The Immortal Hunter
Lynsay Sands
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Traductores Hecate, Ishtarwicca, Laury's, Lobrizever, Mausi, Rihano, Rpbellamy, Roux maro, Sonia Blake, Tesa, Yocasuri
Correctora Final Mausi
Dise単o Madri
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-Tengo doscientos cincuenta y nueve años, Dani.-Me estás tomando el pelo, ¿verdad?.-No,- dijo Decker solemnemente. -¿La diferencia de edad te molesta?.Ella soltó una carcajada incrédula. -Decker, me has hablado sobre las compañeras de vida y sé que crees que soy la tuya, pero…-No lo creo, lo sé. Ella empezó a levantarse de la pila de heno, pero él la agarró del brazo. Ella quería que la besara. Quería corresponderle el beso. Quería… sacudió su cabeza, tiró de su brazo para liberarlo y empezó a caminar hacia la puerta. Él la cogió del brazo y la hizo girar. -No huyas de mí, Dani. Te seguiré.-No estoy escapando,- susurró ella mirando sus labios. -Sí,- gruñó él. -Lo haces. Y luego hizo exactamente lo que ella quería y la besó.
Prólogo -¿Por qué tardan tanto?.Decker Argeneau Pimms levantó la mirada y se veía aburrido mientras giraba los pulgares ante la pregunta de Garrett Mortimer. Él resopló y observó como se levantaba su flequillo unas dos veces antes de decir: -Estoy seguro de que ellos terminarán pronto.-
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Mortimer se limitó a gruñir y continuó paseándose por el lugar, Decker inclinó la cabeza hacia atrás en el sofá de cuero negro y cerró los ojos. La energía en la sala era pesada, se sentía la ansiedad, le hubiera gustado marcharse. Lamentablemente, esta era su casa. También se suponía que estaba de vacaciones, pero habían quedado canceladas por una llamada. Al tercer día de sus vacaciones, Lucian, su tío, pero lo más importante, el director de las fuerzas del orden de los inmortales, y su jefe, había llamado con la noticia de que había varios informes de mortales con marcas de mordeduras en la zona. Dos ejecutores del Consejo estaban en camino hacia el norte, para encontrar al culpable. ¿Podían quedarse ellos en su casa con él?. ¿Podía ayudarles con la búsqueda?. Como un idiota, le había dicho que sí. Decker hizo una mueca ante su propia estupidez, pero sabía que no había tenido otra elección. Él también era un ejecutor del Consejo, el equivalente a un policía de vampiros. Su trabajo consistía en cazar a los inmortales renegados que amenazaban el bienestar de su pueblo o el de los mortales. Aunque los mortales no resultaban dañados por una mordedura, siempre y cuando no se tomara demasiada sangre , eso era una amenaza para el bienestar de su raza ya que aumentaba las posibilidades de que su existencia fuera descubierta. Por eso, con el advenimiento de los bancos de sangre, morder a los mortales estaba prohibido en Norteamérica, excepto en casos de emergencia. Desgraciadamente, algunos preferían las viejas costumbres y corrían el riesgo de exponer a todos por su alimentación "improvisada", como ellos la llamaban. Los que tenían estos hábitos tenían que ser capturados y detenidos para la seguridad de los demás, y Decker y Garret Mortimer, eran los encargados de hacer cumplir la ley. La mayoría de las veces, Decker obtenía un cierto grado de satisfacción al proteger de los vampiros sin escrúpulos, a su raza y a los mortales. Sin embargo, este no era uno de esos momentos. Sus vacaciones se habían arruinado por nada. Habían pasado las dos últimas semanas buscando a un renegado que no lo había sido en absoluto. Abrió los ojos y giró la cabeza para mirar al supuesto renegado que estaba sentado en el extremo opuesto de la habitación. Un hombre delgado de pelo
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negro llamado Grant. Decker no se había molestado en averiguar si ese era su nombre o su apellido. Había estado demasiado enfadado una vez que se había dado cuenta de que sus vacaciones no habían sido canceladas por capturar a un vampiro renegado, sino porque algún empleado que hace el papeleo en el Banco de Sangre Argeneau se había peleado con el hombre y deliberadamente había perdido y retrasado sus envíos de sangre. Eso hizo que Grant se viera forzado a alimentarse de mortales entre los envíos. Decker sospechaba que el hombre no tendría problemas por sus acciones, dado que alimentarse de los mortales en situaciones de emergencia estaba permitido. Sin embargo, Grant se mordía las uñas desesperadamente y parecía ansioso al igual que Mortimer. Decker no podía culparlos. Tener que enfrentarse a Lucian Argeneau podía ser un hecho bastante intimidante. Era la cabeza del Consejo de Inmortales, así como también era el líder de las fuerzas del orden del Consejo, también era uno de los inmortales más antiguos y en consecuencia, podía ser tan frío como una piedra. -Tal vez debería ir para ver si todo va bien,- murmuró Mortimer. Decker miró al hombre rubio cuando él se detuvo delante suyo y sacudió la cabeza. -No es una buena idea, amigo. Mortimer frunció el ceño, gruñó y luego continuó caminando, pero sus ojos seguían pendientes de la parte superior de la escalera. Decker, sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que Mortimer no pudiera contenerse más y fuera arriba para buscar a Samantha. Decker lo entendía perfectamente. Probablemente se sentiría de la misma forma si la mujer fuera su compañera de vida. Inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, pensando en el hecho de que Mortimer encontrara a Samantha era la única cosa buena que había salido de esta caza. Cuando uno de su clase encontraba a su compañera de vida era siempre un acontecimiento feliz. Es una pena que la mujer proviniera de una familia en la que los padres habían muerto y las tres hijas que quedaron no tenían parientes cercanos. Eso significaba que eran muy unidas entre ellas... por
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eso Sam era reacia a transformarse y a tener que desaparecer de sus vidas dentro de diez años para evitar que se dieran cuenta que no envejecía. Esa decisión fue la razón por la que estaba arriba, de hecho estaba siendo interrogada por Lucian; mientras tanto Mortimer, poco a poco se estaba volviendo loco, esperando para saber lo que le deparaba su futuro. Si Lucian decidía que estaba bien que ella no se convirtiera en uno de ellos y que no representaba una amenaza para su raza, los dos podrían estar juntos. Sin embargo, si él decidía lo contrario, Sam tendría que aceptar el cambio o su memoria sería borrada y no recordaría la relación que tenía actualmente con el hombre que con su paseo parecía que iba a hacer un agujero en la alfombra del sótano de Decker. Sin embargo, Mortimer lo recordaría todo, el amor encontrado y perdido ... y nunca podría volver a acercarse a ella por miedo a que ésta recordara su tiempo juntos. Era un infierno, una cosa por la que no se debía pasar, sinceramente Decker esperaba no tener que enfrentarse nunca a una situación semejante. Un sonido bajo de frustración le hizo abrir los ojos de nuevo. Mortimer se detuvo y ahora estaba mirando la escalera con una expresión sombría. Tuvo miedo de que él hubiera llegado al final de sus fuerzas y estuviera a punto de hacer algo de lo que más tarde se arrepentiría, Decker intentó distraerlo preguntándole -¿Qué eso de que va haber una nueva sede para los ejecutores y que posiblemente tú la dirigirás?.Mortimer dejé de mirar al techo y se encogió de hombros. -Ahora que Lucian tiene una compañera de vida, le resulta incómodo tener como sede su casa cuando nosotros estamos trabajando en la zona. Decidió que una sede adecuada era la solución y ha hecho arreglos para la compra de una casa no lejos de su lugar de residencia en las afueras de Toronto. Me ofreció el trabajo de dirigirla cuando llegó aquí.Decker, asintió con la cabeza, fingiendo que no había escuchado toda la conversación anterior. Luego comentó: -Eso te permitirá estar cerca de Sam.-Sí.- Mortimer suspiró y luego frunció el ceño y agregó con amargura: -Si es que se nos permite estar juntos.-
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Decker gruñó, dándose mentalmente patadas a sí mismo por no darse cuenta de que esta conversación lo llevaría de vuelta a pensar en Sam y en lo que estaba pasando arriba. Estaba tratando de decir algo más cuando oyó el sonido de una silla raspando el suelo de madera, seguido de unos suaves pasos. -Parece que han terminado de hablar.-Gracias a Dios,- murmuró Mortimer, pero Decker, no podía dejar de observar que no parecía aliviado. En todo caso, el hombre se estaba poniendo aún más tenso, mientras esperaba conocer su futuro. Decker, miró hacia la escalera, viendo como aparecía Sam y luego Lucian. No se molesto en mirar a su tío que siempre tenia una expresión de piedra y difícil de interpretar. En lugar de eso, se centró en Sam, pero lucía tan inexpresiva como el hombre que estaba detrás de ella, supuso que ese era el resultado de ser una abogada. Una cara de póquer, probablemente era lo mejor en ese momento, pensó y leyó su mente. Lo que encontró fue algo confuso, una mezcla de ira y de alivio. Parecía que Lucian no había abandonado sus habituales costumbres diciéndole claramente a Sam que el castigo sería la muerte si alguna vez traicionaba a su raza. Pero había acordado permitirle ser la compañera de vida de Mortimer, sin transformarse. Decker también vio que Lucian había conseguido convencerla para que dimitiera en el bufete de abogados en el que trabajaba y que trabajara para las fuerzas del orden. Decker lo encontró sorprendente porque sabía que hasta su unión con Mortimer, su carrera en el prestigioso bufete de abogados había sido la parte más importante de su vida. No obstante, parecía que se había dado cuenta en estas dos últimas semanas, que no le importaba dejarlo, debido a que eso lo ocupaba casi toda su vida, y aunque ella no estaba dispuesta a renunciar a sus hermanas, sí estaba dispuesta a cambiar su situación actual para tener el tiempo necesario para vivir con Mortimer. Había ayudado el hecho de que Lucian le había dicho que había un montón de cuestiones jurídicas que necesitaban atención cuando ellos estaban persiguiendo y exterminando a los renegados. Hoy en día, en un mundo plagado de papeles, la gente no podía sólo desaparecer. Ni siquiera los inmortales.
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-Sam está de acuerdo en trabajar para nosotros,- anunció Lucian al bajar las escaleras. -Ella hará lo que pueda para ayudarte a organizar la sede de los ejecutores y se encargará de los asuntos legales que surjan en el trabajo.A Decker no se le escapó el alivio que reflejaba el rostro de Mortimer mientras se acercaba a Sam y le pasaba el brazo alrededor de la cintura para atraerla a su lado. Absortos en sí mismos, no prestaron atención cuando Lucian se paró frente a Grant y miró con expresión sombría al inmortal de pelo oscuro. -¿Tengo entendido que has tenido problemas para obtener sangre y te has visto obligado a alimentarte de los mortales?,- le preguntó. Grant asintió temeroso. Cuando Lucian miró fijamente al hombre, Decker supo positivamente que le estaba leyendo la mente al inmortal. Al parecer, se mostró satisfecho con lo que encontró allí, porque él asintió con la cabeza y le dijo: Alguien está investigando la negligencia del empleado que estaba retrasando tus órdenes. También he dispuesto un generador para que tu suministro de sangre no se estropee cada vez que haya un corte de luz aquí, eso evitará que tengas que alimentarte de los mortales en el futuro. Pero, -añadió a modo de advertencia -si tienes más problemas, debes llamar a Mortimer. No voy a perdonar otro incidente como éste.Grant se encogió en el sofá de cuero frío por la advertencia. -No fue culpa mía.-Te olvidas que puedo leer tu mente,- lo interrumpió Lucian con gravedad. -El orgullo es la razón por la que no te pusiste en contacto con alguien que pudiera solucionar tus problemas con el suministro de sangre. Eso y el hecho de que en realidad prefieres las comidas calientes, y la situación te dio la excusa perfecta para alimentarte de los mortales. Si realmente quieres alimentarte de ese modo, será mejor que te vayas a Europa. Aquí no está permitido. La próxima vez que una situación como ésta aparezca relacionada contigo, serás acusado. ¿Entendido?.-Sí señor,- balbuceó Grant.
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Satisfecho aparentemente con el veredicto dado, Lucian miró a Mortimer y luego a Decker mientras él manifestó: -Afortunadamente, no parece que haya que hacer ninguna limpieza aquí. Grant tuvo al menos el buen juicio de alimentarse en una zona amplia, desde el norte de Parry Sound hasta Minden. Significa que se las ha arreglado para no levantar sospechas entre los mortales. Chicos, pueden recoger sus cosas y marcharse. -Disculpa,- dijo Grant tímidamente desde el sofá. Lucian frunció el ceño y se volvió hacía el hombre. -¿Qué?.El inmortal se encogió por su mirada y luego balbuceó nervioso -Yo nunca me he alimentado en P...Parry Sound ... o en M...Minden.Lucian lo miró fijamente durante un momento. -Tenemos informes de otros inmortales que han visto marcas de mordeduras en Parry Sound, Burk„s Falls, Nobel, Huntsville, Bracebridge, Gravenhurst, Minden y Haliburton.Grant sacudió la cabeza. -Nunca he estado más allá del sur de Bracebridge. No he estado en Gravenhurst, Minden y Haliburton, no fui yo. Tampoco al norte de Parry Sound .- Se lamió los labios y luego sugirió -Quizás no soy el único que ha estado teniendo problemas para conseguir suministros de sangre.Hubo un momento de silencio cuando Lucian aparentemente lo leyó de nuevo. Lucian maldijo y se volvió a Decker, diciéndole: -Parece que tu trabajo no ha terminado. Tendrán que dividirse y revisar tanto el norte como el sur, pero primero hablen con Bastien para saber quién utiliza el abastecimiento de sangre del Banco Argeneau y así saber quien podría estar teniendo problemas similares a los del acusado. Verifiquen eso con ellos primero.Decker, arqueó una ceja ante la mención de su primo Bastien Argeneau, la cabeza de las Empresas Argeneau. Su mirada se deslizó hacia la ventana, donde la luz del sol era visible en el horizonte. -Está amaneciendo, Bastien habrá salido de la oficina y se habrá ido a casa para este momento.-
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Lucian hizo una mueca. -Sí, y desde que encontró su compañera de vida apaga el teléfono mientras duermen a menos que esté esperando una llamada urgente.- Él pensó durante un momento y luego miró a Grant. -¿Conoces a alguno de los otros inmortales de por aquí?.-No muchos. Tiendo a mantenerme al margen,- dijo Grant con un tono de disculpa. -Bueno, debes terminar con eso,- gruñó Lucian. -Un inmortal sin familia y sin amigos es más probable que sea un renegado.-Tengo amigos, -dijo Grant rápidamente y luego añadió a regañadientes: Bueno ... uno. Vive justo al norte de Minden y lo visito cada dos semanas. -Al parecer, tuvo miedo que Lucian no le creyera y agregó: -Puedes preguntarle a Nicholas. Él responderá por mí.-¿Nicholas?,- preguntó Lucian bruscamente cuando Decker se puso rígido al oír el nombre. -¿Quién es Nicholas ?.-Nicholas Argeneau,- dijo Grant, sonando aturdido ya que le extrañaba que él siquiera lo preguntara. -Lo vi la última vez que fui allí Le dije que estaba yendo a ver un amigo. Él lo recordará. Puede decírtelo.Lucian se había quedado inmóvil y Mortimer murmuró una maldición. Decker sintió como si la sangre de sus venas se hubiera convertido en barro y dejara de moverse. Todo en él se había congelado, su sangre, su corazón, hasta sus pensamientos cuando las palabras resonaron en su cabeza. Sam susurro:-¿Qué pasa?. ¿Quién es este Nicholas Argeneau?.-Es un renegado que lleva casi cincuenta años huyendo de nosotros,- gruño Mortimer . -¿Qué?.El acusado palideció y retrocedió de nuevo en el sofá como si tuviera miedo de que Lucian lo cogiera y lo estrangulara. Empezó a balbucear: -No sabía que era un renegado. Hace cincuenta años que me mudé aquí y me fui de la ciudad y
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no sabía nada. Si hubiera sabido que Nicholas era un renegado habría llamado a las Empresas Argeneau.-Vete a casa-, ordenó Lucian sombrío. Cuando el hombre exhaló con alivio y se lanzó con entusiasmo hacia las escaleras, añadió:-Y no más mordidas o iré a buscarte personalmente.El hombre aseguró varias veces que su comportamiento futuro sería intachable mientras que subía con rapidez las escaleras. Al final se oyó el golpe de la puerta de arriba al cerrarse. -Así que,- dijo Mortimer en voz baja rompiendo el silencio que reinaba en la sala, -¿Qué vamos a hacer con Nicholas?.Decker, miro a su tío y vio que Lucian lo miraba fijamente. Como de costumbre, su rostro era una máscara sin expresión. Él respondió: -Lo cazaremos.-
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Capítulo 1 -¿Adónde diablos está yendo?,- murmuró Decker entre dientes mientras conducía el todoterreno por el camino de tierra lleno de baches siguiendo a la camioneta blanca que iba delante. -No tengo ni idea,- respondió Justin Bricker. Decker miró brevemente al joven inmortal, su compañero provisorio en esta caza, pero no se molestó en explicarle que había pensando en alto. Se volvió a concentrar en la carretera, entrecerrando los ojos en un esfuerzo por ver por dónde iba. Si bien su especie podía ver en la oscuridad mejor que los mortales, a él le costaba ver debido a la falta casi completa de luz. Era una noche sin estrellas y Decker había apagado las luces varios kilómetros atrás para evitar ser descubierto por Nicholas. A los vehículos de los ejecutores se les habían hecho varias modificaciones, como la que las luces no se encendieran cuando el coche se ponía en marcha. -No me esperaba que fuera tan fácil localizarlo,- dijo Justin de repente. Decker gruñó sorprendido. Nicholas Argeneau, era un renegado que llevaba huyendo cincuenta años durante los cuales nadie lo había visto. Por eso, el hecho de que sólo les había llevado un día el mostrar su foto y encontrar su rastro parecía demasiado fácil. Demasiado fácil. Esto hizo que Decker sospechara y fuera más cauteloso. ¿Por qué no había borrado Nicholas el recuerdo de los mortales con los que se había encontrado?. Lo había hecho en el pasado y sin embargo, de repente no lo hacía. En lugar de eso, parecía haber dejado un rastro tan claro como migas de galletas verdes radioactivas. Justin maldijo a su lado y se agarró al salpicadero cuando el camino de tierra llegó a su fin y siguieron al coche fuera de la carretera, rebotando sobre la hierba alta y los arbustos. -Tal vez está cansado de huir,- sugirió repentinamente Justin con los dientes apretados, sin duda para evitar morderse la lengua, por los desniveles del camino. -Tal vez él quiere que lo atrapen.-
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Decker no respondió. Ni por un minuto pensó que Nicholas fuera a darse por vencido y no sabía lo que estaba pasando, pero la constante necesidad de Justin Bricker de hablar comenzaba a volverlo loco. No tenía ni idea de cómo Mortimer, el compañero habitual de Justin, lo había aguantado todos estos años. -Él se está deteniendo.-Puedo verlo,- murmuró Decker entre dientes, aparcando el todo terreno a un lado de la carretera. Estacionó tan cerca del bosque como se atrevió, sin correr el riesgo de quedarse atascado, con la esperanza de que estuvieran lo suficientemente lejos para que su presa no notara su presencia, después apagó el motor y ordenó: -Vigílalo.Dejó las llaves en el contacto para ahorrar tiempo por si Nicholas advertía su presencia y trataba de escapar en su coche, Decker se arrastró sobre el asiento hacia la parte trasera del vehículo, donde guardaban la sangre y las armas. Primero abrió la nevera y cogió un par de bolsas de sangre, lanzando una al regazo de Justin. -Toma. Tendrás más fuerza.-¿Supongo que no estarás pensando que él se rendirá cuando nos vea?,preguntó Justin con tono seco y luego mordió la bolsa. Decker lanzó un resoplido por la pregunta. Esperó a que sus colmillos descendieran y estampó la bolsa de sangre en los colmillos con una mano mientras que estiró la otra hasta abrir la tapa del contenedor de armas. Sus ojos se deslizaron sobre las armas de su interior. Si bien se no podía matar a un ser inmortal con un arma, ésta podía detenerlo e incluso incapacitarlo temporalmente ... sobre todo utilizando las balas que estaban cubiertas con el tranquilizante que los técnicos de Bastien habían desarrollado. -Está saliendo del coche,- dijo Justin .
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Decker lo miró y vio que Justin ya había drenado el contenido de la bolsa y estaba metiéndola en una bolsa pequeña a sus pies que estaba llena de envoltorios de comida rápida. Al hombre le gustaba comer tanto como le gustaba hablar, advirtió Decker. Sacudiendo la cabeza, miró por el parabrisas delantero, pero no podía ver más allá de los asientos. Retirando su bolsa vacía de sus dientes preguntó: -¿Qué está haciendo?.Va hacia la parte trasera del coche ... abre la puerta ... está cogiendo algo del maletero…creo que está sacando armas.- Justin miró hacia atrás con el rostro preocupado cuando le preguntó: -¿Crees que nos vio?.Decker apretó sus labios. Tiró la bolsa vacía y se volvió hacia él. -Ven por tus armas.-¿Y si llamamos a Lucian o a Mortimer?,- preguntó Justin mientras iba hacia él. Decker pensó en la situación mientras se decidía por dos armas de fuego y una caja de balas recubiertas. Lucian los había enviado al norte como mera medida de precaución. Él también había enviado a Mortimer y a Sam al oeste por la misma razón, pero él y su compañera de vida, Leigh, estaban buscándolo en la zona de Haliburton donde Nicholas había sido visto por Grant. Decker sospechaba que su tío había esperado encontrarlo allí y esperaba ser el primero en llegar. Eso significaba que las dos parejas estaban lo suficientemente lejos y no iban a ser de utilidad en este momento. Sacudió la cabeza. -Haría falta al menos una hora, quizás dos para que cualquiera de ellos llegue hasta aquí. Estamos por nuestra cuenta.Justin asintió lentamente y luego el compañero granuja y simpático se convirtió en el cazador que era. Sus hombros se enderezaron y su expresión se tornó sombría cuando comenzó a elegir las armas. Dispuestos a no arriesgarse a que Nicholas saltara sobre ellos mientras estaban distraídos, Decker cogió sus armas y la caja de balas y se dirigió hacia el asiento del conductor. Vio que Nicholas ahora tenía un carcaj lleno de flechas y una
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ballesta colgando de su espalda, pero todavía seguía en la parte trasera del vehículo. Buscará más armas, supuso Decker y continuó observándolo mientras cargaba sus armas. Nicholas seguía ocupado en la parte trasera de su camioneta cuando Justin regresó a la parte delantera. -¿Y ahora qué?,- preguntó Justin, mirando al renegado.-¿Vamos sigilosamente y le caemos encima?.-Me parece bien,- murmuró Decker. Cogió las llaves y luego lo pensó mejor. Si Nicholas se daba cuenta de su presencia antes de que llegaran hasta él, podría meterse en el coche y huir. Si eso sucedía, Decker no quería estar perdiendo el tiempo buscando las llaves en medio de la caza, así que las dejó puestas en el contacto y apagó la luz interior para que no se encendiera cuando la puerta se abriera. Afortunadamente, otra modificación realizada en todos sus vehículos era que no había pitidos que indicaran que las llaves estaban en el contacto y logró salir en silencio del vehículo, al igual que lo hizo Justin. Decker tenía miedo de que incluso un sólo clic delatara su presencia, por eso no cerró la puerta del todo y la dejó entreabierta. Justin hizo lo mismo, los dos hombres avanzaron con cautela, caminando a través de la hierba tan silenciosamente como les era posible. Ninguno de los dos hablaba, pero a mitad de camino, Justin se trasladó al otro lado de la senda para acercarse desde el lado opuesto. Era el tipo de cosas que el compañero habitual de Decker, Anders, habría hecho de forma automática, pero Anders y él habían trabajado juntos durante décadas. Decker supuso que no debía sorprenderse por las acciones de Justin. Puede que esta fuera la primera vez que trabajaba con él, pero Justin lo había hecho con Mortimer durante años y sabía lo que tenía que hacer. Dejó de preocuparse, el chico sería capaz de manejarse por sí mismo, Decker volvió su atención a su presa mientras se acercaba hacia él en silencio. Estaban a unos dos metros cuando Nicholas se enderezó y dijo: -Te llevo tiempo encontrar las balas y aproximarte. Estaba empezando a pensar que tendría que esperarte aquí de pie hasta el amanecer.-
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Decker se calmó, consciente de que Justin también lo estaba. Los tres permanecieron en silencio y luego Nicholas levantó las manos y se volvió lentamente. Como era de esperar, el tiempo lo había cambiado poco, su pelo oscuro estaba un poco más largo de lo que Decker recordaba, pero sus ojos seguían siendo azul plateados y aún era atractivo, con rasgos cincelados que hacían que la mayoría de las mujeres sufriera palpitaciones en sus corazones al verlo. El único cambio era que la sonrisa fácil y el encanto que solía tener, ahora habían sido sustituidos por una expresión sombría, Decker estaba más acostumbrado a ver eso en el rostro de Lucian. También tenía un arma en cada mano, y ambas apuntaban hacia el cielo. -Estábamos eligiendo y cargando las armas, -explico Justin, al parecer herido por el comentario. Nicholas asintió solemnemente, pero miraba a Decker, cuando él dijo: -Debe ser difícil elegir con que disparar a uno de tu propia sangre.Decker se encogió de hombros, pero reconoció para sí mismo que no era fácil para él. Nicholas era de la familia ... pero también era un renegado. -¿Cuánto tiempo hace que sabes que te seguimos?.-Desde el restaurante. Los esperé mucho tiempo allí,- les informó y añadió con tono grave, -espero que no haya sido por demasiado tiempo. -¿Qué quieres decir con que esperaste durante mucho tiempo?,- preguntó Decker con suspicacia. -¿Cómo sabias que estábamos en la zona?.-Porque así lo dispuse, -dijo Nicholas como si fuera obvio. -¿Por qué crees que dejé que Grant me viera cuando coincidimos en la misma gasolinera?.-¿Estás diciendo que querías que te encontrara?,- preguntó Decker. -Sí.- Su boca se torció hacia abajo cuando Decker no ocultó su incredulidad, y añadió: -Cuando vi a Grant me di cuenta que dejar que me viera no era tan malo, así que me acerqué a saludarlo. Sabía que cuando me viera él iría a contárselo a Lucian y enviarían a un par de equipos para acabar conmigo.-
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Nicholas hizo una pausa y luego continuó con desagrado. -Simplemente no me había dado cuenta de que ustedes se han vuelto tan perezosos en su trabajo. Debiste haber sido capaz de rastrearme antes de ayer. Te dejé un rastro lo suficientemente claro. Y aún así tuve que esperar dos días para que te presentaras.-No, Grant no reportó que te había visto. Él no sabía que eras un renegado. Fue sólo una casualidad que él te mencionara hoy por la mañana,- le explicó Justin, defendiéndose de sus palabras lo que hizo que Decker frunciera el ceño. No tenían que demostrarle nada a este hombre. Nicholas entrecerró los ojos con la noticia y luego suspiró y asintió. -Entonces no los puedo culpar si esas chicas mueren,- murmuró con tristeza y sacudió la cabeza. -Será por mi culpa, por esperarlos.-¿Qué chicas?,- preguntó Decker. -¿Y por qué querrías encontrarlas?.-Porque me tropecé con un desagradable nido de renegados y los he estado siguiendo. Para el momento en que vi Grant me había dado cuenta de que iba a necesitar ayuda para eliminarlos. Encontrarme con él en la gasolinera pareció casi fortuito. Al menos eso parecía y pensé que él me entregaría, -añadió con amargura y luego se reprendió a sí mismo. -No debería haber esperado, tendría que haberte llamado y las chicas estarían a salvo y sin recuerdos.- Nicholas hizo una pausa y luego dijo con tono serio: -Estos son algunos de los realmente malos, Decker.-¿No son malos todos los renegados?,- preguntó Justin dubitativo. -Supongo que sí, -dijo Nicholas, con un tono de cansancio en su voz y luego continuó, -están los que son algo malos y luego están las verdaderas semillas de demonios que masacran inocentes, revolcándose en su sangre por el gusto de hacerlo y riéndose como psicópatas mientras lo están haciendo.-Jesús,- suspiró Justin.
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Decker miró a los ojos a Nicholas. -¿Estás tratando de decirme que estás cazando renegados aunque ahora eres uno de ellos?.¿Por qué lo haces?.-Es difícil perder los viejos hábitos,- dijo Nicholas amargamente. Se movió con impaciencia. -Ahora que te he explicado lo suficiente, tenemos que empezar a movernos antes de que comiencen con esas dos.-Espera un minuto,- le espetó Decker cuando Nicholas bajó las manos y se volvió a poner en marcha hacia el coche. -Nosotros no vamos a ninguna parte ¿y quiénes son estas dos chicas de las que tanto hablas?.Nicholas lo miró por encima del hombro y dijo: -Son las dos chicas que estos bribones secuestraron en el aparcamiento de la tienda de comestibles antes de que ustedes llegaran al restaurante. Una vez que cogieron a las chicas, yo no podía esperar más por el respaldo. Afortunadamente, ustedes aparecieron justo cuando me estaba yendo y me siguieron. Ahora podemos…-¿Cómo sabes que cogieron a esas dos chicas en la tienda de comestibles?,- le interrumpió Decker . -El restaurante donde te vimos está bien lejos de.… -Jesús,- lo interrumpió Nicolás con impaciencia. -No tengo tiempo para esto ahora. ¿No puedes oír sus gritos?.Decker abrió la boca para insistir en que Nicholas le explicara, pero se detuvo cuando se dio cuenta de los gritos aterrorizados que provenían de más adelante. O bien había comenzado ahora o había estado tan concentrado en lo que Nicholas estaba diciendo, que lo había bloqueado. Sin embargo, ahora los escuchaba, una vez que escuchó los desesperados y espeluznantes gritos no pudo ignorarlos ... ni tampoco la risa cruel de los hombres que también se escuchaba. -Dispárame por la espalda si quieres,- Nicholas se dio vuelta. -Pero yo he visto lo que esos hijos de puta hacen y no puedo quedarme a explicártelo mientras que están desgarrando a las chicas.- Se dio media vuelta y se puso en camino internándose entre los árboles.
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-¿Le disparo?,- preguntó Justin, apuntando a Nicholas mientras éste desaparecía rápidamente. Decker apretó los dientes y luego movió la cabeza cuando resonó otro grito. -Todavía no,- le espetó y echó a correr detrás de su primo, consciente de que Justin estaba justo detrás suyo.
Dani miró por encima del hombro a Stephanie mirando el mensaje "sin señal" de su teléfono, lo cerró y lo metió en su bolsillo y abrazó a la chica que estaba a su lado susurrando:-Todo va ir bien, Stephi.Era mentira, pero intentaba que ambas se sintieran mejor, pero Stephanie no se lo creyó. Se aferró a su cintura y la joven lloró. -No, nada va ir bien.Con el corazón encogido por la desesperación en su voz, Dani giró la cabeza para mirar al hombre que estaba detrás de ella. Alto, delgado, con el pelo largo, rubio y lacio, se había quedado para montar guardia junto a ellas mientras los otros se habían ido a coger leña para hacer una hoguera y ocuparse de otras tareas desconocidas. Él las miraba tan fijamente que se le puso la carne de gallina y lo que le preocupó fue que le prestaba demasiada atención a Stephanie. Dani abrazó más a su hermana de manera protectora y luego miró con recelo hacia los demás, cuando regresaban uno tras otro, apareciendo en la oscuridad como pálidos espectros que entraban en el círculo de luz del fuego, cinco hombres tan similares en apariencia que debían estar relacionados. Algunos llegaron con las manos vacías y simplemente se sentaron alrededor de la hoguera. Los otros dejaron la leña que habían encontrado junto al fuego y se sentaron frente a Dani y Stephanie. La luz del fuego bailoteaba sobre sus rostros, las sombras y la luz se deslizaban sobre ellos como si fueran las llamas del infierno mientras observaban a Dani y a Stephanie. Eran como gatos mirando a un par de jugosos ratones. Dani logró resistir su inspección en silencio por un momento, pero luego les espetó: -¿Qué van a hacer con nosotras?.-
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En el momento en que las palabras salieron de sus labios, se arrepintió de haberlas dicho. La pregunta les pareció cruelmente divertida y ellos se rieron en voz baja mientras intercambiaban miradas entre sí. Peor aún, uno de ellos se puso de pie y comenzó a andar. Dani, lo miró con cautela cuando se detuvo al lado del fuego y se agachó para agarrar uno de los leños. Él levantó la rama en el aire, sosteniéndola en alto mientras se dirigía hacia ellas y por un momento, aterrada, temió de que la lanzara hacia ellas. Fue casi un alivio cuando en cambio, él se acercó y con su mano libre la agarró del antebrazo. Dani trató de liberarse de Stephanie, antes de que él tirara para ponerla de pie. -¡No!.¡Déjala en paz!,- chilló Stephanie y agarró a Dani, tratando de impedir que se la llevaran, pero ni sus esfuerzos ni los de Dani impidieron que el hombre la arrastrara lejos. Continuar luchando era inútil mientras él tiraba de ella a través del claro del bosque, pero cuando él se detuvo, miró a su alrededor. Al principio no pudo ver nada más que sólo oscuridad delante de ella y luego su captor le tendió la antorcha improvisada y vio que estaba en el borde de un precipicio. Dani luchó instintivamente por retroceder, temerosa de que él tuviera la intención de arrojarla, pero fue la antorcha lo que lanzó y que cayó girando hasta que aterrizó en el fondo con un ruido sordo. Vio entonces que no era muy profundo. No más de cuatro metros, pensó Dani y luego se olvidó de eso y se fijó en algo que yacía entre la hierba y las ramas, en el fondo del precipicio. Sin poder hacer nada dejó de luchar, e incluso se inclinó hacia delante, tirando de la mano que la sostenía para tratar de ver mejor lo que había en el fondo. Dani lamentó de inmediato haber mirado. En su condición de médica, había visto un montón de cosas horribles, pero nunca en su vida había imaginado ver algo tan horrible como los cuerpos retorcidos y ensangrentados en el fondo de la zanja. El espectáculo en sí era terrible, pero no tan aterrador como su súbita comprensión de que Stephanie y ella estaban condenadas. No había esperanza para ellas en absoluto. Si ellos tenían el propósito de hacerles lo mismo que a las que se pudrían en ese barranco ... a juzgar por el estado de los cuerpos, sería un largo y doloroso viaje hasta llegar allí.
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Esto no está ocurriendo, Dani pensó débilmente, su mente no podía aceptar el giro que su vida había tomado. Era una médica que pasaba la mayor parte de su tiempo trabajando. Este fin de semana había sido algo poco común en su vida, un poco de tiempo libre lleno de sol y arena en el seno de su familia. La reunión familiar de los McGill había durado cuatro días y tres noches, llenas de risas, natación, pesca y simplemente disfrutando de la compañía mutua. Dani se había empapado de todo eso y por primera vez en años, había estado feliz y relajada. Antes de emprender el largo viaje de regreso a casa. Se detuvieron para comprar bocadillos para el viaje de ocho horas y ... No se suponía que iba terminar así, su mente empezó a aullar. Esto era Canadá, por el amor de Dios, era aburrido, Canadá era un lugar seguro donde nada tan monstruoso como esto sucedía. Pero estaba ocurriendo reconoció, y cuando Stephanie comenzó a gritar histérica, interrumpió sus pensamientos aturdidos. Volvió la cabeza para ver que la muchacha más joven había sido arrastrada por uno de los otros hombres para que viera la zanja. Ahora ella también sabría que su situación era desesperada, pensó Dani con tristeza. Cuando los gritos de Stephanie subieron de tono y se puso histérica, Dani comenzó a luchar de nuevo, desesperada por llegar hasta ella, pero la mano que la sujetaba era dura y fuerte y todas sus patadas, golpes e intentos de morder a su captor, sólo lo hicieron reír ... al igual que al hombre que retenía a su hermana. Estos animales parecían encontrar divertido su horror y su pánico. Eso provocó furia en el interior de Dani y redobló su intento frenético de liberarse y llegar hasta su hermana. -Ella es una llorona.- Proclamó el que retenía a Stephi riéndose mientras la zarandeaba para que ella chillara más y esto hizo que se rieran todavía más. Dani deseaba tener un arma y poder disparar al bastardo cuando de repente éste se puso rígido y la sorpresa se reflejó en su rostro. Soltó a Stephanie dejando que ésta cayera al suelo mientras él se inclinaba hacia su espalda donde ahora una flecha sobresalía de entre sus omóplatos. Danie se sorprendió tanto que cesó de luchar un instante contra su captor y simplemente observó al
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hombre mientras éste caminaba en círculo, como un perro que se muerde la cola, mientras trataba de quitarse la flecha. Todos los demás también se habían quedado paralizados, a excepción de Stephanie que sollozaba y gemía mientras se arrastraba por el suelo hacia su hermana. El ver eso hizo que Dani reaccionara y saliera de su estupor y cuando iba a comenzar a luchar para librarse de su captor percibió un silbido que hizo que se quedara helada. De repente, una flecha sobresalía del brazo de su captor, y la sintió vibrar junto a su mejilla. Dani se encontró no sólo con que había sido soltada sino que había sido lanzada lejos, mientras el hombre gritaba de dolor. Ella estaba yendo en dirección hacia el borde del barranco, pero, recordando lo que había debajo, Dani no quería aterrizar allí y se agarraba frenéticamente a cualquier cosa para salvarse. Sus dedos se aferraron a varias ramas delgadas de un arbusto. Sin embargo, el agarre falló y se deslizó sobre el borde con los pies por delante y comenzó a caer por la pendiente. Dani hizo caso omiso del dolor cuando las ramas se deslizaban entre sus dedos, despojándolas de hojas a lo largo del camino. Desesperada por detenerse, apretó sus manos, pero las ramas de inmediato se rompieron con su peso. Se soltó y no viendo ninguna cosa a la que agarrarse, Dani se encontró arañando la tierra mientras que caía al fondo. Afortunadamente, la combinación entre eso y agarrarse a los arbustos hizo que la caída fuera más lenta y Dani se detuvo a mitad del pequeño precipicio. Cerró los ojos y elevó una oración silenciosa de agradecimiento. Los sonidos que llegaban de arriba eran caóticos y ruidosos. Su hermana estaba gritando de nuevo, pero a esos sonidos se habían sumado los gritos de los hombres y varios ruidos agudos. Al parecer, las flechas ya no eran las únicas armas que allís se disparaban. Cuando pensó en Stephanie, Dani empezó a subir de nuevo hasta el borde, su corazón que parecía resonar a la par de los sonidos de las armas de fuego de arriba. Llegó al borde, consiguió poner un brazo sobre la parte superior para mantener su peso y se arrastró lo suficiente para ver la escena en el claro. Tres de los seis secuestradores habían sido abatidos, otros dos se habían escondido detrás de un tronco de gran tamaño y disparaban, posiblemente tres o más hombres estaban en cuclillas detrás de los
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árboles del bosque que los rodeaba. Pero Dani no podía ver al sexto secuestrador ... o a su hermana. -¡Dani!.El grito atrajo su mirada hacia la derecha y vio a Stephanie mientras era arrastrada y usada como escudo por el sexto hombre mientras que él se movía por el bosque. Maldiciendo, Dani ignoró los disparos a su alrededor y comenzó a luchar por salir de la zanja. -¡Uno de ellos se escapa!.El grito de Justin desvió la atención de Decker de los dos renegados que disparaban contra ellos, hacia el que escapaba por el bosque y que llevaba a rastras a la chica más joven. -Ya lo tengo,- chilló Nicholas y salió de atrás de un árbol cercano y se movió a través de los árboles, cubriéndose la cabeza. -¡No!.¡Espera, Nicholas!,- rugió Decker e instintivamente se lanzó tras él para darle caza, pero un aviso de Justin lo hizo detenerse. Volviéndose hacia atrás, siguió el gesto del joven inmortal hacia la mujer que trataba de trepar desde el borde de la zanja al otro lado del claro. Decker la había visto desaparecer en la zanja después de que Nicholas hubiera asestado una flechazo en el brazo del renegado que la sujetaba. Temió que estuviera muerta o gravemente herida por la caída, pero al parecer ella había logrado salvarse y ahora luchaba por salir y regresar por sí misma. Cuando Decker aún la estaba mirando, la mujer resbaló y comenzó a hundirse otra vez. La desesperación en su cara y la forma en que sus dedos se agarraban como garras frenéticamente en el suelo para detener su caída le sugirió que la caída podría ser mortal y que ella no se salvaría. Maldiciendo, él se dirigió a través de las balas hacia el precipicio. Decker se movió tan rápido como pudo, apretando los dientes cuando las balas pasaron rozándole. Si bien las balas de los renegados no estaban cubiertas con un tranquilizante como las suyas, podían causar dolor y mucho daño ... y si tenían
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suerte y el disparo daba en el corazón, estaría indefenso y podrían acabar con él. Decker estaba sorprendido y casi sintió un poco de alivio cuando llegó a la zanja ileso. Se las arregló para coger la mano justo cuando la mujer estaba resbalando del borde ... y allí fue cuando finalmente lo alcanzó una de las balas. Lo golpeó en la espalda y casi soltó a la mujer, se tambaleó hacia adelante pero luego se las arregló para agarrarse con la otra mano. Arrastrándose por la tierra para no caer hacia adelante, Decker tiró de la mujer hacia arriba con la mano con la que la tenia agarrada y mismo tiempo se giró de vuelta hacia el claro. Tuvo que utilizar más fuerza de la que creía, no se limito sólo a sacarla del agujero sino que la lanzó a varios metros de distancia. Ahí fue cuando la segunda bala le dio en el pecho, debajo del hombro. Sintió como si una banda de metal dentado estuviera ceñida en su pecho. Decker se obligó a ignorar el dolor, levantó su arma, se puso de pie y comenzó a disparar hacia los dos hombres que se escondían detrás del tronco, moviéndose rápidamente hacia los costados alejándose de la mujer mortal, mientras lo hacía. Era difícil alejar los disparos de ella mientras él se hacía cargo de la situación. Ambos renegados habían salido de su escondite y ahora estaban de pie, uno le disparaba a él y el otro a Justin, que embestía desde el otro lado del claro. Al verlo Decker dejó de moverse, apuntó con su arma al que estaba disparándole y le disparó a quemarropa en el pecho. Esperó el tiempo suficiente para ver como se agarraba la zona herida y sorprendido, empezaba a caer hacia atrás, e inmediatamente giró para apuntar al segundo hombre. Sin embargo, éste ya estaba cayendo, Justin le había disparado. Decker miró hacia la mujer, entonces la vio desaparecer en el bosque en la misma dirección que Nicholas había tomado. Dejó que Justin se hiciera cargo de los hombres del claro, y fue detrás de ella, con la intención de alcanzar a Nicholas. Él siguió el sonido de la mujer a través de la maleza por delante y de pronto se encontró en el camino donde habían estacionado el coche... sólo que ya no estaba allí y tampoco la camioneta de Nicholas.
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Decker, cerró los ojos y lanzó una maldición. Había dejado las llaves en el coche y al parecer el renegado lo había aprovechado y se había robado el vehículo. Maldiciendo de nuevo, Decker se fijó en la persona que estaba de pie donde antes había estado su coche. Siempre la había visto de espaldas desde que habían salido del bosque, pero ahora estaba de frente, era una mujer de mediana estatura, con una figura curvilínea y largo pelo rubio que caía sobre la cara en rizos sueltos. Eso fue todo lo que había notado hasta ese momento… eso y el hecho de que ella se había detenido abruptamente mientras él la miraba. Los ojos de ella se desplazaron hacia la carretera y de nuevo a él con una mezcla de preocupación e incertidumbre. Parecía evidente que estaba preocupada por la otra chica que había sido raptada. Sin duda, sentía incertidumbre porque no estaba segura de si él era amigo o enemigo. Decker vaciló, y por un instante consideró el tomarse el tiempo para asegurarle que estaba a salvo, pero su espalda y el pecho le dolían por las balas que le habían alcanzado y él no estaba de humor para hacer frente a la mujer que seguramente estaba emocionalmente alterada. Además, no tenía tiempo para ella, Justin y él tenían que hacer todo lo posible para arreglar el lío que había aquí y luego perseguir a Nicholas ... otra vez, pensó, irritado, y simplemente se deslizó en la mente de ella para tomar el control ... o lo intentó. Para sorpresa de Decker, no podía leer su mente. Ese hecho le hizo darle un segundo vistazo. Esta vez se dio cuenta de que sus ojos eran azules, su boca era casi grande, la nariz pequeña y recta. Si bien no era una belleza clásica, de alguna manera, esas características individuales en conjunto daban como resultado un rostro atractivo. Pero era el rostro de una mujer que no podía leer. La cuestión era si eso se debía a que ella estaba molesta en ese momento, seguramente su cabeza era un caos debido a los acontecimientos recientes y ¿por eso un inmortal no podía leerla?. ¿O había otra razón por la que no podía penetrar en su mente?. Decker vaciló, y luego se concentró una vez más para tratar de penetrar en sus pensamientos, pero se encontró con un muro de oscuridad duro e impenetrable. -¿Quién eres?.-
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Él frunció el ceño cuando ella interrumpió su concentración, pero ella lo fulminó con la mirada. Se sorprendió al responder. -Decker Argeneau, -dijo y luego frunció el ceño ante la respuesta y dijo: -Quiero decir Pimms.- Él no había utilizado el nombre Argeneau durante más de un siglo. Se negaba a ello. El nombre conllevaba un cierto prestigio, provocaba un cierto respeto a los de su raza, pero no quería respeto sólo por su apellido. Decker preferiría ganarlo por sus propios méritos.-Está bien, eres Decker ...puede ser...Argeneau...tal vez...Pimms.- La mujer parecía enfadada. -Pero decirme tu nombre no me está diciendo quién eres verdaderamente y por qué no debería salir corriendo en dirección contraria en este momento, ¿no?.-Estás a salvo, -dijo él y cuando ella no respondió ni se relajó, agregó -Te salvé la vida, chica. Estás a salvo.Ella vaciló y luego gritó: -¿y mi hermana Stephanie?. Tu amigo fue tras ellos. ¿Va a ser capaz de recuperarla?.-No lo sé,- admitió Decker. -Y no es mi amigo.Ella frunció el ceño. -Estaban juntos.-No. Justin y yo sólo lo seguimos hasta aquí,- dijo Decker, buscando su teléfono en su bolsillo. Vio "sin señal" parpadeando en la pantalla. -Aquí no hay cobertura, - anunció ella y añadió: -Al menos el mío no la tiene. ¿Dónde está tu coche?. Tenemos que ir por mi hermana.-Yo no tengo, -murmuró Decker, sin molestarse en explicarle que se lo habían robado. Él la ignoró y luego levantó su teléfono hacia el cielo, girando en círculo con la esperanza de captar la señal. Cuando eso no funcionó, lo cerró con un suspiro y lo metió en el bolsillo. Decker miro a la rubia y vio que había empezado a caminar por la senda hacia la carretera.
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Frotándose distraídamente el pecho, trató de tomar el control de ella una vez más, pero esta vez no tuvo más éxito que en los dos últimos intentos. Maldiciendo, se dio por vencido y se apresuró a agarrarla por el brazo y detenerla. -Espera.La rubia se volvió hacia él bruscamente y miró la mano que agarraba su brazo. Decker ignorándola le preguntó: -¿Dónde crees que vas?.-En busca de mi hermana, -respondió ella de manera contundente y soltó su brazo para volver a caminar de nuevo. -¿A pie?,- preguntó él con exasperación, detrás de ella. -Sí, al menos hasta que encuentre una casa habitada o una cabaña y pueda tomar prestado un coche o algo así.-Nadie va a prestarte su coche,- le dijo Decker enfadado. -Y no puedes perseguir a esos tipos tú sola. Ellos no son los chicos malos habituales. Nosotros vamos a encargarnos de esto. Es a lo que nos dedicamos.Ella hizo una pausa y se volvió para mirarlo con incertidumbre. -¿Eres policía o algo así?.-Algo parecido,- dijo él vagamente y la cogió del brazo para que volviera por donde habían venido. Él hizo caso omiso de que ella estrechaba sus ojos y estaba arrastrando los pies. -¿Eres de la PPO?.-No. No pertenecemos a la Policía Provincial de Ontario.-¿ A la Real Policía Montada?.-No. Tampoco estamos con la Policía Montada de Canadá.-
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La rubia clavó sus talones en el suelo y se negó a seguir adelante. En lugar de obligarla, Decker suspiró y se volvió para decirle: -Mira, somos de una fuerza dedicada al cumplimiento de la ley. Atrapamos a los malos, pero no tiene sentido que te diga el nombre de la organización para la que trabajo. No la conoces. Nosotros no somos conocidos por el ciudadano medio. Pero estás a salvo.Los ojos de ella se abrieron tras su declaración y le preguntó con ansiedad: -¿Quieres decir como el CSIS?. ¿Ustedes son algo así como agentes secretos?.Decker vaciló; no tenía ningún ganas de afirmar que era un miembro del CSIS, la versión canadiense del FBI. Ella había nombrado a todas las organizaciones dedicadas al cumplimiento de la ley y no podía decirle la verdad, por lo que sólo murmuró: -Algo así.Cuando ella abrió la boca para hacer otra pregunta, él se anticipó con rapidez para preguntarle -:¿Como te llamas?.-Danielle McGill.-¿Y la otra chica es tu hermana Stephanie?.-Mi hermana menor, acaba de cumplir quince años,- dijo Danielle. La preocupación inundó su rostro y miró una vez más hacia la carretera.Antes de que Decker pudiera decir algo más, un ruido atrajo su atención, era Justin. El inmortal más joven miró hacia donde había estado el vehículo y dijo:-Dejaste la llaves puestas.No fue una acusación, sólo una observación. Justin sabía exactamente por qué él había dejado las llaves en el encendido y no había protestado en el momento. Ninguno de los dos sabía lo del grupo de renegados ni esperaban que fueran a robarles el coche.
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Un sonido ahogado de Danielle llamó la atención de Decker, justo a tiempo para ver como ella volvía a caminar hacia la carretera. La irritación empezaba a sacar lo mejor de él, salió tras ella, y una vez más la cogió del brazo. -Espera. Pensé que había acordado contigo que nosotros íbamos a encargarnos de esto.-Yo no estuve de acuerdo en nada, -replicó ella, intentando librarse. -Y, francamente, prefiero no confiar la vida de mi hermana a la versión Austin Powers de un espía gubernamental que ni siquiera puede recordar qué nombre está utilizando en una misión encubierta y que deja sus llaves en el coche para que sea más fácil que los chicos malos puedan escapar.- Danielle McGill, se apartó para empezar a caminar de nuevo. Apretando la boca, Decker gritó: -Justin, entra en la mente de esa mujer y tráela aquí de nuevo.Justin asintió con la cabeza y comenzó a girar hacia Danielle, pero luego se detuvo, y volvió a mirarlo. -¿Por qué no has tomado tú el control?.Decker susurró entre sus dientes apretados. -No puedo.Los ojos del joven inmortal se abrieron más. -¿No puedes?.-Ella está enfadada,- murmuró Decker. -Sólo fíjate si puedes hacerlo, ¿de acuerdo?.-Hombre,- suspiró Justin, sacudiendo la cabeza. -Primero Mortimer y ahora tú. Están cayendo como moscas.-Simplemente controla a Danielle, ¿quieres?-, dijo Decker con cansancio. -Ella prefiere que le digan Dani-, anunció él. -Bricker,- gruñó él.
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-Está bien, está bien. Mantén tus pantalones puestos.- Justin pasó junto a él y agregó: -Sólo estoy diciendo que …Decker apretó los dientes y luego se dio cuenta exactamente lo que el hombre estaba intentando decirle. El hecho de que supiera que ella prefería ser llamada Dani, significaba que Justin era capaz de leer sus pensamientos. No era que ella estaba demasiado molesta para poder leerla. Ella era su ... compañera de vida. Decker alzó los ojos al cielo, esperando que algo sucediera. No sabía qué, quizás que las estrellas sobre su cabeza estallaran en brillantes fuegos artificiales o que el cielo se abriera, lloviera y tronara para remarcar el momento. Pero no pasó nada. El momento más importante de su vida no llegó con una explosión, como siempre había esperado, sino con el rumor tranquilo del aire entre los árboles y una brisa serena que rozaba sus mejillas. Sacudiendo la cabeza, Decker concentró su atención en volver al tema que tenía entre manos. Ellos estaban atrapados en el bosque en medio de la nada en un claro lleno de renegados malos que estaban mal heridos, pero no muertos. Necesitaba limpiar este desastre antes de que algún mortal distraído se encontrara con la escena. Y necesitaban iniciar la caza de Nicholas de nuevo ... así como del renegado que había huido y de la chica que se había llevado. Decker no estaba en absoluto seguro de que ambos objetivos fueran en la misma dirección. Era muy posible que Nicholas los hubiera traído hasta el grupo de renegados cuando se dio cuenta de que Decker y Justin lo estaban siguiendo y mientras ellos luchaban contra los renegados él tendría la oportunidad de escapar mientras que ellos estaban ocupados. Nicholas aprovechó la primera oportunidad para escapar con bastante rapidez . Pero incluso si realmente los había llevado allí deliberadamente con el único propósito de derrotar al nido, eso no significaba que Nicholas aún estuviera tras el renegado ahora. Era un hombre buscado. Sería inteligente de su parte el dejar que Decker y los otros ejecutores persiguieran a la chica y a su secuestrador y aprovechar esta oportunidad para desaparecer como había hecho hacía cincuenta años.
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Si ese fuera el caso, probablemente ellos lo habían perdido de nuevo. Su única esperanza de alcanzarlo era si Nicholas Argeneau de alguna manera había visto cuán errado era el camino que había tomado y estuviera persiguiendo a la chica y al renegado. Entonces, al menos tendrían la oportunidad de atraparlo ... pero a Decker le faltaba el aire. Se frotó el pecho de nuevo, recordando que por encima de todo lo demás, actualmente tenía dos heridas de bala y su cuerpo estaba tratando de repararlas... y su sangre estaba en el coche junto con sus armas. Perfecto, Decker pensó con frustración y cansado. Este era un momento frustrante para él, pero al menos había encontrado finalmente a su compañera de vida. Miró a la mujer en cuestión. Dani. Justin había logrado controlarla y que se diera la vuelta. Ella estaba caminando hacia ellos, su cuerpo estaba relajado y su expresión estaba en blanco. -Tienes algo que decirme,- dijo Justin, con la lengua en su mejilla, mientras ellos la observaban regresar. -¿Quieres un agradecimiento por traerla de vuelta?,- preguntó secamente.
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-No, eso no.-¿Entonces qué?.El joven inmortal puso los ojos en blanco. -Oh, no lo sé. Pensé que sólo podrías querer pedirme disculpas por todas las bromas molestas que ustedes me hicieron por usar como coartada que estábamos en un grupo musical, en nuestro último caso. Me refiero a…¿espía del gobierno?.- Yo nunca...- Decker se detuvo al ver la sonrisa burlona en la cara de Justin. Maldiciéndose a sí mismo por permitir que el chico se burlara de él, le gritó: Sólo tráela y vamos..-Sí, señor, Mr. Bond, señor, - dijo Justin riéndose.
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-Sabelotodo,- murmur贸 Decker por lo bajo mientras se daba vuelta.
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Capítulo 2 -Las dos chicas son hermanas, -dijo Justin cuando alcanzó a Decker junto al vehículo de los secuestradores. Estaba aparcado en el borde del claro, aunque él no le había prestado mucha atención cuando antes habían irrumpido allí apresuradamente, ahora Decker estaba considerando que era una manera posible de salir de allí. Se detuvo para mirar hacia Justin, frunciendo el ceño cuando vio que el chico llevaba a Dani de la mano como si fueran novios. Justin puso los ojos en blanco ante su expresión y soltó la mano de ella para cogerla del brazo . -Sé que son hermanas,- dijo Decker, relajándose un poco. -Ella me lo dijo.Justin asintió con la cabeza, pero siguió contándole lo que había averiguado al leer la mente de Dani. -Su familia vino a pasar un fin de semana largo. Las dos fueron secuestradas en el aparcamiento de la tienda de comestibles como dijo Nicholas. Sus captores fueron un poco rudos, pero aparte de un moretón o dos parece que ella está bien. Decker gruñó, fijando su atención en el terreno desigual y dio una vuelta alrededor de la furgoneta y fue hacia el claro. -Sin embargo, deduzco por sus recuerdos que hay más inmortales que los que enfrentamos-, le advirtió Justin siguiéndolo. Decker hizo una pausa y miró hacia atrás con una expresión interrogante. -Al parecer, Dani y Stephanie, no fueron las primeras víctimas,- le explicó Justin. -Hay un par de mujeres en el barranco. En bastante mal estado por lo que vi en su memoria. Ah, y resulta que el barranco no era muy profundo. La razón por la que estaba tan desesperada por salir allí eran los cuerpos.Decker, frunció el ceño y miró de nuevo hacia la rubia. Ella parecía estar en calma, y tenía los ojos en blanco. La mirada no le molestaba. Lo que no le gustaba era el hecho de que Justin hubiera tomado el control de ella de ese modo. Lamentablemente era necesario. No tenía tiempo para tratar de hacerle entender que no podía salir corriendo sola detrás de su hermana y tenía cosas
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que hacer antes de que pudieran abandonar el claro. Cosas que ella no comprendería y de las que él no quería que fuera testigo. -¿Has mirado si funciona el teléfono?,- preguntó Justin de repente. -Traté de hacerlo antes para llamar a un equipo de limpieza para que recogieran a los renegados, pero no pude captar la señal.-Tampoco yo,- admitió Decker mientras caminaba hacia el claro. -Creo que estamos por nuestra cuenta, -dijo Justin, no sonaba muy satisfecho ante la perspectiva. -¿Qué vamos a hacer?.- Antes de que Decker pudiera responder, añadió: -¿Supongo que no podemos sólo decapitar a los bastardos y estar bien con eso?.-Creo que se te ocurrirá algo mejor que eso,- dijo Decker secamente. Era todo lo que tenía que decir. Los ejecutores no eran como el personaje mortal de ficción James Bond, que tenía licencia para matar a cualquiera que considerara necesario. Tener orden de matar a un renegado era una cosa, pero al igual que los mortales, los inmortales creían que todo tenía que tener un proceso. Estos hombres tenían que ser juzgados por el Consejo. Decker entendía que eso era necesario para garantizar que no mataran a inocentes por error, pero a veces era un terrible grano en el culo ... como ahora, pensó mientras contemplaba cómo podía incapacitar a los hombres para que no se recuperaran y escaparan antes de que un equipo de limpieza llegara a recogerlos. -¿Entonces?.¿Qué vamos a hacer?,- repitió Justin interrumpiendo sus pensamientos. Decker se encogió de hombros y dijo: -Encuentra algo para atar a los hombres, busca las llaves de su coche, tenemos que salir de aquí y tan pronto como tengamos cobertura, llamaremos a Lucian. El vehículo tiene un sistema de seguimiento GPS. Alguien de las Empresas Argeneau será capaz de saber donde está por lo que podremos darle caza. Lucian también puede llamar a un equipo de limpieza para que venga y cuide de estos chicos.-
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Mientras hablaba, Decker se había arrodillado para vaciar los bolsillos del renegado más cercano, buscando las llaves del coche, pero se detuvo y miró cuando Justin dijo sin aliento: -Uno de ellos desapareció.-¿Uno de qué desapareció?, - preguntó él. -Uno de los renegados. Había seis,- señaló. -Además del que Nicholas está persiguiendo, había otros cinco, pero ahora sólo hay cuatro aquí.Decker se levantó y contó rápidamente a los hombres del claro. Se maldijo cuando vio que sólo había cuatro. Uno de ellos había fingido que estaba inconsciente o se había recuperado mucho más rápidamente de los tranquilizantes de las balas de lo que debiera haberlo hecho. La idea le hizo mirar con cautela a los demás. Tendrían que atarlos rápidamente ... y no tenía lo necesario para hacerlo. Estaba todo en su vehículo. -¿Por qué no cogió el coche?,- preguntó Justin, distrayéndolo de esta preocupación. Decker se giró bruscamente hacia el coche estacionado en el borde del claro, haciendo una mueca al ver el problema. -Tiene una rueda pinchada.-Habrá sido una bala perdida, -señaló el chico y luego miró a Decker. Hablando de balas, ¿cómo te encuentras?.Decker hizo una mueca. Se sentía un poco mareado, un poco débil y las heridas le dolían terriblemente, pero lo único que dijo fue: -Viviré.Justin lo miró preocupado por un momento y luego soltó el brazo de Dani y se alejó, diciendo: -Voy a ver si hay una rueda de repuesto en el coche.-No.- dijo Decker rápidamente. -Si el quinto hombre fue alcanzado y de alguna manera se ha recuperado del tranquilizante rápidamente, no puede haberse recuperado por completo. Puede que simplemente haya recobrado la conciencia y la fuerza suficiente como para arrastrarse hacia el bosque. Pero también existe la posibilidad de que haya fingido estar herido.-
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-De cualquier manera es probable que esté por ahí, observándonos,- dijo Justin contrariado. Ambos guardaron silencio durante un momento, los ojos exploraron el bosque y a continuación Justin miró al hombre inconsciente que Decker había estado revisando y le dijo: -¿Qué pasa si el tranquilizante que cubría las balas era defectuoso?. Todos ellos podrían recuperarse.Decker observó a cada renegado, en busca de signos de recuperación. El que Nicholas había disparado con la ballesta tenía una flecha en el corazón y no se recuperaría hasta que alguien le quitara la flecha. Decker estaba muy seguro que el hombre al que le había disparado al final de la escaramuza, también tenía una bala en el corazón. Si la bala se había alojado allí y no lo había atravesado, por lo menos podría mantenerlo a raya durante un rato. Decker no se había preocupado por apuntarle al corazón al primer hombre al que había disparado y dudaba que Justin hubiera hecho lo mismo con el hombre al que él disparó. Tendrían que registrar a los hombres para obtener más información antes de que se pusieran a buscar en el bosque. -Mira en el coche, debe haber algo útil, - le ordenó Decker mientras examinaba a los dos hombres de los que más dudaba. -Y busca la rueda de repuesto mientras tanto.-Lo haré,- dijo Justin y se alejó. -¿Justin?,- lo llamó Decker . Cuando el chico se detuvo y se volvió, añadió con tono sombrío: -Mantén los ojos y oídos abiertos.Justin miró a los cuatro renegados caídos en el claro y luego al bosque que los rodeaba. Él asintió solemnemente y luego se fue con más cautela hacia el coche. Decker salió de los árboles y fue hacia al fuego para soltar un tronco que todavía ardía y que había utilizado como antorcha para buscar en el bosque mientras Justin cambiaba la rueda. Él no había encontrado nada. Parecía que el renegado desaparecido había conseguido huir.
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Miró por encima del hombro a los otros renegados. Justin los había atado con una cuerda que había encontrado en el coche. Decker se lo había ordenado antes de ir a buscar al que faltaba. Aunque no era probable que la cuerda los retuviera a todos por mucho tiempo si se despertaban, él esperaba que los demorara lo suficiente como para que Justin o él pudieran dispararles de nuevo antes de que aquéllos lograran liberarse. Puede que haya estado engañándose a sí mismo, era como enrollar fideos cocidos alrededor de sus tobillos y muñecas, pero eso le hizo sentirse mejor al dejar solos a Justin y a Dani en el claro con los renegados, mientras que él buscaba en el bosque. Decker miró a la mujer. Su mujer. Su compañera de vida, pensó con un poco de asombro. Ella estaba acurrucada y dormía en paz por el control de Justin. Aunque no le gustaba mantenerla bajo el control de un inmortal, le pareció lo mejor en este momento. -¿Has encontrado algo?.Decker miró a Justin cuando el joven inmortal llegó a su lado y negó con la cabeza. -Ni una sola cosa.Justin asintió con la cabeza, pero sonrió con satisfacción y anunció: -Los encontré cuando cambié la rueda.Cuando Decker, arqueó una ceja en forma inquisitiva, Justin tendió su mano y la abrió para revelar dos pequeños aparatos electrónicos en la palma. -Estaban pegados a la rueda.-¿Qué son?.- Decker cogió los artilugios y se arrodilló al lado del fuego para examinarlos. -Son de Nicholas, así supo cuando los renegados cogieron a las chicas y adónde se dirigían. Estoy bastante seguro de que uno es un dispositivo de escucha y el otro una especie de dispositivo de localización.-Hmm.- Decker miró primero un dispositivo y luego el otro. -Es lógico. Nicholas siempre fue un aficionado a la tecnología. Si Annie no hubiera muerto,
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creo que habría dejado de ser un ejecutor para trabajar en el laboratorio de tecnología de Bastien. -¿Annie era su compañera de vida?,- preguntó Justin. Decker, asintió con la cabeza. -¿Qué pasó con ella?.-Murió.- Decker cerró la mano con los artefactos electrónicos y se enderezó. -Su muerte es lo que lo llevó a la locura.Justin se mantuvo en silencio durante un momento y luego dijo: -He estado pensando.-Es un pasatiempo peligroso, -murmuró Decker casi ausente y miró hacia el coche para ver que había estado haciendo mientras él inspeccionaba el bosque. Justin había cambiado la rueda pinchada. Podían empezar a cazar a Nicholas. -Ja, ja,- murmuró Justin y luego dijo: -Me pregunto si es una buena idea dejar a los renegados aquí solos hasta que el equipo de limpieza llegue. Si ellos…-Vamos a llevarlos con nosotros, - lo interrumpió Decker. Ya tenían bastante con el inmortal que andaba suelto por el bosque. Los hombres caídos podrían despertarse antes de que el equipo de limpieza llegara o alguien pudo haber oído los disparos y para este momento puede que un coche de la PPO estuviera dirigiéndose hacia aquí para investigar lo que ha pasado. Si un policía mortal llegaba al claro y tropezaba con los cuerpos antes de que los inmortales se despertaran ... Decker, no quería ni pensar en los problemas que habría. Cuando Justin se relajó junto a él, obviamente aliviado por la noticia, agregó :Pero no los llevaremos hasta que no estemos seguros que no se despertarán en la parte trasera de la camioneta y nos atacarán.-¿Qué vamos a hacer?,- preguntó Justin. La respuesta de Decker fue levantar la rama larga que había encontrado en el bosque. Al hacer el movimiento sintió un dolor punzante en el pecho y la
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espalda, pero no le hizo caso. No era tan malo como antes y las náuseas habían pasado. Miró a Justin y vio que el joven inmortal estaba mirando el palo dubitativo. ¿Los vas a golpear?, - preguntó con incertidumbre. -No,- gruñó Decker, sin rechinar los dientes y comenzó a romper la rama en tres pedazos. -Vamos a incapacitar a los tres que están heridos de bala. El de la flecha no lo necesita, pero los demás son un riesgo si no hay algo que garantice que su corazón no puede bombear.-Podría matarlos si les dejamos las estacas mucho tiempo, - señaló Justin en voz baja. -Nosotros no. Sólo estamos dejándolos estacados hasta que podamos encontranos con el equipo de limpieza,- aseguró Decker y luego preguntó: ¿Dijiste que habías encontrado una lona en la parte trasera del coche?.-Sí,- dijo Justin y arqueó una ceja en forma interrogante. -Después de cargarlos en el coche vamos a cubrirlos con ella para que Dani no los vea y no se asuste.-Puede seguir dormida,- señaló Justin .-No hay necesidad de despertarla.Decker miró a Dani. Probablemente era mejor para ella seguir durmiendo, pero él no quería eso. Él quería que ella estuviera despierta para que poder hablar con ella y así redimirse ante sus ojos. Ahora la mujer pensaba que él era un patán torpe y le gustaría mucho que cambiara de idea. Pero también quería llegar a conocerla mejor. Era su compañera de vida o podría serlo si ella accedía. Después de doscientos cincuenta y nueve años de estar solo, estaba listo para ella. Él sólo tenía que cambiar la opinión que tenía ella sobre él y cortejarla para que lograr que lo viera como algo más que una parodia de Austin Powers como había dicho ella.
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Decker sacudió la cabeza. Él solía ser el epítome de la inteligencia y la competencia pero había sido cogido por sorpresa al darse cuenta de que no podía leerla y lo que eso significaba. -Ella podría darnos alguna pista sobre el tipo que se llevó a su hermana y así sería mas fácil cazarlo, -dijo Decker, pero sabía que era una excusa poco convincente. Justin ya había leído su mente y probablemente tenía todos los datos útiles. El joven inmortal no dijo nada, le entregó uno de los palos y le dijo: -Vamos a terminar con esto y a seguir adelante.-¿No deberíamos afilarlos?,- preguntó Justin, aceptando el plan improvisado. -No hay tiempo, -dijo Decker. -Sólo hay que clavarlos con un poco de fuerza.Justin se acercó a uno de los hombres y luego lo miró de nuevo para preguntar: -¿Qué pasa con los cuerpos del barranco?.Decker, miró hacia el borde del claro por sobre la zanja. Pensó en el asunto y luego sacudió la cabeza. -No vamos a ocuparnos de ellos. Lucian se encargará de hacer los arreglos para que alguien las encuentre y así sus familias podrán darles un entierro digno.Dani se despertó abruptamente, casi de manera poco natural, pensó confundida y se sentó en la cama dura y miró a su alrededor. Le llevo un rato comprender que no estaba en una cama, sino en el suelo de metal duro de una furgoneta. Sus recuerdos eran confusos y por un momento pensó que ella había soñado el rescate en el claro y todavía estaba en manos de los hombres que la habían secuestrado a ella y a su hermana, pero luego Dani echó un vistazo a los asientos delanteros y vio a un hombre sonriéndole desde el asiento del copiloto. No era Decker, tal vez, Argeneau...tal vez...Pimms, era otro hombre que no conocía. -El nombre es Justin,- dijo él presentándose a sí mismo alegremente y luego señaló al hombre a su lado y agregó: -Estoy con Decker, tal vez Argeneau, tal vez Pimms.-
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Dani dejó salir el aire lentamente, pero no se relajó. Estaba preocupada por su hermana era lo que ocupaba toda su mente. -¿Cómo te encuentras?.La pregunta hizo que Dani lo mirara con incredulidad. ¿Cómo se encontraba?. Había sido secuestrada, golpeada por un grupo de bestias, atrapada en medio de un tiroteo, y peor aún, su hermana había desaparecido y aún estaba en las garras de uno de esos animales. ¿Cómo se iba a sentir?. Moviendo la cabeza con disgusto, murmuró: -¿Esto es lo mejor que tiene el CSIS ?.¿Los semper fidelis ?.-Los semper fidelis son los Marines de EE.UU, - le informó Justin, más bien divertido. -Nosotros somos agentes del CSIS.- Por alguna razón, él se detuvo para echar una mirada burlona hacia Decker y luego continuó: -Nosotros los del CSIS somos chicos fuertes, inteligentes, atractivos y sexis.-Estoy segura,- dijo Dani en tono seco y luego se distrajo pensando en como había terminado de nuevo en esa furgoneta. Lo último que recordaba era que había corrido hacia la carretera, decidida a encontrar una casa con un coche y un teléfono para poder llamar a su familia y hacer lo que pudiera para encontrar a su hermana. Dani no tenía ni idea en absoluto cómo pudo haber terminado de vuelta en el coche y dormida. -No te preocupes,- dijo Justin, como si ella hubiera dicho su preocupaciones en voz alta. -Todo está bien. Estamos en camino y con suerte, pronto seremos capaces de obtener cobertura en el móvil para poder llamar.Dani se encontró atrapada por la intensidad de sus ojos, curiosamente, de repente no parecía importarle cómo había llegado hasta allí Cuando la preocupación desapareció, ella se arrastró de rodillas entre los asientos y miró con curiosidad por la ventana para ver que no estaban llegando al final de la senda de hierba y sintió los baches del camino de grava. No he dormido mucho, pensó Dani y se volvió para mirar a Decker. Por alguna razón estaban conduciendo con las luces interiores encendidas. No tenía idea de por qué, pero eso le permitía tener una mejor visión del hombre que tanto le había molestado. Parecía ser muy guapo, de pelo oscuro, rasgos finos y ojos que bajo esa luz
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parecían tener el color de la plata azulada. Tal como recordaba, él era alto y bien formado. En cuanto a apariencia, se ve que los agentes se ajustan a la imagen de James Bond, pensó. Es una pena que su inteligencia no sea comparable con su fuerza y su atractivo sexual. -No seas demasiado dura con Decker,- dijo Justin de pronto, obviamente había visto su expresión y adivinó sus pensamientos. -Después de todo, el hombre estaba conmocionado.-Cállate, Justin,- lo interrumpió Decker . Dani ignoró al conductor y miró al hombre en cuestión. -¿Por qué él estaba conmocionado?.Justin vaciló, y cuando habló se dio cuenta que no era lo que había querido decir. -Le dispararon cuando salió corriendo hacia la línea de fuego para ayudarte a salir de la zanja.-Maldita sea,- murmuró Decker cuando la cabeza de Dani giró bruscamente hacia él. Parecía enfadado y avergonzado, pero ignoraba la razón, cuando ella se inclinó más hacia adelante para mirar su pecho sus ojos se agrandaron cuando vio que en efecto, había un agujero de bala en el hombro de su camisa. -Te dispararon,- dijo ella con consternación. -¿Por qué estás conduciendo?. Tú deberías…¿Te has vendado la herida o algo así ?.A ella no le parecía que él lo hubiera hecho. Su camisa negra de manga larga estaba toda abotonada , así que no podía decir si había sangre en ella, pero la tela estaba abierta en la parte superior del pecho, pero no se veía si había un vendaje por debajo. Dani tiró de la camisa para comprobarlo. Lo que encontró fue un agujero en el hombro con una costra de sangre seca a su alrededor ... y un gran pecho masculino desnudo. Se obligó dejar de pensar en él desnudo. Dani se concentró en la herida. Parecía que la bala había atravesado el músculo debajo de su omóplato, sin tocar el hueso. Esa era una buena noticia por lo menos, pero debería haber más sangre en la herida y Dani sólo pudo
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imaginarse que por lo menos, él se había preocupado de detener el sangrado. Pero realmente necesitaba que se la limpiaran, le sacaran la bala y se la vendaran. -Déjalo,- murmuró Decker, agarrando su mano para que soltara la camisa. Estoy conduciendo.-Sí, bueno, no deberías hacerlo,- dijo ella con firmeza. -Para el coche para que pueda echarle un vistazo. Tu amigo puede conducir.-Justin-, dijo el amigo, recordándole su nombre. Dani no le hizo caso y tiró de la camisa de Decker. -Detente.-No, estoy bien. La bala sólo me rozó.Dani resopló. -No sólo te rozó, atravesó tu subescapular.-Su sub ¿qué?,- preguntó Justin con asombro. -Su subscapular,- repitió Dani y cuando lo miró le explicó:- Es un músculo que se inicia en el omóplato y corre hacia el frente del antebrazo rodeando el brazo por la parte interna.Las cejas de Justin elevaron asombradas y le preguntó: -¿Qué eres, médico o algo así?.-Sí.- Se volvió hacia Decker. -Para, así podré atender tu hombro.Él simplemente movió la cabeza. -Tenemos que buscar un sitio donde haya señal. Tenemos que encontrar el coche del secuestrador . ¿Te acuerdas de tu hermana?.Dani se mordió el labio, dividida entre insistir en parar o mantener la boca cerrada. Por un lado él estaba herido. Las heridas de bala que no eran complicadas sino recibían tratamiento podían dar lugar a una infección y a un
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shock séptico, donde la víctima tenía un cincuenta por ciento de posibilidades de morir. Por otro lado estaba su hermana, que estaba todavía en las garras de uno de los hombres que las habían secuestrado y podía estar en peligro. -Tengo cobertura,- dijo Justin de pronto y eso hizo que ella se ahorrara de tener que tomar una decisión. -Bien, -dijo Dani aliviada mientras Justin miraba el teléfono concentrado en la pantalla. Se volvió a Decker y señaló:-Ahora puedes parar así te miro el hombro mientras él hace la llamada para que rastreen tu vehículo y nos digan dónde está.-¿Cuanta cobertura tienes?,- preguntó Decker ignorándola -Una barra, -respondió Justin. -Pero nos estamos acercando.Decker, asintió con la cabeza. -Es posible que sea mejor parar, -sugirió Justin. - Ella puede sacarte la bala. Es médico. En ese caso, puede ser mejor dejar que ella te vea, mejor pronto que tarde.Dani frunció el ceño ante la forma significativa en que dijo las palabras. Sentía que había un mensaje en clave allí. Si era así, no lo entendía. Decker si lo entendió, sin embargo lo que hizo fue acelerar y la furgoneta anduvo más rápido. El viaje fue mucho más accidentado y Dani se encontró rebotando contra la carrocería. Cuando su pie tocó algo, ella dio un vistazo a los hombres que intentaban conservar el equilibrio en sus asientos, y miró por encima del hombro para ver lo que había tocado. Sus ojos se deslizaron sobre las formas desiguales cubiertas con algún tipo de lona. -¿Qué...?,- comenzó a decir y luego cerró la boca, después de que casi se mordiera su propia lengua, cuando cogieron un bache en el camino. En vez de arriesgarse a perder su lengua, Dani decidió averiguar por sí misma lo que había debajo de la lona, fue hacia la parte trasera para levantar el borde más cercano. La luz de la vieja camioneta que estaba sobre su cabeza arrojaba luces
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sobre la pila de cuerpos que se reveló, pero no tuvo ningún problema en reconocer a los hombres que la habían secuestrado a ella y a Stephanie. Le costó comprender que era lo que salía del pecho de uno de los individuos y probablemente también de los otros. Parecía que eran trozos de rama gruesas clavados en sus corazones. -Dos rayas,- dijo Justin y Dani miró al frente para ver que su cabeza estaba inclinada sobre el teléfono, mirando la pantalla. No se había dado cuenta que ella había visto a los hombres de la parte trasera. Ella los volvió a cubrir con la lona y se trasladado de nuevo a su sitio, su mente era un caos mientras trataba de asimilar lo que había visto debajo de la lona. Ver los cuerpos no le molestó, Dani había visto un montón de cadáveres, mientras estaba en la escuela de medicina y ella sabía que habían recibido disparos y probablemente murieron en el tiroteo del claro. Lo de las ramas clavadas en su pecho era lo que la desconcertaba, su mente daba vueltas como un pequeño perro que se muerde la cola. ¿Sería un procedimiento policial?. Dani dudó que profanar un cadáver fuera un procedimiento estándar para una organización como el CSIS y de repente se le ocurrió que realmente ella no tenía idea de quiénes eran estos hombres, salvo por lo que Decker le había dicho. No había visto algún distintivo o identificación de ningún tipo. Por lo que sabía, podían ser un par de chiflados tan peligrosos como los otros seis. -¿Qué hay debajo de la lona?,- preguntó ella de repente y no se perdió el modo en que los dos hombres se miraron entre sí, intercambiando un mensaje silencioso antes de que Decker se aclarara la garganta y admitiera: -Los hombres del claro.Dani permaneció callada durante un momento y luego preguntó: -¿Y qué pasa con las mujeres del barranco?.Se volvieron a mirar en silencio y a continuación Decker dijo: -Tuvimos que dejarlas atrás por el momento, Lucian, nuestro jefe, se encargará de que las autoridades locales las encuentren después de que hablemos con él.-
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Dani miró su perfil unos minutos, meditando en sus palabras. Se encargará de que las autoridades locales las encuentren, parecía una extraña manera de tratar el asunto, pero ella sólo preguntó: -¿Quién es el hombre que persigue al secuestrador de mi hermana ?. ¿Es del CSIS también?.Curiosamente, esta pregunta provocó una pausa muy larga antes de que Decker dijera: -Solía ser uno de nosotros.Antes de que Dani pudiera hacer otra pregunta, Decker desaceleró la furgoneta, ella miró por el parabrisas y vio que habían llegado al final del camino. -¿Cuantas rayas, Justin?, - preguntó él. -Tres.- Fue la respuesta desalentadora. Decker dio la vuelta a la derecha y condujo hasta una nueva carretera, dirigió el coche hacia un montículo antes de frenar y parar. - ¿Ahora?.-De cuatro a cinco.- Fue la respuesta. -Suficiente,- decidió Decker y aparcó en un pequeño pedazo de hierba entre el asfalto y la hilera de árboles. -Dame el teléfono.-Quizás debería llamar mientras Dani atiende tu hombro,- sugirió Justin en voz baja, y luego señaló: -Es médica. Ella va a seguir insistiendo hasta que dejes que te examine el hombro, es mejor si lo hace más temprano que tarde. -Permaneció en silencio durante un momento y luego agregó: -Si quieres yo puedo...- miró a Dani antes de que concluyera -…hacer lo mío.-No,- dijo Decker bruscamente y luego miró cautelosamente a Dani. Viendo que ésta estaba escuchando, se dio la vuelta y añadió: -Puedo llamar mientras me miras el hombro. Fue mí decisión el dejar las llaves puestas. Yo recibiré las críticas.-
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Justin se encogió de hombros, le entregó el teléfono y luego se volvió hacia Dani. -No encontré un kit de primeros auxilios cuando revisé la furgoneta, así que tendrás que conformarte con lo que tenemos. Tengo una navaja de bolsillo que puedes usar para sacar la bala, pero no sé lo que vas a utilizar para vendar y no hay nada para limpiar la herida.Dani se encogió de hombros y aceptó la navaja que le entregó. No tenía realmente ningún interés en mirar el hombro de Decker. Había algo mal aquí y ella de repente estaba segura de que los dos hombres no eran del CSIS o de cualquier otra organización policial. Dani ahora tenía miedo de que ella hubiera escapado de un grupo de locos sólo para caer en manos de otros. Sin embargo, ella antes había insistido en atender el hombro de Decker, por lo que negarse a ello ahora podría parecer sospechoso y eso era lo último que quería. Sería más fácil escapar si creían que ella todavía pensaba que estaba en manos seguras y estaba perfectamente contenta por estar allí, así que Dani simplemente miró a Decker y le preguntó: -¿Dónde quieres hacerlo?.Él vaciló y luego salió del asiento del conductor y fue hacia ella. Los cuerpos que estaban debajo de la lona ocupaban la mayor parte de la parte trasera, dejando un espacio muy pequeño para ellos dos. Dani se volvió y se trasladó hacia atrás hasta que se topó con la puerta lateral para tener el mayor espacio posible y Decker se arrodilló frente a ella. Cuando él empezó a desabrocharse la camisa, Dani observó cada centímetro de su piel desnuda hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y puso su atención en la navaja que sostenía mientras la abría. Luego la miró, su formación médica le recordó que no estaba esterilizada y que hurgar en la herida con un cuchillo sin esterilizar podía causar más daño que bien. La mirada de Dani se deslizó hacia la lona, pero regresó su mirada hacia Decker cuando éste giró un poco para que el hombro herido estuviera cerca de ella. Ella miró de mala gana la herida de bala y se encontró con el ceño fruncido y acercándose para verla mejor. -¿Qué pasa?,- preguntó Decker, con tensión en su voz.
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-Yo…nada,- dijo ella rápidamente, pero sabía que su expresión no lo engañaba. Dani no veía muchas heridas de bala en su trabajo. De hecho, ella nunca había visto una, pero si ella no supiera lo contrario, habría dicho que al hombre le habían disparado al menos hacía veinticuatro horas, en lugar de hacía aproximadamente unos quince minutos, en el tiroteo en el claro. -¿Por qué me miras así?. ¿Hay algo malo con la herida?,- preguntó Decker antes de que ella pudiera profundizar demasiado en las preguntas confusas que la atormentaban. -No, -mintió ella. -Simplemente no se ve tan mal como yo esperaba.-Te dije que no estaba mal,- le recordó. -Sí, lo hiciste,- dijo ella en voz baja y sus ojos volvieron a centrarse en la herida. La luz del techo no era muy potente, pero podía ver la bala justo dentro de la herida. Eso no podía ser normal. ¿No debería estar más adentro?.-Sólo saca la bala y véndala, -dijo Decker, cuando ella simplemente se quedó mirándola durante un momento. -Voy a estar bien.Dani dudó y luego admitió: -No me gusta usar una navaja que no está desinfectada.-Tampoco lo estaba la bala,- dijo él con un encogimiento de hombros y luego se concentró en el móvil mientras marcaba un número. Decker se lo apoyó en el oído y agregó: -Sólo sácala, y después haré que me la limpien y tomaré antibióticos.Dani suspiró y luego cogió de nuevo la navaja, pero se detuvo una vez más y miró a Justin. -No tendrás un encendedor o algo así, ¿verdad?.-No, pero vi uno en la guantera, espera.- Él desapareció de la vista y Dani le oyó rebuscar en la guantera. Después de un momento oyó un gruñido de
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satisfacción y luego Justin se inclinó hacia ella y le tendió un pequeño encendedor desechable. Dani lo aceptó aliviada. No era lo ideal, pero ciertamente era mejor que nada. Ella encendió el mechero y pasó la llama varias veces sobre la hoja , tratando de hacerlo lo suficientemente rápido que no dejar carbono, pero lo suficientemente lento para matar gérmenes o bacterias. Cuando terminó de hacerlo lo mejor posible, Dani se volvió hacia Decker, apoyó una mano sobre su hombro para no caerse y se inclinó. Su mente estaba en lo que estaba haciendo, pero no podía dejar de inhalar su olor natural mientras ella trabajaba. Era un olor picante y vegetal, era muy agradable e inconscientemente cerró la boca para inhalar más profundamente por la nariz. -Lucian, Nicholas estaba aquí,- dijo Decker de repente, provocándole casi un sobresalto cuando ella estaba cortando su pecho, Realmente debería haber dejado que Justin realizara la llamada, pensó ella con irritación y respiró profundamente para tranquilizarse. -No…hubo complicaciones, -dijo Decker al teléfono y luego la miró a ella y asintió con la cabeza, diciendo: -Adelante.Dani apretó los labios, pensando que sería mejor esperar hasta que terminara la llamada, pero se encogió de hombros y se apoyó de nuevo. Pronto descubrió que había hecho un diagnóstico correcto y que la bala estaba justo debajo de la herida. -Él estaba…él dijo que estaba siguiendo a unos re…chicos realmente malos,dijo Decker, su voz se mantenía firme mientras ella hurgaba y sacaba la bala. Estaba justo debajo de la piel, era fácil de sacar y por esa razón era un poco raro. ¿Qué tipo de arma deja una bala justo por debajo de la piel?.-Sí, has oído bien, él dice que sigue cazando a… los malos ... a pesar de estar retirado …,- dijo Decker. Dani dejó la bala en el suelo del coche, su atención estaba en lo que Decker estaba diciendo. Parecía evidente que el hombre hablaba en clave y habría pagado mucho por saber lo que realmente quería decir, pensó Dani y volvió a mirar la herida. Ella pensaba que empezaría a sangrar bastante una vez que le
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sacara la bala pero sólo había un poco de sangre. Esto fue suficiente para hacerle pensar que necesitaba regresar a la facultad y asistir a un par de cursos de trauma. Esto no era como había esperado. -Antes de explicarte, hay un par de cosas que tengo que decirte para empezar a... -dijo Decker, cuando ella miró a su alrededor buscando algo que pudiera usar para vendar la herida. Si bien no sangraba, era mejor vendarla y por lo menos así evitaría en parte el riesgo de infección. Desafortunadamente, no había nada que usar para vendarla. -Necesito que Bastien haga un seguimiento del coche para saber adónde se dirige,- dijo Decker y ella lo miró. El seguimiento del coche significaba encontrar a su hermana, algo que deseaba hacer mucho, pero también quería saber si estos chicos malos estaban lo suficientemente organizados como para hacer algo así. Eso le hizo pensar que podía haber estado en un error y que no eran chicos malos, a pesar del extraño tratamiento que le dieron a los cuerpos que estaban debajo de la lona. Decker cubrió la parte inferior del teléfono y dijo: -Está bastante bien. ¿Por qué no sales y estiras un poco las piernas mientras tienes oportunidad de hacerlo?.Era más una orden que una sugerencia y no había duda de ello. Parecía que quería privacidad para la llamada. Dani no dudó, ella asintió con la cabeza, abrió la puerta que estaba detrás de ella y luego salió de la camioneta. Parecía evidente que no iba a decir nada revelador frente a ella, de todos modos necesitaba tiempo para decidir si debía tratar de escapar o quedarse con ellos. Justin no la siguió fuera, se quedó para escuchar la conversación y Dani se encontró de pie al lado de la carretera, sin que nadie que le impidiera alejarse. El problema era que no estaba segura de qué era lo que debía hacer. Frunciendo el ceño, ella comenzó a pasearse por el camino, teniendo en cuenta la situación, parecía evidente que las cosas no eran lo que parecían. Tenía dudas de que estos hombres pertenecieran al CSIS. Estaba bastante segura de que le habían mentido y que le habían ocultado información.
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Por otra parte, Decker corrió el riesgo de salir de su lugar seguro en el bosque y arriesgarse a que le dispararan para sacarla de la zanja ... En el proceso le habían disparado. Esas no parecían las acciones de un villano. Y luego estaba el hecho de que a Stephanie se la habían llevado en su coche y estos hombres tenían un modo de rastrearlo. Ellos eran su mejor opción para encontrar a su hermana. Tal vez incluso su única esperanza. Se quedaría con ellos por ahora...pero decidió que iba a proceder con mucho cuidado con ellos. Vería, escucharía y aprendería lo que pudiera. Su vida y la de Stephanie, podrían depender de ello.
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Capítulo 3
-¡Maldita sea, Decker!. ¿Qué diablos está pasando?.¿Qué quieres decir con que hay rastrear el todo terreno?. ¿Lo perdiste?. ¿Cómo diablos pasó eso?. ¿Y cómo pudiste dejar que Nicholas se escapara?.Decker hizo una mueca ante el rugido en su oreja mientras miraba que Dani se alejaba un poco de la camioneta, y luego dijo: -Todo fue un poco más complicado de lo esperado.-Explícate.Decker se estremeció con el sonido de rechinar de dientes que se apoderó de la línea. El hombre estaba enojado... al punto de que estaba en peligro de romperse un colmillo si no tenía cuidado. Se aclaró la garganta, le contó de su conversación con Nicholas y todo lo que había sucedido. Hubo un momento de silencio cuando terminó de hablar, y luego su tío dijo lentamente: -Déjame aclarar esto. ¿Nicholas sigue persiguiendo a los renegados a pesar de ser él mismo un renegado?.-Eso fue lo que él dijo-, respondió Decker en un tono neutro. -¿Y ustedes dos le ayudaron con este nido?.-Sí. - Decker, deslizó la mirada hacia la lona que cubría los cuerpos. -Había seis. Tenían un campamento en el bosque y había un pequeño barranco cerca donde había dos cadáveres. Por lo que pude ver al dar un vistazo rápido estaban en muy mal estado. Estos tipos las masacraran... lentamente.-Dime dónde es y voy a mandar un equipo de limpieza y veré si hay algo que se pueda hacer antes de que las autoridades se dirijan hacia allí-, dijo Lucian cansado.
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Decker le dijo rápidamente el nombre de la carretera y le dio las instrucciones para llegar al barranco. Cuando terminó, Lucian le preguntó: -¿Qué pasó con esos renegados?. ¿Los atraparon?.-Sólo a cuatro-, admitió él con tono grave. -Tenían a dos chicas nuevas que acababan de secuestrar y logramos rescatar a una de ellas, pero el sexto hombre se escapó usando a la segunda chica como escudo. Él... -Decker hizo una pausa y se aclaró la garganta antes de admitir -…Yo había dejado las llaves en el todo terreno en caso de que Nicholas se fugara y tuviéramos que darle caza a toda prisa. El sexto renegado se aprovechó de ello y huyó en el vehículo. Nicholas se marchó detrás de ellos en su camioneta, mientras Bricker y yo nos encargábamos de los otros. Lucian maldijo en el otro extremo de la línea y luego exclamó, -¿Qué pasó con el otro renegado?. ¿Dices que él también se escapó?.-Sí. Había cinco en el suelo cuando me lancé tras Nicholas. Cuando volvimos al claro, sólo había cuatro. O el quinto fingió estar golpeado o tenemos balas recubiertas con un lote de tranquilizantes débiles y se recuperó lo suficientemente rápido como para escapar a los pocos minutos de habernos ido.-¿Qué hiciste con los cuatro?.-Los estacamos para aseguramos de que no se recuperarán y los tenemos con nosotros en este momento. Me pareció mejor que dejarlos para que alguien pudiera encontrarlos.-Bien, bien-, dijo Lucian, que sonaba más tranquilo. -Está bien, ¿así que ahora tienen que encontrar a Nicholas y a los dos renegados?.Por eso te pedí que rastrearan el vehículo. Si Nicholas está persiguiéndolo y podemos alcanzar el todo terreno, tal vez encontremos a Nicholas y al menos a un renegado.-
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-Y también rescatamos a la segunda chica -, murmuró Lucian-. Voy a llamar a Bastien para que se ponga a rastrearlo. ¿Supongo que tienes un vehículo para seguirlos?.-Tomamos la camioneta.-¿Qué pasó con la sangre?.-En el todo terreno.-Junto con sus armas-, dijo Lucian, sonando irritado de nuevo. -Sí-, admitió Decker en voz baja-. Tenemos un par de pistolas cada uno, pero con poca munición.-Está bien. Quédate allí. Llamaré a Bastien para que ponga todo en funcionamiento. Volveré a llamarte cuando tenga las coordenadas y un plan para poder obtener un nuevo vehículo con sangre y armas para ti.Decker gruñó y esperó un momento para ver si había más instrucciones. Cuando el único sonido fue el clic del teléfono desconectado, cerró su propio teléfono con un suspiro. -¿Va a rastrear la camioneta y a enviar a un equipo para que se ocupe de la limpieza en el claro del bosque?,- preguntó Justin mientras observaba a Decker meter el teléfono en el bolsillo. -Sí. Y se ocupará de ver cómo harán para hacernos llegar otro todo terreno con sangre y armas.La mirada de Justin se trasladó a los cuerpos cubiertos por la lona. -Será agradable librarnos de estos tipos. Sigo pensando que vi un moviendo en la lona por el rabillo del ojo. Sigo mirando por sobre mi espalda, esperando que ellos se sienten y nos ataquen.-
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-Ves demasiada televisión-, dijo Decker disgustado-. Han sido estacados. Ellos no van a ir a ninguna parte.-Sí, bueno, estaré contento de deshacerme de ellos-, murmuró Justin, y luego preguntó -¿el que nos traiga el nuevo vehículo también se llevará a Dani?.Decker se puso rígido y sacudió la cabeza. -No. Ella se quedará con nosotros. Podría ser útil para ayudarnos a mantener calmada a Stephanie cuando la encontremos,- añadió, pero sabía que Justin no se dejó engañar creyendo que esa era la verdadera razón por la que quería mantener a Dani con él. Podían controlar a Stephanie como Justin había controlado a Dani si fuera necesario. Se dio vuelta para evitar los ojos del otro hombre, miró por la ventana, en busca de la mujer en cuestión, y luego frunció el ceño. -¿Dónde está ella?.Justin siguió su mirada, y luego se volvió y miró a través de las ventanas en el lado opuesto. -Ahí está.Decker miró alrededor y vio a Dani a un costado de la carretera, a un centenar de metros de distancia. -No creo que esté escapando, ¿verdad? -preguntó Justin, sonando curioso. -No. - Decker abrió la puerta de la camioneta deslizándola y salió fuera. -Te dije que debías dejarme mantenerla bajo mi control-, dijo Justin con aire de suficiencia. -Ella ni siquiera habría tenido que salir de la camioneta.-No-, repitió Decker con firmeza, volviendo a mirar a través de la puerta abierta-. No la controles más. No me gusta que estés dentro de su cabeza. Quédate fuera de su mente.Justin arqueó una ceja. -¿Y si realmente trata de huir?.-
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-Entonces la detendré, -dijo Decker con firmeza. Empezó a deslizar la puerta cerrándola y luego hizo una pausa para mirar a al chico con expresión sombría-. Ella es mía. Mantente alejado de su cabeza.-Tengo cien años, apenas soy un niño-, dijo Justin secamente, arrancando el pensamiento de su mente. Decker sólo frunció el ceño, cerró la puerta, y comenzó rodear la camioneta dirigiéndose en dirección a Dani. Justin bajó la ventanilla del lado del conductor y se asomó para decirle en voz baja, -No tardes demasiado . Creo que deberíamos espera la llamada en la ciudad.Decker se detuvo y miró hacia atrás. Su tono era seco cuando dijo: -Déjame adivinar, tienes hambre.-Si-, admitió Justin, y luego agregó: -Pero tú también estás empezando a palidecer. Vas a necesitar sangre pronto.Decker se encogió de hombros y se volvió para continuar yendo en pos de Dani. No se sorprendió de escuchar que estaba pálido. Le habían disparado dos veces, y su cuerpo había estado trabajando horas extras para hacer las reparaciones. Seguía utilizando sangre para hacerlo y pronto tendría que reponerla. Si Decker no se hubiera distraído con todo lo que sucedía, se habría dado cuenta hacía mucho tiempo del dolor en el estómago, la forma en que su cuerpo le decía que quería más sangre. Ciertamente, se dio cuenta ahora, cuando Justin le había hecho pensar en ello, y eso le hizo desear que Lucian fuera rápido para conseguirles otra camioneta y sangre para ellos. Una brisa fresca en su pecho llamó la atención de Decker sobre el hecho de que su camisa estaba todavía sin abrochar. Afortunadamente, Justin no lo había mencionado, y Dani no había conseguido echarle un vistazo a su espalda para ver, que en realidad le habían disparado dos veces. Mientras se cerraba la camisa, Decker empezó a preocuparse por si Dani no habría visto más de lo que debía, y por lo que habría pensado cuando atendía su herida. Parecía evidente
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que ella había notado algo fuera de lugar cuando le había quitado la bala. Decker supuso que la curación debía ser mucho más lenta si fuera un mortal. Los de su clase se curaban mucho más rápido. Es por eso que Justin había insistido en decirle que debía dejar que ella le mirara la herida más temprano que tarde. Dentro de las siguientes veinticuatro horas la bala, junto con la otra de la espalda, serán expulsadas de su cuerpo y Decker habrá cicatrizado completamente. Siendo médica, aún habiéndolo examinado tan rápido como lo hizo, Dani debió haberse dado cuenta de que la bala estaba mucho más cerca de la superficie de lo que debía estar. No tenía idea de cómo se explicó esto a sí misma, pero no lo había comentado, y esperaba que ahora que había hecho todo lo posible por extraer la bala dejara insistir sobre ello. Decker desechó esa preocupación mientras se acercaba a Dani. Estaba a punto de tocar en su hombro cuando de repente aquélla giró en su dirección. Ella dio un salto atrás dando un grito ahogado por la sorpresa al verlo allí de pie. -¿Adónde ibas? - , preguntó él. -Yo estaba caminando para distraerme de las preocupaciones-, respondió ella, y luego se fue junto con él en dirección a la camioneta. -Así que, ¿ellos podrán rastrear el todo terreno?. ¿Estamos listos para irnos?.-Están rastreándolo ahora. Llamarán cuando tengan algo-, respondió él a continuación. Ella asintió. -¿No deberíamos ponernos en camino de todos modos?.¿Tal vez ir a la ciudad?. Podríamos ahorrar algo de tiempo para cuando llamen.-O eso podría añadir más tiempo, si nos dirigimos en la dirección equivocada-, señaló él y luego movió la cabeza. -Estamos en una mejor situación si nos quedamos esperando hasta que Lucian vuelva a llamar.-Supongo que tienes razón-, dijo ella con tristeza.
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-No debería tomar mucho tiempo-, aseguró Decker con brusquedad, y luego, para que ella se distrajera de su preocupación, le dijo -. Cuéntame qué es lo que pasó.Cuando ella se detuvo y lo miró, él agregó-, nos ayudará a encontrar la manera de abordar mejor la situación cuando lleguemos hasta tu hermana y al hombre que la tiene.Dani estuvo en silencio durante tanto tiempo que él pensó que no iba a responder, pero luego dijo: -Vinimos a una reunión familiar. Mi tío es dueño de una casa con varias cabañas de campo en su propiedad, y una vez al año reúne a toda la familia para pasar un fin de semana.- Ella frunció el ceño y luego admitió: -Normalmente estoy demasiado ocupada para venir, pero este año me las arreglé para conseguir algo de tiempo libre.Decker, asintió con la cabeza y no mencionó que estaba muy contento de que ella lo tuviera. Dudaba mucho de que ella lo estuviera en este momento. -Se suponía que íbamos a salir esta noche para evitar el tránsito del fin de semana. Fue mi idea…-, agregó Dani con amargura, sin duda pensando que si se hubiera marchado en la mañana del domingo en vez de por la noche, nada de esto hubiera ocurrido. Era una excusa para echarse la culpa por lo ocurrido, y Decker estaba buscando en su mente algo que decirle para aliviarla de la culpa cuando ella continuó: -…de todos modos Stephanie quería venir conmigo para no hacinarse en la camioneta con mi papá y nuestros hermanos y hermanas.-¿Cuántos son?, - preguntó él con curiosidad. -Yo, Stephanie, que es la más joven, y dos hermanos y dos hermanas más en el medio-, respondió Dani y sonrió con ironía cuando señaló-, la camioneta estaba bastante llena de equipaje y de pasajeros, y pensé que tener compañía sería algo bueno, así que le dije que sí.Decker, asintió con la cabeza.
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-Stephanie quería algunos bocadillos para el viaje hasta casa, así que entré en la tienda de comestibles-. Dejó escapar el aliento en un suspiro triste-. Debería haberme detenido en una tienda de café o algo así.Yo…-Lo que sucedió no es culpa tuya, Dani-, dijo él en voz baja. -¿No lo es?, - preguntó ella con voz ronca. Él sacudió la cabeza. -Parece que estás utilizando todas las decisiones que tomaste como una razón para culparte a ti misma, pero no fue tu culpa.Dani se encogió de hombros con la mirada puesta sobre el terreno por delante, y Decker sabía que no estaba oyendo lo que él decía. -Fue idea de tu tío hacer la reunión este fin de semana. Si él no la hubiera hecho, tú no hubieras venido aquí. ¿Lo culpas a él?.-No, por supuesto que no-, dijo ella a la vez, y él asintió con la cabeza. -Bueno, el hecho de que hiciste tu estancia más corta para evitar el tránsito, y que accediste a parar en la tienda de comestibles para que tu hermana pudiera comprar algunos bocadillos no significa que fuera tu culpa. Si quieres echar culpas, ponlas en el lugar al que pertenecen... en los hombres que las llevaron.Dani dejó salir el aire lentamente. -Tienes razón, por supuesto.-Pero todavía te culpas a ti misma-, adivinó Decker secamente. -Tal vez-, admitió ella con un gesto irónico-. Pero lo voy a intentar.Sabiendo que era lo mejor que podía esperar, Decker, lo dejó pasar y le preguntó: -¿Te agarraron en el camino hacia la tienda o a la salida?.-A la salida-, contestó Dani, y luego sonrió, admitiendo-, Stephanie se enloqueció al elegir. Mi madre no permite la comida chatarra en la casa y Stephi se volvió loca recogiendo todo lo que ella ama pero que raramente come. Ambas íbamos cargadas con bolsas cuando salimos. La camioneta estaba
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estacionada al lado del coche cuando volvimos. No pensé mucho en eso, y luego…Los ojos de Decker se concentraron en su rostro, observando el desconcierto y la confusión que reinaban allí. -¿Qué pasó?.-Yo… nosotros… la puerta de la camioneta se abrió y Stephanie y yo sólo dejamos caer las bolsas y subimos a la camioneta. No sé por qué, pero sencillamente lo hicimos-, dijo ella asombrada. -¿Y entonces qué pasó?, - preguntó Decker, para que ella no pensara en eso por demasiado tiempo. Era obvio que los renegados habían controlado sus mentes, pero difícilmente podría explicárselo. Dani dudó, evidentemente, todavía turbada por sus propias acciones, y luego continuó: -Una vez que estábamos en la camioneta de repente supe que no deberíamos estar allí y agarré el brazo de Stephanie y traté de arrastrarla hacia fuera. Los hombres se rieron, y uno me golpeó la espalda y otro agarró a Stephanie y la tiró sobre su regazo y comenzó a manosearla, traté de ayudarla, pero sólo logré que me golpearan de nuevo. El hombre que me golpeó parecía disfrutarlo,- añadió con rabia, y luego la expresión se nubló por la confusión: -Y entonces el conductor les dijo que dejaran de jugar con la comida.Decker apretó los labios pero se limitó a decir: - ¿Qué pasó después?.-El tipo que estaba con Stephanie dijo algo así como … Ey, papá, sólo estamos divirtiéndonos un poco.Esto pareció desconcertarla aún más y Decker no se sorprendió. Todos los inmortales parecían tener de veinticinco a treinta años. El padre se vería demasiado joven para ser llamado así por los demás. -Debe ser un apodo-, dijo Dani, sacudiendo la cabeza. -Ellos prácticamente nos dejaron solas después de eso, sólo se quedaron mirándonos con esa expresión ansiosa y hambrienta que me daba escalofríos. Después de unos minutos, Stephanie dejó de gritar y luego llegamos al claro. Nos sacaron a rastras de la
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camioneta y nos hicieron sentar en el suelo, mientras que hacían una fogata y eso fue todo. Fue entonces cuando supe que mi teléfono no tenía señal allí.Decker, asintió con la cabeza, recordando que ella dijo que no había podido obtener señal. Eso fue probablemente la razón por la que los hombres no le habían quitado su teléfono. -Cuando los hombres terminaron de recoger leña y habían encendido el fuego, se unieron a nosotros en torno al fuego y les pregunté qué era lo que iban a hacer con nosotras. Todos ellos se echaron a reír y luego uno de ellos me arrastró hasta la colina y tiró un tronco en llamas en el barranco y allí había dos mujeres…Su voz se ahogó y Decker cogió su mano y le dio un apretón. -No tienes que decírmelo, lo vi.Ella asintió y se quedó en silencio, y Decker meditó en lo que había dicho. Los hombres habían controlado su mente y la de Stephanie para conseguir que subieran a la camioneta, pero luego habían retirado el control y les permitieron luchar y estar aterrorizadas. Ellos no tenían que hacerlo. Podrían haberlas mantenido bajo su control e inconcientes todo el tiempo, pero al parecer disfrutaban del horror de sus víctimas con la experiencia. -Pobres mujeres-, dijo Dani con tristeza -, y sus pobres familias.-Sí-, dijo él simplemente, y le apretó la mano de nuevo. Ella lo miró y le dijo a regañadientes: -Supongo que te debo mi vida.-No le debes nada a nadie-, dijo él con brusquedad. Dani se encogió de hombros y le preguntó: -¿Tú ya sospechabas que estos hombres eran responsables de la desaparición de esas mujeres?.¿Ustedes los estaban siguiendo cuando nos apresaron?.-Nicholas estaba siguiéndolos,- admitió él a regañadientes.
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-¿Él que se fue tras de mi hermana?, -preguntó Dani. Él asintió con la cabeza. -¿Acaso nos vio cuando fuimos secuestradas en el estacionamiento, o …-No. Él estaba en un restaurante a buena distancia cuando eso ocurrió-, dijo Decker, y al ver la pregunta en los ojos, explicó-, tengo entendido que puso un aparato de escucha y rastreo en la rueda de la camioneta. Oyó cuando las secuestraron y utilizó el dispositivo para seguirlos.-¿Y cómo terminaron Justin y tú allí?, -preguntó ella. -Seguíamos a Nicholas-, dijo él en forma concisa. -¿Por qué seguían a Nicholas?.Decker se movió incómodo y simplemente dijo: -Estaba saliendo de un restaurante cuando llegamos allí, así que fuimos tras él.La forma en que sus ojos se entornaron sugirió que no era una respuesta muy satisfactoria. No se sorprendió cuando ella le preguntó: -¿Quién es exactamente este Nicholas?.Decker buscaba en su mente la manera de responderle y finalmente dijo: -Solía trabajar con nosotros.-Entonces, ¿por qué no te llamó él hasta ahora para decirte que estaba siguiendo al todo terreno?.-Él no tiene mi número de teléfono-, dijo Decker, contento de ser capaz de responder honestamente al menos a esa pregunta. No había teléfonos móviles cuando Nicholas se convirtió en renegado y desapareció. Antes de que ella pudiera preguntar, añadió -y yo tampoco conozco su número.-
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-¿Tu jefe lo sabe? -preguntó ella. -No.-Oh-. Los hombros de Dani cayeron brevemente y comenzó a caminar de nuevo, pero había hecho sólo unos pasos más cuando se detuvo y se volvió hacia él con entusiasmo. -El dispositivo de escucha. -¿Y qué?, - preguntó él. Nicholas todavía podría tener el receptor,- señaló ella, y sugirió: -Tú puedes hablar en él y darle tu número y pedirle que te llame.Decker alzó las cejas ante la sugerencia. Era una idea inteligente, o podría serlo, si hubiera alguna posibilidad de que Nicholas llamara. No la había, pero las palabras de Dani le hicieron darse cuenta de que había pasado totalmente por alto la presencia de los dispositivos. Nicholas bien pudo haberlos escuchado. Justin los había puesto en uno de los portavasos entre los dos asientos delanteros y rápidamente se habían olvidado de ellos. Nicholas había escuchado todo lo que habían dicho en la camioneta, incluyendo su parte de la conversación telefónica con Lucian, y el dispositivo de rastreo le decía dónde estaban ellos exactamente en estos momentos. Era lo que Decker hubiera hecho si la situación se invirtiera y debería haber pensado en ello, pero en su afán por lograr hacer las cosas y seguir adelante, tanto él como Justin se habían olvidado de los dos artilugios. Por lo menos sabía que él se había olvidado, y sospechaba que Justin también, o éste le habría dicho algo. -Vamos. - Dani corrió hacia la camioneta. Decker la siguió más despacio. Estaba bastante seguro de que Nicholas no lo llamaría, y Dani se decepcionaría cuando no lo hiciera. Además ella preguntaría por qué aquél no estaba llamando y empezaría a hacer más preguntas, que él no deseaba o no necesitaba. Por otro lado, tratar de disuadirla de su plan sólo traería esas preguntas más temprano.
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Justin estaba sentado de costado en el asiento delantero del pasajero, con la puerta abierta y las piernas colgando. Bajó cuando ellos llegaron y dejó que la puerta se cerrara, tenía las cejas alzadas en un gesto de interrogación. Dani con una sonrisa brillante anunció: - Se me acaba de ocurrir que no tenemos que esperar a que llame este Lucian para rastrear el todo terreno. Nicholas puede decirnos dónde está porque él lo está siguiendo.-¿Nicholas?, -preguntó Justin dubitativo, deslizando su mirada hacia Decker. -Decker me dijo que él no sabe el número de su teléfono celular, pero ¿y si pudieran hablar por el dispositiva de escucha y decirle el número?. Entonces él podría llamarnos.-Pero... - comenzó a decir Justin, y luego se detuvo cuando Decker captó su atención y negó con la cabeza. -¿Qué?, -preguntó Dani. Como Justin permaneció en silencio, con su mirada clavada en Decker, ella suspiró y dijo: -Ustedes quieren hablar. Los espero en la camioneta.Ambos guardaron silencio mientras ella abría la puerta trasera y se introdujo en el momento en que se cerró, Justin y Decker se alejaron unos pocos metros de la camioneta y luego él admitió: -Me había olvidado de los dispositivos de escucha y rastreo.-Yo también,- admitió Decker, y luego levantó una ceja cuando Justin de repente frunció el ceño y miró de nuevo a la camioneta. -¿Qué pasa?.-Tal vez yo debería leerla-, sugirió Justin-. Sólo para asegurarnos de que no trata de enviarle un mensaje a Nicholas.Decker sacudió la cabeza. -Ella no sabe que los dispositivos están en el posavasos. Ella esperará a que intentemos hablar en él.Justin asintió con la cabeza, pero luego señaló: - Él no va a llamar.-
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-No-, estuvo Decker de acuerdo. -Pero es mejor dejar que lo intente, que tener explicarle la razón por la que él no lo hará. Espero que Lucian llame pronto y ella esté lo suficientemente distraída por perseguir a su hermana para no darse cuenta de que Nicholas no llamó.Justin permaneció en silencio durante un momento y luego dijo: -Podríamos dejar que lo intente... o podríamos decirle que estaban rotos y guardarlos para tender una trampa a Nicholas más tarde.Cuando las cejas de Decker se elevaron, señaló: -Si nos ha estado escuchando hasta ahora, Nicholas probablemente cree que nos hemos olvidado por completo del transmisor y del rastreador porque hemos hablado delante de ellos. Si continúa pensando que eso es posible quizás podamos utilizarlo para tenderle una trampa para atraparlo.Decker estaba sacudiendo la cabeza antes de que Justin acabara, y una vez que éste se quedó en silencio, le dijo: -Como has señalado, Nicholas probablemente ha escuchado mi llamada telefónica con Lucian y sabe que vamos a rastrear el todo terreno. De todos modos sabrá que estamos tras su rastro y estará alerta. Nicholas era uno de los mejores. No vamos a sorprenderlo sin un plan condenadamente bueno.Justin hizo una breve pausa antes de sugerir: -Después de la próxima llamada de Lucian, podrías decirme que él te dijo que Bastien no pudo rastrear el vehículo porque el GPS no funcionaba por alguna razón. Si hacemos eso y desactivamos el dispositivo, Nicholas no sabrá hacia dónde nos dirigimos. Aunque,- añadió - yo no recomendaría desactivar el dispositivo tratando de extraerle la batería si es que existe. Bastien puede ser capaz de utilizar el artefacto para de alguna manera revertir el rastreo y ubicar a Nicholas.-¿Podría hacerlo?, -preguntó Decker sorprendido. -No estoy seguro-, dijo el joven inmortal. -Yo miro un montón de cosas de ciencia ficción, pero no soy un aficionado a la tecnología.-
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Decker lo miró con el ceño fruncido. La idea era buena, y deseaba haberla pensado él mismo. En primer lugar Dani se acordó del transmisor que él y Justin habían olvidado, y ahora Bricker, había ideado un plan para utilizar el dispositivo para atrapar a Nicholas. ¿Cuándo había desaparecido su cerebro?. Él solía ser el primero en tener estas ideas. -No seas tan duro contigo mismo-, dijo Justin suavemente, dándole una palmada sobre su hombro. Luego agregó burlonamente,- cuando Mortimer encontró a su compañera de vida también se convirtió en un idiota.Decker frunció el ceño. Encontrar una compañera de vida también había hecho que Mortimer estuviera tan disperso que podían leer fácilmente su mente, recordó. Decker decidió que no le gustaba que su mente fuera un libro abierto para los demás y que necesitaba tener más cuidado, estar menos distraído y mantener la guardia. -Si es que puedes-, comentó Justin, al parecer, seguía leyendo sus pensamientos. -Mortimer no ha sido muy bueno en eso nunca más. Dudo que tú lo seas.Decker abrió la boca para decirle adónde podía irse, pero Justin se anticipó y le preguntó: -¿Ya tienes hambre ?.Casi le dijo que no, pero en verdad, sus dolores de estómago estaban empeorando, y finalmente admitió: - Podría tomar una bolsa de sangre o cuatro.-Cuatro, ¿eh?, -se rió Justin. -Desafortunadamente, no tenemos ninguna a mano ahora. Me refería a alimentos.-Oh. No, no estoy hambriento.- Él frunció el ceño. Aparte de no ser capaz de leer la mente, y tener dificultad para mantener sus propios pensamientos para sí, el despertar del apetito por la comida y el sexo y muchas otras cosas, venía por lo general con la llegada de una compañera de vida. Siendo ese el caso, el hecho de que no estaba de repente hambriento era un poco preocupante y le preguntó: -¿Por qué no lo estoy?.-
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Justin no parecía tan preocupado. Encogiéndose de hombros, dijo: -Tal vez se tarda más tiempo para que eso acontezca. O tal vez en realidad tienes que estar alrededor de la comida. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que comiste, de todos modos?.-Me detuve cuando cumplí ciento veinte-, admitió Decker. Bricker lo miró horrorizado. -Eso significa que yo sólo podré comer durante otros veinte años más o menos-. Pensó en ello y luego movió la cabeza con firmeza-. De ninguna manera... aunque, - añadió con preocupación, -la hamburguesa que comí la última vez que paramos en el café no me pareció tan buena como siempre.-Ese café era horrible-, dijo Decker secamente-. La hamburguesa probablemente estaba hecho con carne de un animal atropellado.-Hmm. - Él se mostró inquieto y luego preguntó: -¿Qué edad tenías cuando dejaste de tener relaciones sexuales?.-Hace ochenta años,- contestó Decker. Justin sonrió. -Te tomó un poco más de tiempo cansarte del sexo, que de la comida, ¿eh?. No me sorprende. Incluso todavía no entiendo cómo es posible estar cansado del sexo. No me puedo imaginar ese día. Estoy bastante seguro de que podría hacerlo todos los días, aún dos o tres veces al día durante los próximos milenios y no me cansaría de eso.Decker se encogió de hombros, pensando que el joven inmortal lo entendería dentro de aproximadamente otro siglo. -No, no voy a entenderlo en aproximadamente otros cien años -, dijo Justin con seguridad, sin dejar de leer su mente-. Voy a querer tener relaciones sexuales hasta que me muera. Las mujeres son increíbles. Cada una tiene diferente forma, tamaño, color, incluso textura.-¿Textura?, -preguntó Decker, con la ceja levantada.
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-Claro. Algunas son más suaves, algunas lo son menos, pero todas son hermosas en su propio estilo.Decker suponía que tendría que estar de acuerdo con eso. Su mirada se deslizó a la camioneta y sobre la mujer apenas visible a través del cristal, y pensó que, si bien todas las mujeres eran hermosas, algunas eran más bellas que otras.
Dani esperó hasta que Decker se volviera hacia Justin para seguir habándole y luego se inclinó y cerró completamente la ventana. La había bajado en un momento en que los hombres no estaban mirándola para poder oír lo que decían... y lo había conseguido. Ella se sentó sobre sus talones y consideró lo que había escuchado. La última parte había sido motivo de preocupación. ¿Decker dejó de comer a los ciento veinte años?.¿Y dejó de tener relaciones sexuales hacía ochenta años?. El hombre no podía tener más de treinta años de edad. ¿Qué tonterías estaba soltando por ahí?.¿Y la respuesta de Justin de tener solamente veinte años más antes de llegar a ciento veinte y dejar de comer?.Dani no necesitaba tener una formación médica para saber que los dos hombres estaban total y absolutamente delirantes. Un sonido de un susurro atrajo su mirada a la cubierta de lona detrás de ella cuando algo se movió y la rozó. Dani hizo una mueca. Bueno, delirante era un término demasiado suave. Parecía que después de todo, estaba de hecho en compañía de dos hombres locos. No era una idea feliz, decidió, sobre todo porque el que estuvieran locos no cambiaba el hecho de que seguían siendo su mejor oportunidad de encontrar a su hermana. A menos, pensó Dani de pronto, su mirada se deslizó hacia el portavasos entre los dos asientos delanteros. Allí era donde había oído decir a Decker que estaba el transmisor, y ella se inclinó para espiar sigilosamente mientras su mente se agitaba . De acuerdo a lo que dijo Decker, Justin y él habían seguido a Nicholas hasta donde su hermana y ella estaban retenidas, Así que Nicholas era el único que realmente había corrido para salvarlas, no los otros dos. Y Nicholas era él
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que ahora estaba persiguiendo a su hermana. Todavía estaba tratando de salvarla, mientras que estos dos parecían más interesados en capturarlo que en ayudar a su hermana. Nicholas había sido también el que usó una ballesta en lugar de un arma de fuego. Él había estado sosteniendo ese arma inusual cuando se había lanzado tras su hermana y el hombre que la arrastraba lejos del claro. Pero estos dos habían aparecido desde detrás de los árboles disparando armas de fuego, aunque ella no había visto ni una sola arma desde que despertó en la parte trasera de la camioneta. Pero no se preocupó demasiado por ello, aunque estaba más preocupada por el hecho de que por lo que ella sabía, no era legal que los ciudadanos portaran armas en Canadá. Las únicas personas que normalmente las llevaban eran policías... y los malos que las compraban en el mercado negro o de varias formas desagradables. Dani estaba muy segura de que estos tipos no eran policías. Por lo que acababa de oír, nunca habrían aprobado el examen psicotécnico... lo que significaba que probablemente también eran chicos malos y Nicholas era el único hombre bueno por los alrededores. Ella miró por la ventana y vio que los hombres seguían profundamente concentrados en la conversación, se deslizó hacia adelante hasta arrodillarse entre los dos asientos delanteros. Lanzó otra mirada nerviosa por la ventana y continuó mirándolos mientras hablaba cerca del portavasos. -¿Nicholas?. Si me oyes, soy Dani, la otra mujer que protegiste esta noche. Hizo una pausa y se lamió los labios y luego continuó: -Decker y Bricker van a tenderte una trampa, utilizando el transmisor y el dispositivo de seguimiento que dejaste en la camioneta. Piensan que probablemente creas que ellos no se acuerdan de los dispositivos que se encuentran aquí y van a tratar de utilizarlos para encontrarte.Dani se detuvo de nuevo y cerró los ojos un instante antes de continuar. -Tengo miedo. Decker me dijo que trabaja para el CSIS, pero no hay forma posible. Está loco. Les oí hablar y me parece que cree que tiene cientos de años.-Yo no sé qué hacer-, admitió-. Estoy desgarrada entre huir por mi cuenta y permanecer con ellos, porque ellos pueden rastrear el todo terreno que tiene a
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Stephanie y tengo que encontrar a mi hermana, quiero que salga con vida de esto. Si eres lo que creo que eres, una especie de cazador de recompensas o detective privado o algo así, por favor, llámame.Dani recitó su número de teléfono móvil, y luego esperó un minuto y lo repitió. Antes de terminar le dijo una vez más, -Llámame de inmediato si puedes, no estoy segura si me dejarán a solas de nuevo, y tengo que saber cuan peligrosos son esos hombres. Espero que puedas decírmelo.Para su asombro, apenas Dani había dejado de hablar cuando su teléfono celular comenzó a vibrar en el bolsillo.
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Capítulo 4
-¿Dani?,- gruñó profundamente una voz desconocida en el teléfono-¿Nicholas?, -preguntó ella esperanzada. -Sí. Probablemente no te dejarán sola por demasiado tiempo. Tenemos que mantener esta conversación corta, así que escúchame. No conozco al chico más joven, pero conozco a Decker y estás segura con él. Nunca te haría daño, y no creo que el compañero que está con él lo haría. ¿Está bien?, - exclamó él. -Estás a salvo.-Pero están locos,- protestó ella, y luego se mordió el labio y miró por la ventana, con miedo de que hubiera hablado demasiado alto, aunque Justin y Decker no parecían haberla escuchado. De hecho, ahora estaban alejándose de la camioneta mientras hablaban. -Puede parezcan locos, pero no lo están. Tú estás a salvo con ellos. Confía en mí en esto.-Tú no lo entiendes,- dijo Dani con frustración. -Ellos clavaron estacas en los cuerpos de los hombres que nos secuestraron, y… ¿ellos pertenecen al CSIS?, preguntó ella de improviso. -No, están en fuerza dedicada al cumplimiento de la ley, pero no de una organización de la que hayas oído hablar.-¿Cuál organización?, - preguntó Dani de todos modos, poco dispuesta a aceptar la explicación. Después de una vacilación, Nicholas respondió. -Ellos son ejecutores del Consejo.-¿Qué son los ejecutores del Consejo?, -le preguntó ella a la vez.
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-No importa. Lo que importa es que sepas que estás a salvo con ellos. -Pero mi hermana….-Ella está viva y bien. Aún la estoy siguiendo. Tu hermana estará bien. Él no puede hacerle daño mientras está conduciendo, y no tengo intención de perderlos para que pueda hacerle daño.Dani cerró los ojos con alivio ante sus palabras. -No has llamado a tu familia con tu teléfono móvil, ¿verdad?, -preguntó él de repente. Los ojos de Dani se abrieron de golpe por el asombro. Debería haberlos llamado enseguida... y a la policía. -No,- admitió ella finalmente, y luego añadió nerviosamente-, yo debería haber hecho eso de inmediato. No sé por qué no lo hice.-Es probable que te hayan colocado en tu mente la sugestión para que lo hagas-, dijo él en forma calmada. -Yo no sé por qué aún no te han quitado el teléfono.Ella frunció el ceño, preguntándose de qué lado estaba el hombre, y luego él dijo: -Dani, corrí el riesgo de ser atrapado por salvar tu vida, por lo que debes confiar en mí. Quédate con ellos.-¿Por qué?, -repitió ella con el ceño fruncido.-¿Por qué están tratando de detenerte?.La pausa esta vez fue más larga antes de que él dijera, -Cometí un error hace mucho tiempo. Me temo que maté a alguien. Fueron enviados a buscarme y para llevarme a juicio. Ellos son los buenos Dani, yo soy la mala semilla.-¿Y tú me estás pidiendo que confíe en ti?, -le preguntó ella secamente. -Sí, -dijo Nicholas sonando divertidamente amargo. -¿Quién es el loco aquí?,¿eh?.-
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Dani no dijo nada. Ella no sabía qué pensar ahora. ¿Él había matado a alguien?. -Sé que estás asustada, Dani, pero realmente necesitas confiar en mí y quedarte con Decker. Y probablemente sería mejor si no intentaras llamar a tu familia. Por lo menos no hasta que traigamos de regreso a tu hermana, y te prometo que te la traeré de regreso, pero a cambio de eso no tienes que entrar en contacto con tu familia. De todos modos, ellos sólo se preocuparían. Es mejor que no sepan nada hasta que todo se termine y que ambas estén a salvo. ¿De acuerdo?.Ella se mordió los labios, sin saber lo que debía hacer. -¿De acuerdo? -, repitió él. -De acuerdo-, respondió Dani calmadamente, aunque no estaba segura de que cumpliría con su palabra. Hubo otro momento de silencio, y ella sospechó que él estaba preocupado porque ella no mantuviera su palabra, y luego él suspiró. -No te llamaré otra vez. Ellos sabrán que hemos hablado.-No, no lo sabrán-, le aseguró ella, no quería perder esta conexión con su hermana. Nicholas era el único que podía asegurarle que su hermana estaba todavía a salvo y no se encontraba en el fondo de una zanja como una de esas mujeres del barranco. -Están afuera. Puedo verlos. No saben que estoy hablando contigo.-No importa. Ellos lo sabrán-, le afirmó Nicholas con tono serio y luego agregó, - van a leer tu mente y sabrán todo lo que has pensado, dicho y escuchado.-¿Leer mi mente?, -preguntó Dani en forma vacilante, empezando a cuestionarse si todo el mundo se había vuelto loco mientras ella estaba en la tienda de comestibles. -Sé que nada de esto tiene sentido para ti, pero confía en mí, - dijo Nicholas con firmeza. -Haré lo que pueda para lograr rescatar a tu hermana, pero ellos
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pueden hacer más. Diles que acabamos de pasar la bahía de Georgia en la autopista 400. En mi opinión, creo que él va a tomar la carretera hasta llegar a Toronto y allí tratará de perderse entre la multitud.-Bahía Georgia,- repitió Dani hizo débilmente. Eso estaba casi a una hora de distancia. Ella frunció el ceño, confundida por la forma en que habían llegado tan lejos y tan rápido. Seguramente ella no había dormido durante tanto tiempo, ¿o lo había hecho?.¿Y qué habían estado haciendo los dos hombres durante ese tiempo para que el secuestrador de su hermana consiguiera esa ventaja?. Su mirada se deslizó a la lona que cubría los cuerpos detrás de ella. -Nicholas,- empezó a decir Dani, pero antes de que pudiera llegar más lejos, oyó el clic y la llamada terminó. Cerró el móvil y lo miró, sus pensamientos volvieron a su afirmación de que él había matado a alguien y que Decker y Justin lo perseguían para llevarlo a juicio. Curiosamente, la confesión no le preocupó tanto como la afirmación de que Decker y Justin podían leer su mente. Lo que parecía sugerir que Nicholas estaba tan loco como ellos. En cuanto al hecho de que ellos habían puesto la sugerencia en su mente para que no llamara a sus padres, él estaba equivocado. Ella no los había llamado porque había estado muy distraída con otras cosas, se dijo Dani y comenzó a marcar el número del teléfono celular de su madre. Tenía que llamarlos y decirles lo que estaba sucediendo. Necesitaban saberlo. Ella no tenía ganas de explicarles sobre el secuestro de Stephanie, pero era la cosa más responsable que debía hacer y… Dani se detuvo y levantó rápidamente la mirada cuando la puerta del acompañante se abrió y Decker se deslizó en el interior. De inmediato cerró el teléfono y lo metió rápidamente en su bolsillo, por miedo a que se lo quitaran si lo veían. Decker cerró la puerta y luego se volvió para mirarla mientras Justin se sentaba en el asiento del conductor, y con una sonrisa forzada ella les preguntó: -¿Está todo bien?.-Sí,- dijeron ellos a la vez.
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Fue Justin quien agregó: -Yo sólo quería hablar con Decker acerca de algo. Cosas de hombres.Dani asintió con la cabeza y trató de no aparentar que había escuchado mucho de su conversación y que ahora sabía que estaban locos. Se sintió aliviada por la distracción que le ofreció Justin cuando éste dijo alegremente: -Entonces, mientras esperamos, ¿por qué no vamos a la ciudad y conseguimos algo para comer?.Antes de que Decker o Dani pudieran desechar la idea, el teléfono de Decker empezó a sonar. Los dos hombres se miraron en silencio, y luego Justin cogió el rastreador del portavasos más cercano y empezó a manosearlo mientras Decker sacaba el teléfono y se lo ponía en el oído. Sabiendo que Justin estaba quitando la batería o desactivando el rastreador, Dani se concentró en Decker cuando éste dijo, -Hola- y escuchó brevemente antes de decir: -¿Puedes repetirlo para Bricker?.Extendió el teléfono y Justin depositó de nuevo el rastreador en el portavasos y luego tomó el teléfono. Él también dijo -Hola- y escuchó brevemente antes de decir: -Muy bien.Decker tomó de nuevo el teléfono y continuó una breve conversación que consistía en escuchar y sobre todo en gruñir de vez en cuando y luego cerró el teléfono. Cuando lo deslizó en el bolsillo, Decker se inclinó hacia un lado para mirar hacia atrás y le dijo: -Ellos no pudieron rastrear el todo terreno. Vamos a regresar a Toronto para coordinar y elaborar un plan para continuar con la persecución del hombre que tiene a tu hermana.-Ya veo, -murmuró Dani, y a pesar del hecho de que ella lo había esperado, se encontró con que estaba decepcionada por su mentira. Obviamente, a ambos hombres les habían dicho que el GPS en la camioneta había sido rastreado y que estaba yendo por la carretera 400, rumbo a Toronto. Esto quedó demostrado cuando Justin puso en marcha el motor y le preguntó: No sabes cómo llegar a la carretera 400 desde aquí, ¿verdad?. Teníamos un GPS
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en el todo terreno para llegar hasta aquí y no encontré ningún mapa en la camioneta cuando la registramos antes de salir.Dani asintió con la cabeza y miró por la ventana hacia afuera mientras decía, Yo puedo dirigirte. Sigue derecho y te iré indicando.Dani estaba mirando por la ventana de la puerta lateral, sin mirar la parte trasera, perdida en sus pensamientos, cuando una maldición de Justin hizo que mirara curiosa en su dirección. Ella notó su ceño fruncido mientras la mirada de él seguía descendiendo por el panel de instrumentos. -Necesitaremos gasolina... ahora. La luz de alerta está encendida.Dani abrió los ojos consternada por la noticia, y se sentó en sus rodillas para mirar por el parabrisas hacia el oscuro camino por delante. -No entres en pánico,- le dijo Decker con voz firme al notar su ansiedad.-Estoy seguro de que encontraremos un lugar para parar antes de que se acabe.-¿Y si no lo hacemos? -preguntó ella ansiosamente. Él no contestó. En lugar de eso, se volvió y se inclinó hacia delante en su asiento para mirar el camino que tenía por delante. Viajaron en silencio durante un par de minutos tensos, luego Decker se enderezó y entornó brevemente los ojos antes de dejar escapar su aliento en un suspiro de alivio y decir: - Hay un cartel de señalización más adelante.-Ya lo veo, - asintió Justin con la cabeza, relajándose un poco en su asiento cuando añadió, - hay una rampa de salida a un kilómetro.Dani miró, tratando de ver lo que decían, pero todo lo que vio en la carretera fue la autopista oscura y las luces traseras de los autos. Pasó otro momento esforzándose antes de que pudiera ver la señal verde por delante, y un momento más para que pudiera leer con las luces intermitentes de los coches que iban por delante de ellos que efectivamente era una rampa de salida. Dani entonces se sentó sobre sus piernas, pensando que o bien los hombres habían
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estado mintiéndole tratando de impedir que entrara pánico, o bien ella necesitaba que le examinaran su vista. En el momento en que salieron de la rampa, Dani se levantó de nuevo sobre las rodillas aliviada cuando vio la estación de servicio que estaba por delante. -Hay un restaurante justo al lado-, señaló Justin cuando se dirigió a la carretera. -Sí…-Jesús, Justin-, dijo Decker con disgusto. -Yo sólo iba a decir que si Dani quería usar el baño, la dejo allí, cargo gasolina, y regreso por ella-, dijo Justin secamente-. Esta podría ser su única oportunidad hasta que necesitemos cargar combustible de nuevo.-Oh-, dijo Decker suspirando y cerró los ojos. Dani aprovechó la oportunidad para dar una buena mirada al hombre bajo las luces del estacionamiento que se proyectaba sobre ellos. Ella no había sido capaz de verlo realmente bien esa noche. Ni con buena luz y ni siquiera con una mala. Le había parecido que cada vez que sus ojos se habían movido para mirarlo, él estaba mirando por el espejo hacia atrás en su dirección, así que continuamente lo había evitado, teniendo sólo la impresión de que era un hombre guapo antes de que ella diera una vistazo hacia otro lado. Ahora, aunque él estaba con los ojos cerrados, fue capaz de ver realmente al hombre con quien Nicholas le había asegurado que estaría a salvo. Era un hombre muy guapo pensó, mientras sus ojos recorrían su nariz recta y su mandíbula firme. Tenía una boca interesante, con un labio superior delgado y un labio inferior lleno y sensual. Sin embargo, en ese momento estaba muy pálido, con el semblante de un enfermo. Recordó la herida que él había sufrido y se preocupó de que hubiera perdido más sangre de lo que ella había pensado, o que la herida estuviera infectada. -Sin embargo,- agregó Justin, distrayéndola, -ahora que lo has mencionado, sí me apetece comer una hamburguesa o algo mientras ella está allí, probablemente tenemos tiempo y…-Bricker,- ladró Decker para hacerlo callar.
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Dani se mordió los labios, divertida a pesar suyo por la exasperación en la voz de Decker. Era como andar con una pareja extraña en esta camioneta. Aunque Dani había estado mirando por la ventana la mayor parte del paseo, ella no había estado completamente perdida en sus pensamientos. La mitad de su atención había estado en los breves momentos de conversación que habían sostenido los dos hombres. No había comprendido todo lo que decían, pues sospechaba que hablaban en código para evitar que ella comprendiera, pero lo que había captado era que Justin y Decker eran completamente opuestos. Justin parecía disfrutar del sonido de su propia voz y hablaba mucho, mientras que Decker era más silencioso, hablando sólo cuando tenía algo que decir. Justin había afirmado en un momento que amaba la vida de la ciudad, disfrutando de la variedad y los clubes nocturnos, mientras que Decker respondió que prefería la paz y la tranquilidad de la casa del campo donde aparentemente tenía un segundo hogar. Justin disfrutaba de las películas de acción y las comedias, mientras que Decker había dicho que no veía mucho esas cosas, y prefería un buen libro y un fuego acogedor. Dani también prefería leer a la televisión, y el fuego acogedor de una chimenea en una casa de campo superaba a la vida en la ciudad, cualquier día de la semana, a pesar de que quizás eso se debía al hecho de que había nacido y se había criado en una ciudad y allí era donde estaba su práctica. Ella también se había encontrado a sí misma en sintonía con Decker cuando se trataba de su evidente exasperación con Justin. Parecía evidente para ella que Justin, que debía ser más joven, a pesar de que ellos aparentaban tener la misma edad, deliberadamente estaba burlándose de Decker y exasperándolo a propósito. -¿Dani?.Ella dejó escapar estos pensamientos y miró a Decker. -¿Quieres utilizar las instalaciones sanitarias?, - preguntó él.
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Dani dudó. En realidad no tenía que ir al baño, pero sabía que podría ser una buena idea. Además, sería una oportunidad para llamar a sus padres y a la policía, así que murmuró: -Sí, gracias.Decker, asintió con la cabeza. Miró a su alrededor cuando Justin se detuvo en el estacionamiento del restaurante, pero luego se volvió hacía ella otra vez. Él iba a conseguir un calambre en el cuello por las vueltas que continuamente daba hacia atrás para mirarla, pensó ella distraídamente, y le dijo: -Estás pálido. ¿Cómo te sientes?.-Estoy bien-, le aseguró él, desechando la preocupación de ella-. Sólo necesito alimentarme.-Entonces tal vez deberías conseguir algo para comer mientras estamos aquí,señaló Dani. Ella estaba demasiado preocupada por su hermana para tener hambre, pero podía entender si Decker y Justin no sentían lo mismo y de todos modos quisieran ir al restaurante. -No tengo hambre,- respondió él y su mirada giró para mirar por el parabrisas cuando Justin frenó para estacionar. Estaba a punto de preguntarle sobre lo que había respondido, si era que necesitaba alimentarse o que no tenía hambre, cuando Justin la distrajo diciendo: - Te recogeremos tan pronto como hayamos terminado de cargar la gasolina.Dani dudó, pero luego asintió con la cabeza y se deslizó por el piso hacia la puerta con la mirada posada sobre los cuerpos cubiertos por la lona mientras salía. Aunque los cadáveres normalmente no le molestaban, éstos verdaderamente empezaban a sacarla de quicio y decidió que estaría encantada de alejarse de ellos, mientras se acercaba a la manija de la puerta. Antes de que pudiera tocarla, empezó a moverse y la puerta se abrió hacia un lado para revelar a Decker. Estaba tan distraída que no lo había visto salir del asiento delantero para ayudarla a bajar.
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-Gracias-. Dani aceptó la mano que él le ofrecía y la agarró cuando se irguió en posición inclinada y saltó al suelo. Un golpe seco y el sonido de algo deslizándose hicieran que su mirada girara a su alrededor para ver qué era lo que se había caído, y sus ojos se abrieron alarmados cuando vio su teléfono tirado en el pavimento, y a varios metros, la batería. No debía haberlo guardado bien en el bolsillo, y con la sacudida al bajar de la camioneta lo había tirado. -¡Mi teléfono!, -gritó alarmada, y temiendo que la batería y el teléfono fueran aplastados por un neumático, corrió para agarrar la batería y luego se volvió para encontrar a Decker enderezándose al recoger el aparato. -No se ve tan mal. Voy a ponerle la batería mientras utilizas el baño de damas-, dijo él, tendiéndole la mano para coger el artículo que ella había rescatado. -Está bien, puedo hacerlo.- Dani caminó hacía él con la intención de recuperar el teléfono. -Decker, tenemos que apurarnos-, exclamó Justin desde el asiento del conductor. Decker vaciló, y luego se dirigió a la camioneta y le dijo: -Continúa. Me voy a tirar un poco de agua en la cara.Para su consternación, Decker guardó el teléfono móvil y cerró la puerta de la furgoneta, luego la sujetó por brazo y la acompañó a la entrada del restaurante. -Dámelo, yo puedo arreglar mi teléfono-, dijo Dani cuando él la empujó dentro del edificio. -Más tarde-. Decker parecía distraído y su mirada recorría las personas que estaban de pie en las filas de las cajas cuando pasaron junto a ellos. La acompañó todo el camino por el pasillo que conducía a los baños y luego le dio un pequeño empujón hacia la puerta de las damas, diciéndole: -Te encontraré aquí cuando hayas terminado.-
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Dani se abrió paso a regañadientes hasta el cuarto de baño. Parecía que ahora no iba hacer la llamada... ni podría hacerla luego. El teléfono se veía bien a pesar de la falta de la batería, pero si algo se había sacudido adentro... Ella frunció el ceño pensando en esa posibilidad y se unió de forma automática a la fila de mujeres que estaban esperando por una caseta libre. -¿Por qué siempre hay fila en el baño de mujeres?, - se quejó una pelirroja delante de ella y captó su atención. Dani se quedó rígida cuando vio que la mujer estaba tecleando un mensaje de texto en un teléfono celular. -No lo sé. Apuesto a que el baño de los hombres no está tan ocupado, respondió una morena, y luego miró el mensaje que su amiga iba enviar, y le dijo: -Dile a Harry que vamos a tardar más de lo esperado.-Sí-, dijo la primera mujer. Dani estaba considerando pedirle prestado el teléfono de la mujer cuando oyó el murmullo de la voz de Decker en el pasillo, seguido de una risa aguda femenina. Ella miró con curiosidad en esa dirección, pero la puerta estaba cerrada. Cuando regresó el murmullo masculino que estaba segura que era Decker, se esforzó por oír lo que estaba diciendo, pero lo único que podía escuchar era un rumor sordo de sonidos y después la voz de mujer diciendo algo que sonó como "cuarto de las escobas". -Hey ¿señorita?. Le toca.Dani miró a su alrededor para ver que la pelirroja había desaparecido y sólo quedaba la morena. -No, no tengo que ir. Estoy esperando a Sally,- dijo la mujer cuando Dani la miró confundida. -La caseta de la tercera puerta está libre sin embargo.-¡Oh, gracias!, murmuró, y pasó junto a ella de caminoi hacia la caseta libre. Dani entró, rápidamente hizo lo que tenía hacer, y luego salió a toda prisa, esperando alcanzar a la pelirroja para pedirle prestado su teléfono antes de que
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se fuera. Por desgracia, Dani salió de la caseta justo a tiempo para ver a las dos mujeres saliendo del baño, riendo por algo a su paso. Suspirando, se dirigió al lavamanos y recorrió con la mirada el recinto. Fue cuando Dani se estaba lavando las manos que se le ocurrió que podría pedir prestado otro teléfono para realizar la llamada. Ella tenía un billete de cinco dólares y unas monedas en el bolsillo, el cambio que le dieron en la tienda de alimentos. Se lo podría ofrecer a alguien por el inconveniente. Desafortunadamente, ya no había una fila de mujeres esperando en el baño. Cerró el grifo y se trasladó a la secadora de mano, mirando las casetas y esperando que saliera alguien para poder pedírselo. La primera persona en salir fue una mujer mayor que, cuando ella le preguntó, se disculpó respondiéndole que no se molestaba en usar "esas cosas". La segunda era una mujer de mediana edad que le dijo que su teléfono estaba en su bolso en la mesa. Como no llevaba un bolso, Dani supuso que probablemente era cierto. Estaba a punto de preguntarle a una tercera mujer que estaba saliendo de una caseta con el bolso en el brazo, cuando se abrió la puerta del baño y una mujer de cabello oscuro se detuvo manteniendo la puerta entreabierta y preguntó: -¿Hay alguna Dani aquí?.-Sí-, dijo ella dirigiéndose sorprendida a la puerta. -Hay un hombre aquí en la sala preguntándose por qué está tardando tanto tiempo. Temía haberse desencontrado con usted mientras él estaba en el baño de hombres.-Oh-. Dani dudó, su mirada recorrió a la mujer a la que pensaba pedirle el teléfono para utilizarlo, y luego regresó a la mujer en la puerta. La mujer de cabello oscuro alzó las cejas, sosteniendo todavía la puerta abierta, obviamente estaba esperando que ella se apresurara a salir por allí de inmediato. Haciendo una mueca, Dani decidió que obviamente ahora no era el momento y se dirigió hacia la puerta. Cuando pasó junto a la mujer, la miró para decirle: -Gracias - y luego se detuvo sorprendida. -¿Qué pasa?, - le preguntó la mujer.
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-Hay sangre en tu cuello,- le informó Dani. - Justo aquí.Cuando Dani señaló a un costado de su cuello, la mujer soltó una risa irónica y lanzó la puerta para cerrarla. -¡Malditas moscas negras!. Este fin de semana, estuvieron como locas en la cabaña.Dani abrió la boca para decirle que eso no se parecía a una picadura de mosca negra y que de hecho eran dos marcas, a un poco más de dos centímetros de distancia, pero antes de poder hacerlo, la mujer le dijo: - Es mejor que te vayas. No es inteligente dejar a un hombre tan guapo esperando por una. Puede que decida que prefiere tener a una mujer que no lo tenga dando vueltas por alrededor enfriándose los talones.-No somos una pareja-, le replicó Dani. La mujer de cabello oscuro alzó las cejas dubitativa. -Bueno, él parece estar seguro de que lo son.Dani se sonrojó, simplemente pasó junto a ella y salió al pasillo para encontrar que Decker la esperaba. -¡Oh, ahí estás. - Él le sonrió un poco tenso y luego la tomó del brazo para llevarla hacia afuera. -Estaba empezando a pensar que nos habíamos desencontrado y que te habías dirigido a la camioneta, pero no quería dejarte en caso de que no lo hubieras hecho.-Había fila, - dijo ella. -Oh.- Decker, sacudió la cabeza. -Deben poner la mitad de la cantidad de baños en el toilette de damas de los que ponen para los hombres. Nunca tenemos filas, pero siempre estoy escuchando las quejas de las mujeres en los lavabos.-Muchas de las mujeres sospechan algo así-, le aseguró Dani a medida que se abrían paso a través de la gente que hacía cola frente a las cajas.
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De hecho Decker se rió entre dientes, ella lo estudió en forma curiosa, y no pudo dejar de notar que gran parte de su anterior palidez había desparecido. Sus mejillas estaban casi de color rosa. Al parecer, el salir de la camioneta y mojarse el rostro con agua lo había ayudado. O tenía fiebre, pensó ella, mientras él la guiaba fuera del restaurante. Cuando la llevó hasta el final de la acera y miró a su alrededor para ver dónde estaba la furgoneta, Dani aprovechó para apoyar rápidamente el dorso de su mano en su mejilla. Decker dio un salto y le tomó la mano mientras la miraba sorprendido, y ella rápidamente le explicó, -Yo estaba comprobando si tenías fiebre.Él se relajó, pero alzó las cejas. -¿Y tengo?.-No. Se siente bien-, admitió ella. -Suenas decepcionada-, dijo Decker divertido. -No, por supuesto que no- dijo Dani y luego admitió: -Estoy un poco sorprendida. No te veías tan saludable antes, y estaba segura que estaba formándose una infección, pero ahora te ves bien y no parece que tengas dolor.Decker se encogió de hombros. -No tengo dolor. Sano rápidamente y tengo una constitución formidable.Antes de que Dani pudiera responderle, la furgoneta se deslizó hasta detenerse frente a ellos y Justin se asomó a la ventana. -¡Por fin!. Pensé que les habían salido raíces dentro del baño o algo así. Tenemos que volver a la carretera.Dani no se resistió cuando Decker le tomó la mano y la llevó alrededor de la camioneta. Abrió la puerta del copiloto, pero en lugar de entrar, se volvió para tomarle el brazo mientras pasaba por delante de ella hacia la puerta trasera. Voy ir atrás. Siéntate adelante esta vez.Ella se alegró de no estar en la parte de atrás con los cuerpos, murmuró las gracias y le permitió que la ayudara a entrar en la camioneta. Decker cerró la
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puerta mientras Dani se colocaba el cinturón de seguridad y luego abrió la puerta trasera y se subió; Justin arrancó tan pronto como había cerrado la puerta y se dirigió al acceso a la autopista. -¿Qué diablos es esto?.Dani miró a su alrededor por la pregunta irritada de Decker y lo encontró mirando hacia abajo a dos bolsas grandes, dos pequeñas, y una caja con tres vasos grandes que estaban en el suelo entre los dos asientos delanteros. -¿Qué es lo que parece?. Es comida-, dijo Justin en un tono seco. -Sí, eso es lo que pensé. Simplemente no puedo creer que fueras al autoservicio, - murmuró Decker. -Yo no lo hice. Conseguí la comida gracias a una joven que me la trajo mientras llenaba el tanque en la gasolinera de al lado.-¿Cómo lo lograste?, - le preguntó Dani sorprendida. -Utilicé mí encanto…,-murmuró él, y añadió secamente-: Aunque no me hubiera molestado en hacerlo si hubiera sabido que ustedes dos iban a demorar tanto tiempo. Podría haber ido a comprarla dos veces durante el tiempo que tardaron en el baño.Dani miró a Decker para encontrarlo poniendo los ojos en blanco por el reclamo y luego Justin dijo, -¿Puede alguien desenvolver una hamburguesa para mí y entregármela?.-Tienes comida suficiente para un ejército aquí, Justin-, dijo Decker con disgusto mientras él sacaba una hamburguesa con queso y comenzaba a abrirla. Dani no hizo ningún comentario, pero realmente era una cantidad increíble de comida para un hombre, y se preguntaba cómo se las arreglaba él para mantenerse en tan buena forma si comía regularmente de esa manera.
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-No es toda para mí-, la tranquilizó Justin. -Me di cuenta de que en cuanto vieran mi comida tendrían hambre, así que compré una hamburguesa, papas fritas y una bebida para cada uno. Las hamburguesas restantes son para mí, después de todo son más fáciles de comer al conducir que cualquier otra cosa. Hizo una pausa y miró los alimentos antes de decir: -¿Dónde está esa hamburguesa?.-Aquí-. Decker levantó la hamburguesa medio envuelta. Quitando una mano del volante, Justin la tomó murmurando gracias y luego la comió en dos bocados. Dani observaba el proceso con asombro. Nunca había visto nada igual. Era un compactadora humana de basura. Su mirada se dirigió a Decker al verlo moviendo la cabeza en el espejo retrovisor. Obviamente, era algo que él había visto antes. -¿Puedo tener otra, por favor? -preguntó Justin. -¿Y tal vez una de esas bebidas?.Dani se inclinó para agarrar la bebida, mientras que Decker se puso a desenvolver una hamburguesa para Justin. Ella no le entregó la bebida, sino que la puso en el compartimiento para vasos a su lado. -Gracias-, dijo él y levantó el vaso, luego se detuvo y miró con preocupación al portavaso que estaba al lado de ella. -Tienes que sacar las cosas fuera del portavasos antes de usarlo.Dani no le preguntó qué cosas. Ella sabía que él se refería al micrófono y al dispositivo de rastreo, pero tampoco tuvo que quitarlos. Decker lo hizo por ella, estirándose hasta recogerlos con una mano, mientras que con la otra sostenía una nueva hamburguesa con queso sin envolver para Justin. -Cuidado con la comida-, exclamó Justin, casi sonaba con pánico ante la posibilidad de que Decker pudiera aplastar con sus rodillas una de las bolsas.
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-Estoy mirando-, dijo Decker con exasperación al colocar los dos aparatitos en el bolsillo y acomodarse en cuclillas. Miró hacia abajo a las bolsas de comida y le preguntó: -¿Una de esas es para mí?.-Sí-, dijo Justin con la boca llena. -Pruébala, te gustará.Dani miró con curiosidad de un hombre a otro. Él lo dijo como si Decker nunca hubiera comido una hamburguesa antes, lo que le pareció ridículo. Era difícil imaginar a alguien que al menos no hubiera probado una hamburguesa. Bueno, quizás si él hubiera crecido como vegetariano, ella lo creería, pero si era un vegetariano no estaría desenvolviendo la hamburguesa que acababa de sacar de la bolsa y dándole una buena mordida. Ella miró su cara, tomando nota de las expresiones que se formaban en su rostro y hubiera podido jurar que en realidad él no había comido una antes. ¿Eres vegetariano o algo así?.Decker, la miró sorprendido. -No. ¿Por qué lo preguntas?.-Bueno, parece como si tú nunca hubiera probado una hamburguesa antes.-Él no la comió-, le informó Justin. - Decker generalmente sigue una dieta líquida.-Justin Bricker-, jadeó Decker, sonando tan sorprendido como horrorizado por la revelación. Haciendo caso omiso de él, Dani preguntó: -¿Quieres decir bebidas de proteínas?.-Algo así-, dijo Justin evasivo. -Un líquido especial con una gran cantidad de proteínas y…-Bricker-, gruñó ahora Decker.
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-Bueno, tú lo haces-, dijo el hombre sonando arrepentido, y le dijo a Dani - él afirma que es demasiado ruidoso y molesto comer comida de verdad y como regla sigue una dieta exclusivamente líquida.-¡Maldita sea, Bricker!.- Decker ahora sonaba casi enojado, con ira , pero el sonido de un timbre del teléfono celular le hizo olvidar las burlas del otro hombre y empezó a buscar su teléfono en sus bolsillos. Su saludo cuando lo encontró y lo abrió fue cualquier cosa menos uno de bienvenida. Dani lo miraba con curiosidad, mientras él escuchaba, y luego gruñó lo que podría haber sido un adiós y colgó el teléfono. -Seguiremos por aquí hasta Vaughan. Ellos van a reunirse con nosotros en el estacionamiento del Outdoor World.Justin asintió con la cabeza y se tragó la hamburguesa con queso que tenía en la boca, ella sospechaba que lo hizo sin siquiera molestarse en masticarla. -Yo sé dónde está.-¿Nos vamos a detener?, -preguntó Dani alarmada. Significaba que Stephanie y el hombre que estaba con ella podrían avanzar y alejarse aún más de ellos. -Sólo es una parada rápida para cambiar esta furgoneta por un todo terreno, - le aseguró Decker. Dani frunció el ceño, pero luego miró a la parte trasera de la camioneta y murmuró: -Supongo que es mejor que conducir teniendo alrededor a cinco tipos muertos.-Cuatro-, le corrigió Justin. -Cinco-, repitió Dani-. Había seis en el claro, y uno se fugó con Stephanie.Los hombres intercambiaron una mirada y a continuación Decker admitió: Faltaba uno faltaba cuando regresamos. Nosotros sólo logramos acabar con cuatro de ellos.-
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-Oh -. Dani frunció el ceño. Había pensado que eran cinco cuando había mirado, pero la luz era mala y los cuerpos estaban apilados uno encima del otro. Puede que fueran sólo cuatro.-Y no te preocupes, esto no nos retrasará mucho-, le aseguró Justin. Podremos ir más rápido con el todo terreno. Esta vieja furgoneta no anda por encima de los ciento treinta kilómetros por hora, pero nuestros vehículos son más veloces. Realmente se mueven.Cuando Dani permaneció en silencio, Justin le preguntó a Decker, -¿Con quién nos reuniremos en Outdoor World?.-Eshe-, fue la respuesta-. Ella va a traer un todo terreno nuevo con suministros. Lucían y Leigh están en camino hacía allí. Parece que están un poco más atrás de nosotros, aunque no sé cómo lo lograron.Justin asintió de nuevo. -Realmente deberían haber llegado antes, pero él tuvo que hacer todas esas llamadas de teléfono y probablemente eso los obligó a retrasarse.-¿Quiénes son estas personas?,-preguntó Dani con curiosidad, retorciéndose en su asiento para mirar a Decker. -Lucian es tu jefe, ¿no?. Pero, ¿quiénes son Eshe y Leigh?.-Eshe es otra... er ... agente como nosotros-, contestó Decker, evitando sus ojos. -Ella es una de las mejores-, dijo Justin con una sonrisa. -Ah, ¿sí?. ¿Eshe es una mujer, entonces?, -preguntó Dani, mirándolos con curiosidad. Había un montón de pacientes con nombres interesantes y exóticos, pero Eshe era uno que nunca había oído antes. Justin asintió con la cabeza y dijo con admiración: -Una mujer. Un metro ochenta de estatura, delgada y se mueve como una pantera. Yo no quisiera tener que luchar contra ella. Es suficiente como para asustar a un hombre hecho y derecho, incluso aunque éste fuera un renegado.-
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-¿Renegado?, - Dani lo miró asombrada. -No le hagas caso a Justin-, dijo Decker sombrío. -Se perdió entre sus libros de historietas fantásticas. Dime si él comienza a babear y le pasaré las servilletas.Dani logró esbozar una sonrisa por las palabras de Decker. -Lo que sea-, dijo Justin con sequedad y a continuación le informó-, Eshe es formidable, y Leigh es agradable.-¿Es una agente también?, -preguntó Dani, acordándose de evitar decir la palabra ejecutor. -No, es la compañera de vida de Lucian, aunque he oído que quiere ayudar en los casos-, le dijo Justin. -Creo que resulta que conoce algo de esas cosas de artes marciales y también puede patear un culo.-¿Compañera de vida?, - inquirió Dani. Era un término que nunca había oído antes. -Ellos aún no están casados -, dijo Decker. -Oh.-Leigh es agradable. Te va a gustar-, dijo Justin de repente. -Pero Lucian, es un tipo duro.Dani se encogió de hombros. -No importa. Este no es un acontecimiento social. Apenas nos reuniremos el tiempo suficiente para cambiar los vehículos.-Es cierto, pero me pareció mejor advertírtelo-, dijo Justin-. Él puede parecer un poco duro a veces.Dani no hizo ningún comentario, sus pensamientos estaban en lo que había aprendido. Eshe también era una agente o una ejecutora del Consejo como
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Nicholas los había llamado. Su jefe, Lucian, era un tipo duro, y Leigh era su compañera de vida. Sacudió la cabeza, sospechando que había mucho de esa gente que no sabía y desbebería saber. Sin embargo, Dani estaba menos preocupada por ellos, que por su hermana. Ella no entendía por qué tenían que cambiar de vehículo. ¿Realmente importaba si continuaban en la camioneta en vez de seguir en el todo terreno?. Si bien sería agradable no estar dando vueltas con los cadáveres en la parte trasera del vehículo, la detención los demoraría, y el hombre que tenía a Stephanie ya les llevaba una hora de ventaja. De todos modos, ella no entendía por qué los cuerpos estaban allí. ¿Por qué no los dejaron en el claro para que la policía los encontrara, como lo habían hecho con las víctimas en el barranco?. Esa era una pregunta que debería habérsele ocurrido desde el principio, pero por alguna razón no lo hizo, aunque había mucho que no se le había ocurrido y que debería haberlo hecho. Era casi como si se hubiera creado un velo en su cerebro, sus pensamientos eran difusos y lentos. Tal vez había sido drogada, pensó de pronto. Tal vez por eso había dormido y no recordaba haberlo hecho. Quizás Justin o Decker, o ambos, la habían drogado. Esa posibilidad le hizo preguntarse una vez más si no debería estar tratando de escapar de estos hombres, pero seguía existiendo el hecho de que por ahora ellos eran el único vínculo con su hermana. Ellos podrían rastrear el todo terreno en el que iba Stephanie secuestrada, algo que no creía que la policía pudiera hacer sin más información que la que ella tenía para darles. Dani estaba inquieta por estos pensamientos mientras corrían a lo largo de la carretera. Justin estaba conduciendo más rápido de lo que estaba legalmente permitido, por no hablar de que también más rápido de lo que era seguro, pero no hizo comentarios. Cuanto más rápido fueran, más rápido llegarían con Stephanie, de modo que sólo comprobó que el cinturón de seguridad estuviera bien sujeto y rezó para no salir despedida del vehículo. Apenas habíha pensado en eso cuando Justin anunció: -Nos topamos con un policía.-
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Dani miró por el espejo retrovisor para ver un coche de policía acercándose velozmente con las luces intermitentes. -Ya lo tengo-, le aseguró Decker, y apenas un segundo más tarde, las luces intermitentes se apagaron y la patrulla de policía frenó y comenzó a quedarse atrás. Se quedó mirando confundida el vehículo hasta que desapareció en el espejo, no estaba segura de lo que acababa de suceder. Era algo más por lo que preocuparse mientras circulaban a toda velocidad por la carretera. Estaba tan absorta en sus pensamientos que el tiempo pareció volar y se sorprendió cuando vio el cartel que decía Vaughan Mills. -Aquí estamos-, anunció Justin cuando él tomó una rampa unos minutos más tarde. - Ahora conocerás a Eshe y Lucian.-.
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Capítulo 5 El Outdoor World había cerrado hacía bastante tiempo y el estacionamiento estaba prácticamente vacío cuando ellos ingresaron allí. Decker fijó sus ojos en el solitario todo terreno plateado, notando que había tres personas en el interior. Podía distinguir la forma distintiva de Eshe en el asiento del conductor, pero también había unas formas más grandes y voluminosas de dos hombres, uno en el asiento del copiloto y uno en el asiento trasero. Esto hizo que Decker frunciera los labios. Lucian no había mencionado que la mujer tendría compañía. -Eshe no está sola-, comentó Justin mientras giraba el volante para aparcar a dos lugares de distancia del lado del conductor del otro vehículo. -¿Quiénes son los hombres que están con ella?,- preguntó Dani con curiosidad. Decker miró en su dirección para ver que ella estaba entrecerrando los ojos mirando por su ventana hacia el vehículo. -No lo sé,- admitió Justin. -Nunca los he visto antes.Cuando Dani y él se volvieron a mirar atrás hacia Decker para saber de quiénes se trataba, él simplemente negó con la cabeza. Nunca había visto a la pareja antes. -Probablemente, sólo son ejecutores,- decidió Justin en voz alta, y Decker se volvió bruscamente hacia él por el desliz, pero ni él ni Dani parecían haberlo comprendido. Sacudiendo la cabeza, se relajó y se acercó a la puerta lateral de la furgoneta y la abrió. Salió de allí agradecido por no estar más tiempo de rodillas, y luego se volvió para abrir la puerta de Dani, dándose cuenta de que Eshe y los hombres también estaban saliendo del otro vehículo. -Gracias-, murmuró Dani, dejándose caer en el suelo frente a él. Decker asintió con la cabeza y cerró la puerta, luego la tomó del brazo para guiarla hacia el trío que se acercaba.
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-¡Caray!.- Dani dijo con un suspiro mientras ellos se acercaban, y él sonrió irónicamente para sí, por la impresión que ella debía estar teniendo. Eshe, por sí misma, era bastante sorprendente. Medía 1,83 como Justin había dicho, y llevaba un apretado traje de cuero negro que demostraba exactamente lo que él había querido decir con delgada , pero no era allí donde estaba la atención de Decker. Eshe a menudo lucía peinados interesantes y poco comunes, siempre cortos y a menudo ajustados a su estado de ánimo del momento. A juzgar por el peinado de esta noche, había tenido una semana difícil. Los rizos negros, que por lo general caían cerca de la cabeza, estaban levantados en ondas cortas y retorcidas teñidas de rubio y rojo intermitentemente, de modo que casi parecían de fuego. Sus grandes ojos inteligentes resplandecían en oro y negro, y la sonrisa de bienvenida que ofrecía era dura, mostrando sus dientes blancos nacarados que contrastaban con su preciosa piel de caoba. La mujer era hermosa y, advirtió Decker, intimidante como el infierno para la mayoría de la gente que la conocía, tanto mortales como inmortales. Parecía que en el caso de Dani no era diferente. Era eso, o eran los hombres los que provocaron que ella tuviera los ojos tan abiertos, pensó él y su mirada se trasladó ahora a las imágenes en espejo a cada lado de Eshe. Más pálidos de piel y, obviamente, gemelos, los hombres también estaban vestidos de cuero, pero a pesar de que Eshe era tan alta, le sacaban unos buenos 10 o 15 centímetros. Ambos tenían el cabello largo y oscuro; uno lo llevaba recogido en una coleta, mientras que el otro lo llevaba suelto alrededor de su rostro. Sin embargo, lo que era sorprendente era su constitución, los hombres eran una pareja potente, anchos con gran volumen y con mucho músculo. Individualmente, cada una de las tres personas que se acercaban llamaría la atención, así que era imposible que no la llamaran juntos, pensó Decker, y luego notó que cada hombre llevaba un maletín negro con correas. Los miró con curiosidad, sospechando que llevaban ordenadores, aunque no estaba seguro de con qué propósito. -¿Encontraron algún tipo de problemas en el camino?,- los saludó Eshe cuando se encontraron.
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Decker dejó que Justin respondiera la pregunta, arrepintiéndose luego cuando el inmortal más joven pareció olvidar la presencia de Dani y dijo: -No. Tuvimos un coche de policía detrás durante un rato, pero Decker hizo esa cosa del control mental y lo mandó a seguir por su camino. -
Eshe asintió con la cabeza y luego hizo un gesto un poco irritado a las dos montañas a su lado. –Estos son Dante y Tommaso. Se encontraban en la oficina cuando Bastien me llamó, e insistieron en acompañarme-. El de la cola de caballo que Eshe había presentado como Tomasso se encogió de hombros. -Estábamos aburridos.El otro, Dante, asintió con la cabeza. -Sí. Christian está siempre con Marguerite y Julius, y no hemos tenido más remedio que quedarnos vigilando en la oficina con Bastien.Las cejas de Decker se elevaron ante la mención de su tía Marguerite, su marido, Julius, y su hijo Christian. De repente, su mente hizo clic respecto de quiénes eran estos hombres. -Ustedes son los Notte-, dijo Justin reconociéndolos mientras él lo estaba pensando. -Son los primos de Italia de Christian. Los gemelos.Los dos hombres asintieron, y Dante dijo, -Y tú eres Justin Bricker y…-su mirada se desplazó hasta Decker -…el hijo de Martine, Decker. No estaban en la reunión familiar.-Yo estaba en un trabajo cuando Marguerite los reunió a todos-, dijo Decker en voz baja. -Ella nos lo dijo-, le aseguró Tomasso, ofreciéndole su mano. Decker la aceptó, y mientras las estrechaban saludándose, Tomasso admitió: -Esa es en parte la razón por la que salimos con Eshe. Para conocerte.-
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-Sí-, dijo Dante cuando le estrechó la mano y, a continuación, lanzó una mirada chispeante a Eshe, y añadió, -Además, no podíamos permitir que la pequeña dama condujera ella misma todo el camino hasta aquí en medio de la noche. Él recibió un codazo en el estómago de Eshe por su esfuerzo. No fue juguetón, sino un golpe que le hizo doblarse sorprendido por el dolor. Ella miró a Tomasso cuando empezó a reír, y espetó: -Si ustedes dos, chicos, no dejan de hablar así, voy a mostrarles lo que esta pequeña dama puede hacer.Esto no pareció frenar su diversión. Decker había trabajado con Eshe varias veces y conocía bien a la mujer. Podría advertirles a los hombres de que estaban jugando con fuego, pero luego decidió dejar que lo aprendieran de la manera difícil. No sería una lección que olvidarían pronto y sería un espectáculo infernal. -¿Qué hay en las maletas?,- preguntó Justin a Dante y Tomasso con curiosidad. -Ordenadores portátiles configurados para seguir el rastro del todo terreno robado, - explicó Eshe. -Uno es para Lucian y otro es para Mortimer. Estamos esperándolos aquí para entregárselos. Hay un tercero para ustedes en la camioneta, chicos.-Genial-, comentó Justin. -Es mejor que andar cazando a ciegas-, dijo Eshe encogiéndose de hombros. Aunque, si ustedes dos no hubieran dejado que les robaran el coche…-Sus ojos-, dijo Danie de repente, distrayendo a Decker de la irritación que Eshe había logrado generarle al iniciar su comentario. Se volvió y miró hacia abajo mientras ella se giraba hacia él con el ceño fruncido por la confusión. -Sus ojos brillan como los de un gato en la oscuridad. Ellos...- Ella hizo una pausa, abrió los ojos y luego dijo asombrada: -Al igual que los tuyos. Todos parecen de color plata-azulado.Decker captó el modo en que Eshe levantó las cejas, pero murmuró: -Debe de ser un truco por la luz.-
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-¿Entonces esta es la mujer que se supone que debemos llevar de vuelta?,preguntó Eshe. -¿Por qué uno de ustedes no está controlándola?.-Me gustaría, pero Decker no me deja,- anunció Justin, y luego añadió de manera significativa, -Y él no puede.-Nadie me controla-, dijo Dani con tono sombrío. -Y no voy a ninguna parte-. Captando el modo en que los ojos de Eshe brillaron de un color dorado profundo con reflejos negros, Decker atrapó el brazo de Dani y la obligó a alejarse del grupo, llevándola a una buena distancia de la camioneta antes de que empezara a protestar. Cuando decidió que estaban lo suficientemente lejos se volvió para mirarla. -Sería mejor si me esperas aquí y dejas que me ocupe de esto,- sugirió él en voz baja antes de que pudieran salir las palabras que temblaban en la lengua de ella. Dani vaciló, sus ojos se deslizaron de nuevo al grupo junto los vehículos. Decker miró hacia atrás para encontrar que todo el mundo los miraba con curiosidad mientras Justin les decía algo. Sospechando que no quería saber lo que era, Decker, suspiró y se volvió a Dani, reclamando su atención cuando le dijo: -Voy a hablar con ellos. No voy a dejarte atrás.Los ojos de Dani se estrecharon rebeldes, y él no estuvo muy sorprendido cuando ella le dijo, -Será mejor que no. Sé que has estado mintiéndome y no sólo con lo del CSIS, y la única razón por la que no estoy ahora mismo en una comisaría denunciando un asesinato sangriento es porque tú puedes rastrear la camioneta. Eres mi único vínculo con mi hermana actualmente, Decker, pero si te vas sin mí, voy a ir directamente a la policía y les diré todo lo que sé. -Entiendo-, respondió él con un gesto solemne, sin molestarse en decirle que ella no tendría la oportunidad de llamar a nadie. Eshe tomaría el control de su mente y se encargaría del asunto si no la convencía de que dejara a Dani con él. Sin embargo, tenía la esperanza de que eso no pasara. Él realmente no tenía ninguna intención de dejarla atrás o dejar que nadie más paseara a través de sus
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pensamientos y controlase sus actos, por lo que añadió: -Pero por favor, quédate aquí y deja que me ocupe de ellos. ¿De acuerdo?.Dani se cruzó de brazos con enfado, pero asintió con la cabeza. Justo cuando él se dio la vuelta, ella dijo, -Sólo date prisa. Cuanto más tiempo perdamos aquí, la distancia que no separa de Stephanie será mayor.Decker únicamente asintió con la cabeza mientras recorría el camino por el estacionamiento para reunirse con el grupo. -Has encontrado a tu compañera de vida-, dijo Dante en voz baja cuando se unió a ellos. -Felicidades-. -Gracias,- murmuró Decker, y luego miró a Eshe. -Mis órdenes eran llevarla,- dijo la mujer con voz fuerte. Decker, sacudió la cabeza. -Ella se queda conmigo.-Entonces será mejor que llames a Lucian, porque hago lo que me dijeron, y me dijeron que la llevara con él.Decker resopló. Estaba a punto de señalarle que ella hacía lo que quería cuando le daba la gana, cuando Dante dijo, -No hay necesidad de llamarlo. Lucian está aquí.Girándose, Decker miró en la dirección en la que Dante estaba mirando y vio aparcar un segundo todo terreno al otro lado de la camioneta. Decker, frunció el ceño. Habría luchado con Eshe si fuera necesario para mantener a Dani con él, pero simplemente no se discutía con Lucian. O, al menos, se hacía todo lo posible para evitarlo. Decker temía que en este caso iba a tener que discutir el asunto. Nadie, ni siquiera Lucian, iba a interponerse entre él y Dani.
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-Lucian ha encontrado a su compañera de vida,- comentó Eshe cuando lo vieron salir y caminar alrededor del vehículo. Cuando Lucian abrió la puerta del pasajero para Leigh, añadió, -Puede ser que te entienda y te permita mantener a Dani contigo-. Decker, frunció el ceño ante el comentario. Había oído a algunos decir que el hombre se había suavizado desde que encontró a Leigh. Pero él no había visto nada que sugiriera que eso era cierto. Su tío todavía era un hueso duro de roer por lo que él podía decir. -¿Por qué todo el mundo está parado por los alrededores?,- gruñó Lucian cuando llegó hasta ellos. Sus ojos se deslizaron sobre el grupo antes de posarse agudos sobre Decker. -¿Dónde están los renegados?.-En la camioneta,- dijo él al mismo tiempo, siguiéndolo cuando su tío se volvió bruscamente y esquivó a Leigh mientras se dirigía a la parte trasera del vehículo. Una vez allí, Lucian agarró la puerta y luego se detuvo y se volvió para mirar a Decker. -No está cerrada-. -¿Qué?.- Decker se trasladó a su lado y vio que era cierto, la puerta no estaba cerrada. -Descuidado-, dijo Lucian bruscamente. -Tienes suerte de que no se abriera y que los cuerpos se desparramaran en la carretera. ¿No hubiera sido divertido explicarlo?.Decker se mordió la lengua. Se había descuidado, reconoció, mientras veía a Lucian tirar de la puerta, pero si bien no estaba completamente cerrada, estaba lo suficientemente trabada como para que no se abriera hasta que se pulsara el botón para liberar el pestillo. Él abrió la puerta del todo y luego también abrió la segunda puerta, y todos los rodearon, mientras él agarraba una extremo de la lona y la arrojaba hacia atrás. Todos permanecieron en silencio mientras él miraba los cadáveres. -¿Cuánto tiempo llevan estacados?.-Desde que dejamos el claro-, dijo Decker. -No quería que se recuperaran y causaran problemas.-
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Lucian asintió con la cabeza y murmuró: -Las estacas tendrán que ser eliminadas pronto para que puedan sobrevivir para su juicio.Decker simplemente asintió, sabiendo que el Consejo insistiría en leer sus pensamientos para conocer los numerosos problemas que habían causado antes de dictar la sentencia. Las fuerzas del orden por lo general tenían una buena cantidad de información sobre los renegados y lo que había hecho hasta antes de ir tras ellos. Si tenían la suficiente información, a veces podía ejecutarse a los renegados en el lugar y comenzar la limpieza de inmediato, como habían hecho en el caso más reciente en Kansas, pero no sabían nada de estos hombres y del daño que podrían haber ocasionado. Tendrían que descubrirlo antes que pudiera hacerse otra cosa. -¿Quiénes son ellos?,- preguntó Leigh, cogiendo la mano de Lucian mientras miraba los cuerpos. -Ellos tienen un parecido sorprendente con Leonius,- murmuró él, con una expresión de preocupación en su rostro. -¿Leonius?,- le preguntó Decker, al no reconocer el nombre. -Leonius Livio,- aclaró Lucian. -Fue uno de los pocos atlantes originales que escaparon cuando cayó-. -Edentata-, suspiró Eshe, al parecer reconociendo el nombre. -¿Qué es un edentata?,- preguntó Leigh perpleja. Lucian pasó y luego dijo: -Edentata es la palabra en latín para “sin dientes” o desdentado. Los edentata son inmortales que no tienen colmillos que les ayuden a conseguir lo que necesitan para sobrevivir. Los que están sanos son llamados desdentados. Sin embargo, los que han caído en la locura y se han convertido en renegados son generalmente denominados Sin Colmillos para diferenciarlos. Leonius Livio era un Sin Colmillos.- Lucian hizo una pausa antes de añadir: -Pero él fue abatido en una batalla hace un par de milenios.-
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-Tal vez tuvo hijos antes de morir-, sugirió Decker. -Lo hizo, pero todos cayeron en la misma batalla que él. Nos aseguramos de eso,- murmuró Lucían, y luego se inclinó para examinar a uno de los hombres más de cerca. Él lo miró a la cara, luego le abrió la boca para mirar dentro y empujó su paladar, detrás de los dientes caninos. Después de un momento se enderezó y sacudió la cabeza. -Sin colmillos-. -¿Cómo puedes decirlo?,- Justin preguntó con curiosidad, evidenciando que nunca había tratado con un desdentado antes. Decker no estaba sorprendido. Habían sido exterminados con el tiempo y eran bastante raros en estos días. Decker, sólo se había encontrado con uno en sus doscientos cincuenta y nueve años. Él le explicó, -Si presionas en el paladar, detrás de los caninos, se deslizarán tanto si quieres como si no, pero en los desdentados no hay colmillos para que salgan.Justin metió la mano en su propia boca. Debió de haber empujado su paladar por detrás de su colmillo derecho, porque ese fue el que se deslizó hacia delante y hacia abajo. -Genial,- dijo él , quitando el dedo y permitiendo que el diente se deslizara hacia atrás y volviera a su lugar. -No sabía que podíamos hacer eso.-¿Por qué no desarrollaron colmillos?,- preguntó Leigh. -¿Y cómo sobreviven?.-Te lo explicaré más tarde, - le aseguró Lucian, y luego se volvió hacia Decker. -¿Dónde está la chica?Decker se volvió y señaló a Dani que estaba bajo una farola y miraba en su dirección. Sabía que ella estaba impaciente por marcharse. -¿Qué está haciendo allí?,- preguntó Lucian consternado. -¿Y por qué alguien no está controlándola?-
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-Ella es la compañera de vida de Decker,- dijo Justin rápidamente, sin duda intentando hacer frente al carácter de Lucian, pero lo único que provocó fue hacer que Lucian se diera vuelta hacia Decker y empezar a moverse a través de sus pensamientos. Decker podía sentir lo que estaba sucediendo, pero no trató de bloquearlo, incluso si hubiera podido hacerlo. -¿CSIS?,- le preguntó Lucian con incredulidad, atrayendo las miradas curiosas de todos menos la de Justin. Decker se retorcía desprotegido mientras su tío seguía revisando sus pensamientos, y luego Lucian sacudió la cabeza con disgusto. -¿Y no le has explicado a ella acerca de nosotros?. Primero Mortimer, y ahora tú... ¿Soy el único que pasó por todo este asunto de la compañera de vida y que sigue con el cerebro intacto?.Por lo que Decker había oído, Lucian también había estado un poco confundido, pero mantuvo lo que pensaba para sí mismo y simplemente dijo: Yo estaba esperando el momento adecuado.-Exacto. Bueno, ese momento es ahora,- anunció Lucían, y miró en dirección a Dani mientras ladraba, -¡Muchacha!.Dani estaba paseándose de arriba para abajo y no se dio vuelta ante el grito. Probablemente no tenía idea de que era a ella a quien estaba gritándole, pensó Decker. -¿Cuál es su nombre?,- preguntó Lucian con impaciencia, y luego sacudió la cabeza. -No importa-. Sus ojos se estrecharon concentrándose en Dani. Ella se detuvo bruscamente, y luego se volvió y caminó hasta pararse delante de Lucian. Decker esperó, consciente de que ahora su tío sin duda estaba controlando y leyendo a Dani. Él supo exactamente cuando su tío la liberó por la confusión que nubló de inmediato su rostro cuando ella miró en torno a ellos. -¿Qué…?,- dijo Dani con incertidumbre y luego hizo una pausa, la inquietud atravesaba su rostro.
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-Tu mente no está defectuosa y no estás perdiendo el tiempo-, dijo Lucian, leyendo al parecer esa preocupación en su mente. -La razón por la cual no recuerdas haber caminado es porque tomé el control de tu mente para traerte hasta aquí... Y yo puedo hacer eso porque soy un ser inmortal... o como tu gente parece insistir en llamarnos, un vampiro,- dijo con desdén. -Todo el mundo aquí lo es... incluyendo a Decker, que es el único aquí que no puede leer ni controlar tus pensamientos. Eso te convierte en una posible compañera de vida para él, pero tú serás quien lo decida.Ahora que había dejado a Dani con la boca abierta, Lucian tendió la mano frente a Eshe. Cuando ella puso las llaves de la camioneta en la palma de su mano, él se volvió para entregárselas a Decker, diciéndole: -¡Muy bien!. Ahora que te he hecho la parte más difícil del camino, métela en la camioneta y pongan sus culos en movimiento. Puedes explicarle el resto por el camino-. -Esperen un minuto,- protestó Dani cuando Decker la tomó del brazo para llevarla al vehículo. –Yo…-No hay un esperen un minuto-, dijo Lucian con frialdad. -Todavía tenemos un par de renegados y una chica joven en peligro andando por ahí. Tu hermana, creo. O empiezas a moverte ahora, o te vas con Eshe.Decker sospechó que amenazarla con Eshe no había sido necesario; Dani había dejado de tratar de que él le soltara su brazo en el minuto en que su hermana fue mencionada. Él condujo a una muy contenida Dani hasta el nuevo vehículo, abrió la puerta lateral y la hizo pasar, a continuación se volvió y le entregó las llaves a Justin. –Tú conduces.Justin aceptó las llaves sin cuestionar, y se dio vuelta para caminar de nuevo hacia el lado del conductor. Decker estaba a punto de subir a la parte de atrás con Dani, cuando Lucian lo llamó. Se detuvo y caminó de vuelta alrededor del vehículo para encontrarse a medio camino con su tío que venía caminando a su encuentro. -¿Hay algo más?,- preguntó él con frialdad, molesto por su trato hacia Dani.
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Lucian asintió. -Tengo entendido que Justin y tú tenían algún plan para atrapar a Nicholas utilizando el micrófono oculto y el rastreador de la camioneta.Decker levantó las cejas, había planeado hablar con los demás y contarles acerca de su idea cuando llegaran aquí, pero lo había olvidado. -¿Cómo lo sabes?.-Lo he leído en su mente.Decker miró hacia la camioneta cuando Lucian hizo un gesto hacia ella. -En la de Dani?. Pero ella no sabía…-Ella escuchó a hurtadillas tu conversación con Justin, y luego procedió a hablar en el micrófono y le dio su número a Nicholas para que la contacte. Él lo hizo, y ella le contó todo acerca de tu plan.-¿Por qué ella haría…?.-Porque no confía en ti,- lo interrumpió Lucian. -Ella sabe que Nicholas estaba siguiendo a estos hombres y es la razón por la que ella y su hermana se salvaron. También sabe que, incluso ahora, él está persiguiendo a su hermana, tratando de salvarla. Todo lo que sabe acerca de ti, sin embargo, se confunde por las mentiras. Has hecho un desastre al tratar de mantener lo que somos en secreto, ella no confía en ti tanto como confía en Nicholas, con quien nunca ha hablado.- Dejó que él cayera en la cuenta, y luego agregó, -Necesitas explicarle las cosas y ganarte su confianza, si quieres que ella sea tu compañera de vida.Decker asintió muy serio. -Ahora vamos. Tenemos trabajo que hacer-. Decker se volvió y corrió de nuevo hacia la camioneta. Justin tenía el ordenador en funcionamiento y estaba hablando por su teléfono móvil cuando Decker subió en la parte trasera del vehículo y cerró la puerta.
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-Gracias, Bastien. Creo que ahora lo tengo.- Justin terminó la llamada y deslizó su teléfono en el bolsillo. Luego sonrió y le dijo a Decker, -Mira esto. Hablando de cosas geniales. Supongo que Bastien contrató a algunos expertos en informática después del embrollo por el que tuvieron que pasar para lograr rastrear el teléfono de Marguerite en Europa. Ellos programaron esto. Mira.Señaló la pantalla. -Ese punto azul somos nosotros, el verde de al lado es el vehículo de Lucian, y el negro es el todo terreno-. Justin frunció el ceño. -Está en la carretera 427 cerca de Etobicoke, en lugar de dirigirse hacia el centro de Toronto como esperábamos.Decker asintió en silencio, preguntándose adónde se dirigía el tipo que había secuestrado a Stephanie. Todos habían estado seguros de que iba a tratar de perderse en la ciudad. Lucian tenía a varios inmortales, incluidos los ejecutores y los voluntarios, que estaban esperando en distintos lugares de Toronto para congregarse sobre el vehículo cuando lo vieran. -¿Etobicoke?,- preguntó Dani, inclinándose hacia adelante para mirar a la pantalla. -Eso no está ni a una hora de aquí, ¿verdad?.-Esta sólo a media hora de aquí. Corrí un poco,- dijo Justin alegremente. Decker tomó nota de la expresión irónica en la cara de Dani y supuso que no estaba muy sorprendida. Justin había estado conduciendo como un murciélago salido del infierno desde que habían partido de Parry Sound. -¿Quiénes son los otros puntos de color?,- preguntó ella ahora. -Otros ejecutores-, respondió Justin. -Ese amarillo es mi compañero habitual, Mortimer, y su compañera de vida, Sam.- Sus cejas se juntaron cuando se dio cuenta de la posición del punto. -Todavía están a una hora o más detrás de nosotros. Espero que tu vehículo no les haya dado problemas-. -Mi camioneta no les está dando problemas,- le aseguró Decker y, a continuación, capturó la mirada curiosa de Dani y le explicó: -El vehículo que fue robado era uno de los de la compañía que Mortimer y Justin condujeron
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desde Toronto. Mortimer y Sam están en mi camioneta particular, que tiene instalado un GPS de la compañía.-También tiene un cabina detrás con una cama,- dijo Justin, moviendo las cejas. -Y ellos son compañeros de vida recientes, una especie de recién casados. Ellos necesitarán la cama.Decker rodó los ojos y le dijo a Dani, -Sí, tiene una cama, y por eso les sugerí que la tomaran, pero no por la razón a la que se está refiriendo a Justin. Sam es mortal, lo que significa que pueden ser un equipo doble. Sam puede mostrar la imagen de Nicholas durante el día mientras Mortimer duerme y él puede hacerlo por la noche mientras ella duerme.-Él lo arruina todo, ¿verdad?,- se quejó Justin, girándose en el asiento del conductor para arrancar el motor. Decker se acomodó en el asiento trasero junto a Dani y se abrochó el cinturón y luego se volvió para mirarla mientras ella hacia lo mismo, preguntándose en qué estaría pensando. Todavía no había dicho una palabra sobre las revelaciones de Lucian. Cuando terminó con su cinturón de seguridad, Dani se volvió hacia él y le preguntó: -Lucian es tu tío, ¿no?.-Sí.Ella asintió, su expresión era pensativa, y luego preguntó: -¿Así que entonces la locura es cosa de familia?.Justin rompió a reír desde el asiento delantero, y Decker se volvió con una mueca hacia el hombre más joven. Respiró profundamente en busca de paciencia antes de volver su atención a Dani. Era evidente que ella no había creído ni una palabra de lo que su tío le había dicho, y consideró brevemente qué era lo que podía decirle para convencerla. Y entonces tuvo una idea.
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-¿Qué estás haciendo?. Para,- dijo Dani cuando Decker comenzó a deshacerse de su camisa. -Sólo te estoy mostrando mi herida de bala-, dijo él con dulzura. -Oh,- Dani se relajó un poco, pero no completamente. Ella no podía decir con certeza por qué encontraba que la idea de ver su pecho desnudo era más preocupante en esta ocasión que cuando le había sacado la bala. Posiblemente era porque, a pesar de todo, descubrió que él estaba empezando a gustarle, pero en cualquier caso, estaba teniendo dificultades para ponerse en su papel profesional en este momento. En lugar de eso, se quedó mirándolo deshacerse de un botón tras otro, comiendo con los ojos pulgada tras pulgada de la carne pálida que se revelaba hasta que tuvo que forzarse a alejar su mirada. -Ya está,- dijo Decker un momento después. Dani se volvió de mala gana para encontrar que él se había abierto la camisa y destapado el hombro lesionado. Sus ojos se deslizaron sobre toda esa carne de color mármol claro y luego se congeló. Ella se acercó más, y luego reaccionó, Necesito una luz.-
Justin inmediatamente encendió la luz del techo que arrojó un fuerte resplandor por encima de todo, incluso la herida de bala de Decker. Dani la miró de cerca, observando que se había reducido en tamaño y estaba el tejido estaba cicatrizándose. Si alguien le hubiera preguntado cuánto tiempo tenía la herida, habría supuesto que varios días, posiblemente una semana. Su mente de inmediato empezó a correr en círculos, buscando en toda su formación médica y tratando de encontrar una explicación de cómo pudo haberse curado con tanta rapidez, pero no encontró nada. Dani se sentó y lo miró en silencio durante un minuto y luego dijo en voz baja: Eso no es humanamente posible.-No es mortalmente posible-, la corrigió él igualmente en voz baja.
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-Muéstrale tus dientes-, dijo Justin desde el asiento delantero. Decker abrió la boca, y ella observó fascinada la manera en que los caninos lentamente se desplazaban hacia adelante y hacia abajo, convirtiéndose en lo que sólo podía ser descrito como colmillos. Cuando se volvió hacia el espejo retrovisor, Justin levantó ligeramente la cabeza y permitió que sus propios dientes salieran de su boca. Dani rápidamente dio un vistazo hacia atrás y vio que los dientes de Decker se retraían, bajó rápidamente los ojos al pecho y vio que la herida de bala ya estaba cerca de curarse, y luego se volvió y agarró la manija de la puerta con la intención de saltar. Sólo su olvidado cinturón de seguridad se lo impidió. Se las arregló para abrir la puerta antes de que Decker pudiera reaccionar, pero el cinturón de seguridad la retuvo en su lugar cuando trató de saltar. -¡Dani!,- Decker la agarró con una mano, cuando comenzó a tratar de deshacerse del cinturón de seguridad y cerró la puerta con la otra, a continuación, la obligó a girarse para mirarlo. -Mírame. Necesito que me escuches. Estás a salvo. No voy a hacerte daño. Debes darte cuenta de eso. Si quisiera hacerte daño lo habría hecho hace mucho tiempo. Estás a salvo.Repitió las palabras una y otra vez hasta que ella dejó de luchar y la obligó a calmarse entre sus manos. -Está bien-, dijo él entonces. -Sé que esto es difícil de aceptar y te asusta, pero tienes que dejar que te lo explique. Me debes eso al menos, ¿no te parece?.-¿Te lo debo?,- preguntó ella sorprendida y finalmente levantó la cara para mirarlo. Fue Justin, quien señaló juiciosamente, -Bueno, él se llevó un par de balas allí cuando te salvamos. Seguramente deberías dejar que al menos se explicara.-
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Capítulo 6 -¿Un par de balas?,- preguntó Dani, volviéndose hacia Decker. -No importa-, dijo él en voz baja. Dani frunció el ceño, pero luego decidió que estaba bien y que realmente no importaba. Lo que importaba era que se trataba de la pesadilla más extraña que había tenido en su vida y quería que terminara. Quería despertar y asegurarse a sí misma que todo estaba bien, que Stephanie estaba en casa con sus padres o incluso en la cabaña, sana y salva. -¿Dani?,- dijo Decker viendo su incertidumbre. Su mirada se centró en el rostro del hombre de sus sueños ante ella, y se encontró preguntándose adónde había volado su imaginación con ese rostro atractivo. ¿Lo había visto alrededor de Windsor, o en la cabaña y, pensando que era atractivo, había insertado su cara en su sueño?. Si hubiera sido así, en realidad hubiera hecho de él un policía o algún otro tipo bueno en lugar de un vampiro colmilludo. -¿Estás lo suficientemente tranquila como para escucharme?,- preguntó el Decker del sueño, cogiendo sus manos. Él parecía estar bastante dubitativo en ese aspecto. Sin embargo, Dani se sentía perfectamente tranquila, aunque éste era un término relativo, decidió, y se miró las manos. Trató de sacudirse de su agarre, con la intención de pellizcarse a sí misma, pero él simplemente las apretó, observándola con preocupación. No viendo ningún otro recurso, de repente Dani echó la cabeza hacia atrás, golpeándola contra la ventanilla del lado trasero del todo terreno, que no estaba soñando. -¿Qué estás haciendo?,- bramó Decker acecándose. -Tratar de despertarme,- murmuró con ironía cuando él la agarró por los hombros para impedirle que lo hiciera de nuevo. Él no debió haberse
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molestado, el dolor que irradiaba a través del cráneo de Dani fue suficiente para convencerla de que no estaba soñando. Parecía que estaba despierta y en una camioneta con dos hombres que afirmaban ser vampiros... y que también tenían colmillos para respaldar su afirmación. -Ella cree que está soñando-, dijo Justin tranquilamente desde el frente, su diversión habitual estaba notablemente ausente. -Aunque creo que se está dando cuenta de la verdad.-Mantente alejado de sus pensamientos-, dijo Decker, pero su voz sonaba más resignada que enojada, y Dani se preguntó de qué estaba hablando cuando dijo eso. En realidad no le importaba, excepto que era un poco molesto no saber de lo que estaban hablando la mitad del tiempo. -Dani,- dijo Decker con firmeza. -Confía en mí, esto no es un sueño-. -¿Por qué los hombres siempre dicen confía en mí antes de escupir algo completamente desagradable?,- preguntó vacilante mientras era travesada por la irritación. -Se supone que los vampiros no son reales. Y ¿cómo te has convertido en un vampiro guapo?. Deberías ser un perro. Todo lo que es malvado, la gente vil, debería verse tan fea como lo es por dentro.-No somos malv…- Decker detuvo su negación, y luego hizo algo que ella aún no le había visto hacer y levantó los labios de una forma muy rara y, en su opinión, totalmente inadecuada cuando con una sonrisa le preguntó: -¿Crees que soy guapo?.-Tierra llamando al Mayor Decker,- dijo Justin con tono seco. -Ella cree que eres un demoníaco hijo de puta guapo.-Correcto-. Él frunció el ceño y sacudió la cabeza como tratando de librarse de las palabras de ella, y luego dijo: -No somos demoníacos o viles. Ni siquiera somos vampiros.-Pero tienes colmillos, y ese Lucian dijo…-
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-Dijo que tu gente insiste en llamarnos eso,- le recordó Decker con firmeza. Pero no lo somos.-Bueno, lo somos de alguna forma,- lo corrigió Justin. -Simplemente no nos gusta ser llamados así. Al menos, no a los viejos chupasangres. No sé por qué. Creo que es algo sexy.- Adoptando un falso acento malo, dijo, -Yo soy un vampiro, y quiero chupar tu…-Justin,- dijo Decker, con la paciencia pendiendo de un hilo. -No estás ayudando aquí.-Lo siento-, murmuró. -Pero tenemos colmillos y bebemos sangre y…-Bricker,- dijo Decker bruscamente, volviéndose para mirarle. -Vale. Lo siento, me cierro la boca-. Encontró la mirada de Decker en el espejo e hizo un gesto de cerrar su boca. Pero en el momento en el que Decker dejó de mirarle, se volvió a Dani, y empezó a hablarle de nuevo. –Cuéntale sobre la Atlántida.Decker flaqueó, sus ojos se cerraron brevemente, y luego tomó un aliento profundo y dijo: -Sí, Justin, estaba a punto de hacerlo.-¿La Atlántida?,- repitió Dani asombrada. -O tal vez mejor empieza con los nanos,- dijo Justin, cambiando de opinión. Ella es médico. Entenderá mejor la parte científica.-Sí, lo sé. Gracias, Justin, puedo manejar esto,- dijo Decker con una mueca, obviamente al borde de perder realmente la paciencia. Luego se volvió hacia Dani, la miró con un suspiro, y le preguntó: -¿Me escucharás al menos?.Dani asintió. No es como si realmente hubiera tenido otra elección, no después de haber visto aquellos colmillos.
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-Está bien-, dijo Decker aliviado. -Somos humanos. Si me abrieras te encontrarías todo exactamente igual que en cualquier otro hombre, salvo que todos mis órganos y tejidos estarían muy saludables y en buen estado.-Todo es exactamente igual excepto nuestra sangre,- añadió Justin. -Eso es cierto,- reconoció Decker. -Nuestra sangre es diferente. Hay nanos en ella. Al menos esa es la mejor descripción.- Cuando Dani se limitó a mirarle, le explicó, -Verás, nuestros científicos estaban tratando de desarrollar una forma de curar o eliminar cosas como el cáncer, las infecciones y las lesiones graves sin recurrir a la cirugía o infligir nuevos traumas en el cuerpo. Entonces ellos idearon los nanos, pequeños artefactos de bioingeniería programados para viajar a través del torrente sanguíneo. Utilizan la sangre tanto como combustible como para regenerarse, así como para hacer reparaciones en el cuerpo, regenerar tejidos, o rodear y eliminar cualquier tipo de infección o enfermedad que pueda estar presente.Dani asintió con la cabeza para animarlo a continuar. Hasta ahora, lo que le había dicho no sonaba a cosa de locos. Había leído acerca de los experimentos recientes que utilizaban esa tecnología para un propósito similar. -Tuvieron éxito más allá de sus expectativas,- continuó Decker. -Los nanos entraron, realizaron las reparaciones y eliminaron las infecciones y el cáncer, y cualquier otra cosa que atacaba al cuerpo. Fue aclamado como un gran avance médico. Los enfermos y los heridos se alineaban en masa para recibirlo. Los padres de mi madre se encontraban entre aquellos que primero fueron infectados con ellos.-Wow,- interrumpió Dani a la vez, -¡Los padres de tu madre!.¡Tus abuelos!.Decker, asintió con la cabeza. -Mi abuela, Alexandria, tenía lo que ahora se conoce como cáncer y mi abuelo, Ramses, resultó gravemente herido en un accidente. Ambos eran enfermos terminales. Ellos fueron los sujetos uno y dos, ambos fueron tratados al mismo tiempo. Es la forma en que se conocieron. Se casaron tres meses más tarde, y mi tío Lucian y su hermano gemelo Jean Claude
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nacieron poco menos de nueve meses después. Ellos fueron los primeros nacidos infectados.-¡Oh, ya veo!,- Dani se echó hacia atrás, sacudiendo la cabeza. -Estabas haciéndolo muy bien justo hasta el tema los abuelos. Antes me habías engañado, pero no había manera de tener este tipo de tecnología hace cincuenta años-. -¿Cincuenta?,- resopló Justin, encontrando su mirada en el espejo retrovisor cuando ella se volvió en su dirección. –Intenta con varios miles.Decker se tomó un momento para echar una mirada en su dirección y luego se volvió hacia Dani. -Esta es la parte difícil de creer.- Hizo una pausa y tomó aire y dijo: -Nuestros antepasados venieron de la Atlántida.-La Atlántida-, dijo ella con incredulidad. -¿La Atlántida, Atlántida?.¿La legendaria tierra perdida?.-Sí. Como las leyendas claman, la Atlántida era muy avanzada tecnológicamente. Desafortunadamente, también estaba terriblemente aislada y no compartía esa tecnología con nadie. No compartía nada con nadie. Vivían rodeados por el mar por tres lados, con montañas entre ellos y el resto del mundo, y era la forma en que les gustaba. Así que cuando cayó la Atlántida, los supervivientes cruzaron las montañas para encontrarse en un mundo mucho más primitivo. No tenían ninguna forma de almacenar la sangre o realizar transfusiones.-Espera un minuto,- interrumpió Dani. -Saltas de una cura milagrosa a nada de sangre y transfusiones. ¿Por qué la necesidad de sang…?.-Los nanos utilizan una gran cantidad de sangre para mantenerse a sí mismos y hacer reparaciones. Más de los que el cuerpo humano puede crear. Tenían que hacer transfusiones a aquellos que habían sido tratados con los nanos. Eso estaba bien en la Atlántida, pero cuando la Atlántida cayó...-
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-No más transfusiones,- dijo ella , luchando ahora con si creerle o no. Algo de todo esto tenía una especie de loco sentido. -Sí, y ahí es cuando los nanos comenzaron a cambiar a nuestro pueblo. Habían sido programados para reparar y regenerar y, básicamente mantener a su huésped vivo y en la mejor condición física posible. Sin sangre, nuestros antepasados habrían muerto, así que los nanos los cambiaron de una forma que les ayudó a mantenerse con vida y en un estado saludable. Los hicieron fuertes y rápidos para que pudieran obtener la sangre necesaria para los nanos.-Los ojos,- murmuró ella comprendiendo. -Sus ojos reflejan la luz como un gato o un mapache.-Porque somos cazadores nocturnos como ellos,- dijo Decker en voz baja. -Dijiste que Sam es mortal, de modo que puede investigar durante el día mientras Mortimer duerme. ¿Ustedes no pueden salir a la luz del sol?.-Podemos-, admitió él. -Pero como médico sabes que el sol hace daño, lo que significa que los nanos tienen más trabajo, lo que implica una mayor necesidad de sangre. Nos alimentamos de sangre en bolsas, pero antes de los bancos de sangre y de la sangre en bolsas, nos vimos obligados a alimentarnos de nuestros vecinos y amigos. E hicimos nuestro mejor esfuerzo para reducir al mínimo la alimentación que necesitábamos. -¿Y los nanos les hicieron crecer los colmillos también?,- preguntó ella. Él asintió con la cabeza. -Nos dieron todos los atributos físicos necesarios para hacernos mejores cazadores.-Ya veo,- murmuró Dani, mirando sus manos y tratando de asimilar todo. Era mucho para digerir, casi tan difícil de creer como la vieja leyenda acerca de las criaturas muertas sin alma, condenadas a caminar por la tierra por algún pecado del pasado. La ciencia era una cosa, pero ¿la Atlántida?. ¿Hace miles de años?. Es cierto, habían llegado leyendas sobre la legendaria Atlántida a través de los años, pero eran sólo un mito. ¿No?.
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-¿Sería más fácil para ti creer si te dijera que somos los muertos condenados?,le preguntó Decker irónicamente. Era como si leyera su mente, pensó ella, y eso le recordó sobre lo que habían dicho Nicholas y Lucian de que podían leer su mente, e incluso controlarla. -Dices que les dio los atributos físicos necesarios para hacerlos mejor cazadores. ¿Eso es todo?,- preguntó ella, y entrecerró los ojos mirándolo. Él vaciló y luego admitió: -No. También desarrollaron nuestra capacidad para leer los pensamientos y controlar las mentes. Nos ayuda a…-¿Qué estoy pensando ahora?,- lo interrumpió ella abruptamente. Decker, sacudió la cabeza. -Como dijo Lucian, yo no puedo leerte, Dani.-Yo puedo,- dijo Justin, captando su mirada. -Estás pensando en tu hermana.Dani volvió a fruncir el ceño en el hombre. -Eso fue muy fácil. Por supuesto que pensaba de ella. Inténtalo de nuevo-, le ordenó mientras buscaba en su mente hasta que se le ocurrió otra cosa. -Una jirafa-, dijo Justin. -Otra vez,- preguntó ella. -Un elefante morado.- Esta vez él contestó casi antes de que ella terminara de decirlo. -¿Puedo controlarte ahora?.-¿Puedes?,- preguntó ella entrecerrando los ojos y luego miró hacia abajo conmocionada cuando sus manos se levantaron y aplaudieron varias veces. -Basta-, ladró Decker, cogiendo sus manos entre la suyas. -Ella lo pidió,- dijo Justin a la defensiva.
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Dani miró a Decker inmóvil con las manos en la suyas, y le preguntó con voz temblorosa, -¿Cómo?. ¿Por qué tú no puedes si él puede?.Él se encontró con su mirada, y luego la desvió sin responder. Fue Justin quien le dijo, -Porque tú eres su compañera de vida-. La mirada de Dani parpadeó hacia el hombre, su mente recordó lo que Lucian había dicho antes, pero se volvió a Decker, cuando le preguntó: -¿Qué es un compañero de vida?.Él dejó salir su aliento en un suspiro. Su mirada cayó a sus manos, se elevó para encontrarse con la suya de nuevo, y finalmente dijo, -Los nanos no sólo nos permiten leer la mente de los mortales. Podemos leernos también entre nosotros si es que no nos mantenemos en guardia para bloquear a los demás para que se entrometan en nuestros pensamientos. Hace la vida un poco... -Decker, sacudió la cabeza. -Puede ser agotador. Tanto es así que algunos inmortales evitan a otros lo más posible sólo para no estar siempre en guardia. Pero el aislarse a uno puede conducir a la depresión, la rabia y la locura, y a convertir a un inmortal en un renegado-. Se detuvo brevemente, y luego explicó: -Un compañero de vida es esa rara persona a la que no podemos leer y que no puede leernos. Pueden ser mortales o inmortales, pero estar con ellos es como un oasis de calma. Podemos relajarnos y ser nosotros mismos alrededor de ellos sin miedo a que oigan todos los pensamientos que tenemos. Y, ya que no podemos leerlos, tampoco nos bombardean con sus pensamientos. Pueden ser un compañero verdadero, alguien que no te puede leer o controlar y con el que podemos pasar nuestra vida, felizmente-. Dani lo miró, recordando exactamente lo que Lucian había dicho: Yo soy un inmortal. . . o como la gente parece insistir en llamarnos, un vampiro. . . Todos los que están aquí lo son... incluyendo a Decker, que es el único aquí que no puede leerte o controlar tus pensamientos. Eso te convierte en una posible compañera de vida para él, pero serás tú la que decida. Él había dicho que ella era una posible compañera de vida y que tendría que decidir. ¿Significaba esto que podía no serlo?. ¿O que era compañera de vida de
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Decker, pero que podía rechazarlo si así lo deseaba?. Antes de que pudiera preguntarle, Justin dijo de repente, -¿Decker?.Él se volvió a regañadientes de Dani para echar un vistazo a Justin. -¿Qué?.-Perdón por interrumpir, pero estoy corriendo bastante y hemos pasado un radar policial. Podría tratar de controlarlo, pero no quiero apartar mi concentración de la carretera.-Yo me encargaré de ello,- dijo Decker, y miró por la ventana trasera. Dani se retorció en su asiento para ver lo que podría haber sido una repetición de su primer encuentro con el otro oficial. Las luces intermitentes en la parte superior del crucero se apagaron de repente y el coche redujo la velocidad y se retiró. Cuando ya no pudo verlo más, Dani se volvió hacia Decker. –Lo has controlado, y al otro oficial que estaba tras nosotros antes-. Cuando él asintió solemnemente, le preguntó: -¿Pero no me puedes controlar a mí?.Él sacudió la cabeza y los ojos de Dani se entrecerraron. -¿Pero Justin puede?.Su movimiento de cabeza esta vez fue casi a regañadientes, como si sospechara de una trampa. -¿Así que fue Justin quien me hizo dormir en la parte trasera de la camioneta después del incidente en el claro?,- preguntó Dani, sospechando que ya conocía la respuesta. De hecho, eso explicaría por qué no podía recordar entrar en la furgoneta e ir a dormir. Decker se estremeció por su tono agudo, pero asintió con la cabeza. -¿Qué más me hizo hacer?,- le preguntó ella y su voz se tornó fría. -Nada-, le aseguró él solemnemente.
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-¿Por qué debo creerte cuando no has hecho otra cosa que mentirme desde el momento en que te conocí?.-Sólo te mentí porque, de haberte dicho la verdad, habrías pensado que estábamos locos... y ya estabas muy conmocionada después de tu encuentro con los renegados y no estabas con ánimo para confiar en nosotros-, dijo con firmeza. -Somos ejecutores del Consejo, Dani. Policías vampiro, si te gusta más. Nuestro pueblo tiene leyes y tenemos que cumplirlas. Cazamos a los inmortales renegados que violan nuestras leyes.-¿Qué tipo de leyes?,- preguntó Dani relajándose un poco. Casi no podía argumentar que él debería haber dicho la verdad desde el principio. Decker tenía razón. Ella no había estado en condiciones de recibir esta revelación poco después de aquéllo. ¡Qué diablos!, no estaba segura de estar preparada para eso ahora, pero estaba empezando a aceptarlo, y gran parte de su miedo se desvanecía con cada minuto que pasaba. -La primera y más importante es no alimentarse de los mortales o dañarlos-. A ella le gustaba esa la ley, decidió Dani. -¿Qué más?.-A las parejas se les permite tener sólo un hijo cada cien años.Esa le hizo fruncir el ceño. -¿Por qué?.-Es para mantener nuestra población baja. Necesitamos sangre para sobrevivir. El que haya muchos de nosotros con esa necesidad podría ser un problema.Lo entendía, aunque la norma todavía le hacía sentir incómoda. ¿Qué les hacían a los inmortales que tenían más de un niño en cien años?. ¿Qué hacían con el niño?. Antes de que pudiera preguntarlo, Justin anunció, -Creo que nuestro renegado acaba de tomar la salida de Dixon Road.-¿Dixon?,- Dani giró la cabeza para mirar a la pantalla, la voz de alarma se apagó en su cabeza y ahogó cualquier preocupación acerca de los bebés inmortales. -Ahí es donde está el aeropuerto.-
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Decker maldijo y se desabrochó el cinturón de seguridad poniéndose de rodillas entre los asientos delanteros para poder ver mejor la pantalla del ordenador. Efectivamente, el pequeño punto negro había tomado el desvío de Dixon. -No puede estar pensando en tratar de coger un vuelo o algo así, ¿no?,preguntó Dani desde su lado, y Decker miró a su alrededor para descubrir que se había soltado y se movía acercándose a él. -Ponte el cinturón de seguridad de nuevo,- gruñó él, muy consciente de que a la velocidad que conducía Justin, probablemente resultaría muerta si tuvieran un accidente. Dani no le hizo caso, tenía los ojos fijos en la pantalla del ordenador. -Él no puede estar pensando en montar a Stephanie en un avión. Ella no tiene pasaporte, o…-Estoy seguro de que no-, le aseguró Decker, a pesar de que no estaba del todo seguro. La falta de un pasaporte no era un problema cuando se puede controlar las mentes de las personas encargadas de solicitarlo. -Ahora vuelve a tu asiento y ponte el cinturón de seguridad.-Es difícil ver esto. Es demasiado pequeño,- dijo Dani, haciendo caso omiso de nuevo, y miró a Justin. -¿Hay alguna manera de hacer la imagen más grande?.-Yo lo haré-, masculló Decker, que no quería que Justin se distrajera. Él utilizó el ratón del ordenador portátil para acercarse a la sección del mapa donde estaba el punto negro, y luego se sentó de nuevo. -Ahí-. -Oh Dios, está en la rampa de salida-, exclamó Dani horrorizada cuando la imagen entró en una escala mucho mayor. -Él debe estar yendo al aeropuerto. Si dejan la camioneta no tenemos manera de rastrearlos-. -No tengas miedo,- le ordenó Decker, y luego señaló un punto marrón que también estaba en la rampa. -Mira, uno de los nuestros no está muy lejos detrás
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de él. Y Nicholas también, probablemente, todavía le está pisando los talones. Además, no creo que haya vuelos a esta hora.-Hay vuelos hasta las doce y media,- dijo Dani tensa. Decker miró su reloj y frunció el ceño cuando vio que ni siquiera era medianoche. Estaba un poco sorprendido de que fuera tan temprano. Sentía como si una vida entera hubiera pasado desde que se había dado cuenta de que no podía leer o controlar a Dani. -Lo atraparán, Dani-, dijo Justin. Afortunadamente, mantuvo los ojos en la carretera mientras hablaba. -Somos como la Policía Montada, atrapamos a nuestro hombre. Su detención sólo significa que todo debe haber acabado y tú podrás tener a tu hermana de vuelta pronto.Dani no respondió. Tenía los ojos pegados a la pantalla del ordenador, mirando el pequeño punto, como si cerrarlos significara que desaparecería llevándose a su hermana con él. Decker quería decirle que volviera a su asiento y se abrochara el cinturón de nuevo, pero sabía que ella se iba a rehusar. Casi le habría pedido a Justin que tomara el control de ella y la obligara a hacerlo, pero Bricker estaba conduciendo tan rápido que Decker no quería arriesgarse a que desviara su atención de la carretera, incluso el tiempo necesario para realizar esa tarea fácil. Así que, en vez de eso, se sentó en silencio, su mirada preocupada oscilaba entre Dani, la pantalla, y el camino a tomar entre los otros coches en la carretera. No había tanto tránsito como durante el día, pero había bastante, y Justin estaba zigzagueando entre los autos a un ritmo aterrador. Decker, deslizó la mirada a Dani y sus entrañas se contrajeron ante la idea de perderla en un accidente, si de repente uno de esos coches se cruzaba por delante. Esto le hizo moverse un poco más cerca de ella, y levantó un brazo tras la espalda de ella para apuntalarla contra el asiento de Justin. Luego movió su otra mano delante del estómago de ella, preparándose para agarrarla y abrazarla en caso de que algo sucediera. Sentado muy cerca de Dani, Decker se encontró inmediatamente envuelto en su aroma. Era un aroma no muy diferente al de las fresas, y rodó sobre él, dulce y
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delicioso. Lo había notado antes, cuando ella le había atendido su herida de bala, pero se había distraído en ese momento tanto por llamar por teléfono a Lucian como por la preocupación de ella al darse cuenta de que algo iba mal con su herida. Sin embargo ahora lo notaba, y sin pensarlo, se coloco más cerca y giró su cabeza para poder aspirar el ligero aroma embriagador más a fondo. Era como el vino, dulce pero picante, y por alguna razón, le dio hambre. -Está girando-, dijo Dani con voz tensa. Decker empezó a mirar a la pantalla, pero su mirada no llegó tan lejos. Se detuvo en su perfil cuando ella se lamió ansiosamente los labios. Se encontró mirando con fascinación como la punta rosada de su lengua se deslizaba por una boca que parecía increíblemente suave y llena. - ¿Cuán cerca están nuestros muchachos?,- preguntó Justin, mirando a su alrededor. -Mantén tus ojos en la carretera-, gruñó Decker, su hambre añadía aspereza a su voz. Su mirada se deslizó a regañadientes por la pantalla y la miró de cerca. El punto marrón que representaba uno de sus vehículos todo terreno se encontraba ya en la rampa. Uno de color gris todavía estaba en la 427, pero sólo unos minutos por detrás. Su mirada se deslizó a los dos primeros puntos y murmuró: -Parece que se han detenido en el aparcamiento. Nuestro hombre no está mucho más atrás.-Creo que se está deteniendo,- dijo Dani con preocupación. Decker se inclinó y agrandó aún más la imagen. -No, simplemente marcha lento-. -¿Tal vez no se ha dado cuenta de que está siendo seguido y está buscando aparcamiento?,- sugirió Justin. Decker gruñó. -Nuestro hombre, está justo detrás de él y los otros están saliendo de la rampa y alcanzándolo-.
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-¿Quién está en la camioneta detrás de él?,- preguntó Dani. -No lo sé-, admitió Decker. -Lucian no me dijo a quién más pudo llamar en un plazo tan breve.Ambos observaron en silencio, cuando el punto gris alcanzó a los otros dos y los tres puntos se detuvieron, casi superpuestos entre sí. -Se han detenido,- dijo Dani con ansiedad. -Probablemente ya lo tienen,- dijo Justin con certeza. -¿Tú crees?,- preguntó ella, con la esperanza temblando en su voz. -Si no a él, entonces probablemente por lo menos a tu hermana,- dijo Justin, y luego señaló: -Ella es mortal. Le habrá retrasado. O bien él tendrá que dejarla ir o intentará entrar corriendo en el aeropuerto para perderse entre la multitud con ella, y no hay manera de que pueda dejar atrás a nuestros muchachos a pie arrastrándola consigo. Además, ya es tarde, el aeropuerto no puede estar lleno de gente a esta hora. Cuando lleguemos allí, o bien tendrán a ambos, o uno la tendrá a ella y el otro estará persiguiendo al renegado en el aeropuerto.Dani pareció plegarse sobre sí misma con alivio por estas palabras, y Decker dejó caer la mano para frotarle la espalda suavemente, agachando la cabeza instintivamente para inhalar de nuevo su aroma. -Sujétense fuerte, algún idiota acaba de…- Justin no terminó la frase, estaba demasiado ocupado frenando y virando bruscamente para evitar que ese “idiota” pudiera interrumpir su paso veloz por la carretera. La acción arrojó a Decker hacia adelante, e instintivamente agarró a Dani mientras lo hacía, aplastándola contra su pecho y la sujetó allí, ya que fueron arrojados hacia el lado del asiento del pasajero y en el espacio entre los asientos Se dio vuelta para tomar la peor parte del golpe al chocar con el asiento, y luego Decker fue cayendo hacia atrás, llevándose a Dani consigo cuando Justin aceleró y se desvió nuevamente, supuestamente para evitar otro obstáculo.
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-Lo siento. ¿Están bien?,- Justin miró a su alrededor, entrecerrando los ojos, mientras trataba de penetrar la oscuridad que ahora los cubría mientras yacían en el suelo del vehículo. -Estamos bien. Pon tus ojos en la carretera-, le recordó Decker, preocupado porque otro vehículo pudiera cruzarse en su camino. A continuación, miró a Dani. Ella había quedado despatarrada sobre su pecho en el estrecho espacio entre los asientos delanteros y el asiento en el que había estado sentada. -¿Estás bien?.Dani levantó la cabeza. Incluso con su excepcional vista, Decker, apenas podía verla en la oscuridad. Aunque por lo que pudo darse cuenta, ella estaba más aturdida que cualquier otra cosa. Se relajó y cerró los ojos con alivio, planificando tomar sólo un momento para calmarse, pero se encontró a sí mismo tomando poco a poco conciencia del olor y la sensación de ella. La imagen de sus grandes ojos y su expresión divertida se grabó en su mente. Ella era suave y se sentía cálida entre sus brazos, y pensaba que él era guapo, recordó. Dani también olía lo suficientemente bien como para comérsela. Era una fiesta para los sentidos que Decker no pudo resistir, y sin siquiera pensar en ello, la agarró de la parte superior de los brazos y tiró de su cuerpo hasta que su rostro estuvo encima del suyo. Su cabeza se levantó entonces por su propia voluntad, reclamó sus labios y se perdió. Decker fue vagamente consciente de la rigidez inicial de ella, pero ésta no luchó, y cuando ella abrió la boca, probablemente para protestar, él se aprovechó plenamente y deslizó la lengua en su interior, degustando la dulzura que era Dani. Aún sacudida por haber sido lanzada por el vehículo, Dani se asustó tanto cuando Decker la besó que al principio no supo reaccionar. En el momento en que recuperó el suficiente sentido común como para pensar en alejarlo, ya era demasiado tarde. Ya estaba envuelta en sus fuertes y cálidos brazos, en su cuerpo duro debajo de ella, su boca que cubría la de ella, su lengua que la llenaba y su olor que la asaltaba.
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Decker olía bien. Dani se había dado cuenta de eso antes, mientras le quitaba la bala de su hombro, pero sólo había sido algo pasajero, un soplo débil en comparación con el asalto completo que estaba recibiendo en este momento. Era abrumador, ahora que estaba entre sus brazos, y combinado con el sabor y la sensación de él, era suficiente para mantenerla quieta en sus brazos. Pero cuando sus manos empezaron a moverse sobre su cuerpo, acariciando su espalda y luego bajando para colocarla contra él, perdió esa tranquilidad y comenzó a devolverle los besos. En el momento en que lo hizo, Dani sintió una tormenta de deseo que se vertía a través suyo. Era increíblemente fuerte y se sentía un poco extraña, pero fue abrumadora, y la llevó a lo largo de una cresta mientras azotaba las orillas de su cerebro. A continuación, se retiraba, sólo para atacar de nuevo, esta vez acompañada por una nueva ola de emoción cruda. El asalto dejó a Dani sin aliento y llena de una necesidad ciega. Decker gimió en su boca, la vibración del sonido la hacía gritar en respuesta, y luego ambos perdieron completamente todo sentido de quién estaba allí o dónde se encontraban. Al menos, Dani lo hizo. Se olvidó de que estaban apretados en la parte trasera de una camioneta con Justin a unos centímetros de distancia. Se olvidó de que él no sólo era un desconocido que le había dicho varias mentiras, sino alguien que había declarado ser un vampiro y que realmente parecía serlo. Se olvidó de su enojo con él, de su preocupación por su hermana... y casi de su propio nombre. Dani se olvidó de todo y se lanzó al momento, aferrada a sus hombros y moviéndose con entusiasmo contra de la dureza que podía sentir que presionaba contra el vértice de sus muslos cuando una de sus manos empujó en su trasero hacia abajo, obligándola a estar aún más cerca. Era vagamente consciente de que su otra mano se movía a un lado, pero no estaba preparada para la emoción que la sacudió cuando le rozó ligeramente un costado de su pecho. Dani retuvo el aliento sorprendida y encontró que la parte superior de su cuerpo, instintivamente se torció y se arqueó para presionar deliciosamente su pecho dentro de su palma. Él aceptó la invitación, cerrando la mano sobre el montículo y amasándolo brevemente antes de comenzar a moverse bajo la tela de su camiseta. Ella sintió que él apartaba la delicada tela de su sostén y se congeló brevemente, luego volvió la cabeza y apretó la boca en
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su hombro, mordiéndolo para sofocar el gemido cuando su cálida mano se cerró sobre su carne ansiosa. Con su propia boca ahora libre, Decker comenzó inmediatamente a darle besos detrás de su oído, haciéndola estremecerse por un sorpresivo placer cuando la mordió brevemente allí. Dani soportó el asalto combinado tanto como pudo, pero el hambre golpeaba su cerebro, y finalmente volvió la cara para encontrar sus labios una vez más. El beso en esta ocasión era casi vicioso por la necesidad de montarse, y entonces Decker comenzó a moverse debajo de ella, sus manos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para agarrar sus caderas y levantarla. Al principio Dani no entendió lo que él estaba haciendo, y entonces su rodilla se deslizó entre sus piernas y él la dejó establecerse nuevamente sobre su muslo. Ahora ella estaba montada en su pierna y su cuerpo estaba un poco más arriba que él. Esto la obligó a inclinar la cabeza en un ángulo incómodo para mantener su beso, pero ella lo consiguió. Cuando su muslo presionó con más firmeza en su contra donde todas las cuerdas de su deseo culminaban, Dani empezó a chupar su lengua. A continuación, pasó una mano al suelo enmoquetado al lado de su cabeza y se apretó de nuevo en la caricia, refregándose contra su muslo, al mismo tiempo que frotaba la parte superior de su propio muslo por la dura prueba de la excitación de él Decker lanzó un gruñido en respuesta y le apretó el pecho de forma casi dolorosa, y luego relajó su control para prestar especial atención a su pezón. Fue demasiado para Dani, sentía como si estuviera ahogándose en el placer que la asaltaba y alejó la boca, echando atrás la cabeza para tomar aire. Pero Decker fue implacable, simplemente continuó frotando su pierna contra ella y acariciando su pecho, y luego levantó la cabeza para presionar su boca en el cuello que ella le había ofrecido sin pensarlo. Pasó la lengua y los labios por la vulnerable piel, haciendo una pausa para succionar y pellizcar y succionar de nuevo. Dani no sintió ningún dolor, nada que le dijera que sus dientes se habían hundido en su carne, el placer la había llenado y la dejó totalmente inconsciente. No fue hasta que su visión comenzó a desdibujarse cuando se dio cuenta que algo andaba mal.
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Fue sólo cuando Dani se desplomó en sus brazos que Decker se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Maldiciéndose a sí mismo, retrajo sus dientes y la agarró cuando ella se desplomó contra él. -¿Ella está bien?.Decker le lanzó una mirada feroz a Justin justo cuando éste se giraba para mirar de nuevo el camino. -¿Por qué diablos no me detuviste?.-Yo no sabía que la estabas mordiendo hasta que oí tu maldición y recién entonces miré,- dijo Justin rápidamente, y luego agregó: -Pensé que sólo estaban... ya sabes... metiéndose mano mutuamente-. La boca de Decker se tensó ante la cruda descripción de lo que había sido hasta hacía un momento un hermoso momento de pasión, pero Justin no había querido decir eso. -Pensé que después de ochenta años sin nada, probablemente necesitabas dejar salir un poco de vapor así que continué con mis ojos en el camino... y trataba de no escuchar todos los gruñidos y gemidos de allá atrás.-Gracias,- dijo Decker secamente, se movió hasta sentarse y levantó a Dani poniéndola a su lado. Decker entonces inclinó la cabeza hacia atrás para mirarla a la cara. Parecía un poco pálida, pero su respiración y el latido del corazón parecían normales. Afortunadamente sólo era un desmayo. -No hay problema-, dijo Justin. -Aunque me debes una; era difícil resistirse a espiar. Sonaba muy C y H.-¿C y H?,- Decker lo miró confundido. -Caliente y húmedo,- explicó él, y añadió casi con envidia, -Sonaba como si ustedes estuvieran desgarrando todo ahí detrás-. Decker, frunció el ceño ante las palabras y sus ojos descendieron a las dos heridas punzantes en la garganta de Dani. No había desgarro, sólo había
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aprovechado la oportunidad que se le ofreció en el momento y no era que sólo la había mordido, pero ni siquiera había recordado tener cuidado con la cantidad de sangre que había tomdo. Sacudiendo la cabeza, se desplazó para levantarse de nuevo en el asiento. -Deberíamos haber tomado un poco de sangre en el momento en que nos subimos al todo terreno-, dijo Justin lamentándose mientras Decker ponía el cinturón de seguridad alrededor de Dani y se lo abrochaba -Hablando de eso... ¿por qué no lo hiciste tú?. Debes haber tenido un apetito voraz tras esa herida de pistola. -Tomé un aperitivo en el restaurante, mientras estaba esperando a que Dani saliera del cuarto de baño-, admitió Decker, sus ojos se movieron del rostro pálido de Dani al espejo retrovisor. -¿Sí?,- Justin lo miró y dijo: -Ha pasado un largo tiempo desde que no he tomados otra cosa que bolsas de sangre.-Esperemos que no te pase nunca-, le dijo Decker a la vez. Estar bajo de sangre por una herida de bala y sin bolsas de sangre disponibles, era una de esas situaciones de emergencia en las que morder a un mortal estaba permitido. Al principio tuvo la intención de sufrir los calambres que lo atacaban y esperar hasta encontrarse con Eshe y poder alimentarse de los suministros en la camioneta de reemplazo, pero cuando Decker se había encontrado demasiado fascinado con el cuello de Dani cuando la había ayudado a salir de la furgoneta, y luego sintió que sus colmillos trataban de de deslizarse hacia abajo cuando la había acompañado a través de la masa de cuerpos en el concurrido restaurante de comida rápida, se había dado cuenta de que esperar no era una opción. Después de ver a Dani en el lavabo había esperado a la primera persona en llegar hasta la sala y la llevó hasta el armario de la limpieza entre los dos cuartos de baño para un delicioso aperitivo. No había tomado mucho, lo suficiente para eliminar el borde de su hambre, y luego le había puesto en sus pensamientos que tenía picaduras de mosca negra en el cuello, y la había mandado a ver si Dani estaba en el baño.
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-¿Cómo fue?,- preguntó Justin mientras los conducía a la rampa de salida. -Comida rápida,- murmuró Decker agarrando un mechón de pelo que había caído en la cara de Dani. Su mirada luego bajó a su pecho, y se dio cuenta de que había algo que estaba mal. Su pecho parecía estar fuera de su lugar. Le llevó un momento recordar que le había apartado el sujetador a un costado para liberar su pecho para acariciarlo. Todavía estaba apartado bajo la camiseta. -Adecuado,- dijo Justin con diversión. -Era un restaurante de comida rápida, después de todo.Decker lo escuchó a duras penas. Sus ojos se movían entre el rostro de Dani y su pecho. Estaba dudando si tocarla mientras ella estaba inconsciente, pero sólo le llevaría un segundo colocar el pecho de nuevo en su sostén, y temía que ella estaría avergonzada si se despertaba y se daba cuenta de eso Además, tal vez si lo metía de nuevo ella pensaría que todo había sido un sueño erótico... incluyendo la parte de la mordida. No es que Decker quisiera que ella se olvidara de sus momentos de pasión. Era sobre todo la parte en la que él había hundido sus dientes en su cuello y chupado su sangre vital lo que no le importaría que ella olvidara. Sospechaba que ella nuevamente iba a enojarse con él, y merecidamente, pensó sombríamente mientras veía su palidez y su estado de inconsciencia. Decker echó un vistazo a Justin para asegurarse de que no estaba mirando, y luego se inclinó hacia delante y rápidamente le levantó la camiseta. Sólo tenía la intención colocarle el pecho bajo la tela de seda y luego la bajaría de nuevo. No funcionó de esa manera. En primer lugar, la visión de su pecho desnudo era demasiado fascinante para cubrirlo de inmediato. Decker se encontró allí sentado mirándolo por un momento, antes de que su buen sentido le recordara la presencia de Justin. Echó un vistazo hacia él para asegurarse de que Justin seguía mirando la carretera, y luego se acercó para meterlo por debajo del sostén. -Está espantosamente tranquilo allí atrás. ¿Qué estás haciendo?.-
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-Nada,- dijo Decker, con aire de culpabilidad. Se encontró con la mirada de Justin en el espejo y frunció el ceño. -Mira la carretera.-Sí, jefe,- dijo Justin secamente, y giró la cabeza mientras volvía de nuevo su atención hacia delante. Decker esperó para asegurarse de que él seguía observando la carretera y luego se volvió a Dani, frunciendo el ceño cuando vio que en su pánico al ser atrapado metiendo mano en una mujer inconsciente, la había dejado desplomada allí, con la camiseta levantada. Murmurando entre dientes, Decker se inclinó hacia adelante y agarró el borde de la copa del sostén, sólo para liberarlo y colocarlo en posición vertical y se sobresaltó cuado Justin volvió a hablar. -¿Qué pasa?. ¿Qué estás haciendo ahí?.-Nada-, dijo él inocentemente. -¿Por qué?.-Porque estás murmurando y estás inclinado sobre Dani como si algo anduviera mal. ¿Ella se encuentra bien?. No la mataste, ¿no?.- Aparentemente no podía verla por el espejo y torció el cuello tratando de mirarla. -¡Maldita sea, Justin!. Mira la carretera-, le espetó Decker, moviéndose para bloquear su visión de Dani. -Estoy... comprobando su pulso.Cuando Justin se volvió de nuevo, Decker se volvió de inmediato hacia Dani para acomodarle de nuevo su sostén y le puso la camiseta en su lugar. A continuación, se hundió a su lado en el asiento con un suspiro, aliviado de haber hecho la tarea hasta que Justin dijo: -Tengo noticias para ti, Decker. No se toma el pulso de los mortales en las tetas.Decker se incorporó sobresaltado y se encontró con su mirada en el espejo.
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-¡Oh, cálmate!. Tu mente es un libro abierto en este momento, ¿recuerdas?,- le dijo Justin, rodando los ojos cuando su mirada se cruzó con la de Decker en el espejo retrovisor.-Sé que no le estabas metiendo mano.Decker se dejó caer otra vez con alivio. -A pesar de que realmente querías hacerlo,- añadió Justin divertido. Decker frunció el ceño mirándole la nuca, mientras consideraba qué tipo de violencia física podría infligirle al hombre sin causarle un accidente. -Ninguna-, dijo Justin, obviamente sin dejar de leer sus pensamientos. -Además, ya llegamos.Decker inmediatamente miró detenidamente por el parabrisas delantero la escena por delante. Estaban entrando en el garaje y pudo ver a los tres vehículos todo terreno estacionados una junto al otro, cerca de la parte trasera, pero no había ni una sola persona alrededor. Dejó que su aliento saliera en un suspiro, sabiendo que esto no podía ser bueno.
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Capítulo 7 Dani despertó lentamente de un sueño más bien agradable en el que ella y Stephanie estaban caminando entre las flores. Sonreía con esa imagen cuando se estiró en la cama. Entonces abrió los ojos y la sonrisa fue sustituida por un ceño fruncido, cuando se encontró en una habitación de color crema vacía, que sólo contenía la cama en la que ella yacía. Si bien era una cama grande y cómoda con almohadas mullidas y sábanas que obviamente eran nuevas, estaba apoyada en el suelo sin un marco. Dani se sentó sintiéndose confundida. y a continuación, apartó las sabanas a un costado. Se detuvo al darse cuenta de que sólo llevaba sus bragas... y no recordaba haberse desvestido. Lo último que recordaba era..., se puso rígida cuando los acontecimientos del último día pasaron a través de su mente, un caleidoscopio brillante de recuerdos chispeantes de un día soleado y feliz con su familia, seguidos por el terror oscuro y la ansiedad que culminó en una pasión igualmente oscura y desesperada. Dani salió del colchón y miró a su alrededor frenéticamente buscando su ropa. El alivio se deslizó a través de ella cuando vio que estaba doblada en una impecable pila en el suelo. Se la puso rápidamente, luego dudó, y su mirada fue hacia las ventanas. Ninguna de ellas tenía algo que las cubriera. Con la esperanza de que al menos podría tener una idea de dónde estaba si miraba hacia afuera, Dani se acercó a la más cercana y se encontró mirando a un balcón. Esta habitación estaba en el segundo piso, y daba a una terraza larga que parecía extenderse a lo largo edificio. Cualquiera que se paseara por allí podría haberla visto durmiendo, pero no vio a nadie, y volvió su atención a lo que había más allá. Un patio trasero, se suponía, si es que se podía llamarse así. La casa estaba sobre una pequeña colina que se extendía unos treinta metros. Estaba cubierta de hierba y había varios árboles que le daban sombra, así como unas pequeñas sóforas. Más allá de los primeros cien metros, estaba también lo que parecía ser una pista de aterrizaje para aviones que corría en forma recta entre dos campos verdes. Dani le dio un vistazo atemorizada y un poco alarmada. Debía haber unas cuarenta hectáreas de campo extendiéndose ante
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ella, a cada lado de la pista de aterrizaje, y todo ello estaba rodeado por bosques. - ¿Dónde demonios estoy?,- murmuró, y luego se dio vuelta hacia la habitación, buscando una salida. Había tres puertas en la habitación, una en la pared directamente frente a ella y una en cada pared a sus costados. Dani sospechaba que la que estaba frente a ella era la de salida, pero tenía miedo de encontrarla cerrada y no pudo resistir de probar primero las demás. La que estaba a su derecha conducía a un armario empotrado que estaba tan vacío como la propia habitación, la otra daba a un cuarto de baño con lavabo, sanitarios y una bañera grande. De pronto, fue conciente de que tenía que ir al baño, entró y cerró la puerta. Cuando se lavó las manos se dio cuenta de la fea marca en el cuello. Se inclinó para verla mejor, sus ojos se abrieron cada vez más cuando se dio cuenta que era un mordisco amoroso. ¡Dios mío, no había tenido uno de esos desde la escuela secundaria!, pensó mientras se enderezaba y se sintió consternada por lo que la gente podría pensar, cuando lo viera. Se suponía que era una profesional, una médica adulta, no una adolescente. Frunció el ceño, deslizó sus dedos sobre la zona decolorada y tuvo un ramalazo de recuerdos sobre el modo en que había obtenido esa marca, el recuerdo se deslizó por su mente como la serpiente en busca de la manzana. Dani de repente recordó claramente el olor y el sabor de Decker, la manera en que la había besado. Podía sentir sus manos cuando se deslizaban sobre su cuerpo, sus dedos tirando de sus pezones, frotando su muslo entre las piernas, y cuando luego llevó la boca hasta su cuello ... el eco de sus gemidos y jadeos casi parecía resonar en su memoria, y ella cerró brevemente los ojos cuando su cuerpo respondió, los pezones empezaron a ponérsele duros y el dolor de la excitación aumentaba entre sus piernas. Sacudió la cabeza, se obligó a espantar los recuerdos y se acercó de nuevo al espejo para examinar el resto de su cuello en busca de chupones, y fue entonces cuando encontró las dos heridas punzantes. Se quedó inmóvil, mirándolas con una especie de horror y fascinación, sus dedos instintivamente las acariciaron. No le dolió, lo que la dejó asombrada, y parecía que ya estaban curándose, pero
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el verlas la llevó de nuevo a la noche anterior, y recordó cuán sobrecogedora había sido su pasión, y cómo ella había interrumpido su beso y levantó la cabeza para tomar aire, estirando el cuello antes de que Decker lo tomara como una ofrenda sacrificial. Caray, ¿cómo pudo ser tan estúpida?, pensó consternada. El hombre le había dicho que era un vampiro, le mostró sus colmillos, y sin embargo no sólo había sido tan tonta como para disfrutar con él de lo que casi fue un revolcón en la camioneta, sino que lo había hecho sin siquiera ponerse primero un jersey de cuello alto, o una bufanda o algo para protegerse. Y entonces, ella había estado tan complacida que lo invitó a morderla y sin pensarlo le ofreció su cuello. Supuso que era como ofrecer un filete a un perro. ¿Qué perro medio listo levantaría la nariz en el aire y se negaría?. Sacudiendo la cabeza para sí misma, dejó caer la mano de su garganta y le dio la espalda al espejo. Tenía cosas más importantes de las que preocuparse que su propia falta de sentido común. Tenía que averiguar dónde se encontraba y qué habían hecho con su hermana después de que la habían rescatado en el aeropuerto la noche anterior. Al menos, presuponía que había sido la noche anterior. Pero la verdad era, por lo que sabía, que podrían haber pasado varios días desde que Decker, y Justin habían corrido al aeropuerto detrás de su hermana y del hombre que la había secuestrado. Dani arrugó el ceño ante la posibilidad y corrió rápidamente desde el baño hacia la única puerta que aún no había abierto. Para su alivio no estaba cerrada y creyó que eso era un buen signo. Al menos no parecía estar prisionera allí, dondequiera que sea que estaba, pensó mientras se deslizaba por un pasillo largo y extraño, y se asomaba con inquietud a un lado y al otro. No tenía idea de qué camino tomar, por lo que simplemente empezó a caminar hacia la derecha. Resultó que esa dirección la llevó a un conjunto de escaleras anchas que descendían hasta el primer piso de la casa. Dani bajó lentamente por ellas, su mirada barría la entrada vacía en el fondo y miró a través de las puertas abiertas de la habitaciones ubicadas a cada lado, para encontrar que estaban
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completamente desprovistas de muebles. Eso, junto con el silencio comenzó a atemorizarla un poco. Dani se detuvo en el último escalón para escuchar, pero no pudo oír ningún sonido. Desde donde estaba, podía ver las largas ventanas ubicadas a cada lado de las puertas dobles, y una vez más se encontró con una gran extensión de hierba y con lo que podría haber sido una pista de aterrizaje asfaltada, pero sospechaba que era un camino de entrada. Si bien no había extensiones de campo aquí, el jardín también estaba rodeado de bosques por todas partes. Parecían densos y profundos, y el camino se perdía entre ellos. - ¿Alex?.Dani se dio vuelta sorprendida, pero no veía ningún cuerpo que correspondiera a la voz que había hablado. No fue hasta que volvió a hablar que se dio cuenta de que era la voz de una mujer y que no provenía de las cercanías, sino que había llegado a través de la casa vacía. - Sí, por supuesto, estoy bien. Sólo queríamos pasar otro día juntos. Por otra parte, el señor Babcock me debía por lo menos un día más después de hacerme trabajar en mi día de descanso,- dijo la voz. Dani comenzó a andar lentamente por el pasillo a la derecha, siguiendo la voz. - No, él no se volvió loco porque me tome un día más-, aseguró la voz, y luego agregó: - Al menos no hasta que le dí la notificación.Varias puertas se alineaban en el pasillo, se movió a lo largo, y miró en cada una, encontrando más habitaciones vacías. - Tengo un nuevo trabajo,- continuó la mujer. - Y me voy a mudar con...La voz de pronto murió, y eso la llevó a detenerse en seco. Pero entonces vio que la oradora estaba situada en el extremo opuesto de la habitación, de espaldas a ella. Era alta y esbelta, con el pelo largo y oscuro recogido en un
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moño. Llevaba un traje oscuro de chaqueta y falda y estaba hablando por el teléfono, o escuchando en ese momento, para el caso daba lo mismo. No deseando interrumpir, miró con curiosidad la cocina. Al igual que el resto de la casa, este recinto parecía más bien ascético. Tenía un refrigerador, estufa y horno microondas, pero los armarios blancos estaban vacíos y el desayunador pequeño con vista al jardín trasero no tenía la tabla que debería haber estado allí. - No, no he perdido la cabeza-, dijo la mujer con exasperación, reclamando la atención de Dani. - Mira, tengo que ir a trabajar. Voy a pasar por el restaurante esta noche para explicártelo, ¿de acuerdo?.La mujer gruñó ante la respuesta de quien estaba hablando y dijo adiós. No fue hasta que se volvió para dejar el teléfono en la base al lado de la mesada que ella vio a Dani. Hizo una breve pausa, una expresión de sorpresa agrandó aún más sus ojos ya de por sí grandes, y luego continuó caminando hacia la mesada. - Mi hermana,- le explicó ella, posando el teléfono en la base. Después se volvió para mirar a Dani y añadió con ironía: - Ella piensa que yo he perdido la cabeza. Ahora sólo tengo que encontrar una manera de tranquilizarla sin decirle la verdad.Cuando Dani se quedó mirándola en silencio, sin saber qué decirle, ella hizo una mueca y dijo: - Lo siento Dani. Por supuesto que no tienes ni idea de quién soy, ¿verdad?.- Sus tacones altos hacían clic en el piso mientras avanzaba tendiéndole la mano. - Soy Samantha Willan. Llámame Sam.Dani se enderezó un poco cuando recordó el nombre,- ¿La Sam de Mortimer?.-Sí-. La mujer sonrió feliz mientras se estrechaban las manos, el rostro se transformó de algo casi insulso a uno casi bonito. Cuando Dani sonrió insegura, Sam inclinó la cabeza y le dijo con simpatía - Debió ser inquietante despertar en una cama extraña y en una casa extraña. Especialmente en una que está medio vacía,- añadió mirando a su alrededor antes de explicarle, - Bastien ha comprado la casa, pero sólo adquirió el mobiliario mínimo.-
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-¿Bastien?,- preguntó ella, recordando vagamente a Justin y Decker mencionando ese nombre. - Sí. Soy bastante nueva en todo esto, pero parece que él es el chico para todo si necesitas que algo sea hecho,- explicó Sam y luego suspiró. - Creo que Lucian le dijo que comprara una casa en las afueras, para que los ejecutores la utilizaran como sede y encontró ésta. También compró camas, un refrigerador, la estufa y otros aparatos, pero dijo que pensaba que debía dejar que los muebles los eligiera quien fuera a vivir aquí ... y vamos a ser Mortimer y yo.- Hizo una pausa para mirar hacia los armarios superiores vacíos que les rodeaban e hizo una mueca. - Supongo que de algún modo, eso fue bonito de su parte, pero ahora no tengo tiempo para compras.Dani sólo la miró confundida. - No tienes ni idea de dónde estás, ¿no?,- le preguntó Sam de repente, y movió la cabeza antes de añadir: - Y yo no tengo tiempo para explicártelo. Ya estoy llegando tarde a trabajar.- Sam golpeó los dedos con impaciencia en la encimera de mármol, exhaló un suspiro de exasperación y comenzó a moverse más allá de ella. - Creo que tendremos que despertar a Decker. Odio hacerlo, pero es su culpa. Le dije que debería despertarte anoche, pero...-, se encogió de hombros. - Está bien,- dijo Dani rápidamente. - Si se te está haciendo tarde, me dices dónde está y voy a encontrarlo y a preguntárselo yo misma.- ¡Oh, gracias,- dijo ella aliviada mientras se daba vuelta. Inmediatamente se dirigió hacia un bolso que estaba en la mesada junto a una puerta en el otro extremo de la habitación. - Está en su habitación. Durmiendo. Todos lo están. Es de día y estuvieron despiertos toda la noche buscando a tu hermana.- ¿Stephanie?,- preguntó ella alarmada, y cuando Sam asintió con la cabeza, preguntó: - ¿no estaba en el aeropuerto?.-
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Sam se detuvo con la mano en su bolso y una expresión preocupada, pero luego, simplemente dijo: - Realmente tengo que ir a trabajar Dani, y esto no va a ser algo rápido y fácil de responder. Creo que Decker debe explicártelo.- ¿Dónde está su habitación?, -preguntó ella abruptamente, deseosa de saber acerca de su hermana. - Es la habitación contigua a la tuya,- le dijo, con evidente alivio cuando ello no insistió en que se lo explicara. Cogió su bolso y se deslizó la correa sobre el hombro, mientras añadía, - Él quería estar cerca en caso de que te despertaras. No es que eso haya hecho mucha diferencia.Dani asintió con la cabeza y se volvió por donde había venido. - ¿Dani?,- la llamó Sam para detenerla. Ella se dio vuelta ante la pregunta. - No estés tan enojada con Decker. Por lo que sé de él, es un tipo muy bueno. Y encontrar un compañero de vida aparentemente puede poner a una persona fuera de ritmo, por decir lo menos.- Sam sonrió con ironía cuando dijo eso y luego se volvió y se dirigió hacia la puerta detrás de ella. Dani alcanzó a ver el interior de un garaje con tres vehículos estacionados en su interior y luego la puerta se cerró. Ella esperó hasta que oyó arrancar el motor, y a continuación se dirigió hasta el pasillo, su enfado aumentaba a cada paso. Estaba furiosa porque ella había sido dejada de lado, o posiblemente él la hizo dormir durante los acontecimientos de la noche y ahora no sabía qué diablos estaba pasando. Aparte del hecho de que su hermana al parecer todavía estaba secuestrada, no tenía idea de lo que había sucedido. Lo último que recordaba era que estaba rodando en la parte trasera de la camioneta con Decker, aunque reconoció que esa era una descripción bastante pobre de lo que había ocurrido. Los pocos momentos de pasión habían sido como nada de lo que jamás había experimentado antes. Ellos se habían grabado a fuego en su cerebro, al igual que la imagen de las marcas de mordedura en el cuello. Aún así, ellos no ardían
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tanto como su ira para el momento que volvió sobre sus pasos, pasó su habitación y continuó hasta la puerta siguiente. Dani se detuvo y levantó la mano para llamar, y luego hizo una pausa. Ella había tenido la intención de golpear furiosamente la puerta para despertar al hombre, pero teniendo en cuenta el hecho de que Sam le había dicho que todos estaban durmiendo, vaciló. No tenía idea de quiénes eran todos, pero si todos habían pasado toda la noche buscando a su hermana, ella no tenía ningún deseo de volver a alterar su sueño. Decker, sin embargo, era otro asunto. A ella realmente le gustaría golpearlo... y decidió lo que haría mientras se acercaba para tomar el picaporte. Decker había tenido problemas para dormirse y no creía haber dormido mucho, cuando fue atacado por lo que creyó en un principio que era un gato salvaje. Silbaba y gruñía medio arrodillado sobre él y le pasaba por el rostro unas garras afiladas. Abrió los ojos de golpe, agarró la criatura e instintivamente rodó para apresarlo con la parte inferior de su cuerpo contra el colchón para que no pudiera rasguñarlo con sus patas traseras. Decker había lidiado antes con felinos salvajes. Sólo luego de que tumbó el cuerpo de ella y había inmovilizado sus brazos a ambos lados de la cabeza, es que se despertó lo suficiente y sus ojos vidriosos se despejaron como para darse cuenta que no era un gato, sino una mujer. - Oh. Dani.- Decker dejó caer su frente y la dejó descansar un instante sobre el pecho de ella mientras se recomponía. Luego la levantó y le ofreció una sonrisa de disculpa. - Lo siento. Yo estaba dormido y pensé que eras...- Me mordiste!,- dijo ella bruscamente, interrumpiéndolo. Los ojos Decker cayeron sobre su garganta para ver la prueba de su mal comportamiento la noche anterior y se quedó mirando, muy consciente de la sensación que despertaba el cuerpo de ella debajo del suyo, mientras
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rememoraba el momento en que le había hecho las heridas punzantes ... y el chupón, que se dio cuenta que se destacaba muy bien. Maldita sea, pensó mientras miraba el moretón. Ese era uno bueno, pero esperaba que los hombres no lo vieran. Empezarían a llamarlo Hoover.* -Me mordiste,- repitió ella, las palabras salían en silbidos y sospechaba que se estaba esforzando para que no la escucharan. Eso explicaba por qué había pensado que ella era un gato, supuso, y luego se puso rígido cuando ella empezó a moverse debajo suyo, luchando por liberarse. Decker dormía desnudo y podía sentir el aire fresco en su trasero desnudo, allí donde ambos estaban tendidos, con sólo la sabana atrapada entre ellos. También podía sentir que se endurecía mientras ella se revolvía tratando de sacárselo de encima. - Es posible que desees dejar de hacer eso,- le advirtió Decker. - Eso te gustaría, ¿no?,- gruñó ella, sonando increíblemente como un gato mojado y enojado. - En realidad, preferiría que te mantuvieras moviéndote. Eres tú quien no creo que pudiera disfrutar de las consecuencias,- dijo él con voz cansada, moviendo las caderas para presionar su erección contra ella y así remarcar su punto. Satisfecho por el modo en que de repente ella se quedó inmóvil, añadió con tono serio: - Lamento haberte mordido. Me temo que estaba un poco sobreexcitado. Pero para ser justos, tú también me mordiste.- Yo no...- Dani se detuvo en medio de la negación, y parpadeó mientras ella aparentemente se recordaba hundiendo sus dientes en el hombro de él. Había sido un buen mordisco también, no una pequeña mordida. La mujer también lo había marcado. Afortunadamente, él había estado tan excitado que apenas lo había sentido. Decker vio que su mirada se deslizaba preocupada por su hombro, y sabía que ella estaba mirando si había empeorado más el daño de la herida de bala. No se sorprendió cuando vio su cara de incredulidad.
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- Desapareció,- ella retuvo el aliento asombrada. Él no miró hacia abajo, sabía que Dani estaba hablando de la herida de bala. Se había curado por completo y había desaparecido durante las horas de sueño de la mañana. No había ni siquiera una cicatriz. - Dios querido.- Ella jadeó sonando consternada, y él pensó que todavía estaba reaccionando ante sus habilidades de curación cuando de repente ella gritó: ¡Estás desnudo!.Decker, sonrió irónicamente. - Qué bien que lo hayas notado.Dani simplemente se quedó mirándolo, sus ojos se movieron sobre el pecho desnudo y luego al costado, para dar un vistazo a lo largo de su costado y la espalda. Un calor lento y ardiente se internó en sus ojos, y su lengua se deslizó para lamerse los labios. Él estaba seguro, que se trataba de una acción inconsciente, pero fue suficiente para que hacer corriera más sangre hacia su ingle y aumentara el endurecimiento. Decker gruñó en voz baja y bajó la cabeza para besarla, pero se encontró besando los dedos de la mano de ella que de repente aparecieron en su boca. - Stephanie-, dijo ella cuando él levantó la cabeza, su voz de nuevo era dura y fría. Decker vaciló un instante, luego suspiró y salió de encima de ella llevándose la sábana. Luego cerró los ojos, tratando de ordenar sus pensamientos mientras sentía que la cama se movía y ella se sentaba junto a él. - Sam me dijo que estuviste despierto toda la noche buscando a…Sintiéndose curioso por su pausa repentina, Decker abrió los ojos para encontrar la mirada de ella fija en su ingle, tenía los ojos abiertos por el asombro. Después de su mirada, no estuvo sorprendido de encontrar una pequeña tienda de campaña allí, pero al parecer ella sí lo estaba. No sabía por qué. Seguro que había sentido su erección mientras él estaba sobre ella.
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- ¿Decías?,- le preguntó él con tono seco. - ¿Qué?.- Dani se volvió para mirarlo a la cara, luego se aclaró la garganta antes de continuar, - ¿Qué pasó en el aeropuerto?.¿No rescataste a Stephanie?.- No-, respondió él simplemente. Ella frunció el ceño ante la respuesta inútil, la preocupación atirantó sus rasgos, y luego preguntó: - ¿Y el hombre que se la llevó?.- También se escapó,- dijo Decker en un suspiro. - ¿Escapó?- preguntó ella frunciendo el ceño sobre su elección de palabras. - ¿Quieres decir con ella, no?. Se la llevó con él. No es que ella huyera por su cuenta.- No estamos seguros-, dijo, y luego se sentó en la cama para apoyarse contra la pared, y le explicó, - Cuando Bricker y yo llegamos allí, los tres todoterrenos estaban detenidos en medio del carril en la parte trasera del estacionamiento, pero no había nadie a la vista. No sabíamos dónde estaba cada uno, o incluso a qué ejecutores pertenecían esos dos vehículos. Estabas durmiendo y yo no quería dejarte sola, así que decidimos revisar el todoterreno.- ¿Qué encontraste?, -preguntó ella nerviosa. - Nada-, le aseguró Decker. Dani cerró los ojos con evidente alivio, sabía que ella había temido que pudiera haber sangre o alguna otra cosa que sugiriera que Stephanie había sido herida. Se alegró de por lo menos poder asegurarle eso. No tenía nada más para decirle. - Lucian se presentó justo cuando estaba a punto de llamar a Bastien,- continuó. - Él sabía quiénes eran los voluntarios y los llamó. Acababan de finalizar la búsqueda en el aeropuerto y estaban regresando, así que los esperamos allí.-
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- ¿Los voluntarios?,- le ella interrumpió abruptamente antes de que pudiera continuar. - Te refieres a los ejecutores, ¿no?.- No. Me refiero a voluntarios. Toronto es enorme, y no había suficientes ejecutores en la zona para cubrir todos los sitios. Bastien llamó a unos voluntarios para que ayudaran en la búsqueda,- admitió él a regañadientes, pensando que si los hombres en los dos primeros vehículos hubieran sido ejecutores en lugar de voluntarios, las cosas habrían sido muy diferentes y que sin duda ahora Stephanie estaría a salvo. Desafortunadamente, eso no era lo que había sucedido. - ¿Qué pasó con Stephanie?,- preguntó ella impaciente cuando él se quedó en silencio. Él suspiró, se pasó una mano por el pelo y recordó lo que le habían dicho. Cuando el primer todoterreno llegó hasta donde estaba el vehículo robado, ya estaban en el estacionamiento. Ellos lo siguieron, y entonces nuestro segundo todoterreno se presentó y pudieron obligarlo a detenerse. Pero cuando se apresuraron a ir hacia el vehículo robado, sólo Stephanie estaba en su interior. - ¿Qué?.- Dani se quedó sin aliento por el asombro y luego movió la cabeza. De ninguna manera, Stephanie acaba de cumplir quince años. Ella no tiene una licencia. Ni siquiera ha intentado practicar o averiguar cómo conducir-, dijo con firmeza, y luego, suspiró cuando añadió, - Este verano iba a salir al campo para enseñarle.- Dani estaba conduciendo,- dijo él en voz baja, y luego agregó: - Probablemente estaba siendo controlada.- Oh-, dijo ella apenada, luego frunció el ceño y le preguntó: - ¿Cómo pudieron perderla?.Decker continuó : - Cuando le preguntaron dónde estaba su secuestrador, les dijo que él le había ordenado que una vez que llegara al estacionamiento siguiera conduciendo alrededor en círculos y que luego parara.-
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- ¿Y ella lo hizo?,- dijo ella confundida. - ¿Por qué no salió inmediatamente a buscar ayuda?. ¿Por qué?.- Él pudo haber estado aún controlándola, Dani,- dijo Decker suavemente. Ella tragó saliva y asintió. -¿Qué pasó después?.- Los hombres tenían miedo de que el renegado estuviera tratando de huir en avión, por lo que le dijeron que se permaneciera allí, que la llevarían con su hermana tan pronto como regresaran, y luego corrieron hacia el aeropuerto a cazarlo.- Ellos la dejaron allí sola-, dijo ella con incredulidad. - Los voluntarios no pudieron haber sido tan estúpidos.Decker volvió a dudar, hubiera preferido esperar para evitar decirle esta parte, pero finalmente admitió: - No, sola no. Había un guardia de seguridad en la zona. Ellos lo trajeron, le dijeron que eran policías y que Stephanie era una víctima de secuestro y que necesitaban que se quedara con ella y que la mantuviera en calma mientras iban por el secuestrador.Se detuvo y miró hacia abajo, a la sábana que se extendía por todo su cuerpo, no se sorprendió del todo al ver que la tienda se había caído. - ¿Y él les creyó?,- le preguntó Dani sorprendida. - Ellos no tienen placas, ¿no?.- Ellos no las necesitan,- señaló Decker. - Oh, bien. Utilizaron el control mental,- murmuró ella al darse cuenta y luego frunció el ceño. - Entonces, ¿dónde está ella?, ¿qué pasó?. Él no la dejó vagando sola por allí, ¿verdad?. Ella podría estar por ahí en estado de shock.- Él no la dejó ir exactamente,- la interrumpió Decker, evitando mirarla a los ojos. Esta era la parte más difícil de decir, pero no podía evitarlo. - Cuando volvieron a salir y nos dijeron que Stephanie y el guardia deberían haber estado
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allí, nos dispersamos para buscarlos en el estacionamiento. No encontramos a Stephanie.- ¿Y el guardia? - Muerto-, dijo él sin rodeos. Tal como había temido, Dani abrió los ojos con horror y miedo. - ¿Qué…?. ¿Cómo… fue…?.- Su garganta estaba rajada,- respondió Decker antes de que ella pudiera terminar la pregunta. Dani se echó hacia atrás, su rostro tenía una palidez enfermiza. - El renegado mató a ese pobre hombre y se llevó a Stephanie.- Eso es lo que pensamos,- dijo él con cuidado. - ¿Qué significa pensamos?,- preguntó ella con frialdad. - Por supuesto que sí. No pudo haberse ido con él de buena gana.- No, probablemente no,- reconoció él. -Pero no entendemos por qué se ha molestado en llevársela con él, cuando sería más fácil para él escapar por su cuenta.Dani frunció el ceño ante sus palabras y luego se quedó pensativa un momento antes de decir: - El que la tiene la observaba mucho.- ¿Lo viste?,- preguntó él con curiosidad. Ella asintió. - Lo vi mirando Stephanie en la camioneta, pero en el bosque se quedó para vigilarnos a nosotras y no parecía quitarle los ojos de encima. Él se quedó allí, con una expresión muy intensa y cerrada sobre ella, como si su vida dependiera de ello. Fue espeluznante. Yo quería ...- Dani movió la cabeza tristemente y desechó ese pensamiento. Ambos estuvieron en silencio por un momento y luego dijo: - ¿Así que todavía están persiguiéndolos?.-
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Él asintió con la cabeza. - Pero entonces, ¿por qué estamos aquí?,- preguntó ella con un repentino estallido de frustración. - Deberíamos estar en la carretera tras él.Decker la tomó del brazo cuando ella comenzó a salir de la cama. - Él no se llevó la camioneta.- ¿No ...?.- Dani lo miró sin entender, y a continuación un nuevo horror comenzó a crecer en sus ojos cuando se dio cuenta del estado de la situación. ¡La perdieron!.Decker se estremeció, pero se apresuró a decirle, - Vamos a encontrarla.No parecía como si ella lo creyera probable, luego suspiró y miró a su alrededor, - Tengo que llamar a mis padres. Ellos deben estar preocupados.- Están bien. Lucian envió un par de hombres para que se ocuparan de ellos la noche anterior,- le dijo Decker, y ella abrió los ojos alarmada. - Se ocuparon de ellos, ¿cómo?.Dani hizo la pregunta como si sospechara que su gente hubiera ido y los hubiera matado como a perros en la calle o algo así. Esa reacción lo irritó y le hizo estallar. - Sólo entraron en sus mentes y les hicieron pensar que Stephanie y tú se detuvieron en Toronto un par de días para ver los paisajes y visitar el Parque de Atracciones Wonderland. Era para que no se preocuparan. Si tú los llamas, sólo los perturbaras y confundirás. Están felices y tranquilos.- Y no es probable que llamen a la policía mortal y provoquen una "situación", pensó, pero no lo dijo en voz alta. Dani se quedó mirándolo dubitativa durante unos instantes, luego movió la cabeza y dijo con tono cansado, - Deberías haberme despertado.- No ha sido necesario. No podías hacer nada para ayudar en ambos casos.-
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- Podría haber ayudado a buscar a Stephanie-, replicó ella. - Otro par de ojos no habrían hecho daño. Además,- añadió enfadándose de nuevo - ninguno de ustedes saben como luce ella.- Cada hombre tiene una imagen suya-, le aseguró él, serio. Eso le hizo fruncir el ceño. - ¿De dónde sacaron una imagen de ella?.Decker vaciló, sabiendo que no le iba a gustar esto, pero finalmente admitió, De tus recuerdos.- ¿Qué?,- dijo ella con voz entrecortada. - También tenemos una imagen de tus padres-, añadió él rápidamente. - Pero esa es más artificial, y a menudo no se parecen mucho a la persona, las imágenes de ella en tu memoria son mejores. Son más recientes y naturales y también nos dijiste lo que lleva puesto.- ¿Quieres decir que dejaste que un puñado de tus hombres hurgaran dentro de mi cabeza?,- jadeó Dani con un horror que sugería que era equivalente a la violación, y Decker entendió su sentimiento. Sólo Dios sabía lo que podrían haber visto sin darse cuenta, mientras entraban en sus pensamientos. Lucian les había ordenado que se adhirieran a la superficie de sus recuerdos más recientes, y Decker confiaba que los ejecutores con los que trabajaba habían hecho eso. Sin embargo, muchos de esos recuerdos lo incluían a él, y uno de ellos era algo que hubiera preferido mantener en privado, como el incidente en la parte trasera del todoterreno. Decker nunca se lo diría a Dani, pero estaba bastante seguro de que ya no era privado. No se lo había preguntado a ninguno de ellos, pero a juzgar por los silbidos por lo bajo y las miradas que le lanzaron un par de ejecutores y voluntarios cuando terminaron de leer sus pensamientos, casi todo el mundo había sido testigo de ello.
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- Era necesario,- dijo él apartando sus pensamientos a un lado. - Teníamos que tener una imagen clara y reciente de ambos, de Stephanie y del hombre que se la llevó. Sólo alcancé a darles un vistazo cuando se escapaban. Tú lo sabes, y tienes un montón de imágenes visuales claras de Stephanie y del renegado que la secuestró. Ahora ellos saben exactamente a quién y qué están buscando, y han estado toda la noche afuera buscándolos.Con los hombros y la cabeza gacha en señal de derrota, Dani miró sus manos por un momento, aceptando al parecer la situación, y luego levantó la cabeza. Ellos han estado buscando toda la noche, pero ¿hay alguien buscándolos ahora por allí afuera?. Probablemente no, ¿verdad?, -respondió ella misma. - Ustedes deben evitar el sol.- Tenemos ventanas especialmente revestidas en las camionetas. La mayoría de los hombres todavía están buscándolos por ahí. Yo también lo hice hasta… Decker giró su cabeza en busca de un reloj, pero la habitación estaba totalmente vacía, a excepción del colchón y el somier en el suelo. Eso iba a cambiar muy pronto, pero por ahora... Cogió su reloj, que yacía en el suelo junto a sus pantalones vaqueros e hizo una mueca al ver la hora, -…hace media hora. Volví porque pensé que estarías por despertarte y quería decirte lo que había sucedido. Cuando me enteré de que estabas durmiendo, decidí tumbarme hasta que despertaras.- Bueno, estoy despierta.- Correcto.- Decker suspiró con cansancio. - Voy a conducir y tú puedes dormir. Te despertaré si la encuentro…- Dani se detuvo de repente y dijo, - Nicholas.- ¿Qué pasa con él?,- preguntó él frunciendo el ceño. - ¿Ha llamado?.¿También lo han perdido?. ¿Ha llamado?, -repitió ella con impaciencia. - No. No hemos oído de él,- contestó Decker.
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Dani frunció el labio y luego le preguntó bruscamente: - ¿Dónde está mi teléfono?.- Todavía está en mis vaqueros.¿Qué…- La palabra terminó con un sorpresivo “eehhh” cuando ella de repente pasó gateando por encima suyo para llegar hasta sus pantalones vaqueros junto a la cama. Decker debería haberla detenido, pero se distrajo con su trasero, que de repente estaba frente a su cara mientras ella se inclinaba sobre él, las rodillas de ella estaban junto a uno de sus muslos, y una mano estaba sobre el otro, balanceando su peso para llegar a la pila de ropa. Era un trasero muy bonito, decidió Decker cuando se movió delante de su cara, y se balanceaba un poco mientras ella registraba los pantalones vaqueros buscando el bulto que debía ser su teléfono. - ¡Ajá!,- el trasero de Dani de pronto salió de su línea de visión cuando se enderezó, con el teléfono en la mano. Decker suspiró con decepción. Había sido una visión muy agradable y había tenido la tentación de cogerlo de nuevo como lo hizo en la camioneta y … Estaba distraído en sus pensamientos cuando oyó que Dani maldecía entre dientes. - ¿Qué pasa?,- preguntó Decker, obligándose a mirarla a la cara mientras ella se recostaba sobre sus piernas. - Mi batería-, dijo Dani, tocando sus bolsillos. - Debe de haberse caído cuando:... Se detuvo de repente y se dio vuelta mirándolo fijamente. - ¿Quién me desnudó?.- Sam y Leigh,- dijo él a su vez, sin molestarse en mencionarle que había tenido la intención de hacerlo él mismo, pero ellas lo habían espantado, se la llevaron y asumieron la tarea.
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- Hmm,- murmuró ella sin mirarlo, como si no le creyera. Luego, de repente se puso de pie, se apresuró a salir de la cama y corrió hacia la puerta. Decker la vio salir corriendo de la habitación y luego se miró a sí mismo dando un pequeño suspiro. En la sábana, de nuevo había aparecido una tienda de campaña por debajo de la cintura cuando había visto bailar su trasero ante su cara. Por un lado, fue bueno saber que podía tener erecciones como ésta en repetidas ocasiones, después de ochenta años sin siquiera una chispa de interés en ese área. Por otro lado, parecía un desperdicio el tener que perderla. Decker volvió a suspirar, arrojó las sábanas a un costado y se puso de pie subiéndose los vaqueros para ir tras ella.
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Capítulo 8 Dani revisó el suelo alrededor del colchón, pero no vio la batería por ningún lugar. Estaba gateando sobre la cama, mirando bajo las almohadas, las sábanas y la manta cuando Decker habló desde la puerta. - ¿No aparece?,- preguntó él. No parecía muy sorprendido. Ella se sentó sobre sus piernas y negó con la cabeza tristemente. - No, no sé dónde podría estar. La puse en mi bolsillo.- Tal vez se te cayó-, sugirió Decker, evitando su mirada. – Al igual que el teléfono.- Sí, lo hizo-, dijo ella en voz baja, y luego se paró , pasó junto a él y continuó por el pasillo. - ¿Dónde vas?, - le preguntó él, detrás de ella. - A revisar el vehículo. Tal vez se cayó en el suelo mientras estábamos allí…-. Dani se interrumpió abruptamente, consciente de que se ruborizaba por lo que habían estado haciendo en el piso de la camioneta. - El vehículo no está aquí.- ¿Qué?.- Ella se dio vuelta ante el anuncio. - ¿Por qué no?. ¿Dónde está?.- Mortimer y Sam trajeron de nuevo mi vehículo particular, así que se llevaron el otro a las empresas Argeneau. Planean construir aquí un estacionamiento para los autos, pero hasta que lo hagan, todavía se guardan en la comp....- Bueno, entonces vamos a tener que ir a las Empresas Argeneau,- le dijo Dani cuando lo interrumpió. Pero cuando se volvió para continuar caminando hacia la escalera, Decker la tomó del brazo para detenerla.
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- No tiene sentido hacer eso, Dani. Probablemente no estará allí. Alguno de los otros hombres debe estar utilizándolo para buscar a Stephanie y al renegado.Ella frunció el ceño ante esa posibilidad y luego dijo: - Bueno, sólo tienes que llamar a Bastien y averiguar a quién le entregó el vehículo a fin de que podamos...- Bastien estará durmiendo,- dijo Decker, a la vez. -¿Por qué no esperamos hasta que…- No voy a esperar. Vamos a despertarlo,- espetó Dani, y luego movió la cabeza con perplejidad ante la resistencia que encontraba. - Jesús, Decker, es mi hermana …- Ya lo sé,- dijo él dulcemente, tratando de calmarla ... y ella se dio cuenta que probablemente él trataba de que bajara la voz, por la forma en la que miraba hacia la puerta del pasillo. Dani no quería despertar a todo el mundo, sólo a Bastien, si eso significaba que podría obtener una ventaja sobre su hermana, por lo que se dio vuelta y caminó por el pasillo hasta las escaleras. Ella bajó corriendo, luego siguió hasta la cocina, donde finamente lo miró de frente. Pero, cuando Dani abrió la boca para hablar, se le ocurrió que no tenían que despertar a nadie. - No tenemos que despertar a Bastien,- anunció, y Decker inmediatamente se relajó, su alivio fue evidente. Hasta que ella agregó: - Cojamos tu vehículo y vayamos a la ciudad para comprar una batería de reserva.Decker, cerró los ojos y sacudió la cabeza. - Dani, Nicholas no te va a llamar. Él...- Tú no lo sabes,- protestó ella, alzando la voz con frustración, y luego le preguntó: - ¿Por qué estás tratando de detenerme?. ¿Y por qué no me despertaste anoche?. ¿O realmente no fue un sueño natural?. ¿Justin estuvo controlándome y me indujo para que durmiera a propósito?.-
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Su rostro culpable, fue suficiente respuesta, y Dani sintió que la rabia y la frustración explotaban dentro de ella. - Eres un cabrón-, gritó ella agarrando el teléfono inalámbrico, que era lo único que había en la cocina para agarrar y lo llevó hacia atrás para arrojárselo. Fue entonces cuando Dani aprendió que los inmortales podían moverse rápidamente. De repente, Decker estaba allí, frente a ella, agarrándola por ambas muñecas. Le apretó la muñeca de la mano en la que tenía el teléfono hasta que ella lo dejó caer y luego la sacudió ligeramente. - Escúchame,- le espetó. - Nicholas no es el héroe que tú piensas que es. Hace cincuenta años mató a una mujer.- ¿Qué demonios está pasando aquí?.Ambos se congelaron y giraron la cabeza hacia la puerta cuando Lucian ladró esa pregunta. Decker soltó a Dani y se alejó. - Lo siento. ¿Te hemos despertado?.- Por supuesto que no ...han despertado a toda la casa,- gruñó Lucian, y entró en la habitación para dar paso a que entraran otros dos hombres. Dani torció los labios mientras los miraba entrar. Reconoció a Justin, pero no tenía idea de quién era el segundo hombre, aunque ella pensó que podría ser Mortimer. De todos modos no importaba, ella se sentía apenada por haberlos despertado con su discusión. - Ahora - gruñó Lucian - dime lo que está sucediendo.- Dani quiere una batería para su teléfono,- explicó Decker cansado. - Ella piensa que si su teléfono funciona, Nicholas la llamará. Piensa que él todavía está yendo detrás de su hermana, y que podría ser capaz de decirnos dónde están.Dani dijo con firmeza: - Él me llamara. Sabe que voy a estar preocupada.-
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- Dani-, dijo Justin sintiendo lástima por ella. - Nicholas es un renegado. No puede permitirse el lujo de llamarte de nuevo. Lo única razón por la que te respondió la primera vez fue porque no sabía que tenías el teléfono.Ella lo ignoró y miró a Lucian cuando dijo, - Me prometió que la traería de vuelta.Lucian meditó en silencio lo que ella dijo y luego preguntó: - ¿Y tú lo crees?.La pregunta no era sarcástica o dubitativa, simplemente curiosa, y Dani no dudó en asentir. - ¿Por qué?,- le preguntó a la vez. - No lo sé,- dijo ella, suspiró y admitió: - Tal vez sólo quiero creerle porque es la mejor esperanza de Stephanie.- Cuando Lucian siguió mirándola sin hablar, Dani agregó, -sé que él es lo que ustedes llaman un renegado, y que ha matado a alguien. Él me dijo eso, pero...- Miedo- , murmuró Lucian. Dani hizo una pausa y lo miró con incertidumbre. - No lo entiendo.¿Miedo de qué?.- De nada,- dijo él a la vez, y luego agregó: - Bueno, si él está tratando de llamar, estoy seguro de que ya se ha dado por vencido. No tiene sentido… - Mi teléfono tiene registro de llamadas y él no bloqueó su número.- ¿Qué?,- dijo Decker casi sin aliento, estaba sorprendido. Todos en la sala parecían estar congelados en el lugar con los ojos fijos en ella, pero Dani ignoró a todos excepto a Lucian. - Su número debe estar en la memoria de mi teléfono.-
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- ¿Por qué no me lo dijiste?,- preguntó Decker, yendo hacia ella con el rostro atravesado por la ira. - Tú sabías que lo estábamos cazando. ¿Por qué diablos no me dijiste que podías darme su número?. Bastien podría haberlo usado para atraparlo.- Esa es exactamente la razón por la que no te lo dije,- replicó Dani. - El hombre está tratando de salvar a Stephanie. De ningún modo se lo voy a pagar entregándolo a ustedes.- No es un hombre, es un vampiro y un renegado,- dijo Decker con dureza, y a continuación añadió: - Y tú no tienes ni idea de si está tratando de encontrar a Stephanie o no. Es un renegado, Dani. ¿Por qué iba a arriesgar su vida por una chica a la que ni siquiera conoce?.- No lo sé-, admitió ella, y luego preguntó: - ¿Por qué te interpusiste entre una bala y yo antes de habernos conocido?. ¿Y por qué se puso él en peligro para salvarnos la primera vez?.- No sabemos por qué trató de salvarlas la primera vez,- dijo Decker, ignorando el comentario acerca de sí mismo. - Tal vez andaba con ese grupo y mintió para salvar su propio pellejo cuando llegamos detrás de él. Tal vez sólo nos guió hasta esos tipos con la esperanza de que estaríamos distraídos y así poder escapar ... como lo hizo,- agregó con amargura. - O tal vez él no es el hombre que tú crees que es-, respondió Dani. - Dame el teléfono-, dijo Lucian. - ¿Por qué?,- preguntó ella con recelo. - ¡Dame el teléfono, mujer!,- le espetó. Dani dudó, pero luego se lo entregó de mala gana. En realidad no tenía mucha elección. De todas maneras el hombre podría controlarla y obtenerlo.
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Lucian gruñó lo que podría haber sido una aprobación, cuando ella se lo tendió. Entonces lo tomó y se lo entregó de inmediato a Justin. - Entrégaselo a Bastien para que vea si tiene a alguien entre su personal que pueda arreglarlo. Dile que si lo logra, se lo envíe de nuevo a Dani.Dani puso los ojos como platos. Había supuesto que sería la última vez que iba a ver su teléfono, que lo tomarían y lo utilizarían para capturar a Nicholas y que eso seria todo. Lucian vio su expresión y se encogió de hombros. – Si él te está llamando, podría colgar y deshacerse de su teléfono si algún otro le responde.Dani frunció el ceño ante las palabras. - Ahora vuelvo a mi cama. Sugiero que el resto de ustedes hagan lo mismo. Decker, mantén un ojo sobre ella,- ordenó, y luego miró a Dani y añadió: - Y tú te quedarás aquí esperando a que te devuelvan tu teléfono.- Por supuesto,- dijo ella tranquilamente, y entonces sólo para que él no pensara que era porque él le había dicho eso, añadió, - yo no quisiera estar en un atasco de tránsito a la hora pico cuando el teléfono empiece a sonar.Para su sorpresa, eso pareció divertir a Lucian Argeneau, que se volvió hacia Decker y le dijo, - Ella me gusta. Tienes mi bendición. Pero te sugiero que dejes de pensar con la polla y uses el cerebro antes de perderla. Explícale la situación. Sé que no te gusta hablar de Nicholas, pero es la única manera de que ella lo entienda y vea que puede confiar en ti y tal vez no en Nicholas.Dani frunció el ceño ante las palabras. No le importaba si tenía su bendición, y a pesar de que su cuerpo anoche respondió en forma más que alarmante a Decker en la camioneta, no tenía ningún interés en ser su compañera. Sin embargo, ella quería…necesitaba… confiar en Nicholas. Ahora Dani estaba bastante segura de que él era su única esperanza de ver a Stephanie viva de nuevo. - Dani,- dijo Decker en voz baja, cuando los otros hombres salieron de la habitación.
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Ella lo miró con resentimiento, en realidad no quería hablar con él en absoluto, pero dijo: - No deberías haber permitido que Justin me pusiera a dormir.- No lo hizo. Te desmayaste. Yo sólo... cuando comenzaste a moverte, le pedí que te ayudara a seguir dormida. No debería haber hecho eso, y lo siento,añadió rápidamente cuando ella abrió la boca para hablar. Decker se encogió de hombros sintiéndose impotente y trató de explicarse: - Yo quería ahorrarte algo de preocupación. Esperaba encontrarla antes de que te despertaras y...- No soy una imbécil sin cerebro que necesita mimos, Decker. Ella es mi hermana. Deberías haberme despertado,- espetó Dani, y luego agregó con frustración -no es tu lugar el evitarme preocupaciones. El teléfono podría estar arreglado para este momento, Nicholas podría haberme llamado y podríamos tener con nosotros a Stephanie, sana y salva. En lugar de eso ella está por ahí, Dios sabe dónde y sabe Dios lo que él estará haciéndole... si es que ella todavía está viva,- añadió con amargura. - Dani, lo siento, pero él no te llamará,- repitió él con voz seria. - No lo sé. Y decir Lo siento no va a traerme a mi hermana de regreso, ¿no?,preguntó ella haciendo un gesto con la mano y saliendo de la cocina. Se dirigió por el pasillo y luego subió las escaleras hasta el segundo piso, conciente de que él estaba siguiéndola, pero tratando de ignorar este hecho. Era difícil ignorarlo cuando entró en su habitación y trató de cerrar la puerta detrás de ella, pero él se lo impidió. Dani lo miró brevemente y luego movió la cabeza con cansancio, y dijo: - Vete, Decker. Necesito tiempo para pensar.Él se pasó la mano por el pelo con un gesto cansado, mientras la seguía a la habitación. - No puedo.Ella no había olvidado las palabras de Lucian acerca de que la vigilara, y Dani estaba demasiado cansada para discutir con él, así que ella miró a su alrededor en busca de un escape. Sus ojos se posaron en la puerta del cuarto de baño. -
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Entonces quédate. Pero voy a tomar un baño. ¿ Supongo que no tienes que estar ahí conmigo?.- No, eso está bien,- dijo Decker en voz baja. Ella asintió con la cabeza, cruzó la puerta y se deslizó en el cuarto de baño. Dani cerró la puerta, pero en lugar de empezar a prepararse el baño, se apoyó en el panel de madera y bajó la cabeza por un instante. Apenas se había despertado hacía un rato, pero se sentía como si no hubiera dormido nada. Los acontecimientos de la mañana habían sido terriblemente agotadores, y todo lo que quería hacer era acurrucarse en el suelo, ir a dormir y no despertar hasta que Stephanie estuviera de regreso, sana y salva. Sus labios se torcieron al pensarlo. Eso era exactamente lo que Decker esperaba hacer por ella, manteniéndola dormida y estaba enfadada con él por ello. Se suponía que en realidad eso no era lo que ella quería en absoluto. Lo que realmente quería era llegar a Stephanie y luego saber si estaba viva o muerta. Evidentemente, prefería tenerla de regreso con vida, pero si el secuestrador ya había matado a Stephanie, era mejor saberlo ahora que sufrir la agonía y la ansiedad entre la esperanza y el miedo. Eso sería insoportable. Pero no siempre se consigue lo que se quiere, Dani se dijo con gravedad, y se obligó a apartarse de la puerta para comenzar a preparar el baño. Ella había presionado el botón para soltar el tapón y fue hacia los grifos para empezar a hacer correr el agua cuando alguien tocó a la puerta. Frunció el ceño. Sabiendo que era Decker, estaba a punto de decirle que se marchara, cuando aquél le dijo, - ¿Dani?. Fui a buscarte un poco de jabón y unas toallas.Ella parpadeó sorprendida por sus palabras, miró a su alrededor para ver que, la toalla de mano y la barra de jabón que había usado esa mañana estaban allí, eran las únicas cosas que había, además de papel higiénico. No había toallas ni jabón en la bañera. Una búsqueda rápida en los armarios demostró que estaban completamente vacíos. - ¿Dani?,- su voz sonaba preocupada por el silencio.
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Haciendo muecas ante la conclusión de que después de todo tendría que abrir la puerta, Dani dijo, - No está cerrado.Hubo una pausa y luego la puerta se abrió. Decker entró con una pila de toallas y muchas otras cosas en la mano. La miró con recelo, y luego se trasladó hasta la mesada para explicarle, - creo que Bastien no pensó en comprar este tipo de cosas para la casa, pero Sam corrió anoche hasta la tienda que funciona las veinticuatro horas y consiguió algunas cosas y luego volvió a su apartamento para buscar las toallas, No me acordé de decírtelo, sino te lo hubiera dicho así podías elegir lo que necesitabas por ti misma.- Decker apoyó las cosas y agregó: - Si hay algo en lo que no he pensado, házmelo saber y te lo traeré.El rostro de Dani se suavizó con un gesto pensativo, pero sólo murmuró: Gracias-, cuando él se dio vuelta y salió a la habitación. Ella se quedó allí por un momento después de que él se fuera, en parte deseaba salir y decirle algo para poner fin a esta situación incómoda entre ellos, pero no tenía idea qué podía decirle. Él se había equivocado al mantenerla dormida, aún cuando hubiera tenido buenas intenciones. Decker no había tenido la intención de lastimarla y en cierta forma había sido dulce, pero ... Dani sacudió la cabeza y miró la bañera para encontrar que ya estaba medio llena. Se trasladó a la mesada para recoger el jabón de burbujas, uno de los varios artículos que él había traído para ella. Echó una generosa cantidad en la bañera y comenzó a desnudarse. El agua era cálida y acogedora cuando Dani entró en ella. Fue sentándose lentamente, suspirando a medida que el agua y las burbujas la envolvían. Se recostó de nuevo en la bañera y cerró los ojos, deseando que las burbujas de agua tibia absorbieran parte de su tensión y de sus preocupaciones, pero sabiendo que no lo harían. El sonido del torrente de agua murió y Decker cesó de caminar por la habitación para mirar hacia la puerta del baño, muy consciente de que Dani estaba del otro lado. Su compañera de vida ... que de hecho lo odiaba, pensó sombríamente. ¡Era un pensamiento deprimente!. Decker sabía que no había hecho mucho desde que la conoció. Primero había sido esa cosa estúpida de ser
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agentes del CSI, y luego la había mordido, y ahora se sentía como si él personalmente le hubiera fallado por no haber podido salvar a Stephanie. Decker sabía racionalmente que no había nada que pudiera haber hecho, pero eso no le impedía sentirse responsable. Y ni siquiera esa era la razón por la que ella estaba enojada con él en este momento. Era por haberse enterado que Justin la había controlado para hacerla dormir. No soy una imbécil sin cerebro que necesita mimos. Ella es mi hermana, deberías haberme despertado. No es tu lugar el evitarme preocupaciones. Sus palabras corrían por su cabeza y frunció el ceño mirando hacia la puerta del baño. Por supuesto que era su lugar. Ella era su compañera de vida. Ahora se sentía irritado, miró a su alrededor en busca de un lugar para sentarse, pero el único mueble de la habitación era la cama. Decker se dirigió a la cama y se tumbó sobre ella, cruzó las piernas sobre los tobillos y apoyó las manos en su estómago escuchando los sonidos de la sala contigua. ¿Ella ya estaba en la bañera o acaba de desnudarse?, se preguntó y no se sorprendió demasiado cuando sus pensamientos se desplazaron hacia el sur, creando una imagen de ella al quitarse su camiseta por la cabeza, dejándola caer al suelo mientras sus manos se movían por la espalda y ascendían para deshacer los ganchos de su sostén. Decker todavía recordaba la sensación sedosa de eso cuando lo había apartado de su pecho para tocar su piel caliente. Él también recordó el olor de ella y saboreó el recuerdo mientras en su cabeza continuaba desarrollándose lo que ella podría estar haciendo. Ella permitió que el sostén se deslizara por sus brazos y lo dejó junto con su camiseta. En su imaginación, Dani se retorció el cabello y lo recogió en la parte posterior de la cabeza, de modo que sólo unos pocos mechones colgaban alrededor de su rostro. Una vez hecho esto, agarró el botón de sus pantalones cortos. Los bajó y en el momento en que llegaron al suelo, dio un paso al costado y se deshizo de ellos. Luego deslizó su pulgar por debajo del elástico a cada lado de las bragas y poco a poco fue bajándolas por las caderas, los muslos y las rodillas, hasta que ella pudo quitárselas, sacando un pie a la vez. Ellas revolotearon sobre la alfombrilla de baño mientras Dani
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daba unos pasos cuidadosamente y entraba…oh tan lentamente en la bañera llena de burbujas. Un pequeño gemido de decepción se deslizó de los labios de Decker cuando el agua y las burbujas envolvieron su sueño de Dani, ocultándola de la vista. Hizo una mueca hacia el techo y se dijo que era su compañera de vida y que todo saldría bien. Que llegaría el día en que simplemente él entraría allí, mientras ella estaba recostada en el baño. Y ella le sonreiría dándole la bienvenida y la haría una señal con su dedo para que él fuera al borde de la bañera, y luego ella le acariciaría lentamente la pierna antes de dejarla deslizarse por allí y acariciándolo a través de la tela de sus pantalones vaqueros le preguntaría: ¿Quieres acompañarme?. La bañera es lo suficientemente grande para los dos. - Oh si.- Decker jadeaba, Dani se sentó y agarró el botón de sus pantalones. Lo desabrochó con una mano, las burbujas se aferraron al botón, y luego levantó sus ojos para ver el rostro de él mientras le bajaba la cremallera en forma pausada. Él empujó sus vaqueros por sus caderas en el momento en que ella terminó, dejando que se amontonaran alrededor de los tobillos, y ella se agachó para ayudarlo a salir de ellos, luego volvió su atención a sus boxers. Dani los jaló hacia abajo mucho más lentamente de lo que lo había hecho con los vaqueros. La cintura elástica quedó atrapada en la erección que emergía de modo que ella tuvo que levantarlos por encima de su eje. Una sonrisa se dibujaba en sus labios, y se inclinó hacia adelante para posar un beso en la punta antes de ayudarle a quitárselo. Dani levantó la cabeza para mirarlo, sus ojos apenas se deslizaron sobre lo que había revelado cuando murmuró, - Tu camisa.Decker se la quitó por encima de su cabeza. En el momento en que su rostro estuvo envuelto en el paño suave y que no podía ver lo que ella estaba haciendo, Dani cogió la erección en una mano enjabonada, y de repente la apretó suavemente mientras la recorría con los dedos a lo largo. Estremeciéndose por la explosión de deseo que se disparó a través de él, Decker se sacó de un tirón la camisa para tirarla por encima de su hombro y luego hizo que la mano de ella se apartara y se acercó al borde de la tina. Dani se movió a
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toda prisa hacia adelante, dejando espacio detrás de ella mientras él entraba en el agua. Decker se sentó detrás de ella, el agua caliente se deslizaba sobre su piel como una caricia mientras se acomodaba, Dani retrocedió para sentarse entre sus piernas y se reclinó contra su pecho. - Estaba esperándote,- murmuró ella, mientras le acariciaba los muslos bajo el agua. - ¿Lo estabas?,- preguntó Decker. Había estado esperando por ella doscientos cincuenta y nueve años. Sus manos se deslizaron por los brazos de ella y acariciaron la piel suave de los codos, sus dedos rozaron el hueco interior de los brazos con unos toques ligeros que la hicieron estremecerse contra él. - Sí,- jadeó ella moviéndose contra él. - Tenía la esperanza de que me lavaras la espalda-. Decker esbozó una sonrisa mientras tomaba la barra de jabón. La deslizó brevemente bajo el agua, y luego empezó a frotarla entre las manos para hacer espuma. Hizo que ella se sentara y comenzó a pasarle las manos por su espalda, corriendo en círculos hasta que cada centímetro de la piel estaba cubierta por la espuma jabonosa. Luego agarró de nuevo la barra y volvió a frotarla durante un minuto antes de regresar a la tarea, sus círculos se hacían cada vez más y más grandes hasta que incluyeron los costados del cuerpo de ella. - Oh.- Dani suspiró cuando Decker dejó que sus dedos recorrieran lo que ellos querían. Sus manos se cerraron calientes y jabonosas sobre sus pechos, apretándolos y amasándolos con el pretexto de la limpieza. Cuando ella se recostó contra él, su espalda cubierta de espuma resbaló en el pecho limpio de aquél, y Decker se asomó por encima de su cuerpo, contemplando el modo en que sus manos amasaban sus pechos y luego cogió los pezones entre el pulgar y el índice y los pellizcó ligeramente. La acción provocó un largo gemido de Dani y le hizo inclinar la cabeza hacia atrás y girarla hacia él, en una invitación silenciosa. Decker, bajó al mismo tiempo la cabeza, sus labios cubrieron los de ella y su lengua se movió con entusiasmo para llenarle la boca. Ella sabía tan dulce como la recordaba, sus
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dedos se cerraron sobre sus pechos por un instante, y luego se alejaron para encontrar la toalla y volcarla en el agua. La utilizó para quitarle el jabón y así poder acariciarla sin la espuma resbaladiza. En el momento en que el último rastro de jabón había desaparecido, Decker dejó caer la tela y cogió de nuevo sus pechos entre sus manos, introduciendo la lengua en la boca de ella y rozando ligeramente sus pezones. - ¡Oh!.- Fue algo entre un suspiro y un gemido, mientras ella cubría las manos de él con las suyas propias, alentándolo a que continuara. Cuando luego él sacó una de sus manos, se quejó decepcionada. Pero fue seguido por un sonido sibilante de sorpresa cuando él dejó caer su mano sobre el estómago para deslizarla entre los muslos. Dani se quedó un instante rígida por la sorpresa, y luego abrió las piernas tan ampliamente como pudo para tratar de complacerlo. A continuación, se quejó en su boca mientras él la acariciaba, su propia lengua se enlazaba con la de él, mientras se arqueaba y retorcía entre sus manos. Dani levantó la mano y entonces deslizó los dedos de su mano por su cabello y la cabeza para alentarlo, pero luego puso la otra detrás de su espalda, entre sus cuerpos y debajo del agua, hasta que una vez más, encontró su erección. Decker se congeló, sus manos permanecieron quietas mientras se quejaba en la boca de ella y se estremecía ante la caricia. Con la segunda caricia, él reaccionó y reanudó los besos y las caricias. Aunque el beso ahora era más exigente y sus caricias más apremiantes. Cuando ambos estaban jadeando y sin aliento por la necesidad, Decker rompió el beso y retiró sus manos de nuevo, esta vez para levantarla y girarla. En el momento en que la puso de costado sobre su regazo, empezó a arrastrar la boca por su mejilla y luego a lo largo del cuello, continuó descendiendo hasta encontrar y cerrar su boca en un pezón húmedo. Dani jadeó su nombre, un sonido proveniente de la necesidad y su mano lo halló de nuevo bajo la superficie del agua y se cerró sobre él. No fue una caricia suave, estaba decidida a llevarlo al borde del abismo. Por temor a estallar en el agua, Decker se agachó forzándola a soltarlo. Dani se lo permitió, pero también se levantó en el agua para cambiar de posición hasta que se arrodilló poniendo
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sus rodillas a cada lado de él. Entonces se aproximó de nuevo hacia él sentándose en su regazo para introducirlo en ella. El aliento de Decker salió en un silbido cuando su calor húmedo y cálido se cerró sobre él y tuvo que morderse la lengua para no explotar en ese momento. Dani parecía saberlo y sonreía maliciosamente mientras ella lo soltaba para agarrarse del borde de la bañera y lentamente se acomodaba volviendo a descender y luego, poco a poco volvía a levantarse. Decker, apretó los dientes sin poder hacer nada por un minuto, y luego se extendió su mano para encontrar el nudo entre las piernas de ella. Lo acarició, deslizando sus dedos por alrededor y por encima de aquél hasta que la sonrisa de ella desapareció de su rostro para ser sustituida por una mirada casi dolorosa cuando Dani comenzó a moverse más rápidamente. Decker comenzó a levantar sus caderas, introduciéndose casi con violencia cuando ella bajaba y se agarraba de su hombro para mantener el equilibrio mientras él los dirigía al borde. El sonido del chapoteo del agua junto con una tos violenta, fue suficiente para despertar a Decker del sueño en el que había caído. Salto de la cama, corrió a la puerta del baño y casi la empuja pero en lugar de eso, llamó. - ¿Dani?. ¿Está bien?.- le preguntó en voz alta con expresión preocupada por la tos profundamente violenta. -¿ Dani?.- Estoy bien,- dijo ella entre la tos. - Sólo tragué agua. Vete.Decker dudó, ella aún estaba tosiendo, pero no sonaba tan violento como antes, y después de un momento, se volvió y se acercó a la cama, preguntándose cómo había podido ella tragar agua. Estaba a punto de tumbarse en la cama, pero se detuvo cuando descubrió una mancha húmeda en la parte delantera de sus pantalones. Miró la mancha oscura, haciendo una mueca al recordar el sueño que había tenido. Había comenzado sólo imaginándolo, pero debió haberse quedado dormido porque rápidamente se había olido y sentido como algo real. Si no se hubiera despertado en la cama, arrancado de su sueño por la tos de Dani, casi podía
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creerse que había sido real. Que en realidad había entrado en ese cuarto de baño y ...Decker se detuvo y se irguió un poco más girando la cabeza lentamente hacia la puerta del baño, cuando recordó otro de los síntomas de encontrar un compañero de vida, los sueños compartidos. En su caso, sueños húmedos. Dani tosió por última vez y luego se hundió en la tina. A pesar de haber dormido nueve horas, de alguna manera se había quedado dormida en la bañera y casi se ahogó. Ella no podía creer lo que había hecho. Más que eso, no podía creer el sueño que había tenido cuando se había quedado dormida. Se había ofrecido a él, a Decker-tal vez-Argeneau-tal vez-Pimms, para tener algo de sexo bien caliente. ¡Dios mío!, pensó Dani disgustada, estaba teniendo sueños eróticos con un hombre cuyo apellido... ni siquiera conocía. Luego recordó que la noche anterior había estado a punto de tener sexo real con el hombre cuyo apellido no sabía, en la camioneta. Se cubrió la cara con el paño húmedo, sin saber qué pasaba con ella. Era evidente que estaba perdiéndose. Dani no era mojigata, pero ... ¡Dios mío!. Nunca había sido promiscua. Había estado muy ocupada estudiando y tratando de mantener sus calificaciones para la universidad y la escuela de medicina. Luego había hecho su pasantía, habían sido unos años infernales donde dormía poco, y mucho menos con alguien. No es que ella fuera virgen. Había tenido novios y citas, y ese tipo de cosas, pero nunca antes se había entregado en la parte trasera de una camioneta acelerando por la autopista. ¿Cuál era el problema con ella?. Esto no era típico de ella en absoluto. Ella no sentía lujuria con hombres que acababa de conocer. Y mucho menos con hombres que luego resultaban ser vampiros ... Dani cerró los ojos mientras que las palabra pasaban por su cerebro. Vampiro. Compañero de vida. Renegado. Ella estaba adquiriendo todo un nuevo
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vocabulario y no estaba en absoluto segura de que era algo que ella quería. Aunque no contaba con ninguna otra explicación. Especialmente lo del asunto del compañero de vida. Lucian le había dicho que ella era la compañera de Decker, y Decker le había dicho que un compañero de vida era esa rara persona con la que un vampiro podía relajarse. ¿Qué tan rara?. ¿Y ella era la compañera de vida de Decker?. Y si era así, ¿exactamente qué significaba eso?. ¿Tenía ella siquiera derecho a preguntarse acerca de este tema cuando Stephanie estaba secuestrada y en peligro?. Dani no sentía que lo tuviera y se sentía egoísta e insensible por hacerlo. Ella lanzó un suspiro, apretó el botón para permitir que la bañera comenzara a drenar su contenido y se puso en pie para coger una toalla, haciendo un juramento silencioso. A partir de ahora, se centraría en la cuestión más importante. Encontrar a Stephanie.
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Capítulo 9 Decker fue hasta la ventana, se asomó a los jardines detrás de la casa y, a continuación se paseó de regreso hasta la cama, sólo para repetir el recorrido. Él había hecho una carrera rápida hasta su cuarto para ponerse unos vaqueros limpios y regresó a la sala para escuchar las salpicaduras del agua en el baño. Estos no habían sido los sonidos violentos que habían acompañado su tos antes, pero comenzó a pasearse de nuevo por el cuarto, esperando a que ella terminara. El sonido de la puerta del baño al abrirse hizo que Decker se detuviera, y provocó un abrupto fin a sus pensamientos. Se dio vuelta cuando Dani entró en la habitación. Tenía las mejillas rosadas, el pelo húmedo estaba peinado hacia atrás en forma tirante sobre la cabeza. La vista era simpática, pensó él, y luego notó que ella se había visto obligada a ponerse la misma ropa que había usado antes. Tendrían que tratar de conseguir un poco más de ropa. -Te ves adorable.- Las palabras cayeron de su boca espontáneamente y trajeron un rubor sospechoso en la cara de Dani, como si pensara que él estaba siendo sarcástico. -Gracias-, murmuró ella por fin y añadió –Tú te ves como el demonio.Decker sorpresivamente lanzó una carcajada, y sonriendo con ironía le dijo Gracias.-Quiero decir que te ves cansado-, añadió ella rápidamente, ruborizándose. Decker hizo una mueca, pero asintió con la cabeza y admitió: -Lo estoy.-Bueno, por Dios, ve a dormir entonces,- dijo Dani, sonando exasperada. Decker sinceramente deseaba poder hacerlo. Estaba agotado, pero sacudió la cabeza. -No puedo.-
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-Oh, bien. Tienes que vigilarme,- dijo ella irritada y luego explotó con enojo. Esto es estúpido. Yo no voy a ninguna parte, tengo que esperar por mi teléfono. Y si no duermes vas a estar totalmente inútil cuando llame Nicholas y tengamos que movernos.Decker aclaró su garganta y dijo: -Tenemos que hablar de Nicholas…-No quiero oírlo,- lo interrumpió Dani bruscamente, e inmediatamente corrió a la cama para agarra la manta de lana suave y arrastrarla llevándosela consigo, y luego corrió hacia la puerta. -¿Adónde vas?,- preguntó Decker susurrando entre dientes mientras corría tras ella por el vestíbulo. -A tomar el sol,- Dani siseó de nuevo, al parecer no tenía más ganas que él de despertar de nuevo a Lucian y a los otros. Abrió la boca para discutir con ella, pero luego la cerró y se precipitó por las escaleras tras ella. Decker esperó hasta que estuvieron en la cocina antes de abrir la boca de nuevo, pero ella se le adelantó. -Yo sólo voy a tenderme en el césped. Tú puedes vigilarme desde la casa... o ¿no se me permite salir en absoluto?,- añadió Dani, y se detuvo en la puerta junto al desayunador, lanzando a la vez una mirada sobre él. Decker vaciló. Él no quería que ella se sintiera como una prisionera, y podía vigilarla desde el interior de la casa, pero en realidad quería hablar con ella acerca de Nicholas. Sabía que Dani no quería ni escuchar hablar de eso, pero ella tenía que hacerlo. Lucian tenía razón, era mejor que ella comprendiera la verdadera situación. Por lo menos, Decker esperaba que su tío tuviera razón, porque él estaba seguro de que no sabía qué era lo mejor. El problema era que estaba desgarrado por varias motivaciones diferentes. Una parte suya quería proteger a Dani de que sepa lo que él tenía que decirle, para mantener vivas sus esperanzas permitiéndole que contara con un hombre que podría no ser tan fiable. Otra
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parte estaba irritada como el infierno porque parecía que ella tenía más confianza en Nicholas que en él. Y sin embargo, otra parte pensaba que sería mejor decírselo, porque al mismo tiempo que destrozaba sus ilusiones, también la preparaba para lo peor si resultaba que Nicholas no estaba de su lado. Decker fue arrancado de su lucha interna por el sonido de la puerta al cerrarse. Levantó la mirada y vio a Dani a través de la ventanilla de la puerta mientras caminaba resueltamente por las baldosas hacia la hierba, arrastrando la manta con ella. Al parecer, se había cansado de esperarlo. Maldiciendo, fue hasta la puerta y se asomó, el sol asomaba detrás de una nube, luego apretó los dientes y abrió la puerta para seguirla. -¿Qué estás haciendo aquí?. Se supone que ustedes deben evitar el sol,- fue el saludo irritado de Dani cuando lo vio en la mitad del patio. Era evidente que tenía la esperanza de escaparse de él al haber ido allí Por alguna razón, eso sólo le hizo decidirse aún más a quedarse con ella. -Lo hacemos, pero no todo el tiempo,- dijo Decker. -Además, hay un montón de bolsas de sangre en la casa.Dani lo miró evidentemente molesta y luego exclamó, -Bien,- y se volvió para seguir caminando. -¿Adónde vamos?,- preguntó él sonriendo a su pesar. Ella realmente era muy adorable cuando estaba enfadada como ahora. -Yo- ella puso énfasis en la palabra -estoy tratando de encontrar un lugar seco para poner la manta.Decker, deslizó la mirada sobre el césped lleno de rocío. Si bien estaría caliente y húmedo más tarde, todavía era temprano y el sol no estaba haciendo una actuación muy buena. Decker sonrió mientras contemplaba las nubes. Si no se equivocaba, esas eran nubes de tormenta. Parecía que la madre naturaleza estaba de su lado.
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Su mirada se deslizó de nuevo hacia Dani. Le había permitido adelantarse un metro y ahora se encontraba mirando fijamente su trasero y la parte trasera de los muslos y las pantorrillas torneadas, incluso mientras ella apresuraba el paso. Distraído como estaba por la vista, Decker no estaba preparado cuando ella se detuvo abruptamente y se volvió. Casi se estrelló contra ella antes de que lograra detenerse y haciendo caso omiso de la mueca que ella le estaba brindando, le preguntó a la ligera, -¿te diste por vencida?.-No en esta vida,- le aseguró Dani furiosa, mientras se dirigía hacia la casa. Sólo estoy dando más al pasto para que se seque, para no arruinar la manta.Decker asintió con la cabeza, tratando de no mostrar su alivio. A pesar de lo que había dicho, a él no le gustaba estar afuera en el sol. El daño sería mínimo para ella y sólo le aceleraría el proceso de envejecimiento, que no era lo que ocurría en su caso. Su piel era un poco más sensible debido a la falta de exposición, y a causa de ello se dañaría más. Decker tenía la edad suficiente como para haber sido entrenado desde su nacimiento para evitar que eso le sucediera. Más energía solar significa que necesitaría más sangre, lo que significa mayor riesgo de ser descubierto. A pesar del hecho de que ahora utilizaban bolsas de sangre de los bancos de sangre, ellos todavía trataban de no utilizar más sangre de lo necesario. Los bancos de sangre mortales muchas veces están escasos de suministros, y los bancos de sangre de los inmortales no son diferentes. Desperdiciar la sangre le hizo sentirse culpable e incómodo, reconoció Decker para sí mismo, mientras seguía a Dani que regresaba a la casa. Él había pensado que ella tenía la intención de entrar, pero advirtió su error cuando ella puso la manta encima de la barandilla que rodeaba el patio de baldosas y luego dobló hacia la izquierda y comenzó a alejarse. Haciendo muecas, Decker la siguió rápidamente. -¿Adónde vamos ahora?.-A explorar,- murmuró ella, y luego preguntó: -¿Dónde estamos de todos modos?.-
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Dani miró por encima de su hombro cuando hizo la pregunta y lo pescó mirándole el trasero y las piernas. Decker alzó los ojos pero se encogió de hombros sin arrepentimiento. Él era un hombre, y si la mujer se colocaba delante suyo, le iba a mirar el culo. No había mucho más que mirar aquí. -En las afueras de Toronto,- dijo él, respondiendo a su pregunta. -Hmmph,- gruñó ella, aunque Decker no sabía si era porque él la había estaba contemplando o por su respuesta. -¿Qué vamos a explorar?.-El establo-, murmuró Dani. -No puede verse desde mi habitación. No me di cuenta que estaba aquí.Decker miró el establo que estaba adelante, no había mucho que ver. Era un establo viejo, rojo, rectangular y grande, con grandes puertas deslizables en las partes delantera y trasera y una pequeña puerta giratoria en el centro del lado que estaba frente a ellos. Dani se dirigió a la puerta más pequeña. A medida que se acercaban, Decker la sobrepasó de forma automática para abrirle la puerta, su mirada se movía curioseando el interior mientras ella pasaba caminando junto a él. Al parecer había casetas vacías que se alineaban en la pared opuesta las dos terceras partes del camino antes de llegar a un espacio abierto. De este lado era lo mismo, salvo que la caseta del medio faltaba para dar paso a la puerta por la que se entraba. -Ellos lo van a demoler y a construir un garaje aquí para las camionetas,anunció Decker cuando él la siguió al interior. La respuesta de Dani fue otro gruñido cuando la puerta se cerró detrás de él, dejándolos en la oscuridad. -Espera,- dijo Decker. Si bien aún podía ver lo suficiente para moverse, sabía que ella probablemente ahora estaba tan ciega como el murciélago del proverbio. Retrocedió hasta la puerta y nuevamente la abrió, pero esta vez lo
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hizo por completo, hasta que golpeó contra la pared exterior. Cuando permaneció abierta, asintió satisfecho y retrocedió un paso hacia adentro, pero Dani ya no estaba donde la había dejado. Volvió la cabeza, sus ojos buscaban las sombras con ansiedad hasta que el chillido de metal sobre metal atrajo su mirada hacia las puertas dobles corredizas en la parte delantera del edificio. Ella había desafiado la oscuridad para acercarse hasta allí y abrir una de ellas. La deslizó a lo largo de la guía oxidada un metro y medio antes de detenerse. Dani le dio un empujoncito, poniendo todo el peso de su cuerpo, pero la puerta no iba más lejos. -Aquí, déjame intentarlo, - le ofreció él. - Está bien así,- decidió Dani cuando se dio vuelta para ver el efecto. Decker siguió su mirada. El establo estaba mucho más iluminado. Todavía quedaban rincones oscuros, y era un poco tenue en comparación con el exterior, pero supuso que estaba lo suficientemente bien, y se alejó de la puerta para seguirla mientras ella lo exploraba. -Todavía hay heno aquí,- comentó Dani sorprendida cuando se asomó a la media docena de balas frescas apiladas contra la pared. Al menos dos más estaban desparramadas en el suelo delante de ellos. Él no sabía si habían sido puestas allí deliberadamente, o simplemente se habían desmoronado y desparramado por sí solas, pero habían formado un pequeño montículo de heno fresco. -Es un establo,- dijo él encogiéndose de hombros. -Los establos tienen heno.-Sí, ¿pero por qué los anteriores propietarios no se los llevaron?,- preguntó Dani con curiosidad mientras miraba a su alrededor, y agregó sorprendida, -Y las sillas de montar.Decker volvió la cabeza hasta que sus ojos se fijaron en dos sillas que habían quedado colgadas en la pared. Se acercó más para examinarlas, advirtiendo que estaban en mal estado. -Son muy viejas. Probablemente no sirvan para mucho más.-
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-Sin embargo, el heno se ve bastante fresco,- comento Dani, y él miró a su alrededor para ver que había comenzado a moverse a lo largo de la casetas. Mirando con curiosidad en cada uno de ellos cuando se fue, añadió, -yo habría esperado que se las hubiesen llevado.-Tal vez estaban dejando la agricultura y no les era de ninguna utilidad-, sugirió él, yendo tras ella. -Por lo general no cultivas caballos,- dijo ella con tono divertido. -Por lo menos no creo que tú lo hagas. Supongo que ellos deben haber sido ganaderos.Decker no hizo ningún comentario, y no estaba mirando mucho a su alrededor. Era un establo. Paredes de madera, habitáculos de madera, olor a heno, y motas de polvo que flotaban en los charcos de luz que se derramaban por las puertas abiertas. En realidad no era muy interesante para él. Decker estaba más preocupado en cómo decirle lo que tenía que decirle... y hacer que ella lo escuchara. -Dani,- comenzó a decir. Dani suspiró irritada. Sabía que Decker estaba a punto de hablar de nuevo de Nicholas, pero ella no quería escucharlo. Comenzó a caminar un poco más rápido a lo largo de los puestos, preguntando, -¿Cuánto tiempo crees que lr llevará a los hombres de Bastien arreglar mi teléfono?.-No lo sé,- murmuró él. -Pero ya que estamos en el tema…-Oh, mira, más heno,- lo interrumpió Dani cuando llegaron al final de los puestos. Decker suspiró y se movió detrás de ella para espiar los fardos apilados en el puesto final. -Deben haberlos mantenido aquí para no arrastrarlos todo el camino desde estos puestos del frente hasta los de atrás,- supuso Dani, pero estaba hablando
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para evitar que él pudiera decirle algo. Ella comenzó a caminar rápidamente hacia la parte delantera del edificio. -Yo siempre quise un caballo cuando estaba creciendo. Supongo que la mayoría de las niñas lo hacen. Conseguiría uno ahora, pero no sé cómo montar y…-Él le arrancó la garganta a una mujer,- le espetó Decker. Dani se detuvo estremecida al final de los puestos, con los ojos fijos en la puerta abierta frente a ella. Se puso de pie justo en el borde del charco de luz que entraba a través de esas puertas. Todo lo que tenía que hacer era cruzar la zona abierta donde estaban el heno y las sillas de montar y estaría fuera, y podría correr hacia cualquier otra parte para tratar de evitar escuchar lo que ella sospechaba que iba a oír y que lo menos que le causaría sería sacudirla y posiblemente derrotaría todas las esperanzas que había colocado sobre los hombros de Nicholas Argeneau, un vampiro renegado. En vez de eso, se volvió lentamente hacia él, su voz sonaba derrotada cuando ella dijo, -Dime.Decker, desvió la mirada, su rostro estaba apesadumbrado y luego se apoyó en el puesto que estaba detrás suyo y cruzó los brazos sobre el pecho. Y entonces, mirando hacia el suelo dijo, -Su nombre era Barbara Johnson. Ella era un ama de casa, estaba embarazada de ocho meses. Tanto ella como el bebé murieron. Era hija única. Su padre tuvo un ataque al corazón cuando le dieron la noticia, su marido se ahorcó después del funeral triple, y su madre se convirtió en una alcohólica y condujo su coche contra un árbol antes del final de ese año.Levantó la cabeza y añadió con amargura: -El hombre que estás defendiendo, no sólo mató a una mujer, también acabó con una familia.-Y eso es sólo la familia de la víctima. La nuestra también fue desgarrada por él. Su hermano menor, Thomas, no quiere hablar de él, y su hermana menor…Decker, sacudió la cabeza. -Jeanne Louise realmente defendió a Nicholas y al principio no podía creerlo, pero cuando finalmente lo hizo... ella ni siquiera admite su existencia. En lo que se refiere a ella, sólo tiene y ha tenido un hermano.Mientras hablaba, Dani se había parado frente a él, y ahora se había apoyado ligeramente contra el puesto que estaba justo enfrente. Sus palabras nadaban
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dentro de su cabeza, llevando las imágenes vívidas. Y entonces comenzó a negar con la cabeza, su voz sonaba desconcertada cuando ella dijo, -Pero corrió el riesgo de ser atrapado para salvar a Steph y a mí. Y solía ser uno de ustedes. ¿Estás seguro de que él…?.-Sí.- Decker se frotó la parte de atrás de su cuello con cansancio. -Yo fui el que lo atrapó justo después. La sangre de ella estaba en su cuerpo y todavía recubría sus dientes y la lengua.Dani sintió que se le revolvía el estómago con la noticia y movió la cabeza con asombro. -¿Por qué lo hizo?.Decker se encogió de hombros con tristeza. -Su compañera de vida había muerto en un accidente de coche un par de semanas atrás. No habían estado juntos mucho tiempo y ella estaba embarazada. Creo que se volvió loco. Todo el mundo sabía que estaba en mal estado, y todos intentamos ayudarle, pero él estaba tan malditamente amargado y enfadado.- Decker sacudió la cabeza. -Nos expulsó a todos de su vida. Dejó de trabajar como ejecutor, no quería ver a nadie...- Hizo una pausa y luego admitió, -Nicholas es mi primo por parte de madre, su padre, Armand, es hermano de ella. Nicholas también era mi compañero antes de que sucediera todo eso, y a pesar de la diferencia de edad éramos buenos amigos y primos. Fui a su casa ese día para tratar de conseguir que saliera, llamé pero no obtuve respuesta y luego escuché los gritos de una mujer.Decker hizo una mueca y admitió que, -yo fui lo suficientemente estúpido como para tratar de golpear de nuevo antes de decidirme a romper la puerta y quizás hubiera llegado a tiempo para salvarla. Nunca me imaginé...Dani fue a su lado, atraída por la culpa y el dolor reflejado en su rostro. Pero una vez allí, no tenía idea de lo que podía hacer para calmarlo y sólo alzó la mano para apoyarla en su brazo cruzado, y confortarlo en silencio. Eso pareció ser suficiente. Decker respiró profundamente, apartó todo eso de sí, y luego continuó casi mecánicamente, -Rompí la puerta, pero para el momento en que los encontré en el sótano, ya era demasiado tarde. Nicholas
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estaba sentado en el suelo con la mujer en su regazo y, como ya dije, la sangre de ella estaba sobre él.-Ya veo,- dijo Dani en voz baja mirando su cara. Parecía evidente que Decker se culpaba por la muerte de Barbara Johnson, así como la de su hijo, su padre, su esposo, y la madre. El hecho mismo de que él sabía mucho acerca de la familia, le indicaba que ello era así. Dani se dio cuenta que Decker había asumido la responsabilidad de lo que Nicholas había hecho, del mismo modo que ella se había culpado a sí misma porque Stephanie y ella habían sido secuestradas. -Nada de esto fue tu culpa,- dijo Dani con firmeza, queriendo ayudarlo como él la había ayudado. –Nicholas fue quien…-Lo dejé ir,- la interrumpió Decker. Ella se puso rígida. -¿Qué?.-Dejé que Nicholas se fuera,- repitió él. -Cuando vi lo que había hecho, me di la vuelta y le dije que iba arriba para llamar a Lucian. Cuando regresé se había ido.-Probablemente estabas conmocionado. No fue tu intención…-¿No?,- la interrumpió Decker con gravedad. Dani alzó las cejas y le preguntó muy seria: -¿Lo fue?.Él dio vuelta su rostro y admitió -He pasado cincuenta años tratando de no creerlo-. Decker se apartó y agregó -En ese momento, yo no sabía quién era Barbara o qué había pasado. Era sólo una mujer extraña muerta entre sus brazos. Nicholas era mi primo. Había sido como un hermano mayor cuando me mudé aquí desde Europa y me acogió, ayudándome a encontrar un lugar. Él fue quien me enseñó todo cuando me convertí en un ejecutor. Tal vez alguna parte
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de mí sabía que él querría escapar... y dejé que se fuera.-
Dani sacudió la cabeza. -No puedes adivinar tus motivos, Decker, cuando la verdad es que puede que no haya habido ninguno. Si tú pensabas muy bien de él, tuviste que haber estado conmocionado por lo que había hecho. Cualquiera lo hubiera estado.-Pero…-E incluso si no fuera así, aunque hubieras sabido que él se escaparía, eso no te hace responsable de la muerte de Barbara Johnson, su hijo, esposo, o padres. Ese hecho corresponde a Nicholas, y fue realizado antes de que tú lo encontraras. No eres responsable de esas muertes.-¿Y los mortales que pueden haber muerto desde entonces?,- preguntó Decker en voz baja. Dani dudó y casi frunció sus labios. En realidad no creía que Decker hubiera dejado ir intencionalmente a Nicolás. Sospechaba que sólo se sentía tan culpable porque el hombre había escapado que se había culpado a sí mismo por todo. Ello lo entendía pero no quería decir que eso estuviera bien. El único responsable de lo que había pasado desde ese día hasta el presente era el mismo Nicholas.-¿Y las mujeres en el barranco y tu hermana?,- agregó Decker sacándola de sus pensamientos. -¿Y si Nicholas andaba con ese grupo y sólo afirmó que los estaba cazando para tener la oportunidad de escapar?.Dani inmediatamente comenzó a negar con la cabeza. -No sé lo que pasó aquel día en que mató a Bárbara. Tal vez se quebró, tal vez le desgarró el cuello, pero todavía no creo que el hombre con el que hablé por teléfono anduviera con esos animales, o tenga algo que ver con nuestro secuestro. Él te guió hasta nosotras, Decker,- dijo ella casi en forma suplicante. -Él ayudó a salvarme, y fue tras el renegado que se llevó a mi hermana. Tengo que creer que... Es lo único que tengo a lo que aferrarme.-
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Decker suspiró, sus hombros estaban caídos bajo el peso de una culpa que ella sabía que no podía quitarle. Sería un mono en su espalda hasta que él atrapara a su primo, o tal vez incluso hasta que muriera. -Correcto-, dijo él con voz cansada, pasando junto a ella para salir a la zona abierta. -Creo que debemos regresar a la casa.Dani le siguió lentamente. No había ninguna razón para eludirlo nunca más. Él le había dicho lo que ella había tratado de evitar oír tanto tiempo. Más les valdría volver a la casa. Una vez allí, tal vez podría persuadirlo para que durmiera, pensó, y entonces se dio cuenta que él se había parado en la puerta y miraba hacia afuera con el ceño fruncido. Fue entonces cuando se dio cuenta del golpeteo constante de la lluvia en el tejado de metal. Habían estado tan absortos en su conversación y sus propios pensamientos que no se habían dado cuenta que había empezado a llover. Ahora se preguntaba por cuánto tiempo había estado cayendo. -Vamos a tener que correr,- dijo Decker, cuando ella legó a su lado. -Creo que realmente está a punto de diluviar.Dani asintió con la cabeza y tomó la mano que él le ofreció, y luego abrió los ojos cuando de repente el golpeteo constante se convirtió en una batería fuerte. Ella volvió su mirada hacia la puerta para ver que afuera estaba tan oscuro como si fuera de noche, y que la lluvia corría entre las hojas. -Tal vez deberíamos esperar hasta que se despeje de nuevo,- sugirió ella. Decker dudó mirando el cielo mientras éste se iluminó con un rayo, que poco después causó un crujido fuerte y luego se oyó un estruendo mientras el trueno crecía, y él asintió. -Sí. Vamos a esperar.Dani le soltó la mano y caminó hasta los fardos apilados contra la pared. Se sentó en uno y arrancó una brizna de paja, entonces vio que él venía lentamente hasta sentarse a su lado.
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Permanecieron sentados en silencio durante varios minutos y entonces Dani no pudo aguantar más y le preguntó, -¿tu apellido es Argeneau o Pimms?.Cuando él la miró sorprendido, ella agregó, -Parecía que no estabas muy seguro de eso cuando nos conocimos.-
Él sonrió con ironía y luego sacó un poco de paja fuera de la bala y empezó a jugar con ella. -Yo nací como Decker Argeneau Pimms. Mi madre es una Argeneau. El Pimms viene de mi padre. Pero siempre hemos alternado entre los dos apellidos.Cuando ella levantó una ceja en forma interrogante, él le explicó, - Los de nuestra clase tienden a mudarse cada diez años o algo así. La gente empieza a sospechar cuando pasan los años y no envejeces en ese período, por eso es que nos mudamos. Nuestra familia también cambió el nombre de Argeneau por el de Pimms, aproximadamente a cada siglo. Este siglo están utilizando Argeneau. Al menos mis padres y hermanas. No estoy seguro de mis hermanos.Dani se preguntó acerca de ese comentario, era incapaz de imaginarse en su caso, el no saber los nombres de sus propios hermanos y hermanas, pero simplemente le preguntó: -¿Cuántos hermanos y hermanas tienes?.-Tres hermanas menores y tres hermanos mayores-, respondió él con facilidad. -Tienes una familia más grande que la mía,- dijo ella sonriendo. -Sólo tengo uno más-, dijo Decker encogiéndose de hombros. -Y no somos tan cercanos como tu familia parece serlo. Es por la diferencia de edad,- le explicó. -¿Qué edades tienen?.-Vamos a ver.- Hizo una pausa para pensar y luego dijo: -Elspeth nació en 1872 , Julianna y Vicki…ellas son gemelas - aclaró -Creo que nacieron en 1983.Dani le miró sin comprender. -¿1872?.-
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Decker asintió con la cabeza. -Pero eso sería más de ciento treinta años.-Cerca de ciento treinta y siete, más o menos,- dijo él , y luego le recordó, -La ley que manda dejar por lo menos cien años entre cada niño causa las grandes lagunas.Dani cerró los ojos, ya que todo hizo clic y se acomodó en su cabeza. Decker diciéndole a Justin que no había comido nada desde que él tenía ciento veinte años, sus palabras en el vehículo diciendo que sus abuelos habían sido tratados con los nanos en la Atlántida, y diciéndole hace un momento que este siglo su familia estaba usando el nombre de Argeneau. Se llamaban a sí mismos inmortales, y estaba empezando a darse cuenta que no era porque las curaciones eran rápidas. Dani no sabía por qué no había pensado antes en esto. Supuso que había estado demasiado estresada y preocupada por Stephanie, pero ahora estaba empezando a entenderlo. -Tu gente no envejece y muere,- dijo ella. -Nosotros no envejecemos,- dijo Decker, -pero podemos morir. Te mencioné que la compañera de vida de Nicholas se murió y que eso fue lo que lo empujó a la locura.-Supuse que era mortal,- murmuró Dani pensé…-
confundida. -Sam es mortal, y
-Sam es mortal porque ella aún no está dispuesta a transformarse,- le explicó, y luego movió la cabeza y murmuró: -Creo que anoche no te expliqué las cosas muy bien.- Hizo una pausa, respiró hondo y dijo: -Los nanos repararán cualquier daño, incluidos los causados por el envejecimiento. También eliminan las enfermedades, pero viajan por el torrente sanguíneo, así que si arrancas el corazón, no pueden ir a ningún lugar ni reparar nada. La sangre morirá y ellos también lo harán.-
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-¿Así que la esposa de Nicholas murió en un accidente que arrancó su corazón?, - preguntó ella sin poder creerle. -¿Qué tipo de accidente te arranca el corazón?.-La esposa de Nicholas, Annie, fue quemada hasta la muerte en un accidente de coche.-Así que el fuego también puede matarte.Él asintió con la cabeza. -Y la decapitación.Dani supuso que tenía sentido, y le preguntó: -¿Pero de todos modos no mueren con la edad?.Decker negó con la cabeza. -¿Y tu hermana tiene ciento treinta y siete?.-Algo así,- asintió él. -¿Y ella es más joven que tú?.Decker pareció darse cuenta de que sus preguntas eran importantes. Los labios se torcieron irónicamente y dijo, -Tengo doscientos cincuenta y nueve años de edad, Dani.-Doscientos...-Cincuenta y nueve-, concluyó él. Viendo que era demasiado difícil para que su pobre cerebro lo aceptara, ella le preguntó en voz queda, -Me estás tomándome el pelo, ¿verdad?.-No-, dijo Decker solemnemente, y, a continuación su rostro fue surcado por la preocupación. -¿La diferencia de edad te molesta?.-
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Dani lanzó una breve carcajada incrédula y luego frunció el ceño y lo miró con preocupación. -Decker, me has contado sobre los compañeros de vida, y sé que crees que soy la tuya, pero…-No lo creo, lo sé,- dijo él con firmeza, y a continuación le recordó, -Dani. No puedo leerte.-Sí, pero…-Y estamos compartiendo los sueños.Ella lo miró asombrada. El único sueño que había tenido uno desde que se había encontrado con él, había sido uno en el que recorrió un camino cubierto de flores con Stephanie, y… Dani se congeló, y luego preguntó consternada, -¿la bañera?.-Me temo que sí,- dijo él contrariado. -Me quedé dormido en la cama mientras esperaba a que terminaras de bañarte, y...- Se encogió de hombros. Ella sintió que se ruborizaba por la vergüenza, pero preguntó: -¿Así que experimentaste lo que yo estaba soñando?.-No exactamente,- dijo Decker lentamente. -Bueno, ¿qué es lo que exactamente sentiste?,- replicó ella. -Por lo que entiendo es algo que se comparte. Tu mente estaba supliéndote en lo que estabas haciendo y mi mente me controlaba, así que mientras te enjabonabas tus pechos, fuiste tú quien se dio la vuelta y levantó la cara para darme un beso y quien se acercó para agarrar mi…-. -Me pregunto si la lluvia se detuvo,- lo interrumpió Dani con la voz tensa. Ella empezó a levantarse de la bala de heno, pero él la agarró del brazo para detenerla, y señaló, -Puedes oír que todavía está goteando.-
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-Oh, sí,- murmuró ella, lamiéndose los labios y evitando mirarlo a los ojos. Sus palabras la habían llevado de vuelta a la emoción de aquellos momentos, y su voz se había profundizado a medida que hablaba, llegando a ser tan condenadamente sexy... Ella quería que él la besara. Quería corresponderle el beso. Quería… Dar a su cabeza una sacudida. Dani sacó su brazo y se levantó de la bala e inmediatamente comenzó a caminar por las puertas abiertas. -Puede que llueva durante horas. Tal vez deberíamos regresar y...- Hizo una pausa por la sorpresa cuando Decker la tomó del brazo y la hizo girar. -No huyas de mí, Dani,- susurró él, perseguirte.-
su expresión era intensa. -Voy a
-No estoy huyendo,- susurró ella mirándole la boca. -Sí-, gruñó él. -Lo haces-. Y luego hizo exactamente lo que ella quería y la besó.
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Capítulo 10 Una pequeña explosión estalló en la cabeza de Dani cuando la boca de Decker cubrió la suya. Ella no se resistió ni trató de alejarse. En lugar de eso, deslizó sus manos alrededor de su cuello y su boca se abrió para él sin ningún tipo de urgencia. Dani gimió cuando su lengua aceptó la invitación y la deslizó luchando con su propia lengua, mientras comenzó a llevarla hacia atrás con las manos en sus caderas, guiándola como si estuvieran bailando. Con los ojos cerrados, Dani se dejó guiar ciegamente, absorta en las sensaciones que surgían a la vida en cada rincón de su cuerpo. Se detuvo cuando sintió algo contra su espalda, y luego las manos de Decker empezaron a vagar. Cuando encontraron y tomaron sus pechos, ella se levantó de puntillas y se quejó dentro de su boca, y luego apartó la boca gritando sorprendida cuando él comenzó a amasarlos. Decker de inmediato agachó la cabeza para besar la curva visible de uno de sus senos por encima de su remera. Dani abrió los ojos y vio que su lengua se deslizaba por el borde de la parte superior, a caballo sobre la carne pálida, y luego se sumergía para lamer la hendidura entre sus pechos. Apretó y empujó uno de los senos un poco más y volvió besarlos a través de la tela. Ella gimió y cerró los ojos, se recostó sobre el fardo de heno contra el que él la había apoyado y sus manos se enredaron en el cabello de él. Dani sintió un tirón en el cuello de su remera, y abrió los ojos mientras él apartaba a hacia un costado el sostén para dejar al descubierto un pecho. Esta vez, cuando la boca de él se cerró sobre su pecho, no había nada entre ellos, y ella gritó y cerró otra vez los ojos, cuando su lengua recorrió el pezón, provocándole un pico de excitación. Tan pronto como había reclamado el pecho, Decker lo abandonó levantando la cabeza y cogiéndola con una mano por detrás del cuello la obligó a mantenerse erguida para otro beso. Dani lo hizo de buena gana, su respuesta fue entusiasta y apremiante, sus propias manos se escaparon del cabello de él y fueron hasta los hombros, y luego se deslizaron por sobre su pecho. Ella midió su gran extensión acariciando profundamente sus pectorales y luego fue hacia abajo, a través de su vientre duro y plano, antes de investigar sus pezones a través de la tela de la camiseta que hoy estaba vistiendo. Dani jugueteó ligeramente con sus uñas sobre esas pequeñas protuberancias excitadas, y se sorprendió cuando él gimió excitado dentro de su boca. Ella se sorprendió aún más cuando eso
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envió sacudidas de placer a través de su propio cuerpo, como si ella estuviera experimentando las caricias. Sintió las manos de Decker en la cintura, y después un tirón mientras él le sacaba la camiseta que estaba por debajo de sus pantalones cortos, por lo que no se sorprendió cuando de repente él la instó a apararse para quitarle la prenda por su cabeza. Él la dejó caer en el montículo de heno junto a ellos, e inmediatamente le desabrochó los ganchos del sostén. Dani se estremeció, la piel de gallina apareció en carne mientras sus pechos quedaban libres, y le quitó el sostén deslizándolo por los hombros y los brazos. Las manos de él ahora estaban cubriendo su piel expuesta, incluso antes de que el escaso encaje hubiera revoloteado para unirse a la camiseta. Dani tomó su cabeza y tiró de su rostro para poder besarlo nuevamente. Esta vez ella fue la agresora, metiendo la lengua entre sus labios y exhortándolo a que los abriera mientras él le acariciaba los pechos y los pezones. Decker lo permitió por un instante, y luego se hizo cargo del beso, obligándola a echar la cabeza hacia atrás mientras la encendía con su encanto hasta que ella jadeó intentado tomar aire y se aferró a sus hombros para permanecer erguida. Luego, la boca de él se apartó y fue hasta la garganta de ella, deslizándose ligeramente sobre la piel. Decker hizo una pausa para pellizcar y mordisquear brevemente su clavícula, haciéndola gritar y retorcerse, y luego continuó su camino hasta sus pechos. Él repartió su atención entre cada uno, lamió y succionó uno y luego hizo lo mismo con el otro, mientras sus manos se deslizaban y arrastraba los dedos por encima del vientre de ella. Dani contuvo el aliento por la sorpresa y los músculos de su estómago se contrajeron, pero atrapó las manos de él cuando llegaron a la cintura de su pantalón corto. Entonces Decker dejó resbalar el pezón de su boca y cuando levantó su cara con un gesto interrogante, ella bajó la suya para darle un beso. No era que Dani quería que él se detuviera, pero ella estaba allí de pie y sin ropa en la parte superior de su cuerpo, y él todavía estaba completamente vestido. Decker la besó, enderezándose cuando lo hizo, y Dani inmediatamente apoyó las manos en la parte inferior de su estómago. Ella cogió la tela de su camiseta
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entre los dedos y empezó a arrastrarla fuera de los pantalones vaqueros. Sentía la sonrisa de Decker en su boca y luego él la ayudó tirando de la tela y rompiendo su beso para inclinarse hacia atrás mientras ambos retiraban la prenda que luego fue a parar junto con la ropa de ella. Dani se acercó y presionó su boca contra uno de sus pezones para darle el mismo trato que él le había dado a los suyos. Decker gimió con placer, sus brazos se cerraron alrededor de ella, y sus manos acariciaron su espalda desnuda mientras ella continuaba haciendo lo suyo, y una vez más, ella se sorprendió cuando ese acto de placer también pareció rodar a través de ella. Atrapada en el momento, Dani no se detuvo a analizarlo y continuó con lo que estaba haciendo hasta que Decker reclamó de nuevo su boca. Su pecho desnudo ahora estaba contra ella, los vellos de su pecho rozaban y le hacían cosquillas en los pezones. Como estaba atrapada en sus besos, Dani no pensó que eso significaba que la otra mano había dejado de acariciarla y que se había ido hacia otro lado, hasta que sintió que se deslizaba entre sus piernas. Se sorprendió un poco, y luego gimió dentro de su boca mientras él frotaba su cuerpo contra sus pantalones cortos. Decker gimió en respuesta y luego bajó su mano, sólo para deslizarla por debajo del borde de los pantalones cortos de ella y la acarició, entre ambos sólo estaba la seda de sus bragas. Entonces gimieron al unísono. Dani movió sus caderas ante las caricias, ofreciéndose a él, y Decker de inmediato empujó la seda a un costado para tocarla apropiadamente. Ella empezó a chuparle frenéticamente la lengua mientras él la acariciaba una y otra vez, y luego ella bajó su mano para acariciarlo a través de sus pantalones vaqueros. Estaba duro, su erección presionaba contra la tela como si estuviera tratando de escapar, y Dani rápidamente dejó de tocarlo, le desabrochó los pantalones y le bajó la cremallera para que poder introducir su mano dentro de los calzoncillos y así encontrarlo. La excitación que crecía en su interior pareció duplicarse cuando Dani cerró la mano sobre el eje caliente y lo acarició, y a continuación Decker apartó la mano de nuevo. Esta vez ella no trató de detenerlo cuando le desabotonó sus pantalones cortos y luego le bajó las bragas.
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Decker, se puso en cuclillas, obligándola a que dejara de tocarlo mientras la ayudaba a apartarse y los lanzó hacia un costado, junto al resto de la ropa en la pila de heno. No obstante ello, él no se enderezó nuevamente, sino que se volvió para examinar lo que él había dejado al descubierto. Dani tuvo el repentino impulso de taparse con las manos, pero no tuvo la oportunidad de hacerlo cuando Decker le abrió las piernas y se inclinó para besarle la parte interna del muslo. -¡Oh!,- balbuceó Dani sin aliento, agarrándose de los fardos de heno detrás de ella para no caer. Se alegró de tener algo a lo que aferrarse cuando, a continuación, él le agarró una pierna por detrás de la rodilla y la pasó por encima de su hombro. Ella se quedó parada sobre una pierna, la paja ligeramente espinosa presionaba su espalda mientras él la besaba recorriendo un sendero hasta la piel delicada. Cuando llegó a la cima de sus muslos y le dio un beso allí, la pierna sobre la cual Dani estaba parada tembló y casi se aflojó. La mano de Decker inmediatamente la sostuvo mientras él pasaba la lengua por su carne tierna, y luego levantó esa otra pierna, la pasó por sobre su hombro y ella quedó sentada sobre sus hombros, frente a él y recostada en el heno para sostenerse, mientras él enterraba su cara entre los muslos, y alternativamente, la besaba, mordisqueaba, y envolvía el núcleo de ella con sus labios y su lengua. Dani echó atrás la cabeza y gritó con un sonido ululante mientras era asaltada por una ola tras otra de placer. Su cerebro se había desconectado y ella era pura sensación mientras se retorcía entre las manos de él y su cuerpo procuraba lo que quería. Entonces Decker puso sus manos en el trasero de ella, controlando la situación, y la obligó a permanecer inmóvil mientras le daba placer. Justo cuando ella creía que estaba a punto de alcanzar la satisfacción que ambos estaban buscando, de repente Decker dejó de hacer lo que estaba haciendo y giró con ella aún sobre sus hombros. Una de sus manos la sostuvo por la parte baja de la espalda mientras la tendía sobre el bulto de ropa que estaba sobre el montón de heno desparramado en el suelo delante de las balas. Dani logró hacer funcionar su cerebro lo suficiente como para maravillarse de lo fuerte que él debía ser para lograr hacer eso, pero fue todo lo que pudo pensar. Al instante siguiente, sus pensamientos se dispersaron cuando él
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comenzó de nuevo a darle toques ligeros con la lengua y luego hizo una breve pausa para succionarla antes de pasar la lengua por su centro de excitación. Cuando las manos de él se deslizaron hasta su estómago para encontrar sus pechos, Dani cubrió las manos de él con las suyas, y apretó sus pechos, incluso cuando él los apretaba. Esta posición le daba más oportunidad de moverse y así lo hizo, arqueó su espalda y balanceó sus caderas. Movió sus piernas sin descanso hasta que Decker se movió y aprisionó una de sus piernas con su cuerpo y luego le sujetó el otro muslo para abrirlo más y mantenerla en su lugar. Un momento después, esa misma mano bajó para reunirse con su boca, sus dedos la rozaron y luego los introdujo en su interior, y Dani se perdió. Ella gritó su nombre, su cuerpo se retorció salvajemente y arqueó la espalda por encima de la paja cuando el placer y la liberación explotaron dentro de ella. Ola tras ola la golpearon hasta que ella no supo donde terminaba una y comenzaba la otra, y luego ya no tuvo importancia, y Dani sintió que caía sobre el heno mientras su visión se debilitaba. Dani se despertó con los cantos de los pájaros en sus oídos, una visión del viejo granero polvoriento, las vigas que estaban encima de ella, y con una sonrisa como la del gato que se comió la crema. Se sentía absolutamente fabulosa, y por un momento, no se preguntó por qué. Y luego tuvo la necesidad de estirarse y comenzó a mover las piernas, sólo para descubrir que estaban aplastadas por algo pesado. Levantó la cabeza, y bajó su mirada recorriendo su cuerpo hasta encontrar a Decker acostado con las piernas sobre una de las suyas, su codo fijo sobre la otra, y el rostro enterrado en su regazo. Por un momento ella lo miró sin comprender, hasta que recordó cómo habían llegado hasta allí, y luego se dejó caer sobre el heno. -Ahora sí que te has ido y la hiciste, Dani McGill,- murmuró ella. -No sólo lo que casi hiciste en la camioneta, sino que verdaderamente rodaste sobre el heno...bueno una especie de …,- añadió con el ceño fruncido al darse cuenta de que había sido sólo una rodada a medias. Después de todo, Decker la había
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complacido, pero ella no había hecho nada por él, y al parecer el darle placer había tomado tanto de él que lo había noqueado inmediatamente después. Dani levantó la cabeza para mirarlo de nuevo. El hombre estaba muerto para el mundo. Exhaló un suspiro, cerró los ojos y sacudió la cabeza, pensando en que su vida estaba tan fuera de control... y en cómo iba a salir de debajo de Decker sin despertarlo. Dani no quería estar allí cuando él se despertara. ¿Cómo iba a enfrentarlo?. ¿Qué podía decirle?. ¿Gracias, Decker, fue maravilloso. Discúlpame por quedarme dormida sin retribuírtelo?.Diablos, pensó disgustada y luego se puso rígida cuando se oyó un suspiro y el peso caliente de la cabeza Decker fue retirado de entre sus piernas. Mordiéndose los labios, Dani levantó la cabeza y miró hacia abajo para encontrar la mirada somnolienta de sus ojos azul plata. -Hola,- dijo ella con voz débil e intentó sonreír. -Hola a ti también,- respondió Decker con un gruñido realmente muy sexy, y luego de pronto él subió por su cuerpo. Se recostó junto a ella recostando una pierna sobre la parte inferior de su cuerpo, movió una mano para dejarla descansar sobre el estómago de ella, y con la otra sostenía su propia cabeza mientras la miraba. -Discúlpame por haberme quedado dormida-, dijo Dani rápidamente, ruborizándose por la vergüenza, mientras se obligaba a pronunciar las palabras. -Tú no te dormiste,- dijo Decker, con una sonrisa cada vez mayor en su boca. Te has desmayado.La culpa de Dani huyó perseguida por la pura satisfacción masculina en su rostro. -Sí, bueno…,- empezó ella a decir con descontento, sólo para que él la interrumpiera. -Esa es otra señal de un compañero de vida.-¿Lo es?,- preguntó ella, relajándose un poco.
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Decker, asintió con la cabeza, la mano en su estómago empezó a moverse de manera más bien distraída. -El placer compartido es demasiado para que la mente pueda manejarlo al principio, y entonces el cerebro se desconecta.-Bueno... fue bastante impresionante,- admitió Dani tímidamente y luego hizo una mueca y dijo en tono de disculpa, -Pero no era exactamente compartido. Yo estaba recibiendo la mayor parte del placer.-No, no lo estabas-, le aseguró él a la misma vez. –Yo también lo experimenté. Es por eso que se llama placer compartido.-¿Quieres decir que tú...- Ella hizo una pausa, sin saber cómo decir lo que quería preguntarle. -Quiero decir que cuando hago esto...- Decker inclinó la cabeza para coger un pezón entre sus labios, sus dientes rasparon el botón y eso hizo que Dani cerrara los ojos mientras tenía un escalofrío por la excitación que despertaba de nuevo en su interior. Luego él levantó la cabeza liberando el botón, y gruñó: -Yo sentí el placer que experimentaste como si fuera mío. Fluye a través de ti hacia mí y regresa de nuevo, cada vez que hago esto…- él lamió el pezón en otra rápida caricia, enviando otra oleada de excitación a través de ella -…esto sucede una y otra vez…,- susurró. -Las olas se forman, rebotan y crecen vigorosamente hasta que la mente no puede soportarlo.Dani se obligó a abrir los ojos nuevamente y lo miró a la cara, advirtiendo que la plata había superado el azul de sus ojos. Ella acercó sus dedos a sus párpados para acariciarlos, pero sacudió la cabeza y dijo: -Yo no puedo creer que dejaste el sexo hace ochenta años, si era como lo que acabo de experimentar.Decker levantó sus cejas. -Así que el tío Lucian estaba en lo cierto, escuchaste cuando Justin y yo estábamos hablando,- dijo con ojos risueños -Lo siento,- murmuró ella retirando la mano, pero él la atrapó y se la llevó a la boca para besarle los nudillos.
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-Está bien,- le aseguró Decker. -Pero el sexo del que me di por vencido hace ochenta años no era así. Te lo dije, el placer compartido, es otro síntoma de ser compañeros de vida. Nunca lo había sentido hasta ahora.Dani sentía que el placer se abría camino a través de ella ante ese anuncio. Le hizo sentirse especial, y ella sonrió y murmuró: -Hombre, es casi suficiente para hacer que una chica quiera ser un vampiro así puede experimentar eso.Sus ojos brillaron por un instante, pero luego Decker dijo muy serio, -Eso me gustaría. Pero como sabes, no tienes que ser inmortal.- Cuando ella no pudo ocultar su confusión ante sus palabras, él frunció el ceño, -¿Seguramente tú experimentaste de lo que estoy hablando?Dani dudó y luego admitió que -Sentí algo extraño cuando estaba jugando con tus pezones y... er... cosas,- añadió ruborizándose al recordarse acariciando su erección, y luego se apuró a decir, -pero tú me hiciste detener rápidamente y el resto fue tan abrumador, que yo...-. Ella se encogió de hombros con impotencia. -Ah.- Decker se relajó un poco, pero parecía preocupado y luego le preguntó con incertidumbre, -¿Quieres probar para ver si lo experimentas?.Dani dudó. ¿Quería saber ella si realmente era su compañera de vida?. El experimentar lo que él acababa de describir sin duda la convencería. Pero entonces, ¿qué?, ¿Se casarían y vivirían felices para siempre como vampiros?. ¿Y cómo se suponía que se lo explicaría a sus padres?. Mamá, papá, me gustaría que conozcan a mi novio, el Conde Sexo Grandioso. Por otro lado, se dijo Dani a sí misma, se estaba muriendo por experimentar lo que él acababa de describirle. Por supuesto que no se refería a la pasión arrolladora que ya había experimentado, aunque sería bueno volver a sentirla, pero lo fascinante era la parte de darse placer mutuamente. Pensó que sin duda, eso se debía su curiosidad científica, y casi bufó en voz alta por su propia mentira. -No importa,- dijo Decker de repente. -Vamos a averiguarlo eventual….- Las palabras terminaron en un jadeo cuando Dani le respondió en silencio y tomó
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su pene. Al principio estaba blando y fláccido, pero se infló como el chaleco salvavidas de un avión ante su contacto. Ella apenas lo notó, Dani estaba demasiado distraída por el choque de excitación que se disparó a través de ella. Pasó tentativamente la mano sobre su pene en varias ocasiones, eso envió más ondas de choque a través de sí misma mientras la primera retrocedía y se deshacía, y supo si dudarlo, que ella estaba experimentando esa cosa del placer compartido. Como tenía los ojos cerrados, se sobresaltó cuando de repente, la boca de Decker cubrió la de ella, pero fue un buen sobresalto y abrió sus labios con impaciencia para recibirlo, mientras su mano seguía acariciando su eje, que ahora estaba duro y enhiesto, aumentando constantemente la excitación compartida. Pero no era suficiente, ella quería más, y se apretó contra su pecho con la mano libre mientras giraba su cabeza, rompiendo el beso. Cuando Decker levantó la cabeza, Dani lo instó a irse hacia atrás haciendo que se sentara mientras él dejaba que ella lo empujarlo hacia abajo. Esto era como una droga y ella quería más. Quería experimentar la sensación del engranaje sobre la muesca. En el momento en que él yació de espaldas, Dani se arrodilló y se inclinó para coger la punta de su miembro con su boca y luego gimió junto con él mientras su boca continuaba el camino descendente al igual que su mano, enviando oleada tras oleada de placer a través de ellos. Fue la cosa más increíble que jamás había experimentado, y la instó a continuar haciéndolo. Dani realmente podía sentir lo que era mejor para él, sabía qué debía lamer, pellizcar, o dónde chupar y a qué velocidad tenía el mayor impacto. Sus tempranos sentimientos de culpa al pensar que sólo Decker le había dado placer, se alejaron como un pañuelo de seda mientras ella lo lamía con su lengua. Él había experimentado el placer y la excitación junto con ella, así como ahora ella experimentaba su ascendente pasión. ¡Era sorprendente!, pensó ella débilmente, y luego perdió la capacidad de pensar, cuando la mano de él se deslizó sobre su trasero y la parte posterior de su muslo, antes de sumergirse para encontrar su propio centro de placer. Ahora
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ella era bombardeada por ambos lados, tanto por el placer que ella le estaba dando, como por el que él le estaba dando a ella, y no pasó mucho tiempo antes de que ambos gritaran por su liberación y las luces de desvanecieran de nuevo. Dani se despertó con un leve suspiro y una sonrisa, y con la cabeza entre las piernas de Decker. Ella miró el pene que dormía delante de sus ojos y podría haber besado su cabecita. Se sentía muy cerca del pequeño individuo, y no sólo porque estaba a un centímetros de su nariz. Dani tenía la sensación de que iban a ser buenos compañeros. Una mano corriendo por su muslo la distrajo de los pensamientos de su nuevo mejor amigo, y Dani se obligó a moverse. Se sentó y se dio vuelta para dar un vistazo a Decker. No podía dejar de sonreír aunque lo hubiera querido, y cuando él le devolvió la sonrisa, de repente exclamó: -¡Vamos a hacerlo otra vez!.-
-¿Hola?.Decker parpadeó abriendo los ojos y levantó ligeramente la cabeza para mirar a su alrededor. Le tomó un momento para que su mente somnolienta y todavía aturdida se diera cuenta de dónde estaba, y luego reconoció que el peso sobre su pecho era Dani, y la memoria regresó precipitadamente. Estaban en el último puesto en la parte trasera del establo, el que tenía el heno . Decker había insistido en llevar la fiesta allí después de la tercera vez que se desmayaron. No había querido que los atraparan estúpidamente en el heno, en el espacio abierto del frente del establo, si alguien venía mientras estaban inconscientes. Tampoco quería que alguien entrara y los viera desnudos mientras estaban despiertos. Así que, cuando se despertaron después de finalmente hacerle el amor por primera vez, él había recogido la ropa y la llevó hasta allí, donde al menos tendrían un poco de intimidad.
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-¿Hola?.La segunda llamada sonaba un poco más cerca, y esta vez Decker reconoció la voz de Sam. Ya era hora de moverse. Apartó a Dani de su pecho, provocando que ella lanzara un pequeño suspiro y gimiera. A continuación, agarró sus pantalones vaqueros y la camiseta y se los puso rápidamente , tratando al mismo tiempo de permanecer agachado y fuera de la vista. Cuando lo logró, Decker se apresuró a deslizarse en el establo antes de que Sam pudiera llegar al puesto y descubrirlos. -¡Oh, Decker!.- Sam se detuvo a mitad del establo y él le sonrió mientras caminaba rápidamente para reunirse con ella. -Vi que las puertas del establo estaban abiertas mientras conducía y vine a ver lo que estaba sucediendo. Es demasiado pronto para que ustedes estén afuera vagando por los alrededores y pensé que Dani podría estar aquí.Decker, miró su reloj de pulsera, advirtiendo que eran las seis y media de la tarde. Los hombres probablemente estaban levantados, pero tal como ella había sugerido, evitarían salir hasta más tarde. -Yo iba a preguntarle a Dani si quería ir de compras conmigo,- agregó Sam. -Oh, sí, pero... ella está...eh…- Decker dudó, sin saber muy bien qué decir. -¿Está indispuesta?, - sugirió Sam, inclinando ligeramente la cabeza hacia un lado mientras lo miraba. -¿Eso que tienes en el cabello es paja?.Decker se lo quitó de la cabeza pasándose rápidamente los dedos por el cabello mientras murmuraba: -Yo estaba tomando una siesta.Sam asintió con la cabeza, pero luego le preguntó: -¿Por qué te has puesto la camiseta de Dani?.-Yo no…,- comenzó él a decir, pero miró hacia abajo para ver que realmente llevaba la camiseta blanca de Dani, y la tela estaba estirada como el infierno. Le había parecido que se sentía ajustada cuando se la había puesto.
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-Me voy adentro-, agregó Sam, que ahora apenas podía ocultar su diversión. Sam se alejó sacudiendo la cabeza y se dirigió a la puerta. -Pregúntale si le gustaría ir de compras. Si es así, me voy en unos veinte minutos. Eso debería darle tiempo si quiere darse una ducha rápida. Eres bienvenido a unirte a nosotras también,- añadió ella mientras salía del edificio. Decker se quedó mirando a la mujer y suspiró. Y tanto que había hecho para ser discreto. -¿Decker?.Se dio vuelta cuando la cabeza de Dani apareció por encima del puesto. -¡Oh, ahí estás!,- dijo ella sonriendo cuando lo vio. -No puedo encontrar mi camiseta. ¿Tú la ...?. Dani hizo una pausa, y abrió más lo ojos mientras él regresaba caminando a lo largo de los puestos. -¿Esa es mi camiseta.?.-Sí-, admitió Decker en un murmullo cuando volvió a entrar en el puesto para encontrarla de pie, con los pantalones cortos, el sujetador en la mano, y por lo menos media docena de pedazos de paja que sobresalían en diferentes direcciones de su cabello enredado. -Sam vino a buscarte para ver si querías ir de compras. Me vestí rápidamente para impedir que continuara buscándonos y me puse tu camiseta por error. Lo siento,- agregó, aunque sonó ahogado mientras tiraba de la prenda por encima de la cabeza. -Aquí está.Decker se la ofreció, pero Dani estaba demasiado ocupada riéndose como para cogerla, lo que aumentó su descontento hasta que se dio cuenta de la manera en que sus senos estaban rebotando. El ceño fruncido desapareció de su rostro mientras sus ojos se fijaban en los dos objetivos en movimiento. -Oh, no,- dijo Dani de repente, y su risa murió. -No me mires con esos ojos brillantes plateados, Sr. Pimms. Tenemos que parar ahora, quiero ir de compras. En realidad lo necesito, ahora que has estirado mi camiseta,- agregó ella deslizando su sostén hacia atrás y acomodándolo hacia arriba. Decker permaneció en silencio, viendo cómo sus pechos aumentaban ligeramente mientras ella realizaba la maniobra, y apenas oyó sus palabras
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cuando ella añadió: -Además, por lo menos debe ser pasado el mediodía, y quiero saber si el teléfono llegó mientras estábamos aquí metidos.-Seis-, dijo Decker en forma ausente, sus ojos viajaban a través de su cuerpo mientras ella terminaba con su sostén y agarraba la camiseta de sus manos. -¿Seis qué?,- preguntó Dani distraídamente mientras se embutía la prenda por sobre su cabeza. -Ya pasaron las seis,- explicó. -Sin las seis y media en realidad.-¿Qué?,- chilló ella cuando su cabeza asomó de la línea del cuello de la camiseta y lo vio. Ella entonces se detuvo y lo miró con los ojos abiertos y luego dijo con incertidumbre, -Estás bromeando.Decker sacudió la cabeza, estaba un poco sorprendido por su conmoción. -Dani, hemos hecho el amor por lo menos diez veces,- señaló, agregando que había sido en varias posiciones interesantes e innovadoras que nunca había imaginado. Decker creía que había hecho todo antes de que el sexo se le hiciera demasiado aburrido para molestarse en hacerlo, pero Dani ha sido muy creativa, sobre todo con una silla de montar. Ella alzó las cejas sorprendida. -¿Tantas?. Todo quedó como en una neblina para mí después de la quinta vez.- Sacudió la cabeza y terminó de ajustarse la camiseta, murmurando, -Tú debes de tener una bomba de Viagra donde debería estar tu corazón.-Es esa cosa de los compañeros de vida,- le informó Decker. -Deduzco que la mayoría de los compañeros de vida son insaciables cuando se encuentran.Dani no hizo comentarios. Estaba mirando con el ceño fruncido hacia su camiseta por la nueva forma que Decker le había dado. Se había estirado tanto que el escote era casi indecente, y caía como una blusa en vez de ajustarse a su cuerpo como antes. Chasqueó la lengua, tiró del cuello tratando de hacerlo más aceptable, y dejó un hombro al descubierto para que al menos no revelara las copas de seda de su sostén. A continuación, anudó el extremo inferior a la
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altura de la cadera, haciéndolo parecer algo del estilo de los años ochenta. Dani aparentemente decidió que era lo mejor que podía hacer, y luego trató de correr y esquivarlo para salir del puesto, pero él la agarró del brazo, la obligó a detenerse. -Decker, déjame ir,- se quejó ella. -Tengo que ir a ver si trajeron el teléfono.-Tienes paja en el cabello-, dijo él con exasperación y rápidamente le sacó las pajas y luego trató de acomodarle de algún modo la mata salvaje de pelo, para no se sintiera completamente humillada si alguien la veía. Luego Decker tomó el rostro de ella entre sus manos y le dio un beso en los labios impacientes antes de liberarla. -Gracias,- murmuró Dani, y corrió hacia la puerta como si temiera que él pudiera empezar a cautivarla con sus encantos... y que ella pudiera responderle a pesar de sus preocupaciones del momento. No es que fuera una idea tonta. El cuerpo de Decker estaba más allá de la saciedad, y sin embargo, el olor de ella cuando él se había acercado y el verla medio desnuda, había sido suficiente para despertar un poco a Decker. Había estado en apuros para mantener el beso que le había dado, como un beso rápido, y no se le había escapado el modo en que brillaban de deseo los ojos de ella antes de que saliera corriendo. Definitivamente eran compañeros de vida. Suspirando feliz, Decker se inclinó para tomar su camiseta y se la puso mientras iba detrás de ella.
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Capítulo 11
-Lo siento, tardamos mucho, -gritó Dani, corriendo hacía la pequeña mesa en el patio de comidas donde Sam estaba sentada esperando pacientemente. Aliviada, dejó caer la media docena de bolsas de compras que llevaba. -Decker insistió en que necesitaba algo más que camisetas, pantalones cortos y ropa interior y me hizo probar montones de ropa.-Eso está bien, yo acabo de llegar, -dijo Sam -cuando Dani finalmente se ubicó en el asiento frente a ella. -Sólo me había propuesto conseguir más sábanas para las camas ahora que todos estamos en la casa. Luego me di cuenta de que la media docena de toallas que agarré de mi casa ayer por la noche no iban a durar mucho tiempo, y luego pensé en ropa blanca para la cocina, y... -Ella se encogió de hombros con ironía. -Un vendedor me ayudó a llevar todo al coche. No hace ni dos minutos que conseguí un café y me senté.Dani asintió con la cabeza y preguntó: -Supongo que nadie llamó desde la casa para decir que mi teléfono estaba de vuelta.-No,– dijo Sam seria. –Te hubiera buscado y te lo hubiera dicho.Dani asintió. Después de correr desde el establo a la casa y ver que su teléfono aún no había sido devuelto, había aceptado salir de compras a regañadientes. No es que ella no hubiera querido ir, pero temía que el teléfono fuera a llegar al minuto en que se fuera. Sin embargo, después de que Mortimer se comprometió a llamar a Sam en el momento en que llegara, Dani había permitido que Decker la metiera en la ducha y luego en el coche de Sam, para ir al centro comercial. Se habían dividido al llegar al centro comercial, Sam fue en busca de ropa para la casa, ella y Decker fueron a comprar un par de conjuntos de repuesto. Por lo menos ese había sido el plan de Dani, hasta que Decker vio la pequeña bolsa de artículos que había comprado. Inmediatamente insistió en que necesitaba más ropa que eso. A continuación, había insistido en que ella se probara para él, cada artículo y modelo antes de comprarlo.
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El asunto la había dejado molesta y nerviosa hasta Decker se deslizó en el camerino para "ayudarla" a salir del conjunto anterior. El aire acondicionado del centro comercial estaba obviamente a toda marcha porque los pezones de Dani todavía estaban erectos desde que el aire fresco la había asaltado cuando se había despojado de la ropa. Se estremeció y fingió hacer aspavientos revolviendo una de las bolsas al recordar lo que él había hecho con ella en esa pequeña habitación. Había tenido que taparse la boca con la mano para amortiguar sus gritos excitados en el momento en que finalmente él la puso en su regazo en la silla en el rincón y se introdujo en ella. Había sido terriblemente excitante. Cuando se despertó enredada con él en el suelo, se movió desde la inconsciencia por los golpes en la puerta de la vendedora, que le preguntaba en voz alta si se encontraba bien, aunque tal vez excitante no fuera la palabra adecuada para esa parte. Pánico inducido probablemente encajaba mejor. Dani no creía que su corazón fuera a sobrevivir a esto... lo que fuera que tenía con Decker. El hombre era insaciable... y así era ella con él. Si continuaban así tendrían un ataque al corazón. -¿Dónde está Decker?, -preguntó Sam, sacándola de sus pensamientos. Dani hizo un gesto vago hacia los restaurantes que los rodean y lo buscó pero no pudo ubicarlo. –Fue a buscarnos un par de copas, mientras yo traía las bolsas y te hacía saber que estábamos aquí.Sam asintió con la cabeza y luego le preguntó -¿Cómo estás?.-Estoy bien,- respondió Dani en voz baja. –Estoy preocupada por Stephanie, pero Decker, sigue tratando de tranquilizarme diciéndome que ellos van a recuperarla y hace todo lo que puede para distraerme.Dani se sonrojó cuando lo dijo, sintiéndose culpable, porque una vez que habían estado en el establo su mente había estado un poco distraída con las revelaciones de Decker y luego por el hombre en sí. Había pensado en su
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hermana varias veces en el establo y desde entonces, pero todo lo que bastaba era que Decker la tocara o la besara para desechar la preocupación de su mente. Había algo de malo en eso, pensó con tristeza. Este asunto del placer compartido de los compañeros de vida era como una droga y era adictivo como el infierno. Ya estaba deseando que él se diera prisa y llegara a la mesa para poder verle y tocarle. -Es bastante malo, ¿no?,- dijo Sam de repente, viéndola de cerca. Dani forzó una sonrisa. –El que Stephanie haya sido secuestrada es bastante mal en sí mismo, pero que lo haya sido por este animal, es ...- Sacudió la cabeza por la impotencia, tratando de no pensar en lo que su hermana podría estar pasando. -Yo no me refería a eso, a pesar de que también es malo,- dijo Sam, cuando Dani se volvió hacia ella. -Me refiero a este asunto del compañero de vida. Mortimer y yo no podemos mantener nuestras manos alejadas del otro. -Sacudió la cabeza. –Nunca experimenté algo como esto. Es como una locura temporal.-¿Así que no sólo a Decker y a mí nos afecta de esta manera?,- preguntó ella aliviada. -¡Oh, Dios mío, no!.- dijo Sam con firmeza. -Parece que todos los compañeros de vida están… bueno...-Deambulando como perros calientes con sus perras, -sugirió ella con ironía. Sam se echó a reír, pero asintió con la cabeza. -Yo iba a decir salvajemente absorbidos uno por el otro, pero tu descripción es más adecuada.Dani sonrió levemente. -Me da vergüenza admitirlo, pero es realmente una buena cosa que Lucian nos asignara a revisar el área de Penetanguishene en vez de la zona donde Decker te encontró o si no todavía estarías en las garras de los renegados. Mortimer y
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yo fuimos bastante inútiles durante la búsqueda. No podía pensar con claridad por querer tocarle, y él no estaba mejor. Me sorprende que aún estemos vivos, o por lo menos que yo lo esté, después del accidente de coche, probablemente a él no lo habría matado. – Sus mirada se tornó pensativa, y Sam murmuró: Todavía no sé cómo él eludió el Toyota.-¿El Toyota?,- Dani no pudo resistirse a preguntar. Sam parpadeó y enrojeció por la pregunta, luego suspiró y admitió: -Nos dejamos lleva un poco en un momento... -Sus labios se torcieron por la culpa, cuando admitió, -Bueno, nos dejamos llevar mucho y pasamos una buena parte del tiempo estacionados a un costado de la carretera, balanceando la camioneta en vez de hacer lo que se supone que estábamos haciendo, pero el incidente con el Toyota es diferente. -Cerró los ojos, se veía consternada por lo ocurrido, y luego exclamó: -Estábamos conduciendo por la autopista y sólo me acerque para poner mi mano sobre su pierna…tú sabes, en forma afectuosa.Ella hizo una mueca. -Lo siguiente que debes saber es que sus pantalones estaban abajo y yo estaba en su regazo.Las cejas de Dani se elevaron hasta la frente. Su tono era seco cuando ella sugirió: -Yo recomendaría que ninguno de los dos conduzca mientras que el otro esté en el vehículo hasta que lo peor de lo presente haya pasado.- Sam hizo una mueca de dolor, se frotó su espalda, y agregó: -Es probable que todavía tenga la huella del volante en la espalda. Sé que voy a estar golpeada por un largo tiempo.Dani se dejó caer en su asiento asombrada. Eso definitivamente superaba lo de Decker y ella rodando en la parte trasera de la camioneta mientras que Justin conducía. ¡Dios mío!, si Sam y Mortimer ni siquiera pudieron encontrar el sentido para detenerse antes de que ella se arrastrara en su regazo, ¿qué posibilidad había tenido ella?. -Eso es demasiada información, ¿no?,- Sam dejó caer su rostro entre las manos como escondiéndose.
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-No.- Dani se acercó para tocar su brazo y tranquilizarla. -Me alegro que me lo dijeras. Me he sentido terriblemente culpable mientras disfrutaba de Decker y Stephanie está en algún lado sufriendo Dios sabe qué. Siento que debería estar haciendo algo para encontrarla y en lugar de eso…-No debes sentirte culpable. No hay nada que puedas hacer, -le aseguró Sam firmemente, alzando la cabeza. -Por lo que sé, Mortimer y Lucian piensan que tu teléfono es la mejor oportunidad que tenemos en este momento.-¿Lo creen?,- preguntó ella sorprendida. Sam asintió con la cabeza. -Tratar de encontrarlos cuando él no quiere ser encontrado, especialmente en una ciudad del tamaño de Toronto, es como buscar una aguja en un pajar. Y ni siquiera están seguros de que aún se encuentren en Toronto. Mortimer dijo que tu teléfono y Nicholas son realmente la única oportunidad que tenemos de encontrar a Stephanie y al hombre que se la llevó.Dani frunció el ceño. -Decker sigue tratando de decirme que no cuente con Nicholas.Sam pensó en eso y dijo lentamente -Probablemente tiene miedo de darte esperanzas y que luego tengas una gran caída si Nicholas te falla.-Tal vez,- murmuró Dani, y luego se encontró con la mirada de aquélla y le dijo: -Supongo que ellos solían ser muy cercanos. Es que me pareció que Decker estaba más cerca de Nicholas que de sus propios hermanos. También eran compañeros.-¿Lo eran?,- le preguntó Sam sorprendida. -Mortimer no me lo mencionó.Dani estaba en silencio, pensaba en la posibilidad de que Decker pudiera estar manteniendo las esperanzas de ella bajas, para mantener también así las suyas propias. Estaba bastante seguro de que él había quedado devastado por el hombre que se convirtió en un renegado, y no creía que fuera sólo porque se
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culpaba por dejarle escapar. Ella sabía que estaría terriblemente perturbada si alguien de su familia hubiera matado a alguien. -Creo que no me sorprende,- comentó Sam. Dani levantó la mirada en blanco. Había estado tan distraída por sus pensamientos que había perdido el hilo de la conversación. -El hecho de que eran más cercanos que con sus hermanos,- explicó Sam. -Y no es porque fueran compañeros.-Oh.- Dani inclinó la cabeza con curiosidad. -¿Por qué es?.-Bueno, por lo que Mortimer me dijo, todos los hermanos deberían tener por lo menos cien años de diferencia. Esa es bastante diferencia de edad,-señaló. Quiero decir, conozco personas con hermanos o hermanas, tan sólo con diez años de diferencia y apenas se puede decir que estén relacionadas. No me puedo imaginar tener uno de cien años de edad.Dani se encogió de hombros. Era la hija mayor de su familia, tenía quince años más que Stephanie, que era la más joven, pero eran cercanas. Ella había sido su niñera cuando Stephanie era una niña, y ahora que era mayor, a menudo había terminado en sus fiestas de pijamas, o la llevaba de compras. Sabiendo que sus pensamientos se deslizaban peligrosamente cerca de la preocupación y el miedo que sentía por su hermana, y que un patio de comidas de un centro comercial no era un lugar para dejarlos sueltos, apartó los pensamientos a un lado y miró a Sam: -Decker dijo que eres mortal.-Sí. Yo no estoy lista para transformarme,- admitió ella en voz baja. Supongo que lo estaré algún día, pero por ahora estoy feliz dando zancadas en ambos mundos.Dani alzó las cejas. -¿Podemos transformarnos?.¿Te refieres a ser inmortal?.-
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-Claro que sí. Tengo entendido que sólo se requiere una transferencia de los nanos que transportan en la sangre a otra persona.- Sam frunció el ceño. -¿No te lo dijo Decker?.-No,- dijo ella, y Sam le dio unas palmaditas en el brazo. -Él -dijo ella con certeza -probablemente trata de no abrumarte con demasiada información a la vez.Dani asintió con la cabeza, pero pensó que era posible que simplemente no hubiera pensado en ello todavía. Las explicaciones le habían llegado fragmentadas desde que se habían encontrado, un poco aquí, un poco allá. Incluso, él podría no ser consciente de lo que había dejado fuera. No importaba. Ella no estaba realmente interesada en la idea de convertirse. En teoría sonaba bien. ¿Quién no querría ser joven y saludable para... bueno... posiblemente para siempre?. Sonaba bien hasta que pensabas en renunciar a todos los demás que amas, además de la carrera donde pusiste tu corazón y alma durante diez años. No, no tenía interés en cambiar, pensó Dani. Pero tal vez también podría vivir a horcajadas entre ambos mundos y aplazar el cambio como Sam. La posibilidad le hizo mirar a Sam y preguntarle: -¿Es difícil?.-¿Qué?.-Ser una mortal con un compañero inmortal,-explicó. -No es tan difícil,-dijo Sam con ironía y, a continuación señaló: -Pero no hemos estado juntos mucho tiempo.Antes de que Dani pudiera preguntarle cuánto tiempo, Decker llegó a la mesa. -Aquí están,- dijo él, deslizándose en el asiento junto a ella y poniendo una bandeja con una montaña de comida en la mesa. -Esto es para ti.- Puso el café que había pedido sobre la mesa delante de Dani. Y esto... y esto... y esto... y...-
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-¡Dios mío, Decker, no puedo comerme todo eso,- dijo Dani consternada mientras contemplaba la hamburguesa con queso, patatas fritas y donas que había puesto delante de ella y luego miró hacia el helado de chocolate que él estaba añadiendo al creciente montículo. Había otro de pila de lo mismo en una bandeja para él, además de dos panes de pita, dos porciones de pizza, y dos platos con pollo. Parecía que el hombre había ido a casi todos los restaurantes del centro comercial. - No estaba seguro de lo que era bueno, así que hice una selección. Sólo come lo que quieras,- dijo él despreocupadamente, cogiendo una porción de pizza y mordiéndola. Con el rostro concentrado, Decker masticó el bocado de comida y luego asintió con la cabeza cuando lo tragó. -Esto es bueno, mucho mejor que esas hamburguesas. Debes probar esto.Él empujó la hamburguesa con queso de ella a un costado para hacer sitio, puso otro plato con una porción de pizza delante de ella, y luego la tomó y la sostuvo delante de la boca de ella, animándola: -Pruébalo.-Yo…-Dani estaba a punto de decirle que ella conocía a qué sabía la pizza, pero se encontró con la boca llena con el extremo de la porción cuando Decker aparentemente se propuso la tarea de alimentarla. -Muerde,- le ordenó. Dani giró los ojos y Sam rompió a reír. Al ver lo ridículo de la situación, ella curvó sus labios en una sonrisa mientras masticaba la comida. -Ves, te dije que te gustaría,- dijo Decker, tomando nota de su sonrisa. Dejó la pizza en el plato para que ella continuara alimentándose por sí misma y volvió su atención a su propia comida. Tragando el bocado que tenía la boca, Dani notó que Sam miraba la comida y dijo: -Sé mi invitada. No puedo comer todo esto.Decker asintió con la cabeza. –Adelante Sam, hay un montón para todos.-
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La mujer tomó uno de los platos de pollo, diciendo: -No debería tener hambre. Cené en mi escritorio mientras examinaba las declaraciones juradas de mi jefe, pero he estado utilizando una gran cantidad de energía últimamente.Dani sonrió levemente por su tono apesadumbrado, sospechando que sabía exactamente cómo había estado utilizando la energía, y luego preguntó con curiosidad -¿Trabajas en un bufete de abogados aquí en Toronto?.-Sí. Aunque no por mucho tiempo. Les he dado mi notificación. Dos semanas más y seré libre,- dijo ella sonriendo, y luego agregó. -En realidad, ahora son dos semanas menos un día.Dani sonrió ante su sonrisa de satisfacción. -Decker me dijo que administrarás la casa de los ejecutores con Mortimer. ¿Cuánto tiempo hace que ustedes dos están juntos?.-Nos encontramos hace un poco más de dos semanas,-admitió Sam, y luego suspiró y añadió: -Tenía la esperanza de él viniera con nosotros esta noche, pero tiene mucho que hacer para lograr organizar las cosas en la casa, él no podía.Dani asintió con simpatía, pero su mente estaba en el hecho de que Sam en realidad no tenía mucha más experiencia en este asunto de los compañeros de vida que ella. Lo encontró un poco decepcionante. Ella esperaba que Sam pudiera decirle cuánto tiempo tendría que esperar hasta poder manejar esta necesidad por Decker. Seguramente no podrían mantener este nivel de apetito del uno por el otro para siempre. La pasión era agradable, pero toda esa necesidad que la consumía era algo abrumador. También dificultaba los procesos mentales, empujaba la preocupación por su hermana fuera de su cabeza, y después terminaba dejándole con un sentimiento de culpabilidad. Sin duda, tenía que tranquilizarse en algún momento, ¿no?. Dani no lo sabía, y dudaba que Sam pudiera responder a la pregunta. Supuso que tendría que preguntarle a Decker cuando volvieran a la casa. Conversaron un poco mientras comían, pero terminaron rápidamente, deseosos de completar su expedición de compras. Dani quería volver a la casa y Sam parecía igualmente ansiosa por volver. Dani sospechaba que era porque quería
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ver a Mortimer, algo que ella podía entender completamente, pensó Dani mientras se levantaban para dejar la mesa y Decker la tomó de la mano. Sólo ese simple toque bastó para mandar un escalofrío por su brazo, y eso le hizo pensar que él iba a ser un hombre difícil de dejar. No es que ella estuviera segura de que tuviera que hacerlo, pero Dani no había tenido mucha oportunidad de examinar la cuestión. ¿Cómo funcionaría esta relación con su vida?. Ella era médica, había trabajado duro para convertirse en una. Dani tenía una práctica floreciente y concurrida, y hasta ahora había pensado que tenía una vida completa, y estaba mayormente que feliz con ese estado de cosas. Sin embargo, por lo que había aprendido, tendría que abandonarlo todo para tener a Decker. Al menos en diez años o menos. De pronto Decker tiró de Dani, haciendo que ella tomara conciencia del hecho de que casi había chocado con otro comprador al no mirar por dónde iba. Dándose cuenta de que no era ni el momento ni el lugar para preocuparse de todo aquello, murmuró: -Gracias- a Decker por prevenirla de la colisión, y luego comenzó a prestar atención por dónde iba. -Oooh, me encantan éstas.Decker levantó la cabeza del paquete que contenía algo llamado anillos de camarones que había estado examinando con interés, y miró hacia donde Dani se inclinaba sobre una sección del área de alimentos congelados. Ella se volvió hacia Sam, diciéndole: -Estos son tan buenos.-Lo sé ,- estuvo de acuerdo Sam. -Me encantan. Mezclas una ensalada para acompañarlos y tienes una comida. Son excelentes. Será mejor que cojamos un montón de ellos.Dani asintió con la cabeza y colocó la caja en el carro que llevaba, luego se volvió para agarrar varias más. -La mejor parte es que son saludables y para hacerlos sólo basta diez minutos en el tostador.-
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Decker estaba a punto de devolver la caja que tenía en la mano, pero de repente se detuvo cuando Dani se enderezó y se volvió hacia Sam con el ceño fruncido. -¿Hay tostador en la casa?.Vi un horno de microondas, pero…-No,–murmuró Sam. -No sólo no hay tostador, no hay ollas o bandejas o platos o cubiertos.No fue necesario que Decker viera la consternación en el rostro de Dani para darse cuenta de lo que eso significaba. Parecía que después de esta, había que ir a otra tienda a comprar. O al menos pensaba que significaba eso hasta que Dani se volvió y dejó las cajas que acababa de recoger. En el momento en que ella terminó, Sam tomó el carro y se dirigió en dirección a él. Dado que las chicas ya habían cubierto esta sección, suponía que iban a regresar por él para poner en el carro lo que él había elegido y procedió a hacerlo, levantando las cejas sorprendido cuando Dani inmediatamente lo sacó del carro y lo puso de nuevo en el lugar de donde había sido sacado, mientras Sam pasaba junto a él. -Hey!,- protestó Decker. -Yo quería eso.-Cogeremos algunos más tarde, le aseguró Dani y se apresuró a ir tras Sam. Él permaneció tras ellas, viendo cómo las mujeres eliminaban varios artículos del carro y los devolvían al lugar de donde los habían encontrado, y luego movió la cabeza asombrado y se movió para unirse a ellas. -Damas,- dijo al llegar junto a ellas. -Parece que tienen el concepto de las compras un poco confundido. Creo que se supone que se ponen los artículos en el carro, no que se los saca.-Necesitamos ollas y sartenes y cosas para cocinar, - le explicó Dani, dejando una caja de pollo congelado en el congelador. -¿Y?, - preguntó Decker , no viendo cuál era el problema. -Después de esto, paramos en una tienda y compramos algunos.-
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-No podemos,- le informó Sam. -Hace mucho calor y no tenemos un refrigerador. La comida se pondrá en mal sentado en un coche cerrado mientras compramos las otras cosas.-Oh,- murmuró él, dándose cuenta de cuál era el problema. Habían llegado al centro comercial en el coche de Sam en lugar de hacerlo en una de los todo terreno, que tenían un refrigerador en su interior. Hizo una mueca y luego hizo otra cuando su mirada se deslizó por el carro casi lleno. Llevaría una eternidad poner todo de vuelta. -¿No podemos dejar el carro aquí y….-No. -Las dos mujeres gritaron la palabra horrorizadas cuando se volvieron hacia él. -Decker,- dijo Dani, como si le hablara a un niño no muy brillante. -La comida también se estropeara aquí, puesta en un carro. Especialmente los alimentos congelados, el helado se derrite y…-Vale, vale, me hago una idea.- Él miró a su alrededor. Detectando un empleado con el uniforme de la tienda, en la plataforma de carga cerca del mostrador de la carne, Decker se deslizó en su mente y lo hizo venir. -¿Qué estás haciendo?,– le preguntó Dani con desconfianza y los ojos entrecerrados. -Consiguiéndonos un poco de ayuda para ahorrar tiempo,- respondió él. Cuando el trabajador de la tienda se acercó al carro, Sam se apartó de su camino, mirándolo sorprendida mientras él en forma silenciosa empezaba ocuparse de devolver los alimentos del carro. -Aquí.- Decker atrapó a cada una de ellas por el brazo y las condujo hacia afuera. Se dio cuenta que Dani miraba con aire de culpabilidad hacia el empleado de la tienda, pero no eso no demoró su paso. -¿Dónde podemos comprar lo que necesitan?, -les preguntó en tono serio mientras se apresuraban a salir de la tienda.
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-La tienda por departamentos tendrá todo, –respondió Sam con prontitud. Está arriba y a la derecha, en el otro extremo del centro comercial.-
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-Por supuesto que lo está,- dijo secamente Decker, y se apresuró a continuar la marcha. Era demasiado pensar que casi habían terminado, pensó con ironía, totalmente seguro de que las mujeres se eternizarían en la tienda por departamentos. Decker pronto se enteró de que estaba equivocado. Dani y Sam parecían tan ansiosas por realizar la tarea y salir, como él lo estaba, y se encontró a sí mismo empujando el carrito a paso rápido, mientras ellas apilaban las cosas. Vio volar en el carro platos y cubiertos, ollas y sartenes, a una velocidad casi vertiginosa. Hubo poco alboroto o discusión. Caminaban por el pasillo, sus ojos escaneaban las opciones y, a continuación, una decía, - Esos se ven bien, lindos o de buena calidad- según el producto, y la otra por lo general estaba de acuerdo. Parecía obvio que las mujeres tenían un gusto muy similar. Decker no se sorprendió. Ambas eran más o menos de la misma edad y profesionales. Sospechaba que se convertirían en buenas amigas con el tiempo. -Ésta parece la mejor del lote, -dijo Dani al leer el costado de la caja que contenía una cafetera. -Tiene un temporizador, apagado automático, y las funciones. Frunció el ceño y luego miró a Sam agregando con incertidumbre, -Aunque es algo cara.Sam se acercó a su lado para examinar el precio en la caja y asintió. -Vamos a llevarla.Dani preguntó: -¿Estás segura?.-Bastien me dio una tarjeta de crédito de la compañía para comprar cosas para la casa, -anunció Sam. -Ah.- Dani y Sam intercambiaron una sonrisa que Decker pensó que era un poco maligna, y luego la cafetera iba en el carro y las dos mujeres pasaron a la sección de las teteras.
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-Mujeres -murmuró Decker, con los ojos bajando hasta al trasero de Dani mientras las seguía. -¿Qué pasa con las mujeres?,– preguntó Dani, que al parecer lo había escuchado. Cuando ella y Sam se dieron vuelta para preguntarle, Decker se encontró levantando su mirada a los pechos de Dani, a la curva de su hombro que sobresalía de la parte superior de la camiseta, y luego, finalmente a su rostro. -Soncriaturas increíbles,- respondió él finalmente. –Bellas, sexys, inteligentes, saben lo que quieren y cómo conseguirlo.-¿Y cómo gastar el dinero?, – sugirió Dani, que al parecer no había sido engañada por sus palabras. Decker, vaciló y luego asintió con la cabeza, agregando: -Pero vale la pena cada centavo que gastan y más.-Buena respuesta,-dijo Dani con una sonrisa antes de alejarse para continuar por el pasillo con Sam. Las vio mirarse una a la otra y luego escuchó un comentario de Dani en un susurro divertido -¿No le llevó mucho tiempo llegar a eso, ¿verdad?.-No,– acordó Sam, en voz igualmente baja. -Mortimer tiene sus momentos tiernos también. Creo que es porque son muy viejos.-Geriátricos,- estuvo de acuerdo Dani, con un gesto solemne. -Me sorprende que tengan tanto vitalidad y vigor a su edad.-Probablemente sea sólo temporal,- le aseguró Dani. -La vitalidad, sin duda, decaerá por el uso excesivo dentro de un par de semanas y el vigor morirá sin eso.-
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-Sin duda, – estuvo de acuerdo Sam con un suspiro y añadió: -Es una vergüenza. Es en lo que ellos realmente son mejores.Decker estaba rígido por el insulto… había un montón infernal de cosas en las que era bueno, además de la vitalidad y el vigor…cuando se le ocurrió que las mujeres podían darse cuenta de que él podía oírlas y estaban burlándose de él. Él estaba absolutamente seguro de que ese era el caso cuando Dani comentó: Eso y comer. Te comiste la mayor parte de los alimentos que compraste. Decker.Ella no había vuelto la cabeza o alzado la voz, pero se había dirigido a él directamente. Sam estaba riéndose ahora, cuando ella dijo -Mortimer tiene un apetito muy saludable.-Y al igual que Decker, me imagino que no sólo para los alimentos. ¿Cómo está tu espalda?, -preguntó Dani y las dos mujeres estallaron en carcajadas. Él no tenía ni idea qué era lo que ellas encontraban tan divertido, así que simplemente movió la cabeza y se colocó entre ellas con el carrito. -Muy bien ustedes dos. Suficiente, vamos a terminar esto y volver a casa.Sam y Dani nuevamente comenzaron a moverse un poco más rápido, pero todavía estaban riéndose mientras seleccionaban una tetera y la ponían en el carro. Decker, sacudió la cabeza y preguntó: -¿Queda mucho por comprar?. Este carro está bastante lleno.Sam se detuvo a examinar el carro y luego frunció el ceño y dijo: -Vamos a coger otro carro.-Yo lo conseguiré,– se ofreció Dani, pero Decker la agarró del brazo para detenerla y tiró de ella delante del carro que ya tenían.
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-Quédate con Sam. Yo lo haré,- dijo él, y luego se escabulló. El primer carro estaba ridículamente apilado de electrodomésticos hasta lo alto para el momento en que regresó, y así estaba el segundo cuando se dirigieron a la caja. El dependiente marcó todo, apilando caja tras caja, mientras ellas sacaba las cosas hasta que los dos carros estuvieron vacíos. A continuación leyó el total. Decker dio un respingo y casi se quejó por la cantidad, pero Dani y Sam ni siquiera parpadearon. Cuando el empleado empezó a ayudarlas a colocar las cajas de nuevo en los dos carros, Decker, comentó: -Esta mercadería tiene que ir al coche. ¿Por qué no van ustedes dos a la tienda mientras me ocupo de eso?.-Gracias,- dijo Sam, entregándole las llaves. Decker asintió con la cabeza cuando las tomó y luego se inclinó para posar un beso rápido en los labios de Dani. Al menos, se suponía que era un beso rápido, pero Dani suspiró contra su boca y se encontró instándolo a abrir los labios de modo que la lengua pudiera deslizarse dentro. Sintió sus manos trepando por los hombros, y luego Sam dijo, divertida. -Tal vez deberías ayudarlo a llevar afuera estas cosas, Dani.-Sí.- Dani respiró cuando Decker rompió el beso para oír su respuesta. -Muy bien. Voy a estar en la tienda de comestibles,-dijo Sam con una sonrisa mientras se alejaba. Decker estaba imaginando lo que podían hacer después de tuvieran todo dentro del coche cuando Sam gritó: -Sólo tengan cuidado con el volante.Él no sabía lo que significaba, pero de repente Dani se había puesto rígida en sus brazos. Dani parpadeó con los ojos abiertos alarmada por la despedida de Sam, su mirada se posó en el fuego plateado de los ojos de Decker. No había
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absolutamente ninguna duda en su mente de lo que ocurriría si se iba al coche con él. Podrían lograr meter los aparatos y los platos en el coche, pero era seguro que también acabarían dentro del vehículo, probablemente en el asiento delantero, ya que todos estos paquetes no iban a caber en el maletero y al menos un par tendrían que ir en el asiento trasero. De repente Dani tuvo una visión de Sam saliendo para encontrarlos inconscientes en el asiento del conductor, ella caída hacia atrás sobre el volante, y Decker, con la cabeza desplomada sobre el pecho de ella, los dos desmayados sobre la bocina del coche sonando a todo volumen debajo de su espalda y una multitud de curiosos alrededor del vehículo mirando hacia adentro Gimiendo, Dani sacudió la cabeza y se alejó de él. Decker, frunció el ceño y arqueó una ceja en forma interrogante. -Sera mejor si me voy con Sam, después de todo,- dijo ella ruborizada. Decker pareció decepcionado, pero asintió con la cabeza y despreocupadamente, -Está bien. Terminaré todo en un par de minutos.-
dijo
Sonriendo con alivio porque él no estaba enojado, ella empezó a inclinarse para darle un beso rápido y luego se contuvo y sacudió la cabeza. -Mejor no.Decker se rió y luego se inclinó para darle un beso en la frente antes de darla vuelta y darle un empujoncito en la dirección que Sam había tomado. -Vete... Antes de que decida tratar de hacerte cambiar de idea.Dani salió de la tienda, mirando por encima del hombro, mientras se iba. Sus ojos se dirigían hacia su cuerpo, mientras él se volvía para hablar con el empleado de la tienda. Decker realmente tenía una hermosa figura de hombre. No era tan robusto como su tío, que parecía que manejaba espadas para ganarse la vida. Decker era ágil, pero musculoso, mientras recordaba sus manos sobre el estómago y el amplio pecho. Y era súper fuerte. ¡Dios mío, no había creído que algunas de las posiciones que habían explorado esa tarde, incluso fueran físicamente posibles ... y no habrían sido para nadie más que Superman. Y Decker, pensó ella sonriendo, finalmente volvió la cabeza una vez que él estuvo
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fuera de la vista... justo a tiempo para ver el pecho ancho que chocaba contra ella. -Lo siento,- se disculpó y trató de pasar alrededor hombre, pero él la cogió por los brazos y la retuvo en el lugar. Entonces, Dani levantó la cabeza, su sonrisa murió mientras miraba su cara y jadeó horrorizada: -Tú.-
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Capítulo 12
-Gracias.- Decker deslizó una propina en la mano del empleado de la tienda y lo envió de vuelta con los dos carros ahora vacíos. No se molestó en mirarlo cuando se iba, se volvió para cerrar la puerta trasera del pasajero y el maletero. A continuación, Decker pulsó el botón del control remoto para bloquear el coche de Sam y se dirigió a la entrada más cercana para ir a buscar a las mujeres a la tienda de comestibles. Sam estaba en el pasillo de productos lácteos, leyendo la etiqueta de un yogurt. Él no tenía ni idea de por qué lo hacía ya que la mujer no necesitaba preocuparse por su peso, era alta y delgada. Sam miró en su dirección y levantó las cejas cuando lo vio. Dejando el yogurt en el carro, sonrió y comentó: -Bueno, eso fue sin duda más rápido de lo esperado.Decker se encogió de hombros cuando se volvió de nuevo al estante de yogures, no estaba seguro de por qué ella podría pensar que le tomaría mucho tiempo, pero preguntó: -¿Dónde está Dani?.Sam lo miró confusa. -Se fue contigo.-No, cambió de parecer y decidió ir de compras contigo mientras yo me encargaba de dejar las otras cosas en el coche. Se fue detrás de ti,- añadió, y luego frunció el ceño y le preguntó: -¿Estás diciendo que no ha llegado todavía?.-No.- Sam hizo una mueca con el labio. -Quizás sólo se detuvo para comprar algo en el camino.-No puede, no tiene cartera.- Decker miró con preocupación por alrededor, esperando ver a Dani corriendo hacia ellos. -¿Dónde podría estar entonces?,- preguntó Sam, sonando aturdida.
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Maldiciendo, Decker se volvió y comenzó caminar por donde había venido, levantando la vista por cada pasillo que pasaba, pero ella no estaba en ninguno de ellos. Sam lo perseguía con el carro, pero se detuvo cuando él lo hizo, y sugirió: -Tal vez se fue hasta el coche.-Te lo dije, iba a venir a comprar contigo,- dijo él con impaciencia. -Lo sé,- dijo ella suavemente. -Pero ella no conoce este centro comercial, es grande y algo confuso. Tal vez se dio la vuelta, no pudo encontrar la tienda de comestibles, y fue a ver si te encontrabas aún en el coche.Decker lo pensó un momento y luego dijo: -Voy a ir a ver. Quédate aquí por si ella encuentra el camino.En el momento en que Sam asintió con la cabeza, se apresuró a alejarse. Corrió por los pasillos, explorando entre la multitud buscando a Dani mientras iba hacia el coche de Sam. Decker podía decir antes de llegar al auto que estaba vacío, pero de todos modos se acercó para mirar en el interior en caso de que él no hubiera cerrado las puertas como había pensado y ella estuviera adentro acurrucada y se hubiera quedado dormida. No hubo suerte. Enderezándose, giró su cabeza a la izquierda y a la derecha, explorando el estacionamiento para ver si ella se acercaba, y luego sacó su teléfono y llamó a Sam al teléfono móvil. -¿Está allí?,- le preguntó en el momento en que ella respondió. -No.- dijo Sam-, casi en tono de disculpa y luego preguntó: -¿Qué hacemos?. ¿Debo llamar a Mortimer?.Decker se detuvo por un momento, sintiendo el pánico que trataba de liberarse en su interior y luego dijo: -No. Primero vamos a buscarla en el centro nosotros mismos.-
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Cerró el teléfono sin despedirse, sus ojos exploraron el estacionamiento una vez más, y luego emprendió el regreso hacia el edificio. La encontraría, se aseguró Decker al caminar. Tenía que hacerlo. No podía perder a Dani ahora. -Ahí va tu héroe.Dani ignoró el comentario del hombre en el asiento del conductor junto a ella, en vez de eso, su atención se centró en Decker, mientras lo veía alejarse. Lamentó no poder abrir las puertas y gritar, deseaba poder moverse, pero el desagradable bastardo que estaba junto a ella la tenía firmemente bajo su control. Al menos físicamente, aunque le dejó sus propios pensamientos. Probablemente él estaba escuchando, pensó Dani amargamente. No se le había escapado que él parecía estar disfrutando de su terror cuando él y los otros la habían secuestrado a Stphane y a ella en el norte, y parecía igualmente entretenido con eso mientras le había hecho caminar hacia esta vieja camioneta marrón. Dani estaba segura de que la gente con la que se había cruzado no había visto ningún problema, ninguno de ellos podría haber sabido que ella estaba gritando de terror dentro de su cabeza. -Realmente estoy disfrutando de tus deliciosas respuestas a todo,- acordó él, demostrando que ella tenía razón y que él estaba hurgando en su cabeza. -A pesar de que tendría que hacer una excepción con lo de bastardo desagradable. Yo siempre he sido muy guapo. ¿No te parece?.La cabeza de Dani giró sin su consentimiento, tenía los ojos aún abiertos cuando ella trató de cerrarlos mientras él la obligaba a mirarlo. -Ahora dime la verdad,- insistió él. -¿No tengo una cara bonita?.Ella lo miró a la cara, el resentimiento y la ira hundieron momentáneamente su miedo, provocando que lo maldijera en silencio. Era un hombre extraordinariamente bien parecido, con una sonrisa encantadora, los ojos brillantes de color amarillo oro, y una gloriosa melena dorada que estaba
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peinada hacia atrás y se extendía casi hasta los hombros... y aún así era un bastardo desagradable, pensó Dani contrariada. -¡Ajá!.- Él se rió de sus pensamientos y se volvió para arrancar el vehículo diciendo: -Vas a ser muy divertido jugar contigo. Casi no puedo esperar.Dani trató de controlar el temor que surgió en ella ante ese comentario. No quería que él tuviera la satisfacción de saber lo que había causado. Obviamente, este era el quinto hombre, el que había escapado. Era el que uno de los otros llamó papá en la camioneta cuando Stephanie y ella habían sido secuestradas. Dani había pensado en ese entonces que debía ser un apodo porque seguramente era demasiado joven para ser el padre de los otros. Pero en aquel entonces, hacía sólo un día entero, advirtió Dani con asombro, no tenía conocimiento de los inmortales y que no envejecían. Todo lo que ella había sabido era que él se había sentado sonriendo en el asiento delantero del pasajero de la camioneta, viendo cómo sus hijos las aterrorizaban a Stephanie y a ella, lo que sugería que él estaba de acuerdo con eso. Desde que Mortimer le había explicado que un inmortal podía controlar totalmente a un mortal, y que podrían habérselas llevado sin que ellas fueran conscientes de ello o sufrieran, parecía obvio que querían que sufrieran. Siendo ese el caso, iba a hacer su mejor esfuerzo para no darle esa satisfacción. -Oh, ahora estás siendo una aguafiestas,- se quejó él, volviendo la vista a ella, y luego le sonrió de una forma que le hizo poner la piel de gallina. Supongo que será un desafío ver si puedo conseguir una respuesta de tu parte, ¿o no lo será?. Tal vez te haga bailar desnuda para mí cuando lleguemos a la casa. O no me importaría probar algunas de esas posiciones interesantes que Decker y tú probaron en el establo. ¿No sería divertido?.No había manera de que Dani pudiera evitar el horror que esas palabras provocaron en su mente, y fue incapaz de hacer otra cosa que mirarlo, mientra su mente se retorcía ante la idea. -Allí vamos. ¡ Ahora ya estás captando el espíritu de las cosas!, -la felicitó él con una carcajada. -Pero ahora eres demasiado perturbadora para mí, así que es
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hora de que tengas un feliz sueño. Te despertaré cuando lleguemos a la casa,- le prometió. Dani pensó que él simplemente la pondría a dormir mentalmente como sabía que podía hacerlo, pero en vez de eso, él le propinó un puñetazo. Ella vio venir el puño y no pudo hacer absolutamente nada para esquivar el golpe, y luego el dolor estalló en su cabeza y todo quedó a oscuras. -¿Y bien?.- Decker dejó de caminar junto al coche de Sam cuando Mortimer, Justin, y Lucian se acercaron. Una maldición cayó de sus labios cuando su tío negó con la cabeza. -Todo el mundo revisó el interior del centro y no hay rastros de ella por ningún lugar,-anunció Mortimer. Decker se volvió para mirar por encima el estacionamiento que rápidamente se había vaciado. Los hombres que Lucian había llamado, los hombres que se suponía que estaban buscando a Stephanie, habían estado buscando en el centro comercial durante la última hora. Se habían extendido como una plaga para encontrarla, y al parecer no llegaron a nada. Ya eran casi las diez de la noche, las tiendas vacías cerrarían en breve, y luego el centro estaría completamente vacío. -¿Hay algún lugar que ella mencionó al que creas que podría haber huido?,preguntó Mortimer. -Ella no se escapó,- gruñó él. -No tiene motivos para huir de mí.-Lo siento,- dijo Mortimer, y luego se encogió de hombros y añadió: -Es que ella no parecía estar muy feliz contigo esta mañana y pensé que tal vez había…-Las cosas han cambiado,- lo interrumpió Lucian con calma. -Dani y Decker han resuelto sus diferencias y se emparejaron.-Sal de mi cabeza.- Decker le frunció el ceño a su tío.
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Lucian sólo le sonrió y se volvió a Mortimer para decirle, -los hombres tienen vigilada la casa de su familia y su clínica por si acaso, pero sospecho que Decker tiene razón y que ella no se ha escapado.-¿Qué estás pensando?,- preguntó Mortimer. -Estoy pensando en que su desaparición está conectada a su hermana de alguna manera,- dijo él. Esas palabras eran lo último que Decker quería oír, e inmediatamente colocaron en su cabeza la imagen de los cuerpos en el barranco. -No estarás pensando que el renegado y Stephanie de alguna manera aparecieron por aquí y que ella se fue tras ellos, ¿verdad?,- preguntó Justin con incredulidad. -No es imposible,- murmuró Lucian pensativo. Lo consideró brevemente y luego sacudió la cabeza. -Pero es igualmente posible que el renegado que se escapó en el claro puede habernos seguido a Toronto y se la llevara esperando intercambiarla por los demás.-Pero él no tenía un vehículo para seguirnos,- dijo Decker rápidamente. -Los bosques estaban al final de una carretera,- señaló Lucian. -Es de suponer que había algo en ese camino para que ellos estuvieran allí. Puede que hubiera cabañas, o algún negocio en el cual se robó un vehículo.-Había casas de campo,- dijo Justin en voz baja. Decker gruñó. Él no se había dado cuenta, pero había estado preocupado por conducir sin luces por el camino oscuro y lleno de baches. El renegado que había desaparecido pudo muy bien haber robado un vehículo y seguirlos. Sin duda había tenido tiempo para hacerlo. Les había tomado un tiempo el despejar las cosas en el claro y luego habían esperado en el camino para averiguar adónde debían dirigirse. Decker sintió que su corazón se rasgaba mientras lo aceptaba, pero luego se repuso. Si el renegado quería a Dani para
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intercambiarla por los otros renegados, significaba que todavía había esperanzas para ella, y que recibiría una llamada en breve. -No sirve de nada quedarse aquí. Los hombres han buscado y Dani no está en el centro comercial,- dijo él yendo al coche de Sam. Ella se lo había dejado para que Dani pudiera encontrarlo si es que estaba perdida. La misma Sam se había ido a casa al menos una media hora antes con uno de los hombres y se había llevado los aparatos electrodomésticos. Los alimentos nunca llegaron a comprarlos. -Decker tiene razón. Deja a dos hombres en una camioneta para que esperen aquí, hasta que el centro comercial cierre, solamente en el caso de Dani estuviera allí perdida y no la vimos,- ordenó Lucian mientras Decker abría el coche y entraba. El resto debe volver a la búsqueda del renegado y Stephanie.Decker cerró su puerta y metió la llave en el arranque. El motor estaba en marcha cuando la puerta del acompañante se abrió y Lucian se deslizó junto a él. Cuando Decker, arqueó una ceja, dijo: -Voy contigo. Justin conduce como el culo de un caballo.La boca de Decker se frunció ante el comentario mordaz, sobre todo porque no era cierto. Justin no dudaba en utilizar la velocidad cuando era necesario, pero en realidad era un piloto muy bueno. Sin embargo, esa no era la verdadera razón por la que su tío había optado por ir con él. Decker sospechaba que era porque estaba preocupado acerca de cómo Decker se estaba tomando todo esto. -Nunca me preocupo,– gruñó Lucian, poniéndose su cinturón de seguridad. Decker se echó a reír con incredulidad. -Sí, lo sé. Eres un cabrón despiadado... y sigues leyendo mis pensamientos.Lucian no respondió.
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-Despierta.Dani parpadeó con los ojos abiertos para encontrarse a sí misma, desplomada en el asiento del acompañante en la camioneta. Se sentía débil, con un poco de náuseas, y tenía un terrible golpe en la cabeza. Hizo una mueca de dolor y se sentó, cerrando los ojos rápidamente cuando el interior del vehículo comenzó a girar de una manera bastante alarmante. -Sí, lo sé. Te he pegado muy duro y ahora se siente desagradable,- fue el comentario impaciente proveniente de su lado derecho. -Pero todos tenemos nuestras pruebas que soportar. Ahora, vamos. Levántate y ven. Hemos llegado.-¿Dónde estamos?,- preguntó Dani con la mirada borrosa, obligándose a abrir los ojos de nuevo. Para su alivio, el mundo no se movió a su alrededor en esta ocasión. Entonces giró despacio y miró al hombre de pie fuera del vehículo, que mantenía la puerta abierta. -¿Quién eres?.Él levantó las cejas ante la pregunta y, a continuación, chasqueó la lengua fingiendo consternación. -Me olvidé de presentarme, ¿no?. Eso ha sido muy negligente de mi parte. Leonius Livio a tu servicio.Hizo una pronunciada reverencia que le recordó a las películas de la época del Renacimiento y luego se enderezó y le dio un guiño cuando añadió: -Puedes llamarme Leo.-Déjame adivinar, -dijo ella con cansancio. -¿Naciste y te criaste en el Renacimiento?.-Una estimación muy buena, pero no. Yo nací mucho antes,- le aseguró. -Sin embargo esa época me gustaba. Los vestidos de noche largos eran muy elegantes y ayudaban a esconder algunos cortes que hice en busca de alimento. Podía mantener una mujer durante meses antes de tener que buscar una sustituta si me cuidaba de no beber demasiada sangre.Dani recordó el estado en que estaban los cuerpos en el barranco y se preguntó si eso era lo que les había sucedido a ellas, si las habían mantenido vivas por meses, drenándoles la sangre, con la vida escapándose de sus cuerpos mientras
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este hombre y los demás abusaban y se mofaban de ellas. Podría ser lo que le estaba sucediendo a Stephanie en este momento. -Por supuesto, con la poca ropa que las chicas usan hoy en día, eso no es posible.Dani miró su camiseta ajustada y sus pantalones cortos y supo que tenía razón. Recordó el breve vistazo que había dado a los cuerpos de las mujeres en el barranco y se dio cuenta que tenían cortes en todas las arterias principales. -Para mantener ahora a una mujer durante mucho tiempo, uno tiene que mantenerlas ocultas o vestirlas como punks, tanto a ellas como a ti mismo. Aunque mis hijos no parece que piensen lo mismo, a mí me parece un estilo bastante rústico y de mal gusto. Se encogió de hombros, y luego agregó: -Pero uno hace lo que debe.-¿Todos los hombres en el claro eran tus hijos?.-Sí lo son.- Él hizo hincapié en el tiempo presente. Dani ignoró eso. ¿Y el que se llevó a mi hermana también?.-Ah sí, la dulce Stephanie. Es más bonita que tú,- comentó mirando a su alrededor. -Y también más gritona. Veintiuno quedó prendado por ella. Me di cuenta.-¿Veintiuno?,- repitió ella confundida y quedó sobrecogida por la preocupación por su hermana. -Leonius veintiuno,- explicó. -Veintiuno para abreviar.-¿Nombraste a todos tus hijos Leonius?,– preguntó Dani lentamente, tratando de entender. -Por supuesto. Yo llevo el nombre de mi padre y parecía correcto continuar la tradición, así que mi primer hijo es Leonius tercero, y así sucesivamente.-
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-Sí, pero…-Pero, pero, pero, -la interrumpió él con impaciencia. -Estábamos hablando de la dulce Stephanie.Dani cerró la boca. -¿No vas a preguntarme si ella está bien?.-No puedes saber si lo está o no, si has estado siguiéndonos,- dijo ella en voz baja. Decker le había dicho que había sacado todo de los bolsillos de los hombres, mientras buscaba las llaves de la camioneta, así que Dani sabía que él no tenía un teléfono celular para llamar o para que lo llamaran, y probablemente, no tenía una mejor idea de dónde estaba su hijo Veintiuno, que ella misma. -Ah, pero yo no estaba en el claro en ese momento y Veintiuno huyó antes de eso,– señaló él, sumergiéndose al parecer en sus pensamientos. Él había dejado que ella se hiciera ilusiones pensando que él podría saber dónde estaba su hermana y si ella estaba bien, y luego aplastó alegremente esas esperanzas, diciendo: -Sin embargo, yo perdí mi teléfono en alguna parte a lo largo del camino. Probablemente en el barranco cuando estaba con las chicas,-dijo con el ceño fruncido. -Espero que ella no hayan gastado mis minutos. Ustedes las mujeres son tan habladoras.Leonius estalló en carcajadas ante sus propias palabras, pero Dani sólo se quedó mirándolo, no encontrando su pequeña broma ni lo más mínimamente divertida. Después de un instante, se detuvo y la miró suspirando. -Me temo que te falta el sentido del humor, Danielle. Tendremos que trabajar en eso. De todos modos, aunque no tengo mi teléfono, mis hijos y yo tenemos un sistema para ponernos en contacto entre nosotros si debemos separarnos durante una de nuestras pequeñas aventuras. No me cabe duda de que para este momento, Veintiuno ya me dejó un mensaje... Al igual que sus hermanos, si es que se las arreglaron para liberarse. Voy a comprobarlo después de tener todo en marcha aquí.-
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-Pero los demás están muertos, -señaló Dani, sintiéndose como si fuera Alicia y acabara de caer a través del espejo. -No. Decker y Justin los estacaron atravesándoles el corazón, es verdad, pero yo les saqué las estacas. No tanto como para que fuera obvio, sólo saqué las estacas lo suficiente hasta asegurarme de que ya no estaban perforando el corazón.-Estabas bajo la lona cuando nos dirigíamos a Toronto, - dijo ella dándose cuenta. Había pensado que había contado cinco cuerpos, pero Decker y Justin le habían asegurado que sólo había cuatro. -Sí, era yo. Soy muy viejo y fuerte. Me recuperé más rápidamente del tranquilizante de lo que esperaba. No del todo, claro está, pero lo suficiente como para rodar y salir del claro y deslizarme hacia el barranco con las chicas. Me había recuperado lo suficiente para caminar y hablar para el momento en que se llevaron a mis chicos a la camioneta. Esperé hasta que se volvieron para apagar la fogata y recogerte, y luego me coloqué bajo la lona con ellos. Me las arreglé para remover la estaca en dos de ellos antes de que Decker arrancara la camioneta y se pusiera en movimiento, pero tuve que ser mucho más cuidadoso una vez que decidieron despertarte. Justin constantemente estaba tratando de hablar contigo. Leo frunció los labios. -Me temo que el retraso pudo costar la vida de uno o dos de mis muchachos. No puedes abandonar el juego mucho tiempo si deseas preservar la vida. Si la sangre se muere por falta de oxígeno, los nanos se mueren, y no hay esperanza para el anfitrión. Pero no estoy seguro de cuánto tiempo se necesita realmente.Dani no pudo dejar de advertir que si bien parecía disgustado, Leonius en realidad no parecía desgarrado por la pérdida... y no había estado dispuesto a arriesgarse a ser atrapado para salvarlos. -Te habías ido cuando cambiamos de coches en Outdoor World.-
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Había visto a Decker y a los otros rodear la parte trasera de la camioneta y ella supuso que habían ido a revisar los cuerpos. Decker se habría dado cuenta si había uno de más. -Me fui de su agradable compañía mientras Justin estaba ocupado echando gasolina y Decker te acompañó al restaurante para usar las instalaciones,anunció. -Aunque mis hijos todavía no mostraban signos de recuperar la conciencia, sabía que no podía esperarlos y me escabullí mientras tuve la oportunidad. Entonces apareció un aventón con un precioso par de mujeres jóvenes. La morena condujo, siguiéndote, mientras me alimentaba de la pelirroja en el asiento trasero. Fue un pequeño y excitante torbellino, una verdadera gritona como tu hermana. Tuve que concentrarme mucho para mantener bajo control a su amiga y conduciendo, mientras yo drenaba su vida. Sally era su nombre. Creo que las tres se conocieron. Por lo menos la morena tenía recuerdos de hablar contigo brevemente para decirte que había un puesto disponible en el baño de señoras.Dani recordó a las dos mujeres con el teléfono celular en el restaurante de comida rápida. -Eres tan deliciosamente expresiva,- dijo Leonius sonriendo. -Realmente ni siquiera necesito leer tu mente para saber lo que estás pensando.-¿Por qué no estás leyendo mi mente?,- preguntó ella, dándose cuenta recién en ese momento que aparentemente él se sumergía en ella y arrancaba las cosas en forma intermitente. No estaba allí constantemente y tampoco la estaba controlando. -No quiero compartir tu dolor de cabeza o intentar descifrar tus pensamientos que son obviamente tan lentos como la melaza. Voy a esperar hasta que estás más recuperada, gracias. Ahora, ¿salimos de la camioneta?.Dani dudó, pero supuso que ahora no tenía mucho sentido resistirse. Estaba demasiado débil para correr, y él no haría más que controlarla y obligarla a hacer lo que él quería. Además, cuanto antes él tuviera las cosas en marcha,
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antes sabría si tenía un mensaje de Veintiuno y ella podría saber cómo estaba Stephanie. Haciendo una mueca por el dolor que de inmediato le apuñaló la cabeza, Dani se deslizó en el asiento y salió de la camioneta. La sacudida en sus pies al golpear el suelo envió un dolor tan agudo a su cabeza que fue seguido por náuseas, y tuvo que cerrar los ojos y agarrarse del vehículo, respirando profundamente para tratar de mantener en su estómago el alimento que había comido en el centro comercial. -Oh mi, tsk tsk. Verdaderamente estás mal. Te pegué mucho más duro de lo que había previsto, pero me hiciste enfadar. Debes tratar de no provocar mi temperamento para que esto no vuelva a ocurrir. Yo no quiero matarte accidentalmente en caso de mis hijos no hayan conseguido escapar y aún estén con los ejecutores. Tendré que cambiarte por ellos.-¿A mí?.- Dani se incorporó lentamente y poco a poco volvió la cabeza para mirarlo con incredulidad. -Ellos no cambiarán a tus hijos por mí.Leonius permaneció en silencio con la mirada concentrada en su rostro, y luego levantó las cejas. -Realmente lo crees,- se maravilló, aparentemente había compartido su dolor de cabeza lo suficiente para leer su mente. -No tienes idea de tu valor, ¿no?.Qué encantador.Él estalló en carcajadas, haciendo que Dani hiciera una mueca de dolor cuando el sonido rasgó sus nervios y agravó las palpitaciones en su cabeza. -Escucha,- dijo él de repente, la risa murió tan repentinamente como había empezado. -Te voy a enseñar una o dos cosas que puedes utilizar.- Leonius hizo una pausa hasta que ella lo miró y luego dijo: -Un compañero de vida es más valioso que cualquier otra cosa en esta tierra. La mayoría de los inmortales renuncian a cualquier cosa y a todas las riquezas que hayan acumulado, a su familia, e incluso a su propia vida por un compañero de vida. Eres una joya preciosa. ¿Me entiendes?.-
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Dani asintió lentamente, pero sólo porque él esperaba que ella lo hiciera. Ella no creía que tuviera un valor tan alto para Decker. Simplemente no podía hacerlo. Sólo lo había visto el día anterior. A Dani le gustaba... bueno, más que gustarle, reconoció, le gustaba mucho… ella le gustaba a él un poco... y él sentía lujuria por ella, a juzgar por su actuación ese día, y pensaba que ella también sentía lujuria por él, y tal vez ella también le gustaba mucho, pero eso no significaba que él fuera a entregar a esos asesinos por ella. Al menos, eso es lo que esperaba. Dani no quería dejarlos en libertad. ¿Cómo iba a disfrutar algún momento de tranquilidad mental sabiendo que a causa de ella, esos animales estaban aprovechándose de mujeres inocentes?. -¿Te sientes recuperada lo suficiente como para caminar?,- preguntó Leo solícito. -En realidad, deberíamos entrar. No debemos mantener a nuestros anfitriones esperando.Dani volvió la cabeza lentamente hacia el edificio junto al que habían estacionado, su mirada se deslizó sobre una antigua casa victoriana con un amplio porche blanco en el frente. A continuación, giró para mirar las dependencias y los campos de maíz y sintió que se le revolvía el estómago. Estaba segura de que ésta, no era su casa. También estaba segura de que sus "anfitriones" no lo eran por voluntad propia, y temía que todo esto fuera a empeorar mucho más, antes de mejorar.
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Capítulo 13 - Vamos, tengo un par de sorpresas para ti, y sé que las vamos a disfrutar en grande.- Leonius tomó el brazo de Dani y la llevó medio a la rastra por los escalones del porche de la vieja casa, cuando ella no se movió lo suficientemente rápido para su gusto. Ella hizo una mueca por el agarre doloroso, pero no reaccionó de ningún otro modo. No tenía intención de decir o hacer nada que pudiera hacerle más divertida esta pesadilla. - Aquí estamos.- Leo se inclinó delante de ella, empujó la puerta para abrirla y la obligó a entrar. Dani cerró los ojos un instante cuando la luz del techo hizo que la cabeza le doliera como si la atravesaran rayos. El aroma a canela y manzanas bailoteaba en su nariz y abrió lentamente los ojos. Estaban en una cocina antigua, con alacenas y unos amplios tablones, El piso de madera era sin duda tan antiguo como la propia casa. Su mirada se deslizó sobre una tetera con forma de gallo que estaba sobre la mesa. El salero y el pimentero tenían forma de vaca, finalmente encontró la fuente del olor dulce, un pastel, no lejos de la estufa. Estaba asentado sobre una rejilla de refrigeración en el otro extremo del antiguo y largo mesón que estaba ante ella. - Yo estaba mirándolos desde el bosque que está frente a la casa cuando Decker y tú entraron al establo,- dijo Leo a su lado. - Cuando se quedaron allí durante tanto tiempo, me acerqué al amparo de la lluvia. Una vez que vi lo que ustedes dos estaban haciendo, supe que iba a tener tiempo para buscar un lugar cercano, un sitio lo suficientemente cerca para vigilar, y donde llevarte después de capturarte.- Hizo una pausa para explicarle: - Yo no esperaba que fueras a ir de compras o incluso, que salieras de las instalaciones. Esperaba tener que sacarte de la casa mientras los demás dormían.- De todos modos,- continuó Leo, urgiéndola a que fuera al extremo opuesto de la mesa. - Yo estaba muy contento cuando me encontré con este lugar. Es muy agradable y acogedor, solamente hay que preocuparse por el señor y la señora... estuve un poco preocupado por estar justo al lado, pero…- Él hizo que se detuvieran frente al pastel y pasó ligeramente un dedo sobre la corteza. Aunque su toque fue ligero, algunos copos de corteza se levantaron. Esto le hizo sonreír,
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y continuó: - Cuando entré, la anciana estaba tomando la tarta del horno. Decidí tomar eso como un buen augurio y correr el riesgo.Dani frunció el ceño ante la mención de una anciana, preguntándose qué había sido de ella, pero luego se percató de sus palabras y se dio cuenta de lo cerca que debía estar la casa del ejecutor. Justo al lado. Si tan sólo pudiera escapar…. - Tu ritmo cardiaco se ha acelerado,- comentó Leo divertido, y cuando ella lo miró asustada, le explicó, - Lo he oído muy bien. Todos lo hacemos. Y tu corazón está acelerado. Me pregunto, ¿qué podrías estar pensando?.- Él se acercó y susurró en su oído: - ¿Podrías estar pensando en escapar?.¿Huir con Decker?.Se echó a reír ante la idea, y luego movió la cabeza y dijo, -Es tan divertido-. Se volvió y la llevó hasta pasillo abovedado que conducía a la habitación contigua. Era una sala de estar. Con la luz apagada estaba tan oscura que tenía problemas para moverse. Leo no parecía tener el mismo problema, y recordó que Decker le había dicho que los nanos mejoraron su visión nocturna, entonces él le preguntó con disgusto, - muy colonial, ¿no te parece?.Ella miró su cara y pensó que estaba arrugando la nariz, y luego él confesó: - Yo despreciaba a los colonos. Un grupo de idiotas nerviosos con armas de fuego que disparaban primero y luego preguntaban. Fue difícil para un Sin Colmillos como yo poder comer sin recibir un cofre lleno de perdigones en el proceso.¡Yay!, Colonos, pensó Dani sombríamente, aunque ella no tenía idea de lo que era un Sin Colmillos. Leo parecía estar leyendo su mente de nuevo porque se volvió hacia ella y le dijo: - ¡Oh!, mira, ahora este es el tipo de cosas que va a hacer que tenga que castigarte de nuevo. Si no aprendes un poco de auto-control, esto podría ser incluso más doloroso de lo que he planeado.Dani permaneció en silencio. No había nada más que pudiera hacer.
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Leo asintió aparentemente satisfecho y la guió a través de la sala oscura hasta la puerta. La abrió, activó un interruptor para encender las luces, y luego la instó a que bajara al cuarto de la lavandería en el sótano. Dani miró a su alrededor, al suelo de cemento, las paredes alegres de color amarillo pálido, y luego a la lavadora y secadora que estaban contra la pared, mientras él la conducía unos pocos pasos a través de un arco hacia una sala mucho más grande. Obviamente era el taller del esposo. La pared frente a ellos estaba cubierta con una lámina de cartón. Herramientas de todo tipo estaban colgadas de los ganchos. La pared de la izquierda estaba ocupada con una larga mesa de trabajo. En la pared de la derecha había estantes que tenían lijas y latas de pintura alineadas a ambos lados de una amplia puerta que daba a lo que parecía ser un pequeño y oscuro cuarto ocupado por una gran caldera y las otras máquinas de la casa. Pero Dani apenas le dio un vistazo a todo esto. Su atención estaba en las tres sillas colocadas en el centro de la habitación y en la pareja de ancianos, cada uno estaba atado y amordazado a una de las sillas de los extremos, dejando otra silla vacía en el centro. - Ven. Déjame presentarte a nuestros anfitriones.Dani tropezó hacia adelante cuando él tiró de su brazo, y miró a la pareja. Eran mayores, tal vez estaban a finales de los cincuenta o a principios de los sesenta. El esposo tenía la piel oscura y curtida por los años bajo el sol, y una expresión sombría y determinada que se negaba a mostrar miedo. La mujer tenía los ojos llenos de lágrimas, miedo y súplica, mientras contemplaba a Dani por encima de su mordaza. - Este es el Señor Cena de Dani y la Señora Tentempié de Medianoche de Dani,anunció Leo, y cuando ella lo miró sorprendida, él explicó, - Son mis sorpresas. Ellos van a ayudarte a través de tu transformación, mi querida.- ¿Transformación?,- preguntó ella bruscamente. -Pensé que ibas a cambiarme por tus hijos.- Yo iba a hacerlo,- le aseguró con una voz suave, y luego sonrió. - En realidad, mi plan original era matarte para castigar a Decker por estacar a mis hijos, pero luego me di cuenta de que él sólo estaba siguiendo las órdenes de Lucian y
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pensé que el castigo debería ser menor...en su caso,- agregó con tono sombrío. Lucian es otro asunto completamente distinto. Él ha dominado al resto de los inmortales durante demasiado tiempo. Ya es hora de que…-Leonius se detuvo de pronto, su ira se desvaneció y encogiéndose de hombros, dijo, - Pero estoy divagando. Estábamos hablando de tí. Ven, siéntate.Él la instó para que fuera hacia la silla en el centro, y cuando ella se resistió, la doblegó e hizo que se sentara entre la pareja mayor. Dani se sentó y se volvió a mirar primero al esposo y luego a la mujer. El marido la miró con lástima, la mujer con desesperación. Se volvió a Leonius y dijo lo primero que le vino a la cabeza, - Pero yo no quiero ser una vampiresa.- Lo sé,- murmuró él, sonriendo de tal forma que sugería que no le molestaba en absoluto. – En realidad es tan triste. ¿No te das cuenta que hay mujeres por todo el mundo que pagarían un buen dinero por convertirse en una?.- Pues ve por ellas entonces,- le replicó ella. Leo se echó a reír. - Eres tan adorable. No. Me temo que eres tú o nadie más.- ¿Por qué?,- preguntó Dani con frustración. - Debido a que Decker debe ser castigado, -explicó él pacientemente. Esta lógica sólo aumentó su desconcierto. - Pero yo soy su compañera de vida. Probablemente me transforme él mismo si le doy la oportunidad. Difícilmente para él sea un castigo el que tú me transformes.- Él quiere convertirte en uno de su especie,- dijo Leo. - Voy a transformarte en una de mi clase. Serás una Sin Colmillos, y a él no le gustará en absoluto. De hecho, querida, me temo que él y el resto de ellos desprecian a los de nuestra clase, así que no te espera un cálido encuentro, si eres lo suficientemente tonta como para escapar. Lucian y su grupo nos han cazado desde la Atlántida, casi hasta nuestra extinción. Mataron a mi padre y mis hermanos. La única razón por la que sobreviví era porque no sabían nada de mi madre o que me llevaba en su vientre. Por lo tanto…-sonrió cruelmente - Este será un castigo para
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Decker. He tomado su compañera de vida y la convertiré en uno de los despreciables Sin Colmillos que él y su especie odian tanto. Entonces él realmente querrá matarme… y a ti.Dani se quedó mirándolo con una mezcla de confusión y miedo. -Yo no…-¿No sabes lo que es un Sin Colmillos? ,- preguntó él, desechando al parecer el resto de sus pensamiento de la cabeza. - Oh, Decker ha sido muy negligente. Pero supongo que estaba ocupado haciendo otras cosas, ¿no?.Dani enrojeció por la manera insinuante en que sus ojos la recorrieron, y recordó su anterior comentario sobre que había visto lo que ellos estaban haciendo en el establo. - ¿Esa marca que tienes en el cuello es una mordida, Dani?.- De repente, él estaba inclinado escudriñando su rostro, y luego le preguntó en un susurro, Me pregunto, ¿Hay otros lugares en los que te mordió?. ¿ Lugares más...íntimos, tal vez?.Ella cogió la mano de él que de repente se deslizaba por su muslos hacia arriba y echó atrás la cabeza para mirarlo. El hombre estaba loco como una cabra. Una idea de repente podía hacerlo enojar, mientras que lo que debía tomar como un insulto lo divertía. No tenía idea de qué estaba hablando cuando dijo que era un Sin Colmillos, pero ella no quería nada de eso. - Es un ser inmortal que no tiene colmillos,- dijo Leo, al parecer hurgando en su cabeza de nuevo. Dani frunció el ceño ante el anuncio y le preguntó confundida: -¿Pero ustedes tienen nanos?.- Oh, sí. Tenemos los nanos y la necesidad de sangre.- Entonces, ¿cómo se…-. Ella hizo una pausa al recordar los cortes que tenían las mujeres en el barranco y se preguntó si el golpe no le habría causado algún daño cerebral y por eso ella iba tan lento.
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- De esta manera.Dani miró cómo la mano que había utilizado para agarrarse de su mano estaba otra vez en la mano de él, y luego sacó un pequeño cuchillo afilado y rasgó su muñeca. Todo sucedió tan rápido que le tomó un momento darse cuenta de lo que él había hecho, y luego llegó el dolor y la respiración sibilante cuando vio que la sangre emergía, rica y roja, y se derramaba fuera de la herida. Leo de inmediato llevó la muñeca hasta su boca para beber y empezó a chupar con avidez. Dani lo miró con repugnancia y trató de sacar su mano, pero él se limitó a apretarla dolorosamente y continuó alimentándose, chupando la herida hasta que dejó de sangrar. Ella apretó los dientes para no gritar cuando él utilizó la lengua y los dientes para escarbar la herida para que sangrara más. Cuando al parecer no pudo extraer una gota más, Leonius levantó la cabeza y lanzó un suspiro de placer antes de mirarla y anunciar, - No hay nada tan dulce como el miedo en la sangre. Toda esa adrenalina, noradrenalina y el oxígeno extra, sólo la hacen perfecta.- Inclinó la cabeza y le hizo un gesto hacia el corte sangrante, diciéndole amablemente, - No te importó, ¿verdad?. Me parece justo ya que voy a darte algunos de los míos.- Estás loco,- dijo ella con voz débil. - Sí, ¿no es estupendo?. Está en la sangre, ya sabes,- dijo Leo, a continuación, su sonrisa adquirió un rictus cruel y utilizó el cuchillo para cortar su propia muñeca, añadiendo: - Y ahora voy a compartir mi sangre contigo.Dani se echó para atrás, tratando de evitarlo cuando él llegó hasta ella, pero no había escapatoria. Leonius era rápido, fuerte y determinado. Antes de que ella lo supiera, su mano estaba en la parte posterior de la cabeza de ella y cogió un puñado de su cabello. Tiró violentamente de modo que ella gritó sorprendida por el dolor, e inmediatamente después la muñeca de él estaba contra la boca abierta. - Traga,- le ordenó.
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Dani empujaba desesperadamente su muñeca, sintiendo que la sangre caía en su interior, pero se negaba a tragarla mientras luchaba para salir de la silla y huir, pero él la mantenía en el lugar mientras la tenía agarrada de la parte posterior de su cabeza. Cuando su boca estaba llena y la sangre comenzó a filtrarse por el brazo, él le soltó el pelo y le tapó la nariz con el pulgar y el índice. Dani gritaba por el pánico, y tragaba convulsivamente mientras trataba de tomar aire, y luego otra vez, ahogándose con el líquido espeso que entraba en su garganta. Pero no conseguía aire, sólo un poco más de sangre. Dani estaba segura de que iba a ahogarse o asfixiarse, y entonces él la soltó. Ella lanzó un grito ahogado y escupió lo que le quedaba en la boca, le faltó el aire y miró a su alrededor para ver que el granjero había tratado de ayudarla. A pesar de que estaba atado, él se había doblado hacia delante lo más que pudo, se había lanzado a sí mismo contra Leo, con silla y todo, embistiendo a Leo en el estómago y forzándolo a apartarse de Dani. Cuando ella se dio cuenta de esto, Leo rugió con furia y se volvió contra el hombre. Inclinado hacia adelante como estaba, jadeando y todavía atado por la espalda, el granjero no podía hacer nada para evitar la golpiza. Dani gritó de espanto, sin reparar siquiera en los gritos apagados de la mujer cuando el golpe cogió el granjero y lo lanzó contra la pared. Un chasquido inundó el sótano mientras la silla golpeaba la pared de piedra, y luego, el hombre y los pedazos de silla cayeron en el suelo de cemento. Dani se deslizó poco a poco de la silla y cayó de rodillas sobre el cemento frío, intentando todavía recuperar el aliento, y luego miró con preocupación a la mujer cuando Leo, enfadado, dirigió la mirada hacia ella, que estaba haciendo sonidos frenéticos a través de su mordaza y raspando el suelo con la silla, tratando de llegar hasta su marido. - No,- jadeó Dani con desesperación cuando se él acercó a la mujer, levantando su brazo de nuevo. Leonius se detuvo y se volvió para mirarla con una ceja arqueada. - No, es una palabra que me disgusta mucho.-
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Dani apretó los labios y luego hizo una mueca cuando se él se dio vuelta y golpeó a la esposa del granjero. En el golpe había mucho menos ira y fuerza, sin embargo sacudió de lado a la mujer, y la sangre comenzó a manar de un corte en la boca, encima de la mordaza, al menos, ella seguía en su silla y se mantenía conciente. Dani se mordió la lengua, con miedo de decir algo que sólo lograra enfurecerlo y le hiciera causar más dolor a la mujer, pero tuvo que clavarse las uñas en las palmas de sus manos para mantener la boca cerrada cuando él se agachó a lamer el rastro de sangre que se escurría de la boca de la mujer. - Mmmm.- Se irguió lentamente con los ojos cerrados mientras saboreaba el sabor, y luego sonrió a Dani. - Miedo y diabetes, una combinación imbatible. Vas a amarme por dejártela, es un placer.-Nunca.- La palabra llena de disgusto, se deslizó de sus labios antes de que pudiera detenerla. Afortunadamente, en su forma impredecible habitual, Leo estaba más divertido, lo que la irritó aún más. Riéndose a carcajadas, él sacudió la cabeza. Dices eso ahora, pero créeme, cuando el hambre te ataque, vas a rasgar a estos dos en pedazos para chuparles hasta la última gota de sangre.Dani le devolvió la mirada en silencio, horrorizada ante esa posibilidad, y sacudió la cabeza. - Sí,- le aseguró él mientras se movía para cogerla de nuevo de los brazos y levantarla hasta ponerla en la silla. Entonces se detuvo, se agachó y enfrentándola cara a cara, añadió con alegría, - Te llevará menos de una hora consumirte antes de que necesites conseguir sangre, te sentirás tan mal que empezarás a verlos como un par de grandes y jugosos bifes con piernas.- Se enderezó y luego continuó: - No mucho después, no serás capaz de controlarte. El dolor y el hambre serán tan fuertes que empezarás a roerlos.Leonius sonrió ante su expresión y le dio un escalofrío. -Casi no puedo esperar y sólo desearía haber pensado en tener una cámara de video para que lo veas después.-Suspiró.- Toda esta charla de comida me ha dado hambre, voy a
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comer algo. Las dos chicas del restaurante no me llenaron mucho ayer, y me temo que con todo el trajín de hoy dejé de comer.Su mirada pensativa se volvió hacia la esposa del granjero. Cuando la mujer se encogió en su silla, Dani se apresuró a decir: - Dijiste que era mía.Leo se dio vuelta, sus cejas se alzaron de nuevo, pero esta vez estaban acompañadas por una sonrisa irónica. – Sólo lo dices para tratar de salvarla, pero vas a entender la ironía en una hora o menos. Al menos, yo tengo un cuchillo. Tú la desgarrarás con tus dientes.Cuando Dani sacudió la cabeza, él sonrió y se encogió de hombros. - Sin embargo, dije que era un regalo para ti. Además, sólo tendrías que correr y agarrar al otro. Tú necesitaras por lo menos dos para atravesar la transformación. Así que …- Él se alejó y se dirigió a las escaleras. - Supongo que tendré que salir corriendo y coger algo de comida rápida. Quiero volver a tiempo para ver el espectáculo cuando se inicie, y, por desgracia, Lucian eligió un lugar tan apartado como el infierno para su nuevo cuartel. Podría tomarme un poco de tiempo, pero te prometo que regresaré lo antes posible, intenta esperar para que pueda verlo, ¿podrás?.Leonius se detuvo en la escalera y se dio vuelta. Cuando ella simplemente se quedó mirándolo con el rostro inexpresivo, él dejó que sus ojos se deslizaran sobre ella y añadió: -Tal vez me encontraré una rubia bonita, rellenita y pequeña como tú.- Él sonrió. - Mirarte a ti y a Decker hoy, me ha puesto de humor para un poco de diversión y juegos, y no me he molestado con eso desde hace mucho tiempo. Pero te prometo que voy a esperar hasta que regrese para que puedas unirte si gustas.- Se volvió y continuó subiendo las escaleras, diciendo, -Volveré pronto.La puerta se cerró detrás de él, pero Dani esperó escuchando sus pasos cuando mientras atravesaba el piso superior. En cuanto oyó el ruido de la puerta que se abría, y luego el ruido al cerrarse de golpe, se puso rápidamente de pie y fue hacia los granjeros, sus piernas estaban un poco inestables. Se arrodilló junto al hombre inconsciente, lo examinó rápidamente, asegurándose de que nada
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parecía estar roto. Aparte de una herida en la cabeza, parecía estar ileso, aunque sin duda estaría golpeado y maltratado por el ataque del que fue victima. Ella puso su cabeza suavemente sobre el suelo y empezó a mirar hacia la mujer, pero hizo una pausa y se llevó la mano a la frente cuando una ola de mareo se apoderó de ella. El olor de la sangre inmediatamente abrumó a Dani, se puso rígida y retiró su mano. El corte superficial en la muñeca ya no sangraba; Leonius había chupado todo lo que pudo de cada pizca de su sangre. Sin embargo, una mancha de un líquido rojo y fresco cubría su palma luego de examinar al granjero. La sangre brillaba sobre su piel bajo la luz fluorescente de la habitación, su olor dulce y extraño resultaba bastante agradable. Horrorizada por el pensamiento que flotaba en su mente, Dani se obligó a ponerse de pie y la sala giró a su alrededor. Desesperada por huir del hombre que sangraba, subió tropezando por las escaleras para tratar de abrir la puerta. Estaba cerrada con llave, por supuesto. El pánico la abrumó de inmediato, pero Dani apoyó la cabeza contra el panel de madera, obligándose a respirar profundamente en un esfuerzo por calmarse. Ella era presa del pánico por nada. El mareo era el resultado de la tensión y la herida en la muñeca. Ella no podía estar cambiando tan rápidamente, se aseguró Dani a sí misma y, a continuación, las palabras de Leonius susurraron a través de su cabeza. Te llevará menos de una hora consumirte por la necesidad de conseguir sangre, te sentirás tan mal que empezarás a verlos como un par de grandes y jugosos bifes con piernas…. No mucho después no serás capaz de controlarte. El dolor y el hambre serán tan fuertes que empezarás a roerlos. Cerró los ojos y gimió. Ella tenía que escapar y hacer que la pareja se alejara de ella tanto como pudiera, pensó Dani, y se apartó de la puerta para comenzar a bajar las escaleras de nuevo, alarmada por lo temblorosas que estaban sus piernas en tan poco tiempo. Haciendo todo lo posible para ignorarlo, Dani echó un vistazo a la sala de la lavandería, pero ya que no parecía haber nada que pudiera utilizar para forzar la cerradura, se trasladó al taller. El marido se encontraba inconsciente y la mujer lo miraba preocupada, pero una mirada al labio ensangrentado de la mujer hizo que Dani la evitara y que
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fuera hacia el tablero con las herramientas alineadas. Agarró un martillo, luego la palanca, y comenzó a volver, sus ojos recorrieron el pasaje abovedado de la sala cuando lo hizo. Un vistazo de lo que parecía ser la esquina de una puerta la hizo detenerse. Dani miró por un momento, a continuación dejó las herramientas en la esquina de la mesa de trabajo y se trasladó al pasaje. Efectivamente, allí había una puerta, estaba medio escondida del otro lado de la caldera. Ella se acercó antes de abrirla, y se encontró mirando a la oscuridad. Había un interruptor de luz en la pared y lo subió, por un momento parpadeó enceguecida, cuando una bombilla desnuda se encendió sobre su cabeza. Era una habitación extraña. Tenía dos pies de profundidad y corría a lo largo del sótano. Olía a humedad y se sentía fría. Una bomba y un suavizador de agua estaban en un extremo, y unas estanterías vacías en el otro, lo que sugería que alguna vez había sido utilizada como una sala de almacenamiento en frío, pero la pared frente a ella estaba cubierta por varias placas duras aislantes de poliestireno. No había salida. Decepcionada, Dani dio un paso atrás y cerró la puerta, y luego se volvió, sólo para bambolearse y agarrarse de la caldera mientras la sala giraba a su alrededor. Cerró los ojos, asegurándose a sí misma una vez más que esto tenía que ser a causa de la sangre que Leonius había tomado. Seguramente la transformación no podía comenzar a afectarla tan rápido. Entonces, ¿por qué evitas a la pareja?.¿Por qué no te atreviste a acercarte lo suficiente como para desatar a la mujer?, le preguntó burlonamente alguna parte de su mente, y Dani gimió entristecida, cuando reconoció que ellos verdaderamente estaban en problemas. Leo la había obligado a beber su sangre y, probablemente, ella se estaba convirtiéndose en alguien como él. Una Sin Colmillos, pensó acongojada. A pesar de que Dani todavía no sabía lo que eso significaba, la posibilidad de que ella pudiera convertirse en un ser que Decker despreciara y que al parecer querría mata, le causó una sensación desgarradora. Aunque no estaba segura de si hubiera querido compartir una vida con él antes de esto, haberle quitado esa posibilidad, le bastaba para hacer
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a un lado la incertidumbre. Sin duda eso hubiera sido preferible a lo que ahora enfrentaba. Leonius la había arruinado, aceptó ella con tristeza. La había destruido por completo, como si la hubiera matado, porque era el único final aceptable que ahora podía ver para sí misma. Dani no iba a permitirse ser alguien como él, matando a gente inocente para deleitarse con su sangre. Se había convertido en un médico para salvar vidas, no para destruirlas. Siendo consciente de una desagradable sensación ácida en el estómago, Dani cerró los ojos, respiró hondo, y se obligó a pensar con calma. Tenía que encontrar una manera de sacar a esta pareja de aquí, a fin de que se alejaran de ella y de Leo para cuando éste volviera... Y luego tenía que averiguar cómo matar a los Sin Colmillos y a ella misma. Ella preferiría estar muerta que ser un monstruo. Con todo planeado, Dani abrió los ojos y retrocedió con cuidado de vuelta hacia el pasaje. Estaba a punto de regresar a recoger las herramientas que había puesto sobre la mesa de trabajo, con la esperanza de usarlas para forzar la puerta de arriba, pero se detuvo ante un gemido del granjero. Su mirada se deslizó para encontrarlo rodando sobre su costado. Dani empezó a ir hacia él, pero había dado sólo un paso cuando la sensación ácida en el estómago aumentó hasta llegar a ser una puntada dolorosa. Respiró profundamente jadeando por la sorpresa, y tropezó chocando contra el pasaje Ella se asió a la pared y luego se deslizó a lo largo del pasaje mientras el dolor la apuñaló, atravesándola. Para el momento en que pasó la segunda puntada, ella estaba jadeando sobre sus manos y rodillas. Por último levantó los ojos aturdida para encontrar que el granjero ahora estaba gruñendo y haciendo otros sonidos tratando de llamar su atención. El hombre también se retorcía en el suelo, al parecer trataba de acercarse a ella, su cabeza se balanceaba. Le tomó un momento para darse cuenta de el bamboleo silencioso de la cabeza era un gesto destinado a conseguir que ella se aproximara hasta él. Sus ojos se deslizaron por la sangre que todavía goteaba de
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su cabeza, y Dani se estremeció al recordar a Leo afirmando que en menos de una hora la pareja le parecería un par de bifes grandes y jugosos. No tenían mucho tiempo. Tenía que sacarlos de allí, pensó Dani débilmente. Ella tenía que desatarlos para que ellos la ayudaran a encontrar una salida. Incluso si no podían encontrar nada, sería mejor que la pareja estuviera desatada y al menos podrían luchar, en caso que la situación la llevara a perder el control de sí misma. Haciendo uso de su determinación, Dani comenzó a ponerse de pie, pero gimió y cayó de rodillas, tratando de aliviar el dolor punzante que regresaba. Gimiendo, ella se tomó un momento para esperar a que disminuyera y luego se arrastró por el suelo hasta llegar al marido. Las lágrimas manaban de sus ojos para el momento en que llego hasta él, pero ella hizo caso omiso de eso y le desató las manos. En cuanto terminó de hacerlo, las secó torpemente con sus manos y él se hizo cargo de la tarea de liberarse a sí mismo. Dani se dio vuelta aliviada, encontraba inquietantes la vista y el olor de su sangre. Ella se apartó de él, acurrucándose como una bola en el suelo y abrazándose a sí misma alrededor de la cintura. Lo oyó gruñir y susurrar y sospechó que él estaba poniéndose de pie, pero no quiso mirarlo. En lugar de eso, se llevó las manos al estómago, deseando poder excavar y sacar la sangre de Leo y detener todo el dolor. El granjero pasó junto a ella, entrando una vez más en su línea de visión a medida que avanzaba rápidamente hacia su esposa. Dani le vio desatar la cuerda que ataba a la mujer a la silla, pero cuando dejó la cuerda a un lado, en el suelo, le dijo, - Áteme.El granjero y su esposa se volvieron para mirarla sorprendidos. - Áteme,- repitió ella. - Ustedes estarán más seguros.Ellos intercambiaron una mirada entre sí, y luego continuó soltando a su esposa, concentrándose ahora en la soga que envolvía sus muñecas.
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- Si no podemos salir de aquí,- comenzó a decir ella desesperadamente - Yo podría…- No te preocupes, niña,- la interrumpió él. - Conozco una salida.Dani sintió que la esperanza renacía por un momento, ni siquiera pensó por un momento que ella también podría escapar y tal vez encontrar una manera de detener lo que le estaba sucediendo, o al menos obtener la ayuda de Decker y los otros. No habría una mejor oportunidad para detener a Leo y garantizar que éste nunca más causara este daño a otra persona... y evitaría también que ella le hiciera daño a alguien, pensó Dani, pero luego cerró los ojos y sacudió la cabeza. Ella no podía arriesgarse a irse con ellos. No había manera de saber cuánto tiempo podría controlarse. Su mirada se deslizó hasta el granjero que terminaba de desatar las manos de su esposa y ella le dijo, - Átenme y váyanse sin mi.La mujer se quitó la mordaza, ahora que tenía las manos libres y dijo con firmeza: - No vamos a dejarla aquí para que él abuse de usted.- Ustedes tienen que alejarse de mí. Si lo que él dijo es cierto, yo podría atacarles.- ¿Qué?. ¿Lo de la sangre y ese asunto de los vampiros?.- El marido resopló, se enderezó y ayudó a su esposa a ponerse de pie. - El hombre estaba drogado o algo así. Todas eran tonterías.- ¿Qué es lo que le dio, querida?,- le preguntó la mujer preocupada mientras se acercaba a ella cuando su esposo se fue corriendo a través de la sala de calderas hacia pasillo largo y estrecho donde estaba la bomba y el suavizador de agua. - Su sangre-. dijo Dani suspirando. - Ahora también me estoy convirtiendo en un vampiro.La mujer se detuvo junto a Dani, abrió la boca para hablar, pero se detuvo y miró a su alrededor cuando su marido reapareció y corrió a la mesa de trabajo. Ambas le vieron coger el martillo que Danihabía puesto allí, y luego se alejó
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corriendo de nuevo. Hubo un chirrido cuando desclavó las maderas, y entonces la mujer dijo: - ¿Cuál es su nombre, querida?.-Dani,- respondió ella con cansancio. - Bueno, Dani, mi nombre es Hazel Parker y él es mi esposo, John.- Hazel se arrodilló a su lado y añadió con sensatez, - Tengo que decirle querida que los vampiros no son reales. Ese hombre debe haberla drogado de alguna manera antes de traerla hasta aquí.Dani cerró los ojos. Ella no estaba muy sorprendida de que no le creyera. Ella no le creyó a Decker cuando él se lo había dicho, y había visto los colmillos. Para Hazel y John, Leo debe parecía normal, el habitual psicópata, pensó. A menos que… - ¿Quién la ató arriba?,- le preguntó Dani de repente. La confusión apareció brevemente en el rostro de Hazel, pero ella dijo, - Até a John y entonces el joven me ató.- ¿Por qué ató a John?. ¿Leo la amenazó?.- No,- admitió ella, profundizando su confusión. - Él me dijo lo que tenia que hacer, y yo no quería ... yo sólo ... no.- Algo así como el pánico brilló en sus ojos. - Traté de detenerme, pero era como si alguien más estuviera controlando mi cuerpo.- Alguien más lo estaba haciendo,- Dani dijo con firmeza. - Leo. Él es un vampiro.Hazel la miró con incertidumbre y luego se volvió con alivio al ver que su marido se apresuraba a regresar a la habitación. - Lo he abierto,- anunció John, corriendo hacía ellas. - No pensaba que sería capaz de hacerlo. Lleva cerrada unos veinte años, pero la arranque de los clavos con un poquito de…. -
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Hizo una pausa para mirar a su esposa y a Dani, y luego se agachó para coger el brazo de Dani y la levantó. - Vamos. Él podría volver en cualquier momento.Dani se resistió brevemente, pero su lucha era débil. Ella no parecía tener ninguna fuerza en su cuerpo, y eso fue lo que le hizo ceder y añadir la poca fuerza que tenía para ayudarlo a ponerla de pie. No había manera de que ella pudiera atrapar a Leo en esa condición. Si se quedaba, él simplemente le traería más inocentes para que se alimentara, y por la forma en que todo esta yendo, Dani temía que no sería capaz de resistir. Ella iba a salir de la casa con ellos y luego los enviaría al lado, a la casa del ejecutor en busca de ayuda, mientras ella se escondía entre los arbustos o algo así. Luego Decker y los otros podrían volver a cuidar de ella y capturar a Leo. Parecía un buen plan para Dani, y ante la insistencia de John, ella dio un paso vacilante hacia adelante, sólo para jadear y doblarse cuando el movimiento hizo aumentar de nuevo el dolor. Jadeando como una mujer en trabajo de parto, ella miró al suelo y se dijo que sólo tenía que salir al exterior. Luego ellos partirían y estarían a salvo, dejándola a su…- Dani se detuvo y miró a John drásticamente, preguntando: -¿usted maneja una camioneta marrón, ¿no?.- Sí,- respondió John, instándola a que avanzara otro paso. - ¿Por qué?.- Porque eso es lo que él estaba conduciendo y es probable que esté conduciéndola ahora,- dijo Dani miserablemente, dispuesta a renunciar y a buscar la manera de obligarlos a irse sin ella. - Entonces vamos a tener que tomar su auto,- dijo John incondicionalmente. Está en el granero. Yo estaba allí guardando el nuevo tractor cuando él llegó manejando….- y John se detuvo abruptamente con la boca apretada ante algún recuerdo desagradable. - Vamos, vamos, o todavía estaremos aquí discutiendo cuando él vuelva.Dani apretó los labios, pero empezó a moverse de nuevo. Ella hizo lo posible por ignorar el dolor que esa actividad lanzaba a través de su cuerpo, y fueron hasta la sala fría que ella había examinado antes. Ella notó el martillo y los clavos largos abandonados en el suelo de cemento, y luego levantó la cabeza
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para ver que una de las placas de espuma de poliestireno había sido retirada para revelar un muro de piedra que tenía con una vieja ventana. La vista hizo que su corazón se hundiera por la desesperación. No había forma de que fuera capaz de salir a través de esa ventana.
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Capitulo 14
-Puedes hacerlo, niña.Dani se volvió hacia el viejo granjero. Al parecer, su expresión la había delatado, pero él no se iba a dar por vencido, incluso si ella lo hacía. -Te ayudaremos-, agregó, cuando ella empezó a negar con la cabeza, y luego le gritó con impaciencia, - ¡Por lo menos inténtalo, maldita sea!. O si no quieres intentarlo, bien puedes ir cuarto de al lado y usar una de mis herramientas para cortarte las muñecas.Ella apretó los dientes ante las duras palabras. Él tenía razón, ella podía hacer esto, o al menos podría hacer un maldito intento. Dani nunca había sido una cobarde, creía firmemente que el único fracaso era no intentarlo. Esa creencia la había sostenido en la escuela de medicina y en las horas extras que había trabajado como pasante después. Si había logrado sobrevivir a todo eso, ella podría salir a través de esta ventana estúpida, se dijo Dani firmemente. Y si no podía, no sería por no intentarlo. Un poco más tranquilo, John la ayudó a levantarse delante de la ventana, entonces se detuvieron, y John extendió la mano y soltó el viejo y oxidado gancho del pasador. Abrió la antigua ventana hacia arriba para deslizar el gancho a través de un segundo enganche en el techo bajo, sosteniendo la ventana mientras la sacaba. El borde inferior de la ventana estaba a la altura de la barbilla de Dani. Era de sesenta centímetros de ancho y sesenta centímetros de alto y las tres cuartas partes estaba bajo tierra. Miró la ventana de metal, la hierba asomaba por encima de la parte superior y por encima se veía el cielo nocturno lleno de estrellas. -Vamos a necesitar una silla o algo para sacarte,- dijo Hazel, y volvió a salir corriendo de la habitación.
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Dani miró la ventana y dijo tristemente: -Les haré perder el tiempo.-Tenemos un poco de tiempo-, dijo John encogiéndose de hombros. –Estamos bastante lejos. Estamos a media hora del restaurante de comida rápida más cercano.Dani no se molestó en explicarle que para Leo, la comida rápida no tenía el mismo significado. -Aquí.John se volvió y retrocedió un paso llevándose a Dani con él, cuando Hazel se apresuró a regresar con una de las sillas del taller. La colocó delante de la ventana y luego los miró a los dos con incertidumbre. -Súbete, Hazel,- dijo John. -Y luego voy a ayudar a la niña a subir y tú puedes tirar de ella.Hazel asintió con la cabeza y se apresuró a subirse en la silla. Ella era ágil para su edad y tamaño, notó Dani, viendo como la matrona lograba pasar a través de la ventana y resoplando y jadeando logró salir. Cuando Hazel se arrodilló y se volvió para mirarlos, John le dijo: - Sal al césped. Si te acuestas en la hierba y te estiras, puedes tirar desde arriba mientras que ayudo a la chica desde aquí.-Mi nombre es Dani-, murmuró ella al ver a Hazel fuera de la ventana. -Encantado de conocerte,- respondió John ausente mientras miraba a su esposa con preocupación, y luego instó a Dani a que se subiera a la silla. Con su ayuda, ella se las arregló para subir e impulsarse por la cornisa. Las manos Hazel aparecieron de inmediato desde la parte superior del pozo, y Dani las agarró, John la agarró por las caderas, puso su hombro por detrás de ella y comenzó a empujarla hacia arriba. Hubo una gran cantidad de gruñidos y jadeos, y Dani estaba segura de que se había raspado por lo menos dos capas de
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la piel de su estómago, pero después de lo que pareció una eternidad se encontró acurrucada en el fondo del pozo. -Vas a tener que trate de ponerte de pie para ayudarle a Hazel para que te saque de allí, chica-, dijo John sin aliento, y Dani se dio vuelta y lo vio parado en la silla dentro de la ventana. Estaban todos sin aliento por el esfuerzo realizado, pero su cara estaba alarmantemente roja. Sus ojos se deslizaron a la frente, donde la sangre se había secado alrededor de la herida, y sintió que su estómago bailaba, luego Dani notó que una punzada de dolor la atravesaba en una agonía terrible. Si sólo pudiera conseguir un poco de sangre, sólo un poco, sabía que se sentiría más aliviada. Sólo una pizca. Tal vez podría lamerle la frente solamente, como Leo había hecho en la cara de la esposa, sólo una lamida. -¿Dani?Ella sacudió la cabeza y alzó el rostro para mirar a Hazel. Estaba oscuro, pero la luz que se filtraba en torno a la forma de John desde el interior fue suficiente para que viera la alarma repentina en la cara de la mujer. - Estas terriblemente pálida, niña,- dijo ella en tono vacilante. - ¿Estás bien?. ¿Puedes tratar de mantenerte en pie?Dani se avergonzó al darse cuenta de lo que había estado pensando, y cerró los ojos por un momento. Tenía que salir de allí y alejarse de estas personas como pudiera. De cualquier persona. Tenía que buscar ayuda, pero no cualquier tipo de ayuda. Alguien que supiera lo que estaba pasando y que pudiera detenerla. Necesitaba a … -¡Decker!.-¿Qué ha sido eso, querida?,- le preguntó Hazel. -Tenemos que movernos-, dijo John, empujando su pierna. - Tienes que ponerte de pie.Dani puso sus rodillas delante de ella y apoyó sus pies en el suelo. Se estiró hasta la parte superior de la ventana y sintió las manos de Hazel sobre las suyas . Cuando Hazel comenzó a tirar, Dani dejó de luchar contra el dolor del hambre y en su lugar lo utilizó para encontrar la fuerza para impulsarse hacia arriba. Se
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levantó, al principio vagamente consciente de que Hazel estaba tirando y John estaba haciendo lo que podía para empujarla, pero ella estaba haciendo la mayor parte, obligando a sus músculos a moverse. La acción hizo que el dolor en su estómago surgiera y se disparara hacia sus miembros como el ácido y golpeara su cerebro como un martillo. La agonía alejó todos sus otros pensamientos mientras se arrastraba fuera del pozo. En el momento en el que sintió la hierba fría bajo sus manos y rodillas, Dani se dejó caer al suelo, se apartó de la ventana y se hizo una bola abrazándose a sí misma. Apenas era consciente de los sonidos detrás de ella cuando Hazel ayudó a John a salir. Él murmuró: -Yo iré a ver si el coche arranca. Trata de levantarla.Luego Hazel se inclinó sobre ella, y le preguntó si estaba bien. Dani podía escuchar los latidos de la mujer por encima, casi podía oír el torrente de sangre corriendo por las venas de la mujer y se encontró rodando sobre ellos. Hazel deslizó sus brazos alrededor de Dani, levantando la cabeza y los hombros de Dani para hacerla descansar en su regazo. Hazel luego bajó la cara para mirarla. - Estás muy pálida.- Las palabras sonaban nerviosas y llevaban un leve rastro de sangre con ellas. La parte de la mente que Dani que aún funcionaba le dijo que eso provenía del labio ensangrentado de Hazel que Leo le había lastimado, pero eso no importaba, el olor hizo que su cuerpo comenzara a gritar en forma miserable. Gimiendo, ella volvió la cabeza hacia un lado, su mirada se posó en el hueco del brazo que Hazel había deslizado por debajo de la cabeza. La piel se veía delgada por la edad y bajo la suave luz que entraba por la ventana Dani pudo ver las venas azules en forma de araña arrastrándose por sus brazos. Las venas que llevan sangre, le dijo su mente, la sangre caliente y dulce que se llevaría el dolor. Sólo una pequeña probada, para alejar el dolor... Dani se empujó lejos de la tentación, rodando contra la pared. Sintió el ladrillo, fresco y áspero contra su cara, ella levantó la mano y comenzó a levantarse, hundiendo los dedos de una mano en las pequeñas grietas entre los ladrillos y empujándose con la otra mano en el suelo.
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- Deja que te ayude.- Hazel estaba a su lado otra vez, tentándola con su olor. Sin pensarlo, Dani la cogió por la parte delantera de la blusa y la arrastró más cerca para poder inhalar el aroma. -Tus ojos,- jadeó Hazel, con voz temblorosa. -Se han vuelto de plata.Las palabras fueron como una bofetada en la cara de Dani. De inmediato recuperó el control de sí misma, soltando la blusa de la mujer, y la apartó. -Corre-. La palabra era un ruego desesperado. -Voy a esconderme en los arbustos. Puedes enviarme ayuda.Hazel la miró con incertidumbre, obviamente luchando contra el deseo verdadero de huir, y luego el sonido de un motor resonó en la parte posterior de la casa. Hazel la miró, y fue evidente que el alivio recorrió su cuerpo, luego una mueca de determinación apareció en su rostro y retrocedió un paso junto a Dani. -No te vamos a dejar atrás-, anunció, cogiendo a Dani de las axilas y arrastrándola hacia arriba con una sorprendente muestra de fuerza. – Vamos a salir los tres de aquí, niña. Así que será mejor que te metas eso en la cabeza y que pongas los pies en movimiento o te voy a arrastrar por toda la casa hasta el coche.Dani negó con la cabeza, y no ayudó a Hazel cuando ésta pasó a su lado y le puso un brazo por encima de sus hombros y luego trató de empujarla hacia adelante. -El granero está solamente a la vuelta de la casa y entonces estaremos en camino-, dijo Hazel casi suplicante. -Cinco minutos más y estaremos a salvo. Por favor, Dani, inténtalo.Cinco minutos. Dani dejó que las palabras cayeran dentro de su cabeza. Ella sólo tenía que controlarse a sí misma durante cinco minutos y luego Decker se haría cargo de todo. Él mantendría a salvo a los Parker, la sacaría de su miseria y se haría cargo de Leo. Cinco minutos. ¿Seguro que podría controlarse tanto tiempo?.
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Dani se obligó a enderezar sus piernas y dio un paso tambaleante hacia adelante con la ayuda de Hazel. Oyó, pero lo ignoró, exclamar a la mujer Gracias a Dios-, mientras se dirigían a la esquina de la casa. - He oído a Leo decir que tú estabas justo al lado nuestro,- exclamó Hazel sin aliento mientras cruzaban el césped. – Pienso que debe haberse referido a la casa de los Sanderson. Fue vendida hace un par de semanas. ¿Son esas personas amigas tuyas o familiares?Dani no tenía ni idea de quién había sido el dueño anterior de la casa, pero dudaba que ambas casas contiguas hubieran sido puestas a la venta y vendidas, por lo que asintió débilmente. -¿Tienen un teléfono?. Si es así, podemos usarlo para llamar a la policía.-Sí,- gruñó ella, sabiendo que no era probable que eso sucediera. Hazel y John probablemente serían puestos bajo el control de una persona en el momento en que llegaran a la casa, y luego los hombres querrían venir a buscar a Leo ellos mismos. Ella esperaba que le arrancaran las extremidades, pero sospechaba que sólo lo decapitarían o algo así para asegurarse de que estaba muerto. Entonces probablemente eliminarían todo rastro de lo que había pasado en esta casa y eliminarían los recuerdos de John y de Hazel para que continuaran con lo que probablemente había sido una vida pacífica y agradable. Después de esto, ellos sin duda no le prestarían atención. -Oh, John,- suspiró Hazel aliviada, cuando llegó a la esquina. Dani levantó la vista para ver al hombre que venía corriendo hacia ellas. -Aquí, déjame ayudarte.- John tomó el otro brazo de Dani sobre sus hombros y comenzó a moverse más rápidamente mientras le explicaba, -No estaban las llaves en el coche y no sé cómo hacer un maldito puente, así que tendremos que tomar el tractor .Dani dejó caer la cabeza apoyando la barbilla contra el pecho. Tenía miedo de lo que podría suceder si veía u olía la herida sangrante en la frente una vez más, por lo que fue Hazel quien respondió.
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-Eso está bien-, gritó la anciana para hacerse oír por encima del motor a medida que se acercaban al vehículo agrícola. -Vamos a lo del viejo Sanderson de todos modos. Podemos cruzar el campo en el tractor y así no nos arriesgaremos a toparnos con él en el camino.-Bien pensado, mujer-, gritó John al llegar junto al tractor. Cuando él se detuvo y vaciló, Dani corrió el riesgo de levantar la cabeza para mirar al vehículo. Lo primero que vio fue el metal verde de los dos escalones de la escalera para subir. Su mirada se deslizó hasta la puerta de vidrio abierta y la cabina. Obviamente, era bastante nuevo, el interior parecía tan elegante como una cabina de avión con un asiento acolchado, engranajes, y botones, e incluso una pequeña pantalla que le hizo pensar en un GPS. Pero no podía dejar de notar también que no había espacio suficiente para los tres en el interior. -Entra Hazel-, gritó John. -Vas a tener que conducir. Voy a poner a la niña en el suelo una vez que estés dentro y yo iré de pie en la puerta para asegurarme de que no se caiga.Hazel se deslizó por debajo del brazo de Dani para subir a la cabina. Dani entonces miró a John, para ver que estaba mirando a su esposa. No era un hombre muy alto, y su rostro estaba justo por encima, y eso la dejaba mirando el rastro de sangre que le corría por la frente y la mejilla hasta la garganta. Ella tragó saliva y giró la cabeza hacia un costado, por lo que se sorprendió cuando de repente él se dio vuelta, la agarró por la cintura y la levantó para sentarla en el suelo de la cabina con las piernas colgando hacia fuera. -Sostente,- le gritó él. Dani se apoyó en el marco de la puerta y se agarró de éste cuando él se acercó para agarrarse a cada lado del marco de la puerta abierta y se subió, quedándose parado en la escalera delante de ella. Eso la bloqueaba y dejaba la cara de él al mismo nivel que la suya. John le sonrió casi amablemente antes de mirar a Hazel. -Vamos, Hazel,- gritó. -Vamos a salir de aquí antes de que él vuelva.Cinco minutos, se recordó Dani a sí misma. Todo lo que tenía que hacer era aguantar durante otros cinco minutos. O tal vez ahora era menos, tal vez sólo
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cuatro, pensó, y luego el tractor aceleró y se cayó contra John, agarrándose de su camisa para no caerse. Lo abrazó un momento, y luego sintió un olor tentador procedente de la tela. Levantando la cabeza un poco, miró el trozo de camisa atrapada en su mano izquierda, y vio una mancha oscura en el material que sobresalía del círculo hecho por el pulgar y el dedo índice cerrado. Era sangre que había goteado de la herida en su cabeza y se había secado allí, se dio cuenta Dani, y se encontró respirando profundamente la dulce fragancia con sabor metálico. Cerró los ojos cuando el vértigo se apoderó de ella mientras la sangre en su cuerpo empezó a saltar burbujeando, como si estuviera en ebullición y, a continuación, antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, Dani cerró la boca sobre la mancha oscura, aprovechando cada pedacito de la sangre en la tela. El tractor de pronto saltó y se sacudió, y saltó de nuevo. Ella cayó hacia atrás, hacien que soltara la camisa, y John rápidamente se miró la camisa húmeda a medida que caía sobre su pecho. Luego miró a Dani con el ceño fruncido mientras le cogía la cara. -¿Estás bien?,- gritó. -Estás pálida como la muerte y sudando.Dani gimió y miró por detrás de él para ver el campo, y notó que estaban detrás de la casa, y se encontraban atravesando el campo. Al parecer Hazel se dirigía en línea recta a la propiedad vecina, cogiendo velocidad, tanto como podía. A juzgar por la dirección en la que se movían, parecía que la propiedad de los Parker, estaba a la derecha de la casa del ejecutor. Por lo que Dani recordaba de lo que había visto ese día de camino hacia el centro comercial, este campo era tan largo como, al menos, una manzana de la ciudad, tal vez dos ... y luego se toparían con el bosque. No iba a aguantar tanto, pensó Dani con desesperación. El campo era muy largo y no había manera de que pudieran conducir el tractor por el bosque. Tendrían que cruzarlo a pie. Nada de esto sería un problema si no perdiera el control tan rápido. Ya se había visto obligada a chupar la sangre seca de una camisa. ¿Qué sería la próxima vez?.
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Dani se volvió para tratar de ver dónde habían llegado y lo que les faltaba, pero el cuerpo de John estaba bloqueando su visión. Entonces él también se volvió para mirar hacia adelante, dejando su cuello estirado delante de ella. Dani se olvidó del bosque y miró con hambrienta fascinación la vena palpitante del cuello. Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se obligó a bajar la mirada, sólo para encontrarse mirándole la parte interna de la muñeca interna cuando él se acomodó en el marco de la puerta y se agarró un poco más arriba mientras se inclinaba hacia fuera para poder mirar mejor hacia adelante. -Llévanos hasta el borde del bosque y yo voy a correr hasta la casa para buscar a alguien que venga a ayudarnos a llevar a la chica hasta allí-, gritó de pronto John, haciendo que la atención de ella sobre su muñeca se alejara.-Está bien,- grito Hazel. John se volvió a mirar a Dani, con el ceño fruncido mientras le echaba un vistazo. Soltó del marco la mano que estaba más cerca de ella y apoyó el hombro contra el marco para no perder el equilibrio para poder tocarle la frente . A continuación él miró a Hazel, inclinándose un poco y colocando su frente más cerca de ella, mientras gritaba, -La muchacha está ruborizada y se siente febril. Creo…Se detuvo abruptamente cuando Dani de repente volvió la cabeza, se inclinó hacia adelante y lamió la mano que le había apoyado en la frente. -¡Hey, ya!,- John hizo un gesto con la mano. -Niña, nadie me lame, excepto Hazel. Pórtate bien.-Lo siento, había sangre en ella de cuando se secó la frente,- murmuró ella -¿Qué?.- Él se acercó con sus cejas elevadas en forma interrogante y Dani se centró en la frente. Su herida en la cabeza comenzó a sangrar de nuevo, y el fresco y dulce olor a sangre se filtraba hacia fuera. Observó lentamente el camino de la sangre hacia abajo, a través de la sangre seca, y sintió la saliva en
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su boca. Dani tragó y luego se humedeció los labios, finalmente se inclinó un poco para inhalar su olor, se sorprendió al darse cuenta de que olía tan delicioso como un filete jugoso y agradable, como había dicho Leo. -¿Qué dijiste?,- le preguntó John, inclinándose más de cerca, y Dani aprovechó la ocasión para lamerle la frente. De inmediato él se echó para atrás conmocionado, y luego frunció el entrecejo y espetó: -¡Ya basta!-¿Qué hizo?,- Hazel preguntó. -Ella sigue lamiéndome, Hazel. Está peor que ese maldito gato tuyo,- gruñó, mirando a Danie ahora con recelo. Dani quería disculparme, pero estaba ocupada saboreando la sangre que había conseguido de la lamida rápido, moviéndola dentro de su boca antes de tragarla. Nunca lo había pensado antes, pero la sangre era realmente deliciosa, y Dani se preguntaba cómo podría atraerlo hacía ella para darle otra lamida cuando Hazel preguntó sorprendida: -¿Ella te lamió?-Sí, ella continua…- John se detuvo al inclinarse hacia atrás, alejándose de Dani, mientras ésta trataba de lamerlo de nuevo. La acción le hizo perder su agarre sobre el marco de la puerta con la mano por sobre la cabeza de Dani y gritó agitando en el aire el brazo libre mientras la parte superior de su cuerpo empezaba a caer hacia el exterior. -¡John!,- exclamo Hazel. -Tengo que hacerlo,- gritó Dani, y se sorprendió un poco al encontrarse haciéndolo. Sus manos se habían estirado instintivamente para cogerlo por la parte delantera de la camisa y lo arrastró en medio de la cabina de manera que su pecho se estrelló contra sus rodillas y su cara estaba directamente frente a ella. Ella no sabía de donde provenía la fuerza, sólo estuvo allí de repente, pero también lo estaba el dolor rasgando a través de su mente y animándola a arrastrarlo más cerca para poder lamerle la frente de nuevo.
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-¡Hazel!,- gritó John, empujándola, pero incapaz de quebrar su agarre. ¡Ayúdame!.Dani estaba distraída cuando sintió un golpe en la cabeza mientras Hazel gritaba: -¡Basta, chica mala!.¡Déjalo en paz!. Deja de lamer a mi marido!.--Decker oyó que la puerta se abría y levantó los ojos para ver a Lucian aparecer en la entrada como una forma oscura a la luz de luna. -Ahí estás.- Lucian miró en el establo sin luz. -Sam dijo que pensaba que te vio venir hacia aquí.-¿Alguna novedad?,- preguntó bruscamente. Lucian sacudió la cabeza. Decker suspiró. A continuación, salió de la bala en la que había estado sentado y se acercó a la puerta. Había estado sentado allí desde su llegada a la casa, el estar donde habían estado juntos, le había hecho sentirse más cerca de Dani, pero él se había sentado allí, torturándose a sí mismo con los recuerdos del breve interludio y la posibilidad de que eso podría ser todo lo que tuvieran. Era mejor si regresaba a la casa, aunque sólo fuera para andar por su habitación como un tigre enjaulado y triste. Llegó a la puerta e hizo una pausa, esperando a que Lucian pasara para salir. Cuando no lo hizo, Decker advirtió que su tío permanecía de pie con la cabeza ligeramente en alto, en actitud de escucha y con los labios fruncidos. Decker, arqueó una ceja. -¿Qué es?.-Creo que oigo un tractor,- murmuró Lucian, volviendo la cabeza para mirar alrededor con disgusto. -¿Quién diablos estará trabajando los campos a esta hora?.-
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Decker se encogió de hombros. -¿Un granjero?.Lucian le dirigió una mirada de desaprobación. -Por supuesto que es un granjero. Pero, ¿qué granjero idiota estaría trabajando a estas horas?.Decker se encogió de hombros con indiferencia, aunque Lucian no se dio cuenta mientras se lanzaba hacia la puerta y se alejaba. Decker cogió la puerta mientras se cerraba y salió para ver que aquél caminaba por el costado del edificio. Su mirada se deslizó a la casa, moviéndose por sobre las ventanas que brillaban con la luz, y luego se volvió para seguir a su tío. Lucian había desaparecido cuando llegó a la parte trasera, pero Decker podía oír el suave murmullo de sus pasos por el bosque y lo siguió. El bosque tenía tan sólo veinte metros de profundidad. Decker se abrió paso entre los árboles casi sin hacer ruido y se detuvo junto a su tío en el borde del campo y vio la forma oscura del tractor que estaba detenido a mitad de camino. No había luces en el vehículo, o si las había, no las encendieron, pero el motor estaba funcionando. -¿Qué…?.-Shh…-, le hizo callar Lucian. -Escucha.Decker se volvió hacia el campo y escuchó, recogiendo los sonidos lejanos de un hombre gritando y una mujer, en un tono agudo y alarmado, -¡No!- y, a continuación, -¡No Dani!Los pies de Decker se movieron incluso antes de que el nombre hubiera muerto. Consciente de que su tío estaba tras sus talones, voló a través del campo, moviéndose tan rápido que sus pies parecían no tocar en la tierra mientras rasgaba las plantas. La escena a la que llegó Decker permanecería en su mente por un tiempo muy largo. Dani tenía a un hombre mayor con vaqueros y una camiseta a cuadros inmovilizado en el suelo, con las rodillas sobre los hombros mientras sostenía su cabeza y lamia frenéticamente su frente. Ella parecía completamente ajena a
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la lucha del hombre, e incluso a la mujer con un vestido de algodón, también de edad avanzada, que estaba detrás de Dani, tratando de arrastrarla, gritando, -¡Ya basta!. Deja de lamer mi a esposo. ¿Has perdido el juicio?, ¡Déjalo en paz!.Decker levantó a la mujer apartándola de Dani, la volvió hacia Lucian, y luego se volvió para encontrarse a Dani dejando la frente y siguiendo el rastro de sangre seca que iba desde la mejilla a su cuello. -¡Detenla!.Decker no necesitaba ese grito de Lucian, ya estaba cogiendo a Dani por los brazos y tirando de ella para apartarla del hombre que ella estaba asaltando. -No-, gimió ella, luchando débilmente contra él. -Quiero más.-Dani-, dijo él bruscamente, girándola. Ella levantó la cabeza, sus ojos en su cara se tornaron cada vez más amplios. – Decker,- suspiró ella con alivio. -Nos encontraste. Gracias a Dios. Ahora puedes matarme.Cuando Dani se hundió en su pecho, Decker cerró sus brazos alrededor de ella. Sus ojos se deslizaron al hombre mayor mientras éste se ponía de pie temblando, y luego a la mujer mayor, antes de preguntarle con gravedad: -¿Qué pasó?.La mujer corrió junto a su esposo cuando Lucian la soltó. Ella deslizó un brazo alrededor de su cintura para sostenerlo, lo miró brevemente, y luego miró a Decker. -No lo sé,- admitió ella, mirando preocupada a Dani. -Ese hombre debe haberla drogado o algo así. Estaba enferma cuando escapamos del sótano, pero a medida que nos escapábamos en el tractor empezó a lamer a John. Cuando traté de hacer que se detuviera, ella lo lanzó del tractor como una muñeca de trapo y saltó detrás de él. Inmediatamente detuve el tractor y salté, ella estaba encima
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de él como un perro con un hueso.- Sacudió la cabeza y repitió: -Él debe haberla drogado. Hay algo malo con esta niña.-Leonius- dijo Lucian de repente, y Decker se volvió y vio que sus ojos estaban centrados en Dani. Era obvio que había estado leyendo en su mente lo que había pasado. Su tío dirigió su mirada hacia él y anunció, -Leonius la cogió en el centro comercial y la llevó a su casa.- Hizo un gesto a la casa que se veía a través del campo. -La obligó a beber su sangre, y luego la encerró en el sótano para que hiciera de ellos su comida, mientras iba en busca de otra víctima para sí mismo, pero ellos se escaparon.-Jesús-, suspiró Decker, bajando la mirada hacia Dani. Estaba apoyada mayormente contra él, tenía su puño en la boca, y se balanceaba ligeramente y gemía con lo que sonaba como dolor. -Llévala a la casa y deja a Dani atada con correas. Voy al lugar a esperar a que Leo regrese,- ordenó Lucian. Luego se volvió y corrió por el campo hacia la casa de al lado. Decker le vio llegar, y luego tiró de los dedos de Dani sacándoselos de su boca, haciendo una mueca al ver el daño que se había hecho. -No-, gimió ella, y trató de llevárselos a la boca de nuevo, pero Decker le cogió la mano y se la retorció detrás de su espalda mientras la alzaba en sus brazos. Se las arregló para atrapar su otra mano entre sus cuerpos para que no comenzara a roerla. Dani comenzó inmediatamente a luchar, y él simplemente la aprisionó más y se dirigió a la pareja. John Parker y Hazel, Decker cogió el nombre de sus pensamientos mientras miraba al hombre. Parecían haberse recuperado de su encuentro con Dani. Decker, asintió con la cabeza hacia el bosque por delante y dijo: -Por allí. Asintiendo con la cabeza, el hombre tomó a su esposa de la mano y comenzó a llevarla hacia el bosque.
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Capítulo 15
Algo frío goteaba sobre los labios cerrados de Dani, la excitación la había agotado hasta que cayó en un estado de casi inconsciencia, mientras Decker la llevaba a través de los bosques. Abrió los ojos, lo encontró de rodillas encima de ella y se sintió confundida al mirar a su alrededor y ver que estaba atada a la cama en su habitación. La cama no tenía rebordes o cabecera, la cuerda simplemente había sido atado a una muñeca, de alguna manera la pasaron debajo de la cama, y después la trajeron para atar su otra muñeca. Lo mismo se había hecho con los tobillos. Primitivo, pero eficaz, decidió mientras tiraba de la cuerda y comprobó que el peso de la cama la mantenía en el lugar. Dani no recordaba cómo había llegado hasta allí y se dio cuenta que ella debió de haber quedado en blanco por la mordida. Recordó haber luchado desesperadamente para que Decker la pusiera en el suelo, o al menos para que él liberara una de sus manos para poder chuparse sus nudillos de nuevo, pero Decker la había ignorado mientras conducía a los Parker a la casa. Para el momento en que habían llegado allí, ella realmente estaba fuera de sí. Tenía vagos recuerdos de Sam, Mortimer, Justin, y Leigh a su alrededor, aunque Mortimer le había ordenado a Justin que cuidara a los Parker mientras él iba a ayudar a Lucian, y luego todo lo que pudo recordar fueron las paredes y los techos bailando sobre su cabeza y ahora esto. -Abre.Girando la cabeza hacia arriba, Dani miró a Decker y advirtió que su expresión era sombría y cerrada mientras sostenía una bolsa de sangre encima de su boca. -No quiero.Las palabras murieron en su garganta cuando él abrió un extremo de la bolsa de sangre, vertiendo un poco de líquido frío y rojo en su boca. En el momento en que la fresca y vivificante sangre salpicó su lengua, Dani se olvidó de decirle que no quería ser un animal como Leo y que sólo debía matarla en ese
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momento. En lugar de eso, abrió sus mandíbulas aún más y tragó con avidez el líquido que fluía hacia su interior. Era como un paño frío sobre una quemadura, aliviando su agonía y golpeándola un poco en retribución, pero muy pronto el saco estuvo vacío y el dolor volvió con fuerza, como una turba de matones cargando contra su cuerpo demandando por más. Dani jadeaba ante el ataque cuando se abrió la puerta y entraron Sam y Leigh llevando tres bolsas de sangre cada una. -Trajimos más,- anunció Sam mientras las dos mujeres se precipitaron hacia adelante con miradas de preocupación. -Gracias.- Decker tomó un saco de Sam y utilizó sus dientes para abrir un extremo. A continuación, se inclinó sobre Dani y puso la punta sobre su boca. Ella abrió su boca con ansiedad, y suspiró cuando la sangre fría se deslizó por su garganta, domando a la turba en su interior. Ellos hicieron lo mismo cuatro veces más, cinco bolsas de sangre que brotaron hacia el pozo sin fondo en que se había convertido su estómago y, luego Dani se quedó rígida mientras su cuerpo permanecía inmóvil. No hubo más clamor acuciante en sus oídos, no más calambres ácidos en el estómago, y su ritmo cardíaco se redujo hasta casi detenerse. A continuación, Dani sintió un temor trepidante. Se sentía como la calma antes de una tormenta, y ella sabía que cuando chocara sería como un huracán devastando todo a su paso. -¿Qué es esto?,- preguntó Decker. Observaba el rostro de ella con preocupación, mientras sostenía en sus manos otra bolsa que estaba sin abrir. - Tú dirás, -dijo ella con voz firme. -Tú eres el experto aquí.-Yo no soy un experto. Nací siendo inmortal. Nunca me he sentado antes a ver una transformación,- admitió, y luego se volvió hacia Leigh con una mirada interrogante. -Me temo que yo tampoco,- admitió la compañera de vida de Lucian, con manifiesta preocupación rostro.
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Dani oyó suspirar a Decker, y luego ésse te volvió hacia ella y le dijo, -Dime lo que está pasando.Abrió la boca para hablar, y entonces gritó, ya que estaban cargando contra ella de nuevo. El murmullo en los oídos regresó, pero ahora era un rugido, haciendo que no oyera todo lo demás. Los calambres ácidos regresaron en serio y se convirtieron entonces en una cama de cuchillos invisibles que la golpeaban desde el techo y la pinchaban atravesándole su estómago y el pecho, para luego dispararse en todas direcciones a través de su cuerpo. Y los latidos de su corazón comenzaron a correr, embistiéndola y golpeándola con tanta fuerza que ella temió que fuera a estallar y salirse de su pecho. Pero peor aún fue la explosión que estalló en su cabeza. Un dolor como nunca antes había experimentado le desgarró el cráneo. Entonces su cuerpo comenzó a convulsionar, y Dani perdió la capacidad de ver o incluso de pensar. Ella era pura sensación ahora, sólo estaba consciente de la agonía de su desgarro. - ¡Querido Dios!, ¿qué está pasando?.- La pregunta gritó a través de la cabeza de Decker, aún cuando Sam lo preguntó en voz alta cuando Dani comenzó a convulsionar en la cama. -Tal vez será mejor que llame a Lucian para saber si esto es normal,- dijo Leigh. -No. Lucian no puede hacer nada,- dijo él al mismo tiempo. -Llama a Bastien y dile que envíe drogas y una vía intravenosa.Leigh asintió, pero antes de que pudiera ir en busca de un teléfono, de repente Dani comenzó a convulsionar. Decker se volvió hacia la cama justo a tiempo para verla tirar de sus manos hacia el pecho. Parecía que ella estaba tratando de agarrar su estómago, o tal vez su corazón, pero la soga la detuvo ... por medio segundo, y luego el sonido del cajón de madera de la cama al romperse llegó hasta sus oídos mientras las manos continuaron hacia el centro y hacia arriba. El borde de la caja destruida y del colchón, excepto donde Decker estaba sentado, se enrollaban hacia arriba mientras Dani no se agarraba su pecho o su estómago, sino su cabeza. Sus
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dedos se enredaron en su pelo, cogiendo puñados y luego cerró sus puños alrededor de ellos y los presionó contra su cráneo. Luego, con la misma rapidez, comenzó a tirar de ellos hacia afuera. Si Decker no hubiera logrado lanzarse para agarrar sus manos y detenerla en ese momento, era bastante seguro que Dani se habría arrancado todo el pelo de su cuero cabelludo. Afortunadamente, él la agarró y luego luchó para sujetarla y le impidió hacerse daño, pero las piernas estaban moviéndose demasiado y todo su cuerpo se tornó salvaje. Decker estuvo más que agradecido por la ayuda de Leigh, cuando ésta se lanzó sobre las piernas de Dani, pero cuando vio de soslayo que Sam venía hacia la cama por el costado, para ayudarlos tratando de tomar uno de los brazos, le gritó, -¡No!. ¡Atrás!. Ella es demasiado fuerte. Podría matarte ahora mismo, sin darse cuenta.-Pero ustedes solos no pueden sostenerla,- señaló Sam, con los ojos frenéticos. Decker no respondió, pero sabía que ella tenía razón. Mientras que él y Leigh eran fuerte gracias a los nanos, la combinación de nanos y el dolor que sufría Dani la hacían difícil de controlar. Estaba a punto de sugerirle a Sam que llamara a Justin cuando la puerta se abrió y vio que su primo Etienne, y Rachel, la mujer pelirroja de Etienne, se lanzaron dentro de la habitación con dos grandes bolsas de lona. En el momento en que ambos vieron el estado de las cosas, dejaron caer las bolsas y se lanzaron sobre la cama. -¿Qué pasó?,- preguntó Rachel, subiendo del otro lado de la cama para coger el brazo mientras que Etienne se trasladó hasta donde estaba Leigh para ayudarla a sostener las piernas de Dani. -Se está transformando,- murmuró Decker. Incluso con cuatro de ellos sujetándola, no podían mantenerla quieta. -Sí, lo sabemos,- dijo Rachel. -Estábamos en la oficina cuando Lucian llamó pidiéndole a Bastien que enviara una vía intravenosa y algunos medicamentos para una transformación. Nos ofrecimos a traerlos y ayudar,- explicó, y añadió:
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-¿Pero lo que quiero decir es por qué ya está así?. Lucian dijo que ella había obtenido los nanos sólo hace una hora, y a Kate le tomó tres o cuatro horas para llegar a esta etapa.Decker, frunció el ceño. -¿Tú estuviste en la transformación de Kate?.-Puede que trabaje en una morgue, pero todavía soy una médica,- señaló ella con ironía. -Sabiendo eso, Kate me pidió que estuviera cerca en caso de que algo saliera mal.-¿Y no fue así?,- preguntó Decker con preocupación. Ella sacudió la cabeza haciendo unas muecas cuando Dani estuvo a punto de liberarse, y casi tuvo que sentarse en su brazo para mantenerlo quieto.-Esto comenzó después de la quinta bolsa de sangre,- dijo Sam, acercándose un poco más a la cama. -¿Ya le diste su sangre?,- preguntó Etienne. -¿Cómo lo hiciste?.- Por su boca,- contestó Decker. -Abrí una bolsa tras otra y vertí su contenido adentro.-Oh.El sonido suave de la comprensión atrajo la mirada de él hacia Rachel y vio que ésta se mordía el labio. -¿Qué pasa?.- Yo...bueno, creo que eso probablemente aceleró un poco las cosas,- admitió ella. -De acuerdo con Marguerite, ellos han encontrado que el uso de la vía intravenosa frena un poco el proceso porque la sangre tarda más en entrar en el cuerpo. Pero también reduce el riesgo de que los transformados se hieran a sí mismos o a otra persona. Sin embargo, si echaste cinco bolsas por su garganta una tras otra, entonces los nanos probablemente están marchando a toda velocidad y están haciendo todo a la vez.-
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Decker lanzó una maldición. -Está bien,-le aseguró Rachel. - Eso sólo significa que ella lo conseguirá más rápido.- A continuación, miró a Sam, y su voz vibró mientras Dani la hacía saltar a alrededor, dijo: -Hola, soy Rachel Argeneau.-Sam Willan,- dijo Sam, arrancando la mirada de Dani con una sonrisa distraída. -Compañera de vida de Mortimer.-Bastien nos lo dijo,- afirmó la pelirroja. -Sam, ¿crees que podrías ir a buscar en la bolsa pequeña y traerme a uno de los pequeños estuches negros que hay en su interior?.Sam asintió con la cabeza y se apresuró a ir hacia las bolsas, parecía feliz de tener algo que hacer para ayudar en la situación. Cuando volvió con un estuche negro, Rachel se movió hasta ocupar un sitio más estable en el brazo de Dani y luego agarró el estuche y lo abrió, revelando la presencia de dos agujas y dos ampollas en su interior. -¿Qué es eso?,-preguntó Decker preocupado. -Una combinación de un agente paralizante y otro adormecedor,- respondió Rachel mientras recogía una aguja y una ampolla y preparaba la inyección. -No le quitará totalmente el dolor, pero le facilitará todo considerablemente y la paralizará para que no pueda hacerse daño a sí misma o a cualquier otro.-¿Cuánto tiempo necesita para hacer efecto?, - preguntó Decker mientras Rachel le aplicaba la dosis a Dani. -Es muy rápido,- anunció ella. -Afortunadamente, los chicos de Bastien han venido con algunas cosas bastante potentes. Esta inyección mataría a un mortal, pero los nanos evitarán que eso ocurra en el caso de ella. Desafortunadamente, eso también ocasiona que el medicamento sólo sea efectivo en el corto plazo y tendrá que ser administrado en intervalos regulares de media hora.-
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Decker, asintió con la cabeza. Los nanos tendían a tratar de luchar contra los efectos de todo ello, y de eliminar del sistema cualquier producto químico que no estaba allí en forma natural. Se hacía muy difícil para uno de los de su clase ser un alcohólico o un drogadicto. El inmortal que caía en ese camino tenía que estar continuamente tomando grandes cantidades de sangre impregnadas de alcohol o drogas, de un mortal que se mantuviera drogado o borracho. Incluso el tranquilizante que tenían las balas que utilizaban era eficaz pero sólo durante media hora o cuarenta y cinco minutos, lo que resultaba más que suficiente para lograr encadenar y someter a los renegados. Al menos, en los caso normales pensó Decker, recordando que Leo se había visto afectado por la sustancia sólo unos minutos. -Está empezando a hacer efecto,- comentó Etienne, llamando su atención sobre Dani. Sus sacudidas se habían calmado considerablemente, y su rostro ya no estaba contraído por el dolor y el horror. - Dios querido,- dijo de pronto Rachel suspirando, con la mirada fija en el rostro de Dani. -Bastien no nos dijo quién era. Esta es la Dra. McGill..-¿La conoces?,- preguntó Etienne sorprendida. Rachel asintió. -Se formó en Toronto y estuvo en el internado en nuestro hospital durante seis meses antes de abrir su propia práctica ... en Windsor, creo.- Ella frunció el ceño y se volvió hacia Decker en forma casi acusadora. ¿Qué diablos está pasando?.-Ella es mi compañera de vida,- dijo Decker en voz baja. -Oh.- Se relajó. -¿Entonces tú la convertiste?.Él negó con la cabeza. - Yo no fui. Lo hizo Leo.-Cristo,- Etienne respiró profundamente y vio la mirada confundida de Rachel. -¿Quién es Leo?, -preguntó ella desconcertada.
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-Él es el Sin comillos que desapareció en el claro del bosque en el norte cuando ellos encontraron a Nicholas,- dijo Etienne. Al parecer, ellos habían comentado brevemente la última parte de los recientes acontecimientos y Rachel simplemente se había olvidado del nombre, porque dijo, -Oh,- y volvió a asentir. -¿Sabías tú acerca de que Nicholas era hermano de Thomas y Jeanne Louise?,preguntó Leigh con curiosidad. Rachel asintió. -Tuve problemas para beber la sangre cuando fui convertida. Thomas me ayudó. Me dijo que su cuñada solía tener el mismo problema, pero que encontraron una solución y me conectó un par de pajillas. No pensé en eso hasta que estuve hablando con Jeanne Louise en la fiesta de Kate antes de su boda, y le pregunté por sus hermanos y hermanas. Ella me dijo que no había nadie más que ella y Thomas.Leigh asintió con la cabeza, -Tuvimos una conversación similar, donde ella me dijo lo mismo. Supongo que ella lo tomó a mal cuando Nicholas se convirtió en un renegado.-Sí,- murmuró Rachel, y concluyó: -Yo no le dije a ella lo que Thomas me había contado, no estaba segura de si había entendido mal o algo así, así que esperé hasta que pude preguntarle a Etienne al respecto y él me habló de Nicolás.Se hizo silencio en la sala por un momento, y luego Leigh preguntó: -¿Por qué es tan horrible que Leo transformara a Dani?.- Cuando todo el mundo se volvió a mirarla, ella se encogió de hombros y añadió: -Quiero decir, Morgan era un renegado y cuando me convirtió nadie parecía preocupado por eso, pero todos parecen estar demasiado perturbados porque este renegado, Leo, convirtió a Dani.-Debido a que Leo no es sólo un renegado, es un Sin Comillos,- dijo Decker en voz baja. -Lo sé, ¿pero los colmillos realmente importan?, -preguntó ella. -Quiero decir, de todos modos usamos bolsas de sangre.-
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-No es eso,- explicó Rachel, -Según Bastien, ser convertido por un Sin Colmillos es peligroso.-¿Por qué?,- preguntó Sam con curiosidad. Cuando nadie respondió, Decker, dijo con un tono grave, -porque significa que ella sólo tiene una de tres posibilidades de salir bien, sólo que sin los colmillos, pero en todo lo demás, será igual a nosotros.Sam abrió los ojos horrorizada. -¿Quieres decir que podría morir?.Él vaciló y luego admitió: -Uno de cada tres lo hace.-Entonces, uno de cada tres muere, y uno de cada tres lo logra.- Ella hizo una pausa y levantó las cejas. -¿Qué pasa con el otro de los tres?.-Ellos se convierten en un Sin Colmillos enloquecido, como Leonius,- respondió Etienne cuando Decker mantuvo la boca cerrada. Decker se encontró de pronto tragándose el miedo que se alojó en su garganta, mientras todos ellos se daban vuelta para mirar a Dani. Él casi prefería que Dani muriera durante la transformación antes que verla convertida en alguien como Leonius. Si eso ocurriera, ella tendría que ser eliminada como un perro rabioso, o ser encerrada y restringida por el resto de su vida, que bien podría ser la eternidad. Decker no quería ver a Dani encerrada, pero no sabía si él podría tomar su vida si ella resultaba ser uno de los tres que se volvía loco. Ella era su compañera de vida. También era alguien que había llegado a importarle e incluso a amar durante el corto período de tiempo que habían estado juntos. Había mucho que admirar en Dani, él no había sido capaz de ayudarse a sí mismo ... y ahora se enfrentaba a la posibilidad de perderla. Ella sintió un horrible sabor en la boca. Eso fue lo primero que advirtió Dani cuando comenzó a despertar. Eso y el hecho de que tenía la boca tan seca que sentía la lengua enrollada como un papel de lija usado. La movió por su boca, tratando de generar un poco de saliva, pero lo poco que se las arregló para
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obtener, sólo hizo que empeorara el mal gusto que sentía en la boca. Dani hizo unas muecas, abrió los ojos y miró alrededor de la habitación que había utilizado la primera noche en la casa del ejecutor, y, a continuación, recordó todo y se incorporó bruscamente. Algo rozó su brazo y miró hacia abajo, frunció los labios cuando vio las cuerdas que le ataban las muñecas y cuyo extremo estaba al otro lado del colchón. Dani tiró de ellas y se sorprendió un poco cuando los extremos libres de la soga vinieron a su encuentro y casi le azotaron el rostro. Ella tenía un vago recuerdo de despertar y encontrarse atada, pero a juzgar por los extremos cortados de la soga, parecía como si la cuerda se hubiese desgastado. Su mirada se deslizó a sus pies para descubrir que había otros dos trozos de cuerda atados a sus tobillos. Todavía estaba con la ropa que vestía cuando fue llevada desde el centro comercial. Haciendo caso omiso de la cuerda por el momento, ella se asomó fuera de la cama. La habitación estaba tan vacía como lo había estado el primer día que se había despertado aquí ... salvo que las bolsas de ropa de su viaje de compras estaban cuidadosamente apiladas contra la pared. Podía ponerse ropa limpia, pensó Dani, y luego hizo una mueca ante la idea de sacar esa agradable ropa limpia y ponerla sobre cuerpo mucho menos limpio. Se sentía grasienta, como si hubiera estado trabajado un turno de ocho horas en una freidora. Dani hizo una mueca y empezó a arrastrarse hasta el borde del colchón. Luego apoyó una mano contra la pared y se obligó a ponerse de pie. Cuando finalmente se enderezó estaba tan inestable como un potro recién nacido. Cerró los ojos un instante y se apoyó contra la pared hasta que el temblor que le había causado esta mínima actividad disminuyó ligeramente. Luego caminó con cuidado hacia la puerta del baño, su mano se deslizaba por la pared mientras lo hacía, lista para afirmarse contra ella y mantener su posición vertical si sus piernas cedían. Cuando ella llegó a la puerta del baño, recuperó un poco la confianza. Fue directamente a la bañera, abrió los grifos para que saliera el agua corriente, y
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luego manipuló el botón para cambiar a modo de ducha. El agua inmediatamente comenzó a caer, mojando su cabeza y sus hombros, pero Dani simplemente cerró los ojos, giró la cabeza, y abrió la boca para dejar que el agua entrara. De inmediato, un recuerdo de la noche anterior cruzó su mente, y Dani se puso rígida al recordar a Decker vertiendo sangre en su boca. Gimiendo, bajó de nuevo la cabeza y se obligó a alejar los recuerdos, todavía no estaba preparada para lidiar con lo que había sucedido. Luego se enderezó y comenzó a quitarse la camisa, pero vio las cuerdas en las muñecas y se detuvo para quitárselas. Una salió con facilidad, pero los nudos en la otra estaban apretados y se resistieron a sus esfuerzos. Lo dejó, volvió su atención a las cuerdas en los tobillos y se deshizo de ella rápidamente, a continuación, lo intentó con la última cuerda atada en su muñeca derecha. Dani intentó desatarla durante unos instantes, pero finalmente se dio por vencida y simplemente se quitó la ropa, dio un paso bajo la ducha, y cerró la puerta de vidrio. El agua estaba más fría de lo que normalmente le gustaba, pero se sentía bien al estar así y se quedó debajo de la ducha, permitiendo que el agua golpeara su cabeza durante un breve instante antes de ajustar la temperatura. Luego agarró el jabón y comenzó a limpiarse, a lavar la película de los residuos de grasa que al parecer habían sido forzados a salir de su cuerpo por los nanos. Era la única explicación que se le ocurrió, pero dado que pensar en ello la obligaba a pensar en lo sucedido anoche, Dani apartó esos pensamientos y simplemente se concentró en enjabonarse y lavarse. No fue hasta que estaba lavándose el cabello que Dani comenzó a considerar su situación. Ahora era uno de los temidos Sin Colmillos. Al menos ella supuso que lo era, aunque en verdad, de no ser por la debilidad que seguía asolándola, ella no se sentía diferente. No tenía ahora un impulso loco de cortar a la gente para obtener su sangre, o de saltar sobre ellos para lamerles las heridas abiertas. Dani hizo una mueca al recordar el ataque al pobre John Parker. Estaba bastante segura de que no haría lo mismo si ahora él entrara caminando en el baño. De hecho, la idea de lamer la sangre de la frente de él, o incluso de beberla de un vaso, le parecía ahora tan desagradable... como lo hubiera hecho antes de que Leonius la obligara a tomar su sangre. Lo que hizo que Dani se preguntara si los
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nanos no habían funcionado. Tal vez ella no había tomado lo suficiente para provocar el cambio, o tal vez su cuerpo había combatido a los nanos de alguna manera. La idea apenas había penetrado en su mente antes de que el lado más emocional de Dani la abofeteara. No era muy probable que su cuerpo hubiera combatido a los nanos. Era más probable que ella estuviera completamente repleta de sangre en este momento y no enloquecida de deseo por ella, como la noche anterior. Pero incluso eso le dio esperanzas. Parecía estar pensando con claridad, sus pensamientos no la golpeaban en forma enloquecida o inusual. Tal vez si se mantenía llena de sangre, aún podría ser capaz de vivir una vida relativamente normal. Dani meditó sobre eso mientras se enjuaga el champú del pelo, y casi se convenció de que iba a funcionar, que podría obtener sangre del banco de sangre Argeneau, tal como Decker afirmaba que hacían los inmortales, que se mantendría bien alimentada, y continuaría trabajando en su práctica ... tal vez continuaría su relación con Decker. La fantasía se desvaneció al recordar a Leonius exclamando que los inmortales odiaban a los Sin Colmillos, que los cazaban y mataban, y que cuando se enterara, Decker querría matarlos a ambos, a Leonius y a ella. Apoyada contra la pared de azulejos, Dani cerró los ojos y trató de pensar por sobre los repentinos aullidos en su mente, en la idea misma de Decker despreciándola y deseando su muerte. Trató de decirse a sí misma que él no lo haría, que pudo haberla matado la noche anterior y no lo había hecho, pero de inmediato su estúpida mente señaló que si bien no la había matado, la había atado como un animal y que su rostro había estado sombrío y frío mientras derramaba una bolsa de sangre tras otra en su boca. Mientras esos pensamientos la asaltaban, Dani temía que Decker bien podía detestarla en este momento y que si no la había matado, sólo podía ser porque pensaba que podían utilizarla de algún modo. Tal vez él pensó que ella tenía alguna información acerca de Leonius y su hijo y que podían utilizarla para perseguirlos, si es que ya no habían capturado y matado a Leonius.
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Dani se dio cuenta de que tenía que salir de allí. Tenía que salir de esa casa antes de que alguien se diera cuenta de que estaba despierta y tratara de atarla de nuevo. Se alejó de la pared, cerró el grifo del agua y abrió la puerta de vidrio. Las toallas que había utilizado la primera mañana después del baño, se cernían sobre el estante de las toallas. Dani cogió una y se secó rápidamente, haciendo caso omiso de la forma en que la golpeaba ese pedazo de cuerda que ahora estaba húmeda y todavía estaba unido a su muñeca. Entonces rápidamente se frotó el cabello para sacar todo el agua posible antes de arrojar la toalla y dirigirse hacia la puerta. Encontró que la habitación aún estaba vacía, se precipitó hacia las bolsas contra la pared, agarró la primera de un extremo y vació su contenido en el suelo. Varios bragas de seda y un vestido azul veraniego con tirantes cayeron al suelo. Decidió lo que tenía que hacer, agarró las bragas más cercanas y se las puso, a continuación, se embutió el vestido por la cabeza, lo acomodó de un tirón y ató los tirantes alrededor de su cuello mientras se dirigía hacia la puerta. Una vez allí, se detuvo a escuchar, pero cuando ella no pudo oír sonidos procedentes de la sala, abrió la puerta y se asomó, y sintió alivio al saber que estaba vacía. No perdió el tiempo y salió de puntillas por las escaleras. Cuando escuchó que no llegaban sonidos de movimiento de la planta principal, Dani se dirigió hacia la entrada. Fue cuando vio el día soleado que aminoró su marcha. El hecho de que ya era de día explicaba la razón por la que la casa parecía estar vacía. Dani supuso que eso significaba que Sam estaría en el trabajo, y todos los demás estaban durmiendo en sus camas, totalmente inconscientes de que ella se había liberado en algún momento durante su transformación y ahora estaba despierta y escapando. Esa era una buena cosa. Sin embargo, se dio cuenta de que eso ocasionaba otros problemas, recordó que Decker le había dicho que los inmortales evitaban salir a la luz solar, porque les causaba daño y aumentaba su necesidad de sangre. Eso era todo un problema, reconoció Dani. Ahora se sentía muy bien, pero temía que no sentiría así después de una hora caminando por una carretera polvorienta bajo un sol abrasador. Se removió inquieta sobre sus pies, sin saber qué hacer, y entonces pensó en los vehículos en el garaje. Tal vez podría tomar uno de ellos. Sería un robo, por supuesto, pero podía dejarlo en algún lugar y
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llamar más tarde para decirles dónde estaba. Además, era mejor ser ladrón que terminar atacando a alguien en un frenesí de sangre. Dani se volvió y estaba a punto de dirigirse a la cocina cuando oyó el suave chasquido de una puerta al cerrarse en la planta alta, seguido de unos pasos que se movían rápidamente hacia la escalera. Ella se metió en la sala de estar vacía y pegó su espalda contra la pared, con los ojos fijos en los arcos abovedados de la sala. Su corazón latía rápidamente por el temor de ser descubierta, mientras escuchaba que alguien bajaba trotando en forma ligera por las escaleras. Entonces ella contuvo la respiración, pero los pasos continuaron alejándose hacia la cocina. Dejó de contener el aire y lo soltó aliviada, y miró a su alrededor buscando un escondite adecuado. Fue entonces cuando Dani vio a John y Hazel Parker. La pareja estaba sentada en la alfombra exuberante, con la parte superior de sus cuerpos desplomada uno contra el otro, apoyados en la pared del fondo. Aparentemente ambos dormían, y ella se dio cuenta de que John dejaba escapar un fuerte y ronco resoplido. El ver a la pareja respondió una de las preguntas de Dani. Leonius no había sido capturado. Si lo hubiera sido, la pareja habría regresado a su casa con sus recuerdos alterados. John Parker soltó otro ronquido fuerte, y Dani empezó a preocuparse de que eso podría llamar la atención de quien había bajado y que viniera a revisar la habitación donde estaba la pareja. Y entonces, definitivamente, ella sería descubierta. Ya era hora de moverse. Fue hasta el arco que conduce a la sala, y comenzó a entrar en ésta, planeando revisar la habitación que estaba enfrente de la sala para usarla como un posible refugio donde podría pensar. Pero sólo estaba a mitad de camino cuando la persona que había ido a la cocina comenzó a dirigirse a la sala una vez más. El pánico se estaba apoderando de ella, Dani cambió de dirección y se deslizó en el armario vacío junto a la puerta de entrada, cerrando cuidadosamente la puerta para tratar de no hacer ruido.
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Capítulo 16
Decker salió rápidamente de la cocina con una bolsa de sangre fría en cada mano, una para él, y otra para Dani. No estaba seguro de cuánto tiempo más ella estaría inconciente, pero pensaba darle de comer otra bolsa estuviera despierta o no. Lo había hecho de forma intermitente durante la noche mientras ella atravesaba su calvario. A veces no había funcionado demasiado bien y su ropa había sufrido por ello. Cuando vio las manchas de sangre que cubrían su camisa y los pantalones vaqueros, luego de haberse parado y mientras se dirigía a la cocina, Decker decidió que sería mejor cambiarse primero. No quería que la primera cosa que viera Dani al abrir los ojos fuera a él cubierto de sangre. Decker había vuelto a su habitación, sólo con la intención de cambiarse, pero varios bostezos y el restregarse sus ojos cansados en el trayecto, le habían hecho pensar que darse una rápida ducha también podía ser bueno. Había pensado hacerlo rápido, pero pensar en Dani le demoró un poco y se había encontrado a sí mismo simplemente de pie y siendo golpeado por el agua, mientras su mente estaba llena de preocupación por ella. Decker pensó que lo peor de la transformación había terminado y estaba seguro de que Dani iba a sobrevivir. Ahora la cuestión sólo se trataba de si ella iba a salir de eso cuerda o no ... ¿y qué haría él si ella no lo estaba?. Fue la preocupación de que pudiera despertar sola y con miedo lo que le obligó a salir de la ducha. Decker se secó, se vistió con ropa limpia, y se dirigió a su habitación, sólo para recordar que su intención original había sido ir a buscar un poco de sangre a la cocina. Entonces fue a la cocina, tomó dos bolsas, y estaba caminando por el pasillo con la intención de regresar arriba, cuando vio la puerta del armario de los abrigos cerrándose. Por un momento Decker pensó que debió haberlo imaginado, pero entonces oyó un ruido sordo y un gruñido detrás de la puerta. Hizo una pausa en la sala, por un momento estuvo observando y luego avanzó un par de pasos y asomó su cabeza en la sala de estar. Hizo una mueca con los labios cuando vio que los
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Parker seguían ahí y dormían profundamente. No había sido uno de ellos el que había cerrado la puerta del armario desde adentro. Decker enderezó el cuerpo y dio la vuelta dirigiéndose hacia el armario y pensó que no podían ser Mortimer, Lucian o Justin. Ellos estaban en la casa de los Parker esperando a que Leonius apareciera. Y Leigh, Rachel y Ettiene se habían ido a dormir un poco después de que Sam se fuera a trabajar. Eso dejaba sólo a....Él llegó a ver el extremo deshilachado de una cuerda asomando por debajo de la puerta del armario que luego fue jalada de un tirón hacia adentro. -¿Dani?,- llamó con incertidumbre, y cambió las bolsas de sangre a una mano para poder abrir la puerta. Él giró el pomo de la puerta y la había abierto apenas unos centímetros cuando ella dijo, -No,- y la puerta fue sacada de su mano al cerrarse de golpe. Reconociendo su voz en esa palabra corta, Decker comenzó a sonreír ante su negativa, y casi se echó a reír hasta que se le ocurrió que la mujer estaba en un armario negando que era ella. Eso no era exactamente un comportamiento cuerdo. Tampoco era psicótico, o al menos eso esperaba, pero ... Con la preocupación carcomiendo sus nervios, él se acercó de nuevo a la puerta. -Dani, ¿estás bien?.Esta vez consiguió abrirla unos quince centímetros o menos antes de que ella exclamara, -Vete,- y tirara de la puerta para cerrarla. Realmente preocupado, Decker dejó la sangre a un costado de la puerta para poder utilizar las dos manos en la manija, pero Dani debía estar utilizado las suyas en el otro lado. Tuvo que poner verdaderamente cierto esfuerzo para hacer girar la manija y luego tirar de la puerta para abrirla. La tenía casi entreabierta, cuando de pronto ella soltó la manija. Lamentablemente, Decker no había esperado eso y aún estaba tirando con todas sus fuerzas, por lo se estrelló la maldita cosa contra su cabeza. Maldiciendo, se tambaleó dando un paso hacia atrás y cogió su cabeza entre sus manos, y vio que ella cerraba la puerta de un tirón de nuevo.
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Suspirando, él soltó su cabeza y cansado se trasladó hasta la puerta para preguntar, -Dani, ¿qué estás haciendo?.-Escondiéndome. ¿Qué es lo que parece?.Decker pensó en ello. La voz de ella sonaba rara, como si estuviera llorando y tratando de parecer enojada, así que él no podía precisarlo. Estaba a punto de preguntarle de nuevo si se encontraba bien cuando de repente ella dijo: -Yo no soy un animal.Él parpadeó ante esas palabras, sacudiendo la cabeza ligeramente hacia atrás ante el dolor evidente en su voz. -Yo no quiero que me ates de nuevo,- añadió, y luego exclamó casi con desesperación, -yo no soy como Leonius. Ni siquiera quiero sangre. Yo sólo quiero...- Sus palabras murieron en un sollozo, y Decker alcanzó el picaporte. Esta vez no encontró ninguna resistencia y se dio cuenta de eso cuando vio que Dani había retrocedido y estaba arrinconada contra una esquina y había vuelta su rostro hacia la pared. Decker vaciló y luego entró, cerró la puerta con una mano y al acercarse a ella le acarició la espalda con la otra mano. Dani se puso rígida ante su toque y miró rápidamente por encima de su hombro, revelando que de hecho estaba llorando. Luego volvió a la esquina, su voz sonaba acuosa cuando ella le preguntó: -¿Qué estás haciendo aquí?.-Escondiéndome contigo.Las palabras la hicieron desmoronarse y se hundió en la pared mientras sus hombros temblaban con sus sollozos suaves. Sintiendo su dolor, Decker agarró sus hombros y la dio vuelta hacia él, sin que ella opusiera resistencia, y la apresó contra su pecho. Él vio el pedazo de cuerda que colgaba de su muñeca, se dio cuenta de que no había sido capaz de quitársela y ya que se había quitado las demás y casi se ofreció a hacerlo. Pero
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luego decidió pasarlo por alto por el momento, y deslizó sus brazos alrededor de ella como para sostenerla mientras la mecía en ese armario oscuro y sin aire. Le acarició la espalda y le murmuró palabras tranquilizadoras y, finalmente, su llanto lento se detuvo. Después de un momento ella le susurró: -Tu me odias ahora.-No,- dijo él en voz baja, y le levantó la cabeza para que ella lo mirara. -Pero yo soy una Sin Colmillos.-No, no lo eres,- le aseguró él. Dani movió tristemente la cabeza ante su negación. -Sí, lo soy. Soy una Sin Colmillos, y los inmortales nos odian.-Eres Dani,- repitió él con firmeza. -Y no eres una Sin Colmillos, eres una Edentata. Los inmortales no odiamos a los desdentados.-¿Edentata?, -preguntó ella confundida. -Es como se llama a los inmortales sanos sin colmillos,- explicó él. -Eres una desdentada, Dani. Sólo los renegados locos y sin diente son llamados Sin Colmillos.-Desdentada,- dijo ella lentamente, pero luego sacudió la cabeza. -Pero Leonius dijo que ibas a odiarme, y anoche me ataron como a un perro.-Tuvimos que atarte anoche para que no te hicieras daño,- le aseguró Decker rápidamente. -Te mordías a ti misma y te retorcías Dani, era necesario.Cuando ella levantó la cabeza, la esperanza asomaba en sus ojos y él agregó, -Y no despreciamos a ninguna raza. Sólo cazamos y matamos renegados, tanto inmortales como desdentados.Cuando ella lo miró dubitativa, él admitió de mala gana, -Desafortunadamente, la mitad de los desdentados que sobreviven a la transformación resultan ser Sin
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Colmillos como Leonius, y también renegados, los ejecutores tuvieron que matar a muchos de ellos en comparación con los inmortales, pero no muchos más,- y agregó: -Sólo he oído hablar de un Sin Colmillos, además de Leonius y sus hijos, desde que me convertí en un ejecutor hace sesenta años, pero conozco un desdentado. Él trabaja como ejecutor.-¿De veras?,- preguntó ella casi con ansiedad. Decker, asintió con la cabeza, y cuando ella se acercó a él le preguntó con un suspiro: -¿Estás lista para salir de aquí ahora?. Fui a buscar algo de sangre a la cocina. Está afuera junto a la puerta. Podríamos ir a la cocina y... -Yo no la quiero,- murmuró Dani interrumpiéndolo. -Yo no soy…no...Sacudiendo la cabeza, apretó la cara contra su pecho y repitió: -No la quiero.Decker bajó su mirada y observó la parte superior de la cabeza de ella, y lentamente se dio cuenta de que a Dani aún le costaba aceptar lo que era. Había incluso vergüenza y desesperación en su voz cuando había rechazado la sugerencia. Lo comprendía, pero el negarlo no iba a hacer que desapareciera, y tampoco el negarse a alimentarse. Y a juzgar por la forma en que el rostro de ella brillaba débilmente en la oscuridad del armario estaba necesitando sangre, tanto si lo admitía ante sí misma como si no lo hacía. Cuanto más tiempo no lo hiciera, era más probable que aumentaran las posibilidades de que saltara sobre algunos pobres mortales inocentes en busca de alimento. Decker, consideró el problema brevemente y luego la instó a apartarse de su pecho diciéndole: -Ven. Vamos a sentarnos.Dani dudó, pero luego se sentó en el suelo apoyando su espalda contra la pared cuando lo hizo. En el momento en que lo hizo, Decker se acercó a la puerta, la abrió y tomó primero una bolsa de sangre y luego otra, y las arrastró hasta el armario antes de tirar de la puerta para cerrarla de nuevo. -Aquí, ¿puedes sostener esto por un minuto?.- le entregó una de las bolsas. Tengo miedo de sentarme de rodillas sobre ella y que se rompa.-
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Dani tomó de mala gana la bolsa, y de inmediato los dientes de Decker se asomaron. Él no la miró, pero podía sentir sus ojos mirándolo bajo la escasa luz que se arrastraba por debajo de la puerta cuando sus dientes comenzaron a drenar la bolsa. Decker esperaba que verlo la animara a hacer lo mismo, pero ella sólo lo miraba en silencio. Cuando la bolsa estuvo casi vacía, Decker puso la punta para arriba, permitiendo deliberadamente que las últimas gotas corrieran despacio por la barbilla. Estrujó la bolsa vacía y la apartó poniéndola en un rincón y luego se volvió hacia ella. -Bésame,- dijo él en voz baja. Dani se inclinó hacia él, las aletas de su nariz se expandieron y su mirada estaba fija en la gota de sangre y el rastro que dejaba a su paso, y luego se contuvo y se puso de pie, dejando caer la bolsa de sangre como si estuviera ardiendo. Ella cogió la manija de la puerta, pero Decker tomó la bolsa de sangre descartada y se puso de pie de golpe, apresándole la mano para detenerla. -Bésame,- repitió. -Yo no quiero hacerlo,- dijo Dani, pero podía oír la mentira en su voz. -Quiero que lo hagas,- dijo él en voz baja, aprovechándose de su mayor tamaño y bajando la cabeza por sobre ella. -Sólo un beso.Decker la vio tragar, sus ojos iban de sus labios a la sangre, y luego él bajó la cabeza unos centímetros y presionó su boca contra la de ella. Ella se las arregló para permanecer completamente quieta y sin respuesta por tal vez el lapso de un latido del corazón y, a continuación, Decker deslizó su lengua instándola a separar sus labios, y ella gimió y los abrió para él. Él sabía que ella podía saborear la sangre que él acababa de consumir, sabía que era como agitar un vaso de whisky debajo de la nariz de un alcohólico, y rogaba a Dios para que eso funcionara cuando la deslizó entre sus brazos y la atrajo hacia su cuerpo. Cuando ella empezó a chuparle la lengua, retirando cualquier resto de sangre que quedara allí, él tuvo la esperanza que eso funcionaría, pero cuando ella rompió el beso para lamer la sangre en su barbilla y la que había caído por su
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garganta, él supo que lo había conseguido. Cuando limpió la última gota de sangre que quedaba, Dani apretó la cabeza contra su pecho y suspiró por la derrota. -Tienes hambre,- dijo él en voz baja. Ella asintió con la cabeza contra su pecho. -¿Quieres que te abra la bolsa?.- Cuando ella permaneció quieta contra él, pero no respondió, agregó, -Voy a darte la espalda si quieres.Dani se hundió contra su cuerpo y suspiró, luego estalló, -Sé que es estúpido, pero no quiero que me veas...-Está bien,- dijo él suavemente. -Todo esto es nuevo e inquietante. Lo tomaremos con calma.Dani asintió con la cabeza, dejó escapar de sus labios un suspiro ligero y luego se apartó. Decker utilizó los dientes para arrancar un extremo de la bolsa, sosteniéndola cuidadosamente para asegurarse de que no se derramara nada y entonces se la entregó con el mismo cuidado. En el momento en que Dani la tomó, él se dio vuelta y esperó. Un suspiro le indicó cuando ella terminó, pero le dio otro momento antes de darse la vuelta. -Gracias,- murmuró Dani cuando él agarró de nuevo la bolsa vacía. -¿Te sientes mejor?,- le preguntó Decker mientras se inclinaba para poner esa bolsa junto con la otra. Ella asintió con la cabeza mientras se enderezaba. -No pensé que...-. Ella sacudió la cabeza, necesitado la sangre.
no queriendo decir que había
Decker deslizó sus brazos alrededor de ella y la recostó contra su pecho. -Lo sé. Pronto aprenderás a reconocer los signos.-Me gustaría no tener que hacerlo,- murmuró ella.
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Decker le pasó la mano por toda la espalda y luego le tomó la cabeza y la obligó a mirar su rostro. -Lamento mucho que esto sea tan perturbador para ti, pero no lamento que ahora seas una inmortal. Te hubiera convertido yo mismo cuando hubieras estado preparada para ello.-Pero ahora soy...- Ella sacudió la cabeza con tristeza. -Eres Dani,- dijo él en voz baja. -Los nanos no cambian eso. Eres la Dra. Dani McGill. Y con colmillos o sin colmillos, eres una inmortal.- Dejó que eso penetrara en ella y luego añadió, -Mi inmortal, mi compañera de vida, mi esperanza para el futuro, y la mujer que amo.La cabeza de Dani se sacudió hacia atrás ante esas palabras. Su corazón saltó, pero se quedó mirándole con los ojos abiertos a través de la oscuridad y sacudió la cabeza de lado a lado. -Tú no me amas, Decker. No puedes.-¿No?,- preguntó él. -No. Nos acabamos de conocer.Decker asintió con la cabeza, pero le preguntó: -¿Qué es lo que sabes de mí?.-No mucho,- murmuró ella, y luego se dio cuenta de que eso no era cierto. Habían conseguido hablar un poco entre las sesiones de amor en el granero. Ella sabía que él tenía una casa en las afueras de Toronto, no lejos de una tía llamada Marguerite, pero que no llegaba a permanecer allí mucho tiempo porque siempre estaba viajando por trabajo. Ella sabía que él tenía una casa de campo en el norte, donde de vez en cuando iba a disfrutar de paz y tranquilidad, que prefería la lectura a la televisión y las obras de teatro al cine. Sabía que él tenía seis hermanos y hermanas, tres hermanos mayores y tres hermanas menores. Sabía que le gustaba alimentarse, amaba el sexo, al menos con ella, y que pensaba que Justin era exasperante. Y ella sabía que él dedicó su vida a mantener a los mortales e inmortales a salvo de aquellos vampiros que con colmillos o sin colmillos decidieron ser renegados y causaban estragos.
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Dani también sabía que él permanecía en calma en una crisis, que era fuerte, considerado... -Aquí.- Decker le dio un golpecito en el pecho cuando ella se quedó perdida en sus pensamientos. -¿Qué sabes de mí aquí?. ¿Confías en mí?.Dani meditó en la pregunta. Ella no había confiado en él cuando se conocieron, porque él había estado mintiéndole, pero una vez que le explicó las razones de las mentiras y quién era él y lo que era ... En casa de los Parker, la única persona a la que había querido ver era a Decker. Había confiado en que él se encargaría de las cosas. Había confiado en él. Dani asintió. -Sí.-Entonces, créeme cuando te digo, Dani McGill, que te amo. Me encanta tu independencia, tu determinación, tu amor y preocupación por la familia, tu inteligencia, tu ingenio, tu...Ella le cubrió la boca con la mano. -Yo te creo. Pero nunca funcionaría entre nosotros. Aunque tú no me desprecies por ser una Sin Colmillos...-Desdentada-, la corrigió él. Ella asintió y continuó: -Tu familia lo hará. Leo dijo...-Él mintió. O realmente él cree en esas cosas, pero está loco. Mi familia te amará,- añadió Decker, poniéndola de nuevo entre sus brazos. -Y pase lo que pase, te amo Dani. Daría mi vida por ti.Ella soltó una risita. -Casi lo hiciste antes, cuando apenas nos habíamos encontrado en el claro.Decker, sacudió la cabeza. -Tú sabes que recibir un disparo no me habría matado. Yo no estaba arriesgando mucho, pero daría mi vida por ti, Dani. Si yo pudiera salvar tu vida y tan sólo revertir lo que te ha ocurrido y hacerte mortal y feliz de nuevo, lo haría, cambiaría mi vida por eso.-
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Dani resopló con la idea y sin pensarlo, murmuró: -Bueno, difícilmente eso me haría feliz si es que estás muerto.-. Vio que los labios de él se curvaron en una sonrisa y ella se dio cuenta de lo que había dicho, y luego la boca de él presionó contra la suya. Sintió la mano de él en su nuca, y le inclinó la cabeza hasta dejarla en la posición que quería, y luego la lengua de él estaba dentro de su boca y Dani dejó que sus manos se deslizaran sobre los hombros mientras ella le correspondía el beso. La pasión que se arremolinó a través de ella fue asombrosamente súbita y le arrancó un gemido de su boca. Ella se movió en forma impaciente y se acercó más hasta quedar apretada contra él desde la pantorrilla hasta los labios. Podía sentir su erección presionando contra ella y la tomó completamente por sorpresa cuando de repente él interrumpió el beso, apartó su boca y apoyó su frente contra la de ella, dejando caer sus manos. Dani quería tirar de la cabeza de él hacia la de ella, pero se obligó a no hacerlo y aguardó con incertidumbre y con un poco de miedo de que a pesar de lo que él había afirmado, ahora Decker la estaba rechazando porque Leonius la había convertido. El cuerpo de él parecía estar más que suficientemente de acuerdo, pero al parecer su mente no lo estaba, pensó ella con tristeza, y entonces él dijo, -Lo siento.-¿Por qué?, -preguntó ella cautelosamente. Él soltó una carcajada, como si debiera ser obvio, y luego dijo: -Por esto. Tú acabas de despertar después de ser transformada. ¡Por el amor de Dios!, estás perturbada y estamos metidos en un armario y sin embargo estaba a punto de arrancarte de un tirón la falda....-, se interrumpió y sacudió la cabeza. Dani sintió que el alivio la atravesaba y le cogió la mano. Señaló hacia abajo, a su pierna, donde estaba el dobladillo de la falda y le dijo con voz ronca: ¡Sácame mi falda!.Decker echó su cabeza hacia atrás para mirarla, pero ella simplemente tomó su cabeza con la otra mano y llevó de nuevo los labios de él hasta su boca,
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mientras que conducía la otra de mano de él hasta la parte externa de su muslo y empujando la falda hacia arriba susurró: -quiero que lo hagas.Fue todo lo que tuvo que decir, y entonces Decker se hizo cargo. Él comenzó a besarla, empujó la lengua en su boca, pero no continuó subiéndole la falda. En su lugar, apartó la mano de ella y agarró los tirantes del vestido. Pronto los dejó caer, dejando al descubierto sus pechos, y Dani gimió cuando las manos de él los cubrieron, apretándolos y amasándolos mientras la besaba, enviando una ola tras otra de pasión a través de ambos. Entonces él rompió el beso y agachó la cabeza para atrapar un pezón en la boca. La mano que ahora estaba libre la deslizó entre los muslos de ella, presionando la tela de la ropa interior y del vestido contra ella mientras él encontraba y frotaba su centro. Dani se quejó en la boca de él, y su propia mano se movió para trabajar en el botón y la cremallera de los pantalones. A pesar de su desesperante distracción, ella logró deshacerse de ambos. A continuación, ella tiró hacia abajo la parte delantera de los calzoncillos y el pene saltó. En el momento en que lo hizo, Decker le agarró la pierna por detrás de la rodilla y la levantó y la acomodó sobre sus caderas. Luego él le subió la falda para que poder situarse entre las piernas de ella de nuevo. Esta vez, le rompió las bragas apartándolas hacia un costado. Los gemidos de Dani mientras él la recorría con los dedos fueron seguidos por uno de él, entonces Decker le agarró la otra pierna, llevó su mano hasta su trasero y la levantó un poco antes de bajarla sobre su erección. Estaba caliente y duro, y la sensación de ser llenada por él, le hizo apartar la boca de la suya con un jadeo. Ella casi giró para morderle el hombro, pero se contuvo en el último momento. Dani quería morder algo de un modo terrible, no por la sangre, sino porque las sensaciones que explotaban en ella eran muy intensas, pero ahora era peligroso. Tratando de reducir el riesgo de llegar a excitarse hasta el punto de no poder contenerse, Dani desechó la tentación de morderle los hombros y se agarró a la barra que se extendía a lo largo del armario. Se aferró a ella con las dos manos e inclinó la cabeza hacia atrás, alejándola, mientras él se retiraba y se introducía de nuevo en ella.
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Decker reclamó los labios de ella otra vez y la besó intensa y profundamente antes de apartarse. Cuando lo hizo, ella se encontró clavada contra la pared, y el hombro tentador estaba demasiado cerca. Ella cerró los ojos y sacudió la cabeza, agarrándose desesperadamente a la barra mientras él embestía en su interior una y otra vez, enviando una oleada de excitación tras otra que atravesaban su cuerpo. Y entonces, justo cuando ella llegó al punto de ruptura, vio la cuerda que todavía colgaba de su muñeca y se abalanzó sobre ella, hundiendo sus dientes en la cuerda gruesa mientras él se introducía en ella por última vez y luego gritó mientras explotaba. Las ondas que a continuación barrieron sobre ella fueron suficientes para empujarla sobre el borde, y ella estaba consciente que de hecho estaba mordiendo la cuerda antes de que la inconsciencia la reclamara.
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Capítulo 17 Fue el duro golpe que recibió en espalda al caer al suelo lo que despertó a Decker. Entreabriendo los ojos, vio que la puerta del armario contra la que Dani y él habían colapsado, había sido abierta. Justin, Mortimer y Lucian formaban un círculo alrededor de su cabeza, mirándolo sorprendidos. Al menos Mortimer y Justin se mostraban sorprendidos, pensó con un suspiro. Lucian se mostraba inexpresivo como de costumbre, únicamente la ceja ligeramente arqueada parecía sugerir que podía ser inusual abrir una puerta de un armario y que cayeran dos personas medio desnudas. -Bueno,- dijo Justin, finalmente, ya que nadie parecía ansioso por hablar. -Pensé que nunca saldrías del armario.El inmortal más joven, se echó a reír por su propia broma. Cuando nadie más se unió a él, miró la cara sombría de Decker y luego a Dani, que todavía estaba desmayada sobre su pecho, y luego a Mortimer y Lucian . Sacudiendo la cabeza, murmuró: ?Ustedes realmente necesitan ir a comprarse sentido del humor.- Volviéndose sobre sus talones, se marchó a la cocina. Lucian lo miró irse, y luego alzó brevemente los ojos antes de decirle a Dani y a Decker, -Llévala en brazos a la cocina. Tengo que hacerle algunas preguntas.-¿Sobre la aparición de Leonius?,- le preguntó Decker a su vez. Lucian sacudió la cabeza y se dirigió a la cocina detrás de Mortimer. -Al menos no me reprendió por el lugar que elegimos,- murmuró Decker para sí mientras lo observaba irse. -¿Se han ido ya?-, susurró Dani con los ojos muy abiertos, Decker, la tomó por los hombros y la levantó un poco. Su rostro estaba completamente desprovisto de cualquier signo de somnolencia. -¿Has estado despierta todo el tiempo?. -La caída del armario me despertó,- admitió ella suspirando.
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-¿Por qué no te levantaste o…-. La pregunta murió cuando ella se miró a sí misma significativamente. Él siguió su mirada para ver que los tirantes de su vestido descansaban sobre su pecho, dejando sus pechos al descubierto. Se le hizo agua la boca ante la imagen, y Dani de inmediato se enderezó para arrodillarse y agarrar los extremos de los tirantes para acomodarlos alrededor de su cuello. Decker suspiró mientras ella ocultaba su hermosura, pero sabía que era lo mejor. También le recordó que también había algo suyo que era necesario enderezar y meter, y rápidamente se hizo cargo de que ello antes de ponerse de pie y ofrecerle una mano. -No atraparon a Leonius, ¿no?,- preguntó ella en voz baja, mientras atravesaban la sala. -No,- contestó Decker. Lucian se había limitado a sacudir la cabeza en respuesta cuando él se lo había preguntado. Dani, por supuesto, no había sido capaz de verlo porque estaba sobresu pecho con el rostro mirando hacia abajo, pero había adivinado la respuesta. Ella se veía tan triste que él agregó, -Lo haremos. No vamos a parar hasta atraparlo. Dani asintió con la cabeza, pero parecía que no lo creía. Justin estaba sentado en la isla al lado del fregadero, Lucian estaba apoyado contra el mostrador frente a él, Mortimer estaba entre los dos hombres frente a la puerta, y los tres tenían una bolsa de sangre entre sus dientes cuando Dani y Decker entraron. Decker sintió que los dedos de Dani rozaban los suyos cuando se detuvieron, y bajó su mirada para ver que ella observaba a los hombres en silencio con envidia. Ya fuera que envidiaba el hecho de que no tuvieran reparos sobre alimentarse unos frente a otros, o el que pudieran utilizar sus colmillos para hacerlo, mientras que ella tenía que tomarlo como un mortal, no lo sabía, pero Decker la tomó de la mano y le dio un suave apretón para tranquilizarla. Dani se dio vuelta para encontrarse con su mirada y sonrió levemente.
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De repente Lucian soltó la bolsa de entre los dientes, que ahora estaba vacía de sangre, y lanzó una maldición. Cuando todo el mundo se volvió para mirarlo, dijo, ?Estamos perdiendo el tiempo esperando aquí. Leo ya se ha ido.? Todo el mundo pareció sorprendido por este anuncio, pero fue Dani quien preguntó: -¿Cómo sabes eso?. -Porque acabo de leer tu mente,- contestó Lucian. -Según tus recuerdos la casa estaba en perfecto orden cuando llegaron, y él caminó directamente hacia fuera después dejarlos a ustedes tres en el sótano. Cuando Dani asintió en silencio en señal de reconocimiento, él añadió, -Pero cuando yo llegué, la tetera en forma de gallo estaba rota en el suelo y con el té estaba desparramado por todas partes, el salero y el pimentero yacían hechos pedazos, y el pastel de manzana había sido destrozada por un puñetazo.- Se encogió de hombros. -Leonius regresó mientras ustedes estaban atravesando el campo.-Habrá oído el tractor,- señaló Mortimer. -¿Por qué no salió inmediatamente después de que ellos se fueron…-Debe haber querido revisar el sótano,- dijo Lucian con certeza. -Al encontrarlo vacío, probablemente en su camino de regreso, Leonius aplastó el pastel y tiró todo lo que estaba sobre la mesa. Quizá entonces fue a revisar el campo, pero puede que nos viera aparecer en escena o bien escuchó el tractor. Nuestra presencia debe haberlo espantado. -¿Hay una camioneta marrón en la casa?,- preguntó nerviosa Dani. Lucian sacudió la cabeza. -Oh.- Parecía aliviada, y luego explicó: -Eso es lo que él estaba conduciendo. Tenía miedo de que hubiera vuelto a pie para vigilar de nuevo la casa.- Se volvió hacia Decker y le explicó: -Él nos estaba observando en el establo, el primer día.
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Decker, sintió su boca tensarse, pero se limitó a pasar el brazo alrededor de su cintura y la atrajo a su lado. -Iba a tratar de capturarme para intercambiarme por sus hijos,- agregó ella. -Sus hijos están muertos,- dijo Decker en voz baja. -¿Todos ellos?. ¿Cómo?,- preguntó ella sorprendida levantando las cejas. Cuando nadie respondió de inmediato, agregó, -Leonius estaba en la camioneta, vino con nosotros hasta el restaurante donde paramos mientras Justin echaba gasolina. Él estaba bajo la lona y sacó las estacas de dos de sus hijos. Dijo que con eso bastaba y que deberían recuperarse. Decker intercambio una mirada con su tío, y luego admitió: -Dani, el Consejo los ejecutó tan pronto terminaron de leerlos. Tuvieron que hacerlo. Nosotros no tenemos cárcel, y los renegados son como perros rabiosos. Tienen que ser eliminados para proteger a los demás.Dani no hizo ningún comentario sobre eso, pero anunció, - Leonius dijo que el tranquilizante no funcionaba en él, pero sí en sus hijos. Me dijo que era demasiado viejo y fuerte, y que sólo le afectó por unos momentos. -Es bueno saberlo,- dijo Decker sombrío. - Entonces vamos a tener que conseguir flechas para Leonius. Los demás asintieron, y luego Lucian se volvió y miró a Mortimer. -Llama a lo muchachos, diles que empiecen a limpiar todo lo que puedan en lo de los Parker, así nosotros podremos borrar sus recuerdos y enviarlos de regreso a su casa.-¿Y si él regresa?,- preguntó Dani, y señaló: -Podría tratar de usar nuevamente la casa para espiarnos, si piensa que ustedes limpiaron todo.-Lo dudo,- dijo Lucian, pero se volvió hacia Mortimer. -Voy a poner dos hombres más para que los vigilen, sólo para estar seguros,dijo Mortimer antes de que aquél pudiera decir algo más, y luego agregó: -
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También enviaremos un par más a nuestros vecinos del otro lado, para asegurarnos de que no estableció un campamento allí.Lucian asintió con satisfacción y luego se dirigió a la puerta. -Voy a dormir un poco. Llámenme si ocurre algo.-Parece que a los dos les vendría bien algo de descanso,- dijo Mortimer de repente, dirigiendo a Decker una mirada. -Si quieren dormir los llamaré cuando llegue el teléfono.Decker vaciló; no había dormido mucho las últimas dos noches y estaba cansado. Dani también se veía un poco exhausta y probablemente debía descansar. Si bien había estado inconsciente durante toda la noche, eso no había sido lo que podría llamarse un sueño reparador. Asintiendo con la cabeza, se volvió hacia la puerta disponiéndose a salir junto con Dani. Ella no se resistió, y mientras subían por las escaleras, él advirtió que tenía una expresión preocupada. Eso le hizo preguntarse en qué estaba pensando. Obtuvo su respuesta cuando Dani lo miró al entrar en su habitación y le preguntó: -¿Exactamente cómo es que los Desdentados llegaron a existir?. ¿Son sólo una mutación de los inmortales?. Decker cerró la puerta antes de decirle, -Los Desdentados y los Sin Colmillos son el resultado de los primeros experimentos con los nanos.Ella había empezado a cruzar la habitación, pero se detuvo y se volvió hacia él sorprendida. -¿Creí que habías dicho que tus abuelos fueron los primeros?. -Ellos fueron los primeros ensayos que tuvieron éxito con el último lote de nanos,- la interrumpió él, alejándose de la puerta. -Pero antes hubo ensayos sin éxito.-Sin éxito, ¿cómo?,- preguntó ella mientras se instalaba en la cama. -Al parecer, el primer lote utilizado para los ensayos era de humanos, es el lote que produjo a los Desdentados, eran seis personas. Dos de ellos murieron, dos
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se volvieron locos, y dos parecían estar bien y no presentaron problemas hasta después de la caída de la Atlántida, cuando las transfusiones de sangre ya no estaban disponibles. Dani lo vio sentarse en la cama desarreglada, con la espalda contra la pared y luego se movió para reunirse con él antes de decir con incertidumbre, -¿y Leo es uno de los cuatro que sobrevivieron?.-Su padre, Leonius I° lo fue,- corrigió Decker. -Fue uno de los dos que se volvieron locos durante la transformación.-¿Por qué se volvió loco?.-No lo sé,- admitió él. -No estoy seguro de que ni siquiera los creadores de los nanos supieran la razón, pero el hecho de que dos tercios de los sujetos de prueba murieran o enloquecieran fue suficiente para que se cancelaran las pruebas y trataran de mejorar los nanos. Al parecer, hicieron algunos retoques, y el resultado final es lo que lograron mis abuelos.-¿Qué hicieron con Leonius y el otro Sin Colmillos que se volvió loco por el primer lote defectuoso?.-Permanecieron encerrados para que no pudieran dañarse a sí mismos o a otros.Ella asintió lentamente, pero su mente al parecer había vuelto a lo que él había dicho antes y le preguntó, -¿Cuáles fueron los problemas que se presentaron en los otros dos después de que la Atlántida cayera?. ¿Los dos de los seis que no se volvieron locos?.¿Sólo la falta de colmillos?.Decker dudó y luego dijo: -Esa era la diferencia más evidente. Algunos desdentados tampoco tienen la visión nocturna mejorada, pero por lo demás son prácticamente iguales. Ellos tienen más fuerza, velocidad y la capacidad de leer y controlar las mentes como nosotros.-¿Así que voy a ser capaz de leer la mente de las personas y controlarlas?.Parecía sorprendida.
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Él asintió con la cabeza. -Se necesita un poco de tiempo para aprender esas cosas, pero sí, en algún momento serás capaz de hacer ambas cosas.-Hmm.- Dani permaneció en silencio por un momento, pero a continuación, frunció el ceño. ?Si Leonius fue encerrado, ¿cómo es posible que sea el padre de Leo-. Quiero decir, ¿no le permitían visitas conyugales o algo así, no?.-No.- Decker se rió ante la idea, pero admitió: ?Nadie lo sabe con certeza, se asume que cuando la Atlántida cayó, o bien alguien lo liberó junto con el otro sujeto, o simplemente se escapó en medio de todo el caos.- Decker hizo una mueca. -Cualquiera que sea el caso, él sobrevivió.-¿Y el otro?.Decker sacudió la cabeza. -Se cree que el otro murió en la Atlántida.-Desearía que Leonius lo hubiera hecho también,- dijo Dani amargamente. -Entonces no te habría conocido,- señaló él en voz baja. -No habrías sido secuestrada, no habría estado allí para rescatarte y no estarías aquí conmigo ahora.Dani bajó la cabeza. Quería decirle que ella prefería que hubiera sucedido eso a como estaba ahora, pero no era totalmente cierto. Ella no podía decir aún que amaba a Decker, pero a pesar de que no estaba segura de si lo hacía o no, le gustaba. Ciertamente, su corazón sufría ante la posibilidad de no volver a verlo. Tal vez si Stephanie también hubiera sido rescatada en el claro, la historia sería totalmente diferente, pero no lo había sido, y Dani no podía sentirse bien con lo era o disfrutar plenamente de la relación que se estaba formando entre ella y Decker. Al parecer eso su mente estaba constantemente yendo hacia atrás, preocupada por Stephanie. Suspirando, desechó esos pensamientos y dijo: -Así que Leonius logró escapar de Atlantis y causó estragos, pero ¿también encontró a su compañera de vida y por eso hay un Leonius II°?.-
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-Leonius tuvo varios hijos que causaron estragos, pero no estoy seguro si alguna vez encontró con su compañera de vida.-Entonces, ¿cómo…? -Leonius no sólo ataca a los mortales, sino también a los inmortales,- explicó Decker, con expresión sombría. -Él era muy aficionado a secuestrar mujeres inmortales y las obligaba a cargar con sus hijos. Leonius tenía un montón de hijos.Dani arqueó una ceja. -¿No hijas?.-Aparentemente no tenía ninguna utilidad para él y por lo general las mataba al nacer.-Qué agradable,- murmuró ella. Decker continuó, -Leonius es parte de la razón de la regla de los cien años. Tuvo niños por docenas, conservaba a los mortales como ganado para alimentarlos, y empezó a comportarse como si fuera a crear un ejército con su propia prole. Fue entonces cuando se formó el primer Consejo de Inmortales. Mi abuelo Ramses y varios otros inmortales se unieron para tratar de averiguar qué hacer respecto a Leonius y sus crías, y después de mucha deliberación, se decidió que debían ser detenidos. Los inmortales formaron un ejército propio, atacaron a Leonius y sus descendientes, y pensaron que los habían aniquilado. Pero parece que uno se les escapó. -Leo,- dijo ella suspirando. Él asintió con la cabeza. Ambos permanecieron en silencio por un minuto, y luego preguntó: -¿Yo tengo ahora los nanos del primer lote defectuoso, no es cierto?.-Bueno, sí, pero no los originales, los duplicados que se recrearon con el tiempo.-
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Ella vaciló, y luego preguntó: -¿Existe alguna forma de arreglarlo?. Tal vez con una transfusión de tus nanos, o...- Dejó que su voz se desvaneciera cuando él comenzó a negar con la cabeza. -Lo siento, Dani. No sé mucho sobre este tema, tendrías que hablar con Bastien. Él sabe más de eso, pero estoy bastante seguro de que no funcionaría. Tus nanos verían a los míos como invasores y los eliminarían como lo hacen con las células del cáncer y los virus. -Correcto.- Ella dejó escapar su aliento en un suspiro, y, jugando con la cuerda de su muñeca que ahora estaba más corta, le preguntó: -Entonces, si yo fuera a tener un hijo, ¿ese niño tendría sólo una oportunidad entre tres, de no nacer muertos o enloquecer?. - Los niños eran algo a tener en consideración. Dani tenía más de treinta años y recientemente había pensando que le gustaría casarse y tener un bebé, o seis, como sus padres. Decker permaneció en silencio tanto tiempo que ella dejó de jugar con la cuerda y se volvió para mirarlo. La respuesta estaba en su expresión, una mirada de asombro y consternación que le dijo que sí, que así era, y que sólo ahora había caído en ello. -No tenemos que ser compañeros de vida,- dijo ella en voz baja. ?No voy a culparte si...- Hizo una pausa cuando Decker se volvió hacia ella rápidamente. -Somos compañeros de vida, Dani,- dijo él con firmeza. -Y quiero serlo. Nada va a cambiar eso. Vamos a posponer tener hijos por un tiempo. Bastien tiene gente trabajando en este tipo de cosas y encontrará algo.-¿Y si no lo hace, o ya estoy embarazada?,- preguntó ella. Decker parpadeó, aparentemente no había considerado que habían tenido sexo en el armario de la planta baja sin ningún tipo de protección, por no mencionar varias veces en el establo el día anterior, pero entonces ella era mortal, y no se había preocupado porque ella fuera una desdentada. Dani vio como Decker cerraba los ojos consternado, suspiró, y luego miró hacia la puerta cuando Mortimer les gritó desde abajo. Ella se volvió hacia Decker
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que parpadeó abriendo los ojos; él dudó por un momento y luego se levantó y la ayudó a ponerse de pie, diciendo: -Cruzaremos ese puente cuando lleguemos allí.Y definitivamente vamos a utilizar protección a partir de ahora, pensó Dani mientras salían de la habitación y bajaban las escaleras. -¿Qué pasa?,- preguntó Decker al llegar a la parte inferior de la escalera, donde estaba Mortimer junto con un hombre al que Dani nunca había visto antes. Fue el recién llegado quien respondió. Dio un paso adelante con la mirada fija en ella, y dijo, -Bastien me pidió que te diera esto Dani.Ella miró hacia abajo, y sus ojos se abrieron cuando vio lo que sostenía. -¡Mi teléfono!.- Dani se lo quitó y le ofreció una sonrisa de gratitud. -Gracias.Él asintió con la cabeza, con expresión solemne, y luego se volvió para salir por la puerta que seguía abierta. -Llama a Nicholas,- dijo Mortimer, y cuando ella dudó, le señaló:- Pregúntale si sabe dónde está tu hermana... si es que responde.Dani abrió el teléfono, miró su lista de llamadas, y encontró el número de Nicholas. Mientras llamaba, se preguntó por qué Nicolas no había bloqueado su número para que no apareciera, pero luego tomó el teléfono y se olvidó de ello mientras esperaba que aquél respondiera. En vez de eso, lo que escuchó fue un mensaje grabado. Dani cerró los ojos, cerró el teléfono con un suspiro de decepción, y dijo: -El número ya no está en servicio.Decker, la abrazó y murmuró: -Lo siento. Sé que contabas con él.Dani asintió con la cabeza, pero no dijo nada. Era consciente de que Mortimer se había ido para que estuvieran un momento a solas. Suspirando, deslizó su móvil en el bolsillo y levantó la cara para preguntarle a Decker que debían
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hacer ahora para encontrar a Stephanie cuando el tel茅fono empez贸 a sonar y vibrar en su bolsillo.
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Capítulo 18
-¿Dani?.-¿Nicholas?.Ella abrió la boca en estado de shock, al reconocer su voz a través del auricular. Sus ojos parpadearon al ver que Decker se acercaba. Y entonces, de repente Mortimer se detuvo y regresó. Ambos hombres parecían enfadados y podía sentirse la tensión en el aire. -Siento no haberte llamado antes,- dijo Nicholas. -Yo sé que has estado muy preocupada, pero no quería llamarte hasta que tuviera una buena noticia para darte.-¿Mi hermana?,-preguntó ella con entusiasmo, animada por su mención de la buena noticia. -¿La tienes contigo?.-No.- Sonaba a disculpa. -Pero sé dónde está y que está viva.Dani cerró los ojos. Viva, eso era bueno. Todo lo demás podía arreglarse, ya fuera con terapia, o que Decker o uno de los otros hombres borrara la memoria de Stephanie. -¿Me imagino que no estás sola?,- le preguntó Nicolás . Dani abrió los ojos. A juzgar por sus expresiones, Mortimer y Decker podían escuchar ambas partes de la conversación. Era por su nano-oido , supuso ella mientras admitía: -No, Decker y Mortimer están aquí.Ambos hombres la miraron , pero ella no les hizo caso. -¿Tu teléfono tiene manos libres?.-
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-Sí,- dijo Dani, agradecida por primera vez de haber permitido que el vendedor la convenciera para que se comprara ese modelo . -Ponlo entonces,- le pidió Nicholas. Dani lo hizo, sosteniendo el teléfono frente a ella. -Adelante.-¿Decker?.-¿Sí?,- respondió él con tono seco. -Hotel Four Seasons, habitación 1413, -dijo Nicholas. -Te doy cinco minutos para que llegues a la carretera y luego volveré a llamar.La llamada se cortó. Dani se movió antes de que finalizara, corrió por el pasillo hacia la cocina y luego hacia el garaje . Era consciente de que Decker iba pegado a sus talones y Mortimer los seguía, pero su mente estaba en llegar a la cochera y coger el coche. -Podemos coger uno de los todoterreno,- sugirió Mortimer. -Una furgoneta sería mejor,- dijo Decker y luego agregó: -No sabemos cómo estará Stephanie.-Él dijo que estaba viva,-dijo Dani, casi sonriendo con alivio. Su deseo de sonreír se extinguió cuando él señaló suavemente,-Lo de estar viva cubre muchas situaciones Dani.La imagen de las mujeres en el barranco apareció de inmediato en su mente y Dani se mordió el labio, y la preocupación regresó. La mente de Stephanie podía ser curada o sus recuerdos borrados, pero podría tener cicatrices por la experiencia. -No tenemos una furgoneta, -señaló Mortimer, volviendo de nuevo a la cuestión que les ocupaba.
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-Eso tiene solución.- Todos ellos se detuvieron y miraron hacia atrás, viendo a Lucian bajar por las escaleras y aparecer en el garaje .- ¿Qué pasa?, - preguntó él, yendo hacia ellos. Dani fue a la cocina mientras los hombres se detenían a contestarle. No le importaba si ellos cogían una furgoneta o un carrito, siempre y cuando fueran a buscar a su hermana. Miró a Justin cuando entró en la cocina . El hombre estaba cerrando la puerta del refrigerador, tenia una expresión de desagrado en su cara. En cuanto la vio, dijo: -No hay una sola cosa para comer en esta casa. Yo...-Se detuvo abruptamente cuando se dio cuenta de su expresión y luego miró a los hombres cuando entraron detrás de ella. -¿Qué pasa?.-?Nicholas llamó. Tenemos que irnos,- anunció Decker alcanzando a Dani y cogiéndola del brazo para dirigirse hasta la puerta del garaje. Justin asintió con la cabeza, todos los pensamientos sobre comida al parecer se alejaron de su mente a medida que se puso a caminar detrás de ellos. Dani pensó que Lucian conduciría la furgoneta, pero él le arrojó las llaves a Decker y luego hizo una pausa para abrir la puerta del lado del pasajero, haciendo un gesto para que ella entrara -Puedes subir en la parte delantera con Decker.- Ella no dudó. Al instante se puso el cinturón de seguridad, Decker y los demás subieron. Miró a Decker mientras éste pulsaba el botón del mando a distancia para abrir la puerta del garaje y arrancaba el motor y luego se dio vuelta en su asiento para mirar con curiosidad a la parte posterior .Vio varios baúles y cajas, no había asientos para los pasajeros de atrás, pero eso no parecía molestarles, estaban ocupados moviendo los bultos. Lucian y Justin estaban en ello. Mortimer se había detenido para sacar su teléfono móvil y estaba haciendo una llamada, probablemente estaba llamando a los ejecutores y los voluntarios para que fueran hacia el hotel, Dani miró a los otros dos hombres que estaban cogiendo sus armas. Ella miraba asombrada la furgoneta de Lucian, que era un arsenal rodante… y tenía un guardarropa, advirtió cuando Lucian cogía un abrigo largo de cuero y comenzaba a ponérselo. -¿No hace calor para eso?,- preguntó Justin cargando balas en una pistola. Dani no tenía ni idea de qué arma se trataba, pero sin duda parecía impresionante.
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-Sí,- reconoció Lucian. -Pero va a ser más discreto. Esta prenda esconde un montón de pecados. Dani entendió lo que quería decir cuando lo vio tocarse el pecho para sacar una pequeña ballesta con una sola mano que luego metió en el lado interior izquierdo de su chaqueta. Un carcaj de flechas le siguió y lo colocó en el interior del lado derecho. Mientras que a Justin le gustaban las armas de fuego, al parecer Lucian, al igual que Nicholas, preferían las armas anticuadas. Miró cómo los otros dos hombres ocultaban sus armas en sus vaqueros. La ballesta no era realmente necesaria en este momento. Leonius había resistido los tranquilizantes de las balas, pero sus hijos no lo habían conseguido, así que las armas bastarían. -¿Qué armas quieres Decker?,- preguntó Mortimer, dejando un momento el teléfono para hablar con él. -Lo de costumbre,- gruñó. -Usen silenciadores,- ordenó Lucian y luego sonó el teléfono y un silencio expectante llenó la furgoneta. Dani miró hacia abajo, automáticamente contestó su teléfono y puso manos libres antes de decir: -¿Hola?. ¿Nicholas?.-Sí.- Hubo una pausa, y luego se disculpó. -Discúlpame por haber dejado que él huyera del aeropuerto con tu hermana, Dani. Es mi culpa. Los todoterreno de los ejecutores se detuvieran detrás de mí en la rampa. Desafortunadamente, pensé que ellos podían manejarlo y estacioné para ver lo que pasaba, para estar seguro.- Por su voz sonaba enojada cuando él agregó:-Fue una estupidez por parte de ellos dejar a la chica atrás. Como ejecutores deberían haberlo sabido mejor.- Los hombres que llegaron primero al aeropuerto eran voluntarios, no ejecutores,- dijo Lucian y luego preguntó:- ¿Tú te la llevaste?.- Bueno, hola a ti también, tío,- dijo él con tono áspero. -No. ¿Qué querías que hiciera, Lucian? ¿Que matara al guardia de seguridad?.-
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- ¿Lo hiciste?,- preguntó Decker . - No,- dijo brevemente y luego continuó con el tema.- Al parecer, el sexto renegado no entró en el aeropuerto.Dani dijo de inmediato :-Stephanie le dijo a los hombres que él saltó del vehículo en cuanto ella dobló para entrar en el estacionamiento.Nicholas gruñó . -Eso tiene sentido. Pero yo no los veía desde donde estaba. Al parecer, cogió un vehículo con una mujer mayor dentro. Debe de haber tomado el control de ella y luego vio cuando llegaron los hombres.- Nicholas continuó: -Tan pronto como los voluntarios se fueron, Stephanie y el guardia de seguridad se acercaron a un coche. Vi a la chica ponerse del lado del pasajero. El guardia fue hacia el lado del conductor y luego lo perdí de vista. Un momento después el coche dio marcha atrás ... Había tres personas en el interior y pensé que eran la chica, el guardia y el renegado, y supe que éste les había jugado una mala pasada. Empecé a seguirlos y vi al guardia tendido en el suelo. Los seguí hasta un hotel en la ciudad. Iba tres coches por delante de mí mientras lo seguía. Él no se molestó en estacionar, dejó el coche en la entrada. En el momento en que él se bajaba, vi que llevaba a Stephanie y a una mujer de más edad en el interior. Cuando me apresuré a entrar al vestíbulo, las mujeres y él ya estaban en un ascensor repleto de gente y las puertas se estaban cerrando. -La frustración en su voz era palpable. -La maldita cosa se detuvo en ocho pisos. No podía buscar otro ascensor para subir y que ellos bajaran en un piso y se me escaparan mientras yo buscaba en otro, así que me senté en el vestíbulo a esperar desde entonces.- ¿Sin sangre?,- preguntó Lucian. -Oh, diablos, no tío, he estado mordiendo a todo los mortales que pasan caminando,- dijo Nicholas con sarcasmo. -Eso es lo que los renegados hacen por diversión.-Tendrías que haberme llamado, te hubiera llevado sangre,- dijo Decker con voz sedosa.
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-Apuesto a que sí, primo.- Hubo una risa seca y luego Nicholas dijo: -Estaba a punto de renunciar a la vigilancia esta mañana y tratar de buscar en los pisos donde el ascensor se había detenido, cuando el sexto renegado pasó a mi lado y subió al ascensor.-¿Él salió sin que lo vieras y luego regresó?,- preguntó Lucian. -Sí. Aunque no sé cómo. No aparté mis ojos del maldito ascensor, -murmuró Nicholas con evidente irritación. -Tuvo que escapar por las escaleras.Los cuatro hombres gruñeron por la sugerencia. -Afortunadamente no había muchos huéspedes en el hotel a esa hora y sólo había una persona en el ascensor con él y fueron al mismo piso; el catorce, tomé el mismo ascensor cuando bajó. Había una empleada de limpieza en el vestíbulo. Ella lo había visto llegar y me las arreglé para leer su mente para averiguar en cuál habitación estaban.-1413,- dijo Dani, el número le quemaba el cerebro. -Sí. Es probable que él descanse durante el día. Pero aún así yo me daría prisa. Él no estaba solo cuando volvió. Había una rubia con él,- anunció Nicholas. -¿No te has acercado a la habitación?,- preguntó Decker bruscamente. -No he comido en dos días persiguiendo a este hijo de puta, primo. He hecho el trabajo duro. Ahora ustedes deben ocuparse de la limpieza ... ¿Estás en el centro todavía?. Así debe ser. Me imagino que cogieron la autopista de Gardiner. ¿Dónde están?.- Dani rápidamente le dijo la intersección que se aproximaba, ganándose por eso una mirada de Lucian, pero ella lo ignoró. -Gira a la derecha, Decker,- dijo Nicholas rápidamente. Decker maldijo y giró, los neumáticos chillaron al tomar la esquina en el último segundo posible. Con los dientes rechinando, él dijo: -Tú no estás en el Four Seasons, ¿verdad?.Estás en otro hotel.-
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-Muy bien, primo. Es bueno ver que eres tan sagaz como siempre. Verás el hotel correcto más adelante. Me doy cuenta de que probablemente tienen un pequeño ejército de hombres que ya está rodeando el Four Seasons, pero realmente no creerán que me quedaré aquí esperando a que me capture uno de los equipos ejecutores, ¿verdad?.- Se hizo un silencio sombrío en la furgoneta. Nicholas continuó: -Yo no esperaría hasta que los hombres que están en el Four Seasons vengan hasta aquí. Sugiero que golpeen la puerta de la habitación.-¿Por qué?,- preguntó Decker bruscamente. -Te lo dije, había una rubia con él y a juzgar por su expresión enojada, ella no debe estar pasando un buen momento.-Entonces, tal vez debas ir allí ahora mismo, -sugirió Lucian. -Estoy demasiado débil, necesito sangre,- gruñó Nicholas.-He estado de pie al final del pasillo escuchando lo que pasa en la habitación. No se ha producido ningún sonido raro que sugiera que haya comenzado con ella.- Hizo una pausa y añadió:- Supongo que ya deben estar llegando al hotel en este momento.-Sí,- dijo Dani, mirando por la ventana para ver dónde estaban. -Bueno. No les llevará mucho tiempo llegar hasta allí. Creo que voy a salir. Hubo una breve pausa y luego agregó:-¿ Decker?.-¿Sí?,- preguntó mientras se detenía ante las puertas.-Si no salvas a esta chica después de todos los problemas por los que pasé, voy a patearte el culo.-En cualquier momento primo,-dijo Decker tristemente mientras llevaba la furgoneta hacia el estacionamiento y apagaba el motor. Él salió de la furgoneta junto con Dani y el resto de los hombres, luego de que finalizó la llamada.
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Ella metió el teléfono en el bolsillo y corrió para alcanzar a Decker y le cogió la mano que él le tendíó hacia atrás. En el momento en que los dedos de ella se deslizaron en los suyos, él miró hacia atrás y dijo: - Creo que deberías esperar en el vestíbulo.- Ella es mi hermana,- dijo Dani sombría. -Además, soy inmortal ahora, ¿verdad?.- La boca de Decker se cerró, pero no trató en discutir con ella. ¿Quieres que Mortimer y yo busquemos a Nicholas, mientras que Decker va por el sexto renegado?, - le preguntó Justin a Lucian, pero fue Decker el que respondió. -No. Lo primero es rescatar a la hermana de Dani . Después buscaremos a Nicholas.Dani apenas escuchó cuando Lucian gruñó dando su conformidad. Sus ojos estaban puestos en Decker, mientras él la llevaba por el vestíbulo, y le pareció que le amaba, después de todo. ¿Cómo no iba a hacerlo?. Este inmortal recibió una bala por ella antes de saber siquiera su nombre, la había llevado a lo más alto de una pasión que nunca había imaginado, había cuidado de ella durante su transformación y después la consoló. Este era un inmortal que estaba torturado por la culpa a causa de la huida de Nicholas y sin embargo estaba anteponiendo la vida de una joven, que nunca había conocido, a la captura de un renegado que llevaba buscando desde hacía cincuenta años. Era un buen hombre, un inmortal. Su inmortal, si es que ella lo quería ... y lo quería, reconoció Dani, y luego miró a su alrededor cuando Decker se detuvo y la atrajo a su lado. Habían llegado a los ascensores y trataban de meterse entre la gran cantidad de personas que estaban esperando para coger el ascensor que bajaba. Dani estaba muy segura de que estarían esperando durante un buen rato, pero cuando el ascensor llegó y la gente empezó a desplazarse hacia aquél, los que estaban más cerca, milagrosamente se detuvieron e impedíeron el paso a los otros que querían entrar, para que Decker y su grupo pudieran pasar y subir al ascensor. Mientras las puertas se cerraban y las personas descontentas trataban de eludir el bloqueo, Dani decidió que no podía esperar mucho para poder leer y controlar las mentes. Sin duda, habría sido muy útil en este momento, reconoció, mientras pensaba en cuáles de los hombres, o cuántos de ellos, habían causado el pequeño milagro.
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-Busca a una empleada y consigue una tarjeta maestra,- ordenó Lucian a Justin mientras se dirigían a la salida del ascensor y caminaban por el pasillo que llevaba a la habitación 1413. El joven asintió con la cabeza y se dio vuelta para cumplir con su tarea mientras el resto de ellos continuaciaon adelante, luego Decker se detuvo y se volvió hacia ella. -Ella es mi herm…,- comenzó a decir Dani en un susurro, pero él la interrumpió con un susurro de los suyos. -No puedes venir, no podrás dominar al renegado.Dani dudó, pero luego asintió a regañadientes relajándose, Decker le dio un beso rápido en la frente y luego se volvió para seguir Lucian y a Mortimer. Los tres hombres llegaron a la puerta y se detuvieron para sacar sus armas mientras Justin pasaba corriendo junto a Dani. Ella vio que le dio algo a Lucian y luego sacó la pistola que había guardado en la parte trasera de sus pantalones. Con el corazón en la garganta, Dani vio como Lucian abría la puerta, y Decker se abrió paso y entró, seguido de los otros tres hombres. Primero oyó los gritos de una mujer .Después varios sonidos apagados, que debían ser disparos con silenciador y no pudo dejar de correr por el pasillo. -Está viva,- dijo Mortimer y Decker levantó la vista hacia la mujer mayor que él había estado examinando. -Así es,- admitió él y luego se enderezó para mirar con el ceño fruncido a la pareja de la cama, una mujer mayor con el pelo canoso y un hombre joven con el pelo oscuro. La mujer probablemente era la que los recogió en el estacionamiento del aeropuerto, pero Decker no tenía ni idea de quién era el hombre. Los dos estaban pálidos e inconscientes y habían sido cortados varias veces. Su mirada se deslizó hacia la rubia de la que se estaba alimentando el hijo de Leonius cuando entraron, era la mujer con la que él había entrado en el ascensor por la mañana. Ella había estado gritando en forma histérica cuando ellos entraron y luchaba para escapar del hombre que estaba chupando la herida de
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su brazo, pero ahora ella estaba tranquila y con el rostro en blanco, mientras Justin le vendaba el corte para tratar de detener la hemorragia. -Ninguna de las mujeres es la hermana de Dani,- gruñó Lucian. Decker no necesitaba su comentario para darse cuenta de eso. Un vistazo rápido a todos los que estaban en la habitación, cuando habían entrado, había sido suficiente para que él supiera que la chica no estaba allí. -¿Qué crees que hizo con ella?,- preguntó Justin. Decker negó con la cabeza hacia Lucian y luego miró al joven inmortal para comprobar que había terminado de vendar a la rubia, la levantó y la llevó hasta la cama con los otros dos mortales. -Dani no va a tomar bien la noticia,- dijo Justin entristecido. -No,- dijo Decker en silencio, no sabía cómo iba decírselo. Se frotó la parte posterior de su cuello con cansancio y se dio vuelta para dirigirse a la puerta que daba al pasillo, pensando que cuanto más pronto se lo dijera, sería mejor. Ella probablemente se volvería loca por la preocupación. Estaba sorprendido de que ella no hubiera golpeado ya la puerta para entrar y sólo podía pensar en que tenía miedo de lo que podría encontrar. Con todo lo que había sucedido, ella tenía derecho a tener miedo, pensó Decker sombríamente mientras abría la puerta. Su mirada se deslizó hasta donde la había dejado, y Decker se detuvo con un pie todavía en el interior de la habitación y los ojos abiertos por la sorpresa, cuando vio que ella ya no estaba allí. -¿Qué pasa?,- preguntó Justin, moviéndose detrás de él. -Se ha ido,- dijo él con incredulidad y luego caminó hacia el lugar con pasos largos y rápidos. -Esto es extraño Decker,- dijo Justin, corriendo junto a él. -Dani no se iría.-Lo sé.-Ella estaba demasiado preocupada por su hermana.-
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-Lo sé,- repitió él sombríamente. -Alguien tiene que habérsela llevado,- agregó Justin, diciendo en voz alta los temores de Decker. -¿Crees que fue Leonius?. Pudo haber estado siguiéndonos.Él no hizo comentarios, pero aceleró el paso tratando de pensar en cuánto tiempo había pasado desde que había dejado a Dani en el pasillo y cuán lejos pudieron haberla llevado. Al doblar la esquina, ambos se detuvieron abruptamente cuando vieron los ascensores, no había nadie delante de ellos. Decker maldijo y se volvió. -¿Qué vamos a hacer?,- preguntó Justin en voz baja. Decker pensó y luego dijo: -Los hombres ya deben estar aquí. Probablemente están apostados en las salidas. Vamos a tener que empezar a buscar en el hotel.-Le diré a Mortimer que empiece a llamar a los hombres y los ponga en alerta,dijo Justin. Cuando él asintió con la cabeza, el joven ejecutor echó a correr hacia la habitación 1413. Decker lo siguió a un ritmo rápido, pero no trató de mantenerlo. Él estaba tratando de coordinar las cosas en su cabeza, tratando de pensar en todas las posibilidades y de asegurarse de que no se les había escapado algo. Justin desapareció en la habitación donde los otros hombres esperaban justo cuando Decker estaba pasando la puerta de la habitación contigua a la 1413. Como estaba moviéndose rápido, Decker casi se perdió el sonido de algo que golpeó contra el suelo y que fue amortiguado por la alfombra y la puerta. Pero lo escuchó e instintivamente se detuvo y se acercó para escuchar. Dani no podía moverse. Leonius la mantenía completamente inmóvil tapándole la boca con una mano, casi la asfixiaba con la otra sobre su garganta, y con el cuerpo la mantenía aprisionada contra la pared. Él la había estado
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reteniéndola allí desde que ella había pasado por delante de esa habitación y él jaló de ella hacia adentro. Ella no tenía idea de por qué él no estaba controlando su mente, cuando sabía que podía hacerlo, pero supuso que se debía que él sentía sumo placer al aterrorizarla. Aunque ella estaba agradecida de que él no lo hiciera, mientras miraba hacia el costado tratando de ver el interior de la habitación. Cuando Leonius se dio cuenta, miró en esa dirección e hizo una mueca de desagrado con la boca. Luego la arrastró alejándola de la pared y la obligó a ir hacia la habitación. Dani vio a Stephanie. La joven estaba sentada, medio inclinada sobre el borde de la cama, balanceándose y tratando de ponerse de pie, pero parecía estar demasiado débil para conseguirlo. Lo que parecía haber sido un vaso lleno de agua, ahora yacía en el suelo y un líquido claro había empapado la alfombra formando un gran charco. Dani supuso que la caída del vaso contra el suelo había sido el ruido que había escuchado. Ella examinó a Stephanie rápidamente, y se sintió aliviada al ver que no parecía tener ningún corte o moretones, al menos no en las partes visibles. Dani había temido que cuando la encontraran, Stephanie estuviera en el estado en que estaban los cuerpos del barranco, pero estaba notablemente libre de lesiones, su piel lucía pálida y perfecta., aunque Dani no podía ver las muñecas o el interior de sus brazos por la forma en que estaba atada . Pero Stephanie definitivamente no estaba bien. Dani se dio cuenta de ello cuando Stephanie levantó la cara, estaba muy pálida, sudaba y tenía ojeras. -¿Dan…?.No llego a decir el nombre completo. Dani supo que Leonius había entrado en la cabeza de la chica para controlarla y le hizo callar. Por la forma en que ella estaba, aparentemente no era una experiencia agradable para él, porque su rostro se contorsionaba por el dolor. Ella no supo lo que él hizo, pero después de un momento, la cabeza de Stephanie se cayó y la expresión de él comenzó a ceder. Suspiró aliviado y miró a Dani.
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-Yo acababa de darle mi sangre y estaba a punto de amarrarla cuando oí los disparos detrás de la puerta contigua,- dijo en voz baja y luego comentó: -En realidad los silenciadores no funcionan tan bien como los que aparecen en la televisión, ¿verdad?.Dani se estremeció al oír esta noticia, inmediatamente la preocupación por su hermana aumentó en su interior. Sin embargo, no había tiempo para eso ahora e intentó zafarse para poder hacer más ruido, y así, de esa manera, podría atraer la atención de los hombres que estaban en el cuarto de al lado... Si es que aún estaban allí. Había oído a Justin hablando con Decker cuando pasaron por delante de la habitación hacía un momento, antes de oírse el golpe que había provocado que Leonius la llevara a la habitación. Ellos habían estado hablando de ella y del hecho que había desaparecido y tuvo ganas de gritar, pero no pudo hacerlo porque Leonius la tenía aprisionada. -Sé que quieres hacer ruido para alertar a tus amigos, pero me temo que no puedo permitirte eso,- dijo Leonius en su oreja. -Es muy emocionante esconderse a pocos metros de distancia de donde Lucian y sus hombres están parados, pero eso también conlleva peligro. Si haces ruido, tendré que callarte.Él la llevó cerca de la cama y quedaron frente a Stephanie y luego hizo girar a Dani hacia la mesita de noche para así poder mirar a la chica. La adolescente se balanceaba donde ella estaba sentada, con las manos agarrando su estómago, pero ella no estaba haciendo ruido y Dani no sabía si era porque seguía bajo su control o no. -Veintiuno todavía no la había transformado cuando llegué aquí hace una hora,- murmuró en voz baja Leonius. -Por extraño que parezca discutió conmigo porque se oponía a ello. Parecía querer mantenerla como una especie de mascota mortal. Incluso no se había alimentado de ella.- Hizo una pausa y añadió: -Yo lo hice antes de darle mi sangre ... como lo hice contigo.Dani lo miró por encima de su mano y él sonrió ampliamente. -Las dos comparten el mismo temperamento. Ella trató de defenderse, al igual que tú lo hiciste.- La sonrisa se desvaneció cuando añadió con desagrado, - Y Veintiuno trató de detenerme. Para que no incordiara tuve que enviarlo a la otra
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habitación y cerrar las puertas para lograr que no interfiriera. Resultó algo fortuito para mí, pero no tan fortuito para Veintiuno.Se volvió para mirar a Stephanie de nuevo y luego le dijo: -Por supuesto, tengo planes más grandes para Stephanie que el mantenerla como una mascota mortal. Para las dos, en realidad.- Él sonrió cruelmente y añadió: -Alguien tiene que criar más hijos para reemplazar a los que he perdido esta semana.Eso fue demasiado para Dani. La ira rugió a través de ella como una marejada ante la perspectiva de que ella o Stephanie se convirtieran en yeguas de cría de este animal. Leonius la había llevado lo suficientemente cerca de la mesa como para que ella pudiera coger la lámpara de noche y antes de que Dani supiera muy bien lo que estaba haciendo, la había agarrado y la estaba revoleando por encima de su cabeza y hacia atrás. Hubo un crujido repugnante cuando se estrelló contra la cabeza de Leonius y luego éste la soltó y tropezó. De repente Dani estuvo libre, dio un paso tambaleante hacia adelante golpeándose con la mesilla de noche, pero mantuvo el equilibrio y se volvió para agarrar a Stephanie por el brazo y tiró de ella para ponerla de pie. La confusión en el rostro de la chica y la forma en que movía la cabeza le sugirieron a Dani que el golpe en la cabeza de Leonius había sido lo suficiente contundente como para que dejara de controlar a Stephanie. Sabía que eso no iba a durar mucho tiempo y la empujó hacia el pequeño pasillo que iba hacia la puerta, desesperada por sacarla de la habitación. Tuvieron que pasar por encima de Leonius para llegar allí. Él estaba en posición vertical, pero se veía aturdido y se agarraba la cabeza, Stephanie logró pasar junto a él tambaleándose, pero cuando Dani la siguió, él estiró una mano y consiguió agarrarla por el brazo. -Corre,- le gritó Dani a su hermana, mientras luchaba lucha por liberarse de Leonius. Para su alivio, Stephanie siguió adelante y logró agarrar el picaporte. Ella lo giró y comenzó a tirar para abrir la puerta, y trastabilló hacia atrás cuando de repente algo empujó la puerta desde fuera . Dani sollozó aliviada cuando vio aparecer a Decker. Él se dio cuenta de la situación con un vistazo y comenzó a levantar el arma que tenía en la mano, pero de repente agarró a Stphane , se dio vuelta y la metió hacia la habitación escudándola con su cuerpo mientras algo explotaba junto a la oreja de Dani. Ella no reconoció que era un disparo de un arma de fuego, hasta que vio la sangre en la parte posterior de la
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camisa de Decker. Un grito de horror fue arrancado de su garganta cuando Dani vio dónde estaba la herida .Ella supo de inmediato que si no se había alojado en su columna vertebral, probablemente había golpeado su corazón y horrorizada, vio cómo él se desplomaba hacia adelante, llevándose a Stephanie junto con él al suelo. Una vez en el piso, ninguno de ellos se movió. -Es hora de irse,- dijo Leonius o ella pensó que eso era lo que había dicho. Tenía un zumbido en sus oídos por el disparo que le dificultaba su audición. A continuación, él comenzó a obligarla a avanzar y Dani fue tambaleando hacia el pasillo, consciente de que alguien estaba golpeando la puerta que conectaba con la otra habitación.-Vamos a tener que dejar a Stephanie por ahora, pero volveré a buscarla más tarde- Le aseguró Leonius mientras la empujaba por encima de Decker hacia el pasillo. Dani se quedó mirando a Decker mientras pasaban junto a él. Estaba tumbado sobre el estómago, su cabeza estaba junto a los pies de Stephanie y estaba tan inmóvil que si fuera un mortal, parecería que estaba muerto. Cuando llegaron al pasillo, Leonius la estaba empujando con fuerza hacia el ascensor cuando sonaron una serie de estallidos. Cuando de repente él la soltó y cayó contra la pared opuesta, Dani se dio vuelta y vio a Lucian de pie en el pasillo, frente a la habitación 1413, con el brazo levantado y un arma en la mano. Al momento siguiente, se dio cuenta de que el arma de Lucian era una ballesta, y tenía una flecha con muescas que no había sido disparada . Se volvió y vio que Decker bajaba el arma y posaba su cabeza en el suelo.
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Capitulo 19
- ¡Decker!, - Dani se apresuró a regresar a la habitación, su mirada se deslizó sobre su hermana mientras pasaba. Los ojos de Stephanie estaban abiertos y ella estaba jadeando fuertemente. Habiendo pasado ella misma por el cambio, y sabiendo que no podía hacer absolutamente nada, Dani siguió hasta Decker y se arrodilló junto a él, mientras éste gemía y comenzaba a moverse. Ella lo ayudó a darse vuelta, luchando con el horror cuando vio que el agujero en su pecho era mucho mayor que en la espalda. Leonius lo había golpeado con un arma mucho más poderosa que con la que sus hijos le habían disparado a Decker esa primera noche en el claro. La preocupación nubló sus ojos y presionó con su mano la herida tratando de contener el flujo de sangre. - Estoy bien,- murmuró él. - Cuida de Stephanie.Dani negó con la cabeza, presionando ahora con ambas manos sobre su pecho, pero él hizo una mueca y luego tomó sus manos y las alejó. Obligándose a sí mismo a sostenerse en posición vertical para apoyarse en la pared, le dijo, - Los nanos me repararán. Mira, el sangrado es más lento. La bala no tocó mi corazón por poco.- Más bien como un milímetro,- dijo ella con el ceño fruncido, cuando se dio cuenta de que el sangrado era, de hecho, más lento. - Estoy bien,- insistió él. - Ve a ver a Stephanie.Ella vaciló, deslizando su mirada hacia su hermana, pero cuando la adolescente gimió y comenzó a moverse, Dani se enderezó y se movió para arrodillarse junto a Stephanie mientras ella rodaba sobre su costado en la puerta. - ¿Stephi?,- dijo ella, apoyando su mano en la mejilla de la joven. - ¿Estás bien?.-
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Stephanie parpadeó y abrió los ojos. Dani vio la confusión y el dolor que existía allí y sintió que su corazón le dolía por la muchacha. Ella sabía exactamente cuánto estaba sufriendo en estos momentos. Un movimiento en el rabillo de su ojo llevó su mirada distraídamente hacia el corredor. Lucian se había movido para pararse sobre la figura caída de Leonius. Miró al renegado por un momento con una ballesta colgando a su lado, y luego la giró hacia adelante y disparó la flecha con muescas en el pecho de Leo. Definitivamente un tiro al corazón, pensó Dani con satisfacción mientras Lucian luego se inclinó para agarrarlo por el cuello para tirar de él hacia la puerta abierta de la habitación. Ella comenzó a voltear a su hermana, con la intención de tratar de mover a Stephanie y a Decker para apartarlos del camino, pero gritó cuando la chica de repente se lanzó hacia arriba, cogió la mano de Dani y metió los dedos en su boca. Stephanie los chupaba desesperadamente mientras la lanzaba de golpe hacia atrás. Todo sucedió muy rápido y la tomó tan de se sorpresa, que en un primer momento, Dani ni siquiera luchó. Para el momento en que lo hizo, Stephanie estaba encima suyo, su debilidad anterior había sido reemplazada por una fuerza increíble mientras lamía y mordía la mano de Dani. Viendo las manchas de sangre en la parte de la mano que salía de la boca de la niña, Dani se dio cuenta de que había hecho una cosa estúpida. Ella había tratado de detener el flujo de sangre de la herida de Decker, y luego se había acercado a su hermana y había agitado la mano ensangrentada debajo de su nariz. Dani escuchó una maldición y miró alrededor para ver que Decker estaba tratando de llegar hasta ella, luego un golpe llamó su atención hacia la vestíbulo cuando Lucian soltó a Leonius y acudió en su ayuda. Él levantó a Stephanie como si no pesara nada y luego la volteó en el aire para mirarla. - Ella está cambiando,- dijo él con tono grave, y pasó por encima de ella para llevar a Stephanie dentro de la habitación.
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Dani se puso de pie para seguirlo, diciéndole a Decker, - Ya vuelvo. No te muevas.- Quita el seguro y abre la puerta,- ordenó Lucian, dirigiéndose a una de las puertas como la que habían golpeado más temprano de una manera mucho más tranquila. - ¿Por qué él no se limitó a usar el vestíbulo y entrar por allí?- murmuró Dani con exasperación. - Porque yo le ordené a Justin que permaneciera en la habitación,- respondió secamente Lucian mientras ella se movía para hacer lo que le pidió. - Justin tiene que mantener un ojo en el hijo de Leonius para estar seguro de que no venga y escape, y Mortimer tiene que vigilar a los mortales.- Oh,- Dani suspiró mientras quitaba el cerrojo de la puerta y la abría. - ¿Todo está…?,- Mortimer se interrumpió cuando de repente Lucian empujó a Stephanie hacia él. Dani vio lo suficiente para ver que él la había sujetado y luego se alejó mientras Lucian anunciaba, - Le han disparado a Decker y ésta se está convirtiendo. Tiene que ser llevada a la casa.- ¿Y Leonius?,- preguntó Mortimer. Dani no alcanzó a oír la respuesta de Lucian, había cruzado hacia el vestíbulo de la entrada, y detectó que Decker estaba ahora de pie, moviéndose lentamente por el vestíbulo. Ella frunció el ceño y corrió a su lado. - Te dije que te quedaras,- murmuró ella, y comenzó a colocarse bajo su brazo, pero se detuvo cuando ella miró hacia el corredor del hotel. Una mujer con largos cabellos rubios estaba recogiendo a Leonius como si fuera un niño pequeño en lugar de un hombre adulto. Cuando se enderezó con él en sus brazos, Dani abrió la boca para gritar una advertencia a los hombres, pero la mujer volteó la cabeza rápidamente. Unos colmillos y unos ojos azul plateado brillaron, y Dani se encontró cerrando la boca y simplemente se quedó de pie sin poder decir nada mientras la mujer la miraba, concentrándose en su rostro.
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- ¿Dani?.- Decker frunció el ceño a lo que probablemente era su cara en blanco, y entonces fue como si un interruptor se hubiera activado en su cabeza. Se sintió caer, y lo último que vio antes de que la oscuridad la reclamara, fue a la mujer alejándose hacia el hueco de la escalera en el extremo del corredor. - ¡Dani!,- Decker logró atraparla con una mano cuando empezó a desmayarse. A continuación, la apretó contra su pecho mientras él se apoyaba contra la pared. La herida que había recibido en el pecho era mucho peor que las que había recibido de la cerbatana que el hijo de Leonius había estado utilizando en el claro. Ésta iba a necesitar de una gran cantidad de sangre para curarse. Hasta que la consiguiera, Decker iba a estar débil y enfermo. - ¿Qué pasa con ella?,- le preguntó Lucian, cruzando la habitación en dirección a ellos. - No lo sé,- admitió él. - Ella sólo se detuvo, miró el corredor, y...- Decker hizo una pausa mientras miraba por encima del hombro y vio que el corredor estaba vacío. El cuerpo de Leonius había desaparecido. Decker oyó que Lucian maldecía y entonces su tío se movió pasando junto a él, y salió corriendo de la habitación, en dirección a los ascensores. - ¿Qué pasa?,- preguntó Mortimer desde la puerta cuando Decker maldijo. - Dani se ha desmayado y Leonius se ha ido,- dijo con gravedad, y se apoyaba mayormente en la pared mientras avanzaba el último par de pasos hacia el final del vestíbulo de entrada para poder ver al otro hombre. - ¿Cómo diablos pudo irse Leonius?,- preguntó Mortimer consternado, parecía estar ajeno a los quejidos de la niña que se retorcía entre sus brazos. - Lucian acaba de decirme que le disparó una flecha en su corazón. Eso es tan bueno como una estaca. No debería haberse levantado.Decker se limitó a sacudir la cabeza y miró hacia la puerta por la que Lucian había salido apresuradamente en dirección a la puerta de la escalera. Cuando
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miró de nuevo a Mortimer, éste estaba sosteniendo a Stephanie con un brazo alrededor de su cintura mientras sacaba su teléfono para llamar y advertir a los hombres para que vigilaran buscando a Leonius. Decker estaba examinando la posibilidad de bajar a Dani e ir a sostener a Stephanie para que Mortimer pudiera ayudar a Lucian con la búsqueda, pero un ruido detrás de él lo hizo mirar a su alrededor y vio que Lucian había regresado y entraba en la habitación. - ¿Alguna cosa?,- le preguntó Decker, leyendo ya la respuesta en el rostro disgustado. - No,- dijo Lucian mientras se unía a él y luego miraba a Mortimer. - Llama al…- La orden murió en sus labios cuando vio que Mortimer ya estaba en el teléfono. - ¿Cómo diablos hizo para escapar?,- preguntó Decker con frustración. Lucian negó con la cabeza, su mirada se deslizó hacia Dani. - Puede que ella nos lo diga... o no,- agregó secamente después de concentrarse en ella por un momento. - Tiene un lugar en blanco en su memoria.Decker frunció el ceño y miró a Dani, preguntándose que había visto que alguien quisiera borrar, entonces los ojos de ella parpadearon. - ¿Dani?,- dijo él en voz baja. Ella abrió los ojos, la conciencia poco a poco se deslizaba en ellos, y luego frunció el ceño al darse cuenta de que estaba apoyada contra él, con la cabeza en el pecho, al lado de su herida. - Lo siento,- murmuró ella, incorporándose para aliviarlo de su peso. - ¿Estás bien?.- Sí, por supuesto,- le aseguró él, acariciándole con dulzura el brazo.
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- ¿Qué pasó,?- preguntó ella confundida. - Lo último que recuerdo es venir regañarte por levantarte y moverte por tu propia cuenta.- Miraste más allá de mí, parecías alarmada, y te desmayaste.Ella miró por encima de él y sus ojos aterrizaron en el corredor vacío. - Leonius se ha ido.- Sí. ¿Lo viste irse?.Dani lo miró con sorpresa, pero negó con la cabeza. - No... Al menos, yo no lo creo.Decker le apretó el brazo cuando ella frunció el ceño, buscando en su mente por un recuerdo que no estaba allí. Le dijo en voz baja, - Todo está bien. No importa.Dani levantó la mirada hacia él y abrió la boca para hablar, pero luego se detuvo y miró hacia su hermana Stephanie cuando ésta se quejó. Decker siguió su mirada para ver que Mortimer estaba al teléfono, pero la chica estaba más que inquieta, estaba empezando a forcejear y el ejecutor estaba teniendo problemas para sostenerla aún con las dos manos. Decker se obligó a apartarse de la pared, aliviado al ver que aunque sus piernas se sentían un poco débiles, ya no estaban temblando bajo su peso. Poniendo su brazo alrededor de Dani, miró a su tío y le dijo, - Necesitamos llevar a Stephanie de regresa a la casa y atarla.Lucian asintió con la cabeza y miró hacia Mortimer. Él arqueó las cejas. - Estás a cargo.Decker sonrió débilmente cuando Mortimer rodó los ojos ante eso. El único responsable cuando Lucian estaba alrededor, era Lucian. Él tomaba el control en la mayoría de las situaciones, o permitía que otros tomaran lo tomaran hasta que ellos tomaban una decisión con la que él no estaba de acuerdo y entonces tomaba de nuevo el control.
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- Justin,- dijo Mortimer de repente. - ¿Sí?,- el inmortal más joven preguntó desde las entrañas de la habitación contigua. - Lleva a estos cuatro de regreso a la casa.Justin se trasladó a la puerta y miró a Lucian, Stephanie, Decker, y Dani, luego regresó a la habitación, antes de mirar a Mortimer para preguntarle, - ¿Qué pasa con el hijo de Leonius?.- Yo me encargaré de él y de los mortales,- respondió Mortimer, pasándole la niña a Justin. - ¿Qué pasa si alguien llama a la seguridad del hotel o a la policía por el ruido de aquí?,- preguntó Decker cuando de repente se le ocurrió la idea. - Ya me he ocupado de ellos,- dijo Mortimer con calma. - Llamé a los muchachos en la planta baja mientras estaba esperando que la puerta fuera abierta. Se van a hacer cargo de la seguridad del hotel y manejarán a la policía si se presentan.Decker asintió con la cabeza, pensando que obviamente Lucian había tomado la decisión correcta al poner a Mortimer a cargo. Iba a convertirse en un buen jefe para ellos. - Ten.- Lucian se quitó el abrigo largo y se acercó para entregárselo a Decker. - Hace calor, pero ocultará el caos en tu pecho.Decker miró su camisa ensangrentada y el agujero que revelaba la horrible herida por debajo y soltó a Dani para aceptar el abrigo. De inmediato ella se movió para ayudarle a ponérselo, pero incluso esto le causaba mucho dolor. - ¿Estás bien?,- le preguntó ella preocupada mirando su rostro sudoroso mientras cerraba los cuatro botones por él.
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A pesar del dolor que estaba sufriendo, Decker esbozó una sonrisa y asintió con la cabeza. Herido de bala o no, él estaba bien, ahora que ella estaba a salvo a su lado... e iba a asegurarse endemoniadamente de que ella se quedara allí. - Vamos.- Lucian se dirigió a la puerta, diciendo, - Tomaremos las escaleras para evitar atraer demasiado la atención.- ¿Las escaleras?,- se quejó Justin, recogiendo a Stephanie para seguir. - Son catorce pisos.- Trece,- corrigió Dani mientras Decker la instó a continuar. - Este es realmente el piso trece. Ellos sólo lo llaman catorce porque demasiada gente supersticiosa se niega a quedarse en el piso trece.Justin gruñó mientras maniobraba de camino hacia la puerta, poniéndose de costado para pasar a Stephanie. - Puedo ver por qué. Eso significa que el hijo de Leonius estaba realmente en la habitación 1313, y que eso no fue muy afortunado para él.Decker vio sonreír a Dani débilmente. Pero la sonrisa se desvaneció cuando salieron al corredor y ella preguntó, - ¿Qué hará Mortimer con Veintiuno y sus víctimas?.Decker la instó a seguir por el pasillo detrás de los otros. - Él tendrá que sacar a Veintiuno para que sea juzgado, y luego probablemente hará una llamada anónima reportando que oyó gritos en la habitación 1413 para que las autoridades mortales puedan encontrar a sus víctimas y ayudarlas.Dani se quedó en silencio mientras llegaban a la puerta de la escalera y la cruzaban. Justin y Lucian ya estaban fuera de su vista, pero podía oír sus pasos resonando desde el siguiente tramo de abajo. - Stephanie nunca podrá ir a casa ahora, ¿verdad?,- dijo Dani cuando empezaron a bajar las escaleras. Sus palabras estaban mezcladas con tristeza.
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Decker consideró si debería recordarle que Stephanie tenía sólo uno de tres posibilidades de sobrevivir al cambio con su mente intacta, pero luego decidió no añadirle más preocupaciones. Ella recordaría eso muy pronto por si cuenta. No, ella no puede hacerlo. No habría manera de que ocultara lo que es de sus padres. Es una adolescente y una recién convertida, y estará alimentándose constantemente por un tiempo... y luego está la necesidad de que se mantenga lejos del sol, el hecho de que si ella es herida, va a sanar más rápidamente que si fuera mortal...- Él sacudió la cabeza. - No, no puede ir a casa.- Yo no había pensado en eso,- admitió Dani apenada. - Yo estaba pensando en Leonius.- ¿Leonius?,- le preguntó Decker. - Él dijo que nos quería a Stephanie y a mí para tenernos como hijas para reemplazar a los que murieron esta semana,- le dijo. - Y cuando él me estaba forzando a entrar en el corredor dijo que tendríamos que dejarla por el momento, pero que volvería por Stephanie.- Su boca estaba apretada. - Mis padres nunca podrían protegerla de él.- Nosotros lo haremos.Decker se detuvo y miró hacia abajo para ver que Lucian y Justin estaban esperándolos en el rellano siguiente. Justin estaba sosteniendo a Stephanie que se sacudía y que ahora estaba frente a él, que fruncía el ceño mientras trataba de controlarla, pero la atención Decker estaba en su tío; Lucian obviamente había oído las palabras de Dani. Su rostro estaba sombrío, cuando él añadió, - Vamos a organizar la seguridad en la casa del ejecutor. Puede quedarse allí. Sam puede ayudar a cuidarla, y Mortimer y los chicos pueden entrenarla para sobrevivir como una de nosotros. Ustedes dos también son bienvenidos a quedarse allí.Le echó una mirada a Justin cuando él gruñó y maldijo cuando Stephanie le dio una patada en la ingle en un intento de escapar, y luego se dio vuelta retorciendo la boca divertido. - Ahora ustedes dos bésense y díganse el uno al otro te amo para que podamos empezar a movernos antes de que tu hermana lastime a Justin.-
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- ¿Antes de que ella lo haga?. Si no fuera por los nanos yo sería un eunuco ahora,- murmuró Justin, recogiendo a Stephanie para seguir el antiguo inmortal mientras empezaban a bajar el siguiente tramo de escaleras. Decker esbozó una sonrisa, pero luego miró a Dani cuando ella le tocó la mejilla. - Hay mucho que arreglar todavía,- dijo ella muy seria. - Y no estoy segura de lo que depare el futuro, pero él tiene razón. Realmente te amo Decker.Sonriendo, él tomó su mano y se la besó. - Lo sé.- ¿Lo sabes?, - preguntó ella con tono áspero-. - ¿Yo te digo te amo y tú dices lo sé?- Bueno, yo ya te dije que te amo,- señaló él. - Y por supuesto que sabía que llegarías a amarme. Los nanos nunca se equivocan.- Los nanos nunca se equivocan,- repitió Dani con incredulidad, luego giró sobre sus talones y comenzó a bajar las escaleras, murmurando, -Por supuesto que él sabía que iba a amarlo. Los nanos nunca se equivocan. ¿Por qué me molesté en decírselo?.Decker mientras comenzaba a seguirla. A él le encantaba cuando ella se ponía toda enfadada. Era tan linda cuando estaba así, no había sido capaz de resistirse a burlarse de ella. - ¿Es demasiado pedir algo de romance?,- continuó Dani cuando llegó al siguiente descanso. - Aquí estoy, renunciando a mi práctica para convertirme en un vampiro sin alma y lo que consigo es que los nanos nunca se equivocan. Yo sólo debería… ¡Ah!- , gritó ella agarrándose de sus hombros, cuando de repente él la levantó. - ¿Qué estás haciendo?,- preguntó consternada.
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- Dándote romance,- dijo él solemnemente, dando un paso más cerca de la pared para apoyarse contra ésta. - Estás herido, Decker,- gritó ella con desesperación. - Bájame antes de que te lastimes. Dios mío, tú…Decker la besó para silenciarla, y no detuvo hasta que ella dejó de luchar en sus brazos. Luego alzó la cabeza y dijo, - Te amo, Dani McGill, que pronto serás tal vez-Argeneau-tal vez-Pimms.La ira de Dani se derritió, sus ojos se suavizaron, y suspiró. - Te amo también, Decker.- No eres un vampiro sin alma, y si bien es posible que tengas que renunciar a tu práctica, aún puedes ejercer tu profesión. Hay muchas situaciones donde tu título de médico sería muy útil y nuestros muchachos siempre pueden usar tus habilidades.-De alguna manera no lo creo,- dijo ella divertida. - Te equivocas,- le aseguró él. - Decker, yo soy ginecóloga.- ¿Has dicho ginecóloga?,- preguntó Justin, desviando su atención del hecho de que Lucian, Stephanie y él estaban esperándolos de nuevo en el rellano más abajo. Una gran sonrisa estaba extendida en su rostro cuando dijo, - ¡Qué trabajo tan impresionante!.Tienes la oportunidad de pasar el día entero mirando…- ¡Justin!.- Dani, Decker, y Lucian soltaron a la vez. - Los esperaremos en la camioneta,- gruñó Lucian, empujando a Justin hacia el siguiente tramo de escaleras.
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Decker los vio partir y luego se volvió para encontrar a Dani mirándolo. Él se aclaró la garganta y dijo, - Los inmortales también tienen bebés.Ella asintió, pero dijo, - Stephanie va a estar molesta por no poder ir a casa.- Vamos a tener que ayudarla a pasar por esto,- dijo él en voz baja, y vio que sus ojos se nublaban antes de que ella apoyara la cabeza contra su hombro. - ¿Qué pasará con nuestros padres?.Él suspiró y la soltó, tratando de no parecer demasiado aliviado cuando lo hizo. Ella no era pesada, pero él no estaba tan fuerte como lo era normalmente, y sostenerla había lastimado su pecho, aunque él nunca lo hubiera admitido. Una vez que estuvo ella sobre sus propios pies, continuó, - ¿Creerán que estamos perdidas, o…?.- Eso depende de ustedes,- dijo él, solemne. Pueden dejar que ellos se pregunten qué pasó con ustedes dos, o podemos arreglarlo para que crean que sus cuerpos fueron encontrados en la barranca del norte junto con los demás.Ella lo miró fijamente. - ¿Las autoridades no fueron enviadas para que encuentren a las mujeres todavía?.- No. Lucian pensó que sería mejor si esperábamos para ver lo que pasaba primero contigo y con Stephanie.- ¿En caso de que tuviéramos que ser añadidas a los cuerpos?,- dijo ella en tono seco al darse cuenta. Él no respondió, pero sospechó que eso es lo que su tío había estado pensando. - Nuestros padres estarán devastados,- agregó ella. - Podemos hacer arreglos para ayudarlos a pasar por esto, de manera que sea menos doloroso para ellos,- dijo, y luego añadió con cuidado, - O podemos
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organizarlo para que ellos piensen que todo está bien. Pueden seguir creyendo que tú y Stephanie sólo estaban disfrutando de un par de días en la ciudad.- Pero ella no puede vivir con ellos,- dijo Dani con el ceño fruncido. - No, pero podríamos poner en su mente que Stephanie está en un internado y que tú acabas de tomar un trabajo en otra parte. De esta manera , de vez en cuando, las dos pueden ir a visitar a su familia.- Aunque sólo por otros diez años, ¿no?,- preguntó ella en voz baja. Decker asintió con la cabeza. - Lo siento, Dani. Me gustaría poder hacer esto más fácil para ti.- Tú lo haces, sólo por estar aquí. No me puedo imaginar enfrentando todo esto sola.- Puso su mano en la suya, apretándola. - Supongo que eso es lo que es el amor, compartir lo bueno y lo malo, lo feliz y lo triste.- Sí,- murmuró él. Cuando empezaron a bajar de nuevo la escalera, estaba deseando poder tomar todo lo malo y triste y alejarlo de ella. - Y familia.- ¿Familia?,- le preguntó él vacilante. - Bueno, todavía tendré una familia contigo.Decker estaba preocupado de que ella se refiriera a bebés y se estaba imaginando su pena en caso de que tuvieran uno que naciera muerto, o un niño que naciera loco como Leonius, cuando ella añadió, - Tu madre, tu padre, tus hermanos y hermanas y esa tía que te gusta tanto.- Marguerite,- murmuró él aliviado.
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- Sí. Tu tía Marguerite. Los tendremos a ellos, y nos tendremos el uno al otro. Vamos a estar bien.- Ella levantó una sonrisa hacia su rostro y dijo, - Lo estaremos.- Sí.- Él se inclinó para besarla suavemente y entonces le aseguró, - Lo estaremos.Mientras se separaban para continuar bajando por las escaleras, Decker comenzó a hacer planes; sobre la forma de mantener a salvo a Dani y Stephanie, sobre las maneras en que ella todavía pudiera ver a su familia, por ahora, incluso para que visitara a su tía y a sus primas... Cualquier cosa que pudiera pensar para ayudarla para atravesar esto. Sabía que no siempre iba a ser fácil, pero iba a trabajar muy, muy duro para hacer todo lo posible para que Dani fuera feliz. Ella no había elegido ser convertida, pero era su compañera de vida, y la mujer que había traído la paz y la pasión a su vida. Él iba a asegurarse de que estuvieran más que bien. Iba a hacerla… - Voy a ser feliz,- dijo ella de repente. - Y me aseguraré de que tú también seas feliz.Decker sonrió al darse cuenta de que sus propios pensamientos debían haber estado viajando en la misma línea que los suyos. Apretándole la mano, le aseguró, - Yo ya lo soy.-