¡NUEVO DISEÑO! Caracas, 14 de diciembre de 2016
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Oro sin brillo ace dos semanas, el Gobierno nacional anunció jubiloso que la Organización de Países Exportadores de Petróleo llegó a un acuerdo para recortar la elaboración de crudo 1,2 millones de barriles diarios a partir de enero. El efecto rápidamente se hizo sentir. Los mercados no esperaban que saliera humo blanco de las oficinas de Viena; al menos no tan rápido. Resultado: subió el precio del oro negro. Al parecer en esta ocasión hay mucho mayor compromiso que en intentos abortados previos para estabilizar el mercado. Además, otros grandes productores que no son miembros de la OPEP, como Rusia, han mostrado interés en participar. Pero es poco probable que este incremento satisfaga las expectativas del chavismo, que ni siquiera son las de volver a los precios por encima de 100 dólares por barril. Además, la producción decadente de Pdvsa pone en entredicho que los ingresos aumenten significativamente.
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El aumento en el precio del petróleo no traerá mejoras sustanciales para la economía si no va acompañado de reformas estructurales en el modelo productivo vigente
Difícil volver a 2005 Desde que el petróleo comenzó su desplome en 2014 el Gobierno venezolano ha hecho grandes esfuerzos por persuadir a los demás productores que es necesario llegar a un acuerdo para al menos estabilizar el mercado. Hubo varias aproximaciones, pero el tan esperado pacto no terminaba de concretarse por los temores de algunas naciones a perder su cuota de mercado. Esta vez parece haber un consenso mucho mayor entre las partes, pero el éxito del acuerdo no está garantizado todavía. Dependerá en parte de las tensiones políticas en Cont. en la pág. 2
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el Medio Oriente, y sobre todo entre Arabia Saudita e Irán, que mantienen una amarga enemistad por la influencia política y religiosa en Asia suroccidental. La primera es la mayor productora dentro de la OPEP, y el segundo se lleva la medalla de plata o de bronce en el mismo podio. Cualquier acuerdo en el seno de la organización que no sea seguido cabalmente por cualquiera de los dos está destinado al fracaso. De hecho, varios de los intentos anteriores no se hicieron realidad por este pleito. Aunque la OPEP es un jugador clave en el mercado, ya no es el único influyente. Por eso que su propia decisión se traduzca en un aumento sustancial dependerá de que los demás productores se plieguen, al menos en parte. Por ahora hay razones para ser optimistas. Rusia se ha comprometido a quitar de su oferta unos 300 mil barriles diarios durante la primera mitad del próximo año. Además, México, Brunei, Malasia, Kazajistán, Omán y Sudán del Sur contribuirán con un recorte total de 280 mil barriles diarios. De todas formas, la mayoría de los economistas considera que el incremento del precio será moderado y que muy difícilmente estará por encima de los 60 dólares por barril. Esto está por debajo de los deseos del Gobierno, cuyas expectativas han variado según diferentes declaraciones del presidente Nicolás Maduro. Este, en ocasiones, ha asomado que el precio debería estar entre los 70 y 80 dólares, reconociendo que no volverían los más de 100 dólares a los que se llegó a mediados de la década pasada.
¿Cuánto hay pa' eso? El ministro de Comercio Exterior e Inversión Internacional dijo en una entrevista en Televen el 4 de diciembre que "en 2017 Venezuela tendrá ingresos que se calculan entre 8 y 9 mil millones de dólares adicionales por concepto de divisas a partir del nuevo acuerdo alcanzado en la OPEP". Pera el economista Alejandro Grisanti esta cifra es "sumamente alta". Sin embargo, durante una entrevista para el Circuito Éxitos la semana pasada, recordó que hasta entonces el crudo solo había subido entre seis y siete dólares. "Por cada dólar adicional, en promedio al año Venezuela recibe 580 millones de dólares. Con seis dólares adicionales estaríamos hablando de menos de 3.500 millones de dólares adicionales", dijo. Pero existe un problema que trasciende el contexto internacional y cuánto puedan subir los precios: la producción alicaída de Pdvsa. Se estima que este año la empresa estatal dejó de elaborar en promedio 250 mil barriles diarios. Elías Matta, diputado a la Asamblea Nacional y vicepresidente de la Comisión de Energía y Petróleo, señaló al Ejecutivo de mentir al afirmar que la elaboración petrolera es de 2,3 millones de barriles diarios, cuando en realidad es de 2,067 millones. "Si la cifra verdadera es esa, con el acuerdo de la OPEP el recorte es de 95 mil barriles diarios", dijo.
Grisanti: Por cada dólar adicional en el precio del petróleo, en promedio al año Venezuela recibe 580 millones de dólares
Presupuesto dudoso A lo largo de 2016 el precio promedio del barril de petróleo venezolano ha sido de alrededor de 33 dólares. Casi todo el tiempo estuvo por debajo de los 40 dólares usados para calcular el presupuesto del año que va a terminar. En 2017, si se mantiene la tendencia reportada hasta ahora por el acuerdo petrolero, debería ocurrir lo contrario. En el presupuesto, aprobado por el Tribunal Supremo de Justicia en lugar de la Asamblea Nacional (lo que algunos interpretan como un autogolpe), el barril de petróleo fue estimado en 30 dólares por barril. El monto total para el ejercicio fiscal asciende a Bs 8.479.301 millones. Según el presidente Nicolás Maduro, 83% del presupuesto será financiado con los impuestos internos, en tanto que 17% será pagado con los ingresos petroleros. Es decir, el Gobierno requerirá un ingreso petrolero que le permita gastar Bs 149.481,17 millones. Pero las autoridades no han explicado cómo un Estado dependiente desde hace generaciones de la renta petrolera va a cubrir más de tres quintas partes de su desembolso con gravámenes a la población. Por lo tanto, la contribución petrolera real pudiera ser mucho más alta. Además cabe recordar que desde hace varios años el gasto público total es mucho mayor al esbozado en el presupuesto. >> Cont. en la pág. 3
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¿Antídoto al paralelo? Para que el odiado indicador de Dólar Today baje es necesario que se desmonte el control de cambio y se permita el libre cambio monetario o, en su defecto, se satisfaga una parte sustancial de la demanda de divisas del sector privado por los canales legales. Como lo contrario ha ocurrido a lo largo de 2016 y la oferta más bien se ha contraído, el paralelo tuvo un aumento brusco. En los ya casi 18 años que el chavismo ha gobernado Venezuela, el volumen de las exportaciones no petroleras ha pasado de entre 40% y 30% del ingreso en dólares del país, a menos de 10%. Por eso, Pdvsa es actualmente la única capaz de alimentar el mercado autorizado con suficiente moneda extranjera. En ese sentido, cualquier perspectiva de un incremento en la renta petrolera es una buena noticia. Pero esos "churupitos" verdes rara vez pasan a manos del empresario que las necesita. "En este sistema, esta cañería que tiene el Gobierno, esos dólares no llegan al sector privado. Pareciera que hubiera unos enchufados, unos 'chupadólares' que están alrededor de esta tubería que debería repartir dólares al sector privado. Por consiguiente, no se convierten en nueva inversión y en nuevo producto", dijo Grisanti en la entrevista a Éxitos. Roberto Deniz, periodista especializado en economía, declaró también esta semana al Circuito Éxitos que ha habido una caída severa en las importaciones del sector privado. "El Gobierno no ha dado cifras de liquidación de divisas, pero yo manejo unas extraoficiales: el Cencoex (Centro Nacional de Comercio Exterior) solo ha entregado 803 millones de dólares entre enero y noviembre de este año, a un total de 203 empresas. Solo por hacer memoria, recordemos que la data de Cadivi, de 2004 a 2012, tenía un listado de casi 10.500 empresas", detalló. Bajo el nuevo sistema cambiario adoptado en marzo de este año, la enorme mayoría de los dólares son destinados al sistema de Divisas Protegidas (Dipro), en el que cada uno se vende a Bs 10. Pero solamente las empresas de los sectores de alimentos y medicamentos tienen acceso a esta modalidad. El resto tiene que resignarse a probar suerte con el sistema de Divisas Complementarias (Dicom, actualmente en Bs 670/$), que despacha mucho menos. La flexibilización del mercado cambiario para que los privados puedan usar los dólares que requieren tiene enemigos poderosos, ni hablar del levantamiento de la regulación. Cada vez que se ha hace un intento por materializar este tipo de reformas, sus oponentes han intervenido para bloquearlas. Por un lado están los grupos de poder en torno a los encargados de las importaciones con dólares a Bs 10. El manejo poco transparente de estos recursos ha provocado denuncias de corrupción incluso entre parte de la base chavista. El Cencoex no informa sobre cuántos dólares aprueba, ni a quiénes. Por el otro se encuentran los asesores económicos más dogmáticos del Presidente, marxistas ortodoxos hostiles al empresariado privado. Está también el temor al costo político que pudiera significar permitir mayores importaciones mediante el Dicom, lo que implicaría un aumento de precios autorizado por el Estado. "El Gobierno tiene que entender que es necesario reducir las brechas entre los tipos de cambio. Si siguen con la idea de que el control de cambio es necesario por ra-
Según la propia Pdvsa, su producción es de 2,3 millones de barriles diarios. Pero en la Asamblea Nacional dicen que realmente es 2,067 millones
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4 DESCIFRADO >> Viene de la pág. 3 zones políticas, tienen que buscar medidas que suavicen la regulación. Se ha vuelto una locura colectiva que estamos sufriendo todos los venezolanos", concluyó Grisanti. Por ahora, las señales de que ese es el camino escogido son tan escasas como los bienes de primera necesidad en anaqueles.
Corralito político Se ha dicho que la popularidad de los presidentes en Venezuela es directamente proporcional al precio del petróleo. Un examen no muy acucioso de la cronología de estos índices permite ver que aquella afirmación es exagerada, ya que sus tendencias no siempre coinciden. Para muestra un botón: la aprobación a la gestión de Maduro comenzó a caer casi al instante de su elección en 2013, mucho antes de que el crudo comenzara a desplomarse. Lo que sí es cierto es que, desde mucho antes del chavismo, sucesivos gobiernos venezolanos se han aprovechado de las bonanzas petroleras para crear sensaciones de abundancia que no duran más allá del boom, mediante un gasto público desbordado y endeudamiento excesivo. Pasó durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez en los setenta. Hugo Chávez, a pesar de que se comprometió a curar el país de las taras de la "cuarta", repitió la experiencia, pero elevada al cubo. Dada la magnitud de la crisis, es poco probable que Maduro pueda aumentar exponencialmente su popularidad por esta nueva escalada del barril criollo. Pero no todo está perdido para el mandatario en este sentido. La última encuesta de Venebarómetro, realizada durante noviembre, halló que la evaluación positiva de Maduro subió por primera vez desde finales del año pasado. Pasó del 22,10% que tenía en septiembre a 27,30%. En cambio, el juicio negativo cayó de 76,4% a 72,2%. Estos resultados pudieran atribuirse a la frustración con la dirigencia opositora como producto de los resultados del diálogo, que decepcionaron a 49,9% de los consultados. Aunque el rechazo al Presidente sigue siendo abrumador, no deja de ser notable que a pesar del recrudecimiento de la crisis haya tenido un ligero avance. Si Maduro lograra mantener esta tendencia o al menos estabilizarse en torno a esos niveles de popularidad, y luego la recuperación de los precios del petróleo sobrepasa las expectativas, sí pudiera verse considerablemente beneficiado ante la opinión pública. Pero para que esto ocurra, el alza en la renta tendría que ser tal como para revertir de inmediato la reducción drástica en las importaciones masivas de bienes de primera necesidad. Sería una solución netamente coyuntural, ya que el aparato productivo seguiría exhausto, pero el chavismo ha demostrado sentirse cómodo en el pasado con este sistema. No obstante, el descontento con Maduro pudiera ser tal que no le permita ni así recuperarse sustancialmente de cara al electorado. La misma investigación de Venebarómetro estima que 61,4% de la población considera que el Gobierno se ha vuelto una dictadura, frente a solo 34,2% que lo califica como democrático. Además, 45,5% de los venezolanos come solo dos veces al día. Autoritarismo y pobreza son muy mala junta. Todavía está por verse cuánto más puede subir el precio del crudo, o si por el contrario la tendencia de las últimas semanas fue solo un espejismo de alza a largo plazo. El hecho es que Venezuela sigue siendo profundamente dependiente del oro negro y la presente situación hace pensar en un verso de la canción homónima de Gualberto Ibarreto sobre el hidrocarburo: "Puede hacernos ricos, puede hacernos mal, solo el tiempo nos lo dirá". Seguiremos informando…
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