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industria naval
Opinión
Vamos perdiendo la batalla naval Raúl E. PODETTI Ingeniero naval, director de la COLECCION AZUL www.industrianaval.com.ar
Acompañando al “mar de fondo”, fue en el 2014 cuando se inició la batalla que se libra hoy frente a nuestras costas, casi sin resistencia nacional. Confirmando aquello de que los argentinos vivimos de espaldas al mar, el enemigo aprovechó ese flanco descuidado para lanzar una invasión total. Y para asegurarse el éxito, en un alarde de fina estrategia militar, el invasor se infiltró en las filas nacionales que debían custodiar este frente marítimo, comprando voluntades en la Armada, la Prefectura y el INIDEP (Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero). Mediante esta genialidad, propia del almirante Nelson, los argen-
tinos fuimos atacados por los mismos funcionarios civiles y militares que, supuestamente, debían defendernos. Pero sería injusto menospreciar el invalorable apoyo de traicioneros líderes empresariales y sindicales nacionales que también hicieron (y hacen) su interesado aporte destructivo. En sólo una década, la armada invasora sumó varias embarcaciones importadas: ya llegaron los primeros patrulleros oceánicos y fluviales y barcos de investigación, y están en camino otros del mismo tipo, más un buque polar y una poderosa flota de submarinos. Esa macabra planificación militar naval detectó que había un recurso de la flota nacional que no iba a ser fácil de doblegar. Se tomó entonces la decisión de implosionarlo con una “anomalía hidroacústica submarina”, fruto del recambio de baterías y sensores mortalmente inadecuados que generaron ganancias económicas extras al enemigo y sus secuaces nacionales. Además de no importarles las muertes de sus compatriotas, estos argentinos traidores intentan destruir
Desafío Exportar | Noviembre 2023
un sector estratégico del país, el de la industria naval, quitándole hasta la mínima posibilidad de competir por la construcción de estos barcos. Es difícil imaginar lo que sienten los corruptos empresarios, sindicalistas y funcionarios civiles y militares ante la muerte, el desempleo y la pobreza que ellos multiplican, mientras engrosan sus bolsillos. En apenas una década, el enemigo conquistó las direcciones de compras navales de ARA, PNA e INIDEP, obteniendo resultados sorprendentes: • 19 buques importados para la flota invasora. • 5 poderosas naciones beneficiadas. • 5.250 millones de dólares de fraudes en compras corruptas, muchas innecesarias. • 525 millones (10%, mínimo) de comisiones ilegales. • miles de empleos calificados perdidos.