -Pero dijo que no le importaba.-Por supuesto, es lo que él diría,- dijo Agnes, agitando la mano como si fuera algo sin importancia, -Él es demasiado cortes para decir la verdad sobre estas cosas,- se detuvo entonces, manteniendo su dominio sobre Eshe acelerando el paso cuando añadió pensativa, -Por supuesto que consiguió el consentimiento de Thomas para esta unión y así supongo que valió la pena al final.- Se encogió de hombros, y soltando a Eshe le preguntó, -¿Quieres algo de beber?Agnes se trasladó a la nevera mientras hacia la pregunta, abriendo la puerta para revisar su contenido, -Se que probablemente tú y Armand comen y beben alimento para mortales ahora que se han encontrado el uno al otro, pero como John lo mencionó, me temo que no tenemos nada de eso aquí,- ella chasqueó la lengua irritada, y añadió: -Supongo que debí correr hasta la ciudad y comprar algo cuando me levanté esta noche, pero no pensé en ello.- Con un suspiro, se inclinó para revisar dentro de la nevera, dijo, -Pero si tenemos una gran variedad de sangre, si deseas elegir una.Cuando Agnes la miró, Eshe se movió a su lado para ver dentro de la nevera también. Sus ojos se abrieron incrédulos al ver las especialidades de sangre marcadas en la nevera. La mayor parte de esa sangre sólo la había visto en los clubes nocturnos para inmortales. Había una gran cantidad de Wino Reds, y de Dulce Extasis, Bloody Mary, High Times, y de todo tipo de sangre que fueron confeccionadas a partir de la sangre de mortales alcohólicos y drogadictos para permitir que los inmortales sintieran el zumbido que no podían sentir por la vía ordinaria. Y valía una pequeña fortuna también. Era sangre condenadamente cara. Parecía que a pesar de que Armand había ordenado que nadie se lo dijera, John había descubierto la manera en que los inmortales podían intoxicarse. Cedrick estaba obviamente equivocado, John en definitiva comenzó a beber de nuevo, y se preguntó si esto era el motivo por lo que John estaba tan reacio a dejarlas solas, como si temiera que Agnes revelara su secreto… tal como lo había hecho. -John las compra,- dijo Agnes con tristeza. -He tratado de conseguir que se detenga, pero no lo hace. Él toma varias bolsas y se sienta en su habitación noche tras noche, sólo bebiendo para olvidar. Eso no es una manera de vivir de verdad.-


-Quizás Armand pueda ayudarle con eso,- Eshe murmuró, la mujer se enderezó, y al momento siguiente se preguntó cómo podría hacer eso. No había lugares de rehabilitación para inmortales. Sin embargo, pensó secamente. -Oh, no, no hay que decirle a Armand,- dijo Agnes rápidamente. -Es sólo la preocupación, y que se siente mal. Ahora es feliz. Hay que permitirle que sea feliz.y se volvió de nuevo a la nevera. -¿También tenemos un poco de sangre normal, si gustas? Pero no diré nada si prefieres una Red Wino.-No. Gracias,- murmuró Eshe. -No suelo beber esas cosas. No me interesan las sensaciones que provocan.Agnes cerró la puerta y se apartó de la nevera. -Me alegro. A Althea le gustaba morder a los borrachos cuando iba a la ciudad. La vida para ella era una gran fiesta. Tú pareces mucho más adecuada para Armand.- Aspiró con alegría dejando que su respiración saliera en una ráfaga, y agregó: -Estoy muy feliz por Armand, no puedo decirte cuanto. Ha estado tan solo durante tanto tiempo. Me alegro de que te haya encontrado.-Gracias,- murmuró Eshe, y consciente de su razón para estar allí, dijo: -Pero no ha pasado mucho tiempo, un siglo quizás.-¿Un siglo?- Agnes la miró con los ojos muy abiertos. -¿Por qué lo dices?, Susanna murió hace más de quinientos años.- Sí, pero luego estuvieron Althea y Rosamund.- ella señaló. -Oh, ellas.- Agnes hizo un gesto con la mano de repugnancia. -Como te he dicho, Althea no era la adecuada para él. Ella no era más que una astuta puta, y Rosa…-¿Puta?- Eshe la interrumpió sorprendida. Agnes hizo una mueca. -Supongo que te sorprende oírme usar esa palabra. Probablemente Armand te dijo que yo era una monja antes de la transformación, y sé que no debería de usar tales vulgaridades, pero es lo que era. Althea fue infiel estando con Armand, ya sabes.Eshe lo sabía, al menos Armand le había dicho que sospechaba, pero sólo levantó las cejas en cuestión para alentar a Agnes a continuar.


-Lo hizo,- Agnes le aseguró. -Mientras él estaba trabajando tan duro labrando la tierra, ella viajaba a Londres para recoger a un hombre, luego iba a su casa o incluso a veces lo traía de vuelta a la granja para tener sexo con él. Ella no era mejor que un animal,- dijo Agnes con disgusto, y luego añadió firmemente, Armand merecía algo mejor. Yo no lo lamenté cuando ella murió.-¿Y Rosamund?- preguntó Eshe. Agnes se encogió de hombros y dijo de mala gana, -Ella estaba bien, supongo. Pero siempre estaba husmeando en los asuntos de todo el mundo. Además, ninguna de ellas eran verdaderas compañeras de vida de Armand. No eran más que…- Ella se encogió de hombros y dijo: -Su manera de pasar el tiempo, supongo. Él quería tener hijos, ya ves. Armand siempre fue un buen padre.Eshe enarcó las cejas. -Según entiendo sólo crió a Nicholas, y envió a Thomas y a Jeanne Louise a Marguerite para que los criara.-No quería hacer eso,- le aseguró Agnes. -Pero era un hombre solo, trabajando en los campos.- movió la cabeza con tristeza. -No sabes cuántas veces me hubiera gustado haber estado aquí para que no hubiera mandado lejos a Thomas. Pero sé que lo visitaba tan a menudo como podía. Él está acostumbrado a detenerse con nosotros y contarnos todo antes de regresar a su casa.-Tengo entendido que le ayudaste a criar a Nicholas,- dijo Eshe en voz baja. Armand me dijo que no sabía lo que habría hecho si tú no hubieras estado allí. Que eras una maravilla con él.-Sí.- Ella sonrió, satisfecha. -Le ayudé a criar a Nicholas. Nicky es un buen muchacho. Él siempre hacia lo que se le decía y nunca se negó a comer sus verduras. Y también era un rápido estudiante. Él ya caminaba al año, hablaba en oraciones a los dos, y se alimentaba el solo al momento de tener cuatro años. Era un bebé muy brillante.Eshe esbozó una sonrisa ante la orgullosa jactancia. Ella misma había hecho eso un poco, a veces en el pasado y Agnes estaba hablando como una madre en vez de cómo una tía, pero luego había criado al muchacho y fue más una madre para él que nadie. -¿Alguna vez Nicholas te presentó a Annie?-Oh, sí.- la sonrisa de Agnes comenzó a desvanecerse e inició el camino de vuelta a la sala de estar. -Vinieron a verme antes de casarse y luego volvieron un par de


veces después. Ella es una chica muy dulce.- se detuvo junto a la mecedora y se hundió en la desgracia, antes de agregar: -No sé por qué, pero él no la ha traído desde hace tiempo. Ha sido… Veamos, ¿Deben ser más de cincuenta años?,- Agnes se quejó, luego sacudió la cabeza desconcertada. -Pasamos una buena temporada la última vez que se quedó bastante tiempo. Estuvieron aquí durante un fin de semana, jugamos algunos juegos y charlamos hasta la madrugada. Fue muy agradable, como ser una verdadera familia.Eshe acababa de sentarse en el sofá, y endurecida, la miró sin comprender. -¿No sabes por qué no ha vuelto?Agnes sacudió la cabeza. -He intentado llamarlo, pero la línea esta desconectada y no he podido conseguir su nuevo número. John dice que probablemente esté ocupado, pero seguramente Nicky podría al menos tener un momento para llamar, ¿no?- Se mordió el labio con tristeza. -Ellos siempre dicen que es mejor tener chicas que chicos porque estos abandonan a sus madres cuando encuentran una mujer, y supongo que es cierto.Eshe se limitó a mirarla, sin saber qué hacer. Parte de ella quería decirle a la mujer exactamente por qué Nicholas no había traído a su Annie de vuelta, porque incluso él mismo no había vuelto, pero el hecho es que nadie, ni siquiera Armand, al parecer sabían lo que había sido de la pareja, y eso la hizo morderse la lengua. Debía haber una razón, y ella tenía la intención de descubrirla tan pronto como saliera de ahí. -¿Tienes hijos, Eshe?- preguntó Agnes de repente. Eshe apartó sus pensamientos y asintió con la cabeza. -Sí. Seis.-¿Chicos, chicas, o ambos?- le preguntó Agnes. -Tres chicos y tres chicas,- respondió Eshe de forma automática. -Tienes suerte. Tendrás a las chicas para hacerte compañía cuando los chicos te abandonen.Eshe dudó, pero luego dijo: -Vas a conocer a tu compañero de vida algún día, Agnes, y tendrás tus propios hijos.-


-No. Estoy bastante segura de que no lo haré,- dijo Agnes en voz baja. -John nunca lo permitiría.Eshe frunció el ceño ante sus palabras, pero antes de que pudiera preguntarle nada ni hacer un comentario, se oyó abrirse la puerta y el sonido de los hombres en tropel volver de nuevo, Eshe volteó hacia la puerta y vio como John conducía a los hombres a la sala de estar. No podía dejar de notar que había una expresión de ansiedad en su rostro hasta que lo vio sentado ahí. -Bueno, eso fue rápido,- comentó Agnes a la ligera. -John no se siente bien, e insistió en regresar,- murmuró Armand, con su mirada en Eshe que la tomó como un mensaje silencioso de que habían hecho todo lo posible por mantenerlo alejado el mayor tiempo posible. Ella cambió su atención a John, con una ceja arqueada de duda. Inmortales, simplemente no se sienten mal. Ellos no se enferman. -Me temo que no he estado alimentándome con tanta regularidad como debería,murmuró John, evitando su mirada. -Supongo que tengo que prestar más atención a eso y menos a los juegos de la computadora. En cuanto a esta noche, creo que voy a tomar una o dos bolsas y me retiraré temprano.Eso puso más de una expresión dudosa a su cara. Eran tan solo las nueve y media, nadie se retiraba tan temprano, aun cuando estuvieran durmiendo en su versión de un día mortal en su lugar. Pero sabía que no podría aprender mucho más de Agnes con su hermano allí, así que no tuvo ninguna sutileza con John y se levantó. -Entonces debemos irnos.-Oh, no,- Agnes casi gimió. -Pero estaba disfrutando tanto de su visita. Y yo que pensaba que todos podríamos jugar a las cartas o algo así.-La próxima vez,- Eshe le aseguró con sinceridad, sonriéndole a la mujer. -Vamos a tenerlos a ti y a John en la casa y puedes planear todo para pasar la noche allá. De esta forma si John no se siente bien, simplemente puede ir a su habitación para acostarse y el resto de nosotros podemos jugar a las cartas y estar tan tarde como gustes.-


-¿En serio?- Preguntó Agnes, poniéndose de pie, y cuando Eshe asintió con la cabeza, cruzó la habitación para darle un rápido abrazo diciendo, -Oh, me encantaría.-Así que yo… - dijo Eshe. -¡Oh, Armand!- Agnes se volvió ahora para darle un abrazo. -Ella me gusta. Fuiste tan listo al encontrarla.Armand en realidad se rió entre dientes mientras abrazaba su espalda. -Me alegro, Agnes. Me gusta demasiado.-¡Oh!- Agnes se hizo hacia atrás para golpearle el pecho juguetonamente como reprimenda. -Hombre alguna vez comprenderás aunque sea un poco. Ella no solo te gusta, Armand. Soy capaz de leer tus pensamientos. Tú la amas.Eshe se cayó ante esas palabras, un poco sorprendida por ellas, aunque no sabía el porqué. Ellos eran compañeros de vida, el amor era algo natural y fácil entre los compañeros de vida. Sin embargo, ella había estado preocupada en otros asuntos, como en disfrutar de la vida y del buen sexo y no había pensado en el desarrollo del amor entre ellos. Su mirada se deslizó a Armand en busca de su solemne expresión, y cuando él encontró su mirada él dijo: -Sí, yo la quiero.-


Capitulo 16

-¿Así que no aprendiste nada de Agnes?Eshe dio un respingo sorprendida ante la pregunta de Bricker cuando salió del pickup. Anders y Bricker llegaron a la casa en el todo terreno, luego de seguir a la pickup, pero ella había permanecido en silencio durante todo el viaje, mientras su mente repetía el momento en su cabeza, de cuando Armad había dicho que la amaba en frente de todos. Por lo que había olvidado todo lo referente a Agnes y su conversación. -Vamos a dentro para hablar,- dijo Armand en voz baja, rodeando la pickup para llevarla del brazo e impulsarla hacia la casa. Eshe notó la forma en que los hombres asintieron de repente, así que miró con recelo a su alrededor y se dio cuenta de que estaban preocupados del que había controlado a la señora Ramsey y de que mañana podría ser un punto intermedio observándolos. Se permitió ascender a la casa, deslizando su curiosa mirada en repetidas ocasiones hacia Armand a su paso. Él había permanecido en silencio durante el viaje a casa, y seguía así, y ahora ella se preguntaba que había estado pensando. Era difícil saberlo solo por su expresión. Parecía estar en un estado de ánimo solemne por el momento. -¿Debo hacer café?- preguntó Bricker al entrar a la cocina. -¿O tal vez servir un poco de torta de café o algo así? Creo que vi algunas en la nevera luego de su expedición de compras.-No sabía si debían refrigerarse o no,- explicó Armand cuando paso a Eshe a la mesa, luego agregó: -Se ven bien. Quiero algunas.-Yo también,- murmuró Eshe, sentándose en una silla a la mesa. -No para mí,- dijo Anders graciosamente, Bricker resopló diciendo: -Como si no lo pudiera adivinar.Eshe esbozó una sonrisa. La mayoría de los inmortales dejaba de comer alrededor de los ciento cincuenta o doscientos años. Bricker era lo bastante joven por eso comía, pero Anders era mucho mayor y ya no se molestaba en hacerlo. Él se acercó


a las bolsas de sangre como la mayoría de los inmortales sin pareja hacían. Como ella lo había hecho antes de venir aquí y reunirse con Armand. -¿Entonces?- dijo Armand en voz baja mientras se acomodaba en la silla junto a la suya. -¿Has aprendido algo útil?Eshe examinó la situación y no estaba segura de cómo responder, pero finalmente dijo: -He aprendido mucho. Pero creo que nada de eso ayude mucho con el caso.-Dinos,- Dijo Bricker colocando la cafetera en el fregadero para llenarla de agua. Resolveremos después si es útil o no.-Bueno,- dijo lentamente. -No nos dieron la oportunidad de hablar sobre la muerte de Susanna en absoluto, o de cualquiera de las muertes en verdad. Pero ella dijo que Althea fue... er... bueno, tenías razón, ella te fue infiel a ti y Agnes lo sabía.Armand se limitó a asentir, ni sorprendido ni molesto, por lo que Eshe continuó, Eso y el hecho de que Althea no quería tener nada que ver con Agnes y John, y al parecer, se los hizo saber y eso fue la verdadera razón por la que se fueron a Europa.Eso le molestó, y ella se dio cuenta. Él frunció el ceño con desagrado al saber que al haber llevado a Althea a su casa, expulsó a John y a Agnes de su hogar. -¿Qué pasa con Rosamund?- preguntó Bricker, terminando de preparar el café, y sacando platos y tenedores para la torta de café. -¿Dijo algo sobre ella?-Sólo que era agradable, pero curiosa,- recordó Eshe. -Yo no diría que Rosamund era entrometida,- dijo Armand lentamente. -Le gustaba hablar mucho y era curiosa, pero...- Se encogió de hombros. -¿Le preguntaste acerca de Annie?- Anders le preguntó. Eshe frunció el ceño asintiendo con la cabeza. -Sí. Nicholas trajo a Annie tres veces: una vez antes de la boda y dos veces después. Supongo que pasó con ellos el fin de semana la última vez y fue una visita encantadora. Agnes dijo que jugaron y hablaron hasta el amanecer.-


-¿Pero nunca fue Annie por sí misma?- preguntó Bricker, y añadió: -Dudo que no se hayan preguntado sobre la muerte de las esposas de Armand o sobre Nicholas. No tenía idea de lo que estaba queriendo decir.-No, tengo entendido que Agnes sólo la vio en esos tres momentos. Además,agregó con tristeza, girando los ojos entrecerrándolos, -Armand, ¿Por qué diablos nadie le dijo que Annie esta muerta y que Nicholas está prófugo?-¿Qué?- preguntó con sorpresa. Eshe asintió con la cabeza. -Agnes no tiene ni idea. Ella piensa que Nicholas acaba de abandonarla o algo así y esta completamente desconcertada en cuanto a por qué no trae de vuelta Annie y la visita de nuevo cuando ya a pasado bastante tiempo desde la ultima vez que se reunieron.Armand la miró con lo que parecía ser un sincero asombro, luego dijo: -John me dijo que no se lo mencionó a Agnes, porque era un tema molesto para ella. Me dijo que no podía mencionar siquiera a Nicholas o a Annie frente a ella.-Bueno, John, aparentemente no le dijo nada,- dijo ella con gravedad. -Él le dijo que probablemente la explicación era que él estaba ocupado y que por eso no había ido en al menos cincuenta años.Armand maldijo entre dientes y sacudió la cabeza. -Agnes ama a ese niño como a un hijo. Ella entendería porque no la ha visitado si supiera que él esta huyendo, pero dejar que ella piense que es porque no puede ser molestado… - él sacudió otra vez la cabeza. -No sé qué demonios está pensando John.-Probablemente esté con una bolsa de High Times al lado,- dijo Eshe secamente, lo que sorprendió a los tres hombres. -Sospecho que esa es la verdadera razón por la que John no se sentía bien y quería descansar. La nevera no solo esta llena de arriba a bajo con Wino Reds, High Times, y otra variedad de sangre embriagante. Agnes me la enseñó, pero me pidió que no te lo dijera. Ella me dijo que es feliz, que solo esta preocupado, que la necesita para ser feliz. Que trató de intentar que se detuviera, pero él no la escucha.- ella chasqueó la lengua disgustada. -No hay duda de que estará acurrucado con un par de bolsas en estos momentos, aspirando de nuevo y llegando muy alto en el sótano de su aislamiento acústico.Armand se echó hacia atrás con otra maldición, sus manos apretadas en puños gruñendo, -Siempre fue un idiota.-


Eshe no hizo ningún comentario. No sabía qué pensar de John Maunsell. Parecía ser un hombre triste pero bueno, sobre todo cuando ella y Bricker habían hablado con él. Sin embargo, lo que había aprendido esta noche había sido inquietante. -Hubo otra cosa que dijo Agnes que me molestó- anunció Eshe abruptamente. -¿Qué fue?- le preguntó Armand a su vez. -Le dije algo acerca de ella y de encontrar un compañero de vida algún día y tener hijos, pero ella me respondió que estaba muy segura de que nunca iba a suceder. Dijo, y cito, “John nunca lo permitiría.”-¿John nunca se lo permitiría?- repitió Armand incrédulo. -¿Qué diablos significa eso?Eshe se encogió de hombros. -Me sorprendió a mí también, pero no tuve la oportunidad de hablar de eso. Ustedes volvieron antes de que pudiera hacerlo.Todos permanecieron en silencio por un momento, el único sonido que se oía era el zumbido del microondas que Bricker había encendido para calentar la torta de café. Cuando el zumbido se detuvo, sonó un ding, y Armand se movió en su asiento, y dijo cansado, -Entiendo lo que quieres decir con que aprendiste mucho, pero nada sobre el caso.-Esta información pone a John en una luz menos favorable.- Comentó Anders. -Pero eso cambia el hecho de que él no asesinó a Susanna y que tampoco pudo haber matado también a Althea.-Eso supongo,- admitió con el ceño fruncido, y luego sus labios se torcieron con irritación. -Lo que nos deja de nuevo como al principio.-Lo que nos deja de nuevo con María Harcourt,- Eshe lo corrigió. -Annie tuvo que haber hablado con alguien.Armand hizo una mueca, obviamente disgustado con la idea de molestar a la mujer en su viaje de aniversario, pero dijo: -Muy bien. Supongo que tendremos que hablar con ella.Eshe asintió con la cabeza y miró a Bricker. -¿En qué hotel dijo que se están alojando?-


Bricker se puso rígido, de espaldas a ellos mientras cortaba la torta, pero luego se volvió poco a poco, con la consternación en el rostro. -No sabes en que hotel se están alojando,- Eshe adivinando sombría. -Lo voy a averiguar,- Bricker dijo a su vez. Mientras Anders se echaba a reír, y Eshe dejaba caer la cabeza entre sus manos disgustada, él le prometió, -Voy a llamar a todos los hoteles de Montreal hasta que encuentre en el que ellos están… mientras tanto, tengo una torta con tu nombre,- añadió apresurándose a meter un plato con una gran rebanada de torta de café entre sus codos que descansaban sobre la mesa. Eshe abrió los ojos y miró a través de sus dedos la torta que estaba debajo de su nariz. Olía bien. Se veía bien también, reconoció, pero no estaba dispuesta a perdonar a Bricker hasta que Armand deslizó su mano sobre su espalda, y señaló, Es probable que no se encuentren ahí en estos momentos de todos modos. Probablemente estén en alguna obra de teatro, en un baile o algo así. Bricker averiguará en que hotel se hospedan y podremos llamarlos cerca del amanecer, cuando es más probable que estén ahí.Eshe levantó la cabeza y aceptó el tenedor que Bricker le tendió con un suspiro. Cierto. Torta ahora. Llamada más tarde.-Y café,- dijo Bricker, dando vueltas por la prisa de regresar y comenzar a verterlo en tres tazas. -Está bien, entonces,- dijo Anders, poniéndose de pie. -Si ustedes se van a rellenar la cara otra vez, yo voy a ver si el viejo Lassie vuelve a aparecer en la televisión.Bricker lo vio alejarse mientras llevaba una bandeja con café y más torta a la mesa y comentó: -Lo que le falta es el perro de Jo.-¿El perro de Jo?- Armand preguntó vacilante. -Jo es la nueva compañera de vida de Nicholas y tiene un pastor alemán llamado Charlie,- murmuró Eshe. -El perro estaba con ellos cuando fueron los primeros en la persecución.-Nos encontramos con ellos en un punto y logró atrapar a Charlie, pero Jo y Nicholas se escaparon,- Bricker añadió. -Mantuvimos a Charlie en la casa ejecutora con nosotros y él le tomó cariño a Anders, empezó a seguirlo a todas partes, así


que ha estado cuidando de él. Sin embargo, Anders tuvo que dejarlo con su ama de llaves cuando vino aquí.- Bricker se encogió de hombros. -Creo que tiene conectado al chucho y le hace falta.-No puede ser tan malo si le gustan los perros,- comentó Armand. Aceptando una rebanada de torta y un café de Bricker, murmurando un, -Gracias.-¿Te gustan los perros?- Eshe preguntó con curiosidad. -Ah, sí,- dijo Armand sonriendo. -He tenido varios. El último murió hace unos dos años. He estado pensando en conseguir otro, pero...- Se encogió de hombros, y entonces le preguntó -¿Te gustan los perros?-Sí, pero no puedo tenerlos en mi apartamento,- dijo Eshe, con una mueca. -Entonces vamos a tener que vivir en otro lugar,- dijo Armand encogiéndose de hombros. Eshe se quedo inmóvil y lo miró. Era la primera vez que hablaba de un futuro juntos más allá de las dos semanas que originalmente habían programado para quedarse. -¿Qué?- le preguntó, cortando la torta con el tenedor. -¿Pensaste que te permitiría alejarte de mí luego de que esto termine?-Antes de Lucian estabas tratando de echarme,- le señaló. -Estaba siendo sacrificado,- dijo Armand con ironía. -Pero tú ganas. Voy a ser egoísta como el infierno y me aferraré a ti ahora.Eshe sonrió. -Creo que me gusta cuando eres egoísta como el infierno.-Tu como yo, mejor desnuda y egoísta como el infierno,- le aseguró aproximándose hasta estar lo mas cerca para poder darle un beso. Sin embargo, antes de que sus labios pudieran encontrarse, un bocado de torta apareció entre ellos. Eshe y Armand se volvieron a la par para mirar a Bricker. -Comida ahora. Relaciones sexuales como monos locos después,- los amonestó. Tuve bastantes problemas para calentar esto y hacer café. Y no dejaré que esto se desperdicie.-


Eshe se rió de sus palabras y volvió su atención a la torta y al café, pero sus dedos estaban enrollados dentro de sus botas por estar muy consciente de tener a Armand a su lado. Ella no podía dejar de pensar que sería bueno que todo esto terminara y que sólo pudieran estar juntos sin tener que preocuparse sobre el asesinato y salvar a Nicholas. Pero había tiempo para eso, se aseguró ella. Un muy largo tiempo, si tenían suerte. Eshe se despertó con el sonido de los martillazos de alguien en la puerta y los gritos de que se despertara. Volteándose en la cama con un gemido, miró el reloj de la mesita de noche, sus nublados ojos se abrieron con incredulidad al ver que se trataban tan sólo de las nueve de la mañana. -Por el amor de Dios,- murmuró, volviendo la mirada hacia la puerta, luego frunció el ceño y olfateó que algo se cocinaba. Se dio cuenta que no era en la cocina. Algo se quemaba. Fue en ese momento en que Bricker grito: -¡Fuego! ¡Despierta!Antes de que pudiera reaccionar, él se dio por vencido y con un golpe irrumpió en la habitación. Eshe parpadeó al ver a Bricker en tan sólo un par de calzoncillos, luego miró a Armand mientras él se removía a su lado. -¿No me escuchan?- Bricker rugió de frustración. -La casa está en llamas. ¡Levántense!Armand era al parecer mucho más rápido estando despierto y alerta. Mientras ella estaba empezando a mirar alrededor buscando algo para vestirse, él estaba ya en marcha saliendo de la cama. -¿Donde está Anders?- le gritó, tirándole a Eshe su camisa y luego agarrando sus pantalones para ponérselos. Eshe miró a Bricker cuando él dio media vuelta y salió corriendo de la habitación para despertar al otro hombre, luego rápidamente se deslizó la camisa por sus brazos y salió de la cama mientras se ponía en pie. La camisa era corta, llegándole justo por debajo de las nalgas de su trasero, Eshe a continuación fue a tomar sus propios jeans, con la intención de ponérselos, pero Armand rodeó la cama y la tomó de la mano, arrastrándola hacia la puerta antes de que pudiera hacerlo. Eshe apretó sus jeans contra su pecho y salió corriendo de la habitación. Reuniéndose con Anders y Bricker en el pasillo. Al igual que Armand, Anders


había salido en jeans, y ahora se abría camino hacia las escaleras, pero se detuvo abruptamente una vez que llegó ahí. Armand llegó a su lado, tirando de Eshe con él mientras miraba hacia abajo al infierno que era la planta baja. -Cristo,- murmuró, y luego dio media vuelta y comenzó a arrastrarla hacia su habitación. -Bricker, agarra un poco de sangre del armario mientras abro la ventana,- le ordenó, pasando directamente a ella junto a la cama. -¿Sangre?- preguntó Bricker sin comprender, pasándose una mano por el pelo despeinado. -Es en el caso de que uno de nosotros se tuerza o se rompa un tobillo saltando hasta el porche,- Armand le explicó pacientemente mientras levantaba la ventana y se ponía a trabajar con la pantalla. -Las casas no se queman tan rápido. El fuego debe estar definido. Si el culpable todavía anda por ahí, no quiero a nadie lesionado y que no pueda defenderse por menos tiempo del necesario.-Cierto.- Bricker se volvió y corrió hacia el vestidor. Eshe intercambiaba sus pies descalzos sobre el piso de madera. -El suelo está caliente.Armand asintió con la cabeza cuando dejó la pantalla libre, y la arrojó lejos de la casa. Se asomó, pero luego se detuvo y maldijo. -¿Qué pasa?- Eshe preguntó, apretándose a su lado para mirar hacia fuera. Y vio a su vez cuál era el problema. -El porche de atrás está en llamas,- gruñó. -No podemos ir por este camino.Eshe miró el techo del porche quemándose y suspiró, con la certeza de que él estaba en lo cierto. Podría derrumbarse por debajo de ellos y dejarlos en un infierno de llamas. -El porche no es una probabilidad ahora,- murmuró Anders cuando Armand se apartó de la ventana. -Sin embargo, la ventana de mi habitación da al patio lateral. Podría ser nuestra mejor apuesta.-


Armand asintió con la cabeza y marcando la pauta a Eshe, adelantándola hacia la puerta de la habitación. -¿A dónde vamos?- preguntó Bricker. Abrazando con sus manos varias bolsas de sangre sobre el pecho cuando salió del armario, apresurándose a reunirse con ellos en la puerta. -El porche está en llamas. Vamos a tratar de salir por la habitación de Anders,explicó Eshe, tomando un par de bolsas de él para que no las tirara. Asintiendo con la cabeza, Bricker se deslizó fuera de la habitación y abrió el camino por el pasillo a la puerta de Anders. El pasillo estaba lleno ahora de humo, asfixiante, y todos tosieron en el momento en que llegaron. Y el calor comenzaba a ser insoportable. -Esto vamos a hacer,- decidió Armand, luego de abrir la cortina negra, mirando afuera. Él tiró de las cortinas del lado derecho de la barra a un lado de la habitación, empujando luego la ventana, y de un puñetazo más o menos la pantalla esta vez, mandándola a volar al exterior. Al momento en que lo hizo, él la miró y le dijo: -Eshe, ven aquí.Ella avanzó a su vez, todavía con sus jeans y la sangre, pero él la tomó y la instó a salir por la ventana. -Aléjate de la casa si es posible, y rueda por la tierra. Las llamas están consumiendo el exterior de la planta baja y tu camisa podría incendiarse.Eshe asintió con la cabeza y comenzó a subir por la ventana, pero apenas había conseguido pasar una pierna por encima de ella cuando el la agarró del brazo, diciendo: -Tal vez Anders, Bricker, o yo deberíamos ir primero.Recordando porque él había querido la sangre en caso de que el culpable estuviera por ahí, supo exactamente porque de repente quiso que uno de ellos fuera el primero. Ella tronó exasperada. -Soy una agente. Voy a estar bien,- le recordó Eshe. Y a continuación tiró para liberar su brazo, levantándose por segunda vez por la ventana, empujándose con sus manos, para impulsarse a si misma lejos de la casa tanto como pudo. Aterrizó con un gruñido, pero sin torcer o romperse un tobillo, luego cayó y rodó solo para asegurarse de que no se había incendiado. Oyó un ruido a su derecha durante su tercer rodada y supo que uno de los hombres la


seguía. Deteniendo su despliegue, se puso en pie rápidamente para saltar hacia atrás, de forma que pudo ver como Bricker rodaba hacia ella. Eshe miró luego hacia la ventana a tiempo para ver a Anders impulsándose a través de ella. Su mirada se deslizó a Armand, reclamándole con un gesto de sus labios cuando lo vio enmarcado en la ventana, con las bolsas de sangre abrazadas contra su pecho. -Bricker, mantén un ojo a nuestro incendiario,- le ordenó, entonces se acercó a la casa y le tendió la mano. -Lánzalas hacia mí y sal de allí.Armand lanzó la primera bolsa, a su vez las demás le siguieron rápidamente, y Eshe terminó dejando caer algunas al suelo después de atrapar algunas para poder tomar las siguientes. Se sintió aliviada cuando terminó de lanzar la última, hasta que de pronto él desapareció por completo de la ventana. -¿Armand?- gritó con incertidumbre. -¿A dónde diablos se fue?- dijo Anders, moviéndose a su lado. -El fuego estaba consumiendo el suelo antes de saltar. Él tiene que salir de allí.Eshe sacudió la cabeza y observando impotente. No tenía idea de donde había ido el gran idiota, pero si no regresaba y salía al momento siguiente, iría detrás de él, pensó sombríamente, luego suspiró aliviada cuando apareció de nuevo por la ventana y finalmente subió a ella, así que se apartó. -No hay ninguna señal de nuestro incendiario,- dijo Bricker en voz baja, pasando a recoger las bolsas que ella había dejado caer. Eshe se limitó a asentir. No esperaba que el cobarde se quedara. Por todo lo que sabía, alguien había tomado el control y les prendió fuego mientras observaba desde una distancia segura, pensó con disgusto mientas se movía para ayudar a Armand a levantarse, y asegurarse de que estaba bien. Él se puso de pie con facilidad, no se lesionó por el salto, y le dio una sonrisa torcida antes de voltear a ver su casa. Eshe suspiró y se volvió para mirar también, sabía demasiado lo difícil que era para él ver todas sus posesiones personales quemándose. Ella misma había perdido lo poco que tenía ahí, sus pantalones, por ejemplo. Pero Armand estaba perdiendo mucho más, incluyendo los retratos y los álbumes de fotos de su escritorio.


-Lo siento,- le dijo en voz baja, deslizando su mano en la suya. -Es sólo una casa. Podemos construir otra,- murmuró, pero parecía cansado. Ella apretó su mano y dijo: -En realidad, deberíamos de ocultarnos del sol. Tenemos la opción del todo terreno o los bosques. -El todo terreno,- murmuró Armand, luego se alejó caminando con ella de la casa hacia el vehículo. -Tenemos un problema,- anunció Anders, a continuación. -Están cerrados y no tenemos las llaves.-Las tengo en mi mano,- dijo Armand suavemente, abriendo los dedos para que el juego de llaves colgara entre sus dedos pulgar e índice. -Las vi en el armario y las tome antes de salir.Eso explicaba su breve desaparición, se dio cuenta Eshe, y aunque le había dado un susto, se alegró de que él hubiera pensado en tomar las llaves. Ella sospechaba que no estaría cómoda estando sentada en el bosque por no tener puestos los pantalones. Armand le entregó las llaves a Anders que inmediatamente pulsó el botón para abrirlas. Ellos subieron a la camioneta, Eshe y Armand atrás, y Anders y Bricker al frente. -Fue bueno que te despertaras, Bricker,- murmuró Eshe al ver el fuego devorando la casa. -No lo hice,- admitió con gravedad, y cuando ella lo miró con sorpresa, le explicó. Estaba llamando a los hoteles hasta hace una hora. Por cierto, están en el Sofitel,dijo, y luego continuó: -Por supuesto, fue el último hotel al que llamé. Me fui a la cama después, y me encontré con que, no podía dormir. Estaba fuera de la habitación cuando olí el humo.Eshe sonrió con ironía y luego miró a Armand murmurando: -¿Ves lo que te digo acerca de la pecera?-Cuando él la miró de nuevo fijamente, le señaló, -Estaba molesta porque olvidó obtener el nombre del hotel, pero cuando me di cuenta, al final eso nos salvó la vida.Armand asintió con la cabeza, y su mirada se deslizó hacia atrás al fuego.


-¿Que hacemos ahora?- preguntó Bricker. Armand abrió la boca para contestar, luego se detuvo y miró por la ventana cuando el sonido de un camión de bomberos de pronto se oyó a lo lejos. Pero ellos no lo podían ver a través de los arboles, él suspiró dándose la vuelta. -Supongo que deberé esperar aquí a que lleguen,- dijo de mala gana. -Pero ustedes tres se…-No te voy a dejar solo aquí,- Eshe interrumpió con firmeza. -El pirómano podría estar cerca.-Todos nos quedaremos,- decidió Anders. Satisfecha con eso, Eshe se sentó a esperar a que llegaran los bomberos.


Capitulo 17

Eshe levantó una ceja en pregunta cuando Armand dejó a los bomberos reunidos frente a su casa, aún humeante y se dirigió a reunirse con ellos por el todo terreno. Eran después de las cuatro. Habían estado sentados en la camioneta la mayor parte de la tarde, sin poder salir con los camiones de bomberos bloqueando su vehículo. -Ellos dicen que fue incendio,- dijo secamente Armand, mientras se detenía a su lado. -Gran sorpresa,- murmuró Bricker con disgusto. Armand asintió con la cabeza. -No hay nada más que podamos hacer aquí, sin embargo, y ellos dijeron que podíamos irnos.-¿Ir a dónde?- preguntó Anders con ironía. -¿No a ese motel de carretera por la cena? Ninguno de nosotros tiene dinero.-Yo tengo otras granjas,- dijo Armand, acompañando a Eshe hacia su camioneta. Sígueme en el todo terreno.-¿Tienes las llaves de la camioneta?- preguntó Eshe con preocupación mientras él abría la puerta del pasajero para ella. No estaba cerrada, pero para entonces se había dado cuenta de que Armand no parecía preocuparse mucho por cerrar aquí. Observó cómo se detuvo y revisó en el bolsillo de atrás, y sonrió con ironía cuando sacó sus llaves. -Me olvidé de sacarlas ayer por la noche antes de que tiraras la ropa y tuvieras que acompañarme,- bromeó a la ligera. -Ja, ja,- murmuró Eshe, subiendo a la camioneta. Oyó reír a Armand mientras cerraba la puerta, y luego se apuraba hacia su lado. Cuando él entró, ella le preguntó, -¿A dónde vamos?Armand vaciló. -Consideré ver si podíamos quedarnos con Agnes y John, su lugar es más grande, pero van a estar durmiendo y no escucharan el timbre de la puerta, así que iremos a quedarnos con Cedrick hasta que encuentre algo más. No me


gusta empujarlo en esto, pero es mejor que involucrar a uno de mis directores humanos.Eshe asintió con la cabeza. A ella le había gustado Cedrick, y parecía un tipo que podía manejarse. Además, al menos ellos sabrían que no podía ser controlado y hacerlo atacar a uno de ellos. Estuvieron en silencio en el camino, ambos cansados y, sin duda, preocupados por este último ataque. Por lo menos Eshe lo estaba. Le parecía que el culpable estaba desesperado y desesperado significaba más peligroso, pero no habían llegado más cerca de averiguar quién era. Una vez que llegaron a la granja que Cedrick estaba manejando, Armand la hizo esperar y a los chicos en los vehículos para evitar estar de pie bajo el sol mientras él se iba y sacaba a Cedrick de la cama. La puerta debe haber estado abierta, porque mientras que él llamó, también simplemente abrió la puerta y entró. Se había ido unos buenos diez minutos o más, y Eshe supuso que le estaba explicando todo a Cedrick, lo cual parecía justo. Ella no lo hubiera tenido arrastrado a situación desconocida. Era un día caluroso, sin embargo, y de ahogo en la camioneta. Eshe se sintió aliviada cuando Armand apareció en la puerta y les hizo señas para que entraran. -Este lugar me recuerda al de Armand,- Comentó Bricker mientras se encontraban en la parte delantera de los vehículos para dirigirse hacia la casa. -Esto es de Armand,- señaló Anders. -Cedrick sólo lo maneja para él.-Tú sabes lo que quiero decir,- dijo Bricker con irritación. -Esta es una antigua victoriana como la suya y tiene los árboles a su alrededor y todo. Esto tiene corazón.Eshe sabía lo que quería decir. John y Agnes tenían una hermosa casa, pero ella prefería los árboles y las casas de dos plantas. Obviamente Armand, también lo hacía. Armand estaba esperando para darles la bienvenida en la entrada con un Cedrick que se veía preocupado a su lado. Todo el mundo murmuró saludos, y Cedrick los llevó arriba a las habitaciones. Esta casa fue diseñada muy parecida a la de Armand, pero como él había dicho, más pequeña. Sólo había tres habitaciones, el cuarto de Cedrick y dos habitaciones de invitados, lo que significaba que Eshe y


Armand compartirían una, y los chicos tenían la litera para ellos en la otra. Después de mostrarles las habitaciones de huéspedes, Cedrick regresó a ellos e hizo una mueca de disculpa mientras tomaba las ropas con las que habían logrado escapar y el hollín cubriendo sus rostros, así como toda la piel que estaba en exhibición. -Ustedes hombres, pueden pedir prestado monos deportivos o algo de mí,anunció, y luego miró a Eshe, y dijo, -Mi ama de llaves vive aquí. Ella tiene un apartamento sobre el garaje. Es probable que tenga algo que puedas usar, Eshe. Será hasta que puedas comprar algo más. Pero sólo tenemos un cuarto de baño aquí en la propia casa y tendrán que tomar turnos.- Hizo una pausa y miró a su alrededor al grupo de nuevo y luego anunció, -Las damas primero, por supuesto. Ustedes chicos pueden pelearse por quién va el próximo. Sígueme, Eshe, y te enseñaré dónde están las cosas.Cuando Bricker y Anders se quejaron por haber sido dejados con hollín por algún tiempo más, Eshe encontró su primera sonrisa desde el despertar en una casa en llamas y la mostró a ellos dos mientras seguía a Cedrick más allá pasándolos. A veces paga ser la única chica. -Las toallas y paños están en el armario debajo del fregadero,- dijo Cedrick haciendo una pausa al lado de la puerta del baño para que ella pudiera deslizarse más allá de él. -Hay jabón y champú en la bañera, eres bienvenida a usarlos.-Gracias,- murmuró ella, entrando en la habitación decorada en azul pálido. -Veré si mi ama de llaves tiene algo que puede permitirte usar. Voy a ponerlo en el suelo delante de la puerta aquí para que lo encuentres,- terminó, y luego cerró la puerta antes de que pudiera darle las gracias. Suspirando, Eshe se volvió a mirar al cuarto, haciendo una pausa cuando se vio en el espejo. Su cabello estaba de punta como si ella hubiera sido electrificada, había manchas oscuras en su cara, garganta y piernas del fuego, y la camisa blanca que llevaba estaba de hecho torcida, un botón suelto, haciendo que se viera no sólo ridícula, sino aún más subido de tono de lo que hubiera sido si se hubiera hecho correctamente. Básicamente, era un desastre. Riendo en voz baja, ella se volvió del espejo y se trasladó a la bañera para abrir la cortina de la ducha y llegar a los grifos. En cuestión de segundos había una


agradable corriente constante de agua saliendo de la ducha. Eshe estaba quitándose la camisa de Armand, cuando alguien llamó a la puerta. Levantando las cejas, se movió para abrirla y se encontró a Armand en el otro lado, un bulto de ropa en la mano con un par de sandalias en la parte superior. -He traído estas para ti,- explicó, sosteniéndolas. -El ama de llaves es casi de tu talla, lo creas o no, por lo que deberían servir.Eshe sonrió con ironía ante sus palabras mientras tomaba el atado de ropa. Ella era alta para una mujer, y delgada. Era raro encontrar a alguien de su tamaño. -Gracias,- murmuró, volviendo a cruzar hasta el tocador y colocándolas. Ella oyó cerrarse la puerta mientras lo hacía, y asumió que Armand había salido, por lo que se tomó un momento para examinar el botín que le había traído. Un par de viejos pantalones vaqueros raídos, descoloridos y con agujeros en ellos, y una camiseta con el dudoso logotipo de “Salvar un tractor, montar un agricultor” sobre ella. -Lindo,- dijo ella secamente. -¿Qué es eso?- Dijo Armand, y Eshe casi saltó de su piel con la sorpresa. Girando, se encontró con que él había entrado antes de cerrar la puerta y ahora estaba desnudo solo con las manchas de hollín. Ella dejó deslizar su mirada perezosamente sobre toda la piel descubierta y luego arqueó una ceja y le preguntó, -¿Tratando de saltar la línea?-Conservaría el agua si nos duchamos juntos,- señaló con una sonrisa, y cuando sólo lo miró fijamente, añadió, -Yo podría frotarte la espalda.Eshe dejó la camiseta, se quitó su camisa prestada, y pasó por encima del borde de la bañera y debajo de la ducha. Cuando él inmediatamente la siguió, le advirtió, Sólo estás tocando mi espalda. No estoy tan deseosa de enredarme contigo en el fondo de esta bañera con Bricker y Anders golpeando la puerta.-Aguafiestas,- bromeó él, recogiendo el jabón. Armand se comportó y estaba bañado y fuera antes que ella. Eshe tomó un poco más de tiempo, lavando y enjuagando su cabello antes de seguir para encontrarlo ya seco y vestido. Él la besó cuando ella salió de la ducha, y luego se trasladó a la puerta, diciendo, -Voy a ver si hay algo de café.-


Eshe asintió con la cabeza y rápidamente se secó y vistió, sorprendida al encontrar que la ropa le quedaba bien. Los pantalones eran un poco apretados, pero le quedaban bastante bien teniendo en cuenta que eran prestados. Había esperado que Anders y Bricker estuvieran esperando con impaciencia, pero no había nadie en el pasillo cuando ella abrió la puerta del baño. Encogiéndose de hombros, se dirigió hacia las escaleras y encontró a Anders y Bricker allí. -¿Dónde están Armand y Cedrick?- Preguntó mientras se dirigía a la cafetera para servirse una taza. -Cedrick se fue justo después de conseguir algo de ropa para todos nosotros. Tuvo que ir a chequear una de las otras granjas o algo,- dijo Anders con un encogimiento de hombros. Bricker luego añadió, -Y Armand fue a lo de John. Él llamó mientras Armand bajaba y le preguntó si había venido a ayudarle con una nueva vaca que parece estar enferma.-¿Y se fue?- Preguntó ella con el ceño fruncido. Bricker se encogió de hombros. -John y Agnes estaban en Europa cuando murió Althea. Debería ser lo suficientemente seguro. Me ofrecí a ir con él, pero dijo que quería hablar con John acerca de su manera de beber y que sería mejor si estuviera solo.-Bien,- murmuró Eshe, pensando que probablemente era verdad. Tomando nota de la forma en que Bricker repentinamente estaba buscando en el bolsillo, miró con curiosidad mientras él sacaba un juego de llaves y las puso sobre el mostrador junto a Anders. -Las llaves de la camioneta,- explicó, y luego fue hacia la puerta, y dijo, -Voy a darme una ducha.-Ganaste el lanzamiento de moneda para ver quien conseguía la ducha primero, ¿eh?- preguntó Eshe a la ligera, haciéndolo detenerse. -No. El ama de llaves de Cedrick me lleva a la ciudad para hacer algunas compras después, por lo que Anders dijo que podía ir en primer lugar. Voy a recoger ropa y cualquier artículo personal que todos deseen. Puedes venir también, o


simplemente escribir la talla de tu ropa y lo que quieres en esa hoja de papel sobre la mesa y recogeremos lo que podamos.Eshe miró hacia la hoja de papel mientras él seguía fuera de la habitación, teniendo en cuenta los elementos ya mencionados junto a los nombres de Anders y de Armand. Estaba escrito por la misma mano; la de Bricker, supuso ella. Se sentó con su café, tomó la pluma, y garabateó su talla de ropa y un par de cosas, y luego miró a su alrededor preguntándose si había algo para comer. -El ama de llaves, Jean es su nombre, por cierto, dijo que habían algunos bollos bajo esa bandeja cubierta ahí,- le dijo Anders mientras se levantaba. -Ella dijo que había mantequilla en la mesa, supongo que en esa vaca de vidrio.Eshe miró de nuevo a la mesa, con una leve sonrisa cuando vio el plato de la mantequilla en forma de vaca. -Entonces, ¿cuál va a ser nuestro siguiente paso?- preguntó Anders mientras ella encontró un plato en el armario y levantó la tapa de la bandeja sobre la mesa para conseguir un bollo. -Voy a llamar a Mary Harcourt, en Montreal,- dijo Eshe en voz baja, y se volteó del mostrador a tiempo para verlo asentir. Se alegró de que no protestara, pero no lo había esperado de él. Anders no era tan sentimental, y las cosas habían ido lo suficientemente lejos para que la posibilidad de molestar a Mary en su aniversario no pareciera tan importante. Además, abordaría el tema con tanto cuidado como pudiera. Eshe no molestaría intencionalmente a la mujer. Anders se colocó en la mesa frente a ella y le hizo compañía mientras esperaba por la ducha. Eshe había terminado, consiguió un segundo café, y marcó al hotel donde se alojaban los Harcourts en Montreal cuando Bricker vino saltando por las escaleras para anunciar que la ducha estaba libre y agarró el papel de la mesa. Él le dio un guiño y un saludo cuando la vio en el teléfono, luego se volvió y se apresuró a salir de la habitación. Anders siguió, sin dudar, dirigiéndose a la ducha, y Eshe se volvió y miró por la ventana cuando oyó a Bricker hablando con alguien. Ella vio a la alta pelirroja caminando con él hacia una camioneta y esbozó una sonrisa para sí misma, sospechando por la forma en que la joven se estaba riendo de que pronto iba a ser una de sus conquistas, pero su sonrisa se desvaneció cuando el teléfono fue recogido al otro extremo de la línea.


Consiguió que su mente regresara a los negocios, Eshe peguntó por la habitación de los Harcourts y luego esperó, medio esperando no conseguir ninguna respuesta o que estaría puesta en comunicación con un sistema de correo de voz. Eran después de las cinco, pero aún temprano para su especie, y ellos probablemente estaban durmiendo, lo que significaba que probablemente hubieran pedido que sus llamadas sean redirigidas. Fue una sorpresa cuando el teléfono fue levantado al segundo timbre por una mujer. -¿Mary Harcourt?- Preguntó ella vacilante. -Sí. ¿Quién es?- Dijo la mujer, alegremente. -Es Eshe D’Aureus. Soy…-Tú eres la compañera de vida de Armand.- La mujer se rió cuando ella dudó sobre cómo presentarse a sí misma. -Te pasé en el camino de salida la noche que viniste a hablar con William. Él me contó todo acerca de esto. ¿El amigo Justin te dijo que los he invitado a todos a cenar el domingo?-Sí, gracias,- murmuró Eshe, empezando a sentirse mal por tener que hacer esta llamada. Pero sabiendo que era necesaria, ella abrió la boca para hacer la primera pregunta y luego la cambió, -¿Está William allí?-Sí, pero me temo que está en la ducha. Tenemos una reserva temprano para una cena. Vamos a una obra después. ¿Es importante?-En realidad, no, está bien. No lo molestes,- dijo rápidamente. Sólo había preguntado para asegurarse de que la mujer estaba sola y hablaría libremente con ella. -Mary, realmente quería preguntarte un par de cosas.-Ya veo.- Algo de la alegría dejó su voz, reemplazada por la incertidumbre. Eshe vaciló, debatiendo qué preguntar primero, pero finalmente decidió tratar de permanecer lejos de preguntarle acerca de la noche en que Althea murió si ella podía. Con la esperanza de que hablar de Annie sería menos molesto, le preguntó ¿Tú conociste a Annie?-¿La Annie de Nicholas?- Preguntó Mary, sonando dudosa. -Sí. Somos conscientes de que ella estaba haciendo preguntas acerca de las esposas de Armand antes de morir, y me pregunté ¿si ella se te acercó?- Hubo una larga


pausa, tiempo suficiente para que Eshe estuviera segura de que la respuesta era afirmativa y la mujer se estaba debatiendo si decirle la verdad, así que ella murmuró, -Es importante.Un largo suspiro se deslizó a lo largo de la línea telefónica. -Sí, yo la conocí. Fue realmente accidental. Yo estaba adquiriendo algo de Armand para mi William y ella estaba ahí llamando a la puerta. Se presentó cuando me acerqué a la entrada y explicó que estaba buscando encontrarse con su nuevo suegro, y yo le dije que él probablemente estaba de regreso en el establo o en el campo.Eshe frunció el ceño ante esta noticia. Armand había dicho que nunca la había conocido. -¿Ella fue a buscarlo?-No,- murmuró Mary, y luego vaciló antes de admitir, -Estábamos hablando y luego de repente corrió hacia su coche, entró, y arrancó.Eshe se enderezó, los pelos de la nuca erizándose. Ella sólo sabía que esta era la pieza del rompecabezas que haría que todo lo demás tuviera sentido. -¿Que le dijiste justo antes de que se fuera corriendo, Mary?-Yo... yo no recuerdo,- murmuró. -Es importante, Mary,- dijo ella con firmeza. Cuando un obstinado silencio reinó desde el otro extremo de la línea, Eshe chasqueó la lengua con irritación y sacó la artillería pesada. -Yo soy un ejecutor del Consejo, Mary. Estoy aquí por asuntos del Consejo, y lo que sea que le dijiste a Annie es pertinente a eso.-No veo cómo,- dijo Mary, sonando más molesta que impresionada, pero luego de un largo suspiro que sonó en el teléfono, dijo, -Annie estaba haciendo un montón de preguntas sobre Althea y las otras esposas de Armand. Pero al final, la conversación regresó a Althea y cómo a ella realmente no le gustaban Agnes y John. Althea pensaba que eran un par de sanguijuelas aprovechándose de la buena naturaleza de Armand, cuando su hermana murió. Ella pensaba que deberían haberse mudado en los primeros siglos, y su primera orden del día después de que se casaron fue convencer a Agnes y John de mudarse. Lo consiguió y se fueron a Europa, pero ella siempre tenía miedo de que volvieran, y aparecieran como un par de malas monedas de a centavo. Althea estaba volviéndose obsesionada con la idea, hasta el punto de que la noche nos fuimos a Toronto, en realidad creyó ver a Agnes y estaba segura de que ellos habían regresado e iban a echar a perder todo lo que había logrado.-


-¿Althea vio a Agnes?- preguntó Eshe con brusquedad. -No, por supuesto que ella no lo hizo,- dijo Mary con firmeza. -Agnes y John estaban en Europa. Todo el mundo lo sabía. Estoy segura de que sólo lo imaginó o vio a alguien que se le parecía, pero eso consiguió alterar a Althea suficiente como para que ella dijera que no podía dormir y que iba a dar un paseo antes de acostarse.-¿Por qué William no me dijo acerca de esto?- preguntó Eshe con el ceño fruncido. -Oh, William no sabe. Althea no dijo nada hasta que fui a recoger a Thomas de su habitación. Thomas prefirió darse su baño, así que después de que nos registramos, lo llevó a su habitación, para bañarse, mientras que William y yo nos instalamos en nuestras habitaciones, y luego me fui a recogerlo. Cuando llegué, Thomas estaba sentado en una bañera de agua fría, mientras Althea paseaba por la habitación como un tigre enjaulado y no dejaba de mirar a la ventana delirando acerca de haber visto a Agnes mientras paseábamos. Traté de decirle que estaba equivocada y le recordé que Agnes y John estaban en Europa, pero ella no escuchaba. Nunca lo hacía una vez que se le metía algo en su cabeza,- añadió Mary con exasperación, y esto hizo a Eshe pensar en lo de ser positiva con lo de Althea y que Armand era su compañero de vida, porque ella no podía leerlo, y no le creyó a nadie cuando ellos trataron de decirle que no podía leerlo porque él era mayor que ella. Parecía obvio que su madre había pensado en este otro caso similar de Althea creyendo lo que ella quería. -Althea era un poco mal humorada,- admitió Mary de mala gana, y luego se apresuró a añadir, -Siempre era mejor seguirle la corriente cuando se ponía así, entonces la dejé tener una buena discusión de todo esto, y luego, accedió con algún alivio que ella debería ir a dar un paseo antes de acostarse. Luego me llevé a Thomas a nuestra habitación... Por supuesto me he arrepentido de eso desde entonces. William no sabía esto, pero sé que Althea a veces bebía de mortales borrachos. Decía que era sólo cuando tenía problemas para dormir, pero...- Hubo un suspiro triste. -Desde el fuego, he sospechado que lo hizo aquella noche también y luego volvió a su habitación y golpeó la linterna mientras se desmayaba en su cama.-Gracias, Mary,- dijo Eshe suavemente cuando se quedó en silencio. -Has ayudado mucho.-


-¿Cómo?- preguntó Mary casi lastimeramente. -¿Por qué estaba Annie tan entusiasmada con esto? ¿Y que estás investigando?Eshe dudó, pero luego negó con la cabeza y dijo, -¿Qué tal si te digo eso en la cena del domingo? Podría tener más noticias para ti, entonces.-Muy bien,- Mary aceptó de mala gana. -Ten un hermoso aniversario,- dijo Eshe con sinceridad, y colgó el teléfono para comenzar de inmediato a pasearse por la pequeña cocina de Cedrick. Mientras que Mary estaba segura de que Althea había imaginado ver a Agnes, Eshe no aceptó de inmediato la misma opinión. Si ella había visto a Agnes, entonces significaba que Agnes y John habían regresado de Europa antes de lo que todos creían, o que nunca se habían ido... lo cual eliminaba su coartada y significaba que habían estado alrededor para todas las muertes. Habían estado en el castillo cuando Susanna murió, así como en Toronto la noche que murió Althea, y nunca había habido ninguna duda de que vivían en la zona cuando Rosamund y Annie murieron. Y sin duda estaban aquí ahora, siendo capaces de haber causado el incendio en el cobertizo, y luego quemando la casa. Era ese negocio de estar-enEuropa lo que los había sacado de la lista de sospechosos, pero si Althea realmente los había visto, entonces eso los puso de vuelta en ella. En realidad, los hacía los únicos sospechosos, reconoció ella, y luego dejó de caminar cuando se dio cuenta de que Armand estaba actualmente por ahí fuera solo en lo de John y Agnes. Eshe se volvió lentamente y ojeó por la ventana, mirando el sol poniente. No era de noche todavía. De lo que ella sabía acerca del par que ellos nunca se fueron y sobre esto del principio y que deberían haber estado escondidos en su sótano insonorizado. Ella había asumido que John tenía un gerente de día como Armand lo tenía, y sin embargo él estaba hoy y Armand estaba allí para ayudar con una vaca enferma. Ella no había visto ninguna vaca en la granja Maunsell. Maldiciendo, Eshe cogió las llaves de la camioneta que Bricker había puesto sobre el mostrador y salió corriendo de la casa. -Me sorprende que estés comenzando en la ganadería,- comentó Armand mientras salía de la camioneta y se dirigió a encontrarse con John en la parte delantera de la suya. Su mirada se deslizó sobre la granja a la que John lo había llevado. Era una gran distancia desde la granja en donde John y Agnes actualmente vivían, y habría sido menos lo que Armand tenía que manejar si John sólo le decía para reunirse


con él allí, y darle la dirección. En cambio, John había esperado por Armand en la granja principal y luego se lo llevó en su camioneta. Armand frunció los labios mientras miraba el edificio, otra hacienda moderna, con edificios anexos. Había varios graneros, y se preguntó cuál mantenía a la vaca enferma. -Yo pensé que era hora de diversificar,- murmuró John, en dirección a la casa en lugar de los graneros. -Yo sólo quiero comprobar algo antes de ir a ver a la vaca. Ven a echar un vistazo.Armand asintió con la cabeza y lo siguió hasta la casa, esperando mientras John abría la puerta y luego le precedió en el interior cuando John le hizo un gesto. -Necesito comprobar el tamaño y tipo de los interruptores de aquí. Algunas de las luces no funcionan. Creo que los interruptores están quemados y necesito saber qué tipo tengo que comprar,- murmuró John, siguiéndolo por el pasillo mientras Armand caminaba mirando las habitaciones vacías. -La puerta del sótano es la siguiente a la derecha.Armand abrió la puerta y accionó el interruptor, aliviado cuando una luz encendió. No le apetecía intentar navegar por un conjunto desconocido de escaleras y un sótano en total oscuridad. Los inmortales tenían una excelente visión nocturna, pero necesitaban al menos un poco de luz para trabajar y el sótano había parecido un gran agujero negro cuando había abierto la puerta. -¿Vas a conseguir algunos otros animales?- preguntó Armand mientras comenzaba a bajar las escaleras. -No, sólo la vaca, por ahora,- respondió John. -Estoy trabajando en esto poco a poco.Armand asintió con la cabeza, y luego suspiró y trajo a colación el tema que él sentía debería enfocar más, mientras estaba aquí. Mientras bajaba el último escalón, él dijo, -John, Agnes le mostró a Eshe tu colección de sangre, cuando estuvimos la otra noche. Creo que deberíamos hablar de eso.Hubo un suspiro pesado detrás de él y Armand comenzó a girar para enfrentarlo, y luego lanzó un gruñido de sorpresa mientras algo golpeaba su cabeza. Él sintió que caía y se estiró instintivamente para amortiguar su caída, llegando a caer sobre


sus manos y rodillas, pero luego dio un peque帽o gemido y se desplom贸 en la esperada oscuridad mientras era golpeado de nuevo.


Capitulo 18

Era noche cerrada para el momento en que Eshe llegó a la casa Maunsell. Como de costumbre, las luces estaban todas apagadas, y el corazón de Eshe se hundió ante la vista. No estaba segura de qué más hacer, condujo hacia la entrada de todos modos, alegrándose de haberlo hecho cuando vio a Agnes abriendo la puerta del lado del conductor del pequeño coche amarillo aparcado junto a la casa. La mujer hizo una pausa y miró hacia la camioneta con curiosidad, sin poder ver quién estaba conduciendo a través de los vidrios polarizados. Eshe estacionó y se deslizó fuera para moverse alrededor del todo terreno hacia Agnes, arreglándose para presentar una débil sonrisa en respuesta a la amplia que adornaba la cara de Agnes cuando la reconoció. -Eshe,- Agnes la recibió con alegría, saliendo a su encuentro y abrazándola. -Qué agradable sorpresa. ¿Cómo estás?-Muy bien,- murmuró ella, automáticamente abrazando a la mujer más pequeña de vuelta mientras miraba a su alrededor. No había ninguna señal de la furgoneta o de la camioneta de Armand y todas las puertas del granero estaban cerradas. Forzando una sonrisa, mientras Agnes daba un paso atrás de ella preguntó, -¿Dónde están John y Armand?Las cejas de Agnes se levantaron con sorpresa. -Me imagino que John está visitando una de las otras granjas, pero no tengo idea de dónde está Armand. ¿Él iba a venir aquí?-Sí, John llamó y le pidió que le echará un vistazo a una nueva vaca lechera que él acaba de adquirir. Él pensó que ella estaba enferma.Agnes frunció el ceño. -No tenemos vacas. Johnny dice que son estúpidas e inútiles. Nosotros sólo practicamos la agricultura.-Él dijo que acababa de conseguirla. Tal vez sea en una de las otras granjas,- sugirió Eshe, pero su corazón se hundió otra vez mientras Agnes negó con la cabeza. -Armand debe haber entendido mal. Las fincas son de propiedad conjunta. Los dos tenemos que firmar los cheques para las compras y, definitivamente, no hemos comprado una vaca.-


Eshe cerró los ojos, sabiendo que ella había estado en lo cierto... lo que significa que Armand estaba en problemas. Se obligó a respirar lentamente, trató de calmarse y pensar. Después de un momento, dijo, -Agnes, necesito saber si Johnny tiene algún lugar donde va solo a veces. Algún lugar que nadie más sabría encontrarlo.Agnes inclinó la cabeza y preguntó en voz baja, -¿Que sucede, Eshe?Ella la miró a los ojos y luego le preguntó abruptamente, -¿Estaban ustedes en Europa cuando Althea murió o aquí en Canadá?-Fuimos a Europa después de que Althea y Armand se casaron,- dijo Agnes evasivamente. -Te dije eso.-Sí, ¿pero estaban todavía allí en el momento del incendio en el hotel?- preguntó Eshe insistentemente. Agnes frunció el ceño. -¿Por qué me estás preguntando esto?-Ustedes estaban aquí, ¿no?- dijo Eshe, segura de que era cierto, y entonces maldijo, alejándose unos pasos antes de darle la espalda. -John llamó y le dijo a Armand que tenía una vaca enferma y que necesitaba ayuda. Si no hay una vaca, entonces lo atrajo por otra razón, y creo que esa razón es que así lo puede matar.Agnes parecía desconcertada por las palabras y empezó a sacudir la cabeza a la vez. -John no lastimaría a Armand. Él nos dio un hogar durante siglos a pesar de que Susanna estaba muerta. Nos trató como familia. Él es la familia.- Ella negó con la cabeza firmemente. -Él nunca lastimaría a Armand.-Bueno, alguien ha tratado de matarnos tres veces. Nos encerraron a ambos a Armand y a mí en el cobertizo y le prendieron fuego y luego controlaron al ama de llaves y la hicieron atacarme, y ayer por la noche la casa se prendió fuego mientras dormíamos. Alguien está tratando de matarnos y creo que es John.-¿Por qué Johnny…?-Porque estábamos investigando todos los accidentes y las muertes que han ocurrido en torno a Armand, a partir de la muerte de Susanna,- la interrumpió ella, sabiendo que era urgente que se moviera con rapidez. -Oh, querida,- suspiró Agnes, y luego le preguntó casi lastimera, -¿Por qué harías eso?-


-Para salvar a Nicholas,- respondió ella a la vez. -¿Nicholas?- Agnes se puso pálida. -¿Qué le sucedió a Nicholas?Eshe se movió con impaciencia, ella realmente no tenían tiempo para esto. -Tengo que encontrar a Armand, Agnes. Por favor, piensa, ¿hay algún lugar…?-Dime lo que pasó con Nicholas primero,- le espetó, mostrando un carácter inesperado. Eshe se detuvo, pero luego dijo, -Annie fue asesinada hace cincuenta años y Nicholas fue acusado del asesinato de un mortal. Él ha estado huyendo desde entonces. Es por eso que ellos no han vuelto a visitarte.-¿Annie asesinada?- Murmuró ella con desaliento. -Pero ¿por qué?-Porque ella estaba investigando las muertes de las esposas de Armand.-¿Por qué ella haría eso?- lloró con tristeza Agnes. Eshe se encogió de hombros. -Supongo que tenía la esperanza de averiguar qué había sucedido esperando conseguir que Armand regresara a la familia por el amor de Nicholas. Ella lo amaba.-Por supuesto que lo hizo... pobre Nicholas, él amaba tiernamente a la pequeña Annie,- dijo con un suspiro y luego preguntó, -¿Y dices que Nicholas fue acusado de asesinato?Eshe asintió con la cabeza. -Pensamos que era para evitar que revisara lo que Annie estaba investigando. Él habría sido ejecutado si hubiera sido capturado,señaló ella. -En cambio, huyó, y ha sido fugitivo durante cincuenta años. Es por eso que nunca te volvió a visitar y tú nunca pudiste localizarlo.- Ella le permitió un minuto para asimilar eso, y luego agregó, -Fui enviada a ver si podía descubrir lo que había sucedido... Si no puedo, ellos ejecutarán a Nicholas,- añadió sombríamente a pesar de que ella no creía que eso fuera ya más verdad. Después de todo lo que ellos habían aprendido y todo lo que había pasado aquí, realmente no creía que Lucian ejecutaría a Nicholas por un asesinato que estaban casi seguros de que no había cometido, pero quería motivar a Agnes. -El pobre muchacho,- gimió Agnes, y luego murmuró, -Oh, Johnny, ¿qué has hecho?-


-Él ha asesinado a cuatro mujeres inmortales, a una mujer mortal, complicó al sobrino, que es como un hijo para ti, y trató de matar a Armand y a mí en varias ocasiones,- soltó Eshe con impaciencia. -Ahora tiene a Armand en alguna parte, y si no lo encontramos, muy bien podría matarlo también. Entonces, ¿dónde podría llevarlo, Agnes? Por favor, piensa.Agnes pareció desgarrada por un momento, y luego suspiró y se volvió para regresar a su coche. -Entra,- le ordenó mientras ella se sentó al volante. Eshe no dudó, pero se apuró alrededor del coche hasta el lado del pasajero y se deslizó dentro. A juzgar por la sorpresa en el rostro de Agnes, la mujer no había esperado en realidad que obedeciera su orden, pero Eshe habría entrado al infierno para sacar a Armand. Ella amaba al hombre, él era su compañero de vida, e iría a donde la mujer dijera si la llevaba a él. -¿Tienes alguna idea de dónde podrían estar?- Le preguntó ella. -Sí,- dijo Agnes en voz baja cuando arrancó el coche y lo envió rápido por el camino. -No hemos comprado una vaca, pero compramos una nueva granja hace un par de meses. Sólo tomamos posesión la semana pasada. Johnny ha estado entrevistando administradores para esta, pero no ha contratado a nadie todavía. Es el lugar perfecto. Nadie estaría allí.Eshe asintió con la cabeza. Eso sonaba como un lugar probable para matar a alguien. -¿Por qué Armand nunca me dijo acerca de Nicholas y Annie?- Preguntó Agnes, la ira en su voz. -Él pensaba que lo sabías,- le dijo Eshe. -John dijo que no traía a colación el tema alrededor tuyo porque te molesta. Armand sólo se enteró de que tú no sabías cuando le dije después de nuestra visita la otra noche.- Hizo una pausa y luego admitió, -Yo quería decirte, pero pensé que debía hablar con Armand primero. No sabía si había una buena razón que no hubieras sido informada.-Oh, había una buena razón,- dijo Agnes sombríamente. -Johnny sabía que nunca se lo perdonaría si me hubiera enterado de Annie y Nicholas.- Apretó su boca, y agregó, -Rosamund era una cosa. Ella era entrometida y no era una compañera de


vida para Armand de todos modos, pero Annie era la compañera de vida de Nicholas. Ella era familia y una chica tan dulce. Y Nicholas...- Ella sacudió la cabeza tristemente. -Él nunca debió haber herido a Nicholas.-¿Tú sabías que él mató a Rosamund?- preguntó Eshe con cuidado. -Sí. Me dijo, por supuesto. Me dio algo para sostener sobre mi cabeza. “Yo maté a Rosamund por ti, bla, bla, bla, bla,”- dijo con disgusto, y luego echó una mirada seca a Eshe. -No sabes cuántas veces me ha golpeado en la cabeza con eso. Lo usa cada vez que tenemos una pelea. Le pido que haga algo por mí que no quiere hacer, y es, “¿No he hecho bastante ya? Yo maté a Rosamund por ti.” Trato de hacer que deje de beber, y él me echa la culpa a mí y que está tratando de olvidar que mató a Rosamund por mí.-¿Por qué mataría a Rosamund por ti?- preguntó Eshe lentamente, temerosa de que ella ya supiera la respuesta. Agnes sacudió la cabeza y dejó escapar un largo suspiro, luego la miró con pesar. Por favor, no pienses mal de mí por esto, pero John mató a Rosamund porque al parecer estaba husmeando sobre las muertes de Susanna y Althea y él tenía miedo de que ella se diera cuenta de que yo las había matado.Armand abrió los ojos lentamente, al principio sólo consciente de la agonía en su cabeza y los calambres en su cuerpo. Había sufrido una lesión grave en la cabeza y sus nanos habían utilizado una gran cantidad de sangre para reparar el daño que ellos podían, pero, obviamente, necesitaban más sangre para que pudieran terminar el trabajo correctamente o la cabeza no le dolería. El calambre era un indicio de que necesitaba esa sangre para algo más que la reparación de su cabeza. Él llegó a esa conclusión y luego se dio cuenta de otras cosas. Que estaba en una habitación muy iluminada con piso de cemento. Que estaba sentado en una especie de cajón, y que tenía las manos atadas a la espalda, lo que no sería un problema si tuviera fuerza normal. Armand podría haber roto las cuerdas con sólo una rápida sacudida, apartándolas de sus muñecas entonces, pero definitivamente no estaba con la fuerza normal. Levantó la cabeza para mirar alrededor exactamente donde estaba y se detuvo cuando vio al hombre descansando en su propia caja a través de la estrecha habitación donde estaba él.


-Johnny.- El nombre fue un suspiro de decepción en sus labios. -He estado esperando aquí durante bastante tiempo hasta que despertaras,- dijo John en voz baja. Armand lo miró en silencio. John se sentó con las piernas estiradas y cruzadas por los tobillos, el torso inclinado hacia atrás contra la pared con los brazos cruzados sobre el pecho. Su actitud le sugirió que en verdad había estado esperando un rato, pero él descruzó sus brazos y se agachó para recoger una botella de agua, y luego se levantó y desenroscó la tapa mientras la acercaba a él. Armand bebió cuando presionó la botella en sus labios. Estaba caliente, pero estaba húmeda y alivió la sequedad en su boca. Lo que Armand realmente necesitaba era sangre, pero estaba bastante seguro en ese momento que Johnny no llevaría eso con él. -¿Por qué esperar?- Preguntó él cuando Johnny alejó la botella. -¿Por qué no solo me matas ahora mismo?Encogiéndose de hombros, John dejó la botella al lado de él y regresó a su cajón. Quería disculparme y explicarte antes de matarte. Así tú entenderías.-Bien.- dijo Armand amargamente, y arqueó una ceja. -¿Entonces, supongo que mataste a Susanna, Althea, Rosamund, y Annie, así como implicaste a Nicholas por ese asesinato de un mortal?-No.Armand parpadeó sorprendido. -¿No?-Yo sólo maté a Rosamund y Annie, y comprometí a Nicholas,- explicó. Armand consideró eso y luego preguntó, -¿Por qué?Johnny suspiró e hizo una mueca. -Para proteger a Agnes.-¿De qué…?- Sus ojos se abrieron con la comprensión. -¿Ella mató a Susanna y Althea?Él asintió con solemnidad.


Armand lo miró fijamente durante un minuto, encontrando eso difícil de creer, y luego dijo, -Yo sé que a ella no le gustaba Althea, pero ¿por qué mataría a Susanna? Susanna era su señor.-Básicamente, es por eso,- dijo Johnny con ironía y luego se frotó la parte posterior de su cuello y le dijo, -En realidad todo fue mi culpa.Armand se hundió en su asiento mientras Johnny le decía lo que había pasado todos esos años. -Susanna era tu señor, Agnes. Era tu hermana, te amaba. ¿Por qué la matarías?Agnes dejó escapar un profundo suspiro y meneó la cabeza antes de admitir, -Yo estaba bastante jodida en ese entonces.Eshe se hundió en su asiento con incredulidad. -¿Esa es tu respuesta? ¿Que estabas muy jodida?-Bueno, es la verdad,- dijo sin poder hacer nada, y luego sacudió la cabeza y dijo, Tú tienes que entender, yo era una monja, Eshe. Una novia de Dios. Yo era muy religiosa.Eshe recordó a Cedrick diciendo que la novia de Johnny había sido muy religiosa y la había hecho incapaz de aceptar en lo que Johnny se había convertido. Ella había pensado en él como un demonio engendrado y habría corrido a decirle a su padre y tenerlo a él apareciendo con un ejército de soldados sosteniendo estacas y antorchas. Ella supuso que siendo una monja, Agnes habría sido incluso mucho más religiosa que la prometida de Johnny, y eso podría haber hecho difícil que aceptara en lo que se había convertido. Pero entonces, ¿por qué había permitido a Susanna convertirla? -No se lo permití,- dijo Agnes sombríamente, obviamente, leyendo sus pensamientos. -Yo estaba feliz en el convento, había nacido para ello. A nadie le importó que mi cara estuviera salpicada de marcas de una enfermedad de la infancia, a nadie le importaba que yo fuera un poco torpe. Ellos me aceptaron tal como era. Florecí como una monja.-Y luego te enfermaste,- dijo Eshe en voz baja. Agnes asintió con la cabeza, y admitió con ironía, -Me sentía muy mal todos los días, cada vez peor. Pero eso estaba bien también. Iba a estar con mi Dios. Y las


hermanas todas lloraban por mí y oraban junto a mi cama para que me pusiera mejor, y todo el mundo se angustió y trataron de animarme, y me dieron los más selectos trozos de carne para tratar de construir mi fuerza.- Dejó salir su aliento en un pequeño suspiro. -Pero entonces llegó Susanna, hermosa con su gran sonrisa y encanto natural y su romance de cuento de hadas con Armand. Todos se desvivieron por ella entonces. Le susurraban en las esquinas, diciéndole lo mal que yo estaba. Y luego los envió a todos a salir y se me acercó y empezó a contarme la historia más fantástica. Armand era un inmortal. La había hecho uno y ella podía hacerme uno también y salvarme.La boca de Agnes se torció con amargura. -Yo no le creí al principio, pero luego me mostró sus colmillos y yo estaba aterrada. Le dije que no, que me dejara ser, que iba a estar con mi Dios, pero Susanna siempre hacía lo que quería y sólo se adelantó y lo hizo de todos modos,- dijo con irritación. -Ella rasgó su propio brazo con sus colmillos y lo presionó a mi boca, y cuando me negué a tragar, ella mantuvo mi nariz cerrada, así que no tuve otra opción.-Lo siento, Agnes,- dijo Eshe en voz baja, y hablaba en serio. -Susanna no debería haber hecho eso. Se supone que nunca cambiamos a quien no lo desea.Agnes no reconoció escucharla, sino que simplemente continuó. -Y luego empezó el dolor. Era como si hubiese sido quemada y devorada viva al mismo tiempo. Y las pesadillas...- Ella incluso se estremecía ahora ante los recuerdos. -Pensé que había muerto y había ido al infierno.Eshe miró a lo lejos por la ventana y maldijo en silencio a Susanna. No había habido drogas en ese entonces para facilitar el cambio, e infligirlo en una persona que no quería era cruel. -Y entonces desperté para encontrar mis dientes hundidos en el cuello de la abadesa,- Agnes continuó en voz baja. -Y Susanna estaba allí arrullando suaves palabras y pasando los dedos por mi pelo mientras yo drenaba la vida de la pobre mujer.-¿Dejó que te alimentaras de la abadesa hasta la muerte?- preguntó Eshe con horror. Siempre había sido mal visto que se alimentaran de cualquier tipo de figura religiosa, pero alimentarse de cualquier mortal, hasta que muriera no era permitido en ningún lugar ni ningún momento.


-No,- dijo Agnes en un suspiro. -Pero yo no lo sabía en ese momento. Cuando la abadesa empezó a aflojar, la solté y Susanna trajo a otra monja para que me alimentara y luego a otra. Yo no quería morderlas, pero me estaba doliendo mucho, no me pude resistir... Pensé que los maté a todos hasta que nos fuimos y Susanna me aseguró que no lo había hecho.- Ella apretó los dientes juntos y añadió, -Nunca la perdoné por hacer que me alimentara de ellos. Eran monjas, mis hermanas, novias vírgenes bendecidas de Dios.Eshe suspiró. De lo que ella podía ver, mientras el corazón de Susanna había estado en el lugar correcto y sólo había querido salvar a su hermana, ella lo había hecho absolutamente todo de la forma equivocada. -La siguiente vez que abrí mis ojos fue como despertar de una pesadilla a un sueño perfecto,- dijo Agnes en voz baja, gran parte de la ira había desaparecido de su voz. -¿Cómo es eso?- preguntó Eshe con curiosidad. -Me sentí de maravilla,- dijo simplemente, y luego agregó, -Me sentía fuerte y saludable de nuevo, y mi piel era perfecta. Las pústulas que siempre me habían marcado se habían ido. Mi cabello brillaba en el espejo de mano que Susanna sostenía ante mí,- Ella sonrió un poco ante el recuerdo y admitió, -Ni siquiera protesté cuando Susanna dijo que tendría que abandonar el convento. Ella me dio uno de sus vestidos para ponerme. Era un poco grande, pero la cosa más hermosa que jamás había usado y me sentí linda con él. Salimos en el momento en que el sol se había puesto.-El mes siguiente fue maravilloso. Armand me dio la bienvenida y me aseguró que siempre sería bienvenida en su casa, y Susanna tiró pelotas e invitó a cualquiera lo suficientemente cerca como para venir. Ella me enseñó a cazar y alimentarme y...Agnes dio un pequeño suspiro. -Perdí algo de la luz del sol, pero la noche era nuestra, y yo ya no tenía nunca miedo de ir a ninguna parte sin un hombre que me protegiera. Me sentí libre.-¿Que cambió eso?- preguntó Eshe en voz baja. -Johnny vino,- dijo, su sonrisa desvaneciéndose. -La familia había oído que yo había dejado el convento y Padre envió a Johnny para averiguar por qué. Armand lo manejó todo. Ahora me doy cuenta que él controló su mente y lo calmó, y fue una agradable visita hasta la noche en que cayó de su caballo.-


-Cedrick dijo que convertiste a Johnny para salvarlo.-Sí,- admitió. -Yo no estaba segura de que debería. Estaba inconsciente y no podía preguntarle si él lo deseaba, pero Susanna se mantuvo molestándome para que yo lo hiciera, para salvarlo como ella me había salvado. Y Johnny siempre había sido mi favorito. Al final, lo hice... y todo cambió,- añadió con amargura. -Oh, estaba todo bien al principio. Estaba contento de estar vivo y bien cuando se despertó, y nosotros tres pasamos la noche y se rió mucho mientras estuvo allí. Pero luego fue a ver a su Elizabeth. Él tenía que tener a su Elizabeth.-¿Su prometida?- preguntó Eshe. Cedrick nunca había mencionado el nombre de la mujer. Cuando Agnes asintió con la cabeza, ella murmuró, -Cedrick dijo que no lo tomó bien.-No, no lo hizo,- estuvo de acuerdo Agnes. -Ella lo rechazó y dijo algunas cosas terribles. Johnny estaba devastado. Estaba triste y malhumorado con todos, pero sobre todo conmigo. Y él siguió su camino hasta el pueblo y bebió litros de cerveza tratando de embriagarse hasta el olvido. Armand le había dicho que eso ya no funcionaría más, pero él trató... y trato... y trató,- agregó con ironía y sacudió la cabeza. -Yo sabía que él me culpaba por convertirlo, pero él nunca dijo cuánto y traté de ser paciente y simplemente esperar, deseando que pasara. Pero pasaban los meses y no mejoró. Me sentía como si siempre estuviera caminando sobre cáscaras de huevo a la espera de su próximo estallido de ira. Armand trató de levantarle el ánimo, pero nada funcionó. Empecé a lamentar haberlo convertido, y deseando que solo lo hubiera dejado morir. Y luego empecé a desear que Susanna me hubiera dejado morir. Entonces él nunca habría venido, nunca se habría roto el cuello... Yo habría estado con Dios, y él con su Elizabeth.Eshe podía oír la desesperación y la depresión en su voz y supo que debe haber sido cien veces peor en ese momento. -Y entonces, Susanna tuvo al pequeño Nicholas,- dijo Agnes, animándose un poco. -Todo el mundo estaba contento. Johnny incluso dejó de ir hasta el pueblo para beber, y sonrió una o dos veces. Nicholas era un bebé hermoso. Armand se marchó a la corte y nosotros tres nos desvivíamos por el bebé. Era casi como si hubiese sido justo después de que Johnny fue convertido... y entonces llegaron Marguerite y Jean Claude.-


Cuando se detuvo brevemente, Eshe la miró con curiosidad, preguntándose por qué esa visita tendría que poner fin a lo que había sonado como la curación para ella. -Fue un pequeño comentario,- explicó ella en voz baja. -Un cumplido, de hecho. Mientras estaba despidiéndose, Marguerite nos sonrió tanto a Johnny como a mí, tomó una de nuestras manos en las de ella, y dijo, “Ustedes son tan maravilloso con Nicholas. Susanna tiene suerte de tenerlos. Ustedes serán padres maravillosos cuando tengan sus propios hijos.”Agnes apretó los labios, los ojos fijos en la carretera. -Solo me reí y le di las gracias. No me di cuenta del efecto que había tenido en Johnny hasta que se fueron y Susanna había vuelto a entrar con Nicholas. Me volví para comentarle a Johnny lo agradable que la visita había sido, y él gruñó que se dirigía a la aldea. Yo me había mantenido callada sobre ese tema durante meses, pero había sido una semana maravillosa desde que Nicholas nació, yo no pude hacerlo esa vez. Lo seguí a los establos, rogándole que no fuera a la aldea, que viniera a ayudar con Nicholas, que eso lo haría sentirse mejor.-Por qué, soltó él. ¿Para que pudiera ver lo que nunca tendré? Y luego simplemente explotó sobre mí. Había perdido a su amor. Nunca tendría los niños que estaban destinados a tener. Nunca habría una compañera de vida para él. Éramos todos demonios sin alma. Me había alimentado de las monjas, por amor de Dios. Yo era seguidora del diablo, y lo había hecho uno también. Me odiaba por ello y nunca me perdonaría. Sólo verme lo hacía enfermar.- Hizo una pausa y arqueó una ceja a Eshe. -Tienes la idea.-Sí, la tengo,- dijo Eshe en voz baja. Johnny había vomitado toda su decepción y frustración en Agnes y sin duda la hizo sentir muy mal, a su vez. A Eshe le disgustaba en serio la gente que hacía eso. Era su experiencia que habían diferentes tipos de personas en el mundo, aquellos que fueron pateados por la vida y regresaron pateando, los que fueron pateados y regresaron para patear a alguien más, y los que recibieron patadas y se patearon a ellos mismos. Ella admiraba a los que regresaron pateando, y podía vivir con los que se pateaban a sí mismos, pero Eshe no tenía tiempo para los que fueron pateados y regresaron y patearon a otra persona. Era un abuso, y ellos eran abusadores, y Johnny había abusado de Agnes ese día en los establos. Por desgracia, ya conociendo la historia, sabía que Agnes se había volteado entonces y cambiado el abuso de Johnny sobre ella hacia Susanna, y de una forma mucho más mortal.


-Sí, lo hice,- admitió con pesar, leyendo sus pensamientos. -Cuando Johnny salió furioso solo me derrumbé en una esquina de la cuadra y lloré. Estaba convencida de que era un monstruo. Que yo había arruinado su vida, y la mía estaba arruinada también. Teníamos cuchillos que entonces servían como armas y utensilios de comer que llevábamos en una funda de nuestro cinturón.-Me acuerdo,- murmuró Eshe. -Sí, supongo que lo haces,- dijo Agnes. -De todos modos, yo había sacado el mío y me corté las venas, pero para mí consternación las heridas simplemente comenzaron a cerrarse. Parecía que ni siquiera podía suicidarme... eso me enfureció. Por desgracia, fue cuando Susanna me encontró en los establos. Ella vino corriendo a arrodillarse a mí lado, preguntando qué estaba mal, y... solo exploté. La corté con el cuchillo y la golpeé en la garganta. Ni siquiera se agarró la herida, ella solo me miró, herida, la sangre brotaba por todas partes, y luego de repente estaba sobre ella, apuñalándola una y otra vez hasta que dejó de doler.Eshe supuso que Agnes quería decir hasta que a ella dejó de dolerle emocionalmente y no hasta que a Susanna dejó de dolerle. Dudaba que apuñalar a alguien una y otra vez hiciera detener su dolor. Bueno, cuando ellos murieran lo sabrían, supuso. -Y entonces solo me senté junto a ella por un minuto, horrorizada por lo que había hecho,- Agnes continuó, sin molestarse en hacer comentarios sobre sus pensamientos en esta ocasión. -Y entonces, por supuesto, me entró el pánico cuando me di cuenta de que Armand me odiaría, probablemente yo sería quemada viva por mis pecados... y fue cuando pensé en el fuego. Es limpieza. Ocultaría mis pecados.-Y prendiste fuego al establo,- dijo en voz baja. Agnes asintió con la cabeza. Ambas guardaron silencio durante un minuto, y luego Eshe preguntó, -¿Y Althea?-Oh, Althea.- Decir el nombre le hizo torcer la boca con disgusto. -No me siento menos mal por matarla. Ella realmente era una mujer horrible. Una retorcida mocosa malcriada que no pensaba en nadie más que en sí misma y lo que ella quería.-


-¿Alguna vez fueron a Europa?- Eshe preguntó. -Oh, sí. Pasamos por Francia, Alemania y España y finalmente Inglaterra. Pensé que podíamos manejarlo, pero eso trajo un montón de malos recuerdos. El convento no era nada más que una pila de piedras cuando fuimos allí, y Johnny lloró durante días después de visitar la antigua casa de Elizabeth y ver su tumba.-¿Por qué en la tierra irían a cualquiera de esos lugares?- preguntó Eshe con consternación. -Ambos deben ser masoquistas.-Me pregunté eso mismo después, pero me pareció una buena idea en ese momento. Sólo nos deprimió, sin embargo, y nos hizo querer estar de vuelta en Canadá. Así que tomamos un barco de regreso y llegamos a Toronto y tratamos de decidir qué hacer. ¿Compraríamos una granja cerca de Armand, o más lejos para evitar a Althea? Esa era la gran pregunta. Habíamos estado en Toronto casi una semana, cuando un carruaje pasó por delante de nosotros y miré y me encontré mirando a Althea. Ella me había visto también, por supuesto, y me volví para encontrar a Johnny, pero él había entrado en un bar.- Su boca se apretó. -Él había aprendido por ese entonces que mientras beber alcohol por sí mismo no funcionaba para nosotros, morder a un mortal que había bebido lo haría, y él había comenzado comprando mortales borrachos, únicamente con la intención de luego beber de ellos. Lo dejé en esto y seguí al carruaje hasta el hotel en que ellos reservaban, y luego esperé al frente a que Althea apareciera.- Miró a Eshe y dijo secamente, -Yo sabía que no sería capaz de resistirse a salir para encontrar un hombre para joder o morder. Era la gran ciudad y ella era una hedonista.Agnes volvió la mirada hacia la carretera. -No tuve que esperar mucho. Yo me había colocado en la esquina frente al hotel para poder ver la parte delantera, pero también veía el callejón detrás del hotel por el que debería salir, y lo hizo. La seguí, la vi detenerse a charlar con un hombre, lo llevó a un callejón, y lo mordió mientras él la follaba contra la pared. Pensé entonces que regresaría, pero al parecer todavía tenía hambre. Ella hizo lo mismo con otros tres hombres antes de volver al hotel.Agnes hizo una pausa y frunció el ceño. -Ahora que lo pienso, creo que definitivamente tenía un problema. ¿Cómo lo llaman? ¿Ninfomanía?-Creo que sí,- murmuró Eshe, pensando que Agnes podía tener razón. Morder a cuatro hombres en una noche no era una sorpresa, pero tener relaciones sexuales con cada uno de ellos era un poco más.


-De todos modos, la seguí hasta el hotel cuando por fin regresó allí y luego la rastreé dentro y hasta su habitación. Realmente sólo quería tratar de hacer las paces con ella. Johnny y yo extrañábamos a Armand. Él era la única familia que tenía, y queríamos seguir siendo de su familia. Y nosotros queríamos que fuera más fácil para visitar a Nicholas también, lo cual era siempre incómodo con Althea alrededor. Pensé que si le explicaba eso a ella, tal vez podríamos llegar a algún tipo de acuerdo donde al menos fuéramos civilizados, entre nosotros.-¿Ella no fue susceptible?- sugirió Eshe secamente. Althea no estaba sonando como alguien que se preocupaba mucho por las necesidades de otras personas. Agnes resopló. -En el momento en que abrió la puerta, ella comenzó a arrojar las cosas más viles hacia mí. Que éramos sanguijuelas. Que Armand no era nuestra familia, que era de ella. Que deberíamos arrastrarnos debajo de la roca de donde habíamos venido, o mejor aún, meternos en la tumba de Susanna con ella. Bla bla bla.- Ella frunció el ceño al parabrisas, y añadió, -Básicamente, me molestó realmente.-Siempre me sorprende cuando usas tales términos modernos,- dijo Eshe con irónica diversión. Agnes se encogió de hombros. -Veo televisión.Por alguna razón eso hizo reír a Eshe, lo que trajo una sonrisa a la cara de Agnes, y después la otra mujer la miró con una expresión que era casi triste y dijo, Realmente me gustas Eshe. Es una lástima que nuestra amistad sea tan corta.Eso le dio que pensar a Eshe, pero Agnes continuó con su relato. -Como digo, me molesto y tengo algo de mal genio cuando me presionan demasiado. Yo realmente no pensé, solo saqué el cuchillo y la herí.-¿Todavía llevas el cuchillo contigo?- preguntó Eshe con sorpresa. -Siempre tengo un cuchillo conmigo,- le aseguró Agnes. -Nunca se sabe cuando lo necesitarás.-Correcto,- murmuró Eshe, pensando que ese podría ser todo el problema de Agnes. Tener mal genio es una cosa, pero si ella no hubiera tenido un cuchillo, las dos veces que había perdido el suyo, su vida podría haber ido muy diferente. Así


como también la de Armand, pensó, y le preguntó, -¿Esa vez realmente le quitaste la cabeza a Althea?-Eso me ofende,- dijo Agnes con un resoplido. Por alguna razón eso trajo una risa sorprendida de Eshe. Sus ojos se abrieron de horror al oír el sonido y ella rápidamente se cubrió la boca en estado de conmoción ante su propia respuesta a lo que era realmente un acontecimiento monstruoso, pero Agnes se echó a reír. -¿Te das cuenta? Nos llevamos fenomenal,- dijo Agnes con una sonrisa. -Me gustaría que Armand te hubiera conocido antes que a Althea hace todos esos siglos. Podríamos haber sido grandes amigas.-Excepto por la parte mía de ser un ejecutor y tú siendo una asesina, lo que te hace una de las renegadas que cazaría,- dijo Eshe en voz baja. -Sí. Bueno, la amistad no es perfecta,- dijo Agnes encogiéndose de hombros. Eshe resopló ante eso con la diversión y luego dijo, -Así que le cortaste la cabeza a Althea y prendiste su habitación en fuego.-Y luego regresé a las habitaciones que nos habían dejado. Por desgracia, Johnny había vuelto para entonces, y aunque estaba ebrio cuando entré por primera vez, pareció volverse sobrio con bastante rapidez al ver mi estado sangriento.- Hizo una mueca de disgusto ante el recuerdo. -Confesé todo, por supuesto; el asesinato de Susanna, así como el de Althea.-¿Él no sabía nada de Susanna por entonces?- preguntó Eshe con sorpresa. -¿Crees que yo le diría?- Preguntó con sorpresa por su cuenta. -Dios mío, no. Pensé que me odiaría.-¿Y lo hizo? ¿Cuando le dijiste después de matar a Althea?Agnes consideró eso y luego movió la cabeza. -No. En su mayoría se sentía culpable, me parece. Mi ataque a Susanna había sido un resultado directo de su ataque contra mí. No es que no estaba enojado. Quiero decir, dio de patadas alrededor gritando un poco, pero entonces salió y encontró a otro borracho para morder y nunca habló de eso otra vez... hasta que él mató a Rosamund. Y entonces


todo fue “Es todo tu culpa que haya tenido que hacerlo. Si no hubieras matado a Susanna y Althea”...-¿Bla bla bla?- sugirió Eshe cuando la voz de Agnes se fue apagando. Agnes dejó escapar una risa seca. -Sí. Básicamente... Ahora estamos aquí,- añadió, dando vueltas hacia la entrada de una granja tipo rancho moderno no muy diferente en la que ellos vivían. Para el alivio de Eshe, vio la furgoneta negra de John y la camioneta de Armand a la vez. Ellas estaban en el lugar correcto. -Mantente detrás de mí, cuando entremos,- dio instrucciones Agnes, apagando el motor y buscando algo en el asiento trasero. -No quiero que te lastimes. Suficientes personas han sido afectadas por Johnny y por mí.Eshe no le recordó que era un ejecutor y entrenado para la batalla, simplemente miró la enorme bolsa que Agnes sacó del asiento trasero, y luego, rápidamente salió a toda prisa del coche cuando Agnes lo hizo. -Muy bien, así que Agnes mató a Susanna y Althea,- dijo Armand lentamente, Pero ¿por qué matar a Rosamund? Ella te dio la bienvenida a ti y a tu familia. Solía tener a los dos para cenar en casa todo el tiempo. Nunca se portó mal con alguno de ustedes.-Pero ella comenzó a hacer preguntas acerca de las muertes de Susanna y Althea,dijo Johnny con impaciencia. -Esto sólo me hizo ponerme un poco nervioso al principio. Estaba seguro de que no había nada para que ella lo descubriera, pero entonces Rosamund llegó a la casa una noche, preguntando en qué momento habíamos regresamos de Europa. ¿Si había sido antes de la muerte de Althea?-¿Por qué ella preguntaría eso?- Armand preguntó con sorpresa. -Todo el mundo pensaba que habías estado en Europa hasta bien después de la muerte Althea.-Sí, bueno, parece que la madre de Althea le dijo a ella que pensaba que había visto a Agnes, mientras viajaban hacia Toronto esa noche, y esto envió una pequeña alerta mental a Rosamund.- Frunció el ceño y dijo, -Tuve que matarla entonces. Ella se estaba acercando demasiado. La maté en el acto, y luego la cargué en la camioneta y me dirigí a un punto a medio camino entre tu granja y el pueblo y traté de hacer que pareciera un accidente. Entonces traté de incendiar el carro,


pero estaba lloviendo y no se quemaría correctamente, así que tuve que dejarlo y esperar que todo el mundo creyera que la guillotina de metal la había decapitado... Afortunadamente, lo hicieron.-Sí,- Armand murmuró, pensando en la pobre y dulce Rosamund. Ella había sido curiosa, y eso había conseguido que la mataran. -Y después casi cincuenta años más tarde, la Annie de Nicholas llegó a husmear en las mismas malditas preguntas. Tenía la esperanza de que asesinarla pondría fin a todo esto, al fin, pero me quedé alrededor para ver a Nicholas por un rato, y cuando me di cuenta de que su dolor estaba calmándose lo suficiente que él estaba empezando a preguntarse lo que Annie había querido decirle... Bueno...- Él se encogió de hombros. -Yo tenía que actuar. Era un ejecutor. Habría perseguido cada pista, cada señuelo y prueba, y Agnes y yo habríamos sido estacados y quemados.-¿Cómo llevaste a Nicholas desde el estacionamiento del hospital a su casa?preguntó Armand con gravedad. -Tranquilizantes fuertes para animal,- respondió Johnny. -Yo le disparé en el cuello desde mi camioneta. Había una mujer mortal pasando en ese momento y se detuvo para ver si estaba bien, cuando se desplomó. Me acerqué a ellos, lo cargué sobre mi hombro, tomé el control de ella, y los llevé a ambos a su casa para arreglarlo de manera que pareciera que la había matado.- Sus labios se torcieron en un gesto de infelicidad, y explicó, -no creí que otro accidente tan pronto sería creíble. Pensé que sería mejor si era encontrado culpable de asesinato y ejecutado. Yo estaba tratando de encontrar la manera de conseguir que alguien fuera allí para que descubriera a Nicholas con la mujer muerta cuando Decker comenzó a golpear la puerta. Eso fue pura suerte para mí,- agregó con una débil sonrisa. Armand lo miró con incredulidad. -Nicholas es tu sobrino. Es el hijo de Susanna. ¿Cómo pudiste hacer los arreglos tan a sangre fría para que lo creyeran un asesino y ejecutarlo?-Me sentí mal por ello,- le aseguró Johnny solemnemente. -Pero era mejor él que yo.-¿Y mejor yo que tú también? Correcto. ¿Y quién más?- Le preguntó con amargura. -¿A cuántos más asesinarás?-


-Mary Harcourt,- respondió Johnny a su vez, y luego le aseguró, -Ella debería ser la última. Si la hubiera matado después de Rosamund, Annie no habría tenido que morir. Yo nunca pensé que alguien vendría a espiar, por lo que no me había molestado.-Y ¿por qué no la mataste después de Annie?- preguntó Armand en voz baja, demasiado cansado y demasiado adolorido como para estar ya más enojado. Johnny se encogió de hombros. -Que Annie hablara con ella fue puramente accidental. No es que ella la buscó para preguntarle. Se conocieron por casualidad en tu puerta. Parecía un golpe de suerte. Además, no me gusta matar. Es un trabajo desagradable con poca recompensa.-Excepto para salvar tu cuello,- dijo Armand secamente. -Así es,- estuvo de acuerdo Johnny. Armand frunció el ceño. -¿Y el incendio del cobertizo, la señora Ramsey atacando a Eshe, y mi casa en llamas hoy? ¿Tú, supongo?Johnny asintió con la cabeza. -Yo estaba la primera vez que Bricker y Eshe llegaron a la puerta. Yo no sabía quiénes eran y estaba un poco sorprendido cuando me asomé para ver a dos personas de negro con cascos. Los leí, o por lo menos a Eshe. Como una nueva compañera de vida era la más fácil de leer. Una vez que supe que estaban allí para investigar las muertes decidí que definitivamente no iba responder a la puerta. Y entonces me puse a tratar de deshacerme de ella.- Vaciló y luego añadió en tono de disculpa, -Lo siento acerca de incluirte en los dos incendios, pero ustedes dos siempre estaban juntos cuando me daba la vuelta, y entonces hoy cuando prendí el fuego que pensé que no sería malo deshacerme de los cuatro al mismo tiempo. Entonces no habría nadie para investigar.-Por supuesto que la habría,- dijo Armand con disgusto. -Un montón de gente sabe que algo está sucediendo ahora y no descansarán hasta averiguarlo. Lucian ciertamente no lo haría, y tiene un ejército de ejecutores para caer sobre ti,- señaló, pensando que Johnny era un idiota y que Agnes definitivamente había malgastado un cambio en él. Pensar en Agnes le recordó el hecho de que Johnny no le había dicho a ella sobre Annie y Nicholas y preguntó, -Si, tú le dijiste a Agnes acerca de Rosamund, ¿por qué nunca le dijiste del asesinato de Annie y lo de implicar a Nicholas?-


Johnny lo miró con incredulidad. -¿Estás bromeando? Sé que ella parece dulce y tierna, pero Agnes tiene un infierno de un genio.- Él negó con la cabeza. -Ella quiere a Nicholas hasta la muerte, y aceptó a Annie de inmediato. Me mataría si alguna vez se entera de lo que les hice.-Estás malditamente en lo cierto que lo haría.Armand miró hacia la puerta ante ese comentario sombrío, y luego miró a John, y notó su sorpresa y horror cuando Agnes entró. Se emparejó con él cuando Armand miró de nuevo a la puerta y vio a Eshe entrar detrás de ella. Su única esperanza mientras él había escuchado a Johnny había sido que al menos Eshe estuviera a buen recaudo en la casa de Cedrick, pero ella estaba allí, y ahora ambos iban a morir. Eshe miró por encima del hombro de Agnes mientras ella la seguía hasta el cuarto de atrás del sótano, del que las voces habían estado viniendo. Para su gran alivio vio a Armand de una vez. Todavía estaba vivo... no se veía tan ardiente, tal vez, reconoció ella, por tener un hueco en la cabeza y la sangre cubriendo su rostro y la parte superior del pecho. Pero él estaba en posición vertical, y sus ojos estaban abiertos. Sus ojos se deslizaron a John luego, notando la espada antigua apoyada contra la pared y la lata de gasolina a su lado. Los planes que había tenido para Armand parecían bastante obvios, pero ahora estaba mirando a Agnes, su boca moviéndose y nada saliendo. Agnes no estaba teniendo el mismo problema. Agarrando su bolso, cruzó la sala y se paró delante de él y miró hacia arriba a su nariz, mientras ella gritaba, -¿Cómo pudiste? Quiero decir, en serio, John, matar a Rosamund era una cosa, ¿pero a la pequeña Annie? ¡E implicar a Nicholas, tu propio sobrino! ¿En qué estabas pensando? ¡Y supongo que planeabas matar a Armand también, después de todo lo que ha hecho por nosotros!-Yo… Tú… ¡Todo esto es por tu culpa!- soltó Johnny finalmente. -¡Si no hubieras matado a Susanna y Althea nada de esto sería necesario! ¡Tú eres la culpable de esto! Tú eres la que va a tener esto en su alma. Yo no. Sólo he estado tratando de protegerte. Pero tú...La mirada de Eshe pasó a Agnes mientras Johnny siguió despotricando. La otra mujer le devolvió una expresión de ¿ves-lo-quiero-decir? en su rostro, y luego se


volvió, y dejó caer su bolso para mostrar un cuchillo muy grande y de aspecto malvado que repentinamente hundió en el pecho de Johnny. Esto puso fin de inmediato a su perorata. Eshe lo vio con horror del cuchillo en su pecho a su hermana, conmoción y asombro en su rostro, y comenzó a deslizarse furtivamente hacia Armand. -Es tiempo para tomar un poco de responsabilidad, John,- dijo Agnes casi con suavidad. -Hice mi elección y tú hiciste las tuyas, pero no podemos seguir lastimando a las personas de esta manera.Agnes retiró el cuchillo y Johnny cayó sobre sus rodillas, aún viéndose sorprendido. Dejándolo allí, ella se trasladó a recoger la lata de combustible. Mientras quitaba la tapa, dijo con calma, -Será mejor que saques a Armand de aquí ahora mismo, Eshe. No me gustaría que alguno de ustedes saliera herido.Eshe dudó, pero cuando Armand comenzó a ponerse de pie y se tambaleó ligeramente, ella corrió a su lado, rompió la cuerda que unía sus manos, y puso su brazo por encima del hombro de ella para que se apoyara. Pero luego hizo una pausa para mirar a Agnes mientras ella comenzó a salpicar la gasolina alrededor de la habitación y sobre sí misma y Johnny. -Agnes,- ella comenzó, sin saber qué iba a decir. Pero la otra mujer levantó la vista y sonrió. -Está bien. Váyanse. Díganles todo y consigan que Nicholas recupere su vida. Tal vez encontrará otra compañera de vida algún día y podrá en su corazón perdonarnos.-Él ya ha encontrado otra compañera de vida,- le dijo Eshe. Eso hizo que Agnes se detuviera. -¿En serio?-Su nombre es Josephine Willan. Le dicen Jo.- Ella vaciló y luego agregó, -Ella parece agradable.-Oh, me gustaría haberla conocido.- Agnes se encogió brevemente ante la idea de que ella no lo haría, y luego miró a Johnny cuando él gimió y trató de levantarse. Con un suspiro, dejó caer la lata, dejando que lo que quedaba del líquido corriera a donde quisiera y sacó un encendedor Zippo. Sosteniéndolo con


una mano, ella tomó la espada de Johnny antes de mirarlos de nuevo. -Póngase en marcha ahora. Y dale a Nicholas mi amor.Eshe se debatía si bajar a Armand, golpear a Agnes y John, y retenerlos a los dos, pero parecía una idea ridícula. Mientras se encontraba con que en realidad le gustaba Agnes, esto no cambiaba el hecho de que ella era una asesina, y que el Consejo simplemente ordenaría su ejecución de todos modos. Dejando escapar un suspiro de tristeza, ella volvió a Armand hacia la puerta y medio caminó y medio lo arrastró. Apenas se habían deslizado a través de la puerta cuando un -silbido- sonó detrás de ellos y el calor irradió en sus espaldas. Eshe miró hacia atrás para ver al hermano y a la hermana rodeados por un círculo de llamas que estaba corriendo hacia ellos, y luego se apresuró a Armand un poco más. Habían llegado a la escalera cuando Johnny comenzó a gritar. En el momento en que llegaron arriba, había parado, y Eshe recordó a Agnes levantando la espada y sospechó que ella lo había decapitado en lugar de hacerlo sufrir al ser quemado vivo. Sin embargo, ella no podía decapitarse, y aún no había ningún sonido de Agnes. Eshe no podía dejar de admirarla por eso mientras ella y Armand salían de la casa. En el momento en que Eshe y Armand se tambalearon para apoyarse en la camioneta, las llamas comenzaron a lamer las ventanas del primer piso de la casa. Eshe miró atrás, pero luego se inclinó hacia la parte trasera de la camioneta y abrió el refrigerador de allí, aliviada al encontrar varias bolsas en el interior. Agarró todas ellas y se las dio a Armand una a la vez mientras veían arder la casa. -¿Mejor?- Le preguntó al terminar la última. -Más o menos,- respondió, y ella sabía que, si bien ya no tenía calambres por la falta de sangre, la curación se estaría llevando a cabo y que probablemente tenía un dolor de cabeza infernal. Dudaba de que se mantuviera en sus pies más tiempo. -Déjame llevarte a donde Cedrick,- dijo ella, ayudándole a subir en el lado del pasajero de la camioneta. Ella lo puso en el interior y luego rodeó hasta el lado del conductor para entrar, no se sorprendió al verlo caer contra la puerta, inconsciente, en el momento en que ella se sentó al volante. Probablemente estaría dentro y fuera de la conciencia por las próximas veinticuatro horas. Más fuera que dentro, ya que


tenía previsto mantener al hombre drogado. No había necesidad de que sufriera por la curación. -Te amo, Armand Argeneau,- susurró ella, y luego dio un respingo cuando sus ojos se abrieron. -Te amo también, Eshe,- gruñó él y luego cerró los ojos otra vez y se bajó del asiento para descansar arrugado en el pequeño espacio entre el asiento y el tablero. Eshe comenzó a moverse para levantarlo de regreso en el asiento, pero cuando lo tocó, gimió, y decidió simplemente dejarlo donde estaba y llevarlo a donde Cedrick. Con un suspiro, Eshe se volvió y miró la columna de la dirección, aliviada al ver sus llaves colgando allí. Les dio un giro y encendió el motor, y luego comenzó a alejarse de la casa ahora completamente en llamas.


Epílogo

-¿No ha acabado ese chucho todavía?- preguntó Lucian con disgusto. -Todos están esperando.-No es un chucho,- dijo Armand con firmeza, bajando la mirada hacia el pálido cachorro a sus pies, un regalo de Eshe. -Es un golden retriever y su nombre es Lucky-Lo llamamos así por ti, Lucian,- dijo Eshe con una incitante sonrisa. -Pero lo llamamos Lucky para acortar.La respuesta de Lucian fue un gruñido de disgusto mientras se volvía hacia la casa y daba un portazo a la puerta tras él. -Eres una mujer malvada, Eshe.- se rió Armand, rodeándola con sus manos por detrás de su espalda para acercarla más. -Me gusta.-Bien, porque estás pegado a mí,- dijo ella suavemente, apoyándose en su pecho y jugando con los botones de su camisa con la mano libre, mientras miraba hacia abajo al cachorro. -¿Eshe?- preguntó él calladamente. -¿Hmm?- levantó la mirada hacia él preguntando -Tu nombre significa vidaSonrió con un gesto. -Lo sé.-Estoy seguro de ello,- dijo él fácilmente. -Pero yo no lo supe hasta que lo busqué en internet anoche. Eshe significa vida y D’Aureus oro. Es apropiado. Eres mi chica dorada, quien salvó la vida de mi hijo y volvió mi vida buena. Estoy muy, muy agradecido,- le aseguró. Los ojos de Eshe brillaron, una perversa sonrisa curvó sus labios mientras decía, Bien. Puedes mostrarme lo agradecido que estás cuando volvamos al hotel.Armand se rió ante la sugerencia y la apretó más cerca de él, ella añadió, -Y


entonces te demostraré lo agradecida que estoy yo de que trajeras alegría y color a mi vida.-Te amo,- dijo Armand, sonriendo. -Y yo te amo,- le aseguró ella. Se besaron de nuevo, esta vez el beso fue cada vez más profundo hasta que oyeron abrirse la puerta de nuevo y Lucian bramó, -¡Maldita sea! ¿No está ese perro aún? Los nativos se están impacientando.Armand se retiró con un suspiro y se giró con el ceño fruncido hacia su hermano. Ya vamos. Casi está.Murmurando por lo bajo, Lucian se volvió pisando fuerte y dio un portazo con fuerza. -Quizá deberíamos ir ahora,- dijo Eshe con sarcasmo, su mirada bajó a Lucky, que había venido y había hecho plaf, sentándose a sus pies donde estaban cara a cara. Creo que ahora ya lo ha hecho.-Hmm.- Armand miró hacia el cachorro mientras ella se separaba, pero no hizo amago de salir inmediatamente. En lugar de eso, miró hacia la puerta y se tragó el nudo de miedo de la garganta. -Estás nervioso,- dijo Eshe sorprendida, viendo su expresión. -¿Y si ella me odia?- preguntó Armand con una mueca. -Soy un extraño para ella y tan diferente de lo que conoce, simplemente la abandoné con su tía como un resto indeseable. Y además está Nicholas. Me culpará por...-Tu hija no te va a odiar,- interrumpió suavemente Eshe. -Se están imaginando que la enviaste lejos para mantenerla a salvo antes de que yo fuera a por ti. Ella lo sabe. Y Nicholas no te culpará por nada. Nada de esto es por tu culpa.Armand aspiró aire y asintió, entonces permitió que lo guiara a la puerta, el cachorro los siguió contento con su correa. Ya listos, Armand dio un paso adelante para abrirle la puerta a ella, parándose cuando la puerta se abrió para revelar a Lucian en el otro lado. -Por fin,- murmuró su hermano disgustado. -Vamos.-


Armand sacudió la cabeza e hizo pasar a Eshe y Lucky, pero cuando le indicó a ella que siguiera a Lucian, ella movió la cabeza y le hizo un gesto para que fuera él primero. Levantado los hombros, se colocó detrás de Lucian, deteniéndose cuando el otro hombre se paró en la puerta, bloqueando su entrada. -¿Bien?- preguntó alguien en el interior -¿Cómo supiste que Nicholas era inocente? ¿Quién mató a Annie y al mortal? ¿Vas a decírnoslo ahora o qué?Armand sonrió débilmente, reconoció la voz de Thomas, pero su sonrisa desapareció cuando Lucian contestó bruscamente, -No, no, voy a dejar que tu padre haga eso.Entonces Lucian dio un paso a un lado, dejándole en el centro de varios pares de ojos curiosos. Armand deslizó su mirada por la habitación, reconociendo a su cuñada Marguerite e imaginó que el hombre de pelo oscuro a su lado sería su compañero de vida, Julius. Había oído la historia del hombre que había sustituido al gemelo de Lucian pero no lo conocía todavía. Pasó de Bricker y Anders a Leigh, mientras Lucian se colocaba detrás de la silla de ella y ofreció a los tres una débil sonrisa, entonces su mirada cambió a Nicholas, en otra silla en el lado opuesto al final de la habitación. Había un pastor alemán enroscado a sus pies y una delicada morena en su regazo, su Jo. Intercambiaron sonrisas, entonces reconoció a Mortimer, de pie, detrás de sus asientos con otra morena, tenía una apariencia muy parecida a la chica del regazo de Nicholas. Podría ser la hermana de Jo y compañera de vida de Mortimer, Sam, supuso, notando que parecía enferma. Pero sabía que le faltaba una mordedura para cambiar y sospechaba que los nanos la curarían cuando estuviera lista. Por último su mirada se volvió a la gente del sofá de en medio. Thomas y su compañera Inez; era más atractiva en persona que en fotografía, notó sonriéndoles y finalmente giró su mirada a la mujer de pelo oscuro del otro extremo del sofá. Se parecía a su madre, Rosamund, susurró su nombre, -Jeanie-. -Mi nombre es Jeanne Louise, señor,- dijo ella, un poco tensa, como si sospechara que él no lo sabría. Armand vaciló, pero entonces Eshe le dio un ligero codazo, él le cogió la mano y cruzó la habitación situándose frente a su hija, a la que no había visto en un siglo. Bajando la mirada hacia ella, se aclaró la garganta y dijo, -Te pusimos de nombre


Jeanne Louise, pero tu madre y yo te llamábamos Jeanie mientras estuviste con nosotros siendo un bebé, yo he pensado en ti como Jeanie desde siempre.-Oh,- murmuró desconcertada, mirándole como si no supiera qué hacer o qué decir. Armand la comprendía, estaba inseguro, pero Eshe apretó su mano tranquilizándolo, aclaró su garganta de nuevo y dijo, -Estoy muy contento de poder conocerte por fin, Jeanie. Vi las fotografías de Nicholas, que luego Nicholas me envió cuando se las pedí hace años, pero no era lo mismo que estar en tu vida. Siento haberme perdido tus primeros pasos, tus primeras palabras y, de verdad, me habría gustado estar en tu graduación. Estabas preciosa con tu vestido azul. Deseo haber estado ahí para decirte lo orgulloso que estaba y que tu madre también hubiera estado. Yo...Armand se detuvo con un gruñido cuando, de repente, Jeanne Louise saltó como catapultada del sofá lanzándose contra él. Soltó a Eshe para acoger a su hija en su pecho, sintiendo su cuerpo temblar con silenciosos sollozos, cerrando los ojos abrazó a su hija por primera vez desde que ella tenía unos pocos meses. -Estarás en el resto de momentos importantes,- dijo con voz apagada contra su pecho. -Puedes llevarme al altar cuando conozca a mi compañero de vida y puedes ayudarme cuando me debilite con el nacimiento de nuestro primer hijo y... y todas esas cosas,- le aseguró ella, acariciando sus hombros como si fuera el único necesitado de consuelo. -Estás alterando a mi Leigh, Armand,- dijo Lucian bruscamente, sonando desde fuera. -Siéntate y saca a Nicholas de su miseria.-No me está alterando, cariño,- dijo Leigh con voz acuosa. -Estoy llorando porque estoy feliz por Jeanne Louise.-Yo también.- suspiró Marguerite-Y yo,- añadió Inez, Armand miró alrededor para ver a todas las mujeres secándose las lágrimas. Incluso Eshe tenía los ojos llorosos. -Aunque tiene razón,- murmuró Jeanne Louise, soltándose para limpiarse la cara. Deberíamos dejar que nos cuentes quien le tendió la trampa a Nicholas.-


Cogiéndole de la mano, ella se sentó, arrastrándolo a sentarse a su lado. Armand cogió la mano de Eshe de nuevo y tiró de ella hacia el sofá junto a su hija, desequilibrándola ella cayó con él. Thomas comenzó a reírse y colocó a Inez sobre su regazo, haciendo sitio para ellos de modo que pudieran amontonarse juntos, entonces Armand se sentó un momento, su mirada se desplazó de Jeanne Louise a Eshe mientras apretaba las manos con que las sujetaba. Miró al resto de la gente en la sala y por un momento se sintió abrumado. Hacía mucho tiempo que no había estado rodeado de su familia. Un movimiento en el suelo atrajo su atención, distrayéndole ligeramente mientras miraba a Lucky olisquear al pastor alemán. El perro grande simplemente lo miró sin interés y colocó la cabeza entre sus patas, Lucky tomó eso como una invitación y se acurrucó a su lado. Sonriendo, por fin Armand miró a Nicholas y Jo, quienes le devolvieron la sonrisa, con expresión expectante. Armand vaciló, se aclaró la garganta y comenzó, -Tu tía Agnes te envía su amor.-


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