Carta semanal 25 de junio 2014 (1)

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Caracas, 25 de junio de 2014

A ponerse las alpargatas...

nce años de controles de precios no han servido para ponerle coto a la inflación. Por el contrario, su prolongación en el tiempo ha causado distorsiones con resultados adversos. Los precios de los bienes y servicios escalaron 56,2% en 2013, comportamiento en el que también incidió la escasez de divisas oficiales y un mercado paralelo cuya brecha con la tasa Cadivi (6,30 bolívares por dólar) superó el 1.000%.

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Ni la salida de Giordani del Gabinete ni que se mantenga el riesgo país estable implicará un cambio de rumbo de la economía. La sociedad debe prepararse para una mayor aceleración en los precios de bienes y servicios

La llamada ofensiva económica iniciada por el gobierno de Nicolás Maduro en noviembre pasado para contrarrestar la inflación de octubre de 5,1% y con lo cual la acumulada se ubicaba en 45,8%, no tuvo el resultado esperado por cuanto la medida de bajar los precios se centró básicamente en electrodomésticos y textiles, grupos que no tienen mayor peso en la ponderación del Índice Nacional de Precios Cont. en la pág. 2


2 DESCIFRADO >> Viene de la pág. 1 al Consumidor. Ya en 2014, la situación parece habérsele escapado al Gobierno de las manos y no porque desconozca lo que debe hacer, sino porque sabiendo las medidas que debe poner en marcha, ello supone un costo político que se traduce en una caída de la popularidad del Presidente y de su gestión. Una inflación acumulada de 23% para los primeros cinco meses del año, una cifra anualizada de 60,9% y una escasez que supera en promedio el 30%, siendo el faltante de algunos rubros básicos en anaqueles de más de 90%, no le da mucho margen al Ejecutivo para actuar en consecuencia. El tiempo juega en contra. Desde finales del mes de abril se han realizado ajustes de precios en algunos rubros alimenticios y se han fijado los "precios justos" a calzados, textiles, electrodomésticos y vehículos. Sin embargo, la mayoría de estos escasean en el mejor de los casos. La compra del mercado ya no se hace mensual o quincenal por la dificultad en encontrar todos los productos en un solo sitio y la búsqueda es casi diaria.

Por el ascensor La velocidad con la que se están ajustando precios es el mejor indicador de hacia dónde va la inflación si el Gobierno no toma cartas en el asunto. La tesis de que Venezuela se encamina hacia un proceso hiperinflacionario es defendida por Alexander Guerrero, economista y profesor universitario. Guerrero sostiene que hay una discusión generalizada sobre la cantidad de ceros que deben acompañar una hiperinflación, pero el economista señala que no necesariamente se define por los ceros, sino por la velocidad de la destrucción del poder de compra de la moneda, "puede haber hiperinflación de dos dígitos altos o de tres", señala. Recuerda Guerrero que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario, que se produce por un exceso de dinero a través de

Hiperinflaciones ejemplarizantes hillip Cagan señaló en 1956 que una hiperinflación ocurre cuando el indicador mensual de inflación registra valores por encima de 50%, por lo que los precios de bienes y servicios suben de forma muy rápida y generalizada. Sin embargo, el International Accounting Standards Board (IASB) da otra definición: "una tasa de inflación acumulada en tres años próxima al 100% (26% por año compuesto)". En Latinoamérica varios países sufrieron episodios de hiperinflación. La tasa media de inflación anual durante el período 1972-1987 fue de 166% para Brasil, 257% para Argentina, 602% para Bolivia, 802% para Chile, 3.710% para México y 2.789% para Perú. En estos casos la hiperinflación se debió a gobiernos populistas que pretendían satisfacer las demandas sociales con aumentos sostenidos de los salarios, los cuales eran financiados con impresión de papel inorgánico, la incapacidad de mantener una sólida base de reservas internacionales y un aparato productivo atrofiado. El caso de Bolivia representó en su momento la inflación más alta de la historia latinoamericana y la séptima más grande del siglo XX. Se debió a tres grandes causas: el alza de los intereses de la deuda a principios de los años 80, la caída del precio de las materias primas y la inestabilidad política. El caso más extremo de hiperinflación registrado en siglo XX fue el de Hungría en 1946. En su momento más álgido la tasa de inflación diaria era de 207%, con "precios que se duplicaban cada 15 horas", según un estudio de la Universidad Johns Hopkins, elaborado por los economistas Steve Hanke y Nicholas Krus.

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la emisión de dinero para financiar el déficit fiscal del gobierno. El Banco Central de Venezuela recibe la instrucción del gobierno porque este no cuenta con los recursos suficientes. "Esto es lo que se llama el impuesto inflacionario porque el dinero lo recibe el fisco", señala el economista. De acuerdo con las proyecciones de Guerrero, este año cerrará con una inflación de 120%, en la que los precios de los alimentos crecen por encima del resto de todos los bienes. Este último indicador podría llegar a entre 105% y 110%. La razón que explica la mayor alza en los alimentos es el problema de la escasez que lo acompaña, acota Guerrero y coincide Luis Vicente León, presidente de Datanálisis. León, por el contrario, no cree que Venezuela transite el camino de la hiperinflación. "Los procesos son severos, la gente pierde la referencia de precios de un día para otro; son realmente explosivos, lo cual es distinto a una economía de alta inflación como la que vivimos". En una hiperinflación se pierde el patrón de los precios, dice, para luego asegurar que es una enfermedad erradicada en el mundo. "Una inflación de 60% es llamativa, pero una hiperinflación no está planteada en una economía petrolera, aunque sí un escenario de alta inflación", señala León. Henkel García, director de Econométrica, tampoco cree posible el escenario de una hiperinflación. "Lo que sí tenemos es una inflación alta y persistente". A mayo, la inflación anualizada se ubicó en 60,9%, de la cual 30,9 puntos porcentuales los aporta el grupo Alimentos y bebidas no alcohólicas, que es el que tiene mayor peso en la medición del índice. El 75% de la inflación lo aportan Alimentos y bebidas no alcohólicas, Bebidas alcohólicas y tabaco, Restaurantes y alcohólicas y Transporte, indica García.

Ajustes constantes La percepción de cualquier consumidor es que

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los ajustes de precios en rubros no sometidos a regulación, es mensual o quincenal y los incrementos son de una escala importante. En algunas zonas de Caracas se observa con mayor prominencia los aumentos. Alimentos y bebidas en general es el rubro más fácil de ajustar, aclara García, porque se trata de bienes necesarios que se van a comprar y porque sus costos son más elevados que el de otras agrupaciones. Es el grupo de mayor demanda, dice el director de Econométrica. Por esta razón, señala que el grupo de Alimentos seguirá impulsando la inflación, que de acuerdo a sus cálculos, cerrará 2014 cerca de 80%. Hay una mezcla de factores que inciden para que Alimentos tenga la variación más alta dentro de las categorías medidas por el BCV. "La escasez es usualmente el elemento más explosivo de la inflación; si no hay oferta (no hay producción ni importaciones), la presión en los precios es brutal", afirma León. Recuerda el socio de Datanálisis que hay rubros en la economía que han permanecido con precios congelados por mucho tiempo. "La economía es rebelde, busca todas las salidas para ajustar precios, y ejemplo de ello es que en el mercado informal el alza está entre 50 y 100%". Sin embargo, en el comercio organizado, el formal, los precios parecen ir por el ascensor mientras los sueldos van por las escaleras. En el caso de las panaderías, se añade la escasez de trigo. "Como la harina no se consigue el distribuidor abusa y exige un precio adicional por el saco", dice León y para no parar la producción de pan, las panaderías acceden, pero el costo adicional lo cargan al precio final de otros productos que no están bajo regulación. El comercio tiene costos incrementales de manera permanente, entre ellos, los laborables, destaca León. Hay precios que están regulados por debajo de sus costos. "Y los comercios no son el Gobierno que puede subsidiar negocios", reconoce Mauricio Tancredi, presidente de

Consecomercio. Esta situación es consecuencia del modelo económico, de la manera en que se han planteado las políticas públicas, dice el dirigente empresarial. "Es un modelo centralista de producción con alarmantes niveles de inflación y escasez". Las contradicciones se hacen cada vez más evidentes. Mientras algunos rubros de higiene personal y limpieza permanecen con precios congelados desde hace 31 meses, y son los que más escasean en los canales formales, en los informales se consiguen a precios no regulados. "No estamos creciendo. Estamos sobreviviendo", manifestó Tancredi, quien indica que en el primer trimestre de 2014, 83% de los comerciantes consultados dijo que no realizó inversiones porque no hay confianza. Los ingresos de las ventas se destinan a pagar nómina y más de 28% de los encuestados, señaló que no puede seguir costeando la totalidad del personal. "Las leyes están contra la actividad privada", afirma el presidente de Consecomercio.

El drama Las razones que explican el punto de quiebre en el que se encuentra la economía son el control de precios y la sobrevaluación cambiaria. El Gobierno reconoce el problema, pero no toma las medidas para corregirlo. "Si no devalúas y tienes exceso de demanda de divisas, Pdvsa se queda sin bolívares en una economía de alta inflación y sus ingresos no están aumentando, no tiene como financiar el hueco fiscal", señala León. "El drama que vivimos es porque Pdvsa no tiene divisas y los ingresos no alcanzan para pagar los gastos; 90.000 millones de dólares es la deuda que mantiene la estatal petrolera con el BCV. Esto equivale a un déficit fiscal monetizado de 27%-29% del PIB", indica Guerrero. Para el profesor universitario no hay señales de que el Gobierno vaya a aplicar un paquete de medidas. PUBLICIDAD

DESCIFRADO 3

León observa poco probable que el Ejecutivo las tome todas, pero destaca que una política integral debe incluir una devaluación y la negociación de ajustes de precios en rubros básicos, lo que podría potenciar la inflación, pero se reduce el faltante en los anaqueles. En el ínterin pareciera que la estela que dejó la carta de despedida de Jorge Giordani y en la cual pone al descubierto las debilidades del Gobierno, entre ellos, la corrupción, podría entretener a las autoridades en temas políticos descuidando los económicos, quizá confiados en la suerte y en el repunte de los precios petroleros por la crisis de Irak. Pero el sector privado no puede dejar a la suerte sus negocios. Si ninguno de los gremios empresariales tiene incidencia en el diseño de políticas públicas, es aconsejable que los empresarios tomen sus propias decisiones para resguardarse de lo que vendrá. En otros países estos procesos acelerados de inflación y controles han sido devastadores para las empresas, muchas de las cuales se han quedado en el camino. Los gobiernos tienden a ser cada vez más populistas, mientras a las empresas se les incrementan exponencialmente los pasivos laborales. En este caso, las compañías intensivas en recursos humanos, deben -si no lo han hecho ya- prepararse para mantenerse en el tiempo. No se trata de un tema electoral, sino de una realidad de país. El gobierno no cambiará el modelo y sus consecuencias pueden convertirse en un efecto boomerang para el sector privado. La salida de Giordani no representa un cambio de rumbo en la economía y que el riesgo país se mantenga por la disposición del Gobierno a pagar sus deudas externas, no significa que esté dispuesto a cancelar los compromisos que mantiene con las empresas que operan en el país. Ya ha dado muestras de ello, con el default selectivo, como lo llaman los economistas. ¿Está Ud preparándose para esto?


4 DESCIFRADO

RAÍZ

CUADRADA

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Análisis y parálisis

Desde abril de 2013 el Gobierno ha mantenido un acercamiento con fabricantes internacionales de impresoras de billetes y monedas, sin que hasta la fecha se haya tomado una decisión para imprimir billetes y monedas de mayor denominación a los que circulan en estos momentos. La devaluación de febrero de 2013, la reducción de la oferta nacional, la escasez de divisas y la expansión monetaria, socavan el poder de compra de los venezolanos, por lo que el signo monetario vigente desde enero de 2008 cuando se produjo una reconversión monetaria, ha perdido significativamente su valor. El billete de más alta denominación en Venezuela es de 100 bolívares, que siendo conservadores, representa dos dólares si lo llevamos a la tasa del Sicad 2, cercana a los 50 bolívares por dólar. El Gobierno ha sostenido conversaciones con suplidores de Alemania, Francia, Inglaterra y España, pero aún no toma la decisión, conoció Descifrado. Una fuente consultada indicó que mientras pasa el tiempo, los análisis realizados van perdiendo vigencia y ante el avance desmedido de la inflación, se hará necesario imprimir billetes de más alta denominación a lo sugerido. "El Gobierno está en una especie de parálisis", dijo. Hasta ahora se maneja la posibilidad del billete de 500 bolívares, pero podría llegar a ser una de mayor denominación. n

a algunos, pero no a todos. Desde hace varios días se escuchaba que Giordani, conocido como el "monje", tenía lista su carta de renuncia. Su incomodidad con el reacomodo de las fichas del Gobierno era evidente, así como su desacuerdo con el manejo de la economía durante la administración de Maduro. Giordani ya no asistía a las reuniones de directorio del Banco Central de Venezuela. Mentor de Hugo Chávez, le fue fiel a sus ideales, pero tras su muerte, las cosas cambiaron. Por lo menos para él. Rafael Ramírez fue adquiriendo cada vez más poder. En octubre de 2013 llegó a ser vicepresidente del Área Económica, desplazando a Nelson Merentes. De allí en adelante, Ramírez ha estado al frente de la política cambiaria, que si bien sigue asfixiando al sector privado, ha abierto ventanas. Giordani era defensor de la centralización y de la intervención directa del Estado en la economía. El Gobierno, presionado por las circunstancias, ha comenzado a ajustar precios en algunos de los rubros regulados. Giordani era el adalid de los controles de precios y de cambio. Hasta el 16 de enero estuvo al frente del Ministerio de Planificación y Finanzas, cuando Maduro designó a Rodolfo Marco Torres en cartera de Economía y Finanzas, a la par de su cargo como titular del Ministerio para la Banca Pública. Giordani quedó relegado a su oficina de planificación, en la que ya no podía planificar. Otros serían los actores que se encargarían de decidir el rumbo de la economía. Cinco meses más tarde se produce su salida del Gobierno, y una semana después que fuera removido del directorio del Banco Central de Venezuela y del de Petróleos de Venezuela. La influencia de Giordani había terminado hace meses. Chávez se la llevó a la tumba.

La salida anunciada n

El anuncio de Nicolás Maduro sobre la salida de Jorge Giordani del Ministerio de Planificación pudo haber sorprendido

Director Ejecutivo: Rubén Darío Díaz Directora: Cindy Medina Editora: Ligia Perdomo Jefe de redacción: Pedro Pablo Carreño Asistente de prensa: Gabriel Vargas

Flota parada

En los últimos meses la atención ha estado centrada sobre la operatividad de las

Gerente de Administración y Finanzas: Mirla Moros Jefe de Mercadeo y Ventas: Ileana Hidalgo Coordinación de Mercadeo y Ventas: Sheila Benoliel A.

líneas aéreas internacionales que tienen actividades en Venezuela y a las cuales el gobierno adeuda 4 millardos de dólares. Sin embargo, las empresas nacionales también confrontan problemas derivados de la falta de dólares. 45% de la flota de las empresas de transporte aéreo nacionales está parada por falta de repuestos, dijo Humberto Figuera, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela. "Las solicitudes de las empresas totalizan 350 millones de dólares" y no han tenido respuestas. Sólo SBAAirlines ha pedido 60 millones de dólares y le han retirado aviones por falta de pago, indicó el vocero. n

Maneras de compensar

La Gobernación de Vargas resiente la caída de más de 60% en las operaciones de las líneas aéreas internacionales. El impacto lo acusa en el impuesto de salida (3,8 unidades tributarias que equivale a 482,60 bolívares), razón por la cual la Gobernación creó un servicio que no lo presta el estado sino el aeropuerto internacional de Maiquetía, dijo Humberto Figuera, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela. Figuera señala que se trata de un aditivo que purifica el aire acondicionado en el terminal aéreo, que se cobrará como impuesto de bioseguridad con el equivalente a una unidad tributaria (127 bolívares). Indica Figuera que la pretensiones que las líneas aéreas sean quienes lo carguen al pasajero en el boleto a partir del 1° de julio. Pero no es tan fácil, señala el dirigente gremial, ya que para incorporarlo al ticket tendrían que solicitar autorización a la IATA para la validación de un código. "Y eso no se puede hacer porque no es legal", aseguró Figuera.

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