DIALOGUS CIVITATEM No. 5 Ene - Mar 2022
“¿QUIÉN VENDE UN NEGOCIO EXITOSO?” “SIN PANDEMIA EN EL CORAZÓN” “MIGRACIÓN, EL CAMINO DE LA ESPERANZA ” Y MÁS...
EN PORTADA Foto de Masha Raymers en Pexels
EDITORIAL V
olvemos con nuestra primera edición del año, ahora de forma trimestral, con el mismo entusiasmo de siempre, esperando dejar una pequeña huella o inquietud entre nuestros lectores. Dialogus Civitatem nació el año pasado como una iniciativa entre algunos amigos, para que juntos compartiéramos ideas, pensamientos, poemas, sueños, relatos, historias, que ayuden a otros a seguir encontrando sentido y significado a lo que nos ha tocado vivir. En medio de una pandemia sin precedentes recientes, y ahora que parece alejarse cada día más de nuestras vidas, volvemos a compartir algunos textos, de personas desinteresadas, que generosamente nos comparten sus pensamientos a través de sus escritos o en forma de poesía, relatos, etc. Nuestro reconocimiento a todos los que siguen colaborando y a los que por primera vez lo hace, éste será siempre su espacio para publicar sin distingos ni limitantes, más que sólo las que cada quién se plantea. Así mismo queremos animar a quienes no lo han hecho, para que se sumen y envíen sus propuestas, siempre serán bienvenidas. Aquí no censuramos a nadie y somos respetuosos de las opiniones de cada autor, por lo que pretendemos ser un vehículo que transmita diferentes pensamientos. Hoy en día, enfrentamos demasiada información en las re-
des sociales, los medios de comunicación, pero ante ese mar de datos, ideas, teorías, noticias, quedamos aturdidos y con poco tiempo para procesar tantas cosas que se suceden día con día. Si bien es cierto que parece que la pandemia está llegando a su fin, otras amenazas ya están con nosotros, la guerra, la migración, las diferencias sociales, las enfermedades, los sistemas de los gobiernos, muchos de ellos rebasados, como podrían ser el de la salud, la educación, entre otros, economías fracasadas, políticas públicas insuficientes, partidos políticos inoperantes, ansias de poder, luchas ideológicas que hacen revivir antiguos regímenes, sociedades polarizadas, mesías del poder, pueblos desorientados, enfrentando la violencia y la inseguridad, en resumen no la tenemos fácil, encontrar el camino, saber pensar bien, cada vez se vuelve una tarea más difícil y compleja. Todos queremos vivir bien, encontrar la felicidad, que nuestros negocios prosperen, tener buena salud, que nuestras familias vivan en armonía, que los gobiernos sepan administrar los recursos, que desaparezca la corrupción, el nepotismo, y que por el contrario venga creciendo en la sociedad valores como la solidaridad, la empatía, la resiliencia, la generosidad, el amor por el prójimo. La pregunta seguirá siendo la misma: ¿cómo lograr que esos valores vivan entre nosotros?
No es una tarea fácil, pero reconocer la realidad nos enseña para actuar en consecuencia. Probablemente estamos en los albores de un nuevo mapa geopolítico global, cual obra del mismo Kandisky las naciones poderosas se acomodan y reflejan frente a la amenaza de la invasión de Rusia a Ucrania, pareciera que la mítica figura de Baba Yagá hace que las economías tiemblen, los organismos como la ONU, UE, OTAN, con su doble moral, entre otros buscan razones y respuestas inmediatas. Observamos con profunda tristeza y desinterés las imágenes de personas, familias que siguen migrando a causa de los conflictos bélicos, pero que no nos salva, desde el sur de nuestra frontera con Guatemala hasta el norte con los EEUU asistimos día con día a esas escenas de dolor, despojo, de los migrantes haitianos, cubanos, hondureños, senegalenses, venezolanos, en busca de un mejor mundo para vivir, la pregunta será la misma: ¿acaso hay un mundo mejor, más habitable?, migraciones en diferentes partes del mundo, y cómo decirle a las personas que no migren, es difícil, estamos condenados a vivir en dónde nos ha tocado, y tratar de sacar lo mejor de nosotros, cuidar la casa común, con el corazón y la mirada puestas siempre en el bien del otro.
ÍNDICE
¿QUIÉN VENDE UN NEGOCIO EXITOSO?
8
REFLEXIONES PARA ENTENDER EL CONFLICTO RUSIA/UCRANIA
10
REFLEXIÓN
14
PANDEMIA DEL SIGLO
16
MADRE SANTA
17
SIN PANDEMIA EN EL CORAZÓN
18
CARRERA
20
NINFAS, CÁTEDRAS Y CATEDRALES PARA EL S. XXI
24
¿Y LOS ADOLESCENTES…?
26
MIGRACIÓN, EL CAMINO DE LA ESPERANZA
28
UN MUNDO RARO
30
RECOMENDACIONES
32
¿QUIÉN VENDE UN NEGOCIO EXITOSO? Dr. Silvino Vergara Nava
“Robar un banco es un delito, pero más delito es fundarlo” Bertolt Brecht
8
M
uy pocas ocasiones se ve a la venta un negocio exitoso, normalmente no es así, por pocas razones se ponen a la venta, pero esto sucede muy, pero muy escasamente. Sin embargo, en las noticias de los primeros días del mes de enero de 2022, se ha informado respecto a la venta de Banamex por parte de sus propietarios, el emblemático Citybank. Esto pone en alerta a muchos, a pesar de que los grandes asesores de negocios, financieros y demás “gurús” de la economía digan que es una estrategia de mercado de los actuales propietarios para dejar ese sector financiero, es decir, esa operación se realiza por “razones de negocio”. Lo cierto es que nosotros, los ciudadanos de a pie, con tantas cosas que nos han sucedido, así como a nuestros antecesores, no estamos tan tranquilos con esa noticia y por eso sobre sale la pregunta de: ¿Quién vende un negocio exitoso? Resulta que los actuales propietarios adquirieron el banco Banamex en el año de 2001, propiedad de inversionistas mexicanos, por lote, por ende, allí va incluido, a parte del negocio en marcha, locales, oficinas, vehículos, mobiliario, equipo de cómputo, cartera de clientes, nombre comercial, cartera de crédito, etc. Adicionalmente, hay una serie de bienes que no necesariamente le corresponden a la naturaleza propia de la operación bancaria, se trata de casas que son monumentos históricos en varias ciudades del país, colecciones de pinturas y esculturas del siglo XIX, todo eso se pondrá a la venta en su conjunto, y resulta muy extraño que la actual administración pública federal no reclame la propiedad de esos bienes que se han puesto en
venta, cuando se han gastado horas y horas efectivas de trabajo en reclamar la devolución de piezas mexicanas arqueológicas a otras naciones, a sabiendas que solamente son rabietas publicitarias, porque se sobre entiende que no se van a devolver ni las disculpas. Pero regresando a la pregunta: ¿Quién vende un negocio exitoso?, sobre todo un banco, pues siempre que hay crisis económicas en las naciones son los gobiernos los que se ponen prestos de forma inmediata para rescatar a los bancos, lo que compete a los demás giros industriales y comerciales no importa, pero no pueden quebrar los bancos, por ende, se defienden incluso a costa del dinero público. Además, en México, la legislación se ha encargado en acercar a más clientes a los bancos, una muestra es lo que ha sucedido con las reformas fiscales a partir de 2002, incluyendo la que entró en vigor en este año de 2022, pues se ha obligado a los contribuyentes a contar con una cuenta bancaria para amparar sus operaciones económicas, lo cual representa para los bancos grandes cantidades de dinero, comisiones, créditos, etc., no hay más que decir que los bancos son los consentidos del sistema mundial, o más bien, son los propietarios del sistema mundial. Por ello, eso de que se vende la operación del tercer banco más importante de México, propiedad de norteamericanos, es muy preocupante para los que somos ignorantes en cuestiones bancarias. La experiencia nos dice que algo debe de haber atrás de esa justificación, pues este consorcio proveniente de Estados Unidos de América está visualizando algo muy grave a mediano plazo. Y no
es una problemática propia del gobierno mexicano o una problemática local sino que, de ser cierto que está vendiendo sus negocios bancarios en otras naciones, particularmente las que corresponden a atender al gran público en general, como es el caso de créditos por salarios, hipotecarios, tarjetas de crédito, etc., no hay mucho que pensar, ni es necesario acudir a congresos sobre finanzas, estudios financieros, ni nada por el estilo, para saber que lo que se avecina es una crisis económica mundial, producto del COVID y del pésimo manejo de la pandemia por parte de muchos de los gobiernos del mundo. Desde luego que ese riesgo latente para México evidencia la incompetencia de las autoridades para afrontar problemas más sencillos, iniciando por la logística, pues si no somos capaces de organizar la dotación de vacunas y ponemos a las personas de todas las edades a esperar de seis hasta ocho horas solo para una vacuna, no se puede exigir, ni menos pensar, que se pueda planear una serie de medidas económicas para enfrentar lo que se viene, una crisis económica global más grave que la que correspondió a la del año de 2008, que nació con los problemas de inmobiliaria. Esperemos, entonces, que nosotros, los que no sabemos de estas materias, nos equivoquemos, pues es una crisis económica muy grave la que se visualiza y ya los que verdaderamente saben y no opinan, solamente están tomando las primeras medidas para contener el temporal, que pareciera que esa es la respuesta a la pregunta de: ¿Quién vende un negocio exitoso? Web: parmenasradio.org
9
REFLEXIONES PARA ENTENDER EL CONFLICTO RUSIA/UCRANIA Miguel Ángel Rendón Investigador en Universidad Nacional Autónoma de México Estudió Doctor en Filosofía en Universidad Estatal de Moscú M.V. Lomonósov Estudió Masters en МГУ имени Ломоносова
L
as fronteras siempre son arbitrarias y artificiales. Siempre reconocí a Yeltsin (por lo visto los nacionalistas rusos nunca se lo perdonaron) que después de la caída de la URSS, con la experiencia de la guerra después de la desintegración de Yugoslavia, aceptó que las fronteras existentes de las Repúblicas soviéticas se respetaran sin ninguna revisión. En honor a la verdad, Rusia no fue muy favorecida por esa división política. La idea de que los rusos sojuzgaron a otros pueblos no es del todo exacta. Más bien fueron los bolcheviques-comunistas de diferentes nacionalidades (Lenin tártaro, Stalin georgiano, Breznev, ucraniano y séquito de niveles inferiores) quienes levantaron el imperio soviético. Por ejemplo, lo acontecido con Crimea, se puede representar en una obra de 5 actos. Primer acto. En México toma el poder un grupo cuyo presidente ostenta un poder absoluto y puede hacer lo que quiera.
10
Segundo acto. En Belice toma el poder un grupo afín al de México, pide unirse al tratado de la Unión y se convierte en el Estado 33 de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos. Tercer acto. Como el presidente puede hacer lo que quiere, le “regala” a Belice con motivo del 25 aniversario de su adhesión a México, digamos Cozumel o Cancún. Como es una acción que no tiene consecuencias inmediatas para los habitantes de Cozumel, además de que el régimen es absolutista y represivo, nadie protesta. En las escuelas, comercios, oficinas, trabajos, cines, televisión, etc. se sigue hablando español, la moneda es la misma, se puede viajar a Tijuana o Veracruz sin ningún problema, es decir, se está en el mismo país de siempre. Cuarto acto. En Belice tiene lugar una revolución y cae el régimen afín al mexicano. Se sale del Tratado de la Unión, pero con las fronteras que tiene en ese momento (Santa Rita, lo que se da,
no se quita; el que da y quita, con el diablo se desquita; o lo “caído, caído”). Es decir, Cozumel ya no es de México. Los habitantes se ven en otro país, el inglés es el idioma oficial en escuelas, oficinas, tv, etc. Tienen otra moneda, necesitan visa para visitar a sus familiares que viven en Quintana Roo a 15 minutos, como se “sienten” mexicanos, se les ve como ciudadanos de segunda clase y se les discrimina en trabajos, estudios, en la calle, etc. Quinto acto. Los habitantes de Cozumel organizan un Referéndum para declararse independientes de Belice. Obviamente éste no lo reconoce porque “atenta contra su integridad territorial”, la comunidad internacional tampoco y México dice “pero si era parte de mi territorio” hasta que a ese loco presidente se le ocurrió regalárselo a Belice… ¿Qué queda hacer? Dos caminos civilizados. Uno, reconocer el derecho a decidir que tiene la población para salirse de un país
que no siente como suyo. Pero el nacionalismo del que “pierde territorio” no lo permite. Primero muertos (los que se quieren ir por supuesto), que dejar que mi Patria se vea mutilada. Y ahí está el ejemplo de la ex Yugoslavia, se mataron hasta cansarse porque lo Bosnios se querían salir de Serbia, o la minoría Serbia se quería salir de Bosnia. Ya me imagino si en Tlaxcala de repente se acuerdan de la promesa de Cortés de que no iban a estar bajo el imperio de los mexicas, y exigen salirse de México (hasta el nombre los ofende) para tener su República Popular Tlaxcalteca independiente. Se iban a rasgar las vestiduras los patriotas mexicanos, a recordar lo doloroso que fue perder Tejas, California, Nuevo México, Arizona... y con un lapidario “nunca más” exigir poner fin a esa aventura independentista con todos los medios. El otro camino civilizado es reconocer lo inamovible de las fronteras, pero exigir que a la población minoritaria se le respeten los derechos a su lengua, cultura, doble nacionalidad, posibilidad de movimiento, etc. Otro camino ya no tan civilizado es la disputa, primero histórica, en el ejemplo de Cozumel es más sencillo, pero con Crimea es más complejo. Realmente Jruschev se la “regaló” a Ucrania (febrero de 1954) nada más porque se le ocurrió y porque podía; pero van a empezar a salir que si primero había colonias griegas, romanas, (igual Grecia e Italia tienen derecho); o los tártaros como población originaria, aunque minoría es la “dueña” de Crimea, o el Imperio Otomano que la tuvo durante siglos la debe reclamar bajo su
sucesor Turquía, y que Rusia la conquistó solo hasta el siglo 18, etc. Después vendrá la lucha diplomática, los intereses geopolíticos (finalmente lo que quiere la población es lo que menos importa), y por último la lucha armada. Putin habló de un “genocidio” y grupos neonazis. Esas son palabras mayores y muy fuertes. Realmente desconozco si esos grupos neonazis, que sí existen (como existen grupos neo estalinistas en Rusia), tomaron el poder y llevan esa política represiva contra la población ruso parlante de Ucrania oriental o solo es el pretexto para recuperar la “tierra rusa”. ¿Hasta dónde llegará Putin? La primera respuesta es reconocer solo a las “Repúblicas” independientes de Donetsk y Luhansk, “protegerlas”, que más protección que sean parte de la Federación Rusa y esperar mejores tiempos para seguir con la anexión (recuperación o invasión según se quiera ver) de toda esa región oriental ruso parlante de Ucrania: Járkov, Jersón, Nikolaiev, Odesa,.. La segunda opción es que Putin reconozca que esos mejores tiempos ya llegaron y no esperar para que esa región sea parte de Rusia. La tercera posibilidad es de plano invadir Ucrania, tomar Kiev y poner un gobierno pro-ruso. Eso es más complejo porque implica abrir un frente permanente de resistencia que desgastaría mucho al gobierno ruso. Todo depende de la reacción de occidente. La primera opción, como en el caso de la anexión de Crimea, Putin se saldrá con la suya. Habrá represalias, condenas, pero no se arriesgarán a una guerra abierta por esos pedazos
de tierra. Si quiere adentrarse más, veremos cómo contesta occidente, no digamos ya si quiere tomar Kiev. Además, dejó muy claro que no permitirá bases de la OTAN en las fronteras de Rusia, así como EEUU no dejó que bases soviéticas estuvieran a sus puertas en Cuba. Tal vez Putin tuvo razón y ese manotazo en la mesa obligará a tener negociaciones ya teniéndolo en cuenta como un interlocutor al que hay que tomar en serio. Sólo esperemos que ese manotazo no destruya la mesa y el suelo donde está asentada… No sé si la psicología de masas pueda explicar los fenómenos de manipulación de grandes multitudes que unos pocos pueden provocar. Los linchamientos es la manifestación extrema de ese fenómeno, pero ahora con el conflicto de Rusia-Ucrania me sorprenden los comentarios, expresiones sin ningún análisis previo o conocimiento histórico de gran número de personas. Apenas leí un comentario de “no voy a comer ENSALADA RUSA en solidaridad con Ucrania”. No es broma, es en serio. ¿Es una ley psicológica la de menor esfuerzo? ¿Será mucho pedir informarse y pensar un poco más? El grito unánime es ¡No a la guerra! Perfecto. Pero ¿por qué se dio la guerra? ¿Quiénes son los actores? ¿Qué persiguen? ¿Cuáles son sus posibles consecuencias? ¿Por qué se habla de neo-nazismo si Zelenky incluso es de ascendencia judía? ¿Es válida la identidad Rusia-URSS, Rusia-comunismo? La verdad, en última instancia lo que se persigue no es la defensa de la libertad y democracia, o
11
la defensa de los derechos humanos de minorías, sino ganar posiciones en el tablero del juego de intereses geopolíticos. Pero en hechos más inmediatos, existen realidades que se aprovechan para llevar a cabo esas acciones políticas y sobre las cuales sí es posible por lo menos desnudarlas y denunciarlas. Soy enemigo de las teorías conspirativas, pero por ejemplo ¿por qué no se estudia en Historia lo que pasó en los Sudetes antes, durante y después de la II Guerra Mundial? Alemania que pierde la I Guerra Mundial, alemanes que quedaron viviendo en otro país -Checoslovaquia- y fueron discriminados, reprimidos (¿les suena la analogía? Se pierde la Guerra fría y rusos quedan viviendo fuera de su país, de comedia cómo Crimea pasa a ser parte de Ucrania por ser un regalo de “Jrusev” y empiezan a ser discriminados). Alemanes que se organizaron y pidieron separarse de Checoslovaquia, líder que se presentó como defensor de esas minorías y se lanzaron a sus brazos salvadores, (sigue la analogía. Crimea, Donest, Luhansk, Putin); represión o expulsión ahora de las minorías checas que quedaron fuera de su país tras la anexión a Alemania de los Sudetes; apoyo de esas ex minorías repatriadas al nacionalsocialismo y a la guerra expansionista (esperemos eso no se dé); tras perder Alemania la guerra, represión total, limpieza étnica y asesinatos de las minorías alemanas de los Sudetes, crimen de ”lesa humanidad” que se calla en los libros de historia (también espero que no ocurra). Que cada quien saque sus conclusiones. Si nos vamos a vestir
12
de azul y amarillo, dejar de comer ensalada rusa, de escuchar a Tchaikovsky y Shostakóvihc, de leer a Dostoievski o al ucraniano Gogol; o de apoyar a Putin y a las Repúblicas de Donest, Luhansk, Crimea y las que surjan, que sea no por llevarnos por lo que dice la mayoría o nuestras simpatías o antipatías ideológicas; sino porque nos informamos un poco más de historia, política, cultura. Yo le digo no a la guerra, respeto a los derechos humanos de las minorías y al derecho de autodeterminación de los pueblos. Igual, no creo que a Putin, Biden, Zelenky me lean…
13
REFLEXIÓN Martín Reyes Bañuelos Colaborador 2 de marzo de 2022
E
l día de ayer, 1 de marzo, aparece en El Universal un artículo de Alberto Aziz Nassif titulado “Repartidores, nueva precariedad laboral”. En él se aborda una realidad reciente, referida a mi parecer básicamente a los jóvenes: el empleo en la llamada “economía digital”. Dice textualmente el autor que
“cada día son más las bicicletas y, sobre todo, motocicletas que circulan en las ciudades con los famosos repartidores que portan una caja con el nombre de Uber, Didi, o Rappi…boom laboral que han generado estas plataformas”. Llama poderosamente la atención los datos que arroja enseguida: -Citando un estudio de Oxfam México e Indesig (ambas ONG), refiere el autor que “entre el segundo trimestre de 2020 y el segundo trimestre de de 2021 se sumaron 3.9 millones de personas, para llegar a 12 millones, lo que representa un 22.6 % de la población ocupada en México”. Coincide este periodo de tiempo con la primera fase de la pandemia. -“El trabajo que se genera en las plataformas propicia una serie de condiciones que amplifican
14
el mundo de la precariedad. Además de los riesgos que corren en el tráfico citadino para estos trabajadores y un trato discriminatorio, las condiciones no pueden ser más contrastantes”. Agrega: Se trata de trabajadores que no tienen seguridad social (al menos la mayoría) y un ingreso neto que no rebasa los 1,700 pesos semanales. -“Durante la pandemia estos sectores crecieron de forma impresionante, sin embargo, las ganancias han sido para las empresas”. Muchos más datos arrojan los estudios citados por el autor que apuntan fundamentalmente -a mi humilde parecer-, a una realidad cruda de fondo: la manera cómo la pandemia cercenó las esperanzas de muchos jóvenes, la forma cómo su horizonte de vida se volvió más lejano. La pandemia, en su inicio, hizo víctimas a los adultos mayores, a las personas con comorbilidades, a los trabajadores de la salud. De los niños se habló que eran naturalmente inmunes. Nada se habló de los jóvenes al principio; se les formó hasta el final de la fila para el tema de las vacunas. Todo esto ocurrió sin percatarnos que terminaron siendo mayormente damnificados en asuntos mucho
más vitales como es el tema de la esperanza y el sueño de la vida. Y es así como seguiremos viendo: sueños rotos, desesperanza, pesimismo, aislamiento, trabajos precarios como al que se refiere el artículo, etc. No con eso, continúo mirando a mí alrededor, no sé por qué, escuelas de nivel medio superior y universidades todavía cerradas, posponiendo las potencialidades de muchos jóvenes. ¿Deshonestidad? Es mi sospecha. Mucho podemos hacer en favor de ellos, quienes los amamos, volviéndonos nosotros puntales de su esperanza, siempre con COMPRENSIÓN y PACIENCIA.
15
PANDEMIA DEL SIGLO Josefa Villagómez Reyes Huajuapan De Léon, Oaxaca
Encierro, refugio de un abril sin luz, Tinieblas tenebrosas, imagen con capuz Quisiera despertar y ver la claridad De puertas y callejas abriendo la ciudad. Pesadilla inerte, de este miedo atroz, Que arrasas con un todo, destruyendo precoz Al humano incierto que anda en busca feroz De una mentira absurda, o de una verdad en pos. A pesar de ser mayo, de un luciente fulgor, Aunque el sol resplandece recorriendo la flor No hace caso a noticias, de ningún televisor Pero el hombre contempla atónito... su dolor. Pandemia de este siglo, al mundo desbastaste Y luego el mes de mayo, de fiereza llenaste, No cantas primaveras por senda que trazaste Y no hay cenzontle alguno, pues tú los destrozaste. Hasta cuando, hasta cuando, terminará el tormento, Sin que emerja el recuerdo que cobró tanto muerto, Y las límpidas fases, surgirán al momento Y una página escrita, quedará al descubierto. Y pensar que tal vez, no estaremos como antes, Separados e inertes, cual luceros quemantes, Como el eco y las voces, entre montes distantes, Solo Dios con dulzura, nos mirará constante.
16
MADRE SANTA Josefa Villagómez Reyes Huajuapan De Léon, Oaxaca
Flor celeste, nacida en un pantano Sin que gota de fango te manchara, Y contigo el espíritu morara Y tu vientre como templo se ocupará. Mujer sin mancha, bien nacida, Recibiste el don de la pureza, Y por eso el Creador te dio belleza, Y se extasió contigo en su grandeza. Nos delitas con la luz de tu mirada, ¡Oh! Madre de Jesús, siempre abnegada Y con una súplica de amor acabas Y la ira de mi Dios, con sencillez apagas. ¡Loor a ti excelsa!, madre mía, ¡Creatura que Cristo admiraría! Pequeño, en tus brazos se dormía, Sus milagros, tu contemplarías. Se transforman las cosas a tu paso, Y el sol se detiene en el ocaso, Los ángeles te ponen blancas flores, Y por ti se simplifican los temores. Como no buscarte Madre Santa, Si me cubres a diario son tu manto, Cuando caigo, enjugas tú mi llanto, Y me envuelves en tu dulce encanto. No te apartes de mi madre bendita, Pues sin ti, hoja seré, que el viento agita, Una paja, que el vaivén deja sin vida, Sin tu amor, y sin ti ¡Madre querida!
17
SIN PANDEMIA EN E Jesús Félix Gómez Puebla, Enero 2022
L
as cinco con treinta. Mi alarma interior me despierta sacándome del profundo sueño en el que me encuentro. Nunca me gustaron los despertadores, aquellos mecánicos no me dejaban dormir con su inquietante tic tac y su estruendosa alarma; los eléctricos tenían una luz roja que iluminaba mi pequeña habitación dándole apariencia de tugurio. Debía apresurarme, tomar una rápida ducha, vestirme con la ropa previamente seleccionada la noche anterior, y tomar un batido o, en contadas ocasiones, un cereal con leche. De salida alcanzaba una fruta; una banana o una manzana, para comerla en el autobús. Tenía que estar listo a las seis. A esa hora pasaba, a unas cuadras, el autobús que me llevaría al instituto, pues mi primera clase iniciaba a las siete. Nadie era puntual; el bus siempre se retrasaba varios minutos, y el maestro se presentaba a dar su cátedra a la hora que mejor le convenía, y eso si teníamos suerte, porque había días que ni siquiera avisaba de su ausencia. La última clase era a las nueve de la noche, por lo que salía corriendo para poder tomar el último camión que salía a las diez, y después de una hora de trayecto, llegaba a mí casa pasadas las once. Si tenía suerte podía adelantar una tarea en el camino.
18
Tomaba algún recalentado de la comida y me iba a la cama cerca de la media noche. Debía madrugar. Yo quería estudiar; tener un título, ser alguien en la vida. Era hacerlo así o nada. En mi salón había solo dos niñas; la Gaby y la Marisol. Era una escuela técnica, por lo que era de esperarse que así fuera. La Gaby era más bonita, y más sociable. No es que la Marisol no lo fuera, pero tenía un deje de sentirse la última Coca Cola del desierto, y eso a nadie le atraía. La Gaby era más coqueta y más sencilla. Con ella hice muy buena amistad, hasta que un día conoció a otro y se comprometieron. “Cartera mata carita”, decía mi madre: ¡Qué razón tenía! Me escribió una carta de despedida donde me decía que valoraba mucho mi amistad y que siempre sería mi amiga. No lo cumplió. Con el tiempo me enteré de que se casó y formó una bonita familia. Nunca le guardé resentimiento. Había querido llevar una vida de dispendios y lo consiguió. Siempre pensé que quien ama a alguien, debe dejarlo libre y desear su felicidad. Eso hice, o al menos lo intenté, y a mí no me fue tan mal.
**********
Cuarenta años han pasado desde entonces y ahora vivo con mi hija y su familia, pues mi esposa partió, hace un par de años,
al lugar donde todos esperamos reunirnos algún día. En verdad es que esta casa me está volviendo loco. Se ha convertido en escuela, oficina y academia. Mi yerno se la pasa en un cuarto trabajando en línea; mi hija con sus clases de yoga y mindfulness encerrada en su habitación, y mis nietos, cada uno en su cuarto tomando clases sentados todo el día frente a una PC, mientras yo deambulo por la casa tratando de no hacer ruido para no molestar a nadie. A ratos me asomo con mis nietos, teniendo mucho cuidado de no salir en la foto, midiendo que la cámara no me capte. —Andá, abuelo, que debo ir a la papelería por un material que necesito para un trabajo. Sabes que mi mamá no me deja ir solo, y como sé que tú no tienes otra cosa que hacer, debes acompañarme —me dice el mayor de mis nietos cuando termina una de sus clases. Debo aceptar que eso de que no tengo nada que hacer me duele escucharlo, aunque tengo que reconocerlo. Ahora yo soy el que más pendiente está de los críos, pues sus papás parecen estar pegados a la pantalla de sus respectivos ordenadores. Como yo no sé nada de tecnología, pues en mis tiempos lo más que llegué a aprender fue cómo manejar una regla de cálculo, mi ayuda se limita a auxiliar-
EL CORAZÓN los a conseguir todo el material que necesitan. —Esta vez tendremos que ir a la tienda que está a unas cinco cuadras pues, aunque la de Don Chuy está más cerca, la otra está más surtida, así que debemos apresurarnos, pues pronto iniciará mi siguiente clase. No olvides llevar tu barbijo, o no te dejarán entrar —agregó. Abrió su ropero y pude ver una colección de diferentes barbijos; que si el KN95, que si el KF94, de tela, desechables y muchos otros diferentes, de colores variados. En mis tiempos nunca pensé que esto pudiera pasar algún día, o que me tocara verlo a mí. —Abuelo, debes cambiarte tu barbijo, pues si no es KN95 no te dejarán entrar, ya que el Ómicron es mucho más contagioso que el COVID original —espetó, mientras se aplicaba una de sus lociones favoritas. Yo no entiendo nada de eso, pero hago caso fiel a las instrucciones. No cabe duda de que las nuevas generaciones llegaron a este mundo con esta nueva modalidad, por lo que se les hace normal tener que salir a la calle con la cara medio cubierta. El barbijo, para ellos, es parte ya de su vestimenta diaria. Antes de salir de la casa, noté que mi nieto tomaba un Ferrero Rocher que estaba sobre la mesa
de la cocina, ocultándolo en la bolsa de su pantalón, tratando con esto de evitar que yo lo viera. Al llegar a la papelería él entró rápidamente y empezó a recorrer con la mirada el lugar, como si buscara a alguien. Al poco rato vi entrar a una niñita muy acicalada. Venía acompañada de su mamá, y aunque no pude ver la sonrisa en su carita debido a su coqueto barbijo, el brillo de sus ojos delató su alegría. Mi nieto no pudo aguantarse y corrió a su lado. —Hola —le dijo, conteniendo las ganas de abrazarla o por lo menos estrechar su frágil mano. Sacó de su bolsa el chocolate oculto y se lo dio. —Mira —le dijo—, te traje esto. —Muchas gracias —contestó ruborizándose, lo cual fue muy notorio a pesar de llevar la mitad de su carita tapada. Yo me apresuré a saludar a su mamá tratando de alejarla, dándoles un poco de espacio a nuestros incipientes adolescentes.
día comprendí que aún y cuando un malvado vicho había cambiado por completo nuestra forma de vivir, las nuevas generaciones encontrarán la manera de convivir y hallar el amor que todo ser humano necesita para sentirse realizado. Hoy en día cuentan con Facebook, WhatsApp, Instagram, Twitter, Zoom y muchas otras redes sociales (en el futuro se irán incrementando y mejorando), y que en nuestra época ni siquiera soñábamos, que podrán utilizar para interrelacionarse con chicos de su generación. Ahora los padres tienen una nueva tarea: educar a sus hijos en el uso correcto de estas herramientas informáticas. Estoy seguro de que, aunque un virus nos invada y mute mil veces en su afán de subsistir, convirtiéndose incluso en pandemia, hay algo que nunca logrará erradicar: los buenos sentimientos del Ser Humano.
—FIN—
Durante el camino de regreso, habiendo comprado solo unas hojas y un bolígrafo que bien podíamos haber adquirido en la tienda de Don Chuy, no pronunciamos palabra alguna. Mi nieto lucía feliz, y más que caminar parecía ir bailando y cantando. Ese
19
CARRERA Alba Tzuyuki Flores Romero
L
legué a San Cristóbal tan sólo con una maleta y el deseo de pasar tiempo con Álvaro en su propio territorio. Andaríamos por las calles por donde él caminaba a diario, los bares y los edificios y paisajes que ha fotografiado. El lugar me fascinaba porque estaba cerca de varias bellezas naturales y porque era el preferido de muchos extranjeros, había mucho movimiento rodeado de una arquitectura acogedora. Bajé del autobús y caminé al interior de la central camionera. Álvaro no había ido por mí. Lo esperé un cuarto de hora hasta que algo contrariada decidí enviarle un mensaje. Su respuesta llegó diez minutos después. Sentada frente al recibidor me preguntaba si habría sido oportuno ir hasta ese lugar que sólo había visitado una vez, fugazmente, en unas vacaciones familiares: ¿Podrías tomar un taxi?, escribió. En el taxi recordé las veces que había visto a Álvaro y sonreí al darme cuenta que en esta ocasión casi me sentía la ganadora de alguna especie de concurso, ilusionada por verlo. Después del último encuentro, creí que jamás tendría noticias suyas. La tercera es la vencida pensé. Aquella última vez nos vimos en un café, le regalé mi libro de poemas y él me dio un par de fotos: la de la niña costeña asomada a la ventana de una casa de madera y la de una mano muy delgada, llena de pecas y surcada por los años,
20
sobre las cuerdas de un contrabajo. Como las veces anteriores, tomamos mucho café, escuchamos música, bailamos abrazados e hicimos el amor hasta el amanecer. Lo conocí en el museo del Ayuntamiento, él tomaba fotos en el patio central. Yo estaba por entrar a la primera sala y me abordó. Me preguntó dónde estaba la Casa de los Muñecos. Me llamó la atención su cámara ya que yo misma había incursionado sin suerte en la fotografía. Sus anteojos le daban un aire desaliñado que me gustó. Me dijo que estaba hospedándose en un hotel del centro y me preguntó si conocía algún bar que se pusiera bueno para ir en la noche. Le di el nombre de un par de sitios y me escabullí, no andaba para ligues. A la salida del Ayuntamiento lo volví a ver tomando café en una de las mesas del portal, me hizo adiós con la mano y dijo “Oye, ¿me das tu número?”. Me detuve, sonreí, busqué alguna excusa para no dárselo. No tenía intenciones de volverlo a ver, no lo conocía y no tenía idea de qué quería, pero finalmente, con esa sonrisa que le arruga la cara y le desaparece los ojos, me convenció y le dejé mi número. Esa noche me buscó y acepté salir a tomar algo. Llevaba su cámara y me mostró las fotografías que había hecho en Puebla. A la mañana siguiente regresaría a la ciudad de México. Iba a entregar las fotos en la editorial donde trabajaba y por
su liquidación, pues el recorte de personal le había tocado. Las fotos, si no eran excelentes, al menos eran muy buenas. Vi mi ciudad a través de otros ojos y la miré hermosa, reluciente. Con un par de mojitos encima, comenzamos a reír y él aprovechó para retratarme. Yo ya no estaba a la defensiva. Disfrutaba su compañía y la plática. Me contó que había terminado una relación de tres años con Eva, una pintora argentina que tenía un hijo de una relación anterior. Le dio tiempo para sacar sus cosas del departamento donde vivían y ahora él volvería por las suyas. Vendería el lugar y regresaría a su tierra para empezar de nuevo. Me dio un poco de envidia darme cuenta de que él tenía una alternativa para su rompimiento y para su vida. Yo también venía de una relación fallida a la que había dedicado cuatro años. Me sentí identificada con él y a la vez distinta, pues yo no encontraba cómo escapar del recuerdo. Terminamos haciendo el amor en su cuarto de hotel. Tuve que inventarle algo a mi hermana mayor para no llegar a la casa. Al día siguiente amanecí con una sonrisa estúpida en los labios y casi con un regusto de nostalgia pues tenía la certeza de que sería sólo un acostón. Sin embargo, organizamos nuestros encuentros. Él regresó tiempo después a Puebla y yo fui también a la ciudad de México.
Aunque se había mudado a Chiapas, la última ocasión me avisó que tendría que regresar a firmar los papeles por la venta de su departamento. Me llamó y viajé para verlo. Fuimos a Bellas Artes, conversamos y caminamos por el centro como si fuéramos una pareja, tomados de la mano y pensé que lo nuestro había sobrepasado la cuestión física, sin embargo, terminamos en un hotel del centro, medio escondido, medio deprimente, pero limpio. Empezó a fotografiarme. Primero el rostro, cuando estaba sentada sobre la cama, luego en diferentes ángulos y mientras me quitaba la ropa. Finalmente, entre besos y caricias, fui posando para él desnuda. Volví a casa y me sentí bien con algo que parecía ser el inicio de un romance. Parecía que él estaba a punto de entregarse del todo, de dejarme entrar en su mundo a pesar de la distancia. Nos inscribiríamos en un compromiso que avanzaría poco a poco. Lo noté tranquilo, a gusto. Prometí ir a verlo a Chiapas. Prometió regresar a Puebla en cuanto pudiera. Llegué a la dirección que me dio. Era una colonia a las afueras de San Cristóbal, los jardines delanteros se dejaban ver a través de las rejas de casas clasemedieras. Bajé del auto y toqué el timbre. Una mujer de tez blanca y cabello ondulado, al hombro, me hizo pasar. ¿Eres Cristina?, yo, Elena, dijo antes de esperar mi afirmación y me condujo por el pasillo. Se trataba de un sitio anticuado, de paredes descarapeladas. Noté las manchas de humedad y que los vidrios de las ventanas estaban sucios. La sala se sentía fría, tenía piso con mosaico de colores, muebles sencillos y muy usados. Toma asiento, voy a llamar a
Álvaro, indicó y entró a un cuarto. Había algunos volúmenes en el librero: contabilidad, métodos de investigación, derecho y otros temas. Elena regresó y dijo que él vendría en un momento. Se metió a la cocina, regresó con un vaso de agua, lo dejó en la mesa de centro y empezó a hacerme preguntas respecto a mi viaje. Al rato oí la puerta. Entraron a la casa dos mujeres. La primera tendría como treinta y cinco años, la otra unos veinte. Son Clara y Alicia, dijo mi acompañante. Me puse de pie y extendí la mano para saludarlas. Clara se metió en la cocina y Alicia subió las escaleras. En eso, vi a Álvaro salir de la habitación. Durante el viaje me había imaginado de otra forma nuestro reencuentro: al bajar del autobús me le colgaría del cuello y le daría un beso largo. Pero en esa casa y delante de Elena no me sentí a gusto de mostrarme efusiva. Sólo me levanté, le di un beso casi imperceptible en los labios y un abrazo. Sentado a mi lado, Álvaro me preguntó qué tal había estado el viaje y se disculpó por no haber ido a traerme. Elena me llevó a una habitación para dejar mis cosas y descansar un rato. Dormí unos minutos hasta que Alicia entró, se arrojó a la cama de junto y encendió el televisor. Hola, me dijo, ya casi está la cena. Me incorporé y nos quedamos así unos instantes, viendo un programa que ni recuerdo. Sólo vienes de vacaciones, preguntó, y yo le dije que si, que había ido sólo a visitar a Álvaro y a darme una vuelta por la ciudad. Ah, contestó, con la vista fija en el televisor. Clara se asomó a la puerta y maternal nos dijo que bajáramos a cenar. Álvaro estaba ya sentado a la mesa. Elena a su derecha, luego seguía Alicia. Yo tomé el
asiento a su izquierda. Clara trajo una cazuela con guisado y nos sirvió a todos. Después de la cena yo pensé que saldríamos a caminar, pero él se limitó a decir que iba a ir a hacer unas fotos y salió. Fue muy frío, no recibí ni siquiera un beso en la mejilla cuando se despidió. Era extraño estar entre tanta gente, pero las muchachas también tenían planes y yo que estaba cansada decidí quedarme, así, me puse a hurgar lo que encontrara. Descubrí que los libros de administración y economía eran del papá de Álvaro que había muerto dos años atrás. En parte por eso él había decidido venir a Chiapas, después del recorte, ocupar la casa y reiniciar. Vivía de tomar fotos para campañas políticas o en eventos sociales. En su escritorio miré varias impresas que iban desde tomas a políticos como a quinceañeras y bodas. Al seguir observando fotografías, una a una fueron apareciendo las chicas que habitaban la casa. Los diferentes tonos de piel, el color de los ojos, las uñas pintadas en unas, en otras, la boca. Clara, de cabello rubio, con actitud como de cuadro del barroco, con sus caderas grandes y redondas, Elena de cabello oscuro y ondulado, de facciones duras y mirada imponente, Alicia, de senos puntiagudos, cabello castaño y lacio, nalgas respingadas y piernas largas. Yo, sobre sábanas blancas, viendo hacia arriba, tapándome los senos, el sexo y finalmente desnuda, con los brazos hacia arriba. Yo bebiendo mojitos, luego, a lo lejos en el museo. Sentí una punzada en el estómago. No sabía qué hacían todas esas fotos de mujeres ahí, mujeres en su casa, ni quiénes eran o por qué estaban ahí. Quizá Álvaro preparaba una exposición sobre retrato
21
femenino, no lo sabía, pero por unos segundos me sentí como parte de una colección, después, vino a mi mente la posibilidad de que estuviéramos metidas en la boca del lobo, ¿y si él fuera un tratante? ¿y si quisiera vendernos a algún extranjero? Busqué la oportunidad de que habláramos, pero ésta no aparecía, él trabajaba la mayor parte del día, o luego salía a las comunidades alejadas, al regresar no podíamos quedarnos a solas, porque ahí estaba Alicia revoloteando por la sala, o Clara preguntando si estábamos bien o Elena avisándonos que la comida estaba lista. Fue una tarde, cuando salía de ducharme, que al abrir las cortinas que separaban la tina y regadera del resto del cuarto de baño, vi que Álvaro estaba parado frente al espejo, afeitándose. Me tomó por la cintura y me acercó hacia él. ¿Te gusta San Cristóbal? Contesté que sí y me besó. Imaginé caminar juntos, de la mano, por las calles, entre tiendas, cafés y negocios, perdidos entre los turistas y extranjeros que visitaban el lugar. No quise romper el momento preguntando quiénes eran las otras mujeres. Él me dijo que si quería acompañarlo a la inauguración de una exposición por la tarde y le dije que sí. Me fui a cambiar y salimos. Me sentía bien de poder conocer a sus amigos, era una señal de cercanía. Vi que era un tipo conocido en el medio en el que se desenvolvía. Muchos lo saludaban o se despedían de él efusivamente. Me presentó como una amiga y no me importó, finalmente no habíamos podido aclarar hasta dónde llegaba nuestra relación. Terminando el evento tomamos unos vinos con algunos de los asistentes y luego fuimos a un
22
bar con una pareja de amigos suyos. La noche pasó normal, entre tragos, música, risas, mi mano en su mano, baile. Él charlaba como siempre, animado, riendo con esa risa que le marcaba las arrugas a los costados de la boca y contando sus múltiples viajes del pasado. Yo estaba encantada, me sentía segura, amigable. Regresamos a las tres de la mañana. La casa dormía. Parecía que las otras mujeres no estaban. Entré con él a su cuarto e hicimos el amor por primera vez desde que yo había llegado. Dormimos abrazados la mayor parte de la noche. Bueno, no me presentaste como tu novia, le dije al amanecer. “¿En serio es necesario? Eres algo más”. Ya antes habíamos platicado de la intención de ambos de tener un hijo. Sin importar si juntos o no, pero queríamos uno, los dos coincidíamos en ese deseo. Yo venía justo a decirle que lo había pensado y que podríamos intentar que yo fuera la mamá de su hijo, con todo lo que ello implicaba. Pero no pude decirle nada. Debía pasar más tiempo, quería que me contara de sus viajes a Cuba, a Guatemala y al Salvador, que me compartiera más libros, necesitaba convencerme de que yo estaba en el lugar indicado, de que él era un hombre ecuánime y seguro. Me costaba pensar que tendría que regresar al trabajo y abandonar la idea de que algo pudiera haberse gestado con él. Necesitaba saber que podría quedarme aquí, emprender algo nuevo, quizá, una vida juntos. Él se levantó, se vistió y bajó. Olía a que el desayuno estaba hecho. Elena, Clara y Alicia ya estaban sentadas a la mesa. Álvaro se servía agua en la cocina y yo aproveché para seguirlo, con el pretexto
de buscar un plato. —¿Y ellas? ¿Qué hacen aquí? ¿También serán las madres de tu hijo? Él sonrió, me dio un pequeño beso y dijo: —No podrían. Alicia es una escuincla que no sabe lo que quiere, a Clara le gustan los toros y Elena fuma mucho. Esos son detalles inaceptables en la que vaya a ser la madre de mi hijo. Sonreí nerviosa, salimos de la cocina y fuimos a sentarnos con las otras mujeres. Alicia se levantó y fue a darle un beso en la nuca a Álvaro. Él sonrió y le tomó la mano pero ella se zafó y abandonó la mesa. Me voy a la escuela, dijo. En la noche hay fiesta con mis amigos, ¿recuerdas? Álvaro asintió y dijo que pasaría por ella a la universidad. Elena apresuró el último bocado y empezó a levantar la mesa. Clara hojeaba un catálogo. El momento se me hizo incómodo y supongo que ellas lo notaron porque segundos después desaparecieron del comedor. Esa tarde Álvaro se quedó en su cuarto. Yo me fui a encerrar al otro. Mientras leía oí la voz de Clara acercarse a la puerta de él. Tocó y Álvaro la hizo entrar en su habitación. Los sonidos a través de la pared eran evidentes. Estaban cogiendo. No me asusté, pero estaba confundida. Él no aclaraba nada respecto a las otras chicas, ni del tipo de relación que teníamos ambos y la forma en que las trataba me hizo sentir no sólo como parte de una colección, sino más bien, en una especie de carrera de caballos. Cuando empezó a oscurecer, Clara salió del cuarto de Álvaro y se fue al suyo. Oí que él se alistaba para salir. Iría por Alicia y luego de fiesta. Mi cerebro no alcanzaba a com-
prender lo que pasaba. No podía creer que eso se tratara de una especie de harem. No era lo que yo esperaba. Él jamás me dijo que vivía así. Más tarde traté de analizar la situación y quise convencerme de que sólo les daba hospedaje o las apoyaba mientras ellas conseguían algún lugar. Pero, parecía que todas se acostaban con él. Yo no iba por eso. Todavía quería hablar con él y decirle mi intención de planear una vida, un proyecto, un hijo. Varias chicas, metidas en la casa de un hombre. Con libertades y acuerdos tácitos, varias mujeres enredadas con un hombre que, según me había dicho, quería un hijo pero no cómo. El lugar, a ratos, me parecía una especie de burdel. No podía continuar así, entonces decidí preguntarles a las demás qué era lo que pasaba con Álvaro, qué tipo de relación tenían con él, por qué estaban en su casa. Elena me dijo que a ella también le había llamado la atención que él quisiera tener un hijo, ella venía de un divorcio y él le propuso acompañarlo en la casa y ayudarlo con los gastos. El hijo no había llegado porque aún no lo habían platicado y a ella no le corría prisa. “Me encanta su forma de charlar y esa risa que hace que los ojos se le conviertan apenas en un par de rendijas”, confesó Elena. Clara me dijo que sólo estaba ahí en lo que alguien más llegaba. Porque Álvaro con sus dotes de artista no era lo que ella buscaba, es decir, alguien estable, con un buen nivel económico, un ejecutivo quizá. Sin embargo, su aire bohemio y las reuniones a las que iba le parecían entretenidas y él siempre tenía una hazaña que contar. Las dos comentaron que Alicia era la que apenas había llegado.
Joven, loca, con ganas de experimentar. Álvaro se había quedado prendado de ella en la ciudad de México durante un evento de bodypaint en donde ella fue modelo y la invitó a venir. Ella llegó unos meses después. La fotografió, le ayudaba con algunos gastos de la escuela, cogían, pero nada más. Me sentí estúpida, tratando de entender en qué consistía todo este asunto. Me di cuenta de que cuando Clara hablaba de toros, Álvaro la evadía y se dedicaba a ponerle atención a alguien más. Cuando Elena encendía un cigarro, Álvaro salía de la habitación y cuando Alicia empezaba a hacer preguntas simples, él cambiaba el tema. Sin embargo, a pesar de ser visible que aquellos actos le molestaban, él se acostaba con todas al menos una vez por semana. Y también conmigo. Por las noches, me preguntaba qué demonios hacía yo metida ahí. ¿Él estaba haciendo su selección, poniéndonos a todas a prueba? Yo tenía que elegir. Quería enfrentarlo y decirle directamente mis intenciones. Yo había puesto alma y corazón en él y él no lo había notado. Hablé con las otras chicas, Alicia fue la única que se mostró desinteresada en contarme su experiencia y el por qué estaba ahí. A mí sólo me gusta, coge bien, me dijo y se fue. Clara me dijo algo que yo intuí. Que había ido sin la intención de pedir. Que esperaría a que él se decidiera e hiciera su elección. Que sabía que eso era como una competencia de caballos, pero que todas en la casa ya estaban acostumbradas y él tan a gusto que nadie sobresalía ni se sentía la predilecta. Elena por su parte, me contó que cuando llegó se sintió insegu-
ra, analizada y que constantemente tenía que quedar bien ante él. De intentar superar a las demás, ella simplemente pasó a ocupar el lugar que le correspondía, cuidando, procurando, mimándolo, pues sabía que él necesitaba mucho de eso y ella lo podía dar. En los días que siguieron a esa charla, traté de visualizar el aspecto de mí que molestaba a Álvaro y que hacía que no me aceptara del todo, que no estuviera en primer lugar con respecto a las demás. Una noche me dijo: tú eres muy inteligente. Quiero una madre así para mi hijo. Yo volteé y solté: ¿Podríamos tener una relación, o no? Darle un padre y una madre juntos. No, me dijo. Yo no estoy hecho para eso. No podría, contigo viviendo tan lejos. Me conozco. Asumí entonces que él estaba afirmando que no quería abandonar sus hábitos de coger con una y con otra y que no había propuesta de una relación conmigo. Me quedé un par de meses, pero seguía sintiendo que eso no era para mí. Me salí de su casa el mismo día que Alicia se fue. No podía abandonar mis deseos y dejar de ser yo. Con otra rotura de corazón me regresé a Puebla sin avisarle. Me buscó muchas veces, pero lo bloqueé de todos lados. Nunca le mencioné lo del niño.
23
NINFAS, CÁTEDRA PARA EL S. XXI Ricardo Quit. Colaborador
“Nuestros tiempos son tiempos de mediocridad, de falta de sentimientos, de la pasión por la ignorancia, de pereza, de la incapacidad para empezar a hacer algo y el deseo de tener todo ya hecho” Fiódor Dostoievski
E
ste 24 de enero de 2022, conmemoramos por cuarta ocasión el Día Internacional de la Educación, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas acorde con la proclamación de la misma institución para el Desarrollo Sustentable, que demanda nuestros esfuerzos para alcanzar una educación de calidad, inclusiva y equitativa, con énfasis en alcanzar la igualdad de género y romper el ciclo de pobreza. En torno a la fecha y los Objetivos para el Desarrollo Sustentable se ha replanteado la educación emitiendo recomendaciones y sugerencias que rayan en las utopías y advirtiendo de las distopías. Una vez más se replantea la importancia de atender en el dúo enseñanza-aprendizaje desde el punto del aprendizaje, cómo
24
aprendemos y porqué lo hacemos, alejándonos de lo que debe decir el orador de enfrente para acercarnos a qué hace y cómo lo hace. “La educación es tan vieja como la humanidad en sí, nace al inventar el espacio público, y transformar nuestra población humana en una comunidad, al establecer roles de autoridad, con energía, sabiduría y conocimiento que moldearon la cultura.” (Filibusteros Fauvistas, 2015). Los Roles de autoridad se desvanecen en el trabajo colaborativo y surgen los liderazgos que nos permiten trabajar en equipo; se sigue discutiendo si la educación pública crea mayor conciencia social y si la educación privada promueve los rasgos individuales y la independencia y de ser así qué sucede con los millones de
emigrantes que llevan su cultura a la que le han cortado las raíces. Cómo se integrarán a las nuevas sociedades a las que arriban y si estamos ante la creación de una comunidad en la que sus integrantes están aislados a nivel global es una pregunta que también se ha tratado de resolver en los últimos 30 años. Hace 50 los estudiantes llamaron la atención a reclamar sus derechos en el mundo, en México el año de 1968 significa más que la sede de los juegos olímpicos, también es motivo para recordar la autonomía de las universidades -públicas y privadas- y para muchas de ellas el incremento en sus presupuestos, nuevas y mejores instalaciones. Los maestros con mejores prestaciones se convirtieron en catedráticos, espe-
AS Y CATEDRALES cialistas en el tema que ocupan una silla al frente de sus alumnos, y con esa transformación la libertad de cátedra pasó de ser una libertad de expresar sus ideas y métodos de enseñanza a un libertinaje incluso sobre lo que aleccionan, sus contenidos y propósitos. En un mundo digital en que las redes sociales en Internet cumplen un papel fundamental sería buen momento para observar a nuestros maestros, profesores y catedráticos en sus conductas digitales. ¿Cuál es la responsabilidad social de los instructores en el uso de recursos públicos? Que las instituciones particulares ofrezcan una cuota de becas pareciera ser un tabulador corto para medir dicha responsabilidad incluso en la validez oficial de estudios, si las instituciones públicas están entregando la materia prima prometida a la sociedad o si siguen pensando que son productores finales de ciudadanos es algo que no deberíamos dejar de señalar en el renglón. En un futuro cercano realizar operaciones matemáticas en papel y lápiz o escribir a mano será un síntoma de pobreza comparado con aquellos que estarán dictando a sus asistentes digitales y recibiendo resultados de cálculos matemáticos para aumentar su producción. ¿Continuaremos resolviendo dudas tras una visita a la biblioteca, una consulta en internet o una pregunta abierta al asistente virtual? Y aun así
¿quién supervisa las temáticas de los contenidos de las canciones que tarareamos? en el espectro público de radio o mejor dicho en términos contemporáneos ¿quién debe de supervisar lo que escuchan nuestros críos en sus reproductores digitales? En la escuela organizan el festival de invierno con posadas y villancicos mientras de tarea dejan que se aprendan las vocales y números en casa. La educación como parte de una industria de ciudadanos productivos nos llevó a sistemas numéricos simples de evaluación en la que el desarrollo de los valores y las artes son menos preciados ante las otras técnicas llamadas tecnologías, lo que nos lleva a un conflicto cuando queremos plantear las conductas y reglas de gobernanza y ética en especial a las florecientes inteligencia artificial, biotecnología y la comunicación-expresión digital. Ahora deberemos resolver si es más importante disfrutar del mundo que nos queda o extender el mundo para su disfrute moderado. Los oradores peripatéticos desaparecieron ante los discursantes de estrados, las ninfas dejaron de presentarse en los paraninfos dejando a los escuchas a merced de las cátedras, clases y (j) aulas; de igual manera las musas fueron encerradas en gabinetes de curiosidades en los museos. Aún tenemos mundo que recorrer, observar, investigar, clasificar, entender y comprender;
tenemos también nuevas herramientas lógicas, matemáticas y tecnológicas para llegar a conclusiones novedosas y reveladoras; desde un telescopio en el espacio hasta un microscopio para ver de qué están hechas las cosas. El Cálculo integral aún es venerado a 350 años de su invención y eso que la lógica booleana inventada hace 150 domina el funcionamiento de las computadoras, la lógica difusa apenas tiene 50 años y la encontramos en la mayoría de las máquinas que operamos diariamente desde el automóvil hasta la lavadora compitiendo en edad y mercado con la tan sonada lógica cuántica que se presume dominará el cómputo en el siguiente salto tecnológico. ¿Qué tipo de resultados dan las cátedras y los catedráticos hoy en día? En la famosa novela de Víctor Hugo, Nuestra señora de París; la Catedral albergaba tanto al tirano Frollo y al deforme Quasimodo, confrontados por su autoridad, valores percepción de la vida y la autosatisfacción; la novela escrita hace doscientos años pero ambientada hace 500, advierte que no todo en las catedrales es bondad y que las ninfas pueden existir en las cortes de los milagros, los mendigos pueden ser los protagonistas y la cultura domina ante la educación formal que la sociedad puede ofrecer.
25
DIÁLOGOS CON LA REALIDAD
¿Y LOS ADOLESCENTES…? Gonzalo Jacobo Jiménez Mendoza. Colaborador
U
n primer dato general, tomado del INEGI, indica que en México existen un poco más de 17 millones de chicos y chicas entre los 12 y 19 años, a esta población se le ubica como adolescentes; palabra con varios significados; pero lo serio de este tema es lo complejo que es ser adolescente. Cerca del 40% de esos 17 millones de chicos abandona los estudios, es decir, cerca de 6 millones 800 mil estudiantes desertan de la escuela por reprobación o deserción. Por lo que cabe hacer esta pregunta: ¿y los adolescentes…? (¿qué hacen con su vida?) ¿A qué se debe este complejo problema social? Los estudiosos del desarrollo humano consideran que a partir de la Revolución Industrial cambió la función social de la familia al igual que su estructura; ello significa que las funciones de la familia se han ido transformando y ahora resulta más difícil acompañar a los hijos en el proceso de convertirse en adultos. La adolescencia ha sido considerada, tradicionalmente como un período crítico, son los años tormentosos, un periodo de tensiones, de cambios hormonales y principalmente de demandas sociales que los chicos no son capaces de cumplir sin la ayuda y acompañamiento de los adultos. ¿Cuáles son esas demandas sociales? •Alcanzar la independencia res-
26
pecto de su familia, en especial de sus padres. •Ajustarse a su maduración sexual. •Establecer relaciones viables y de cooperación con sus compañeros, sin ser dominado. •Decidir su vocación y prepararse para cumplirla. •Formarse una filosofía de vida. •Adquirir el sentido de la propia identidad. Seguramente muchos lectores ya pasaron esta etapa de la vida, ¿habían considerado explícitamente estas demandas sociales que se supone nos convierten en adultos felices y exitosos? Primero las chicas y después los chicos empiezan a experimentar los cambios hormonales, sin embargo, en casa son más importantes las calificaciones que se han de obtener en la escuela. Culturalmente no sabemos cómo hacer fácil la transición de la niñez a la adultez. Parece que nuestra sociedad no sabe qué hacer con nuestros adolescentes, solo mandarlos a la escuela. ¿y si fracasa en la escuela, cuál será su destino? Ya se han indicado las demandas sociales que ponen de manifiesto nuestro éxito o nuestro fracaso al tratar de convertirnos en adultos y no solo en personas maduras biológicamente. A continuación, se exponen algunas señales que ponen de manifiesto que se está fracasando, como adolescente en la tarea de
alcanzar la identidad del yo. •Los cambios físicos pueden dar lugar a preocupaciones, ansiedad, miedo, sentimientos de culpa y rechazo. •Su conducta social no se conforma a las normas establecidas, delinque, roba, forma parte de pandillas, consume drogas, se fuga de la escuela o de su hogar. •Las chicas pueden considerar al embarazo como símbolo de independencia o para ganar status. •Desarrollan trastornos hipocondriacos. En conclusión, ser adolescente significa enfrentar la autoridad de los adultos para lo cual a veces “ya se es demasiado grande” y otras ocasiones “no se está demasiado grande para”. Si eres padre o profesor de algún adolescente piensa un momento que modelo de adulto le ofreces, que sistema de autoridad manejas y en qué medida tu comunicación es democrática (diálogo). Ahora con la pandemia, con circunstancias tan adversas, la etapa adolescente se vive y se transita con menos referentes, con menos apoyos, pero con las mismas exigencias. Ni la escuela, ni la familia han considerado que los adolescentes se desarrollan a ritmos diferentes, que viven una serie de cambios biológicos, emocionales y psicológicos que les generan diversas emociones y reacciones.
27
MIGRACIÓN, EL CAMINO DE LA ESPERANZA M
ás de 300 millones de seres humanos se mueven diariamente por todo el mundo, salen de su casa para buscar un mundo diferente. Desde África se mueven día a día millones de personas tratando de huir de sus pueblos, comunidades, países, en busca de una vida mejor, ya que no es posible vivir entre tanta miseria, hambruna, enfermedad, pobreza, en condiciones de guerra, peligros permanentes de inseguridad. Cuando uno nace en estas tierras mexicanas, no pensamos en migrar, quizás porque somos un territorio para el paso de migrantes, nos sentimos seguros, con oportunidades de vida y desarrollo, pero poco a poco vamos conociendo que la condición de migrar también nos corresponde, así se van casi pueblos enteros desde hace muchos años atrás, se vacían comu-
28
nidades, manos trabajadoras buscando el tan anhelado “sueño americano”. Todos coinciden en buscar nuevas oportunidades de vida, mejores condiciones de trabajo, abandonando sus parcelas, animales y en muchos casos a la propia familia, al principio como jornaleros, luego fue aumentando el flujo de migrantes, familias enteras, o paisanos que ya no querían volver atrás, los había convencido al nueva vida, esa difícil nueva condición, pero con esperanza de cambiar lo de antes, aquí ya se gana en dólares, pero también se gasta en dólares. Ahora en los inicios del Siglo XXI vemos con asombro que migrar es una constante condición del ser humano, con escenas muy desgarradoras, inhumanas, condiciones lamentables de un peregrinar eterno hacia lo desconocido. Así encontramos a diferentes
pueblos moverse, pero es de llamar la atención las migraciones desde África, América del Sur, Centro América, países de Asia y aquellos que se encuentran en conflicto en el mundo árabe. Y por otro lado la movilidad de personas que salen de la región más pobre de Europa. Surgen varias preguntas que parecen no tener una respuesta determinada, debido a que nos encontramos ante un fenómeno multidimensional, que no tiene una sola arista, muy lejos de ello, son muchos factores los que habría que atender, principalmente desde la raíz misma o el origen (causas) de dicho fenómeno social. ¿Quién provoca la migración?, ¿cómo se puede evitar que las personas migren?
29
UN MUNDO RARO Enrique Paniagua Díaz Parte del Texto tomado de The Critical Thinking Community
Sócrates poniendo en práctica el diálogo
H
aciendo referencia a José Alfredo Jiménez: “…Y si quieren saber de mi pasado, es preciso decir otra mentira, les diré que llegué de un mundo raro, que no sé del dolor, que triunfé en el amor, Y que nunca he llorado”. Hoy toma mucha relevancia tratar de entender este “mundo raro” en el que
30
nos encontramos, pero sobretodo ¿cómo le damos sentido a la creciente complejidad del mundo y nos volvemos más efectivos dentro de ella? El mundo está cambiando rápidamente, y cada día el ritmo se acelera. La presión para res-
ponder se intensifica. Las nuevas realidades globales se están abriendo paso rápidamente en las estructuras más profundas de nuestras vidas: realidades económicas, sociales, culturales, políticas y ambientales con profundas implicaciones para el pensamiento y el aprendizaje, los negocios
y la política, los derechos humanos y los conflictos humanos. Estas realidades se están volviendo cada vez más complejas, muchos representan peligros significativos. Y todos activan la poderosa dinámica de acelerar el cambio. La cuestión de cómo sobrevivir, y mucho menos prosperar, se transforma continuamente. ¿Cómo podemos adaptarnos a la realidad cuando no tenemos tiempo para dominarla antes de que cambie, una y otra vez, en formas que solo podemos anticipar parcialmente? Y para aquellos de nosotros en educación, ¿cómo podemos equipar a nuestros estudiantes para enfrentar las realidades exponencialmente más complicadas que verán en sus vidas? Podemos suponer que todo esto nos requiere una capacidad o habilidad que debemos adquirir y trabajar, me refiero a al pensamiento crítico. Estos problemas requieren una forma de pensamiento radicalmente diferente que sea más compleja, más adaptable y más sensible a los puntos de vista divergentes que el pensamiento tradicional equipado para la rutina y la automatización. El mundo ahora requiere que volvamos a aprender continuamente, reconsideremos nuestras decisiones de manera rutinaria y reevaluarnos regularmente como trabajamos y vivimos. Es decir, el poder de la mente para controlarse a sí misma, para participar regularmente en el autoanálisis y la autoevaluación, determinará cada vez más la calidad de nuestro trabajo y nuestras vidas, quizás incluso nuestra propia supervivencia. Es necesario trabajar enton-
ces con marcos más complejos y sólidos para el análisis, la evaluación y la mejora del razonamiento humano. Hacer preguntas y explorar ideas, herramientas y aplicaciones de pensamiento crítico. Sin embargo se constata que es muy difícil para el ser humano, la mente es al mismo tiempo racional e irracional, razonable e irrazonable. Naturalmente, vemos al mundo desde una perspectiva estrecha y egocéntrica y también somos muy vulnerables a la influencia de las tradiciones, costumbres, tabúes y costumbres del grupo. Con frecuencia somos egoístas, nos auto engañamos, prejuiciosos y parciales. También de manera natural distorsionamos la realidad para que se ajuste a nuestra visión de ella y para evitar ver lo que preferiríamos evitar. Naturalmente buscamos más para nosotros y nuestro grupo de lo que es legítimamente nuestro. A menudo actuamos sin tener en cuenta los derechos y necesidades de los demás. Los humanos vamos creciendo con una carga innegable de creencias, somos intrínsecamente egocéntricos y sociocéntricos. Al mismo tiempo, somos capaces de desarrollarnos como personas razonables. Pero hacerlo requiere compromiso y algunos conocimientos fundamentales sobre las tendencias patológicas de la mente humana. Se necesita entonces trabajar en el camino del cultivo de la mente disciplinada y, por lo tanto, en el camino de nuestro desarrollo como seres humanos racionales e integrales. Las creencias nos impiden avanzar hacia un pensamiento
crítico, en este mundo raro, en dónde en muy común encontrar a muchos “opinólogos”, todos tenemos la tendencia a opinar de todo, como si la realidad fuera tan sencilla, ahora a diferencia de los helénicos en donde se hacía la diferencia entre la opinión y la sabiduría, hoy en día parece que nos alejamos de la sabiduría propia de los mejor preparados, los disciplinados, los eruditos o como queramos calificarlos, y nos hemos convertido en meros opinadores de todo, para tristeza del ser humano, aquí empieza nuestra tragedia al no querer ver la realidad de manera crítica, disciplinada y en consecuencia interpretarla para saber tomar mejores decisiones, saber discernir.
31
RECOMENDACIONES La canción de los nombres olvidados Francois Girard Prime Video En pleno estallido de la Segunda Guerra Mundial, el pequeño Dovidt llega a Londres como refugiado judío desde su Polonia natal. Con solo 9 años es un prodigio del violín, lo que propicia su acogida en una destacada familia británica, que le integra como un hijo más y promociona sus estudios musicales. Dovidt se convierte en el mejor amigo de su nuevo “hermano” Martin.
Madres paralelas Pedro Almodóvar
Netflix Dos madres solteras se hacen amigas cuando dan a luz el mismo día en un hospital. Desde ese instante la conexión que comparten transforma sus vidas.
32
CRÉDITOS Consejo editorial Diseño editorial: Montserrat Paniagua Téllez Para enviar notas y escritos: epanyagua3@yahoo.com.mx
DIALOGUS CIVITATEM
35