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SOBRE LA INMINENTE TRANSFORMACIÓN DIGITAL DE EL SALVADOR entrevista con Mario Enrique Sáenz

Estamos con el reto y el desafío de consolidar nuestras operaciones, pero eso no quiere decir descuidar la oficina de El Salvador. Estamos incorporándonos a un área muy importante después de la promulgación de nueva legislación en Derecho Público. Hemos lanzado nuestro departamento especializado donde nosotros consideramos que hay un campo de trabajo muy importante para atender al empresario y al Estado mismo “

Mario Enrique Sáenz

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fundador y socio - Sáenz & Asociados

Sáenz & Asociados ha cumplido 40 años de existencia siendo la firma legal referente en derecho corporativo y arbitraje. Hablamos con su fundador, el doctor Mario Enrique Sáenz sobre los inicios de la firma, los trabajos emblemáticos, los principales retos y logros.

¿Háblenos un poco sobre su trayectoria académica y profesional?

En diciembre de 1977 me gradué de la Universidad de El Salvador. En marzo de 1978 obtuve mi autorización para ejercer la profesión de abogado y notario y durante varios años me dediqué a la docencia en la Universidad de El Salvador.

Posteriormente, impartí clases en la facultad de derecho de la Universidad Dr. José Matías Delgado y en la Universidad Alberto Masferrer.

Decidí seguir estudiando y cursé una Maestría en Derecho de Empresa de la UCA y luego una maestría en Derechos de los Negocios de la Universidad de Barcelona, España. Posteriormente, estudié un Doctorado en Derecho Privado de la Universidad Dr. José Matías Delgado. Esto me permitió mantenerme actualizado en determinadas disciplinas, tuve que escribir algunos trabajos académicos para mis graduaciones sobre el derecho arbitral, las medidas cautelares en el arbitraje comercial en la UCA y el arbitraje societario en la UJMD.

Últimamente me desempeño como docente de maestrías en la Universidad Centroamérica José Simeón Cañas.

¿Por qué quiso ser abogado?

Esa es una pregunta interesante. Yo creo que nací con la vocación de abogado. De hecho, y no solo porque me crié con mi padre el doctor Humberto Sáenz y mi madre que era su secretaria en el aquel entonces, doña Miriam Cevallos de Sáenz. Me crié en un ambiente de abogados, en realidad, de niño soñaba con esta profesión yo sentía que si no era abogado no tenía decidido qué otra cosa podía estudiar, en la universidad le pedían tres opciones a uno y mi primera opción fue derecho. Siempre quise ser abogado y ha sido una gran satisfacción pertenecer a una familia de abogados que formó mi padre de manera muy espontánea.

¿Hay varios abogados en la firma que son de la familia, ¿cómo se siente al respecto y cómo se trabaja en un proyecto familiar?

Bueno, primero es una dicha poder trabajar con todos los miembros de la familia que somos abogados y que pertenecemos a la firma. El sentido de solidaridad y el sentido de confianza y amor que nosotros tenemos, y por sobre todo el amor por nuestro trabajo, se ha convertido en una base muy importante en el éxito de nuestro bufete. A tal grado que siendo tan unidos ahora tenemos socios que no son miembros de la familia.

Pero ha sido muy exitoso trabajar en familia y la confianza que se tiene es una base muy importante para poder desempeñarse de esta manera. En la firma creo que somos entre siete y ocho miembros de la familia que estamos dedicados en eso, y vemos que la siguiente generación ya se está formando.

En estos 40 años de vigencia. ¿Cuáles han sido los principales retos?

En primer lugar cuando nacimos, en 1979, empezamos asociados con una firma de auditores que era en ese entonces una tendencia que los abogados y los auditores trabajaran conjuntamente, pero después nos separamos y dejamos que la firma legal transcurriera por sí sola con todos los miembros que se iban incorporando de la familia.

Obviamente todos nuestros planes eran planes extraordinarios, pero en el momento en que ocurre el desaparecimiento de mi hermano mayor, El Dr. Humberto Sáenz Cevallos, en 1985, hay una especie de desafío y de retos hacia el futuro sobre la base de un

dolor y una frustración que sentíamos de haber perdido a nuestro hermano mayor. Pero eso quizás nos hace fortalecer nuestro carácter, nuestro entereza, y seguimos adelante y ahora aquí estamos, aquí están sus hijos, aquí están mi hija y mis hermanos.

¿Cuéntenos cómo fue la expansión de Sáenz en la región?

Fue por necesidad. Quizás nosotros fuimos los primeros en tener la idea de regionalizar los servicios legales: lo que pasa es que lo hicimos con un sistema de corresponsalías que se llamaba: Grupo Jurídico Centroamericano.

Teníamos una organización desde México hasta Panamá, pero de repente nosotros pensamos que los tiempos de respuesta de algunos de los corresponsales no seguían nuestra filosofía de trabajo, y decidimos abrir nuestra propia oficina. Entonces abrimos oficina primero en Guatemala, luego Costa Rica, seguido fue Nicaragua, después Honduras y así estamos presentes en toda Centroamérica.

Ustedes son la firma legal referente en arbitrajes en El Salvador. ¿Cuáles han sido los casos más emblemáticos?

En realidad, todos los casos que hemos atendidos son emblemáticos, porque todos nuestros clientes son atendidos por igual y su caso siempre es el más importante. Sin embargo, a veces hay casos que por su trascendencia pública cobran mayor relevancia. Así hemos representado al Estado en arbitrajes de inversión ante el CIADI y en arbitrajes domésticos, con resultados positivo. A empresas importantes del sector de las telecomunicaciones y del sector eléctrico, entre otros. Por lo que dije anteriormente, es muy difícil decir tal o cuál caso es emblemático y otro no.

¿Cuál es la clave para mantener el éxito durante tantos años?

Estudio, dedicación, perseverancia y sobre todo, un comportamiento ético, moral, una responsabilidad social de cara a la exigencia de los clientes.

Esta es una profesión que a la par de la defensa de intereses particulares, tiene una gran rentabilidad social, y en ese sentido el comportamiento nuestro debe ser así, tiene que ser con rectitud, con honradez, con probidad y eso ha permitido que tengamos éxito en nuestra profesión.

Dos áreas fuertes que tiene Sáenz & Asociados son arbitraje y derecho corporativo.

Sí, tenemos una fuerte actividad en materia de arbitraje, yo creería, con humildad, pero con honestidad, que somos la firma que más ha trabajado en esta área en Centroamérica. Y esto fue muy espontáneo, allá por el 2000-2001, un cliente no llamó para consultarnos de una cláusula de arbitraje que estaba en un

contrato. Tuvimos el primer caso de arbitraje internacional y así se fue formando esa experiencia hasta llegar donde estamos. Pero esto no significa descuidar las otras áreas que nosotros atendemos. El área corporativa, fue la que originó la actividad de la firma; al principio, éramos fuertes en la industria de la construcción y en el sistema financiero, especialmente en el sistema de ahorro y préstamo.

Desarrollamos una gran experticia, inclusive en leyes bancarias, durante muchísimo tiempo y a partir de ahí, con la globalización de la economía y con la apertura de los mercados, viene un proceso de captación de inversiones extranjera y expansión de nuestros inversionistas locales a países centroamericanos. Esto nos pone el desafío y el reto de poder atender esa área y entonces así hemos atendido proceso de adquisiciones y fusiones, hemos atendido cuestiones interesantes de carácter societario que nos han permitido trabajar en el sector corporativo.

El Estado de El Salvador ha ganado y ha perdido casos de arbitraje, ¿qué opina sobre ello?

En materia de arbitraje de inversión El Salvador ha salido muy bien. Nosotros hemos tenido la oportunidad de trabajar en arbitrajes de inversión con una firma muy importante de Washington y el resultado es muy bueno. Otro arbitraje en el que hemos estado participando producto de una negociación no se llega al final, pero representamos exitosamente a El Salvador.

Desde el punto de vista del arbitraje de inversión, El Salvador ha tenido éxito; y en el caso de los arbitrajes nacionales, de los arbitrajes domésticos, nosotros hemos representado en muchos casos al Estado de El Salvador, con resultados favorables para el Estado.

una mejor y mayor capacitación a nivel de la Fiscalía General de la República (FGR), quien representa al Estado, y con quien hemos trabajado muy bien en los casos en que hemos tenido participación y yo creo que el Estado, la FGR, debe tener un proceso permanente de capacitación para mejorar su ejecución en materia arbitral.

Este año se presentó ante la Asamblea legislativa el anteproyecto para una nueva Ley de Arbitraje, ¿qué opina de cambiar la Ley de Arbitraje que tenemos actualmente?

Es necesaria y conveniente. De hecho, cuando mi sobrino, El Dr. Humberto Sáenz Marinero, era presidente del Club Español de Arbitraje, Sección de El Salvador, estábamos muy cerca de esa organización y fuimos los redactores del proyecto. Me tocó redactar el capítulo referido a las medidas cautelares. Sin duda

legal del arbitraje para poder posicionarnos como sede de arbitrajes internacionales.

Actualmente tenemos una ley muy estricta, con plazos muy cortos, con muchos vacíos y por eso, consideramos que era necesario

se encuentre el apoyo oportuno en la Asamblea Legislativa.

¿Cuáles son los nuevos proyectos de Sáenz & Asociados en este 2020?

Básicamente estamos con el reto y el desafío de consolidar nuestras operaciones, pero eso no quiere decir descuidar la

importante después de la promulgación de nueva legislación en Derecho Público; hemos lanzado nuestro departamento especializado donde nosotros consideramos que hay un campo de trabajo muy importante para atender al empresario y al Estado mismo.

¿Qué les puede decir a los abogados que están creciendo en

para que logren el éxito que tiene Sáenz & Asociados?

Lo dije hace años: es prepararse. No tengo ninguna duda. Hoy existen mejores y mayores oportunidades para los jóvenes de prepararse. En mis tiempos no existían especializaciones, maestrías, doctorados; ahora los jóvenes tienen una gran oportunidad de adquirir conocimiento en áreas especializadas del derecho. En ese sentido a la nueva generación le recomiendo que estudie, que persevere, trabajen con mucho ánimo y sobre todo trabajen con rectitud y con valores bien probados.

Transporte público y desarrollo

Ricardo Flores Chong Investigador Económico - Observatorio de políticas públicas ufg

El sistema de transporte público en El Salvador es malo, inoperante, deshumanizante y sobre todo una barrera al desarrollo. Es entonces, un imperativo su replanteamiento, recomposición y restructuración de manera que satisfaga las necesidades de la población y así contribuir al desarrollo económico y social.

Algunos de los resultados del mal sistema de transporte público son la contribución a la generación de asentamientos urbanos “marginales” en las ciudades o polos de desarrollo industrial y/o comercial, contribuye a una caída en el salario real y es inversamente proporcional a la calidad de vida de las personas. Por el contrario, un buen sistema de transporte público contribuye a la descentralización de polos urbanísticos, de servicios, del desarrollo local y a mejora en las condiciones de vida, esto según lo encontrado por Glaeser, Matthew y Jordan. (Harvard, 2008). “

Una mejora en el sistema de transporte público es ya un tema de justicia histórico y social para con la población, los impactos van desde accesibilidad a lugares de trabajo como al cumplimiento y satisfacción de los derechos de las personas, tales como el acceso a salud y educación, lo cual les dignifica “

El impacto económico de un mal sistema de transporte público es la generación de centros y periferias. La no existencia de un servicio que permita la movilización de las personas desde sus hogares hacia sus trabajos, les demanda (a las mismas personas) tener que movilizarse y asentarse, en muchos casos, a los alrededores, oen las cercanías, de sus lugares de desarrollo. Esto genera un fenómeno de urbanismo que conlleva a la no satisfacción de necesidades, y con esto poblaciones desatendidas. En El Salvador podemos observar asentamientos cercanos a zonas industriales y centros de comercio, esta es una tendencia marcada en América Latina.

Según datos del Viceministerio de Transporte en el país operan 10,359 unidades de transporte público. Los microbuses reciben un subsidio de $200 y los autobuses de $400. En 2013 existían un

total de 7,403 buses y 4,099 microbuses (FUSADES, 2015). Esto representaría $3.78 millones mensuales, siendo $45.37 millones anuales. Esta cifra no es desproporcionada cuando se identifica que el 80% de la población salvadoreña se moviliza por este medio. Sí lo es cuando contextualizamos que se pagan millones de dólares por una mala atención a casi la totalidad de la población salvadoreña, también lo es cuando se identifica que el 72% de las unidades de transporte están “a media vida”.

El desastre del transporte público invita a replantear soluciones al mismo, el actual gobierno del presidente Bukele ha hablado de un tren. En la región encontramos sistemas avanzados y de referencia como lo es el modelo panameño, claro, este costó más de $2,000 millones. Pero también encontramos otros modelos como el de Bolivia, que costó $56 millones, esto debido a que se trata de un transporte público de teleférico entre La Paz y El Alto. Esto como respuesta a sus condiciones urbanas y geográficas, sin embargo, nos invita a plantearnos alternativas innovadoras al sistema de transporte público tradicional que hoy por hoy, en El Salvador no funciona.

De Colombia se pueden aprender buenas prácticas, específicamente de Bogotá, una de las ciudades con peor sistema de movilización, no solo a nivel regional. Con la implementación de sistemas de transporte público masivos mejoraron aspectos como el tiempo en tráfico de las personas y de la movilidad del comercio, los niveles de congestionamiento y en general la calidad de vida. Según datos del Viceministerio de Transporte en el país operan 10,359 unidades de transporte público. Los microbuses reciben un subsidio de $200 y los autobuses de $400

El ahorro en el tiempo de viaje se constituye como una de las ventajas para la población, dinamiza en capacidades y optimiza los recursos que vienen a transformar y operativizar una dinámica social y económica que genera bienestar para las personas.

Una mejora en el sistema de transporte público es ya un tema de justicia histórica y social para la población. Los impactos van desde accesibilidad a lugares de trabajo como al cumplimiento y satisfacción de los derechos de las personas, tales como el acceso a salud y educación, lo cual les dignifica. Los impactos económicos son más que claros, CEPAL (2017) identifica disminuciones en los niveles de desigualdad, dinamización de economías de escala, estabilidad en los salarios reales y contribuciones a la facilidad y factibilidad de inversiones.

Se debe generar un consenso sobre la necesidad de un buen sistema humano céntrico, entre los órganos del Estado, la empresa privada y la población en general, esto resultará en una mejora a la realidad.

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