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El comercio exterior de cara al segundo trimestre
Mg. Yanina S. LOJO
@mg.yaninaslojo www.consultoralojo.com
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Mientras las reservas del Banco Central no dejan de ceder, las importaciones siguen complicadas y afectan a las exportaciones. Anuncios sectoriales, desdoblamientos y una sequía que pone todo en jaque.
Desde octubre que se estableció el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) los importadores han visto como el comercio exterior ha desbloqueado un nuevo nivel de intervención que más allá de afectar a los consumidores y a la industria nacional, ya tienen consecuencias sobre las exportaciones de nuestro país. El nivel de reservas netas internacionales es cada vez menor, y la situación financiera internacional hace prever tiempos difíciles.
Las reservas no dejan de bajar
Durante el mes de marzo el Banco Central vendió grandes volúmenes en el Mercado Único y Libre de Cambios, de manera tal que acumula un saldo negativo entorno a los USD 1.600 millones, cerrando el primer trimestre de 2023 con un rojo superior a los USD 2.600 millones (1) El ministerio de Economía decidió intervenir en los dólares financieros a través de los bonos AL30 y GD30 para tratar de contener la brecha, luego de que se conociera el número de la inflación de febrero y con la intención de contener la inercia inflacionaria. La desconfianza en los inversores sobre la posibilidad de cumplir las metas pautadas con el Fondo Monetario Internacional empieza a crecer, en especial cuando se conoció la noticia de que se había realizado un nuevo giro al Tesoro por unos $130.000 millones.
L as dudas sobre a cuánto podría valer la divisa extranjera en el futuro empiezan a crecer. Aquellas empresas que buscan tomar mecanismos de cobertura y quieren recurrir al dólar futuro se encuentran con la dificultad de que no hay muchos vendedores dispuestos. Cada vez es más difícil conseguir agentes dispuestos a hacer operaciones cuando los futuros para junio rondan los $265 y para diciembre $424.
Nos quedamos sin viento de cola
Cuando se conocieron los números del INDEC, febrero mostró una leve mejoría con respecto al superávit comercial pero el bimestre cerró con saldo negativo. Y esta situación probablemente se acentúe en el segundo trimestre. La sequía cada vez golpea más fuerte, y se estiman pérdidas cercanas a los USD 20 mil millones, lo cual representa casi 3 puntos del PBI. Según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, se espera que las pérdidas para el sector agropecuario sean entorno a los USD 14.400 millones, mientras que cuando se tienen en cuenta las
operaciones vinculadas, el número queda en los USD 19.000 millones. La misma entidad estima que el ingreso en la recaudación impositiva se vea afectado por un monto cercano a los USD 6.056 millones. El INDEC mostró que hubo una fuerte contracción en el valor de los bienes exportados, y esto probablemente se acentúe. ¿Por qué?
Más allá de que a medida que el dólar se vuelve cada vez más fuerte, los precios de las commodities caen, la crisis financiera internacional va a traer consecuencias. Ante una situación de incertidumbre, los inversores se volcarán a los activos más seguros
No hay que pasar por alto un dato alarmante que brindó la Organización Mundial del Comercio (OMC), quien confirmó que en 2023 se observará una contracción de las compras en Latinoamérica, uno de los principales destinos de las exportaciones de nuestro país.
La situación en el primer trimestre era esperable en parte por cuestiones estacionales y, por otra parte, por la implementación del dólar soja en diciembre ya que muchos exportadores adelantaron sus ventas para aprovechar el tipo de cambio diferenciado. Pero en el segundo trimestre se verá claramente el impacto de la sequía. Y el efecto en las reservas se sentirá y mucho. Ya no se podrá remediar la situación brindando tipos de cambio diferenciados por sectores. ¿Por qué? Porque estos traen consigo un costo en términos de emisión monetaria, que si no es absorbida rápidamente se traslada a la inflación y al tipo de cambio.
Y el problema de fondo sigue estando ahí: el tipo de cambio no es competitivo Muchos se preguntarán por qué no se fomenta la baja de retenciones. La respuesta está en el costo de la decisión. En el caso de un desdoblamiento, el costo de la emisión es más fácil de disimular que el costo en la caída de las recaudaciones. Tengamos en cuenta que reducir las retenciones implicaría una disminución en lo inmediato en los ingresos del fisco. Además, es muy difícil bajar los derechos de exportación para un sector sin que el resto del complejo exportador no pida lo mismo.
Las importaciones golpean a las exportaciones
El impacto en las exportaciones agropecuarias es algo de lo que todos vienen hablando hace meses. Pero poco se habla de las dificultades que poseen las empresas industriales para acceder a los insumos importados lo cual se traduce en problemas para producir, y al mismo tiempo, limitando sus posibilidades para vender al exterior. Esta situación abarca principalmente a PyMES, de un abanico amplio de sectores, desde el sector tecnológico hasta textiles. Aunque se implementaron mecanismos para facilitar el acceso a los dólares en el caso de las empresas productoras, la realidad es que los instrumentos no son fáciles de aplicar, requieren coordinar los cobros de las prefinanciaciones y las financiaciones con el pago de las importaciones.
Mayores son las complicaciones para aquellas firmas que deseen ampliar o mejorar su capacidad instalada porque el sistema actual, hace prácticamente imposible la compra de maquinarias o bienes de capital. Si bien la normativa permite el pago de un 80% vista del bien, en el caso de este tipo de equipos no es una opción.
El financiamiento cada vez más difícil de conseguir
Independientemente que obtener financiamiento local, es una epopeya para cualquier empresa pequeña o mediana, la crisis financiera genera mayores dificultades a la hora de buscar opciones para poder financiar las operaciones. En un contexto de tanta inestabilidad ¿Habrá proveedores dispuestos a enviar mercadería a una pequeña organización en argentina sin contar con el pago?
El acuerdo de repo que el gobierno viene anunciando desde principio de año con entidades financieras internacionales no se termina de confirmar. Tampoco el de financiamiento de las operaciones con Brasil a través del Sistema de Pago en Moneda Local. La modificación de metas de acumulación de reservas con el FMI lejos estaría del objetivo que poseía Hacienda de modificar las metas anuales.
Viendo la situación en su conjunto, pensando en la caída de reservas, en la dificultad tanto para el país como para las empresas de acceder a nuevas fuentes de financiamiento, sumado a las previsiones del dólar para lo que resta del año el escenario se torna muy oscuro Supongamos que una empresa hoy obtiene la aprobación de su SIRA con un plazo de pago 90 días de fecha de nacionalización, y en el momento que le aprueban la misma coloca la orden de compra. Pensando que el proceso productivo demora al menos 30 días -bastante corto-, más la logística internacional, con suerte, podría nacionalizar en junio/julio. De ahí, podría pagar recién a 90 días, aproximadamente en el mes de septiembre u octubre. Viendo las dificultades que presentan las reservas, considerando que debería pagar luego de las PASO (elecciones Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias): ¿Qué garantías tiene la firma de poder honrar la obligación contraída con el proveedor internacional? Ni hablemos de la dificultad que tiene a la hora de ponerle un precio a un bien que recibirá en el segundo semestre, pero debería pagar más allá de septiembre sin saber cuál será el valor del dólar oficial en ese momento.
¿Qué podemos esperar en los próximos 3
meses?
La situación no tiene miras de mejorar. Inicialmente bien podría haberse pensado que a medida que nos acercáramos a las elecciones quizás el cepo a las importaciones podía ceder. Pero la situación de las reservas y la escasez de dólares hacen pensar que cada vez serán menos las empresas que puedan acceder al mercado oficial para pagar las compras al exterior. Y la realidad es que ingresar al mercado financiero no es fácil ni accesible para las PyMES. Una pequeña empresa que quisiera ingresar al dólar bolsa y de esa manera, solicitar una SIRA con dólares propios tiene que esperar al menos 90 días de la última vez que ingresó al MULC y luego dejar pasar otros 90 días para poder pagar, porque es necesario ingresar al mercado oficial para convertir esos dólares billetes en dólares divisas. Más difícil es la posibilidad de pensar en hacer una operación en el marco del Contado con Liquidación, puesto que para ello se necesita tener una cuenta en el exterior, algo no tan fácil para un emprendedor o una firma familiar pequeña del interior del país. Se vienen meses difíciles, donde el comercio exterior seguirá sufriendo y la economía se verá cada vez más complicada.
(1) Con datos estimados al 29.03.2023