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• Evitar los jabones agresivos y preferir los Syndets (detergentes sintéticos), las barras sobreengrasadas o los aceites de ducha y aplicarlos sólo donde sea estrictamente necesario, como aquellos sitios que produzcan olor o que estén visiblemente sucios y dicha suciedad no salga sólo con el agua. • Evitar el uso de abrasivos como esponjas, gránulos o estropajos durante el baño, ya que alteran el estrato córneo e irritan la piel. • Usar toallas suaves y secar la piel con suavidad, evitando rasparla con fuerza. • Aplicar cremas humectantes, en vez de lociones, varias veces al día. En especial, usarlas inmediatamente luego del baño para mantener la humedad que se ganó con este. Y reaplicarlas a necesidad durante el día. • Usar humidificadores en los climas secos y evitar los aires acondicionados hasta donde sea posible. • Portar ropa de tejidos cómodos y suaves como el algodón o el lino y evitar la lana u otros tejidos irritantes. • Utilizar detergentes suaves, hipoalergénicos de fácil enjuague para el lavado de las prendas, y hacer
SALUD enjuagues exahustivos para evitar la permanencia de estos en la ropa. • Proteger las manos con guantes cuando tenga que hacer labores que impliquen exceso de agua o limpiadores de cualquier tipo. Pero, no usarlos por más de 50 minutos, y tener al menos, 10 minutos de descanso sin guantes entre dos usos. • Aplicar labial humectante en caso de resequedad. En general, la piel seca se debe a problemas de fácil resolución. Por lo tanto, si éstas recomendaciones no alivian su piel en un período corto, de menos de dos semanas, es mejor consultar con un dermatólogo, pues la piel reseca puede implicar condiciones más serias que requieran un diagnóstico y manejo especializado. En dicho caso, su dermatólogo le hará un examen físico y puede ordenar algunos exámenes adicionales para descartar entidades clínicamente significativas, como el hipotiroidismo o la diabetes, o condiciones de la piel como la psoriasis, las dermatitis y otras.
Dr. Carlos Eduardo Montealegre
