Deportivamente Hablando N°8

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o buscamos descubrir algo nuevo a través de estas líneas. Simplemente queremos detenernos y analizar un fenómeno cada vez más visible en diferentes rincones de la ciudad. Quizás sea por su ubicación geográfica. Tal vez sea por su arquitectura urbana. Por qué no por su estética natural-artificial. Incluso por alguna razón vinculada a su identidad. Sólo basta con programar nuestro GPS interno y dirigirnos hacia la costa marplatense para corroborarlo. Surfers que se deslizan sobre olas, parados en sus tablas, los 365 días del año, sin importar las crudas temperaturas del invierno, con algunos bodyboarders que los acompañan en esa aventura. Cientos de jóvenes con sus skates en plazas -como la coqueta Plaza Bristol Paseo Patinable, ubicada en un punto estratégico de la costa-, parques y diferentes espacios públicos, ejecutan una nutrida variedad de saltos y piruetas. Mujeres de todas las edades que patinan gran parte de la extensa costa marplatense en sus rollers. Varones y mujeres que utilizan el longboard como medio de transporte e incluso los amantes de la adrenalina se animan a bajar pendientes y realizar derrapes. Otros tantos se atreven a trazar recorridos con el único objetivo de autosuperarse. Y los amantes de las alturas planean con sus parapentes sobre los acantilados, como aves autóctonas, y regalan una panorámica asombrosa a quienes circulan por allí. La búsqueda es inagotable. Deportes acuáticos, autos, motos y más. Es que los marplatenses tenemos una particularidad. Estamos enamorados de nuestra costa. Y cualquier tarde primaveral, el primer solcito de la temporada, es la excusa perfecta para satisfacer esa necesidad de salir, descargar energía y disfrutar de los sitios más bellos de nuestra ciudad. Mar, playas, rocas, asfalto, pendientes, saltos, obstáculos, paisajes escénicos motivan a los coterráneos a elegir ese amplio cordón costero para desafiar al agua, el viento, la temperatura y la gravedad. Pero sobre todo desafiarse a ellos mismos. En la Capital Nacional del Surf, varias disciplinas extremas acompañan esa pasión. Y qué mejor que los marplatenses, especialmente los jóvenes, se formen en un ambiente sano, vinculado al deporte que más les guste. En ese sentido, Mar del Plata tiene lugar para todos. Los espectáculos deportivos locales no convocan multitudes. Incluso algunos captan apenas puñados de personas. Si de deportes extremos se trata, las competencias atraen a público del “palo”. Sin embargo, cada día más marplatenses se acercan a ellos. No como meros espectadores, si no como protagonistas de la historia. Unos pocos a nivel competición. La mayoría como hobby o recreación. Sobre tablas y sobre ruedas. Deslices, saltos y acrobacias. Por aire, agua o tierra. Los marplatenses tenemos un importante abanico de actividades para realizar al aire libre. Y la radiografía que captan nuestras pupilas no nos dejan mentir. Mar del Plata es una ciudad extrema.



Viernes 12 de octubre - domingo 21 de octubre

9 horas para comenzar a jugar desde las 10 horas.

7° Campeonato Continental de ajedrez Mar del Plata 2012. Más de 150 jugadores de todo el continente participarán del certamen que se desarrollará íntegramente en las instalaciones de Hotel Provincial.

Domingo 14 de octubre

Sábado 13 de octubre - domingo 14 de octubre Se desarrollará el 42° Campeonato Nacional de Juveniles Mar del Plata 2012, en la pista de atletismo panamericana Justo Ernesto Román, ubicada en el Parque Municipal de los Deportes. Sábado 13 de octubre Torneo Abierto de Tenis para periodistas, fotógrafos, camarógrafos, editores y afines a los medios de comunicación. El certamen se desarrollará en las canchas de cemento ubicadas en el Parque Municipal de los Deportes. Habrá competencia de singles y de dobles (masculino, femenino y mixto). La inscripción es totalmente gratuita y se realizará el mismo día a partir de las

1° Torneo de Pesca Ciudad de Mar del Plata a la pieza de mayor peso, declarado de interés turístico por el Ente Municipal de Turismo (EMTur). La actividad se extenderá entre las 9.30 y las 13.30 en cuatro escenarios: Playas del Centro, Punta Mogotes, Playa Grande y Arenera del Faro.



Un nuevo Campeonato Argentino de Pista élite se disputó en Mar del Plata. Deportivamente Hablando, nuevamente, salió con su lente y capturó esas imágenes que seguro quedarán para la historia. 130 ciclistas de todo el país hicieron vibrar, pese al incómodo viento, el Velódromo Julio Polet. Tres jornadas a puro ciclismo, donde dijeron presente grandes corredores como: Walter Pérez (medallista olímpico), Leandro Bottasso (el mejor velocista de la actualidad), Luciano Ardana (dueño del récord argentino, 10s540 en 200mts), Chung Ho Han (el hombre de Corea del Sur radicado en Argentina) y la promesa en dos ruedas: el puntano Mauricio Quiroga. Además, con un espíritu de solidaridad y amor a este deporte, Juan Curuchet (oro en Beijing y actual oficial de atletas COA) estuvo ayudando a las autoridades en las pequeñas cosas. Brindamos por otro fin de semana donde la ciudad “feliz” volvió a ser sede de un gran acontecimiento deportivo.


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unque las nubes quisieron invadir el cielo, la primera jornada del Campeonato Argentino de Pista Élite, organizado por la Asociación Ciclista Regional Mar y Sierras, se vivió con un cálido clima. El viento, por momentos, era incómodo para los competidores, periodistas y el público que fue a disfrutar el show. Sin embargo, el espíritu deportivo en cada persona que se encontraba en el Velódromo Julio Polet no fue opacado. Alrededor de las dos de la tarde de la primera jornada de tres -el calendario de la competencia fue marcado para los días 28, 29 y 30 de septiembre- comenzó el certamen con la clasificación en velocidad de 200 metros para damas y varones. En total 130 corredores dijeron presente en la ciudad balnearia, un récord de inscriptos para lo que es esta competencia en Argentina. El torneo que iba a desarrollarse en San Luis se desarrolló en la misma fecha pero en Mar del Plata. Inconvenientes dirigenciales motivaron a que la provincia cuyana no asegurara la organización con los requisitos exigibles, como el dar, al menos, alojamiento a las delegaciones visitantes. Entonces, Mar del Plata, surgió como la única alternativa válida para asumir el compromiso. La novedad se la comunicó Gabriel Curuchet, presidente de la UCRA (Unión Ciclista de la República Argentina) a Juan José Chica. La ciudad marplatense ya había realizado los torneos de los años 2004, 2007, 2010 y 2011. Las pruebas -velocidad 200 metros, persecución individual élite, persecución por equipos, scratch, Keirin, Madison- contaron con varias perlas. Por un lado Chung Ho Han, hombre de Corea del Sur que se radicó en el país y no quiso perderse la cita. Otro nombre que resaltaba en la lista de inscriptos era el de Luciano Ardana, el dueño del récord de 10s540 que logró en los 200 metros en Mendoza en 1997 y todavía sigue vigente. En la pista, los ojos se fueron hacia Leandro Bottasso, el mejor velocista de la actualidad, que quedó muy cerca del récord nacional.

Pese al viento intenso que seguía invadiendo a Mar del Plata, el cordobés se impuso con 10s656 y la historia empezó a temblar. Antes de la carrera, Botasso nos dijo: “Eestoy apuntando la preparación a la Copa del Mundo más que al Campeonato Argentino, para hacer tiempos en competencia y ver cómo estoy. La idea es lograr el récord argentino en velocidad”. Y su frase quedó ahí, esperando poder alcanzar esa meta que se le negó el viernes por muy poco. Entre los delegados, ciclistas y entrenadores, se pudo observar a Juan Curuchet ayudando en las pequeñas cosas. El medallista olímpico confesó que “no cumplía ningún rol” y sólo estaba para ayudar. “Me da placer ver tantos jóvenes en la competencia. Tenemos 130 corredores, algo muy importante para el ciclismo nacional. Esto es algo muy trascendental para Mar del Plata. No nos tenemos que quedar con este torneo. Es un gran paso para lo que vendrá”. El futuro, para el ex ciclista, es el campeonato mundial: “Esperamos tener una buena expectativa de cara al Mundial de Colombia. Ése es el gran objetivo para muchos de los que están acá. Soy optimista que este tipo de carreras pueden elevar el nivel de nuestros corredores”. Las grandes promesas de la velocidad que se refería Juan estuvieron presentes: el puntano Mauricio Quiroga, Emiliano Fernández (San Juan) y Gabriel Gutiérrez (ACINPRBA). También asistió el otro medallista olímpico en Beijing junto a Curuchet, Walter Pérez. Sin duda, el nacido en Isidro Casanova le dio ese toque de prestigio al Campeonato Argentino. Por último, el dato de color de la jornada y, a modo exhibición, fue que el tándem que estuvo en los Juegos Paralímpicos de Londres, integrado por Alberto Nattkemper y Jonathan Ithurrat, realizó las pruebas de 200 metros lanzados y el kilómetro en donde lograron el diploma paralímpico.


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l igual que en una novela que suelen pasar por la televisión donde hay dos personajes que se atraen, idéntico a la pasión que uno le da a su profesión, como el amor que siente Romeo hacia Julieta son algunas comparaciones que se pueden hacer para hablar del romance entre la población peruana y el fútbol. El balón, la cancha, las hinchadas de cada equipo en disputa, el show en el entretiempo, el colorido propio de cada estadio del país sudamericano, los jugadores que brillan en el exterior y quieren ser imitados por los más chicos son algunos de los condimentos que hacen al fanatismo de los pobladores cruzados por la “banda roja”. Tal como ocurrió durante el partido entre el puntero del Torneo Local, Sporting Cristal, y Universitario (otro equipo popular del Perú). Colas de metros y metros aguardaron durante horas, con cánticos de por medio, el comienzo del cotejo en el bello Estadio Nacional. Una vez terminados los noventa minutos de juego y luego de haberse consumado el empate, todos (pero todos) quedaron dentro de la discusión de lo que había sucedido. Opiniones de “todos los colores” hubieron acerca de la jugada final en la que el árbitro determinó una falta en el punto penal y su posterior efectiva ejecución para la paridad final. Otro ejemplo que relata esta relación amorosa con el balompié fue la presentación realizada por Antonio Manuel Yauri Condori, director general del programa radial Tribunal Deportivo del Perú: “Bienvenidos a Tribunal Deportivo, el programa en donde hablaremos del deporte que tanto nos gusta a todos. La pasión que mueve multitudes. Esos eventos que nos atrapan todos los fines de semanas. Estaremos una horita y más hablando del fútbol con todo lo acontecido con los equipos peruanos…”. Durante esta emisión radial, los integrantes de Tribunal Deportivo, además del resumen semanal de la fecha peruana, rememoraron (como si hubiesen ocurrido ayer) dos episodios que a ellos les trajeron varios recuerdos buenos como malos. El primero fue el acontecido el 10 de octubre del 2009 en el Estadio Monumental de Núñez donde, con el tiempo cumplido, la Selección Argentina se quedaba con pocas chances de clasificar al Mundial de Sudáfrica. Sin embargo, apareció (“lamentablemente, aún no sabemos cómo”) Martín Palermo para meter el gol que le otorgaba el pasaje a la gran cita mundial que produjo que “Maradona se tirara al pasto para festejar” recuerdan. Y el segundo fue más reciente y ocurrió en “tierra nuestra”. Arrancaron con un tono entusiasta: “Qué lástima que fallamos ese penal en el inicio”. Perú frente a Argentina, correspondiente a una fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Brasil 2014, Estadio Nacional de Lima y penal para el local que, posteriormente, supo

atajar el arquero argentino. Sin embargo, “jugamos muy bien, supimos movernos dentro de la cancha y lo mejor de todo, supimos parar a Messi que era el jugador que más nos preocupaba” finalizaron con una mueca sonriente de “victoriosos”. Ahora sí, no les quieras proponer que replanteen “su relación” con el futbol y se pongan a hablar sobre otro deporte porque es ahí donde comienza el monólogo y posteriores preguntas para terminar, nuevamente, en la Nº5, su fiel compañía. Datos históricos para hablar de otras disciplinas hay muchos. Entre ellos la obtenida por Edwin Vásquez Cam, quien logró la única medalla dorada (Londres 1948) peruana en los Juegos Olímpicos modernos. Además de ésta, la Selección Femenina de Vóley consiguió la presea de bronce en Seúl 1988 (fue el primer seleccionado sudamericano en subirse al podio en esa disciplina) y, finalmente, el tenista Luis Horna fue el ganador de la modalidad dobles en Rolland Garros, en el 2008. Pero más allá de cualquier premio obtenido en otro deporte en Perú, el amor es uno y la fidelidad por la misma es algo irrompible. Este fuerte sentimiento por la pelota y el gol, el pasión hacia una camiseta, la devoción con la que se va a la cancha, y el entusiasmo con el que se ve al futbol también, lo sintió y plasmó (en su libro “Fútbol a sol y sombra”) el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez”.


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a calidad de sus palabras a la hora de hablar denota valentía, humildad y sobre todo que estamos ante la presencia de una dama. Posee una elegancia como pocas, por lo que podemos imaginar que así fue como nadadora. Una estilista en su profesión. Una guerrera que nunca se puso límites y que con la paciencia que la caracteriza, los logros llegaron por naturalidad. Beatriz Greco es más que una atleta (dejamos de lado el ex porque el espíritu deportivo aún habita en su cuerpo). Ella fue la primera marplatense en obtener una medalla en un Juego Paralímpico. A los 14 meses de vida le detectaron poliomielitis (N. de la R: La poliomielitis es una enfermedad de origen vírico causada por el poliovirus, que afecta a los nervios y puede ocasionar una parálisis total o parcial. También es conocida como parálisis infantil). Esta patología le produjo una lesión por la cual tuvo que realizar actividad deportiva para su rehabilitación. “Como parte de la rehabilitación, mis padres lo primero que hicieron fue meterme dentro de una pileta. Así que comencé a nadar desde muy chica”, explicó Beatriz con un tono de voz agradable. “Siempre en mi casa, mi familia, me hicieron sentir una persona normal. No tenía contacto con otras personas con capacidades diferentes. Estaba en el otro extremo. Era chica y el ámbito de la discapacidad no existía. Cuando me contacto con CIDELI, ellos en ese momento realizaban algo muy lindo que se llamaba ´Sábados del amigo´ donde concentraba a los chicos para tomar mates y pasar el rato. Un día fui y no me separé más del Círculo. Ahí fue cuando conocí a José Luis Campo su entrenador- y él me fue llevando, sabiendo que tenía una base de natación, como también era grandota, era fuerte… “, confesó la marplatense. Y luego agregó: “Así que probamos maratón, atletismo, probamos muchos deportes. Hasta que dijo `mejor andá a hacer natación´”. No tuvo una relación con el Círculo Deportivo de Lisiados (CIDELI) hasta llegar a una edad avanzada. Beatriz se puso en contacto con CIDELI en el año 1982, cuando tenía 22 años. Ella fue integrante de los “Delfines”, que en ese momento era el equipo que formaba el Centro de Educación

Física N°1 (CEF) de la pileta cubierta. Así que todo lo “competitivo a nivel nacional o regional fue a partir de CIDELI”. “De la mano de José Luis fue muy tranquila la primera experiencia de competir. Y al arrancar ya teníamos un objetivo: el Panamericano de Puerto Rico. Cuando fui al Panamericano, era tan poca la experiencia que tenía que no llegué a las marcas porque recién había empezado. Pero en realidad, su objetivo era más allá. No se quedaba en el Panamericano. Él lo que quería era llegar a Seúl”, manifestó la medallista paralímpica. Y así fue que siguió insistiendo en los entrenamientos, hasta que llegó a los selectivos para clasificar a Seúl y quedó seleccionada. Y cuando clasificó, pensó: “¿Qué es eso, dónde queda? Entonces, los entrenamientos eran cada vez más duros y paralelamente trabajaba en la Fundación de Comercio”. Después declaró que “una semana antes de viajar a Seúl, estaba preguntándole a mi entrenador desde la pileta si había alguna novedad del viaje. Y me respondió que `todavía no´. Una semana antes nada más. ¡Después de varios meses de matarme! Pero sabía que estando tranquila las cosas se iban a dar y el pasaje iba a salir”. Confiada y tranquila, el pasaje llegó porque “hicimos varios eventos, habíamos solicitado el apoyo de varias empresas. Me acuerdo que en ese momento PEPSI colaboró y otras más. Entonces estaba feliz porque estaba dentro de la delegación. Yo si no recuerdo mal, en ese momento había una determinada cantidad de pasajes, no como ahora que viajás tranquilo. En ese momento no había mucho apoyo económico”. Beatriz Greco nadaba los cuatro estilos y clasificó por los cuatro a los Juegos Paralímpicos de Seúl 1988. Contó que la experiencia en Seúl fue rara. Y que el idioma no era el problema porque con la gente que tenía relación se entendía. Fue una vivencia inolvidable para Beatriz. Sin embargo, buscó en lo más profundo de sus sentimientos y dijo: “Ahora que pasaron los años, lo que más me llama la atención y pienso es que no lo disfruté del todo. Por eso cuando voy a la despedida de alguien hago hincapié en eso. Que disfruten el via-


je. No lo disfruté porque era la primera vez. O sea, sí lo disfruté pero estaba como en una ´nube´. Hay cosas que no me acuerdo, se me escaparon o que hubiese querido hacer. Yo estaba metida en ir a competir. Era un lugar maravilloso”. En Seúl, la nadadora marplatense obtuvo la medalla de plata en los 100 metros pecho y la de bronce en los 200 metros medley. “Para mí, la medalla de bronce tiene más valor que la de plata. Porque fue una carrera que la luché. Estaba viendo a mi contrincante que me ganaba. Si bien soy competitiva, no soy de esas personas que dicen `te voy a matar´. Me gusta la competencia sana. Si te voy a ganar es porque realmente me entrené para ganarte. Tuve esa lucha por ganarle a la persona que tenía al lado, porque sabía que le podía ganar. Yo siempre digo que fue la mejor carrera que corrí en mi vida”, reveló Beatriz con una sonrisa en su rostro. “El tema de las competencias lo utilizaba para mejorar mi tiempo. Siempre corrí para superarme a mí misma. Si eso servía para ganar una medalla, bienvenido sea. Pero partí de superar mi propia marca. Y creo que ése tiene que ser el objetivo de toda competencia”, sentenció con un frase para reflexionar. En el año 1989 viajó al Mundial de Stoke Mandeville, Inglaterra. Para Greco fue en ese torneo “el inicio del deporte adaptado”. En esa competencia la sponsoreó Supermercados Toledo. Y luego de una gran performance -obtuvo seis preseas- retornó a su país y se encontró con una sorpresa. “Cuando vine con seis medallas de oro fue un revuelo terrible. A partir de ahí diría que Mar del Plata conoció a Beatriz Greco. Porque cuando fui a Seúl, pasó casi todo desapercibido. Cuando fuimos a ese Mundial en Inglaterra y al estar T oledo como sponsor, que se encargó de hacer una publicidad terrible, se notó. Por-

que después de veintitrés años cruzo la calle y la gente me saluda”, recalcó que con la unión de un logro deportivo con una marca conocida, se puede obtener cierta trascendencia mediática.

De inmediato concluyó su anécdota: “Llegué a Buenos Aires y me empezaron a llamar. Ya me llamaban los medios a Inglaterra. Pero cuando llegué a Bs. As, me decían ´´no sabés lo que te espera´. Yo pensaba que no era para tanto y que solamente estaría esperándome mi familia. Y al llegar a Mar del Plata, no podía salir del aeropuerto. Me preguntaron si quería salir en una autobomba o en micro. Y les respondí que me quería ir a mi casa. Después de arribar a la ciudad conseguí ir a mi casa luego de cuatro o cinco horas. Porque hicieron una caravana por toda Mar del Plata. Fue algo difícil de asimilar”. Beatriz se confesó “una persona antes y después de CIDELI”. Según ella “no cualquier persona está capacitada, acostumbrada a estar delante de un micrófono. Cuando me pusieron el primer micrófono delante de mío, me acuerdo que hablaba pero nunca me acuerdo lo que me dijeron. Estaba en automático. Nunca pensaba lo que iba a decir. Está bien que todo natural, no decía nada raro. Después tomé con total naturalidad las entrevistas”. Pese a tener una carrera impecable, galardonada con premios importantes en todo el mundo, Beatriz inclinó la balanza hacia el lado de la mujer. En 1991 se casó y dejó el deporte. La marplatense dijo que “hasta ese momento se lo dediqué al deporte y ahora en más se lo dedico a mi familia”. Tiene dos hijos. Su hija entrena nado sincronizado. Y su hijo empezó a practicar rugby. En el 2003 volvió a competir en un Panamericano hecho en Mar del Plata. Logró cuatro medallas de oro. Y se retiró definitivamente. “Cuando estás soltero te podés dar ciertos gustos. Pero cuando tenés una familia, ya no querés saber más nada”, sentenció. “Fue naturalmente entrar a CIDELI, fue naturalmente entrenar ese tiempo y viajar y así fue que tan naturalmente dejé el deporte”, aclaró sin pelos en la lengua. Beatriz nunca se puso límites: “Si José Luis me decía que me tire desde la escollera, yo lo hacía. Confiaba mucho en él. Yo nadé en aguas abiertas que en ese momento organizó CIDELI. Ni me arrepiento de nada que haya hecho en el deporte, ni me quedó nada. Hice lo justo. Tenía la posibilidad de seguir compitiendo y de ganar medallas. Pero la competición no era algo que estaba por sobre encima de mi vida”. El Círculo Deportivo de Lisiados fue el motor y el gran sostén para la marplatense. Sus palabras de agradecimiento saldrán de su boca para siempre: “CIDELI significa mucho para mí. Fue el que permitió que Beatriz Greco de ese salto de calidad a nivel deportivo. Sin CIDELI no lo hubiera hecho. No lo hubiese conocido a José Luis Campo. En un momento te vas cruzando con ciertas personas, ciertas marcas en el camino que te van dando la posibilidad. Para mí CIDELI y José Luis son íconos en el deporte adaptado”.


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l sol se adueñó de la mañana marplatense. Las nubes lo dejaron en soledad. El viento sopla como efecto de sonido que acompaña la escena. Las olas siguen su destino obedeciendo la calma del mar por esas horas. La playa luce inmensa, bella, limpia. Es nuestra, es de todos. Al menos hasta que aparezcan los vivos de siempre con sus sombrillas y sus carpas de alquiler. “Me encanta ir a la playa”, dice Cristian Rosso. Debe haber sido por eso que sugirió esa locación. Incluso es un aficionado del surf. Pero en los dos últimos veranos tuvo que dejar de lado el hobby por la intensidad de los entrenamientos: “Volvía de entrenar y lo único que quería era descansar un rato porque a la tarde tenía que entrenar de nuevo. Tengo la tabla y tengo ganas de empezar de a poco a meterme de nuevo. Pero bueno, las prioridades van cambiando”. Cristian Rosso nació el 29 de enero de 1984. A los 28 años alcanzó una de sus máximas metas deportivas. Participó de su primer Juego Olímpico junto a su compañe-

ro Ariel Suárez en el doble par de remos cortos en Londres 2012. La actuación de la dupla generó una repercusión inesperada en suelo argentino, y en nuestra ciudad, en particular. El cuarto puesto y el diploma olímpico serán las motivaciones principales para lo que viene. Pero su vinculación con el remo es de larga data. -¿Cómo llegaste al remo? -Empecé a los 14 años. Mi papá me llevó a practicar a la escuela municipal en el Natatorio del EMDeR. En la pileta de saltos ornamentales había un bote atado: un simulador. Ahí arranque a remar y de a poquito me fui enganchando. Y con el correr del tiempo dejé los demás deportes que hacía y me dediqué exclusivamente al remo. -¿Qué otras disciplinas habías practicado anteriormente? -Había jugado a todo. Había jugado al básquet, había jugado al fútbol, había jugado al hándbol, al vóley y era fanático de cualquier tipo de actividad física. -¿Había vinculación de tu familia con este deporte que tu papá te llevó a practicarlo? -Sí, claro. Mi papá de chico remaba en el Náutico Mar del Plata. Remó hasta que empezó la facultad y siempre tuvo ese amor que generalmente la gente que alguna vez hizo remo le queda de por vida. Así que, en cuanto se enteró de que había abierto la escuela municipal me llevó a probar. -El apoyo de la familia a lo largo de los años ha sido fundamental, ¿verdad? - Sí, ni hablar. Entre mi familia y Román fueron forjando mi forma de ser. O la nuestra, la de mi hermano Brian también y la de todos los chicos porque aprendimos cómo sobrellevar las dificultades. En mi casa siempre me incentivaron mucho a estudiar, a hacer deporte, siempre me bancaron en todo y jamás tuve un problema o una desau-

torización para hacer algo relacionado al deporte. -¿Cuál fue tu primer contacto con tu entrenador Román Palet? -Desde el principio. Desde que arranqué a remar, él estaba de profesor en la escuela municipal. Después, al año de haber empezado, en el año 99, se decidió, entre el grupo de gente que había, fundar un club para poder competir en el futuro en categorías federadas. Ahí nació el Club Atlantis, que es el club que representamos hoy en día, y desde ese momento siempre nos mantuvimos con Román como entrenador. -¿Lo sienten como propio al club? -Sí, ni hablar. Imaginate que casi todos los directivos del club son parte de mi familia. Mi hermano, mi mamá, Román, yo. Somos todos los directivos porque, en realidad, es un club que es una asociación que creamos para tener todos los papeles en regla, pero no deja de ser algo familiar. -Entrenás en la Laguna de Los Padres, ¿qué significado tiene para vos ese lugar? -Es mi casa. La verdad que me encanta entrenar ahí, a pesar de que muchas veces haya viento y no esté tan lindo para remar es una tranquilidad. Se volvió como nuestra casa y es el lugar donde disfrutamos cada día, donde nos aislamos por ahí un poco de lo que es la ciudad o la acumulación de gente, de ruido y es como si fuese un paraíso para nosotros. -¿Cómo es el nivel del remo en Mar del Plata? -Hoy por hoy está mejorando un montón. Hay varios chicos con muy buenas perspectivas para el futuro. Mi hermano y yo fuimos los que siempre nos mantuvimos en la selección pero ahora hay otro chico más que se llama Ignacio Pezzente, que fue a competir a Canadá representando a la selección. Y


hay dos o tres chicos más a muy buen nivel que seguramente, si siguen así, van a seguir mejorando y empezar a representar a la selección. -¿Es una satisfacción extra poder remar con tu hermano Brian? -Sí, ni hablar. Es una satisfacción extra. También es lo que me motiva día a día. Nosotros somos muy compañeros. Hacemos muchas cosas juntos, llevamos una vida muy parecida y eso lo hace mucho más llevadero. Y en el futuro seguramente tenemos como objetivo competir juntos. -¿Es sacrificada la vida de un remero? -Es sacrificada, sí. Pero a mí me encanta. En realidad, lo veía como un sacrificio antes, cuando por ahí tenía que hacer otras cosas y lo hacía por el hecho de que ya estás metido en algo y te va más o menos bien. De repente, te encontrás que le estás dedicando un montón de tu tiempo. Pero llegó un momento, sobre todo cuando terminé la facultad, que me paré a mirar mi vida y me di cuenta que era lo que me gustaba. Y desde ahí que cambió mi visión y hoy no lo veo como un sacrificio. Todo lo contrario, lo veo como una bendición poder hacerlo porque lo disfruto y lo elijo cada día.

-¿Cómo fue esa experiencia universitaria? -Me recibí de abogado. Fue muy buena. En ese momento yo le prestaba mucha más atención a la facultad que al remo. Quería recibirme, siempre para mí o para mi familia fue muy importante el estudio.

rirías seguir vinculado al deporte? -Seguramente las dos cosas. El día que me retire creo que no va a ser mi actividad principal seguir en el deporte, como decirte entrenador. Seguramente que voy a hacer algo vinculado con mi profesión. No sé qué porque si me pongo a pensar ahora qué me

-¿Qué te llamaba la atención de la carrera? -La verdad que no sé. En ese momento, por ahí era muy chico cuando la elegí. Era una de las carreras que más me llamaba porque, si bien yo no tengo ningún familiar abogado, veía lo que hacían los padres de mis amigos y me parecía que era lo que me podía llegar a gustar. Aparte siempre fui más de lo humanístico que de lo exacto. Entonces, la terminé eligiendo y me terminó gustando. Pero al momento de terminar me di cuenta de que lo que quería era remar. -Si bien por la edad estás en la plenitud de tu carrera, ¿te imaginás en el futuro ejerciendo la profesión o prefe-

podría dar la satisfacción parecida a la que me da el remo… Pero, por eso, por ahora pienso en remar y el día que ya esté próximo a dejar, o que las circunstancias hagan que tenga que dejar, ahí ya me plantearé más seriamente por qué lado voy a encarar la profesión. -Luego de recibirte volviste al remo con objetivos muy claros. -Claro, en realidad, el remo nunca lo dejé pero estaba como en un segundo plano. Y un poquito antes de terminar la facultad, yo terminé la facultad a fines del 2006, y ya durante todo el año 2006 competí para la selección. Fue mi primer año. Viajé a un Mundial sub. 23 y, a partir de ahí, como


que empecé a mejorar porque también le empecé a dedicar más tiempo. Empecé a entrenar más, fui al panamericano y a partir de ahí me mantuve en el remo como mi actividad. -¿Cómo fue la unión con Ariel Suárez para correr en el doble par? -Hasta ese momento, que nos unimos en el año 2010, competíamos solos los dos. Siempre nos eliminábamos entre nosotros para las competencias. Durante varios años él fue uno de los mejores singlistas. Recién durante ese último año yo le empecé a ganar. A veces me ganaba él, a veces le ganaba yo. Estábamos muy parejos y ahí decidieron juntarnos. Empezamos a correr en doble y nos dimos cuenta de que juntos nos potenciábamos y que en doble podíamos llegar a tener resultados que en single por ahí era difícil por el nivel que teníamos. La mejoría fue mucho más notoria y más rápida. Así que, desde ahí nos juntamos y competimos juntos hasta ahora. Y Ariel es excelente como compañero. Somos muy parecidos a la hora de entrenar. Él es muy responsable. No le gusta hacer las cosas por hacerlas nada más. Él siempre está concentrado, siempre está pensando en qué mejorar, siempre está motivándose con cosas y eso ayuda un montón porque también al ser yo parecido en ese aspecto, juntos nos potenciamos, cada vez queremos mejorar más y buscar cada vez mejores resultados. -¿Cuál es la virtud de la dupla Suárez - Rosso? -Yo creo que la virtud es primero que nos llevamos bien. Eso es fundamental. Y después la voluntad que tenemos para entrenar porque somos los dos muy parecidos. -¿Son exigentes? -Claro. Somos muy exigentes con nosotros mismos, esa es nuestra mayor virtud. Por ahí vemos continuamente gente que tiene más potencial que nosotros físicamente, porque te das cuenta, y no llegan por un tema de la cabeza. Por ahí flaquean o son más vagos por el hecho de saber que tienen más condiciones. Generalmente el que no tiene tantas condiciones se esfuerza más porque sabe que si no, no llega. Entonces, creo que nuestra virtud es ésa. Es el esfuerzo y la cabeza que tenemos para mantenernos durante mucho tiempo entrenando en un buen nivel. -¿Cuánto influye lo psicológico en el remo? -Influye un montón. Yo hasta hace un

tiempo no pensaba que influía tanto. Y este año, después de todas las competencias que fuimos, me di cuenta que influye un montón. A un nivel muy parejo influye mucho la confianza que tengas, la tranquilidad que tenga cada uno y la certeza que tengas en que podés conseguir el objetivo que te proponés. De seguro la dupla argentina arribó a Londres con el objetivo de llegar a la final entre ceja y ceja. Y la confianza que tienen sobre

do posible en lo deportivo. -¿Cuál es la estrategia que generalmente mejor les sienta en las carreras? -Somos muy parecidos a la hora de competir. Nos gusta competir de la misma forma. La estrategia que generalmente usamos nosotros, pero porque es lo que más nos rinde, es no esforzarnos tanto en la salida y en el final de la regata, en el sprint, porque en esa parte no somos tan buenos, tan potentes. Pero sí, también gracias a cómo entre-

sus condiciones haya inclinado la balanza en su favor. No sólo alcanzaron la final olímpica, si no que lo hicieron luego de imponerse de punta a punta en una de las semifinales. En la regata definitiva la historia fue distinta. Cristian y Ariel hicieron su máximo esfuerzo. Estuvieron gran parte de la carrera en puestos de podio. Pero en el sprint final, donde los mejores botes del mundo sacan diferencias, fueron desplazados al cuarto lugar. -¿Cómo viviste tu primer Juego Olímpico? -Fue espectacular, sobre todo por el resultado que conseguimos. En principio, no esperábamos tener el nivel que tuvimos. No creíamos que íbamos a llegar tan bien. Estábamos dispuesto a luchar por eso, pero como que nos salió demasiado fácil. Si bien el día de la final no pudimos reproducir lo que hicimos en la semifinal, el día de la serie y el día de la semifinal tuvimos un nivel que no habíamos tenido nunca. Ahí nos dimos cuenta que habíamos llegado muy bien. Y ese rendimiento es lo que más contento me pone, aparte de lo que es el evento en sí, toda la gente que lo sigue, las consecuencias que tuvo como el reconocimiento acá en Mar del Plata de la gente. Son todas cosas que te llenan de orgullo. -¿Influyó que no haya ido tu entrenador a Londres? -No sé si influyó tanto en el rendimiento. Sí influyó en la parte humana. A mí me hubiese encantado que esté porque él se lo re merece, porque hizo todo por mí y por el club en todos estos años, trabajando un montón de años gratis, haciendo todo por nosotros. Y si no fuese por él, yo no estaría en el remo. Por ese lado sí. Después uno ya está acostumbrado, lo hace profesionalmente y sabe que tiene que tratar de estar lo más enfoca-

namos, que entrenamos mucho tiempo muy concentrados y somos muy constantes, eso hace que seamos más resistentes y, entonces, aprovechamos generalmente la parte central de la regata para tratar de hacer una diferencia porque es la parte donde empieza a jugar más la resistencia de los atletas. -¿La semifinal que ganaron en Londres creés que fue una regata perfecta en ese sentido? -Y sí. Fue perfecta. Tendríamos que tratar de empezar a correr así siempre y por ahí evitar que se nos acerquen tanto en el final. Pero yo creo que fue perfecta. Nos salió todo perfecto. -Hace unas semanas, en la charla de los marplatenses que estuvieron en los Juegos Olímpicos de Londres que se realizó en la Facultad de Abogacía, mencionaste la influencia del viento en la carrera final. ¿Cómo fue eso? -Obviamente que uno cuando no está contento con un resultado inevitablemente busca factores externos. Yo generalmente trato de no poner excusas. Sí había un viento muy difícil. A nosotros nos perjudicó, seguramente que al resto también los perjudicó. Después es muy subjetivo decir cuánto te perjudicó a vos, cuánto lo perjudicó al otro. El viento estaba de costado y un poco en contra. Por ejemplo, de la cancha 6, que era donde estaba Italia, a la cancha 1 donde estaba Gran Bretaña, se notaba la diferencia del viento. En la cancha estaba mucho más movida y más picada por el hecho que la pista es angosta y en la costa, de donde viene el viento, no les pega tanto el viento. Por eso estaba más tranquila el agua. Nosotros no íbamos por una mala cancha. De hecho teníamos la tercera mejor cancha porque íbamos por cancha 4. O sea que, como salimos, en


realidad, yo creo que en esas condiciones hubiésemos salido de esa forma por más que corriéramos muchas más veces. Pero sentí que no nos dejó hacer todo lo que podíamos, que no quita que los demás tampoco hayan podido. -Tu sensación después de la carrera final fue: ¿perdimos una medalla o ganamos un cuarto puesto? -Y estaba medio enojado porque se escapó por muy poco. Yo antes de correr sentía y creía que podíamos ganar. Entonces, me quedé con bronca porque no pensás “uh, salí cuarto”. Después lo empezás a pensar. En el momento, ni siquiera pensaba en el tercero. Decía: “no nos salió lo que queríamos porque podríamos haber ganado”. Eso pensaba. -¿La experiencia olímpica fue cómo la esperabas o esperabas más? -Fue como la esperaba porque yo soy muy tranquilo. Nos soy de volverme tan loco por ahí como todo el mundo dice. Está muy bueno pero yo siempre pienso en todo el esfuerzo que hicimos durante estos cuatro años para estar ahí y no pensaba en otra cosa que no fuesen las competencias y dar el 100% de mi potencial. -¿Cómo tomaste la repercusión que tuvo acá en Mar del Plata? La gente madrugó para ver esa regata tan importante en tu carrera deportiva. -Eso es algo que me conmueve hasta hoy en día. Me hace sentir muy bien el reconocimiento de la gente por la calle, por ejemplo, gente que no conozco y que continuamente me dicen que se levantaron a verme y eso no lo puedo creer. No me entra en la cabeza saber que yo estaba ahí compitiendo y una gran parte de la ciudad se estaba levantando

para alentar y porque quería que nos fuera bien. -Finalizaron la competencia en Londres hace muy poquito, ¿ya están pensando en nuevos objetivos? -Sí, el primer gran objetivo es el mundial del año que viene que es en Corea del Sur, en agosto. Falta bastante pero es el primer paso de cara a los juegos de Río. Vamos a tratar de tener objetivos intermedios porque no se puede pensar tanto de acá a cuatro años, si bien sabemos que ése es el próximo gran objetivo de estos cuatro años. Hay que ponerse metas intermedias. Vamos a tratar que los tres mundiales del medio, empezando por el del año que viene, nos encuentren en un buen nivel peleando medallas, cosa de llegar a Río como candidatos. -De cara a esas competiciones, ¿cómo es un día de entrenamiento de Cristián Rosso? -Ahora se viene la parte más dura porque en el verano es cuando más se entrena. Son casi seis horas de entrenamiento diarias sumando bicicleta, remo, gimnasio y algunas veces trote. Es mucho entrenamiento pero también es una parte linda porque es la base que hacés para todo el año. -¿Y qué me contás de las mañanas de invierno en la Laguna? -Por suerte, ya van dos años que viajamos tanto que se acorta mucho el invierno. Pero es duro porque, por ejemplo, cuando volvimos de las Copas del Mundo, antes de irnos a Londres, fueron tres semanas que hizo como menos seis, menos ocho grados de sensación térmica e íbamos a la Laguna a las 7.30 de la mañana y no podías casi respi-

rar del frío que hacía. Por ahí te agarraba un poco de lluvia, un poco de viento y empeoraba. El frío no es tanto porque te empezás a mover y entrás en calor enseguida. El problema es cuando hay mucho viento porque sentís que te corta las manos, la cara, todo. Y cuando se mueve demasiado la Laguna, se levantan olas por el viento, eso también es bastante complicado. -¿Fue muy importante el apoyo que llegó en este último año del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo y la Secretaría de Deporte de la Nación para la preparación? -Sí. Fue fundamental el apoyo, sobre todo del ENARD, porque a nosotros nos sumó una beca más para estar más tranquilos. Y, además, se hizo cargo de todos los viajes, de la compra de embarcaciones que para nosotros era fundamental tener un bote acá de primer nivel, con el mismo que íbamos a correr después en Londres. Y ése lo tuvimos estos últimos seis meses antes de los juegos. O sea que, sin dudas, fue fundamental. -¿Pensás que con este resultado se van a acercar más personas al remo? -Y yo creo que sí. De hecho, hubo chicos que remaban en algún momento que han vuelto. El tema es que nuestra infraestructura es muy pequeña. Entonces, eso nos frena un montón porque hay muchos más chicos que podrían venir y que no tienen bote para practicar. O chicos que podrían evolucionar más rápido y no pueden evolucionar porque nos falta infraestructura. Esa es una falencia que sería bueno algún día, de a poco, ir mejorando. -¿Qué le dirías a un chico para que se incline por el remo como actividad deportiva? -Le diría que pruebe, que el deporte es muy lindo. Que pruebe porque hay un montón de deportes y lo fundamental es hacer algo que te gusta, porque si hacés algo que te gusta no te cuesta. -¿Qué significado tiene el remo en tu vida? -Ahora casi todo. Yo miro dos, tres, cuatro años para atrás y no veo otra cosa que no sea remo porque lo hago con tanta pasión y estoy todo el día pendiente del remo. Capaz es un error porque también hay que tener otras cosas pero yo soy así. Me enfoco demasiado en algo y no me salgo de eso. Hoy por hoy es todo.


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robablemente quien lea esta nota haya visto alguna vez un importante número de jóvenes circulando por la costa marplatense sobre sus tablas largas. Muchos habrán pensado que se trataba de simples skates. Pero la realidad es que estaban ante la presencia de una variante del skateboarding. El longboard, como su traducción al español lo indica, significa tabla larga. Es muy utilizado como medio de transporte y los amantes de la adrenalina preparan sus tablas para la velocidad, para hacer slalom, para bajar pendientes, hacer derrapes, entre otras cosas. A nivel competitivo, nueve modalidades se desprenden del longboard: Carving, Cruising, Dancing, Downhill, Free Ride, Freestyle, Pool, Sliding y Slalom. Todas con características particulares y con atractivos bien distintos. Para todos los gustos. Esa variedad de estilos, es posible, que haya sido determinante en el boom que se dio en estos últimos años. Lo que surgió a mitad del siglo pasado en Norteamérica, hoy se reprodujo en distintos lugares del globo terráqueo. Y Mar del Plata es un ejemplo. El longboard es un furor en la ciudad balnearia. A tal punto que, el año pasado los cinco mejores canadienses vinieron a “La Feliz” a ver qué sucedía. La experiencia fue enriquecedora en todo sentido. Y la comunidad marplatense valoró mucho ese intercambio cultural, entre jóvenes de diferentes países pero que comparten la misma pasión. Uno de los que tuvo el privilegio de recibir a los canadienses es Mariano Torres. Pese a sus 21 años, el marplatense es un experimentado en la materia. Comenzó a patinar a los 15 años y no se bajó más de la tabla. “Estábamos yendo a la playa con unos amigos y había dos chicos derrapando con unas tablas largas, en la bajada de Cardiel. Era algo nuevo, una locura, no entendíamos bien qué era. Nos pusimos a hablar ahí con los locos, uno era Andrés Rubiño y el otro Alejandro Fernández, de los primeros que empezaron a andar en Mar del Plata y en Argentina, y me motivaron para comprarme una tabla y unas ruedas, que en ese tiempo lo que conseguía era un fenólico cortado y ruedas de skate con tracks de skate”, recuerda su primer contacto con un longboard. En ese momento, la disciplina recién comenzaba a asomar en la Argentina. Unos pocos aficionados se animaban a romper el hielo. Y Mariano formó parte de ese grupo de jóve-

nes pioneros que impulsó el deporte en suelo nacional. Y sostiene que, en aquél entonces, el longboard “era lo que imaginábamos y por ahílo que veíamos que llegaba en alguna revista. Lo demás era pura inventiva nuestra”. Lo que empezó como un hobby se transformó en una pasión con el correr de los días. “Hacíamos sesiones de 5 o 6 horas y no nos dábamos cuenta. De a poco nos fue llevando a querer conocer y querer desarrollarlo un poco más al deporte. Y en el transcurso de dos años empezó a haber eventos, se empezó a conocer un poco más, ya había un poco más de equipos, ruedas, tablas, marcas nacionales que empezaron a hacer un poco de mercado”, relata cómo se germinó la semilla que derivó en el fenómeno actual. Como una aventura adolescente, Mariano desafió a su familia cuando tenía 17 años y viajó en tren a San Pedro, provincia de Buenos Aires, para participar del primer torneo de longboard -un campeonato de slalom- que se realizó en nuestro país. De aquella odisea, el marplatense cuenta que “costó pero era lo que quería. Tampoco podían hacer mucho ellos. Fuimos y éramos 30 personas de la provincia, parte de Mendoza, Córdoba y algo del sur. Éramos muy pocos y fuimos los que arrancamos. Eso fue el inicio de lo que es el longboard en la Argentina y estuvimos ahí. Se armó una comunidad, todos empezamos a investigar, a buscar un poco más”. Placer, adrenalina, paz, libertad, encontrarse con uno mismo son algunas de las sensaciones que genera este deporte. El propio Mariano lo describe con sus palabras: “Es una pasión que la sentís. Agarrás tu tabla, por ahí en Mar del Plata te pasa que vas por la costa y tenés un paisaje que es impagable verdaderamente. Y después las ganas de conocer porque lo que tiene el deporte es que podés practicarlo casi en cualquier lado. Y lo que te va moviendo es la geografía de otros lugares, por ahí conocer bajadas nuevas, amigos que te dicen ´che venite a patinar a Córdoba, a San Luis, venite a Esquel, venite a Bariloche´”. “El deporte es un estilo de vida. La gente que hace deporte se diferencia de la que no. Por ahí suena un poco reacio, pero te das cuenta cuando alguien hace deporte y te entusiasma más”, confiesa quien ha estado vinculado gran parte de su vida a los deportes, como el rugby, su actividad principal entre los 7 y los 14 años.


Ahora el longboard es su deporte predilecto. Y tiene bien en claro el porqué del aumento de adeptos a la disciplina en la ciudad: “El longboard creo yo que es una actitud geográfica. Lo mismo que pasa con el surf. Mar del Plata tiene eso. Vos te vas a la costa y podés disfrutar de una tarde en skate, una tarde en longboard, una tarde de surf porque la ciudad te lo permite. Y el marplatense nace con eso de querer salir a la calle. No hay gente, por más que juegue al fútbol, al vóley, al rugby o a lo que sea, que no esté, aunque sea un poco, enamorada del surf, el body, el skate porque es moneda corriente acá”. ”El deporte me llama mucho la atención. Y esto me dio la oportunidad no de vivir del deporte, pero disfrutar mucho con el deporte”, reconoce Mariano. Y es lógico. Como todo deportista amateur, sobre todo en países tercermundistas, el dinero es una traba importante. Pero mérito al esfuerzo y a las buenas performances cuenta con algunos sponsors que le proveen los equipos para competir. Nunca llega a la utopía pero son fundamentales para acortar los gastos. En ese sentido, con el fin de juntar dinero para los viajes de los deportistas y organizar eventos están en pleno proceso de formación de la Asociación Marplatense de Longboard, formalidad que les permitiría crear un ranking local.

Según su perspectiva, en Argentina el nivel de competencia es muy bueno y hay muy buenos corredores de nivel internacional. Y al mismo tiempo sostiene que “las competencias se disfrutan un montón. Más que nada porque como no está tan profesionalizado hay una comunidad todavía armada. La competencia es una excusa para encontrarte con tus amigos e ir a hacer una sesión con los pibes de Argentina. Y una vez cada dos meses es reencontrarse con los chicos y salir a patinar, a disfrutar donde sea”. Actualmente, la categoría más fuerte del longboard es el Downhill, que consiste en descensos en montañas con tablas largas, ruedas anchas y blandas. “Es una sensación indescriptible, una locura”, afirma Mariano. Otra modalidad con mucha repercusión es el Free Race, en descenso pero con ruedas duras y haciendo derrapes. También hay muchos campeonatos de Slalom, debido a que con una leve inclinación ya es posible realizar esta modalidad. “Mis fuertes son el Free Race y el Downhill. Es lo que más disfruto. La velocidad me llama mucho la atención. Pero disfruto todo. Trato de hacerlo todo”, explica el marplatense que no se deja intimidar por los golpes: “Duelen todavía. Cada golpe es un llamado de atención para meterle un poco más. La edad se la pone uno. Es hasta donde el cuerpo te dé. Yo voy a andar hasta que el cuerpo me dé”. A momento de andar y de competir, Mariano se pone metas. “El objetivo del año que viene es hacer el circuito norteamericano. Ése es el motivo del trabajo -labura en un depósito de calzado-. Con muchas trabas pero buscando cómo lo vamos a organizar”. Y no se va a rendir fácil. Porque siempre que necesitó una vía de escape, la tabla estuvo a su disposición.

“Es un cable a tierra. Cuando me pasa algo, automáticamente agarro la tabla, cierro la puerta de mi casa y ya estoy en otro estado. Por suerte, lo pude combinar con el deporte”, admite orgulloso de su elección. Y remata: “El longboard por ahora es lo que me está generando una vida. El longboard me está mostrando a mis amigos, me está haciendo recorrer el país. Gracias al deporte conseguí mi trabajo. Conocí a mucha gente que ahora son amigos. Estoy creando como una familia. Es casi mi vida”.


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arecía una utopía. Un sueño de muchos casi imposible. Sin embargo, la realidad marca que la ciudad de Mar del Plata cuenta con un Centro Integral de Alto Rendimiento de Rugby (CIAR). El mismo fue construido por la Unión de Rugby de Mar del Plata y el Ente Municipal de Deporte y Recreación (EMDeR). Se trata de un gimnasio que estará a la merced de los seleccionados marplatenses, entrenadores y árbitros para realizar trabajos físicos. La gran inauguración se realizó en el Estadio Panamericano de Hockey. A la presentación asistieron los concejales Marisa Vargas, Daniel Palumbo y Mario Rodríguez, el director de Infraestructura, Oscar González, los dirigentes de la URMdP Oscar Pagni, Fabián Lescano, Carlos Marenco, Carlos López Silva y el profesor Fabián Amor, quien estará a cargo del Centro. “Es un orgullo estar aquí en este momento. Hace unos meses surgió la posibilidad de emprender esta obra y gracias a la colaboración constante, permanente, y a la iniciativa de la Unión de Rugby de Mar del Plata, hoy podemos estar inaugurando este Centro”, expresó Horacio Taccone, presidente del EMDeR. Luego agregó que “la Unión necesitaba un lugar, un espacio, para que sus seleccionados puedan mejorar en la parte física, algo indispensable para seguir creciendo. Fue una iniciativa de ellos, nosotros los apoyamos, el Concejo Deliberante también, y en forma conjunta logramos hacerlo. El lugar físico prácticamente se hizo a nuevo y se firmó un convenio de cesión por 5 años. En principio esto va a estar destinado a los jugadores de rugby, pero no quita que representantes de otros deportes puedan venir a utilizarlo”.

Como bien manifestó el colega Agustín Casa en nuestra columna de opinión: “La creación de este Centro de Alto Rendimiento traerá beneficios por doquier. En primer lugar, los jugadores de los seleccionados tendrán un espacio físico acorde y equipado para el desarrollo integral de sus aptitudes físicas. Como consecuencia de lo anterior, Mar del Plata elevará su nivel en los campeonatos argentinos”. Deportivamente Hablando celebra ese gran paso para nuestra ciudad. El espacio cubierto cedido por el EMDeR a la Unión de Rugby de Mar del Plata, de 160 metros cuadrados de superficie, fue reacondicionado por la Dirección de Infraestructura. Y en el mismo se montó un gimnasio de Alto Rendimiento del Rugby. Un lugar donde se va a trabajar con chicos de 16-17 años hasta 20-21, jugadores que serán seleccionados por la Mesa junto con el profesor Fabián Amor. A su vez, Juan Manuel Aiello, director de Política Deportiva del EMDeR, dijo: “Yo me fui a los 18 años de Mar del Plata para seguir mi carrera como deportista y volver acá y ver que el rugby lentamente empieza a crecer, con trabajo, con apoyo, sabiendo que el sábado se va a celebrar el séptimo encuentro infantil conjunto entre la Unión y Deportes; saber que se trabaja con el rugby como herramienta de resocialización, mismo desde nuestras escuelas deportivas, habla de un importante trabajo”.


No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia…”, recita desde hace años un reconocido cantante mexicano. Y esos versos, que más de uno habrá cantado -con coreografía incluida- en fiestas, después de beber algunas copas, podría adaptarse perfectamente a este caso. La Federación de Vóleibol Argentino (FeVA), una entidad deportiva en constante crecimiento, y el Ente Municipal de Deporte y Recreacion (EMDeR) inauguraron en Mar del Plata la primera y única cancha climatizada de beach volley del país. En las instalaciones del Centro de Desarrollo de Talentos del Vóley (Ce.De.Tal.Vo.), ubicado en cercanías del Parque Municipal de los Deportes -detrás del estadio mundialista José María Minella-, donde ya funcionaba uno de los centros de desarrollo más importantes de la actividad a nivel nacional, se reacondicionó la cancha cubierta y, específicamente, se colocó un sistema de calefacción radiante de arena. De esta manera, lo seleccionados argentinos contarán con un espacio físico apto para entrenar todo el año. La Argentina históricamente ha tenido representantes olímpicos en esta disciplina, desde su inclusión en el calendario de los Juegos de Atlanta 1996. Sin embargo, Londres 2012 fue el bautismo olímpico para el beach volley femenino de nuestro país. La dupla Ana Gallay Virginia Zonta, dirigida por el marplatense Pablo Bernardi, afrontó una de las últimas semanas de preparación para la máxima cita del deporte en una Mar del Plata invernal, con viento, lluvia y, sobre todo, bajas temperaturas. En más de una ocasión las chicas argentinas suspendieron las prácticas o cambiaron de locación y realizaron entrenamientos sólo físicos o con pelota en gimnasio comunes. Incluso los mismos protagonistas reconocen que el frío y el viento son un impedimento para el común desarrollo de los entrenamientos. En primer lugar, para preservar la salud de los jugadores. Y en segundo, porque los torneos, sobre todos aquellos eventos internacionales o nacionales de primer nivel, se realizan en otra época del año con temperaturas agradables. En base a lo anterior, indudablemente ha sido una decisión acertada de las autoridades marplatenses, con el apoyo del titular de la FeVA, el marplatense Juan Antonio Gutiérrez. A partir de ahora, con estas instalaciones pioneras a nivel nacional, los principales exponentes de este deporte y aquellos jóvenes con una esperanzadora proyección tendrán a su disposición un escenario pensado para el desarrollo. En consonancia con el crecimiento del vóleibol argentino

en el plano internacional, esta inauguración augura un futuro más que interesante para el beach volley nacional. Si a este centro de desarrollo, que permitirá un crecimiento sostenido de los jugadores, se lo complementa con una frecuente participación en certámenes internacionales, los jugadores podrán adquirir un, impensado hasta hace algunos años, rodaje ante las mejores parejas del planeta que se transformará en experiencia en estado puro. Para ello será necesario el trabajo en conjunto entre la FeVA, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) y el EMDeR, con una profundización en los detalles mencionados para alcanzar objetivos relevantes. Mar del Plata tiene una geografía que permitiría un desarrollo del beach volley, como en grandes ciudades brasileñas, que no ha sido explotado. Pero más allá de los extensos kilómetros de playa, canchas como la instalada en Ce.De.Tal.Vo merecen el reconocimiento y el apoyo a una política que apunta al crecimiento de la disciplina. Además, en los tiempos que corren, hasta existen países europeos mediterráneos que cuentan con excelentes seleccionados de beach volley. El secreto está en la cantidad y la calidad de jugadores. En las políticas deportivas. En la infraestructura. Y la inauguración de la primera cancha térmica del país es un gran avance. Si se mantienen las becas del ENARD y con este renovado espacio, los jugadores no tendrán más excusas. No culparán a la falta de energía lumínica. No culparán a las malas condiciones climáticas. En definitiva, no culparán a la playa.


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a “tercera edad” comienza alrededor de los 60-65 años, y en ella se producen cambios físicos debido al desgaste propio de las células; cambios materiales por la pérdida del poder adquisitivo con motivo de una disminución de ingresos; cambios emocionales producidos por la pérdida de seres queridos y otros. El envejecimiento es una etapa irreversible e inevitable para todos los seres humanos. A medida que algunas capacidades como la fuerza, la coordinación y algunas otras cosas cambian, está en las manos de cada persona la manera en que este cambio natural de la vida se asuma. Como dice un viejo refrán, "no podemos evitar envejecer, pero si podemos evitar sentirnos viejos". Y es porque aunque no podemos evitar el deterioro de nuestro cuerpo si podemos evitar que también envejezca nuestra mente. Podemos sentirnos jóvenes y fuertes siempre; aunque algunas actividades propias de la gente joven y fuerte no pueda practicarlas una persona en la tercera edad, o al menos no como si fuera una persona joven. Eso sí, no quiere decir que un anciano no pueda jugar fútbol, no pueda nadar, no pueda trotar. Todo lo contrario, para las personas de la tercera edad que deseen combatir un poco el inexorable paso del tiempo, siempre es conveniente y saludable decidirse a practicar un deporte. Existen muchos beneficios que podrá obtener, pues cualquier cambio saludable en el estilo de vida repercute positivamente tanto en la salud mental como en la salud física. Hoy en día, las personas de la tercera edad no se limitan en su mayoría a vivir su vejez postrados en una silla de un asilo, o llevar una vida sedentaria. Es el momento de empezar a disfrutar la vida, y para lograrlo deben tener un cuerpo saludable. Los deportes que los médicos recomiendan son prácticamente todos, sin embargo, el cuerpo no está como antes y es completamente necesario y pertinente que se consulte con un médico para evaluar la capacidad física, pulmonar y cardiovascular. De este modo, se podrá saber cuánto es la exigencia permitida y cuál es el deporte más acorde a las condiciones físicas. En los últimos años apareció el caso de Fauja Singh. Un agricultor de Punjab, India, que se mudó en la década de los 60 a Gran Bretaña. Y hace 11 años, cuando murió su esposa, Fauja descubrió el jogging y empezó a entrenar para correr maratones. Con una indoblegable disciplina corre todos los días 16 km. El maratonista más viejo del mundo, con 101 años, anunció que quiere seguir corriendo hasta el fin de sus días. “Correré hasta que me muera. Quiero ser recordado

como la persona que corrió hasta el final”, declaró Fauja Singh, cuyo nombre significa “luchador”. El hindú sigue corriendo para sentirse vivo y vaya que lo hace. Pudo cumplir su sueño: llevar la antorcha olímpica. Primero lo consiguió en el 2004 siendo parte del tramo de ruta en Atenas. Y el 21 de julio del 2012, Singh corrió por las calles de Londres respirando el espíritu olímpico y se dio el gusto de tener en sus manos el fuego sagrado. Adidas es la marca que sustenta a Fauja y más que nunca lleva en el pecho el slogan con la leyenda “Impossible is nothing” (nada es imposible). En Argentina, los Juegos Bonaerenses y los Evita, le dan una oportunidad a esas personas que tienen el alma intacta y la fuerza vital para mantenerse enérgicos y no sentirse incapaces. Por eso ya arrancaron los Zonales y Regionales para clasificarse a las finales de estos acontecimientos que como siempre tienen de gran anfitrión a la ciudad de Mar del Plata. El deporte en la vejez también contribuye a construir una mentalidad ganadora y mejorar la mente y el cuerpo. A combatir la crisis psicológica causada por la incapacidad de reaccionar fuertemente a algunos acontecimientos desagradables de la vida, ayudando a acelerar el deterioro físico del cuerpo. El deporte es también la mejor manera de establecer de manera natural una hormona marco positivo. Hay una teoría, muy popular en Estados Unidos y recientemente en nuestro país, que representa la terapia de reemplazo hormonal como la mejor manera de ganar la lucha contra el envejecimiento prematuro. Existen cientos de ejercicios físicos apropiados para cualquier persona a cualquier edad, siempre y cuando no se realice de manera excesiva en términos de peso ni de carga de tensión, tanto general como localizada. La edad no debe ser un obstáculo para practicar deporte ya que cuanto más tiempo y esfuerzo inviertan en conservar y aumentar su capacidad de movimiento, más disfrutarán de una mayor independencia y vida social con la gente que los rodean. Los tipos de actividad física más comunes entre las personas mayores son: caminar, andar en bicicleta al aire libre o estática, bailar, natación, yoga, taichí y gimnasia en el agua. No hay que ponerse límites, siempre y cuando el cuerpo responda. No hay que sentirse viejos, gastados porque para eso están los trapos. La tercera edad tiene que ser recibida de buena manera. Las canas, como algunos dicen, significan experiencia. Una vida dedicada al deporte puede ser el camino hacia una vejez más llevadera.


ábado 15 de septiembre de 2012. Las Vegas, ciudad anfitriona de los mejores combates contemporáneos. Un Thomas & Mack Center colmado por 20 mil almas. Tres mil argentinos volaron a Estados Unidos para presenciar la velada, un número sin precedentes para el boxeo nacional en tierras ajenas. Segundos afuera. La pelea más esperada del año. En un rincón, el mexicano Julio César Chávez Jr. -hijo del mejor boxeador mexicano de la historia, una leyenda en su país- con un récord realmente envidiable. Pero con un título no correspondido. Enfrente el argentino Sergio “Maravilla” Martínez, nacido en Quilmes y formado boxísticamente en España, con una reputación impecable y, sobre todo, con deseos de recuperar lo que le pertenecía. Esa noche estaba en juego el cinturón mediano de la Confederación Mundial de Boxeo (CMB). Chicanas, notas televisivas, campañas mediáticas y los millones de dólares en juego anticiparon la batalla. “Maravilla”, mucho menos mediático que su retador, entendió la reglas del juego del show & business. Bailando por un sueño, mano a mano con Alejandro Fantino en Animales Sueltos, una presentación de stand up en Duro de Domar. En apenas un par de meses, Martínez -que habla con la claridad y utiliza un vocabulario que suele escasear en ese entorno- llegó a millones de hogares argentinos, fruto de su gran exposición en la cajita mágica. Es que, como muchos deben saber, en el deporte súper profesional -como sucede en muchos ámbitos de la vida- el dinero manda. Y la estrategia de “Maravilla” fue perfecta arriba y abajo del ring. En primer lugar, él estaba convencido por sus condiciones físicas que tenía todas las de ganar, incluso los especialistas de todo el mundo lo consideraban el favorito, pese a la cortina de humo que los Chávez desplegaban por los medios. En segundo lugar, el mexicano -sin importar el resultado- se llevaría más dinero que el argentino. Entonces, realmente era necesario ese despliegue por el prime time televisivo. De esta manera, el sudamericano logró levantar su marca, como producto, a niveles impensados anteriormente. Hacía rato que la Argentina no esperaba una pelea de boxeo con tanta ansias como sucedió en esta oportunidad.

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Y “Maravilla” les dio razones a los argentinos. Una vez en el cuadrilátero, Martínez cumplió con cada promesa, con cada palabra y brindó una exhibición boxística ante Chávez Junior. Lo buscó desde el comienzo. Lo encontró durante once asaltos, propiciándole una verdadera paliza. Pero con la fortaleza y la resistencia que caracteriza a los boxeadores mexicanos en cada pelea, Julio aguantó hasta el duodécimo round y logró impactar algunos golpes que derribaron a Sergio y generaron un mix de sensaciones a los millones de televidentes que siguieron el combate. Por fortuna, el trabajo ya estaba hecho. El argentino aguantó los últimos segundos y logró su objetivo: la victoria, en este caso, por puntos en un fallo unánime. A los 37 años, “Maravilla” es el nuevo campeón mediano de la CMB. Y no pasaría desapercibido en ningún rincón de la madre patria. Los argentinos, a veces muy exitistas, lo adoptaron rápidamente como ídolo. Y Sergio sueña con una importante pelea en su país. El Luna Park asoma como el escenario natural para un futuro combate por tradición e historia. Pero algunos apresurados de palabras se atreven a presionar con una pelea en el estadio Monumental, cuando en realidad, se sabe, sería muy difícil su organización. Sergio Martínez, uno de los mejores boxeadores del mundo libra por libra, apenas por detrás del estadounidense Floyd Mayweather Jr. y el filipino Manny Pacquiao, todavía tiene dos o tres años en el máximo nivel, producto de su físico privilegiado y el cuidado de su cuerpo. Y se le anima a cualquiera de los antes mencionados. Incluso no desestima una revancha ante el mexicano. Pero por el resultado positivo por consumo de marihuana que le dio a Julio en el control antidopaje podría desmerecer esa posibilidad. Mientras se recupera de las lesiones luchó ocho asaltos con su mano izquierda fracturada y en el último round padeció una lesión ligamentaria-, “Maravilla” piensa en su futuro, con la tranquilidad que lo caracteriza. Él tiene la inteligencia suficiente para esperar los combates que tanto anhelaba ante los mejores boxeadores del mundo. Enfrentamientos que convocan multitudes y se venden a las masas como verdaderos duelos de campeones.


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a gotera lo había mantenido en desvelo toda la noche. Tic, tic, al suelo. Tac, tac, al plástico del balde. Le había dicho al pelotudo del Ruso que arregle la canaleta del techo. Tirar un cacho de membrana era suficiente. Pero ni bola. Para qué hablaba, se preguntaba. Encima la humedad que tenia el suavestar era insoportable. “Ya ni los derechos mínimos de los laburantes respetan estos desagradecidos”, pensaba para sus adentros. Los iba a dejar en banda, iba a cazar los caños y los iba a mandar a freír churros. ¿Dónde iban a conseguir mano de obra tan barata y eficaz como la suya? Todo eso pasaba por la cabeza del Polaco, ese viernes a la mañana. Recortaba el picado fino que se afanó del baúl del 405 del Ruso y puteaba por lo bajo. Se estaba armando una picada envalentonado con la cuarta cerveza que se empinaba en ayunas. La pechito azul transpiraba en lo taciturno del ambiente. El invitado era grosso, le dijeron vía celular. -Polaquito… Hay que aplicar toda la fuerza mental que tenés con este tipo -le dijo el Ruso. -La puta que te parió, colorado. No dormí un carajo anoche. Vos y el otro meta joda y yo con los ojos como el dos de oro acá al lado. Y ahora me querés fino -le dijo antes de dejarlo hablando solo. El Polaco era conocido en el ambiente. Había sido un excelso tenista, de los exquisitos. Y guapo. Te comía la psiquis, le contaba siempre el Ruso “al” Abel. Así le ganó a Vilas tres veces. ¡A Vilas! Pero la lesión en la muñeca lo convenció de abandonar la raqueta. Después anduvo de comerciante, se fundió, agarró la bebida y anduvo en changas hasta dedicarse a esto. Pero se la bancaba el Polaco. Duro como una roca. Nada lo perturbaba demasiado. Y ahora todas esas aptitudes las volcaba en “la empresa”. Y efectivamente estaba inmutable el hombre. Cortaba el pan con las manos y cuando le quedaba una libre, espantaba a las moscas que se acercaban a su manjar. Gatman y Bonadeo desde el Parque Roca explicaban los motivos que llevaron a Jaite para comenzar la serie con Delpo y Mónaco en los singles. El Rey David esperaría su turno con Schwank en dobles. Nada del otro mundo, teniendo en cuenta los momentos. En ese instante se abrió la puerta con el inconfundible sonido que provoca la falta de WD40. Eran el Ruso, el Abel y un parroquiano de refuerzo los que traían el “paquete”. Era inmenso y tenía remera y short blancos con vivos celestes. “Te lo dejamos, ablandalo un rato pero tranqui ¡eh! Mirá que vale oro”, sentenció el Ruso con la boca abierta y llena de pan. El polaco le sacó la bolsa de la cabeza y confirmó la sospecha. Hizo dos pasos hacía atrás de la sorpresa. “¡David!”, atinó a decir, sin salir de su asombro. Efectivamente, ciertas cosas lo asombraban al Polaco todavía. El secuestrado le aconsejó que subiera el volumen que ya empezaba Delpo con Ferrer. El sábado, el Polaco se acercó a la cocina. Mientras preparaba unos mates, el Ruso lo increpó: “Boludo, no lo dejes sólo te dije… Es una bomba lo que tenemos ahí adentro. Mirá si se escapa. Es atlético y fuerte. No se puede confiar en inútiles como vos”. El Polaco lo agarró violentamente del cuello de la camisa y le dijo con los ojos inyectados en sangre: “Vas a ver qué inútil soy”. Dio media vuelta y se fue a su “hábitat”, su lugar en el mundo, esas tinieblas de cuatro paredes en las que por primera vez en mucho tiempo tenía un vínculo. La cara del secuestrado lo decía todo. La serie estaba 1-2 abajo. Ya habían hablado de todo: la épica victoria en el Master de Shangai ante Federer, Wimbledon 2002, las batallas por la ensaladera, la final de Mar del Plata, el número 3 del ranking, el bungee jumping, el snowboard, el rally y hasta alguna que otra intimidad de la víctima con esas mujeres de los pósters de Olé que el polaco desnudaba con la vista en noches en que la soledad desesperaba. Pero sentía que todo aquello era cholulismo. Verse lo que hubiera podido ser y no fue. Hacer caer la ficha en que no siempre el ser humano se convierte en lo soñado. Quería saber algo más profundo, más filosófico, si se lo podría decir de algún modo. -David, ¿qué es para vos el síndrome de Estocolmo? -La relación que se establece entre secuestrado y secuestrador, creo. -No, culiao. Lo que hiciste vos en 2010 en la serie con Suecia te hablo… El viaje relámpago para definir la serie con el aductor como una pelota playera. ¿Valió la pena? ¿Harías eso de nuevo? “Sí, obvio. Todos los días de mi vida. Pero eso ahora, en estas condiciones, es imposible. El Polaco sintió que el tenis -y la vida- le daban otra oportunidad. Su nombre no iba a estar grabado en la ensaladera. Pero él se iba a sentir parte de la historia. Imaginó en su cabeza un guión mejor que Tarantino en Pulp Fiction con sucesos y coincidencias muy dramáticas, sorprendentes e inverosímiles. Comprobó ahora sí, que la senda del justo está bloqueada por todos lados por las iniquidades del egoísta y la tiranía del malvado. Y quiso ser el pastor, aunque sabía que antes tampoco era el malvado. Se dieron a la fuga. No importan los detalles. Pero el Ruso comprobó que el Polaco no era la persona indicada para llamarlo inútil. “Me debes una”, dijo el Polaco. El Rey sonrió. La Torre de Tandil se había encargado de tirarle varios pisos encima a Nadal y a los que un año atrás osaron silbarlo. El Rey no iba a demostrarle pleitesía a Ferrer. Consumada la hazaña, en el medio de la euforia, el Rey le dijo al Polaco: “Apurate y rajemos. Llevame rápido a algún lado. De algo tenés que vivir vos ¿no?”. El Polaco aceptó la propuesta y comprobó que el síndrome de Estocolmo era lo que pensaban ambos un par de horas atrás.




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