7 minute read
industria naval
Botadura
Avanza el proceso de renovación de la flota pesquera argentina
Advertisement
Astillero Naval Federico Contessi y Cía. S.A. concretó su botadura número 141 con la entrega del buque pesquero ”CARLOS LUIS“ celebrando así la entrega de su sexta embarcación pesquera del período comprendido entre abril de 2021 y mayo de 2022. Este pesquero costero de 21 m de eslora se sumará a la flota del puerto de Rawson.
Luego de destacar recientes botaduras que celebraron otros astilleros nacionales DOMINGO CONTESSI, en su rol de Presidente de la Federación de la Industria Naval Argentina señaló que: “La industria naval argentina está demostrando que puede hacer realidad la tan ansiada renovación de la flota pesquera, pero también debo mencionar que solamente dos astilleros entre los más de 15 que hay en el país, tienen hoy órdenes de construcción de barcos pesqueros confirmadas por los próximos años. Es decir que existe aún una enorme capacidad ociosa pese a que muchos colegas han demostrado que pueden hacer buques de buen porte y calidad. Esto nos indica que no hay que bajar la guardia y continuar con las políticas que se están aplicando”. En otro tramo de su discurso el Presidente del Astillero constructor manifestó su preocupación por la situación económica diciendo: “el proceso inflacionario y el atraso cambiario han encarecido todos los productos de fabricación nacional. Esta es una situación que nos preocupa y nos desvela, porque nos hace perder competitividad y porque jaquea justamente a los que hemos asumido compromisos de largo plazo, nos obliga a renegociar contratos y nos impide premiar de mejor forma a quienes más lo merecen en estos difíciles momentos, nuestros trabajadores. Concretamente nuestras fuentes de ingresos se han actualizado en el 2021 en un 22%, que es el porcentaje que ha variado el dólar oficial, mientras que nuestros costos se han actualizado a una tasa superior al 51%, que fue el índice de inflación, a lo cual hay que agregarle el aumento de precios internacionales del acero y otras materias primas que llegaron al al 65%”. Pese a esta realidad anticipó Contessi que, si sigue el acompañamiento, seguirán invirtiendo y generando nuevos empleos porque confían que en algún momento se comenzará a ordenar la economía nacional. Sus últimas palabras fueron para agradecer a los propietarios de la nueva embarcación, ya que es la segunda que retiran de las gradas del astillero constructor en menos de dos años. El acto de botadura se desarrolló en presencia de autori-
dades del área y locales. Se contaron entre los presentes: el Jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, ALEJANDRO SETHMAN, el Director Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, Dr. JULIAN SUAREZ, el Secretario de Pesca de la Provincia de Chubut, GABRIEL AGUILAR y el Presidente del Consorcio Regional Portuario de Mar del Plata, GABRIEL FELIZIA. Entre las autoridades civiles se destacó la presencia de la flamante Presidenta de la Cámara de la Industria Naval, CPN. FLORENCIA GARRIDO y el Presidente de la UCIP Cont. BLAS TALADRID. El “CARLOS LUIS” recibió su bautismo por parte del Obispo Diocesano, Monseñor Gabriel Mestre y la madrina Clarisa Rojas de Gonzalez estrelló la botella de champagne contra el casco del buque en el instante previo a que tocara por primera vez las aguas del mar.
Producción
Fabrican chapa naval Grado A en el país ¿Vuelve la esperanza de resurgimiento para la Industria Naval?
Por Paola Batista.
La historia de la decadencia de la industria naval argentina es diferente a otras industrias. Dos momentos bien diferenciados se pueden observar en un corto lapso de la historia que marcan lo que una buena política puede lograr para una industria y contrario sensu como la puede destruir una mala política o un mal funcionario. Martinez de Oz a la sazón ministro de economía, alentó a los astilleros a exportar beneficiándolos con una devolución del 25% más un 5% por la apertura de nuevos mercados. La iniciativa tuvo un éxito singular ya que se presentaba un nuevo escenario a los industriales que rara vez se atrevían a competir con astilleros de todo el mundo. El éxito fue contundente, al punto que los astilleros argentinos lograron posicionarse como prestigiosos jugadores internacionales. La otra cara de la moneda vino de la mano de otro ministro de economía, Jorge Wehbe, quien teniendo poca simpatía por la industria naval y a sabiendas de los contratos internacionales que tenían firmado los astilleros, no tuvo reparo en cambiarles las reglas de juego, primero bajando la tasa de reintegro del 25 al 15 y eliminando el 5% por ciento. El concepto de Wehbe era que a todos los exportadores se debía dar el mismo tratamiento y eso no era posible. Su política nefasta determinó finalmente que los buques debían pagar un 10 por ciento de derechos de exportación. Como es fácil entender, dicha política mandó a la quiebra a los astilleros, algunos, por cumplir con sus compromisos ante armadores del exterior hipotecaron su futuro. Las empresas quebraron o quedaron muy comprometidas en su economía. Fue un asesinato de la industria. Durante el gobierno de Néstor Kirchner hubo una luz de esperanza para el sector a partir del decreto 1010 que comenzó con la euforia de la espuma de la cerveza y de la misma forma languideció y desapareció. Otra lucecita al final del túnel se vislumbró a partir de la inauguración de la planta Laminados Industriales en Villa Constitución durante el gobierno de Cristina Fernández y para algunos volvería a tomar impulso de la mano de Alberto Fernández con su visión de país industrialista. Claro está que el umbral de esperanza en el sector se enciende solo con una chispa. En esta oportunidad el méri-
to de esta realidad ni siquiera es atribuible a la política, sino gracias a la decisión empresaria de Antonio Beltrame, dueño de la empresa italiana Beltrame Group, principal accionista de Laminados Industriales S.A quien está dándole al sector un insumo esencial que facilitaría el resurgimiento para la industria naval argentina a partir de la certificación de chapa naval grado A que es la que utiliza la industria. Silvia Martínez, presidente de la Cámara de la Industria Naval Argentina -CINA- cuenta que una mañana de pandemia conversando vía zoom con Beltrame, surgió la idea sobre la importancia que tendría para Argentina contar con la certificación de una chapa naval Grado A. Quienes tenemos el gusto de conocer a Silvia, sabemos que su incansable empuje por recuperar al sector ha tenido un rol decisorio, pero también sabemos que es un mérito que jamás se atribuirá. Martínez reboza de emoción, sin embargo sabe que esta historia contará con un final feliz, si y sólo si, se logra recuperar a la marina mercante. Sería como abrir talleres mecánicos y no tener automóviles. Es por ello que durante su discurso el pasado 31 de mayo en las instalaciones de la fábrica de Laminados Industriales, Martínez manifestó confiar en las políticas del Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas “quien ha reparado en la creación de una mesa sectorial para la industria naval, anunciando líneas de financiamiento para la construcción de embarcaciones. Pero falta un paso más: recuperar la participación de la bandera argentina en la red troncal, dado que hoy solo tenemos el 2% en relación a los demás países del Mercosur”. Los números acompañan favorablemente a este desesperado pedido que el sector viene reclamando y que ya lleva demasiados años para que la política continúe haciendo caso omiso sin una intencionalidad: 4.400 buques extranjeros transportan la cosecha que produce el país mientras el sector minero anunció la posibilidad de triplicar las exportaciones. Millones de dólares vía recaudación impositiva pierde el Estado por su inacción. Sumado a estos hechos y a diferencia de otros rubros que para lograr la competitividad internacional o inclusive en el propio mercado interno requieren de grandes inversiones por lograrlo, la industria mercante solo necesita solucionar las asimetrías impositivas como lo establece la Ley Nº 24.385 de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraná - Paraguay y los barcos vuelven a operar en la bandera argentina. José Beni, interventor del Puerto de Buenos declaró el pasado mes de abril “el Estado sabe hacer las cosas cuando quiere y puede hacerlas cuando hay voluntad”. La chapa está, la mercadería está, los talleres están, los trabajadores están… ¿Estará en la voluntad del gobierno solucionar las asimetrías impositivas que impiden la recuperación de la marina mercante.