200 agosto 2010

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Boletín de Estudios Económicos

La forma más rentable de solucionar su futuro

Para asegurados menores de 70 años: – ACCIDENTE/INFARTO DE MIOACARDIO La indemnización se eleva al doble. – ACCIDENTE DE TRÁFICO. La indemnización se eleva al triple.

Agosto 2010

Por eso Ges, especialista y pionera en Seguros Colectivos, en concierto con la Asociación de Licenciados de la Universidad Comercial de Deusto y Graduados de Inside, buscando el mejor servicio y las mayores garantías para los asociados le asegura su futuro y el de los suyos desde 10.000 hasta 230.000 euros en caso de Fallecimiento o Invalidez Absoluta Permanente.

Vol. LXV Agosto 2010 Núm. 200

Economía sostenible

Boletín de Estudios Económicos

Algo tan importante como su futuro, merece soluciones que respondan a sus necesidades.

Editado por la Asociación de Licenciados Universidad Comercial de Deusto

Implicaciones sociales de la crisis Jon Leonardo Página 309

Pobreza y riqueza en la economía de mercado. Reflexiones sobre paradigmas Juan Fco. Santacoloma Página 211

TEMAS LIBRES

Gobernanza y desarrollo socio-económico: hacia nuevas políticas de competitividad James R. Wilson Página 241

Los sistemas de pensiones de jubilación en la Unión Europea Sara González Fernández y Fernando Alonso Guinea Página 329

La competitividad sostenible: nuevo reto para las empresas y la sociedad Ricardo Aguado Muñoz Página 263 El PIB (per cápita) como indicador de sostenibilidad Jabier Martínez Página 283

De productos a servicios, el reto de las empresas industriales. El caso del País Vasco David Ruiz de Olano Apodaca Página 343

El mercado de las telecomunicaciones en España. Un estudio sobre la evolución de la telefonía móvil Antonio Muñoz Porcar, Jorge Luis González Crespo y Mª. Jesús Alonso Nuez Página 361 Tendencias en la investigación sobre empresa familiar: un estudio bibliométrico Vanesa F. Guzmán Parra, Cristina Quintana García y Carlos A. Benavides Velasco Página 381 Bibliografía Página 393

Universidad de Deusto

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La.Comercial . . . .

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Consejo de Redacción

BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS

Iñaki Arechabaleta Torróntegui Ramón Benguría Inchaurtieta Ricardo Calle Saiz Juan J. Echeberría Monteberría Antonio Freije Uriarte Jesús Lobo Aleu Ricardo López Alvarez Víctor M. Menéndez Millán José Angel Sánchez Asiaín José Luis Sanchís Armelles

Universidad Comercial de Deusto Hnos. Aguirre, 2. Apartado 20044 Teléfonos 94 445 63 45 - 94 445 22 12. Fax: 94 445 72 54 48080 BILBAO (España) E-Mail: boletin.lacomercial@deusto.es

Comité de Dirección Fernando Gómez-Bezares Susana Rodríguez Vidarte

Secretaria Gabriela Mateos Varas

Precios de suscripción: España, 37,50 €. Extranjero, 42,65 €. Números sueltos y atrasados: 1.ª Serie: Números 1 al 45: 16 €. 2.ª Serie: Números 46 en adelante: 19,25 €. Tarifa Especial Estudiantes: 25% de descuento

El Boletín de Estudios Económicos es una publicación de la «Asociación de Licenciados en Ciencias Económicas por la Universidad Comercial de Deusto». Esta Asociación se creó en 1922, y publica el Boletín ininterrumpidamente, desde 1942. Cada volumen anual, de alrededor de 600 páginas, se divide en tres números (abril, agosto y diciembre). Los artículos solicitados se aceptan en español e inglés. Su objetivo es la publicación de trabajos originales de economía teórica y aplicada, especialmente dedicada a los problemas de la Empresa. Al primer autor del artículo se le entregan 50 separatas del mismo y 3 ejemplares de la revista. El indice de la revista y los resúmenes aparecen en Internet: (http://www.lacomercial.deusto.es/). También puede consultarse en: Latindex; AEDEM-Bibliométrica; CSIC-CINDOC; Econlit; DICE, etc. Todos los artículos publicados en el Boletín de Estudios Económicos, han sido escritos expresamente para el mismo, y no pueden ser reproducidos, total ni parcialmente, sin citar su procedencia. Si están interesados en alguna reproducción, dirijanse a la dirección de la revista.

Publicación impresa en papel ecológico. I.S.S.N.: 0006-6249 Dep. Legal: BI 959-1958



ESTUDIOS DE DEUSTO Revista de la Universidad de Deusto Director: Ignacio M.ª Beobide

VOL. 57/2

JULIO-DICIEMBRE

2009

SUMARIO ESTUDIOS

Págs.

Francisco Javier Alonso Madrigal, Nuevas formas de contaminación y tributación. Contaminación acústica y paisajística en la fiscalidad española ...

13

Borja Barragué Calvo, La red de garantía de ingresos en España en tiempo de crisis. Las rentas mínimas de inserción frente a la alternativa de la renta básica...................................................................................................

49

Alfonso-Luis Calvo Caravaca y Javier Carrascosa González, El convenio relativo a la protección del niño y a la cooperación en materia de adopción internacional, hecho en La Haya el 29 de mayo 1993: una aproximación heterodoxa........................................................................................

77

Carlos Llorente Gómez de Segura, La nueva ley sobre el contrato de transporte terrestre de mercancías: una primera aproximación..........................

93

Augusto Martín de la Vega, En torno a la teoría de la Constitución y los nuevos contextos del constitucionalismo............................................................

167

Ramón Múgica Alcorta, Desde el gobierno corporativo a la responsabilidad de los administradores (I).............................................................................

193

Manuel María Zorrilla Ruiz, Eficacia y justicia del orden natural de la equidad.................................................................................................................

255

NOTA Javier Arrieta Idiakez, El Derecho del trabajo y las relaciones jurídicas calificadas como “zonas grises” ........................................................................

305


LETRAS DE DEUSTO Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNIVERSIDAD DE DEUSTO Director: José Antonio Ereño Altuna Mª del Carmen Valdivia

VOL. 40

NUM. 126

ENERO-MARZO 2010

SUMARIO Págs.

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ AITOR L. LARRABIDE Y FRANCISCO SOGUERO, Miguel Hernández en su siglo (1910-1942) ..........................................................................................................

9

MERCEDES ACILLONA, Josefina y la construcción de la memoria de Miguel Hernández .....................................................................................................

11

JOSÉ LUIS FERRIS, Pablo Neruda en la via y en la obra de Miguel Hernández .........

29

ÁNGEL L. PRIETO DE PAULA, Un sol en su galaxia: Miguel Hernández arrojado de su biografía ..............................................................................................

47

INMACULADA GÓMEZ VERA, La creación imagística en la poética de Miguel Hernández: los seres duales .........................................................................

59

FRANCISCO ESTEVE RAMÍREZ, Arte y compromiso en Miguel Hernández .............

75

DÁMARIS NAVARRO TORREGROSA, El discurso de género en la obra poética de Miguel Hernández. Una relectura desde el feminismo ................................

91

FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA, Miguel Hernández construye su primer libro (más sobre las octavas excluidas de “Perito en lunas”).....................

107

CARMEN ALEMANY BAY, Tradicionalismo y vanguardia en “Perito en lunas” (“Monja confitera”) .....................................................................................

117

LUIS MARIANO ABAD MERINO, El niño yuntero: realidad y tradición literaria....

129

JOSÉ ANTONIO TORREGROSA DÍAZ, “Elegía” a Ramón Sijé: Claves para una lectura literal .....................................................................................................

159

AITOR L. LARRABIDE, La huella de Miguel Hernández. Textos inéditos de José Herrera Petere ..............................................................................................

183

GASPAR PERAL BAEZA, Literatura dramática en homenaje a Miguel Hernández y escenificaciones de su obra poética. Avance informativo-bibliográfico...

209

JOSÉ MARÍA PIÑEIRO, Leer hoy a Miguel Hernández sí, pero no: Un recuerdo emotivo y una valoración adversa................................................................

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Boletín de Estudios Económicos Vol. LXV Agosto 2010 Núm. 200

Economía sostenible Sumario Págs. Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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El Boletín llega a su número 200 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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I. Pobreza y riqueza en la economía de mercado. Reflexiones sobre paradigmas.- Juan Fco. Santacoloma, Catedrático Emérito Universidad de Deusto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

211

II. Gobernanza y desarrollo socio-económico: hacia nuevas políticas de competitividad.- James R. Wilson, Instituto Vasco de Competitividad. Universidad de Deusto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

241

III. La competitividad sostenible: nuevo reto para las empresas y la sociedad.- Ricardo Aguado Muñoz, Deusto Business School. Universidad de Deusto. La Comercial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

263

IV. El PIB (per cápita) como indicador de sostenibilidad.Jabier Martínez, Universidad de Deusto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

283

V. Implicaciones sociales de la crisis.- Jon Leonardo, Catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

309

TEMAS LIBRES VI. Los sistemas de pensiones de jubilación en la Unión Europea.Sara González Fernández y Fernando Alonso Guinea, Universidad Complutense de Madrid. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

329

VII. De productos a servicios, el reto de las empresas industriales. El caso del País Vasco.- David Ruiz de Olano Apodaca, Director Executive MBA – Deusto Business School. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

343

VIII. El mercado de las telecomunicaciones en España. Un estudio sobre la evolución de la telefonía móvil.- Antonio Muñoz Porcar;


Jorge Luis González Crespo y Mª Jesús Alonso Nuez, Universidad de Zaragoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

361

IX. Tendencias en la investigación sobre empresa familiar: un estudio bibliométrico.- Vanesa F. Guzmán Parra; Cristina Quintana García y Carlos A. Benavides Velasco, Universidad de Málaga . . . . . . . . . . . . .

381

X. Bibliografía.- . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Herrera, Liliana: La política de innovación y la empresa. Efecto y distribución de las políticas de innovación, por Carlos Alvarado . . . . . . . . . .

393

Martínez González-Tablas, Angel: Economía política mundial. II Pugna e incertidumbre en la economía mundial, por Juan Fco. Santacoloma .

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BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 205-206)

PRESENTACIÓN En estos tiempos de crisis, la sostenibilidad de nuestro modelo económico sigue siendo un campo de estudio y preocupación para los investigadores, los especialistas, los políticos, y la sociedad en general. El tema de la crisis actual ha sido estudiado recientemente en el Boletín de Estudios Económicos (Nº 198 de diciembre de 2009). También los temas de sostenibilidad (Nº 195 de diciembre de 2008); lo que se trata ahora es de seguir profundizando en este último tema, en este caso desde una perspectiva más conceptual. En los primeros años de este nuevo milenio, en una época de fuerte crecimiento económico, nos preocupaba la sostenibilidad del sistema por el previsible agotamiento de algunas materias primas, especialmente los combustibles fósiles, el problema del cambio climático y otros fenómenos relacionados, la tendencia a la superpoblación del planeta o el crecimiento de las desigualdades tanto en nuestro entorno cercano, como a nivel planetario, por comentar algunos de los temas más tratados. A partir de la crisis que se inicia en 2007 y se generaliza en 2008, crisis que afecta de manera especial a las economías más desarrolladas, sin preterir los problemas anteriores que siguen estando presentes, se habla en nuestro entorno de la sostenibilidad del Estado del Bienestar tal como lo hemos concebido en Europa Occidental, lo que se traduce en dudas sobre la sostenibilidad del gasto sanitario, de las pensiones, de los subsidios… La lectura de la prensa económica nos transmite con frecuencia la idea de que “los mercados” (especialmente los financieros, aquellos que tuvieron mucho que ver en el inicio de la crisis) han impuesto su ley, y los países han de apretarse el cinturón reduciendo gastos y poniendo en peligro nuestro alabado Estado del Bienestar. Pero de igual manera se ha hecho más complicada la ayuda al tercer mundo y la consecución de los denominados “Objetivos del Milenio”. Ante esta situación parece aconsejable reflexionar sobre nuestro modelo económico, la gobernanza, la sostenibilidad o la Política.


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Comienza así el Boletín con un artículo de Juan Francisco Santacoloma que trata sobre cómo los países pobres pueden salir de la pobreza dentro de la economía de mercado, y los problemas que esto plantea. Después James Wilson nos habla sobre la Gobernanza y el desarrollo socioeconómico. Ricardo Aguado incorpora la sostenibilidad a la competitividad tanto a nivel empresarial como territorial. Jabier Martínez nos habla de las medidas de sostenibilidad y critica el uso del PIB per cápita. Termina la parte monográfica con el artículo de Jon Leonardo donde, ante la crisis actual, critica al mercado y pide una redefinición de lo Político. Comenzamos la parte libre con un artículo que, aunque fuera del monográfico, está muy relacionado con los temas anteriores; es el trabajo de Sara González y Fernando Alonso sobre los sistemas de pensiones. Después, David Ruiz de Olano, propone que las empresas industriales mejoren su competitividad vendiendo servicios además de productos. A continuación Antonio Muñoz, Jorge Luis González y Mª Jesús Alonso estudian la evolución del mercado de la telefonía móvil. Termina esta parte libre con el trabajo de Vanesa Guzmán, Cristina Quintana y Carlos Benavides donde se hace un estudio bibliométrico en base al Social Science Citation Index respecto a la investigación sobre empresa familiar. Confiamos en que este nuevo número del Boletín de Estudios Económicos sea del agrado de nuestros lectores, que durante tantos años nos han premiado con su atención. Precisamente, con este número, llegamos al 200 de esta publicación. Pocas revistas científicas, y menos españolas, cuentan con estos guarismos, pues no en balde estamos en el mercado de las revistas de Economía y Empresa desde 1942. Afortunadamente creemos que el tema de este Boletín encaja bastante con un número redondo como es el 200. Ante éste, nuestro pequeño evento, hemos pedido a Mª Dolores Revuelta, que ya ha escrito sobre la historia de La Comercial, de la Asociación de Licenciados, del propio Boletín…, que resumiera brevemente algunos hitos de la historia de nuestra publicación para acercársela a los más jóvenes (crónica que puede ampliarse en el Nº 146, de agosto de 1992). En el capítulo de agradecimientos comenzaremos por Juan Francisco Santacoloma, persona muy vinculada al Boletín, del que fue director durante una etapa, que nos sugirió el tema y nos ayudó a estructurar el número. También a Mª Dolores Revuelta por su crónica, a los autores por sus artículos, y, en general, a todos los que hacen posible que cada cuatrimestre salga un nuevo número del Boletín, entre los que figuran de manera especial nuestros lectores y la Asociación de Licenciados de La Comercial. EL COMITÉ DE DIRECCIÓN


BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 207-209)

EL BOLETÍN DE ESTUDIOS ECONÓMICOS LLEGA A SU NÚMERO 200 El que una revista científica llegue a la publicación de su número 200 es siempre un motivo de alegría, y también un buen momento para mirar hacia atrás, recordando la andadura que ha hecho posible llegar al momento actual. En 1942, fecha del nacimiento del “Boletín de Estudios Económicos”, en España, aunque se tocaban temas económicos en las Escuelas de Comercio, todavía no habían surgido las Facultades de Ciencias Económicas, por lo que una revista cuyo objetivo estuviera en temas económicos resultaba altamente llamativa. El ser pionera en su campo es uno de sus méritos más indiscutibles. La “Asociación de Licenciados en Ciencias Económicas por la Universidad Comercial de Deusto” es la que hizo posible su edición. En sus primeros pasos, el “Boletín de Noticias” y el “Boletín de Estudios Económicos”, eran una misma cosa que conforme avanzó el tiempo se fueron diferenciando y cumpliendo dos misiones diferentes: el “Boletín de Noticias” manteniendo a los licenciados informados en las muchas cosas que les podían interesar, y el “Boletín de Estudios Económicos” orientado a ser vehículo de comunicación en el plano científico. Desde el Nº 9, de septiembre de 1946, ya nos presenta su nombre actual: “Boletín de Estudios Económicos”, y se convertirá en una de las revistas de economía más prestigiosas de España. Desde el Nº 10, correspondiente a enero de 1947, hasta nuestros días, han aparecido ininterrumpidamente 3 números por año con carácter cuatrimestral. Su continuidad, el aparecer prácticamente “al día” y el rigor en sus artículos han hecho posible el gran reconocimiento que actualmente tiene en el campo científico. Son muchas las publicaciones que recogen o tratan de esta revista. En la actualidad aparece indiciada, entre otras, en las siguientes bases de datos: Latindex, Aedem-Bibliométrica (Citaedem), Econlit, Cindoc, Dice, Econis, In-recs y Dialnet.


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En la página de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (La Comercial) (www.lacomercial.deusto.es), en el apartado de Asociación de Licenciados-Publicaciones-BEE-Consultas al BEE, se recoge el índice completo del Boletín desde su inicio, y los resúmenes en español e inglés desde el Nº 86 (1972). Los títulos de los diferentes números demuestran que en todo momento ha sabido estar atento a las necesidades de sus lectores, tocando temas de actualidad, siendo de destacar su claridad en la exposición de las ideas, lo que se aúna con el rigor en sus artículos. Los autores realizan sus contribuciones con carácter gratuito. Desde hace mucho tiempo, se sigue la norma de tomar una idea de actualidad como tema central de la mayor parte de los artículos presentados en el número monográfico, que son realizados por especialistas en la materia. Cada número cuenta también con una sección de artículos libres relacionados con la economía y la empresa, pero que no se refieren al tema central del monográfico. Al final de cada número aparecen una serie de citas y reseñas bibliográficas. En ocasiones se recogen las conferencias pronunciadas con motivo de algún seminario o acto importante. También ha habido casos en los que se ha dedicado un número como homenaje a personas o instituciones muy vinculadas a La Comercial: – Nº 15, septiembre 1948, Homenaje al Padre Chalbaud, S.J. – Nº 116, agosto 1982, Homenaje al Padre Bernaola, S.J. – Nº 119, agosto 1983, Homenaje al Padre Iparraguirre, S.J. – Nº 130, abril 1987, Homenaje a la Universidad de Deusto en su Primer Centenario – Nº 131, agosto 1987, Homenaje al Padre Chacón, S.J. – Nº 145, abril 1992, 75º Aniversario de la Universidad Comercial de Deusto – Nº 146, agosto 1992, Conmemora los 50 primeros años del Boletín de Estudios Económicos Su apreciable tirada, 4.700 ejemplares en la actualidad, hace que sea una tribuna apreciada por autores de gran talla, lo que redunda en beneficio de la revista y de sus lectores. Su publicación, sencilla y poco llamativa, con pocos anuncios, no distrae la atención del lector. Los cuatro primeros números se publicaron en papel sencillo y a ciclostil. El Nº 5 ya estaba impreso. El Nº 9 presentaba el formato 23,5 x 15,5 cm mientras que los anteriores respondían al tamaño folio 21 x 30. El Nº 49 fue el que presentó un cambio de porta-


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da y nuevo cambio en el Nº 151 (abril de 1995) quedando con la presentación actual. A partir del Nº 79, correspondiente a abril de 1970, los resúmenes en español que precedían a los diferentes artículos, según la modalidad que se estableció ya desde el Nº 17, de mayo de 1949, aparecen traducidos al inglés y pasan a colocarse al final de cada artículo. En sus comienzos no tenía propaganda publicitaria, pero desde el Nº 11, de mayo de 1947, ya aparecen dos páginas dedicadas a la publicidad de empresas. En la actualidad se insertan anuncios, siempre al comienzo o final de la revista, no intercalados entre los artículos. En ocasiones hay números patrocinados por distintas entidades o empresas. Por ejemplo: El Banco Bilbao Vizcaya (BBV) patrocinó el Nº 165 (Diciembre 1998), Accenture el Nº 195 (Diciembre 2008), y el Circulo de Empresarios Vascos, los números 192 y 196 (Diciembre 2007 y Abril 2009). Las tareas de la organización y edición de cada número recaen en su Director o Directores, apoyados por un Consejo de Redacción, y en la secretaría del Boletín. Hasta el momento han ocupado el cargo de directores: – 1946-1955, Nº 9-36, Padre Sebastián Mantilla – 1956-1968, Nº 37-74, José Angel Sánchez Asiaín – 1969-1974, Nº 75-91, el Comité formado por: el Padre Demetrio Iparraguirre, Santiago García Echevarría y José L. Fernández de Aguirre, este último se retiró de dicho Comité a finales de 1970 – 1974-1976, Nº 92-99, el Padre Demetrio Iparraguirre y Juan Francisco Santacoloma – 1977-1981, Nº 100-112, Juan Francisco Santacoloma – 1981-1983, Nº 113-119, Dionisio Cámara, Fernando Gómez-Bezares, Juan Jordano y Susana Rodríguez – 1983-1986, Nº 120-129, Dionisio Cámara, Fernando Gómez-Bezares y Susana Rodríguez – Desde 1987, Nº 130, Fernando Gómez-Bezares y Susana Rodríguez, que siguen en la actualidad. Esperamos que el futuro sea tan exitoso como el camino ya andado. Mª Dolores Revuelta Doctora en Historia Directora del Archivo General de la Universidad de Deusto



BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 211-240)

POBREZA Y RIQUEZA EN LA ECONOMÍA DE MERCADO. REFLEXIONES SOBRE PARADIGMAS Juan Francisco Santacoloma Catedrático Emérito Universidad de Deusto

1. El marco general Corría el año 1776. En América del Norte se proclamaba la independencia de las colonias y con su nueva constitución se proclamaba también el derecho a alcanzar la felicidad. En Europa, aunque probablemente a los ingleses del tiempo no les resultase familiar la palabra, aparecía la obra más emblemática en el área de la economía1, la que se ha considerado origen de la reflexión económica y que trata del único tema central de interés general: “El origen y causa de la riqueza de las naciones”. Su autor, como ya es sabido, fue Adam Smith, un profesor de moral. Y la pregunta que Adam Smith se formulaba continúa siendo la pregunta central2. El método que Adam Smith proponía para salir de la pobreza continúa siendo propuesto por parte de un muy importante grupo de intelectuales y hombres de acción como la mejor, si no la única, alternativa. No obstante, han aparecido otras propuestas que, de forma recurrente, han desafiado ese planteamiento inicial.3 1 No era la primera vez que se hablaba de temas y prácticas económicas, evidentemente. Pero sí es el momento en que aparece un sistema de pensamiento y modo de actuación que serán adoptados como forma general explicativa del progreso económico. Su base está en: libertad de acción, especialización, ampliación de mercados y acumulación de capital; todo ello sobre el eje de la defensa de la propiedad individual. 2 ¿Por qué unos países son ricos y otros son pobres? ¿Se puede salir de la pobreza? ¿Hay varias vías o solamente existe una vía? ¿En qué consiste ser rico? ¿En qué consiste ser feliz? 3 La constatación de abusos, costes sociales, crisis, etc.. ha provocado la introducción de modificaciones en las propuestas iniciales más radicales y ha propiciado la presentación y puesta en práctica de otras alternativas para responder a las preguntas básicas. Pero en todos los casos se ha mantenido la equiparación entre “ser rico” y “ser feliz”. Tener bienes materiales ha sido siempre el eje rector de los sistemas alternativos propuestos. Pero es posible que la realidad obligue en algún momento a replantearse esta correlación de conceptos.


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Entretanto el tiempo ha transcurrido en el mundo y el problema continúa sobre la mesa. Riqueza y pobreza continúan existiendo. Pero, además, su existencia se agrava con el conocimiento generalizado de esa situación. Así, al dato objetivo de la riqueza y la pobreza se une la percepción de la desigualdad y la posibilidad o imposibilidad de una convergencia o la inevitabilidad de la divergencia de las situaciones.4 Para algunos países los años transcurridos desde 1776 hasta nuestros días han significado la entrada en una era de gran disponibilidad de bienes (en cantidad, calidad y diversidad). No se trataba solamente de bienes materiales sino también de condiciones de sanidad, educación, funcionamiento de las instituciones públicas, organización social, organización territorial, medio ambiente, condiciones de trabajo y ocio,… y un largo etcétera. Son los países que han accedido a la riqueza. Es verdad que esto ha ocurrido con algunos contratiempos, más o menos graves y más o menos duraderos, en el camino.5 Pero, en conjunto, se ha producido un crecimiento muy notable. Mirar las causas y los costes de todo este proceso resulta aleccionador, y así lo ha hecho con diversas interpretaciones la denominada ciencia económica.6 Para otros países todo este tiempo no ha significado prácticamente nada en su historia económica. O, quizás mejor dicho, ha significado un empobrecimiento en su capital disponible (pensemos en los recursos naturales: minería, bosques, recursos hidrológicos, agricultura) sin repercusión en sus niveles de vida, que se mantenían en un estado que calificamos como primitivo. Y todo ello con el agravante de unas condiciones higiénicas, sanitarias y educativas ínfimas y, finalmente, aderezado con unas instituciones sociales, políticas y administrativas poco operativas, en la mayor parte de los casos, y completamente corruptas y 4 Es importante considerar que la pregunta no es solamente sobre cómo salir de la pobreza. Esto quizás era válido en un mundo con fronteras muy definidas, como el que consideraba Adam Smith pero hoy ya es una pregunta incompleta. La pregunta hoy es sobre cómo alcanzar la riqueza que tienen los demás. Si no supiéramos lo que los demás tienen, o si todos disfrutásemos de idéntico nivel de pobreza una gran parte del problema no existiría. 5 Recordemos las crisis de los años 30 (la Gran Depresión) y la más reciente que comienza en 2007 (la Gran Recesión), además del cúmulo de pequeñas crisis producidas entre estos años y aún antes de los años 30, tanto a nivel general como en países concretos. 6 Los libros de texto generales sobre Economía Internacional, o los de Historia de los Hechos Económicos, o las bases de datos de los distintos organismos internacionales (Estadísticas Financieras del FMI, Bases de datos de la OCDE, etc..) y de entidades nacionales (Reserva Federal de EEUU, Bancos Centrales e Institutos Estadísticos de los diversos países) contienen abundante información. Por su parte, la teoría económica está contenida en las abundantes obras sobre Crecimiento Económico y los modelos explicativos del mismo.


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nocivas para la sociedad en la mayor parte de los casos. A todo ello no eran ajenas, sino verdaderamente causantes activas, las actuaciones de los países que sí habían accedido a la riqueza.7 Finalmente quedaban países en un nivel intermedio, que en ocasiones se asomaban al nivel de países ricos pero que posteriormente volvían a hundirse en una situación de pobreza; países en los que el proceso de crecimiento no ha sido estable sino que ha fracasado por momentos, posiblemente a causa del papel pésimo que han desempeñado las instituciones políticas y sociales.8 La novedad en los años más recientes ha sido que un bloque importante de países (y especialmente importante por la cantidad de población implicada en el proceso) han accedido a vías de crecimiento económico que les configuran como nuevos centros de poder económico y político, con acceso a una situación de riqueza. Empezaron a caminar por esta vía, a través de la acumulación de capital físico y humano, los denominados “dragones asiáticos”, pero continuaron sobre todo los cuatro grandes denominados con las siglas BRIC (Brasil, Rusia, India, China). Al mismo tiempo, en los años 2007-2010 se ha producido algo que parecía impensable: los países ricos son los que sufren la crisis mientras que los que han ido emergiendo de la pobreza (aunque continúen en niveles muy inferiores de riqueza y con enormes desigualdades internas) son los que pueden sostener la actividad económica. Hablando en términos un poco más abstractos podemos decir que ya ha quedado superado lo que denominábamos con el término “modernidad”, el imperio de la razón y la idea de que la humanidad (una humanidad que cada cual consideraba encerrada en las fronteras de su propio país) se vale por sí misma, con sus propias normas discutidas y aprobadas por los parlamentos o por los usos sociales admitidos. Pero también han quedado superadas las prácticas de la postmodernidad, con el “todo vale” y la exaltación extrema del individualismo, de la anomía y del propio beneficio (a lo que se equipara la exaltación de la total libertad de acción, sin tener en cuenta las consecuencias sobre terceros). Esta postmodernidad se ha traducido así en irresponsabilidad e insolidaridad (sin sentimiento de culpa sino incluso pensamiento de correcta actuación) en 7 Un repaso a la historia de Africa, tanto durante el período de la denominada “colonización” como en el posterior a la independencia de los diversos Estados es buena muestra de estas condiciones de expolio e incapacidad de organización social. 8 Algunos países de América Latina son buenos representantes de esta situación.


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un mundo en que ya la humanidad no queda contenida en las propias fronteras del país sino que las traspasa y se amplía a una humanidad en un mundo sin fronteras. Esto es lo que ha llevado a la crisis actual, que no es ya una crisis como las anteriores sino que es una crisis del paradigma de la modernidad y la postmodernidad basado en los conceptos de “individuos aislados, mercancías valoradas por precio en las transacciones y mercados a los que acceden los que tienen medios”; todo ello en un proceso de producción y ventas-compras que hace posible una rueda continua de nueva producción ampliada, a lo que se denomina precisamente crecimiento y enriquecimiento. El final de este paradigma, al que aludiremos más adelante, nos obliga a caminar hacia lo que puede denominarse “transmodernidad”, donde la pieza fundamental tiene que ser la solidaridad y la complementariedad, aunque no se reniegue de las diferencias. Y no se trata del “pensamiento único” o del fin de las ideologías (al estilo de lo que decía Fukuyama9) sino de un nuevo paradigma que, bajo las formas organizativas diversas que pueda adoptar, se base en los conceptos de “personas que se definen junto a los demás, bienes que son objeto de producción porque son los que se precisan para cubrir las necesidades (tengan o no precios de mercado) y sociedad como contexto humano en que prima la relación de servicio”; todo lo cual debe abocar a un crecimiento que no se caracteriza por la acumulación de bienes sino por la sostenibilidad de todo el proceso. Y esta sostenibilidad se entenderá, además, no únicamente como sostenibilidad física y biológica, referida al posible agotamiento de los recursos naturales, de las especies vivas o de los recursos ambientales, sino también a la sostenibilidad social, lo que significa instituciones al servicio de la sociedad (el poder como servicio y la soberanía como solidaridad). Si nos consideramos situados ya en este nuevo paradigma los problemas generales a los que se enfrenta la sociedad pueden recogerse en cuatro epígrafes: 1. Hombre y Naturaleza con la necesidad de un pacto global. Aquí entran los temas relativos a la “actividad económica y el medio ambiente”10, los problemas que plantean los “bienes públicos”11 y los “bienes Francis Fukuyama: (1992). Véase el trabajo de Luis María Armendáriz: (1995). 11 La necesidad de definir qué bienes públicos son necesarios, no solamente a causa de los conocidos como fallos del mercado sino en razón del propio principio de solidaridad y complementariedad que debe presidir el nuevo paradigma. 19 10


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comunes”12, el tema de las “externalidades”13, el de la necesidad de poner “límites al crecimiento”14 y, finalmente, la necesidad de definir un “crecimiento sostenible”15. 2. Derechos humanos y sistemas de organización. Aquí podríamos incluir temas como “el papel de la mujer”, la denominada “gobernanza, o buen gobierno, de las instituciones y organizaciones” y “la organización adecuada de la producción”16. 3. Riqueza y Pobreza. Actividad económica y Desigualdad. Este es el campo que podemos considerar como más propiamente económico, pero que ya no puede quedar desligado de los tres restantes. Por lo demás, los temas continúan siendo los mismos (pero no con el mismo contenido que hasta ahora): “Fuentes del crecimiento”, “Explotación económica”, “Pobreza y convergencia”, “Corrupción y pobreza”, “Papel de la ambi-

12 La necesidad de superar la denominada “maldición de los bienes comunes”, que en el paradigma anterior se ha tratado siempre de remediar mediante la atribución de derechos de propiedad y la fijación de precios, pero que en el nuevo paradigma deberán ser objeto de reconsideración al hilo del papel de la solidaridad y la correspondiente función social de la propiedad. 13 La existencia de externalidades positivas y negativas (que provocan diferencias entre demanda privada y utilidad social, por un lado, y entre costes privados y costes sociales, por otro) ha sido siempre un motivo de insuficiencia para el paradigma del mercado. 14 La necesidad de poner límites al crecimiento ya fue expuesta por el informe Meadows que publicó el Club de Roma, en el que se estimaba el agotamiento de los recursos naturales sobre los que estaba basado todo el proceso. A esto, que se planteaba para la situación existente en los años 70 del siglo XX se añade en la actualidad la imposibilidad de que todos los países accedan al gasto de recursos de todo tipo exigido por una igualación en los niveles de vida de los países sin que el sistema entero colapse, incluso antes de que se produzca tal agotamiento. Las tensiones previsibles en los mercados de recursos (energéticos, de materias primas, etc..) hacen inviable la sostenibilidad del sistema y, aún más, el crecimiento sin límites. 15 Al hilo de la nota precedente, las tensiones en el sistema exigen ir más allá de la definición de la sostenibilidad en función de las materias primas y productos energéticos. La sostenibilidad se debe redefinir de una manera global que, más allá de lo físico y de lo biológico, abarca lo social y lo político, en términos de estabilidad, solidaridad y cooperación. 16 Se trata, como puede verse, de temas relacionados con la participación de todos en todos los procesos de decisión y de ejecución, y todo ello en un pie de igualdad, sin que valgan posiciones de privilegio por razón de sexo o por razón de poder económico y/o político o por razón de posición en el esquema de producción social. La capacidad y el mérito, matizados por la solidaridad y el sentido de servicio, deben ser principios rectores, lo que hará que participación, información y transparencia presidan todas las actuaciones. Es evidente que esto no es un resultado natural en el paradigma vigente de la modernidad y la postmodernidad, caracterizado por la desregulación, el abuso y la falsedad. Por lo tanto, era imposible (y se ha visto claramente en la reciente gran recesión) que el sistema se autorregulara. Se exige una regulación clara y contundente (no necesariamente abundante o excesiva) que facilite esa participación, información y transparencia.


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ción en el funcionamiento de la economía”, “Sistemas económicos y crisis”, “globalización y crisis”17. 4. Hombre y sentido, y, quizás, Hombre y Dios. Este es el grupo de temas que envuelve a todos los precedentes con epígrafes como “El sentido de la vida” y, dentro de las distintas facetas, más específicamente “El sentido de la actividad económica”, la opción entre “tener bienes y ser un auténtico ser humano”, lo que aboca a la posibilidad de “Otros fundamentos para la economía” que no tendrán por qué ser ya la estricta maximización de la utilidad privada o del beneficio privado18. Como puede apreciarse en los epígrafes que se han ido incluyendo en los problemas generales precedentes, la economía aparece en todos ellos. Esto debe llevarnos a una consideración más optimista de lo que hemos de denominar “pensamiento económico” (y no solamente “teoría”). Entendida propiamente en este nuevo paradigma la economía más que una ciencia lúgubre es una ciencia que invita a la esperanza. Y, en cualquier caso, la economía debe ser entendida como un instrumento de transformación de la sociedad y no como un mero compendio de herramientas de análisis para obtener beneficios a partir de su aplicación ciega e irreflexiva19. 17 Como se ve, la denominación de los epígrafes es idéntica en el nuevo (quizás todavía no naciente pero en todo caso necesario) paradigma de la transmodernidad, pero su contenido será necesariamente distinto tan pronto se introduzcan los requerimientos de la solidaridad, que se traducirán en la consideración de las actuaciones de carácter benevolente (asociadas a la gratuidad, como puede ser el voluntariado) y no solamente de las transaccionales (asociadas a la existencia de un precio y a la capacidad de pago del mismo), y los requerimientos de la función social de la propiedad y de los bienes, en general. 18 Esta envoltura global de sentido, que he separado netamente de lo que puede ser una actitud creyente, implica sin duda un esfuerzo ímprobo en que el bien de los demás y del colectivo general (la humanidad) en que cada uno de nosotros está englobado, prime en nuestras consideraciones más que el bien propio. Esta actitud es posible sin recurrir a ninguna transcendencia, sin duda, aunque muchos la justificarán solamente sobre algo transcendente. El tema grave se plantea cuando pensamos en los excluidos, los pobres, los martirizados en esta historia (tanto la económica como la no económica), a veces sin culpa de nadie y otras veces con culpables bien identificados. La humanidad no puede redimir ni calmar el clamor de todos esos damnificados. Dudo, en consecuencia, de que la mera búsqueda de sentido laico sea suficiente para cubrir ese vacío inevitable. 19 A menudo se ha dicho que la economía es una ciencia lúgubre, que solamente mira al pasado para lamentar las desgracias que no ha sabido resolver. Hoy añadiríamos que es aún más lúgubre porque cuando mira al futuro lo hace solamente con los ojos de la ambición privada y aplicando unas técnicas calificadas como asépticas que provocan nuevas e ingentes desgracias. Sin embargo, el potencial del pensamiento económico en ese nuevo paradigma de la transmodernidad es, como se dice, de esperanza, con una mirada al futuro fundamentada en el pilar de la solidaridad. Pero, evidentemente, no se tratará de la misma economía.


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2. La posibilidad de salir de la pobreza En relación con la posibilidad de salir de la pobreza la economía de mercado ofreció desde el principio una respuesta afirmativa e indicó los requerimientos. Sin embargo, la historia real nos obliga a distinguir diversos momentos, aunque el núcleo del paradigma se mantiene esencialmente invariable en todos ellos: 2.1. En un primer momento los requisitos para salir de la pobreza se concretan en los siguientes: a) Se debe disponer de mano de obra o, mejor expresado, de capital humano abundante; lo cual implica educación, conocimientos e innovación, junto con sanidad.20 b) Se debe disponer de capital físico abundante, lo que implica la existencia de ahorro (bien sea propio o prestado por otros) y disponibilidad a emprender proyectos aceptando riesgos (en otros términos, disponibilidad de emprendedores, como concepto más global que el de empresarios).21 c) Deben existir instituciones garantes de los derechos (especialmente, pero no únicamente, del derecho de propiedad) y que sean estables.22 20 En un primer momento puede ser únicamente la cantidad de mano de obra, aunque necesariamente deberá contener una cantidad de capital humano en forma de disciplina de trabajo, capacidad de organización y sufrimiento para que el ahorro se genere en forma de un excedente que posiblemente ellos no disfrutarán hasta muy tarde, o quizás solamente lo disfruten las generaciones siguientes. Pero no cabe duda de que si la salida de la pobreza ha de consolidarse con un crecimiento continuado, éste exige un papel relevante y creciente de la educación, el conocimiento y la sanidad de modo que se compagine con las exigencias del capital y de la organización del trabajo y, sobre todo, con el necesario progreso tecnológico. 21 A semejanza de lo que ocurre con la necesidad de capital humano, la acumulación de capital físico, que en una primera fase puede dar lugar a un despegue de la economía, solamente hará posible un alejamiento continuado de la pobreza si se transforma en progreso tecnológico incorporado a las nuevas generaciones de capital. Y más aún si combinando el progreso tecnológico con el aumento de la formación, los conocimientos y la organización de la mano de obra, todo ello da lugar a un proceso de progreso tecnológico endógeno que haga entrar a la economía en economías de escala crecientes. 22 Formulamos deliberadamente este derecho como derecho “de” propiedad, lo que significa la defensa del dominio omnímodo del propietario, que no tiene límites en el ejercicio de ese derecho. Puede, en consecuencia, poner en uso o mantener estéril (incluso destruir por voluntad propia) esa propiedad. Otra cosa sería que las instituciones defendiesen el derecho “a la” propiedad, que podría implicar la existencia de limitaciones implícitas a esa propiedad, que podrían llegar a la inclusión de la función social de la misma.


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d) Debe disponerse de recursos naturales (propios o apropiados).23 Si un país cumplía con estos cuatro requisitos ya “solamente” debía preocuparse de algunos “detalles menores” que estaban muy bien analizados por la ciencia económica elaborada bajo el amparo de los pilares de aquel paradigma: a) Organizarse y trabajar de forma eficiente. Lo mínimo era ser eficaz (lo que implicaba una explotación acentuada) y lo óptimo era ser eficiente (lo que implicaba además una utilización óptima de los recursos). Para ello la ciencia económica elaboró unos requisitos de eficiencia en los que los precios relativos de todos los bienes desempeñan un papel central como mecanismos de incentivo eficientes y suficientes en la determinación de las acciones de los agentes económicos.24 b) Especializarse en la producción de aquellos bienes para los que el individuo, el grupo o el país tenga una mejor dotación relativa de factores productivos y que sean relativamente más utilizados en el proceso productivo de esos bienes.25

23 La disponibilidad de recursos naturales era evidentemente más fundamental en el primer momento del paradigma de la modernidad y la postmodernidad, con la humanidad encerrada en las fronteras nacionales por el pensamiento económico del momento. De ahí, las políticas colonizadoras, los expolios y las guerras del momento. 24 La situación óptima de eficiencia se produce cuando resultan ser iguales los precios relativos de los bienes, las utilidades marginales relativas de tales bienes para los consumidores y la relación marginal de transformación (productividades marginales relativas) para los productores. En ese caso (y limitándonos a la no existencia de externalidades u otras alteraciones) nadie tendrá interés ya en alterar sus decisiones. Si además están utilizándose todos los recursos disponibles en la economía, ésta se encontrará en la mejor de las situaciones: pleno empleo con equilibrio entre los intereses que persiguen tanto los productores como los consumidores (aquí nadie se acuerda de los que no tienen posibilidad de acceder al mercado). En estas condiciones, si se altera por cualquier motivo el precio relativo de los bienes se iniciarán movimientos de los consumidores (que dirigirán su demanda hacia el bien que, a igualdad de otras características, se ha convertido en relativamente más barato) y de los productores (que dirigirán la producción hacia el bien que, a igualdad de otras características, resulta ahora más valorado relativamente en el mercado). Este proceso deberá abocar a un nuevo equilibrio, es general en todos los mercados y significa que los mercados se autorregulan. Simplemente hay que conseguir que esta autorregulación sea lo más rápida posible. Para ello hay que eliminar cualquier tipo de trabas a ese funcionamiento. Y aquí entra también el juego de las expectativas, sobre todo de las expectativas racionales tan estudiadas en años recientes. 25 Esta es, por ejemplo, la base explicativa del modelo general sobre el comercio internacional elaborado en base a los trabajos de Heckscher y Ohlin, aunque luego deba ser matizado cuando existen condiciones de competencia imperfecta o competencia monopolística por la presencia de economías de escala internas o externas, tal como ha analizado, por ejemplo, P. Krugman.


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c) Intercambiar los bienes en el mercado a cambio de lo que otros producen. Fruto de este intercambio de especializaciones será una mayor cantidad y diversidad de bienes y de activos financieros.26 d) Abrirse a los mercados financieros, lo que añade los beneficios de una mayor disponibilidad y variedad de activos financieros e inversiones extranjeras.27 Bajo estas premisas comenzó su andadura el tren del crecimiento económico. Sin embargo, poco a poco (aunque a veces en forma traumática) el mercado (es decir, el sistema y sus agentes principales) se percataba de que las cosas no iban bien. No todos los países salían de la pobreza y se dejaban notar los aumentos del nivel de desigualdad. Incluso algunos que trataban de seguir la regla de la especialización y el intercambio se empobrecían aún más, como ya se hace constar en la nota 26 a pié de página. Había que explicar estas incongruencias. 2.1.1. El diagnóstico para los que no lograban salir de la pobreza decía lo siguientes: a) No tienen un sistema educativo y sanitario que permita disponer de un capital humano abundante y preparado. Simplemente tienen personas necesitadas de todo. b) No tienen capital físico: – Porque no tienen capacidad propia de ahorro

26 El intercambio libre hará posible la diversificación en el consumo mientras se produce una mayor o menor especialización en la producción de aquellos bienes para los que se tiene una mejor dotación relativa de factores y que son relativamente más valorados en los otros mercados que lo que son en el mercado propio. El resultado será la posibilidad de disponer de mejores niveles de bienestar (en disponibilidad de bienes) que si nos limitamos a la propia producción sin intercambio de bienes. Es sabido, sin embargo, que estos resultados pueden no darse en algunos casos; una especialización excesiva en bienes con baja elasticidad renta puede conducir a situaciones de saturación de los mercados y bajadas de precios que hacen que el país o los agentes empeoren. Es lo que se denomina “crecimiento empobrecedor”, que algunos países han conocido en el caso de monocultivo de tales tipos de bienes. 27 Se supone que se da una correspondencia simétrica virtuosa entre el endeudamiento, la salida de la pobreza mediante inversiones y acumulación de capital y la posterior devolución de esa deuda gracias a los rendimientos de las inversiones realizadas con ella, hasta llegar a convertirse el propio país en prestamista neto una vez que se han cubierto etapas de crecimiento. Claro que esto olvida que a menudo el endeudamiento que se realiza en divisas extranjeras va unido a decisiones de inversión de dudosa eficacia (por ejemplo, las que dan lugar a burbujas inmobiliarias) y a una inestabilidad notable de la divisa nacional en los mercados de cambios, lo cual agrava el peso de la deuda y dificulta, cuando no impide, la salida de la pobreza. Y a ello contribuyen no poco la especulación y la corrupción.


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– Porque tampoco tienen acceso al ahorro exterior en cantidades y a precios razonables – Porque no existe una clase empresarial en forma de emprendedores productivos, aunque sí abundan los depredadores y los corruptos. c) No tienen instituciones fiables garantes de derechos. Son países inestables y desestructurados, característica bien unida a la de corruptos. d) En algunos casos no disponen de recursos naturales y, en otros, cuando esos recursos existen, o bien son objeto de explotación por parte de países (y empresas extranjeras) que eran precisamente los que sí salían de la pobreza, o bien resultan víctimas de lo que también se ha dado en llamar la “maldición de la riqueza”.28 Ha sido el caso de Africa, repartida durante años entre Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Holanda, Gran Bretaña y España. ¿Qué quedó de remanente cuando estas potencias se fueron de allí tras el proceso de descolonización? O ha sido el caso de Oriente, especialmente la India, donde el reparto cundía más a Gran Bretaña y Francia; si bien toda esta zona parece haber despertado en los últimos años hacia una salida de la pobreza por las vías enunciadas por el sistema. O ha sido el caso de América Latina y Área Pacífico, bajo la atenta mirada de Estados Unidos, donde cabe recordar aquella situación que se dio en denominar “repúblicas bananeras”, que tantos altibajos y situaciones de inestabilidad, no solo económica sino también política, ha dejado en algunos países. 2.1.2. El diagnóstico para los que lograron salir de la pobreza también estaba claro: (a) Salían gracias al cumplimiento de los requisitos prescritos y a que se encaminaban por la senda de la ampliación de mercados (tanto de factores como de recursos naturales y de productos, a través de procesos de colonización y explotación) y de la profundización de las instituciones (que se traducía en una liberalización creciente de los mercados, en los que los agentes económicos tratan de buscar por todos los medios su máximo provecho, bajo el supuesto admitido de que lo que es bueno para uno mismo será también bueno para todos y bajo el supuesto de que el papel del sector público no puede suplir en ningún caso a la iniciativa privada).

28 Véanse a este respecto los comentarios que realiza en sus obras sobre la Globalización y las condiciones para que la globalización tenga éxito el conocido economista J. Stiglitz.


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b) Todo esto parecía avalar los planteamientos realizados por el sistema. 2.2. Pero en un segundo momento se empiezan a constatar algunos problemas en el funcionamiento de aquel flamante tren del crecimiento. No solamente se apreciaban a todas luces las diferencias en la calidad de los distintos vagones e incluso el desvencijamiento de las unidades de cola sino que también las rutilantes unidades de cabeza mostraban dificultades y una ralentización. Y con ello no aludo a las crisis más o menos serias (algunas muy serias, como la gran depresión). Porque de ellas los vagones de cabeza salían fortalecidos hacia un relanzamiento económico. Me refiero a los movimientos de fondo que se comienzan a constatar ya claramente hacia los años 60 y 70 del siglo veinte: a) En primer lugar, el agotamiento de la tasa de crecimiento basada en la acumulación cuantitativa de factores productivos.29 b) En segundo lugar, los límites que parecía ya imponer al crecimiento mismo el previsible agotamiento de los recursos naturales.30 c) En tercer lugar, la amenaza creciente que se iba percibiendo en el denominado “cinturón del hambre”.31 d) En cuarto lugar la necesidad creciente de productos energéticos.32 e) En quinto lugar, la necesidad de continuar sin descanso el proceso de ampliación y profundización de los mercados para que continúe sin cesar la expansión del intercambio y así continúe también, como ya hemos señalado, un aumento imparable de la cantidad y variedad de bie-

29 Este tema ya muy conocido a partir del modelo de crecimiento y su explicación basada en la obra de R. Solow se venía constatando en las décadas de 60 y 70 del siglo XX de una manera clara en los países ricos. 30 Hemos hecho ya referencia al informe Meadows del Club de Roma. 31 La economía como sistema necesita un grado de conflictibilidad (en sentido genérico) que sea tolerable. El grado de coerción debe ser admisible por quienes la sufren. Pues bien, en el lado de las fronteras de los países ricos la amenaza de la superpoblación, de las emigraciones masivas y de la rebelión de los millones de pobres no era un problema que pudiera considerarse comprendido entre lo tolerable. 32 Este problema, que por un lado va unido al del temor a su agotamiento, arrastra además dos problemas adicionales: (a) el de las tensiones inflacionistas ante la presión de la demanda de los mismos y (b) el de la geoestrategia, al convertirse en un arma de presión política (como sucedió en la crisis de los años 70) y, además, propulsar actuaciones de carácter violento (como ha sucedido con las guerras en Oriente próximo).


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nes disponibles, que es lo que se considera la esencia del crecimiento, del éxito económico y del bienestar.33 2.3. La respuesta que ha encontrado el sistema de economía de mercado a estos problemas puede reducirse a algunas palabras y un acrónimo: a) Globalización – Mundialización b) Regionalización – Integraciones c) NTICs (Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) – Sociedad del conocimiento. Este es el entorno en que actualmente se mueve el núcleo central que se definió en el primer momento (tal como recogíamos en el apartado 2.1.) y que en el nuevo paradigma de la economía global continúa constituyendo el artículo central de la fe económica del sistema. El resultado de este nuevo marco es, por un lado, un progreso tecnológico acelerado y, por otro, la compresión creciente del tiempo y del espacio, que dan lugar a la multiplicación de mercados de todo tipo y a la deslocalización rápida de las actividades. En este contexto, la salida de la pobreza parece más asequible. Las NTICs hacen más fácil el acceso al conocimiento necesario. La ampliación de mercados y la deslocalización hacen que el desarrollo ya no dependa de producir y vender lo que uno puede por sí mismo sino que se trasvasa la capacidad de producción de quienes ya eran ricos hacia los pobres, que aportan menores costes. Ahora bien, estos procesos corren el riesgo de ser frágiles si no aprovechan los primeros momentos para fortalecer las estructuras de organización política interna, las estructuras sociales, de sanidad y de educación, y las infraestructuras internas (y externas) de transporte y comunicaciones. En todo caso la respuesta que el sistema ha dado a partir de los años 80 del siglo XX ha tenido tres consecuencias importantes: a) Se relanza el crecimiento en los países que ya eran ricos. b) Algunos países pobres salen de la pobreza y otros se van asomando a esa salida. Así sucede con los denominados “dragones asiáticos” 33 En este aspecto conviene ser cauto en las apreciaciones críticas. Cuando se repasa el listado de países clasificados por el nivel de PIB (calculado mejor en términos de paridad de poder adquisitvo, PPA) y el listado de países clasificados según el índice de desarrollo humano (IDH) que elaboran organismos internacionales se constata claramente que: (a) los países con mayor PIB per capita están entre los que tienen también un mayor valor en el IDH, y (b) los países con menor índice de PIB per capita están entre los que tienen un menor valor en el IDH. La crítica que se hace a la correspondencia o no correspondencia entre PIB y Desarrollo Humano no puede olvidar el papel de la política y de la moral en el contexto social en que la acción económica genera y distribuye los bienes que produce.


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(Hong-Kong, Taiwán, Singapur, Corea) y con los países BRIC (Brasil, Rusia, India, China), repitiéndose, por cierto, en ocasiones el camino de los que les precedieron en el proceso de crecimiento (como puede verse con la actuación de China en África, en la búsqueda de asegurarse el abastecimiento de materias primas y productos energéticos). c) No existen ya países irrelevantes (salvo excepciones) en la economía mundial. Las crisis pueden desatarse en cualquier punto del sistema, como se ha podido ver en diversos casos: México y la crisis de la deuda, el bath Tailandés y la crisis del Este asiático, la crisis financiera de 2007 provocada por los denominados “activos tóxicos”, la burbuja inmobiliaria y la recesión, la suspensión de pagos de Dubai y el temblor en los mercados financieros, y la crisis de la deuda griega (y las sospechas sobre Portugal, Irlanda o España) y el riesgo de hundimiento del euro y con él el mismo proyecto de la Unión Europea. Todos estos acontecimientos van encaminando al sistema hacia una nueva estructura de poderes y hacia una nueva arquitectura financiera internacional. Se trata de un nuevo marco para contener en su interior el núcleo central descrito al inicio, de modo que se configure un nuevo paradigma que dé respuesta a las cuatro cuestiones básicas que ahora mismo están planteadas: a) Liquidez suficiente para las transacciones y el crédito b) Mecanismos de ajuste que funcionen rápida y eficazmente c) Confianza en la estabilidad del sistema d) Transparencia en las actuaciones (la gobernanza) e) Y la necesidad añadida del control para evitar el riesgo sistémico. Finalmente, todo el proceso va unido a un movimiento creciente de factores productivos que aboca a una multinacionalización de las actividades, bien sea en forma de simple deslocalización, o bien bajo la forma de constitución de grandes compañías (las genéricamente denominadas “empresas multinacionales”). 2.4. ¿Qué valoración podemos hacer del paradigma que trata de construir el sistema en el momento actual para salir de la encrucijada en que se encuentra? 2.4.1. En primer lugar cabe decir que se trata de una respuesta parcial: a) Difiere en el tiempo las soluciones al problema creciente de la insuficiencia actual y el previsible agotamiento no lejano de los recursos naturales (aunque sí se van adoptando medidas a golpe de crisis) y tam-


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bién difiere el tema grave del deterioro del medio ambiente (basta ver el viaje de las negociaciones desde Kyoto a Copenhague). b) Difiere el afrontar de forma proactiva suficiente el problema de la pobreza. Se definieron unos objetivos para el milenio pero nunca se han dotado de medios suficientes y han quedado finalmente postergados ante la crisis actual.34 c) Y entre los temas diferidos está el necesario acuerdo para que la globalización beneficie también a los países menos desarrollados en aquello en que son más competitivos (el acuerdo que se pretendía en Doha). 2.4.2. En segundo lugar, se trata de una respuesta que no hace frente al desafío que ha planteado la crisis actual al corazón del sistema. Este corazón impulsor de todo el riego que activa los conceptos de “individuo-mercancías-mercados-ampliación-profundización-liquidez suficiente-ajuste-confianza” no es otro que la convicción profunda de que el marco general (el sistema, el mercado) se autorregula mediante la aplicación estricta de las reglas de la racionalidad económica; reglas que se concretan, como ya hemos dicho, en las condiciones de eficiencia, en una distribución en que la regla de equidad consiste en que cada cual tiene derecho a una retribución igual al valor de su productividad marginal y en que todo el sistema funciona bajo un nivel de coerción tolerable (que es en lo que consiste la estabilidad). En ese marco es donde los agentes han de desarrollar sus funciones de producción, distribución, consumo y acumulación, envueltas en el magma de la financiación. Y todo ello queda entonces sustentado sobre

34 Los objetivos que se marcaron los países para el año 2015 pretendían ir alcanzando unas metas ambiciosas que se concretaban en: (1) erradicar la pobreza extrema y el hambre, (2) educación universal, (3) igualdad entre los géneros, (4) reducción de la mortalidad de los niños, (5) mejora de la salud materna, (6) combatir el SIDA, (7) sostenibilidad del medio ambiente, y (8) fomentar la asociación mundial para el desarrollo. El atractivo de la formulación de estos objetivos estaba en dos aspectos. Por un lado, en la fijación de unos indicadores cuantitativos objetivos de fácil valoración y seguimiento. Por otro lado, aunque se destacase menos, el hecho de que las grandes beneficiarias iban a ser las mujeres, porque tradicionalmente eran las más postergadas y porque aquí entraban prácticamente en siete de los objetivos. Conseguir una recuperación de la mujer significaría en los países pobres un empuje probablemente decisivo (y yo diría que un requisito indispensable) para salir de la pobreza.


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cinco pilares: crecimiento, sostenibilidad, globalización, progreso tecnológico y medios financieros.35 Pues bien, la crisis actual ha impactado en el núcleo de todo este entramado poniendo al descubierto el fracaso de los mercados y su incapacidad de autorregularse.36 En otras palabras, la crisis ha puesto de manifiesto la inviabilidad de un sistema que coloca en primer lugar la economía (entendida como búsqueda insolidaria de los propios intereses), en segundo lugar la política (como medio para lograr esos intereses) y en tercer lugar la moral (que, además, queda reducida a una ética de normas correctas en la búsqueda de los intereses). La nueva vía que busca ahora la salida no ataca este tema, que debería invertir el orden, poniendo en primer lugar la moral (que fije los valores), en segundo lugar la política (que marca los caminos con leyes y normas) y en último lugar la economía, que se convierte en el instrumento práctico. Pero esto significa inmediatamente perder la fe en la autorregulación de los mercados y pasar a un mayor papel de lo que genéricamente podemos denominar “lo público”. Lo cual, a su vez, significa que deben alterarse los contenidos y el ordenamiento de los fines “equidad – eficiencia – estabilidad” y, finalmente, los objetivos y comportamientos de los agentes. Todo esto queda muy lejos de las líneas de salida que se proponen y, en consecuencia, podemos ahora hacernos la pregunta relativa a si cambiarán las perspectivas que ofrece el sistema a los países que hoy son pobres. 3. ¿Se podrá salir de la pobreza en el momento actual? En el punto de la historia en que nos encontramos los requisitos exigidos por el sistema y las posibilidades de salir de la pobreza pueden resumirse en los siguientes cuatro puntos: 3.1. La recomendación general (la receta para salir de la pobreza) no ha variado. Continúa afirmándose la validez de lo afirmado en el núcleo de todos los paradigmas históricos: especialización, intercambio, A estos pilares se refiere la obra de Angel Martínez: (2007). Adicionalmente, la crisis ha tenido otros impactos fundamentales: (1) una mayor conciencia de los límites del crecimiento, (2) una constatación dolorosa del peligro inherente al pilar financiero del sistema, unida a la centralidad del mismo, y (3) el debilitamiento de los criterios de eficiencia, equidad y estabilidad. 35 36


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ampliación, profundización y acumulación. El bucle debe repetirse en forma continua y creciente. Se da por supuesto que están resueltos los temas de sanidad, educación y organización política. Podría añadirse, quizás, la activación de la inversión internacional. Pero esto es dudoso, en el mejor de los casos, mientas el progreso tecnológico acelerado haga que las tasas de rendimiento del capital en los países ricos sean elevadas y mientras la tasa de riesgo-país en los países pobres se mantenga elevada. Y además es probablemente impensable durante bastantes años, hasta tanto los países ricos, que tienen instalada la crisis actual en su interior, una vez resueltos sus problemas actuales, vuelvan a ser conscientes de la “amenaza de los hambrientos”. 3.2. El flujo de inversión exterior resulta aún más impensable si el país pobre no dispone de recursos naturales propios. El sistema, en este caso, deja a los países condenados a la pobreza, paliada únicamente por una ayuda exterior siempre escasa y por unas organizaciones no gubernamentales que no pueden llegar a todo. 3.3. Sin duda habrá países afortunados. Aquellos que cuenten con recursos naturales tendrán posibilidades, siempre que cuenten además con las adecuadas instituciones garantes de derechos. En caso contrario incurrirán con facilidad en una de las modalidades de la “maldición de la riqueza” (no la conocida como “enfermedad holandesa” sino la más expeditiva de la corrupción y la desestructuración social). 3.4. Pero en cualquier caso se hacen precisos los requisitos omnipresentes: la acumulación de capital físico, de capital humano y de tecnologías adecuadas. Y en ello, como ya hemos señalado con reiteración, juegan un papel fundamental la sanidad, la educación y las infraestructuras.37 37 No puede caber duda de que, además de estos requerimientos de carácter exclusivamente economicista existen motivaciones culturales o religiosas que pueden explicar en forma importante el crecimiento económico. Max Weber alude a la influencia del protestantismo y su énfasis en la frugalidad y el valor positivo del beneficio como valor socialmente encomiable. Diríamos que una versión calvinista que potencia la maximización del consumo y de los beneficios sería la propia de la sociedad estadounidense y responde a una visión a corto plazo que da como resultado el desanimar


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4. El listado de temas cruciales Si nos situamos, con una visión realista, en esas condiciones persistentes para salir de la pobreza, aparecerán ante nosotros una serie de elementos que componen algo así como la “memoria histórica” de los participantes (ricos y pobres) en los procesos y, hasta cierto punto, también la realidad presente de los países menos desarrollados. En esta memoria histórica entrarían los siguientes apartados: 4.1. Una promesa Existe una promesa que, al parecer, es preciso creer porque la hacen los países económicamente poderosos: que el libre cambio garantiza la convergencia a través de los movimientos de mercancías y de factores en búsqueda de la máxima rentabilidad y retribución, tal como se describe en el cuadro 1. Y a esto se añade la promesa de que, mediante la aceptación de las reglas de ahorro y acumulación propuestas por el sistema, el crecimiento de todos los países irá haciendo que estos converjan hacia niveles de vida similares.

el ahorro. Pero de una manera similar se ha dado crecimiento en otras culturas, como ha sucedido en Japón y ahora mismo en China. Se trata de una visión que podríamos denominar budista en la que al final se maximiza el poder y el imperio económico, dando como resultado una visión a largo plazo en que se favorece el ahorro. También la tradición judía ha favorecido los procesos de acumulación. Y más específicamente la tradición cristiana ha dirigido sus declaraciones (bien que no sus realizaciones) en la línea de la participación y la solidaridad. Digamos que esta podría ser la aportación de Europa dentro de estos aspectos culturales del planteamiento económico. De todos modos, la conclusión más razonable es que el crecimiento es independiente de las culturas. Asoma en unos sitios antes que en otros pero no es más que la manifestación del destino humano como forma de vida: la conquista del medio, la expansión sin límites, la ambición y la acumulación. Y las culturas que no logran entrar en ese proceso básico o van demasiado lentas, simplemente desaparecen. De modo que más bien habría que preguntarse por las culturas (sistemas de valores) que harían posible un control de ese proceso desmedido y sin límites de la ambición. Dicho lo anterior, sí es cierto que algunas instituciones favorecen especialmente esos procesos de crecimiento. Es cierto que influyen la geografía o el clima (países del trópico que sufren con la malaria, y/o que no tienen acceso al mar despegan más tarde o no despegan), la existencia o no de recursos naturales y la capacidad de explotarlos. Sin embargo, estas motivaciones se diluyen en la sociedad de las nuevas tecnologías de la información y en la sociedad del conocimiento, donde la fuente principal del crecimiento es precisamente el capital humano y el progreso tecnológico, que se erigen en la fuente por excelencia de competitividad diferenciada. Sobre estos factores no economicistas de crecimiento pueden consultarse Robert Barro: (1991) y D. Bloom y J. Sachs: (1999).


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Cuadro 1 Posibilidades de la equidad a nivel mundial. ¿Pueden alcanzar los PMD a los PD? Analisis Liberal

División internacional del trabajo (ventajas comparativas TERCER MUNDO

PAÍSES DESARROLLADOS

Factores escasos Factores abundantes – Capital y mano de obra cualificada * mano de obra poco cualificada * materias primas * productos básicos

Buena remuneración de estos factores (intereses y beneficios elevados)

Factores abundantes capital y mano de obra cualificada

Capital y ahorro excedentarios

Demanda

Especialización en industrias con elevado coeficiente de mano de obra

Mercado de capital

Oferta

Intereses y beneficios débiles

Inversiones rentables en el Tercer mundo Mercado de productos básicos

Divisas para el Tercer Mundo

Factores escasos * ciertos productos básicos * mano de obra barata

Demanda

Financiación de las inversiones

Diversificación

Competitividad

DESARROLLO

Complejificación

4.2. Una duda La existencia de una duda sobre el supuesto automatismo de la promesa de convergencia a través del intercambio y la capacidad del mercado para cumplirla, aunque en algunos casos parece que sí puede haberse cumplido. Los elementos de esa duda quedan reflejados en el esquema que se presenta a continuación, (cuadro 2). Y en todo caso, la duda se extiende a la posibilidad de que los procesos de acumulación de capital, partiendo de puntos tan dispares entre los países, lleven a una convergencia en los niveles de PIB per capita.


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Cuadro 2 Posibilidades de la equidad a nivel mundial. ¿Pueden alcanzar los PMD a los PD? Análisis desde el subdesarrollo EL HECHO DE LA DEPENDENCIA

Penetración del capital extranjero

Elección de tecnologías avanzadas

Comercio cautivo de las empresas multinacionales

soluciones muy capitalísticas Costes en divisas elevados

Mala especialización

Herencia colonial

Acrecienta sociedad dual

Formación de una élite interna que favorece la penetración extranjera

Huida de capitales y excedentes al extranjero

Fraude y corrupción

Exportación de productos primarios o poco elaborados Fuertes fluctuaciones de los ingresos

Importación de productos muy elaborados

Relación de intercambio desfavorable y deteriorándose

-Crecimiento inestable -Crisis transmitidas del centro a la periferia

Consumos de lujo y ostentación en las élites

Bloqueo o freno al crecimiento endógeno Círculo vicioso del subdesarrollo

Consecuencias políticas: sociedades inestables autoritarismo conculcación de derechos humanos

4.3. Una amenaza La percepción de una amenaza de deterioro si el país se atiene a los patrones de especialización convencionales, aunque la sociedad del conocimiento, con la rapidez de difusión del mismo, parece abrir nuevas posibilidades.38 38 La amenaza se refiere tanto a la posibilidad de un crecimiento empobrecedor, al que ya hemos aludido en anotaciones precedentes, como a lo que R. Prebisch y los economistas de la UNCTAD (siglas en inglés para la Comisión de Naciones Unidas para el comercio y el desarrollo) analizaron bajo el epígrafe “deterioro secular de la relación de intercambio” en los países menos desarrollados, de la cual solamente se podrá salir mediante una introducción “traumática” de inversión que genere nuevas estructuras económicas y nuevos patrones de especialización.


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4.4. Un temor La constatación de un temor por la experiencia real de que los poderosos tienden a abusar de su posición de dominio. En concreto, el miedo al poder y a los modos de actuación de las empresas multinacionales y a la posibilidad de que se originen economías duales que impidan una adecuada estructuración de la sociedad.39 Los cuadros 3 y 4 presentan un esquema analítico comparativo en relación con la visión que se tiene de las multinacionales y sus efectos en los países. Cuadro 3 ANÁLISIS LIBERAL DE LAS MULTINACIONALES

TEORÍA DE LA VENTAJA COMPARATIVA (H.O.S.)

¿POR QUÉ SE DESARROLLAN? APROXIMACIÓN DESDE LOS PLANTEAMIENTOS DE GESTIÓN

CONQUISTA DE NUEVOS MERCADOS

CADA PAÍS DEBE ESPECIALIZARSE EN LO QUE MEJOR HACE REACCIÓN ANTE LA COMPETENCIA

REDUCCIÓN DEL RIESGO

AUMENTO DE RENTABILIDAD DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO

La implantación permite

* MULTINACIONALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS

* INTEGRACIÓN DE SU PRODUCCIÓN

-Obtener las mismas -Conocer mejor -Control de materias condiciones de precio, primas el mercado: distribución... adaptarse a los -Nivelar la coyuntura gustos locales a nivel mundial -Mejorar la distribución -Neutralizar las reacciones nacionalistas -Evitar las reacciones proteccionistas Estimula el crecimiento de empresas multinacionales

-Ampliar las series de producción -Beneficiarse de: ·paraisos fiscales ·mano de obra más barata (relación eficiencia/coste) ·reducción de costes de transporte

* CIRCULACIÓN DE PRODUCTOS * PRECIOS DE TRANSFERENCIA DIVERSAS CONDICIONES DE COMPETENCIA SEGÚN TIPOS DE PAÍSES

* MAXIMACIÓN DEL BIENESTAR DE TODOS

* DIFUSIÓN DE CAPITALES, TECNICAS Y PROGRESO TÉCNICO

4.5. Un lastre pesado e hipotecador del futuro La pesadez agobiante de un endeudamiento que es necesario pero que exige la aparición de ahorro, la austeridad y el trabajo duro para que, con 39 Al mismo tiempo deseadas y temidas, la exacerbación de alguno de estos sentimientos arrastra a veces a decisiones arriesgadas o incluso nocivas para el país, como pueden ser algunos procesos de nacionalización de empresas (cuando el temor da paso al rencor e incluso al odio).


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fortuna, si el éxito sonríe al país por el acierto en las inversiones y si los mercados financieros no frustran con sus exigencias la marcha de la actividad, otros (las siguientes generaciones) disfruten de una mejor situación. Cuadro 4 Una visión residual pero aún viva

ANÁLISIS DE LAS MULTINACIONALES DESDE PAÍSES MENOS DESARROLLADOS (PMD)

EFECTOS SOBRE LAS ECONOMÍAS RECEPTORAS

Teoría del imperialismo (visión marxista) ¿por qué la multinacionalización?

Elección de técnicas inadecuadas

La Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficios reduce esta tasa en el centro donde la composición orgánica del capital es elevada

Estimula la exportación de capital para elevar la tasa de beneficios y conquistar nuevos mercados, explotando los recursos naturales del tercer mundo (poco remunerados: “intercambio desigual”). Utilización de mano de obra mal pagada

Costes elevados en patentes y royalties

Excesiva intensidad de capital

Huida del excedente: repatriación de beneficios superiores al aporte de nuevos capitales

Obliga pagos elevados a cuadros extranjeros y al “saber hacer”

Estimula el comercio cautivo interno para las empresas

Efectos negativos sobre la balanza de pagos = incapacidad para generar ahorro

Desarrolla: * dependencia * dualismo * desarticulación

Estimula el desarrollo de multinacionales y, al mismo tiempo, provoca el subdesarrollo porque bloquea el crecimiento

Dos temas han ensombrecido estos procesos de endeudamiento: (1) la cuantía misma, que hipotecaba a menudo en exceso los ingresos por exportaciones y (2) la materialización de la deuda en divisas fuertes (especialmente en dólares USA y en euros o libras) lo que tiende a aumentar el empobrecimiento de los países no solamente ante aumentos del tipo de interés sino especialmente ante la inevitable debilidad de la moneda nacional, sometida a presiones en los mercados de cambios. El tema se agravaba cuando las inversiones de esa deuda no eran capaces


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de generar divisas para su devolución y existía también incluso cuando, materializadas en inversiones adecuadas, eran exigidas por el inversor exterior en un plazo corto por algún temor más o menos racional, como ocurrió al parecer en la crisis del Este asiático de finales de los noventa. 4.6. Una tentación La tentación de inhibirse, disimulando el fracaso con el fomento de una actividad que no será nunca capaz de andar el camino con sus propias fuerzas y que acabará casi con seguridad en el nepotismo y la corrupción. En otras palabras, se trata de la tentación de aislarse o, cuando menos, protegerse de la competencia exterior. En estas prácticas encaja el argumento denominado de la industria naciente a favor del arancel u otras medidas proteccionistas, que, si bien puede defenderse en ocasiones si se gestionan adecuadamente, corre los riesgos previamente apuntados.40 4.7. Una salida en falso Es el espejismo de negarse a aprender del exterior y de no esforzarse por emular a los mejores. Va asociado a la tentación comentada en el apartado precedente y ha adoptado la forma de procesos de industrialización mediante sustitución de importaciones. El cuadro 5 recoge los pros y contras de los procesos de industrialización mediante sustitución de importaciones. 4.8. Una salida arriesgada El atractivo de producir para exportar41, pero el temor a convertirse en una fábrica de bajo coste, a no ser que se tenga, por un lado, algún acti-

40 Hay que reconocer, no obstante, la falsa práctica del libre comercio que a menudo se detecta en los países más desarrollados cuando se entra en el análisis de lo que se conoce como protección efectiva que dispensan en realidad las medidas nominales (incluso reducidas) de protección (por ejemplo, los bajos aranceles nominales sobre algunos productos finales) así como la continua aparición de trabas no arancelarias que dificultan el comercio. 41 Exportar, como ya hemos dicho, resulta de todo punto necesario para poder reintegrar el endeudamiento exterior con el que se haya podido financiar el pretendido despegue de la pobreza.


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Cuadro 5 EFECTOS Y CONTRADICCIONES DE:

Política de sustitución de importaciones Política del Estado

Una agricultura tradicional capaz de generar un excedente exportable Ingresos en divisas que permiten pagar las importaciones de bienes producción Sectores de mercado “a mano” con demanda solvente de bienes manufacturados Estimula el mercado interior

Política antisindical

Límite a las reivindicaciones sociales

Estimula la inversión

Favorece la aparición de industrias locales

Desarrolla una industria local de bienes que sustituyen a las importaciones

Política voluntariamente inflaccionista

Reduce la carga de la deuda

Estimula al éxodo rural

Política favorable a los capitales extranjeros que vienen a invertir

Tipo de cambio sobrevalorado

- Desanima las exportaciones de bienes poco elaborados. - Disminuye el coste de los bienes importados Instalación de empresas extranjeras para evitar el proteccionismo

Disminuye el coste de la mano de obra Aparte de capitales y tecnologias (¿de qué generación?)

Debilita la demanda masiva Frena la Inversión

Tendencias antiindustrializantes Tendencias industrializantes

Política monetaria activa al servicio de la industrialización

Proteccionismo selectivo: * apertura a los bienes de producción * cierre a los bienes de consumo

Limita las exportaciones

Permite una estrategia de complejificación con bienes con mayor V.A.

Endeudamiento

Riesgo de huida de capitales y excedentes por exceso de repatriación de beneficios

Contratendencias

vo importante como, por ejemplo, un gran volumen de población, y, además, la posibilidad de acceder al progreso tecnológico. De otro modo, la intensificación de la orientación a la exportación hace incurrir en una dependencia respecto de la buena marcha de los otros países, a no ser que se haya tenido tiempo de acumular ingentes cantidades de divisas con las que, al verse sometido a la tensión de la dependencia exterior, se pueda estimular la propia demanda interna. China es probablemente el ejemplo más claro de esta modalidad. El cuadro 6 expone algunas consideraciones en relación con este tema.


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Cuadro 6 EFECTOS Y CONTRADICCIONES DE:

Estimulo de las exportaciones (fiscalidad, información...)

Política de orientación a exportaciones Política activa del Estado en favor del desarrollo del capitalismo nacional

Modernización del aparato productivo

Sector público puesto al servicio de la constitución de las empresas más poderosas

Acción sobre la calidad de la mano de obra

Elevación de la cualificación

Enseñanza, al servicio de la industrialización

Política fiscal favorable a los capitales extranjeros

Política antisindical

Ayudas a la inversión

Demandas públicas a los sectores prioritarios Constitución de grupos dependientes del Estado

Contención de los salarios y reivindicaciones sociales

Multinaciona -lización

Elevación considerable de la tasa de exportaciones

Política del tipo “revolución verde”

Comercio cautivo Dependencia Extraversión

Crecimiento de la productividad

Transferencia de tecnología Estimulo a la competitividad de las industrias exportadoras intensivas en mano de obra

Diversificación de productos en filiales, con dominio constante de los bienes de equipo

Esfuerzo en el campo de la investigación aplicable

Adaptación a la demanda mundial

Exito en los sectores complejos, ingeniería, contratos llave en mano, industrias electrónicas

Mayor sensibilidad a las crisis en Occidente

Ingresos por exportaciones

Capital disponible para la industrialización

Favorece a los más ricos (irrigación, maquinaria)

Freno al consumo interior Adaptación a la 3ª revolución industrial

Estímulo al éxodo rural

Aumento de tensiones sociales

Permite limitar los salarios Factores que estimulan la industrialización Factores que frenan. Contratendencias

4.9. Una respuesta difícil La posibilidad de apuntarse al tren actual de la globalización y la regionalización, aunque lastrados por experiencias históricas que tuvieron resultados decepcionantes. Puede tratarse de integraciones económicas, bien sea entre países menos desarrollados y países ricos (lo que genera asimetrías importantes, como está demostrando en buena parte el propio caso de la U.E.) o bien exclusivamente entre países menos desarrollados (donde las dificultades de los procesos de creación y dispersión de comercio así como la necesidad de distribuir los centros de producción en el denominado comercio intra-industrial, a los que se unen las dificultades de conjuntar instituciones muy dispares hacen muy a menudo difíciles y hasta ino-


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perantes los procesos). Caso de caminar por esta vía de las integraciones regionales los efectos esperables quedan recogidos en el cuadro 7. Cuadro 7 LOS EFECTOS ATRIBUIDOS A LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO ANTES DE FORMARSE LA INTEGRACIÓN

Las empresas razonan por relación a un mercado potencial más amplio

Politíca económica y social comunes o coordinadas (tendencia)

Instauración de un mercado común y de reglas comunitarias

Estimula las inversiones

principio de la preferencia comunitaria

Resultados posibles de una política común

Tarifa aduarnera común

Precios internos distintos del mercado mundial

Modifica las condiciones de funcionamiento de los mercados

Libre circulación de mercancias, capitales y personas

Armonización de las ayudas y las normas

- Limita la protección interna - Refuerza la protección común

gravámenes obligatorios

El aumento del tráfico potencial estimula: * las exportaciones * la división internacional del trabajo * la implantación de multinacionales extranjeras * los procesos de concentración

INDUSTRIA política industrial, investigación y protectos conjuntos

Seguridad de aprovisionamientos

Refuerza los intercambios intrazonales, ¿limita los intercambios con los otros países? Creación y dispersión de comercio Armoniza la formación de los costes comparativos

Estimula la producción

SOCIAL Armonización de normas, cargas sociales

Tendencia al exceso de producción

Limita las importaciones

DINERO reglas comunes en la política monetaria

* Armonización de tipos de cambio * Limitar el déficit de las balanzas de pagos * Ligar las políticas financieras * Tener en cuenta las restricciones de las balanzas de pagos

NUEVA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO

4.10. Una necesidad La necesidad de no saltarse lo que parecen ser etapas lógicas en la salida de la pobreza pero sin estancarse tampoco en el crecimiento. Aquí entra precisamente la reforma agraria, necesaria en muchos países (cuando la agricultura ofrece posibilidades) y unida en todo caso al libre


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comercio de los productos en los mercados, de modo que pueda constituirse una base sólida de crecimiento con el trasvase racional de recursos hacia los otros sectores productivos y se evite adicionalmente la aparición de cinturones de pobreza alrededor de las grandes ciudades atraídos por la posibilidad de unos puestos de trabajo en los sectores económicos que en ellas se generan pero que de hecho no ofrecen las posibilidades que parecen proclamar.42 4.11. Un riesgo grave En los casos en que existe una riqueza natural relevante (materias primas, minerales muy demandados, petróleo) existe un riesgo claro de que esa riqueza natural que suele convertirse en un monocultivo se transforme en pobreza social. Es lo que en párrafos precedentes hemos denominado “la maldición de la riqueza en recursos”, que no solamente se manifiesta en el campo de los precios sino que en los casos, no raros, de deficiencia institucional, aboca a la descapitalización, la corrupción y la incapacidad de generar una fiscalidad que haga posible un sector público eficaz, amén de otros perjuicios sociales asociados a la indolencia y la incapacidad para un sacrificio personal en beneficio de la sociedad. El cuadro 8 recoge diversas consideraciones a este respecto. 4.12. Unas exigencias La percepción de que debe superarse el inadecuado funcionamiento de las instituciones jurídicas, políticas, económicas y sociales y de que se precisan reformas fiscales e institucionales que hagan posible el cumplimiento de las condiciones necesarias para el éxito de una política industrial que convierta en estable la salida de la situación de pobreza, como se recoge en el cuadro 9. Y aunque sea reiterarnos, siempre en la base de todo queda la convicción de que los pilares fundamentales son: sanidad, educación, infraestructuras, instituciones y gobernanza.

42

Véase Todaro, Michael P.: (1988).


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Cuadro 8 POSIBLES EFECTOS NEGATIVOS DE LA RENTA DERIVADA DE UN MONOCULTIVO

Entradas importantes de divisas

Aumenta la apreciación de solvencia de los países por los medios financieros

Atrae a las multinacionales

Desánimo en la producción interior de bienes y servicios

Paradoja de países con fuertes ingresos por exportaciones pero presas periódicamente de proyectos grandiosos que originan penuria de divisas.

Resulta que, así, el bien objeto de monocultivo era el único bien exportable posible. Otra forma de dependencia.

Permite importar mano de obra

Comportamientos de burguesía rentista

Extensión del Sector Público

Estimula la extraversión, y la elección de tecnologías avanzadas pero poco generadoras de empleo

Sobreapreciación del tipo de cambio

Estímulo a las importaciones

Genera comportamientos no productivos de aquellos que se benefician del maná del monocultivo

Huída de capitales y excedentes Extraversión Dependencia: económica ¿cultural?

Desanima el nacimiento de industrias locales y la modernización de la agricultura

Desviación del ahorro hacia fines no productivos

Compras elevadas de bienes de consumo, productos agrícolas...

Huida de capitales fácilmente ganados pero temerosos de la inestabilidad política

Bloqueo del crecimiento cuando los recursos desaparezcan o cuando se desploma este mercado

5. La insuficiencia radical. La condición de sostenibilidad Con todo lo dicho no queda dicha la última palabra. El tren del crecimiento se pondrá de nuevo en marcha (excrecencias aparte, que quedarán tiradas en la cuneta como costes de esta historia). Y al no haber cambiado el paradigma en su núcleo interno el tren será arrastrado por vagones (con alguna reordenación en los números de cabecera) cuyo combustible continúa siendo una mezcla de los cuatro elementos siguientes: a) Unos individuos egoístas y ambiciosos que compiten entre sí tratando de destruir al competidor y buscando exclusivamente su propio interés a corto plazo. b) Una producción de mercancías, en algunos casos inútiles y no pocas veces superfluas, que consumen exceso de recursos.


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Cuadro 9 CONDICIONES PARA EL EXITO DEL DESARROLLO INDUSTRIAL INDUSTRIAS INDUSTRIALIZANTES

Alianza necesaria con multinacionales

Condiciones necesarias

Estado dotado de voluntad de independencia nacional capaz de imponer su elección

Fuente de financiación importante (generalmente los hidrocarburos)

Privilegia el mercado interior a largo plazo

fábricas “llave en mano” dependencia de tecnologías extranjeras

Financiación masiva de grandes proyectos

Plan de conjunto relativamente obligatorio y exigente

Tecnologías intensivas en capital

Infraestructuras Industrias de base

Sector público importante Fuerte tasa de inversión

Despilfarro de capitales

Los sectores privilegiados son los de gran coeficiente de arrastre: industrias pesadas

Limita la satisfacción de necesidades inmediatas

Busca polos de desarrollo

Demanda a las industrias locales. Subcontratación

Costes en ingeniería

Descuida los otros sectores Provee los medios de producción

Crecimiento de la productividad Efectos de arrastre Industrialización y desarrollo

Agricultura debilitada

Limita las deficiencias y carencias en el apartado

Falta de autonomía para repuestos y reparaciones

Infrautilización de las capacidades de producción

Importaciones: coste elevado en divisas Riesgos para el futuro, cuando hayan desaparecido los recursos de hidrocarburos o cuando se altere este mercado

Efectos positivos

Tendencias industrializantes

Contratendencias

Amenaza para el crecimiento a largo plazo

c) Unos mercados a menudo manipulados por sus agentes (oligopolios, multinacionales, entidades financieras). d) Todo ello en un ciclo continuado que permita una acumulación creciente, de modo que se repita por siempre: producción-ventasacumulación-producción-ventas- … y así para siempre. Este tren seguirá llevando a la cola vagones que de ninguna manera pueden acceder a la marcha normal porque tienen imposibilidad de cumplir todos los requisitos necesarios. Más aún, porque es seguro que, aun-


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que los cumplieran, el conjunto del tren tropezaría en las limitaciones físicas, ambientales y biológicas ya detectadas, lo que haría inviable al sistema en la forma conocida. No quedará otra solución que cambiar de paradigma. Y este cambio no es otro que el que puede ir asociado al adjetivo “sostenible” aplicado adecuadamente a la palabra “crecimiento”. El término “sostenible” así no puede reducirse únicamente a temas medioambientales, contaminación o agotamiento de los recursos naturales. “Sostenible” debe significar, además, modos de organización, estructuración de la actividad económica como comunidad cooperativa y solidaria de intereses, donde se mira al largo plazo, en lugar de un corto plazo interesado. “Sostenible” significa “competencia solidaria y transparente”, por muy aparentemente contradictorio y difícil que pueda resultar esto. Porque la competencia practicada entre quienes solamente miran al corto plazo es necesariamente depredadora y destructora mientras que la mirada común al largo plazo abre campos de cooperación, dentro de las legítimas diferencias. “Sostenible” significa, en suma, situar la actividad económica sobre los pilares de personas que actúan unas junto a otras para producir los bienes necesarios al conjunto de la sociedad, de modo que el resultado de todo ello sea la cohesión social y la convergencia buscada a todos los niveles. Aquí hay, en consecuencia, mucho campo para lo público. Sin duda estamos muy lejos de este paradigma. Y no existe un modelo o sistema económico del mismo. Se trata de actitudes y acciones que pueden acercarnos a estas metas. Por lo tanto, estamos también muy lejos de que los vagones de cola no lastren al conjunto del tren. Estamos también muy lejos de que el conjunto del tren no sufra sacudidas violentas periódicamente e incluso descarrilamientos catastróficos. Pero también es cierto que es posible avanzar en la buena dirección hacia un cambio de vías oportuno. 6. Conclusión y coda Repasando el conjunto de lo dicho podemos acabar con lo que indicábamos al comienzo de este artículo en relación con la ciencia económica (mejor, el pensamiento económico). Puesta en el orden adecuado, cabe confiar en la ciencia económica, en el pensamiento económico, como instrumento de transformación social, no como una ciencia de lo lúgubre sino como una ciencia de la esperanza.


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Bibliografía ARMENDÁRIZ, LUIS MARÍA (1995): Un pacto de supervivencia entre el hombre y la tierra. Universidad de Deusto. BARRO, ROBERT (1991): “Economic Growth in a Cross Section of Countries”, Quarterly Journal of Economics, mayo. BLOOM, D. y SACHS, J. (1999): “Geography, Demography and Economic Growth in Africa”, Brookings Papers on Economic Activity. CALVEZ, JEAN-YVES (1989): L’economie. L’homme. La societé. L’enseignement social de l’Eglise. Desclée de Brouwer. FUKUYAMA, FRANCIS (1992): El fin de la historia y el último hombre. Editorial Planeta. KRUGMAN, PAUL y OBSTFELD, MAURICE (1998): Economía Internacional. Teoría y Política. 4ª edición. McGraw Hill. MARTÍNEZ, ANGEL (2007): Economía política mundial. II Pugna e incertidumbre en la economía mundial. Editorial Ariel. SANTACOLOMA, JUAN FRANCISCO (2005): Materiales para pensar la economía. Dos visiones alternativas. Universidad de Deusto. STIGLITZ, JOSEPH E. (2002): El malestar de la globalización. Editorial Taurus. —(2006): Cómo hacer que funcione la globalización. Editorial Taurus. TODARO, MICHAEL P. (1988): El desarrollo económico del Tercer Mundo. Alianza Editorial. RESUMEN El artículo expone lo que puede denominarse el núcleo y los paradigmas históricos de la economía de mercado que han pretendido responder a la pregunta sobre cómo los países pueden salir de la pobreza. Se exponen los requisitos generalmente admitidos para tal proceso y las dificultades que encuentran los países pobres para salir de su situación. Al final se propone la tesis de que el sistema de economía de mercado, con el paradigma actual y su núcleo, entrará en contradicciones graves, lo cual no impedirá que más países salgan de la pobreza, y se hará necesario un cambio de paradigma y núcleo. Pero no existe un modelo de tal cambio sino que caben muchas materializaciones, donde lo importante son las actitudes y las acciones que adopten individuos y grupos relevantes. Palabras clave: Riqueza, crecimiento, desarrollo, pobreza, convergencia, sistema económico, paradigma económico. SUMMARY This paper sets out what can be referred to as the core and the historic paradigms of the market economy intended to answer the question of how countries can emerge from poverty. The generally admitted requirements for the process are set out, along with the difficulties that poor countries encounter in seeking to emerge from their situation. Finally, the thesis is propounded that the market economy with its current paradigm and core is likely to encounter serious contradictions, though this will not prevent more countries from leaving poverty behind, and that a change of paradigm and core is needed. However there is no single model for such a change: there are many ways of going about it and the most important elements are the attitudes and actions of significant groups and individuals. Key words: Wealth, growth, development, poverty, convergence, economic system, economic paradigm.


BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 241-262)

GOBERNANZA Y DESARROLLO SOCIO-ECONOMICO: HACIA NUEVAS POLITICAS DE COMPETITIVIDAD James R. Wilson1 Instituto Vasco de Competitividad. Universidad de Deusto

1. Introducción: La gobernanza de una economía En los pasados años la gobernanza ha emergido como un concepto central en las ciencias sociales, y en particular en la literatura que trata de analizar varias cuestiones asociadas con el desarrollo económico. Jessop (1998) nota que el desarrollo de un ‘paradigma de gobernanza’ en la literatura de las ciencias sociales es relativamente reciente, pero recibió un fuerte reconocimiento en 2009 al conceder el premio Nobel de economía a Elinor Ostrom y Oliver Williamson, precisamente por su análisis de la gobernanza económica. En el caso de Ostrom el premio reflejaba su trabajo sobre la administración efectiva de bienes comunes por grupos de usuarios (Ostrom, 1990, 1998), mientras que en el caso de Williamson reflejaba su análisis de gobernanza en el contexto de la teoría de la empresa (Williamson, 1975, 1985, 1996, 2002). El auge del concepto de gobernanza ha coincido con una mayor complejidad de relaciones en los sistemas socio-económicos relacionados con los procesos de globalización, y en este contexto de complejidad, con el reconocimiento de la naturaleza sistemática de procesos de innovación (Aranguren et al, 2010a, 2010b).2 Sin embargo, a pesar de su uso intensivo en debates académicos y populares, la gobernanza sigue siendo un concepto cuyo entendimiento no es siempre claro o consistente en su uso y aplicación. 1 El autor agradece la discusión y comentarios iluminantes de Miriam Quintana sobre borradores anteriores de este artículo. 2 Véase también el numero sobre ‘el reto de la globalización y su impacto en la economía Vasca’ (Boletín de Estudios Económicos, 2007) para un perspectiva empresarial de las nuevas complejidades de la globalización.


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La palabra ‘gobernanza’ está frecuentemente asociada a debates sobre el papel del ‘gobierno’, desde un enfoque limitado de economía política. Por otro lado, a menudo se refiere específicamente a la empresa, y al concepto de gobernanza corporativa. Sin embargo el significado correcto es más amplio en su concepto y en consecuencia en sus implicaciones. Esencialmente, una economía es un sistema de agentes (individuos, empresas, instituciones de gobierno, otras instituciones y asociaciones) que están vinculados para la producción y consumo de output económico (bienes y servicios). Dentro de este sistema, las decisiones están coordinadas por mecanismos que mezclan elementos de mercado, de jerarquía y de cooperación en forma de heterarquía autoorganizada. En el contexto de una economía en su totalidad, la gobernanza se refiere específicamente a estos procesos de coordinación de decisiones. Así la gobernanza no es un concepto de gobierno, o de empresa, o de cualquier otro agente aislado de su contexto. Sí en cambio es un concepto que engloba todas las relaciones que existen en una sociedad, las cuales pueden ser coordinadas de distintas formas, integrando varias formas de gobernanza corporativa y de gobierno. Las distintas combinaciones que se pueden dar entre estos mecanismos tienen implicaciones fundamentales para el desarrollo económico de un territorio, porque cada una conlleva formas distintas de representar los intereses de los agentes que están involucrados en el proceso. Entendido en este sentido amplio, la literatura tiene múltiples definiciones del concepto de la gobernanza. Por ejemplo, para Kooiman y Van Vliet (1993) el concepto señala “la creación de una estructura u orden que no puede ser impuesto externamente”. Se trata de una estructura resultante de una interacción continua entre distintos actores. Similar, pero más detallado, la Comisión de Gobernanza Global (1995) habla de “la suma de las múltiples formas en que los individuos e instituciones, públicas y privadas, gestionan sus asuntos de interés común. Es un proceso continuo dentro del cual se pueden acomodar intereses diversos e incluso opuestos y tomar una acción cooperativa. Incluye tanto instituciones formales y regímenes con el poder de hacer cumplir, como acuerdos informales entre personas e instituciones que ellos acuerden o perciben de estar en sus intereses.” En su definición más amplia, Jessop (1998) indica que la gobernanza es “cualquier modo de coordinación de actividades interdependientes”. No obstante, en un significado más restrictivo, el autor define el concepto sólo en términos de modos de coordinación auto-organizativa (heterarquía) entre distintos agentes. En este


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sentido, los agentes que participan en la gobernanza pueden incluir instituciones públicas –por ejemplo, gobiernos en sus distintos niveles– y también instituciones privadas y personas autónomas en su operativa pero interdependientes con otros agentes. La clave está en explorar los roles de los mercados, los estados y las relaciones entre actores en la coordinación de decisiones. De acuerdo a esta conceptualización amplia de la gobernanza, este artículo trata de analizar la relación específica entre la gobernanza y desarrollo económico, y sus implicaciones para el análisis de la competitividad territorial. En particular tratamos de dar respuesta a la cuestión de ¿por qué la gobernanza es importante para procesos de desarrollo económico? La respuesta está relacionada con argumentos fundamentales sobre lo que constituye el desarrollo económico, que nos recuerda la inseparabilidad de lo económico y lo social en procesos de desarrollo, y por tanto de cara a la formulación de políticas para la competitividad. Así, hablamos de cambio de procesos de desarrollo socio-económico o de competitividad socio-económica, en los que ciertas formas de gobernanza son críticos para llegar a resultados eficientes. Para llegar a un entendimiento de la centralidad de la forma de gobernanza que caracteriza los procesos de desarrollo en una economía, comenzamos la Sección 2 con un análisis crítico de una de las raíces de las teorías de gobernanza, aquellas procedentes de la teoría de la empresa. En particular, introducimos un enfoque alternativo sobre la teoría de la empresa basada en el análisis de la toma de decisiones estratégicas (Cowling y Sugden, 1987, 1994, 1998, 1999). Este enfoque nos lleva en la Sección 3 a analizar la importancia de la gobernanza –concebida como procesos de toma de decisiones estratégicas– en procesos de desarrollo socio-económico en general. Concluimos en la Sección 4 con unos comentarios sobre la relación entre una conceptualización de desarrollo socio-económico, donde las formas de gobernanza que caracterizan el sistema son reconocidas como centrales, y las políticas contemporáneas para apoyar la competitividad de territorios (naciones y regiones). 2. La toma de decisiones estratégicas y la empresa El punto de partida para la mayoría de análisis económicos de la empresa es la contribución seminal de Coase (1937). Coase quiso presentar una definición de la empresa que era realista a la vez que tratable por el principio económico fundamental de sustitución marginal. En su


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intento de reconciliar los dos, desarrolló una perspectiva de la empresa como una forma de organizar la producción, que fuese alternativa al mecanismo de precio: “La principal razón por la que es rentable establecer una empresa parece ser que es porque hay un coste al usar el mecanismo de precio” (390). Para Coase entonces, una empresa es “el sistema de relaciones que se produce cuando la dirección de recursos es dependiente del emprendedor” (393), siempre con la cuestión al margen de “es rentable traer otra transacción bajo la autoridad organizadora” (404). Este enfoque de la empresa como una alternativa al intercambio en los mercados ha sido el punto de partida para una gran cantidad de análisis posteriores de la empresa llevados a cabo por economistas. Las proposiciones de Coase constituyen la base de la importante corriente de análisis de costes de transacción, que busca explorar las condiciones bajo las que las ‘empresas’ serán preferidas a los ‘mercados’ en la coordinación de la producción. Williamson (1975, 1986, 1996, 2002) ha sido influyente en el desarrollo de estas ideas. Su marco conceptual está basado en el análisis de la conveniencia de estructuras de gobernanza alternativas (mercados versus jerarquías en el caso más simple) siendo éstas determinadas por el tipo de transacciones (y sus costes) necesarias para una actividad productiva determinada. Lo que él describe (1996: 54) como “la economía de costes de transacciones” emplea de hecho un “enfoque contractual al estudio de la organización económica”. Se supone que existe una ‘racionalidad limitada’ (según Simon, 1947), junto con una suposición de que los agentes buscan su propio interés (oportunismo), para “ayudar a distinguir entre modos de contratación posibles e imposibles” (p. 56). Los principios de la economía de costes de transacción toman un papel prominente también en el cuerpo de literatura que se dedica analizar la empresa multinacional. Hymer (1960) y Kindleberger (1969) fueron los primeros que desarrollaron la idea de que las empresas con operaciones en el extranjero tienen que afrontar desventajas con respecto a empresas locales, por lo que para competir tienen que tener una o más ventaja(s) contrapeso(s). Además, para convertirse en empresas transnacionales debe ser beneficioso utilizar estas ventajas por sí mismas en vez de venderla a empresas locales. Su teoría entonces abre el camino para la exploración de la empresa multinacional en términos de costes de transacciones. Contribuciones importantes de Buckley y Casson (1976, 1985), McManus (1972), Rugman (1980, 1981) y Dunning (1976, 1977,


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1985), por ejemplo, tienen sus raíces en esta cuestión de ‘internalización’ de actividades en la empresa multinacional. La interpretación predominante de las extensiones del análisis de Coase nos ha llevado esencialmente a un enfoque sobre la distinción entre intercambios de mercado e intercambios fuera del mercado. No nos ha llevado sin embargo a analizar las características más fundamentales de las actividades productivas de las empresas, y las decisiones que subyacen a éstas. Según Tomlinson (1984, 591-2), por ejemplo, “teorías [de la empresa] simples que maximizan son predominantemente neoclásicas” y “su propósito principal no es el análisis de la producción sino de los mercados.”3 Cowling y Sugden (1987: 9-10) persiguen esta línea, y rechazan el enfoque consecuente de la corriente dominante en el tipo de intercambio (mercado o no-mercado). Sugieren en cambio un enfoque sobre la naturaleza fundamental del intercambio. En su desarrollo de una nueva teoría de la empresa ‘transnacional’, mantienen que “debería ser alguna cualidad subyacente la que sirva de fundamento del análisis porque sólo pueden ser las características esenciales las que distingan el intercambio, y no atributos superficiales. (ibid.: 9). Además, en un artículo posterior (Cowling y Sugden, 1998) notan que el propio Coase (1991: 65) es crítico del “excesivo énfasis” en la teoría económica sobre relaciones contractuales, que ha resultado en que “los economistas han tendido a descuidar la principal actividad de una empresa, el negocio”. Cowling y Sugden (1987, 1994, 1998) enraízan su marco alternativo a la teoría de la empresa en una re-evaluación de Coase, volviendo “a su punto real de partida, la noción de planificación económica” (1998: 61). En efecto, Coase (1937: 388) expone el argumento de que “existe planificación dentro de nuestro sistema económico que es muy diferente a la planificación individual … y que está emparentada a lo que normalmente se denomina planificación económica”. Cita a Robertson (1923: 85), notando que encontramos “islas de poder consciente en este océano de cooperación inconsciente como trozos de mantequilla coagulando en un caldero de suero de leche.” Para Cowling y Sugden, esta preocupación 3 Mientras el análisis de Williamson representa una diversión de una de las suposiciones de la economía neo-clásica – “ortodoxia invoca asunciones de mayor racionalidad (a menudo hiper-racionalidad) y frecuentemente elimina los obstáculos del oportunismo” (Williamson, 1996: 6) – es incluido en esta crítica de Tomlinson. Sobre Markets and Hierarchies, Tomlinson (1984: 603) argumenta: “si bien indudablemente sofisticado en muchos sentidos, refuerza la tendencia de economistas y sociólogos de simplemente contraponer ‘eficiencia’ y ‘poder’ como explicaciones alternativas de la empresa moderna.”


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con la planificación y con ‘islas de poder’, sugiere la importancia de lo que ellos denominan ‘la toma de decisiones estratégicas’, y les lleva a una definición de la empresa moderna más amplia, como “los medios de coordinación de la producción desde un centro de toma de decisión estratégica” (1998: 67). Aunque parten de la misma noción de planificación, su definición es cualitativamente diferente a la de Coase. Tanto los intercambios en el mercado como los de fuera del mercado que están coordinados desde un centro de toma de decisiones estratégicas están considerados como pertenecientes a la empresa, mientas que para Coase sólo las transacciones fuera de mercado forman parte de la empresa. Por lo tanto, las relaciones de subcontratación, por ejemplo, están incluidas en la definición de la empresa. Esto refleja la importancia que confieren Cowling y Sugden a la naturaleza del inter-cambio en vez del tipo de inter-cambio, un punto que está ilustrado en su discusión del caso de Benetton (1987: 13-14), donde mantienen que es “artificial a priori el separar las ocho plantas principales de Benetton de las 200 subcontratas”. Partiendo de esta definición, se puede perseguir un análisis de la empresa que surge del concepto de planificación, y que está firmemente enraizado junto a la teoría de la empresa convencional (Cowling y Sugden, 1998). Por supuesto, la inquietud con la toma de decisiones per se no es algo nuevo, y ha sido el enfoque de muchas contribuciones importantes (por ejemplo: Chandler and Redlich, 1961; Cyert and March, 1963; Hymer, 1972; Simon, 1947, 1959). Diferente es la proposición de que la toma de decisiones estratégicas debe ser central a la teoría de la empresa, con implicaciones tanto para los límites percibidos de la empresa, como para la determinación de la actividad económica en la economía en su totalidad. Además, en un mundo globalizado y caracterizado por cadenas de valor globales y complejas, la definición de la empresa es todavía más complicada, y es aun más relevante identificar y analizar dónde están tomadas las decisiones estratégicas. En su preocupación con la toma de decisiones estratégicas, Cowling y Sugden están interesados fundamentalmente con temas de control. Así, refieren a las observaciones de Zeitlin (1974) sobre la gobernanza corporativa, quien identifica control con “la capacidad de determinar las políticas de una corporación.... una relación social, no un atributo” (1090). Partiendo de Weber (1968) conceptualiza el control de la siguiente forma (1091): “[C]uando la estructura concreta de propiedad y las relaciones inter-corporativas hacen rentable que un grupo identificable de intereses de la propiedad sea capaz de llevar a cabo sus objetivos


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corporativos en el tiempo, y a pesar de resistencias, entonces podemos decir que tienen el “control” de la corporación.” Para Cowling y Sugden (1998: 64), entonces, “el poder de tomar decisiones estratégicas puede ser equiparado con el poder de controlar una empresa, donde el control implica la habilidad para determinar los objetivos corporativos en un sentido amplio”. En particular, con referencia a Zeitlin (1974: 1091-92), es probable que los objetivos amplios sobre los que se ejerce este control incluirían cuestiones como “¿qué relaciones deben las corporaciones en una economía oligopolística establecer entre ellas? ¿Con el estado? ¿Con gobiernos extranjeros? ¿Con los trabajadores? ¿Con las fuentes de materias primas y los mercados?” Estas son las decisiones claves que determinan la dirección estratégica de la empresa, formando la parte superior del proceso de toma decisiones, y por lo tanto fijando los parámetros para la toma de decisiones a niveles inferiores en la empresa. La cuestión sobre ‘quién’ controla la empresa es especialmente importante porque implica la capacidad de la toma de decisiones estratégicas a pesar de resistencia de otros.4 Suponiendo que el comportamiento de los agentes económicos refleja sus propios intereses, un principio central de la teoría económica ortodoxa sugiere la posibilidad de que las decisiones tomadas en los intereses de una ‘élite’ (el pequeño grupo que controla las empresas grandes) no corresponderían a los intereses de los ‘muchos’ (quienes no controlan empresas grandes, aunque tienen un interés en sus actividades). En consecuencia, hay posibilidad de un ‘fracaso estratégico’; la concentración de poder en la toma de decisiones estratégicas en una élite implica que a la sociedad en general se le deniega la posibilidad de llegar a resultados que son socialmente eficientes.5 Una respuesta común a estos argumentos es que la presión de los mercados fuerza a las empresas a comportarse de cierta manera, y que por lo tanto no tienen la capacidad de tomar decisiones a pesar de la resistencia de otros; la teoría ortodoxa sugiere que la optimización de Pareto está alcanzada por los mercados perfectos. Sin embargo, hay una extensa e influyente corriente de literatura que disputa la existencia de 4 Hay una abundante literatura sobre propiedad y control que tiene sus antecedentes en el trabajo pionero de Berle y Means (1932). Véase Branston et al. (2006a) para una contribución reciente a esta literatura desde una perspectiva de la toma de decisiones estratégicas. 5 Cowling y Sugden (1994: 127-32) desarrollan esa idea en detalle respecto “de grupos de deficiencias sistemáticas ínter-relacionadas: transnacionalismo; centripetalismo, y corto placismo.”


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condiciones de competencia perfecta, y hay un consenso general en que la realidad los mercados están caracterizados por la competencia imperfecta (véase, por ejemplo, Baran and Sweezy, 1966; Hymer, 1970; Cowling, 1982; Encaoua et al., 1986; Geroski, 1995 y Tirole, 1988). Por lo tanto, si aceptamos que las decisiones estratégicas de empresas permanecen en una élite en el contexto de mercados imperfectos, hay una preocupación fundamental sobre la posibilidad de alcanzar una organización de la producción que sea socialmente eficiente. Extendidas así las implicaciones, desde la empresa hacia la sociedad, hay coincidencias importantes con el trabajo seminal de Hymer (1972) sobre la corporación multinacional y el desarrollo desigual. Mirando hacia el año 2000, Hymer (1972: 114) previó un “régimen de Corporaciones Multinacionales del Atlántico Norte” que “tienden a centralizar las funciones de toma de decisiones estratégicas de alto nivel en unas pocas ciudades en países avanzados, rodeadas de un número de sub-capitales regionales, y confinando el resto del mundo a menores niveles de actividad e ingresos”. Hymer adoptó ideas de Chandler and Redlich (1961) al distinguir entre actividades de Nivel I, Nivel II y Nivel III, donde Nivel I se refiere esencialmente a la toma de decisiones estratégicas. Argumentó que estas actividades estarían concentradas casi exclusivamente en sedes situadas en unas pocas ciudades importantes; “los principales centros de planificación estratégica de alto nivel” (1972: 124). En la toma de decisiones desde estos centros, las élites que controlan las grandes empresas tienen potencial para influir en la prosperidad y destino de localidades geográficamente y culturalmente distantes. Las decisiones reflejarán principalmente los intereses de la élite, los cuales no estarán siempre alineados con los intereses de las personas y las comunidades más afectados por sus consecuencias. Así, define Hymer (1972) su ley de desarrollo desigual: “la tendencia del sistema a producir pobreza al igual que riqueza, subdesarrollo al igual que desarrollo”. 3. Gobernanza y Desarrollo Socio-económico El análisis de la teoría de la empresa nos ha servido para ilustrar la importancia de ‘quién’ está involucrado en procesos de toma de decisiones que tienen impactos importantes en la sociedad. El vínculo entre la gobernanza, concebida como los procesos y estructuras asociadas para la identificación y toma de decisiones, y el desarrollo socio-económico es particularmente claro cuando consideramos el significado de desarrollo


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socio-económico. Sugden y Wilson (2002) cuestionan este significado en el contexto de la corriente ortodoxa y su aplicación en las políticas del consenso de Washington. Proponen un marco en el que, en vez de basarse en el alcance de objetivos fijados por grupos externos, la propia definición de desarrollo económico está basada en la identificación y alcance de los objetivos de las personas que habitan el territorio en cuestión: “cuando pensamos sobre el desarrollo económico de un lugar específico (ciudad, región, país)… los fines y objetivos de las personas que residen en este lugar deben definir el concepto de desarrollo económico.” Su argumento principal es que cada territorio tiene un contexto diferente, y la consecución de objetivos que no estén determinados por sus comunidades es socialmente ineficiente. El reto clave entonces es el de facilitar la participación de las personas en la identificación de fines y objetivos, y las decisiones para alcanzarlas. La gobernanza en este sentido es un concepto absolutamente central. Una consecuencia de conceptualizar el desarrollo de esta manera es que es imposible separar lo social de lo económico: en el mundo real, las actividades y objetivos de las personas y las instituciones no hacen una distinción clara entre lo económico y lo social. Es por esto que enfatizamos la importancia de tratar esta complejidad en su totalidad en análisis de procesos de desarrollo socio-económico. Un elemento de discordia respecto a la ortodoxia, tanto en la ampliación hacia lo socio-económico como en la preocupación con los fines y objetivos reales de las personas, se encuentra en las formas que se utilizan para medir el progreso. En las últimas décadas ha predominado firmemente el supuesto de que nos interesa únicamente la renta como objetivo de desarrollo y como forma de medirlo. Este supuesto está demostrado claramente por ejemplo en el enfoque del Banco Mundial. En su Informe de Desarrollo Mundial presenta una selección detallada de estadísticas, pero deja claro que “el criterio principal utilizado … para clasificar y distinguir entre etapas de desarrollo es el PIN per cápita” (Banco Mundial, 1999: 227).6 Hace más de cuarenta años Seers (1969, 1972: 21-22) destacaba las limitaciones de este enfoque, manteniendo que dado “que la complejidad de problemas del desarrollo es cada vez más 6 El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) ha proporcionado una alternativa popular, con el fin de evaluar el desarrollo ‘humano’ en un sentido más amplio, pero esta medida no obstante contiene un componente de renta importante y queda en una medida relativamente limitada e inflexible, algo reconocido por el propio UNDP (1997).


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obvia, esta adicción continua al uso de un único indicador agregativo… empieza a parecer como una preferencia para esquivar los problemas reales del desarrollo.” Esta adicción ha persistido, y hoy en día hay un cierto sentimiento de que el discurso popular sobre la competitividad territorial ha simplemente reformulado un viejo debate en un nuevo lenguaje. Hay coincidencias importantes, por ejemplo, entre el proceso de categorizar ‘desarrollo’ utilizado por el Banco Mundial y los empleados para categorizar la ‘competitividad’ por el Foro Económico Mundial (2007) y el Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión (2007). Cada uno de estos informes de competitividad territorial incorpora una selección amplia de indicadores, pero ambos mantienen un enfoque fundamental en sus metodologías sobre el objetivo de crecimiento de renta per cápita en la que basar una clasificación de países. La literatura sobre el desarrollo económico está caracterizada por un significante debate sobre lo apropiado de este supuesto, reflejado por ejemplo en las críticas al consenso de políticas de Washington y los programas de ajuste estructural que se han basado por encima de todo en el crecimiento conducido por el mercado (Cornia et al., 1987; Dasgupta, 1998; Collier y Gunning, 1999; Stiglitz, 2002; Sugden y Wilson, 2002). Mientras el crecimiento de la renta es a menudo visto como un resultado lógico y fácil de medir, existe una fuerte corriente de pensamiento que pone en cuestión si es un proxy apropiado para medir los objetivos deseados por una sociedad. Las inquietudes han aumentado en años recientes, en particular dado el reconocimiento de la importancia de la sostenibilidad medioambiental (Ekins, 2000; Stern, 2006) y de la complejidad de relaciones entre rentas y otras dimensiones de progreso socio-económico (Easterlin, 2001; Oswald, 1997; Frey and Stutzer, 2002; Layard, 2006; Di Tella and MacCulloch, 2008).7 Cowling (2006), por ejemplo, ofrece una interpretación interesante del hecho de que la producción per cápita es más alta en los Estados Unidos que en Europa, a pesar de niveles similares de producción por hora de trabajo. Respondiendo a Prescott (2002, 2004) y Lucas (2003), quien sugiere que ‘los europeos’ trabajan menos horas debido a distorsiones en la elección entre trabajo y ocio inducida por la existencia de impuestos ineficientes, Cowling (2006: 371) sostiene que “no podemos 7 En el eje de la sostenibilidad véase también las varias perspectivas empresariales presentadas en el número sobre ‘El Compromiso Empresarial con el Desarrollo Sostenible’ (Boletín de Estudios Económicos, 2008).


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suponer tan fácilmente que las preferencias de los hogares son exógenas en el capitalismo moderno”. Sugiere en cambio que las preferencias de los europeos son fundamentalmente diferentes a las de los estadounidenses “por razones profundas de historia y cultura, pero en parte también porque las presiones sobre el consumo son diferentes” (ibid.: 379). Si, como implica Cowling, ciertas sociedades en ciertas circunstancias prefieren trabajar menos que otras y en consecuencia también consumir menos, es peligroso suponer que sus preferencias sobre el desarrollo económico estén vinculadas exclusivamente al crecimiento económico. Layard (2006) es particularmente claro al explicitar los retos planteados a los economistas y analistas de políticas públicas por la investigación en el campo del bienestar psicológico. Discute las implicaciones de la evidencia de personas en los Estados Unidos, Japón y Europa que no han incrementado su ‘felicidad’ durante los últimos 50 años de subidas constantes de rentas: “En general, los economistas dicen que la utilidad sube con las oportunidades de intercambio voluntario. Esto pasa por alto la enorme importancia de las interacciones involuntarias entre personas – de cómo otros afectan a nuestras normas, nuestras aspiraciones, nuestro entendimiento sobre lo que es importante, y nuestra experiencia sobre si el mundo es amable o amenazador. Se puede decir que estos asuntos son la providencia de las otras ciencias sociales. Sería conveniente si la vida funcionase así, ... pero no funciona así. … Desde mi punto de vista el propósito primario de las ciencias sociales debe ser el descubrir qué ayuda y qué dificulta la felicidad.” Una implicación clara es que la determinación de lo que constituye bienestar debe ser analizada en un contexto mucho más amplio que el utilizado tradicionalmente por los economistas. Estos argumentos nos devuelven de nuevo a la centralidad de la gobernanza en el proceso de identificar y perseguir los fines correctos del desarrollo. Generalizando los argumentos presentados en el primer apartado, podemos exponer que cada agente (o sistema territorial) tiene un camino de desarrollo, y por tanto una estrategia inherente de desarrollo. En estas estrategias hay ‘elecciones’ entre alternativas (conscientes o inconscientes) que dirigen dichas estrategias hacia distintos fines. En consecuencia, los procesos de toma de decisiones dentro de y entre agentes y sistemas son críticos para el desarrollo socio-económico. Las cuestiones claves son ¿quién participa? y ¿cómo articulan sus fines? Las respuestas a estas cuestiones determinan el modo de gobernanza, y distinto modo de gobernanza pueden resultar en la consecución de distintos fines.


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Este marco general llamado ‘la perspectiva de elección estratégica’ por Bailey et al. (2006), ha sido aplicado para analizar varias industrias y casos, incluyendo educación universitaria (Sugden, 2004; Wilson, 2009), salud (Branston et al., 2006b), electricidad (Branston et al., 2006c), medios de comunicación (Branston y Wilson, 2009) y el estancamiento de la economía japonesa (Cowling y Tomlinson, 2000). Mientras la mayoría de estas aplicaciones directas se han enfocado en la empresa, se puede fácilmente pensar en argumentos paralelos en cuanto a la importancia de los procesos de toma de decisiones en el caso de y entre otros agentes de la economía. Existe una riqueza de literatura en las ciencias políticas que trata de analizar quién y cómo participan distintos intereses en las decisiones por parte de los gobiernos, por ejemplo. En particular, Habermas (1964: 116) desarrollaba la influyente noción de la ‘esfera pública’ como “la esfera de nuestra vida social en la que algo puede formarse que se acerca a la opinión pública”, una idea que ha sido interpretada por Curran (1991: 29) como “el espacio entre el gobierno y la sociedad en el que los individuos privados ejercen control formal e informal sobre el estado”. En términos de distinguir entre formas de gobernanza más o menos deseables, hay varias fuentes de inspiración. Hirschman (1970) hizo una distinción relevante entre ‘salida’ y ‘voz’, dos mecanismos para la articulación de intereses. Mientras el mecanismo de salida predomina en economías de mercado, la ‘voz’ es una alternativa y/o complemento importante porque ofrece la posibilidad de transmitir información más sofisticada para mejorar una situación dada. Sin embargo, es un mecanismo más delicado, y uno que puede ser fácilmente deshabilitado por una dependencia de la ‘salida’ (Hirschman, 1970). Con referencia a la gobernanza de redes, Sacchetti y Sugden (2003) hacen otra distinción útil entre “redes dirigidas” y “redes de dependencia mutua”. Las primeras se caracterizan por la asimetría y por las relaciones de autoridad y control, mientras que las segundas se basan en marcos compartidos para la toma de decisiones y en la co-responsabilidad. Johannisson (2008) también aborda este tema, y cuestiona si las formas tradicionales de gobernanza (mercado o jerarquía) encajan con la estructura en red que demandan los agentes económicos en la economía actual. Señala la necesidad de un tipo de control denominado interactivo o relacional y de formas de gobernanza orientadas al proceso, basadas en el diálogo, o incluso mejor el poli-diálogo. Dichos argumentos, que enfatizan elementos como ‘voz’, ‘co-responsabilidad’ y ‘diálogo’ están relacionados con una corriente de litera-


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tura importante en la teoría democrática que acentúa el significado de formas de democracia deliberativa (Habermas, 1969; Elster, 1998; Bohman, 1998; Dryzek, 2002). Para Elster (1998: 8) la democracia deliberativa incorpora dos elementos: “la toma de decisiones colectivas con la participación de todos quienes serán afectados por la decisión o sus representantes”; y “la toma de decisiones por medio de argumentos ofrecidos por y a participantes que estén comprometidos con los valores de racionalidad e imparcialidad”. Bohman (1998) sugiere que esta corriente de pensamiento ‘llegó a la mayoría de edad’ a mediados de los noventa porque empezó a adoptar un nuevo énfasis en la viabilidad. Esto se refleja por ejemplo, en un cambio desde el rechazo puro de mecanismos agregativos (como la votación y gobierno por mayoría) hacia un interés por hacer estos mecanismos más deliberativos. En general podemos proponer que si el objetivo final de un territorio es la consecución de un mejor nivel de bienestar para sus ciudadanos, es vital que las decisiones clave adoptadas por las redes de agentes (empresas, gobierno y otros) reflejen adecuadamente el conjunto de intereses de la sociedad. En este sentido Stutzer y Frey (2000) han encontrado, por ejemplo, que el bienestar del individuo se eleva sistemáticamente por factores institucionales relacionados con la forma de democracia directa y autonomía en la toma de decisiones locales. Sin embargo cada contexto es diferente, y un reto clave para cada sociedad es trabajar hacia la combinación apropiada de ‘salida’ y ‘voz’, de mecanismos de ‘mercado’ y ‘non mercado’, para asegurar qué procesos de desarrollo reflejan bien la variedad de fines u objetivos que existen en la sociedad. Volviendo a nuestro punto de partida –la relación entre la gobernanza y el desarrollo socio-económico– se puede concluir que no es apropiado determinar los fines ni los procesos de desarrollo en un territorio sin proporcionar mecanismos para que las preferencias de las personas que habitan este territorio pueden infiltrar el proceso de determinar tanto los fines como los procesos para alcanzarlos. Los fines de desarrollo socioeconómico de un territorio no son simples, y por tanto la gobernanza debe ser un elemento endógeno al proceso de desarrollo socioeconómico; un elemento que es omnipresente y que necesita atención constante. En la sección final nos dedicaremos a reflexionar brevemente sobre las implicaciones de este análisis para el concepto contemporáneo de competitividad territorial, y el diseño de las políticas para apoyar esta competitividad.


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4. Implicaciones para políticas de competitividad territorial Durante los últimos veinticinco años el concepto de competitividad ha adquirido una posición dominante en los debates sobre políticas dirigidas al desarrollo económico.8 Godin (2004) mantiene que la década de los ochenta fue una época en la que el gobierno de EEUU desarrolló “una obsesión con el concepto de la competitividad internacional”. En Europa esta obsesión tuvo lugar más tarde. El gobierno del Reino Unido publicó una serie de informes de gran influencia durante los noventa (Departamento de Comercio e Industria, 1994, 1995, 1996), al mismo tiempo que la Comisión Europea empezó a utilizar el término (Comisión de las Comunidades Europeas, 1994), y en 1999 se inició la publicación de un informe anual sobre la competitividad europea (Comisión de las Comunidades Europeas, 1999). En general, a partir de los años noventa el discurso de competitividad territorial ha sido cada vez mas interiorizado en debates sobre el desarrollo económico tanto por académicos como ‘policy-makers’, gracias en particular a los trabajos influyentes de Porter (1990) y la OCDE (1992). En efecto, hoy en día podemos decir que la competitividad territorial es el lenguaje contemporáneo para tratar temas de desarrollo económico a nivel de país y de región. En el análisis actual la medida de competitividad a posteriori que se utiliza predominantemente tanto en el ámbito académico como en el de las políticas públicas es la basada en la productividad y la rentabilidad (cuando se habla de la competitividad empresarial) y la basada en la productividad y el PIB per cápita (cuando se trata de analizar la competitividad de un ámbito geográfico). No es sorpresa entonces, que similares inquietudes a las analizadas en el apartado previo hayan surgido también en el análisis de la competitividad. Por ejemplo, al criticar el enfoque de mercado e inherente de las rentas en el informe del Gobierno Británico (Departamento de Comercio e Industria, 1994), Pitelis et al. (1996: 160) argumentan que su aproximación a la problemática es “imprecisa” e “innecesariamente restrictiva”. Cuestionan la necesidad de enfocar el análisis exclusivamente en el éxito bajo “condiciones del mercado libre” y las limitaciones al especificar “rentas reales como el objetivo” (ibid.: 160). En cambio, Pitelis (1994, 8 Como ilustración del crecimiento reciente en el uso del concepto, una búsqueda en la base de artículos de ‘Econlit’, mantenida por la American Economic Association, encuentra sólo 39 artículos con la palabra ‘competitividad’ en el abstract hasta 1980, 640 en los años 1980-1990, 2890 en los años 1991-2000, y 2888 en los años 2001-2008.


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2003) ha argumentado consistentemente que la competitividad debe ser definida en términos más amplios, como la capacidad que tiene un país para mejorar su índice de bienestar subjetivo, relativo a otros países. Se relaciona con el enfoque de Aiginger (1998, 2006), quien sugiere que para eliminar muchos de los “malentendidos e imprecisiones conectados al término” sería mejor definir la competitividad como “la capacidad de crear bienestar” (2006: 174). En línea con estas críticas, nuestro análisis sobre la relación entre la gobernanza y el desarrollo económico tiene implicaciones importantes para la forma de conceptualizar la competitividad, cómo medirla y cómo diseñar políticas públicas de apoyo a la misma. Una primera implicación es la necesidad de ampliar el concepto para considerar otras dimensiones más allá de la productividad y la renta per cápita al analizar y medir el progreso de los territorios. Frecuentemente, analistas y policy-makers se conforman con llegar hasta ahí, añadiendo otra rama de otros indicadores (de innovación, etc.) los cuales presuponen que determinan el crecimiento de productividad y de renta per cápita Pero como hemos señalado, estamos ante el avance de un nuevo consenso sobre la necesidad de trabajar con conceptualizaciones de progreso económico más amplias que la tradicional renta per cápita. Junto a varios argumentos técnicos reconocidos durante mucho tiempo e incluso defendidos por el propio diseñador del concepto moderno de PIB per cápita (Kuznets, 1934), el fundamento para estos nuevos desarrollos descansa en dos pilares fundamentales. Primero, el reconocimiento, a través de un cuerpo de trabajo creciente, de que la relación entre los ingresos y el bienestar o la ‘felicidad’ de las personas es compleja, y que no es obvia la correlación positiva entre los ingresos y el bienestar. Segundo, una mayor concienciación de que el crecimiento económico incondicional no es consistente con la sostenibilidad medioambiental. Necesitamos entonces indicadores de competitividad novedosos que sean capaces de reflejar mejor la complejidad de los objetivos de desarrollo socio-económico, o mejor dicho que reflejen un nuevo concepto de competitividad socio-económico.9 Una segunda implicación está relacionada explícitamente con el argumento basado en que la gobernanza debe ser un elemento endógeno en los procesos de desarrollo socio-económico, y por lo tanto en los pro9 Aquí podemos obtener inspiración de la gama creciente de trabajos que ya están en curso para desarrollar nuevas formas de medir el progreso de las sociedades: por un auditor y taxonomía, véase Wilson (2008).


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cesos de competitividad. Únicamente al integrar mecanismos destinados a que las personas residentes en un territorio puedan participar en las decisiones que les afectan, se puede asegurar que la sociedad llega a sus fines deseados a través de los procesos de competitividad. Podemos ilustrar con un ejemplo relacionado directamente con el análisis ortodoxo de la competitividad. Los procesos de innovación que son fundamentales para aumentos de la productividad en las empresas de un territorio pueden tomar caminos distintos. Cuando se trabaja sobre el supuesto de que el crecimiento de renta es lo únicamente deseable, las políticas se dedican a facilitar los procesos de innovación que mejor responden a oportunidades de mercado. Sin duda esto es importante para el éxito a largo plazo de las empresas, y por tanto se trata de un componente clave del progreso socio-económico del territorio. Sin embargo un enfoque que se centra únicamente en términos de crecimiento de la renta puede hacer que no nos demos cuenta de los caminos alternativos resultantes de la innovación. Es posible que estas direcciones puedan llegar a alcanzar objetivos que estén peor representados en los procesos de mercados (imperfectos), pero sí son sin embargo importantes para el desarrollo socio-económico de este territorio. En este sentido, hay un argumento convincente para establecer mecanismos que faciliten que estos objetivos puedan infiltrar los procesos de las políticas, particularmente dada la realidad de los mercados imperfectos donde existen huecos de poder, muchas veces dirigidos por intereses y control provenientes de fuera del territorio. Necesitamos por tanto procesos de formulación de políticas que sean abiertos y flexibles, y que cultiven y cuiden los mecanismos para facilitar la participación. Estas políticas deben facilitar también que todos los agentes que componen el sistema socio-económico del territorio (empresas, gobierno,…) estén igualmente abiertos en la toma de aquellas decisiones que tienen un impacto importante en la sociedad. Véase, por ejemplo, el análisis de Juaneda Ayensa et al. (2009) sobre el papel que puede jugar la participación de grupos de interés en la toma de decisiones relacionadas con la provisión de servicios sociales. Este tipo de análisis micro es muy importante para aprender sobre las posibilidades de acciones específicas, porque en general los retos involucrados en desarrollar tales nuevas políticas de competitividad abiertas y flexibles son significativos. En efecto, estos retos presentan una agenda de investigación importante para una cooperación verdadera entre las distintas disciplinas de las ciencias sociales.


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BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 263-281)

LA COMPETITIVIDAD SOSTENIBLE: NUEVO RETO PARA LAS EMPRESAS Y LA SOCIEDAD1 Ricardo Aguado Muñoz Deusto Business School. Universidad de Deusto. La Comercial

1. Introducción En los últimos decenios ha comenzado a surgir toda una literatura económica que pone de relieve la contradicción entre el modelo económico tradicional basado en el consumo masivo de recursos finitos (petróleo, gas,…) causantes de polución (aire, agua,…) y su objetivo declarado: incrementar el crecimiento económico de manera indefinida en el tiempo (EVE, 2008). Las investigaciones que se han hecho al respecto ya en la década de los 80 ponían de manifiesto la difícil sostenibilidad de este modelo económico (Brundtland, 1987; WCED, 1987). Esta preocupación se unía a otra, que ha recibido más atención en la literatura y en el diseño de la política pública, sobre la competitividad de las empresas y territorios, especialmente en la Unión Europea. De hecho, en la década de los 90, la pérdida de competitividad de la industria europea frente a los EEUU y Japón fue objeto recurrente de preocupación para las instituciones comunitarias (CE, 1994 y 1999), preocupación que finalmente llevó al establecimiento de la Agenda de Lisboa, que pretendía convertir a la Unión Europea en el territorio más competitivo del mundo (CE, 2004). Numerosos autores comenzaron a estudiar a partir de los años 90 las fuentes de la ventaja competitiva y las causas por las que unas regiones o países son más competitivos que otros, destacando por su impacto internacional los realizados por el equipo de Michael Porter. (Porter, 1990; Porter 1 Este trabajo sintetiza una parte de la contribución del Instituto Vasco de CompetitividadORKESTRA al proyecto de investigación eCoberri, financiado por el Gobierno Vasco.


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y Van de Linde, 1995; Porter et al. 1995). Análogamente, esta preocupación por la competitividad ha tenido reflejo en estudios aplicados a casos concretos (IVC-Orkestra, 2008; Wilson, 2008; Martínez y Aguado, 2009). A nivel de empresa, esta competitividad suele ser medida en base a dos parámetros: la cuota de mercado y la rentabilidad (Navarro, 2004). Cuando una empresa avanza simultáneamente en ambos indicadores, entonces podemos decir que está siendo más competitiva. A nivel de un territorio (región, área metropolitana o nación) la competitividad estaría ligada a la capacidad de generar un mayor nivel de vida para las personas que viven en ese territorio (normalmente medido mediante la renta per cápita) junto con la capacidad de comercializar los bienes y servicios realizados en ese territorio en los mercados internacionales (OCDE, 1992). Una región que cumpliera estas condiciones (incremento continuado de la renta per cápita y en la capacidad de exportación a los mercados internacionales) estaría incrementando su competitividad. La competitividad así definida y medida hace referencia fundamentalmente a la competitividad económica, y ésta ha sido la aproximación que la mayoría de los estudios y autores han tomado a la hora de realizar estudios sobre competitividad (IMD, 2008; WEF, 2008). Para que esta competitividad sea sostenible, a la dimensión económica se le deben añadir las dimensiones social y ambiental. Un modelo competitivo que no sea sostenible en lo ambiental, acabará por dejar de tener vigencia, ya que dificultaría gravemente el desarrollo de la vida en el planeta (contaminación ambiental) o acabaría agotando rápidamente las materias primas necesarias para la producción (escasez de recursos). Si el modelo no es sostenible socialmente (genera altas tasas de paro, imposibilita la conciliación de vida laboral y familiar, genera frustración, insatisfacción permanente y bloquea las posibilidades de una mejora gradual de las condiciones de vida), perderá legitimidad y acabará siendo rechazado y eliminado por la sociedad. Si el modelo no es sostenible en lo económico, acabará haciendo quiebra e implosionará, dejando espacio para formas de organización económica alternativas. Las tres bases de la sostenibilidad son necesarias en el largo plazo. En el ámbito del presente trabajo nos ceñiremos a las dimensiones ambientales y económicas de la sostenibilidad (otros artículos de este monográfico tratan específicamente conceptos ligados a la sostenibilidad social). Esto significará que, para lograr la competitividad sostenible, la actividad económica deberá ser capaz de generar competitividad económica y, al mismo tiempo, deberá ser capaz de no comprometer la soste-


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nibilidad del medioambiente para las generaciones futuras. Es decir, la capacidad de desarrollo de las generaciones futuras no debería verse reducida por el daño ambiental que la actividad económica presente pudiera estar causando. Así, podemos entender competitividad sostenible como la actividad económica que, generando crecimiento económico y bienestar en el presente, permite a las generaciones futuras continuar con ese proceso de crecimiento económico. En investigaciones recientes (Aguado et al., 2009) se argumenta la necesidad de profundizar en la relación entre este concepto general de competitividad y la sostenibilidad medioambiental. Desde el punto de vista ambiental, parece que el proceso mundial de crecimiento económico sostenido está afectando de manera crítica a los recursos naturales (Ihobe, 2002). Esta realidad ha llevado a los principales agentes económicos públicos y privados a tomar conciencia de la necesidad de resituar la relación medioambiente - modelo económico y social. De aquí surge el concepto de desarrollo sostenible, cuya formulación más difundida corresponde a la efectuada desde las Naciones Unidas: la satisfacción de las necesidades de la presente generación no debe menoscabar el derecho de las futuras generaciones a satisfacer sus propias necesidades (Brundland, 1987). El reto consistiría, entonces, en conjugar la competitividad empresarial y el desarrollo económico de las regiones y los países con la sostenibilidad medioambiental. Diversos autores han recogido conceptos (y experiencias que demuestran su viabilidad) que tratan de superar el mencionado reto. Uno de estos conceptos es el denominado “sistema producto-servicio”, que basa la creación de valor tanto para empresas como consumidores en la provisión de servicios en lugar de proveer productos (Mont, 2004). Es decir, en lugar de fabricar y vender productos, las empresas proveerían al consumidor con la función que ese producto proporciona. De esa manera se reduciría el consumo de materias primas y la emisión de gases contaminantes. Otros estudios han puesto de manifiesto la necesidad de coordinación entre las medidas adoptadas desde la Administración pública (regulación, incentivos fiscales, etiquetado) con las empresas, de manera que éstas colaboren en crear una “oferta verde”. Sin embargo, en muchos sectores el número de empresas que realizan este tipo de oferta o que han rediseñado sus procesos productivos en aras de lograr una competitividad sostenible es todavía pequeño (Tukker, Diaz Lopez et al., 2009).


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No obstante, una gran cantidad de actores económicos ha sentido la preocupación medioambiental como una restricción a sus posibilidades competitivas y de crecimiento. Lejos de este pensamiento que reduciría la economía a un juego de suma cero, estudios conceptuales y empíricos han demostrado que la existencia de una legislación exigente desde el punto de vista ambiental puede ser (y de hecho, es) fuente de innovaciones y de ventaja competitiva para las empresas (Aguado et al., 2009). Esta hipótesis, denominada hipótesis Porter, fue formulada por primera vez en sendos artículos realizados por Michael Porter y su equipo de colaboradores (Porter et al., 1995; Porter y Van de Linde, 1995) y ha sido corroborada por estudios empíricos (Ihobe, 2002). La hipótesis Porter propone que la existencia de normativas y políticas exigentes en temas ambientales, lejos de ser un obstáculo para la competitividad de las empresas, actúa como un motor para la innovación, beneficiando la capacidad competitiva de las empresas. Este tipo de innovación recibe el nombre de eco-innovación. Podemos conceptualizar la eco-innovación como la creación de bienes, procesos, sistemas, servicios y procedimientos nuevos y competitivos en precio, diseñados para satisfacer las necesidades humanas y dotar de una mayor calidad de vida al conjunto de la ciudadanía, realizando un uso mínimo de los recursos naturales por unidad de output a lo largo del ciclo vital del producto o servicio y una emisión mínima de sustancias tóxicas (Reid y Miedzinski, 2008). Así podemos entender competitividad sostenible como la actividad económica que genera crecimiento económico y bienestar en el presente realizando un uso mínimo de los recursos naturales por unidad de output a lo largo del ciclo vital del producto o servicio y una emisión mínima de sustancias tóxicas, permitiendo a las generaciones futuras continuar con ese proceso de crecimiento económico. En particular, proponemos una adaptación del modelo ‘diamante’ de Porter (1990), integrando explícitamente los aspectos de cambio climático y escasez energética junto al concepto central de productividad en dicho diamante. Este artículo de carácter conceptual se estructura como sigue a continuación. Tras la introducción, en el segundo capítulo se analizan conceptos básicos de la competitividad convencional y del modelo de competitividad de Porter, incluyendo una descripción somera del diamante de Porter. En el tercer capítulo se examina el concepto de eco-innovación y se analizan las consecuencias que dicho concepto puede tener en el logro de la competitividad de las empresas, introduciendo la variable ambiental como una fuente de ventaja competitiva. En el cuarto capítu-


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lo se propone un nuevo modelo de competitividad sostenible que introduzca como variable endógena la sostenibilidad ambiental, recogida en dos indicadores: escasez energética y emisiones a la atmósfera. En el quinto capítulo se propone un tránsito desde la situación actual hacia una actividad industrial sostenible, es decir, se propone un camino de tránsito hacia la competitividad sostenible. El trabajo se cierra con un apartado de conclusiones. 2. Análisis convencional de la competitividad A nivel convencional, se entiende por competitividad a nivel regional o nacional el “grado en que, bajo condiciones de libre mercado, un país puede producir bienes y servicios que superan el examen de los mercados internacionales, y mantener, simultáneamente, el crecimiento sostenido de la renta real de sus ciudadanos” (OECD, 1992). El indicador que es más comúnmente utilizado para medir el desempeño competitivo es la renta per cápita (rpc). En el análisis clásico de competitividad se señala que el crecimiento en renta per cápita de un país es el resultado de crecer bien en productividad, bien en tasa de ocupación, o bien en ambas variables a un tiempo (IVC-Orkestra, 2008 y 2009). Veáse gráfico 1. Gráfico 1 Factores explicativos del bienestar de un país o región

Renta per capita =

PIB Población

=

PIB/Empleo Población/Empleo

=

Productividad = 1/TasaOcupacion

= Tasa de ocupación. Productividad

Fuente: Elaboración propia.

Las economías de los países y las regiones transitan, en general, por tres fases o estadios de desarrollo competitivo. En el primero de ellos, la ventaja competitiva que ofrece el país o región se fundamenta en el bajo coste de los factores de producción (normalmente, el bajo coste salarial de su mano de obra). En el segundo estadio, la fuente de desarrollo competitivo, además de un bajo coste de los inputs, vendría dada por un incremento en la


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eficiencia productiva. Esta mayor eficiencia sería el resultado de un fuerte proceso de inversión, tanto doméstica como extranjera. En el tercer estadio, la ventaja competitiva no está basada de una manera tan directa en producir productos estandarizados a un coste bajo, sino que se basa en la capacidad para producir eficientemente bienes y servicios innovadores en la frontera de la tecnología (Porter, 1998). Veáse gráfico 2. Gráfico 2 Estadios de desarrollo competitivo

Economía impulsada por los factores

Economía impulsada por La Inversión

Economía impulsada por La Innovación

Fuente: Elaboración propia en base a Porter, 1998.

Una de las herramientas que con más claridad y profundidad nos permitirán comprobar las fortalezas y debilidades de un territorio a la hora de transitar a lo largo de los estadios de desarrollo es el diamante competitivo de Porter. Veáse gráfico 3. El desempeño económico de una región o país podría explicarse, según la escuela porteriana (IVC-Orkestra, 2009), por una serie de factores de naturaleza microeconómica, ordenados en cuatro grandes conjuntos que compondrían lo que se denomina “el diamante de competitividad”. El análisis de cada uno de los cuatro vértices del diamante hace referencia a la existencia o no (y en caso de existir, a su calidad) de una serie de elementos dentro de cada vértice, que proporcionan ventaja competitiva al conjunto de la economía analizada. A continuación describiremos de una manera más detallada cada uno de los vértices del modelo y la interrelación entre ellos. El primer vértice hace referencia a las condiciones de los factores productivos (inputs). Se trata de estudiar la presencia de inputs de alta calidad y especializados disponibles para las empresas. Estos inputs hacen referencia a la calidad y cantidad de los recursos humanos, el acceso a capital, la infraestructura física (puertos, aeropuertos, carrete-


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Gráfico 3 Diamante competitivo de Porter

Contexto para la estrategia empresarial y la rivalidad

Papel del Gobierno

Productividad Condiciones de factores (inputs)

Conceptos centrales

Condiciones de demanda

Renta per cápita

Industrias de apoyo y relacionadas Instituciones para la colaboración

Fuente: Elaboración propia en base a Porter, 1990.

ras, etc.), la infraestructura científica y tecnológica, los recursos naturales y la infraestructura administrativa. La existencia de unos inputs productivos de calidad al alcance de las empresas facilitará que éstas sean cada vez más competitivas. Por el contrario, la ausencia de determinados inputs (recursos humanos con elevada formación, por ejemplo) puede impedir un correcto desempeño del entorno económico analizado. El segundo vértice, contexto para la estrategia empresarial y la rivalidad, analiza principalmente dos variables: la calidad del contexto normativo y legal en el que tiene lugar la actividad productiva, por un lado, y el nivel de competencia entre las empresas en el mercado, por el otro. Un contexto normativo que empuje a las empresas a la innovación y a la calidad, por ejemplo, tendrá una influencia favorable en la competitividad de las empresas. La existencia de situaciones de oligopolio (falta de competencia), por el contrario, reduce la tensión competitiva y tienden a reducir el esfuerzo de las empresas por incrementar su competitividad.


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El tercer vértice, industrias de apoyo y relacionadas, hace referencia a la existencia de un tejido de empresas interrelacionadas y geográficamente próximas a lo largo de una misma cadena de valor. Se establecerían relaciones proveedor-cliente entre unas empresas y otras (Lundvall, 1992) y las mejoras competitivas de todas estas empresas se arrastrarían a lo largo de la cadena de valor, incrementando la competitividad de la totalidad de esa cadena. En caso contrario, las empresas de un mismo entorno geográfico actuarían de manera aislada y no se apoyarían unas en otras a la hora de mejorar la competitividad del conjunto. El cuarto vértice hace referencia a las condiciones de la demanda. Si se trata de una demanda sofisticada y exigente en parámetros de sostenibilidad ambiental, por ejemplo, las empresas deberán adaptar su orientación hacia estos parámetros. El contar con una demanda sofisticada o anticipadora de tendencias en el mercado local capacita a las empresas para ser competitivas no sólo en ese mercado, sino también a nivel global. Por el contrario, un mercado local poco sofisticado no está ejerciendo presión sobre las empresas para que éstas adopten unos comportamientos que las hagan competitivas a nivel global. La Administración pública puede cumplir varios papeles que influyen en la competitividad de las empresas. Por un lado, es fuente de normativa y legislación. Por otro, tiene a su alcance la posibilidad de estimular la actividad de las empresas de diversas maneras: actuando como cliente sofisticado o no, estableciendo incentivos fiscales, implementando una política industrial concreta, etc. Las instituciones para la colaboración, como las asociaciones sectoriales o las asociaciones clúster, son generalmente instituciones sin fines de lucro que apoyan la competitividad de las empresas favoreciendo la interacción y la cooperación entre ellas y con los diversos agentes del entorno económico. Esta cooperación se daría, por ejemplo, en los estadios precompetitivos de las actividades de I+D, en la fijación de estándares de calidad, y en la formación de consorcios para la formación de los recursos humanos y la exportación. De este modo, las empresas colaborarían entre sí en determinados aspectos y competirían con fuerza en sus mercados finales, produciéndose una situación de “coopetición” favorecedora de la competitividad (Azúa, 2004). El análisis de este diamante para un territorio concreto (área metropolitana, región, estado,…) nos proporcionaría los puntos fuertes de los que partiría esa economía para transitar al tercer estadio de desarrollo competitivo. A la vez, nos mostrará las debilidades que ese territorio deberá superar para lograr ese objetivo.


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3. La eco-innovación como herramienta para la competitividad sostenible La innovación, considerada en sentido amplio, se ha convertido en una de las variables básicas para asegurar un crecimiento sostenido del bienestar en las sociedades occidentales. Esto es así ya que la obtención de tecnologías avanzadas (innovación tecnológica), nuevas formas organizacionales en la empresa y en la sociedad (innovación organizacional) y un mejor entendimiento de las necesidades y expectativas de los clientes (innovación comercial) determinan en gran medida la posición competitiva de una determinada región o país. Un tejido productivo innovador se encontrará en mejores condiciones de proporcionar salarios elevados a sus trabajadores, beneficios empresariales a los inversores y fondos (vía impuestos) a la Administración Pública, lo cual redundará en una mejora de las condiciones de vida de esa región o país (Martínez y Aguado, 2009). El concepto de eco-innovación aparece ligado a los conceptos de ecoeficiencia y de eco-diseño. Podemos definir la eco-eficiencia como la capacidad de suministrar, a precios competitivos, bienes y servicios que satisfacen las necesidades humanas y mejoran la calidad de vida, al tiempo que van reduciendo progresivamente los impactos ambientales y el consumo de recursos a lo largo del ciclo vital del producto o servicio (DeSimone y Popoff, 1997). En otras palabras, se trataría de minimizar la presión ambiental ejercida para lograr una unidad de output económico. El eco-diseño consistiría en introducir las consideraciones ambientales a lo largo de todas las etapas de desarrollo del producto (Ihobe, 2002). Incluiría desde la generación de la idea inicial, al desarrollo del concepto, pasando por la comunicación, comercialización y prioridades para la mejora continua del producto o servicio. En resumen, el eco-diseño busca productos y servicios altamente eficientes en términos ambientales y que desempeñen de manera óptima la función para la que han sido concebidos. Se distinguen tres tipos de eco-innovaciones, según el alcance e influencia sobre la sostenibilidad. Una primera aproximación, la más sencilla, busca limitar los efectos ambientales negativos producidos por la actividad económica, fundamentalmente la actividad industrial. A este enfoque se le denomina fin de tubería, ya que la eco-innovación se añade a la fase final del proceso, tratando de reducir los efectos ambientales


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negativos del mismo. Un enfoque más avanzado es el que representa la eco-eficiencia. En este caso, la eco-innovación busca modificar la actividad económica, minimizando el consumo de recursos y energía, así como la generación de residuos. Existe un tercer enfoque, de naturaleza sistémica, que persigue rediseñar los sistemas de producción y consumo para avanzar hacia la biocompatibilidad, es decir, lograr un sistema económico que genere impactos positivos en el medioambiente, garantizando de ese modo la sostenibilidad del sistema en el largo plazo. Este sistema económico sería eco-efectivo. Las soluciones de fin de tubería representan, en principio, un gasto neto para la industria. Esta medida suele aplicarse para cumplir con determinadas normativas ambientales. No se asegura la sostenibilidad de la industria. La eco-eficiencia, por el contrario, puede suponer una ventaja competitiva para la empresa, en la medida en que se reduce el consumo de inputs para lograr una cantidad de output equivalente. En este caso, el impacto ambiental se reduce, pero sigue existiendo. Únicamente con la industria eco-efectiva se asegura la sostenibilidad a largo plazo del modelo productivo, ya que en este caso los impactos ambientales serían exclusivamente positivos (FCE2015, 2009). A la luz de los conceptos expuestos anteriormente, podemos colegir que una empresa eco-innovadora podrá desarrollar ventajas competitivas significativas al reducir su consumo de inputs, reducir la generación de contaminación a la atmósfera y ser menos vulnerable, por tanto, a las consecuencias económicas del cambio climático y la escasez de energía. Esta situación facilitará que, a la larga, las empresas que colaboran o compiten con ella adopten esas u otras eco-innovaciones. La escasez energética, el cambio climático y la competitividad económica se encuentran interrelacionadas (ver gráfico 4) y esta interrelación será cada vez más fuerte en el futuro (Bermejo, 2007 y 2010). Una escasez de las fuentes de energía traería como consecuencia inmediata un incremento en el precio de las mismas, comenzando por el petróleo. Un encarecimiento de la energía afectaría la competitividad de la industria en general, especialmente la de aquellos sectores industriales intensivos en el consumo de la misma. El coste de estos sectores se incrementaría y tendrían que repercutir ese incremento en sus precios y/o en su tasa de rentabilidad, con lo que se reduciría su competitividad y su capacidad de contribución al bienestar social. Análogamente, una situación de cambio climático acelerado provocaría previsiblemente la promulgación de nueva legislación más restrictiva con las emisiones de


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gases causantes del efecto invernadero y contaminación ambiental. La actividad industrial, en la medida en que es generadora de CO2 y de emisiones contaminantes, se vería afectada por esta situación, especialmente aquellos sectores industriales intensivos en la generación de emisiones. Las empresas emisoras de CO2 deberían comprar derechos de emisión para poder continuar con su actividad, con lo cual se incrementarían sus costes y, de nuevo, tendrían que repercutir ese incremento en sus precios y/o en su tasa de rentabilidad, con lo que se reduciría su competitividad y su capacidad de contribución al bienestar social. Un proceso de crecimiento económico basado en incrementos de competitividad que sólo tuvieran en cuenta el incremento de la producción y la renta per cápita sin considerar la sostenibilidad de la actividad económica agravaría esta dinámica en el largo plazo, ya que el consumo de los recursos energéticos no renovables (petróleo, gas natural,…) y la emisión de gases contaminantes aumentaría de forma exponencial hasta alcanzar los techos de sostenibilidad de la actividad económica (agotamiento de los combustibles fósiles y cambio climático acelerado). Sin embargo, la relación entre la competitividad y la sostenibilidad ambiental puede establecerse de una manera más positiva. Aquellas empresas y sectores industriales que, gracias a procesos de eco-innovación, sean capaces de reducir su consumo energético en mayor medida que la media de la industria a nivel global, además de contribuir a la sostenibilidad ambiental, estarán consiguiendo ventajas competitivas sobre sus competidores, especialmente en un escenario de escasez energética y subidas en el precio de la energía. De manera análoga, aquellos sectores industriales que sean capaces de reducir sus emisiones a la atmósfera gracias a procesos de eco-innovación, contarán con ventajas competitivas sobre sus competidores, especialmente en un contexto de legislación ambiental exigente y mercados sensibles al impacto ambiental. 4. Un nuevo modelo para la competitividad sostenible Para lograr la competitividad sostenible, la actividad económica deberá ser capaz de generar competitividad económica y, al mismo tiempo, deberá ser capaz de no comprometer la sostenibilidad del medioambiente para las generaciones futuras. Para ilustrar el desarrollo un modelo que conjugue sostenibilidad con competitividad, se propone una adaptación del modelo ‘diamante’ de Porter (1990), integrando explícitamen-


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te los aspectos de cambio climático y escasez energética junto al concepto central de productividad en dicho diamante. Ver gráfico 4. Gráfico 4 Diamante de la competitividad sostenible Contexto para la estrategia empresarial y la rivalidad

Condiciones de factores (inputs)

Productividad

Cambio climático Escasez

PIB per cápita

Papel del Gobierno

Condiciones de demanda

energética

Industrias de apoyo y relacionadas

Instituciones para la colaboración

Fuente: Elaboración propia en base a Porter (1990 y 1998).

En comparación con el gráfico 3 que reflejaba el análisis de competitividad tradicional, en el gráfico 4 se explicitan las bases analíticas para la realización de un análisis de la competitividad sostenible. La sostenibilidad ambiental será analizada a través de los efectos que un entorno económico condicionado por el cambio climático y la escasez energética podría llegar a tener en el tejido industrial de un territorio determinado. La sostenibilidad ambiental de la industria es una característica que, a largo plazo, es necesaria para la supervivencia de la misma. En el corto y medio plazo, además, tiene una influencia directa sobre la competitividad de la misma. Solamente aquellas actividades económicas que sean sostenibles podrán tener continuidad en el futuro. En la medida en que la industria de un territorio transite de manera exitosa hacia la sostenibilidad, estará garantizando su propia existencia en el futuro. Adicionalmente, hemos de señalar que emprender el camino de la sostenibilidad ambiental puede tener consecuencias beneficiosas para la competitividad económica en el corto y en el medio plazo.


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El reto consistiría, entonces, en lograr que la competitividad y la sostenibilidad medioambiental se apoyaran mutuamente. Una de las vías para conseguir este objetivo es la eco-innovación. A la luz de los conceptos expuestos anteriormente, podemos concluir que una empresa eco-innovadora podrá desarrollar ventajas competitivas significativas al reducir su consumo de inputs, reducir la generación de contaminación a la atmósfera y ser menos vulnerable, por tanto, a las consecuencias económicas del cambio climático y la escasez de energía. Esta situación facilitará que, a la larga, las empresas que colaboran o compiten con ella adopten esas u otras eco-innovaciones, introduciendo la eco-innovación en su modelo de estrategia competitiva. 5. El tránsito hacia la competitividad sostenible En este epígrafe trataremos de describir el proceso de activación de una estrategia territorial para movilizar el tránsito hacia la competitividad sostenible, siguiendo el modelo desarrollado en el epígrafe anterior. Los agentes impulsores del cambio hacia la competitividad sostenible serían la Administración pública, la demanda dirigida a las empresas y el propio sector industrial (la oferta). Los cuatro vectores del diamante, junto con el gobierno y las instituciones para la colaboración, se activarían en el tránsito hacia la competitividad sostenible. En el gráfico 5 se representa esta activación envolviendo los vértices del diamente en elipses. En primer lugar, se produciría un cambio regulatorio (propuesto desde la Administración pública), de manera que las empresas vieran penalizados procesos productivos ineficientes en la utilización de la energía y en la emisión de contaminación a la atmósfera. En segundo lugar, la Administración se convertiría en consumidor avanzado de bienes y servicios “verdes”, es decir, la Administración se activaría como cliente sofisticado de aquellas empresas que produjeran bienes y servicios sostenibles ambientalmente. Por otro lado, las empresas que contraten o quisieran contratar con la Administración comenzarían a demandar a sus proveedores en la cadena de valor que iniciaran el tránsito a la competitividad sostenible. Adicionalmente, mediante campañas de sensibilización y, en el largo plazo, mediante programas transversales en el sistema educativo, sería posible educar a la ciudadanía en la necesidad de interiorizar el valor de la sostenibilidad dentro de los procesos de decisión de compra individuales. Mediante estas vías se generaría un mercado (demanda) para aquellas empresas que comenzaran el tránsito hacia la sostenibilidad.


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Gráfico 5 Diamante de transformación hacia la competitividad sostenible Contexto para la estrategia empresarial y la rivalidad

Condiciones de factores (inputs)

Productividad

Cambio climático Escasez

PIB per cápita

Papel del Gobierno

Condiciones de demanda

energética

Industrias de apoyo y relacionadas

Instituciones para la colaboración

Fuente: Aguado et al., 2009.

En una fase posterior, se produciría un tercer cambio: las propias empresas industriales (la oferta) se concienciarían de la conveniencia de transitar hacia la competitividad sostenible. Esto significaría que las empresas industriales interiorizarían la necesidad de desplazarse hacia la sostenibilidad. No se trataría de un mero movimiento reactivo motivado por un cambio en la regulación, ni siquiera de la aparición de un nuevo mercado verde motivado por una mayor sofisticación de la demanda. Además de estos factores, las empresas comprenderían que una parte importante de su ventaja competitiva residiría en desarrollar una oferta sostenible, eco-eficiente. De esta manera, el sector industrial sería proactivo en la presentación de este tipo de soluciones a la demanda intermedia (otras empresas) y a la demanda final, tanto pública como privada. Dado que la demanda local e internacional apreciaría y valoraría este tipo de oferta sostenible, las empresas podrían diferenciarse e invertir en eco-innovaciones. Para que el sector industrial pudiera dar este salto, no bastaría sólo con que se produzcan los cambios descritos anteriormente en la Administración y en la ciudadanía. Adicionalmente, sería preciso que se produjera una transformación en la manera en que las empresas diseñan su negocio e


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identifican las fuentes de ventaja competitiva en la eco-eficiencia. Adicionalmente, una mayor integración entre los diversos agentes del sistema económico (empresas, administración pública, centros tecnológicos y universidades, instituciones para la colaboración,…) favorecería la transferencia de conocimiento desde centros tecnológicos y universidades hacia las empresas. Esta transferencia sería necesaria para que las empresas industriales pudieran posicionarse como líderes europeos en determinados ámbitos tecnológicos ligados a la sostenibilidad. Para hacer posible esta situación deben activarse a la vez los principales actores del diamante: – La Administración pública: mediante el diseño de normativa, creación de un mercado público verde, financiación y diseño de una estrategia de acompañamiento para la industria. – Las empresas: aceptando un cambio en la fuente de ventaja competitiva y el tránsito hacia la sostenibilidad, formando a la mano de obra, invirtiendo en I+D+i, cooperando con centros tecnológicos y universidad, activando las asociaciones clúster industriales, participando en cadenas de valor sostenibles y certificando sus progresos mediante acreditaciones internacionales de sostenibilidad. – La sociedad (demanda final): incorporando la sostenibilidad como valor y criterio en las decisiones de compra, creando mercado privado verde. – Las instituciones para la colaboración: activando a sus miembros, especialmente PYMEs, y marcando el tránsito hacia la competitividad sostenible, diseñando programas concretos adaptados a las posibilidades de la industria e interactuando con la administración pública. – Universidades y centros tecnológicos: creando equipos de trabajo con las empresas, buscando alianzas de transferencia de conocimiento estables y especializándose por áreas de actividad. Finalmente, es importante señalar que los cambios necesarios para lograr una efectiva transformación hacia la competitividad sostenible no descansan sólo en la tecnología y en la inversión en nuevos equipamientos. Junto a ello, es necesario realizar un cambio importante en la cultura de la sociedad, de las empresas y de la Administración que coloque la sostenibilidad como valor a promocionar y como criterio de decisión de compra y de obtención de ventaja competitiva. La transformación debe ser tecnológica y social.


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6. Conclusiones El análisis convencional de la competitividad no ha tenido en cuenta, hasta fechas recientes, la variable de sostenibilidad ambiental. En el contexto económico mundial presente y futuro, la vulnerabilidad de las empresas hacia un posible encarecimiento de la energía y hacia legislaciones ambientales o demandas de los consumidores más exigentes en la emisión de partículas contaminantes o de CO2 a la atmósfera puede tener consecuencias sensibles en el desempeño competitivo de las mismas. En el nuevo marco económico global, las empresas deberán integrar dentro de su modelo competitivo la variable de sostenibilidad ambiental. La presión para ello vendrá desde las administraciones públicas (UE, estados nacionales, regiones) y desde el propio mercado (demanda de los consumidores y ventajas competitivas creadas desde la eco-innovación). En el presente artículo, de carácter conceptual, se propone un nuevo modelo competitivo donde, por medio de la eco-innovación, la dimensión de la sostenibilidad ambiental pasa a ocupar un lugar central y endógeno en la estrategia competitiva de las empresas. Siguiendo este mismo modelo, se propone una estrategia de activación empresarial y social para lograr el tránsito hacia la competitividad sostenible, basada en la participación e interacción de la ciudadanía, las empresas y la Administración pública. Las empresas que primero introduzcan estas consideraciones en su estrategia y operaciones gozarán de una posición de privilegio en los competidos mercados del siglo XXI. 7. Bibliografía AGUADO, R.; ELOLA, A.; LORENZ, U. y WILSON, J. R. (2009): Análisis conceptual de la competitividad sostenible. Informe sin publicar. AGUADO, R. (2005): “Las nuevas herramientas de la política de innovación: los sistemas de innovación y el desarrollo de clústers”, Boletín de Estudios Económicos, nº 186, vol. LX, pp. 413-430. —(2006): Economía y política de la innovación empresarial. El caso de la Red Vasca de parques Tecnológicos. Servicio de Publicaciones de la UPV/EHU, Bilbao. ARTO, I. y KERSCHNER, C. (2010): “La economía vasca ante el techo del petróleo: una primera aproximación”, Ekonomiaz, nº 71, pp. 84-113. AZÚA, J. (2004): “La clusterización de la actividad económica: concepto, diseño e innovación. Apuntes para su aplicación en la estrategia competitiva de Euskadi”, Ekonomiaz, nº 53.


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RESUMEN El presente trabajo, de carácter conceptual, comienza ilustrando la necesidad de incorporar la dimensión de la sostenibilidad ambiental a los análisis de competitividad tanto a nivel empresarial como a nivel territorial (regional/nacional). Posteriormente, se desarrolla un modelo que incorpora la sostenibilidad ambiental como parte de la ventaja competitiva en la cual puede apoyarse una empresa o una región para elevar sus resultados económicos y de bienestar. Finalmente, se realizan una serie de recomendaciones para las empresas, la sociedad y la Administración pública, de manera que se pueda activar el tránsito hacia la competitividad sostenible a nivel social y a nivel empresarial. El trabajo se cierra con un apartado de conclusiones. Palabras clave: Política de innovación, eco-innovación, competitividad sostenible, política de desarrollo regional. SUMMARY This conceptual paper starts by explaining the importance of adding the environmental dimension to the analyses made in the field of competitiveness, both at the company and territorial (regional/national) levels. Secondly, an economic model that considers the environmental dimension as a key source of competitive advantage both for companies and territories is developed. Finally, a set of policy recommendations for the public administration, companies and society in general is proposed as a basic key to achieve competitiveness inside companies and the well being of society. The goal of this set of recommendations is to foster the way to sustainable development both for companies and society. The paper closes with a final chapter of conclusions. Key words: Innovation policy, eco-innovation, sustainable competitiveness, regional development policy.



BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 283-308)

EL PIB (per cápita) COMO INDICADOR DE SOSTENIBILIDAD Jabier Martínez Universidad de Deusto

1. Introducción En la literatura económica se suele asociar crecimiento económico con crecimiento de la producción. Una mayor producción de bienes se asume que mejora el bienestar de la sociedad en la medida que proporciona una mayor disponibilidad de bienes que consumir y esto les reporta una mayor utilidad (bienestar) a los individuos de esa sociedad. De hecho cuando se estudian los condicionantes del crecimiento económico, se estudian los factores que promueven (ó dificultan) ese crecimiento de la producción. La medida que tradicionalmente se ha utilizado para cuantificar la producción de una región, país..., para indicar el nivel de actividad económica, es el Producto Interior Bruto (PIB). El PIB como concepto estadístico trata de medir la cantidad de bienes y servicios finales (destinados al consumo final o a la acumulación) que son objeto de transacción en el mercado, en un período de tiempo determinado (mes, trimestre, año...)1. Normalmente, la valoración de esta producción se hace a precios de mercado (aunque existen definiciones alternativas para valorar esa producción a otros precios o costes2). Esta medida, el PIB, trataría de 1 En la Unión Europea, las normas de cálculo del PIB están establecidas en el Sistema Europeo de Cuentas que sustancialmente coincide con el Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas. 2 Por ejemplo a coste de factores, que es el resultado de eliminar de los precios de mercado los impuestos netos de subvenciones sobre la producción y los productos. Cuando se alude a precios de mercado nos estamos refiriendo generalmente a magnitudes monetarias (precios) en términos nominales (corrientes). Para determinados análisis, a efectos comparativos, puede interesar valorar esa producción en términos reales (constantes), descontando los efectos de la variación de precios y con referencia a un año base, lo que permite la comparación entre las cifras de distintos años. De la


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cuantificar en términos monetarios todos aquellos bienes y servicios que se producen y se ponen a disposición de una sociedad en un período de tiempo determinado. Más formalmente: valor de mercado de los bienes y servicios finales producidos dentro de un país por factores de producción (personas, maquinaria...) nacionales y extranjeros3. Esta macromagnitud se ha convertido en el principal indicador sobre la “salud” y “dinamicidad” de una economía. La idea que aceptamos en principio, sin grandes controversias, es que cuanto mayor sea el PIB de una economía, mayores cotas de desarrollo y bienestar, de progreso, habrá alcanzado la misma. De igual forma, cuanto mayor sea la tasa de crecimiento del PIB, mejor situación, mayor bienestar irán adquiriendo sus miembros. El aumento del PIB y con ello de su tasa de crecimiento se convierten en objetivos prioritarios de la política económica y el desarrollo de teorías sobre crecimiento económico en una de las disciplinas más relevantes de la ciencia económica4. No obstante, esa noción generalmente aceptada que asocia incremento de la producción con incremento del bienestar ha sido controvertida desde que se comenzó a utilizar. S. Kuznets en 1934 indicaba que difícilmente se podría inferir el bienestar de un país a partir de una medida de su producción5. Posteriormente, en su trabajo seminal, Nordahus y Tobin (1973) señalaban que al crecimiento (de la producción vía PIB ó misma forma, para la comparación de estas cifras entre países tenemos que utilizar una moneda homogénea, considerándose que no es suficiente con utilizar para la conversión los tipos de cambio vigentes en los mercados de divisas sino que se suele valorar esa producción utilizando la paridad del poder adquisitivo (parity purchasing power) cuyo objeto es eliminar las diferencias de precios entre países: “(...), en general, los países más desarrollados económicamente tienen niveles de precios más elevados que los menos desarrollados, por lo que con una misma cantidad de dinero se pueden adquirir menos bienes y servicios en los primeros que en los segundos o, de forma equivalente, para comprar un mismo conjunto de bienes y servicios se necesita más dinero en la nación más cara que en la barata (...) El objetivo principal de las Paridades de Poder Adquisitivo es calcular y eliminar esas diferencias de precios”- INE, 2002; p. 5. 3 A diferencia del Producto Nacional Bruto (PNB) cuya definición es el valor de mercado de los bienes y servicios finales producidos dentro y fuera del país por los factores de producción nacionales. La relación entre ambas magnitudes es sencilla, fruto de sus respectivas definiciones; el PNB es el resultado de sumar al PIB las rentas cobradas (por los factores de producción nacionales en el extranjero) y sustraerle las rentas pagadas (a los factores de producción extranjeros en el territorio nacional). PNB = PIB + RC – RP. 4 “Sin ningún género de dudas, la teoría del crecimiento económico es la rama de la economía de mayor importancia y la que debería ser objeto de mayor atención entre los investigadores económicos” -Sala i Martín, 2000; p. 3 5 “The welfare of a nation can scarcely be inferred from a measurement of national income”Kuznets, 1934.


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PNB) se le acusaba de distorsionar las prioridades de la política económica, empeorar la distribución de la renta y la riqueza y dañar de forma irreparable el medio ambiente6. En dicho trabajo tratarán de responder a tres cuestiones: (1) ¿En qué medida son las medidas de producción adecuadas para evaluar el crecimiento del bienestar económico?, (2) ¿lleva el proceso de crecimiento económico inevitablemente al agotamiento de los recursos naturales? y (3) ¿cómo afecta el crecimiento de la población al bienestar económico? Establecen que el PNB (y con ello el PIB) no es una medida de bienestar económico, y en todo caso es una medida de producción, no de consumo, siendo el objeto de la actividad económica el consumo7. No obstante, llegan a la conclusión que, siendo (el PNB y otros agregados del producto nacional) medidas imperfectas del bienestar, la imagen general de crecimiento secular que proporcionan se mantiene después de corregir sus deficiencias8. Más recientemente Fleaurbaey (2009) insiste en estas ideas: el PIB es un indicador pobre del bienestar social al ignorar las variaciones en la riqueza, los flujos internacionales de rentas, la producción de servicios de las familias, la destrucción del medio ambiente y otros muchos factores determinantes del bienestar, como la calidad de las relaciones sociales, la seguridad personal y económica, la salud y la longevidad. Lo que es peor –señala– el PIB se incrementa cuando las relaciones de convivencia recíproca son reemplazadas por las relaciones anónimas del mercado, e incrementos de la criminalidad, polución, catástrofes, o enfermedades suponen incrementos del PIB en la medida que impulsan el gasto9. Por lo tanto la utilización del PIB como medida de bienestar 6 “Growth, it is charged, distorts national priorities, worsens the distribution of income, and irreparably damages the environment” – Nordahus y Tobin, 1973; p. 1. 7 “We have chosen to direct our attention to three important problems raised by those who question the desirability and possibility of future growth: (a) How good are measures of output currently used for evaluating the growth of economic welfare? (b) Does the growth process inevitably waste our natural resources? (c) How does the rate of population growth affect economic welfare? (...) A major question raised by critics of economic growth is whether we have been growing at all in any meaningful sense. Gross national product statistics cannot give the answer, for GNP is not a measure of economic welfare. (...) An obvious shortcoming of GNP is that it is an index of production, not consumption. The goal of economic activity, after all, is consumption.”-Nordhaus y Tobin, 1973, p. 4. 8 “Is it growth obsolete? We think not. Although GNP and other national income aggregates are imperfect measures of welfare, the broad picture of secular progress which they convey remains after correction of their most obvious deficiencies”-Nordhaus y Tobin, 1973, p. 24 y para corregir esas imperfecciones desarrollan una medida de bienestar económico (“measure of economic performance”) que mide el consumo anual real de las familias en una doble vertiente como consumo real/de hecho (MEW-A, actual MEW) y sostenible (MEW-S, sustainable MEW) cuyos pormenores describen en sendos anexos.


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social es, hoy en día, ampliamente criticada y rechazada. Al igual que con el estudio del bienestar, otro concepto con el que se ha ligado al PIB que ha cobrado en los últimos años relevancia, y controversia, es la sostenibilidad (sustainability). En el plano económico, el desarrollo sostenible es una de las cuestiones a las que se ha dedicado una mayor atención e interés en las últimas décadas. La noción de sostenibilidad como el (máximo) grado de crecimiento económico compatible con la conservación de los recursos materiales y medioambientales, que asegure que generaciones futuras puedan tener (al menos) las mismas oportunidades de disfrute, que logren las mismas “cotas” de bienestar que las actuales, ha relacionado, a su vez, sostenibilidad y PIB10. El objetivo de este trabajo es analizar y describir brevemente cuál es el “estado de la cuestión” en este último tema, el estudio de la sostenibilidad, centrándonos en la consideración del PIB como indicador de sostenibilidad. Estudiaremos cuáles son las principales controversias con relación a la utilización del PIB como medida de sostenibilidad de una economía. Este trabajo se estructura de la siguiente forma: en el segundo punto profundizaremos en los inconvenientes de la utilización del PIB como medida de crecimiento económico y bienestar en general11, pasaremos a continuación, en un tercer apartado a tratar de responder a la pregunta que nos hacemos en el título; ¿se puede considerar el PIB como indicador de sostenibilidad?, reparando en las dificultades que encontramos al intentar construir un indicador que mida la sostenibilidad. En el cuarto punto repasaremos, dentro de la ingente literatura sobre

9 “GDP is recurrently criticed for being a poor indicator of social welfare and, therefore, leading governments astray in their assessment of economic policies. As is well known, GDP statistics measure current economic activity but ignore wealth variation, international income flows, household production of services, destruction of natural environment, and many determinants of wellbeing such as the quality of social relations, economic security and personal safety, health, and longevity. Even worse, GDP increases when convivial reciprocity is replaced by anonymous market relations and when rising crime, pollution, catastrophes, or health hazards trigger defensive or repair expenditures. Not surprisingly, the construction of better indicators of social welfare is also, recurrently, a hot issue in public debate and a concern for politicians and governments”Fleaurbaey, 2009; p. 1029. 10 No obstante, ha estado siempre claro que la medición de la sostenibilidad vía PIB (ó PIB per cápita) sufre de graves deficiencias: “Moreover, it has long been clear that GDP is an inadequate metric to gauge well-being over time particularly in its economic, environmental an social dimensions, some aspects of which are often referred as sustainability” (International Commission on Measurement of Economic Performance and Social Progress - CMEPSP, 2009; p. 8) 11 Tema que ya hemos tratado en otros trabajos: Martínez y Santacoloma, 2005 y Martínez, 2010.


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sostenibilidad, los indicadores de sostenibilidad, a nuestro juicio más utilizados, destacando sus ventajas y debilidades, para acabar con un apartado en el que recogeremos las conclusiones. 2. Los numerosos “inconvenientes” del PIB Como se ha mencionado en la introducción la utilización del PIB como medida de crecimiento económico, y con ello como indicador de bienestar de la sociedad, asociando mayor tenencia de bienes a mayor bienestar, es controvertida. Las principales críticas que ha recibido esta utilización ponen de manifiesto sus limitaciones. Se pueden resumir en: i) Crecimiento actual, frente a potencial futuro de crecimiento Del contraste de la propia definición del PIB con la noción intuitiva de crecimiento que podemos tener, nos surgen preguntas como las siguientes: ¿Un incremento de la cantidad producida de bienes y servicios (incremento del PIB) significa necesariamente “crecimiento en el tiempo” de una economía? ¿Ha de ser valorado positivamente en todo caso? Quizás a corto plazo podría responderse que sí, pero no necesariamente a largo plazo. Imaginemos una tala de árboles de un bosque para fabricar muebles: a corto plazo supone un incremento de la producción, pero a largo plazo, si no existe reposición del capital gastado (el arbolado), puede suponer la degradación del terreno y, además, la desaparición de las actividades asociadas a la existencia del bosque. En este sentido el agotamiento de los recursos naturales por su utilización incrementa el PIB, aun condicionando el futuro de la economía en cuestión. Lo que es más, se da la paradoja que la propia conservación del medio ambiente no aporta mayor crecimiento presente, mientras que su destrucción (degradación del medio ambiente o agotamiento de recursos naturales) sí (siempre que suponga un aumento de la actividad económica). El PIB se limita a valorar las actividades productivas y su aportación a la producción global. Únicamente se fija en los flujos de producción sin tener en cuenta el impacto que dicha producción tiene sobre los stock de capital (natural (medioambiental), físico, humano y social), sobre la riqueza de una economía, que será lo que condicione la producción futura. Esto nos lleva a la idea de sostenibilidad (sustainability) económica en sentido amplio, como garantía de producción futura. En este sentido, uno de los últimos informes de la Commission on the Measurement of Economic


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Performance and Social Progress - CMEPSP12 ya aludía a esta cuestión indicando que si se hubiese tenido en cuenta esta noción más general de sostenibilidad y haber tratado de medirla correctamente, se podría haber anticipado la crisis que estamos sufriendo. Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad crucial de la consideración de los flujos financieros, el nivel de endeudamiento y la riqueza, que deben ser integrados en ese concepto de sostenibilidad y a los que el PIB no presta atención13. ii) Crecimiento y actividades no valoradas en el mercado. La valoración del mercado de los bienes y servicios Otro de los inconvenientes que encierra la definición del PIB, es la existencia de bienes y servicios que no tienen precio de mercado, bien sea porque no son objeto de transacción en el mercado, porque quedan fuera del control del mercado al corresponder a economía sumergida (aunque no responda necesariamente a economía delictiva), o porque se trata de bienes que, aunque tengan un precio implícito, éste resulta de difícil estimación. Todos estos bienes y servicios no estarán incluidos en el PIB. El PIB ignora todo aquello que no se puede “monetizar”. Con lo cual, aunque identifiquemos el concepto de crecimiento con el incremento del PIB, este último no incluirá la producción total. El trabajo doméstico, el “voluntariado”, la “economía sumergida”, etc. son parte de la producción de un país pero difícilmente pueden ser tenidos en cuenta. Así, la incorporación de estas actividades al mercado será considerado, si nos basamos en el PIB, como un avance económico, una mayor producción. En otro orden de cosas, la crisis que actualmente venimos sufriendo ha puesto de manifiesto la propia idoneidad/capacidad de los precios de mercado para valorar los activos (por ejemplo en el caso del mercado inmobiliario). Lo que nos dice la teoría económica es que si los 12 La CMEPSP es una iniciativa impulsada desde principios del año 2008 por el gobierno francés y presidida por J. Stiglitz, siendo los profesores A. Sen el consejero principal y J-P. Fitoussi el coordinador. El objetivo de la Comisión es identificar los límites del PIB como indicador del desempeño (actividad) económico y progreso social, así como plantear las posibles soluciones y alternativas. Para información adicional se puede consultar la siguiente dirección url: www.stiglitz-senfitoussi.fr. En este artículo haremos continuas referencias a los trabajos publicados por esta Comisión. 13 “(…) But perhaps had there been more awareness of the limitations of standard metrics, like GDP, there would have been less euphoria over economic performance in the years prior to the crisis; metrics that incorporated assessments of sustainability (e.g. increasing indebtedness) would have provided a more cautious view of economic performance”- CMEPSP, 2009, p. 5.


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mercados son competitivos (en el sentido de que existe competencia perfecta) y no hay externalidades14, los precios relativos en el mercado reflejan el valor relativo que asignan los individuos a esos bienes. Pero en general los mercados no son competitivos y existen externalidades con lo que los precios de mercado pueden no ser una medida adecuada de esa valoración. Lo que es más, las valoraciones individuales y las valoraciones sociales no tienen por qué coincidir (ni la segunda tiene por qué ser la suma de las primeras)15. Por lo tanto, aunque quisiéramos incorporar esa producción que no es objeto de transacción en el mercado en aras a conseguir una medida más adecuada de la producción imputándole un precio, esto es complicado. Además, en el mejor de los casos el PIB sólo considera la cantidad de bienes producidos, cuantifica los bienes producidos pero no la calidad de los mismos ni los cambios en la calidad de los mismos a lo largo del tiempo. El PIB no está adaptado para reflejar los cambios estructurales propios de la evolución de las economías modernas (Stiglitz et al., 2009; p. 16 y ss.)16. iii) Crecimiento y costes sociales Como tercera anotación crítica, hemos de recordar que la magnitud que manejamos para la medición del crecimiento (el PIB) no tiene en cuenta los efectos perniciosos (y, más en general, las economías externas de todo tipo) que puede tener el incremento de la producción (contaminación, deterioro del medio ambiente, agotamiento de recursos, etc., para el caso de efectos negativos). El PIB no separa las actividades producti-

14 Ninguna actividad de un agente económico condiciona la de otro imponiéndole un coste o un beneficio, por el que el segundo no es resarcido (en el caso del coste) ni el primero recompensado (en el caso del beneficio). 15 Una referencia clásica que aborda este tema es Drezé y Stern (1990). 16 Señalan que los cambios estructurales de las economías pueden sesgar (distorsionar) la medición de la actividad económica. Así establecen que entre esos cambios se pueden incluir: la valoración (en menor medida que la real o no valorar) de la producción doméstica, el que el traslado de actividades domésticas al mercado exagere el incremento del bienestar, no recoger bien la depreciación y agotamiento de recursos ni el progreso técnico, la existencia de imperfecciones/fallos del mercado (la falta de competencia, externalidades, existencia de bienes públicos y mercados incompletos, asimetrías en la información, paro involuntario, inflación y otros desequilibrios). Todo esto hace que los mercados no sean eficientes al no reflejar los precios la valoración marginal de los bienes.


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vas de las destructivas; toda transacción monetaria que se produce en el mercado supone un incremento del mismo. Los gastos en seguridad por un aumento de la criminalidad, los gastos de reconstrucción de infraestructuras tras una catástrofe natural… todo suma para el PIB. iv) Crecimiento y valoraciones éticas Esta medida tampoco tiene en cuenta ningún tipo de juicio ético; valora de la misma forma (a los precios del mercado) la producción de cualesquiera que sean los bienes que son objeto de transacción (armas, hospitales, cárceles, educación...). v) Crecimiento y bienestar En definitiva, ¿se puede identificar incremento en la producción (aunque lo tengamos por equivalente a crecimiento económico) con incremento en el nivel de bienestar? La respuesta a esta pregunta es negativa. En la determinación del incremento de la producción, en su estudio, nos estamos centrando en la eficiencia económica (aprovechamiento de (la mayor cantidad de) recursos para conseguir la máxima producción posible), mientras que la determinación del nivel de bienestar de una sociedad lleva implícitas consideraciones distributivas relativas a cómo se distribuye dicha producción entre las personas que integran esa sociedad, la equidad de la distribución y redistribución de dicha producción. En definitiva, no está en juego solamente el concepto de eficiencia sino también los conceptos de equidad y estabilidad. Además el bienestar es un concepto multidimensional que incluye dimensiones tanto objetivas como subjetivas –siguiendo CMEPSP 2009, estas dimensiones serían: estándares de vida materiales (ingreso, consumo y riqueza), la salud, la educación, las actividades personales (incluido el trabajo), la participación política y la gobernanza, las relaciones y redes sociales, el medioambiente (presente y futuro) y la inseguridad de naturaleza tanto física como económica. Sin perjuicio de lo dicho hasta aquí en esta sucinta descripción sobre la “idoneidad” de la identificación de crecimiento económico, y con ello crecimiento en el bienestar de una sociedad con crecimiento del PIB, hay que decir que, hoy por hoy, el PIB es la magnitud que se utiliza con carácter general en economía para el estudio del crecimiento económico y es, desde luego, la más extendida en los informes económicos y valoraciones de logros de los países. En gran medida porque no hay consen-


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so general sobre la medida que lo pueda reemplazar, ni cómo, si es que se puede, medir el nivel de bienestar17. No obstante, que todavía a día de hoy siga siendo (el PIB) la medida utilizada para medir el crecimiento económico, y con ello el bienestar, no nos debe hacer olvidar sus limitaciones presentadas en este punto. Existen otra serie de dimensiones (distintas de la producción) que deben ser observadas en la búsqueda del bienestar para el mayor número. Sin querer entrar en el estudio de esta cuestión18, sí que nos interesa llamar la atención sobre la misma. Vamos a repasar tres situaciones que ponen de manifiesto cómo el PIB puede no darnos una visión “adecuada” de la actividad económica y de sus implicaciones para el bienestar. A nivel macroeconómico podemos ligar el crecimiento económico (a través del PIB) con otros objetivos de política económica, como pueden ser la estabilidad de precios (medida con la tasa de inflación), el empleo (medido a través de la tasa de desempleo) y ver su evolución conjunta. En la Tabla 1 se presentan dichas variables con una “propuesta” de indicador de “malestar económico” sencillo, agregación simple de las tres (suma de la tasa de crecimiento y resta de la tasa de inflación y el desempleo). Como se puede apreciar, aunque existe correlación obvia, la situación cambia al ser observado el bienestar desde la óptica de crecimiento del PIB única y exclusivamente, frente a considerar como medida de bienestar más “adecuada” la nueva variable creada. A largo plazo, el indicador que utilizamos como medida del crecimiento es el PIB per cápita (PIB/población). Otro de los aspectos que cobra relevancia es si el PIB per cápita es el indicador más adecuado de riqueza de los individuos que componen una economía a largo plazo o por el contrario se deben buscar indicadores alternativos. En la Tabla 2 se presentan algunos de los propuestos como posibles indicadores alternativos: el PNB per cápita, la Renta Personal Disponible (RPD) y el Gasto Personal en Consumo (GPC). Se pueden apreciar las diferencias de considerar unos u otros. 17 De forma más general: “The practical importance of a measure of social welfare can hardly be overstated. Policy decisions, cost-benefit analyses, international comparisons, measures of growth, and inequality studies constantly refer to evaluations of individual and collective wellbeing. The fact that monetary measures still predominate in all such contexts is usually interpreted as imposed by the lack of better index rather than reflecting a positive consensus”- Fleurbaey, 2009; p. 1030. En este mismo sentido: “(...) GDP maintains its prominent role as catchall for our collective well being. Perhaps this is because there has been little consensus on a suitable replacement. Perhaps, more fundamentally, it is that there is even less consensus on how well being should really be measured and if quantitative measurements can be made at all” -Talberth et al., 2007; p. 1. 18 Para lo que se pueden consultar los destacados e interesantes trabajos ya citados: CMEPSP, 2009 y Fleaurbay, 2009.


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Tabla 1 Tasas de crecimiento del PIB, inflación y desempleo e indicador de “malestar económico” [Datos para EE. UU. 1996-2009. (%)] 15,0%

5,0%

1996I

1997II

1998III

1999IV

2001I

2002II

2003III

2004IV

2006I

2007II

2008III

2009IV

-5,0%

-15,0%

tasa crec. PIB

tasa inflación

tasa desempleo

"malestar" económico

Notas: – Se presentan los datos trimestrales para EE. UU. en tasa interanual, siendo el primer dato el 1er. trimestre de 1996 y el último el 4º de 2009. – Indicador de malestar = tasa crecimiento PIB – tasa inflación – tasa de desempleo. – Se presenta como eje de comparación (línea discontinua) una situación macroeconómica caracterizada por un crecimiento del 2,5%, una tasa de inflación del 1% y un tasa de desempleo del 3,5% (un valor del indicador del 2%). Fuentes: – Tasa crecimiento del PIB: U. S. Bureau of Economic Analysis. National Economic Accounts. Current-Dollar and “Real” Gross Domestic Product. Quarterly (Seasonally adjusted annual rates) 30/abr/10 (http://www.bea.gov/national/xls/gdplev.xls) – Tasa de inflación: U. S. Bureau of Labor Statistics. Consumer Price Index- All urban consumers. Seasonally adjusted. U. S. city average. All items 23/may/10. (http://data.bls.gov/PDQ/servlet/SurveyOutputServlet?data_tool=latest_numbers&series_id=CUSR 0000SA0&output_view=pct_1mth) – Tasa de desempleo: U. S. Bureau of Labor Statistics. Unemployment Rate. 16 years and over. 23/may/2010. (http://data.bls.gov/PDQ/servlet/SurveyOutputServlet?data_tool=latest_numbers&series_id=LNS14000000)


EL PIB (per cápita) COMO INDICADOR DE SOSTENIBILIDAD

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Tabla 2 PIBpc, PNBpc, RPD y GCP. [Datos para EE. UU. 1996-2009. (US$:2005)] 50.000 45.000 40.000 35.000 30.000 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0 1996I

PIBpc

1997II

1998III

1999IV

PNBpc

2001I

2002II

RPD

2003III

2004IV

2006I

2007II

2008III

2009IV

GPC

Notas: – Se presentan los datos trimestrales para EE. UU., siendo el primer dato el 1er. trimestre de 1996 y el último el 4º de 2009. Fuente: – U. S. Bureau of Economic Analysis. National Economic Accounts. Selected Per Capita Product and Income Series in Current and Chained Dollars [Chained (2005) Dollars] Seasonally adjusted at annual rates. 30/abr/10. (http://www.bea.gov/national/nipaweb/TableView.asp?SelectedTable=264&Freq=Qtr&FirstYear=2 008&LastYear=2010

Por último, para finalizar este punto, sirva recordar que los estudios más recientes de estas cuestiones están poniendo de manifiesto la discrepancia entre lo que se puede inferir del análisis de los datos de las variables macroeconómicas y la percepción de la población en general de su evolución. Discrepancias que no pueden ser achacadas única y exclusiva-


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mente al fenómeno de “ilusión monetaria” ni a la psicología humana19. Se considera a la renta mediana (aquélla que el 50% de la población tiene una renta igual o inferior) mejor indicador del bienestar que la renta media per cápita (PIB per cápita). En la Tabla 3 se presenta una comparación entre ambas cifras.

3. El PIB (per cápita) como indicador de sostenibilidad Tras revisar los numerosos “inconvenientes” que existen para que el PIB sea una medida “ideal” de la actividad económica, de producción, de crecimiento económico o de bienestar, vamos a tratar de responder a la pregunta que nos hacíamos al inicio de este trabajo: ¿se puede considerar al PIB per cápita como un indicador adecuado de sostenibilidad? Ya hemos anticipado la respuesta en el punto anterior (crecimiento actual frente a potencial futuro de crecimiento), si bien vamos a profundizar en sus implicaciones. Para responder a esta pregunta la primera cuestión a dilucidar es qué entendemos por sostenibilidad20. La noción más comúnmente utilizada de sostenibilidad proviene del Informe de la Comisión Brundtland (World Commission on Environment and Development (WCED), 1987) en el que consideran “desarrollo sostenible” aquel que es capaz de satisfacer las necesidades humanas actuales sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones satisfagan las suyas propias21:

19 “However, there often seems to be a marked distance between standard measures of important socio economic variables like economic growth, inflation, unemployment, etc. and widespread perceptions. The standard measures may suggest, for instance that there is less inflation or more growth than individuals perceive to be the case, an the gap is so large that it cannot be explained by reference to money illusion or to human psychology” CMEPSP, 2009; p. 7, en el mismo sentido: “Algunos estudios también han revelado que los ciudadanos pueden sentirse ajenos a la información estadística. Puede que el PIB esté creciendo, pero se tiene la impresión de que la renta disponible y los servicios públicos disminuyen. Debido a la creciente diversificación de las sociedades, los indicadores basados en promedios o en “el consumidor medio” no son suficientes para saciar la necesidad de información de los ciudadanos y los responsables políticos” COM (2009) 433, p. 4. 20 Se han dado diferentes definiciones de sostenibilidad, para una revisión de las mismas se puede consultar Pezzey (1992). 21 “(…) the [human] needs of the present without compromising the ability of future generations to meet their own needs.”- WCED, 1987; p. 8.


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Tabla 3 Renta Media vs. Renta Mediana (por familias). [Datos para EE. UU. 19752008. (US$: 2008)] 80.000

70.000

60.000

50.000

40.000

30.000

20.000

10.000

0 1975

1980

Renta mediana

1985

1990

1995

2000

2005

Renta media

Notas: – Se presentan los datos anuales para EE. UU. Fuente: – U.S. Census Bureau. Regions—All Races by Median and Mean Income: 1975 to 2008: 2008 dollars. (www.census.gov/hhes/www/income/histinc/h06AR.xls)

Este concepto de sostenibilidad implica que el mundo, en cuanto a los recursos con los que cuenta, tiene límites para absorber la actividad humana. Esos límites vendrán determinados por límites de los recursos naturales, del desarrollo tecnológico, del desarrollo humano y de la organización social. El desarrollo sostenible debe suponer un proceso de cambio en el que la explotación de los recursos, la trayectoria de la


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inversión, la orientación del desarrollo tecnológico y el cambio institucional se hace consistente con las necesidades presentes y futuras22. Así pues esta noción de sostenibilidad está relacionada con la garantía de un grado de bienestar social sostenido en el tiempo. Se fija no sólo en el bienestar social corriente de la generación actual, sino que supone valorar el bienestar social desde una perspectiva intergeneracional, entre diferentes generaciones. Una gran parte de la crítica de la idoneidad del PIB (per cápita) como medida de sostenibilidad se ha referido a que los determinantes del bienestar corriente (current well-being) son diferentes a los que influyen en la sostenibilidad del bienestar a largo plazo (sustainability). El bienestar corriente está relacionado con los recursos económicos (por ejemplo, la renta) y con otros aspectos no económicos de la vida de las personas, como lo que hacen y pueden hacer (cómo se sienten, las características del entorno natural en el que viven (recursos naturales de los que disfrutan)…). Mientras, la sostenibilidad se refiere al mantenimiento de esos niveles de bienestar a lo largo del tiempo, lo que depende de si los stocks de capital (natural, físico, humano y social), las cantidades de recursos, son transmitidos (conservados) a (para) las generaciones futuras23. Claramente, el PIB es una medida imperfecta para medir el bienestar corriente e inadecuada para calibrar el bienestar a lo largo del tiempo en sus dimensiones sociales, medioambientales y económicas.24 El concepto de sostenibilidad está, por tanto, indisolublemente ligado al mantenimiento (y aumento, en su caso) de los niveles de stock de capital, de los recursos existentes y la capacidad de utilizarlos (consumirlos) para derivar de ellos bienestar (utilidad) sin agotarlos, así como para transmitirlos a las generaciones futuras. Es por ello que este concepto de sostenibilidad debe ser aplicado a todo tipo de capital, debe ser recogido en todas sus dimensiones (natural, físico, humano y social): – natural (que incluyen los aspectos medioambientales, recursos naturales y ecosistemas, p. ej. recursos minerales, petróleo y gas natural, pesquerías, bosques, suelos...) 22 “(…) a process of change in which the exploitation of resources, the direction of investments, the orientation of technological development, and institutional change are made consistent with future as well as present needs” - WCED, 1987; p. 9. 23 “Current well-being has to do with both economic resources, such as income, and with noneconomic aspects of peoples life (what they do, how they feel, and the natural environment they live in). Whether these levels of well-being can be sustained over time depends on whether stocks of capital that matters for our lives (natural, physical, human, social) are passed on to future generations” - CMEPSP, 2009; p. 11. 24 Cfr. nota 10.


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– físico (infraestructuras de todo tipo (viarias, edificios...), maquinaria…) – humano (nivel de educación, capacidades, nivel de salud...) – social (instituciones, conocimiento en general (científico y tecnológico en particular...), tecnología, derechos, creencias, hábitos …) La medida de sostenibilidad debe recoger la cantidad y calidad de dicho stock (de dichos activos de capital, riqueza), así como sus variaciones, en la medida que una economía sostenible requiere la conservación (y aumento en su caso) de los mismos. Esto es lo que garantizará el consumo presente y su crecimiento futuro, o en términos más generales el bienestar presente y el de las generaciones futuras. En el plano económico este concepto debe ser considerado tanto bajo el prisma microeconómico, a nivel de agentes económicos individuales, como desde la macroeconomía, a nivel de grandes agregados nacionales, y se debe referir a todo tipo de riqueza (stock de capital) sean propiedad de la colectividad o privada25. La medida de sostenibilidad debería proporcionarnos información sobre: (1) el valor presente (actualizado neto) del flujo de bienestar de todas las generaciones, de tal forma que una economía disfrutaría de “desarrollo sostenible” si el bienestar medio de la generación presente y futura, considerado en su conjunto, no disminuye en el tiempo; o (2) la capacidad de la economía para mantener (o aumentar) sus niveles de bienestar26. El PIB (per cápita) no es una medida de sostenibilidad porque puede aumentar mientras el stock de capital disminuye, lo que en el largo plazo condiciona el crecimiento futuro. La riqueza de una economía disminu25 Una serie de estudios muy prolija entre los que se encuentran: Dasgupta y Mäler, 2000, Arrow et al., 2003a y b, Arrow et al., 2004, Arrow et al., 2007 establecen que para medir la actividad económica desde el prisma de la sostenibilidad es necesario estudiar los movimientos de su base productiva (productive base) que estaría compuesta de los activos de capital (capital assets) y las instituciones (institutions). Estas últimas incorporarían toda la infraestructura social (p. ej. leyes, derechos de propiedad, creencias...) que guían la asignación de recursos (estas instituciones estarían incluidas, en la definición que utilizamos en el texto, dentro del capital social). Así, el valor de la base productiva de una sociedad es su riqueza inclusiva (inclusive wealth). Demuestran que una economía disfrutará de desarrollo sostenible si, y sólo si, su riqueza inclusiva (a precios constantes) no disminuye con relación a su población. En el mismo sentido, una economía disfrutará de desarrollo sostenible si, y sólo si, con relación a su población su inversión inclusiva (inclusive investment), entendida como todo cambio de la riqueza inclusiva a lo largo del tiempo, no es negativa. 26 “Economic analysis has tended to emphasize the criterion of maximizing the integral o the discounted values of current and future utility consumption – what we will call intertemporal social welfare. Current consumption is deemed excessive or deficient depending on its level relative to that called for by this optimization problem. However, analysts with a different perspective have applied a criterion of “sustainability”, which emphasizes the ability of the economy to maintain living standards”- Arrow et al., 2004, p.150.


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ye si se deprecia el stock de capital y las instituciones no son capaces de reponerlo o mejorar suficientemente los niveles de otros stocks para compensar esa depreciación. Tomemos el ejemplo de una mina. Mientras se están extrayendo los minerales, dicha extracción aumentará el PIB del país en la medida que supone mayor producción. No obstante, estará condicionando el desarrollo futuro de dicho país, lo estará empobreciendo si los rendimientos de dicha producción no sirven para aumentar su riqueza (aumentando los otros stocks (físico, humano y/o social)27. Una medida de sostenibilidad debería recoger la influencia de todos aquellos factores (p.ej. de los flujos financieros, el nivel de endeudamiento y la riqueza) que afectan a los patrones de vida (consumo...) y a la producción así como sus efectos sobre el stock de capital. Además la medición de la sostenibilidad requiere, en algunos casos, no sólo valorarla para cada economía nacional por separado, sino en un contexto internacional; en la medida que en alguna de sus dimensiones (p. ej. en la medioambiental, las emisiones de CO2 a la atmósfera) sus efectos son globales. En este caso la perspectiva adecuada es la sostenibilidad global28. Problemas/complejidad de la medición de la sostenibilidad Como ya se ha mencionado en el apartado segundo, el PIB ignora la depreciación y el agotamiento de recursos. Para salvar este escollo, y poder seguir utilizando alguna magnitud proporcionada por el sistema de cuentas nacionales como medida de la sostenibilidad, se ha propuesto como medida alternativa el Producto Interior Neto (o el Producto Nacional Neto)29. El Producto Interior Neto (Producto Nacional Neto) es 27 Estamos asumiendo que los recursos naturales, físicos, humanos y sociales son sustituibles entre sí. Es decir podemos sustituir unos por otros, una disminución de unos (de infraestructuras) se puede suplir con un incremento de otros (nivel de educación). Esta versión de sostenibilidad es la que se conoce como sostenibilidad débil (weak sustainability). Existe otra concepción que asume que la sustitución de unos por otros es limitada o nula; sostenibilidad fuerte (strong sustainability). Para profundizar en estos conceptos se puede consultar Neumayer, 1999. 28 “Measuring sustainability raises an additional difficulty in an international context. The question is not exclusively to assess relative sustainabilities of each country taken separately. The problem is global, at least in its environmental dimension. In that case, what is at stake is rather the contribution of each country to global sustainability or insustainability”- CMEPSP, 2009; p. 264. 29 Weitzman, 1976, demostró que en un mercado perfectamente competitivo en el que no hay bienes que no se intercambien en el mercado y los individuos sólo derivan utilidad del consumo de bienes intercambiados en el mercado, el PIN es un buen indicador del bienestar de los sujetos.


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la diferencia entre el PIB (PNB) y el consumo de capital fijo. Esta medida corrige sólo en parte (en la medida que sólo tiene en cuenta la depreciación (consumo) del capital físico, maquinaria por ejemplo) la primera de las cuestiones pero no la depreciación del resto de activos que incluye el capital en su acepción amplia, ni su agotamiento ni degradación en su caso. Para tratar de solventar estas cuestiones, se han desarrollado distintas medidas de sostenibilidad, si bien no hay un consenso general sobre cuál es la más adecuada. Esto viene determinado porque la medición de la sostenibilidad es un “ejercicio” complicado. El establecimiento de una medida de sostenibilidad exige una modelización dinámica a largo plazo, estableciendo las interacciones entre variables económicas y medioambientales con la complejidad que ello conlleva. Las principales dificultades que nos encontramos a la hora de desarrollar una medida de sostenibilidad son: – La definición de sostenibilidad que hemos dado requiere la valoración de los stocks de capital y sus flujos. Esto exige prever los precios a lo largo del tiempo, y es complicado. Por un lado, los precios de mercado –como se ha visto en la crisis actual– están sometidos a “burbujas”, contracciones… el mercado tiene “fallos” que impiden que los precios sean, en ocasiones, valoraciones adecuadas del capital y sus flujos. Para algunos activos no existen mercados que nos permitan tener una referencia sobre su precio (p. ej. la calidad del aire), para otros proporcionan valoraciones imperfectas al existir distorsiones (por ejemplo, por la existencia de externalidades positivas y negativas). – La propia medición de muchos activos es compleja (o simplemente no se miden). Esto en lo concerniente a su cantidad. Mucho más complicado es la consideración de su calidad. Ambas dimensiones deberían ser objeto de medición y cuantificación. – Supone realizar numerosas hipótesis (establecer expectativas), para tratar de modelizar las relaciones que se establecen entre los stocks y sus flujos, así como entre los propios stocks de distintos tipos de capital. Es una medición en la que el grado de incertidumbre es grande. Hay que prever el consumo de toda forma de capital, el progreso tecnológico, las innovaciones que se pueden producir, la posible sustituibilidad de los bienes de capital, los hábitos de consumo futuros... – Hay que actualizar los valores, lo que supone establecer una tasa de descuento que nos permita comparar los flujos de beneficios y costes actuales y futuros.


Descripción

- Index of Economic Well-Being (IEWB): Osberg y Sharpe (2002) - Environmental Sustainabilty Index (ESI) (http://sedac.ciesin.columbia.edu/es/esi/) - Environmental Performance Index (EPI) (http://epi.yale.edu/)

- Sustainable Measure of Economic Welfare (MEWS): Nordahus y Tobin (1973) - Indicator of Sustainability of Economic Welfare (ISEW): Daly y Cobb (1989) y Cobb y Cobb (1994) - Genuine Progress Indicator (GPI): Talberth et al. (2007) - Environmentally-Adjusted Net Domestic Product (EANDP).

Débil

Débil(c)

- Falta de fundamentación teórica. - Falta de definición clara sobre qué se entiende por sostenibilidad. - Arbitrariedad de componentes. - Arbitrariedad en las ponderaciones de los indicadores que lo componen. - Métodos de cálculo discutibles (agregaciones de componentes…).

PIB corregidos (Adjusted GDP)

- Falta de fundamentación teórica. - Arbitrariedad de componentes. - Métodos de cálculo discutibles (agregaciones de componentes…). - No informan sobre el nivel de sostenibilidad, nos permiten analizar la evolución pero no si se está en la senda de la sostenibilidad, o por el contrario la trayectoria (de consumo) es insostenible.

Son medidas que partiendo del PIB tratan de - Reflejan la interdependencia entre las “corregirlo” introduciendo elementos que no múltiples dimensiones de la sostenibirecoge la definición de PIB para convertirlo lidad. en una “verdadera” medida de bienestar, que - Sencillez. incorpore aspectos medioambientales y so- - Comparabilidad. ciales. Cuentas medioambientales (Environmental accounts). Se han desarrollado sistemas de cuentas económico-medioambientales (System of Economic-Environmental Accounting), que recogen la interacción entre ecología y economía. Hoy en día se utiliza como “cuentas satélites” dentro de la contabilidad nacional y tratan de reflejar esa interacción - Green GDP.

- CSD Sustainable Development Indicators (http://www.un.org/esa/dsd/dsd_aofw_ind/ind_inde x.shtml) - UNECE/OECD/Eurostat Working Group on Statistics for Sustainable Development (http://www.unece.org/stats/archive/03.03f.e.htm) - EU set of Sustainable Development Indicators (SDIs) (http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/sd i/introduction)

Fuerte(b)

- Heterogeneidad. - Falta de armonización entre los distintos “tableros”. - Falta de definición clara sobre qué se entiende por sostenibilidad. - Falta definición clara sobre los requisitos necesarios para alcanzar la sostenibilidad.

Estudios y/o instituciones que utilizan dichas medidas

- Información extensa y precisa. - Multidimensionalidad. - Combina indicadores de sostenibilidad y desarrollo. - Capturan la complejidad de la medición de la sostenibilidad.

Definición de sostenibilidad(a)

Inconvenientes/Debilidades

Ventajas/Fortalezas

Índices Compuestos (Com- Supone reescalar y agregar (con la posibili- - Sencillez. dad de otorgar ponderación diferente) una - Comparabilidad. posite Indexes) serie índices básicos que describan todas las dimensiones que el indicador compuesto trate de recoger (desarrollo humano, bienestar, sostenibilidad…) para permitir su comparabilidad.

Recogen y ordenan una serie de indicadores Tablero/Conjunto de indicadores (Dashboard, (económicos, sociales, medioambientales y de gobernanza) que tienen relación directa set of indicators) y/o indirecta con una noción amplia de progreso social y sostenibilidad.

Medida de sostenibilidad

Indicadores de sostenibilidad

Tabla 4

300 JABIER MARTÍNEZ


- Wackernagel y Ress (1995). Global Footprint Network (http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GF N/)

Fuerte

Existen dos conceptos de sostenibilidad: – sostenibilidad débil (weak sustainability) que asume que los distintos stocks de capital son sustituibles entre si. Es decir, que un decremento de recursos naturales (p. ej. extracción de las reservas de petróleo de un país) puede ser compensado con un incremento en otro tipo de recursos/capital (p. ej. producción y puesta en marcha de aerogeneradores de electricidad). Existe “sustituibilidad” entre los diferentes stocks de capital. – sostenibilidad fuerte (strong sustainability) que considera que las posibilidades de “sustituibilidad” entre los recursos está sometida a límites físicos, al ser los recursos finitos. Establece que es necesario mantenerse por encima de los niveles críticos de la mayoría de los recursos naturales. No pudiéndose sustituir depreciaciones o agotamientos de algunos stocks por incrementos de otros.. (b) En el sentido que presentan una “batería” de índices sin condicionar unos el valor de los otros. (c) “(...) rather than assuming seamless substitutbility it is more inline with the assumption of strong sustainability” (Talberth et al. (2008), p. 5). Pero dentro del mismo estudio: “(..) while the GPI purports to be based on the principle of strong sustainability, it in fact measures weak sustainability (...) According to Neumayer (1999, pg. 93):”[i]ronically, the ISEW does not measure strong sustainability, but weak sustainability at best since it assumes perfect substitutability among different forms of capital”. (Talberth et al. (2008), p. 7).

(a)

Estudios y/o instituciones que utilizan dichas medidas

- No considera la posibilidad de progreso tecnológico. - Son discutibles las consideraciones sobre los efectos que sobre la sostenibilidad tienen una serie de factores como: la extracción de recursos fósiles (petróleo…), la conservación (o no) de la biodiversidad, la calidad de los recursos naturales… Además recogen algunos efectos, por ejemplo los que tiene el desarrollo sobre el agua.

Definición de sostenibilidad(a)

- Green Accounting {Genuine Savings/Adjusted Net Saving (ANS)/Wealth estimates}: Hamilton y Lutz, 1996, Hamilton y Clemens. 1999, World Bank on Environmental Economics (http://www.worldbank.org) - Adjusted Net Domestic Savings: Dasgupta y Mäler, 2000, Arrow et al., 2003a y b, Arrow et al., 2004, Dasgupta, 2007, Arrow et al., 2007.

Inconvenientes/Debilidades Débil

Ventajas/Fortalezas

La idea de estas medidas es que una varia- - Tratan de recoger y sintetizar de forma - La cuantificación y valoración de la rición negativa de la riqueza indica que el con- exhaustiva en un indicador la defini- queza (de los stocks y los flujos) es muy compleja, y depende de qué se sumo no es sostenible en el tiempo, o lo que ción de sostenibilidad. es lo mismo sólo el ahorro neto/inversión - Tratan de informar sobre el nivel de considere dentro de su definición. neta (de capital físico, humano, natural y so- sostenibilidad del consumo actual y la factibilidad de su mantenimiento en el cial) supone incremento de riqueza. tiempo.

Descripción

Huella Ecológica (Ecologi- Miden el uso y la posible sobreexplotación - Intuitivo. de los recursos ecológicos. Evalúa el imcal Footprint): pacto sobre el planeta de la actividad humana y su grado de sostenibilidad.

Ahorro neto corregido (Adjusted net Savings) Ahorro auténtico (Genuine Savings) (True Savings)

Medida de sostenibilidad

Indicadores de sostenibilidad

Tabla 4 (continuación)

EL PIB (per cápita) COMO INDICADOR DE SOSTENIBILIDAD 301


302

JABIER MARTÍNEZ

– Exige una evaluación de riesgos, anticipar los shocks de distintos tipos que pueden afectar a los stocks acumulados aumentándolos o disminuyéndolos… – Exige el establecimiento de nociones de justicia inter e intra generacional. En la consideración de desarrollo sostenible se suele utilizar una noción débil de justicia intergeneracional en el sentido que exige que las futuras generaciones no dispongan de menos medios para satisfacer sus necesidades que la generación actual (justicia intergeneracional). El tema de la justicia intrageneracional (dentro de cada generación) es controvertido pues aunque se puede considerar que un índice de sostenibilidad debe por definición ser equitativo (Talberth et al. (2007), p. 7), no todas las medidas de sostenibilidad recogen esta perspectiva. 4. Indicadores de sostenibilidad Tras descartar al PIB per cápita como medida adecuada de sostenibilidad se presentan en la siguiente tabla (Tabla 4) las principales medidas que se utilizan como indicadores de sostenibilidad. En dicha tabla se recoge una breve descripción del indicador utilizado, así como las ventajas (fortalezas) e inconvenientes (debilidades) del mismo, a qué definición de sostenibilidad responden (fuerte o débil) y se citan los principales estudios o instituciones que las utilizan. 5. Conclusiones En este trabajo hemos tratado de abordar la idoneidad del PIB (per cápita) como indicador de sostenibilidad de una economía. Esta magnitud se utiliza, con carácter general, para el estudio del crecimiento económico a largo plazo y es, desde luego, la más extendida en los informes económicos y en las valoraciones de los logros de los países. El PIB (per cápita) tiene numerosos inconvenientes para ser considerado como una medida de la actividad económica, de crecimiento económico y en la medida que asociamos mayor crecimiento, mayor producción, con mayor bienestar, como medida de bienestar. Los inconvenientes son: – sólo valora el crecimiento actual no los condicionantes para el crecimiento futuro (sostenibilidad), – sólo tiene en cuenta las transacciones que se dan en el mercado (con las imperfecciones que pueden tener estas valoraciones), dejando sin cuantificar ni considerar todo aquello que queda fuera de él,


EL PIB (per cápita) COMO INDICADOR DE SOSTENIBILIDAD

303

– no tiene en cuenta los costes sociales del crecimiento, – se abstrae de valoraciones éticas, y por lo tanto, – todo esto nos lleva a pensar que no es una buena medida del bienestar social. Ahondando en el primero de los inconvenientes, nos sumergimos en la pregunta que da título al trabajo: ¿Puede ser el PIB (per cápita) un indicador de sostenibilidad? La noción de sostenibilidad que utilizamos es la presentada por la Comisión Brundtland (World Commission on Environment and Development (WCED), 1987) que considera desarrollo sostenible “como aquel que es capaz de satisfacer las necesidades humanas actuales sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones satisfagan las suyas propias”30. Esto nos lleva a la conclusión que la sostenibilidad está indisolublemente ligada a la conservación y el aumento de los recursos, del stock de capital (medioambiental, físico, humano y social) de una economía, ya que de él derivarán los individuos utilidad (bienestar) en un futuro. Concluimos que la medida objeto de estudio (PIB per cápita) no puede ser considerada un indicador de sostenibilidad, al cuantificar con las imperfecciones aludidas, única y exclusivamente la producción actual. A la hora de buscar medidas alternativas, hemos visto cómo existen enormes dificultades para desarrollar una medida de sostenibilidad que nos dé una idea de la potencialidad de crecimiento futuro. La medición de la sostenibilidad es complicada porque exige una modelización dinámica a largo plazo que recoja las interacciones entre el medio natural y la economía, en la que las previsiones y las expectativas (precios, cantidad y calidad del stock) juegan un papel primordial, está condicionada por la incertidumbre, el riesgo y en dicha medida debe considerarse, en principio, las ideas de justicia intra e intergeneracional. Repasando las medidas de sostenibilidad mas “utilizadas” a nuestro juicio, se puede concluir que a día de hoy, existiendo un consenso sobre la interpretación de sostenibilidad como concepto, no hay un acuerdo sobre su cuantificación (sobre la medida a utilizar para su cuantificación). No obstante, sirvan las recomendaciones de la CMESPS como forma para abordar en el futuro en esta cuestión: “Our societies have become more concerned about the environment, as we have realized that what we have been doing has placed our planet at risk. This realization reinforces the importance of sustainability, and heigh30

Cfr. cita 21.


304

JABIER MARTÍNEZ

tens the imperative for the development of metrics that assess sustainability. While we have argued for the development of a broader measure of extended wealth to assess sustainability, we believe that such an approach should be supplemented with some physical measures.” (Stiglitz et al., 2009, p. 63). “Recommendation 11: Sustainability assessment requires a wellidentified dashboard of indicators. The distinctive feature of the components of this dashboard should be that they are interpretable as variations of some underlying “stocks”. A monetary index of sustainability has its place in such a dashboard but, under the current state of the art, it should remain essentially focused on economic aspect of sustainability”. (CEMPSP, 2009, p. 17). “Recommendation 12: the environmental aspects of sustainability deserve a separate follow-up based on a well-chosen set of physical indicators. In particular there is a need for a clear indicator of our proximity to dangerous levels of environmental damage (such associated with climate change or the depletion of fishing stocks)” (CEMPSP, 2009, pp. 17-18). 6. Bibliografía AFSA, C.; D. BLANCHET; V. MARCUS; M. MIRA D’ERCOLE; P. A. PIONNIER; G. RANUZZI; L. RIOUX y P. SHREYER (2008): “Survey of existing approaches to measuring socio-economic progress”, Paper CMEPSP. ARROW, K. J.; P. DASGUPTA; L. GOULDER; G. DAILY; P. R. EHRLICH; G. M. HEAL; S. A. LEVIN; K.-G. MÄLER; S. SCHEIDER; D. A STARRET y B. WALKER (2004): “Are we Consuming Too Much?”, Journal of Economic Perspectives, 18 (1): 147172. ARROW, K. J.; P. DASGUPTA; L. GOULDER; K. MUMFORD y K. OLESON (2007): “China, the US, and Sustainability: Perspectives Based on Comprehensive Wealth”, Discussion Paper, Department of Economics, Stanford University, California. ARROW, K. J.; P. DASGUPTA; L. GOULDER; K.-G. MÄLER; S. SCHEIDER (2003a): “Evaluating Projects and Assessing Sustainable Development in Imperfect Economies”, Environmental and Resource Economics, 26(4): 647-685. —(2003b): “The Genuine Saving Criterion and the Value of population”, Economic Theory, 21(2): 217-225. CMEPSP (2009): Report of the commission on the measurement of economic performance et social progress, September, 14, (http://www.stiglitz-senfitoussi.fr/en/documents.htm) COBB, C. y COBB, J. (1994): The Green National Product. Lanham. University Press of America.


EL PIB (per cápita) COMO INDICADOR DE SOSTENIBILIDAD

305

COBB, J. y DALY, H. (1989): For the common good, redirecting the economy toward community, the environment and a sustainable future, Boston, Beacon Press. COM (2009) 433 final: Comisión de las Comunidades Europeas. “Más allá del PIB: Evaluación del progreso en un mundo cambiante”, Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo. Bruselas, 20.8.2009. DASGUPTA, P. (2007): “Measuring Sustainable Development: Theory and Application”, Asian Development Review, vol. 84 nº 1: 1-10. DASGUPTA, P. y K-G. MÄLER (2000): “Net National Product, Wealth, and Social Well-Being”, Environmental and Development Economics, 5(1):69-93. DREZÉ, J. y N. STERN (1990): “Policy Reform, Shadow Prices and Market Prices”, Journal of Public Economics, Vol. 42:1-45. FLEURBAEY, M. (2009): “Beyond GDP: The Quest for a Measure of Social Welfare”. Journal of Economic Literature, 47:4: 1029-1075. HAMILTON, K. y M. CLEMENS (1999): “Genuine Savings Rates in Developing Countries”, World Bank Economic Review, 13(2): 333-356. HAMILTON, K. y E. LUTZ (1996): “Green National Accounts: Policy Uses and Empirical Experience”, Environment Department Technical Paper, No. 39. Washington: World Bank. INE (2002): Metodología para el cálculo de las paridades de poder adquisitivo, Madrid, junio. KUZNETS, S. (1934): “National Income, 1929-1932”, NBER Chapters, en: National Income, 1929-1932:1-12. MARTÍNEZ, J. y J. F. SANTACOLOMA (2005): “Las predicciones sobre el crecimiento económico: posibilidad de un modelo operativo”, Boletín de Estudios Económicos, Vol. 60, nº 184: 87-118. MARTÍNEZ, J. (2010): “Crecimiento económico: una visión alternativa” en Economía y Humanismo. Línea de Investigación: “Visiones alternativas de la Economía”. Universidad de Deusto. NEUMAYER, ERIC (1999): Weak versus strong sustainability: exploring the limits of two opposing paradigms. Edward Elgar, Cheltenham. NORDHAUS, W. y D. TOBIN (1973): “Is Growth Obsolete?” en The Measurement of Economic and Social Performance: Studies in Income and Wealth, Volume 38, ed. Milton Moss, 509-531. OECD-JRS (2005): “Handbook on Constructing Composite Indicators: Methodology and User Guide”. OECD Statistics Working Paper, n. 3. OSBERG, L. y A. SHARPE (2002): “An index of economic well-being for selected countries”, Review of Economic and Wealth, 48 (3) September: 291-316. PEZZEY, J. (1992): “Sustainable Development Concepts: An Economic Analysis”. World Bank Environment Paper, Nº 2, World Bank, Washington, D. C. SALA I MARTÍN, X. (2000): Apuntes de crecimiento Económico, 2ª Ed., Ed. Bosch. STIGLITZ, J.; A. SEN y J.-P. FITOUSSI (2009): The Measurement of Economic Performance and Social Progress Revisited - Reflections and Overview, September, 16, (http://www.stiglitz-sen-fitoussi.fr/en/documents.htm)


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TALBERTH, J.; COBB, C. y SLATTERY, N. (2007): The Genuine Progress Indicators 2006: a tool for sustainable development, Redefining Progress, Oakland CA (www.rprogress.org) WACKERNAGEL, M. y W. RESS (1995): Our ecological footprint: reducing human impact on the earth, New Society Publisher, The New Catalyst Bioregional Series, Gabriola Island, BC. WEITZMAN, M. L. (1976): “On the Welfare Significance of National Product in a Dynamic Economy”, The Quarterly Journal of Economics, 90: 156-162. WORLD COMMISSION ON ENVIRONMENT AND DEVELOPMENT (1987): From One Earth to One World: An Overview, Oxford: Oxford University Press.


EL PIB (per cápita) COMO INDICADOR DE SOSTENIBILIDAD

307

Anexo: Comparación entre índices y sostenibilidad para EE. UU. – Indices compuestos* EPI 2008 United States EPI Rank: 39 EPI Score: 81.0 Income Group Average: 86.6 Geographic Group Average: 78.4 GDP/capita 2005 est. (PPP) $38.165 Income Decile 1 (1=high, 10=low)

EPI 2010 United States EPI Rank: 61 EPI Score: 63.5 Income Group Average: 67.1 Geographic Group Average: 64.0 GDP/capita 2007 est. (PPP) $42.672 Income Decile 1 (1=high, 10=low)

Fuente: http://epi.yale.edu

– PIB corregidos y Ahorros netos Ahorro neto corregido Tasa de crec. Tasa de crec. Tasa de crec. Riqueza pc, (c) PIBpc (a) GPIpc (b) computando crec. TFP

EE. UU. (1995-2000)

PIB

PIB corregidos

4.44%

2.90%

1.83%

Fuente: (a) Arrow et al. (2007), (b) Talberth et al. (2007), (c) Arrow et al. (2007)

– Huella ecológica

Fuente: http://www.footprintnetwork.org * El Índice de Desempeño Medioambiental (Environmental Performance Index (EPI)) clasifica 163 países en 25 indicadores de rendimiento establecidos sobre 10 categorías de políticas cubriendo tanto la salud del medioambiental como la vitalidad del ecosistema.


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RESUMEN En este trabajo hemos tratado de abordar la idoneidad del PIB (per cápita) como indicador de sostenibilidad de una economía. Comenzamos repasando los “inconvenientes” de la consideración de la tasa de crecimiento del PIB per cápita como indicador del bienestar social, para continuar centrándonos en su relación con la sostenibilidad. Justificamos las razones por las que no se puede considerar una medida de sostenibilidad y analizamos las dificultades que entraña dicha medición. Describimos las principales medidas que se están utilizando para caracterizar la sostenibilidad y concluimos aludiendo a las recomendaciones de la International Commission on Measurement of Economic Performance and Social Progress - CMEPSP que ha estudiado recientemente este tema. Palabras clave: Sostenibilidad, PIB per cápita, crecimiento, indicadores. SUMMARY This paper seeks to address the suitability of per capita GDP as an indicator of the sustainability of an economy. We begin by examining the drawbacks of considering per capita GDP as a social welfare indicator, and then go on to focus on its relationship with sustainability. We set out the reasons why it cannot be seen as a measurement of sustainability and analyse the difficulties of making such measurements. We describe the main measurements of sustainability currently in use and conclude by alluding to the recommendations of the International Commission on Measurement of Economic Performance and Social Progress, which recently examined this matter. Key words: Sustainability, per capita GDP, growth, indicators.


BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 309-327)

IMPLICACIONES SOCIALES DE LA CRISIS Jon Leonardo Catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto

Introducción En el momento en que se escribe este artículo estamos asistiendo a uno de los episodios más dramáticos en los que está sumida la sociedad occidental actual, nos referimos a la crisis griega, que está suponiendo un replanteamiento de las bases y de los fundamentos del Estado de Bienestar. Las duras medidas de ajuste aplicadas a Grecia, a fin de reducir su déficit, impuestas al unísono tanto por la Comisión Europea como por el Fondo Monetario Internacional, van a suponer un torpedo en la línea de flotación al Estado de Bienestar griego. Pensábamos hasta hace poco tiempo, que las duras políticas de ajuste sólo iban a afectar a las economías periféricas, nunca a las economías del primer mundo y vemos con estupor que estamos asistiendo al desarrollo de acontecimientos dramáticos que amenazan con socavar los propios fundamentos del Estado de Bienestar. So pretexto de una necesidad que se presenta como “inexorable”, se propone una reducción del gasto público en aras a ajustar la economía a los parámetros exigidos por las principales instituciones financieras. De este modo, se produce una severa erosión de las condiciones de vida de amplias capas de la población, generando nuevos frentes de inestabilidad social y de conflicto y, lo que es peor, un replanteamiento del Estado de Bienestar, principal bastión que ha permitido combinar como nadie el desarrollo económico capitalista con la estabilidad institucional necesaria, desde prácticamente el final de la Segunda Guerra Mundial y a quien a lo largo de estos años se le ha reconocido una supremacía material y moral que constituye una aportación universal a la teoría política.


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A estas alturas no cabe ninguna duda que, lo que inicialmente se manifestó como una crisis financiera, después ha devenido en una crisis económica en toda regla y tiene todos los visos de manifestarse como una crisis humanitaria y social. Como decía hace no mucho tiempo el Presidente del Banco Mundial Robert Zoellnick en su visita a España a preguntas de los periodistas: “Puede ser que lo que comenzó como una gran crisis financiera y se convirtió en una profunda crisis económica, ahora esté derivando en una gran crisis del desempleo y, si no tomamos medidas, hay riesgo de que llegue a ser una grave crisis humana y social, con implicaciones políticas muy importantes…1” Aunque el sistema capitalista se ha visto sacudido frecuentemente por crisis cíclicas que han hecho inevitables sucesivos ajustes, pensemos en la crisis del petróleo de los años 70, lo que distingue a la crisis actual desde el punto de vista político-económico, es la reducción del margen de maniobra de las políticas económicas del Estado en relación a épocas pasadas. Antes de la creación del euro, la capacidad de los Estados para, a través de las políticas monetarias, actuar sobre el sistema económico, devaluando la moneda, subiendo o bajando los tipos de interés, constituían instrumentos privilegiados de choque frente a las situaciones de crisis. En la actualidad, la cesión de estos centros decisionales en materia de política económica a instituciones europeas como el Banco Central, reduce el margen de maniobra de los estados. Esto provoca un aumento del grado de vulnerabilidad debido a la imposibilidad de echar mano de políticas monetarias, crediticias y financieras que se han escapado del control de los Gobiernos y de los sistemas democráticos, nos atreveríamos a decir, limitándose aquéllos a tener que actuar únicamente en el terreno de la política fiscal y de gasto. No es extraño que esta dislocación entre la política financiera, globalizada, y la política económica de los estados haya saltado hecha pedazos en este proceso en el que la economía financiera alimentada por su propia dinámica especulativa ha barrido a la economía productiva que se encuentra inmersa en una crisis sin precedentes. El problema es que ahora no hablamos de crisis de empresas, ni siquiera de sectores, sino de economías, de países enteros que se encuentran en una situación de quiebra total. No es extraño que los sucesos recientes de Grecia hayan enervado a amplios sectores sociales que se ven acercarse al abismo de una crisis que, si algo está claro, es que ellos no la han provocado. 1

Robert ZOELLICK: (2009).


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La secuencia de esta crisis es bien conocida, la crisis inmobiliaria desembocó en una crisis financiera producto de prácticas especulativas y de una huida hacia delante por parte de entidades financieras que desembocaron, bien en quiebras sonadas como la de Lehman Brothers, o bien en la necesidad de proveerse de recursos públicos masivos por parte de las entidades financieras cuyos balances se encontraban en ese momento profundamente depreciados. La práctica de titulización de los denominados hedge funds producida por un sistema que necesitaba imperiosamente elevar la tasa de ganancia y que succionó una gran cantidad de recursos desde la economía real a las entidades financieras sentó las bases de la situación de crisis en la que estamos instalados, la extensión en los mercados de una desconfianza generalizada de unas instituciones frente a otras hizo el resto. El resultado fue una ingente cantidad de recursos públicos trasvasados a las entidades financieras privadas al precio de restringir las políticas crediticias y provocar un colapso en el sistema económico productivo. El último acto de esta función ha consistido en que la crisis se ha trasladado a los Estados que son precisamente quienes han tenido que hacerse cargo de los activos depreciados y que han tenido que “salir corriendo” en defensa de sus instituciones financieras para evitar el colapso del conjunto. Lo paradójico de esta situación es que son precisamente los estados quienes ahora se ven en la necesidad de endeudarse acudiendo al mercado internacional, siendo rehenes de las mismas instituciones e instancias que provocaron la crisis. De manera especial, aquellos países cuyas economías por distintas razones son más vulnerables y que han tenido que endeudarse para capear el temporal, son rehenes de las tensiones especulativas de los propios mercados. Se produce así la paradoja de que aquéllos que provocaron la crisis son los que tienen en sus manos el destino de países y de sectores enteros de población. La Cuestión Social en Cifras, algunos datos para la reflexión Bajo la denominación “Cuestión Social” se esconden una serie de problemáticas e interrogantes de distinta naturaleza: distribución del gasto social, política fiscal, mercado de trabajo y empleo, desigualdades sociales… que se hace difícil dar un tratamiento exhaustivo y homogéneo a esta problemática. No obstante, parece que la relevancia de lo Social no ofrece dudas, hasta el punto de que, bajo el lema: “¡Alto a la miseria!”, la UE ha considerado oportuno declarar al año 2010 como el


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año de la pobreza y de la exclusión social. Haciéndonos eco de los datos facilitados por la propia UE2, se observa cómo en el año 2007 había 84 millones de europeos en riesgo de pobreza. En el caso español, de acuerdo con el Informe elaborado por La Caixa en el 2008, el volumen de personas en riesgo de pobreza era en ese momento de un 20% aproximadamente. Como se afirma en este documento: “La Exclusión Social más que una situación estable o inamovible, hace referencia a un proceso dinámico que puede afectar a muchas personas, con un carácter transitorio o más permanente. La exclusión social no se concentra sólo en unos determinados grupos de personas o colectivos marginales, sino que, contrariamente, puede afectar de forma cambiante a personas y colectivos en función de su exposición a dinámicas de marginalización. Una persona puede pasar de estar parada a ser no contratable con cierta rapidez”3. Pero, si las posibilidades de integrarse en los circuitos de la pobreza es una realidad para amplias capas de la población, qué decir de la situación desde el punto de vista del empleo. De acuerdo con los datos facilitados por Eurostat, en el momento actual, en el Estado español, la tasa de paro de las personas inferiores a 25 años es de 43,8% convirtiéndose en el segundo país de la eurozona con una tasa de paro tan alta. Pero, la destrucción de empleo es un fenómeno general que está sacudiendo de forma general a todas las economías europeas en mayor o menor medida. Aunque España (19,4%) es junto con Letonia (22,3%) el país que tiene una tasa de paro más alta, todas las economías se están viendo afectadas por este problema. Lo paradójico de esta cuestión es que al mismo tiempo que se invoca por activa y por pasiva la necesidad de acometer una reforma profunda del Estado de Bienestar y se apunta a la necesidad imperiosa de un recorte del gasto social, tal y como en Grecia y ahora en España ha sucedido, las empresas cotizadas en Bolsa han repartido del orden de 32,3 miles de millones de euros en concepto de dividendos a los accionistas. Esto supone un incremento aproximado del 19% respecto al año 2008. Asimismo, los beneficios de los principales bancos europeos (los mismos que fueron socorridos por el Estado) han sido de 50.000 millones de euros durante el pasado año y no digamos nada de las retribuciones a los cargos ejecutivos. De acuerdo con datos de Europa Press, sólo en Caja 2 3

Ver EUROSTAT: (2010). Ver CAIXA CATALUNYA: (2008).


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Madrid las retribuciones del Consejo de Administración en el año 2009 han alcanzado la cifra de 16,78 millones de euros, lo que supone un incremento aproximado del 27% respecto a lo que recibieron en el año 2008. Y todo ello en pleno proceso de fusión y de reordenamiento del sistema de cajas abrumado por el crecimiento de la morosidad y de la deuda inmobiliaria que ha pasado del 32% al 60% en 18 años, de acuerdo con las cifras facilitadas por el Banco España. Obviamente no es necesario decir que dada la situación de contracción del mercado y la necesidad de reordenación del sistema el futuro para este sector es nada halagüeño. En este contexto de crisis generalizada los Estados actuales se ven abocados a callejones sin salida manifestándose claramente que han perdido la batalla frente a los grandes centros decisionales (léase G20, FMI, BCE y otros). Hasta el punto de que las decisiones en materia de política económica adoptadas por cada uno de ellos no sólo actúan a remolque para evitar la devastación desencadenada por los mercados financieros que están fuera de todo proceso de regulación, sino que además, se ven sometidos a fuertes tensiones deslegitimadoras por parte de aquellos mismos sectores que tienen responsabilidad en la crisis. Sólo así puede comprenderse, al margen de la oportunidad política de una determinada medida concreta, las enormes voces que se elevan “indignadas” frente a los gobiernos que han implementado medidas de ayuda para la lucha contra el paro (Plan E) o para sostener a sectores como la automoción o la construcción. ¿Cómo es posible que la credibilidad de un sistema esté en manos de entidades como Standard & Poor’s que son precisamente quienes han contribuido a la desestabilización del mismo? ¿Cómo es posible que precisamente quienes han contribuido a sostener el sistema (los Estados) se vean rehenes de las mismas instituciones que los han arrastrado a esta situación? Esta es la cuestión que hay que dilucidar, porque la resolución de la crisis no se está jugando en el terreno de la estricta economía sino en el terreno de un necesario replanteamiento del contrato social del Estado de Bienestar que, como es de sobra sabido, ha sido la institución que ha garantizado la supervivencia del capitalismo desde la crisis del veintinueve en adelante. Es aquí donde, desde nuestro juicio, se está librando la batalla de lo social en este momento. Analizando los ajustes propuestos en los casos de Grecia, España y Portugal se observa perfectamente cómo se ha instrumentado toda una batería de medidas orientada a la reducción del déficit público y que pasan por la congelación de los fondos de pensio-


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nes, racionalización del gasto sanitario, eliminación de algunas subvenciones y similares; curiosamente apenas existe mención alguna relativa a instrumentar medidas de regulación de los mercados financieros, a garantizar el flujo de crédito desde las instituciones financieras a la economía real, etc. Dicho de otra forma, se trata de aprovechar la crisis financiera para “disciplinar” al Estado en aras a conseguir una profunda revisión de las políticas sociales que se han venido llevando a cabo en los últimos años, para provocar un inmenso trasvase de recursos públicos, hasta ahora en manos del Estado, a instituciones de carácter privado. El debate en torno a cómo superar la crisis no iría más allá de un debate entre especialistas si no tuviera el componente dramático que la ruptura y la descomposición del Estado de Bienestar representa en la vida de muchas personas. Recientemente, en relación a los disturbios de Grecia se afirmaba en un periódico heleno: “La cólera acumulada puede desembocar en una nueva ola de violencia como la de diciembre de 2008, un crecimiento de la criminalidad y de la xenofobia y un rápido aumento del euroescepticismo4”. Además, conviene tener en cuenta que la ruptura de los frágiles consensos sociales fraguados a lo largo de los últimos años al pairo de las instituciones democráticas supone entrar en un proceso de desestabilización cuyas consecuencias son impredecibles. Una visión a la prensa europea en relación al caso griego muestra cómo aquellos fantasmas que creíamos olvidados, nos referimos al desencadenamiento de actitudes profundamente xenófobas de unos pueblos contra otros, se han desencadenado con todo su vigor. Recientemente en un artículo del periódico alemán Bild Zeitung se pedía a los griegos que vendieran sus islas o incluso el Partenon para pagar su Deuda del Tesoro, idénticamente ha habido continuas alusiones a los griegos como perezosos o bien como corruptos y demás; mientras que, por parte de éstos, se han despertado todos los agravios que Europa les ha inflingido en épocas pasadas hasta el punto que incluso el propio Vicepresidente del Gobierno Teodoros Pangalos ha llegado a decir: “Los alemanes destruyeron nuestro país, no tienen derecho a imponernos una política financiera asfixiante. ¡Que nos paguen las indemnizaciones que nos deben desde 1945!...” No es muy difícil darse cuenta que cuando se ponen en cuestionamiento las bases institucionales y morales que sustentan el

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Véase, Valia KAIMAKI & Corina VASSILOPOULOU: (2010).


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Estado de Bienestar y aparece la lógica económica capitalista en estado puro fuera de los límites impuestos por las propias instituciones, las bases potenciales de conflicto social están echadas. La insuficiencia del Mercado como Institución reguladora Como punto de partida de este epígrafe podríamos citar al filósofo y sociólogo Henri Lefebvre fallecido no hace muchos años. Este pensador destacaba la importancia que ha tenido a lo largo de la Historia la existencia de determinados períodos que han sido cruciales en el posterior desarrollo de los acontecimientos. A estos períodos breves pero intensos, en el sentido de que crearon las condiciones del desarrollo posterior de los acontecimientos futuros, Henri Lefebvre los denominaba: campos ciegos; y, según el pensador francés adquirían tal denominación porque en estas épocas la indeterminación y opacidad constituían los criterios que mejor representaban estas etapas. Hasta el punto de que él estaba convencido de que su comprensión y significado no podían captarse extrapolando tendencias del pasado sino introduciendo nuevas premisas metodológicas que rompían con la lógica dominante hasta ese momento5. Algo de esto nos está ocurriendo. Habíamos creído con Fukuyama que, una vez arrumbado el socialismo, el Fin de las Ideologías era inminente. Todo lo que había que hacer era gestionar un sistema que había demostrado su superioridad intrínseca. A pesar de las sacudidas experimentadas por el capitalismo desde entonces, parecía que éstas sólo iban a tocar a los espacios periféricos del sistema, tal y como Naomi Klein en su excelente libro La Doctrina del Shock nos ha puesto de manifiesto recientemente. Pero, lo impensable ha sucedido, el capitalismo se ha visto sacudido también en el propio corazón del sistema, hasta el punto de hacer declarar a un prócer como Alan Greespan, anterior Presidente de la Reserva Federal, ante la Comisión Parlamentaria de Supervisión y Reforma del Gobierno (House Committee of Government Oversight and Reform) cuando la crisis había hecho mella en el sistema, que “estábamos en un error al pensar que los mercados podían regularse a sí mismos…6 ”

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Henri Lefebvre: (1972). Paul KRUGMAN: (2010).


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No se trata nuevamente de repasar, cuáles han sido las causas y los procesos que nos han llevado a estar como estamos, mucho se ha escrito acerca de la crisis, sus desencadenantes y consecuencias. Lo que empezó siendo una crisis financiera ha desembocado en una crisis de la economía real, lo que empezó como una crisis aparentemente provocada por unos comportamientos especulativos en una especie de avaricia sin límites, ha ido amenazando al conjunto del sistema hasta el punto de que en la actualidad dudamos seriamente de la posibilidad de salida si no cambiamos el modelo. Lo curioso del momento actual es que, a pesar de constatar que el modelo neoliberal nos ha llevado a la crisis, buscamos desesperadamente la salida pensando que simplemente han sido los excesos o los desmanes los que han provocado esta situación; y, consecuentemente, tratamos de buscar una salida “amistosa” dentro de las reglas de juego del propio modelo dejando inalterables la defensa de unos modos de vida sustentados sobre la lógica del consumo indiscriminado y del despilfarro de recursos. En definitiva, queremos por todos los medios buscar una tercera vía que evite un replanteamiento de nuestro way of life en la ingenua creencia de que todo se pasará y de que esto no es más que una crisis pasajera. Pero, como afirmaba a comienzos de la crisis Georges Soros uno de los máximos exponentes del capitalismo financiero: “Estamos en una economía global que no tiene sistemas de control globales; en consecuencia, esa economía global está fuera de control y dirigida por una especie de ideología denominada fundamentalismo de mercado; esta ideología consiste en la creencia de que la búsqueda por parte de todos de sus fines individuales lleva a los mercados a un estado de equilibrio7”. Aceptada la premisa del fundamentalismo del mercado, el propio Soros reconoce la disyuntiva en la que se encuentra el individuo en el momento actual, teniendo que compatibilizar roles que, por definición, son incompatibles entre sí. Dice al respecto el financiero: “Como actor del mercado, intento maximizar mis beneficios. Como ciudadano, me preocupan los valores sociales: la paz, la justicia, la libertad, o lo que sea. No puedo dar expresión a estos valores como actor del mercado…8”. En esta última expresión del magnate se condensa una de las 7 8

Georges SOROS: (2009). Georges SOROS: opus cit.


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cuestiones más controvertidas y que mayor nivel de confusión está creando desde el punto de vista ético-moral; nos referimos a la idea generalizada de que la crisis ha sido impulsada por una especie de comportamiento irrefrenable fruto de una ambición sin límites, producto de una persona sin escrúpulos, presuponiendo que si se hubiera seguido un comportamiento más acorde con la racionalidad capitalista la historia habría sido muy distinta. Esta subjetivización en la atribución de la responsabilidad de la crisis, desde nuestro punto de vista, consigue dos efectos: en primer lugar, situar la responsabilidad del comportamiento que nos ha llevado a esta situación en el ámbito individual, exonerando al sistema; y, en segundo lugar, evitar el verdadero debate que demuestra que la crisis ha sido alentada desde el propio sistema en un intento desesperado de buscar una salida a la baja tendencial de la tasa de ganancia en un contexto de enorme desigualdad9. Esta tendencia ha sido la causante del trasvase de ingentes cantidades de dinero desde la economía real a la economía financiera a través de todo tipo de ingenios y sofisticaciones, ¡cómo se entiende si no, el sistema de compensaciones como el de la Pirámide Ponzi que alimentaba el sistema de Madoff, si no es como una especie de imperativo categórico por el que asegurar el máximo nivel de remuneración con el menor riesgo posible! Desde el punto de vista ético y social es aquí donde está el meollo del debate de la crisis actual en términos de sus implicaciones sociales. A este respecto conviene destacar dos cuestiones importantes: – En primer lugar, tenemos que considerar que la crisis económica ha puesto de manifiesto que, aunque estamos acostumbrados, al menos en el centro del sistema, a convivir con definiciones y planteamientos críticos con el propio capitalismo, miles de veces hemos escuchado cantidad de pronunciamientos acerca del desigual reparto de la riqueza, del conflicto entre los principios reguladores del capitalismo orientados al beneficio a corto plazo y una concepción ética de la vida, etc.; lo que no estábamos acostumbrados, y aquí radica

9 Como afirman los profesores José Luis Martín y Cecilia Tévez de la Universidad Pablo Olavide: “Tipos de intereses muy bajos en todos los mercados, y exceso de endeudamiento y apalancamiento en la mayoría de los agentes económicos, desde los Estados a las familias, pasando por todo tipo de empresas, propiciaban la inestabilidad del sistema. Un castillo de naipes (el énfasis es nuestro) a punto de derrumbarse al menor soplo” en José Luis MARTIN MARIN & Cecilia TÉLLEZ VALLE: (2009).


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la novedad y particularidad del debate actual cuya ausencia puede tener en el peor de los casos consecuencias impredecibles, es que la apelación a la ética constituye un requisito funcional del propio sistema, incluso desde la óptica de su supervivencia. Si la legitimación histórica de la ciencia económica ha sido la satisfacción de la forma más eficiente posible de las necesidades humanas, no puede ser que en aras a esa “autonomía de lo real” sobre la base de un positivismo lógico no se abra un debate sobre los Fines (en términos weberianos) distinguiéndose aquéllos que son éticamente deseables de los que no. El debate de la salida de la crisis no puede sustraerse de la pregunta sobre los fines deseables y los que no. Decía hace ya muchos años Max Weber que no es el Científico quien determina los Fines sino el Político. Desde nuestro punto de vista este es el desafío del sistema económico en el momento actual, la gente no está dispuesta a aceptar en un sistema democrático la asimetría que las recetas del neoliberalismo están suponiendo para determinados sectores sociales que, por otra parte, poco o nada han tenido que ver con la situación de crisis actual. Esta apelación a la Ética puede parecer una especie de brindis al sol, en la medida que muchas veces se ha hablado de ello pero apenas ha tenido relevancia, sin embargo, lo que en contexto de abundancia apenas tiene importancia en contextos de escasez como el que vivimos es capital y, en este sentido, ya hace algunos años, el filósofo y sociólogo Jürgen Habermas nos ponía de manifiesto que el retroceso de lo político tenía fuertes implicaciones en términos de crisis de legitimidad en el sistema capitalista avanzado10. Analicemos por ejemplo, la crisis inmobiliaria desencadenante de todo este proceso. Si algo queda claro es que cualquier salida a la crisis no vale porque topa con los límites del propio sistema. En el caso de España tenemos el mayor parque de Europa en vivienda construida en los últimos años, pero no hemos sido capaces de proporcionar este bien a precios razonables de acuerdo con la demanda y, además, frente a la famosa tesis de la desmaterialización de la economía se está produciendo una verdadera rematerialización. En la actualidad el consumo desmedido de recursos ambientales está hipotecando el futuro territorial por generaciones, tal y como la reciente auditoria hecha por el propio

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Jürgen HABERMAS: (1975).


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ministerio ha puesto en evidencia, ¿qué nos indica esto? Que cualquier salida no vale como años atrás sucediera, que la ley de la entropía no funciona y que la homeóstasis, ese principio por el cual los sistemas tienden a recuperar su equilibrio, no es un efecto inducido sin más del sistema. Consecuentemente, tratar de plantear salidas a la crisis que nos sacude, al margen del problema del agotamiento de los recursos, de la crisis energética y, en definitiva, sin un serio debate sobre los límites del ecosistema, que no puede asumir bajo ningún concepto la hipótesis del crecimiento ilimitado, ha pasado de un deber ético a un imperativo funcional del sistema. –En segundo lugar y unido a lo anterior, es importante destacar el hecho de que la crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de repolitización de la sociedad. Si el denominado Estado de Bienestar ha sido una conquista sobre el que se ha sustentado el desarrollo económico ininterrumpido, a pesar de las crisis cíclicas, no es menos cierto que este desarrollo capitalista atemperado por la socialdemocracia ha ido sustrayendo paulatinamente funciones del debate político en una división del trabajo cuasi perfecta en la que el Estado se ocupaba de los aspectos relativos al gasto y redistribución social y donde las decisiones en materia económica quedaban al albur de las instituciones financieras que son al fin y a la postre las que deciden los destinos de la población. Se nos decía, que las decisiones en materia de política económica correspondían aquellas instituciones que estaban al margen de los vaivenes políticos coyunturales, era cuestión de depositar nuestra confianza en ellas. La construcción europea se cuidó sobremanera de arbitrar un sistema decisional en materia de política monetaria al margen de los parlamentos. Instituciones tipo Banco Central Europeo,(¡qué decir de otras como el Banco Mundial!) debían de estar al margen de los caprichos coyunturales de la política con minúsculas. De esta forma, decisiones como la subida o bajada de tipo de intereses que, por otra parte, afectan decisivamente a la vida de millones de personas, se sustraían al ámbito de lo Político, asimilado a la veleidad y al capricho coyuntural, porque el Mercado con su capacidad para realizar las asignaciones de recursos de la forma más eficiente posible garantizaba la “racionalidad del sistema”. De este modo, se sacralizaba y se vaciaba de contenido a la Política ya que no tenía nada que decir ante determinadas cuestiones. Es la racionalidad del mercado encarnada en las principales instituciones económi-


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cas: Banco Mundial, Reserva Federal, Banco Central Europeo y demás instituciones, quienes, al margen del control de los parlamentos, definen lo que nos conviene o no. De nada sirve clamar desde el ámbito político sobre temas tales como la condonación de la deuda en el caso de los países del tercer mundo; o, a nivel doméstico, reclamar políticas monetarias y financieras que permitan aliviar las cargas domésticas de muchas familias. Se contestaba a estas demandas: es imposible, hay que mantener los tipos de interés altos para luchar contra la inflación y seguir políticas de austeridad monetarias. En definitiva, el Mercado, ese panopticón que todo lo ve, con su racionalidad escrutadora, más allá de las demandas políticas concretas nos decía lo que necesitábamos y lo que no. El derrumbe de esa racionalidad vino cuando asistimos atónitos al ingente trasvase de recursos desde las instituciones públicas a las privadas, al descenso vertiginoso de los tipos de interés que hasta ese momento parecían intocables y, en definitiva, a la puesta en cuestionamiento, porque el capital así lo requería, de aquellos principios que habían sido predicados a bombo y platillo como los únicos posibles. No es extraño que responsables de Escuelas de Negocio ante la crisis, conscientes de que la misma ha sido un torpedo en la línea de flotación del propio sistema, al referirse al papel del ejecutivo en la propia empresa, apelen a la necesidad de redefinir las responsabilidades de los directivos y a no pensar que hay que crear únicamente valor para el accionista. Es más, algunos se atreven incluso a referirse a la función del ejecutivo como de servicio público. ¿Cuál es el sentido de esta argumentación en relación al tema que nos ocupa? Desde nuestro punto de vista que, más allá del debate en torno a la corrección o no de las diferentes medidas que se proponen, cuestión nada clara por otra parte y que está en manos de dudosos especialistas, hay que destacar cómo con la crisis se han derrumbado al mismo tiempo determinadas creencias. Fundamentalmente la relativa a la confianza ilimitada en el Mercado como institución reguladora. Con ella se ha desvanecido la supuesta racionalidad y lo que es más importante, se ha hecho evidente la necesidad de redefinir lo Político, porque si algo ha quedado demostrado con las medidas propuestas por las instituciones capitalistas, es que el Estado de Bienestar, verdadero artífice del desarrollo humano y social, se encuentra inerme para responder a los desafíos actuales. Frente a las medidas propugnadas por los partidarios de las doctrinas neoliberales es necesario una repolitización de la economía en términos de capacidad de decisión. No es de recibo que queden fuera del


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debate político parlamentario aquellas cuestiones en materia de política económica que tanta trascendencia tienen para la vida de las personas, y que éstas se limiten a ser sujetos pasivos de determinadas medidas tomadas en ámbitos ajenos a su propia capacidad de decisión. Lo “Social” y las alternativas a la crisis Esto nos lleva a la última cuestión, a determinar cuál es el margen de maniobra en el que se debaten las actuales propuestas de choque frente a la crisis y cómo puede afectar esto al Estado de Bienestar desde el punto de vista de las políticas de empleo y de protección social. A este respecto, lo primero que estamos viendo es que las medidas de ajuste para contener la deuda de los Estados están llevando a éstos a tener que recortar una serie de partidas: infraestructuras, pensiones, subvenciones a familias y otras, que para nada tocan el meollo de la cuestión, cuál es, cómo conseguir aumentar la capacidad de generar ingresos por parte del Estado y de este modo reducir el nivel de deuda. En este sentido, no deja de sorprender que entre las medidas propuestas, ninguna haga referencia a cómo conseguir inyectar más recursos y medios de financiación a las empresas para conseguir aumentar el nivel de actividad económica, verdadero artífice de la reactivación económica. Como afirma el presidente de una entidad financiera: “la crisis financiera no acabará mientras no se restablezca el flujo del crédito, elemento imprescindible para la normalización económica11”. Lo curioso del debate actual es que los poderes fácticos han conseguido situar a lo Social en el epicentro de las turbulencias actuales hasta el punto que se ha llegado a afirmar que la reforma laboral y la contención del gasto constituyen reformas ineludibles (Fernández Ordoñez), ocultando deliberadamente las verdaderas causas que nos han traído donde estamos. Consecuentemente, al pairo de las medidas de ajuste, se está produciendo una revisión profunda del contrato social que ha garantizado la estabilidad económica y social que hemos tenido hasta la fecha. Pero, cuáles son las consecuencias de estas medidas de ajuste desde el punto de vista Social:

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Mario FERNANDEZ: (2009).


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En primer lugar, desde el punto de vista del mercado de trabajo, cabe decir que, a pesar de los discursos oficiales relativos a la necesidad de aumentar el nivel de productividad, verdadero lastre de nuestro sistema económico, lo único que persiguen las medidas de ajuste con su insistencia en la reforma es su precarización. A falta de políticas monetarias que posibiliten un abaratamiento del factor trabajo mediante devaluaciones sucesivas, se quiere recuperar la competitividad de las empresas sobre la base de introducir reformas legales que abaraten el coste de la mano de obra: ampliando el tiempo de cotización, abaratando el despido y demás. Es verdad que sindicatos y agentes sociales deben explorar nuevas vías de estructuración de las relaciones laborales; más en un contexto como el actual en que la esperanza de vida permite una vida laboral más dilatada, pero, no es menos cierto, que estas reformas en países como España en el que la precarización del trabajo es un rasgo estructural del mismo, introduce un principio de sospecha que genera mucha desconfianza entre los interlocutores sociales. Además, independientemente que la reforma laboral pudiera ayudar a la contención del gasto, el problema verdadero permanece intangible, nos referimos a qué hacer para crear empleo en una sociedad como la nuestra en la que la tasa media de paro es del 20,5% y las tasas de paro juvenil alcanzan incluso el 44%. En segundo lugar, desde el punto de vista de las situaciones de riesgo y de exclusión social, no cabe duda que las medidas de ajuste supondrán un aumento de la desigualdad derivado del efecto inducido por la congelación del gasto que afecta fundamentalmente a los grupos más vulnerables. No hay que ser un experto en el tema para darse cuenta que, independientemente del efecto de contención de la demanda que va a suponer la congelación de las pensiones dada la estructura retributiva, el efecto inmediato de esta medida va a terminar derivando en un aumento del grado de precariedad generalizada. El reciente informe FOESSA sobre la Exclusión y el Desarrollo Social en España 2008, muestra perfectamente el drama de esta precarización a la que nos referimos en los prolegómenos de la crisis. Dice así el citado informe: “En términos absolutos estaríamos hablando de unos 800.000 hogares en España en exclusión severa que deberían convertirse en la máxima prioridad de las políticas sociales con vistas a garantizar la cohesión de la sociedad, además de 1,8 millones más de hogares con problemas notables de integración12”. 12

FOESSA: (2008).


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No es extraño que en este contexto de replanteamiento de lo Social asistamos en los meses próximos a un recrudecimiento de las tensiones sociales a todos los niveles. Nuevamente nos encontramos con que los efluvios de un capitalismo salvaje desbocado van a obligar al Estado de Bienestar a establecer mecanismos reguladores sino quiere verse tensionado hasta límites insospechados. No olvidemos una lección de la Historia, sólo en la capacidad de embridamiento de las tensiones derivadas del Mercado tiene garantizada la sociedad su supervivencia. Frente a la incapacidad del neoliberalismo para atacar abiertamente la supremacía ética y moral del Estado de Bienestar, que ha demostrado ser una forma eficiente de gobierno que ha proporcionado a las sociedades niveles de bienestar y de progreso muy superiores a las preconizadas por los defensores de un capitalismo salvaje, la erosión se produce de forma indirecta, cuestionando el modelo institucional vigente a fin de conseguir su propósito: desarmar a los estados de su capacidad de intervención en aras de impulsar una política de privatización generalizada. No cuesta nada reconocer que el sobreendeudamiento de los Estados debe ser corregido, incluso que deba plantearse un debate sereno de los límites del Estado en muchos terrenos, pudiéndose incluso plantear la necesidad de realizar ajustes en el ámbito laboral o de la política de gasto; pero, lo que no es de recibo es que al socaire de esas reformas se esté planteando el desmantelamiento del mismo con el propósito de limitar la capacidad de intervención de los gobiernos a fin de que los intereses privados puedan actuar con total libertad. Aquí radica la cuestión fundamental que se está dirimiendo con motivo de los ajustes de la crisis en relación al tema de lo social. A modo de conclusión Inmersos como estamos en una crisis en la que no atisbamos salidas efectivas a corto plazo, no cabe duda que todo lo que se diga respecto a las implicaciones posibles que la crisis va a suponer, desde la perspectiva de lo social, no deja de ser terreno abonado a la especulación. No obstante, no cabe duda de que, a pesar de los nubarrones que se ciernen sobre el horizonte inmediato al que estamos abocados, una serie de cuestiones destacan sobremanera y que se mencionan de forma conclusiva: En primer lugar, dada la importancia que tienen los estados de opinión generalizados como lobbies de presión que mediatizan y, añadimos nosotros, desenfocan el análisis de la realidad, no deja de sorprender la


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metamorfosis producida en la definición de las causas y consecuencias de la crisis. Consecuentemente, no podemos dejar de señalar la importancia que tiene en determinadas circunstancias el papel performativo del lenguaje dominante, que ha convertido a las víctimas en verdugos y viceversa. ¿Cómo es posible que los ajustes a la crisis pasen de “rositas” sobre quienes han sido los verdaderos causantes y exijan a los “paganos” de la misma que soporten prácticamente en exclusiva el peso de su solución? Sólo si se tiene en cuenta el peso real de los conformadores de opinión, de los think tanks y demás grupos de difusión controlados por los grandes grupos financieros que han sido capaces de conformar un “estado de opinión generalizado”, es como podemos entender este fenómeno. Del desconcierto inicial producido por los defensores del mercado y de la economía financiera a finales del 2008 se ha pasado a una defensa a ultranza, aun al precio de sacrificar a grandes sectores de la población haciéndoles culpables de la crisis. En segundo lugar, yendo al meollo de la cuestión de lo Social, no cabe duda que es aquí donde se va a dirimir la contienda entre los partidarios del mantenimiento de los sistemas de protección actuales y los decididos defensores de su reforma y, sobre todo, de su reducción a mínimos posibles. En este escenario se van a dirimir las disputas y tensiones políticas a corto plazo. Pero, el problema no es negar la necesidad de reforma de determinados aspectos del estado de bienestar, el problema de fondo radica en que si partimos de una definición equivocada del problema llegamos inevitablemente a conclusiones erróneas. Lo social en el peor de los casos puede expresar los síntomas de una crisis pero no es su causa, y si no atajamos sus causas, no podremos llegar a una solución satisfactoria. Redimensionar el Estado, acabar con las corruptelas y fraudes fiscales, contener el gasto y otras medidas parecidas, pueden ayudar, y creemos que es algo absolutamente necesario; pero no nos dice nada acerca de cómo activar la economía para crear empleo, de cómo incrementar los niveles de productividad o cómo provocar una diversificación productiva que permita una transición sin traumas del modelo actual a una economía basada en el conocimiento. Por otra parte, pretender hacer estos ajustes estructurales reduciendo las políticas de protección que ayuden a paliar los efectos derivados de estos trasvases, es abrir la espita a un ciclo indefinido de tensiones que pueden llevar a la quiebra del mejor instrumento que hemos tenido desde el punto de vista político: El Estado de Bienestar.


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En tercer lugar cabe destacar que el debate entre las posiciones neoliberales y las de carácter socialdemócrata en relación al papel del Estado y, por extensión, de la importancia de lo social y de su significado en el marco de la crisis actual, sólo adquiere sentido reconociendo no sólo el papel del Estado en la creación de las condiciones necesarias para hacer frente al impacto de la crisis desde el punto de vista de las políticas de igualdad (redistribución social), esto es algo de sobra conocido, sino desde el punto de vista de la economía productiva. En una economía del conocimiento en la que la capacidad de desarrollo económico depende enteramente de la generación de valor añadido sobre la base del desarrollo tecnológico y de la innovación, sectores como educación, cultura, sanidad o bienestar social tienen un carácter estratégico desde el punto de vista de su capacidad para impulsar políticas que permitan establecer las bases económicas del desarrollo posterior. En una economía del conocimiento, el desarrollo tecnológico representa la objetivación material del conocimiento científico que sólo puede desarrollarse si se crean las condiciones institucionales adecuadas. Esto hace de las políticas de gasto una condición necesaria aunque no suficiente para garantizar el desarrollo económico y el incremento de productividad del sistema económico. Un buen sistema educativo proporciona condiciones para la investigación y el desarrollo tecnológico pero no garantiza su materialización a corto medio plazo. Lo mismo sucede en otros capítulos relacionados con el empleo y las políticas de bienestar social. Por último y a título conclusivo, conviene señalar que en la actualidad el debate de lo social se enmarca en una encrucijada en la que será determinante establecer una capacidad de interlocución entre los sectores involucrados para saber qué resultado tendrá. Ahora bien, si tenemos en cuenta que la crisis financiera no sólo ha tenido los efectos económicos que todos conocemos, sino que ha erosionado las bases contractuales de la sociedad, nos encontramos con un escenario nuevo de impredecibles consecuencias. La crisis actual, desde el punto de vista político ha sido la manifestación visible de una asimetría en la que, en un lado están representados los poderes fácticos que han utilizado el Estado sin ningún rubor para resarcirse de las pérdidas y, en el otro, aquellos sectores de la población más vulnerables que se han visto de repente fuera del mercado de trabajo o afectados por recortes difícilmente justificables desde el punto de vista político y social. Consecuentemente, la visibilización de esta asi-


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metría ha generado no sólo una desilusión, por otra parte lógica; sino una crisis de legitimidad que está socavando los cimientos del propio sistema. ¿Qué implicaciones tiene esto? Una muy clara, la necesidad de encontrar soluciones a la misma sobre la base de establecer pactos consensuados que puedan ser canalizados dentro del propio sistema en los que la gente perciba notoriamente que todos los sectores sociales: patronal, sindicatos, administración, sector privado, contribuyen de forma alícuota a la solución del problema. La virulencia de los conflictos en Grecia, la radicalidad con que han reaccionado las fuerzas sociales y sindicales ante los ajustes impuestos en el caso español, puede ser menospreciada por ciertos sectores de la población como si fuera el “sueño de una noche de verano” producto de una radicalidad mal entendida; pero, desde nuestro punto de vista, no debe ser minusvalorada ya que en sociedades vulnerables como las nuestras, si la población no percibe que lo Político tiene capacidad para canalizar los esfuerzos colectivos repartiendo de forma equilibrada cargas y beneficios en un contexto en el que 1 de cada 5 personas están en paro, las condiciones para el conflicto abierto están echadas. Y no olvidemos una cosa, cuando desde la racionalidad discursiva la población ha interiorizado una realidad como deseable (el Estado de Bienestar) no está dispuesto a renunciar a ella a pesar de que a corto plazo se produzcan regresiones parciales en las formas de convivencia. Bibliografía BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS (2009): “Reflexiones tras dos años de crisis económica y financiera” (monográfico), Vol. LXIV, Nº. 198. Diciembre. CAIXA CATALUNYA (2008): Informe de la Inclusión Social en España, Barcelona, pág. 17. EL PAIS (2009): Hay riesgo de una grave crisis social, 24 de Mayo. EUROSTAT (2010): Combating Poverty and Social Exclusion, Unión Europea. FERNÁNDEZ, M. (2009): “La crisis y el sistema financiero”, Boletín de Estudios Económicos, Vol. LXIV, No. 198, Diciembre, págs. 419-440:421. FOESSA INFORME (2008): Exclusión y Desarrollo Social en España, Cáritas, Madrid, pág. 219. HABERMAS, J. (1975): Problemas de Legitimación del Capitalismo Tardío, Amorrortu, Buenos Aires. KAIMAKI, V. & VASSILOPOULOU, C. (2010): “Grecia al Borde de la Explosión Social”, Le Monde Diplomatique, Abril, pág. 7. KLEIN, N. (2007): La doctrina del shock: El auge del capitalismo del desastre, Paidós, Barcelona. KRUGMAN, P. (2010): “El final de la reforma financiera”, El País, 7 de marzo.


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BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 329-342)

LOS SISTEMAS DE PENSIONES DE JUBILACIÓN EN LA UNIÓN EUROPEA Sara González Fernández Fernando Alonso Guinea Universidad Complutense de Madrid

1. La necesidad de cambios en los sistemas de pensiones de la Unión Europea El futuro de las pensiones de jubilación en la Unión Europea (UE), su viabilidad y posibilidades son motivo de preocupación desde hace tiempo en diversas economías (Boldrin, 1999). La búsqueda de un sistema de pensiones de jubilación suficiente y sostenible que garantice la cobertura económica de los ciudadanos es un objetivo buscado con preocupación ya que es un elemento fundamental tanto para la estabilidad económica como social. Sin embargo, no se ha encontrado un sistema que cumpla los objetivos, de forma que en la actualidad se definen distintos modelos pero ninguno ha resuelto plenamente y de forma simultánea los distintos aspectos. Además, la previsible insuficiencia de los actuales sistemas de cobertura ha coincidido con la crisis del sistema financiero, reactivando el problema de la inseguridad de los planes de pensión basados en productos financieros convencionales del mercado financiero y en la libertad de movimientos de sus gestores. En todos los países de la UE existen actualmente sistemas públicos de pensiones. Aunque sus condiciones varían en cada uno, en todos los casos las pensiones se proveen con lo que podrían denominarse sistemas de reparto. Esto significa que no se dotan reservas sino que el coste de las pensiones es asumido por la población trabajadora que está en situación activa y empleada. Este sistema funciona correctamente siempre que la relación entre el número de beneficiarios de pensiones y el de trabajadores se mantenga constante o sea creciente. Lógicamente, cualquier


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variación al alza en el número de pensionistas o descenso en el número de trabajadores provoca un incremento inmediato en los costes del sistema público de pensiones. La edad de jubilación y la tasa de desempleo son otros de los factores que influyen en estos costes. Según el eurobarómetro que elabora trimestralmente la consultora AON Consulting (AON, 2004-2009), los países mejor posicionados son aquéllos en los que la mayor parte de la población con edades situadas entre los 55 y los 64 años está contribuyendo activamente a la economía del país. El otro factor determinante para este ranking europeo es el volumen del sector privado de pensiones en cada uno de los 25 países (en el estudio no se han considerado Rumanía y Bulgaria). En 2007 los seis primeros puestos del ranking están ocupados por países (Dinamarca, Estonia, Irlanda, Letonia, Holanda y Reino Unido) que combinan unos datos demográficos favorables con una buena posición en los fondos privados de pensiones. En todos ellos las pensiones privadas son vitales para compensar las reducidas aportaciones del sistema público. Dinamarca, que ocupa la primera posición, cuenta con una pensión pública por jubilación discreta pero aceptable, combinada con un progresivo aumento de las pensiones privadas: más del 95% de los trabajadores daneses están invirtiendo en planes privados de pensiones. Además, el 60% de la población entre 55 y 64 años está trabajando. Tras 10 años de reformas, Dinamarca ha logrado un sistema de pensiones equilibrado y sostenible. España ocupa el octavo puesto de este ranking, con una destacada posición tanto en la adecuación del sistema público de pensiones como en el privado. Los retos a los que tendrá que enfrentarse en los próximos años el sistema de pensiones público español serán de naturaleza importante dada la evolución demográfica y la reducción drástica de natalidad que conforman una pirámide poblacional de base estrecha. Para ayudar en el devenir de acontecimientos se ha constituido el fondo de reserva de la Seguridad Social y otros incentivos y medidas orientados a retrasar la edad efectiva de jubilación. En la parte baja de la tabla se sitúa Bélgica, con una esperanza de vida relativamente alta y una edad temprana de jubilación. También ocupan los últimos puestos países como Eslovenia, con el mismo problema anterior pero además con una baja tasa de fertilidad, y Grecia, cuyo problema es el alto coste de las pensiones públicas.


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Tabla 1 Previsión de gasto en pensiones como porcentaje del PIB Dinamarca 2004 2030 2050

Alemania 9.8 13.6 13.7

España 2004 2030 2050

2004 2030 2050

Holanda 11.5 13.8 13.9

Bélgica 9.7 13.4 20.6

2004 2030 2050

2004 2030 2050

12 27.2 32.7

Reino Unido 9.2 11.9 12.6

2004 2030 2050

6.4 7.1 7.4

Fuente: H. Cruijsen. The use of demographic trends and long-term population projections in public policy planning at EU, national, regional and local level.

2. Evolución demográfica en Europa e inmigración La provisión adecuada y suficiente de fondos al sistema de pensiones se ve afectada negativamente por los bajos niveles de fecundidad y la elevación de la esperanza de vida. Así, la esperanza de vida en la UE oscila entre los 80 años (Austria, Países Bajos y España) y los 81 años (Francia, Italia y Suecia), y el porcentaje de personas de 65 años o más en Europa es del 16% en 2007 y las previsiones marcan un 21% en 2025 y un 28% en 2050. Un factor ligado al envejecimiento de la población y la capacidad de hacer frente a sus obligaciones por parte de una sociedad es la llamada “tasa de dependencia” (León, 2004 y Conde, 2006), que se define como el cociente entre la población mayor de 65 años y la población en edad de trabajar o población en edades comprendidas entre los 16 y los 65 años. Por tanto, es un indicador de la magnitud de trabajadores potencialmente sujetos a pensión, en relación con los trabajadores potencialmente activos. Un aumento sustancial de esta relación pone de manifiesto cambios demográficos, que pueden terminar afectando a la solvencia de un sistema de pensiones de reparto como el sistema español. Mayores valores de la tasa de dependencia determinarían mayores niveles de gasto en pensiones por unidad de PIB.


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2.1. La Unión Europea ya no tiene un “motor demográfico” Los Estados miembros cuya población no va a disminuir antes de 2050 tienen un peso muy reducido. Así, de los cinco Estados miembros más poblados, se prevé que sólo las poblaciones británica y francesa aumentarán entre 2005 y 2050 (a más de un 8% y de un 9,6%, respectivamente). La reducción de la población comenzará en algunos casos antes de 2015 y para 2050 podría ser superior al 15%. Cabe señalar que tanto las últimas incorporaciones como los países candidatos acentúan los contrastes demográficos. Las proyecciones para Bulgaria y Rumania revelan evoluciones negativas (-21% y -11% de aquí a 2030), al igual que las proyecciones de la ONU para Croacia (-19 %). Por otra parte, se prevé que entre 2005 y 2030 la población turca aumentará en más de 19 millones. El envejecimiento de la población en Europa es un desafío que tiene implicaciones en diversos aspectos económicos y sociales y que es de gran relevancia para las políticas sociales, con problemas específicos en los ámbitos de la atención sanitaria y en los sistemas de pensiones públicos. Las consideraciones anteriores hacen que uno de los elementos más criticados por la Comisión Europea (1996, 1999, 2000, 2006, 2009) al analizar la viabilidad de las pensiones futuras son los procesos de jubilación anticipados utilizados como medidas de política económica e industrial a fin de asegurar la continuidad de grandes empresas. El descenso de la franja de población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) es una tendencia general del conjunto de la UE. Según la proyección hecha para los países de la UE, esta franja pasará del 67,2% en 2004 a un 56,7% en 2050, cifras que en términos absolutos representan una disminución de 306,8 millones a 254,9 millones de personas. La proporción de jubilados (65 años y más) que en la UE era del 16,4% en 2004, llegará hasta el 29,9% en 2050. El número de personas de la tercera edad pasará durante este periodo de 75,3 millones a 134,5 millones en la UE-25. Asimismo, está previsto un incremento considerable de los mayores de 80 años, que se triplicarán en el conjunto de la UE, pasando de representar un 4% de la población en 2004 a un 11,4% en 2050. Las cifras más elevadas se observan en Italia (14,1% de mayores de 80 años sobre el total de la población), Alemania (13,6%) y España (12,8%).


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Gráfico 1 Edad de jubilación en Estados de la Unión Europea Normal

Temprana

a

a

ec Ch

to

ni R.

Es

di a Su ec ia

an nl

Fi

G re ci a

Es pa ña

Po rtu ga Re l in o U ni do A le m an ia Bé lg ic a

Lu

xe

m

bu

rg o

Ita lia

66 65 64 63 62 61 60 59 58 57 56 55 54 53 52 51 50

Fuente: OCDE. Datos oficiales. 2002.

Como consecuencia de esta evolución, la tasa de dependencia de las personas jubiladas aumentará espectacularmente en el conjunto de la UE, pasando del 24,5% en 2004 al 52,8% en 2050, mientras que la tasa de dependencia de los jóvenes se mantendrá más o menos estable durante el periodo, yendo del 24,4% al 23,7%. Con ello, la tasa de dependencia total crecerá del 48,9% al 76,5% en el mismo periodo.

2.2. El factor migratorio El envejecimiento de la población en la mayor parte de los Estados europeos ha sido utilizado como un argumento favorable a la inmigración en estos países. Sin embargo, la aportación de los inmigrantes a la sostenibilidad de los sistemas obligatorios de pensiones de reparto es un aspecto polémico de la valoración económica de la inmigración, que


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varía según se trate de contemplar el problema en su aspecto inmediato o entender que el enfoque debe ser a medio y largo plazo. En este sentido se argumenta que los inmigrantes engrosan la demanda de pensiones a medio plazo y adoptan las pautas demográficas del país, con lo que la situación revertirá a su estado inicial. Por tanto, en vez de hacer descansar la sostenibilidad del sistema público de pensiones en una cuestión de mayores aportaciones porque se obtiene más renta en el país como consecuencia de una mayor productividad, se traslada el argumento a que la sostenibilidad descansa en una mayor renta porque hay más empleados. En este último caso hablaríamos de un gasto diferido, de posponer el problema (quizá aumentado) y no de prevenir y resolverlo. Hay numerosos estudios1 que abordan este enfoque desde diferentes perspectivas que van desde la estrictamente económica al enfoque sociológico o político. La redistribución de renta y los objetivos de política social actúan como estimulantes de la inmigración –generalmente poco cualificada– hacia países con mayores niveles de renta y una política social favorable, creando una considerable competencia por los recursos y protecciones a distribuir. La competencia suele generar problemas sociales, sobre todo entre los ciudadanos nacionales con niveles de renta más bajos. En este sentido Jean Pierre Garson2 señala que “No se puede resolver el problema del envejecimiento de la población sólo a través de la inmigración. Puede aliviar las consecuencias pero no resolver el problema. Si ésa fuera la única solución, deberíamos acoger a un número todavía más grande de inmigrantes, y tener políticas que no favorecieran que regresaran a sus países. Además, con el paso del tiempo, habrá una convergencia y el comportamiento de las mujeres inmigrantes sería el mismo que el de las locales, por lo que acabarían teniendo menos hijos. Al final se acabaría volviendo a la situación previa”. Si se analizan los datos ofrecidos por Eurostat3 sobre la estructura de la inmigración en la UE durante el periodo 2002-2006, España, Alemania y el Reino Unido han recibido más de la mitad de la inmigración de toda la UE-27. Concretamente, en 2006, los cinco Estados de la UE que recibieron mayor número fueron, por ese orden, España, Reino Unido, Italia, Alemania y Francia. Curiosamente, de los cinco países cuatro son los Ver el interesante estudio de J.I. Conde Ruiz et al. (2006). Garson, J.P. (2007). 3 Eurostat. Migration Statistics. Statistics in Focus. 1 2


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miembros europeos del G7, pero el principal país receptor, España, no es miembro de ese selecto grupo de países más avanzados. Como hemos comentado anteriormente, otra solución es un incremento de la productividad, algo que hoy por hoy no parece ser la tendencia, al menos en los países meridionales de la UE y especialmente en el caso español (tabla 2). En el caso español parece que los incrementos experimentados en el PIB durante la última década en modo alguno responden a incrementos en la productividad, sino más bien a la incorporación de nuevos trabajadores con bajos niveles de cualificación y en sectores con baja tasa de productividad. Tabla 2 Productividad de la mano de obra por persona ocupada (UE 27 = 100)

UE 15 Zona euro Bélgica Dinamarca Alemania Irlanda Grecia España Francia Italia País bajo Austria Portugal Finlandia Suecia R. Unido

1997

1998 1999

2000

2001

2002 2003

2004 2005 2006 2007 2008

114,8 117,1 137,1 109,6 113,8 125 92,9 108 125,4 128,5 109,9 119,6 67,9 110,6 112,9 108,7

114,6 116,9 134,1 108,9 112,3 124,9 90,7 107,5 126,1 129,8 110,6 120,4 67,7 113,9 111,7 108,8

113,2 114,5 136,7 110,4 107,9 127,2 93,5 103,6 124,9 125,9 114,2 120,5 68,8 114,5 113,4 110,6

112,5 113 133,6 107,4 106,7 127,9 97,1 103,1 124,8 125,3 113,1 115,1 67,9 112,4 107,5 111,6

111,9 112,1 136,3 108,3 106,2 133,1 99,4 104,7 125,4 117,5 113,1 117 67,8 111,2 107,6 112

110,9 110,3 132 108,6 108,2 135 101,2 102,1 120,6 112,1 112,2 117,5 67,1 112,5 113,3 113,6

113,8 115,8 133,9 108,4 111,6 124,7 90,9 105,3 125 127,2 111,5 119,5 69,1 113,1 113,1 108,8

111,4 111,4 134,4 106,1 108,5 135,1 100,8 103,7 121,4 115,4 110,7 118,1 68,3 109,1 109,9 112,4

110,8 110,6 130,2 106,6 109,2 134,4 99,9 101,1 122,1 110,8 113,9 115,4 70,1 110 110 112,2

110,5 110,3 129,8 105,5 108,7 136,8 100,7 102,1 121,6 109,2 113,4 115,4 70,2 110,5 111,1 111,9

110,3 109,9 129,9 102,2 107,3 139,9 102 103,6 122 108 112,5 115,1 71,2 111 111,9 112

109,4 130,5 102,5 107,6 138,4 104,5 105,5 122,1 107,6 110 115,6 71,3 110 113,4 112,9

Fuente: Eurostat. (2008 prev).

3. Identificación de problemas y soluciones 3.1. Factores que afectan al sistema público de pensiones: Posponer la edad de jubilación vs jubilaciones anticipadas ¿Retrasar la edad de jubilación o adelantarla? Europa se encuentra inmersa de lleno en este debate de vital importancia para la viabilidad a medio plazo de los sistemas de seguridad social de sus Estados miembros. Con el retraso se conseguiría que los ciudadanos cotizaran durante


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más tiempo, convirtiéndose en pensionistas más tarde. Con el adelanto se favorecería la entrada de los jóvenes en el mercado de trabajo, según señala el informe Kok (2004). En las recomendaciones sobre los planes de empleo, la Comisión Europea pide a los Estados miembros que reconsideren las políticas que favorecen las jubilaciones anticipadas. Además, la Comisión Europea considera necesario fomentar la prolongación de la actividad laboral. 3.2. Factores que afectan al sistema privado de pensiones: Mecanismos que aseguren rentabilidad para los ahorradores La complementación con planes de pensiones privados se revelan insuficientes por varios motivos: no pueden ser considerados por parte de la población con niveles más bajos de ingresos e incorporan grados de incertidumbre no compatibles con la idea de estabilidad que debe acompañar a una renta que se percibe en concepto de pensión de jubilación, por su propia naturaleza y la de sus perceptores. El sistema financiero está interconectado y la incertidumbre y el riesgo no son variables deseables en la definición de una renta asimilada a un concepto de pensión de jubilación y al grado de dependencia vital que generalmente se establece con esta fuente de ingresos. Por otra parte, la presencia cada vez mayor del sector privado tanto en el sistema de pensiones obligatorio como en el voluntario ha reforzado el interés por la cuestión de la gobernanza en cuanto a la gestión de los fondos, aspecto que está relacionado con el aumento de cultura financiera a la que nos hemos referido. Si los trabajadores son conscientes de que realizan aportaciones a fondos sin unos resultados aceptables llevarán a cabo un control a las sociedades administradoras sobre la gestión de sus intereses: compañías de seguros de vida (entidades a través de las que se canaliza la mayoría de los planes de jubilación personales en Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, España, Suecia y Reino Unido), fondo de pensiones4 (en Dinamarca, Portugal y España) y bancos (en Bélgica, Suecia y Reino Unido). La regulación de los planes y fondos de pensiones deja una enorme discrecionalidad en manos de los gestores. La asunción de riesgos por 4

FIAP. http://www.fiap.cl/prontus_fiap/site/artic/20061212/pags/20061212102557.html


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parte de estos afecta, en el más pragmático ejemplo de teoría de la agencia, al ahorrador final y es necesaria la cobertura legal de todo tipo de situaciones que han comenzado a darse y podrían multiplicarse en el futuro. Sirvan como ejemplo los movimientos que entre renta fija y renta variable se dieron en periodos recientes en países de la UE, como se expresa en la tabla 3. Tabla 3 Variaciones de fondos entre renta fija y renta variable entre los años 2001 y 2007 (%)

Austria Italia Polonia Bélgica R Chec Portugal

Bonos

Acciones

-30,8 -8,7 -6,8 -6,6 -5,6 -5,5

19,9 0,1 6,4 1,8 -0,9 8,2

R Eslovaca Dinamarca Suecia España P. Bajos Alemania

Bonos

Acciones

2,4 4,3 7,6 9,2 9,5 -2,5

8,3 -8,1 1,0 1,5 -8,9 -7,8

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la OCDE.

3.3. Factores involucrados en sistemas complementarios En un informe realizado en 20055, el Banco Mundial se unía a otras voces llamando la atención sobre la necesidad de diversificar mezclando sistemas públicos y privados si se quiere superar un colapso previsible en los sistemas de pensiones de jubilación. Además, debe evitarse que la carga representada por las pensiones de jubilación sea un elemento que incremente la presión de los déficits presupuestarios porque supondría un lastre demasiado pesado, incluso difícil de incorporar en un contexto de crisis como el actual. Esta teoría ha sido apoyada por otros organismos (OCDE, 2007a, 2007b). Por otra parte, según la Comisión Europea, el impacto fiscal del envejecimiento de la población será “sustancial” en casi todos los Estados miembros de la UE y los efectos se acelerarán a partir de 2010. Si se mantienen las actuales políticas, el gasto público en la UE-25 relacionado con el envejecimiento aumentará 4 puntos del PIB en 2050. El gasto 5

Ver informe realizado por varios autores y coordinado por Hinz Holzmann (Julio 2005).


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en pensiones varía mucho entre los Estados miembros. En 9 países aumentará más de 5 puntos, lo que demuestra que las reformas han sido “insuficientes”. Las inversiones en sanidad aumentarán de media un 1,5%, y las de atenciones a largo plazo entre el 0,5% y el 1%. Para hacer frente al mencionado reto el Banco Mundial propone el modelo “de pilares múltiples”, es decir, un modelo de geometría variable que incluiría: garantía de una pensión básica o acuerdos con empleadores, mezclas a niveles distintos de sistemas público y privado o de sistema público pero con participación tanto de sector privado como público. En consecuencia, además de impulsar el ahorro obligatorio por parte de los trabajadores hay que incentivar el ahorro voluntario. Tabla 4 Arquitectura de los nuevos sistemas de pensiones Componente

Obligatorio

Forma de Financiación Sistema de reparto

Obligatorio Capitalización

Voluntario Capitalización

Administración

Pública (Seguridad Social) Fondos de pensiones privados gestionados por las empresas

Pensiones suplement. de las empresas

Instrumentación

Redistribución

Ahorro acumulado

Ahorro acumulado

Cuantía de la pensión

La pensión depende del periodo de cotización y su base

La cuantía depende de Depende del ahorro la cantidad ahorrada acumulado en la cuenta personal

Pensión

La pensión se determina Por anualidades en por una fórmula estatutaria base a un programa de desinversión programado

Diseñado según la preferencia personal

Fuente: Pensions Schemes and Projection Models in EU-25 Member States. Occasional paper nº35.

En esta línea, en Europa, se diseñan programas de cuentas de contribución definida en las que se realizan provisiones sustituyendo de forma parcial a esquemas públicos. Los trabajadores jubilados cobran parte de su pensión del sector público y otra parte con cargo a la pensión privada. En algunos países las pensiones ocupacionales son cuasiobligatorias o existe un sistema con un esquema obligatorio de contribución definida, como ocurre en Dinamarca. La preferencia por la selección es manifestada por muchos.


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El sistema privado necesita una tributación que, considerando desgravaciones fiscales, no fomente el fraude ni la evasión. En este sentido, en la actualidad, el régimen fiscal de los planes de jubilación personales en la Unión Europea contempla primas deducibles (de carácter total, parcial o con condiciones) en un gran número de los Estados considerados en el estudio realizado para este escrito: Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Suecia y Reino Unido. Sin embargo, las primas no son deducibles en Finlandia y en España. Por otra parte, hay que garantizar una regulación efectiva que fije normas y una supervisión que las haga cumplir mediante organismos eficientes y transparentes. 4. Conclusiones No hay un modelo de pensiones óptimo único y la modalidad a aplicar debe tener en consideración las peculiaridades de cada estado de la UE. Sin embargo, hay una serie de características objetivo y de problemas que son comunes a todos los Estados miembros, y en consecuencia, el sistema debe tener tasas de sustitución elevadas y debe diversificar sus fuentes. El ECOFIN ha constatado que existen riesgos sustanciales a la sostenibilidad de las finanzas públicas en los Estados miembros, y apuntan que todavía existe una oportunidad para tomar medidas correctoras. Estas medidas pasan por aplicar más reformas estructurales dirigidas a aumentar la creación de empleo y la participación en el mercado laboral, reducir los incentivos para las jubilaciones antes de los 65 años y reforzar la productividad. Asimismo, se reclama a los Estados miembros que reduzcan la deuda pública más rápidamente y que reformen sus sistemas de pensiones, de sanidad y de atención a los mayores. En aquellos países que optan por las pensiones privadas, se recomienda que se establezcan mecanismos de vigilancia para evitar riesgos de impago. El número de beneficiarios de pensiones públicas se está incrementando debido a un progresivo envejecimiento de la población, mientras que la tasa de nacimientos desciende de forma generalizada. La cuestión que se plantea es si las generaciones más jóvenes están preparadas para asumir unos costes cada vez mayores. Dado el elevado coste de mantener un sistema de bienestar equivalente al actual en el futuro, la falta de actuación temprana en la reforma de los sistemas llevará a largo plazo a


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adoptar medidas drásticas para reducir el coste de los sistemas públicos de pensiones. Ante estas expectativas, los gobiernos en Europa se ven en la disyuntiva de la adecuación y sostenibilidad de los sistemas de pensiones gestionados desde el Estado. En función del envejecimiento de la población, los gobiernos deberán elegir entre varias opciones para responder a la demanda social y sus derechos adquiridos: recortar los presupuestos para pensiones, subir los impuestos y las cotizaciones a las generaciones futuras y fomentar fondos de pensiones privados que hagan que los trabajadores paguen sus propias pensiones en lugar de dejarlo en manos de las próximas generaciones. Una de las alternativas que ya se está poniendo en práctica es elevar la edad de jubilación mediante incentivos laborales y fiscales a fin de compensar los incrementos en la esperanza de vida que se han experimentado en todos los países de la UE en los últimos años. Un ejemplo es Francia, que tiene la mayor esperanza de vida de Europa pero también una de las edades de jubilación efectiva más temprana. Ello llevará al país vecino a ser uno de los primeros en enfrentarse con el problema de la viabilidad de su sistema de pensiones público. En el otro extremo están países como Estonia y Letonia, que tienen una esperanza de vida bastante baja y por tanto pueden permitirse unas pensiones satisfactorias sin mucho coste. Las reformas de los sistemas de pensiones continúan realizándose en muchos países europeos con el fin de hacer frente a los cambios demográficos y a los nuevos retos de la economía, siendo la tendencia en la mayoría de ellas la reducción de las aportaciones estatales. Entre 2006 y 2007 la participación media de los trabajadores en planes privados de pensiones ha pasado del 40,2% al 41,9%. Diez países han revisado al alza sus estimaciones de participación en sistemas privados, siendo Chipre el único país que lo ha hecho a la baja. Se estima que esta tendencia continuará en el futuro a medida que vayan popularizándose nuevas formas de regulación y control de estas aportaciones. El uso sin criterio de medidas excepcionales como las prejubilaciones ha creado una tendencia en la que se han modificado las expectativas de los trabajadores hacia la idea de jubilarse a una edad inferior y contar con una pensión adecuada. Bajo este supuesto, los ciudadanos deben tener en cuenta que a partir de ahora ellos deben asumir también parte de su futura pensión, ya que la aportación del Estado será muy básica. Aquéllos que quieran contar con una retribución suficiente en el momento de reti-


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rarse deberán buscar medios alternativos para complementarla, lo que obligará a los Gobiernos a fomentar estas operaciones a través de medidas fiscales favorables. Bibliografía ALONSO, J. y HERCE, J.A. (2003): Balance del sistema de pensiones y boom migratorio en España. Proyecciones del modelo MODPENS de FEDEA. Documento de Trabajo 2003-02, FEDEA. AON (2004-2009): Barómetro europeo de pensiones. Varios años. BALMASEDA, M.; MELGUIZO, A. y TAGUAS, D. (2006): “Las reformas necesarias en el sistema de pensiones contributivas en España”. Moneda y Crédito, n. 222, pp. 313-340. BANDRÉS, E. y GADEA, M. D. (1997): “Estado de bienestar y crecimiento de los gastos sociales en España”, en IV Encuentro de Economía Pública. Pamplona. UPN. BARBA, A. (1994): Prestaciones económicas de la Seguridad Social. Madrid: CISS. BAREA, J. (dir.) (1996): Escenarios de evolución del gasto público en pensiones y desempleo en el horizonte 2020. Bilbao: Fundación BBV. BOLDRIN, M. et al. (1999): “El futuro de los planes de pensiones en la Unión Europea: Una reconsideración”. Cuadernos económicos de ICE, nº 65. 1er. Semestre. BOUCEKKINE, R.; DE LA CROIX, D. y LICANDRO, O. (2002): “Vintage human capital, demographic trends and endogenous growth”, Journal of Economic Theory, 104, pp. 340-375. COMISIÓN EUROPEA (1996): La protección social en Europa, 1995. Luxemburgo: Dirección General de Empleo, Relaciones Industriales y Asuntos Sociales. —(1999): Comunicación de la Comisión, Hacia un mercado único de sistemas complementarios de pensiones (COM(1999) 134 final). Bruselas. —(2000): Study on pensions schemes of the member status of the European Union. May 2000. Markt/2005/99- EN Rev 2. —(2006): “The impact of Ageing on Public Expenditure: projections for the EU25 Member States on pensions, health care, long-term care, education and unemployment transfers (2004-2005)”. European Economy. Special Reports nº 1/2006. —(2009): “The 2009 Ageing Report: Underlying assumptions and projection methodologies”. European Economy, 7/2008. CONDE, J.I. et al. (2006): Inmigración y pensiones. Documentos de trabajo. Fundación BBVA. Febrero. DUBOIS, C. (2006): ”Tendencias en la seguridad social básica y complementaria en Europa”, Boletín de Estudios Económicos. Vol. LXI Abril, Núm. 187, pp. 5-26. GARSON, J.P. (2007): Perspectives des migrations internationales 2007. OCDE.


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HOLZMANN, H. et al. (2005): Soporte del Ingreso en la Vejez en el Siglo XXI: Una perspectiva internacional de los sistemas de pensiones y de sus reformas. Banco Mundial. Julio. KOK, W. (2004): Facing the Challenge, The Lisbon Strategy for growth and employment. Report from the High Level Group chaired by Wim Kok. LEÓN, B. (2004): “La inmigración: ¿una opción ante el envejecimiento?”. FEDEA. 182. OCDE (2007a): Pensions at a Glance: Public Policies across OECD Countries, Paris. —(2007b): Estudios Económicos. España. —(2009): Private Pensions Outlook 2008. París. RESUMEN Los informes de la comisión europea y la OCDE analizan periódicamente la viabilidad futura de los sistemas de pensiones en los Estados de la UE. En ellos se realizan proyecciones teniendo en cuenta factores como los distintos sistemas de pensiones que operan en cada Estado, las tasas de cobertura, esperanzas de vida, tasas de natalidad, flujos migratorios y otros. En el presente artículo se realiza una revisión comparativa de los distintos sistemas de pensiones y las medidas que se están tomando de cara a su sostenibilidad futura, intentando detectar las debilidades y fortalezas, así como los elementos influyentes a largo plazo. Palabras clave: Pensiones, Unión Europea, jubilación. SUMMARY The European Commission and the OECD public regular reports on the future viability of the pension systems of EU Member States in which they make forecasts taking into account factors such as the different pension systems operating in each State, coverage rates, life expectancy, birth rates, migration flows, etc.. This paper presents a comparative review of the different pension systems and the measures that are being taken to ensure their future sustainability, seeking to detect strengths, weaknesses and long-term influential elements. Key words: Pensions, European Union, retirement.


BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 343-359)

DE PRODUCTOS A SERVICIOS, EL RETO DE LAS EMPRESAS INDUSTRIALES. EL CASO DEL PAÍS VASCO David Ruiz de Olano Apodaca Director Executive MBA. Deusto Business School

Introducción Uno de los numerosos problemas a los que se enfrentan los directivos de empresas industriales es cómo poder defenderse de los nuevos competidores internacionales que están entrando en sus mercados tradicionales. Estos nuevos actores están rompiendo el mercado, gracias a un incremento de la producción del producto o sobreoferta y a una reducción en los precios que hacen que las empresas “tradicionales” de las economías tradicionales o consolidadas miren con angustia a su futuro. Por ejemplo, el sector textil en Europa y especialmente en España, ha sufrido la entrada de nuevos competidores que han roto el mercado. Debido a la entrada de productos desde China, en los últimos 4 años solamente en España, se han destruido 51.000 empleos y 1.100 empresas han dejado de existir. A pesar de que la UE intentó mantener artificialmente el sector con trabas importadoras, cuando éstas desaparecieron, el sector entró en una profunda crisis en el 2005. Este proceso de entrada de competidores internacionales también se ha vivido en otros países como México, que vieron cómo sus exportaciones a USA de prendas de vestir mexicanas se redujeron un 4,3 por ciento respecto al mismo periodo de 2003, y en cambio, las importaciones desde China registraron un crecimiento de 21,7 por ciento en el mismo periodo1.

1 Universia-Knowledge@Wharton (9 Febrero 2005.), “The Chinese Dragon Threatens Mexico’s Textile Industry, Again”.


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A nivel internacional, el sector del acero en USA es otro ejemplo de sector sumido en una profunda crisis donde 16 compañías industriales del acero se han declarado en quiebra, dejando en la calle más de 36.000 empleados desde 1997. Aunque no se pueda encontrar una relación directa entre la importación desde China y el cierre (existen otros factores como la caída de demanda, aumento del precio de la energía, etc..) (Cooney, 2003) es evidente que estos nuevos actores están rompiendo el equilibrio que existía anteriormente, resultando que “la globalización siderúrgica se ha hecho multipolar por la incorporación de nuevos actores de costes bajos, con elevadas producciones y mucha agresividad en los mercados.” (Déniz, 2007). Desde un punto de vista económico, la aparición de nuevos actores que ofrecen productos más competitivos es buena para el cliente, ya que tiene más oferta donde poder escoger, maximizando su beneficio en detrimento del beneficio de las empresas. Pero esto no ayuda mucho a los directivos que tienen que velar por su negocio. Desarrollar estrategias que permitan a las empresas mantenerse competitivas está en la agenda de los directivos. ¿Pero qué tipo de estrategias pueden ser éstas? En su trabajo de 1980, Porter sugería fundamentalmente dos estrategias para defender la posición competitiva de las empresas i) liderazgo en costes bajos y ii) diferenciación que incluye convertirse en una empresa de nicho. Evidentemente, desde 1980 hasta hoy ha llovido mucho, y otras alternativas han aparecido. Cómo responder al reto Ante este dilema de cómo afrontar estos nuevos actores que están rompiendo el mercado, existen varias alternativas para las empresas industriales. Entre ellas cuatro,i) la innovación, ii) la diversificación geográfica, iii) convertirse en un productor de nicho, esperar que los reguladores impidan la entrada de los nuevos competidores y iv), una transformación de producto a servicio. Evidentemente, descartamos una estrategia de competir en costes, ya que estos nuevos actores la dominan. La innovación2 , o “la introducción de nuevos productos, nuevas formas de producir, abrir nuevos mercados (…), la conquista de nuevos 2 Existen numerosas definiciones de innovación, por ejemplo la OECD basado en el manual de Oslo categoriza la innovación en 4 áreas: innovación de producto, innovación de proceso, innovación de marketing e innovación organizacional.


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proveedores y materias primas (…) o la creación de una nueva organización” (Schumpeter, 1934) es un tema que está de actualidad. Las empresas industriales han tomado tradicionalmente el gasto en I+D como un indicador de su grado de innovación. Pero han aparecido otros modos de innovar. Haciendo un resumen simplista de lo que es la innovación, existen varias formas de innovación: innovación en producto, innovación en el proceso e innovación en el modelo de negocio. Estas tres formas de innovar reflejan perfectamente la cuenta de resultados de las empresas: innovar en producto implica un aumento de ventas (por ejemplo, el reproductor Ipod para Apple), innovar en el proceso implica una reducción de costes de producción (por ejemplo, las nuevas tecnologías que hacen más eficientes los procesos productivos) e innovar en el modelo de negocio implica aumentar las ventas en otros mercados nuevos alejados del mercado tradicional de la empresa (por ejemplo, Ryannair). La diversificación geográfica: acceder a diferentes mercados permite disminuir el riesgo de dependencia de un mercado y permite tener una cartera de pedidos (clientes) diversificado. Ejemplo de esta estrategia es el Banco Santander, con una fuerte expansión internacional en los últimos años, le ha permitido gestionar la crisis financiera mundial, y en particular, la española. De hecho, el 63% de sus beneficios3 proceden ya de fuera de España. En empresas industriales, esta diversificación geográfica ha llegado de la mano de agotar el potencial del mercado doméstico y en otros casos, oportunidades como la creación del mercado único europeo (Rondi, Sleuwaegen y Evarist, 2004). Convertirse en un actor de producto de nicho es otra alternativa para afrontar la competencia. Esta especialización de producto se puede convertir en una forma de evitar que los nuevos competidores “copien” y accedan a éste mercado. Esta estrategia necesita un producto único, que sea difícilmente replicado por la competencia y que permita mantener unos beneficios mínimos para la empresa. Esta estrategia conlleva abandonar aquellos productos que son fácilmente reproducibles y que se han convertido en “commodities”. Estos productos son fácilmente sustituibles y el cliente, al no encontrar ningún valor añadido, tendrá como único elemento de decisión el precio. Ejemplo de este tipo de nicho, es la película de revelar fotos para máquinas Polaroid. En 2008, Polaroid anunció que abandonaba la producción de película para su máquina míti3

Banco Santander, resultados de enero hasta septiembre 2009.


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ca de fotografía (el modelo SX-70) con revelado instantáneo. Inmediatamente se creó un proyecto4 de los seguidores de esta máquina de fotos para poder seguir accediendo a este producto, donde evidentemente, el precio que estarán dispuestos a pagar no será un factor relevante. Existe otra posible solución para afrontar estos nuevos competidores, esperar que los entes reguladores se impliquen e implementen “trabas” a la importación de estos nuevos productos. Pero como se ha visto, estas medidas son insuficientes y tienen fecha de caducidad. Por último, existe la posibilidad de seguir produciendo un producto pero empezar a vender servicios. ¿Pero por qué una empresa industrial debería empezar a vender servicios? Oliva & Kallenberg (2003) destacan que pueden existir varias razones económicas que motivan a las empresas a empezar a vender servicios más que continuar a vender exclusivamente productos. La primera, aumentar ventas. La segunda, que los propios clientes de las empresas lo piden y la tercera, es que un servicio es más difícil de imitar y copiar que un producto. En el informe ITPS para la comisión de la EU de 1998 sobre esta transición de productos a servicios, se describe que Schindler, GE y otras compañías consideradas clásicas “de fabricación” generan actualmente el 75% de su volumen de ventas a través de los servicios. Empresas típicamente consideradas industriales como SIEMENS, ya tienen una unidad dedicada exclusivamente a “soluciones industriales” que aporta el 17% de ingresos a su unidad industrial representando 1.437 millones de euros en el 20105. Si nos focalizamos en un ejemplo de empresa industrial, ThyssenKrupp Services AG, en su búsqueda de un nuevo modelo de negocios, creó la unidad ThyssenKrupp Services en 2003, convirtiéndose en la mayor unidad de negocio del grupo, con una facturación de 16.000 millones euros y 43.000 trabajadores en 2007 (Jacob y Ulaga, 20086). Aunque pueda parecer una solución, existe el riesgo de que esta transición no se lleve a cabo con éxito, como lo muestran algunas estadísticas que cifran en un 75% la tasa de fracaso en esta transición (Krishnamurthy, 2003). “The impossible Project”, [http://www.savepolaroid.com/]. Resultados 1Q10 de SIEMENS, pág. 6. 6 Estos son los datos reportados por el Grupo. En su nueva restructuración, ThyssenKrupp ha pasado a una nueva estructura donde la unidad “Services” se ha integrado en otras unidades. 4 5


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Transformación de producto a servicio Sorprendentemente, en el mundo académico, este tipo de transición de la empresa industrial ha sido estudiada, analizada y empezada a ser teorizada durante los últimos 5 años (Vargos y Lusch, 2004). En el mundo profesional, este tema ha sido ya tratado con anterioridad, de hecho fue uno de los “hot topics” a mediados de los 2000 (Krishnamurthy, 2003). Este nuevo efecto se denomina la transición de una lógica donde la empresa vende un producto Producto-Dominante (o Goods-Dominant G-D en su traducción del inglés) a una lógica Servicio-Dominante (S-D) donde la empresa vende servicios o en el argot empresarial lo que se denominó “business solution services”. Esta primera lógica G-D proviene desde los fundamentos de la economía moderna, y es básicamente, la forma en que las empresas han realizado su actividad desde su inicio, vendiendo productos. Nótese que esta nueva lógica no es una lógica Servicios-Dominante, en plural sino en singular, es decir Servicio-Dominante (Vargos y Lusch, 2008a). Dejando de lado diferencias semánticas (Vargos-Lusch, 2008b) es importante esta diferencia porque pone en el centro de la empresa el servicio como producto final que se vende al cliente, independientemente que estos servicios incluyan la producción de algún bien. Esta transición requiere profundos cambios en la empresa (tabla 1), ya que tanto los productos como servicios tienen atributos diferentes según la lógica que se use. Tabla 1 Expandiendo la lógica S-D

Servicios basados en la transacción

Servicios basados en la relación

Servicios orientados al producto

Servicios orientados al cliente final

Servicios básicos Documentación Transporte hasta el cliente Instalación Formación sobre el producto Servicio de asistencia Inspección/diagnóstico Reparación/piezas sueltas Actualización del producto Reciclaje Servicios de mantenimiento Mantenimiento preventivo Monitorización Gestión de repuestos Contrato total de mantenimiento

Servicios profesionales Ingeniería de procesos (test, optimización, simulación) Procesos de R&D Gestión de recambios Formación del proceso Formación del negocio Consultoría sobre el proceso Consultoría sobre el negocio

Fuente: Adaptado de Oliva y Kallenberg (2003)

Servicios operativos Gestión del mantenimiento Gestión de las operaciones


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También dentro del mundo académico se ha abierto un debate sobre si el marketing tradicional (marketing mix, canales de distribución…) se puede aplicar a las empresas de servicios o realmente estamos hablando de marketing industrial (Jacob y Ulaga, 2008). Por el momento, se tiende a creer que ambas corrientes pueden co-exisitir y beneficiarse mutuamente la una de la otra. La transformación de una empresa industrial de vender exclusivamente productos (G-D) a vender servicios (S-D) es una forma de afrontar la competencia. Esta iniciativa bien puede provenir directamente de sus clientes de productos, que empiezan a generar una demanda de servicios añadidos a los productos que ya están comprando. Aún así, la empresa y sus directivos se enfrentan a 3 diferentes retos principalmente internos (Oliva y Kallenberg, 2003). Para empezar, se debe producir un cambio de mentalidad en la empresa, desde el director general al operario. Vender productos ya no es el “core business” de la empresa aunque es díficil romper la mentalidad como lo ilustra el ejemplo de “It is difficult for an engineer who has designed a multi-million dollar piece of equipment to get excited about a contract worth $10,000 for cleaning it.” (Oliva y Kallenberg, 2003). Durante muchos años y cíclicamente, las empresas han diversificado tanto en sus áreas de actividades de negocio como en su oferta de productos, y algunas de ellas después de experiencias desagradables han vuelto a su “core business” o lo que es lo mismo, “zapatero a tus zapatos” (Kaiser y Stouraitis, 2001). Esa transición requiere de nuevo, que la empresa salga de su actividad principal, y en algunos casos, será difícil justificar esta diversificación sobre todo si este proceso de de-diversificación ha sido reciente. Esta transición también requiere unas competencias que la empresa industrial puede que no tenga, como por ejemplo, la predicción de “failure rate” de sus máquinas. Esta transición es uno de los siete retos identificados por Barrenechea (2007) en su análisis de los diferentes retos7 que se afrontan en la globalización para el sector de montajes y mantenimiento. El reto de ofrecer servicios globales y a la vez, soluciones locales a sus clientes. Esto requiere la creación de una estructura que captará inicialmente recursos de la empresa, reduciendo algunos de los ratios de productividad y beneficio. Se necesitan nuevas habilidades y conoci7 Otros retos que menciona son la innovación, el personal cualificado, diversificación geográfica, etc…


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mientos que anteriormente no existían y de nuevo se requiere una inversión por parte de la empresa. Por último, el tema del precio de estos nuevos servicios es un reto desconocido para la empresa industrial clásica. ¿Cómo poner precio a algunos servicios que anteriormente estaban incluidos en el precio del producto? ¿Cómo justificar estos precios al cliente? Normalmente el precio se basará en la transferencia del riesgo del cliente al productor, es decir, el coste de oportunidad de que el producto o máquina falle. Aunque el estudio de Oliva y Kallenberg (2003) se basa en una muestra de 11 empresas de máquina herramienta en Alemania, conociendo la realidad de las empresas en el País Vasco, los resultados se pueden extrapolar a nuestro sector industrial. Oliva y Kallenberg proponen un modelo conceptual muy sencillo para que cada empresa analice dónde está en esta transición y hasta dónde quiere llegar. No es necesario ni bueno que esta transición pase de ser 100% de venta de productos (Servicios=0% de las ventas) a 100% de venta de servicios (Productos=0% de las ventas). Cada empresa deberá evaluar hasta dónde quiere/puede llegar en esta transición. Gráfico 1 Transición de producto a servicio Servicio (1)

Objetivo Posición actual

Producto (0) ¿Qué ofreces hoy?

¿Qué puedes ofrecer? ¿Por qué lo quieres ofrecer?

Fuente: Adaptado de Oliva y Kallenberg (2003).

De este análisis y su estudio, Oliva y Kallenberg identificaron que para realizar con éxito esta transición se requiere al menos dos condiciones:


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– La primera, que sea un cambio deliberado, sistemático y con un buen y estructurado esfuerzo. La nueva lógica debe ser asumida e interiorizada por la organización, desde el más alto nivel directivo hasta los operarios de producción. Se debe trazar un plan de ejecución, dotando de personas y recursos necesarios para llevarlo a cabo. Dentro de este cambio y para poder adaptarse a esta nueva lógica, algunas empresas usan contratos de servicios con poco beneficio para ir desarrollando y estructurando esta nueva oferta de servicios. – La segunda, la creación de una unidad de negocio separada. Creando una nueva unidad, se evitarán los temidos costes de transferencia (cómo se calculan, cuándo se aplican), centrando los esfuerzos de los directivos en tener una unidad que sea rentable en el medio-largo plazo. Esto requiere por tanto una inversión inicial, principalmente en personas que ofrezcan este servicio, desde el personal técnico hasta el personal comercial. Evidentemente, estas dos condiciones encontradas por Oliva y Kallenberg no se pueden generalizar, pero parece que el sentido común indica que son dos buenas condiciones para el inicio de cualquier actividad empresarial. El caso del País Vasco El País Vasco parece un entorno especialmente propicio para analizar este comportamiento de transición de ventas de producto a ventas de servicios. Varias son las razones que nos llevan a esta elección de este entorno geográfico: i) larga tradición industrial en el territorio (empezó en el año 1876 –Antolín, 1989) ii) importancia relativa del sector industrial (25% del PIB en 20088) y iii) alta sensibilidad en la dirección de las empresas para mejorar la competitividad a través de la continua búsqueda de nuevas formas de competir y iv) iniciativas a nivel público como SPRI o Innobasque para fomentar la innovación. Para investigar qué está sucediendo en el País Vasco a nivel general en su sector industrial, hemos recurrido a las estadísticas del EUSTAT y en particular, a la proporción de ventas debido a la prestación de servicios9 sobre el total de ventas en el sector industrial vasco. Las ventas vienen desglosadas por: Fuente: Eustat, Instituto Vasco de Estadística. La categoría de ventas totales proporcionadas por el EUSTAT se compone en ventas de productos, venta de mercadería y prestación de servicios. 8 9


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– “Ventas de producto” – producción de un producto por la empresa y su venta, – “Ventas de mercadería” - venta de bienes para revenderlos en el mismo estado en que se adquirieron, es decir, sin alterar su forma o sustancia, bien como actividad habitual de la empresa u ocasional o, – “Venta de servicios” – venta de servicios ofrecidos por la misma empresa productora. Esta distinción nos permite identificar la proporción que las empresas industriales venden debido a la producción de productos (bienes) y la proporción debida a la venta de servicios. Los datos proporcionados por el EUSTAT vienen reflejados en la tabla 2. Tabla 2 Ventas en el País Vasco del sector industrial (millones de Euros) 1995

1996 1997 1998 1999 2000 2001

2002 2003 2004

2005

2006

2007

Nº Establecimientos

13.821 15.320 15.695 15.763 15.848 15.076 15.061 14.977 15.134 15.191 21.453 21.416

22.817

Ventas netas

25.670 26.936 30.163 33.567 35.743 40.479 41.481 42.393 43.768 48.206 52.958 57.761

62.025

Ventas de productos

24.455 25.736 28.863 31.773 33.822 38.328 39.160 39.635 40.969 45.320 49.123 53.975

57.780

Venta de mercadería Prestación de servicios

1.013 202

956 1.077 245

224

1.529 1.546 1.710 1.792 266

376

441

529

2.195

2.340

2.372

3.257

3.182

3.563

563

460

514

578

604

682

Fuente: Eustat - Encuesta industrial.

Durante el periodo analizado (1995-2007) hay que tener en cuenta el efecto de la crisis mundial del 2001. Esta crisis de la burbuja de internet y posterior atentado del 11-S en el 2001 se ve reflejada en el número de establecimientos durante el periodo 2001-2003 (gráfico 2), que tuvieron un crecimiento nulo en términos de nuevos establecimientos desde el 2000 hasta el 2003, iniciando después su recuperación. Analizando las ventas netas, el crecimiento durante este periodo también sufrió una congelación, con unos crecimientos del 2% comparado a un 8% de promedio para el periodo 1995-2007. Evidentemente los datos no tienen en cuenta esta última crisis mundial del 2008-2009.


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Gráfico 2

25.000

500 450 400

20.000

Millones

Efectos de la crisis del 2001 en número de establecimientos y ventas del sector industrial en el País Vasco (millones de EUR)

350 300

15.000

250 200

10.000

150 100

5.000

50 0

0 1995

1997

1999

2001

Nº Establecimientos

2003

2005

2007

Ventas netas

Fuente: Elaboración propia.

Para evitar esta distorsión debida a la crisis, se han analizado longitudinalmente la proporción de ventas de servicios sobre el total de ventas de las empresas industriales durante un periodo de 13 años, llegando a un CAGR10 del 11%, siendo un total de 628 millones de euros en el 2007 desde 202 millones de euros en 1995 la cantidad vendida como prestación de servicios por las empresas industriales vascas. Es importante notar (gráfico 3) que la proporción de ventas debido a los bienes ha ido disminuyendo paulatinamente desde el 95 (95%) hasta el 2007 (93%), aumentado la cuota debida a la venta de servicios y mercadería. A nivel agregado, el peso de la mercadería permanece más importante (3,9% en 1995 y 5,7% en 2007) respecto a los servicios (0,8% en 1995 y 1,1% en 2007). Por tanto, a nivel agregado esta transición de productos a servicios parece que se está desarrollando a un ritmo más lento.

10

CAGR: Compounded Annual Growth Rate o Tasa de Crecimiento Compuesto Anual.


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Gráfico 3 Composición de ventas en el sector industrial vasco (% sobre el total) 100% 98% 96% 94% 92% 90% 88% 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Ventas de productos

Venta de mercaderias

Prestación de servicios

Fuente: Eustat - Encuesta industrial

Esto cambia cuando se entra en el detalle de los sectores que componen el agregado industrial. Dentro del sector industrial del País Vasco, se han tomado como muestra 11 sectores11 de los 66 que constituyen la clasificación “D” de la clasificación nacional de actividades económicas CNAE-93 y los cuales 11 contribuyen con un 36% al total de ventas y con un 39% al número de establecimientos (datos para el 2007) del sector en su totalidad. La elección de estos sectores se ha basado en su similitud con otros estudios (por ejemplo, Oliva y Kallenberg, 2003; Gebauer, Fleisch y Fried, 2005; y Gebauer, Krempl y Fleisch, 2008), por su aparente debilidad a la entrada de nuevos competidores, pertenencia al sector industrial (clasificación CNAE-93 como “D”) y finalmente para 11 La clasificación sectorial corresponde a (sector, código): Metalurgia Construcción metálica (A84 35), Forja y estampación (A84 36), Artículos Máquina herramienta (A84 39), Material de precisión (A84 45), A84 29 Siderurgia (A84 32), Ingeniería mecánica (A84 37), Material Eléctrico Electrónico (A84 44).

no férrea (A84 33), metálicos (A84 38), Industria del vidrio, (A84 43), Material


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excluir sectores que no se adecúan al objetivo del estudio tales como industrias de la alimentación, tabaco, textil y confección, refino del petróleo, industria química, etc... Todos los sectores elegidos son susceptibles a la entrada de nuevos jugadores que compitan en precio (caso típico del material eléctrico o siderurgia). A este nivel de detalle, se empiezan a encontrar evidencias de que en el País Vasco, y en algunos sectores industriales en particular, la venta de servicios está adquiriendo una importancia en la cuenta de resultados de las empresas a través de sus ventas. Tabla 3 Proporción (en %) de ventas de servicios sobre total de ventas 1995

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Industria del vidrio Siderurgia Metalurgia no férrea Construcción metálica Forja y estampación Ingeniería mecánica Artículos metálicos Máquina herramienta Material Eléctrico Material Electrónico Material de precisión

0,46 0,49 0,01 0,001 0,03 0,06 0,17 0,42 0,50 2,35 0,64

0,67 1,02 0,22 0,21 0,17 0,03 0,19 0,06 0,92 2,81 0,58

0,29 0,63 0,62 0,91 1,18 0,15 0,93 1,27 0,60 2,16 1,74

0,21 0,60 0,33 0,63 0,97 0,17 0,72 1,68 0,73 2,40 2,15

Industria

0,79

0,91 0,74 0,79 1,05 1,09 1,28 1,33 1,05 1,07 1,09 1,05

1,10

0,61 0,75 0,36 0,64 0,07 0,04 0,20 0,24 1,56 2,07 1,60

0,74 0,52 0,31 0,39 0,43 0,10 0,17 0,70 1,10 3,62 1,78

0,88 0,31 0,53 0,71 0,11 3,71 0,58 1,16 3,44 0,77 1,70

1,36 0,25 0,50 0,53 5,46 0,04 0,33 0,59 1,17 0,12 1,83

1,17 0,88 0,70 0,26 1,44 0,13 1,79 0,91 0,85 6,12 2,72

0,65 0,33 0,70 1,18 2,22 0,72 0,34 0,98 0,97 3,92 1,88

0,86 0,55 0,55 0,44 2,09 0,20 0,44 1,19 0,86 0,96 5,11

0,72 0,63 0,31 1,04 0,61 0,97 0,50 1,22 1,16 2,72 1,74

0,61 0,55 0,20 0,54 0,64 0,30 0,34 1,26 1,40 1,94 1,87

Fuente: Elaboración propia.

De los 11 sectores analizados (tabla 4), nueve tienen un CAGR positivo en el periodo 1995-2007 y sólo dos no han crecido en el mismo periodo. Es interesante notar que el que más ha crecido es el del sector de construcción metálica (CAGR + 79,96%) y que tiene un peso relativamente importante en el sector industrial (3,79% de ventas sobre el total en 2007). Este dato se puede explicar debido a que el sector de construcción metálica empezó en 0,001% en 1995, por tanto distorsiona los datos de la tabla 3 usando el CAGR. Por este motivo, no es un sector representativo de una tendencia creciente. En el extremo contrario, la industria del vidrio es el único sector que ha tenido un crecimiento negativo en la proporción de ventas debido a servicios sobre el total. Con los datos disponibles, no podemos encontrar una causa para justificar este crecimiento negativo.


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Dejando aparte estos dos sectores en los extremos, existe una consistencia en el crecimiento de ventas por servicios en los sectores estudiados (tabla 4), lo que conlleva evidentemente a una disminución de las ventas por productos. Tabla 4 Crecimiento de proporción de ventas debido a servicios y peso respectivo en el sector industrial Sector Construcción metálica Metalurgia no férrea Forja y estampación Artículos metálicos Máquina herramienta Material de precisión Ingeniería mecánica Material eléctrico Siderurgia Material electrónico Industria del vidrio Total Industria

CAGR (1997-2005)

Peso en el sector industrial (año 2007)

79,96% 34,48% 34,42% 12,74% 12,21% 10,66% 9,40% 3,23% 1,68% 0,17% -6,25%

3,79% 1,93% 3,00% 4,80% 1,50% 0,88% 3,42% 3,46% 12,08% 0,76% 0,71%

2,81%

36,3%*

Fuente: Elaboración propia. * el peso de los 11 sectores elegidos sobre el total de ventas del sector industrial.

El sector más representativo de los analizados es el de máquina herramienta (CAGR 12,21% y con un peso relativamente ligero en el total de la industria, aportando 1,5% al volumen total de ventas) que representa un crecimiento constante en el aumento de ventas debido a los servicios. A pesar de sufrir la consecuencia de la crisis del 2001, donde el número de establecimientos disminuyó, la tendencia al alza es clara. Por otra parte, datos anecdóticos aportados por directivos de estas empresas, refuerzan la hipótesis que este cambio se está produciendo en su sector. Resumiendo, en el caso del País Vasco, estamos lejos de porcentajes elevados debidos a las ventas de servicios en empresas industriales, alcanzando sólo un 1,1% sobre el total en 2007, aunque exista algún sector que muestra una tendencia creciente como el de máquina herramienta.


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Gráfico 4 Proporción de ventas por servicio sobre total de ventas (en %) en el sector máquina herramienta 250

1,80% 1,60%

200

1,40% 1,20%

150 1,00% 0,80% 100 0,60% 0,40%

50

0,20% 0,00%

0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Máquina herramienta

Número de establecimientos

Fuente: Elaboración propia.

Conclusiones Las empresas industriales están sufriendo la entrada de nuevos competidores que hacen inviable la competencia por costes en sus productos. Estos nuevos competidores internacionales están ganando la partida en algunos sectores y los directivos buscan formas de defenderse. En un mercado cada vez más internacional, es lógico que esta internacionalización suponga retos pero también oportunidades para las empresas. Existen varias alternativas para afrontar esta entrada, entre ellas, diversificación geográfica de su cartera de clientes, convertirse en productores de nicho de mercado con un producto único y diferenciado, esperar que los entes reguladores paren esta entrada o la transición de


DE PRODUCTOS A SERVICIOS, EL RETO DE LAS EMPRESAS INDUSTRIALES ...

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vender productos a vender servicios. Esta nueva lógica de mercado (o Service-Dominant S-D) requiere que las empresas y sus directivos entiendan las nuevas reglas de juego para su empresa, manteniendo la vieja lógica de empresa industrial (o Goods-Dominant G-D). No se trata de articular la actividad económica como una pura transacción (productor-cliente-producto) sino como una relación (proveedor-cliente-servicio). Las razones para acceder a esta nueva lógica son económicas como el aumento de ventas pero también defensivas, siendo los servicios más difíciles de imitar por estos nuevos actores internacionales. Aun así, siendo una solución para afrontar esta competencia, las empresas y sus directivos necesitan saber cuáles son las características, momentos y requisitos necesarios para afrontar con éxito esta transición. Una vez tomada la decisión, es necesario articular esta transición como un proyecto estructurado, deliberado y sistemático. Los problemas que puede acarrear esta transición se encuentran principalmente en la inversión necesaria en recursos y generar el conocimiento necesario para convencer al cliente por el pago de estos servicios. Esta transición tendrá más probabilidad de éxito si se crea una estructura independiente, responsable de cuenta de resultados que es capaz de generar el conocimiento necesario y apoyarse inicialmente en la actividad de la empresa para desarrollar su negocio. En el caso particular del País Vasco, donde el sector industrial tiene una larga tradición, se detecta esta tendencia general en el periodo analizado, donde las ventas tradicionales debidas a productos disminuyen y la venta por servicios adquieren relevancia y en algunos sectores como el de máquina herramienta se ha incrementado de una manera importante. Esta transición es ya una realidad y debería ser parte de la agenda de los directivos de las empresas vascas. Bibliografía ANTOLÍN IRIA, J. E. (1989): “Evolución urbana y análisis desde 1876 hasta nuestros días del desarrollo industrial y residencial en los municipios de Baracaldo, Sestao, Portugalete, Trápaga y Ortuella: el factor industrial y minero”, Anuario de la E.V.E.T.U / Escuela Vasca de Estudios Territoriales y Urbanos. Instituto Vasco de Administración Pública (IVAP), pp. 11-68. BARRENECHEA, A. (2007): “El sector de montajes y mantenimiento industrial. El reto de la globalización”, Boletín de Estudios Económicos, vol. LXII, número 192, diciembre, pp. 511-539.


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DAVID RUIZ DE OLANO APODACA

COONEY, S. (2003): The American Steel Industry: A changing profile. DENIZ, F. J. (2007): “La economía global y la industria siderúrgica”, Boletín de Estudios Económicos, vol. LXII, número 192, diciembre, pp. 445-454. GEBAUER, H.; FLEISCH, E.; FRIEDLI, T. (2005): “Overcoming the Service Paradox in Manufacturing Companies”, European Management Journal, 23-1, pp. 14-26. GEBAUER, H.; KREMPL, R.; FLEISCH, E. (2008): “Service development in traditional product manufacturing companies”, European Journal of Innovation Management, 11-2, pp. 219-240. JACOB, F. y ULAGA, W. (2008): “The transition from product to service in business markets: An agenda for academic inquiry”, Industrial Marketing Management, 37, pp. 247–253. KAISER K. y STOURAITIS, A. (2001): “Reversing Corporate Diversification and the Use of the Proceeds from Asset Sales: The Case of Thorn EMI”, Financial Management, 30-4, pp. 63-102. KRISHNAMURTHY, C. (2003): “Solutions Selling. Is the pain worth the Gain”, Marketing& Sales Practice, McKinsey. OLIVA, R. y KALLENBERG, R. (2003): “Managing the transition from products to services”, International Journal of Service Industry Management, 14-2, pp. 160 – 172. PORTER, M. (1980): Competitive Strategy, Free Press, New York. RONDI, L.; SLEUWAEGEN, L.; EVARIST, D: (2003): Changes in the Industrial and Geographical Diversification of Leading Firms in European Manufacturing, Vlerick Leuven Gent Working Paper No. 08. SCHUMPETER, J. (1934): The Theory of Economic Development, Harvard University Press, Boston. STAHEL, W.R. (1998): 27 septiembre, ITPS Report. VARGO, S. L. y LUSCH, R. F. (2004): “Evolving to a new dominant logic for marketing”, Journal of Marketing, 68-1, pp. 1−17. —(2008a): “Service-dominant logic: continuing the evolution”, Journal of the Academy of Marketing Sciences, 36, pp. 1–10. —(2008b): “From goods to service(s): Divergences and convergences of logics”, Industrial Marketing Management, 37, pp. 254–259. RESUMEN La competencia está obligando a las empresas industriales a buscar formas de mantenerse competitivas. El producto que antes las empresas vendían en sus mercados, empieza a ser introducido y vendido por otros competidores internacionales a un precio más competitivo. Una forma de frenar esta caída de ventas puede ser el paso de vender exclusivamente productos a vender servicios y productos. Pero esta transición requiere antes de nada, un cambio de mentalidad empresarial y una decidida apuesta por la misma. El caso del País Vasco muestra cómo esta tendencia se ha iniciado pero sigue todavía lejana de otras realidades. Aunque no existen recetas, se han identificado algunas líneas de actuación para poder tener éxito en esta transición. Palabras claves: Servicios, Innovación, Lógica Servicio-Dominante (S-D).


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SUMMARY Competition is forcing industrial companies to remain even more competitive. The product that was sold before, it is now being introduced by other international competitors with a more competitive price. One way avoiding this sales drop may be the transition from exclusively selling products to start selling products and services. But this transition requires a change in the executives mindset and a strong commitment. When it comes down to the case of the Basque Country, evidences are found indicating that this journey has already begun but still far away from other cases. Although it doesn´t exist a magic toolkit for this transition, some guidelines are suggested for succeeding when implementing this transition. Key words: Services, innovation, service-dominant (S-D) logic.



BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 361-380)

EL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN ESPAÑA: UN ESTUDIO SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA TELEFONÍA MÓVIL(*) Antonio Muñoz Porcar Jorge Luís González Crespo María Jesús Alonso Nuez Universidad de Zaragoza Catedrática Jean Monnet ad Personam. Universidad Complutense de Madrid

1. Introducción Nos encontramos ante una sociedad post-moderna, donde el eje fundamental es la información. Castells (2002) define la “sociedad red” como el nuevo tipo de relación económica y cultural basada en el informacionismo. La eficiencia económica se obtiene de la correcta gestión de la información que permite optimizar el uso de los factores productivos. Para gestionar de forma eficiente la información es necesario que exista un mercado en el que se oferte un servicio fiable al menor precio posible. Estamos hablando del mercado de las Telecomunicaciones. Los orígenes de este mercado en España se remontan a principios del siglo pasado, en los que el servicio de telefonía fija era suministrado tanto por el Ministerio de la Gobernación y Telégrafos como por empresas privadas (Escribano y Zaballos, 2001). Esta combinación dio paso en 1924 al primer monopolio de las telecomunicaciones. El Estado decidió conceder entonces una licencia a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) para el suministro del servicio de telefonía en todo el territorio. Dicha compañía estaba participada en su mayoría por capital extranjero. Posteriormente y durante los años 1945 y 1946 el Estado se incorpora a la CTNE con la suscripción del 31% de su capital, convirtiéndola en sociedad anónima. A partir de este momento el Estado, como máximo accionista de la compañía, regula los precios y las actividades a través de la Delegación del Gobierno. (*) Los autores agradecen la financiación recibida por el MICINN-FEDER a través del proyecto de investigación ECO209-09623.


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En 1985 se crea la Dirección General de Telecomunicaciones que asume el papel de “regulador”. En este mismo año vieron la luz la Secretaría General y el Consejo Asesor de Telecomunicaciones, cuyo objetivo primordial era el seguimiento de la evolución del sector. Con la publicación de la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones (LOT) en 1987 se comienza a definir el nuevo futuro del sector. Esta ley permitió disponer del primer marco regulador (Pérez, 2002). La CTNE se privatiza en 1992, pasando a denominarse Telefónica S.A. En este mismo año se modifica la LOT con la publicación del contrato regulador de la concesión a Telefónica S.A. en el que sus competencias se adaptaron a un entorno de mayor libertad de mercado. En el año 1997, se promulga la Ley 12/1997 de 24 de abril, de Liberalización de las Telecomunicaciones, suponiendo un punto de inflexión legal para el sector en España. El mercado de las Telecomunicaciones estaba en manos de monopolios estatales. La telefonía fija y las redes de telecomunicaciones pertenecían en exclusividad a Telefónica S.A. En telefonía móvil, no existía un monopolio ya que AIRTEL venía operando desde el día 3 de octubre de 1995. Sin embargo esta empresa solamente lo hacía en señal digital pues la señal analógica, que era la que mas cobertura tenía, era monopolio de TELEFÓNICA SERVICIOS MÓVILES. La cuota de mercado de AIRTEL sólo llegaba al 21,8%. Esta Ley 12/1997 convalidaba el Real Decreto-Ley 6/1996 de Liberalización de las Telecomunicaciones, en el que se creaba la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (organismo público regulador independiente de los mercados nacionales de comunicaciones electrónicas y de servicios audiovisuales). En el futuro, este organismo público será un referente para el estudio y análisis del mercado de las Telecomunicaciones. Si el año 1997 es el origen, 1998 supone la confirmación de la apertura de este sector como lo manifiesta la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones en su informe anual “... el año 1998 ha venido marcado fundamentalmente por la aprobación de toda la pléyade de normas que deben constituir el marco de referencia para el desarrollo del mercado de las telecomunicaciones y por la apertura formal a la competencia de dicho mercado, representada por la llegada de la simbólica fecha del 1 de diciembre de 1998. En efecto, durante el presente año se han aprobado tanto la Ley General de Telecomunicaciones como los principales reglamentos que la desarrollan: reglamento de interconexión y numeración, del servicio universal y servicios obligatorios, y órdenes


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sobre licencias individuales y autorizaciones generales. Este conjunto normativo establece las condiciones para la apertura a la competencia del mercado de las telecomunicaciones en todos aquellos servicios con concurrencia limitada en la oferta hasta ese momento, en especial el servicio de telefonía fija y la explotación de redes de telecomunicaciones.” En 1998 solamente existían dos operadores de telefonía móvil: TELEFÓNICA SERVICIOS MÓVILES y AIRTEL. El primero, tenía una posición de dominio en el mercado desde el inicio lo que provocó, según resolución del Tribunal de Defensa de la Competencia de 24 de abril de 2001, que se le sancionase con una multa de 50 millones de pesetas (aproximadamente 300.000 euros) (Tribunal de Defensa de la Competencia, 2001). Es en el mes de julio de ese mismo año, cuando el Ministerio de Fomento otorgó una tercera concesión para la prestación del servicio de telefonía móvil automática que recayó en la entidad RETEVISIÓN MÓVIL (nombre comercial AMENA). Este operador comienza a prestar servicio en enero de 1999. Durante ese año se incrementa el ritmo de crecimiento del mercado de la telefonía móvil aunque de forma dispar según el operador: AIRTEL es el que más incrementa su facturación; por su parte, TELEFÓNICA MÓVILES sigue manteniendo su monopolio en la señal analógica y mantiene una cuota de mercado por encima del 60%; y en este primer año AMENA alcanza una cuota de mercado del 2%. En marzo de 2002, la Unión Europea aprueba el paquete de directivas que conforman el marco legal comunitario de regulación de las comunicaciones electrónicas. Todo este acervo normativo se traslada al Ordenamiento Jurídico Español a través de la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones. Por otro lado, España se sitúa en 2003 a la cabeza del crecimiento de telefonía móvil en Europa, al ser el segundo país en número de nuevas conexiones. La tasa de penetración, medida como el porcentaje de número de líneas existentes en la población, estaba ya en el 87,1 por 100, más de tres puntos por encima de la media europea. Las cuotas de mercado de los operadores mantienen la tendencia detectada en años anteriores. TELEFÓNICA MÓVILES y VODAFONE (denominado hasta 2001, como AIRTEL) vieron reducido su peso en el mercado a favor de AMENA, tanto en ingresos como en clientes. El Real Decreto 2296/2004, de 10 de diciembre, aprueba el Reglamento de Mercados y el Real Decreto 424/2005, de 15 de abril, aprueba el Reglamento de Servicio Universal, culminando el proceso de


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transposición iniciada con la Ley General de Telecomunicaciones. Este nuevo marco normativo establece que cualquier Autoridad Nacional de Reglamentación europea, debe justificar la imposición, levantamiento o modificación de regulaciones en un mercado a partir del análisis del mismo. Este análisis debía seguir las directrices de la Comisión Europea de febrero de 2002. La finalidad del mismo era determinar si, en un cierto horizonte temporal, el mercado se desarrollaba en un entorno de competencia efectiva, entendiendo por tal la ausencia de empresas con peso significativo en dicho mercado. El concepto de empresa con peso significativo era similar al concepto de posición de dominio. La Comisión del Mercado de la Competencia (antiguo Tribunal de Defensa de la Competencia) comienza en 2005 a analizar los 18 mercados incluidos en la Recomendación de Mercados. Cada uno de estos análisis finalizaba con la publicación de una resolución en la que se establecía la empresa o empresas que ostentaban un peso significativo en el mercado. Por lo que respecta al mercado de la telefonía móvil se analizaron dos mercados: Acceso y Originación de llamadas y Terminación en Redes Móviles. En la resolución de 18 de febrero de 2006, se define el mercado de Acceso y Originación de llamadas en las redes públicas de comunicaciones móviles como aquel que, en cualquier Operador Móvil con Red (OMR) y con licencia para operar en el territorio español, facilite a otro operador el acceso y la originación de llamadas de voz y datos en la red móvil del OMR. Se considera un único mercado que engloba a todos los OMR e incluye todas las posibles modalidades de servicios de acceso y originación de llamadas, y por tanto, también la autoprestación. La dimensión geográfica de este mercado era el territorio nacional. Además se considera que MOVISTAR, VODAFONE Y ORANGE (denominado hasta 2005 como AMENA) tenían peso significativo en el mercado. A estas empresas se les impone la obligación de poner a disposición de terceros las instalaciones necesarias para la prestación de los servicios de acceso y originación móvil minorista. Esta cesión de las instalaciones se realiza a unos precios razonables. Esta nueva situación permite la entrada en este mercado de operadores virtuales que operan sobre las redes de los operadores móviles con red propia. De esta forma aparecen Euskaltel, R Cable, Telecable, Ono, Carrefour, The Phone House y El Corte Ingles. Además comienza a operar Sfera con el nombre comercial de Yoigo. Este sería el cuarto operador con licencia 3G. La resolución de 23 de febrero de 2006 analiza los mercados de Terminación de llamadas en las redes públicas individuales de telefonía


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móvil de cada Operador Móvil con Red (OMR), que eran los que incluían los servicios de terminación en la red móvil de cada OMR de las llamadas de voz originadas en la red de otro operador. La dimensión geográfica de todos los mercados era el territorio nacional. Se identifica a MOVISTAR, VODAFONE y ORANGE con peso significativo en sus respectivos mercados y se les impone la obligación de proporcionar servicios de terminación a todos los operadores de acuerdo con las siguientes obligaciones genéricas: – Atender a las solicitudes razonables de acceso a recursos específicos de sus redes y a su utilización. – Ofrecer los servicios de terminación a precios orientados en función de los costes de producción. – Separar las cuentas de sus actividades de acceso e interconexión. – No discriminar en las condiciones de acceso. A lo largo de 2007 se incorporan al mercado de la telefonía móvil siete nuevos operadores, todos bajo la modalidad de operadores móviles virtuales. 2. El sector de las telecomunicaciones en la economía española Para poder evaluar el peso económico del sector de las Telecomunicaciones en nuestra economía, se realizan varias series temporales que estudian la evolución del sector en los últimos once años. Específicamente se analiza la importancia que sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de España representan los ingresos del sector, los ingresos totales del sector y la tasa de crecimiento anual de los ingresos. En este último caso se realiza a través de una tasa de crecimiento nominal ya que no se tuvo en cuenta la inflación. Respecto al peso en el PIB, en el Gráfico 1 se puede apreciar su evolución temporal. El porcentaje de participación ha ido creciendo desde el 3,14 % del año 1997 al 4,50 % del 2005, aunque es cierto que en los dos últimos años ese porcentaje ha descendido en diecinueve y diez puntos básicos respectivamente. Por otra parte, el PIB español creció a tasas de entre el 7 y el 8 por ciento, en términos nominales. Estos datos fueron confirmados por los obtenidos en la serie de los ingresos totales del sector. En los últimos diez años su facturación se ha multiplicado por tres, pasando de los 15.800 millones de euros en el año 1997 a los más de 44.000 millones de euros en el año 2007 (gráfico 2).


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Gráfico 1 Evolución de la participación en el PIB español del sector de las telecomunicaciones en porcentaje. Serie 1997-2007 5,00

4,50

4,33

4,39

4,42

4,50 4,31 4,21

4,15 3,93

4,00 3,63

3,50 3,27 3,14

3,00

2,50

2,00 1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

Gráfico 2 Evolución de los ingresos totales del sector. Serie 1997-2007 50000 44214,16

45000 40871,78

40000

42280,31

37188,6 34362,66

35000 31584,48

30000

28216,57 24782,79

25000 21045,64

20000

17664,01 15842,16

15000 10000 5000 0 1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

2005

2006

2007


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La serie de datos referente a la tasa de crecimiento anual de ingresos, nos indica que el sector ha crecido a unas tasas de dos dígitos hasta el año 2002. Su punto de máximo crecimiento se alcanzó en el año 1999, con una tasa del 19,14%. A partir de ese año se produce una desaceleración hasta el año 2006 en el que la tasa se sitúa en el 3,45. Este año supone un importante retroceso en el crecimiento del sector que empieza a dar muestras de agotamiento (gráfico 3). Gráfico 3 Tasa de crecimiento anual de ingresos en porcentaje. Serie 1998-2007

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

El mercado de las Telecomunicaciones se divide en tres grandes subsectores: La telefonía fija, la telefonía móvil y los medios audiovisuales. Cada uno de ellos ha tenido una evolución distinta en el tiempo, lo que ha provocado cambios en su peso dentro del mercado. La telefonía fija, al ser un servicio que se presta desde los inicios del siglo pasado, presenta las características de un producto maduro. La telefonía móvil, es un servicio de nuevo cuño, que ha tenido un comportamiento más dinámico. A continuación se analiza la cuota de participación de cada uno de estos servicios en los ingresos totales del mercado de las Telecomunicaciones. Los resultados obtenidos (gráfico 4), han confirmado las expectativas. La telefonía móvil ha pasado de una cuota de participación en los ingresos del sector del 22% en 1998 al 45,82% del año 2007. Este incremento se ha producido en detrimento de la telefonía fija, que en el mismo periodo de tiempo ha pasado de una cuota del 58,41% a una del 41%.


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Gráfico 4 Participación de la telefonía fija, telefonía móvil y medios audiovisuales en los ingresos totales del mercado de las telecomunicaciones en porcentaje. Serie 1997-2007 100% 16,23

18,68

18,70

17,97

13,69

12,49

12,46

11,95

12,04

12,60

13,02

35,54

39,07

40,81

42,91

43,87

45,04

45,82

46,46

44,92

43,91

42,19

41,00

2003

2004

2005

2006

2007

80% 17,72 22,05

28,12

33,18

60%

40% 65,55 58,41

51,99

20%

47,35

47,96

48,11

0% 1997

1998

1999

2000

TELEFONÍA FIJA

2001

2002

TELEFONIA MOVIL

AUDIO VISUALES

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT. Nota: El porcentaje que resta hasta completar el total recoge el resto de ingresos menores de las empresas pertenecientes al sector de Telecomunicaciones.

3. Análisis del mercado de la telefonía móvil Con respecto a la demanda, una primera aproximación subjetiva nos indicaría que el crecimiento en el uso del teléfono móvil ha sido cuantitativamente importante en un corto periodo de tiempo. Para contrastar esta opinión se ha utilizado la evolución temporal de la tasa de penetración, referente al número de líneas contratadas por cada 100 habitantes (gráfico 5). En este análisis se observa que en el año 1997 el número de líneas era de 10,2. En poco más de 4 años, de 1998 a 2001, la tasa de penetración cambia de 16,2 a 72,1. Se puede afirmar que durante este cuatrienio este mercado sufrió un impulso definitivo que lo llevó a una cuota similar a la media europea. La tasa de penetración europea en telefonía móvil era en 2007 de 114, ligeramente superior a la española (107,1). Es curioso observar que nos encontramos por delante de países como Alemania o Francia con tasas de 93 y 83, respectivamente. Este crecimiento se hace más palpable si se compara con la tasa de penetración de la telefonía fija


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en esos mismos años, que se mantuvo en valores que oscilaban entre el 40 y el 45. Gráfico 5 Tasa de penetración de la telefonía móvil. Serie 1997-2007

120

2007

100

2006 2005 2003

80

2004

2002 2001

60 2000 40,43

40,9

41,54

42,23

42,64

42,2

2000

2001

2002

41,6

41,5

2003

2004

44,1

44,4

45,1

2005

2006

2007

40 1999

20 1998 1997

0 1997

1998

1999

TELEFONÍA MÓVIL

TELEFONÍA FIJA

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

En el año 2007 había en España más de 48 millones de líneas de telefonía móvil distribuidas en las dos modalidades de contrato existentes, prepago (20.764.615) y postpago (27.657.855). En el primer caso no existía una cuota fija ni un contrato. Era necesario adquirir una tarjeta de conexión y realizar recargas por importes en función del uso, existiendo una cantidad mínima en un tiempo máximo entre recargas. Para la segunda modalidad, contrato de postpago, se establecía un contrato entre el operador y el cliente, con una cuota fija y un importe según tarifa de llamadas, normalmente con un tiempo mínimo de permanencia. En un periodo de tiempo relativamente corto, se alcanza en España una demanda de líneas de telefonía considerablemente importante. De 4 millones de líneas que había en España en el año 1997, se pasa en el 2001 a una demanda de líneas de telefonía móvil de 29 millones, confirmando la tendencia de la tasa de penetración. En este periodo de tiempo


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se opta por la contratación en la modalidad prepago frente a la de postpago. A partir del año 2002, la tasa de crecimiento de la demanda de líneas de telefonía móvil se reduce un poco, aunque se mantiene de forma constante hasta el año 2007. Sin embargo, durante estos años las preferencias de los consumidores se modifican, siendo la demanda de líneas de postpago superior a las líneas de prepago, las cuales sufren un estancamiento a partir del 2003, año en el que se alcanza su cuota más elevada, con un total de 21.627.180 líneas (gráfico 6). Gráfico 6 Número de líneas de telefonía móvil. Serie 1997-2007

60.000.000

48.422.470

50.000.000

46.152.022 42.693.832

40.000.000

37.219.839

38.622.582

33.530.997 29.655.729

30.000.000

27.657.855 24.265.059 20.873.651 21.627.180 20.066.634 19.271.468

20.000.000 15.003.708

10.000.000

0

18.555.948 15.592.659

15.736.656

9.240.000

6.437.444 4.040.901

21.980.367

25.271.063

20.764.615 20.713.46520.880.959

12.657.346 8.528.403

10.384.261

5.763.708

4.248.713 4.040.901 2.188.731

1997

1998

1999 PREPAGO

2000

2001 POSTPAGO

2002

2003

2004

2005

2006

2007

TOTAL

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

Al analizar los ingresos de tráfico por tipo de contrato (gráfico 7), se observa que la contratación de postpago ha sido, históricamente, la de mayor consumo, por lo que se puede decir que los clientes que hacen un mayor uso de la telefonía móvil se inclinan por esta modalidad. En este grupo se incluyen también todos los teléfonos móviles de empresa que se suelen gestionar mediante este tipo de contrato.


EL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN ESPAÑA: UN ESTUDIO SOBRE ...

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Gráfico 7 Ingresos por tráfico, en millones de Euros. Serie 2000-2007 14.000 11692,50

12.000

10894,24 9819,90

10.000

7883,36

8.000

6992,07

6689,00

5880,00

6.000 4.000

9724,17 8954,64

8560,00

5240,51

4974,30 3892,80

4212,40 3478,9

2578,30

2.000

1314,50

1495,4

1667,6

1751,56

2000

2001

2002

2003

1871

1936,54

1939,60

1968,33

2005

2006

2007

0 PREPAGO

2004 POSTPAGO

TOTAL

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

Por el lado de la oferta, el servicio de telefonía móvil fue prestado, en su origen, por Telefónica, a través de su filial Telefónica Servicio Móviles. Con el paso del tiempo se fueron incorporando otros operadores móviles con red propia, hasta la reciente llegada de los operadores virtuales, que operan con las redes de uno de los cuatro operadores móviles con red, previo pago del alquiler de la línea. Secuencialmente, la oferta en este mercado ha evolucionado según el siguiente gráfico 8: El mercado de las Telecomunicaciones presenta una característica importante, tiene unos elevados costes fijos (costes hundidos) y unos costes variables bajos (Segura, 1988). La función de coste marginal es decreciente al igual que la de coste total medio. Nos encontramos en un mercado de rendimientos crecientes que incentiva la consecución de beneficios extraordinarios y la consolidación de un monopolio. En definitiva, nos encontramos con un mercado ineficiente donde el precio no se iguala al coste marginal. Para salir de esta situación es necesaria una regulación del mercado. En nuestro país se ha pasado de una situación de monopolio inicial, a otra de duopolio (Telefónica Servicios Móviles y AIRTEL) para posteriormente terminar en una situación más competitiva denominada oligopolio. La entrada de los operadores virtuales debe suponer un aumento de la competencia. Todo este proceso fue tutelado por el Estado, como ya se ha comentado anteriormente.


372

A. MUÑOZ PORCAR, J. L. GONZÁLEZ CRESPO Y M. J. ALONSO NUEZ

Gráfico 8 Evolución de la oferta en el servicio de telefonía móvil TELEFÓNICA TELEFÓNICA MOVILINE SITEMA TELEFÓNICA MOVISTAR CMT AMENA VODAFONE ORANGE SFERA (TVA) TMA 450 TMA 900 GSM SERVIC.MÓVILES AIRTEL YOIGO

1976

1982

1990

1992

1993

1995

1996

1999

2001

OPERADORES VIRTUALES

2006

2007

Fuente: Elaboración propia a partir de Gretel (2000)

El paso de mercado monopolístico a un mercado más competitivo, se encuentra al menos con dos barreras que es necesario superar: – El monopolista tiene una posición absoluta de dominio en el mercado y una estructura productiva consolidada, mientras que el nuevo competidor debe hacer frente a una importante inversión, que no siempre es fácil de conseguir, incluso aunque la rentabilidad financiera esté garantizada. Son las imperfecciones del sistema financiero. – El monopolista tiene incentivos económicos para intentar mantener su posición de monopolio, pudiendo llegar a bajar los precios con el fin de disuadir al posible competidor. El análisis de la oferta del mercado se realiza mediante el estudio de la evolución temporal de las cuotas de mercado de cada operador por número de líneas, por ingresos y por minutos facturados (gráficos 9, 10 y 11 respectivamente). Gráfico 9 Cuota de mercado por número de líneas. Serie 1996-2007 90,00

TANTO POR CIENTO

80,00

78,24 73,47

76

70,00 60,30

60,00

56,33

56,63

54,91

52,82 49,13

50,00

46,59

46,24 45,05

40,00 30,00

32,90

26,53 21,76

28,34

25,75

25,83

26,85

24

24,01

20,00 15,33

10,00

17,62

19,26

29,29

29,63

30,51

25,25 24,13

22,53

24,08

21,93

6,80 0,03

0,88

0,00 1996

1997

1998

MOVIESTAR

1999

2000

2001

VODAFONE

2002

2003

2004 ORANGE

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

2005

2006

2007

YOIGO


EL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN ESPAÑA: UN ESTUDIO SOBRE ...

373

Gráfico 10 Cuota de mercado por ingresos. Serie 1998-2007 80 72,6

TANTO POR CIENTO

70

67,03 62,39

60,29

60

57,61

56,70

54,71 52,07

50

50,07 49,11

40 33,54

32,68 30,10

27,4

30

27,68

25,58

25,62

25,09

27,11

29,74

20 10

17,73

16,77

14,63

9,93

18,18

18,19

0,00

0,24

2005

2006

2,87

0 1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

16,69

17,24

2007

AÑOS MOVIESTAR ORANGE

VODAFONE YOIGO

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

Gráfico 11 Cuota de mercado por minutos facturados. Serie 2000-2007

70

65,35

63,72

TANTO POR CIENTO

60,01

60

58,80

56,33 53,30 50,22

50

45,64

40 30

33,85 24,32

25,00

26,32

28,34

35,09

30,87

22,07

20 10

18,56 10,33

14,21

14,99

14,88

15,33

15,83

15,93

0

0,24

2000

2001

2002 MOVIESTAR

2003

2004 VODAFONE

2005 ORANGE

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

2006

2007 YOIGO


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A. MUÑOZ PORCAR, J. L. GONZÁLEZ CRESPO Y M. J. ALONSO NUEZ

En los tres gráficos anteriores se aprecia una lenta reducción de la cuota de mercado por parte de Telefónica Servicios Móviles (TSM), que trata de mantener su posición de dominio recurriendo, en ocasiones, a prácticas indebidas como lo demuestra la sanción impuesta en el 2001 por el Tribunal de Defensa de la Competencia, mencionada anteriormente. De la comparación de los tres gráficos se observa que TSM sigue manteniendo una mayor cuota en ingresos que el resto, lo que supone que su discriminación de precios es más eficiente. Por su parte Orange ha entrado en el mercado captando aquella demanda que hace un menor uso del teléfono móvil, como lo demuestra su inferior cuota de participación en los minutos facturados y en los ingresos. 4. Evolución de la concentración, precios y tasas de beneficios en el sector de la telefonía móvil Con el propósito de cuantificar el nivel de concentración del sector se realiza una serie temporal de 1998 a 2007 referente al Índice de Concentración del Sector. Se toman como datos los porcentajes de participación de los distintos operadores en los ingresos totales del sector de la telefonía móvil. Se considera el Índice de Concentración de Herfindahl1 cómo referencia. Como muestra el gráfico 12, los datos obtenidos reflejan una disminución importante del grado de concentración, al pasar de un nivel de 0,58 en el año 1998 a uno de 0,38 en el año 2007. Este descenso fue más intenso en los años 1999 y 2000, coincidiendo con la entrada del tercer operador (AMENA). A pesar del descenso en el valor del índice, se puede afirmar que el mercado todavía se encuentra concentrado2. Sin embargo, un grado de concentración alto no siempre es sinónimo de mercado ineficiente. En ocasiones, un mercado con dos competidores puede alcanzar precios y cantidades del bien ofertado similares a los de la competencia perfecta (Segura 1988). Para ello es necesario que los oferentes compitan en precio, que la elasticidad precio de la demanda sea muy alta, que los bienes sean homogéneos y que las estructuras de costes sean similares. H=∑si2P siendo si el valor de la tasa de participación en tanto por uno, de cada operador. El United States Department of Justice considera que un mercado está moderadamente concentrado cuando el índice de Herfindahl toma valores comprendidos entre 0,10 y 0,18. Por encima de estos valores se considera que existe concentración en el sector. 1 2


EL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN ESPAÑA: UN ESTUDIO SOBRE ...

375

Un dato más sobre la oferta del mercado se obtuvo del estudio de la tasa de beneficio considerada como el cociente entre EBITDA3/Ingresos de Explotación. Los datos obtenidos se presentan en el gráfico 13. Es llamativo observar que la tasa de beneficio, a partir del año 2001, permanece casi constante. Gráfico 12 Índice de concentración. Serie 1998-2007 0,6 0,585

0,55 0,541

0,5 0,476

0,45 0,448 0,426

0,4

0,418 0,406 0,393

0,387

0,381

0,35

0,3 1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

La entrada en el mercado de AMENA en 1999 provoca una caída en el precio del minuto, situando la tasa de beneficio en el 23,54%. A partir del año 2001, comienza un periodo de cinco años de estabilidad, donde la tasa de beneficio oscila entre el 40 y el 43%. En el año 2006 se produce un descenso de la tasa de beneficio de casi 6 puntos, presumiblemente debido al efecto negativo que tuvo en la cuenta de explotación de

3 EBITDA: Indicador financiero representado mediante un acrónimo que significa en inglés “Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization”. El EBITDA se calcula a partir de la cuenta de Pérdidas y Ganancias de una empresa. Representa el margen o resultado bruto de explotación de la empresa antes de deducir los intereses, las amortizaciones, depreciaciones y el impuesto de sociedades.


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A. MUÑOZ PORCAR, J. L. GONZÁLEZ CRESPO Y M. J. ALONSO NUEZ

AMENA la entrada de France Telecom con ORANGE, así como la aparición de un cuarto operador. Es a partir del año 2007 cuando se aprecia una ligera mejoría en las tasas de beneficio obtenidas por las empresas. Sin embargo, estas tasas resultan ser incompatibles con un mercado eficiente y su tendencia refuerza la idea de que la oferta presenta una estructura de oligopolio con colusión, propiciada por una regulación permisiva. Gráfico 13 Tasas de beneficio en porcentaje. Serie 2000-2007

50,00 45,00

42,62

43,35

42,23

40,03

39,46

40,00

34,09

35,00

35,14

30,00 25,00

23,54

20,00 15,00 10,00 2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

El paso de una situación de monopolio a otra de competencia debe suponer una disminución del precio del servicio prestado. La entrada de nuevos competidores impide la perpetuación de los beneficios extraordinarios y fomenta la reducción del precio. Por otra parte, la consolidación de los operadores y el consiguiente incremento de líneas supondrá la aparición de sinergias positivas (economías de escala y de alcance, efecto aprendizaje, etc.…). Para analizar este hecho, se elabora la serie de precios medio por minuto observándose que su estructura es muy variada por la multitud de servicios y tarifas.


EL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN ESPAÑA: UN ESTUDIO SOBRE ...

377

Gráfico 14 Céntimos por minuto de servicio. Serie 1997-2007 40 35

34,74

30 29,81

25,96

25

25 21,97

24,4

20

20,21 21

20,98

19,68

21,05 17,44 15,98

19,03

15

17,22

16,05

15,28 14,25

10 5 0 1999

2000

2001

2002

2003 Prepago

2004

2005

2006

2007

Pospago

Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales de la CMT.

En el gráfico 14 se observa un claro descenso del precio por minuto en el 1999, año en el que se produjo un importante crecimiento de la tasa de penetración. Hay que señalar que es en este año cuando comienza a prestar servicio el tercer operador (AMENA). Es significativo que en el 2000, año en el que se mantuvo el crecimiento de la tasa de penetración, el descenso del precio por minuto no mantuvo su ritmo. A partir de ese año, el precio por minuto comienza una tendencia sensiblemente más horizontal, con descensos sustancialmente menores. Se podría afirmar que en los primeros años de duopolio, las dos empresas (MOVISTAR y AIRTEL) mantuvieron una estrategia de contención de precios centrándose la lucha en el servicio ofertado. Posteriormente, la entrada de un tercer operador provoca un cambio de estrategia de los dos operadores de referencia, MOVISTAR y AIRTEL. Estos intentan crear una barrera de entrada en el mercado, reduciendo los precios, para frustrar así la llegada del tercer operador. Sin embargo, este proceso solamente dura un año, volviendo rápidamente a competir de nuevo en cantidades ofertadas.


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A. MUÑOZ PORCAR, J. L. GONZÁLEZ CRESPO Y M. J. ALONSO NUEZ

En lo que respecta al precio del minuto prepago y postpago se muestra una diferencia de precio a favor del prepago en los años 2000 y 2001, invirtiéndose la tendencia en años posteriores, aunque con diferencias mínimas excepto en el año 2004. Esta situación se compara con la demanda de los servicios prepago y postpago comprobándose que de los años 1999 a 2004 el servicio prepago fue el más demandado, alcanzando en 2001 la máxima diferencia con respecto al servicio postpago. El año 2004 marca un cambio en la demanda pasando a ser el servicio postpago el más solicitado. 5. Conclusiones En el mundo de la globalización, el mercado de las Telecomunicaciones ocupa un lugar predominante y no solo como elemento multiplicador de la actividad económica sino como creador de riqueza. España no es una excepción, así lo confirma su participación por encima del 4% en el Producto Interior Bruto durante los últimos años. En la última década, las Telecomunicaciones han presentado una importante evolución, con un significativo crecimiento de la telefonía móvil y del uso de los servicios de internet. En el aspecto económico su evolución se puede calificar de transformación. Se ha pasado de un mercado monopolístico, dominado por un monopolio estatal, a un duopolio para terminar finalmente en un oligopolio, siendo éste un nuevo mercado en el que se ha buscado la eficiencia económica a través de la libre competencia entre los operadores. Esta evolución ha estado tutelada por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, como órgano regulador y de las instituciones de defensa de la competencia que actuaron, en consecuencia, cuando el comportamiento de los actores se apartaba de las prácticas de libre competencia, abusando de la posición de dominio. Como consecuencia de esta transformación, el mercado español de telefonía móvil multiplicó por doce la demanda de líneas entre los años 1997 y 2007. Del total de líneas, las de prepago siempre han sido el segmento que más ingresos han proporcionado, independientemente del número de líneas contratadas o del precio por minuto. El mercado de las Telecomunicaciones ha llegado a tener en España cuatro operadores móviles con red, alcanzando tres de estos operadores una cuota de mercado por encima del 15%. Sin embargo, a pesar de los avances realizados en la liberalización del mercado, el grado de concentración aún sigue siendo elevado. Otro salto cualitativo y cuantitati-


EL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES EN ESPAÑA: UN ESTUDIO SOBRE ...

379

vo, desde el lado de la oferta, fue la apertura del mercado a los operadores móviles virtuales. Por último destacar que la evolución del mercado de las Telecomunicaciones no se ha trasladado al consumidor en una reducción de precios. La variación del importe del minuto no ha sido todo lo descendente que se podía esperar en un mercado en el que, habiendo crecido enormemente, debería hacerse notar las economías de escala, las de aprendizaje o las de alcance. Las causas pueden ser variadas: el grado de concentración es aún elevado (aunque corrigiéndose); los operadores compiten en la calidad del servicio o a través de ofertas encaminadas al consumo más que en precios; y finalmente se puede apuntar que la regulación de precios vinculada a costes que realiza la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones no incentiva la reducción de precios. Tal vez con la entrada en escena del cuarto operador y de los operadores virtuales, se aprecie una reducción de los precios como consecuencia de una mayor competencia, siempre que los costes de interconexión sean controlados y se les obligue a los operadores con red a compartir sus instalaciones a un precio adecuado. Bibliografía CASTELLS, M. (2002): La Era de la Información. Vol. I: La Sociedad Red. México, Distrito Federal: Siglo XXI Editores. ESCRIBANO, A. y ZABALLOS, A. G. (2001): “Evolución de la Estructura de Mercado de las Telecomunicaciones en España”, Economistas 2001: Un Balance, volumen 91, pp. 336-344. GRUPO DE REGULACIÓN DE LAS TELECOMUNICACIONES (GRETEL) (2000): Convergencia, Competencia y Regulación en los Mercados de las Telecomunicaciones, el Audiovisual e Internet. Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones. INFORMES DE LA COMISIÓN DEL MERCADO DE LAS TELECOMUNICACIONES (años de 1998 a 2007). PÉREZ, A. (2002): “El proceso de implantación de la telefonía móvil en España”, Revista Antena de Telecomunicación, pp. 26-31. SEGURA, J. (1988): Análisis microeconómico. Alianza Editorial, 2ª edición. Madrid. TRIBUNAL DE DEFENSA DE LA COMPETENCIA (2001): “Resolución de Expediente Sancionador”, Boletín Económico del ICE, número 2693, pp. 47-51. http://www.ine.es series del Producto Interior Bruto (PIB): años 1995 a 2006. http://www.vodafon.es/conocenos/vfes/qsomos/historia: Vodafone. http://www.usdoj.gov/atr/public/tetimony/hhi.htm: Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América.


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A. MUÑOZ PORCAR, J. L. GONZÁLEZ CRESPO Y M. J. ALONSO NUEZ

RESUMEN El sector de las Telecomunicaciones, en España, ha experimentado un importante cambio estructural durante la última década. Esta transformación ha sido posible gracias a los avances tecnológicos y a los cambios regulatorios. Este artículo presenta un estudio de la evolución que ha tenido este sector en los últimos años, analizando la evolución de aquellas magnitudes que sirven para describir un mercado: demanda, oferta y precio al que se intercambia el bien. Además se han calculado medidas de concentración (índice de Herfindahl) del sector y evolución de la tasa de beneficio. Como conclusión se puede afirmar que el grado de concentración de la oferta en este mercado sigue siendo elevado aunque se aprecia una lenta disminución en el indicador utilizado. También se constata que la presencia de competencia no se ha trasladado a una disminución en los precios que pagan los consumidores. Palabras clave: Telefonía móvil, sector, concentración, precios. SUMMARY In Spain, the Telecommunications sector has undergone a significant structural change during the last decades. This transformation has been made possible by technological advances and regulatory changes. This paper presents a study about the evolution of this sector in the last years, analyzing the evolution of those magnitudes that serve to describe a market: demand, supply and price. In conclusion, we can say that the degree of concentration in this market is still high and the presence of competition has not moved to a decrease in prices paid by consumers. Key words: Mobile phone, sector, concentration, prices.


BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 381-392)

TENDENCIAS EN LA INVESTIGACIÓN SOBRE EMPRESA FAMILIAR: UN ESTUDIO BIBLIOMÉTRICO Vanesa F. Guzmán Parra Cristina Quintana García Carlos A. Benavides Velasco Universidad de Málaga

1. Introducción La investigación sobre empresa familiar ha experimentado una evolución creciente dentro de la Dirección de Empresas. Sin embargo, aún representa una disciplina emergente (Chrisman et al., 2008). Ello se evidencia, por ejemplo, en la falta de consenso sobre el concepto de empresa familiar (Litz, 1995; Miller et al., 2007: 832-835). Las investigaciones sobre este tipo de empresas se remontan a la década de los sesenta; no obstante, es a partir de 1980 cuando comienzan a desarrollarse más intensamente. A pesar de que existen temáticas que han recibido especial atención tales como sucesión (Handler, 1994; Sharma, Chrisman, y Chua, 2003; Zúñiga y Sacristán, 2009), gobierno de la empresa (Dino et al., 2005; Miller y Le Breton-Miller, 2007) o dirección estratégica (Chrisman, Chua y Sharma, 2005), es necesario seguir avanzando en la comprensión de las particularidades y complejidad de las empresas familiares. La consolidación de la investigación sobre empresa familiar como disciplina científica depende del análisis de la evolución de las contribuciones relacionadas con este campo. Así, el objetivo de este trabajo es examinar las tendencias y potenciales líneas de investigación relacionadas con la empresa familiar. Con este propósito hemos efectuado un estudio bibliométrico de todas las revistas que hayan publicado artículos sobre dicho tema que estén incluidas en las categorías de “business”, “business finance” y “management” del Social Science Citation Index recogidas por el Institute for Scientific Information (ISI). Junto con estas tres categorías, se ha incluido una cuarta denominada “business-mana-


382

V. F. GUZMÁN PARRA, CRISTINA QUINTANA GARCÍA Y C. A. BENAVIDES VELASCO

gement”, la cual contiene los artículos publicados en revistas que pertenecen a la vez a las categorías business y management. La investigación comienza en 1961 porque en este año fue publicado el primer artículo claramente centrado en empresa familiar. Este proceso ha permitido crear una base de datos longitudinal de 684 artículos publicados en 59 revistas en el periodo 1961-2008. Los análisis bibliométricos aplicados sobre dicha base se clasifican en (Callon, Law y Rip, 1986; Callon, Courtial y Penan, 1995): indicadores de actividad e indicadores de relación. Los primeros han permitido observar la evolución cuantitativa de la literatura, así como identificar las revistas más representativas, las instituciones más productivas y las metodologías empleadas. Mediante los segundos, se ha analizado el contenido de los documentos científicos mostrando las interrelaciones entre las diversas temáticas y las líneas emergentes de investigación (Courtial, 1994; Bhattacharya y Basu, 1998). La estructura del presente trabajo es la siguiente. En primer lugar, presentamos los resultados relacionados con los indicadores de actividad de la disciplina, donde se identifican aspectos metodológicos presentes en las contribuciones analizadas. Seguidamente, se muestra un análisis de los temas y líneas de investigación tratados en la literatura sobre empresa familiar, para posteriormente ofrecer un análisis bibliométrico de co-palabras. 2. Indicadores de actividad: evolución y aspectos metodológicos Con la finalidad de describir la evolución de la disciplina, se han estimado algunos indicadores de actividad. La tabla 1 muestra el total de artículos sobre empresa familiar por años en cada una de las categorías seleccionadas del SSCI para el periodo 1961-2008. Family Business Review (FBR) es la única revista especializada en la disciplina, por lo que se muestra en la tabla 1 en una columna distinta. En la figura 1, se aprecian varios picos significativos en la evolución del número de artículos (tales como el de 1998, 2001, 2003, 2006, y 2008). En general, la producción de artículos ha aumentado significativamente, lo que muestra que la investigación sobre empresa familiar se está erigiendo como paradigma científico viable.


TENDENCIAS EN LA INVESTIGACIÓN SOBRE EMPRESA FAMILIAR: UN ESTUDIO ...

383

Tabla 1 Total anual de artículos publicados por categoría del SSCI Año de Business publicación (excluida FBR) 1961-1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 TOTAL

2 0 0 0 0 0 7 5 1 0 5 1 0 1 3 5 21 14 12 17 15 18 127

Business BusinessFamily Business Finance Management Management Review 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 0 0 0 4 0 1 5 4 5 23

9 0 1 0 0 0 0 0 3 5 0 1 1 3 4 1 5 2 2 5 5 6 53

5 2 0 0 1 0 3 1 0 1 2 2 2 1 8 1 5 2 6 5 7 10 64

23 15 18 20 22 19 19 22 26 14 29 24 16 22 19 7 20 19 21 21 21 417

Fuente: Elaboración propia.

Figura 1 Evolución del número de artículos publicados

Fuente: Elaboración propia.

TOTAL 16 25 16 18 21 23 29 26 27 32 21 33 28 21 37 26 42 38 40 53 52 60 684


384

V. F. GUZMÁN PARRA, CRISTINA QUINTANA GARCÍA Y C. A. BENAVIDES VELASCO

La tabla 2 contiene las revistas que han publicado al menos cinco artículos. Junto con FBR, las publicaciones más productivas son Entrepreneurship Theory and Practice, Journal of Small Business Management y Journal of Business Venturing. Tabla 2 Revistas que han publicado más de cinco artículos sobre empresa familiar, 1961-2008 REVISTAS

Numero de artículos (1961-2008)

Family Business Review Entrepreneurship Theory and Practice Journal of Small Business Management Journal of Business Venturing Business History Journal of Business Research International Small Business Journal Small Business Economics Administrative Science Quarterly Journal of Management Studies

Porcentaje

417 55 38 25 15 13 11 7 6 6

61,0 8,0 5,6 3,7 2,2 1,9 1,6 1,0 0,9 0,9

Fuente: Elaboración propia.

Por otro lado, 350 instituciones (la mayoría universidades y centros de investigación) de 40 países han producido al menos un artículo, aunque únicamente 30 de dichas instituciones exceden del 0,5 por ciento de la producción total (ver tabla 3). Tabla 3 Instituciones más productivas, 1961-2008 Puesto Institución

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

Mississippi State University University of Alberta University of Calgary Kennesaw State University Wilfrid Laurier University Harvard University Loyola University University of Minnesota Oregon State University University of Pennsylvania University of Connecticut Babson College Northeastern University University of Manitoba Baylor University

Fuente: Elaboración propia.

Número de Puesto Institución artículos, (%)

33 28 27 24 16 14 14 14 12 12 11 10 10 10 9

(3,1) (2,7) (2,6) (2,3) (1,5) (1,3) (1,3) (1,3) (1,1) (1,1) (1,0) (1,0) (1,0) (1,0) (0,9)

16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

Case Western Reserve University Iowa State University University of Navarra California State University Monash University Montana State University Bocconi University Boston University DePaul University National University of Singapore Purdue University Texas Tech University Yale University Bond University Brigham Young University

Número de artículos, (%)

9 9 9 8 8 8 7 7 7 7 7 7 7 6 6

(0,9) (0,9) (0,9) (0,8) (0,8) (0,8) (0,7) (0,7) (0,7) (0,7) (0,7) (0,7) (0,7) (0,6) (0,6)


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Las instituciones más productivas son todas universidades, destacando Mississippi State University con 33 artículos, seguida por University of Alberta, University of Calgary y Kennesaw State University con 28, 27 y 24 trabajos respectivamente. Debemos destacar que 24 de las 30 principales instituciones están localizadas en Estados Unidos, hecho que muestra su posicionamiento estratégico en el desarrollo de la literatura sobre empresa familiar. En la tabla 4 se ofrece información de la metodología empleada en las contribuciones. De los 684 artículos, el 56,4 por ciento son de carácter empírico mientras que el resto (43,6%) son de naturaleza teórica. Aunque en los primeros años predominaban los estudios teóricos, los trabajos empíricos tienden a proliferar en los últimos años. Tabla 4 Parámetros metodológicos, 1961-2008 Tipo de artículo Teórico

Total

%

298

43,6

Empírico

386

56,4

TOTAL

684

100

Fuentes Sector de de actividad % información % Cuestionarios 36,0 Primario 1,3 Estudios de Industrial 3,6 casos 10,4 Servicios 2,6 Bases de datos 8,8 Muestran que Entrevistas 1,0 incluyen los Casos ficticios 0,3 tres sectores 48,9 56,4

56,4

Tamaño muestral

Dimensión % temporal

%

< 100 22,86 Transversal >100 y <500 18,43 Longitudinal >500 13,27 No especificado 1,98

45,0 11,4

56,4

56,4

Fuente: Elaboración propia.

En relación con los aspectos metodológicos, las fuentes de información utilizadas en los estudios empíricos suelen ser cuestionarios cuyo empleo ha ido creciendo en el tiempo. Actualmente, la mayor utilización de fuentes secundarias junto con las primarias proporcionan rigor y consistencia a los resultados. La literatura ha estado inicialmente caracterizada por una prevalencia de trabajos descriptivos y casos de estudio basados en pequeñas muestras de empresas familiares, pero debemos destacar el avance de la investigación gracias al impulso de los investigadores hacia una mayor experimentación y el uso de más sofisticados métodos estadísticos (Bird et al., 2002; Zahra y Sharma, 2004). Respecto


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al tamaño muestral, la tabla 4 indica que el porcentaje de muestras grandes es actualmente relativamente alto. Del total de artículos, el 31,7 por ciento examinan más de 100 observaciones y el 22,86 por ciento analizan muestras pequeñas (menos de 100 observaciones). En relación con los sectores de actividad analizados, las empresas manufactureras son estudiadas en mayor medida, aunque lo más frecuente es diseñar muestras con empresas pertenecientes de diversos sectores. Los estudios transversales (79,8% de los artículos empíricos) son predominantes. Sería recomendable efectuar estudios longitudinales que proporcionen información de la evolución de las variables o de sus relaciones en el tiempo. 3. Indicadores bibliométricos relacionales: temas tratados y análisis de co-palabras En esta sección delineamos las principales líneas de investigación abordadas sobre empresa familiar así como sus interrelaciones a través de un análisis de co-palabras. 3.1. Temas de investigación en empresa familiar El análisis del contenido de los artículos ha permitido investigar las principales cuestiones estudiadas en la disciplina. No existe una clasificación generalizada de temas. A partir de la revisión de diversas contribuciones (Dyer y Sánchez, 1998; Bird et al., 2002; Zahra y Sharma, 2004), hemos propuesto un listado donde se han asignado los artículos por su tema principal para evitar duplicidades. Los temas ordenados por frecuencia son: sucesión (18%), dirección de empresas y teoría de la organización (11,8%), gobierno corporativo (10%), dinámica familiar (8%), dirección estratégica y cambio organizativo (8%), dirección financiera (7,5%), rendimiento empresarial y crecimiento (6,3%), emprendeduría/innovación (4,1%), género y etnia (3,7%), recursos humanos (3,7%), conflicto (2,7%), educación y consultoría (2,7%), internacionalización y globalización (2,7%), historia del negocio (2,1%), sistema macroeconómico (1,9%), cultura (1,3%), responsabilidad social corporativa y ética (1,2%), profesionalización (0,7%), marketing (0,6%) y otros (3,1%).


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3.2. Análisis de co-palabras El método de las palabras asociadas o co-palabras consiste en el cómputo de las apariciones conjuntas de palabras que definen los diferentes documentos de un fichero (Callon et al., 1995). Las palabras clave que tienen asignadas los artículos, así como sus títulos y resúmenes proporcionan las palabras que deben retenerse. En aquellos casos en los que excepcionalmente no se especificaban las palabras claves, se asignaron aquéllas acordes con su contenido. En total, ciento veinticinco palabras clave distintas fueron identificadas y utilizadas para crear pares de co-palabras. Posteriormente, se construyó una matriz de co-ocurrencia simétrica de 125x125 para todo el período analizado. Para su tratamiento estadístico, esta matriz necesita ser normalizada a través de algún índice, siendo los más habituales el: índice de equivalencia, índice de Jaccard, índice de inclusión o índice de proximidad (Escorsa y Maspons, 2001). Se ha seleccionado el primero por ser el generalmente aceptado; se expresa como sigue: 2

Eij =

Cij Ci * Cj

donde Cij mide la intensidad de asociación entre las dos palabras i y j, y Ci y Cj la frecuencia absoluta de aparición de las palabras i y j respectivamente. Los diferentes algoritmos que han sido propuestos para aplicar a las matrices normalizadas tienen por objeto crear agregados o clusters compuestos por palabras estrechamente relacionadas. Hemos seleccionado la técnica de conglomerados jerárquicos, utilizando el método de Ward, para minimizar las diferencias dentro de conglomerados y evitar problemas que se pueden producir con el método de encadenamiento simple (Hair et al., 1999). Dado que los dendogramas resultantes son excesivamente amplios, a partir de ellos hemos elaborado la figura 2 que refleja los clusters más significativos atendiendo a la frecuencia de aparición de la palabra central de los mismos. El primer cluster agrupa términos relacionados con la “sucesión”. Esta palabra se relaciona frecuentemente con temas tales como cultura, gobierno, dinámica familiar y dirección de empresas, y teoría de la organización. Algunas líneas de investigación que se perfilan en este conglomerado son el análisis de las características y ciclo de vida del directivo, el plan de sucesión, la diferenciación de la propiedad y el control en la


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primera y sucesivas generaciones, etc. La mayoría de las contribuciones son teóricas, descriptivas o basadas en casos de estudio. Futuros trabajos deberían aplicar metodologías cuantitativas para permitir la generalización de los resultados. Figura 2 Principales conglomerados de co-palabras identificados usando análisis jerárquico de clusters, 1961-2008

Cluster 1

CEO, Implicaciones, Liderazgo, Sucesión, Extraversión, Relaciones intergeneracionales, Continuidad en la empresa familiar

Cluster 2

Composición del equipo de gobierno, Gobierno corporativo, Demanda, Teoría de la Agencia, Empresas privadas, Stewardship, Altruismo

Cluster 3

Tecnologías de la información, Teoría Organizational, Inversiones extranjeras, Toma de decisiones, Internacionalización

Cluster 4

PYMEs, estudios comparativos, entorno, estrategia

Cluster 5

Control, Propiedad, Desarrollo/crecimiento /ciclo de vida, Estructura organizacional

Cluster 6

Recursos Humanos, Calidad, Satisfacción, Fundador

Fuente: Elaboración propia.

El segundo grupo de co-palabras está ligado al “gobierno corporativo”. Un área emergente dentro de este campo se relaciona con el altruismo (Schulze, Lubatkin y Dino, 2003; Karra, Tracey y Phillips, 2006), que explora, entre otros aspectos, las relaciones entre la función de utilidad y los costes de agencia a lo lago del ciclo de vida del negocio. Futuros estudios podrían estudiar el altruismo bajo diferentes perspectivas teóricas y relacionarlo con el comportamiento organizacional y la gestión de recursos humanos. La “teoría de la organización” representa el tema principal del tercer conglomerado. Ejemplos de temas investigados son el estudio de la


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inversión directa extranjera desde la perspectiva del aprendizaje organizacional, la importancia de las actitudes directivas, la estructura organizacional, la cultura y otros factores que afectan a la intensidad y velocidad de adopción de las tecnologías de la información, etc. Futuras contribuciones deberían efectuar estudios longitudinales. El cuarto cluster está relacionado con las “pequeñas y medianas empresas” (PYMEs), examinándose dimensiones específicas como su gestión de los recursos humanos, aspectos financieros o estratégicos. Existen varias contribuciones que realizan comparaciones entre empresas familiares y no familiares. Una línea de investigación sin explorar es el análisis de cómo las PYMEs pueden de forma individual o colectiva desarrollar recursos y capacidades (Wernerfelt, 1984; Teece, Pisano y Shuen, 1997; Teece, 2007) que proporcionen una ventaja competitiva. El quinto grupo centrado en la “propiedad de la empresa” se relaciona con la teoría de la organización y la dirección estratégica, y está estrechamente ligado al gobierno corporativo. Incluye estudios que investigan, entre otras cuestiones, la influencia de la propiedad, el control y la gestión en el valor de la empresa, las relaciones entre la familia y la estructura organizativa, y la interconexión entre la estructura de la propiedad, la postura estratégica y el crecimiento empresarial. El último conglomerado, relacionado con los “recursos humanos”, se conforma por trabajos que analizan la influencia de la familia o los efectos que causa la contratación de personal no familiar en la satisfacción del trabajo de las segundas y sucesivas generaciones. Futuras investigaciones podrían examinar el impacto de los lazos familiares empleando muestras grandes de empresas procedentes de diversos sectores de actividad. 4. Conclusiones La investigación en empresa familiar se encuentra en fase evolutiva, no obstante, el notable aumento en el número de artículos en las principales revistas sobre gestión empresarial es muestra del avance de la disciplina (Chrisman et al., 2008; Sharma, 2004). La aplicación de indicadores bibliométricos de actividad evidencia una gran concentración de contribuciones en determinadas instituciones. Por otro lado, se ha detectado un aumento en la variedad y del rigor de las metodologías aplicadas en las investigaciones empíricas de forma especialmente notable en la última década. El estudio de los contenidos de los artículos y un análisis de co-palabras han permitido conocer los


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temas abordados y las interconexiones existentes entre ellos, apreciándose como la confluencia de diversas perspectivas teóricas (teoría de la organización, gobierno corporativo, dirección estratégica, comportamiento organizacional, etc.) pueden permitir avanzar nuestro conocimiento sobre la compleja dinámica de la empresa familiar. En futuras investigaciones sería interesante utilizar otras técnicas bibliométricas tales como el análisis de coautores o de redes de cooperación entre universidades para complementar este estudio y profundizar en la descripción de la disciplina de estudio de la empresa familiar. La amplitud temporal del presente estudio longitudinal y la extensa base de datos construida ha permitido proporcionar una visión del estado de la disciplina así como vislumbrar potenciales líneas futuras de investigación. Bibliografía BHATTACHARYA, S.; BASU, P.K. (1998): “Mapping a research area at the micro level using co-word análisis”, Scientometrics, Vol. 43, núm. 3, p. 359-372. BIRD, B.; WELSCH, H.; ASTRACHAN, J.H.; PISTRUI, D. (2002): “Family business research: The evolution of an academic field”, Family Business Review, Vol. 15, núm. 4, p. 337-350. CALLON, M.; COURTIAL, J.P.; PENAN, H. (1995): Ciencometría. La medición de la actividad científica: De la bibliometría a la vigilancia tecnológica, Trea. Gijón. CALLON, M.; LAW, J.; RIP, A. (1986): Mapping of the dynamics of science and technology, McMillian, London. CARNEY, M. (2005): “Corporate governance and competitive advantage”, Entrepreneurship Theory and Practice, Vol. 29, núm. 3, p. 249-265. CHRISMAN, J.J.; CHUA, J.H.; SHARMA, P. (2005): “Trends and directions in the development of a strategic management theory of the family firm”, Entrepreneurship Theory and Practice, Vol. 29, núm. 5, p. 555-575. CHRISMAN, J.J.; CHUA, J.H.; KELLERMANNS, F.W.; MATHERNE, C.F. III; DEBICKI, B.J. (2008): “Management journals as venues for publication of Family Business Research”, Entrepreneurship Theory and Practice, Vol. 32, núm. 5, p. 927-934. COURTIAL, J.P. (1994): “A co-word analysis of scientometrics”, Scientometrics, Vol. 31, núm. 3, p. 251-260. DINO, R.N.; LUBATKIN, M.H.; SCHULZE, W.S.; LING, Y. (2005): “The effects of parental altruism on the governance of family-managed firms”, Journal of Organizational Behavior, Vol. 26, núm. 3, p. 313-330. DYER, W.G. JR; SÁNCHEZ, M. (1998): “Current state of family business theory and practice as reflected in Family Business Review 1988-1997”, Family Business Review, Vol. 11, núm. 4, p. 287-296.


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ESCORSA, P.; MASPONS, R. (2001): De la Vigilancia Tecnológica a la Inteligencia Competitiva, Prentice-Hall, Madrid. HAIR, J.F.; BLACK, W.C.; BABIN, B.; ANDERSON, R.E.; TATHAM, R.L. (2006): Multivariate data analysis (6th ed.), Pearson Prentice Hall, Upper Saddle River, NJ. HANDLER, W.C. (1994): “Succession in family business: A review of the research”, Family Business Review, Vol. 7, núm. 2, p. 133-57. KARRA, N.; TRACEY, P.; PHILLIPS, N. (2006): “Altruism and agency in the family firm: Exploring the role of family, kinship, and ethnicity”, Entrepreneurship Theory and Practice, Vol. 30, núm. 6, p. 861-877. LITZ, R.A. (1995): The family business: Toward a definitional clarity, Academy of Management Journal Best Papers Proceedings, p. 100-104. MILLER, D.; LE BRETON-MILLER, I. (2007): “Kicking the habit: Broadening our horizons by studying family businesses”, Journal of Management Inquiry, Vol. 16, núm. 1, p. 27-30. MILLER, D.; LE BRETON-MILLER, I.; LESTER, R.H.; CANNELLA, A.A. JR (2007): “Are family firms really superior performers?”, Journal of Corporate Finance, Vol. 13, núm. 5, p. 829-858. SCHULZE,W.S.; LUBATKIN, M.H.; DINO, R.N. (2003): “Toward a theory of agency and altruism in family firms”, Journal of Business Venturing, Vol. 18, núm. 4, p. 473–491. SHARMA, P. (2004): “An overview of the field of family business studies: Current status and directions for the future”, Family Business Review, Vol. 17, núm. 1, p. 1–35. SHARMA, P.; CHRISMAN, J.J.; CHUA, J.H. (2003): “Predictors of satisfaction with the succession process in family firms”, Journal of Business Venturing, Vol. 18, núm. 5, p. 667-687. TEECE, D.C. (2007): “Explicating dynamic capabilities: the nature and micro-foundations of (sustainable) enterprise performance”, Strategic Management Journal, Vol. 28, núm. 13, p. 1319-1350. TEECE, D.; PISANO, G.; SHUEN, A. (1997): “Dynamic capabilities and strategic Management”. Strategic Management Journal, Vol. 18, núm. 7, p. 509-533. WERNERFELT, B. (1984): “The resource-based view of the firm”, Strategic Management Journal, Vol. 5, núm. 2, p. 171-180. ZAHRA, S.A.; SHARMA, P. (2004): “Family business research: A strategic reflection”, Family Business Review, Vol. 17, núm. 4, p. 331-346. ZÚÑIGA VICENTE, J. A.; SACRISTÁN NAVARRO, M. (2009): “Los directivos externos y la sucesión en la empresa familiar: un caso de estudio”, Universia Business Review, núm. 22, p.74-87.


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RESUMEN Este trabajo pretende describir las tendencias en la investigación sobre empresa familiar como disciplina científica. Para ello, se efectúa un estudio bibliométrico de las revistas indexadas en el Social Science Citation Index en las categorías “business”, “business finance” y “management” durante el periodo 1961-2008. Diversos indicadores de actividad muestran la evolución del nivel de publicaciones, las revistas y universidades más implicadas en la disciplina, y las metodologías aplicadas. Asimismo, mediante un análisis de contenidos se identifican los principales temas abordados y potenciales líneas futuras de investigación. Palabras clave: Empresa familiar, evolución de la investigacion, indicadores de actividad, metodología, análisis de conglomerados, co-palabras. SUMMARY This paper aimed at describing the trends of family business as a research discipline. A bibliometric study is carried out of any journal of the categories “business”, “business finance” and “management” of the Social Science Citation Index during the period 1961-2008. Several indicators of activity show the evolution of publication activity, the most representative journals and universities in the field, and the methodologies applied. Also, an analysis of contents enables the identification of the main themes analyzed and potential avenues for future research. Key words: Family business, evolution of the research, indicators of activity, methodology, cluster analysis, co-words.


BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Vol. LXV - N.º 200 - Agosto 2010 (Páginas 393-400)

BIBLIOGRAFIA RESEÑAS DE LIBROS Herrera, Liliana: La política de innovación y la empresa. Efecto y distribución de las políticas de innovación. Consejo Económico y Social. CES. Colección Estudios. Huertas, 73. 28014-Madrid. 2008. 187 págs. El interés de esta investigación concierne tanto al alcance de los objetivos planteados como a la metodología utilizada. En efecto, en los estudios realizados hasta el presente: i) El efecto de las ayudas públicas de fomento a la innovación sobre la actividad innovadora de la empresa no es concluyente, pues algunas empresas beneficiarias habrían realizado los proyectos subvencionados sin ayuda alguna de la Administración; ii) Ignoraban la importancia del control de la distribución de las ayudas por parte de las administraciones concedentes, cuando la realidad demuestra que sus criterios de asignación no son neutrales, conformando elementos determinantes de la eficiencia de las políticas innovadoras; entre ellas, las preferencias de las Administraciones concedentes y/o los comportamientos oportunistas de las empresas solicitantes; iii) Para abordar ambos aspectos, la autora propone un modelo de investigación que supone un significativo progreso sobre la materia. Este trabajo se sitúa en el campo de la evaluación de las políticas de fomento de la innovación empresarial –todavía en estado emergente-, coincidiendo con el lanzamiento en España del SISE (Sistema Integral de Seguimiento y Evaluación), y el impulso que la innovación ha adquirido como prioridad de la política económica para la transformación del modelo productivo. El propósito de la investigación es evaluar los efectos de las subvenciones y su forma de distribución por las Administraciones concedentes sobre la actividad innovadora de la empresa. Para la estimación de los efectos de las subvenciones sobre la actividad innovadora de las empresas, la autora propone un modelo basado en la práctica metodológica de evaluación de los efectos de “adicionalidad” en los inputs y en los outputs, conforme al concepto introducido por Luukkonen (2000). La relación de causalidad estudiada liga las subvenciones (tratada como variable binaria) con las siguientes variables de la actividad innovadora de la empresa: a) De inputs: intensidad de gasto I+D intramuros, extramuros y total, intensidad de personal en I+D y propensión importadora de tecnología; b) De outputs: propensión a exportar tecnología, a patentar y a innovar productos. El modelo integra también variables explicativas de los criterios de distribución y otorgamiento de las subvenciones, recogiendo factores tanto del entorno geográfico, competitivo y sectorial, como de las características de las empresas subvencionadas. El modelo es explotado


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BIBLIOGRAFIA

sobre tres muestras de empresas subvencionadas: las beneficiarias de las subvenciones otorgadas por las Administraciones Comunitaria, Central y Autonómicas todas ellas confundidas, y las que tienen su origen en las Administraciones Central y Autonómica separadamente. De las conclusiones obtenidas, recogemos las que identifican las empresas que tienen mayor probabilidad de acceso a las subvenciones a la innovación. A saber: las que tienen una organización I+D y las que acreditan experiencia previa en I+D. En cambio, la pertenencia a sectores tradicionales o con participación de capital extranjero son factores que influyen negativa y significativamente en el acceso a las subvenciones. Las implicaciones de esta forma de adjudicación de las ayudas tiene las siguientes implicaciones para las políticas del fomento innovador: 1. El perfil de las empresas beneficiarias se corresponde con las que tienen capacidad financiera y acreditan éxitos innovadores. La concesión de las subvenciones, descansa de esa forma en un criterio de resultado, más que en la necesidad de la ayuda. Ello denota que la barrera de financiación a la innovación, principal fundamento de corrección del fallo de mercado existente, no influyó en la distribución de estas ayudas, como hubiera sido lógico. 2. Las prioridades de las administraciones concedentes se dirigen hacia las grandes empresas de sectores de alto contenido tecnológico. Consecuencia de este apoyo continuado a las mismas empresas-sectores es que se impide mantener cierta diversidad tecnológica del sistema productivo. Se confirma, de igual forma que lo hicieran otros estudios anteriores, que la política de innovación no logra resultados significativos en ciertos sectores (pág. 154). 3. Las subvenciones no se destinan a aumentar la propensión a importar tecnología ni reducir la dependencia tecnológica. Para generar estos efectos, debieran emplearse instrumentos de apoyo distintos de la subvención. 4. La magnitud de los efectos es sensible al origen de la administración concedente. En el caso de adicionalidad de inputs, la Administración Central logra mayores efectos en la intensidad del I+D total de las empresas y generación interna de tecnología; las Administraciones Autonómicas, en cambio, consiguen mejores efectos en intensidad de personal de I+D y adquisición externa de tecnología. En el caso de adicionalidad de outputs, la Administración Central consigue mayores efectos en la propensión exportadora de tecnología, mientras que la Autonómica lo hace sobre la innovación de productos. El libro es recomendado para interesados en la economía española y regional, directivos y responsables de agencias innovadoras, académicos, además de los interesados en la investigación, que encontrarán en esta obra un excelente caso de planteamiento y estructuración de un trabajo de investigación, así como la sugerencia de futuras líneas de investigación, como las siguientes: a) completar la ESEE, fuente explotada en el trabajo objeto de esta reseña, para así dar respuesta a otros aspectos de interés para la evaluación; b) mejorar las estadísticas disponibles sobre: i) los indicadores tradicionales con que se expresa la actividad innovadora, para incorporar los resultados o efectos de esta actividad medidas del grado de novedad o éxito, efectos de adicionalidad en términos de gestión y prácticas innovadoras,...; ii) análisis de la relación entre el nivel o tamaño de la ayuda y su efecto; iii) efecto temporal de la ayuda (tiempo requerido para producir resul-


BIBLIOGRAFIA

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tados) dependiendo del tipo de ayuda y su contribución a la transformación sectorial; iv) comparar el efecto de la subvención con otros instrumentos de apoyo (créditos, incentivos fiscales,...) para contrastar relaciones de complementariedad y sustitución entre ellos. Carlos Alvarado Martínez González-Tablas, Angel: Economía política mundial. II Pugna e incertidumbre en la economía mundial. Editorial Ariel, S.A. Avda. Diagonal, 662-664. 08034Barcelona. 2007. 381 págs. Otro mundo es necesario. Otro mundo es posible. Incluso podemos afirmar que, a la vista de las múltiples contradicciones observables en el mundo actual, otro mundo es probable, si bien esta probabilidad está sometida a múltiples condicionantes. Estos condicionantes, que se multiplican entre sí, reducen el valor de esa probabilidad a niveles muy bajos. Sin embargo, podemos vivir en la esperanza de que ese otro mundo, instalado en la utopía, entra dentro del campo de la esperanza humana. Las frases precedentes sintetizan, en mi opinión, adecuadamente lo más relevante del mensaje que se deriva de la lectura de este libro. Desde esta óptica, que se expone en el capítulo final, el análisis que realiza el autor cobra un mayor sentido que si lo leemos desde la óptica de la historia de las crisis económicas (y, más en concreto, desde la situación de gran recesión experimentada en la crisis desatada en 2007, cuyo retrato fiel puede contemplarse en el texto) o si nos limitamos a la lectura estructural-histórico-sistémica del denominado sistema capitalista, en sus variadas configuraciones. El contenido de esta obra hace posible pensar en forma más adecuada sobre esa necesidad de un nuevo modelo económico, que tanto se viene pregonando a raíz de la crisis actual pero que también tan rápidamente se va olvidando a medida que asoma la sombra de la recuperación de la actividad económica en su forma usual. Olvidamos con facilidad que “una paz profunda, una convivencia enriquecida y una sociedad sostenible difícilmente pueden elevarse sobre los cimientos que proporciona el actual reparto de recursos y el modelo de desarrollo existente”, como dice el mismo autor. Esta aproximación a una utopía creíble como realizable no parte de un mero deseo sino que se fundamenta en un análisis serio del sistema económico en su forma actual como sistema económico capitalista. El autor analiza en el primer capítulo los conceptos necesarios para que el sistema económico capitalista funcione con continuidad en el tiempo; es decir, para que se reproduzca de una manera continuada. Estos conceptos quedan agrupados en tres bloques: (1) Las que el autor denomina “condiciones básicas necesarias”, que se concretan en dos: (1.1.) La compatibilidad con los sistemas prioritarios, que son el sistema físico y el sistema biológico. (1.2.) La existencia de tres elementos centrales: a) Propietarios privados de riqueza productiva, b) Trabajadores asalariados, c) El mercado en que se realicen transacciones de los intereses de los distintos agentes. Estas condiciones básicas pueden quedar resumidas en la tríada “individuos-mercancías-mercados”. Como individuos se destaca la libertad de actuación, aunque siempre presidida por el deseo de acumulación, con el papel fundamental del derecho de pro-


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piedad sin limitaciones. Por tratarse de mercancía se piensa únicamente en lo que tiene valor de mercado, o, más simplemente, tiene un precio de mercado porque es objeto de transacción. Las relaciones transaccionales, no las benevolentes (si bien, tampoco las malevolentes, que deben ser objeto de control y represión por las dificultades y distorsiones que introducen), son las únicas que interesan. Y todo ello siempre en forma mercantilizada. Esto hace que en este mundo en que tener cosas pasa a estar por encima del ser persona interese la creciente abundancia y diversidad de los denominados “bienes económicos” (las cosas, objetos) y esto nos aboca a una creciente mercantilización de todo el sistema. (2) Las que el autor denomina “articulaciones básicas” del sistema, que el autor concreta en tres: (2.1.) Una tasa de ganancia suficiente. (2.2.) Una demanda capaz de absorber la producción, de modo que interese seguir produciendo. (2.3.) Cohesión social. Quizás podrían reformularse estas tres articulaciones en otra tríada de conceptos, que son los de “eficiencia-equidad-estabilidad”, si estos son entendidos en la forma adecuada al sistema. La eficiencia en el uso del mínimo de recursos necesarios para alcanzar el resultado apetecido llevará a una tasa de ganancia remuneradora suficiente, que se reformula en última instancia como maximización de los beneficios. La equidad, donde no se percibe ninguna alusión a una distribución justa sino simplemente a una retribución acorde con la productividad, queda relacionada con la posibilidad de una demanda proporcional a la producción. Por su parte, la estabilidad, con la existencia de unas instituciones (o una estructura institucional, como la que el autor menciona más adelante) se traducirá en el “grado aceptable de cohesión social”, que implica un nivel de coerción asumible en los conflictos que surjan. (3) Las que el autor denomina “articulaciones funcionales”, que se refieren a cinco áreas básicas: (3.1.) La relación salarial. (3.2.) La relación mercantil. (3.3.) La relación entre los capitales. (3.4.) La distribución del ingreso. (3.5.) Las relaciones espaciales. En otras palabras, estas articulaciones funcionales son lo que podemos denominar “funciones de los sujetos económicos”, que consisten en “producción, distribución, consumo y acumulación”, a lo que se une la indispensable función financiera de los bancos. En todo este esquema general de elementos puede haber combinaciones incompatibles entre las distintas materializaciones históricas de los mismos. De hecho, el autor parece guiarnos a la idea de que la incompatibilidad total o parcial es la situación histórica normal. De esto se derivan dos consecuencias: la primera es que existen diversas formas de sistema capitalista y la segunda es que las crisis son algo inherente al sistema en su evolución temporal y que el sistema se va adaptando precisamente a lo largo de la historia. El resultado de la compatibilidad, cuando ésta se produzca, será un crecimiento sólido y estable por acumulación de capital, tecnología y conocimiento. Pero lo normal será


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un crecimiento en forma de espiral acumulativa creciente, lo que significa la presencia de las crisis en forma recurrente. El autor recorre en forma breve lo acontecido desde los años 1950 hasta la reciente crisis de 2007 para valorar si se ha producido o no esa compatibilidad y cómo se ha salido de los problemas en cada caso. Pero, además de lo analizado, el adecuado funcionamiento exige la existencia y también adecuado funcionamiento de unas estructuras institucionales que han de complementar a las articulaciones del sistema. Esto significa, a su vez, que han de existir regulaciones, algunas de las cuales deberán ser públicas, otras serán privadas y otras existirán de una manera difusa en el cuerpo social. En suma, el autor concreta un marco general con cinco pilares (el crecimiento y el gasto, la sostenibilidad, la globalización, el progreso tecnológico y, como pilar central, el predominio financiero) y en ese marco se producen los comportamientos de los distintos agentes (consumidores, inversores, empresarios, banqueros, sector público, sindicatos, etc.) Resultará importante saber si la crisis actual ha impactado en alguna medida en los pilares del marco general y/o en el comportamiento de los distintos agentes. En el segundo capítulo el autor se centra en las que denomina “las fuerzas estructurantes” de nuestro tiempo. Alude a la existencia de fuerzas relacionadas con la demografía (el crecimiento de la población, el envejecimiento de esta población, el fenómeno de la emigración y el urbanismo creciente), otras relacionadas con la dimensión de género (el papel de la mujer fuera del sistema productivo) y otras relacionadas con las afirmaciones identitarias en un mundo globalizado (la regionalización, e incluso localización, paralelas a la globalización). De entre las distintas fuerzas que pueden aspirar al calificativo de “estructurantes” el autor elige cuatro: (1) la dimensión ecológica de la existencia social (que podría ampliarse a los que se conocen como “objetivos del milenio”), (2) las tecnologías de la información y las comunicaciones (que se extienden hacia la sociedad del conocimiento), (3) la globalización y (4) la financiarización de la actividad económica. Se trata de las mismas cuatro fuerzas estructurantes que el autor desarrollaba en la obra “Economía Política mundial. I. Las fuerzas estructurantes”. Por ello eludimos aquí los comentarios a este apartado, que el lector interesado puede encontrar en la reseña que publicó S.A. Cantalapiedra. El capítulo tercero se centra en el núcleo del análisis. Para ello añade a las fuerzas estructurantes la presencia de un modo de organización de la actividad y de las instituciones que es el que se denomina neoliberalismo. Así, resulta una situación en que las cuatro fuerzas estructurantes interactúan entre sí, potenciándose en unos casos o enfrentándose en otros. Y en ese cuadro de fuerzas, utilizándolas por un lado y siendo su argamasa, por otro, actúa el neoliberalismo. Todo ello condiciona los distintos tipos de regulación. A partir de ahí, el autor analiza el impacto de las fuerzas estructurantes y del neoliberalismo tanto sobre el entorno sistémico prioritario como sobre las articulaciones funcionales, para constatar al final tres conclusiones: (1) que, “a pesar de la entidad de las transformaciones observadas, siguen existiendo serios desajustes objetivos en los componentes y relaciones del sistema económico capitalista”, (2) que “predominan las tensiones institucionales y dista de ser satisfactoria la resolución de las solicitudes planteadas por las fuerzas estructurantes”, (3) que “en términos agregados se observan indicios


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BIBLIOGRAFIA

de significativos desajustes entre el plano objetivo de los componentes y relaciones y el plano institucional en el que cobran vida las estructuras institucionales”. En suma, el autor concluye que, lejos de un modelo de desarrollo armónico constante y lejos también de un nuevo modelo de desarrollo emergente (con la correspondiente complementariedad virtuosa entre componentes, articulaciones e instituciones) “nos encontramos en una situación atravesada por crecientes tensiones ambientales, con los mínimos requeridos de cohesión social amenazados desde ángulos diferentes, con una grave dificultad para que aparezca de forma sostenida la demanda que requiere la buena reproducción del sistema y con un desfase, descompensación, o vacío regulador que deja sin respuesta solicitudes esenciales para la buena marcha de la economía y el equilibrio de la sociedad”. La conclusión es demoledora para el sistema pero perfectamente creíble. Las crisis anteriores a la actual (incluida la gran depresión de los años 30 del siglo veinte, atacaron aspectos importantes pero parciales y de fácil solución para el sistema: la consideración del PIB como medida no suficiente, ni quizás adecuada, del bienestar; la necesidad de regular la provisión de liquidez por parte de las entidades financieras y el papel de la política monetaria; la necesidad de reglas para regular los mercados y el papel importante del sector público; el problema del agotamiento de los recursos energéticos y el informe general de advertencia por parte del Club de Roma (informe Meadows) etc. La crisis actual supone un ataque frontal generalizado a las piezas principales (los pilares) del sistema: el crecimiento sin límites, la sostenibilidad social, la racionalidad del mercado, la supuesta autorregulación de los comportamientos, la eficiencia como objetivo único, la cohesión social necesaria para la estabilidad, el exceso estructural de oferta y la imposibilidad de una reproducción acumulativa continuada, la financiarización creciente y el papel central de la banca. Sintetizando mucho esta crisis general, podríamos decir que se pone en entredicho el núcleo dinámico del sistema (la necesidad una ampliación y profundización crecientes, que la sociedad de la información, las comunicaciones y el conocimiento amplifica a través de la compresión del tiempo y el espacio) y el pilar central que es la financiarización (los mecanismos que han de proporcionar liquidez, sistemas de ajuste y confianza en los agentes y mercados financieros). Pero si descendemos aún más al núcleo del ataque, diríamos que lo que se ha puesto de manifiesto es una relación perversa entre tres elementos estructurantes del conjunto social: la moral, la política y la economía. La crisis ha dejado manifiesto que la alineación (1º) economía, buscando los intereses propios bajo el principio de una ambición desmedida, (2º) política, puesta al servicio de los intereses económicos de grupos dominantes y (3º) moral, reducida a una falseada “ética de empresa”, es una alineación con resultados nefastos, que debería ser sustituida por algún tipo de sistema alternativo en que la ordenación sea (1º) moral, impulsora de principios de actuación que sean congruentes con la complentariedad virtuosa entre condiciones básicas y articulaciones del sistema, (2ª) política, capaz de generar las estructuras institucionales adecuadas y (3º) economía, como herramienta instrumental al servicio de un nivel de vida sostenible. Todo el análisis de las contradicciones lleva al autor a plantearse la pregunta por posibles escenarios futuros. Y en este punto las conclusiones le llevan a tres posibilidades: (1) La continuidad evolutiva, con ligeras modificaciones, correcciones y nuevas


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regulaciones, que permitan mantenerse al sistema, con un perfil de crecimiento bajo y con contradicciones crecientes, lo que permitiría augurar una pervivencia únicamente para el primer tercio del siglo actual. (2) La profundización del neoliberalismo, con una acentuación de la fractura social, de la financiarización, del papel de las rentas financieras y abocando finalmente a la catástrofe para el último tercio del siglo actual. (3) El reformismo complejo, que supondría la superación de las contradicciones constatadas y, sin duda, lo que podríamos denominar un cambio de sistema y un cambio de modelo de desarrollo. Aquí enlaza precisamente el cuarto capítulo, dedicado al tema del Desarrollo Alternativo, donde, a modo de síntesis, el autor se pregunta por las condiciones de posibilidad de sustituir el trinomio “individuo-mercancía-mercado” por el de “personas-bienes-sociedad” y analiza la lógica que debería presidirlo y la estrategia temporal, que constituyen modos diferentes y novedosos por relación a vías presocialistas, precapitalistas y socialistas que han tenido lugar en la historia. Se cierra así el círculo que, comenzando con lo existente, recorre lo tendencial (sea continuista o profundización de lo existente) para acabar en lo deseable (necesario y posible, aunque poco probable aún) con que abríamos estos comentarios. Juan Fco. Santacoloma

OTRAS PUBLICACIONES RECIBIDAS Alvarez, L.J.; Bulligan, G.; Cabrero, A.; Ferrara, L.; Stahl, H.: Housing cycles in the major euro area countries. Banco de España. Unidad de Publicaciones, Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010, 42 págs. Alvarez, Luis J.; Burriel, Luis J.: Is a calvo price setting model consistent with micro price data ? Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010, 34 págs. Antonio Liedo, David de: General equilibrium restrictions for dynamic factor models. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010, 42 págs. Bertola, Giuseppe; Dabusinskas, Aurelius; Hoeberichts, Marco; Izquierdo, Mario; Kwapil, Claudia; Montornés, Jeremi; Radowski, Daniel: Price, wage and employment response to shocks: evidence from the WDN survey. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010. 40 págs. Costain, James; Jimeno, Juan F.; Thomas, Carlos: Employment fluctuations in a dual labor market. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027Madrid. 2010. 70 págs. Hagendorff, Jens; Hernando, Ignacio; Nieto, María J.; Wall, Larry D.: What do premiums paid for bank M&AS reflect? The case of the european union. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010. 38 págs.


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BIBLIOGRAFIA

Jiménez, Gabriel; López, José A.; Saurina, Jesús : How does competition impact bank risk-taking? Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010. 38 págs. Lacuesta, Aitor; Puente, Sergio: El efecto del ciclo económico en las entradas y salidas de inmigrantes en España. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010. 32 págs. Mascareñas Pérez-Iñigo, Juan: Finanzas para directivos. Pearson Educación, S.A. Ribera del Loira, 28. 28042-Madrid. 2010. 311 págs. Nuño, Galo: Optimal research and development expenditure: a general equilibrium approach. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010. 26 págs. Piñeiro García, Pilar: La gestión medioambiental y su impacto en la competitividad. Un estudio en las empresas constructoras españolas. Consejo Económico y Social. Huertas, 73. 28014-Madrid. 2010. 309 págs. Revista de la Historia de la Economía y de la Empresa. No. 4. De la beneficiencia al estado de bienestar, pasando por los seguros sociales. Archivo Histótico BBVA. Pl. de San Nicolás, 4. 48005-Bilbao. 2010. 454 págs. Sempere Navarro, Antonio V.; Quintanilla Navarro, R. Yolanda: Empleo y protección social de los trabajadores de edad avanzada. Análisis comparado de la situación actual y propuestas de futuro. Consejo Económico y Social. Huertas, 73. 28014Madrid. 2010. 479 págs. Viceira, Luis M.; Gimeno, Ricardo: The euro as a reserve currency for global investors. Banco de España. Unidad de Publicaciones. Alcalá, 522. 28027-Madrid. 2010. 44 págs. Vicéns Otero, José: Impacto de la inmigración en el sistema de protección social. Consejo Económico y Social. Huertas, 73. 28014-Madrid. 2010. 290 págs.




Relación de títulos publicados en el

BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Innovación y Empresa (N.º 121, Abril 1984). Transparencia informativa (N.º 122, Agosto 1984). Reconversión Industrial (I) (N.º 123, Diciembre 1984). Reconversión Industrial (II) (N.º 124, Abril 1985). Fondos de Pensiones (N.º 125, Agosto 1985). La Adhesión de España a las Comunidades Europeas (Parte I) (N.º 126, Diciembre 1985). La Adhesión de España a las Comunidades Europeas (Parte II) (N.º 127, Abril 1986). Gestión Empresarial y Grupos Sociales (N.º 128, Agosto 1986). La Empresa del Futuro (N.º 129, Diciembre 1986). Panorama de las Líneas de Investigación Económica (N.º 130, Abril 1987). Aplicaciones Cuantitativas a la Gestión (N.º 131, Agosto 1987). Innovación Financiera (N.º 132, Diciembre 1987). Mercados de Contratación (N.º 133, Abril 1988). Fusiones y Adquisiciones (Parte I) (N.º 134, Agosto 1988). Fusiones y Adquisiciones (Parte II) (N.º 135, Diciembre 1988). El Liderazgo de la Empresa (N.º 136, Abril 1989). El Sector Energético (N.º 137, Agosto 1989). Planificación de la Economía (N.º 138, Diciembre 1989). Reforma de la Legislación Mercantil (N.º 139, Abril 1990). Nuevas herramientas de Gestión (N.º 140, Agosto 1990). Nuevo Plan General de Contabilidad (N.º 141, Diciembre 1990). El Sector del Seguro en España (N.º 142, Abril 1991). Filosofía y Gestión de la Calidad (N.º 143, Agosto 1991). Etica y Empresa (N.º 144, Diciembre 1991). 75.º Aniversario de la Universidad Comercial de Deusto (N.º 145, Abril 1992). 50.º Aniversario del Boletín de Estudios Económicos (N.º 146, Agosto 1992) Los Nuevos Mercados Financieros (N.º 147, Diciembre 1992). Revitalización Metropolitana (N.º 148, Abril 1993). Desarrollo Industrial (N.º 149, Agosto 1993). Medioambiente y Estrategia Empresarial (N.º 150, Diciembre 1993). El nuevo marco laboral (N.º 151, Abril 1994). Cuestiones Sobre estrategia (N.º 152, Agosto 1994) La Ayuda Internacional Humanitaria: Su gestión (N.º 153, Diciembre 1994) Titulización de Activos (N.º 154, Abril 1995) Reflexiones sobre el Mercado de Trabajo (N.º 155, Agosto 1995) III Foro de Finanzas (N.º 156, Diciembre 1995). Aplicaciones del «Marketing» (N.º 157, Abril 1996). Gestión en las ONG’s (N.º 158, Agosto 1996). Desarrollo Directivo en el Sector Salud (N.º 159, Diciembre 1996). Investigaciones Financieras (N.º 160, Abril 1997). La calidad total aplicada a la educación (N.º 161, Agosto 1997). Gestión basada en el valor (N.º 162, Diciembre 1997). Logística y Tecnología (N.º 163, Abril 1998). Gestión de “Intangibles” (N.º 164, Agosto 1998).


Relación de títulos publicados en el (Continuación)

BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Reflexiones en torno al Euro (N.º 165, Diciembre 1998). Avances en la Teoría Financiera (N.º 166, Abril 1999). Emprender (Parte I) (N.º 167, Agosto 1999). Emprender (Parte II) (N.º 168, Diciembre 1999). Estrategia y Empresa (N.º 169, Abril 2000). Etica y Economia (N.º 170, Agosto 2000). Nuevas tendencias en Marketing (N.º 171, Diciembre 2000). Gestionar Recursos y Capacidades (N.º 172, Abril 2001). Nueva Economia (N.º 173, Agosto 2001). Personas y empresa (N.º 174, Diciembre 2001). Panorama de la Macroeconomía (N.º 175, Abril 2002). Reflexiones para la gestión empresarial (N.º 176, Agosto 2002). Empresa Familiar (N.º 177, Diciembre 2002). Información Contable y Globalización: la respuesta de la Unión Europea (N.º 178, Abril 2003). Logística (N.º 179, Agosto 2003). Conocimiento e intangibles en un entorno global (N.º 180, Diciembre 2003). Ampliación de la Unión Europea (N.º 181, Abril 2004). El gobierno de la empresa (Nº. 182, Agosto 2004). Dirección de personas en las organizaciones (N.º 183, Diciembre 2004). Orientación al mercado y orientación al cliente (N.º 184, Abril 2005). Apuntes sobre Internacionalización (N.º 185, Agosto 2005). Innovación y nuevas oportunidades de negocio (N.º 186, Diciembre 2005). El futuro de las pensiones (N.º 187, Abril 2006). Consideraciones sobre el fenómeno migratorio (N.º 188, Agosto 2006). Emprendedores (N.º 189, Diciembre 2006). América Latina. Reflexiones sobre su realidad y retos de futuro (N.º 190, Abril 2007). Economía industrial (N.º 191, Agosto 2007). El reto de la globalización y su impacto en la econmía vasca (N.º 192, Diciembre 2007). La internacionalización de la empresa (N.º 193, Abril 2008). Algunas reflexiones sobre recientes normativas y su impacto en la actividad empresarial (N.º 194, Agosto 2008). Compromiso empresarial con el desarrollo sostenible (N.º 195, Diciembre 2008). Relaciones Laborales (N.º 196, Abril 2009). Comunicación y transparencia: algunas posibilidades (N.º 197, Agosto 2009). Reflexiones tras dos años de crísis económica y financiera (N.º 198, Diciembre 2009). Algunas novedades en finanzas (N.º 199, Abril 2010). Precios de suscripción: España: 37,50 €. Extranjero: 42,65 €. Números sueltos y atrasados: 1.ª serie: Números 1 al 45: 16 €. 2.ª serie: Números 46 en adelante: 19,25 €. Tarifa de estudiante: 25% de descuento. Dirija la correspondencia al: BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS Universidad Comercial de Deusto Teléfono 94 445 63 45 - 94 445 22 12 - Fax 94 445 72 54 Apartado 20044 - 48080 BILBAO (España) E-mail: boletin.lacomercial@deusto.es


NORMAS PARA LA PUBLICACION DE ARTICULOS EN EL BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS –El Boletín publica números monográficos sobre temas programados de antemano y por colaboradores invitados personalmente. –Sin embargo, en cada número se reserva espacio para temas libres, distintos del tema monográfico. –Los artículos enviados para su publicación en el Boletín deben estar escritos a máquina a doble espacio, por duplicado, con una extensión aproximada de 15 a 20 páginas. El autor deberá acompañar un resumen del artículo de no más de 150 palabras, junto con una lista de palabras clave, en número no superior a cinco, ambos en español e inglés. También deberá añadir soporte informático donde esté contenido el trabajo. –Las notas aclaratorias van a pie de página y se hará referencia a ellas mediante superíndices, en numeración sucesiva. Los libros y artículos de revistas tendrán una sola cita completa al final del artículo por orden alfabético de autores. La referencia a los mismos se hace por medio del apellido del autor seguido entre paréntesis del año de publicación de la obra citada. Así: E. Chacón (1966), que remite a la obra de Chacón, Enrique (1966): “La formación de equipos de IO en la empresa”, Boletín de Estudios Económicos, vol. XII, número 68, mayo-agosto, pp. 279-296. El enunciado completo de la obra se menciona sólo al final del artículo. –Las figuras que eventualmente deban aparecer en el artículo deben presentarse de forma que sean aptas para su reproducción directa, y en tamaño suficientemente grande, lo mismo que las letras que las acompañan, para que admitan la reducción necesaria. Todas las figuras y tablas irán numeradas, y para referirse a ellas en el texto, habrán de citarse con su número. –Deben evitarse las notas matemáticas a pie de página, es preferible el uso de apéndices matemáticos. –En la notación matemática se recomienda el uso de aquéllas fórmulas que, sin perder la claridad necesaria, puedan escribirse en una sola línea. Por ejemplo a o fxy en vez de la expresión que utiliza los signos explícitos a/b en vez de b de derivada parcial. –El Comité de Dirección estudiará la posibilidad de publicación de los originales que le sean remitidos, en base a los informes preparados por los evaluadores nombrados al efecto, tal evaluación será anónima, ciega y habrá más de un evaluador para cada trabajo. Los originales deberán ser inéditos y no estar pendientes de publicación o evaluación en ninguna otra revista.



Consejo de Redacción

BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS

Iñaki Arechabaleta Torróntegui Ramón Benguría Inchaurtieta Ricardo Calle Saiz Juan J. Echeberría Monteberría Antonio Freije Uriarte Jesús Lobo Aleu Ricardo López Alvarez Víctor M. Menéndez Millán José Angel Sánchez Asiaín José Luis Sanchís Armelles

Universidad Comercial de Deusto Hnos. Aguirre, 2. Apartado 20044 Teléfonos 94 445 63 45 - 94 445 22 12. Fax: 94 445 72 54 48080 BILBAO (España) E-Mail: boletin.lacomercial@deusto.es

Comité de Dirección Fernando Gómez-Bezares Susana Rodríguez Vidarte

Secretaria Gabriela Mateos Varas

Precios de suscripción: España, 37,50 €. Extranjero, 42,65 €. Números sueltos y atrasados: 1.ª Serie: Números 1 al 45: 16 €. 2.ª Serie: Números 46 en adelante: 19,25 €. Tarifa Especial Estudiantes: 25% de descuento

El Boletín de Estudios Económicos es una publicación de la «Asociación de Licenciados en Ciencias Económicas por la Universidad Comercial de Deusto». Esta Asociación se creó en 1922, y publica el Boletín ininterrumpidamente, desde 1942. Cada volumen anual, de alrededor de 600 páginas, se divide en tres números (abril, agosto y diciembre). Los artículos solicitados se aceptan en español e inglés. Su objetivo es la publicación de trabajos originales de economía teórica y aplicada, especialmente dedicada a los problemas de la Empresa. Al primer autor del artículo se le entregan 50 separatas del mismo y 3 ejemplares de la revista. El indice de la revista y los resúmenes aparecen en Internet: (http://www.lacomercial.deusto.es/). También puede consultarse en: Latindex; AEDEM-Bibliométrica; CSIC-CINDOC; Econlit; DICE, etc. Todos los artículos publicados en el Boletín de Estudios Económicos, han sido escritos expresamente para el mismo, y no pueden ser reproducidos, total ni parcialmente, sin citar su procedencia. Si están interesados en alguna reproducción, dirijanse a la dirección de la revista.

Publicación impresa en papel ecológico. I.S.S.N.: 0006-6249 Dep. Legal: BI 959-1958


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Vol. LXV Agosto 2010 Núm. 200

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Editado por la Asociación de Licenciados Universidad Comercial de Deusto

Implicaciones sociales de la crisis Jon Leonardo Página 309

Pobreza y riqueza en la economía de mercado. Reflexiones sobre paradigmas Juan Fco. Santacoloma Página 211

TEMAS LIBRES

Gobernanza y desarrollo socio-económico: hacia nuevas políticas de competitividad James R. Wilson Página 241

Los sistemas de pensiones de jubilación en la Unión Europea Sara González Fernández y Fernando Alonso Guinea Página 329

La competitividad sostenible: nuevo reto para las empresas y la sociedad Ricardo Aguado Muñoz Página 263 El PIB (per cápita) como indicador de sostenibilidad Jabier Martínez Página 283

De productos a servicios, el reto de las empresas industriales. El caso del País Vasco David Ruiz de Olano Apodaca Página 343

El mercado de las telecomunicaciones en España. Un estudio sobre la evolución de la telefonía móvil Antonio Muñoz Porcar, Jorge Luis González Crespo y Mª. Jesús Alonso Nuez Página 361 Tendencias en la investigación sobre empresa familiar: un estudio bibliométrico Vanesa F. Guzmán Parra, Cristina Quintana García y Carlos A. Benavides Velasco Página 381 Bibliografía Página 393

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